Sentimientos Mutuos[Logan Lerman] Terminada.

Después de la hora de Historia salieron al receso del cual Madison si o si debía hablar con Logan. Quizás era mejor ir paso a paso pero no podía. Estaba totalmente paranoica si iba paso a paso como estúpida mientras Sheila se fijaba en el. Suspiro. No encontraba la forma de hablar y acercarse a él sin que pudiera correr el riesgo de que el la rechazara. Tenía miedo, miedo a que ese Logan no quisiera su amistad y una vez más rechazara su amor.

Salió de sus pensamientos cuando sintió un abrazo por detrás, giro la cabeza para ver quién podría ser y vio a su amigo Michael abrazándola. El era un poco más alto que ella, era rubio, usaba lentes y solía ser buen amigo para todas. Pero en verdad era un mentiroso y un desgraciado. Había hecho tantas cosas malas que Madison lo detestaba y no lo consideraba mas su amigo por las mentiras que había dicho. Redondeo los ojos y aparto sus manos de ella. Lo miro con desprecio y meneo la cabeza. Marcharse lejos de él y localizar a Logan, era lo mejor.

- ¿Y a esta que le pasa? - pregunto Michael molesto a Rouse que estaba igual de extrañada ante la reacción de Madison.

- No lo sé, pero esta rara - contesto Rouse frunciendo el seño.

- ¡Y mira como esta vestida! - exclamo recordando su ropa.

- Quizás quiere probar un nuevo look - defendió a su amiga.

- O quizás se volvió loca - opino levantándose los hombres.

- Cállate, enano - le ordeno severa - Solo esta rara hoy, seguro mañana se le pasara - aseguro Rouse casi segura de sí misma, casi.

Madison camino de vuelta hasta el patio y una vez mas lo vio con su guitarra en su mano. Respiro profundo ¿Se atrevería a acercarse? Su corazón estaba latiendo a mil por hora, sus manos no dejaban de sudar. Era realmente mágico lo que un chico provocaba en ella. Fue su primer amor sin dudas, nunca se había enamorado como todas sus amigas lo habían hecho.

Se dio la vuelta decidiendo que no tenía el coraje suficiente para enfrentársele.

- ¿Qué haces, niña? ¡Es tu oportunidad! ¡Ve por el! - La animo Sabina apareciendo a su lado.

Madison de nuevo se sobresalto. Esto ya era una costumbre. Y una muy mala.

- No puedo, Sabina - dijo negando con la cabeza - Soy muy cobarde.

- Ya veo - mascullo la pelinegra y la castaña la miro con cara de pocos amigos - Mira linda, eres una chica sensacional, y estoy segura que ese chico será tuyo ¡Anda, mujer! Si te di otra oportunidad, no la desperdicies - le aconsejo Sabina sonriente.

Madison asintió sabiendo que lo que la estrella convertida en mujer, tenía razón. Mientras sonreía comenzó a caminar en su dirección esperando que todo salga bien, pensando en las palabras que se dirían, en un futuro ellos dos. Madison y Logan juntos.

- ¡Madison!- grito alguien a sus espadas.

Provoco que ella girara y viera a la persona que había pronunciado su nombre. Vio a Mía con los ojos rojos y lagrimas redondeando su mejilla. Una punzada de preocupación le embargo.

-¿Que te sucedió? - pregunto confundida.

- Corte con Aaron - sollozo y corrió a abrazarla.

Madison recibió el abrazo rápidamente y le acaricio la espalda en forma de apoyo. ¿Aaron y Mía habían roto? Eran la pareja más feliz de toda la preparatoria, jamás se peleaban y siempre estaban en todos lados juntos. Eran como mejores amigos y novios al mismo tiempo. Sin dudas había algo que no encajaba bien. Ella en su presente aun ellos seguían siendo los mismos y acaramelados amigos que tenía.

Madison se dio cuenta que cada cosa que ella hacia cambiaba el futuro del que ella recordaba o venia. << Fue Debbie y Sheila >> le indico Sabina por la mente. ¿Y si el maltrato de ella hacia Debbie la impulso a vengarse? Sheila era una arpía. Y Debbie la seguía como su perrito faldero, algo que hacia explotar de rabia a Madison.

Miro a Logan como pidiéndole disculpas y decepcionada de ella misma. Igual pidió en su mente disculpas a Sabina, y ella le respondió que no había problema sabiendo que otra oportunidad se presentaría. No podía dejar a Mía así, debía arreglar las cosas. Suspiro pesadamente y tomo las manos de Mía alejándose un poco de ella.

- Vamos a una banca y me cuentas ¿Si?- sugirió amablemente.

Mía asintió con la cabeza aun llorando. Se seco las lágrimas con la manga de su campera y se sentó en una pequeña banca color gris que estaba pegada al suelo rodeado de pasto verde.

Madison se sentó a su lado y llevo un mechón rebelde hasta detrás de las orejas. ¿Qué habría sucedido? La verdad es que no tenía ni la más mínima idea, todo era tan confuso que apenas podía creer que todo aquello pasara en realidad.

- Debbie estaba hablando con Sheila de que estabas totalmente cambiada de la noche a la mañana. Yo justo pase y escuche como Sheila comenzaba a burlarse sobre tu nuevo atuendo, y te defendí diciéndole que ella no era nadie para juzgarte - ella paro unos segundos y saco un pañuelo descartable de su bolsillo delantero. Empezó a hacer fuerza para que su nariz quedara vacía y en cuanto lo logro tiro el papel en un tacho cerca de ella. - Ella fue con mentiras a Aaron diciéndole que lo había engañado con no sé quién y él le creyó ¡Le creyó! ¿Puedes creerlo? - negó con la cabeza incrédula - Ahora entiendo porque siempre nos dijiste que tuviéramos cuidado con ella, no quise escucharte, o no quise ver lo que realmente era.

