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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
no manches, el abuelo se pasa
Es muy protector :x
Siguela!!
Es muy protector :x
Siguela!!
aranzhitha
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
oohhh..eres muy mala..como la dejas ahi
sube otro cap por favor!!!!!!
sube otro cap por favor!!!!!!
Julieta♥
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
Continuación...
-Debías odiarlo.
Así era. Hacía tiempo que no se acordaba, pero veía con nitidez la humillación de aquellos campamentos de verano, año tras año. Por supuesto, nadie quería dormir en su tienda. Escapar a la vigilancia familiar era la gran diversión del campamento, pero no para él.
-Sí, lo odiaba -dijo.
-No me extraña que te rebelaras y empezaras a hacer lo más peligroso que se te ocurrió.
Joe frunció el ceño.
-No es rebeldía, maldita sea. Hago esto porque me gusta.
-Bueno, como quieras, pero no va a hacer eso con mi hijo -dijo _______ palmeando su estómago como si el bebé pudiera escucharles-. No va a lograr que él o ella tengan miedo de todo, o se sientan el centro del mundo. Este pequeño Vouvray Ward va a tener una infancia normal con los riesgos normales de la vida.
Quizás fue aquella charla, o quizás ya había empezado antes. El caso es que Joe empezó a sentir que tenía que proteger a esa criatura de los desmanes de su abuelo. Y sabía que tenía que sacar a _______ de la tutela del Dos cuanto antes. Por algún motivo, la solución parecía obvia.
-Mira -dijo de pronto-, ¿qué te parece trasladarte aquí? Hay sitio de sobra y el viejo no puede poner pegas.
Hubo una pausa que le pareció larga. Era como si hubiera saltado un precipicio sin darse cuenta, y sólo comprendiera el peligro una vez del otro lado.
________ lo miraba con sus ojos azules muy abiertos, pero de pronto la sorpresa se borró de su expresión, y apareció una sonrisa amplia, aliviada, agradecida.
-Oh, Joe, ¿no te importa? Sería perfecto para mí, pero, ¿no voy a cambiar tu vida?
No valía la pena decirle que ya lo había hecho.
-No, casi nunca estoy aquí. Si no fuera por el accidente, ya estaría en la carretera. Tengo dos cuartos vacíos, como has visto. Sólo tienes que elegir uno.
-Es un cambio muy importante para ti -le advirtió ________ con preocupación-. ¿Estás seguro?
Joe la miró con seriedad.
-Créeme, no me daré cuenta de que estás en la casa.
Y lo cierto era que le creía.
Pensando en ello más tarde, _______ se asustó. Joe era tan guapo, y lo que era más grave, siempre la ponía de buen humor. No es que se estuviera enamorando de él, eso era imposible después de Bryan, pero podía llegar a gustarle vivir con él. No necesitaba una vidente para comprender que Joe estaba irritado con la situación. Y dijera lo que dijera, su falsa boda estaba afectando a su vida social.
De pronto comprendió que la peor amenaza no era que el Dos le pusiera trabas para marcharse al final del año. Lo peor sería que ella no quisiera marcharse.
Tenía que tener mucho cuidado. Tenía que asegurarse de mantener las distancias, de manera que no sintiera que perdía algo cuando terminara el plazo y ella y su bebé regresaran a casa.
El Dos estaba dividido. Por una parte deseaba saber cuáles eran los términos de aquella nueva relación y tenía la esperanza de que implicara que Joe había decidido sentar la cabeza. Por otra, temía que fuera sólo una maniobra de su nieto para fastidiarle y que no pensara ocuparse de _______. Tras una breve lucha, sus temores vencieron.
-Espero que no te acerques al taller...
-En mi condición -repitió ________ burlonamente-. No, no haré eso. Simplemente viviré como una persona normal y no como la princesa Rapunzel.
El Dos frunció el ceño.
-¿Qué princesa?
-Ese es tu problema, que nunca te contaron cuentos de niño -suspiró ________.
Aquella clase de comentarios directos siempre desconcertaban al Dos. Dividido entre las ganas de replicar una impertinencia o preguntar por el efecto de la falta de cuentos sobre las personalidades maduras, se limitó a decir:
-¿Qué?
-Los cuentos infantiles hablan de la vida y describen modelos de comportamiento. Si te hubieran hablado de la bruja de Rapunzel, por ejemplo, no tendrías que hacer ese papel en la vida, o al menos no siempre -le informó ________ con amabilidad.
-¿La bruja de Rapunzel? -repitió Joseph de Vouvray Ward II con fascinación indignada.
-Encerraba a los niños en el castillo y los engordaba para comérselos, como estás haciendo conmigo. Si tu madre te hubiera contado esa historia, sabrías ya que no se puede encerrar a la gente.
-¿Has llamado al viejo ? -preguntó Joe, admirado, cuando _______ le contó la conversación durante la cena.
Había tardado menos de una hora en recoger sus cosas y llevarlas a la casa. Después, con la ayuda de una de las criadas de la mansión, había puesto orden, limpiado y arreglado el cuarto a su gusto. Podía ser una mujer independiente, pero no perdía el sentido
común y no era cuestión de ponerse a mover muebles ella sola.
-¿No es así?
Aquella noche. había cocinado una cena griega. Habían comenzado con diversas y exóticas entradas, para seguir con una moussaka deliciosa acompañada de ensalada. Durante el día de trabajo, Joe había olvidado por completo que _______ se trasladaba a vivir con él. Por la tarde, se había acercado a la casa a buscar un programa de ordenador y se había encontrado con el entusiasta saludo de _______:
-Oh, fantástico. No sabía si vendrías a cenar, así que he preparado algo que puede recalentarse muy bien. Pero ya que estás a tiempo, comeremos en la piscina. ¿Te parece? ¿En Veinte minutos?
No se había sentido capaz de marcharse de nuevo al laboratorio. Además, el delicioso aroma se to hubiera impedido. Así que se había puesto un bañador y nadado un rato mientras _______ ponía la mesa en el patio.
Terminó el último bocado de moussaka y dio un trago de vino blanco.
-¿Cuál es ese cuento de la bruja?
-¿Quieres decir que tu madre tampoco te lo contó
-Puede que lo hiciera pero no recuerdo los detalles.
_______ se humedeció los labios y comenzó
-Hace muchos, muchos años, existía una mujer que entraba todas las noches a robar fruta de un jardín vecino. Una noche. su marido tomó su lugar y fue a por fruta. Pero lo encontró la bruja que era la dueña del jardín. A cambio de la vida del hombre, la bruja pidió una única cosa: cualquier hijo que tuviera la pareja. Puesto que llevaban años deseando un hijo sin lograrlo, y eran mayores, el hombre accedió. -Tum, tum -Joe hizo sonar tambores para aumentar la tensión y ______ rió con los ojos llenos de chispas.
-Por supuesto, el hombre olvidó su promesa hasta que su esposa dio a luz a una piña, y la bruja se presentó a reclamarla. Tomó al bebé que llamó Rapunzel y la encerró en lo alto de una tome que no tenía entrada, salvo una ventana. La niña creció hasta convertirse en una mujer hermosa, con un larguísimo cabello dorado. Cuando la bruja quería visitarla, la llamaba por la ventana y le decía que se soltara el cabello, y Rapunzel dejaba caer el pelo por la ventana. Por esta escala subía la bruja a verla.
-Empiezo a recordar -dijo Joe, asintiendo.
______ estaba encantada.
-¿Tu madre te lo contó de pequeño?
El sol se estaba poniendo, acompañado por el sonido de los grillos, y por un viento suave, refrescante. En la distancia, podía escucharse el mar golpeando las rocas. De pronto Joe se dio cuenta de que hacía años que no se sentía tan a gusto. Era muy distinto a cenar en un restaurante, por íntimo que fuera. Se reclinó en su asiento y estiró los pies desnudos, listo para escuchar.
-El príncipe aparece ahora, ¿verdad? Imita la voz de la bruja y Rapunzel le deja subir por su cabello.
-Así es.
-Pero he olvidado el final. ¿Qué pasa luego?
-Depende de la versión. En el original, se enamoran y el príncipe le lleva cada noche un trocito de cuerda para qua haga una escala y pueda escapar. Cuando está casi lista, la bruja lo descubre, le coma el cabello a Rapunzel y lo ata a la ventana y cuando el príncipe llama, deja caer el pelo, como siempre. El príncipe empieza a subir y cuando está casi arriba, la bruja coma el cabello y el príncipe cae y se mata.
-¿Eso es el final? -preguntó Joe, sorprendido-. Creí que los cuentos terminaban siempre bien.
-Son lecciones sobre la vida. En la otra versión, el príncipe rescata a Rapunzel y mata a la bruja -le tranquilizó ________.
-Prefiero esa versión -dijo Joe.
Dulce le sonrió con dulzura y gratitud.
-Ya lo imaginaba -dijo y Joe comprendió a qué se refería. El había estado actuando como el príncipe que rescata a la damisela en peligro al traer a ________ a su casa.
Estuvo a punto de soltar un taco. Aquello no era propio de el.En absoluto.
-Debías odiarlo.
Así era. Hacía tiempo que no se acordaba, pero veía con nitidez la humillación de aquellos campamentos de verano, año tras año. Por supuesto, nadie quería dormir en su tienda. Escapar a la vigilancia familiar era la gran diversión del campamento, pero no para él.
-Sí, lo odiaba -dijo.
