Entrega la Evidencia y nadie saldrá herido. (One Direction y tú) [TERMINADA]

De todos los países o ciudades por las que pasamos, la más esperada me era Roma. Inundada en antiguas civilizaciones y el casco antiguo asomándose por la vuelta de la esquina se podría decir que era mi favorita.
Stephen… mi padre me trajo aquí cuando era pequeña, con unos 7 u 8 años realmente, y no tengo memorias fijas sobre lo que visité. Pero ahora tenía 10 años más que antes y no se me olvidaría ningún detalle.
El Aeroporto di Fiumicino, o mejor conocido como el Aeropuerto Leonardo Da Vinci, nos abría las puertas dándonos la bienvenida. Una con miles de camarógrafos, reporteros y locas fans en busca de la boy-band más requerida del momento.
Tomé a Will de la mano y seguí caminando como si nada.
Esto de pasar desapercibida comenzaba a ser más difícil. Helen llamó al bajar del avión para que respondiese algunas preguntas como “¿Por qué Niall Horan escapó con una chica en su espalda?” “¿Eras tú?”. Y por primera vez le mentí. Ella no tenía que saberlo todo, ¿O si?
— ¿Me dejarás solo otra vez? — Me sacó del trance, Will. — Tuve que ir al lado de una mujer que roncaba demasiado, no sé como soporté toda la hora con mis oídos tapados.
Lo miré a los ojos seguida de una risa, su mala suerte me impresionaba. Recordé la vez cuando imprimió sus primeros puzles y al tomarlos, su café se volteó encima. Al menos tenía un respaldo en el computador.
— Lo lamento mucho, William. — Dije. — Ellos pagaron mis pasajes.
Los ayudantes de Lou y los representantes del grupo me pagaron todos los pasajes junto con los demás. Decían que yo era la primera chica no-fan de One Direction que hacía esto por recorrer Europa sin ayuda de nadie, aunque todos cooperaron en convencerlos.
Mi labio inferior sobresalió de mi boca haciendo un pequeño símbolo de niñez como puchero y él sonrió.
Llegamos a la calle donde hizo detener un taxi y antes de subir al asiento de atrás, miré al grupo de infantiles entrar a su furgoneta especializada. Louis, Zayn, Liam, Niall y Harry.
Mientras el auto estaba en movimiento aproveché de relajarme un poco, sabía muy bien que nos demoraríamos más debido al tráfico que ellos estarían provocando al ser seguidos por el mundo entero, por lo que ese momento con mi mejor amigo sería especial.
Suspiré y miré sonriente hacia fuera de la ventana, era la paz que quería. Pero la tranquilidad no muchas veces dura lo necesario.
Sonó mi teléfono y sin revuelos atendí al ver que era un número desconocido.
— ¿Diga? — Respondí.
— Dile al chofer que te deje en unas cinco cuadras antes de llegar. — Fue la voz de Lou. — Will también puede venir.
Un fuerte NO se escuchó en el fondo y supuse fue Harry.
Abrí los ojos sorprendida y aclaré mi garganta. — ¿Por qué…?
— Iremos al coliseo, ____. Un cambio de planes.
Sonreí y antes de aceptar ir, sentí como le era arrebatado su celular y caía al suelo aún conmigo en el otro lado. Luego fue recogido por alguien que era regañado por Lou y dijo:
— El estúpido de Grif no puede venir. — Habló Zayn.
— ¿Cómo lo llamaste? — Le pregunté furiosa. No tenía el derecho de insultarlo. Era mi mejor amigo y él solo un fumador sin neuronas.
— ¿Qué importa? Le dijimos a Lou que solo te invitase a ti, a ella se le ocurrió lo de tu “novio”. — Dijo recalcando más la voz en la última palabra.
Gruñí y con la mirada puesta en la ventana subí un poco la voz. — Pues tal vez no necesite aceptar la invitación.
— Lo harás de todas maneras.
— ¿Eso es lo que crees? ¡Bien hecho! ¡No iré a tu estúpida invitación! — Le grité.
— Vamos, Ellesonn. Es una invitación a escondidas de los representantes. Sé valiente.
Fruncí el ceño y agregué. — Ser valiente no es lo mismo que ser requerida por ustedes.
Bufó y dijo. — ¿Y quién te quiere cerca de nosotros? Solo porque les gustes a un par de amigos no significa que yo te tenga que soportar también.
Calló de inmediato y yo le imité. Dejó salir “un par de amigos”. No solo a Niall.
Abrí la boca para hablar pero el suspiro del otro lado del móvil me silenció otra vez.
— Escúchame… Olvida lo último que dije. — Susurró. — A veces me sobrepaso… Puedes traer a Grif también.
Y cortó.

— ¿Entrarás conmigo? — Le pregunté a Will en la boletería al coliseo.
Mi amigo me sonrió y vio hacia mi espalda, sintiendo las miradas de todo el grupo -acosados por fans- posadas en ambos.
— Creo que me divertiré un par de horas.
Tomó mi mano y la besó. Sonreí por aceptar entrar sin dejarme sola con alguno de esos pequeños monstruos y compramos las entradas.
Las grandes murallas de piedra nos rodeaban por la espalda y hacia arriba, imponiéndose como el gran arquetipo de edificio antiguo para combates.
Cuando llegamos al final del pasillo de la entrada, el área de pelea nos arremetió con fuerza. Will ya conocía el lugar, pero no lograba disimular su emoción por entrar otra vez en ese lugar.
