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Lecciones Privadas (Nick & Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
Pobreeeeeeeee Rayis, no me gusta como se siente, Nicholas es tan tierno, pero sería lindo que se abriera un poco mas con la rayis aunque supongo que es dificil cuándo es la primera vez no? porque yo no me creo esa de que la novata sea solo la rayis. & Joeeeeeee es como el chico de mis sueños <3
WhoIam13
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
Nueva Lectora!Me encanto la nove!Amo a Nick y a Joe ..Son tan kdhfkeahgflkgfklse.Espero que la sigas pronto!Besos
Sunny
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
Grasias chicas no saben cuanto me gusta leer sus comentarios ..
& Bienvenida ala Nueva Lectora! :(l):
Cαpítulσ 10, Pαяtє 5• Lєccισηєѕ Pяιvαdαѕ •
A Joe lo sorprendió que lo tuviera tan claro. Se sentía mayor en su fuero interno, siempre se había sentido mayor, sobre todo comparado con otros chicos de su edad. Y sabía que no volvería al rancho. Su sitio estaba en el cielo, haciendo piruetas, marcando su sitio en el universo con la estela de humo de un reactor.
Permanecieron en silencio durante el resto del trayecto hasta el baile. Cuando Joe aparcó la camioneta entre los demás coches, intentó armarse de valor para lo que podía suceder.
Iba preparado para casi todo, pero no para lo que finalmente ocurrió. Cuando Pam y él entraron en el destartalado y viejo edificio que se usaba para los bailes, se produjo un extraño silencio; luego, un instante después, el ruido volvió a alzarse y todos retomaron sus conversaciones. Pam lo agarró de la mano y se la apretó.
Unos minutos después, la banda empezó a tocar y algunas parejas se situaron sobre las planchas de madera cubiertas de polvo que formaban la pista de baile. Pam lo condujo al centro de la pista y le sonrió.
Joe le devolvió la sonrisa y para sus adentros pensó que tenía mucho valor. Luego la tomó en sus brazos y empezó a moverse al ritmo lento de la música.
No hablaron. Joe llevaba tanto tiempo deseando tocar a Pam que se contentaba con abrazarla, balanceándose suavemente. Olía su perfume, sentía la suavidad de su pelo, el blando abultamiento de sus pechos, el movimiento de sus piernas contra las de él. Se mecían juntos, sumidos en su mundo privado, como hacían los jóvenes desde el principio de los tiempos, y la realidad parecía suspendida a su alrededor.
Pero la realidad asomó su cara cuando alguien masculló a su lado con desprecio «sucio indio», y Joe se tensó automáticamente y miró a alrededor, buscando a quien había hablado.
Pam dijo:
-Por favor... -y lo urgió a seguir bailando.
Cuando la canción acabó, un chico se subió a una silla y gritó:
-¡Eh, Joe! ¡Pam! ¡venid aquí!
Ellos miraron en la dirección de la que procedía aquella voz, y Joe no pudo evitar sonreír. Los alumnos de las tres clases de _____ estaban agrupados en torno a una mesa, con dos sillas vacías reservadas para ellos. Todos los saludaron con la mano y les hicieron señas de que se acercaran.
Los chicos salvaron la noche. Arroparon a Pam y a Joe en un círculo de risas y baile. Joe bailó con todas las chicas del grupo; los chicos hablaron de caballos, de ganado, de ranchos y rodeos, y entre todos se aseguraron de que ninguna de las chicas estuviera sentada mucho tiempo. Hablaron también con otros asistentes al baile, y pronto todo el mundo supo que el mestizo iba a ir a la Academia de las Fuerzas Aéreas. Los rancheros eran, por lo general, personas conservadoras, trabajadoras y con un fuerte sentimiento patriótico, y pasado un rato a cualquiera que se le ocurría decir una palabra en contra del mestizo se le hacía callar y se le recordaban sus buenos modales.
Joe y Pam se fueron antes de que acabara el baile, porque Joe no quería que ella llegara muy tarde a casa. Mientras caminaban hacia la camioneta, Joe movió la cabeza de un lado a otro.
