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"Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 6
Joe decidió dar otro mordisco para distraerse, e intentó no pensar que estaba mordiendo en el mismo lugar que ella había mordido hacía unos instantes.
_____ abrió los ojos y sonrió.
—Me gusta, ¿es un secreto o lo puedo usar en mi revista?
—No es ningún secreto, haz lo que quieras con él.
Ella se quedó pensativa.
—Creo que nunca he escrito un artículo sobre hamburguesas, puede ser interesante.
Joe pensó que no iba a ser un artículo muy largo ya que no había demasiado que decir sobre el tema.
De repente, Clair asomó la cabeza.
—¿Hay alguien en casa? —dijo con una sonrisa.
Joe vio como la cara de _____ resplandecía al ver a su amiga. Se levantó y se acercó a ella y ambas se abrazaron con entusiasmo.
—¿Joe te reconoció sin problemas? —se apresuró a preguntarle Clair—. Supongo que sí, si no, no estarías aquí… ¡Te he echado tanto de menos!
_____ lloraba emocionada y se sacó un pañuelo del bolso para secarse la cara.
—Estás estupenda, estar enamorada y comprar un hotel te sienta bien.
—Tienes razón. Y tú… tú tienes una revista y has escrito varios libros… son muchos logros ya.
—Tengo unos colaboradores estupendos sin los que estaría perdida.
—Siempre has sido una persona modesta —Clair volvió a abrazar a su amiga—. Y eso es una de las razones que me hacen quererte tanto. Tengo tantas ganas de que Kevin te conozca… estará aquí mañana por la mañana, así que tú y yo tenemos toda una noche para nosotras solas.
—¿Puedo estar yo también? —preguntó Joe.
—Ni hablar —le dijo Clair y después se acercó a él y le besó la mejilla—. Pero gracias por recoger a _____, ¿te costó mucho encontrarla?
—No, el gran sombrero blanco me ayudó. Pero tuve que salvarla de muchas admiradoras.
—Dos no son muchas, además, Joe se libró de ellas muy bien.
—¿Ah sí? —Clair lo miró sorprendida—. ¿Cómo lo lograste?
Él sonrió a _____ y ella se sonrojó.
—La besé y dije que era mi mujer.
—¿Cómo? —preguntó Clair estupefacta.
—Tenía que hacer algo, Alice y Betty estaban acosándola.
—¿Alice y Betty Lou? —repitió Clair algo confusa.
—En realidad la única peligrosa era Alice porque Betty Lou creía que _____ no se parecía en nada a _____ Pruitt.
Clair se quedó con la boca abierta y miró a _____.
—¿Está bromeando, no? —le preguntó a su amiga.
—No, está diciendo la verdad. Betty Lou pensaba que era demasiado delgada y alta para ser _____ Pruitt.
Clair miró a uno y después al otro. Después se rió y volvió a abrazar a _____.
—Parece que tenemos mucho que contarnos, tengo la tarde libre así que podemos empezar ahora mismo.
—He entendido el mensaje —dijo Joe mientras se levantaba—. Que lo paséis bien.
—Gracias por recogerme —le dijo _____ antes de que se fuera.
—No te preocupes —sonrió—. La próxima vez que necesites un chófer o un marido, llámame.
Ella se sonrojó.
—Lo haré.
—¿Me quieres contar qué ha pasado? —le dijo Clair mientras Joe cerraba la puerta.
—¿A qué te refieres?
—¿Te besó de verdad?
—Sólo para rescatarme de una situación incómoda. Te aseguro que las hamburguesas le interesaban más que yo, y te agradezco el detalle. Has sido muy atenta, señorita Beauchamp.
—A los cocineros les extrañó un poco mi pedido —dijo Clair con una sonrisa—. Pero casi no has comido, siéntate y come mientras yo te hablo de Kevin.
La mirada de Clair estaba llena de amor.
—Debe de ser alguien muy especial porque nunca hablaste así de Oliver.
—He estado tan cerca de cometer el peor error de mi vida, _____ —Clair se sentó en la silla donde había estado Joe—. Si Kevin no me hubiera encontrado, ahora mismo sería la señora de Oliver Hollingsworth.
Cuando _____ le puso patatas fritas a la hamburguesa Clair la miró estupefacta.
_____ sonrió.
—Es una idea de Joe.
—Ten cuidado con las ideas de Joe, tiene demasiadas.
—Es lo último de lo que he de preocuparme, los hombres no se interesan por mí.
—Eres una mujer hermosa, _____ —le dijo Clair con firmeza—. Si no te escondieras detrás de esas enormes gafas y ese corte de pelo que te tapa toda la cara, los hombres se pelearían por ti.
La sugerencia hizo que _____ se riera.
—No me escondo de nada, yo soy así, y aunque quisiera cambiar, no podría hacerlo. La gente espera que mi aspecto y mi comportamiento sean de una determinada forma.
Clair suspiró y negó con la cabeza.
—Cariño, si yo puedo aprender a no tener en cuenta lo que piensan los demás de mí, tu también puedes; hay una mujer salvaje dentro de _____ Pruitt —Clair sonrió—. Tan sólo tienes que dejarla salir.
_____ pensó que su amiga estaba diciendo tonterías, no existía ninguna _____ salvaje. Aunque le gustaba estar junto a ella y decir tonterías como habían hecho tantas veces.
—Dejemos de hablar de mí, estábamos hablando de ti y de Kevin, ¿lo recuerdas? Es hora de que empieces desde el principio y no omitas ningún detalle.
La historia de Clair era increíble. Parecía una película de ciencia-ficción. Era la historia de un matrimonio que había muerto en un accidente de tráfico en el que sus tres hijos habían logrado sobrevivir: dos niños, de nueve y siete años, y una niña que acababa de cumplir los tres años.
El perverso tío los acogió para quedarse con el dinero de la herencia y después contrató a un abogado para que los separara y los entregara en adopción. Ninguno de los niños sabía que sus hermanos existían pero veintitrés años después un primo se enteró de la verdad. Decidió contratar a un detective privado para encontrar a los niños y volver a reunir a la familia. Kevin era el investigador privado y Clair la hermana pequeña.
—¿Y descubriste esto dos días antes de casarte?—le preguntó _____ sorprendida.
—Estaba probándome el vestido de novia y Kevin se acercó a mí cuando salí de la tienda. Me dijo que había nacido en la región de Wolf River, Texas, que mi verdadero nombre era Elizabeth Marie Blackhawk y que tenía dos hermanos mayores, Rand y Seth —ambas se habían sentado en el sofá del salón de la suite, les habían llevado té y unos pasteles. _____ escuchaba atentamente—. Era una historia ridícula, y al principio no lo creí, pensé que estaba loco o que había cometido un gran error ¿Cómo podía creer que mis padres me habían estado mintiendo toda la vida? —Clair sirvió dos tazas de té y le dio una a _____—. Pero cuando me enseñó los recortes de periódico, las fotos, el certificado de nacimiento, incluso las copias de los papeles de adopción que firmaron mis padres, de repente, lo entendí todo, entendí por qué a pesar de tener unos padres que me querían, dinero, recibir una buena educación… siempre había sentido que faltaba algo en mi vida. Que algo no iba bien y que por eso yo no lograba adaptarme.
Aquel sentimiento era algo con lo que _____ se sentía identificada. Tras la muerte de sus padres, _____ se había tenido que ir a vivir con su tía Hattie, una viuda que no tenía hijos y que nunca había sabido qué hacer con aquella niña de ocho años. Ella siempre se había sentido fuera de lugar, siempre se había sentido diferente a los demás y aquello le había provocado mucho sufrimiento.
Pero siempre se había sentido muy a gusto con Clair, no importaba el tiempo que hubieran pasado sin verse. Parecía como si se hubieran visto el día anterior, todo era muy fácil con ella.
—Lamento no haber estado a tu lado en esos momentos —dijo _____ con un suspiro—. Me he pasado los últimos años permitiendo que me dijeran dónde estar y con quién por el bien de mi carrera, pero finalmente he aprendido a decir que no.
—Eso está muy bien, brindemos por esa corta pero maravillosa palabra —ambas brindaron con las tazas—. Pero casi mejor que no estuvieras, me hubiera sentido muy culpable si hubieras cancelado tu gira para promocionar el libro para ver cómo yo salía corriendo de la iglesia en el momento de dar el sí.
—En realidad me hubiera encantado estar presente para verlo, yo nunca tendría el valor suficiente como para hacer algo así.
Clair negó con la cabeza.
—En ese momento no me pareció un acto de valentía, pero cuando vi a Kevin al final de la iglesia y nuestras miradas se cruzaron, me di cuenta de que no podía casarme con Oliver. Me acerqué a Kevin y le pedí que me llevara, y desde entonces no he parado —Clair empezó a llorar—. Por primera vez en mi vida siento que las cosas son como deben ser. Encontrar a Kevin, a mis hermanos, a mi primo, comprar Four Winds. Y ahora que tú estés aquí, a mi lado. La vida es maravillosa.