-No me extraña que te rebelaras y empezaras a hacer lo más peligroso que se te ocurrió.
Joe frunció el ceño.
-No es rebeldía, maldita sea. Hago esto porque me gusta.
-Bueno, como quieras, pero no va a hacer eso con mi hijo -dijo _______ palmeando su estómago como si el bebé pudiera escucharles-. No va a lograr que él o ella tengan miedo de todo, o se sientan el centro del mundo. Este pequeño Vouvray Ward va a tener una infancia normal con los riesgos normales de la vida.
Quizás fue aquella charla, o quizás ya había empezado antes. El caso es que Joe empezó a sentir que tenía que proteger a esa criatura de los desmanes de su abuelo. Y sabía que tenía que sacar a _______ de la tutela del Dos cuanto antes. Por algún motivo, la solución parecía obvia.
-Mira -dijo de pronto-, ¿qué te parece trasladarte aquí? Hay sitio de sobra y el viejo no puede poner pegas.
Hubo una pausa que le pareció larga. Era como si hubiera saltado un precipicio sin darse cuenta, y sólo comprendiera el peligro una vez del otro lado.
________ lo miraba con sus ojos azules muy abiertos, pero de pronto la sorpresa se borró de su expresión, y apareció una sonrisa amplia, aliviada, agradecida.
-Oh, Joe, ¿no te importa? Sería perfecto para mí, pero, ¿no voy a cambiar tu vida?
No valía la pena decirle que ya lo había hecho.
-No, casi nunca estoy aquí. Si no fuera por el accidente, ya estaría en la carretera. Tengo dos cuartos vacíos, como has visto. Sólo tienes que elegir uno.
-Es un cambio muy importante para ti -le advirtió ________ con preocupación-. ¿Estás seguro?
Joe la miró con seriedad.
-Créeme, no me daré cuenta de que estás en la casa.
Y lo cierto era que le creía.
Pensando en ello más tarde, _______ se asustó. Joe era tan guapo, y lo que era más grave, siempre la ponía de buen humor. No es que se estuviera enamorando de él, eso era imposible después de Bryan, pero podía llegar a gustarle vivir con él. No necesitaba una vidente para comprender que Joe estaba irritado con la situación. Y dijera lo que dijera, su falsa boda estaba afectando a su vida social.
De pronto comprendió que la peor amenaza no era que el Dos le pusiera trabas para marcharse al final del año. Lo peor sería que ella no quisiera marcharse.
Tenía que tener mucho cuidado. Tenía que asegurarse de mantener las distancias, de manera que no sintiera que perdía algo cuando terminara el plazo y ella y su bebé regresaran a casa.
El Dos estaba dividido. Por una parte deseaba saber cuáles eran los términos de aquella nueva relación y tenía la esperanza de que implicara que Joe había decidido sentar la cabeza. Por otra, temía que fuera sólo una maniobra de su nieto para fastidiarle y que no pensara ocuparse de _______. Tras una breve lucha, sus temores vencieron.
-Espero que no te acerques al taller...
-En mi condición -repitió ________ burlonamente-. No, no haré eso. Simplemente viviré como una persona normal y no como la princesa Rapunzel.
El Dos frunció el ceño.
-¿Qué princesa?
-Ese es tu problema, que nunca te contaron cuentos de niño -suspiró ________.
Aquella clase de comentarios directos siempre desconcertaban al Dos. Dividido entre las ganas de replicar una impertinencia o preguntar por el efecto de la falta de cuentos sobre las personalidades maduras, se limitó a decir:
-¿Qué?
-Los cuentos infantiles hablan de la vida y describen modelos de comportamiento. Si te hubieran hablado de la bruja de Rapunzel, por ejemplo, no tendrías que hacer ese papel en la vida, o al menos no siempre -le informó ________ con amabilidad.
-¿La bruja de Rapunzel? -repitió Joseph de Vouvray Ward II con fascinación indignada.
-Encerraba a los niños en el castillo y los engordaba para comérselos, como estás haciendo conmigo. Si tu madre te hubiera contado esa historia, sabrías ya que no se puede encerrar a la gente.
-¿Has llamado al viejo
Había tardado menos de una hora en recoger sus cosas y llevarlas a la casa. Después, con la ayuda de una de las criadas de la mansión, había puesto orden, limpiado y arreglado el cuarto a su gusto. Podía ser una mujer independiente, pero no perdía el sentido
común y no era cuestión de ponerse a mover muebles ella sola.
-¿No es así?
Aquella noche. había cocinado una cena griega. Habían comenzado con diversas y exóticas entradas, para seguir con una moussaka deliciosa acompañada de ensalada. Durante el día de trabajo, Joe había olvidado por completo que _______ se trasladaba a vivir con él. Por la tarde, se había acercado a la casa a buscar un programa de ordenador y se había encontrado con el entusiasta saludo de _______:
-Oh, fantástico. No sabía si vendrías a cenar, así que he preparado algo que puede recalentarse muy bien. Pero ya que estás a tiempo, comeremos en la piscina. ¿Te parece? ¿En Veinte minutos?
No se había sentido capaz de marcharse de nuevo al laboratorio. Además, el delicioso aroma se to hubiera impedido. Así que se había puesto un bañador y nadado un rato mientras _______ ponía la mesa en el patio.
Terminó el último bocado de moussaka y dio un trago de vino blanco.
-¿Cuál es ese cuento de la bruja?
-¿Quieres decir que tu madre tampoco te lo contó
-Puede que lo hiciera pero no recuerdo los detalles.
_______ se humedeció los labios y comenzó
-Hace muchos, muchos años, existía una mujer que entraba todas las noches a robar fruta de un jardín vecino. Una noche. su marido tomó su lugar y fue a por fruta. Pero lo encontró la bruja que era la dueña del jardín. A cambio de la vida del hombre, la bruja pidió una única cosa: cualquier hijo que tuviera la pareja. Puesto que llevaban años deseando un hijo sin lograrlo, y eran mayores, el hombre accedió. -Tum, tum -Joe hizo sonar tambores para aumentar la tensión y ______ rió con los ojos llenos de chispas.
-Por supuesto, el hombre olvidó su promesa hasta que su esposa dio a luz a una piña, y la bruja se presentó a reclamarla. Tomó al bebé que llamó Rapunzel y la encerró en lo alto de una tome que no tenía entrada, salvo una ventana. La niña creció hasta convertirse en una mujer hermosa, con un larguísimo cabello dorado. Cuando la bruja quería visitarla, la llamaba por la ventana y le decía que se soltara el cabello, y Rapunzel dejaba caer el pelo por la ventana. Por esta escala subía la bruja a verla.
-Empiezo a recordar -dijo Joe, asintiendo.
______ estaba encantada.
-¿Tu madre te lo contó de pequeño?
El sol se estaba poniendo, acompañado por el sonido de los grillos, y por un viento suave, refrescante. En la distancia, podía escucharse el mar golpeando las rocas. De pronto Joe se dio cuenta de que hacía años que no se sentía tan a gusto. Era muy distinto a cenar en un restaurante, por íntimo que fuera. Se reclinó en su asiento y estiró los pies desnudos, listo para escuchar.
-El príncipe aparece ahora, ¿verdad? Imita la voz de la bruja y Rapunzel le deja subir por su cabello.
-Así es.
-Pero he olvidado el final. ¿Qué pasa luego?
-Depende de la versión. En el original, se enamoran y el príncipe le lleva cada noche un trocito de cuerda para qua haga una escala y pueda escapar. Cuando está casi lista, la bruja lo descubre, le coma el cabello a Rapunzel y lo ata a la ventana y cuando el príncipe llama, deja caer el pelo, como siempre. El príncipe empieza a subir y cuando está casi arriba, la bruja coma el cabello y el príncipe cae y se mata.
-¿Eso es el final? -preguntó Joe, sorprendido-. Creí que los cuentos terminaban siempre bien.
-Son lecciones sobre la vida. En la otra versión, el príncipe rescata a Rapunzel y mata a la bruja -le tranquilizó ________.
-Prefiero esa versión -dijo Joe.
Dulce le sonrió con dulzura y gratitud.
-Ya lo imaginaba -dijo y Joe comprendió a qué se refería. El había estado actuando como el príncipe que rescata a la damisela en peligro al traer a ________ a su casa.
Estuvo a punto de soltar un taco. Aquello no era propio de el.En absoluto.
☎ Jimena Horan ♥
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
jajaj q lindo a joe le gustan los cuentos de hadas con finales felices..encantador
siguela pronto plisssss
siguela pronto plisssss
Julieta♥
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
Uhh se mudaron juntos. Me esta gustando cada vez mas pero siento los caps muy cortos. SIGUELAA
Creadora
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
CAPITULO 7
N0 supo qué le despertó en mitad de la noche. No era habitual que se despertara y permaneció tumbado, escuchando el silencio y preguntándose si habría entrado alguien.
Durante un rato no escuchó nada que no fueran los ruidos del bosque fuera de la casa, hasta que de pronto volvió a oír el débil sonido. No podia decir qué era, pero sabía que era dentro de la casa. Joe se levantó, desnudo, y se puso lo primero que encontró, que resultaron ser los pantalones cortos que había llevado la tarde anterior. Se subió la cremallera mientras se dirigía en silencio hacia la puerta.
Un leve resplandor escapaba de la habitación de _______, pero cuando la abrió, la mujer no estaba. La colcha estaba apartada y encendida la lámpara de la mesilla. La ventana estaba completamente abierta y el suave viento de la noche hacía ondular las coronas.