-Jamás lo hubiera creído -dijo con suavidad-. ¿Tú sabías que iban a venir todos?
Pam le dijo que no con la cabeza.
-Pero sabían que te lo había pedido. Supongo que todo el pueblo lo sabía. Ha sido divertido, ¿verdad?
-Sí -contestó Joe-. Pero la cosa podría haberse puesto fea, lo sabes, ¿verdad? Si no hubiera sido por los chicos...
-¡Y por las chicas! -lo interrumpió Pam.
-Sí, también. Si no hubiera sido por ellos, me habrían echado a patadas.
-Pero no ha pasado nada. Y la próxima vez será aún mejor.
-¿Es que va a haber una próxima vez?
Ella pareció de pronto insegura.
-Bueno, tú puedes... puedes seguir viniendo al baile, aunque no quieras venir conmigo.
Joe se echó a reír mientras abría la puerta de la camioneta. Luego se dio la vuelta, la agarró por la cintura y la subió al asiento.
-Me gusta estar contigo.
Cuando estaban a medio camino de Ruth, Pam le puso la mano sobre el brazo.
-Joe...
-¿Sí?
-¿Quieres que...? Eh... quiero decir que si sabes algún sitio donde podamos a parar -balbució.
Joe sabía que debía resistirse a la tentación, pero no podía. Tomó el siguiente desvío que encontraron y luego dejó la carretera secundaria y cruzó, dando botes, un prado de unos doscientos cincuenta metros y aparcó bajo unos árboles.
La tibia noche de mayo los envolvió. La luna de la luna no lograba traspasar el dosel de los árboles, y la cabina de la camioneta era una cueva cálida y segura. Pam era una pálida e indistinta figura cuando Joe tendió los brazos hacia ella. Dócil y maleable a sus manos, se apretó contra él y buscó ávidamente sus besos. Su cuerpo joven y firme hacía que Joe se sintiera a punto de estallar. Apenas consciente de lo que hacía, se movió y se retorció hasta que se hallaron tumbados en el asiento y Pam quedó a medias tendida bajo él. Pronto sus pechos quedaron desnudos, y Joe oyó un gemido estrangulado cuando se metió uno de sus pezones en la boca. Luego Pam le clavó las uñas en los hombros y arqueó las caderas.
Joe empezó a perder el control. Entre los dos se abrieron la ropa y la apartaron. Sus pieles desnudas se tocaron. Pam logró quitarse los pantalones de algún modo. Pero cuando Joe deslizó las manos bajo sus bragas, musitó:
-Nunca lo he hecho. ¿Me va a doler?
Joe profirió un gruñido y se obligó a quedarse quieto. Le costó un arduo esfuerzo dominarse, pero consiguió detener sus manos. A duras penas logró controlar su cuerpo, que palpitaba dolorosamente. Al cabo de un momento, se incorporó y sentó a Pam a horcajadas sobre él.
-Joe...
Él apoyó la frente contra la de ella.
-No podemos hacerlo -murmuró con pesar.
-Pero ¿por qué? -Pam empezó a frotarse contra él; su cuerpo palpitaba con un deseo que no entendía. -Porque sería tu primera vez.
-¡Pero yo te deseo!
-Y yo a ti.
Joe logró esbozar una sonrisa irónica-. Supongo que se nota. Pero tu primera vez... Nena, deberías hacerlo con alguien a quien quieras. Y a mí no me quieres.
-Podría quererte -musitó ella-. Oh, Joe, lo digo de verdad.
Joe se sentía tan frustrado que apenas podía modular su voz, pero al fin logró decir:
-Espero que no. Voy a marcharme. Me espera una gran oportunidad, y preferiría morir antes que renunciar a ella.
-¿Y ninguna chica va a hacerte cambiar de idea?
Joe sabía lo que pensaba, y sabía que a Pam no iba a sentarle bien, pero tenía que ser sincero con ella.
-Ninguna chica podría hacerme cambiar de idea. Deseo tanto ir a la Academia que nada puede retenerme aquí.