—Me vas a hacer llorar a mí también —_____ apretó la mano de Clair—. Me alegra tanto que estés tan feliz, Kevin es un hombre afortunado.
—Yo soy la afortunada —dijo Clair con una sonrisa—. Pero ya está bien de hablar de mí y de Kevin, quiero que me cuentes todo sobre tu revista. Dime una cosa… ¿es verdad que contestas todas las cartas que te envían pidiéndote consejo?
_____ se rió y después bebió un poco de té.
—Todas y cada una de ellas
Joe decidió dar otro mordisco para distraerse, e intentó no pensar que estaba mordiendo en el mismo lugar que ella había mordido hacía unos instantes.
_____ abrió los ojos y sonrió.
—Me gusta, ¿es un secreto o lo puedo usar en mi revista?
—No es ningún secreto, haz lo que quieras con él.
Ella se quedó pensativa.
—Creo que nunca he escrito un artículo sobre hamburguesas, puede ser interesante.
Joe pensó que no iba a ser un artículo muy largo ya que no había demasiado que decir sobre el tema.
De repente, Clair asomó la cabeza.
—¿Hay alguien en casa? —dijo con una sonrisa.
Joe vio como la cara de _____ resplandecía al ver a su amiga. Se levantó y se acercó a ella y ambas se abrazaron con entusiasmo.
—¿Joe te reconoció sin problemas? —se apresuró a preguntarle Clair—. Supongo que sí, si no, no estarías aquí… ¡Te he echado tanto de menos!
_____ lloraba emocionada y se sacó un pañuelo del bolso para secarse la cara.
—Estás estupenda, estar enamorada y comprar un hotel te sienta bien.
—Tienes razón. Y tú… tú tienes una revista y has escrito varios libros… son muchos logros ya.
—Tengo unos colaboradores estupendos sin los que estaría perdida.
—Siempre has sido una persona modesta —Clair volvió a abrazar a su amiga—. Y eso es una de las razones que me hacen quererte tanto. Tengo tantas ganas de que Kevin te conozca… estará aquí mañana por la mañana, así que tú y yo tenemos toda una noche para nosotras solas.
—¿Puedo estar yo también? —preguntó Joe.
—Ni hablar —le dijo Clair y después se acercó a él y le besó la mejilla—. Pero gracias por recoger a _____, ¿te costó mucho encontrarla?
—No, el gran sombrero blanco me ayudó. Pero tuve que salvarla de muchas admiradoras.
—Dos no son muchas, además, Joe se libró de ellas muy bien.
—¿Ah sí? —Clair lo miró sorprendida—. ¿Cómo lo lograste?
Él sonrió a _____ y ella se sonrojó.
—La besé y dije que era mi mujer.
—¿Cómo? —preguntó Clair estupefacta.
—Tenía que hacer algo, Alice y Betty estaban acosándola.
—¿Alice y Betty Lou? —repitió Clair algo confusa.
—En realidad la única peligrosa era Alice porque Betty Lou creía que _____ no se parecía en nada a _____ Pruitt.
Clair se quedó con la boca abierta y miró a _____.
—¿Está bromeando, no? —le preguntó a su amiga.
—No, está diciendo la verdad. Betty Lou pensaba que era demasiado delgada y alta para ser _____ Pruitt.
Clair miró a uno y después al otro. Después se rió y volvió a abrazar a _____.
—Parece que tenemos mucho que contarnos, tengo la tarde libre así que podemos empezar ahora mismo.
—He entendido el mensaje —dijo Joe mientras se levantaba—. Que lo paséis bien.
—Gracias por recogerme —le dijo _____ antes de que se fuera.
—No te preocupes —sonrió—. La próxima vez que necesites un chófer o un marido, llámame.
Ella se sonrojó.
—Lo haré.
—¿Me quieres contar qué ha pasado? —le dijo Clair mientras Joe cerraba la puerta.
—¿A qué te refieres?
—¿Te besó de verdad?
—Sólo para rescatarme de una situación incómoda. Te aseguro que las hamburguesas le interesaban más que yo, y te agradezco el detalle. Has sido muy atenta, señorita Beauchamp.
—A los cocineros les extrañó un poco mi pedido —dijo Clair con una sonrisa—. Pero casi no has comido, siéntate y come mientras yo te hablo de Kevin.
La mirada de Clair estaba llena de amor.
—Debe de ser alguien muy especial porque nunca hablaste así de Oliver.
—He estado tan cerca de cometer el peor error de mi vida, _____ —Clair se sentó en la silla donde había estado Joe—. Si Kevin no me hubiera encontrado, ahora mismo sería la señora de Oliver Hollingsworth.
Cuando _____ le puso patatas fritas a la hamburguesa Clair la miró estupefacta.
_____ sonrió.
—Es una idea de Joe.
—Ten cuidado con las ideas de Joe, tiene demasiadas.
—Es lo último de lo que he de preocuparme, los hombres no se interesan por mí.
—Eres una mujer hermosa, _____ —le dijo Clair con firmeza—. Si no te escondieras detrás de esas enormes gafas y ese corte de pelo que te tapa toda la cara, los hombres se pelearían por ti.
La sugerencia hizo que _____ se riera.
—No me escondo de nada, yo soy así, y aunque quisiera cambiar, no podría hacerlo. La gente espera que mi aspecto y mi comportamiento sean de una determinada forma.
Clair suspiró y negó con la cabeza.
—Cariño, si yo puedo aprender a no tener en cuenta lo que piensan los demás de mí, tu también puedes; hay una mujer salvaje dentro de _____ Pruitt —Clair sonrió—. Tan sólo tienes que dejarla salir.
_____ pensó que su amiga estaba diciendo tonterías, no existía ninguna _____ salvaje. Aunque le gustaba estar junto a ella y decir tonterías como habían hecho tantas veces.
—Dejemos de hablar de mí, estábamos hablando de ti y de Kevin, ¿lo recuerdas? Es hora de que empieces desde el principio y no omitas ningún detalle.
La historia de Clair era increíble. Parecía una película de ciencia-ficción. Era la historia de un matrimonio que había muerto en un accidente de tráfico en el que sus tres hijos habían logrado sobrevivir: dos niños, de nueve y siete años, y una niña que acababa de cumplir los tres años.
El perverso tío los acogió para quedarse con el dinero de la herencia y después contrató a un abogado para que los separara y los entregara en adopción. Ninguno de los niños sabía que sus hermanos existían pero veintitrés años después un primo se enteró de la verdad. Decidió contratar a un detective privado para encontrar a los niños y volver a reunir a la familia. Kevin era el investigador privado y Clair la hermana pequeña.
—¿Y descubriste esto dos días antes de casarte?—le preguntó _____ sorprendida.
—Estaba probándome el vestido de novia y Kevin se acercó a mí cuando salí de la tienda. Me dijo que había nacido en la región de Wolf River, Texas, que mi verdadero nombre era Elizabeth Marie Blackhawk y que tenía dos hermanos mayores, Rand y Seth —ambas se habían sentado en el sofá del salón de la suite, les habían llevado té y unos pasteles. _____ escuchaba atentamente—. Era una historia ridícula, y al principio no lo creí, pensé que estaba loco o que había cometido un gran error ¿Cómo podía creer que mis padres me habían estado mintiendo toda la vida? —Clair sirvió dos tazas de té y le dio una a _____—. Pero cuando me enseñó los recortes de periódico, las fotos, el certificado de nacimiento, incluso las copias de los papeles de adopción que firmaron mis padres, de repente, lo entendí todo, entendí por qué a pesar de tener unos padres que me querían, dinero, recibir una buena educación… siempre había sentido que faltaba algo en mi vida. Que algo no iba bien y que por eso yo no lograba adaptarme.
Aquel sentimiento era algo con lo que _____ se sentía identificada. Tras la muerte de sus padres, _____ se había tenido que ir a vivir con su tía Hattie, una viuda que no tenía hijos y que nunca había sabido qué hacer con aquella niña de ocho años. Ella siempre se había sentido fuera de lugar, siempre se había sentido diferente a los demás y aquello le había provocado mucho sufrimiento.
Pero siempre se había sentido muy a gusto con Clair, no importaba el tiempo que hubieran pasado sin verse. Parecía como si se hubieran visto el día anterior, todo era muy fácil con ella.
—Lamento no haber estado a tu lado en esos momentos —dijo _____ con un suspiro—. Me he pasado los últimos años permitiendo que me dijeran dónde estar y con quién por el bien de mi carrera, pero finalmente he aprendido a decir que no.