.
Su corazón se aceleró y fue rápidamente a la ventana, pero la luz de luna no iluminaba más que la forma de los árboles. Se dio la vuelta y fue por el pasillo. De nuevo oyó el ruido y al mismo tiempo, distinguió luz en el baño. Expulsó el aire, aliviado.
.
-¿_______? -golpeó con los nudillos la puerta y tras unos segundos la abrió. Dentro le esperaba la imagen de unas piernas bien torneadas, un trasero cubierto por braguitas blancas y una espalda doblada sobre la taza del baño.
-_______ -dijo Joe de nuevo. Entró en el baño y se acercó a ella, apoyando dulcemente una mano en su hombro. _______ lo miró un segundo y de nuevo una náusea la obligó a inclinarse y seguir vomitando.
.
De pronto se dio cuenta de que las noches de universidad con un montón de amigos borrachos le habían servido de algo. Humedeció una toalla pequeña, la escurrió, y limpió la frente y la cara de _______. Después tiró de la cadena.
-Gracias -murmuró _______-. ¿Puedes sujetar esto?
Señaló su trenza, que se empeñaba en ponerse delante de su cara. Joe la apartó mientras acariciaba con gestos reconfortantes la espalda tensa de la mujer.
Cuando la convulsión remitió, la limpió de nuevo, llenó un vaso de agua fría y se lo tendió.
-Toma, no la bebas -dijo.
________ se enjuagó la boca. Joe seguía masajeándola la espalda, aunque eso nunca lo había hecho con sus compañeros de universidad. Parecía helada.
-¿Crees que has terminado? -preguntó.
________ se irguió con cuidado y sonrió débilmente.
-Creo. Muchas gracias.
-De nada. ¿Puedo prepararte algo?
-Daría cualquier cosa por un sandwich vegetal.
-Ahora mismo -dijo Joe sin pestañear.
-Pan blanco, sin mantequilla, muy poca mayonesa, tomate, y algo de lechuga -añadió ______.
-¿Para beber?
-Leche, por favor.
.
-Vuelve a la cama y te lo traigo en cinco minutos.
.
La oyó lavarse los dientes mientras bajaba las escaleras y entraba en la cocina, encendiendo luces. Era muy bueno haciendo bocadillos, lo único que había hecho en su vida, de modo que separó el pan como un experto y cinco minutos más tarde, entraba en el cuarto con una bandeja.
_______ estaba en la cama, erguida sobre los almohadones, esperando.
.
-Eres muy amable -dijo.
-No es nada -aseguró Joe y le puso la bandeja sobre las rodillas.
________ devoró el sandwich como Joe no había visto hacer a nadie.
-Dios, qué maravilla -declaró entre mordiscos-. Lo has hecho exactamente como me gusta.
-Qué bien -dijo Joe.
-Se te da muy bien esto de cuidar al enfermo. ¿Experiencia?
-En cierto modo -Joe nunca había pensado en la vida universitaria como una escuela para el matrimonio, pero era cierto que se sentía a gusto en el papel.
Mientras _________ se bebía la leche, observó que el libro que había en la mesilla trataba del embarazo. Una preocupación le cruzó la mente.
-¿Has visto ya a Daniel Snyder. Es el médico de la fam...?
_______ interrumpió con una sonrisa.
-¿Estás de broma? ¿Cómo iba a permitir tu abuelo que no lo viera? A1 segundo día de llegar.
-¿,Qué dijo?
-Tomó muestras de sangre y dijo que siendo el primer embarazo no debe haber problemas con el Rh. Le conté qué clase de parto quiero y me recomendó a una médica alternativa. La he visto una vez. Es uno de los temas conflictivos con tu abuelo. Quiere toda la alta tecnología para mí.
-Recuerdo que te prometí que no te forzaría a eso.
-No lo haré -_______ se encogió de hombros. El Dos puede pedirme citas, pero no puede raptarme para que asista. Oye, qué bueno estaba -dijo con el último trago de leche- Gracias.
Joe tomó la bandeja y se levantó, pero tuvo que reprimir un impulso repentino de besarla, no apasionadamente, sino simplemente... cariñosamente. Pero pensó que no era buena idea.
-Buenas noches -dijo.
-Buenas noches -_______ se metió bajo las sábanas y apagó la luz en cuanto él salió del cuarto.
Permaneció despierta en la oscuridad, llena de maravillado asombro. Joe era realmente sorprendente. Lo último que hubiera esperado de un playboy conductor de coches de carrera era que fuera capaz de convertirse en enfermera de noche.
Soñadoramente, pensó que Bryan hubiera hecho lo mismo, de haber vivido. Pero Bryan era su marido y la amaba. Recordó lo irritable que se había vuelto Bryan con su enfermedad, lo desesperado por depender de ella y de otros, según el mal iba dejándole sin fuerzas.
.
No le había disgustado que Joe la cuidara. Ni siquiera le había importado que la viera en aquel estado, doblada sobre el baño, sudando, con la cara descompuesta. Su reacción había sido sentirse reconfortada por la presencia humana a su lado. Era un asunto algo triste sentirse enferma a las tres de la mañana en una casa ajena.
.
Joe había vuelto a rescatarla y la casa había dejado de parecerle solitaria y extraña. Un sudor frío recorrió la espalda de ________ y de pronto dejó de sentirse tan a gusto. Abrió los ojos, mirando las sombras. Sería terrible si empezaba a enamorarse de Joe. Peor que terrible. Estaba convencida de que sus sentimientos hacia Bryan era únicos y que nunca más se enamoraría.
.
Pero nunca se le había ocurrido que pudiera llegar a sentir algo completamente diferente y que sin embargo mereciera ser llamado amor.
_______ solía levantarse temprano, y aquella mañana, cuando Joe vio su puerta abierta al pasar por el pasillo, hizo algo que nunca había hecho antes. Se deslizó dentro y tomó el libro que seguía abierto sobre la mesilla.
Estaba leyendo un capítulo llamado «La música y tu hijo». Fue al índice para observar capítulos cuyos títulos «conexión mental», «Tacto», lo asombraron. Nada sobre náuseas. Joe dejó el libro como estaba y salió, sintiéndose tan culpable como si hubiera abierto una carta privada.
-¿Lo que pasó anoche es normal? -preguntó mientras desayunaban.
-Oh, desde luego -dijo _______-. Me pasó hace un par de semanas. Debería pasarse rápido, sucede sólo durante los primeros meses.
-Creí que era un malestar matutino.
-Cada uno es diferente. Mi madre me contó una vez que ella se ponía mala de noche en los embarazos.
-¿Le preguntaste a Snyder?
Dulce lo miró con severidad.
-Si empiezas a comportarte como tu abuelo, Joe, me marcho a mi casa.
-¡Sólo muestro interés!
Pero _______ no quería esa clase de interés. Quizás otra cosa...
-Y estás sugiriendo que no soy competente. Tienes que aceptar que yo soy la embarazada, aunque si quieres, te mantendré informado.
-No he puesto eso en duda - se sentía molesto por el rechazo de la mujer
.
Pero ________ estaba más que harta de la interferencia de los Ward en su vida. Había cometido un enorme error al aceptar el trato. Debieron ser las hormonas de¡ embarazo las que provocaron su falta de lucidez. Y no pensaba terminar de destrozar su vida, permitiendo que aquel hombre la hiriera de algún modo.
N0 supo qué le despertó en mitad de la noche. No era habitual que se despertara y permaneció tumbado, escuchando el silencio y preguntándose si habría entrado alguien.
Durante un rato no escuchó nada que no fueran los ruidos del bosque fuera de la casa, hasta que de pronto volvió a oír el débil sonido. No podia decir qué era, pero sabía que era dentro de la casa. Joe se levantó, desnudo, y se puso lo primero que encontró, que resultaron ser los pantalones cortos que había llevado la tarde anterior. Se subió la cremallera mientras se dirigía en silencio hacia la puerta.
Un leve resplandor escapaba de la habitación de _______, pero cuando la abrió, la mujer no estaba. La colcha estaba apartada y encendida la lámpara de la mesilla. La ventana estaba completamente abierta y el suave viento de la noche hacía ondular las coronas.
.
Su corazón se aceleró y fue rápidamente a la ventana, pero la luz de luna no iluminaba más que la forma de los árboles. Se dio la vuelta y fue por el pasillo. De nuevo oyó el ruido y al mismo tiempo, distinguió luz en el baño. Expulsó el aire, aliviado.
.
-¿_______? -golpeó con los nudillos la puerta y tras unos segundos la abrió. Dentro le esperaba la imagen de unas piernas bien torneadas, un trasero cubierto por braguitas blancas y una espalda doblada sobre la taza del baño.
-_______ -dijo Joe de nuevo. Entró en el baño y se acercó a ella, apoyando dulcemente una mano en su hombro. _______ lo miró un segundo y de nuevo una náusea la obligó a inclinarse y seguir vomitando.
.
De pronto se dio cuenta de que las noches de universidad con un montón de amigos borrachos le habían servido de algo. Humedeció una toalla pequeña, la escurrió, y limpió la frente y la cara de _______. Después tiró de la cadena.
-Gracias -murmuró _______-. ¿Puedes sujetar esto?
Señaló su trenza, que se empeñaba en ponerse delante de su cara. Joe la apartó mientras acariciaba con gestos reconfortantes la espalda tensa de la mujer.
