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Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 5 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Hola nueva lectora :)
me encanta la novela sisii siguela mañana porfa :)
que le hizo el maldito de Raulf???
me encanta la novela sisii siguela mañana porfa :)
que le hizo el maldito de Raulf???
zai
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Hola!! Soy tu nueva lectora :)♡ y pues solo para decir que me encanto la novela
Unbroken
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Capitulo 4 parte II:
-¡Oh, Nicholas!, ¿cómo puedes preguntarme algo así? Claro que lo aceptaré. ¿Acaso crees que podría no hacerlo?
Nicholas exhaló un suspiro: la hermana no entendía las cosas que sucedían en este mundo tan duro. -Entre los Maclaurin, es la manzana de la discordia -le explicó-. El padre de Joe fue el laird Maclaurin y murió sin reconocer al hijo.
-¿Por lo tanto, el hombre con el que me casaré también es ilegítimo?
-Sí.
-¿Y sin embargo los Maclaurin lo nombraron laird?
Nicholas asintió. -Es complejo -admitió--. Necesitaban de la fuerza de él. Lleva la sangre del padre y, por conveniencia, olvidaron que es bastardo. De todos modos, el niño...
Se interrumpió; dejaría que ____________ sacara las conclusiones. ___________-sacudió la cabeza. -¿Crees que el pequeño puede estar afligido por la boda?
-Parecería que hay algo que le preocupa.
El padre MacKechnie les llamó la atención con un gesto. Nicholas tomó a ___________ del codo y avanzó pero la joven no podía apartar la vista del niño. ¡Señor, parecía triste y perdido!
-Están listos -le anuncio Nicholas-. Ahí viene Joseph.
El laird atravesó el patio y se situó en su sitio, frente al altar con las manos a los lados. El sacerdote se acercó, se colocó junto a él y volvió a hacerle señas a _____________ de que se aproximara.
-No puedo, no puedo hacerlo sin...
-Todo saldrá bien.
-No entiendes -susurró ______________, sonriendo-. Espérame aquí, Nicholas. Enseguida vuelvo.
El sacerdote agitó la mano y _____________le devolvió el supuesto saludo, sonriendo. Entonces giró y se alejó.
-¡________________, por el amor de Dios...!
Nicholas le hablaba al aire. Vio cómo la hermana se abría paso entre la gente. Cuando se encaminó hacia las escaleras al fin comprendió qué se proponía.
Nicholas volvió la mirada hacia Joseph, pero la expresión de este era inescrutable.
El clérigo estiró el cuello para observar a _________________ y luego, girando hacia Joseph, le dio un leve codazo.
Al acercarse a los escalones, _______________ aminoró el paso pues no quería que el pequeño huyera antes de que lo alcanzara.
Al saber que Joseph tenía un hijo la inundó la alegría y el alivio. Por fin tenía una respuesta para la pregunta que la había atormentado: a Joseph no le importaba que fuese estéril porque ya tenía un heredero, aunque fuese ilegítimo.
La culpa que había cargado cayó de sus hombros corno una pesada capa.
Joseph no pudo ocultar el ceño. ¡Maldición, no quería que se enterara de lo del hijo hasta que estuviesen casados y no pudiera echarse atrás! Sabía que las mujeres tenían extrañas reacciones y estaba convencido de que nunca comprendería cómo razonaban. Al parecer, hacían alboroto por las cuestiones más singulares. Según sabía, muchas de ellas no aceptaban a las amantes y algunas de las esposas de los guerreros que conocía tampoco aceptaban a los hijos bastardos. Joseph tenía la intención de obligar _______________ a aceptar a su hijo pero esperaba tenerla antes en su poder.
Cuando Alex la vio acercarse, ocultó el rostro entre las manos. Tenía las rodillas flacas y cubiertas de barro seco. Cuando alzó el rostro para espiarla, __________ vio que no tenía los ojos grises sino azules.
se detuvo en el último escalón y le habló al niño. Joseph dio un paso hacia la novia pero luego cambió de idea: se limitó a cruzar los brazos sobre el pecho y a esperar los acontecimientos. No era el único que observaba. Todos los Jonas y los Maclaurin se volvieron a mirar y se hizo silencio.
-¿El niño entiende inglés? -preguntó el padre MacKechnie.
-Un poco -respondió Joseph-. Me dijo que estaba usted enseñándole el celta. ¿Aprendió lo bastante para conversar un poco con Alex?
El sacerdote se encogió de hombros. -Puede ser.
___________ habló con el niño unos minutos y luego extendió la mano. Alex se levantó de un salto, bajó tropezando los escalones y le dio la mano. La muchacha se inclinó, le apartó el cabello de la cara, le acomodó el manto que se le deslizaba por el hombro y lo acercó a su lado.
-El niño puede comprender eso -dijo MacKechnie.
-¿Qué es lo que comprende? -preguntó Calum.
El sacerdote sonrió: -La aceptación.
Joseph asintió. __________ se acercó a Nicholas y volvió a tomarlo del brazo. -Ahora estoy lista -anunció--. Alex, ve junto a tu padre -le indicó-. Mi deber es unirme a vosotros dos.
El pequeño asintió. Corrió por el sendero y se situó a la izquierda del padre. Joseph miró al hijo con expresión contenida, y ____________ no supo si estaba contento o enfadado. Fijó la mirada en ella, pero cuando la muchacha avanzó hacia él descruzó los brazos y posó una mano sobre la cabeza del niño.
Nicholas la entregó en matrimonio y __________ no se resistió cuando el barón puso la mano de la hermana en la de Joseph. Nicholas se enorgulleció de la hermana. Comprendió que estaba asustada pero aun así no trató de retenerlo junto a ella. Estaba situada entre dos guerreros: el futuro esposo a la derecha y el hermano a la izquierda. Se mantuvo erguida, con la cabeza alta y mirando hacía adelante.
Estaba vestida con una túnica blanca que le llegaba a los tobillos y otra prenda del mismo color hasta las rodillas. El escote cuadrado de su traje de novia estaba bordado con hilos rosado pálido y verde que dibujaban diminutos capullos de rosa.
También olía a rosas, y aunque el perfume era tenue, a Joe lo subyugó. El padre MacKechnie tomó un pequeño ramo de flores de una esquina del altar, se lo entregó a __________ y se apresuró a colocarse al otro lado del aliar para comenzar la misa.
Joe mantuvo la mirada fija sobre la novia. Era una mujer sobremanera femenina y para ser sincero, no sabía qué haría con ella. Lo que más lo preocupaba era que no fuese lo bastante fuerte para resistir esa vida tan dura, pero trató de dejar de lado esa preocupación. A partir de ese momento, asumía el deber de asegurarse de que sobreviviera. La protegería del peligro y si necesitaba que la consintieran... ¡por Dios, que lo haría! No tenía la menor idea de cómo lo haría pero era un hombre inteligente y hallaría el modo. No permitiría que se ensuciara las manos ni que hiciera ninguna tarea pesada y le exigiría que descansara todos los días. En agradecimiento por las tierras que _________ le había otorgado lo menos que podía hacer era cuidarla y sin duda ese era el único motivo de que se preocupase por la comodidad de la novia.
El viento hizo volar un mechón de cabello sobre la cara de ______________________ y la muchacha le soltó la mano para apartarlo sobre el hombro en un gesto muy femenino. La masa de rizos dorados parecía flotar sobre la espalda de la joven. La mano le temblaba tanto que el ramillete comenzaba a deshojarse.
Como no volvió a tomarle la mano, Adam se molestó tanto que él mismo aferró la mano de ______________ y la acercó a su costado. Nicholas advirtió el gesto posesivo y sonrió.
La ceremonia se desarrollaba con fluidez hasta que el padre MacKechnie le pidió a la joven que prometiese amar, honrar y obedecer al esposo. _______________ pensó largo rato y luego sacudió la cabeza y se volvió hacia el novio.
Le pidió con un ademán que se inclinara y se puso de puntillas para murmurarle al oído:
-Milord, trataré de amarlo y por cierto lo honraré como esposo, pero no creo que lo obedezca demasiado. Descubrí que la sumisión total no me agrada.
Mientras le explicaba su opinión, arrancaba los pétalos de las flores. No podía mirarlo a los ojos sino a la barbilla mientras esperaba la reacción de Joseph.
-¿Estás burlándote de mí?
Lo dijo en voz alta. Si al laird no le preocupaba que los asistentes oyeran la discusión, a ________ tampoco la preocuparía. Cuando le respondió, lo hizo en voz tan alta como Joseph.
-¿Burlarme de usted en medio de los votos conyugales? No, milord. Hablo en serio. Estas son mis condiciones. ¿Las acepta?
Adam rió: no pudo contenerse. La demostración de coraje de _________ tuvo corta vida. Se sintió molesta y humillada pero la cuestión era demasiado importante para dejarla pasar.
Sólo quedaba una alternativa. Enderezó los hombros, apartó de un tirón la mano de la de Joseph y le arrojó el ramo de flores. Luego, hizo una reverencia al sacerdote, se volvió y comenzó a alejarse.
El mensaje era claro pero algunos de los soldados de Maclaurin tardaron en comprenderlo.
-¿La chica se va? -Keith, el comandante de los soldados Maclaurin murmuró lo bastante alto para que todos lo oyesen.
-Joseph, se va -exclamó otro.
-Parece que se marcha -intervino el padre MacKechnie-. ¿Dije algo que la disgustó?
Nicholas comenzó a seguirla, pero Joseph lo aferró del brazo y negó con la cabeza. Le arrojó el ramillete al barón, murmuró algo por lo bajo y fue tras la novia.
Casi había llegado al borde del claro antes de que Joseph la alcanzara. La tomó de los hombros y la hizo volverse. __________ no lo miró pero Joseph la tomó de la barbilla y la obligó a mirarlo.
__________ se preparó para enfrentar la cólera del hombre. Sin duda, le pegaría. "Pero yo soy una mujer fuerte", se recordó. "Soportaré la furia de Joseph."
-¿Intentarás obedecer?
Parecía irritado y __________________ quedó tan atónita ante la reacción del hombre que sonrió. "Después de todo", pensó, "no soy tan debilucha. Le hice frente al laird y lo obligué a negociar. No sé si gané mucho pero sin duda no perdí nada."
-Sí, lo intentaré -prometió-. A veces -se apresuró a agregar.
Joseph puso los ojos en blanco y decidió que ya había perdido demasiado tiempo con ese tema. La aferró de la mano y la arrastró de nuevo hasta el altar. ___________ tuvo que correr para seguirlo.
Cuando vio la sonrisa de la hermana, el entrecejo de Nicholas se aclaró. Tenía mucha curiosidad por descubrir en qué había consistido la discusión pero pensó que tendría que esperar hasta que concluyese la ceremonia para enterarse.
A fin de cuentas, no tuvo que esperar. _____________ aceptó el ramo que le entregó el hermano y se volvió otra vez hacia el sacerdote.
-Padre, disculpe la interrupción -murmuró.
