"Dσωи тσ єαятн." [Justin & tú]

Llegó al departamento con la gota de sudor en el rostro, se sentía cansada, agotada, como un celular que necesita una nueva carga para su batería. Se dejó caer en el mueble ancho de la sala de estar y expiró con notable exageración.

―¿____?¿Eres tú?

La chica se deslizó desde la mini-cocina del departamento hacia la sala de estas, ahí encontró a otra muchacha de su edad los cabellos castaños ondeados se abultaban en un nudo desordenado sobre el respaldo del mueble, ella tenía los ojos cerrados y Caitlin dedujo que respiraba profundamente cuando notó que el pecho se alzaba y luego se encogía.

―¿Caitlin? – Preguntó la castaña interrumpiendo su respiración para mirar a la chica - ¡Dios! Te abrazaría pero estoy verdaderamente agotada.
―No te preocupes… ¿sabes? Te esperé porque tengo que decirte algo… sobre Justin – se sentó a su costado con cautela por temor a la reacción de su amiga – Él…
―Se ha retirado de la música – completó la chica con suma tranquilidad, volviendo a cerrar sus ojos – Me lo dijo hoy Scooter.
―Y… no piensas nada sobre ello ¿?
―De hecho pienso demasiado en ello – admitió molesta pero aún con los ojos cerrados – Pienso que ha podido ser mi culpa y que la Beliebers se me irán encima en cuanto la noticia salga a flote.
―Bueno el hecho de tomar un vuelo a Estados Unidos y perderse en una de la ciudades por un tiempo es algo propio de él… incrédulo y apresurado.
―¿Vuelo a Estados unidos? – La castaña de ojos marrones abandonó su postura anterior y se irguió en el mueble con los ojos abiertos – ¿Ya no está en Londres?
―Pensé que estabas enterada de todo. – La castaña negó – Tomó un vuelo a Washington.
―¿Vuelo a dónde? – preguntó la muchacha con notable impresión.
―A Washington – respondió su amiga.
―¡Ya sé que ha Washington, no lo repitas!
―Hey, tú has preguntado. Yo sólo respondí.
―Lo sé, lo sé Cait. Solo que no me puedo quedar con los brazos cruzados.

En seguida la muchacha tomó su cartera y salió de su departamento dejando a su amiga Beadles. _____ no podía no hacer nada. Ella pensaba minutos antes que el semirubio había huido por culpa de ella pero ahora la percepción era más amplia: Justin había hecho todo lo que se le había cruzado en la cabeza a ella, había renunciado y se había ido a un lugar recóndito del planeta. Por primera vez sintió que el pensamiento (sobre todo el suyo) nunca debería tener tanto poder.
Tomó el batido de mango y luego echó el vaso descartable en el basurero más cercano de aquel parque. Había estado escribiendo en su cuaderno un millón de planes acerca de cómo hacer volver a Justin pero cayó en que ninguno estaba dentro de lo lógico, todos, sin excepción eran absurdos. ¿Cómo se le habían ocurrido tan malas e inservibles ideas? Basura, eso eran. Cerró el cuadernillo en el que estaban las muchas candidaturas de planes fallidos y lo guardó en su bolso. ¿Qué podía hacer ella?

―Vamos Usher, dile que vuelva a la música aunque sea – le rogó al moreno por el móvil.
―Se lo intenté decir el día que renunció – le explicó Usher.
―Bueno, tiene que volver. Yo no le puedo quitar su carrera. No es divertido estar sin competencia ¿sabes?
―Lo siento ____, nada puedo hacer.
―Dime que esto solo es por un tiempo y que luego volverá no importa si termina siendo el estúpido de siempre. Yo simplemente me siento con la conciencia algo sucia.
―No nos aseguró nada. Solo dijo que viajaría y que ya vería si volvía.
―¿Te dijo acaso la razón por la que se iba?
―No. Pero a Ryan y a Caitlin estoy seguro que sí.
―Bueno, te veo mañana Usher, para las grabaciones.