Cuando la convulsión remitió, la limpió de nuevo, llenó un vaso de agua fría y se lo tendió.
-Toma, no la bebas -dijo.
________ se enjuagó la boca. Joe seguía masajeándola la espalda, aunque eso nunca lo había hecho con sus compañeros de universidad. Parecía helada.
-¿Crees que has terminado? -preguntó.
________ se irguió con cuidado y sonrió débilmente.
-Creo. Muchas gracias.
-De nada. ¿Puedo prepararte algo?
-Daría cualquier cosa por un sandwich vegetal.
-Ahora mismo -dijo Joe sin pestañear.
-Pan blanco, sin mantequilla, muy poca mayonesa, tomate, y algo de lechuga -añadió ______.
-¿Para beber?
-Leche, por favor.
.
-Vuelve a la cama y te lo traigo en cinco minutos.
.
La oyó lavarse los dientes mientras bajaba las escaleras y entraba en la cocina, encendiendo luces. Era muy bueno haciendo bocadillos, lo único que había hecho en su vida, de modo que separó el pan como un experto y cinco minutos más tarde, entraba en el cuarto con una bandeja.
_______ estaba en la cama, erguida sobre los almohadones, esperando.
.
-Eres muy amable -dijo.
-No es nada -aseguró Joe y le puso la bandeja sobre las rodillas.
________ devoró el sandwich como Joe no había visto hacer a nadie.
-Dios, qué maravilla -declaró entre mordiscos-. Lo has hecho exactamente como me gusta.
-Qué bien -dijo Joe.
-Se te da muy bien esto de cuidar al enfermo. ¿Experiencia?
-En cierto modo -Joe nunca había pensado en la vida universitaria como una escuela para el matrimonio, pero era cierto que se sentía a gusto en el papel.
Mientras _________ se bebía la leche, observó que el libro que había en la mesilla trataba del embarazo. Una preocupación le cruzó la mente.
-¿Has visto ya a Daniel Snyder. Es el médico de la fam...?
_______ interrumpió con una sonrisa.
-¿Estás de broma? ¿Cómo iba a permitir tu abuelo que no lo viera? A1 segundo día de llegar.
-¿,Qué dijo?
-Tomó muestras de sangre y dijo que siendo el primer embarazo no debe haber problemas con el Rh. Le conté qué clase de parto quiero y me recomendó a una médica alternativa. La he visto una vez. Es uno de los temas conflictivos con tu abuelo. Quiere toda la alta tecnología para mí.
-Recuerdo que te prometí que no te forzaría a eso.
-No lo haré -_______ se encogió de hombros. El Dos puede pedirme citas, pero no puede raptarme para que asista. Oye, qué bueno estaba -dijo con el último trago de leche- Gracias.
Joe tomó la bandeja y se levantó, pero tuvo que reprimir un impulso repentino de besarla, no apasionadamente, sino simplemente... cariñosamente. Pero pensó que no era buena idea.
-Buenas noches -dijo.
-Buenas noches -_______ se metió bajo las sábanas y apagó la luz en cuanto él salió del cuarto.
Permaneció despierta en la oscuridad, llena de maravillado asombro. Joe era realmente sorprendente. Lo último que hubiera esperado de un playboy conductor de coches de carrera era que fuera capaz de convertirse en enfermera de noche.
Soñadoramente, pensó que Bryan hubiera hecho lo mismo, de haber vivido. Pero Bryan era su marido y la amaba. Recordó lo irritable que se había vuelto Bryan con su enfermedad, lo desesperado por depender de ella y de otros, según el mal iba dejándole sin fuerzas.
.
No le había disgustado que Joe la cuidara. Ni siquiera le había importado que la viera en aquel estado, doblada sobre el baño, sudando, con la cara descompuesta. Su reacción había sido sentirse reconfortada por la presencia humana a su lado. Era un asunto algo triste sentirse enferma a las tres de la mañana en una casa ajena.
.
Joe había vuelto a rescatarla y la casa había dejado de parecerle solitaria y extraña. Un sudor frío recorrió la espalda de ________ y de pronto dejó de sentirse tan a gusto. Abrió los ojos, mirando las sombras. Sería terrible si empezaba a enamorarse de Joe. Peor que terrible. Estaba convencida de que sus sentimientos hacia Bryan era únicos y que nunca más se enamoraría.
.
Pero nunca se le había ocurrido que pudiera llegar a sentir algo completamente diferente y que sin embargo mereciera ser llamado amor.
_______ solía levantarse temprano, y aquella mañana, cuando Joe vio su puerta abierta al pasar por el pasillo, hizo algo que nunca había hecho antes. Se deslizó dentro y tomó el libro que seguía abierto sobre la mesilla.
Estaba leyendo un capítulo llamado «La música y tu hijo». Fue al índice para observar capítulos cuyos títulos «conexión mental», «Tacto», lo asombraron. Nada sobre náuseas. Joe dejó el libro como estaba y salió, sintiéndose tan culpable como si hubiera abierto una carta privada.
-¿Lo que pasó anoche es normal? -preguntó mientras desayunaban.
-Oh, desde luego -dijo _______-. Me pasó hace un par de semanas. Debería pasarse rápido, sucede sólo durante los primeros meses.
-Creí que era un malestar matutino.
-Cada uno es diferente. Mi madre me contó una vez que ella se ponía mala de noche en los embarazos.
-¿Le preguntaste a Snyder?
Dulce lo miró con severidad.
-Si empiezas a comportarte como tu abuelo, Joe, me marcho a mi casa.
-¡Sólo muestro interés!
Pero _______ no quería esa clase de interés. Quizás otra cosa...
-Y estás sugiriendo que no soy competente. Tienes que aceptar que yo soy la embarazada, aunque si quieres, te mantendré informado.
-No he puesto eso en duda - se sentía molesto por el rechazo de la mujer
.
Pero ________ estaba más que harta de la interferencia de los Ward en su vida. Había cometido un enorme error al aceptar el trato. Debieron ser las hormonas de¡ embarazo las que provocaron su falta de lucidez. Y no pensaba terminar de destrozar su vida, permitiendo que aquel hombre la hiriera de algún modo.
☎ Jimena Horan ♥
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
Me encanta esta novela maal! Pero los caps los siento cortitos u.u SIGUELAAAAA
Creadora
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
que lindo joe
se comporta super bonito
y se preocupa por la rayis
siguela pronto plisssss
se comporta super bonito
y se preocupa por la rayis
siguela pronto plisssss
Julieta♥
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
-¡Estás a punto! No soy una vaca, Joe, sino una mujer con el juicio sano que ha decidido tener un hijo. Tú eres meramente incidental en esta historia. Procura tenerlo en cuenta. Sin el error del laboratorio, jamás hubieras sabido nada de este embarazo. Y yo hubiera sobrevivido muy bien sin todos vosotros.
Por algún motivo, ese último comentario le sacó de quicio.
-¡No te molestó mi interferencia anoche!
_______ suavizó su gesto y le sonrió, haciendo que su enfado se evaporara.
-No, estoy muy agradecida. No todo el mundo es
capaz de sostenerte la frente mientras estás vomitando en el baño. Pero no puedes ser el jefe de esta operación, Joe , como no puede serlo tu abuelo.
Joe no estaba acostumbrado a ser manejado de aquella manera y la miró con desconcierto. Habitualmente, cuando se enfadaba con su abuelo, tenía que hacer estallar su rabia, tuviera o no razón. No intentaba controlarse, gritaba y se marchaba a calmarse en otro lugar
-Bien -dijo en tono apacible-. Pero preferiría que dejaras la puerta abierta por la noche. Así, si te pasa algo, podré oírte.
_______ sonrió de nuevo.
-Gracias, lo haré.
A partir de ese momento, Joe desarrolló una sensibilidad exquisita y se despertaba en el momento en que se abría la puerta del baño. En la tercera ocasión, ya era un experto.
-¿Sandwich de tomate? -preguntó cuando _______ volvió a la cama.
-¿Te importaría que fuera sopa de tomate esta vez? -preguntó ________-. ¿Con unas tostadas?
-¡La sopa en marcha! -anunció valerosamente, aunque con temor.
-Quema las tostadas, Joe.
-¿Quemarlas?
-Quiero que los bordes estén negros.
Estaba casi seguro de haber oído que el pan quemado era malo para el corazón, o algo así, pero asintió y obedeció. No pensaba discutir con una embarazada muerta de hambre y sobre todo, tenía otros problemas con los que lidian
Sopa. No lo había hecho en su vida. Ni siquiera segundos de pánico antes de descubrir una jarra de cerámica sobre el aparador, llena de utensilios. Abrió la lata, pero en ese momento, el olor a quemado le asaltó. La cazuela vacía que había puesto al fuego se estaba quemando...
-¿Está bien? -preguntó ansiosamente diez minutos más tarde.
________ tomaba sopa con pasión.
-Deliciosa.
-La sopa está quemada y el pan no -apuntó Joe con aire culpable-. Lo hice al revés.
-Está perfecto -dijo generosamente ________ mientras aplastaba los grumos de la sopa con la cuchara.
-Siento que haya grumos. Leí que había que hacerlo “gradualmente” cuando Ya era tarde.
________ le sonrió para tranquilizarle.
-Da lo mismo. Es húmedo y caliente.
-Nunca había pensado en lo duro que es cocinar -confió Joe.
