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"Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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"Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Nombre: Vidas Privadas
Autor: Nani Jonas
Adaptacion: Si
Genero: Romantica
Advertencias: No de mi parte
Otras paginas: Creo qe no
Hola chicas aqi les traigo una nueva nove, la acabo de terminar de leer y me gusto mucho por eso qise compartirla con ustedes espero les guste tanto como ami y comenten
Sinopsis:
¿Qué pasaría cuando la vida privada de la señora Pruitt se hiciera pública?
Ambos estaban en Wolf River, Texas, para asistir a una boda. Pero el viaje de Joe Jonas y de _____ Pruitt tenía otros propósitos. Para _____ era un esperado descanso de su ajetreada vida como personajes televisivo. Para Joe… bueno, en cuanto vio a _____ sus prioridades cambiaron. De pronto, su principal objetivo era llevársela a la cama y tenerla allí para siempre… Y parecía que ella no discrepaba mucho. Ninguno de los dos pudo poner freno a la atracción y comenzaron un escandaloso romance…
La sigo?
Autor: Nani Jonas
Adaptacion: Si
Genero: Romantica
Advertencias: No de mi parte
Otras paginas: Creo qe no
Hola chicas aqi les traigo una nueva nove, la acabo de terminar de leer y me gusto mucho por eso qise compartirla con ustedes espero les guste tanto como ami y comenten
Sinopsis:
¿Qué pasaría cuando la vida privada de la señora Pruitt se hiciera pública?
Ambos estaban en Wolf River, Texas, para asistir a una boda. Pero el viaje de Joe Jonas y de _____ Pruitt tenía otros propósitos. Para _____ era un esperado descanso de su ajetreada vida como personajes televisivo. Para Joe… bueno, en cuanto vio a _____ sus prioridades cambiaron. De pronto, su principal objetivo era llevársela a la cama y tenerla allí para siempre… Y parecía que ella no discrepaba mucho. Ninguno de los dos pudo poner freno a la atracción y comenzaron un escandaloso romance…
La sigo?
Última edición por Nani Jonas el Vie 18 Mayo 2012, 11:18 am, editado 1 vez
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
hola nueva lectora siguela me gusto la sipnosis espero capi :)
aranzhitha
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 1
_____ miró por la ventana de su compartimiento y observó el hermoso campo texano. El calor de aquel día de julio no parecía molestar al ganado que pastaba en las interminables y secas praderas y a lo lejos se podía ver un molino de viento metálico.
_____ pensó que era como una postal y se reclinó en el asiento. El suave traqueteo del tren era como una canción de cuna…
De repente sonó el móvil.
No importaba lo lejos que estuviera, siempre la encontrarían. _____ miró el reloj. En Los Ángeles serían las ocho y medía. Sabía que la iban a llamar, en aquel mismo instante su mánager acabaría de leer la nota que le había dejado:
Helen, soy _____. Me voy de vacaciones tres semanas. Cancela todas mis citas y habla con Anna para atrasar las que sean ineludibles. Gracias.
A Helen Dumbar no le agradaría la nota. El móvil no dejaba de sonar y _____ se dio por vencida, era inevitable. Sacó el aparato del bolsillo y respondió:
—Hola, Helen.
—_____, cariño. He leído tu nota y voy de camino a tu casa para tomar un café y hablar un rato.
—No tenemos nada de qué hablar y no te molestes en ir a mi casa porque no estoy allí.
—¿Cómo que no estás en casa? ¿Dónde estás?
_____ miró por la ventana de nuevo y vio un halcón. Aquella imagen pareció darle fuerzas para continuar la conversación.
—Me he ido.
—¿Cómo que te has ido? No puede ser… tenemos una reunión con la editorial a la una y media para repasar la edición de noviembre. Tenemos que hablar sobre el artículo de cómo hacer un tapete de época con sábanas de la abuela y necesitamos una receta original para el relleno del pavo de navidad.
—Helen, ya te lo he dicho, me he ido. No estoy en Los Ángeles, de hecho ni siquiera estoy en California.
—¿Cómo?
_____ oyó a Helen maldecir en voz alta, algo se le había caído.
—Te dije que necesitaba un poco de tiempo libre este mes —_____ sacó la invitación de boda del bolso y la colocó sobre las rodillas—. Así que me lo he tomado.
—_____ —dijo Helen mientras suspiraba con impaciencia—. Cariño, ya hablamos del tema y decidimos que no era un buen momento. Tienes una entrevista para Stylish Homes el miércoles, una reunión con el coordinador de tu programa de televisión el jueves, una comida benéfica en el Ritz-Carlton el viernes.
Al pensar en aquella larga lista de reuniones, encuentros y actos sociales, _____ buscó instintivamente un bote de pastillas contra la acidez que tenía en el bolso. Se quedó mirándolo unos instantes y después lo volvió a guardar y decidió recurrir a unos bombones que llevaba. Quizá el azúcar no lograra tranquilizarla pero haría que se sintiera mejor.
—Nosotras no decidimos nada, Helen, tú lo decidiste solita.
—_____, te necesitamos aquí, te prometo que buscaremos un momento mejor y podrás…
—No.
Ahí estaba, por fin lo había dicho. Helen parecía haberse quedado sin habla.
—¿No? ¿Qué quieres decir con eso?
—Quiero decir precisamente eso, que no. No voy a regresar.
Después de un largo silencio Helen volvió a hablar.
—_____, cariño, ¿te encuentras bien?
—Helen —_____ hizo un esfuerzo por mantenerse firme—. El mes pasado te dije que no programaras nada para estas tres semanas.
—Pero cariño, nunca pensé que hablabas en serio y tampoco me contaste por qué…
—Y el mes anterior, te pedí lo mismo.
—Pero no dejan de aparecer oportunidades interesantes para ti, ¿cómo puedo rechazarlas? —el tono de Helen se volvió más dulce—. Cariño, sé que no has dejado de trabajar durante los últimos cuatro años, pero ha llegado la hora de recoger los frutos. Las suscripciones a Life with _____ Pruitt se han multiplicado por cuatro, casi todo el mundo lee tu columna sobre la vida y la casa, tu libro figura en la lista de libros más vendidos del Times y tu programa de televisión va a empezar dentro de cinco semanas. Eres una mujer famosa, una autoridad dentro del mundo del hogar. Mucha gente cuenta contigo. Más adelante tendrás tiempo para irte de vacaciones pero ahora mismo te necesitamos.
_____ cerró los ojos y dejó que el lento traqueteo del tren la tranquilizara. Quizá Helen tuviera razón. Quizá estaba siendo muy egoísta.
Quizá no debía tomarse vacaciones cuando toda la gente de su alrededor estaba trabajando tanto y no quería decepcionarlos.
Además tres semanas era mucho tiempo. _____ volvió a mirar las invitaciones.
Clair Beauchamp había sido la única persona que se había esforzado por hacerse amiga de aquella niña que siempre estaba al margen. Una chica tímida con gafas de vistosa montura y un corte de pelo sencillo.
Era curioso pensar que lo que le había hecho tan diferente durante la juventud, en aquellos momentos le estaba dando fama.
Clair le había pedido que fuera su dama de honor y ella había aceptado. No podía negarse.
_____ guardó la invitación en el bolso y decidió ser tajante.
—Le he dado las instrucciones necesarias a Anna. Ella los conoce tan bien como yo o mejor aún, puede sustituirme hasta que vuelva.
—¿Quieres que tu ayudante personal se encargue de tu empresa? No lo dices en serio.
—Lo digo muy en serio, Anna lleva con nosotros dos años, es perfectamente capaz de encargarse de todo, tan solo dale la oportunidad de demostrarlo.
______ pensó que era mejor no decirle a Helen que Anna era la única que sabía dónde iba y por qué. _____ sabía que si Helen lo hubiera sabido nunca habría podido marcharse.
—_____, escucha, sé que Anna es una buena chica… Y reconozco que trabaja duro, pero…
—Lo siento, no estás siendo razonable, tengo que irme.
—Por favor, _____, escúchame, hay algo que no sabes, algo que debería haberte contado. Tengo que hablar contigo en persona, sólo dime dónde estás…
_____ sabía que era una trampa pero tenía miedo de dejarse convencer así que apagó el móvil y lo guardó.
Durante los últimos cuatro años todo lo que acontecía en su vida estaba programado. Reuniones, entrevistas de televisión, más reuniones, visitas guiadas, actos benéficos. Seguía disfrutando con su trabajo como siempre pero durante aquellos cuatro años no había tenido ni un día libre.
Y había llegado el momento de hacerlo.
_____ estaba nerviosa e ilusionada. Colocó las manos sobre las rodillas y miró por la ventana.
_____ miró por la ventana de su compartimiento y observó el hermoso campo texano. El calor de aquel día de julio no parecía molestar al ganado que pastaba en las interminables y secas praderas y a lo lejos se podía ver un molino de viento metálico.
