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Siempre juntos... adios para siempre...
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Siempre juntos... adios para siempre...
Epílogo (Alternativo)
Ellos siempre fueron la pareja perfecta.
Yo sabía que lo que viví con ella fue una simple ilusión, siempre anhelé que ese sueño se volviera realidad y me entregará su corazón aunque en el fondo sabía que le pertenecía a él, no importará lo mucho que lo hubiera lastimado en el pasado, el corazón de Edith era de Skandar… y eso era algo que yo no podía cambiar. Pensar que compartiría mi vida con ella me hacía dichoso, observar la argolla de compromiso que portaba en su dedo anular lograba que mi corazón latiera a un ritmo sorprendente, pero nunca latió tan rápido como cuando la vi vestida de novia desfilando entre orquídeas, sonriendo dulcemente mientras me contemplaba… Opté por convencerme de que en ese instante me amaba con la misma intensidad que yo a ella.
Pero luego llegó Skandar, sé que por mí trató de contenerse, sin embargo no pudo y las lágrimas terminaron cayendo por sus mejillas, mientras tanto yo estaba sorprendido; jamás me imagine que algo así me sucedería a mí, mucho menos el día de mi propia boda. Finalmente el chico castaño se dio la vuelta, puedo jurar que Edith Cullen se hubiera casado conmigo si yo no decía nada, pero no fui capaz de permitirlo… a mí nunca me vio de la misma manera que a Skandar, tuve un par de segundos para aceptarlo, lo amaba a él y solo a él, a mí me quería, tal vez demasiado –claro que lo hacía, lo que sentía por mí era tan fuerte que la llevo al altar dispuesta a compartir su vida conmigo- Pero no era lo mismo: querer y amar son cosas distintas. Mi matrimonio con Edith no hubiese funcionado, en algún punto desistiría. Su felicidad para mí era lo más importante, yo no podría dársela por siempre… él sí, sin importar sus errores en el pasado, lo suyo era mucho más fuerte.
Además, ¿qué satisfacción me aguardaba sí cada mañana al despertar, quizá el pensamiento de ella era Skandar y no yo?
Entonces, dejándome a mí mismo de lado le pedí que fuera tras él.
Confieso que tuve la esperanza de que regresará a mí y me dijera por fin que me amaba; pero no lo hizo, en realidad nunca lo hizo… Cuando yo le recordaba mi amor diciéndole “te amo”, ella me respondía un “yo también”, más nunca me lo dijo directamente. Solía decirme “te quiero” a veces “te quiero mucho” no más.
Quedé como un novio técnicamente plantado. No hice más que quitar el moño alrededor de mi cuello, desabotonar dos botones de la impecable camisa blanca y quitarme el saco. Me fui de ahí sin decir ni una sola palabra. ¿Me arrepiento? La respuesta es no.
Skandar también hizo lo mismo por mí… Renunció a Edith cuando, cabizbajo estaba dispuesto a irse, solo. Los dos la amábamos locamente. Los dos siempre quisimos lo mejor para ella, sin importar que eso significará alejarnos. Incluso por la Juliette de Francia –a pesar de todo para mí siempre sería Juliette Capulet- hicimos las pases por su propio bien. Nunca odie al chico Keynes, jamás lo haría y sé que él a mí tampoco, únicamente fuimos celosos-protectores.
Pero luego quise olvidarme de todo eso y empezar desde cero, en soledad. Volví a París para comenzar a concentrarme más en mí carrera. A los pocos días volví a verla en el Sena, venía a entregarme el anillo… ¿Qué le podía decir? Era una joya valiosa, por mi mente pasaron demasiadas posibilidades, se suponía que debía tomarlo y si llegaba a encontrar a otra mujer entregárselo, pero no quería hacer eso; pudimos donarlo pero no me parecía correcto, lo cierto era que no quería que otra mujer lo tuviese. Decidí arrojarlo al río junto con ella en memoria de los buenos momentos que pasamos juntos. Ahí acabo lo nuestro. El tiempo pasó y conseguí triunfos, éxito, más éxito, reconocimiento, elogios, aclamaciones… Gané los más grandes premios.