Pam tomó sus manos y se las llevó tímidamente a los pechos.
-Pero, aun así, podemos hacerlo, ¿sabes? Nadie lo sabría.
-Tú sí. Y cuando te enamores de algún tío, te arrepentirás de haberlo hecho conmigo por primera vez. Dios, Pam, no me lo pongas más difícil. Dame una bofetada o algo así -el modo en que sus pechos firmes y jóvenes le llenaban las manos le hacía preguntarse si no estaría loco por dejar pasar aquella oportunidad.
Pam se inclinó y descansó la cabeza sobre su hombro. Joe sintió que empezaba a llorar y la abrazó.
-Tú siempre has sido especial para mí -dijo ella entre sollozos-. ¿Por qué tienes que ser tan escrupuloso?
-¿Quieres arriesgarte a quedarte embarazada a los dieciséis años?
Pam dejó de llorar de repente y se incorporó.
-Oh. Pensabas que tenías... ¿No los llevan todos los chicos?
-Supongo que no. Y, aunque tuviera alguno, no importaría. No quiero tener una relación, al menos así, ni contigo ni con nadie, porque, pase lo que pase, voy a ir a la Academia. Además, eres demasiado joven.
Ella no pudo evitar echarse a reír.
-Tengo la misma edad que tu.
& Bienvenida ala Nueva Lectora! :(l):
Cαpítulσ 10, Pαяtє 5• Lєccισηєѕ Pяιvαdαѕ •
A Joe lo sorprendió que lo tuviera tan claro. Se sentía mayor en su fuero interno, siempre se había sentido mayor, sobre todo comparado con otros chicos de su edad. Y sabía que no volvería al rancho. Su sitio estaba en el cielo, haciendo piruetas, marcando su sitio en el universo con la estela de humo de un reactor.
Permanecieron en silencio durante el resto del trayecto hasta el baile. Cuando Joe aparcó la camioneta entre los demás coches, intentó armarse de valor para lo que podía suceder.
Iba preparado para casi todo, pero no para lo que finalmente ocurrió. Cuando Pam y él entraron en el destartalado y viejo edificio que se usaba para los bailes, se produjo un extraño silencio; luego, un instante después, el ruido volvió a alzarse y todos retomaron sus conversaciones. Pam lo agarró de la mano y se la apretó.
Unos minutos después, la banda empezó a tocar y algunas parejas se situaron sobre las planchas de madera cubiertas de polvo que formaban la pista de baile. Pam lo condujo al centro de la pista y le sonrió.
Joe le devolvió la sonrisa y para sus adentros pensó que tenía mucho valor. Luego la tomó en sus brazos y empezó a moverse al ritmo lento de la música.
No hablaron. Joe llevaba tanto tiempo deseando tocar a Pam que se contentaba con abrazarla, balanceándose suavemente. Olía su perfume, sentía la suavidad de su pelo, el blando abultamiento de sus pechos, el movimiento de sus piernas contra las de él. Se mecían juntos, sumidos en su mundo privado, como hacían los jóvenes desde el principio de los tiempos, y la realidad parecía suspendida a su alrededor.
Pero la realidad asomó su cara cuando alguien masculló a su lado con desprecio «sucio indio», y Joe se tensó automáticamente y miró a alrededor, buscando a quien había hablado.
Pam dijo:
-Por favor... -y lo urgió a seguir bailando.
Cuando la canción acabó, un chico se subió a una silla y gritó:
-¡Eh, Joe! ¡Pam! ¡venid aquí!
Ellos miraron en la dirección de la que procedía aquella voz, y Joe no pudo evitar sonreír. Los alumnos de las tres clases de _____ estaban agrupados en torno a una mesa, con dos sillas vacías reservadas para ellos. Todos los saludaron con la mano y les hicieron señas de que se acercaran.