_____ pensó que era como una postal y se reclinó en el asiento. El suave traqueteo del tren era como una canción de cuna…
De repente sonó el móvil.
No importaba lo lejos que estuviera, siempre la encontrarían. _____ miró el reloj. En Los Ángeles serían las ocho y medía. Sabía que la iban a llamar, en aquel mismo instante su mánager acabaría de leer la nota que le había dejado:
Helen, soy _____. Me voy de vacaciones tres semanas. Cancela todas mis citas y habla con Anna para atrasar las que sean ineludibles. Gracias.
A Helen Dumbar no le agradaría la nota. El móvil no dejaba de sonar y _____ se dio por vencida, era inevitable. Sacó el aparato del bolsillo y respondió:
—Hola, Helen.
—_____, cariño. He leído tu nota y voy de camino a tu casa para tomar un café y hablar un rato.
—No tenemos nada de qué hablar y no te molestes en ir a mi casa porque no estoy allí.
—¿Cómo que no estás en casa? ¿Dónde estás?
_____ miró por la ventana de nuevo y vio un halcón. Aquella imagen pareció darle fuerzas para continuar la conversación.
—Me he ido.
—¿Cómo que te has ido? No puede ser… tenemos una reunión con la editorial a la una y media para repasar la edición de noviembre. Tenemos que hablar sobre el artículo de cómo hacer un tapete de época con sábanas de la abuela y necesitamos una receta original para el relleno del pavo de navidad.
—Helen, ya te lo he dicho, me he ido. No estoy en Los Ángeles, de hecho ni siquiera estoy en California.
—¿Cómo?
_____ oyó a Helen maldecir en voz alta, algo se le había caído.
—Te dije que necesitaba un poco de tiempo libre este mes —_____ sacó la invitación de boda del bolso y la colocó sobre las rodillas—. Así que me lo he tomado.
—_____ —dijo Helen mientras suspiraba con impaciencia—. Cariño, ya hablamos del tema y decidimos que no era un buen momento. Tienes una entrevista para Stylish Homes el miércoles, una reunión con el coordinador de tu programa de televisión el jueves, una comida benéfica en el Ritz-Carlton el viernes.
Al pensar en aquella larga lista de reuniones, encuentros y actos sociales, _____ buscó instintivamente un bote de pastillas contra la acidez que tenía en el bolso. Se quedó mirándolo unos instantes y después lo volvió a guardar y decidió recurrir a unos bombones que llevaba. Quizá el azúcar no lograra tranquilizarla pero haría que se sintiera mejor.
—Nosotras no decidimos nada, Helen, tú lo decidiste solita.
—_____, te necesitamos aquí, te prometo que buscaremos un momento mejor y podrás…
—No.
Ahí estaba, por fin lo había dicho. Helen parecía haberse quedado sin habla.
—¿No? ¿Qué quieres decir con eso?
—Quiero decir precisamente eso, que no. No voy a regresar.
Después de un largo silencio Helen volvió a hablar.
—_____, cariño, ¿te encuentras bien?
—Helen —_____ hizo un esfuerzo por mantenerse firme—. El mes pasado te dije que no programaras nada para estas tres semanas.
—Pero cariño, nunca pensé que hablabas en serio y tampoco me contaste por qué…
—Y el mes anterior, te pedí lo mismo.
—Pero no dejan de aparecer oportunidades interesantes para ti, ¿cómo puedo rechazarlas? —el tono de Helen se volvió más dulce—. Cariño, sé que no has dejado de trabajar durante los últimos cuatro años, pero ha llegado la hora de recoger los frutos. Las suscripciones a Life with _____ Pruitt se han multiplicado por cuatro, casi todo el mundo lee tu columna sobre la vida y la casa, tu libro figura en la lista de libros más vendidos del Times y tu programa de televisión va a empezar dentro de cinco semanas. Eres una mujer famosa, una autoridad dentro del mundo del hogar. Mucha gente cuenta contigo. Más adelante tendrás tiempo para irte de vacaciones pero ahora mismo te necesitamos.
_____ cerró los ojos y dejó que el lento traqueteo del tren la tranquilizara. Quizá Helen tuviera razón. Quizá estaba siendo muy egoísta.
Quizá no debía tomarse vacaciones cuando toda la gente de su alrededor estaba trabajando tanto y no quería decepcionarlos.
Además tres semanas era mucho tiempo. _____ volvió a mirar las invitaciones.
Clair Beauchamp había sido la única persona que se había esforzado por hacerse amiga de aquella niña que siempre estaba al margen. Una chica tímida con gafas de vistosa montura y un corte de pelo sencillo.
Era curioso pensar que lo que le había hecho tan diferente durante la juventud, en aquellos momentos le estaba dando fama.
Clair le había pedido que fuera su dama de honor y ella había aceptado. No podía negarse.
_____ guardó la invitación en el bolso y decidió ser tajante.
—Le he dado las instrucciones necesarias a Anna. Ella los conoce tan bien como yo o mejor aún, puede sustituirme hasta que vuelva.
—¿Quieres que tu ayudante personal se encargue de tu empresa? No lo dices en serio.
—Lo digo muy en serio, Anna lleva con nosotros dos años, es perfectamente capaz de encargarse de todo, tan solo dale la oportunidad de demostrarlo.
______ pensó que era mejor no decirle a Helen que Anna era la única que sabía dónde iba y por qué. _____ sabía que si Helen lo hubiera sabido nunca habría podido marcharse.
—_____, escucha, sé que Anna es una buena chica… Y reconozco que trabaja duro, pero…
—Lo siento, no estás siendo razonable, tengo que irme.
—Por favor, _____, escúchame, hay algo que no sabes, algo que debería haberte contado. Tengo que hablar contigo en persona, sólo dime dónde estás…
_____ sabía que era una trampa pero tenía miedo de dejarse convencer así que apagó el móvil y lo guardó.
Durante los últimos cuatro años todo lo que acontecía en su vida estaba programado. Reuniones, entrevistas de televisión, más reuniones, visitas guiadas, actos benéficos. Seguía disfrutando con su trabajo como siempre pero durante aquellos cuatro años no había tenido ni un día libre.
Y había llegado el momento de hacerlo.
_____ estaba nerviosa e ilusionada. Colocó las manos sobre las rodillas y miró por la ventana.
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 2
Joseph Jonas miró por la ventana hacia la piscina olímpica. El calor había atraído a muchos clientes del hotel hacia aquella zona. Entre ellos un grupo de señores mayores vestidos con pantalones cortos de estilo hawaiano, una madre embarazada con dos niñas pequeñas, un grupo de adolescentes que jugaban al voleibol en un campo cercano y finalmente un grupo de mujeres morenas con bikini.
Joe sonrió.
Era un hombre soltero, estaba a la espera de comenzar un nuevo proyecto de construcción en tres semanas y se alojaba en el hotel donde también se alojaban un grupo de modelos de bikini que había acudido a una convención.
La vida le sonreía.
—Qué raro, no contesta al móvil.
Joe se giró para mirar a la futura esposa de su hermano. Ella se sentó tras la enorme mesa de su despacho. Parecía una más de las modelos de la piscina, aunque en realidad era la dueña de aquel hotel. Llevaba una chaqueta azul claro, el mismo color que sus ojos y una falda negra, igual de negra que su melena. Joe era consciente del gran atractivo de Clair, pero la veía como aquella hermana que nunca había tenido.
—¿Quién no contesta?
Clair frunció el ceño y colgó el teléfono.
—_____, tiene puesto el contestador.
Joe recordó que _____ era la dama de honor y que Clair le había dicho que llegaría aquel día.
—Quizá lo tenga apagado.
—_____ nunca apaga su móvil.
—¿Quizá está fuera de cobertura?
—No debería estarlo —Clair miró el reloj sobre su escritorio y volvió a marcar—. Viene en tren desde Los Ángeles y quería hablar con ella antes de que llegue a la ciudad. Anoche le dije que yo iría a recogerla pero el editor de Texas Travel ha aparecido dos días antes de lo previsto y le prometí una visita guiada del hotel.
—Yo iré a recogerla —sugirió Joe mientras observaba a las mujeres de la convención.
—Te lo agradezco pero no es necesario, puedo mandar a un chófer del hotel.
—Lo haré encantado, además, le prometí a Kevin que me encargaría de todo hasta que regrese de Filadelfia mañana.
—Está en Boston —Clair se levantó de la mesa, se acercó a él y miró hacia la piscina—. Me alegra que te tomes tu trabajo tan en serio —le dijo mientras lo miraba fijamente—. Quizá debería mandar a un chófer del hotel.
Joe apartó la mirada de la ventana y sonrió.
—¿A qué hora llega?
—A las once y cuarto, ¿seguro que no te importa?
—Dime qué aspecto tiene y asunto zanjado.
Clair se dirigió a su mesa y le ofreció una revista.
—Aquí tienes.
Le dio una copia de la revista Life with _____ Pruitt. En la portada de la revista aparecía una mujer morena con gafas, sentada en un campo de lavanda.
