Siempre juntos... adios para siempre...

Un día entero en este hospital, 24 horas que se me han hecho eternas. Mañana es noche buena, mañana todos deberíamos estar juntos, para celebrar la navidad unidos y gozando paz. Pero no, ¿Por qué las cosas tuvieron que ser así?... Mikayla no se ha separado de Edward, y Gaspard de mi, mas bien yo no me he separado de el… De mi “cuñada” –porque me supongo que Sou sigue siendo novia de Ed- y de Skandar, no he sabido nada… por cierto ya quite ese “mi amor” de mi teléfono, y lo cambie a simplemente “Skandar”… ver ese contacto así, tan… “seco”, me produce no se… Antes era: “Mi amor, mi vida, mi cielo, ¡mi mundo!”… y ahora nada más “Skandar”… ¡Me parece increíble que estando las cosas como están, yo siga pensando en el!... ¿Para que perder el tiempo?... él tiene a Melissa…

Nuevamente el doctor Carriello, volvió hacer acto de presencia…

-Chicos, les tengo buenas noticias. –dijo-
-¿Mis padres están bien y saldrán hoy, para celebrar todos juntos navidad? –Dije con la mirada pérdida-
-Lamentablemente no. Pero los señores Keynes podrán salir hoy. –Dijo el doctor-
-¿Y mis padres? –dije-
-Ellos… siguen graves. –Decía el médico con mucho tacto-
-Pff, que buena noticia. –Dije con sarcasmo, y con las lágrimas a punto de salir-
-¡Edith!... ¡Cálmate! –Dijo Edward alterado, seguro le molesto mi comentario-
-¡Y como quieres que me calme!... ¡mis padres siguen graves!... ¡No se sabe muy bien si se recuperaran!... ¡Y pasaremos la navidad, el día mas bello del año, en este lugar!.... ¿Así quieres que me tranquilice? –Dije, al decir lo último, no contuve las lágrimas y comencé a llorar-
Gaspard fue a abrazarme….
-Ya, Eddy… esto no es lo que alguien desea, tienes razón, no será nada bonito que pases navidad aquí… ¿quieres dar un paseo? –dijo abrazándome, mientras yo lloraba en su pecho y negaba con la cabeza-
-¿Quieres un café? –Dijo Gasp y yo volví a negarme con la cabeza, no hablaba porque sentía un inmenso nudo en la garganta y si lo hacía el llanto jamás podría parar, es por eso que a su vez escondí la cara en el abrazo, no quería que nadie me viera llorar-
Unos minutos después el llanto ceso un poco, pero yo seguía abrazando a Gaspard…
-Edward, ¿cómo están nuestros padres? –Escuche decir a una voz masculina que reconocí al instante… ¡era la voz de Skandar Keynes!-

Asome un poco el rostro para ver si era él… y efectivamente era el… oh no… ¿adivinen con quien venia?... si, con Melissa. Venían tomados de las manos…
-¿Sabes algo? –Dije a Gaspard- siempre si quiero el café.
-Bueno vamos. –respondió el- además creo que te hará falta tomar aire…
-Si, tienes razón. –dije suspirando.-
Bajamos a la cafetería del hospital, nos sentamos en una mesa… Note a Gaspard muy preocupado…
-Siento mucho que estés así por mi culpa… -dije bajando la mirada-
Él suspiro…
-Mírame –dijo, al instante yo lo mire- Esto no es culpa de nadie, y bueno, yo tampoco puedo evitar sentirme mal, aprecio mucho a tus padres, además son muy amigos de los míos… y luego tu… yo te aprecio mucho… te quiero mucho, aunque bueno… ahora todo es diferente.
Comprendí lo que quiso decir con “todo es diferente”.
-Descuida, puedes mencionarlo abiertamente, yo también te guardo mucho cariño… - dije a Gaspard-
-Fue una lastima que no haya funcionado… -dijo él-
-Si, fue una verdadera lastima… -dije mirando al piso-
-Ese chico… el que acababa de llegar es tu nov… -dijo Gaspard un poco tímido-
-¡Era!... La verdad no sé que decir al respecto… -dije-
-Puedes hablar conmigo de lo que sea, lo nuestro no se pudo… pero quedamos como buenos amigos… -dijo Gasp, dándome confianza-
-Bueno, hasta hace un par de días… -y le conté todo lo que sucedió después de haber encontrado a Melissa-
-Pues, creo que es un idiota… Pero en fin… ¿quieres salir un momento? –Dijo tranquilo… desde luego que note como hiso el esfuerzo de guardarse todo lo que pensaba de Skandar, para no hacerme sentir más mal-
-Si. –dije-
Y salimos a recorrer las calles italianas, las cuales estaban cubiertas de nieve… Había muy poca gente… pero aun así, no me importo, lo único que quería era alejarme de ese hospital…. Pero no podía, las personas con máxima importancia en mi vida, estaban ahí.
Al principio Gaspard iba un poco callado, yo iba con la mirada gacha… Quería volver a llorar, los ojos se me cristalizaron… y respire con un poco de dificultad… Gasp paro en seco…
-¿Estas bien? –Dijo tomando de mi hombro-
-No… -respondí con un nudo en la garganta-
Entonces el me abrazo…
-Puedes llorar, llorar no esta prohibido, llorar es bueno… desahógate… -dijo él-
Y así lo hice, lo abrase con tanta fuerza y a la ves lloraba… estaba desesperada… harta… me sentía perdida…
No se y no me importa cuanto tiempo pase así. Cuando el llanto ceso, le pedí a Gaspard volver...
Al regresar al enorme pasillo blanco del hospital, el cual hacia que mi dolor y desesperación aumentaran, solo estaban Edward y Mikayla… No pregunte por Skandar, ni por nadie… simplemente llegue tome la mano de mi hermano y lo abrase…
-Skandar… -dijo el-
-No me importa. –le interrumpí-
-¿Terminaron? –Pregunto mi hermano.-
-Si. –respondí-
Y seguí abrazándolo…
-No has visto al señor Randal –dijo Edward.- Ayer que lo vi, pregunto por ti.
-Tienes razón. Iré a verlo –dije-
-Gasp… ¿me acompañarías?... –dije yo-
-Claro que si. –respondió-
Subimos a su habitación… y esto fue lo que escuche cuando estaba por cruzar la puerta:

-Papá, ella es mi novia -decía Skandar emocionado, presentando a Melissa-

Yo estaba por darme la media vuelta, pero el señor Randal, me llamo.
-¡Edith! –dijo el emocionado-
Como Skandar y Melissa estaban de espaldas se volvieron y me miraron, Skandar con un poco de incredibilidad.
-Hola. –dije acercándome-
-¡Hola!, que gusto que estés aquí. –dijo el señor sonriente.-
-Lamento no haber venido ayer, pero bueno yo…. –decía mientras fui interrumpida por Randal-
-Ya tu hermano me explico… lo siento tanto. –dijo el-
-Me da gusto que usted y su esposa, puedan salir hoy… -dije-
-Si… ¿Skandar ya te presento a su novia? –me pregunto el señor Randal. Por lo visto no se entero del noviazgo entre yo y su hijo-
-No… no muy bien. –dije-
-Vamos, Skandar preséntalas. –decía Randal… No iba a decir nada… el señor no sabia nada… el no tenia la culpa-
-Bueno Edith, Melissa es mi novia –dijo Skandar, me quede incrédula, ¿Cómo lo decía así, con tanta facilidad?... yo pensé que iba a evadir el comentario de su padre-
-Hola Melissa. Que gusto Skandar, en verdad. Espero que sean muy felices –dije-
-Ah, ya recuerdo… ¿ella es Melissa, la chica que ayudaron? –Dijo Randal-
-Así es. –dije-
-Bueno, los dejo. Creo que tienen mucho de que hablar. Iré a ver a su esposa. –Dije a Randal-
-Edith, por favor no te vayas. –dijo el-
-En un rato vuelvo… no tardo. –Dije Besando la mejilla de Randal.-
-Vamos Gasp. –dije a Gaspard que estaba casi afuera-
-¿Estas bien? –dijo el, cuando estábamos afuera-
-Eso creo. Tienes razón, es un idiota.-dije refiriéndome a Skandar-
-Yo siempre tengo la razón. –dijo el en tono juguetón-
-Engreído. –Dije en el mismo tono-
-Extrañaba que me dijeras así. ¿Soy tu engreído favorito, verdad? –dijo el, al instante yo sonreí-¡Extrañaba ver esa sonrisa vamos sonríe nuevamente para tu engreído favorito. -dijo Gaspard sonriente-
-Aun no he dicho que lo seas. –dije sonriendo-
-Sé que lo soy aunque no quieras admitirlo. –dijo-
A pesar de la situación yo no podía evitar esas sonrisas… es que era Gaspard admitiendo ser un engreído, y además con esa mirada pícara que me da tanta gracia y que me gusta tanto. De pronto esas sonrisas se esfumaron, pues tan solo gire un poco la cabeza y atreves del cristal de una habitación, vi a mi padre… me dolió tanto verlo así, lleno de cables y con los ojos cerrados, fue como una triple pedrada en el corazón, eso además de sumarle la situación por la que acababa de pasar: Skandar y su novia.
De pronto una lagrima resbalo por mi mejilla.
-¿Qué ocurr…? -Decía Gaspard- Oh. –Dicho esto me abrazo-
Y lo abrase muy muy fuerte mientras lloraba. Llore más que las veces anteriores, esta ves tenía más dolor, esta ves me sentía pésimo, esta ves me sentía mas débil. Y el llorar a veces ayuda, te libera, pero nada dice que arreglara las cosas, antes de llorar siempre siento ese nudo, si, ese maldito nudo de esos que me cuesta tratar de tragar el aire para no llorar, pero de todos modos siempre termino llorando, nunca puedo hacerme la fuerte por que si no lloro mi cara me delata o mi voz o algo así, antes odiaba el llorar, odiaba el derramar lágrimas… pero ahora me resulta inevitable.