El clérigo asintió. Volvió a pedirle que amara, honrara y obedeciera al esposo, esta vez agregando "por favor".
-Amaré, honraré y trataré de obedecer a mi esposo... en ocasiones -respondió.
Nicholas rompió a reír: ya comprendía cuál había sido la discusión. Los Maclaurin y los Jonas lanzaron al unísono una exclamación horrorizada.
El laird recorrió a los asistentes con mirada severa, instándolos a guardar silencio. Luego se volvió ceñudo hacia la novia. -La obediencia y la sumisión no son lo mismo -exclamó.
-A mí me enseñaron que lo eran -se defendió _____________.
-Te enseñaron mal.
El semblante de Joseph era tan sombrío que ___________ comenzó a asustarse otra vez. ¡Dios querido, en verdad no podría soportarlo! No tendría fuerzas.
Arrojó otra vez el ramo a Joseph y se volvió para marcharse. El laird tiró el ramillete en la mano extendida de Nicholas y aferró a _______________ antes de que pudiera irse.
-Oh, no, no lo harás -murmuró-. No pasaremos por esto otra vez.
Para demostrárselo, pasó el brazo por los hombros de la joven y la retuvo a su lado. -__________________, vamos a terminar con esta ceremonia antes del anochecer.
La joven se sintió como una tonta. El sacerdote la miraba como si estuviera loca. Tomó aliento, volvió a recibir las flores del hermano y dijo:
-Por favor, padre, perdóneme por interrumpir otra vez. Le ruego que continúe.
El padre se enjugó la frente con un pañuelo y concentró la atención en el novio. J________________ casi no prestó oídos al sermón del sacerdote acerca de tos méritos de ser un buen esposo.. Trataba de superar fa incomodidad y comprendió que estaba harta de preocuparse. La decisión estaba tomada y eso era todo, Pronunció una rápida plegaria y dejé sus temores en manos de Dios. ¡Que El se preocupase!
Sabía que era un plan sensato pero, aun así, deseo que El le diese alguna señal de que en realidad todo saldría bien. La idea la hizo sonreír: era una fantasía. A fin de cuentas, era una mujer y. en consecuencia, la última en el amor de Dios: al menos eso le había dicho hasta el cansancio el obispo Hallwick. Por cierto, Dios no tenía tiempo de escuchar sus insignificantes preocupaciones y quizá __________ estuviese pecando de vanidosa por esperar alguna señal.
Dejó escapar un breve suspiro.. Joseph la oyó, se volvió hacia ella y _______________ le sonrió sin convicción.
Le tocaba a Joseph responder a las preguntas del sacerdote. Comenzó enunciando su nombre y su título.
Se llamaba Joseph Adam Jonas.
(Nota: Recuerden que aquí habla sobre el Ángel Gabriel, Ya que ese es el nombre real del personaje, en este caso Gabriel es un Angel grande el cual protege a toda creatura humana o no humana, véase también como el angel que se apareció a la Virgen Maria o la Anunciacion)
Dios le enviaba la seña¡. El asombro agrando los ojos de ___________ y la dejó con la boca abierta.
Se apresuró a controlar las emociones, pero no logró lo mismo con los pensamientos, Su mente se inundo de preguntas. ¿Acaso la madre le había puesto ese nombre por el más elevado de los ángeles, el más amado por Dios? Se lo conocía como el protector de las mujeres y de los niños. Recordó las historias maravillosas acerca del más espléndido de los ángeles, que habían pasado de generación en generación, de madres a hijos. Su propia madre le había dicho que Adam siempre la cuidaría. Era su Propio arcángel y tendría que convocarlo en su ayuda en mitad de la noche, cuando las pesadillas se deslizaran reptando en los sueños. El arcángel era el defensor de las Inocentes y el vengador de las maldades.
Movió la cabeza: lo que sucedía era que se dejaba llevar por un exagerado romanticismo. No había nada simbólico en el nombre del esposo. Quizá, cuando nació, la madre de Adam estaba dominada por las fantasías. O tal vez le pusieron el nombre en homenaje a algún pariente.
Pero no pudo convencerse. Imaginó que la falta de sueño la inclinaba a esa clase de ideas tontas. La noche anterior rogó que sucediera un milagro, y unos momentos atrás había deseado que una señal le asegurara que todo saldría bien.
_________ había visto un retrato de Adam hecho en carbonilla por un hombre santo. Todavía recordaba el dibujo en todo detalle. El arcángel estaba representado como un guerrero gigante con una espada resplandeciente en la mano y tenía alas.
El hombre de pie junto a ____________ no tenía alas pero sin duda era un guerrero gigante con una espada al costado.
Y se llamaba Ada,. ¿Acaso Dios habría respondido a la plegaria de _______________?
Nicholas exhaló un suspiro: la hermana no entendía las cosas que sucedían en este mundo tan duro. -Entre los Maclaurin, es la manzana de la discordia -le explicó-. El padre de Joe fue el laird Maclaurin y murió sin reconocer al hijo.
-¿Por lo tanto, el hombre con el que me casaré también es ilegítimo?
-Sí.
-¿Y sin embargo los Maclaurin lo nombraron laird?
Nicholas asintió. -Es complejo -admitió--. Necesitaban de la fuerza de él. Lleva la sangre del padre y, por conveniencia, olvidaron que es bastardo. De todos modos, el niño...
Se interrumpió; dejaría que ____________ sacara las conclusiones. ___________-sacudió la cabeza. -¿Crees que el pequeño puede estar afligido por la boda?
-Parecería que hay algo que le preocupa.
El padre MacKechnie les llamó la atención con un gesto. Nicholas tomó a ___________ del codo y avanzó pero la joven no podía apartar la vista del niño. ¡Señor, parecía triste y perdido!
-Están listos -le anuncio Nicholas-. Ahí viene Joseph.
El laird atravesó el patio y se situó en su sitio, frente al altar con las manos a los lados. El sacerdote se acercó, se colocó junto a él y volvió a hacerle señas a _____________ de que se aproximara.
-No puedo, no puedo hacerlo sin...
-Todo saldrá bien.
-No entiendes -susurró ______________, sonriendo-. Espérame aquí, Nicholas. Enseguida vuelvo.
El sacerdote agitó la mano y _____________le devolvió el supuesto saludo, sonriendo. Entonces giró y se alejó.
-¡________________, por el amor de Dios...!
Nicholas le hablaba al aire. Vio cómo la hermana se abría paso entre la gente. Cuando se encaminó hacia las escaleras al fin comprendió qué se proponía.
Nicholas volvió la mirada hacia Joseph, pero la expresión de este era inescrutable.
El clérigo estiró el cuello para observar a _________________ y luego, girando hacia Joseph, le dio un leve codazo.
Al acercarse a los escalones, _______________ aminoró el paso pues no quería que el pequeño huyera antes de que lo alcanzara.
Al saber que Joseph tenía un hijo la inundó la alegría y el alivio. Por fin tenía una respuesta para la pregunta que la había atormentado: a Joseph no le importaba que fuese estéril porque ya tenía un heredero, aunque fuese ilegítimo.
La culpa que había cargado cayó de sus hombros corno una pesada capa.
Joseph no pudo ocultar el ceño. ¡Maldición, no quería que se enterara de lo del hijo hasta que estuviesen casados y no pudiera echarse atrás! Sabía que las mujeres tenían extrañas reacciones y estaba convencido de que nunca comprendería cómo razonaban. Al parecer, hacían alboroto por las cuestiones más singulares. Según sabía, muchas de ellas no aceptaban a las amantes y algunas de las esposas de los guerreros que conocía tampoco aceptaban a los hijos bastardos. Joseph tenía la intención de obligar _______________ a aceptar a su hijo pero esperaba tenerla antes en su poder.
Cuando Alex la vio acercarse, ocultó el rostro entre las manos. Tenía las rodillas flacas y cubiertas de barro seco. Cuando alzó el rostro para espiarla, __________ vio que no tenía los ojos grises sino azules.
se detuvo en el último escalón y le habló al niño. Joseph dio un paso hacia la novia pero luego cambió de idea: se limitó a cruzar los brazos sobre el pecho y a esperar los acontecimientos. No era el único que observaba. Todos los Jonas y los Maclaurin se volvieron a mirar y se hizo silencio.
-¿El niño entiende inglés? -preguntó el padre MacKechnie.
-Un poco -respondió Joseph-. Me dijo que estaba usted enseñándole el celta. ¿Aprendió lo bastante para conversar un poco con Alex?
El sacerdote se encogió de hombros. -Puede ser.
___________ habló con el niño unos minutos y luego extendió la mano. Alex se levantó de un salto, bajó tropezando los escalones y le dio la mano. La muchacha se inclinó, le apartó el cabello de la cara, le acomodó el manto que se le deslizaba por el hombro y lo acercó a su lado.
-El niño puede comprender eso -dijo MacKechnie.
-¿Qué es lo que comprende? -preguntó Calum.
El sacerdote sonrió: -La aceptación.
Joseph asintió. __________ se acercó a Nicholas y volvió a tomarlo del brazo. -Ahora estoy lista -anunció--. Alex, ve junto a tu padre -le indicó-. Mi deber es unirme a vosotros dos.
El pequeño asintió. Corrió por el sendero y se situó a la izquierda del padre. Joseph miró al hijo con expresión contenida, y ____________ no supo si estaba contento o enfadado. Fijó la mirada en ella, pero cuando la muchacha avanzó hacia él descruzó los brazos y posó una mano sobre la cabeza del niño.
Nicholas la entregó en matrimonio y __________ no se resistió cuando el barón puso la mano de la hermana en la de Joseph. Nicholas se enorgulleció de la hermana. Comprendió que estaba asustada pero aun así no trató de retenerlo junto a ella. Estaba situada entre dos guerreros: el futuro esposo a la derecha y el hermano a la izquierda. Se mantuvo erguida, con la cabeza alta y mirando hacía adelante.
Estaba vestida con una túnica blanca que le llegaba a los tobillos y otra prenda del mismo color hasta las rodillas. El escote cuadrado de su traje de novia estaba bordado con hilos rosado pálido y verde que dibujaban diminutos capullos de rosa.
También olía a rosas, y aunque el perfume era tenue, a Joe lo subyugó. El padre MacKechnie tomó un pequeño ramo de flores de una esquina del altar, se lo entregó a __________ y se apresuró a colocarse al otro lado del aliar para comenzar la misa.
Joe mantuvo la mirada fija sobre la novia. Era una mujer sobremanera femenina y para ser sincero, no sabía qué haría con ella. Lo que más lo preocupaba era que no fuese lo bastante fuerte para resistir esa vida tan dura, pero trató de dejar de lado esa preocupación. A partir de ese momento, asumía el deber de asegurarse de que sobreviviera. La protegería del peligro y si necesitaba que la consintieran... ¡por Dios, que lo haría! No tenía la menor idea de cómo lo haría pero era un hombre inteligente y hallaría el modo. No permitiría que se ensuciara las manos ni que hiciera ninguna tarea pesada y le exigiría que descansara todos los días. En agradecimiento por las tierras que _________ le había otorgado lo menos que podía hacer era cuidarla y sin duda ese era el único motivo de que se preocupase por la comodidad de la novia.