—Eso está muy bien, brindemos por esa corta pero maravillosa palabra —ambas brindaron con las tazas—. Pero casi mejor que no estuvieras, me hubiera sentido muy culpable si hubieras cancelado tu gira para promocionar el libro para ver cómo yo salía corriendo de la iglesia en el momento de dar el sí.
—En realidad me hubiera encantado estar presente para verlo, yo nunca tendría el valor suficiente como para hacer algo así.
Clair negó con la cabeza.
—En ese momento no me pareció un acto de valentía, pero cuando vi a Kevin al final de la iglesia y nuestras miradas se cruzaron, me di cuenta de que no podía casarme con Oliver. Me acerqué a Kevin y le pedí que me llevara, y desde entonces no he parado —Clair empezó a llorar—. Por primera vez en mi vida siento que las cosas son como deben ser. Encontrar a Kevin, a mis hermanos, a mi primo, comprar Four Winds. Y ahora que tú estés aquí, a mi lado. La vida es maravillosa.
—Me vas a hacer llorar a mí también —_____ apretó la mano de Clair—. Me alegra tanto que estés tan feliz, Kevin es un hombre afortunado.
—Yo soy la afortunada —dijo Clair con una sonrisa—. Pero ya está bien de hablar de mí y de Kevin, quiero que me cuentes todo sobre tu revista. Dime una cosa… ¿es verdad que contestas todas las cartas que te envían pidiéndote consejo?
_____ se rió y después bebió un poco de té.
—Todas y cada una de ellas
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
berenice_89 escribió:NUEVA Y FIEL LECTORA¡¡¡
Hola bienvenida gracias por pasarte
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
awww que triste y linda historia la de Clair,
Siguela!!!!
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
no hay de que me encanta la nove pobre calire todo lo que le paso kevin la salvo auu ternura¡¡¡
berenice_89
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Nueva y Fiel Lectora!!!
jejejeje bueno tampoco ni nueva por que he leido muchs de tus noves jejejeje ahhhh siguela pronto me encantaaaaaaa!!
jejejeje bueno tampoco ni nueva por que he leido muchs de tus noves jejejeje ahhhh siguela pronto me encantaaaaaaa!!
Karli Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 7
Era una mañana estupenda para nadar. A las seis y medía de la mañana hacía todavía fresco y la mayoría de los clientes del hotel estaban desayunando. Todo estaba muy silencioso.
Joe se quitó la camiseta y se tiró al agua. Era como si no hubiera nadado desde hacía siglos, y en realidad llevaba sin hacerlo desde el instituto, hacía doce años. Era bastante tiempo.
Empezó a hacer largos. Se había levantado muy temprano, estaba tan acostumbrado que aunque no estuviera trabajando era incapaz de dormir más. Le gustaba mucho su trabajo, le gustaba todo, desde diseñar la casa, hasta clavar un clavo. Había terminado su último proyecto hacía una semana y estaba impaciente por empezar el siguiente.
Las mujeres siempre eran su primera opción para disfrutar de su tiempo libre, pero cuando trabajaba, relacionarse con el sexo opuesto era imposible ya que su jornada comenzaba al amanecer y terminaba muy tarde por la noche. Lo que quería decir que cuando no trabajaba, tenía que esforzarse por recuperar el tiempo perdido.
La noche anterior había conocido a dos de las modelos de bikinis, Mandy y Suzanne. Lo habían invitado a una fiesta que iban a hacer aquella noche, pero tenía que asistir a la que celebraba su hermano y su prometida.
Joe sabía que una vez que su hermano estuviera allí, su presencia no sería tan importante, pero probablemente Clair no pensara lo mismo, así que tendría que disfrutar de la compañía de las modelos en otra ocasión.
Era una pena.
Sin embargo Mandy y Suzanne no eran las únicas mujeres que le interesaban, reconoció Joe mientras seguía nadando. Era extraño, pero también había estado pensando en _____.
Antes del día anterior, nunca había pensado demasiado en aquella mujer. Pero después de haberla conocido, le costaba mucho apartarla de su cabeza.
Joe sonrió al recordar aquel gracioso y enorme sombrero y aquella mirada sorprendida tras besarla en la estación. También recordó la sensual manera en que había olido las rosas y la expresión de infinito placer al saborear la hamburguesa.
En aquel momento, él había sentido ganas de saborear aquellos labios y le agradecía al cielo que Clair hubiera aparecido, porque quizá lo habría hecho.
Tal vez la besara algún día, un beso suave y dulce, algo que no la asustara demasiado. Tan sólo quería saborearla un poco, tenía que satisfacer su curiosidad.
O tal vez lo que necesitara de veras era hacer otros quince largos en la piscina, algo de ejercicio para quemar el exceso de energía que tenía siempre que no estaba trabajando. Sin embargo, Joe no podía dejar de pensar en el suave aspecto de los labios de _____, en lo tersa que parecía su piel.
Tal vez debía hacer veinticinco largos.
_____ pensaba que el exterior del hotel Four Winds era elegante, pero cuando contemplo el recibidor de la planta baja no pudo salir de su asombro. Era maravilloso. Era sofisticado y elegante y además poseía un estilo propio muy original. Hasta el último detalle estaba pensado.
Acompañó a Clair, que seguía con la visita guiada que le había prometido. Ya habían visto el gimnasio y el balneario, la tienda de ropa, el salón de belleza y una enorme e inmaculada cocina.
—Debes de estar agotada —le dijo Clair a _____ cuando se detuvieron a observar una estatua de bronce sobre la mesa—. Entre el viaje y que ayer casi no te dejé dormir con tanta conversación…
—Creo recordar que yo también hablé algo, además, me acosté a la una de la noche, he dormido bastante.
—No lo suficiente si te levantas a las cinco y medía —Clair saludó a una mujer morena muy guapa que estaba tras la mesa de recepción—. ¿Y qué tienen de bueno las vacaciones si no puedes dormir hasta tarde?
Eran las seis y medía y a excepción de los empleados, la entrada del hotel estaba vacía. Era el mejor momento de visitar el hotel sin tener que llevar un sombrero.
—De todas formas, no hubiera podido dormir hasta tarde, tenía muchas ganas de conocer el hotel. Me encanta lo que has hecho aquí.
—Mi primo Lucas diseñó y construyó el hotel para que fuera un centro de turismo y conferencias —Clair llevó a _____ por un pasillo hasta llegar a los ascensores—. Yo sólo hice alguna reforma cuando se lo compré, Olivia Cameron es la diseñadora de interiores con la que he estado trabajando los últimos meses. Tiene una tienda de antigüedades en la ciudad.
—Me encantaría conocerla —dijo _____—. La revista de enero la vamos a dedicar a tiendas de antigüedades pequeñas, quizá podamos incluir su tienda.
—Estará en la fiesta de esta noche, la conocerás entonces —Clair se quedó mirando el jarrón con flores que había sobre una mesa del pasillo. Giró el jarrón un poco y después continuó andando—. Quiero enseñarte mi despacho y después iremos a desayunar.
_____ siguió a Clair. Ésta atravesó unas puertas de cristal que conducían a una zona para empleados y clientes de las suites. Allí se dirigieron a los ascensores. Las puertas de uno de ellos se abrieron y un hombre moreno con traje y corbata salió de él y sonrió a Clair. Tenía unos preciosos ojos azules.
—Señorita Beauchamp —dijo mientras la saludaba con la cabeza, después se giró hacia _____—. Señorita Pruitt. Bienvenida a Four Winds.
—Sam Prescott es el director general del hotel —explicó Clair—. Le dije que ibas a quedarte con nosotros un tiempo. Puedes confiar en él y en el resto de los empleados, son muy discretos.
—Es un placer conocerlo, señor Prescott.
—Llámeme Sam —le dijo mientras le estrechaba la mano que ella le había ofrecido—. El placer es mío. Si hay algo que pueda hacer por usted, estoy a su disposición.
—Muchas gracias.
—Señoras —Sam mantuvo las puertas del ascensor abiertas para ellas—. Que tengan un buen día.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron, _____ miró a su amiga
—¡Dios mío! ¿Acaso todos los hombres de aquí son guapos?
Clair apretó el botón del ascensor mientras se reía.
—Ya veras cuando conozcas a mi primo y a mis hermanos, si no estuvieran comprometidos hubiera ejercido de celestina por ti.
_____ pensó de repente que Clair no había mencionado a Joe, lo que quería decir que él no estaba comprometido.
Había estado pensando en él el día anterior antes de irse a dormir. Le avergonzaba un poco pensar en ello. Ella nunca había tenido demasiadas fantasías sexuales, y no porque tuviera algo en contra de ellas sino porque nunca había conocido a ningún hombre que la hubiera… hecho pensar en aquellas sensaciones.