Los chicos salvaron la noche. Arroparon a Pam y a Joe en un círculo de risas y baile. Joe bailó con todas las chicas del grupo; los chicos hablaron de caballos, de ganado, de ranchos y rodeos, y entre todos se aseguraron de que ninguna de las chicas estuviera sentada mucho tiempo. Hablaron también con otros asistentes al baile, y pronto todo el mundo supo que el mestizo iba a ir a la Academia de las Fuerzas Aéreas. Los rancheros eran, por lo general, personas conservadoras, trabajadoras y con un fuerte sentimiento patriótico, y pasado un rato a cualquiera que se le ocurría decir una palabra en contra del mestizo se le hacía callar y se le recordaban sus buenos modales.
Joe y Pam se fueron antes de que acabara el baile, porque Joe no quería que ella llegara muy tarde a casa. Mientras caminaban hacia la camioneta, Joe movió la cabeza de un lado a otro.
-Jamás lo hubiera creído -dijo con suavidad-. ¿Tú sabías que iban a venir todos?
Pam le dijo que no con la cabeza.
-Pero sabían que te lo había pedido. Supongo que todo el pueblo lo sabía. Ha sido divertido, ¿verdad?
-Sí -contestó Joe-. Pero la cosa podría haberse puesto fea, lo sabes, ¿verdad? Si no hubiera sido por los chicos...
-¡Y por las chicas! -lo interrumpió Pam.
-Sí, también. Si no hubiera sido por ellos, me habrían echado a patadas.
-Pero no ha pasado nada. Y la próxima vez será aún mejor.
-¿Es que va a haber una próxima vez?
Ella pareció de pronto insegura.
-Bueno, tú puedes... puedes seguir viniendo al baile, aunque no quieras venir conmigo.
Joe se echó a reír mientras abría la puerta de la camioneta. Luego se dio la vuelta, la agarró por la cintura y la subió al asiento.
-Me gusta estar contigo.
Cuando estaban a medio camino de Ruth, Pam le puso la mano sobre el brazo.
-Joe...
-¿Sí?
-¿Quieres que...? Eh... quiero decir que si sabes algún sitio donde podamos a parar -balbució.
Joe sabía que debía resistirse a la tentación, pero no podía. Tomó el siguiente desvío que encontraron y luego dejó la carretera secundaria y cruzó, dando botes, un prado de unos doscientos cincuenta metros y aparcó bajo unos árboles.
La tibia noche de mayo los envolvió. La luna de la luna no lograba traspasar el dosel de los árboles, y la cabina de la camioneta era una cueva cálida y segura. Pam era una pálida e indistinta figura cuando Joe tendió los brazos hacia ella. Dócil y maleable a sus manos, se apretó contra él y buscó ávidamente sus besos. Su cuerpo joven y firme hacía que Joe se sintiera a punto de estallar. Apenas consciente de lo que hacía, se movió y se retorció hasta que se hallaron tumbados en el asiento y Pam quedó a medias tendida bajo él. Pronto sus pechos quedaron desnudos, y Joe oyó un gemido estrangulado cuando se metió uno de sus pezones en la boca. Luego Pam le clavó las uñas en los hombros y arqueó las caderas.
Joe empezó a perder el control. Entre los dos se abrieron la ropa y la apartaron. Sus pieles desnudas se tocaron. Pam logró quitarse los pantalones de algún modo. Pero cuando Joe deslizó las manos bajo sus bragas, musitó:
-Nunca lo he hecho. ¿Me va a doler?
Joe profirió un gruñido y se obligó a quedarse quieto. Le costó un arduo esfuerzo dominarse, pero consiguió detener sus manos. A duras penas logró controlar su cuerpo, que palpitaba dolorosamente. Al cabo de un momento, se incorporó y sentó a Pam a horcajadas sobre él.
-Joe...
Él apoyó la frente contra la de ella.
-No podemos hacerlo -murmuró con pesar.
-Pero ¿por qué? -Pam empezó a frotarse contra él; su cuerpo palpitaba con un deseo que no entendía. -Porque sería tu primera vez.
-¡Pero yo te deseo!
-Y yo a ti.