El viento hizo volar un mechón de cabello sobre la cara de ______________________ y la muchacha le soltó la mano para apartarlo sobre el hombro en un gesto muy femenino. La masa de rizos dorados parecía flotar sobre la espalda de la joven. La mano le temblaba tanto que el ramillete comenzaba a deshojarse.
Como no volvió a tomarle la mano, Adam se molestó tanto que él mismo aferró la mano de ______________ y la acercó a su costado. Nicholas advirtió el gesto posesivo y sonrió.
La ceremonia se desarrollaba con fluidez hasta que el padre MacKechnie le pidió a la joven que prometiese amar, honrar y obedecer al esposo. _______________ pensó largo rato y luego sacudió la cabeza y se volvió hacia el novio.
Le pidió con un ademán que se inclinara y se puso de puntillas para murmurarle al oído:
-Milord, trataré de amarlo y por cierto lo honraré como esposo, pero no creo que lo obedezca demasiado. Descubrí que la sumisión total no me agrada.
Mientras le explicaba su opinión, arrancaba los pétalos de las flores. No podía mirarlo a los ojos sino a la barbilla mientras esperaba la reacción de Joseph.
-¿Estás burlándote de mí?
Lo dijo en voz alta. Si al laird no le preocupaba que los asistentes oyeran la discusión, a ________ tampoco la preocuparía. Cuando le respondió, lo hizo en voz tan alta como Joseph.
-¿Burlarme de usted en medio de los votos conyugales? No, milord. Hablo en serio. Estas son mis condiciones. ¿Las acepta?
Adam rió: no pudo contenerse. La demostración de coraje de _________ tuvo corta vida. Se sintió molesta y humillada pero la cuestión era demasiado importante para dejarla pasar.
Sólo quedaba una alternativa. Enderezó los hombros, apartó de un tirón la mano de la de Joseph y le arrojó el ramo de flores. Luego, hizo una reverencia al sacerdote, se volvió y comenzó a alejarse.
El mensaje era claro pero algunos de los soldados de Maclaurin tardaron en comprenderlo.
-¿La chica se va? -Keith, el comandante de los soldados Maclaurin murmuró lo bastante alto para que todos lo oyesen.
-Joseph, se va -exclamó otro.
-Parece que se marcha -intervino el padre MacKechnie-. ¿Dije algo que la disgustó?
Nicholas comenzó a seguirla, pero Joseph lo aferró del brazo y negó con la cabeza. Le arrojó el ramillete al barón, murmuró algo por lo bajo y fue tras la novia.
Casi había llegado al borde del claro antes de que Joseph la alcanzara. La tomó de los hombros y la hizo volverse. __________ no lo miró pero Joseph la tomó de la barbilla y la obligó a mirarlo.
__________ se preparó para enfrentar la cólera del hombre. Sin duda, le pegaría. "Pero yo soy una mujer fuerte", se recordó. "Soportaré la furia de Joseph."
-¿Intentarás obedecer?
Parecía irritado y __________________ quedó tan atónita ante la reacción del hombre que sonrió. "Después de todo", pensó, "no soy tan debilucha. Le hice frente al laird y lo obligué a negociar. No sé si gané mucho pero sin duda no perdí nada."
-Sí, lo intentaré -prometió-. A veces -se apresuró a agregar.
Joseph puso los ojos en blanco y decidió que ya había perdido demasiado tiempo con ese tema. La aferró de la mano y la arrastró de nuevo hasta el altar. ___________ tuvo que correr para seguirlo.
Cuando vio la sonrisa de la hermana, el entrecejo de Nicholas se aclaró. Tenía mucha curiosidad por descubrir en qué había consistido la discusión pero pensó que tendría que esperar hasta que concluyese la ceremonia para enterarse.
A fin de cuentas, no tuvo que esperar. _____________ aceptó el ramo que le entregó el hermano y se volvió otra vez hacia el sacerdote.
-Padre, disculpe la interrupción -murmuró.
El clérigo asintió. Volvió a pedirle que amara, honrara y obedeciera al esposo, esta vez agregando "por favor".
-Amaré, honraré y trataré de obedecer a mi esposo... en ocasiones -respondió.
Nicholas rompió a reír: ya comprendía cuál había sido la discusión. Los Maclaurin y los Jonas lanzaron al unísono una exclamación horrorizada.
El laird recorrió a los asistentes con mirada severa, instándolos a guardar silencio. Luego se volvió ceñudo hacia la novia. -La obediencia y la sumisión no son lo mismo -exclamó.
-A mí me enseñaron que lo eran -se defendió _____________.
-Te enseñaron mal.
El semblante de Joseph era tan sombrío que ___________ comenzó a asustarse otra vez. ¡Dios querido, en verdad no podría soportarlo! No tendría fuerzas.
Arrojó otra vez el ramo a Joseph y se volvió para marcharse. El laird tiró el ramillete en la mano extendida de Nicholas y aferró a _______________ antes de que pudiera irse.
-Oh, no, no lo harás -murmuró-. No pasaremos por esto otra vez.
Para demostrárselo, pasó el brazo por los hombros de la joven y la retuvo a su lado. -__________________, vamos a terminar con esta ceremonia antes del anochecer.
La joven se sintió como una tonta. El sacerdote la miraba como si estuviera loca. Tomó aliento, volvió a recibir las flores del hermano y dijo:
-Por favor, padre, perdóneme por interrumpir otra vez. Le ruego que continúe.
El padre se enjugó la frente con un pañuelo y concentró la atención en el novio. J________________ casi no prestó oídos al sermón del sacerdote acerca de tos méritos de ser un buen esposo.. Trataba de superar fa incomodidad y comprendió que estaba harta de preocuparse. La decisión estaba tomada y eso era todo, Pronunció una rápida plegaria y dejé sus temores en manos de Dios. ¡Que El se preocupase!
Sabía que era un plan sensato pero, aun así, deseo que El le diese alguna señal de que en realidad todo saldría bien. La idea la hizo sonreír: era una fantasía. A fin de cuentas, era una mujer y. en consecuencia, la última en el amor de Dios: al menos eso le había dicho hasta el cansancio el obispo Hallwick. Por cierto, Dios no tenía tiempo de escuchar sus insignificantes preocupaciones y quizá __________ estuviese pecando de vanidosa por esperar alguna señal.
Dejó escapar un breve suspiro.. Joseph la oyó, se volvió hacia ella y _______________ le sonrió sin convicción.
Le tocaba a Joseph responder a las preguntas del sacerdote. Comenzó enunciando su nombre y su título.
Se llamaba Joseph Adam Jonas.
(Nota: Recuerden que aquí habla sobre el Ángel Gabriel, Ya que ese es el nombre real del personaje, en este caso Gabriel es un Angel grande el cual protege a toda creatura humana o no humana, véase también como el angel que se apareció a la Virgen Maria o la Anunciacion)
Dios le enviaba la seña¡. El asombro agrando los ojos de ___________ y la dejó con la boca abierta.
Se apresuró a controlar las emociones, pero no logró lo mismo con los pensamientos, Su mente se inundo de preguntas. ¿Acaso la madre le había puesto ese nombre por el más elevado de los ángeles, el más amado por Dios? Se lo conocía como el protector de las mujeres y de los niños. Recordó las historias maravillosas acerca del más espléndido de los ángeles, que habían pasado de generación en generación, de madres a hijos. Su propia madre le había dicho que Adam siempre la cuidaría. Era su Propio arcángel y tendría que convocarlo en su ayuda en mitad de la noche, cuando las pesadillas se deslizaran reptando en los sueños. El arcángel era el defensor de las Inocentes y el vengador de las maldades.
Movió la cabeza: lo que sucedía era que se dejaba llevar por un exagerado romanticismo. No había nada simbólico en el nombre del esposo. Quizá, cuando nació, la madre de Adam estaba dominada por las fantasías. O tal vez le pusieron el nombre en homenaje a algún pariente.
Pero no pudo convencerse. Imaginó que la falta de sueño la inclinaba a esa clase de ideas tontas. La noche anterior rogó que sucediera un milagro, y unos momentos atrás había deseado que una señal le asegurara que todo saldría bien.
_________ había visto un retrato de Adam hecho en carbonilla por un hombre santo. Todavía recordaba el dibujo en todo detalle. El arcángel estaba representado como un guerrero gigante con una espada resplandeciente en la mano y tenía alas.
El hombre de pie junto a ____________ no tenía alas pero sin duda era un guerrero gigante con una espada al costado.
Y se llamaba Ada,. ¿Acaso Dios habría respondido a la plegaria de _______________?
Fin Del Capitulo ;D
Rachel lovebug
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Aww!! No tenes idea de COMO me reí con este capitulo!
Hhaha, es un aparato la rayis haha xD
Se iba! Hhaha xD Naah!
Muchas gracias por subir y VOLVER :D
Espero que te haya ido muy bien en la facultad!
Un abrazo!
Hhaha, es un aparato la rayis haha xD
Se iba! Hhaha xD Naah!
Muchas gracias por subir y VOLVER :D
Espero que te haya ido muy bien en la facultad!
Un abrazo!
Augustinesg
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
mori! jajajajajaja
decidite rayis! xD
sigueeeeeeeeeeeeeee
decidite rayis! xD
sigueeeeeeeeeeeeeee
Jazmin Nicksita Jonas
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
5
"Lucifer", tendría que haberlo llamado la madre. Esa fue la conclusión de ___________ al finalizar el día. "También 'Bárbaro' o 'Salvaje' serían nombres adecuados", pensó. "Parece tener el diablo dentro, dando órdenes con tanta altivez. Carece por completo de modales civilizados."
¿Acaso no sabía que no era cortés pelear el día de la boda?
Reconocía sin embargo que Joseph había comenzado de manera agradable. En cuanto el padre MacKechnie dio la bendición final y terminó la misa, el flamante marido hizo girar a la esposa para que lo enfrentase. Le habían entregado un bello manto multicolor, igual al que él mismo llevaba y Gabriel plegó la tela larga y angosta sobre el hombro derecho de ______________. Un segundo manto de colores diferentes fue acomodado sobre el hombro izquierdo de la joven. El marido le explicó que el primero era el de los Jonas y el segundo, de los Maclaurin. Aguardó a que asintiera en señal de haber comprendido y luego la besó con tal vehemencia que le quitó el aliento.
___________ esperó que le diese un breve picotón pero el beso fue arrasador. La boca de Joseph era dura y cálida. El ardor de ese beso apasionado hizo que las mejillas de ___________ se tiñeran de rosado. Pensó en apartarse pero no lo hizo. El beso la sacudió tanto que no le quedaron fuerzas ni deseos de hacerlo.