Para su sorpresa, ________ se echó a reír.
Un par de mañanas más tarde, sintiéndose tan culpable como un espía, Joe llamó a Daniel Snyder desde el laboratorio.
-Es sobre _________, Dan -dijo.
-Oh, sí. Enhorabuena, Joe. Finalmente has conseguido una mujer estupenda.
-¿A qué viene ese tono de sorpresa?
-Bueno, era evidente que un hombre como tú no haría una elección tan buena -comentó Dan que había tratado a Joe de cientos de enfermedades imaginarias en su infancia-. ¿Qué quieres saber? ¿Te preocupa el embarazo? No hay problema.
-Dan, come tostadas quemadas. Quemadas del todo. Sin mantequilla -estalló Joe, como quien confiesa una desviación terrible.
-Sí, es habitual. Deja que tenga sus antojos, mientras sean de comida.
-¿De qué si no? -preguntó Joe estúpidamente.
-A algunas embarazadas les da por el yeso, o por el carbón. Hay muchos mecanismos del embarazo que no entendemos. Es una mujer joven y sana, Joe, no te preocupes.
Pero Joe tenía un montón de dudas y las fue exponiendo, los mareos de las dos de la mañana y otros que Dan le explicó sin darle importancia.
-Tiene la cocina llena de especies misteriosas y picantes - añadió.
-Debe cocinar bien -asumió el médico-. Mi mujer también hace currys.
-Oh, sí -Joe olvidó su angustia para hablar con entusiasmo-. Sí que cocina. Hizo anoche un cordero impresionante, mejor que en cualquier restaurante. Tengo que invitarte un día.
-Pero qué suerte tienes. Además es buena cocinera.
-Genial. También italiana.
-¿En serio? No lo parece -se extrañó el médico.
-No, digo que también cocina lasaña.
-¿Entonces, por qué lo preocupas por las especies?
-Es que... -Joe seguía dándole vueltas- ¿Crees que es sano que tome comida india? ¡Está embarazada!
Hubo una pausa al otro lado.
-Joe, piensa un poco lo que dices -habló pacientemente Daniel-. ¿Tu crees que las mujeres indias dejan de tomar comida india cuando están embarazadas? ¿Qué crees que toman? ¿Filetes con patatas al horno?
-Oh -fue toda la respuesta de Joe.
-Si _______ está acostumbrada a esa clase de comida, no hay por qué suponer que le siente mal ahora.
-Y limpia las paredes. ¿Debería hacer eso? Joe no pensaba dejar el tema tan pronto.
-Si no hace demasiados esfuerzos, no hay problema.
-¿Cómo puedo saber si hace demasiados esfuerzos? -masculló Joe con cierta vergüenza. Estaba seguro de que su casa estaba en un estado que _______ no podría considerar limpia. Y si se le metía en la cabeza limpiarla, no podría impedírselo.
-Por Dios, Joe, contrata a una mujer para limpiar. ¿Eres el hombre más rico de la ciudad y tienes a tu mujer limpiando paredes?
-Tienes razón -dijo Joe-. Lo haré. Ahora.
Por algún motivo, ese último comentario le sacó de quicio.
-¡No te molestó mi interferencia anoche!
_______ suavizó su gesto y le sonrió, haciendo que su enfado se evaporara.
-No, estoy muy agradecida. No todo el mundo es
capaz de sostenerte la frente mientras estás vomitando en el baño. Pero no puedes ser el jefe de esta operación, Joe , como no puede serlo tu abuelo.
Joe no estaba acostumbrado a ser manejado de aquella manera y la miró con desconcierto. Habitualmente, cuando se enfadaba con su abuelo, tenía que hacer estallar su rabia, tuviera o no razón. No intentaba controlarse, gritaba y se marchaba a calmarse en otro lugar
-Bien -dijo en tono apacible-. Pero preferiría que dejaras la puerta abierta por la noche. Así, si te pasa algo, podré oírte.
_______ sonrió de nuevo.
-Gracias, lo haré.
A partir de ese momento, Joe desarrolló una sensibilidad exquisita y se despertaba en el momento en que se abría la puerta del baño. En la tercera ocasión, ya era un experto.
-¿Sandwich de tomate? -preguntó cuando _______ volvió a la cama.
-¿Te importaría que fuera sopa de tomate esta vez? -preguntó ________-. ¿Con unas tostadas?
-¡La sopa en marcha! -anunció valerosamente, aunque con temor.
-Quema las tostadas, Joe.
-¿Quemarlas?
-Quiero que los bordes estén negros.
Estaba casi seguro de haber oído que el pan quemado era malo para el corazón, o algo así, pero asintió y obedeció. No pensaba discutir con una embarazada muerta de hambre y sobre todo, tenía otros problemas con los que lidian
Sopa. No lo había hecho en su vida. Ni siquiera segundos de pánico antes de descubrir una jarra de cerámica sobre el aparador, llena de utensilios. Abrió la lata, pero en ese momento, el olor a quemado le asaltó. La cazuela vacía que había puesto al fuego se estaba quemando...
-¿Está bien? -preguntó ansiosamente diez minutos más tarde.
________ tomaba sopa con pasión.
-Deliciosa.
-La sopa está quemada y el pan no -apuntó Joe con aire culpable-. Lo hice al revés.
-Está perfecto -dijo generosamente ________ mientras aplastaba los grumos de la sopa con la cuchara.
-Siento que haya grumos. Leí que había que hacerlo “gradualmente” cuando Ya era tarde.
________ le sonrió para tranquilizarle.
-Da lo mismo. Es húmedo y caliente.
-Nunca había pensado en lo duro que es cocinar -confió Joe.
Para su sorpresa, ________ se echó a reír.
Un par de mañanas más tarde, sintiéndose tan culpable como un espía, Joe llamó a Daniel Snyder desde el laboratorio.
-Es sobre _________, Dan -dijo.
-Oh, sí. Enhorabuena, Joe. Finalmente has conseguido una mujer estupenda.
-¿A qué viene ese tono de sorpresa?
-Bueno, era evidente que un hombre como tú no haría una elección tan buena -comentó Dan que había tratado a Joe de cientos de enfermedades imaginarias en su infancia-. ¿Qué quieres saber? ¿Te preocupa el embarazo? No hay problema.
-Dan, come tostadas quemadas. Quemadas del todo. Sin mantequilla -estalló Joe, como quien confiesa una desviación terrible.
-Sí, es habitual. Deja que tenga sus antojos, mientras sean de comida.
-¿De qué si no? -preguntó Joe estúpidamente.
-A algunas embarazadas les da por el yeso, o por el carbón. Hay muchos mecanismos del embarazo que no entendemos. Es una mujer joven y sana, Joe, no te preocupes.
Pero Joe tenía un montón de dudas y las fue exponiendo, los mareos de las dos de la mañana y otros que Dan le explicó sin darle importancia.
-Tiene la cocina llena de especies misteriosas y picantes - añadió.
-Debe cocinar bien -asumió el médico-. Mi mujer también hace currys.
-Oh, sí -Joe olvidó su angustia para hablar con entusiasmo-. Sí que cocina. Hizo anoche un cordero impresionante, mejor que en cualquier restaurante. Tengo que invitarte un día.
-Pero qué suerte tienes. Además es buena cocinera.
-Genial. También italiana.
-¿En serio? No lo parece -se extrañó el médico.
-No, digo que también cocina lasaña.
-¿Entonces, por qué lo preocupas por las especies?
-Es que... -Joe seguía dándole vueltas- ¿Crees que es sano que tome comida india? ¡Está embarazada!
Hubo una pausa al otro lado.
-Joe, piensa un poco lo que dices -habló pacientemente Daniel-. ¿Tu crees que las mujeres indias dejan de tomar comida india cuando están embarazadas? ¿Qué crees que toman? ¿Filetes con patatas al horno?
-Oh -fue toda la respuesta de Joe.
-Si _______ está acostumbrada a esa clase de comida, no hay por qué suponer que le siente mal ahora.
-Y limpia las paredes. ¿Debería hacer eso? Joe no pensaba dejar el tema tan pronto.
-Si no hace demasiados esfuerzos, no hay problema.
-¿Cómo puedo saber si hace demasiados esfuerzos? -masculló Joe con cierta vergüenza. Estaba seguro de que su casa estaba en un estado que _______ no podría considerar limpia. Y si se le metía en la cabeza limpiarla, no podría impedírselo.
-Por Dios, Joe, contrata a una mujer para limpiar. ¿Eres el hombre más rico de la ciudad y tienes a tu mujer limpiando paredes?
-Tienes razón -dijo Joe-. Lo haré. Ahora.
☎ Jimena Horan ♥
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
awwww mi Joe todo lindo preocupado por el embarazo :arre:
Awww me mata como se preocupa de todo es tan tierno :hug:
Como para comerse de lo dulce que es :L:
Siguela!!!
Awww me mata como se preocupa de todo es tan tierno :hug:
Como para comerse de lo dulce que es :L:
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
CAPITULO 8
Aquella misma mañana, a las once, cuando ________ salía de la casa, observó una camioneta que entraba por el camino y se detenía junto al garaje.
Una mujer bajó de la camioneta, seguida de dos chicas jóvenes y un hombre también joven, todos con pinta de estudiantes y llevando uniformes blancos. Tanto las camisas como la camioneta llevaban un logo que rezaba: Limpia y da brillo.
