ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA

Ese día pensé completamente en Harry, por primera vez no había pasado Zayn por mi pequeña cabecita. La cena junto a mi madre fue silenciosa, veía sus expresiones de querer sacarme algo, pero no le iba a decir, no iba a admitir que ese chico me gustaba más de lo que creía. Esa noche soñé con él, por alguna extraña razón lo veía jugando con mi bebé pero del impacto desperté a media noche, una sonrisa se vio reflejada en mi rostro al recordar lo que había soñado.





Invitado se sentía mejor con ella misma, una parte de ella sabía que él era el indicado, el ruloso tampoco dejaba de pensar en ella.
¡Buenos días primito! –Saludó la castaña dándole un tierno beso en las mejillas y sentándose a comer junto a él.
¡Buenos días! –Harry se sentía tranquilo al saber que las cosas con su prima habían mejorado–. ¿Y cómo te fue ayer en el instituto? –Preguntó tratando de dar a cabo un tema por el cual conversar.
Bien… las personas son agradables –Mari siempre se la llevaba bien conociendo a gente nueva por su gran sociabilidad.
¡Qué bueno! ¿Has conoci…?
NO, Harry –lo interrumpió inmediatamente–. No había un chico que me gustase –ella sabía lo celoso que era su primo con ella.
No iba a decirte eso –atacó el ruloso.
Bueno –dijo la chica a media comida– creo que debería irme, llegaré tarde.
No has terminado de comer –reclamó Harry.
Como allá –el chico vio como su prima tomó su chaqueta y salió de la casa.
El detestaba cuando su prima no comía, agarró su plato y lo llevó a lavar, a Harry no le gustaba ver algo sucio, en ese aspecto era algo exigente, una de las cosas por la que solía discutir con su prima.
La misma se colocó la chaqueta y se fue en dirección al instituto, era su 2do día de clases, probablemente conocería a otras personas diferentes. Una pelirroja le llamó la atención, por instinto se acercó para saludarla amablemente.
Hola, mucho gusto soy Mari –según las expectativas de la castaña iban a ser buenas, por la agradable cara de la pelirroja, pero resultó todo lo contrario cuando ella solo le dijo un “Hola” y le dio la espalda para adentrarse al instituto.
«Ay sí, como si fuera la gran cosa»
La castaña también entró al instituto, ubicó el salón y se sentó en la fila del medio justo en el primer puesto quedando frente al escritorio de la profesora, no le había importado presentarse en el salón hasta la mala racha que había pasado anteriormente y para su mala suerte, la pelirroja estudiaba en la misma clase.
Hola Mari –saludó un pelinegro que estaba sentado justo detrás, ella volteó extrañada– ¿Te acuerdas de mí? –obviamente que se acordaba pero al principio le había intimidado su voz.
Claro, nos conocimos ayer –le compartió una leve sonrisa que se borró al voltearse dándole de nuevo la espalda. Se sintió como la pelirroja al contestarle así e intentó remediar la situación.
¿Cómo has estado? –Pero justo cuando el pelinegro iba a responderle la profesora entró, una enrulada castaña, algo bajita y apariencia de edad alrededor de unos 38.
Todos los que hablaban se voltearon para prestarle atención.
¡Buenos días! –Saludó de forma educada a todos, a lo que correspondieron de igual forma.

Disculpe la tardanza –Mari se quedó boquiabierta al ver quién era, pero rápidamente trató de taparse con su cabello para que no la reconociese.
Que no vuelva a pasar joven –exclamó la profesora.
No sé preocupe –respondió con aquella hermosa voz.
La castaña no pudo ver en donde se sentó, intentaba buscarlo por encima de su hombro pero no lo podía localizar.

“Bueno alumnos, mi nombre es María Victoria y soy su profesora de comprensión lectora… ahora todos siéntense en pareja” –Comentó la profesora pero Mari no prestaba atención.
¿Puedo ponerme contigo? –Preguntó el pelinegro que se sentaba tras ella.
Ah –reaccionó de repente.
Creo que se pondrá conmigo –comentó el rubio mientras colocaba su pupitre al lado de ella. Los cuadernos de la castaña se cayeron por los nervios que tenía.
Ho-o-ola –titubeó mientras los recogía.
Hola –rió– ¿Te acuerdas de mi nombre?
Nia-all cla-aro-o.
El chico le compartió una gran sonrisa.