Pero al acostarse en aquella enorme cama, se preguntó qué habría sentido si él hubiera estado a su lado. Se preguntó qué sensaciones le provocaría sentir sus músculos, su piel, qué sabor tendría su cuerpo…
Aquella idea hizo que su pulso se acelerara.
1/6
Era una mañana estupenda para nadar. A las seis y medía de la mañana hacía todavía fresco y la mayoría de los clientes del hotel estaban desayunando. Todo estaba muy silencioso.
Joe se quitó la camiseta y se tiró al agua. Era como si no hubiera nadado desde hacía siglos, y en realidad llevaba sin hacerlo desde el instituto, hacía doce años. Era bastante tiempo.
Empezó a hacer largos. Se había levantado muy temprano, estaba tan acostumbrado que aunque no estuviera trabajando era incapaz de dormir más. Le gustaba mucho su trabajo, le gustaba todo, desde diseñar la casa, hasta clavar un clavo. Había terminado su último proyecto hacía una semana y estaba impaciente por empezar el siguiente.
Las mujeres siempre eran su primera opción para disfrutar de su tiempo libre, pero cuando trabajaba, relacionarse con el sexo opuesto era imposible ya que su jornada comenzaba al amanecer y terminaba muy tarde por la noche. Lo que quería decir que cuando no trabajaba, tenía que esforzarse por recuperar el tiempo perdido.
La noche anterior había conocido a dos de las modelos de bikinis, Mandy y Suzanne. Lo habían invitado a una fiesta que iban a hacer aquella noche, pero tenía que asistir a la que celebraba su hermano y su prometida.
Joe sabía que una vez que su hermano estuviera allí, su presencia no sería tan importante, pero probablemente Clair no pensara lo mismo, así que tendría que disfrutar de la compañía de las modelos en otra ocasión.
Era una pena.
Sin embargo Mandy y Suzanne no eran las únicas mujeres que le interesaban, reconoció Joe mientras seguía nadando. Era extraño, pero también había estado pensando en _____.
Antes del día anterior, nunca había pensado demasiado en aquella mujer. Pero después de haberla conocido, le costaba mucho apartarla de su cabeza.
Joe sonrió al recordar aquel gracioso y enorme sombrero y aquella mirada sorprendida tras besarla en la estación. También recordó la sensual manera en que había olido las rosas y la expresión de infinito placer al saborear la hamburguesa.
En aquel momento, él había sentido ganas de saborear aquellos labios y le agradecía al cielo que Clair hubiera aparecido, porque quizá lo habría hecho.
Tal vez la besara algún día, un beso suave y dulce, algo que no la asustara demasiado. Tan sólo quería saborearla un poco, tenía que satisfacer su curiosidad.
O tal vez lo que necesitara de veras era hacer otros quince largos en la piscina, algo de ejercicio para quemar el exceso de energía que tenía siempre que no estaba trabajando. Sin embargo, Joe no podía dejar de pensar en el suave aspecto de los labios de _____, en lo tersa que parecía su piel.
Tal vez debía hacer veinticinco largos.
_____ pensaba que el exterior del hotel Four Winds era elegante, pero cuando contemplo el recibidor de la planta baja no pudo salir de su asombro. Era maravilloso. Era sofisticado y elegante y además poseía un estilo propio muy original. Hasta el último detalle estaba pensado.
Acompañó a Clair, que seguía con la visita guiada que le había prometido. Ya habían visto el gimnasio y el balneario, la tienda de ropa, el salón de belleza y una enorme e inmaculada cocina.
—Debes de estar agotada —le dijo Clair a _____ cuando se detuvieron a observar una estatua de bronce sobre la mesa—. Entre el viaje y que ayer casi no te dejé dormir con tanta conversación…
—Creo recordar que yo también hablé algo, además, me acosté a la una de la noche, he dormido bastante.
—No lo suficiente si te levantas a las cinco y medía —Clair saludó a una mujer morena muy guapa que estaba tras la mesa de recepción—. ¿Y qué tienen de bueno las vacaciones si no puedes dormir hasta tarde?
Eran las seis y medía y a excepción de los empleados, la entrada del hotel estaba vacía. Era el mejor momento de visitar el hotel sin tener que llevar un sombrero.
—De todas formas, no hubiera podido dormir hasta tarde, tenía muchas ganas de conocer el hotel. Me encanta lo que has hecho aquí.
—Mi primo Lucas diseñó y construyó el hotel para que fuera un centro de turismo y conferencias —Clair llevó a _____ por un pasillo hasta llegar a los ascensores—. Yo sólo hice alguna reforma cuando se lo compré, Olivia Cameron es la diseñadora de interiores con la que he estado trabajando los últimos meses. Tiene una tienda de antigüedades en la ciudad.
—Me encantaría conocerla —dijo _____—. La revista de enero la vamos a dedicar a tiendas de antigüedades pequeñas, quizá podamos incluir su tienda.
—Estará en la fiesta de esta noche, la conocerás entonces —Clair se quedó mirando el jarrón con flores que había sobre una mesa del pasillo. Giró el jarrón un poco y después continuó andando—. Quiero enseñarte mi despacho y después iremos a desayunar.
_____ siguió a Clair. Ésta atravesó unas puertas de cristal que conducían a una zona para empleados y clientes de las suites. Allí se dirigieron a los ascensores. Las puertas de uno de ellos se abrieron y un hombre moreno con traje y corbata salió de él y sonrió a Clair. Tenía unos preciosos ojos azules.
—Señorita Beauchamp —dijo mientras la saludaba con la cabeza, después se giró hacia _____—. Señorita Pruitt. Bienvenida a Four Winds.
—Sam Prescott es el director general del hotel —explicó Clair—. Le dije que ibas a quedarte con nosotros un tiempo. Puedes confiar en él y en el resto de los empleados, son muy discretos.
—Es un placer conocerlo, señor Prescott.
—Llámeme Sam —le dijo mientras le estrechaba la mano que ella le había ofrecido—. El placer es mío. Si hay algo que pueda hacer por usted, estoy a su disposición.
—Muchas gracias.
—Señoras —Sam mantuvo las puertas del ascensor abiertas para ellas—. Que tengan un buen día.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron, _____ miró a su amiga
—¡Dios mío! ¿Acaso todos los hombres de aquí son guapos?
Clair apretó el botón del ascensor mientras se reía.
—Ya veras cuando conozcas a mi primo y a mis hermanos, si no estuvieran comprometidos hubiera ejercido de celestina por ti.
_____ pensó de repente que Clair no había mencionado a Joe, lo que quería decir que él no estaba comprometido.
Había estado pensando en él el día anterior antes de irse a dormir. Le avergonzaba un poco pensar en ello. Ella nunca había tenido demasiadas fantasías sexuales, y no porque tuviera algo en contra de ellas sino porque nunca había conocido a ningún hombre que la hubiera… hecho pensar en aquellas sensaciones.
Pero al acostarse en aquella enorme cama, se preguntó qué habría sentido si él hubiera estado a su lado. Se preguntó qué sensaciones le provocaría sentir sus músculos, su piel, qué sabor tendría su cuerpo…
Aquella idea hizo que su pulso se acelerara.
1/6
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 8
—¿Estás bien? —dijo Clair mientras mantenía las puertas del ascensor abiertas para que _____ saliera.
—Sí… Sí, claro, perfectamente. Es sólo que me sorprende que todo esto sea tuyo.
—Sí, a mí también —Clair sonrió y se dirigió al final del pasillo y abrió una puerta de roble—. Pensé que era la mejor manera de empezar una nueva vida y a la vez invertir la herencia de los Blackhawk. Pasa tú primero.
—Clair… Esto es maravilloso —dijo _____ al entrar en el despacho de su amiga.
—Todavía tengo que cambiar un par de cosas, pero estoy en ello —Clair se acercó a la mesa y descolgó el teléfono—. Permíteme que mire si hay mensajes y después iremos a desayunar.
_____ se acercó a los enormes ventanales y miró la piscina. Se puso las gafas y pudo ver a alguien nadar a lo largo de ella. Era un hombre y nadaba con elegancia. De repente se detuvo en un extremo de la piscina.
El pulso de _____ se aceleró.
Era Joe.
Cuando volvió a sumergirse en el agua para seguir nadando, _____ no pudo apartar la mirada. Había algo hipnótico en su forma de moverse por el agua.
Después de hacer un par de largos se detuvo y salió del agua. El agua se deslizaba por su piel morena y ella no pudo evitar admirar cada uno de los músculos de su fibroso cuerpo. Joe se acercó a la zona de hamacas y comenzó a secarse con la toalla.
_____ deseó tener unos prismáticos y se acercó aún más a la ventana.
—¿Estas lista? —le preguntó Clair después de colgar el teléfono.
—¿Perdona? —_____ se giró para mirar a su amiga—. Sí, por supuesto.