Las risas que se oyeron tras ellos por fin llamaron la atención de Joseph. Interrumpió el beso con brusquedad, compuso una expresión satisfecha al ver el asombro pintado en el rostro de la novia y luego concentró la atención en el sacerdote.
_____________ no se recuperó tan rápido y se aflojó, apoyándose sobre el costado del esposo.
El padre MacKechnie rodeó el altar y se acercó a felicitarlo. -Bueno, fue una hermosa ceremonia nupcial.-afirmó.
Alex se abrió paso hacia la flamante pareja; ___________ sintió que le tironeaba de la falda y le sonrió.
El sacerdote llamó la atención de ___________ con una carcajada. -Por un momento, creí que no acabaríamos nunca.
Tanto el esposo como el clérigo miraron a _________ y la joven les sonrió. -Yo nunca lo dudé -afirmó-. Cuando tomo una decisión, la cumplo.
Ninguno de los dos hombres pareció creerle. El sacerdote apartó a Alex de las faldas de ______________ y lo hizo colocarse a la izquierda del padre. -,Por qué no comenzamos con la fila para los saludos? -sugirió-. La gente del clan querrá ofrecerles sus buenos deseos.
Joseph siguió mirando fijamente a la novia como si quisiera decirle algo y no hallara las palabras.
-Adam, ¿quieres decirme algo?
-No me llames así: ese nombre no me gusta.
-Pero es un bello nombre.
El hombre refunfuñó y ___________- trató de pasar por alto esa exclamación incivilizada. -Tendrías que estar orgulloso de llevar un nombre tan grandioso.
Joseph volvió a quejarse y _____________ desistió. -Cómo debería llamarte? -le preguntó, tratando de ser complaciente.
-Laird -propuso el esposo.
Parecía hablar en serio pero ____________ no pensaba aceptar esa propuesta. Era ridículo que los esposos emplearan nombres tan formales entre sí. ______________ resolvió usar la diplomacia pues comprendió que en ese momento no era conveniente desafiarlo.
-¿Y cuando estemos solos? -preguntó-. En ese caso, ¿puedo llamarte Adam?
-No.
-¿Y entonces, cuándo...?
-Si debes dirigirte a mí, llámame... llámame Jonas. Sí, eso estará bien.
-¿Si debo dirigirme a ti? ¿Tienes idea de lo arrogante que pareces?
Joseph se encogió de hombros. -No, pero está bien que digas que soy arrogante.
-No, no está bien.
Joseph no quiso seguir discutiendo. -Tuviste razón en incluir al niño.
A __________ le llevó unos momentos comprender que estaba agradeciéndole su acción pues le había hablado en tono gruñón y además seguía reaccionando a la absurda propuesta de llamarlo Jonas.
No supo cómo responder. Asintió y dijo: -Tendría que haber recibido un buen baño antes de la ceremonia.
___________________ intentó ocultar la sonrisa. En realidad, no tendría que permitirle que lo regañara en público de esa forma pero, a decir verdad, estaba tan contento al comprobar que tenía cierto carácter que no la reprendió.
-La próxima vez, me ocuparé de que se bañe.
De inmediato, la joven comprendió la ironía y no le pasó por alto la insinuación de que Joseph podría volver a casarse.
-Te agrada quedarte con la última palabra, ¿no es cierto, laird?
-Así es -admitió el hombre con una sonrisa.
El guerrero notó que Alex contemplaba embelesado a _______. El sacerdote lo había colocado fuera de la línea de recepción, pero el niño ya se había acercado otra vez a __________________.
La novia se había ganado al niño en pocos minutos. Joseph se preguntó cuánto tiempo le llevaría a él ganarse el cariño de la joven. ¡Qué idea tan tonta! ¿Qué le importaba lo que sintiera por él? El matrimonio le había dado la posesión de las tierras y eso era lo único importante.
Los soldados de los dos clanes se acercaron uno a uno para presentarse a _____________ y ofrecer sus felicitaciones al laird. Luego, llegaron las mujeres. Una joven pelirroja que le presentaron como Leila, del clan MacIaurin, entregó a __________________ un hermoso ramo de flores púrpuras y blancas. La recién casada agradeció el obsequio y pensó en agregarlo al ramo que aferraba en la otra mano. Al ver el desastre que
había hecho con el ramo que le había entregado el padre MacKechnie rompió a reír. De las flores ya no quedaba nada. ¿Había llevado un ramillete de tallos durante la ceremonia?
Para cuando finalizaron las presentaciones, Alex estaba inquieto. Las mujeres iban de aquí para allá con fuentes de comida que colocaban sobre las mesas junto a las cuales ya estaban reuniéndose los hombres. Joseph estaba concentrado en una conversación con dos soldados Maclaurin.
_______________ se volvió hacia Calum y Keith. -Hay seis caballos en el prado junto al arroyo -comenzó.
-Uno será mío -exclamó Alex.
Joseph oyó el comentario del hijo y se volvió a mirar a J_______________ con sonrisa maliciosa. -¡De modo que es así como lo conquistaste!
_______________ lo ignoró y siguió hablando con los soldados. -Son mi regalo de bodas a mi esposo... y a Alex -se apresuró a agregar-. Por favor, ¿podrían enviar a alguien a buscarlos?
Los soldados se inclinaron y fueron a cumplir el pedido. Alex tironeó del borde de la tónica de ____________.
-¿Papá te dio algún regalo?
El padre respondió a la pregunta. -No, Alex.
Pero ____________ lo contradijo: -Sí, lo hizo.
-¿Qué te obsequió? -preguntó el pequeño.
Joseph también sintió curiosidad por oír la respuesta. ______________ le sonreía a Alex.
-Me dio un hijo.
Esa afirmación dejó atónito a Joseph, pero el niño no entendió bien lo que quería decir.
-Pero yo soy hijo de él -afirmó el pequeño señalándose el pecho para estar seguro de que_____________ lo comprendiera.
-Sí-respondió ________________.
El niño sonrió. -¿Un hijo es mejor que seis caballos?
-Por supuesto.
-¿Mejor aun que ciento?
-Sí.
Alex se convenció de su propia importancia y el pecho se le hinchó de orgullo.
-¿Cuántos años tienes? -preguntó _____________.
El niño abrió la boca para responder y luego volvió a cerrarla. La expresión confundida del pequeño demostró a ______________ que no lo sabía y se volvió hacia el esposo en procura de una respuesta. Joseph se encogió de hombros: era evidente que él tampoco lo sabía.
_______________ quedó estupefacta: -¿No sabes la edad de tu hijo?
-Es pequeño -respondió Joseph.
Alex se apresuró a reafirmar lo que decía el padre. -Soy pequeño -repitió--. Papá, ¿puedo ir a ver los caballos?
Joseph asintió. El niño soltó la falda de ____________ y fue en busca de Calum y de Keith.
El padre MacKechnie había presenciado la escena entre el chico y _______. -El muchacho está fascinado con ella, ¿no? -comentó al laird mientras veía a Alex cruzar el patio corriendo.
-Lo sobornó -dijo Gabriel marcando las palabras.
-Sí, así es -admitió _______________.
-No es tan fácil conquistar a los hombres -señaló el esposo.
-Laird, no me interesa conquistar a ningún hombre. Por favor, discúlpame. Quisiera hablar con mí hermano.
Era una excusa perfecta pero Joseph la estropeó aferrando a _____________ de la mano.
Nicholas se había acercado a la hermana. Por supuesto, estaba rodeado de mujeres pues era guapo y encantador y ______________ tuvo que esperar unos minutos hasta que el hermano advirtió que lo llamaba y se libró de las admiradoras.
Nicholas le habló primero a Joseph. -Dentro de uno o dos meses, enviaré algunos hombres aquí para ayudar en la reconstrucción.
Joseph movió la cabeza. -No mandarás ningún soldado aquí. Los mataríamos en cuanto posaran un pie en nuestra tierra.
-Jonas, eres un hombre obstinado.
-¿De cuánto fue la multa que le pagaste al rey?
-¿Qué multa? -preguntó _______________.
Tanto Nicholas como Joe pasaron por alto la pregunta. El hermano informó a Joseph de la suma y Joe afirmó que se la devolvería.
Por fin, __________ entendió y dijo al hermano: -¿Quiere decir que nuestro rey te hizo pagar una multa? ¿Por qué, Nicholas?
-Porque nosotros elegimos a tu esposo, ____________. Acordamos... un precio...
-¿Y si yo aceptaba casarme con el elegido por el rey? -lo aguijoneó ____________.
-¿Williams? -preguntó Nicholas.
La joven asintió.
-En ese caso, no habría habido necesidad de pagar una multa, claro.
-Me mentiste. Me dijiste que no tenias suficientes monedas para prestarme con que pagarle a John para que yo pudiese permanecer libre un año más.
Nicholas exhaló un suspiro. -En efecto, te mentí -confesó-. Tú intentabas postergar lo inevitable y yo estaba preocupado por tu seguridad. ¡Maldición, estabas prisionera en Londres! Yo no podía estar seguro de que estuvieses a salvo mucho tiempo más y también me afligía la posibilidad de que John le diese las tierras de los Maclaurin a otro.
__________________ comprendió que tenía razón, y también que la quería y sólo pensaba en su seguridad. -Te perdono el engaño, Nicholas.
-Vete a casa, barón, y no vuelvas. Ya cumpliste tu deber y ahora _______________ queda bajo mi responsabilidad.
______________ quedó estupefacta ante la rudeza del esposo. -¿Ya? -exclamó--. ¿Quieres que se vaya ahora mismo?
-Ahora -repitió el guerrero.
-Mi hermano...
-No es tu hermano.
El comportamiento de Joseph la indignó tanto que sintió deseos de gritar. Pero en ese momento el esposo no le prestaba ninguna atención a ella sino a Nicholas.
-Tendría que haberlo adivinado -dijo-. Vosotros no parecéis hermanos, y cuando ______________ le dijo al sacerdote su nombre completo, comprendí que no estáis emparentados. Tus sentimientos hacia ella...
Nicholas no lo dejó continuar. -Eres muy astuto -lo interrumpió-. ____________ no tiene la menor idea. Deja las cosas como están.
-Laird...
-Déjanos, ________________. Esta discusión no te incumbe.
El tono de Joseph le indicó que no debía contradecirlo. _____________ comenzó a estrujar los pétalos del ramo de flores frescas mientras contemplaba las expresiones sombrías de los dos hombres.
__________________ no tuvo que decidir si debía irse o quedarse pues el padre MacKechnie había oído lo suficiente para saber que estaba gestándose una pelea. Con fingido entusiasmo, tomó a ______________ del brazo y dijo: -Si no pruebas los platos especiales, herirás los sentimientos de las mujeres que los prepararon. Ven. No se quedarán tranquilas hasta que la nueva señora les dé una alabanza. ¿Recuerdas cómo se dice gracias" en celta?