Pasaron cuatro años, un día recibí la llamada de mí hermana, me dijo que Edith iba a casarse, ¡al fin se casaría con Skandar! Pero que no sabía si enviarme la invitación o no… si lo hacía se sentiría incongruente y si no, sería una grosería… La bella Juliette, siempre tan considerada. Le contesté a Mikayla que le dijera que me enviará la invitación, que no había problema, que yo estaba perfecto y salía con alguien, concretamente con Scarlett, una ex novia a la que no veía desde hace muchísimo tiempo de la que no sabía nada y con quién inventé un amoroso reencuentro. Me llegó la flamante invitación a los pocos días, ni siquiera la abrí, la contemplé durante una noche en la que el dolor había retornado… a la mañana siguiente me convencí de que lo mejor sería deshacerme de ella.
Con una semana de anticipo le informé a Edith por medio de un email que, lamentablemente no podría asistir ya que tenía compromisos laborales... todos los que logré acumular para ese día.
Mi corazón seguía roto y en todo ese tiempo no hice nada más que refugiarme en el éxito. En una premiere conocí a Camille, la mujer que después sería mi esposa. Tuvimos una larga relación y cuando me había decidido a proponerle matrimonio, me avisaron de la peor noticia que tuve en mí vida… Juliette se había ido.
Acompañé a Skandar en su dolor, lo compartimos juntos así como compartíamos el amor que sentíamos por ella. La agonía de esos momentos fue terrible, todo el ambiente era destrozador. Lo admiro por la valiente que fue, él me dijo que tenía dos razones muy importantes por las cuales seguir… Sus hijos. Me animé a repetir las palabras de Esme, ella estaba en un lugar mejor, añadí que siempre y sin importar qué, estaría a su lado cuidando de él y de los gemelos. Fue ahí cuando supe que jamás llegaría a amar tanto a alguien como la amé a ella.
Retorné a Francia deshecho. Camille me recibió con una maravillosa noticia: Sería papá. Realmente quería a Camille, muchísimo, demasiado… Logré comprender lo que Edith sentía por mí, era un sentimiento de cariño puro e infinito, yo lo sentía por Camille y decidí darle el sobrenombre de amor sabiendo perfectamente que no lo era, sin embargo con ese sentimiento fui feliz compartiendo mi vida con mi esposa y mi pequeño retoño.
Cuando Adam cumplió veinte me presento formalmente a su novia, mi hijo me decía todo el tiempo que era “su chica perfecta” Al verla supe que se trataba de aquella bebé que cargué en brazos hace muchísimo tiempo. Tenía los característicos ojos mieles de Edith, la melena azabache de Skandar, facciones de ambos y el carácter similar al de su padre…. Cinco años después se casarón, en ese festejo reencontré al “niño”. Idéntico a su hermana pero con el carácter de su madre. Conocí a su familia, su hijo mayor era demasiado parecido a Skandar y la bebé de tres años se llamaba Edith, “Eddie” en honor a su abuela.
Al día siguiente surgió una sorprendente notica. Sinceramente sentí alegría porque al fin Skandar logró reencontrarse con Edith y ya nada los separaría… nunca.
Agradezco a la vida por lo afortunado que fui… tuve una hermosa familia, una extraordinaria esposa y un gran hijo que me dio la alegría de ser abuelo. Mi nieto tenía mis ojos según Camille, esos ojos que a veces parecían ser azules y en ocasiones verdes. Tenía el cabello de Violet y a medida que fue creciendo era catalogado como un niño travieso e impetuoso… así como lo fui yo, además de impulsivo así como lo fue Edith. Entonces comprendí que ella nunca se fue… Estuvo con nosotros, lo que le dije a Skandar en medio de tanto dolor fue cierto, cuido de él, lo acompañó durante veinticinco años hasta que al fin se reunieron.
Yo sabía que lo que viví con ella fue una simple ilusión, siempre anhelé que ese sueño se volviera realidad y me entregará su corazón aunque en el fondo sabía que le pertenecía a él, no importará lo mucho que lo hubiera lastimado en el pasado, el corazón de Edith era de Skandar… y eso era algo que yo no podía cambiar. Pensar que compartiría mi vida con ella me hacía dichoso, observar la argolla de compromiso que portaba en su dedo anular lograba que mi corazón latiera a un ritmo sorprendente, pero nunca latió tan rápido como cuando la vi vestida de novia desfilando entre orquídeas, sonriendo dulcemente mientras me contemplaba… Opté por convencerme de que en ese instante me amaba con la misma intensidad que yo a ella.