Joe se quedó pensativo. Cuando Clair le había dicho que su amiga se llamaba _____ nunca había pensado que se tratara de aquella _____.
—¿_____ Pruitt es tu dama de honor?
—¿La conoces?
—Por supuesto, ¿ha escrito un libro, no?
Clair asintió.
—Ha escrito dos libros, La vida es fácil con _____ Pruitt y La vida aún más fácil con _____ Pruitt [jajajaa xD], dos guías para el ama de casa moderna. Se ha hecho bastante famosa desde que nos separamos.
—Ya veo —Joe volvió a mirar la portada. Tenía su atractivo—. ¿Está casada?
Clair le quitó la revista de las manos.
—No, pero créeme, no es tu tipo.
Joe le guiñó el ojo.
—Cariño, todas las mujeres son mi tipo. [ggrr :cara_diablo:]
—Quizá no debería dejarla en tus manos…
—Pero si soy inofensivo, no te preocupes.
—Tú eres todo menos inofensivo, Joseph Jonas —dijo ella con una sonrisa—. Además, hay que mantener el viaje de _____ en secreto, viaja de incógnito, así que cuando vayas a buscarla busca un sombrero grande y blanco. Se va a alojar en la suite enfrente de la tuya, ¿podrás comportarte?
Él le sonrió con malicia.
—Intentaré controlarme.
—Eso es lo que me dijo tu hermano cuando lo conocí —dijo ella mientras le mostraba el anillo de compromiso—. Y ahora, míranos.
—No te preocupes, traeré a tu amiga sana y salva.
Joe volvió a mirar hacia la piscina, después de recoger a la amiga de Clair, se daría un baño.
A las once y cuarto _____ salió del tren junto a los demás pasajeros. Le parecía ridículo quitarse las gafas y llevar un sombrero enorme, pero prefería ser precavida. Aunque las posibilidades de que alguien la reconociera en la estación eran escasas, no quería arriesgarse y arruinar su recién adquirida libertad.
Llevaba la maleta en la mano y pasó junto a un grupo de adolescentes muy emocionados que parecían dirigirse a un campamento de verano. Se apartó un poco y miró a su alrededor en busca de Clair. No encontró a su amiga, pero no pudo evitar fijarse en un hombre moreno que sobresalía entre la multitud. Tenía los brazos cruzados y observaba atentamente a los pasajeros que bajaban del tren.
Ella no tenía mucha experiencia con los hombres, pero sabía reconocer a un hombre atractivo. Lo miró fijamente, después de todo estaba de vacaciones, podía permitirse admirar el «paisaje». Además, estaba claro que él no se había fijado en ella, los hombres como él no solían mirarla demasiado.
Debía de medir cerca de un metro noventa, era muy fuerte y también muy atractivo. Era moreno y musculoso, tenía las facciones muy marcadas y llevaba el pelo corto.
Tenía ojos marrones y _____ siguió su mirada para verlo mirar a una atractiva mujer de pelo rojizo. La mujer le sonrió y él le devolvió la sonrisa. Al ver aquella sonrisa, _____ sintió como su pulso se aceleraba.
Sintió envidia por aquella mujer.
Sin embargo, instantes después la mujer de pelo rojizo se fue en dirección contraria.
Una mujer esbelta y rubia salió del tren, _____ pensó que probablemente estuviera esperándola a ella, pero la mujer se dirigió hacia un hombre y dos niñas, después apareció una morena de ropa ajustada. Aquélla debía de ser la afortunada, miró al hombre para ver cómo reaccionaba.
—Disculpe.
Joseph Jonas miró por la ventana hacia la piscina olímpica. El calor había atraído a muchos clientes del hotel hacia aquella zona. Entre ellos un grupo de señores mayores vestidos con pantalones cortos de estilo hawaiano, una madre embarazada con dos niñas pequeñas, un grupo de adolescentes que jugaban al voleibol en un campo cercano y finalmente un grupo de mujeres morenas con bikini.
Joe sonrió.
Era un hombre soltero, estaba a la espera de comenzar un nuevo proyecto de construcción en tres semanas y se alojaba en el hotel donde también se alojaban un grupo de modelos de bikini que había acudido a una convención.
La vida le sonreía.
—Qué raro, no contesta al móvil.
Joe se giró para mirar a la futura esposa de su hermano. Ella se sentó tras la enorme mesa de su despacho. Parecía una más de las modelos de la piscina, aunque en realidad era la dueña de aquel hotel. Llevaba una chaqueta azul claro, el mismo color que sus ojos y una falda negra, igual de negra que su melena. Joe era consciente del gran atractivo de Clair, pero la veía como aquella hermana que nunca había tenido.
—¿Quién no contesta?
Clair frunció el ceño y colgó el teléfono.
—_____, tiene puesto el contestador.
Joe recordó que _____ era la dama de honor y que Clair le había dicho que llegaría aquel día.
—Quizá lo tenga apagado.
—_____ nunca apaga su móvil.
—¿Quizá está fuera de cobertura?
—No debería estarlo —Clair miró el reloj sobre su escritorio y volvió a marcar—. Viene en tren desde Los Ángeles y quería hablar con ella antes de que llegue a la ciudad. Anoche le dije que yo iría a recogerla pero el editor de Texas Travel ha aparecido dos días antes de lo previsto y le prometí una visita guiada del hotel.
—Yo iré a recogerla —sugirió Joe mientras observaba a las mujeres de la convención.
—Te lo agradezco pero no es necesario, puedo mandar a un chófer del hotel.
—Lo haré encantado, además, le prometí a Kevin que me encargaría de todo hasta que regrese de Filadelfia mañana.
—Está en Boston —Clair se levantó de la mesa, se acercó a él y miró hacia la piscina—. Me alegra que te tomes tu trabajo tan en serio —le dijo mientras lo miraba fijamente—. Quizá debería mandar a un chófer del hotel.
Joe apartó la mirada de la ventana y sonrió.
—¿A qué hora llega?
—A las once y cuarto, ¿seguro que no te importa?
—Dime qué aspecto tiene y asunto zanjado.
Clair se dirigió a su mesa y le ofreció una revista.
—Aquí tienes.
Le dio una copia de la revista Life with _____ Pruitt. En la portada de la revista aparecía una mujer morena con gafas, sentada en un campo de lavanda.
Joe se quedó pensativo. Cuando Clair le había dicho que su amiga se llamaba _____ nunca había pensado que se tratara de aquella _____.
—¿_____ Pruitt es tu dama de honor?
—¿La conoces?
—Por supuesto, ¿ha escrito un libro, no?
Clair asintió.
—Ha escrito dos libros, La vida es fácil con _____ Pruitt y La vida aún más fácil con _____ Pruitt [jajajaa xD], dos guías para el ama de casa moderna. Se ha hecho bastante famosa desde que nos separamos.
—Ya veo —Joe volvió a mirar la portada. Tenía su atractivo—. ¿Está casada?
Clair le quitó la revista de las manos.
—No, pero créeme, no es tu tipo.
Joe le guiñó el ojo.
—Cariño, todas las mujeres son mi tipo. [ggrr :cara_diablo:]
—Quizá no debería dejarla en tus manos…
—Pero si soy inofensivo, no te preocupes.
—Tú eres todo menos inofensivo, Joseph Jonas —dijo ella con una sonrisa—. Además, hay que mantener el viaje de _____ en secreto, viaja de incógnito, así que cuando vayas a buscarla busca un sombrero grande y blanco. Se va a alojar en la suite enfrente de la tuya, ¿podrás comportarte?
Él le sonrió con malicia.
—Intentaré controlarme.
—Eso es lo que me dijo tu hermano cuando lo conocí —dijo ella mientras le mostraba el anillo de compromiso—. Y ahora, míranos.
—No te preocupes, traeré a tu amiga sana y salva.
Joe volvió a mirar hacia la piscina, después de recoger a la amiga de Clair, se daría un baño.
A las once y cuarto _____ salió del tren junto a los demás pasajeros. Le parecía ridículo quitarse las gafas y llevar un sombrero enorme, pero prefería ser precavida. Aunque las posibilidades de que alguien la reconociera en la estación eran escasas, no quería arriesgarse y arruinar su recién adquirida libertad.
Llevaba la maleta en la mano y pasó junto a un grupo de adolescentes muy emocionados que parecían dirigirse a un campamento de verano. Se apartó un poco y miró a su alrededor en busca de Clair. No encontró a su amiga, pero no pudo evitar fijarse en un hombre moreno que sobresalía entre la multitud. Tenía los brazos cruzados y observaba atentamente a los pasajeros que bajaban del tren.
Ella no tenía mucha experiencia con los hombres, pero sabía reconocer a un hombre atractivo. Lo miró fijamente, después de todo estaba de vacaciones, podía permitirse admirar el «paisaje». Además, estaba claro que él no se había fijado en ella, los hombres como él no solían mirarla demasiado.