El sacerdote la llevó a medias arrastrándola, a medias empujándola para alejarla de los dos hombres. _____________ siguió mirando sobre el hombro para ver qué sucedía. Nicholas parecía furioso y Joseph también. Vio que el que más hablaba era su flamante esposo. Nicholas lanzó una mirada en su dirección, advirtió que ________________ lo observaba y le dijo algo a Joseph. El marido asintió y los dos hombres se volvieron y desaparecieron cuesta abajo.
No volvió a ver a ninguno de los dos hasta que el sol comenzaba a desvanecerse en el cielo. Cuando divisó al marido y al hermano que subían la colina, soltó un suspiro de alivio. Tras ellos, el cielo estaba estriado de los rayos anaranjados del poniente. Las siluetas oscuras, recortadas a contraluz a la distancia, parecían místicas. Se diría que brotaban de la tierra misma, como invencibles guerreros divinos moviéndose con gracia sin par.
Eran los guerreros más perfectos que hubiese visto y no cabía duda de que el arcángel Gabriel debía de estar sonriéndoles a los dos. Después de todo, estarían hechos a su imagen.
____________________ sonrió ante esos pensamientos tan fantasiosos. Luego los observó bien y dejó escapar una exclamación horrorizada. A Nicholas le sangraba la nariz y tenía el ojo derecho casi cerrado por la hinchazón. Joseph no se veía en mejores condiciones. Le manaba sangre de un corte en la parte alta de la frente y de otro junto a la boca.
No supo a quién gritarle primero. Por instinto, pensó en correr hacia Nicholas para regañarlo mientras calibraba la gravedad de las heridas pero, para el momento en que se alzó el borde de la falda y comenzó a correr, comprendió que debía acudir primero a Gabriel. Era su esposo y tenía que estar en el centro de sus pensamientos. Por otra parte, si lograba calmarlo quizás estuviese más dispuesto a escuchar razones y a permitir que el hermano se quedara unos días.
-Habéis estado peleando-gritó, al llegar junto al esposo. Joseph no creyó necesario responder: era obvio que habían estado peleando y no le agradaba demasiado la cólera que percibía en la voz de _________________.
_________________ sacó el pañuelo de hilo que llevaba metido en la manga y se puso de puntillas para enjugar la sangre de la herida y ver cuán profunda era. Le apartó con delicadeza el cabello.
Joseph echó la cabeza hacia atrás. No estaba habituado a que nadie lo atendiese y no sabía cómo reaccionar.
-Quédate quieto, milord -le ordenó-. No te haré daño.
Joseph se quedó quieto y dejó que lo curase. "¡Maldición!", pensó, "esta mujer me agrada, pero no porque parece preocupada por mí sino porque corrió a atenderme primero a mí."
-¿Resolvisteis el conflicto que os molestaba? -preguntó _________________.
-Yo lo resolví -respondió Joseph con convicción.
_____________- miró al hermano. -¿Y tú, Nicholas?
-Sí -respondió en tono tan irritado como el del esposo de ___________.
¿Acaso no sabía que no era cortés pelear el día de la boda?
Reconocía sin embargo que Joseph había comenzado de manera agradable. En cuanto el padre MacKechnie dio la bendición final y terminó la misa, el flamante marido hizo girar a la esposa para que lo enfrentase. Le habían entregado un bello manto multicolor, igual al que él mismo llevaba y Gabriel plegó la tela larga y angosta sobre el hombro derecho de ______________. Un segundo manto de colores diferentes fue acomodado sobre el hombro izquierdo de la joven. El marido le explicó que el primero era el de los Jonas y el segundo, de los Maclaurin. Aguardó a que asintiera en señal de haber comprendido y luego la besó con tal vehemencia que le quitó el aliento.
___________ esperó que le diese un breve picotón pero el beso fue arrasador. La boca de Joseph era dura y cálida. El ardor de ese beso apasionado hizo que las mejillas de ___________ se tiñeran de rosado. Pensó en apartarse pero no lo hizo. El beso la sacudió tanto que no le quedaron fuerzas ni deseos de hacerlo.
Las risas que se oyeron tras ellos por fin llamaron la atención de Joseph. Interrumpió el beso con brusquedad, compuso una expresión satisfecha al ver el asombro pintado en el rostro de la novia y luego concentró la atención en el sacerdote.
_____________ no se recuperó tan rápido y se aflojó, apoyándose sobre el costado del esposo.
El padre MacKechnie rodeó el altar y se acercó a felicitarlo. -Bueno, fue una hermosa ceremonia nupcial.-afirmó.
Alex se abrió paso hacia la flamante pareja; ___________ sintió que le tironeaba de la falda y le sonrió.
El sacerdote llamó la atención de ___________ con una carcajada. -Por un momento, creí que no acabaríamos nunca.
Tanto el esposo como el clérigo miraron a _________ y la joven les sonrió. -Yo nunca lo dudé -afirmó-. Cuando tomo una decisión, la cumplo.
Ninguno de los dos hombres pareció creerle. El sacerdote apartó a Alex de las faldas de ______________ y lo hizo colocarse a la izquierda del padre. -,Por qué no comenzamos con la fila para los saludos? -sugirió-. La gente del clan querrá ofrecerles sus buenos deseos.
Joseph siguió mirando fijamente a la novia como si quisiera decirle algo y no hallara las palabras.
-Adam, ¿quieres decirme algo?
-No me llames así: ese nombre no me gusta.
-Pero es un bello nombre.
El hombre refunfuñó y ___________- trató de pasar por alto esa exclamación incivilizada. -Tendrías que estar orgulloso de llevar un nombre tan grandioso.
Joseph volvió a quejarse y _____________ desistió. -Cómo debería llamarte? -le preguntó, tratando de ser complaciente.
-Laird -propuso el esposo.
Parecía hablar en serio pero ____________ no pensaba aceptar esa propuesta. Era ridículo que los esposos emplearan nombres tan formales entre sí. ______________ resolvió usar la diplomacia pues comprendió que en ese momento no era conveniente desafiarlo.
-¿Y cuando estemos solos? -preguntó-. En ese caso, ¿puedo llamarte Adam?
-No.
-¿Y entonces, cuándo...?
-Si debes dirigirte a mí, llámame... llámame Jonas. Sí, eso estará bien.
-¿Si debo dirigirme a ti? ¿Tienes idea de lo arrogante que pareces?
Joseph se encogió de hombros. -No, pero está bien que digas que soy arrogante.
-No, no está bien.
Joseph no quiso seguir discutiendo. -Tuviste razón en incluir al niño.
A __________ le llevó unos momentos comprender que estaba agradeciéndole su acción pues le había hablado en tono gruñón y además seguía reaccionando a la absurda propuesta de llamarlo Jonas.
No supo cómo responder. Asintió y dijo: -Tendría que haber recibido un buen baño antes de la ceremonia.
___________________ intentó ocultar la sonrisa. En realidad, no tendría que permitirle que lo regañara en público de esa forma pero, a decir verdad, estaba tan contento al comprobar que tenía cierto carácter que no la reprendió.
-La próxima vez, me ocuparé de que se bañe.
De inmediato, la joven comprendió la ironía y no le pasó por alto la insinuación de que Joseph podría volver a casarse.
-Te agrada quedarte con la última palabra, ¿no es cierto, laird?
-Así es -admitió el hombre con una sonrisa.
El guerrero notó que Alex contemplaba embelesado a _______. El sacerdote lo había colocado fuera de la línea de recepción, pero el niño ya se había acercado otra vez a __________________.
La novia se había ganado al niño en pocos minutos. Joseph se preguntó cuánto tiempo le llevaría a él ganarse el cariño de la joven. ¡Qué idea tan tonta! ¿Qué le importaba lo que sintiera por él? El matrimonio le había dado la posesión de las tierras y eso era lo único importante.
Los soldados de los dos clanes se acercaron uno a uno para presentarse a _____________ y ofrecer sus felicitaciones al laird. Luego, llegaron las mujeres. Una joven pelirroja que le presentaron como Leila, del clan MacIaurin, entregó a __________________ un hermoso ramo de flores púrpuras y blancas. La recién casada agradeció el obsequio y pensó en agregarlo al ramo que aferraba en la otra mano. Al ver el desastre que
había hecho con el ramo que le había entregado el padre MacKechnie rompió a reír. De las flores ya no quedaba nada. ¿Había llevado un ramillete de tallos durante la ceremonia?
Para cuando finalizaron las presentaciones, Alex estaba inquieto. Las mujeres iban de aquí para allá con fuentes de comida que colocaban sobre las mesas junto a las cuales ya estaban reuniéndose los hombres. Joseph estaba concentrado en una conversación con dos soldados Maclaurin.
_______________ se volvió hacia Calum y Keith. -Hay seis caballos en el prado junto al arroyo -comenzó.
-Uno será mío -exclamó Alex.
Joseph oyó el comentario del hijo y se volvió a mirar a J_______________ con sonrisa maliciosa. -¡De modo que es así como lo conquistaste!
_______________ lo ignoró y siguió hablando con los soldados. -Son mi regalo de bodas a mi esposo... y a Alex -se apresuró a agregar-. Por favor, ¿podrían enviar a alguien a buscarlos?
Los soldados se inclinaron y fueron a cumplir el pedido. Alex tironeó del borde de la tónica de ____________.
-¿Papá te dio algún regalo?
El padre respondió a la pregunta. -No, Alex.
Pero ____________ lo contradijo: -Sí, lo hizo.
-¿Qué te obsequió? -preguntó el pequeño.
Joseph también sintió curiosidad por oír la respuesta. ______________ le sonreía a Alex.
-Me dio un hijo.
Esa afirmación dejó atónito a Joseph, pero el niño no entendió bien lo que quería decir.
-Pero yo soy hijo de él -afirmó el pequeño señalándose el pecho para estar seguro de que_____________ lo comprendiera.
-Sí-respondió ________________.
El niño sonrió. -¿Un hijo es mejor que seis caballos?
-Por supuesto.
-¿Mejor aun que ciento?
-Sí.
Alex se convenció de su propia importancia y el pecho se le hinchó de orgullo.
-¿Cuántos años tienes? -preguntó _____________.
El niño abrió la boca para responder y luego volvió a cerrarla. La expresión confundida del pequeño demostró a ______________ que no lo sabía y se volvió hacia el esposo en procura de una respuesta. Joseph se encogió de hombros: era evidente que él tampoco lo sabía.
_______________ quedó estupefacta: -¿No sabes la edad de tu hijo?
-Es pequeño -respondió Joseph.
Alex se apresuró a reafirmar lo que decía el padre. -Soy pequeño -repitió--. Papá, ¿puedo ir a ver los caballos?
Joseph asintió. El niño soltó la falda de ____________ y fue en busca de Calum y de Keith.
El padre MacKechnie había presenciado la escena entre el chico y _______. -El muchacho está fascinado con ella, ¿no? -comentó al laird mientras veía a Alex cruzar el patio corriendo.
-Lo sobornó -dijo Gabriel marcando las palabras.
-Sí, así es -admitió _______________.
-No es tan fácil conquistar a los hombres -señaló el esposo.