— ¿Cómo crees que esto fue en sus tiempos? — Me preguntó.
Sonreí emocionándome también y dije. — Dicen que llenaban de agua la arena para combates navales.
Escuché su risa y apreté su mano después. Harry se encontraba solo en un extremo contrario con la mirada perdida en el fondo del coliseo donde los pasillos subterráneos aún podían ser vistos por la gente.
Apunté con mi cabeza hacia él y Will me asintió, soltó mi mano y caminó al interior del pequeño museo dentro.
Volteé hacia rulitos y me le acerqué despacio. ¿Por qué se encontraba tan callado estos últimos días?
Toqué su hombro y dio un pequeño salto del susto.
— Cálmate, Harry. — Susurré.
Su mirada se posó con la mía y volvió a tranquilizarse, solo que esta vez de una manera brusca removió mi toque.
— ¿Qué te sucede? — Volví a tocarlo.
Al igual que antes, me ignoró y mi mano salió fuertemente de su hombro. Comencé a enojarme.
— Harry…
— Déjame en paz. — Me interrumpió.
Abrí los ojos son sorpresa y antes de decirle otra cosa, Zayn apareció a nuestro lado. Di media vuelta y lo observé con los ojos entrecerrados. Ésta debía de ser su culpa.
— ¿Qué le dijiste? — Solté.
El moreno levantó una de sus cejas y escupió diciendo. — Yo no he hecho nada. Tú eres el problema aquí. Por tu culpa Niall gusta de ti y Harry no es el mismo de antes.
El nerviosismo apareció por mi espalda y pensé lo peor, lo que menos quería provocar era una pelea entre ellos y al parecer eso era lo que sucedía.
— No es mi culpa que ustedes necesiten de una persona para cambiar sus vidas. Niall se habría enamorado de otra chica y esa chica ahora sería el problema, ¿O no?
Harry fijó su mirada en mí dejándome de piedra con sus ojos esmeraldas. Zayn rió y se cruzó de brazos observándome de pies a cabeza como si estuviese inspeccionándome. Soltó un chasquido con su lengua y se giró al de rulos para decir finalmente:
— ¿Por qué no le dices y ya? Esto me está molestando.
Empujó despacio sus omóplatos y se alejó caminando de ahí. Volté hacia Harry y esperé ese “algo” que nombraba Zayn aunque sabía lo que iba a decir.
— ¿De qué hablaba Zayn? — Dije.
Desvió su mirada arreglando el cuelo de su camisa avergonzado, y aclaró su corbata con un ademán de enojo aún en su frente. Caminó hacia mí dos pasos y soltó por fin cuando estaba a una distancia prudente:
— Tú también me gustas, ____.
Bien. Lou tuvo razón. Les gustaba a más de uno y con el comentario de Zayn pude sospecharlo, siendo Harry la confirmación del resto.
¿Qué sucedería conmigo ahora? ¿Aceptaría algo? ¿Rechazaría? ¿Escaparía? Si ellos sabían la verdad detrás de la fotografía entonces no estarían cerca de mí. Helen me haría volver orgullosa por su noticia y yo sería presidenta oficial de The Next Time.
Pero luego de todo lo que uno ha pasado se confunde, y yo estaba aún en la fase de negación.
— Harry yo…
— Tienes a Will, lo sé. — Volvió a interrumpirme. — Pero no estoy haciendo nada malo en contártelo. Eres la primera con quién no solo es algo físico.
Sonrió y me sentí cada vez con menos fuerza de hablar. Era un cumplido obviamente, de su parte todo era inesperado.
— Aunque, — Siguió, apoyándose en la muralla. — debo admitir que nunca pensé en que Niall y yo compartiésemos un gusto de por medio.
Él y Niall tenían mucho más en común de lo que pensaban, ambos estuvieron a segundos de besarme y yo se los había permitido sin reclamos. Podían sentirse honrados de tenerse uno al otro.
Le sonreí y él me devolvió el gesto. Fue una sonrisa amable.
— Eres hermosa, ¿Lo sabías? — Dijo mientras posaba ambas palmas en mis mejillas. — ¿De verdad nunca has dado un beso? No lo puedo creer.
Se acercó levemente a mi rostro y comencé a pensar que lo haría. Que terminaría con la distancia y que nuestros labios juntos danzarían hasta que el oxígeno se agotase. Como en las novelas que mi madre me leía al crecer.
— Nunca lo he dado porque…
— … corres el rostro antes de terminar. — Siguió mi frase.
Sonreí y le asentí con las mejillas como tomate y el corazón como batería. Aún tenía algo de caballero dentro.
— ¿Lo correrías si yo me acerco? — Dijo.
Abrí los ojos atónita. Quería volver a besarme.
— No lo sé… siempre sucede sin mi consentimiento…
Su rostro se inclinó un poco y apenas rozó su nariz con la mía. Si yo retrocedía, él solo sería un amigo. Si lo dejaba acercarse otra vez, estaba perdida.
Cerré los ojos y esperé a ver los resultados. Los que con solo un segundo cambiarían mi relación. Y todo lo que estaba por mi mente también. Harry apretó mis hombros con miedo y al fin se acercó.
¿Lo rechacé? ¿Pude seguir con mi vida normal? ¿Qué pasaría con él?
Pero nada de eso se me pasó por la cabeza luego del acto. Acto que hizo que mi corazón se detuviese y estuviese agradecida de vivir para sentirlos.
Hablo de sentir los labios de Harry sobre los míos.