Debía de medir cerca de un metro noventa, era muy fuerte y también muy atractivo. Era moreno y musculoso, tenía las facciones muy marcadas y llevaba el pelo corto.
Tenía ojos marrones y _____ siguió su mirada para verlo mirar a una atractiva mujer de pelo rojizo. La mujer le sonrió y él le devolvió la sonrisa. Al ver aquella sonrisa, _____ sintió como su pulso se aceleraba.
Sintió envidia por aquella mujer.
Sin embargo, instantes después la mujer de pelo rojizo se fue en dirección contraria.
Una mujer esbelta y rubia salió del tren, _____ pensó que probablemente estuviera esperándola a ella, pero la mujer se dirigió hacia un hombre y dos niñas, después apareció una morena de ropa ajustada. Aquélla debía de ser la afortunada, miró al hombre para ver cómo reaccionaba.
—Disculpe.
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 3
_____ se sobresaltó al notar como alguien le tocaba el hombro. Eran dos
mujeres de cerca de cuarenta años que iban vestidas como monitoras de
campamento.
—¿No es usted _____ Pruitt? —le preguntó una mujer baja de pelo marrón.
_____ se quedó estupefacta.
—¿Yo?
—Te dije que no era ella, Alice —le dijo la otra mujer, rubia y delgada,
mientras se acercaba a ella un poco más—. No se parece nada a ella.
—Por Dios, Betty Lou —le dijo Alice mientras negaba con la cabeza. Parecía
harta de los comentarios de su amiga—. Es igual que ella, deberías
ponerte las gafas.
—No necesito las gafas, no es ella.
—Sí que lo es —Alice volvió a mirar a _____ y sonrió—. Tu artículo sobre
tarjetas postales hechas a mano de la semana pasada me encantó.
—Es demasiado delgada —insistió Betty Lou—. Y demasiado alta.
Alice la miró ofendida.
—No hagas caso a Betty Lou —le dijo a _____ en voz baja—. Le gusta llevar la contraria.
—No estoy sorda —dijo Betty Lou y después miró a _____ de arriba abajo—. Te digo que no es ella.
—_____ —le dijo Alice con un suspiro—. ¿Podrías decirle a mi amiga que estoy en lo cierto?
Si había algo que a _____ no se le daba bien, era mentir. Pero si les decía la verdad tendría que regresar a Los Ángeles. Se quedó mirando a cada una de las mujeres.
—Yo, bueno…
—Cariño, por fin te encuentro.
_____ se giró para ver quién se dirigía a ella.
Y se quedó helada.
Delante de ella estaba el hombre moreno que había estado observando antes.
Estaba claro que la había confundido con otra persona porque la acababa de
llamar cariño, pero antes de que pudiera decirle algo, él la estrechó entre sus brazos.
—He estado buscándote por todas partes.
_____ estaba tan sorprendida que era incapaz de reaccionar, ni siquiera podía
hablar. Cuando él besó sus labios, ella sintió como su pulso se aceleraba. Después la abrazó con fuerza.
—Me envía Clair —le susurró.
El calor de la respiración de él hizo que _____ sintiera un escalofrío por
todo el cuerpo y tardó un poco en entender lo que le acaba de decir.
—¿Clair? —repitió ella unos instantes después. —Clair, tu amigaJoe se preguntó si había cometido un error y
la miró fijamente. Su aspecto era diferente al de la revista, no llevaba gafas y parecía más dulce que en la foto. Sus ojos eran muy
bonitos.
No podía ver el color de su pelo pero Joe estaba seguro de que era ella.
La soltó y rodeó su cintura con el brazo.
—¿Me presentas a tus amigas, cariño?
—Ellas… piensan que soy _____ Pruitt.
—Alice lo piensa, yo no —dijo la mujer rubia.
—Cállate, Betty Lou —Alice miró a _____—. Es igual que ella.
—A mi esposa la confunden con frecuencia —Joe se rió y agarró a _____ con
más fuerza—. La gente suele pedirle un autógrafo muy a menudo, ¿a que
sí, cariño mío?
_____ asintió un poco dudosa.
—Me… me pasa a veces.
—¿Qué te dije? —le dijo Betty Lou mientras se cruzaba de brazos y miraba a
Alice muy seria—. _____ no está casada así que, ¿quién es la que lleva
la contraria ahora?
—Podrías ser su hermana gemela —le dijo Alice aún sorprendida—. Es increíble.
—Tendrán que disculparnos, señoritas —Joe tomó la maleta de _____ y les hizo un
guiño a las dos mujeres—. Pero me gustaría llevar a mi mujer a casa y
estar a solas con ella.
Betty Lou sonrió y agarró a Alice del brazo.
—No se preocupe por nosotras, lamentamos haberlos molestado.
Incluso mientras se alejaba con su amiga, Alice no dejó de mirarla. Para
cerciorarse de que la mujer se quedaba convencida, Joe volvió a
estrechar a _____ entre sus brazos y la llevó en dirección contraria.
—Ha estado cerca, no estoy seguro de que hayamos convencido a Alice, ella podría…
—Espera —le dijo _____ mientras se paraba en seco—. ¿Quién eres?
—Joe —él miró a su alrededor para ver si alguien los estaba observando y la aparto de la multitud—. Joe Jonas.
—¿Jonas? —repitió ella—. ¿El hermano de Kevin?
—Ése soy yo —le sonrió—. Clair te llamó al móvil para decirte que no podía venir pero no te localizó.
—Lo apagué —_____ se mordió el labio y miró detenidamente a aquel hombre.
—A Clair le surgió algo inesperado, si no te fías puedes llamarla a su despacho de Four Winds.
—Te creo —se soltó y se puso recta—. Pero no me esperaba esas muestras de
cariño, los desconocidos no suelen besarme, ni tampoco suelen llamarme
cariño mío.
—Lo lamento —le dijo él con una sonrisa—. Clair me dijo que querías mantener este viaje en
secreto y cuando vi a esas dos mujeres contigo… tan sólo quería
ayudarte.
—En realidad me ayudaste bastante, 1o lamento, no quiero que pienses que soy una desagradecida.
_____ se sonrojó y con aquel color en las mejillas sus ojos verdes parecían aún más oscuros.
Joe se había dado cuenta de que la había sorprendido pero aquella inocente caricia en sus labios no podía considerarse un beso.
Aunque a él le había gustado. Aquella mujer tenía unos labios muy suaves.
En aquel momento una pareja pasó a su lado y la mujer se quedó mirando a
_____. Joe se colocó delante de ella para que no pudiera verla bien.
—¿Voy a por el resto de tu equipaje? —le preguntó él.
Ella miró hacia la maleta que él tenía en la mano.
—Eso es todo mi equipaje.
Joe frunció el ceño.
—¿Sólo has traído una maleta para tres semanas?
—Hacer una maleta consiste en decidir lo que realmente necesitas y ceñirte a
una lista. Ropa ligera, fácil de conjuntar y que no se arruga, dos
pares de zapatos, unas sandalias, el neceser y un sombrero.
—Parece que has escrito un libro sobre el tema.
—Sólo un pequeño artículo en el apartado de viaje de la revista del mes pasado.
—¿En serio? —parecía que aquella mujer no se había dado cuenta de que
bromeaba, quizá no tenía sentido del humor—. Y bien, ¿has escrito algo
sobre cómo salir de una estación de tren llena de gente, sin ser vista?
—Eso saldrá en la revista de enero, todavía estoy investigando sobre el tema.
Durante un segundo Joe pensó que _____ hablaba en serio pero después la vio
sonreír ligeramente y se dió cuenta de que aquella mujer tenía sentido
del humor. Aquello le agradó, y más teniendo en cuenta que iba a pasar
más de media hora con ella en el coche.
Joe sonrió y la agarró del brazo.
—¿Está preparada para salir corriendo de aquí, señorita Pruitt?
—Lista, señor Jonas —se tapó con el sombrero y volvió a ponerse las gafas—. Lo sigo de cerca.
Bienvenida aranzhitha gracias por pasarte aqi dejo tres caps haber si llegan mas lectoras
_____ se sobresaltó al notar como alguien le tocaba el hombro. Eran dos
mujeres de cerca de cuarenta años que iban vestidas como monitoras de
campamento.
—¿No es usted _____ Pruitt? —le preguntó una mujer baja de pelo marrón.
_____ se quedó estupefacta.
—¿Yo?
—Te dije que no era ella, Alice —le dijo la otra mujer, rubia y delgada,
mientras se acercaba a ella un poco más—. No se parece nada a ella.
—Por Dios, Betty Lou —le dijo Alice mientras negaba con la cabeza. Parecía
harta de los comentarios de su amiga—. Es igual que ella, deberías
ponerte las gafas.
—No necesito las gafas, no es ella.
—Sí que lo es —Alice volvió a mirar a _____ y sonrió—. Tu artículo sobre
tarjetas postales hechas a mano de la semana pasada me encantó.
