Siempre juntos... adios para siempre...

Marzo  2013. Londres, Inglaterra.

A tan solo quince meses de reunirnos nuevamente. Hace dos semanas tuve una idea: Ir a Líbano. Pero el señorito Ulliel la calificó como descabellada & gracias a él no fui… Hice un capricho, no duró mucho porque su madurez fue más imponente.
Madurez: Esta palabra, poco a poco se va adueñando de mí cabeza. Tengo 19 y aún tengo comportamientos muy infantiles. Me di el tiempo de remirar a mí alrededor, absolutamente todos mis amigos se comportan como adultos. William, tiene 22… el próximo mes 23, y a veces adapta una actitud en exceso… madura. Sucede lo mismo con Anna, con Ben, con Alice, con Jasper, con Rosalie, con Emmett, incluso con Edward y Mikayla, ¡hasta con Gaspard! Mientras que yo, aun parezco una niña de 10. No creo ser para nada madura, en ocasiones siento que desencajo con ellos. Gaspard suele decir: “¡Por supuesto que eres madura! Solo que ocasionalmente sueles dejarte llevar mucho por los impulsos” Cosa que no le creo, ya que si fuera por eso, él sería igual que yo.
Como sea, establecí ciertas metas: Tener más sensatez y más responsabilidad. Me estoy convirtiendo en adulta, ya no debo dejarme llevar tanto por las emociones.
Por otro lado, estoy feliz. Mi salud está mejor que nunca, la tranquilidad se adueñó de mi entorno: Mi familia está tranquila, que es lo que más me importaba. Es así como poco a poco cumplo los principales objetivos que me fije desde la última & obsoleta crisis, todo está más claro ahora.

Abril:

Hoy es la fiesta de William. La celebrará en el club más exclusivo de Londres, invito a un millón de amigos. Tengo la certeza de que será muy divertida, ya que yo me ofrecí a ayudarlo con la planeación. Adoro a ese chico con todo mi corazón, es mi mejor amigo.
Solo… No me agrada su nueva novia. Me parece demasiado interesada. Oh, sí… tiene una nueva novia, tienen tres semanas juntos, Will e Isa terminaron a finales de noviembre, por sí no lo mencione. Creo que quedaron como amigos, pero Isa no vendrá a la fiesta, ella misma me lo dijo por teléfono. En mi opinión aun soy “Isiam Shipper”… a casi nadie le agrada la novia de Will, mucho menos a Anna. También, por sí no lo he dicho, Georgie ya no me habla como antes, siento que me habla más por compromiso que por otra cosa… muy apenas y me dice “hola”
Por lo que Anna me dijo, al parecer Georgie es la única que habla con Skan, bueno la que tiene conversaciones más duraderas con él, porque en sí todos masajean con él sobre cosas simples. Prefiero no cuestionarles nada, no quiero decepcionarme por si él no ha preguntado por mí.

-Señorita… ¿por qué no se prueba este vestido? –se me acercó la chica que me atendía. Me encontraba comprando ropa para la reunión de esta noche.
-Es muy lindo. Pero no es lo que busco exactamente, no será una gala. Será una fiesta de tipo formal-casual –respondí sonriendo.
Aunque ese vestido negro era increíble, no quería llamar mucho la atención. Así que solo compré unos tacones. Justo cuando salía de la tienda, dispuesta a ir hacia Chanel cinco reporteros se me abalanzaron encima.
-¡Edith, Edith! ¿Es cierto que Skandith terminó? –alardeó uno. ¡Diablos! Esto no podía estar pasando.
-¡Responde!, ¿es verdad? –insistió otro al no obtener respuesta.
-¡A un lado! –me exalté ya que me impedían el paso.
-¡Contesta!, ¿te dejó?, ¿lo dejaste?, ¿quién terminó a quién? –la chica estaba aturdiéndome.
Intenté caminar lo más rápido que pude. Los deje unos dos pasos detrás de mí, ya que prácticamente corrí. Seguí caminando apresuradamente, hasta que por fin logré entrar a Chanel. Afortunadamente los guardias de la tienda les prohibieron el paso.
Terminé las compras, la ropa había sido de mi total agrado, era perfecta para la reunión. Aun atemorizada salí de la tienda. No había nadie, o eso creí ya que cuando me dirigía a la camioneta -donde Charles, mi amable chofer estaba esperándome- un paparazzi hizo de las suyas.
Traté de no poner importancia en ese asunto, le pedí a Charles ir a casa. Mis padres creen que tener un chofer es la mejor opción, ya que, bueno… le tengo miedo al volante, no conduzco ni pienso hacerlo por un tiempo. Al fin llegué a casa, tarareaba "Charlie brown" cuando crucé la entrada, pues aún no me quitaba los audífonos, lo hice hasta que mi caballeroso hermano Edward se acercó para ayudarme con algunas bolsas.
-¿Cómo te fue? –interrogó. Últimamente Ed estaba muy al pendiente de mí.
-Bien. Bueno… no taaan bien. Porque un paparazzi me molestó un poco –respondí tratando de sonar tranquila.
-No podré ir a la fiesta de Will –soltó de repente.
-¡¿Por qué?! –me sorprendí.
-Volaré a París. Aprovechando que no tengo clases el lunes, iré a ver a Mikayla –explicó.
-¡Aw! Eyla presente. ¿Sabes que soy tu Eyla Shipper número uno? –contesté juguetonamente.
-No esa soy yo –interrumpió Alice.
-Claro que no, el Eyla shipper número uno, y más sexy por supuesto, soy yo –bromeo Emmett llegándole a Edward por la espalda mientras lo rodeaba por el cuello.
-Ya basta chicos –dijo Edward apenado.
-¿Reunión sin nosotros, los Eyla Shippers más fieles del mundo? –cuestionaron Rosalie & Jasper.
-Es enserio –se quejó Edward.
-¡Eyla Shippers, Eyla Shippers! –exclame iniciando un coro con mis hermanos que cada vez se hacía más fuerte.
Edward cubrió su rostro y sonrío de medio lado.