Joe logró esbozar una sonrisa irónica-. Supongo que se nota. Pero tu primera vez... Nena, deberías hacerlo con alguien a quien quieras. Y a mí no me quieres.
-Podría quererte -musitó ella-. Oh, Joe, lo digo de verdad.
Joe se sentía tan frustrado que apenas podía modular su voz, pero al fin logró decir:
-Espero que no. Voy a marcharme. Me espera una gran oportunidad, y preferiría morir antes que renunciar a ella.
-¿Y ninguna chica va a hacerte cambiar de idea?
Joe sabía lo que pensaba, y sabía que a Pam no iba a sentarle bien, pero tenía que ser sincero con ella.
-Ninguna chica podría hacerme cambiar de idea. Deseo tanto ir a la Academia que nada puede retenerme aquí.
Pam tomó sus manos y se las llevó tímidamente a los pechos.
-Pero, aun así, podemos hacerlo, ¿sabes? Nadie lo sabría.
-Tú sí. Y cuando te enamores de algún tío, te arrepentirás de haberlo hecho conmigo por primera vez. Dios, Pam, no me lo pongas más difícil. Dame una bofetada o algo así -el modo en que sus pechos firmes y jóvenes le llenaban las manos le hacía preguntarse si no estaría loco por dejar pasar aquella oportunidad.
Pam se inclinó y descansó la cabeza sobre su hombro. Joe sintió que empezaba a llorar y la abrazó.
-Tú siempre has sido especial para mí -dijo ella entre sollozos-. ¿Por qué tienes que ser tan escrupuloso?
-¿Quieres arriesgarte a quedarte embarazada a los dieciséis años?
Pam dejó de llorar de repente y se incorporó.
-Oh. Pensabas que tenías... ¿No los llevan todos los chicos?
-Supongo que no. Y, aunque tuviera alguno, no importaría. No quiero tener una relación, al menos así, ni contigo ni con nadie, porque, pase lo que pase, voy a ir a la Academia. Además, eres demasiado joven.
Ella no pudo evitar echarse a reír.
-Tengo la misma edad que tu.
☎ Jimena Horan ♥
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
Aaaaaaaaaaaah mierda, juro que amo a Joeeeeeeeeeee, es tan dulce, tan tierno, tan hermosoooooooo, y Pam, la verdad es que mal no me cae, siempre y cuándo se porte bien con Joe u.u jhfjkdxhfckjsdh el capitulo fue perfecto <3
WhoIam13
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
wujsoajsoajsoajs
mi joe :love:
tan responsable :B
lo amoo :love:
Quieroo a nick! nick!
wusjaosjoajsjoa
siguelaaa me encantaaaa!!
mi joe :love:
tan responsable :B
lo amoo :love:
Quieroo a nick! nick!
wusjaosjoajsjoa
siguelaaa me encantaaaa!!
CariitoJonas15
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
pero por supuesto que Joe es responsable, tierno y lindo :arre:
pues es hijo de Nick que es él hombre perfecto :L:
Awww que lindo que ahora ya quieran y respeten a Joe :polli:
Siguela!!!
pues es hijo de Nick que es él hombre perfecto :L:
Awww que lindo que ahora ya quieran y respeten a Joe :polli:
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
Muy Tierno Joe♥ Quiero mas capitulos!Me encanta la nove!Espero que la sigas pronto.Besos
Sunny
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
¡Nueva Lectora! :D
Lo primero que tengo que de de decir es: Padre es hijo son HERMOSOS! :love:
Estoy obsesionada con esta nove, ¡ME ENCANTA! Necesito seguir leyendo, por favor SIGUELAAAAA :D
Lo primero que tengo que de de decir es: Padre es hijo son HERMOSOS! :love:
Estoy obsesionada con esta nove, ¡ME ENCANTA! Necesito seguir leyendo, por favor SIGUELAAAAA :D
Dayi_JonasLove!*
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
PORFAAAAAAAAAAAAAAAAVOR SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA NECESITO SABER QUE PASAAAAAA AMO LA NOVE
WhoIam13
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
Cαpítulσ 10, Pαяtє 6• Lєccισηєѕ Pяιvαdαѕ •
-Entonces los dos somos demasiado jóvenes.