-Vamos, llora, ya lo habíamos hablado, llorar no tiene nada de malo… aquí estoy yo para apoyarte. –Dijo Gaspard-
-Sé que no tiene nada de malo, pero no soluciona las cosas… Y creo que ya fue suficiente… No trato de hacerme la fuerte, admito que todo duele… pero tampoco quiero parecer la victima. –Dije- También te agradezco todos y cada uno de tus abrazos, han sido de mucho apoyo para mí…
-No tienes nada que agradecer, eres una gran amiga y los amigos hacen eso… se apoyan. –dijo Gaspard- Y bueno, ¿Qué quieres hacer?...
-No lo se… -dije-
-Bueno, hace unos segundos, íbamos directo a ver a la señora Keynes… ¿Aún quieres ir?... –pregunto-
-Eso creo… -dije-
Y nos dirigimos a la habitación de la señora Zelfa, Soumaya estaba acompañándola…
-Hola. –dije entrando-
-¡Hola Eddy! –Respondieron Zelfa y Soumaya-
-Lo siento tanto. –Dijo Zelfa-
-No hay cuidado… ojala mis padres se recuperen pronto y no les ocurra nada. Por otro lado, me causa alegría que ustedes puedan Salir hoy. –dije-
-Gracias. ¿Y mi hijo? –pregunto ella-
-Esta con su padre. –dije rápida y seca-
-Oh… ¡Vamos muchacho entra! –Dijo Zelfa a Gaspard-
-Hola. –dijo Gasp tímido con un ingles afrancesado-
-¿Francés? –Le pregunto Soumaya-
-Así es. –respondió el-
Y entonces llego Skandar y su amada novia. Yo opte por retirarme.
Cuando baje al enorme pasillo, solo estaban mi hermano y amiga.
-Necesitas descansar. –Dijo Gasp.-
-No pienso moverme ni un segundo de aquí. –respondí-
-Hermana, lo necesitas aunque sea unos minutos… Vamos ve a casa. –Dijo Edward-
-Es más… vayan ustedes… Mikayla y yo nos quedaremos aquí… si algo ocurre los llamaremos. –dijo Gaspard-
-Lo ves… vamos. –dijo mi hermano y mi no me quedo otra opción mas que aceptar.

Y llegamos a casa… esa casa de Italia, la cual yo visitaba poco…
-Vamos, ve a darte una ducha y descansa… yo hare lo mismo. –Dijo Edward-
Eso fue lo que hice… me di una ducha, pero no pude conciliar el sueño… Y al fin amaneció… Abrí mi closet… Era totalmente desconocido para mi, pero me dio igual… elegí un atuendo abrigador… baje a la sala y ahí estaba Edward…
-Vámonos. –dije-
Nuevamente, ese hospital, ese pasillo blanco que ya me tenía mareada…
-Hola. –Dije a Gaspard y a Mikayla.- ¿y los señores Keynes, ya se fueron? –pregunte-
-Si hace unas horas. –Respondió mi amigo Francés-
-Creo que es su turno de descansar… -dije-
-No… -respondió el-
Enarqué una ceja.
-Ok. Nos vemos al rato. –dijo el-
Los segundos transcurrían con una gran lentitud… Decidí salir un momento a la puerta principal del hospital… “Necesitaba” sentir el aire fresco y ver la nieve caer –Lo cierto es que no quería estar en ese pasillo blanco y descolorido- Veía como la nieve caía y chocaba con el piso cubierto de mas nieve, mientras pensaba en todas las emociones que estaba viviendo… Pensando en la situación de Skandar y su novia, eso fue un gran cinismo, un cinismo que termino por destrozarme aunque no lo quisiera admitir… ¿Y ahora que pasaría?...
Estaba haciéndome miles de preguntas, cuando de pronto veo a un chico alto, de piel pálida, ojos marrones y cabello castaño muy obscuro. Él era…


“Como dicen por ahí, enamorarse es perder y sufrir”