Pero incluso cuando se dispuso a seguir a su amiga, fuera del despacho le resultaba casi imposible apartar aquella imagen del cuerpo mojado de Joe de su cabeza.
Después de vestirse, Joe tardó un rato en ver a Clair y a _____ desayunando en uno de los patios privados de la sala de baile. Las observó desayunar antes de aparecer ante ellas.
Las mujeres lo fascinaban, eran impredecibles, cambiantes. Él ya había renunciado a intentar entenderlas, tan solo se limitaba a admirarlas. Le encantaba verlas moverse, olerlas, ver aquellas interminables curvas…
Miró a _____ e intentó imaginarse la forma de sus caderas. Era una mujer delgada, pero parecía muy dispuesta a tapar su figura.
Estaba riéndose de algo que Clair había dicho, y su risa era armoniosa y suave. Joe sonrió. Después la vio diciéndole algo a Clair al oído y ambas se rieron con ganas.
Sabía que debía alejarse, que debía dejarlas ponerse al día… Pero tenían mucho tiempo para hacerlo.
Entró en el patio.
—Buenos días, señoritas.
_____ se quedó helada al verlo aparecer y Joe lo notó. Parecía haber desarrollado una actitud defensiva ante la gente extraña. Quizá ella no se daba cuenta, pero él entendía perfectamente por qué lo hacía. Debía ser horrible sentir que toda su vida estaba expuesta, que no tenía vida privada.
Él nunca podría vivir así, pero como no tenía que hacerlo, no era un tema que debía preocuparle.
—Joe —dijo Clair después de girarse para mirarlo—. Siéntate con nosotras.
—No quiero molestar.
—Por supuesto que quieres —le dijo Clair mientras le servía una taza de té—. Te aburres sin Kevin, reconócelo.
—Nunca me aburro cuando estoy cerca de mujeres hermosas—miró a _____—. Buenos días, señorita Pruitt.
—Buenos días, señor Jonas.
—Sois tan formales, y pensar que ayer estabais casados
—Ella me dejó —dijo Joe con un suspiro mientras miraba los pasteles que estaban encima de la mesa—. Pero tal vez uno de estos pasteles y unos huevos con jamón logren mitigar mi pena.
—Veré lo que puedo hacer para conseguírtelos —le dijo mientras le ofrecía la bandeja de pasteles—. Y elige el pastel que quieras.
Antes de poder decidir, Joe se quedó mirando cómo _____ se acercaba la taza a la boca para beber un poco de té. Una vez más la boca de aquella mujer le dejaba fascinado. Sabía perfectamente lo que elegiría…
Pero también sabía que Clair se refería al desayuno, así que se sirvió un pastel y se sentó junto a _____.
—¿Cuando va a volver el gran Kev? —preguntó.
—En cualquier momento —dijo Clair mientras miraba el reloj—. Pero es mío durante la mañana, tenemos cita con el fotógrafo, podrás estar con él esta tarde cuando vayáis a probaros el esmoquin.
Joe frunció el ceño, odiaba ir a probarse trajes.
—Sabes que aun estáis a tiempo de casaros en Las Vegas, me han dicho que hay algunos sitios donde te casan sin salir del coche. Y con la ceremonia te regalan tacos con guacamole.
Clair se rió.
—Tal vez me lo piense, sobre todo teniendo en cuenta la lista de espera que hay en la iglesia de Wolf River. Pensamos en hacer una ceremonia al aire libre, pero con este tiempo tan impredecible, decidimos hacerlo en una de las salas de baile.
—¿Tú qué opinas? —le preguntó Joe a _____.
—Creo que es una idea original.
—No lo animes —dijo Clair mientras observaba cómo su amiga se quedaba pensativa—. ¿No lo dirás en serio, no?
—No, no estaba hablando de Las Vegas, sino de otra cosa —_____ no sabía cómo le aparecían las ideas. La experiencia le había enseñado a dejarlas fluir—. Podrías construir un altar aquí mismo. Este patio es precioso, pero seguramente no debe ser muy práctico a causa del mal tiempo y del calor. Podías construir aquí una capilla ajardinada y hacer que la gente se sintiera como si estuviera al aire libre independientemente del tiempo. Así podrías ofrecerlo como un servicio del hotel a lo largo de todo el año.
Clair y Joe se quedaron mirándola sin decir nada y _____ se sintió incómoda y bebió un poco de té.
—Tan solo era una sugerencia —dijo poco después.
—Es una idea fantástica —dijo Clair. Después miró a Joe emocionada—. ¿Podríamos construir algo así en tres semanas?
—Es posible —dijo Joe mirando el patio—. Sobre todo con la gente adecuada. Y aunque no pudiéramos terminarlo, podrías continuar con la idea de la sala de baile.
—Una pequeña cúpula quedaría estupenda —_____ se lo estaba imaginando. Una cúpula de roble claro con una araña blanca colgando del centro—. Con ventanas de cristal que puedan abrirse cuando haga buen tiempo.
Joe se levantó.
—Las ventanas de cristal están bien para la mitad del círculo pero la otra mitad habrá que cerrarla para construir un pequeño altar.
_____ asintió.
—Si usas la misma piedra para el suelo y para la plataforma puedo diseñar una zona ajardinada a cada lado de las escaleras.
—¡Me encanta! —exclamó Clair con un salto. Después abrazó a _____ y le dio un beso en la mejilla—. Eres genial.
—¿Y que hay de mí? Yo también he aportado ideas —dijo Joe ofreciendo su mejilla.
Clair lo abrazó y lo besó también.
—¿Por dónde empezamos? ¿Qué hacemos? ¿A quién deberíamos…? —de repente la emoción desapareció de su cara—. Esperad. No. Ninguno de los dos habéis venido aquí a trabajar, no puedo permitir que os encarguéis de esto.
2/6
—¿Estás bien? —dijo Clair mientras mantenía las puertas del ascensor abiertas para que _____ saliera.
—Sí… Sí, claro, perfectamente. Es sólo que me sorprende que todo esto sea tuyo.
—Sí, a mí también —Clair sonrió y se dirigió al final del pasillo y abrió una puerta de roble—. Pensé que era la mejor manera de empezar una nueva vida y a la vez invertir la herencia de los Blackhawk. Pasa tú primero.
—Clair… Esto es maravilloso —dijo _____ al entrar en el despacho de su amiga.
—Todavía tengo que cambiar un par de cosas, pero estoy en ello —Clair se acercó a la mesa y descolgó el teléfono—. Permíteme que mire si hay mensajes y después iremos a desayunar.
_____ se acercó a los enormes ventanales y miró la piscina. Se puso las gafas y pudo ver a alguien nadar a lo largo de ella. Era un hombre y nadaba con elegancia. De repente se detuvo en un extremo de la piscina.
El pulso de _____ se aceleró.
Era Joe.
Cuando volvió a sumergirse en el agua para seguir nadando, _____ no pudo apartar la mirada. Había algo hipnótico en su forma de moverse por el agua.
Después de hacer un par de largos se detuvo y salió del agua. El agua se deslizaba por su piel morena y ella no pudo evitar admirar cada uno de los músculos de su fibroso cuerpo. Joe se acercó a la zona de hamacas y comenzó a secarse con la toalla.
_____ deseó tener unos prismáticos y se acercó aún más a la ventana.
—¿Estas lista? —le preguntó Clair después de colgar el teléfono.
—¿Perdona? —_____ se giró para mirar a su amiga—. Sí, por supuesto.
Pero incluso cuando se dispuso a seguir a su amiga, fuera del despacho le resultaba casi imposible apartar aquella imagen del cuerpo mojado de Joe de su cabeza.
Después de vestirse, Joe tardó un rato en ver a Clair y a _____ desayunando en uno de los patios privados de la sala de baile. Las observó desayunar antes de aparecer ante ellas.
Las mujeres lo fascinaban, eran impredecibles, cambiantes. Él ya había renunciado a intentar entenderlas, tan solo se limitaba a admirarlas. Le encantaba verlas moverse, olerlas, ver aquellas interminables curvas…
Miró a _____ e intentó imaginarse la forma de sus caderas. Era una mujer delgada, pero parecía muy dispuesta a tapar su figura.
Estaba riéndose de algo que Clair había dicho, y su risa era armoniosa y suave. Joe sonrió. Después la vio diciéndole algo a Clair al oído y ambas se rieron con ganas.
Sabía que debía alejarse, que debía dejarlas ponerse al día… Pero tenían mucho tiempo para hacerlo.
Entró en el patio.
—Buenos días, señoritas.
_____ se quedó helada al verlo aparecer y Joe lo notó. Parecía haber desarrollado una actitud defensiva ante la gente extraña. Quizá ella no se daba cuenta, pero él entendía perfectamente por qué lo hacía. Debía ser horrible sentir que toda su vida estaba expuesta, que no tenía vida privada.