—Es demasiado delgada —insistió Betty Lou—. Y demasiado alta.
Alice la miró ofendida.
—No hagas caso a Betty Lou —le dijo a _____ en voz baja—. Le gusta llevar la contraria.
—No estoy sorda —dijo Betty Lou y después miró a _____ de arriba abajo—. Te digo que no es ella.
—_____ —le dijo Alice con un suspiro—. ¿Podrías decirle a mi amiga que estoy en lo cierto?
Si había algo que a _____ no se le daba bien, era mentir. Pero si les decía la verdad tendría que regresar a Los Ángeles. Se quedó mirando a cada una de las mujeres.
—Yo, bueno…
—Cariño, por fin te encuentro.
_____ se giró para ver quién se dirigía a ella.
Y se quedó helada.
Delante de ella estaba el hombre moreno que había estado observando antes.
Estaba claro que la había confundido con otra persona porque la acababa de
llamar cariño, pero antes de que pudiera decirle algo, él la estrechó entre sus brazos.
—He estado buscándote por todas partes.
_____ estaba tan sorprendida que era incapaz de reaccionar, ni siquiera podía
hablar. Cuando él besó sus labios, ella sintió como su pulso se aceleraba. Después la abrazó con fuerza.
—Me envía Clair —le susurró.
El calor de la respiración de él hizo que _____ sintiera un escalofrío por
todo el cuerpo y tardó un poco en entender lo que le acaba de decir.
—¿Clair? —repitió ella unos instantes después. —Clair, tu amigaJoe se preguntó si había cometido un error y
la miró fijamente. Su aspecto era diferente al de la revista, no llevaba gafas y parecía más dulce que en la foto. Sus ojos eran muy
bonitos.
No podía ver el color de su pelo pero Joe estaba seguro de que era ella.
La soltó y rodeó su cintura con el brazo.
—¿Me presentas a tus amigas, cariño?
—Ellas… piensan que soy _____ Pruitt.
—Alice lo piensa, yo no —dijo la mujer rubia.
—Cállate, Betty Lou —Alice miró a _____—. Es igual que ella.
—A mi esposa la confunden con frecuencia —Joe se rió y agarró a _____ con
más fuerza—. La gente suele pedirle un autógrafo muy a menudo, ¿a que
sí, cariño mío?
_____ asintió un poco dudosa.
—Me… me pasa a veces.
—¿Qué te dije? —le dijo Betty Lou mientras se cruzaba de brazos y miraba a
Alice muy seria—. _____ no está casada así que, ¿quién es la que lleva
la contraria ahora?
—Podrías ser su hermana gemela —le dijo Alice aún sorprendida—. Es increíble.
—Tendrán que disculparnos, señoritas —Joe tomó la maleta de _____ y les hizo un
guiño a las dos mujeres—. Pero me gustaría llevar a mi mujer a casa y
estar a solas con ella.
Betty Lou sonrió y agarró a Alice del brazo.
—No se preocupe por nosotras, lamentamos haberlos molestado.
Incluso mientras se alejaba con su amiga, Alice no dejó de mirarla. Para
cerciorarse de que la mujer se quedaba convencida, Joe volvió a
estrechar a _____ entre sus brazos y la llevó en dirección contraria.
—Ha estado cerca, no estoy seguro de que hayamos convencido a Alice, ella podría…
—Espera —le dijo _____ mientras se paraba en seco—. ¿Quién eres?
—Joe —él miró a su alrededor para ver si alguien los estaba observando y la aparto de la multitud—. Joe Jonas.
—¿Jonas? —repitió ella—. ¿El hermano de Kevin?
—Ése soy yo —le sonrió—. Clair te llamó al móvil para decirte que no podía venir pero no te localizó.
—Lo apagué —_____ se mordió el labio y miró detenidamente a aquel hombre.
—A Clair le surgió algo inesperado, si no te fías puedes llamarla a su despacho de Four Winds.
—Te creo —se soltó y se puso recta—. Pero no me esperaba esas muestras de
cariño, los desconocidos no suelen besarme, ni tampoco suelen llamarme
cariño mío.
—Lo lamento —le dijo él con una sonrisa—. Clair me dijo que querías mantener este viaje en
secreto y cuando vi a esas dos mujeres contigo… tan sólo quería
ayudarte.
—En realidad me ayudaste bastante, 1o lamento, no quiero que pienses que soy una desagradecida.
_____ se sonrojó y con aquel color en las mejillas sus ojos verdes parecían aún más oscuros.
Joe se había dado cuenta de que la había sorprendido pero aquella inocente caricia en sus labios no podía considerarse un beso.
Aunque a él le había gustado. Aquella mujer tenía unos labios muy suaves.
En aquel momento una pareja pasó a su lado y la mujer se quedó mirando a
_____. Joe se colocó delante de ella para que no pudiera verla bien.
—¿Voy a por el resto de tu equipaje? —le preguntó él.
Ella miró hacia la maleta que él tenía en la mano.
—Eso es todo mi equipaje.
Joe frunció el ceño.
—¿Sólo has traído una maleta para tres semanas?
—Hacer una maleta consiste en decidir lo que realmente necesitas y ceñirte a
una lista. Ropa ligera, fácil de conjuntar y que no se arruga, dos
pares de zapatos, unas sandalias, el neceser y un sombrero.
—Parece que has escrito un libro sobre el tema.
—Sólo un pequeño artículo en el apartado de viaje de la revista del mes pasado.
—¿En serio? —parecía que aquella mujer no se había dado cuenta de que
bromeaba, quizá no tenía sentido del humor—. Y bien, ¿has escrito algo
sobre cómo salir de una estación de tren llena de gente, sin ser vista?
—Eso saldrá en la revista de enero, todavía estoy investigando sobre el tema.
Durante un segundo Joe pensó que _____ hablaba en serio pero después la vio
sonreír ligeramente y se dió cuenta de que aquella mujer tenía sentido
del humor. Aquello le agradó, y más teniendo en cuenta que iba a pasar
más de media hora con ella en el coche.
Joe sonrió y la agarró del brazo.
—¿Está preparada para salir corriendo de aquí, señorita Pruitt?
—Lista, señor Jonas —se tapó con el sombrero y volvió a ponerse las gafas—. Lo sigo de cerca.
Bienvenida aranzhitha gracias por pasarte aqi dejo tres caps haber si llegan mas lectoras
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
awww me encanto Joe es tan divertido me fascina
Siguela pronto
Siguela pronto
aranzhitha
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 4
_____ observó cómo Joe salía de la estación y conducía el elegante Sedan negro hacia la autopista. El coche estaba dotado de asientos de cuero y aire acondicionado y olía a nuevo. Aquel coche tan lujoso y sofisticado no parecía de él. Aquellos brazos fuertes, aquellos hombros anchos y los vaqueros viejos eran más propios de un hombre con camioneta o con un todoterreno. Un vehículo que pudiera atravesar zonas de relieve irregular.
—¿Te pasa algo? —le preguntó Joe.
—No, no me pasa nada, tan solo estaba admirando tu coche —le explicó al darse cuenta de que había estado acariciando la tapicería del automóvil.
—No es mío, es del hotel. Por alguna extraña razón Clair pensó que te sentirías más cómoda en este coche que en mi camioneta ¿Tenéis las mujeres de California algo en contra de las camionetas?
—No, por supuesto que no. A mí no me hubiese importado y además en realidad no soy de California, soy de un lugar llamado Burbridge en Ohio. Es una pequeña ciudad a las afueras de… ¡Ah!… Ahora lo entiendo, estabas bromeando —dijo al verlo sonreír.
Él la miró unos segundos.
—Lo lamento, no pude resistirme, en realidad me gusta mucho conducir este coche. No hace ningún ruido aunque conduzcas rápido.
De repente Joe cambió de carril para adelantar a un camión y _____ se dio cuenta de que a aquel hombre le gustaba correr de verdad. Se agarró al asiento con fuerza.
—¿Música?
—¿Cómo? —_____ soltó un poco la mano—. Sí, claro, pon lo que quieras.
Joe se decidió por los Rolling Stones y mientras Mick Jagger cantaba, _____ se dedicó a admirar el paisaje, estaban tan lejos de la ciudad…
—¿Uno se siente bien al huir un poco de todo, no?
—Sí, claro —dijo ella mientras observaba el calor que parecía derretir el asfalto—. Todavía no puedo creérmelo, sigo esperando que Helen aparezca en cualquier momento, en el coche de al lado.
—¿Helen?
—Mi mánager, no debe estar muy contenta conmigo en estos momentos.
—¿Por qué? ¿Porque te has tomado un par de días libres? —le preguntó Joe. Después aceleró para adelantar a una furgoneta. _____ contuvo la respiración durante unos segundos.
—Tres semanas no son un par de días, y para Helen es una eternidad. Además, no le he dicho dónde estoy y eso la va a volver loca.