-Laird, no me interesa conquistar a ningún hombre. Por favor, discúlpame. Quisiera hablar con mí hermano.
Era una excusa perfecta pero Joseph la estropeó aferrando a _____________ de la mano.
Nicholas se había acercado a la hermana. Por supuesto, estaba rodeado de mujeres pues era guapo y encantador y ______________ tuvo que esperar unos minutos hasta que el hermano advirtió que lo llamaba y se libró de las admiradoras.
Nicholas le habló primero a Joseph. -Dentro de uno o dos meses, enviaré algunos hombres aquí para ayudar en la reconstrucción.
Joseph movió la cabeza. -No mandarás ningún soldado aquí. Los mataríamos en cuanto posaran un pie en nuestra tierra.
-Jonas, eres un hombre obstinado.
-¿De cuánto fue la multa que le pagaste al rey?
-¿Qué multa? -preguntó _______________.
Tanto Nicholas como Joe pasaron por alto la pregunta. El hermano informó a Joseph de la suma y Joe afirmó que se la devolvería.
Por fin, __________ entendió y dijo al hermano: -¿Quiere decir que nuestro rey te hizo pagar una multa? ¿Por qué, Nicholas?
-Porque nosotros elegimos a tu esposo, ____________. Acordamos... un precio...
-¿Y si yo aceptaba casarme con el elegido por el rey? -lo aguijoneó ____________.
-¿Williams? -preguntó Nicholas.
La joven asintió.
-En ese caso, no habría habido necesidad de pagar una multa, claro.
-Me mentiste. Me dijiste que no tenias suficientes monedas para prestarme con que pagarle a John para que yo pudiese permanecer libre un año más.
Nicholas exhaló un suspiro. -En efecto, te mentí -confesó-. Tú intentabas postergar lo inevitable y yo estaba preocupado por tu seguridad. ¡Maldición, estabas prisionera en Londres! Yo no podía estar seguro de que estuvieses a salvo mucho tiempo más y también me afligía la posibilidad de que John le diese las tierras de los Maclaurin a otro.
__________________ comprendió que tenía razón, y también que la quería y sólo pensaba en su seguridad. -Te perdono el engaño, Nicholas.
-Vete a casa, barón, y no vuelvas. Ya cumpliste tu deber y ahora _______________ queda bajo mi responsabilidad.
______________ quedó estupefacta ante la rudeza del esposo. -¿Ya? -exclamó--. ¿Quieres que se vaya ahora mismo?
-Ahora -repitió el guerrero.
-Mi hermano...
-No es tu hermano.
El comportamiento de Joseph la indignó tanto que sintió deseos de gritar. Pero en ese momento el esposo no le prestaba ninguna atención a ella sino a Nicholas.
-Tendría que haberlo adivinado -dijo-. Vosotros no parecéis hermanos, y cuando ______________ le dijo al sacerdote su nombre completo, comprendí que no estáis emparentados. Tus sentimientos hacia ella...
Nicholas no lo dejó continuar. -Eres muy astuto -lo interrumpió-. ____________ no tiene la menor idea. Deja las cosas como están.
-Laird...
-Déjanos, ________________. Esta discusión no te incumbe.
El tono de Joseph le indicó que no debía contradecirlo. _____________ comenzó a estrujar los pétalos del ramo de flores frescas mientras contemplaba las expresiones sombrías de los dos hombres.
__________________ no tuvo que decidir si debía irse o quedarse pues el padre MacKechnie había oído lo suficiente para saber que estaba gestándose una pelea. Con fingido entusiasmo, tomó a ______________ del brazo y dijo: -Si no pruebas los platos especiales, herirás los sentimientos de las mujeres que los prepararon. Ven. No se quedarán tranquilas hasta que la nueva señora les dé una alabanza. ¿Recuerdas cómo se dice gracias" en celta?
El sacerdote la llevó a medias arrastrándola, a medias empujándola para alejarla de los dos hombres. _____________ siguió mirando sobre el hombro para ver qué sucedía. Nicholas parecía furioso y Joseph también. Vio que el que más hablaba era su flamante esposo. Nicholas lanzó una mirada en su dirección, advirtió que ________________ lo observaba y le dijo algo a Joseph. El marido asintió y los dos hombres se volvieron y desaparecieron cuesta abajo.
No volvió a ver a ninguno de los dos hasta que el sol comenzaba a desvanecerse en el cielo. Cuando divisó al marido y al hermano que subían la colina, soltó un suspiro de alivio. Tras ellos, el cielo estaba estriado de los rayos anaranjados del poniente. Las siluetas oscuras, recortadas a contraluz a la distancia, parecían místicas. Se diría que brotaban de la tierra misma, como invencibles guerreros divinos moviéndose con gracia sin par.
Eran los guerreros más perfectos que hubiese visto y no cabía duda de que el arcángel Gabriel debía de estar sonriéndoles a los dos. Después de todo, estarían hechos a su imagen.
____________________ sonrió ante esos pensamientos tan fantasiosos. Luego los observó bien y dejó escapar una exclamación horrorizada. A Nicholas le sangraba la nariz y tenía el ojo derecho casi cerrado por la hinchazón. Joseph no se veía en mejores condiciones. Le manaba sangre de un corte en la parte alta de la frente y de otro junto a la boca.
No supo a quién gritarle primero. Por instinto, pensó en correr hacia Nicholas para regañarlo mientras calibraba la gravedad de las heridas pero, para el momento en que se alzó el borde de la falda y comenzó a correr, comprendió que debía acudir primero a Gabriel. Era su esposo y tenía que estar en el centro de sus pensamientos. Por otra parte, si lograba calmarlo quizás estuviese más dispuesto a escuchar razones y a permitir que el hermano se quedara unos días.
-Habéis estado peleando-gritó, al llegar junto al esposo. Joseph no creyó necesario responder: era obvio que habían estado peleando y no le agradaba demasiado la cólera que percibía en la voz de _________________.
_________________ sacó el pañuelo de hilo que llevaba metido en la manga y se puso de puntillas para enjugar la sangre de la herida y ver cuán profunda era. Le apartó con delicadeza el cabello.
Joseph echó la cabeza hacia atrás. No estaba habituado a que nadie lo atendiese y no sabía cómo reaccionar.
-Quédate quieto, milord -le ordenó-. No te haré daño.
Joseph se quedó quieto y dejó que lo curase. "¡Maldición!", pensó, "esta mujer me agrada, pero no porque parece preocupada por mí sino porque corrió a atenderme primero a mí."
-¿Resolvisteis el conflicto que os molestaba? -preguntó _________________.
-Yo lo resolví -respondió Joseph con convicción.
_____________- miró al hermano. -¿Y tú, Nicholas?
-Sí -respondió en tono tan irritado como el del esposo de ___________.
Continuara...
Rachel lovebug
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Como así que mochilas no es hermano de la rayis????
No entiendo y q sabe Joseph????
Siguelaaaaaaa
No entiendo y q sabe Joseph????
Siguelaaaaaaa
Julieta♥
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Capitulo 5 Parte Dos
La joven se dirigió otra vez al esposo. -¿Por qué provocaste a Nicholas? Sabes que es mi hermano -agregó con gesto afirmativo-. Mis padres se hicieron cargo de él cuando tenía ocho años. El estaba cuando yo nací y lo llamé mi hermano desde el momento en que comencé a hablar. Le debes una disculpa, esposo.
Joe no hizo caso de la sugerencia y le aferró la muñeca para que dejase de limpiarle la herida; luego se dirigió a Nicholas.
-Despídete ahora -le ordenó-. No volverás a verla.
-¡No! -gritó _____________. Se soltó del marido y corrió hacía el hermano arrojándose en sus brazos.
-No me dijiste la verdad acerca de él -murmuró-. No es un hombre gentil: es duro y cruel. No soporto la idea de no volver a verte. Yo te quiero. Me protegiste cuando nadie lo hacía. Creíste en mí. Por favor, Nicholas, llévame a casa contigo. No quiero quedarme aquí.
-Cálmate, _________________. Todo irá bien Joseph tiene buenos motivos para querer que mis hombres y yo nos marchemos de aquí. Aprende a confiaren él.
Mientras hablaba, Nicholas sostuvo la mirada de Jonas.
-¿Por qué no quiere que regreses?
Nicholas movió la. cabeza y su silencio demostró a ___________ que no pensaba explicárselo. -¿Qué mensaje quieres que le transmita .a nuestra madre? La veré el mes que viene.
-Regresaré a casa contigo.
La sonrisa del hermano estaba colmada de ternura.. -Ahora estás casada: este es tu hogar. Tienes que quedarte con tu esposo, ______________.
_________________ no lo dejaba irse. Nicholas se inclinó, la besó en la frente y luego le apartó las manos y la empujó con suavidad hacia el esposo.
-Jonas, trátala bien pues de lo contrario, por todo lo que es sagrado, volveré y te mataré.
-Estarás en tu derecho -respondió Joseph. Pasó junto a _________y dio un manotón sobre la mano de Nicholas-. Tú y yo hemos llegado a un acuerdo. Mi palabra es mi contrato, barón.
-Y mi palabra es el mío, laird.
Los dos hombres asintieron. ______________ permaneció ahí con las lágrimas corriéndole por el rostro mientras veía alejarse al hermano. Nicholas montó en su potro, cabalgó colina abajo y desapareció de la vista sin mirar atrás.
___________________ se dio la vuelta y vio que el esposo también se había ido. De pronto, se encontró sola. Permaneció en el límite del claro sintiéndose tan lúgubre y desolada como el lugar que la rodeaba. No se movió hasta que el sol desapareció del cielo. Al fin, el viento helado la sacó de su ensimismamiento. Tembló y se frotó los brazos mientras regresaba lentamente al patio. ________________ no vio a un solo escocés hasta que llegó al centro del claro. Entonces vio al esposo. Estaba apoyado contra la entrada del alcázar, observándola.
_________________ se secó las lágrimas, se irguió y avanzó. Ascendió los escalones con una sola intención. Aunque fuese un gesto infantil, estaba decidida a decirle cuánto le desagradaba.
No tuvo la menor oportunidad. Joseph esperó a que estuviese cerca y la rodeó con los brazos. La aferró contra su pecho, apoyó la barbilla sobre la cabeza de ________________ y la abrazó.
¡En verdad, intentaba consolarla! Ese gesto confundió a _____________. A fin de cuentas, él había sido el causante de su desazón y ahora trataba de calmarla...
Pese a todo, resultó. ________________ comprendió que estaba demasiado agotada después de un día tan largo y difícil y sin duda ese fue el motivo de que no tratara de apartarlo. Joseph le brindaba una maravillosa calidez; "necesito este calor", pensó la joven, "para quitarme el frío. Le diré lo que pienso, pero primero me entibiaré."
Joseph la sostuvo largo rato mientras aguardaba, paciente, que recobrara la compostura.
Por fin, ________________ se apartó. -Milord, la rudeza con que trataste a mi hermano me hizo muy desdichada.