-Hola -dijo la mujer que llevaba un cuaderno en la mano- Soy Elaine Mariner. Hemos conseguido un equipo sobre la marcha.
-Ya veo -dijo _______ prudentemente.
-Parece que estaba usted saliendo. No se preocupe, nos pondremos a trabajar en su ausencia.
_______ frunció los labios y miró unos instantes a la mujer antes de preguntar:
-¿Qué van a hacer exactamente?
Elaine consultó su cuaderno.
-Ventanas, paredes, suelos, estanterías, alfombras, colchas, toda la cocina. Además de la limpieza normal. ¿Me he dejado algo?
-¿Son limpiadores?
La mujer sonrió, extrañada.
-Desde 1977. ¿No es eso te que pidió?
-No.
Elaine pareció desconcertada, pero sólo un instante.
-Oh, claro, he hablado con su marido. El señor Ward -habló con el tono de quien ha resuelto una situación absurda-. Pero no me dijo que fuera una sorpresa.
-Y ni siquiera es mi cumpleaños -añadió ________ con soma.
La mujer captó la irritación de ________ y su entusiasmo se evaporó.
-¿No quiere que lo hagamos?
De pronto _______ se sintió injusta. No era culpa de la amable mujer que Joe fuera un cretino, y claramente había hecho un esfuerzo para reunir a un equipo de limpiadores en poco tiempo.
-Oh, adelante -dijo ante el alivio de Elaine Mariner-. ¿Le doy mi llave?
-Sólo si vuelve después de las seis. A esa hora paramos. Pero tengo la impresión de que vamos a trabajar un par de días.
-Luego nos vemos -saludó _______.
Entró en el coche y se dirigió a la ciudad, cada vez más enfadada. De nuevo la interferencia Ward en su vida. El nieto era igual que el abuelo. Había salido de un lío para meterse en otro peor.
Pero lo cierto era que la casa era de Joe y éste tenía derecho a hacer que la limpiaran sin consultarla. No había pretendido ofenderla. El caso es que se sentía como si hubieran invadido su intimidad, pero debía reconocer que no estaba en su territorio. No era más que una huésped temporal, aunque estuviera casada con el propietario. Y era mucho mejor que lo recordara.
Más tranquila, entró en la consulta de su médico.
-Tu marido se preocupa en balde -dijo Phoebe tras la revisión de rutina-. Todo es perfecto.
-¿Tú crees? -se extrañó _______-. Es decir, sé que se preocupa, pero, ¿cómo lo sabes?
-Dan Snyder y yo hablamos a menudo, ¿sabes? -dijo la mujer con una sonrisa.
-¿Joe ha hablado con el doctor Snyder?
-Creo que le llamó para comentar sus angustias. Es algo muy natural en un padre primerizo. Los hombres tienden a creer que un embarazo es un manual de instrucciones.
_______ tomó aire para no estallar de nuevo.
-¿Y qué preocupa tanto a Joe?
La mujer se echó a reír.
-Las tostadas quemadas, por ejemplo. Creo que se quedó tranquilo.
-Ya -replicó _______ secamente- ¿Qué más?
Phoebe, que era inglesa, la miró con una sonrisa que significaba «ya sabes cómo son estos americanos»:
-Entre tus productos de cocina, ha encontrado especias exóticas de dudosa procedencia.
-¿Cómo? -________ no estaba de humor para bromas. Se sentía absolutamente furiosa, sin saber por qué. Le parecía que para Ha¡ aquello era un juego, al que podía dejar de jugar en cualquier momento. Sin embargo, ella debía mantener la guardia, no permitir que su preocupación la emocionara o engañara...
De hecho, el interés de Joe no era diferente del de su abuelo. Era sólo una forma disfrazada de control.
Phoebe captó el mensaje rápidamente.
-Vamos -dijo en tono pacificador-. No vale la pena que te enfades. Los hombres son así de pesados, ¿no crees?
-No creo. Creo que son los hombres Ward. ¿Qué más ha preguntado?
Phoebe apartó los ojos.
-Nada que yo sepa. Dan no me contó...
-Claro que preguntó más y claro que Dan te contó -la interrumpió _______-. Por favor, Phoebe, cuéntamelo.
-Parece ser que habías limpiado las paredes de la casa -dijo la médico hablando rápido-. Y en eso creo que tiene razón, es mejor que no...
_______ soportó el pequeño sermón de su amiga con los dientes apretados, pero simulando la mayor calma y comprensión.
CuandoJoe regreso a casa le asaltó el olor de la cera, de la lejía y el jabón, pero ni rastro del olor que estaba buscando. No había cena.
En el pasillo de] piso de arriba se encontró con ______ que salía de¡ baño, envuelta en una toalla azul, oliendo a limpio. Tenía el pelo mojado apartado de la cara, cayendo por sus hombros y éstos, como su pecho, tenían el brillo y el color de la fruta recién madurada.
Joe tragó saliva.
-Hola.
-Hola -dijo _______ y Joe observó que sus cálidos ojos azules tenían el resplandor helado de un lago en invierno-. Perdona.
Se dio la vuelta y entró en su cuarto, cerrando la puerta con sequedad. Dan le había advertido que las mujeres embarazadas tienen a veces cambios de humor, pero le sorprendía que ocurriera tan bruscamente y sin motivo alguno.
Mientras la esperaba abajo, se paseó por la casa observando las diferencias de una limpieza a fondo. Pero había cosas que no cambiaban: la alfombra parecía aun mas vieja y raída y se veían con mayor claridad las goteras, las manchas de las paredes, el papel despegado y roto.
No estaba puesta la mesa en el salón, sino en la cocina. Era extraño, pues _______ disfrutaba convirtiendo la cena en un acontecimiento. En el fuego, un cazo con agua hervía. Y en un plato junto a la cocina había unos trozos de carne picada cruda.
-¿Estás listo? -dijo ________ apareciendo a su lado. Se había puesto vaqueros y una camiseta amplia, el cabello suelto y mojado.
-Me muero de hambre -dijo Joe encantado de observar cómo iba a convertir _________ un trozo de carne en una delicia.
______ puso una sartén al fuego, un poco de aceite y echó la carne encima sin contemplaciones. Luego hizo algo que Joe nunca le había visto hacer. Sacó del congelador un paquete de guisantes y los echó al agua hirviendo. Joe seguía preguntándose, con confianza absoluta, cómo se las iba a arreglar la mujer para convertir aquello en un festín.
Luego, _______ fue al armario y saco un paquete de puré de patata instantáneo. Joe creyó ver visiones, pero no, así era. Observó como echaba una cantidad generosa en un segundo cazo con agua hirviendo, como añadía margarina y leche, y luego le daba vueltas retirándolo del fuego.
Aquello parecía peor que lo que Sara cocinaba en casa de su abuelo. Le extrañaba ver a ________ con platos precocinados, ella que lo hacía todo fresco.
-¿Qué vas a hacer? -preguntó al fin, asustado.
-Ya lo ves, hamburguesas con puré de patata y guisantes -respondió ________ sin inmutarse-¿Quieres sentarte?.
candyblues (Miembro - Papel)
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jun 4
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Antes de que se diera cuenta, _______ había echado el puré y los guisantes en sendas bandejas y los había puesto sobre la mesa. Cuando tomó asiento, Joe permaneció en mitad de la cocina, como un beep, mirándola con estupor.
-¿Vienes? -repitió ________.
Había un bote de ketchup en mitad de la mesa, margarina y sal y pimienta. _______ le sirvió una hamburguesa deforme en el plato y Joese sentó.
Joe había comido mucha comida basura en su vida, pero últimamente su paladar se había desarrollado bastante. Dio un bocado. La carne estaba cocida y el puré sabía a harina. Los guisantes estaban duros, pero aceptables. ________ comía alegremente, llenando su plato de tomate, como si aquello fuera lo más natural del mundo.
No era peor que las hamburguesas que tomaban en el laboratorio muchas noches, cuando se quedaban a trabajar hasta tarde. Joe suspiró y dio un bocado.
De pronto, se hizo la luz en su cerebro.
-La casa estaba llena de gente y supongo que no te dejaron cocinar -propuso.
Los ojos helados lo miraron.
-¿Qué quieres decir? Acabo de cocinar.
-Ya, pero esto... es decir, bueno -carraspeo-... No es lo habitual.
-De ahora en adelante, será así -le aseguró dulcemente.
Joe se echó a reír y la miró:
-¿Qué?
Pero _______ estaba seria.
-Puesto que todas esas especias que utilizo son tan peligrosas y poco americanas -dijo con objetividad.
Sintiendo que había una auténtica amenaza en el ambiente, Joe dijo:
-¿Qué más da? ¿Qué te pasa, ________?
La mujer dejó su tenedor.
-¿Cómo te atreves a llamar al médico y contarle mis acciones como si fuera un niño?
Joe la miró.
-¿Cómo lo sabes?
Pero ________ no respondió, sólo le lanzó una mirada homicida.
-Estaba preocupado -dijo Joe.
«¿Y cuánto va a durar tu preocupación por mí?», hubiera querido preguntar _______, pero vio aquellos ojos verdes oscurecidos ahora por las emociones y se sintió en peligro.
-¡No tienes derecho a llamar a mi médico y meterte en mi vida! ¡Este embarazo no es asunto tuyo!
Joe se sintió herido. y reaccionó con furia.
-¡Es también mi hijo! -gritó.