—Es bueno volver un poco loca a la gente de vez en cuando, hace que mantengan los pies en la tierra.
_____ pensó que Joe debía de mantener a muchas personas, sobre todo a mujeres, con los pies en la tierra. Cuando la había besado, se había sentido como si hubiera perdido un poco el equilibrio.
Aunque sabía que no era un beso de verdad, aquella breve caricia le había hecho perder la razón durante unos segundos.
Estaba claro que era hora de empezar a salir con hombres, el trabajo había hecho que su vida privada desapareciera por completo. Y en aquellos momentos, cuando por fin había logrado tener un poco de espacio, no sabía qué hacer con él.
Lo que sí sabía era que había llegado la hora de dejar de comportarse como una niña tímida y asustadiza. Las situaciones novedosas siempre la ponían un poco nerviosa. Todavía se ponía nerviosa ante las cámaras, y eso que había aparecido en la televisión un par de veces ya.
Había logrado sobrevivir todos aquellos años con la fama gracias a las técnicas que había aprendido para calmarse. _____ miró a Joe y pensó que había llegado el momento de utilizar alguna de aquellas técnicas.
—¿Estás bien? —le preguntó Joe unos instantes después.
_____ estaba mucho mas calmada.
—Muy bien. Clair me dijo que tenías una empresa de construcción, ¿qué construyes?
—Viviendas, la mayoría de las veces. Compro abundante terreno y después construyo unas pocas casas. No construyo demasiadas porque me gusta que sean espaciosas y porque no me gusta permanecer demasiado tiempo en un lugar, me pone nervioso.
—¿Nervioso por regresar a casa?
Él negó con la cabeza.
—Nervioso por seguir moviéndome, vivo en una caravana.
—¿Construyes casas y vives en una caravana? —le preguntó sorprendida.
—No estoy en casa el tiempo suficiente como para ocuparme de todo ¿Y qué hay de ti? ¿En qué tipo de casa vive _____ Pruitt? Espera, déjame adivinarlo, en una casa de campo con una valla blanca y un jardín lleno de rosas.
—Más bien en una casa en el desierto con una valla y mucho polvo —_____ se había enamorado de aquella casa en la ladera de una colina de la costa de Malibú—. Me mudé hace seis meses y aún quedan muchas cosas por hacer.
—¿Aparecerá en tu columna dedicada a las reformas?
_____ lo miró sorprendida, aquella columna era la más famosa de su revista mensual. A veces elegían una habitación de una casa, otras una casa entera.
—¿Conoces mi revista?
—Eché un vistazo a una que Clair tenía en su despacho. Una en la que aparecías en la portada.
—Ya sé —a _____ no le gustaba aparecer en la portada pero los editores insistían en que tenía que salir por lo menos en cuatro de las doce revistas anuales—. Nunca he reformado una caravana, ¿me dejarías reformar la tuya? —Él la miró como si estuviera loca—. Te prometo que no usaré ni rosas ni plumas —lo intentó tranquilizar.
—Gracias, pero no. Ya hemos llegado, señorita Pruitt —giró a la derecha y entró en una pequeña ciudad—. Bienvenida a Wolf River.
Era un lugar bonito y bastante poblado. Las fachadas estaban cuidadas y la calle estaba llena de gente aunque se notaba que el ritmo de los lugareños era tranquilo, nada que ver con el de Los Ángeles. Abundaban las camionetas y parecía una ciudad en fase de crecimiento. _____ sabía que una de las últimas novedades de aquella ciudad era el hotel Four Winds. Estaba en el lado este de la ciudad, no era demasiado grande para ser un hotel de ciudad, pero los doce pisos de este edificio eran algo impactante para el paisaje de aquella humilde región. La entrada estaba compuesta por un pórtico con dos puertas de cristal y dentro había una fuente con una escultura de dos caballos. Una gran puerta llena de flores y de hombres uniformados y sonrientes daba la bienvenida a los clientes del hotel.
—Es precioso —dijo ella.
La primera vez que Joe había visto el hotel también lo había sorprendido. Era un lugar de una gran elegancia, sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de Wolf River.
Joe se dirigió a una puerta a un lado del hotel y entró en un garaje reservado para los clientes que se alojaban en el último piso.
—Hay un ascensor privado que nos llevará hasta la suite —Joe salió del coche y le abrió la puerta a _____—. Me encantaría enseñarte el hotel pero es como un hijo para Clair y sé que querrá enseñártelo en persona.
—Estoy impaciente —Joe sacó la maleta del maletero y _____ lo siguió hasta el ascensor—. Me resulta difícil creer que hace unos meses Clair estaba en Charleston, a punto de casarse con Oliver y… —se detuvo de pronto—. Lo lamento, no debería haber mencionado el tema.
—No es ningún secreto, _____ —Joe sujetó la puerta del ascensor y la invitó a entrar—. ¿Lo conociste?
—Le vi un par de veces cuando fue a visitar a Clair a Radcliffe, pero no congeniamos. No le gustaba que Clair fuera amiga mía.
Joe frunció el ceño y apretó el botón del último piso.
—¿Por qué no le gustaba?
—Por aquel entonces tenía que trabajar para pagarme los estudios, trabajaba limpiando y cocinando para las fiestas de la facultad. En una ocasión escuché a Oliver decirle a Clair que no daba buena imagen relacionarse con una chica que limpiaba casas y le preparaba la comida a los profesores.
—¡Qué estúpido! —exclamó Joe.
_____ sonrió.
—Creo que fue la única vez que he visto a Clair enfadada, le dijo que si no podía tratarme bien ella tampoco podría casarse con él. Después de eso Oliver era tan amable y tan simpático conmigo que a veces me costaba no reírme de él. Sabía que le costaba mucho, y eso me hacía aún más gracia.
—Parece que a los dos nos alegra que no se haya casado con el estúpido aquel —dijo Joe.
Las puertas del ascensor se abrieron y llegaron a un recibidor con un suelo de mármol negro y una araña de luces. La suite de _____ estaba al final del pasillo y cuando Joe abrió la puerta, una deliciosa fragancia sorprendió a _____. En la mesa de la entrada había un enorme ramo de rosas blancas.
—Son preciosas —dijo _____ antes de acercarse a ellas y disfrutar de su fragancia. Estaba muy emocionada.
Joe la observó, allí estaba de nuevo. Esa mujer parecía tener una gran facilidad para emocionarse y a él le gustaba mucho esa faceta de _____ Pruitt.
_____ observó cómo Joe salía de la estación y conducía el elegante Sedan negro hacia la autopista. El coche estaba dotado de asientos de cuero y aire acondicionado y olía a nuevo. Aquel coche tan lujoso y sofisticado no parecía de él. Aquellos brazos fuertes, aquellos hombros anchos y los vaqueros viejos eran más propios de un hombre con camioneta o con un todoterreno. Un vehículo que pudiera atravesar zonas de relieve irregular.
—¿Te pasa algo? —le preguntó Joe.
—No, no me pasa nada, tan solo estaba admirando tu coche —le explicó al darse cuenta de que había estado acariciando la tapicería del automóvil.
—No es mío, es del hotel. Por alguna extraña razón Clair pensó que te sentirías más cómoda en este coche que en mi camioneta ¿Tenéis las mujeres de California algo en contra de las camionetas?
—No, por supuesto que no. A mí no me hubiese importado y además en realidad no soy de California, soy de un lugar llamado Burbridge en Ohio. Es una pequeña ciudad a las afueras de… ¡Ah!… Ahora lo entiendo, estabas bromeando —dijo al verlo sonreír.
Él la miró unos segundos.
—Lo lamento, no pude resistirme, en realidad me gusta mucho conducir este coche. No hace ningún ruido aunque conduzcas rápido.
De repente Joe cambió de carril para adelantar a un camión y _____ se dio cuenta de que a aquel hombre le gustaba correr de verdad. Se agarró al asiento con fuerza.
—¿Música?
—¿Cómo? —_____ soltó un poco la mano—. Sí, claro, pon lo que quieras.
Joe se decidió por los Rolling Stones y mientras Mick Jagger cantaba, _____ se dedicó a admirar el paisaje, estaban tan lejos de la ciudad…
—¿Uno se siente bien al huir un poco de todo, no?
—Sí, claro —dijo ella mientras observaba el calor que parecía derretir el asfalto—. Todavía no puedo creérmelo, sigo esperando que Helen aparezca en cualquier momento, en el coche de al lado.
—¿Helen?
—Mi mánager, no debe estar muy contenta conmigo en estos momentos.
—¿Por qué? ¿Porque te has tomado un par de días libres? —le preguntó Joe. Después aceleró para adelantar a una furgoneta. _____ contuvo la respiración durante unos segundos.
—Tres semanas no son un par de días, y para Helen es una eternidad. Además, no le he dicho dónde estoy y eso la va a volver loca.
—Es bueno volver un poco loca a la gente de vez en cuando, hace que mantengan los pies en la tierra.