Él nunca podría vivir así, pero como no tenía que hacerlo, no era un tema que debía preocuparle.
—Joe —dijo Clair después de girarse para mirarlo—. Siéntate con nosotras.
—No quiero molestar.
—Por supuesto que quieres —le dijo Clair mientras le servía una taza de té—. Te aburres sin Kevin, reconócelo.
—Nunca me aburro cuando estoy cerca de mujeres hermosas—miró a _____—. Buenos días, señorita Pruitt.
—Buenos días, señor Jonas.
—Sois tan formales, y pensar que ayer estabais casados
—Ella me dejó —dijo Joe con un suspiro mientras miraba los pasteles que estaban encima de la mesa—. Pero tal vez uno de estos pasteles y unos huevos con jamón logren mitigar mi pena.
—Veré lo que puedo hacer para conseguírtelos —le dijo mientras le ofrecía la bandeja de pasteles—. Y elige el pastel que quieras.
Antes de poder decidir, Joe se quedó mirando cómo _____ se acercaba la taza a la boca para beber un poco de té. Una vez más la boca de aquella mujer le dejaba fascinado. Sabía perfectamente lo que elegiría…
Pero también sabía que Clair se refería al desayuno, así que se sirvió un pastel y se sentó junto a _____.
—¿Cuando va a volver el gran Kev? —preguntó.
—En cualquier momento —dijo Clair mientras miraba el reloj—. Pero es mío durante la mañana, tenemos cita con el fotógrafo, podrás estar con él esta tarde cuando vayáis a probaros el esmoquin.
Joe frunció el ceño, odiaba ir a probarse trajes.
—Sabes que aun estáis a tiempo de casaros en Las Vegas, me han dicho que hay algunos sitios donde te casan sin salir del coche. Y con la ceremonia te regalan tacos con guacamole.
Clair se rió.
—Tal vez me lo piense, sobre todo teniendo en cuenta la lista de espera que hay en la iglesia de Wolf River. Pensamos en hacer una ceremonia al aire libre, pero con este tiempo tan impredecible, decidimos hacerlo en una de las salas de baile.
—¿Tú qué opinas? —le preguntó Joe a _____.
—Creo que es una idea original.
—No lo animes —dijo Clair mientras observaba cómo su amiga se quedaba pensativa—. ¿No lo dirás en serio, no?
—No, no estaba hablando de Las Vegas, sino de otra cosa —_____ no sabía cómo le aparecían las ideas. La experiencia le había enseñado a dejarlas fluir—. Podrías construir un altar aquí mismo. Este patio es precioso, pero seguramente no debe ser muy práctico a causa del mal tiempo y del calor. Podías construir aquí una capilla ajardinada y hacer que la gente se sintiera como si estuviera al aire libre independientemente del tiempo. Así podrías ofrecerlo como un servicio del hotel a lo largo de todo el año.
Clair y Joe se quedaron mirándola sin decir nada y _____ se sintió incómoda y bebió un poco de té.
—Tan solo era una sugerencia —dijo poco después.
—Es una idea fantástica —dijo Clair. Después miró a Joe emocionada—. ¿Podríamos construir algo así en tres semanas?
—Es posible —dijo Joe mirando el patio—. Sobre todo con la gente adecuada. Y aunque no pudiéramos terminarlo, podrías continuar con la idea de la sala de baile.
—Una pequeña cúpula quedaría estupenda —_____ se lo estaba imaginando. Una cúpula de roble claro con una araña blanca colgando del centro—. Con ventanas de cristal que puedan abrirse cuando haga buen tiempo.
Joe se levantó.
—Las ventanas de cristal están bien para la mitad del círculo pero la otra mitad habrá que cerrarla para construir un pequeño altar.
_____ asintió.
—Si usas la misma piedra para el suelo y para la plataforma puedo diseñar una zona ajardinada a cada lado de las escaleras.
—¡Me encanta! —exclamó Clair con un salto. Después abrazó a _____ y le dio un beso en la mejilla—. Eres genial.
—¿Y que hay de mí? Yo también he aportado ideas —dijo Joe ofreciendo su mejilla.
Clair lo abrazó y lo besó también.
—¿Por dónde empezamos? ¿Qué hacemos? ¿A quién deberíamos…? —de repente la emoción desapareció de su cara—. Esperad. No. Ninguno de los dos habéis venido aquí a trabajar, no puedo permitir que os encarguéis de esto.
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Última edición por Nani Jonas el Dom 15 Abr 2012, 10:28 pm, editado 1 vez
Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 9
Joe miró a _____ y sonrió. Ella le devolvió la sonrisa.
—No podrás detenernos —dijo él.
—¡Os quiero tanto a ambos! —dijo Clair con lágrimas en los ojos—. Estoy impaciente por contárselo a Kevin.
—¿Contarme qué?
_____ miró hacia arriba y vio a un hombre en la puerta. Estaba claro que era un miembro de la familia Jonas. Tenía el pelo igual de negro y las facciones tan marcadas como Joe. Parecía un poco descuidado, con un poco de barba y una camiseta blanca arrugada. Se notaba que acababa de llegar de viaje.
—¡Kevin! —exclamó Clair emocionada. Acto seguido se arrojó sobre él.
Cuando se besaron, _____ apartó la mirada para preservar su privacidad. Joe negó con la cabeza, suspiró y se reclinó en la silla.
—Esto puede durar bastante, ¿quieres otro té? ¿Un periódico para leer? ¿Una novela mejor?
Sin embargo Clair ya estaba arrastrando a Kevin junto a la mesa.
—Kevin, ésta es _____. _____, éste es Kevin.
Ambos se estrecharon la mano.
—He oído hablar mucho de ti —dijo él.
_____ sonrió.
—Yo también.
—Cariño, no te lo vas a creer. _____ y Joe van a construir una capilla para nosotros, justo aquí.
Kevin miró a su hermano.
—¿En tres semanas? —le preguntó sorprendido.
Joe asintió.
—Tendremos que hacer unos planos y conseguir trabajadores enseguida, pero eso no debería llevarnos más de un par de días. Tal vez lo podamos tener listo en dos semanas —sonrió a su hermano—. Tal vez hasta haga trabajar a tus dulces manitas.
—Ya veremos a ver quién es dulce aquí. La última vez que te vi en una obra te limitabas a dar órdenes a todo el mundo pero tú no hacías nada.
—¿Y qué puedo hacerle si soy tan guapo? [jajajaja me encanta Joe ♥]—dijo Joe encogiéndose de hombros. Después miro a _____—. Siempre me ha envidiado porque yo siempre he sido el niño bonito de la familia.
—Dejad de demostrarnos el amor que hay entre hermanos —dijo Clair mientras negaba con la cabeza—. _____, Joe, vosotros sois los directores de este proyecto, os doy carta blanca —Clair miró a Kevin—. Ahora tenemos que hacer que parezcas presentable para que nos hagan las fotos.
Kevin frunció el ceño, después negó con la cabeza y besó a Clair.
—No haría esto por ninguna otra mujer —le dijo después.
—Yo también te quiero —dijo Clair con una sonrisa y lo besó de nuevo—. Tal vez podamos llegar unos minutos tarde.
—Por supuesto, cariño.
Ambos se agarraron del brazo y entraron en el hotel. _____ suspiró y después miro a Joe que seguía negando con la cabeza.
De repente _____ pensó en el trabajo que llevaría desarrollar el proyecto que acababan de decidir hacer.
—¿Podemos hacerlo, no? —le preguntó a Joe.
—Sin problemas, aunque probablemente necesitemos mucho de esto —dijo levantando su taza de café—. Y tendremos que trabajar juntos.
El pulso de _____ se aceleró.
—Es por una buena causa.
—Tendremos que trabajar bastante para hacer los planos rápidamente y coordinar todo el trabajo.
—De acuerdo.
Él se acercó más a ella.
—Probablemente también tengamos que trabajar alguna noche.
El pulso de ella se aceleró aún más.
—Lo que haga falta, se hará.
Él miró los labios de ella y _____ se quedó sin aire unos segundos. De repente él apartó la mirada y miró detrás de ella. Ella comenzó a girarse para mirar también pero él la detuvo.
—No te vuelvas ahora —le dijo él con un susurro—. Alguien nos está mirando.
—¿Quién?
—Quítate las gafas.
Ella se apresuró a quitárselas.
—¿Siguen mirando?
—Sí… Oh, no, vienen hacía aquí, será mejor que lo hagamos bien.
—¿Hacer el qué…?
Él contestó a su pregunta enseguida y la besó una vez más
La primera vez que Joe la había besado, _____ se había quedado tan estupefacta que no había podido reaccionar y aquella vez le pasó lo mismo.
Pero en ésta ocasión, ella le había devuelto el beso.