Finalmente llegué a la fiesta con la compañía de Emmett, ya que fue el único que se ofreció a venir,    y según él a cuidar de mí. Ahora que lo pienso, él & yo somos los únicos Cullen solteros.

Utilicé un atuendo,  algo glam pero formal, lo elegí porque así me evitaría el usar despampanantes vestidos y elegantes tacones.

Entramos a la fiesta, y en cuanto vi a Will me acerqué rápidamente a él.
-¡Feliz Cumpleaños! –grité.
-¡Gracias linda! –respondió.
-¡Woow!, ¡qué bien te ves señorita de Keynes!, Oops… perdón –dijo Georgie. Ok, no sé si mi imaginación me está haciendo una mala jugada o ella lo dijo con cierta… discordia- lo había olvidado, rompieron.
-Sí. Hace mucho –contesté ocultando el deje de dolor que estaba por invadirme.
Cuando ella se fue, Will no pudo esconder su disgusto por el comentario.
-¡Qué le sucede! –Exclamó molesto- ¡Por eso justamente no quería invitarla! –completó haciendo referencia a que él no quería invitarla, pero yo le insistí un sin número de veces, lo sé, a veces Will se vuelve algo sobre protector.
-Ya, déjala. Debe ser la rebeldía –intenté excusarla por el medio más utilizado.
-Como sea, no tiene por qué hablarte así –contestó molesto.
-Olvídalo ya. Disfruta tu cumpleaños, no todos los días se cumplen 23, ¡vamos hermanito! –lo alenté. Suelo decirle así, ya que eso es para mí: un hermano- ¡Amo esa canción! –Exclame al escuchar "Good time"- Respetable e increíble cumpleañero, ¿me concedería esta pieza? –bromee intentando sacarle una sonrisa, lo cual logré.
Fuimos a bailar al centro de la pista de baile, e inmediatamente Anna y Ben se unieron a nosotros. Bailamos los cuatro juntos, sin saber cómo, Anna y Will terminaron bailando "This kiss" Lo cual fue extraño… Ben y yo coincidimos en que estábamos cansados entonces fuimos a tomar asiento, nos impactamos bastante cuando Will & Anna se dieron un beso..
-¡Oh por Dios! –no pude disimular mi asombro en cuanto Will vino hacia a mí intentando esconder su impacto.
-No sé porque lo hice –contestó.
-¡Oh, por Dios! –volví a exclamar.
-Deja de decir eso. No puedo creer como fue que me dejaste solo –trato de inculparme.
-¡Yo no tuve nada que ver! Tú fuiste el que se apartó, termine bailando con Ben por si no recuerdas –reí.
-¡Fue fabuloso! –no pudo evitar su emoción.
-Sí, sí… Lo imagino. Will, no quisiera ser una aguafiestas, pero… ¿ya pensaste en… Janet? –suavice mi tono, tenía que volver a la Tierra.
Tal y como lo imagine, llevó ambas manos a su rostro.
-¡Mier*a! –exclamo.
-¡Ese vocabulario señorito Moseley! –lo reprendí.
-¿Qué crees que debo hacer?
-Sonará muy trillado pero la situación lo amerita: Haz lo que te dicte tu corazón, y hazle caso –contesté sincera.
-Una parte de mí quiere correr e ir con Anna, otra quiere buscar a Janet para pedirle perdón y… no me sentiré cómodo con ella jamás, porque sé que no la quiero, pero no deseo lastimarla.
-Yo en tu lugar terminaría con Janet, me daría un tiempo, acomodaría mis emociones. Todo se verá con más claridad conforme avancé el reloj –trate de darle un eficiente consejo.
-Lo pensaré bien. ¿Qué te parece si mejor vamos al karaoke? –preguntó.
-¡Es enserio! –Evité las ganas de reír- De acuerdo, vayamos –cedí ante una suplicante sonrisa.
Cuando finalmente llegó mi turno… "Your heart is a muscle"  Al darme cuenta de que tenía que cantar sí o sí, no tuve más remedio que avanzar hacia el centro y comenzar a cantar:

You gave my shirt back
I don't really get the meaning
It's like you're giving up before it all goes wrong
I've been told but I don't really like the feeling
I've been away, I've been away too long

I, I, I wanna go wherever you are
I, I, I wanna be whatever you are
I, I, I wanna sleep whatever you are

El ritmo era relajante, afortunadamente no se formaron los molestos nudillos en la garganta, la canción era lindísima, tanto que definitivamente merece un lugar especial en mi IPod.
Decidí irme de la fiesta antes de que comenzaran las canciones llenas de romanticismo que me debilitaban cada que alguna letra se impactaba con mi corazón.




Pero yo no quiero escribir de ti como si fueses un recuerdo. No quiero que te conviertas en extraño. Convertirte en un recuerdo es el primer paso del olvido voluntario, del terrible conformismo. Yo te hablo en presente, solamente en presente, aunque no te tenga. No te conjugo en pasado porque me pesa, no te conjugo en futuro porque no te tengo.