Esperaba una disculpa pero como pasaba el tiempo comprendió que no la recibiría.
-Ahora quisiera ir a acostarme -dijo-. Tengo mucho sueño. Por favor, ¿me acompañas a mi cabaña? En esta oscuridad no la encontraría.
-La cabaña en la que dormiste anoche pertenece a uno de los Jonas. No volverás a dormir ahí.
-¿Y dónde dormiré?
-Dentro -respondió-. En el piso superior hay dos recámaras. Los Maclaurin lograron detener el fuego antes de que llegara a la escalera.
Joseph abrió la puerta y le hizo ademán de que entrara, pero ____________ no se movió.
-Milord, ¿puedo preguntarte algo?
Aguardó que asintiera y luego dijo: -¿Algún día me explicarás por qué echaste a mi hermano y le ordenaste que no regresara jamás?
-A su debido tiempo lo entenderás -respondió el hombre-. Pero si no es así, tendré mucho gusto en explicártelo.
-Gracias.
-_______________, soy capaz de mostrarme complaciente.
_______________ no lanzó un resoplido desdeñoso porque no sería propio de una dama pero la expresión de sus ojos indicó que no le creía.
-Esposa mía, liberé a tu hermano de una carga.
-¿Yo era su carga?
Joseph movió la cabeza en señal de negativa. -No, tú no -respondió-. Ahora, entra.
La joven prefirió obedecer. La mujer que le había entregado el ramillete de flores frescas aguardaba de pie junto a la escalera.
-________________, esto es...
La recién casada no lo dejó terminar. -Leila -dijo-. Gracias otra vez por esas bellas flores. Fue muy considerado de tu parte.
-Milady, le doy la bienvenida -respondió la mujer. Tenía una voz suave y cantarina y una agradable sonrisa. Los cabellos eran rojos como el fuego y como este, atraían las miradas. ______________ supuso que tenía una edad similar a la de ella misma.
-¿Le resultó difícil abandonar a su familia y a sus amigos para venir aquí? -preguntó Leila.
-No tenía amigos íntimos -respondió ________________.
-¿Y con respecto a la servidumbre? Por cierto, nuestro laird debe de haberle dado permiso para traer a su doncella.
______________________ no supo qué responder. Casi no conocía a los criados pues Raulf los cambiaba todos los meses. Al principio, _____________ creyó que se debía a que era demasiado exigente pero luego comprendió que no era así. Quería mantenerla aislada, que no tuviera en quién confiar, que dependiese por entero de él. Después de la muerte de Raulf la llevaron a Londres y no trabó relación con nadie mientras estuvo prisionera en la corte del rey John.
-Yo no habría permitido que hubiese aquí otra mujer inglesa -afirmó Joseph al ver que ___________________ vacilaba en responder.
-Prefirieron quedarse en Inglaterra -dijo al fin _______________.
Leila asintió, se volvió para subir las escaleras y _________________ la siguió. -¿Cree que será feliz aquí? -preguntó la muchacha.
-¡0h, sí! -respondió _______________, deseando estar en lo cierto-. Aquí estaré a salvo.
Joseph frunció el entrecejo. _________________ no tenía idea de lo mucho que ese comentario revelaba de su propio pasado. El hombre se quedó al pie de las escaleras, contemplando a la novia.
Leila, en cambio, no era tan perspicaz como el laird. -Yo le pregunté si sería feliz -dijo en tono risueño-. Claro que estará a salvo: nuestro laird la protegerá.
_________________ pensó: "Yo puedo cuidarme', pero no se lo dijo a Leila porque no quería que pensara que estaba agradecida de contar con la protección del laird. Giró hacia el esposo.
-Buenas noches, milord.
-Buenas noches, _______________.
Johanna siguió a Leila hasta el tope de las escaleras. El descansillo estaba en parte bloqueado a la izquierda por una montaña de banastos de madera, para evitar que alguien se cayera sobre el salón o el pasillo de abajo. Del lado opuesto había un corredor angosto. Iluminaban el camino unas velas colocadas en candelabros de bronce fijos a las paredes. Leila comenzó a explicarle a _______________ los detalles de la casa y le rogó que le hiciera cualquier pregunta que se le ocurriese. Otra mujer, Megan, aguardaba en el interior de la primera habitación con el baño de _____________ preparado. Tenía cabello castaño oscuro y ojos almendrados y también lucía el manto de los Maclaurin. Exhibía una sonrisa tan agradable como la de Leila.
La recién desposada se serenó un tanto ante esa inmediata aceptación. El baño le pareció maravilloso y les agradeció haber pensado en brindarle semejante placer.
-Nuestro laird ordenó que le preparásemos el baño -le aclaró Megan-. Como anoche un Jonas le dejó su cama, ahora les tocaba a los Maclaurin hacer algo por usted.
-Es lo justo -agregó Leila.
Antes de que ____________ pudiese preguntar qué significaba ese comentario, Megan cambió de tema: quería hablar acerca de la boda. -Estaba usted hermosísima, milady. ¿Usted realizó el bordado del vestido? Es encantador.
-Claro que no lo hizo ella -dijo Leila-. La doncella...
-Lo hice yo misma -afirmó ________________.
Siguieron conversando todo el tiempo que duró el baño. Al fin, la desposada les dio las buenas noches a las jóvenes y se dirigió por el pasillo hasta la segunda habitación.
Dentro, estaba tibio y acogedor. Contra la pared exterior había una chimenea, una enorme cama con colgaduras de los colores de Jonas contra la pared opuesta y una ventana que daba al prado junto al arroyo. Una gruesa manta de piel cubría la ventana cerrando el paso al frío viento nocturno y el fuego que ardía en el hogar hacía el cuarto aun más acogedor.
La cama pareció tragársela y _______________ imaginó que bajo las mantas podrían dormir cuatro personas una junto a otra, sin tocarse. La única incomodidad era que sentía frío en los pies. Pensó en salir de la cama para buscar un par de medias de lana, pero luego le pareció demasiado esfuerzo y desistió. "Tendría que haberme deshecho la trenza", pensó lanzando un bostezo. "Por la mañana mi cabello estará lleno de nudos, pero estoy demasiado fatigada." Cerró los ojos, dijo sus oraciones y se dispuso a dormir.
La puerta se abrió en el instante mismo en que comenzaba a adormilarse. La mente de _______________ no registró lo que sucedía hasta que sintió que un costado de la cama se hundía. Abrió lentamente los ojos: "Está bien", se dijo. "Es Joseph y no un intruso sentado al costado de la cama".
Joseph se quitó las botas y ______________ trató de no alarmarse. -¿Qué haces, milord? -dijo en un murmullo adormilado.
Joseph le contestó por encima del hombro: -Me desvisto para acostarme.
____________ cerró los ojos otra vez y el esposo pensó que se había dormido. Joseph se quedó contemplándola largo rato. Dormía de costado, de cara hacia él. El cabello, dorado como el amanecer, se desparramaba sobre los hombros como un manto. Le pareció exquisita, frágil e inocente. Era mucho más joven de lo que Joseph había imaginado, y después que él y Nicholas resolvieron sus diferencias y el barón, con toda prudencia, decidió obedecer las órdenes, Joseph le preguntó cuál era la edad exacta de la hermana. Nicholas no recordaba la fecha de nacimiento de ______________ pero sí que era casi una niña cuando los padres recibieron la orden del rey John de entregarla en matrimonio al barón favorito del monarca.
De súbito, _________________ se incorporó en la cama. -¿Aquí? Milord, ¿piensas dormir aquí? -preguntó casi sin aliento.
Joseph asintió y se preguntó por qué parecería tan aterrada.
_______________ se quedó con la boca abierta, demasiado estupefacta para hablar. Joseph se puso de pie, desató la correa de cuero que sujetaba el manto y arrojó la correa sobre una silla cercana.. El manto cayó al suelo.
Estaba completamente desnudo. _______________ cerró con fuerza los ojos. -¡Adam...! -murmuró en un susurro ahogado.
Antes de cerrar los ojos, ____________ alcanzó a echar una mirada a la espalda de Joseph y eso fue suficiente para hacerle palpitar el corazón. El esposo estaba bronceado por el sol desde el cuello hasta los tobillos: ¿cómo era posible'! ¿Acaso se exponía desnudo al sol?
No pensaba preguntárselo. Sintió que apartaba las mantas y la sacudida de la cama cuando Joseph se tendió junto a ella. El hombre hizo ademán de acercarse.
Tomándose las rodillas, la joven se volvió y lo enfrentó. Vio que el hombre estaba tendido de espaldas y no se había molestado en cubrirse. Entonces, ________________ aferró las mantas y lo tapó hasta la cintura. Sintió que el rostro le ardía de vergüenza.
-Milord, me has engañado. ¡Sí, me engañaste! -casi gritó.
Joe no hizo caso de la sugerencia y le aferró la muñeca para que dejase de limpiarle la herida; luego se dirigió a Nicholas.
-Despídete ahora -le ordenó-. No volverás a verla.
-¡No! -gritó _____________. Se soltó del marido y corrió hacía el hermano arrojándose en sus brazos.
-No me dijiste la verdad acerca de él -murmuró-. No es un hombre gentil: es duro y cruel. No soporto la idea de no volver a verte. Yo te quiero. Me protegiste cuando nadie lo hacía. Creíste en mí. Por favor, Nicholas, llévame a casa contigo. No quiero quedarme aquí.
-Cálmate, _________________. Todo irá bien Joseph tiene buenos motivos para querer que mis hombres y yo nos marchemos de aquí. Aprende a confiaren él.
Mientras hablaba, Nicholas sostuvo la mirada de Jonas.
-¿Por qué no quiere que regreses?
Nicholas movió la. cabeza y su silencio demostró a ___________ que no pensaba explicárselo. -¿Qué mensaje quieres que le transmita .a nuestra madre? La veré el mes que viene.
-Regresaré a casa contigo.
La sonrisa del hermano estaba colmada de ternura.. -Ahora estás casada: este es tu hogar. Tienes que quedarte con tu esposo, ______________.
_________________ no lo dejaba irse. Nicholas se inclinó, la besó en la frente y luego le apartó las manos y la empujó con suavidad hacia el esposo.
-Jonas, trátala bien pues de lo contrario, por todo lo que es sagrado, volveré y te mataré.
-Estarás en tu derecho -respondió Joseph. Pasó junto a _________y dio un manotón sobre la mano de Nicholas-. Tú y yo hemos llegado a un acuerdo. Mi palabra es mi contrato, barón.
-Y mi palabra es el mío, laird.
Los dos hombres asintieron. ______________ permaneció ahí con las lágrimas corriéndole por el rostro mientras veía alejarse al hermano. Nicholas montó en su potro, cabalgó colina abajo y desapareció de la vista sin mirar atrás.