_____ pensó que Joe debía de mantener a muchas personas, sobre todo a mujeres, con los pies en la tierra. Cuando la había besado, se había sentido como si hubiera perdido un poco el equilibrio.
Aunque sabía que no era un beso de verdad, aquella breve caricia le había hecho perder la razón durante unos segundos.
Estaba claro que era hora de empezar a salir con hombres, el trabajo había hecho que su vida privada desapareciera por completo. Y en aquellos momentos, cuando por fin había logrado tener un poco de espacio, no sabía qué hacer con él.
Lo que sí sabía era que había llegado la hora de dejar de comportarse como una niña tímida y asustadiza. Las situaciones novedosas siempre la ponían un poco nerviosa. Todavía se ponía nerviosa ante las cámaras, y eso que había aparecido en la televisión un par de veces ya.
Había logrado sobrevivir todos aquellos años con la fama gracias a las técnicas que había aprendido para calmarse. _____ miró a Joe y pensó que había llegado el momento de utilizar alguna de aquellas técnicas.
—¿Estás bien? —le preguntó Joe unos instantes después.
_____ estaba mucho mas calmada.
—Muy bien. Clair me dijo que tenías una empresa de construcción, ¿qué construyes?
—Viviendas, la mayoría de las veces. Compro abundante terreno y después construyo unas pocas casas. No construyo demasiadas porque me gusta que sean espaciosas y porque no me gusta permanecer demasiado tiempo en un lugar, me pone nervioso.
—¿Nervioso por regresar a casa?
Él negó con la cabeza.
—Nervioso por seguir moviéndome, vivo en una caravana.
—¿Construyes casas y vives en una caravana? —le preguntó sorprendida.
—No estoy en casa el tiempo suficiente como para ocuparme de todo ¿Y qué hay de ti? ¿En qué tipo de casa vive _____ Pruitt? Espera, déjame adivinarlo, en una casa de campo con una valla blanca y un jardín lleno de rosas.
—Más bien en una casa en el desierto con una valla y mucho polvo —_____ se había enamorado de aquella casa en la ladera de una colina de la costa de Malibú—. Me mudé hace seis meses y aún quedan muchas cosas por hacer.
—¿Aparecerá en tu columna dedicada a las reformas?
_____ lo miró sorprendida, aquella columna era la más famosa de su revista mensual. A veces elegían una habitación de una casa, otras una casa entera.
—¿Conoces mi revista?
—Eché un vistazo a una que Clair tenía en su despacho. Una en la que aparecías en la portada.
—Ya sé —a _____ no le gustaba aparecer en la portada pero los editores insistían en que tenía que salir por lo menos en cuatro de las doce revistas anuales—. Nunca he reformado una caravana, ¿me dejarías reformar la tuya? —Él la miró como si estuviera loca—. Te prometo que no usaré ni rosas ni plumas —lo intentó tranquilizar.
—Gracias, pero no. Ya hemos llegado, señorita Pruitt —giró a la derecha y entró en una pequeña ciudad—. Bienvenida a Wolf River.
Era un lugar bonito y bastante poblado. Las fachadas estaban cuidadas y la calle estaba llena de gente aunque se notaba que el ritmo de los lugareños era tranquilo, nada que ver con el de Los Ángeles. Abundaban las camionetas y parecía una ciudad en fase de crecimiento. _____ sabía que una de las últimas novedades de aquella ciudad era el hotel Four Winds. Estaba en el lado este de la ciudad, no era demasiado grande para ser un hotel de ciudad, pero los doce pisos de este edificio eran algo impactante para el paisaje de aquella humilde región. La entrada estaba compuesta por un pórtico con dos puertas de cristal y dentro había una fuente con una escultura de dos caballos. Una gran puerta llena de flores y de hombres uniformados y sonrientes daba la bienvenida a los clientes del hotel.
—Es precioso —dijo ella.
La primera vez que Joe había visto el hotel también lo había sorprendido. Era un lugar de una gran elegancia, sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de Wolf River.
Joe se dirigió a una puerta a un lado del hotel y entró en un garaje reservado para los clientes que se alojaban en el último piso.
—Hay un ascensor privado que nos llevará hasta la suite —Joe salió del coche y le abrió la puerta a _____—. Me encantaría enseñarte el hotel pero es como un hijo para Clair y sé que querrá enseñártelo en persona.
—Estoy impaciente —Joe sacó la maleta del maletero y _____ lo siguió hasta el ascensor—. Me resulta difícil creer que hace unos meses Clair estaba en Charleston, a punto de casarse con Oliver y… —se detuvo de pronto—. Lo lamento, no debería haber mencionado el tema.
—No es ningún secreto, _____ —Joe sujetó la puerta del ascensor y la invitó a entrar—. ¿Lo conociste?
—Le vi un par de veces cuando fue a visitar a Clair a Radcliffe, pero no congeniamos. No le gustaba que Clair fuera amiga mía.
Joe frunció el ceño y apretó el botón del último piso.
—¿Por qué no le gustaba?
—Por aquel entonces tenía que trabajar para pagarme los estudios, trabajaba limpiando y cocinando para las fiestas de la facultad. En una ocasión escuché a Oliver decirle a Clair que no daba buena imagen relacionarse con una chica que limpiaba casas y le preparaba la comida a los profesores.
—¡Qué estúpido! —exclamó Joe.
_____ sonrió.
—Creo que fue la única vez que he visto a Clair enfadada, le dijo que si no podía tratarme bien ella tampoco podría casarse con él. Después de eso Oliver era tan amable y tan simpático conmigo que a veces me costaba no reírme de él. Sabía que le costaba mucho, y eso me hacía aún más gracia.
—Parece que a los dos nos alegra que no se haya casado con el estúpido aquel —dijo Joe.
Las puertas del ascensor se abrieron y llegaron a un recibidor con un suelo de mármol negro y una araña de luces. La suite de _____ estaba al final del pasillo y cuando Joe abrió la puerta, una deliciosa fragancia sorprendió a _____. En la mesa de la entrada había un enorme ramo de rosas blancas.
—Son preciosas —dijo _____ antes de acercarse a ellas y disfrutar de su fragancia. Estaba muy emocionada.
Joe la observó, allí estaba de nuevo. Esa mujer parecía tener una gran facilidad para emocionarse y a él le gustaba mucho esa faceta de _____ Pruitt.
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
misterygirl escribió:Sin duda me encanto c:
bienvenida gracias por pasarte
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
holaaaaa aqui tienes una nueva lectora
me gusta la nove siguela lo mas pronto posible =)
me gusta la nove siguela lo mas pronto posible =)
ElitzJb
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 5
De repente se dio cuenta de que estaba pensando cosas extrañas y decidió volver a la tierra.
—¿Al dormitorio?
—¿Perdona? —dijo ella mientras se giraba y lo miraba sin entender.
—Tu maleta, ¿quieres que te la lleve al dormitorio?
—No, no gracias —se apartó de las flores y se acercó a él con la mano extendida—. Yo me ocuparé de la maleta, tú ya me has ayudado bastante y te estoy… —de repente dejó de hablar y olió a su alrededor—. Hamburguesas…
—¿Qué has dicho?
—Hamburguesas —dijo ella otra vez y después se giró y se dirigió hacia el salón comedor de la suite.
Joe se quedó intrigado y la siguió y vio cómo levantaba una tapa metálica del carrito de la comida.
—¡Mira esto! —dijo ella con una carcajada.
Joe dejó la maleta en el suelo y se acercó a ella.
—Es verdad, son hamburguesas —de hecho era un plato lleno de hamburguesas rodeadas de patatas fritas. Alrededor del plato había pequeños cuencos con condimentos variados, kétchup, pepinillos, queso…—. Es el servicio de habitaciones, ¿por qué te sorprende tanto?
—Es la forma de Clair de darme la bienvenida —dijo _____ volviendo a reírse—. Cuando estábamos en la Universidad, Clair siempre cuidaba lo que comía y siempre estaba con alguna dieta, aunque realmente no la necesitara. Pero yo siempre he sido una gran amante de la comida basura. Ésta es mi comida favorita.
—Eres de los míos —dijo Joe admirando la comida—. Quizá deberíamos casarnos.
—Ahora estoy un poco ocupada, pregúntame en otra ocasión [jajaja xD yo le diria que sí sin pensarlo xD] ¿Quieres comer conmigo?
Joe se tomó unos segundos para tranquilizarse. Algo extraño pasaba con sus hormonas, parecían incapaces de mantenerse tranquilas.
Debía ser a causa de la deliciosa comida que tenía delante de él.
Sonrió y sacó una silla de debajo de la mesa para invitarla a sentarse.
—Estaba deseando que me lo propusieras.
_____ observó como Joe se dedicaba a componer su hamburguesa. Ella se había limitado a añadir lechuga, tomate y algo de mayonesa, y él parecía fascinado con la mostaza y los pepinillos…
A aquel hombre parecía gustarle hacer todo a lo grande, aunque él también era grandioso, como su cuerpo, su aspecto, su carácter.