No sabía quién de los dos estaba más sorprendido, pero cuando los labios de él acariciaron los de ella, _____ se dio cuenta de que no quería apartarse. Se había pasado casi toda la noche soñando con aquel hombre, ¿cómo podía desaprovechar aquella oportunidad, aunque fuera fingida?
No podía.
Sin embargo, estaba muy nerviosa. Su pulso se aceleró y le costaba respirar. No obstante, él le había dicho que había que hacerlo bien y aunque ella no fuera ninguna experta en temas como aquél, estaba dispuesta a esforzarse al máximo.
Se inclinó sobre él y tocó su pecho. Los labios de él eran firmes y fuertes y ella creyó distinguir un sabor a manzana y a canela. El olor de su loción le recordó a los bosques húmedos de la amazonia. Un torrente de nuevas sensaciones recorría el cuerpo de _____.
Era increíble.
De repente ella sintió sus dudas y pensó que él se iba a apartar. Pensó que la idea que cada uno tenía de hacerlo bien era diferente y comenzó a sentir una mezcla de vergüenza y decepción.
Pero él no se apartó, sino que la agarró del cuello y la acercó más hacia él mientras seguía besándola, mientras recorría sus labios con la lengua.
Era maravilloso.
_____ sintió algo nuevo, embriagador, pequeños escalofríos de placer recorrían todo su cuerpo. Pensar que alguien podía estar observándolos le había dejado de importar, lo único que quería en aquellos instantes era centrarse en aquella lengua que estaba recorriendo cada parte de sus labios.
Cuando se hizo un hueco dentro de la boca de ella, _____ no pudo evitar temblar.
Su curiosidad no tardó en transformarse en un intenso deseo que le hizo apretar los dedos contra el pecho de él. Sintió el calor de su torso y el intenso latido de su corazón. El pulso de ella también estaba acelerado, cada movimiento de la lengua de él hacía que ella sintiera un deseo que nunca había sentido antes. Aquella sensación le encantaba, aunque también le asustaba.
De repente oyó un ruido y recuperó la razón…
Abrió los ojos y se apartó lentamente de él.
3/6
Joe miró a _____ y sonrió. Ella le devolvió la sonrisa.
—No podrás detenernos —dijo él.
—¡Os quiero tanto a ambos! —dijo Clair con lágrimas en los ojos—. Estoy impaciente por contárselo a Kevin.
—¿Contarme qué?
_____ miró hacia arriba y vio a un hombre en la puerta. Estaba claro que era un miembro de la familia Jonas. Tenía el pelo igual de negro y las facciones tan marcadas como Joe. Parecía un poco descuidado, con un poco de barba y una camiseta blanca arrugada. Se notaba que acababa de llegar de viaje.
—¡Kevin! —exclamó Clair emocionada. Acto seguido se arrojó sobre él.
Cuando se besaron, _____ apartó la mirada para preservar su privacidad. Joe negó con la cabeza, suspiró y se reclinó en la silla.
—Esto puede durar bastante, ¿quieres otro té? ¿Un periódico para leer? ¿Una novela mejor?
Sin embargo Clair ya estaba arrastrando a Kevin junto a la mesa.
—Kevin, ésta es _____. _____, éste es Kevin.
Ambos se estrecharon la mano.
—He oído hablar mucho de ti —dijo él.
_____ sonrió.
—Yo también.
—Cariño, no te lo vas a creer. _____ y Joe van a construir una capilla para nosotros, justo aquí.
Kevin miró a su hermano.
—¿En tres semanas? —le preguntó sorprendido.
Joe asintió.
—Tendremos que hacer unos planos y conseguir trabajadores enseguida, pero eso no debería llevarnos más de un par de días. Tal vez lo podamos tener listo en dos semanas —sonrió a su hermano—. Tal vez hasta haga trabajar a tus dulces manitas.
—Ya veremos a ver quién es dulce aquí. La última vez que te vi en una obra te limitabas a dar órdenes a todo el mundo pero tú no hacías nada.
—¿Y qué puedo hacerle si soy tan guapo? [jajajaja me encanta Joe ♥]—dijo Joe encogiéndose de hombros. Después miro a _____—. Siempre me ha envidiado porque yo siempre he sido el niño bonito de la familia.
—Dejad de demostrarnos el amor que hay entre hermanos —dijo Clair mientras negaba con la cabeza—. _____, Joe, vosotros sois los directores de este proyecto, os doy carta blanca —Clair miró a Kevin—. Ahora tenemos que hacer que parezcas presentable para que nos hagan las fotos.
Kevin frunció el ceño, después negó con la cabeza y besó a Clair.
—No haría esto por ninguna otra mujer —le dijo después.
—Yo también te quiero —dijo Clair con una sonrisa y lo besó de nuevo—. Tal vez podamos llegar unos minutos tarde.
—Por supuesto, cariño.
Ambos se agarraron del brazo y entraron en el hotel. _____ suspiró y después miro a Joe que seguía negando con la cabeza.
De repente _____ pensó en el trabajo que llevaría desarrollar el proyecto que acababan de decidir hacer.
—¿Podemos hacerlo, no? —le preguntó a Joe.
—Sin problemas, aunque probablemente necesitemos mucho de esto —dijo levantando su taza de café—. Y tendremos que trabajar juntos.
El pulso de _____ se aceleró.
—Es por una buena causa.
—Tendremos que trabajar bastante para hacer los planos rápidamente y coordinar todo el trabajo.
—De acuerdo.
Él se acercó más a ella.
—Probablemente también tengamos que trabajar alguna noche.
El pulso de ella se aceleró aún más.
—Lo que haga falta, se hará.
Él miró los labios de ella y _____ se quedó sin aire unos segundos. De repente él apartó la mirada y miró detrás de ella. Ella comenzó a girarse para mirar también pero él la detuvo.
—No te vuelvas ahora —le dijo él con un susurro—. Alguien nos está mirando.
—¿Quién?
—Quítate las gafas.
Ella se apresuró a quitárselas.
—¿Siguen mirando?
—Sí… Oh, no, vienen hacía aquí, será mejor que lo hagamos bien.
—¿Hacer el qué…?
Él contestó a su pregunta enseguida y la besó una vez más
La primera vez que Joe la había besado, _____ se había quedado tan estupefacta que no había podido reaccionar y aquella vez le pasó lo mismo.
Pero en ésta ocasión, ella le había devuelto el beso.
No sabía quién de los dos estaba más sorprendido, pero cuando los labios de él acariciaron los de ella, _____ se dio cuenta de que no quería apartarse. Se había pasado casi toda la noche soñando con aquel hombre, ¿cómo podía desaprovechar aquella oportunidad, aunque fuera fingida?
No podía.
Sin embargo, estaba muy nerviosa. Su pulso se aceleró y le costaba respirar. No obstante, él le había dicho que había que hacerlo bien y aunque ella no fuera ninguna experta en temas como aquél, estaba dispuesta a esforzarse al máximo.
Se inclinó sobre él y tocó su pecho. Los labios de él eran firmes y fuertes y ella creyó distinguir un sabor a manzana y a canela. El olor de su loción le recordó a los bosques húmedos de la amazonia. Un torrente de nuevas sensaciones recorría el cuerpo de _____.
Era increíble.
De repente ella sintió sus dudas y pensó que él se iba a apartar. Pensó que la idea que cada uno tenía de hacerlo bien era diferente y comenzó a sentir una mezcla de vergüenza y decepción.
Pero él no se apartó, sino que la agarró del cuello y la acercó más hacia él mientras seguía besándola, mientras recorría sus labios con la lengua.
Era maravilloso.
_____ sintió algo nuevo, embriagador, pequeños escalofríos de placer recorrían todo su cuerpo. Pensar que alguien podía estar observándolos le había dejado de importar, lo único que quería en aquellos instantes era centrarse en aquella lengua que estaba recorriendo cada parte de sus labios.
Cuando se hizo un hueco dentro de la boca de ella, _____ no pudo evitar temblar.
Su curiosidad no tardó en transformarse en un intenso deseo que le hizo apretar los dedos contra el pecho de él. Sintió el calor de su torso y el intenso latido de su corazón. El pulso de ella también estaba acelerado, cada movimiento de la lengua de él hacía que ella sintiera un deseo que nunca había sentido antes. Aquella sensación le encantaba, aunque también le asustaba.
De repente oyó un ruido y recuperó la razón…
Abrió los ojos y se apartó lentamente de él.
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Nani Jonas
Re: "Vidas Privadas" - Joe y tu Terminada
Capitulo 10
Después se puso las gafas y deseó que él no notara el temblor de sus manos. Temía mirarlo, temía notar que lo que acababa de ocurrir no significaba nada para él, o aún peor, que su falta de experiencia le hiciera gracia.
—¿Se han ido? —preguntó ella finalmente.
—Sí, estás a salvo.