___________________ se dio la vuelta y vio que el esposo también se había ido. De pronto, se encontró sola. Permaneció en el límite del claro sintiéndose tan lúgubre y desolada como el lugar que la rodeaba. No se movió hasta que el sol desapareció del cielo. Al fin, el viento helado la sacó de su ensimismamiento. Tembló y se frotó los brazos mientras regresaba lentamente al patio. ________________ no vio a un solo escocés hasta que llegó al centro del claro. Entonces vio al esposo. Estaba apoyado contra la entrada del alcázar, observándola.
_________________ se secó las lágrimas, se irguió y avanzó. Ascendió los escalones con una sola intención. Aunque fuese un gesto infantil, estaba decidida a decirle cuánto le desagradaba.
No tuvo la menor oportunidad. Joseph esperó a que estuviese cerca y la rodeó con los brazos. La aferró contra su pecho, apoyó la barbilla sobre la cabeza de ________________ y la abrazó.
¡En verdad, intentaba consolarla! Ese gesto confundió a _____________. A fin de cuentas, él había sido el causante de su desazón y ahora trataba de calmarla...
Pese a todo, resultó. ________________ comprendió que estaba demasiado agotada después de un día tan largo y difícil y sin duda ese fue el motivo de que no tratara de apartarlo. Joseph le brindaba una maravillosa calidez; "necesito este calor", pensó la joven, "para quitarme el frío. Le diré lo que pienso, pero primero me entibiaré."
Joseph la sostuvo largo rato mientras aguardaba, paciente, que recobrara la compostura.
Por fin, ________________ se apartó. -Milord, la rudeza con que trataste a mi hermano me hizo muy desdichada.
Esperaba una disculpa pero como pasaba el tiempo comprendió que no la recibiría.
-Ahora quisiera ir a acostarme -dijo-. Tengo mucho sueño. Por favor, ¿me acompañas a mi cabaña? En esta oscuridad no la encontraría.
-La cabaña en la que dormiste anoche pertenece a uno de los Jonas. No volverás a dormir ahí.
-¿Y dónde dormiré?
-Dentro -respondió-. En el piso superior hay dos recámaras. Los Maclaurin lograron detener el fuego antes de que llegara a la escalera.
Joseph abrió la puerta y le hizo ademán de que entrara, pero ____________ no se movió.
-Milord, ¿puedo preguntarte algo?
Aguardó que asintiera y luego dijo: -¿Algún día me explicarás por qué echaste a mi hermano y le ordenaste que no regresara jamás?
-A su debido tiempo lo entenderás -respondió el hombre-. Pero si no es así, tendré mucho gusto en explicártelo.
-Gracias.
-_______________, soy capaz de mostrarme complaciente.
_______________ no lanzó un resoplido desdeñoso porque no sería propio de una dama pero la expresión de sus ojos indicó que no le creía.
-Esposa mía, liberé a tu hermano de una carga.
-¿Yo era su carga?
Joseph movió la cabeza en señal de negativa. -No, tú no -respondió-. Ahora, entra.
La joven prefirió obedecer. La mujer que le había entregado el ramillete de flores frescas aguardaba de pie junto a la escalera.
-________________, esto es...
La recién casada no lo dejó terminar. -Leila -dijo-. Gracias otra vez por esas bellas flores. Fue muy considerado de tu parte.
-Milady, le doy la bienvenida -respondió la mujer. Tenía una voz suave y cantarina y una agradable sonrisa. Los cabellos eran rojos como el fuego y como este, atraían las miradas. ______________ supuso que tenía una edad similar a la de ella misma.
-¿Le resultó difícil abandonar a su familia y a sus amigos para venir aquí? -preguntó Leila.
-No tenía amigos íntimos -respondió ________________.
-¿Y con respecto a la servidumbre? Por cierto, nuestro laird debe de haberle dado permiso para traer a su doncella.
______________________ no supo qué responder. Casi no conocía a los criados pues Raulf los cambiaba todos los meses. Al principio, _____________ creyó que se debía a que era demasiado exigente pero luego comprendió que no era así. Quería mantenerla aislada, que no tuviera en quién confiar, que dependiese por entero de él. Después de la muerte de Raulf la llevaron a Londres y no trabó relación con nadie mientras estuvo prisionera en la corte del rey John.
-Yo no habría permitido que hubiese aquí otra mujer inglesa -afirmó Joseph al ver que ___________________ vacilaba en responder.
-Prefirieron quedarse en Inglaterra -dijo al fin _______________.
Leila asintió, se volvió para subir las escaleras y _________________ la siguió. -¿Cree que será feliz aquí? -preguntó la muchacha.
-¡0h, sí! -respondió _______________, deseando estar en lo cierto-. Aquí estaré a salvo.
Joseph frunció el entrecejo. _________________ no tenía idea de lo mucho que ese comentario revelaba de su propio pasado. El hombre se quedó al pie de las escaleras, contemplando a la novia.
Leila, en cambio, no era tan perspicaz como el laird. -Yo le pregunté si sería feliz -dijo en tono risueño-. Claro que estará a salvo: nuestro laird la protegerá.
_________________ pensó: "Yo puedo cuidarme', pero no se lo dijo a Leila porque no quería que pensara que estaba agradecida de contar con la protección del laird. Giró hacia el esposo.
-Buenas noches, milord.
-Buenas noches, _______________.
Johanna siguió a Leila hasta el tope de las escaleras. El descansillo estaba en parte bloqueado a la izquierda por una montaña de banastos de madera, para evitar que alguien se cayera sobre el salón o el pasillo de abajo. Del lado opuesto había un corredor angosto. Iluminaban el camino unas velas colocadas en candelabros de bronce fijos a las paredes. Leila comenzó a explicarle a _______________ los detalles de la casa y le rogó que le hiciera cualquier pregunta que se le ocurriese. Otra mujer, Megan, aguardaba en el interior de la primera habitación con el baño de _____________ preparado. Tenía cabello castaño oscuro y ojos almendrados y también lucía el manto de los Maclaurin. Exhibía una sonrisa tan agradable como la de Leila.
La recién desposada se serenó un tanto ante esa inmediata aceptación. El baño le pareció maravilloso y les agradeció haber pensado en brindarle semejante placer.
-Nuestro laird ordenó que le preparásemos el baño -le aclaró Megan-. Como anoche un Jonas le dejó su cama, ahora les tocaba a los Maclaurin hacer algo por usted.
-Es lo justo -agregó Leila.
Antes de que ____________ pudiese preguntar qué significaba ese comentario, Megan cambió de tema: quería hablar acerca de la boda. -Estaba usted hermosísima, milady. ¿Usted realizó el bordado del vestido? Es encantador.
-Claro que no lo hizo ella -dijo Leila-. La doncella...
-Lo hice yo misma -afirmó ________________.
Siguieron conversando todo el tiempo que duró el baño. Al fin, la desposada les dio las buenas noches a las jóvenes y se dirigió por el pasillo hasta la segunda habitación.
Dentro, estaba tibio y acogedor. Contra la pared exterior había una chimenea, una enorme cama con colgaduras de los colores de Jonas contra la pared opuesta y una ventana que daba al prado junto al arroyo. Una gruesa manta de piel cubría la ventana cerrando el paso al frío viento nocturno y el fuego que ardía en el hogar hacía el cuarto aun más acogedor.
La cama pareció tragársela y _______________ imaginó que bajo las mantas podrían dormir cuatro personas una junto a otra, sin tocarse. La única incomodidad era que sentía frío en los pies. Pensó en salir de la cama para buscar un par de medias de lana, pero luego le pareció demasiado esfuerzo y desistió. "Tendría que haberme deshecho la trenza", pensó lanzando un bostezo. "Por la mañana mi cabello estará lleno de nudos, pero estoy demasiado fatigada." Cerró los ojos, dijo sus oraciones y se dispuso a dormir.
La puerta se abrió en el instante mismo en que comenzaba a adormilarse. La mente de _______________ no registró lo que sucedía hasta que sintió que un costado de la cama se hundía. Abrió lentamente los ojos: "Está bien", se dijo. "Es Joseph y no un intruso sentado al costado de la cama".
Joseph se quitó las botas y ______________ trató de no alarmarse. -¿Qué haces, milord? -dijo en un murmullo adormilado.
Joseph le contestó por encima del hombro: -Me desvisto para acostarme.
____________ cerró los ojos otra vez y el esposo pensó que se había dormido. Joseph se quedó contemplándola largo rato. Dormía de costado, de cara hacia él. El cabello, dorado como el amanecer, se desparramaba sobre los hombros como un manto. Le pareció exquisita, frágil e inocente. Era mucho más joven de lo que Joseph había imaginado, y después que él y Nicholas resolvieron sus diferencias y el barón, con toda prudencia, decidió obedecer las órdenes, Joseph le preguntó cuál era la edad exacta de la hermana. Nicholas no recordaba la fecha de nacimiento de ______________ pero sí que era casi una niña cuando los padres recibieron la orden del rey John de entregarla en matrimonio al barón favorito del monarca.
De súbito, _________________ se incorporó en la cama. -¿Aquí? Milord, ¿piensas dormir aquí? -preguntó casi sin aliento.
Joseph asintió y se preguntó por qué parecería tan aterrada.
_______________ se quedó con la boca abierta, demasiado estupefacta para hablar. Joseph se puso de pie, desató la correa de cuero que sujetaba el manto y arrojó la correa sobre una silla cercana.. El manto cayó al suelo.
Estaba completamente desnudo. _______________ cerró con fuerza los ojos. -¡Adam...! -murmuró en un susurro ahogado.
Antes de cerrar los ojos, ____________ alcanzó a echar una mirada a la espalda de Joseph y eso fue suficiente para hacerle palpitar el corazón. El esposo estaba bronceado por el sol desde el cuello hasta los tobillos: ¿cómo era posible'! ¿Acaso se exponía desnudo al sol?
No pensaba preguntárselo. Sintió que apartaba las mantas y la sacudida de la cama cuando Joseph se tendió junto a ella. El hombre hizo ademán de acercarse.
Tomándose las rodillas, la joven se volvió y lo enfrentó. Vio que el hombre estaba tendido de espaldas y no se había molestado en cubrirse. Entonces, ________________ aferró las mantas y lo tapó hasta la cintura. Sintió que el rostro le ardía de vergüenza.
-Milord, me has engañado. ¡Sí, me engañaste! -casi gritó.
Continuara...
Rachel lovebug
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Oh pero por que corrio a Nicholas?
Y como la dejas ahí? Siguelaa
Y como la dejas ahí? Siguelaa
JB&1D2
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
En qué la engaño????
Ya quiero saber más !!!!!
Síguela!!!!!!!!
Ya quiero saber más !!!!!
Síguela!!!!!!!!
Julieta♥
Re: Lady ____________. (Joe Jonas y Tu)
Regrese ammm xD perdon e.e se me olvidaba qe tenia este tema PERO
el jueves (si es que les interesa) les subo dos capitulos completos ;)
SALUDOS y mil disculpas xD
el jueves (si es que les interesa) les subo dos capitulos completos ;)
SALUDOS y mil disculpas xD
Rachel lovebug
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