Pero luego llegó Skandar, sé que por mí trató de contenerse, sin embargo no pudo y las lágrimas terminaron cayendo por sus mejillas, mientras tanto yo estaba sorprendido; jamás me imagine que algo así me sucedería a mí, mucho menos el día de mi propia boda. Finalmente el chico castaño se dio la vuelta, puedo jurar que Edith Cullen se hubiera casado conmigo si yo no decía nada, pero no fui capaz de permitirlo… a mí nunca me vio de la misma manera que a Skandar, tuve un par de segundos para aceptarlo, lo amaba a él y solo a él, a mí me quería, tal vez demasiado –claro que lo hacía, lo que sentía por mí era tan fuerte que la llevo al altar dispuesta a compartir su vida conmigo- Pero no era lo mismo: querer y amar son cosas distintas. Mi matrimonio con Edith no hubiese funcionado, en algún punto desistiría. Su felicidad para mí era lo más importante, yo no podría dársela por siempre… él sí, sin importar sus errores en el pasado, lo suyo era mucho más fuerte.
Además, ¿qué satisfacción me aguardaba sí cada mañana al despertar, quizá el pensamiento de ella era Skandar y no yo?
Entonces, dejándome a mí mismo de lado le pedí que fuera tras él.
Confieso que tuve la esperanza de que regresará a mí y me dijera por fin que me amaba; pero no lo hizo, en realidad nunca lo hizo… Cuando yo le recordaba mi amor diciéndole “te amo”, ella me respondía un “yo también”, más nunca me lo dijo directamente. Solía decirme “te quiero” a veces “te quiero mucho” no más.
Quedé como un novio técnicamente plantado. No hice más que quitar el moño alrededor de mi cuello, desabotonar dos botones de la impecable camisa blanca y quitarme el saco. Me fui de ahí sin decir ni una sola palabra. ¿Me arrepiento? La respuesta es no.
Skandar también hizo lo mismo por mí… Renunció a Edith cuando, cabizbajo estaba dispuesto a irse, solo. Los dos la amábamos locamente. Los dos siempre quisimos lo mejor para ella, sin importar que eso significará alejarnos. Incluso por la Juliette de Francia –a pesar de todo para mí siempre sería Juliette Capulet- hicimos las pases por su propio bien. Nunca odie al chico Keynes, jamás lo haría y sé que él a mí tampoco, únicamente fuimos celosos-protectores.
Pero luego quise olvidarme de todo eso y empezar desde cero, en soledad. Volví a París para comenzar a concentrarme más en mí carrera. A los pocos días volví a verla en el Sena, venía a entregarme el anillo… ¿Qué le podía decir? Era una joya valiosa, por mi mente pasaron demasiadas posibilidades, se suponía que debía tomarlo y si llegaba a encontrar a otra mujer entregárselo, pero no quería hacer eso; pudimos donarlo pero no me parecía correcto, lo cierto era que no quería que otra mujer lo tuviese. Decidí arrojarlo al río junto con ella en memoria de los buenos momentos que pasamos juntos. Ahí acabo lo nuestro. El tiempo pasó y conseguí triunfos, éxito, más éxito, reconocimiento, elogios, aclamaciones… Gané los más grandes premios.
Pasaron cuatro años, un día recibí la llamada de mí hermana, me dijo que Edith iba a casarse, ¡al fin se casaría con Skandar! Pero que no sabía si enviarme la invitación o no… si lo hacía se sentiría incongruente y si no, sería una grosería… La bella Juliette, siempre tan considerada. Le contesté a Mikayla que le dijera que me enviará la invitación, que no había problema, que yo estaba perfecto y salía con alguien, concretamente con Scarlett, una ex novia a la que no veía desde hace muchísimo tiempo de la que no sabía nada y con quién inventé un amoroso reencuentro. Me llegó la flamante invitación a los pocos días, ni siquiera la abrí, la contemplé durante una noche en la que el dolor había retornado… a la mañana siguiente me convencí de que lo mejor sería deshacerme de ella.
Con una semana de anticipo le informé a Edith por medio de un email que, lamentablemente no podría asistir ya que tenía compromisos laborales... todos los que logré acumular para ese día.
Mi corazón seguía roto y en todo ese tiempo no hice nada más que refugiarme en el éxito. En una premiere conocí a Camille, la mujer que después sería mi esposa. Tuvimos una larga relación y cuando me había decidido a proponerle matrimonio, me avisaron de la peor noticia que tuve en mí vida… Juliette se había ido.
Acompañé a Skandar en su dolor, lo compartimos juntos así como compartíamos el amor que sentíamos por ella. La agonía de esos momentos fue terrible, todo el ambiente era destrozador. Lo admiro por la valiente que fue, él me dijo que tenía dos razones muy importantes por las cuales seguir… Sus hijos. Me animé a repetir las palabras de Esme, ella estaba en un lugar mejor, añadí que siempre y sin importar qué, estaría a su lado cuidando de él y de los gemelos. Fue ahí cuando supe que jamás llegaría a amar tanto a alguien como la amé a ella.