________ se puso en pie. Sería terrible que al final deseara conservar el niño.
-¡No es tu hijo! Es mío y no tiene nada que ver contigo, con tu abuelo o con la maldita dinastía. ¡Sabía que esto iba a suceder! ¡Tendría que hundir a Cyberfuturo por hacerme esto!
Joe seguía sorprendido por lo que acababa de decir. ¿En qué estaría pensando? De pronto, él
mismo no entendía por qué había llamado a Snyder. Alzó las manos a hizo un gesto de rendición.
-¡Tienes razón! -exclamó-. Toda la razón. No es hijo mío -más tranquila, pero no satisfecha, _______volvió a sentarse-. Pero vives aquí y no puedo evitar sentir preocupación. No vi nada malo en llamar a Dan porque lo he hecho toda la vida.
-¡Ya te dije que no quería vigilancia!
-A lo mejor sí la necesitas, _______. Habías fregado las paredes de la despensa, ¿o no?
-¡Si la suciedad no hubiera sido tan profunda, no lo hubiera hecho! -exclamó _________-. ¿Cómo iba a poner comida ahí? ¡Nos hubiera envenenado a los tres!
-Podías haberle pedido a alguien de la casa grande que viniera a ayudarte.
-No quería pedirle nada a tu abuelo.
-¿Por qué no me lo dijiste? Te hubiera buscado a una persona.
-Por la sencilla razón de que no había visto el estado de la despensa hasta que llegué a casa con toda la compra. Me pareció más simple limpiarla yo.
-Pero fue un riesgo.
-Joe, por Dios, hay mujeres que hacen trabajos durísimos durante el embarazo.
-Dan dijo que en el primer hijo es peligroso hacer cosas así.
-Dan no es ni siquiera ginecólogo. Es un médico de cabecera. No soy Hércules, pero tu despensa tampoco es el establo de Augias.
-Soy ingeniero, _________, no filólogo clásico.
-¡Mis niños de seis años conocen los trabajos de Hércules! -replicó _______. Era un placer pelear por algo menos personal-. ¡No es exactamente un nivel de doctorado!
-De todos modos, no hay un río cercano. Tendrías que desviar la piscina -masculló Joe mostrando que sí conocía sus clásicos.
Y de pronto, todo el enfado de ________ desapareció y se puso a reír:
-En serio, Joe, intenta recordar que todo esto nace de un error de laboratorio y que yo iba a ser una madre sola -sería estupendo que ella recordara eso, pensó mientras hablaba.
-Sí, pero sé que tu pueblo entero se hubiera ocupado de ti -dijo Joe con humor-. ¿No puedes verme como un sustituto y tomar mi preocupación por interés de amigo?
_______ sonrió. Tenía un modo de ser que le hacía irresistible.
-Muy bien -dijo.
-Y ahora, si no es un insulto para la cocinera... -comenzó Joe con timidez.
-¿Qué?
-¿Qué te parece que cenemos fuera?
Como no tenían ganas de vestirse, fueron a la pizzeria que había junto a la playa. Había una mesa reservada cerca de la arena, pero el camarero, nada más ver a Joe, lo llamó por su nombre y retiró discretamente el cartel de reserva.
-¿Conoces a todo el mundo en esta ciudad? comentó _______ tomando el menú.
-Fuimos juntos al colegio -explicó Joe -. No te pongas paranoica.
-¿Colegio? Creí que tu abuelo lo mandaría a colegios privados en Inglaterra o Suiza.
-Así fue durante unos años, pero más tarde le convencimos de que el colegio de Cantabria era mucho más seguro para mi moral y mi salud que esos colegios privados.
_______ lo miró con desconfianza.
-No lo creo.
Joe sonrió, esperando que se explicara.
-¿Crees que he vivido dos semanas con ese hombre sin saber que nadie lo convence nunca de nada? Cuéntame cómo lograste que te dejara estudiar aquí.
Joe asintió.
-Me escapé del colegio privado con quince años, recorrí media región en autostop y le dije al Dos que o me dejaba volver a mi colegio, o me escapaba para siempre. No se puede obligar a alguien a ir al colegio cuando cumple dieciséis, así que tuvo que aguantarse.
_______ sonrió comprensivamente.
-Debió sufrir mucho dando su brazo a torcer. Casi me da pena.
-Oh, no siempre le sale todo bien.
-¿Pero últimamente sí? -inquirió _______ sin maldad.
Joe frunció el ceño.
-¿Qué quieres decir?.
Aquella misma mañana, a las once, cuando ________ salía de la casa, observó una camioneta que entraba por el camino y se detenía junto al garaje.
Una mujer bajó de la camioneta, seguida de dos chicas jóvenes y un hombre también joven, todos con pinta de estudiantes y llevando uniformes blancos. Tanto las camisas como la camioneta llevaban un logo que rezaba: Limpia y da brillo.
-Hola -dijo la mujer que llevaba un cuaderno en la mano- Soy Elaine Mariner. Hemos conseguido un equipo sobre la marcha.
-Ya veo -dijo _______ prudentemente.
-Parece que estaba usted saliendo. No se preocupe, nos pondremos a trabajar en su ausencia.
_______ frunció los labios y miró unos instantes a la mujer antes de preguntar:
-¿Qué van a hacer exactamente?
Elaine consultó su cuaderno.
-Ventanas, paredes, suelos, estanterías, alfombras, colchas, toda la cocina. Además de la limpieza normal. ¿Me he dejado algo?
-¿Son limpiadores?
La mujer sonrió, extrañada.
-Desde 1977. ¿No es eso te que pidió?
-No.
Elaine pareció desconcertada, pero sólo un instante.
-Oh, claro, he hablado con su marido. El señor Ward -habló con el tono de quien ha resuelto una situación absurda-. Pero no me dijo que fuera una sorpresa.
-Y ni siquiera es mi cumpleaños -añadió ________ con soma.
La mujer captó la irritación de ________ y su entusiasmo se evaporó.
-¿No quiere que lo hagamos?
De pronto _______ se sintió injusta. No era culpa de la amable mujer que Joe fuera un cretino, y claramente había hecho un esfuerzo para reunir a un equipo de limpiadores en poco tiempo.
-Oh, adelante -dijo ante el alivio de Elaine Mariner-. ¿Le doy mi llave?
-Sólo si vuelve después de las seis. A esa hora paramos. Pero tengo la impresión de que vamos a trabajar un par de días.
-Luego nos vemos -saludó _______.
Entró en el coche y se dirigió a la ciudad, cada vez más enfadada. De nuevo la interferencia Ward en su vida. El nieto era igual que el abuelo. Había salido de un lío para meterse en otro peor.
Pero lo cierto era que la casa era de Joe y éste tenía derecho a hacer que la limpiaran sin consultarla. No había pretendido ofenderla. El caso es que se sentía como si hubieran invadido su intimidad, pero debía reconocer que no estaba en su territorio. No era más que una huésped temporal, aunque estuviera casada con el propietario. Y era mucho mejor que lo recordara.
Más tranquila, entró en la consulta de su médico.
-Tu marido se preocupa en balde -dijo Phoebe tras la revisión de rutina-. Todo es perfecto.
-¿Tú crees? -se extrañó _______-. Es decir, sé que se preocupa, pero, ¿cómo lo sabes?
-Dan Snyder y yo hablamos a menudo, ¿sabes? -dijo la mujer con una sonrisa.
-¿Joe ha hablado con el doctor Snyder?
-Creo que le llamó para comentar sus angustias. Es algo muy natural en un padre primerizo. Los hombres tienden a creer que un embarazo es un manual de instrucciones.
_______ tomó aire para no estallar de nuevo.
-¿Y qué preocupa tanto a Joe?
La mujer se echó a reír.
-Las tostadas quemadas, por ejemplo. Creo que se quedó tranquilo.
-Ya -replicó _______ secamente- ¿Qué más?
Phoebe, que era inglesa, la miró con una sonrisa que significaba «ya sabes cómo son estos americanos»:
-Entre tus productos de cocina, ha encontrado especias exóticas de dudosa procedencia.
-¿Cómo? -________ no estaba de humor para bromas. Se sentía absolutamente furiosa, sin saber por qué. Le parecía que para Ha¡ aquello era un juego, al que podía dejar de jugar en cualquier momento. Sin embargo, ella debía mantener la guardia, no permitir que su preocupación la emocionara o engañara...
De hecho, el interés de Joe no era diferente del de su abuelo. Era sólo una forma disfrazada de control.
Phoebe captó el mensaje rápidamente.
-Vamos -dijo en tono pacificador-. No vale la pena que te enfades. Los hombres son así de pesados, ¿no crees?
-No creo. Creo que son los hombres Ward. ¿Qué más ha preguntado?
Phoebe apartó los ojos.
-Nada que yo sepa. Dan no me contó...
-Claro que preguntó más y claro que Dan te contó -la interrumpió _______-. Por favor, Phoebe, cuéntamelo.
-Parece ser que habías limpiado las paredes de la casa -dijo la médico hablando rápido-. Y en eso creo que tiene razón, es mejor que no...
_______ soportó el pequeño sermón de su amiga con los dientes apretados, pero simulando la mayor calma y comprensión.
CuandoJoe regreso a casa le asaltó el olor de la cera, de la lejía y el jabón, pero ni rastro del olor que estaba buscando. No había cena.
En el pasillo de] piso de arriba se encontró con ______ que salía de¡ baño, envuelta en una toalla azul, oliendo a limpio. Tenía el pelo mojado apartado de la cara, cayendo por sus hombros y éstos, como su pecho, tenían el brillo y el color de la fruta recién madurada.