¡Qué casualidad que estés estudiando aquí y lo mismo que yo! –Comentó Mari cuando iban saliendo.
Sí, pensé que no te volvería a ver.
Por suerte ya me viste –trató de sonar simpática.
Oye ¿qué harás más tarde?
Creo que nada ¿y tú?
Tampoco, ¿quieres salir en la noche a dar una vuelta?
Oh claro –aceptó entusiasmadamente.
Entonces nos veremos en la noche.
Así será –sonrió.
Mari se fue a su casa contenta, jamás pensó que el chico volviera a hablarle después del incidente con su primo ¿ahora qué haría para deshacerse de él?
Trancó la puerta con fuerza para que se diera cuenta que ya había llegado.
Hola –salió el ruloso del cuarto– ¿qué tal te fue?
Todo bien –alzó sus pulgares y se fue a su cuarto, daba vueltas y vueltas en la cama pensando una solución para escabullirse de su primo.

¡Invitado! –Recordó.
Buscó su teléfono y le marcó.

Aló –contestó Invitado insegura.
Hola es Mari, la prim…
Hola Mari –la interrumpió– ya sé quién eres tonta.
¿Puedo pedirte un favor?
Depende –rió.
Es sobre Niall.
Ah claro, dime.
Es que es complicado, pero después te explicaré mejor ¿puedes distraer a Harry ésta noche? solo por un momento, lo prometo.
¿Saldrás con mi querido duende?
Ajá, algo así.
¿Sí o no?
Bueno sí, me dijo que daríamos una vuelta.
¡Qué bien!, entonces lo haré –la castaña comenzó a chillar de la emoción– pero avísame y no te tardes mucho.
Lo prometo, lo prometo pero… gracias, gracias de verdad, ya veo por qué Harry te quiere tanto – Invitado se calló.
¿Algo pasa? –Preguntó la castaña.
No, no te preocupes, avísame entonces.
Claro que lo haré, te quiero –trancó.

“Oh sí, saldré, saldré” –Brincaba Mari sin parar en la cama.
¿Cuál es el motivo de tu alegría?
¡¡¡¡Ah‼‼! -Gritó Mari asustada ante la presencia inoportuna de su primo.
¡Woow! relájate.
Te quiero –lo abrazó.
¿Crees qué sea necesario repetir lo qué pregunté anteriormente?
No, estoy feliz porque –estaba pensando en que decirle– hablé con Invitado y suena mucho mejor, creo que ya se le pasó todo lo que tenía y eso…

Escuchar ese nombre, era efecto de una sonrisa involuntaria de él.
La comida está lista.
Ahora bajo –indicó la chica.
Como quieras prima.
La castaña se quedó pensando en que usar, no sabía a dónde la llevaría, así que escogió algo sencillo y no tan sencillo a la vez, para cualquier ocasión. Una sonrisa se le dibujo en el rostro al saber que se iba a ver con el chico más apuesto que había conocido.



El ruloso recibió una llamada de su adorada Invitado.
Aló princesa –contestó.
La chica se ruborizó al escuchar eso–. ¿Se supone qué tengo que decirte príncipe? –Se rió.
Como mejor te parezca, ¿y a qué se debe el honor de tu llamada?
Quiero verte… ¿qué digo? Te invito a cenar.
Así que… ¿quieres verme? –Habló lento y sensual, solo como él sabía hacerlo.
Solo ven y ya ¿sí?
Bueno, solo deja que me arregle y salgo –trancó.

Prima… saldré a cenar con Invitado ¿quieres ir?
No te preocupes, ve tú.
¿No hay ningún problema con qué te quedes sola de nuevo?
NO –gritó.
Ok, como tú digas –alzó sus brazos y fue al cuarto a arreglarse.


La castaña comenzó a saltar de la emoción. Al menos ya se había liberado de su primo y podría salir con quien tanto quería.