Retorné a Francia deshecho. Camille me recibió con una maravillosa noticia: Sería papá. Realmente quería a Camille, muchísimo, demasiado… Logré comprender lo que Edith sentía por mí, era un sentimiento de cariño puro e infinito, yo lo sentía por Camille y decidí darle el sobrenombre de amor sabiendo perfectamente que no lo era, sin embargo con ese sentimiento fui feliz compartiendo mi vida con mi esposa y mi pequeño retoño.
Cuando Adam cumplió veinte me presento formalmente a su novia, mi hijo me decía todo el tiempo que era “su chica perfecta” Al verla supe que se trataba de aquella bebé que cargué en brazos hace muchísimo tiempo. Tenía los característicos ojos mieles de Edith, la melena azabache de Skandar, facciones de ambos y el carácter similar al de su padre…. Cinco años después se casarón, en ese festejo reencontré al “niño”. Idéntico a su hermana pero con el carácter de su madre. Conocí a su familia, su hijo mayor era demasiado parecido a Skandar y la bebé de tres años se llamaba Edith, “Eddie” en honor a su abuela.
Al día siguiente surgió una sorprendente notica. Sinceramente sentí alegría porque al fin Skandar logró reencontrarse con Edith y ya nada los separaría… nunca.
Agradezco a la vida por lo afortunado que fui… tuve una hermosa familia, una extraordinaria esposa y un gran hijo que me dio la alegría de ser abuelo. Mi nieto tenía mis ojos según Camille, esos ojos que a veces parecían ser azules y en ocasiones verdes. Tenía el cabello de Violet y a medida que fue creciendo era catalogado como un niño travieso e impetuoso… así como lo fui yo, además de impulsivo así como lo fue Edith. Entonces comprendí que ella nunca se fue… Estuvo con nosotros, lo que le dije a Skandar en medio de tanto dolor fue cierto, cuido de él, lo acompañó durante veinticinco años hasta que al fin se reunieron.
Última edición por Eddie el Lun 26 Mayo 2014, 7:10 pm, editado 1 vez
Eddie
Re: Siempre juntos... adios para siempre...
Seguramente dirán que por qué no puedo superar esto, a cada rato dejo post y hago promesas. Ni siquiera he querido mover el tema .-.
Lo que pasa es... Que no sé, tenía que dejar el epílogo desde el punto de Gaspard♥ Porque siento el él fue un gran personaje, ciertamente será uno de mis personajes favoritos por siempre.
Sucedía que los Gaspard's feelings me provocaban bloqueos, poco a poco más intensos que se volvían laaaaaaargos. Decidí escribir su perspectiva y funcionó porque los bloqueos se están yendo.
¡Espero que lo disfruten!
Lo que pasa es... Que no sé, tenía que dejar el epílogo desde el punto de Gaspard♥ Porque siento el él fue un gran personaje, ciertamente será uno de mis personajes favoritos por siempre.
Sucedía que los Gaspard's feelings me provocaban bloqueos, poco a poco más intensos que se volvían laaaaaaargos. Decidí escribir su perspectiva y funcionó porque los bloqueos se están yendo.
¡Espero que lo disfruten!
Eddie
Re: Siempre juntos... adios para siempre...
ME HAS HECHO LLORAR :'( :')
WHO DO YOU THINK YOU ARE? RUNNING OUT LEAVING SCARS? (Creo que asi es xD)
Me encanto! Y... Sinceramente, Gaspard tambien fue uno de los personajes mas importantes y queridos por mi :') LO COMPARTIMOS! YAY :D
Por los que amamos al Frances <3
Besoooos <3
WHO DO YOU THINK YOU ARE? RUNNING OUT LEAVING SCARS? (Creo que asi es xD)
Me encanto! Y... Sinceramente, Gaspard tambien fue uno de los personajes mas importantes y queridos por mi :') LO COMPARTIMOS! YAY :D
Por los que amamos al Frances <3
Besoooos <3
Sabaku No Saara
Re: Siempre juntos... adios para siempre...
oh ese sentimiento ha vuelto a mi! estan triste y me hiciste recordar toda la historia!! pero me gusto que lo hubieras hecho tenia esa duda de saber que le habia pasado al pobre de gaspard, muy linda y muy triste :(
valen18
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