Mía junto sus manos con las de Madison y la miro arrepentida, como si hubiera cometido un error fatal. Madison la entendía como nadie. Sheila al principio siempre ponía su cara de angelito pero por detrás era de lo peor, ella fue la primera en darse cuenta que tipo de persona se había convertido, y aunque sus amigas nunca le creyeron, empezaban a darse cuenta solas.

Le dio una sonrisa torcida a su amiga y le dio un gran abrazo brindándole su apoyo y le prometió que solucionaría todo lo que había provocado Sheila.

Por otra parte pensaba ¿Como era tan maldita? ¿Hacerle eso a Mía, que era una chica que nunca hacia ningún mal a nadie ni a nada, provocarle tal sufrimiento? Como la detestaba, más que antes, mucho más que antes. ¿Y cómo Debbie permitió que hiciera aquello? ¿Acaso no sabía que estaba muy mal? Cada vez mas decepcionada estaba de su mejor amiga.

Luego se ocuparía de todo aquello, decidió animar a Mía contándole chistes malos y tomando unas pequeñas piedras haciendo malabares hasta que se terminaba golpeando la cabeza. Mía la abrazo y una vez más le agradeció ¿Para que estaban las amigas sino? Madison la quería, era una gran amiga, y jamás la dejaría en un momento así. Nunca.

Madison ni nadie se dio cuenta - salvo Sabina que invisiblemente estaba al lado - pero Logan, aun tocando su guitarra se fijaba como había consolado y apoyado a su amiga, incluso haciendo tonterías para hacerla reír. Esa chica era especial, se dijo a sí mismo. Sonrió al sentir una pequeña punzada de felicidad en su corazón. Definitivamente era especial.

Sabina sonrió con orgullo al leer los pensamientos del chico. Ya estaba todo listo.


A la salida

Al finalizar las clases, Madison se sintió decepcionada de si misma. Después del primer receso no volvió a encontrar por ningún lado a Logan, era como si la misma tierra se lo tragara y su suerte le jugara una mala pasada. Se había desesperado al no encontrarlo, tanto que se resigno y decidió que mañana seria una nueva oportunidad, todavía quedaban dos meses para evitar lo que ella mas odiaría en su vida. Sabía que si se lo propondría podría llegar a tener el corazón de ese chico antes que su mayor enemiga y no podía perder mucho tiempo.

Temía que Sheila actuara esta vez rápido en vez de andar decidiéndose por chicos. Quizás enfrentar a Sheila al día siguiente por lo que hablaba de ella y por lo que le había hecho a Mía no era la mejor idea de hacer que ella se fijara en otro chico. Se haría una gran amiga suya, luego tendría tiempo para cobrarle lo que le había dicho a Aaron.

También al día siguiente hablaría con su amigo, de que recapacitara las cosas y no se dejara llevar por las mentiras o los chismes de los demás. Mañana solucionaría todo sin lugar a dudas

- ¿Qué es lo que mas te gusta hacer, Sabina? - pregunto Madison caminando con ella hacia su casa.

Había perdido su colectivo por quedarse con Mía hasta que la pasaran a buscar, y no quería ser una carga para la madre de su amiga quien llevaba prisa. Así que caminar con Sabina, quien era su nueva amiga, le sentaría muy bien.

- Cumplir deseos - contesto la mujer sin darle vueltas - Me gusta cantar igual.

- Yo toco la guitarra - comento Madison sonriendo - Quizás podríamos tocar algo o componer - propuso contenta.

- ¡Eso seria genial, chica! - exclamo chocando los cinco con Madison - Pero si sabia lo de que tocabas la guitarra. Como tu estrella, se toda tu vida desde el momento en que respiraste por primera vez hasta ahora.

- ¿Enserio? - pregunto sorprendida la castaña.

- Claro que si, cariño. Ese es mi deber - guiño el ojo.

Madison se puso roja, su estrella sabia todos sus secretos ¡Incluso el de…! Sabina rio y asintió con la cabeza mientras le palmeaba el hombre. La castaña quería morir en ese instante.

- Por cierto ¿Estas invisible todavía? Por que no quiero parecer una loca hablando sola - rio Madison ante la idea.

- No te preocupes, justo cuando comenzaba a caminar contigo me hice visible. ¡Oh mira! Allá va tu chico en su auto - dijo señalando hacia atrás.

Justamente venia Logan con la música a lo mas alto. Era Coldplay. Madison deseo que pasara rápido antes de que Sabina hiciera una locura, pero con un chasquido de esta el semáforo pasó a rojo.

- ¡Vamos, linda! ¡Hay que cruzar! - grito captando la atención de Logan como la de Madison.

- No grites - mascullo nerviosa.

- Lo siento, es que el profe me ha dejado sorda - mintió guiñándole el ojo exageradamente a la castaña.

Madison no pudo evitar reírse ante ello y antes de que se concentrara en el chico que amaba, miro hacia abajo caminando con rapidez, sosteniendo los libros con fuerza en su pecho.

Sabina sonrío con satisfacción al ver como Logan dirigía una mirada curiosa hacia Madison. Bien, todo estaba marchando según su plan.

<< ¡Gracias Diente de León! >> Agradeció a su amigo y colega en los negocios de deseos.