Y su masculinidad.
_____ pensó que la mejor manera de apartar aquellas ideas de su cabeza era entablando una agradable conversación.
—Clair me dijo que Kevin y tú os criasteis en Nueva Jersey, ¿por qué viniste a Texas?
Joe le echó más mostaza a la hamburguesa.
—Estudié aquí, en la Universidad de Texas. Estudié ciencias.
Ella lo miró sorprendida y le pasó los pepinillos.
—Pero terminaste en el mundo de la construcción.
—Odiaba trabajar en lugares cerrados. Gracias.—Joe le echó más pepinillos a la hamburguesa—. Trabajé un verano de carpintero y me di cuenta de que no sólo me gustaba sino que además se me daba bien.
Ella se quedó mirando las manos de él mientras el terminaba de montar su hamburguesa.
Eran unas manos grandes y fuertes. Era fácil imaginarse aquellas manos trabajando duramente, pero cuando _____ dejó volar su imaginación, no pudo evitar verlo sin camiseta y con el pecho lleno de sudor. Tuvo que apartar aquella idea de su cabeza.
Lo miró darle el primer mordisco a la hamburguesa. Después el frunció el ceño.
—¿Pasa algo? —le preguntó ella.
Él miró a su alrededor.
—Le falta algo.
—¿Más kétchup?
—No —Joe le puso unas patatas fritas—. Mucho mejor.
—¿Patatas dentro de la hamburguesa? —lo miró asombrada—. ¿En serio?
—Supongo que no figura en ninguna de tus recetas —le ofreció la hamburguesa—. Pruébala.
—No, gracias —_____ tuvo que reconocer que sentía curiosidad, pero comer lo mismo que él parecía algo demasiado personal.
—Un mordisquito nada más. Venga cariño mío, ¿a que no te atreves? [me encanta que le diga cariño mío *-*]
Ella frunció el ceño. Pero la estaba retando y la verdad era que olía bien, _____ le dio un pequeño mordisco.
—¿Eso es un mordisco? —él negó con la cabeza—. Venga, muéstrame quién es realmente _____ Pruitt.
Ella suspiró, agarró la hamburguesa con fuerza y le dio un buen mordisco. Después saboreó aquella mezcla de sabores con los ojos cerrados.
—¿Y bien?
—Dulce… Y también algo salado… Interesante.
En algún momento entre el dulce y el salado Joe sintió cómo su boca se quedaba seca.
Aquella cara, con los ojos cerrados y los labios apretados, era una muestra de infinito placer.
Pero había sido la forma en que se había mojado los labios lo que había hecho que los pensamientos de Joe fueran en otra dirección.
No podía apartar la mirada de sus labios.
Aquella mujer tenía una boca preciosa. Era ancha, carnosa y al ver como su lengua volvía a humedecer los labios, Joe sintió un fuerte deseo de poseerla.
Pero no podía ser. Aquella mujer era _____ Pruitt, y además era la amiga de Clair.
De repente se dio cuenta de que estaba pensando cosas extrañas y decidió volver a la tierra.
—¿Al dormitorio?
—¿Perdona? —dijo ella mientras se giraba y lo miraba sin entender.
—Tu maleta, ¿quieres que te la lleve al dormitorio?
—No, no gracias —se apartó de las flores y se acercó a él con la mano extendida—. Yo me ocuparé de la maleta, tú ya me has ayudado bastante y te estoy… —de repente dejó de hablar y olió a su alrededor—. Hamburguesas…
—¿Qué has dicho?
—Hamburguesas —dijo ella otra vez y después se giró y se dirigió hacia el salón comedor de la suite.
Joe se quedó intrigado y la siguió y vio cómo levantaba una tapa metálica del carrito de la comida.
—¡Mira esto! —dijo ella con una carcajada.
Joe dejó la maleta en el suelo y se acercó a ella.
—Es verdad, son hamburguesas —de hecho era un plato lleno de hamburguesas rodeadas de patatas fritas. Alrededor del plato había pequeños cuencos con condimentos variados, kétchup, pepinillos, queso…—. Es el servicio de habitaciones, ¿por qué te sorprende tanto?
—Es la forma de Clair de darme la bienvenida —dijo _____ volviendo a reírse—. Cuando estábamos en la Universidad, Clair siempre cuidaba lo que comía y siempre estaba con alguna dieta, aunque realmente no la necesitara. Pero yo siempre he sido una gran amante de la comida basura. Ésta es mi comida favorita.
—Eres de los míos —dijo Joe admirando la comida—. Quizá deberíamos casarnos.
—Ahora estoy un poco ocupada, pregúntame en otra ocasión [jajaja xD yo le diria que sí sin pensarlo xD] ¿Quieres comer conmigo?
Joe se tomó unos segundos para tranquilizarse. Algo extraño pasaba con sus hormonas, parecían incapaces de mantenerse tranquilas.
Debía ser a causa de la deliciosa comida que tenía delante de él.
Sonrió y sacó una silla de debajo de la mesa para invitarla a sentarse.
—Estaba deseando que me lo propusieras.
_____ observó como Joe se dedicaba a componer su hamburguesa. Ella se había limitado a añadir lechuga, tomate y algo de mayonesa, y él parecía fascinado con la mostaza y los pepinillos…
A aquel hombre parecía gustarle hacer todo a lo grande, aunque él también era grandioso, como su cuerpo, su aspecto, su carácter.
Y su masculinidad.
_____ pensó que la mejor manera de apartar aquellas ideas de su cabeza era entablando una agradable conversación.
—Clair me dijo que Kevin y tú os criasteis en Nueva Jersey, ¿por qué viniste a Texas?
Joe le echó más mostaza a la hamburguesa.
—Estudié aquí, en la Universidad de Texas. Estudié ciencias.
Ella lo miró sorprendida y le pasó los pepinillos.
—Pero terminaste en el mundo de la construcción.
—Odiaba trabajar en lugares cerrados. Gracias.—Joe le echó más pepinillos a la hamburguesa—. Trabajé un verano de carpintero y me di cuenta de que no sólo me gustaba sino que además se me daba bien.
Ella se quedó mirando las manos de él mientras el terminaba de montar su hamburguesa.
Eran unas manos grandes y fuertes. Era fácil imaginarse aquellas manos trabajando duramente, pero cuando _____ dejó volar su imaginación, no pudo evitar verlo sin camiseta y con el pecho lleno de sudor. Tuvo que apartar aquella idea de su cabeza.
Lo miró darle el primer mordisco a la hamburguesa. Después el frunció el ceño.
—¿Pasa algo? —le preguntó ella.
Él miró a su alrededor.
—Le falta algo.
—¿Más kétchup?
—No —Joe le puso unas patatas fritas—. Mucho mejor.
—¿Patatas dentro de la hamburguesa? —lo miró asombrada—. ¿En serio?
—Supongo que no figura en ninguna de tus recetas —le ofreció la hamburguesa—. Pruébala.
—No, gracias —_____ tuvo que reconocer que sentía curiosidad, pero comer lo mismo que él parecía algo demasiado personal.
—Un mordisquito nada más. Venga cariño mío, ¿a que no te atreves? [me encanta que le diga cariño mío *-*]
Ella frunció el ceño. Pero la estaba retando y la verdad era que olía bien, _____ le dio un pequeño mordisco.
—¿Eso es un mordisco? —él negó con la cabeza—. Venga, muéstrame quién es realmente _____ Pruitt.
Ella suspiró, agarró la hamburguesa con fuerza y le dio un buen mordisco. Después saboreó aquella mezcla de sabores con los ojos cerrados.
—¿Y bien?
—Dulce… Y también algo salado… Interesante.
En algún momento entre el dulce y el salado Joe sintió cómo su boca se quedaba seca.
Aquella cara, con los ojos cerrados y los labios apretados, era una muestra de infinito placer.
Pero había sido la forma en que se había mojado los labios lo que había hecho que los pensamientos de Joe fueran en otra dirección.
No podía apartar la mirada de sus labios.
Aquella mujer tenía una boca preciosa. Era ancha, carnosa y al ver como su lengua volvía a humedecer los labios, Joe sintió un fuerte deseo de poseerla.
Pero no podía ser. Aquella mujer era _____ Pruitt, y además era la amiga de Clair.
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
nyJB escribió:holaaaaa aqui tienes una nueva lectora
me gusta la nove siguela lo mas pronto posible =)
hola bienvenida espero te siga gustando la nove y gracias por pasarte
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
aww que lindo tambien me encanta cuando le dice cariño mio que ternura siguela pronto
aranzhitha
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
hay mas lindo el capitulo
me fascino espero
q la sigas muy pronto xq de verdad adoro la novela
siguela
quiero mas
x favooooooooooor
me fascino espero
q la sigas muy pronto xq de verdad adoro la novela
siguela
quiero mas
x favooooooooooor
ElitzJb
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