Joe tragó saliva.
-Hola.
-Hola -dijo _______ y Joe observó que sus cálidos ojos azules tenían el resplandor helado de un lago en invierno-. Perdona.
Se dio la vuelta y entró en su cuarto, cerrando la puerta con sequedad. Dan le había advertido que las mujeres embarazadas tienen a veces cambios de humor, pero le sorprendía que ocurriera tan bruscamente y sin motivo alguno.
Mientras la esperaba abajo, se paseó por la casa observando las diferencias de una limpieza a fondo. Pero había cosas que no cambiaban: la alfombra parecía aun mas vieja y raída y se veían con mayor claridad las goteras, las manchas de las paredes, el papel despegado y roto.
No estaba puesta la mesa en el salón, sino en la cocina. Era extraño, pues _______ disfrutaba convirtiendo la cena en un acontecimiento. En el fuego, un cazo con agua hervía. Y en un plato junto a la cocina había unos trozos de carne picada cruda.
-¿Estás listo? -dijo ________ apareciendo a su lado. Se había puesto vaqueros y una camiseta amplia, el cabello suelto y mojado.
-Me muero de hambre -dijo Joe encantado de observar cómo iba a convertir _________ un trozo de carne en una delicia.
______ puso una sartén al fuego, un poco de aceite y echó la carne encima sin contemplaciones. Luego hizo algo que Joe nunca le había visto hacer. Sacó del congelador un paquete de guisantes y los echó al agua hirviendo. Joe seguía preguntándose, con confianza absoluta, cómo se las iba a arreglar la mujer para convertir aquello en un festín.
Luego, _______ fue al armario y saco un paquete de puré de patata instantáneo. Joe creyó ver visiones, pero no, así era. Observó como echaba una cantidad generosa en un segundo cazo con agua hirviendo, como añadía margarina y leche, y luego le daba vueltas retirándolo del fuego.
Aquello parecía peor que lo que Sara cocinaba en casa de su abuelo. Le extrañaba ver a ________ con platos precocinados, ella que lo hacía todo fresco.
-¿Qué vas a hacer? -preguntó al fin, asustado.
-Ya lo ves, hamburguesas con puré de patata y guisantes -respondió ________ sin inmutarse-¿Quieres sentarte?.
candyblues (Miembro - Papel)
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jun 4
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Antes de que se diera cuenta, _______ había echado el puré y los guisantes en sendas bandejas y los había puesto sobre la mesa. Cuando tomó asiento, Joe permaneció en mitad de la cocina, como un beep, mirándola con estupor.
-¿Vienes? -repitió ________.
Había un bote de ketchup en mitad de la mesa, margarina y sal y pimienta. _______ le sirvió una hamburguesa deforme en el plato y Joese sentó.
Joe había comido mucha comida basura en su vida, pero últimamente su paladar se había desarrollado bastante. Dio un bocado. La carne estaba cocida y el puré sabía a harina. Los guisantes estaban duros, pero aceptables. ________ comía alegremente, llenando su plato de tomate, como si aquello fuera lo más natural del mundo.
No era peor que las hamburguesas que tomaban en el laboratorio muchas noches, cuando se quedaban a trabajar hasta tarde. Joe suspiró y dio un bocado.
De pronto, se hizo la luz en su cerebro.
-La casa estaba llena de gente y supongo que no te dejaron cocinar -propuso.
Los ojos helados lo miraron.
-¿Qué quieres decir? Acabo de cocinar.
-Ya, pero esto... es decir, bueno -carraspeo-... No es lo habitual.
-De ahora en adelante, será así -le aseguró dulcemente.
Joe se echó a reír y la miró:
-¿Qué?
Pero _______ estaba seria.
-Puesto que todas esas especias que utilizo son tan peligrosas y poco americanas -dijo con objetividad.
Sintiendo que había una auténtica amenaza en el ambiente, Joe dijo:
-¿Qué más da? ¿Qué te pasa, ________?
La mujer dejó su tenedor.
-¿Cómo te atreves a llamar al médico y contarle mis acciones como si fuera un niño?
Joe la miró.
-¿Cómo lo sabes?
Pero ________ no respondió, sólo le lanzó una mirada homicida.
-Estaba preocupado -dijo Joe.
«¿Y cuánto va a durar tu preocupación por mí?», hubiera querido preguntar _______, pero vio aquellos ojos verdes oscurecidos ahora por las emociones y se sintió en peligro.
-¡No tienes derecho a llamar a mi médico y meterte en mi vida! ¡Este embarazo no es asunto tuyo!
Joe se sintió herido. y reaccionó con furia.
-¡Es también mi hijo! -gritó.
________ se puso en pie. Sería terrible que al final deseara conservar el niño.
-¡No es tu hijo! Es mío y no tiene nada que ver contigo, con tu abuelo o con la maldita dinastía. ¡Sabía que esto iba a suceder! ¡Tendría que hundir a Cyberfuturo por hacerme esto!
Joe seguía sorprendido por lo que acababa de decir. ¿En qué estaría pensando? De pronto, él
mismo no entendía por qué había llamado a Snyder. Alzó las manos a hizo un gesto de rendición.
-¡Tienes razón! -exclamó-. Toda la razón. No es hijo mío -más tranquila, pero no satisfecha, _______volvió a sentarse-. Pero vives aquí y no puedo evitar sentir preocupación. No vi nada malo en llamar a Dan porque lo he hecho toda la vida.
-¡Ya te dije que no quería vigilancia!
-A lo mejor sí la necesitas, _______. Habías fregado las paredes de la despensa, ¿o no?
-¡Si la suciedad no hubiera sido tan profunda, no lo hubiera hecho! -exclamó _________-. ¿Cómo iba a poner comida ahí? ¡Nos hubiera envenenado a los tres!
-Podías haberle pedido a alguien de la casa grande que viniera a ayudarte.
-No quería pedirle nada a tu abuelo.
-¿Por qué no me lo dijiste? Te hubiera buscado a una persona.
-Por la sencilla razón de que no había visto el estado de la despensa hasta que llegué a casa con toda la compra. Me pareció más simple limpiarla yo.
-Pero fue un riesgo.
-Joe, por Dios, hay mujeres que hacen trabajos durísimos durante el embarazo.
-Dan dijo que en el primer hijo es peligroso hacer cosas así.
-Dan no es ni siquiera ginecólogo. Es un médico de cabecera. No soy Hércules, pero tu despensa tampoco es el establo de Augias.
-Soy ingeniero, _________, no filólogo clásico.
-¡Mis niños de seis años conocen los trabajos de Hércules! -replicó _______. Era un placer pelear por algo menos personal-. ¡No es exactamente un nivel de doctorado!
-De todos modos, no hay un río cercano. Tendrías que desviar la piscina -masculló Joe mostrando que sí conocía sus clásicos.
Y de pronto, todo el enfado de ________ desapareció y se puso a reír:
-En serio, Joe, intenta recordar que todo esto nace de un error de laboratorio y que yo iba a ser una madre sola -sería estupendo que ella recordara eso, pensó mientras hablaba.
-Sí, pero sé que tu pueblo entero se hubiera ocupado de ti -dijo Joe con humor-. ¿No puedes verme como un sustituto y tomar mi preocupación por interés de amigo?
_______ sonrió. Tenía un modo de ser que le hacía irresistible.
-Muy bien -dijo.
-Y ahora, si no es un insulto para la cocinera... -comenzó Joe con timidez.
-¿Qué?
-¿Qué te parece que cenemos fuera?
Como no tenían ganas de vestirse, fueron a la pizzeria que había junto a la playa. Había una mesa reservada cerca de la arena, pero el camarero, nada más ver a Joe, lo llamó por su nombre y retiró discretamente el cartel de reserva.
-¿Conoces a todo el mundo en esta ciudad? comentó _______ tomando el menú.
-Fuimos juntos al colegio -explicó Joe -. No te pongas paranoica.
-¿Colegio? Creí que tu abuelo lo mandaría a colegios privados en Inglaterra o Suiza.
-Así fue durante unos años, pero más tarde le convencimos de que el colegio de Cantabria era mucho más seguro para mi moral y mi salud que esos colegios privados.
_______ lo miró con desconfianza.
-No lo creo.
Joe sonrió, esperando que se explicara.
-¿Crees que he vivido dos semanas con ese hombre sin saber que nadie lo convence nunca de nada? Cuéntame cómo lograste que te dejara estudiar aquí.
Joe asintió.
-Me escapé del colegio privado con quince años, recorrí media región en autostop y le dije al Dos que o me dejaba volver a mi colegio, o me escapaba para siempre. No se puede obligar a alguien a ir al colegio cuando cumple dieciséis, así que tuvo que aguantarse.
_______ sonrió comprensivamente.
-Debió sufrir mucho dando su brazo a torcer. Casi me da pena.
-Oh, no siempre le sale todo bien.
-¿Pero últimamente sí? -inquirió _______ sin maldad.
Joe frunció el ceño.
-¿Qué quieres decir?.
☎ Jimena Horan ♥
Re: Una Boda Relámpago (Joe & Tu)
awww estos dos me matan de risa :risa:
Joe todo preocupado por la rayiz
Y la rayiz se enoja nonono
Siguela!!
Joe todo preocupado por la rayiz
Y la rayiz se enoja nonono
Siguela!!
aranzhitha
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