_____ no estaba segura de aquello. Nunca estaría a salvo cuando él estuviera cerca de ella.
—Bien, ¿vamos a tu cuarto o al mío? —preguntó él.
_____ se quedó estupefacta y alzó la mirada.
Le alivió notar que no parecía decirlo ni para reírse de ella ni con indiferencia. Aquellos ojos parecían llenos de deseo. Ella tomó aire. Ningún hombre le había hecho nunca una proposición como aquélla.
—¿Qué has dicho?
—Tengo material de dibujo en mi habitación, convendría hacer un anteproyecto y enseñárselo a Clair. Después calcularé las medidas necesarias y haré los planos definitivos por ordenador.
—Por supuesto… En tu habitación estaremos bien.
Por lo menos el trabajo era algo en lo que ella se sentía completamente segura de sí misma, después de todo ella era una profesional. Mientras mantuviera su atención en el trabajo, estaría a salvo de Joe.
Sin embargo, cuando lo siguió hasta el ascensor e intentó pensar en el trabajo que tenían que realizar, se dio cuenta de que las siguientes tres semanas iban a ser un reto para ella.
Ver a _____ trabajar era casi igual de maravilloso que besarla, pensó Joe dos horas más tarde [aaawww que lindo ]. Pasaba de hacer anotaciones en su libreta a hablar consigo misma en cuestión de segundos. En aquellos momentos estaba haciendo ambas cosas mientras caminaba sin parar.
Parecía como si no notara su presencia, aunque de vez en cuando lo miraba con las gafas sobre la cabeza, hasta que sus ojos se abrían como platos ante una nueva idea y se disponía a escribirla en su libreta apresuradamente.
Él estaba sentado en la mesa del comedor. Se dedicaba a hacer un boceto tras otro con diferentes ideas y sugerencias, cada uno más preciso y detallado que el anterior. Sabía que el diseño final estaba cerca, que tan solo tenían que concretar un par de detalles.
Se había dado cuenta de que ella era una perfeccionista y no le importaba, ya que a él solían acusarlo de lo mismo. En la construcción se había encontrado a mucha gente que se conformaba con que todo estuviera bastante bien, pero a él no le gustaba trabajar de aquella forma. Le había llevado mucho tiempo encontrar un grupo de gente y de abastecedores que tuvieran la misma filosofía que él, que fueran tan meticulosos como él. Algunos eran difíciles de aguantar, pero él lo hacía gustoso siempre que los otros también lo toleraran a él.
Le enseñó el último boceto que había hecho, debía ser el décimo.
—¿Qué te parece éste? —le preguntó a _____.
—Casi —le dijo ella mientras se tocaba el mentón pensativa—. Creo que el techo debería ser más alto, así le daría un aspecto más parecido a una catedral. El matrimonio es un vínculo tanto emocional como espiritual de dos personas, es una promesa que dura toda la vida. El ambiente que creemos debe apoyar esa promesa.
Joe no sabía qué decir. Aquello de la promesa para toda la vida no era algo que se le diera bien, aunque él sabía que _____ no buscaba una respuesta. En aquellas dos horas que llevaban trabajando juntos, él se había dado cuenta de que ella no buscaba respuestas, sino que se hacía preguntas para analizarlo detenidamente en su cabeza, descomponerlo en todas sus partes para luego volver a componerlo hasta que las piezas quedaran perfectamente ordenadas.
También se había dado cuenta de que _____ tan solo necesitaba las gafas para leer la letra pequeña, no le gustaba el agua con hielo y nunca había visto un reality show. Joe sentía como si supiera más sobre _____ de lo que había sabido sobre las mujeres con las que había salido.
La vio sacarse un lápiz de detrás de la oreja, dibujó una ventana rectangular en el dibujo que él le había mostrado y se lo devolvió.
—¿Y si ponemos una ventana aquí? La luz a través de la ventana le dará un ambiente espiritual al lugar.
Él asintió.
—Buena idea, pero no podremos hacerla nosotros mismos así que tenemos dos semanas para encontrar una que ya esté hecha.
—Mi tía solía decir que una buena búsqueda mantiene la emoción.
Joe pensó que si _____ seguía mirándolo de aquella forma, con los ojos brillantes y tan llena de entusiasmo, él iba a hacer que ella se emocionara de verdad.
4/6
Después se puso las gafas y deseó que él no notara el temblor de sus manos. Temía mirarlo, temía notar que lo que acababa de ocurrir no significaba nada para él, o aún peor, que su falta de experiencia le hiciera gracia.
—¿Se han ido? —preguntó ella finalmente.
—Sí, estás a salvo.
_____ no estaba segura de aquello. Nunca estaría a salvo cuando él estuviera cerca de ella.
—Bien, ¿vamos a tu cuarto o al mío? —preguntó él.
_____ se quedó estupefacta y alzó la mirada.
Le alivió notar que no parecía decirlo ni para reírse de ella ni con indiferencia. Aquellos ojos parecían llenos de deseo. Ella tomó aire. Ningún hombre le había hecho nunca una proposición como aquélla.
—¿Qué has dicho?
—Tengo material de dibujo en mi habitación, convendría hacer un anteproyecto y enseñárselo a Clair. Después calcularé las medidas necesarias y haré los planos definitivos por ordenador.
—Por supuesto… En tu habitación estaremos bien.
Por lo menos el trabajo era algo en lo que ella se sentía completamente segura de sí misma, después de todo ella era una profesional. Mientras mantuviera su atención en el trabajo, estaría a salvo de Joe.
Sin embargo, cuando lo siguió hasta el ascensor e intentó pensar en el trabajo que tenían que realizar, se dio cuenta de que las siguientes tres semanas iban a ser un reto para ella.
Ver a _____ trabajar era casi igual de maravilloso que besarla, pensó Joe dos horas más tarde [aaawww que lindo ]. Pasaba de hacer anotaciones en su libreta a hablar consigo misma en cuestión de segundos. En aquellos momentos estaba haciendo ambas cosas mientras caminaba sin parar.
Parecía como si no notara su presencia, aunque de vez en cuando lo miraba con las gafas sobre la cabeza, hasta que sus ojos se abrían como platos ante una nueva idea y se disponía a escribirla en su libreta apresuradamente.
Él estaba sentado en la mesa del comedor. Se dedicaba a hacer un boceto tras otro con diferentes ideas y sugerencias, cada uno más preciso y detallado que el anterior. Sabía que el diseño final estaba cerca, que tan solo tenían que concretar un par de detalles.
Se había dado cuenta de que ella era una perfeccionista y no le importaba, ya que a él solían acusarlo de lo mismo. En la construcción se había encontrado a mucha gente que se conformaba con que todo estuviera bastante bien, pero a él no le gustaba trabajar de aquella forma. Le había llevado mucho tiempo encontrar un grupo de gente y de abastecedores que tuvieran la misma filosofía que él, que fueran tan meticulosos como él. Algunos eran difíciles de aguantar, pero él lo hacía gustoso siempre que los otros también lo toleraran a él.
Le enseñó el último boceto que había hecho, debía ser el décimo.
—¿Qué te parece éste? —le preguntó a _____.
—Casi —le dijo ella mientras se tocaba el mentón pensativa—. Creo que el techo debería ser más alto, así le daría un aspecto más parecido a una catedral. El matrimonio es un vínculo tanto emocional como espiritual de dos personas, es una promesa que dura toda la vida. El ambiente que creemos debe apoyar esa promesa.
Joe no sabía qué decir. Aquello de la promesa para toda la vida no era algo que se le diera bien, aunque él sabía que _____ no buscaba una respuesta. En aquellas dos horas que llevaban trabajando juntos, él se había dado cuenta de que ella no buscaba respuestas, sino que se hacía preguntas para analizarlo detenidamente en su cabeza, descomponerlo en todas sus partes para luego volver a componerlo hasta que las piezas quedaran perfectamente ordenadas.
También se había dado cuenta de que _____ tan solo necesitaba las gafas para leer la letra pequeña, no le gustaba el agua con hielo y nunca había visto un reality show. Joe sentía como si supiera más sobre _____ de lo que había sabido sobre las mujeres con las que había salido.
La vio sacarse un lápiz de detrás de la oreja, dibujó una ventana rectangular en el dibujo que él le había mostrado y se lo devolvió.
—¿Y si ponemos una ventana aquí? La luz a través de la ventana le dará un ambiente espiritual al lugar.
Él asintió.
—Buena idea, pero no podremos hacerla nosotros mismos así que tenemos dos semanas para encontrar una que ya esté hecha.
—Mi tía solía decir que una buena búsqueda mantiene la emoción.
Joe pensó que si _____ seguía mirándolo de aquella forma, con los ojos brillantes y tan llena de entusiasmo, él iba a hacer que ella se emocionara de verdad.
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Nani Jonas
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