-Tú no -Pam se puso seria y tomó la cara de Joe entre las manos-. Tú no eres joven, y supongo que por eso has parado. Cualquier otro chico se habría quitado los vaqueros tan rápido que se habría quemado las piernas. Pero hagamos un trato, ¿de acuerdo?
-¿Qué clase de trato?
-Vamos a seguir siendo amigos, ¿verdad?
-Sabes que sí.
-Entonces, saldremos por ahí juntos sin tomárnoslo en serio. No volveremos a enrollarnos, porque es muy duro cuando paras. Tú vete a Colorado, como tienes pensado, y yo me tomaré las cosas como vengan. Puede que me case. Pero, si no me caso y vuelves algún verano, seremos ya los dos lo bastante mayores. ¿Serás entonces mi primer amante?
-Eso no me retendrá en Ruth -dijo él con firmeza.
-No es eso lo que espero. Pero ¿trato hecho?
Joe sabía que las cosas cambiaban con el paso de los años, y sabía que lo más probable era que Pam se casara pronto. Si no era así... tal vez.
-Si entonces todavía quieres, sí, trato hecho.
Pam le tendió la mano y se la estrechó solemnemente para sellar su pacto. Luego ella lo besó y empezó a ponerse la ropa.
_______ estaba esperando a Joe cuando llegó a casa. Tenía una expresión ansiosa en la mirada. Se levantó y se ciñó el cinturón de la bata.
-¿Estás bien? -preguntó-. ¿Ha pasado algo?
-Estoy bien. Todo ha ido de maravilla.
Entonces notó que su mirada ansiosa era en realidad de miedo. Ella le tocó el brazo.
-¿No has visto a nadie que...? -se detuvo y luego empezó otra vez-. ¿Nadie ha disparado a la camioneta, ni ha intentado echaros de la carretera?
-No, no ha pasado nada.
Se miraron un momento, y Joe se dio cuenta de que _______ había temido lo mismo que él. Pero en su mirada había además otra cosa: ella sabía que había decidido arriesgarse para hacer salir al violador de su escondite.
Joe se aclaró la garganta.
-¿Papá está en la cama?
-No -dijo Nick suavemente desde la puerta. Llevaba sólo unos vaqueros, y la mirada de sus ojos negros era dura-. Quería asegurarme de que estabas bien. Esto ha sido como ver a Daniel entrar en la cueva del león.
-Bueno, Daniel salió bien parado, ¿no? Pues yo también. Hasta ha sido divertido. Estaban todos los de clase.
______ sonrió, y sintió que el miedo empezaba a disiparse. Imaginaba lo que había pasado. Sabiendo que las cosas podían ponerse feas si Joe iba al baile sin refuerzos, los chicos habían asumido la tarea de integrarlo en su grupo para que todo el mundo en el baile se diera cuenta de que era aceptado.
Nick le tendió la mano y _______ fue hacia él. Ya podía irse a dormir. Estaban a salvo una noche más, aquellos dos hombres a los que amaba.
Cαpítulσ 11, Pαяtє 1• Lєccισηєѕ Pяιvαdαѕ •
Las clases habían acabado. _____ se sentía sumamente orgullosa de sus alumnos. Todos los del último curso se habían graduado, y los de los cursos inferiores habían aprobado sin excepción. Todos ellos pensaban acabar el instituto, y dos incluso querían ir a la universidad. Unos resultados así llenaban de satisfacción a cualquier profesora.
Joe no tuvo vacaciones. _______ decidió que necesitaba dar clases de matemáticas más avanzadas que las que ella podía enseñarle, y empezó a buscar un profesor cualificado. Encontró uno en un pueblo a más de cien kilómetros de distancia, y tres veces por semana Joe hacía el viaje hasta allí para dar dos horas de clase. Ella, mientras tanto, seguía dándole clase por las noches.
Los días pasaban en una neblina de felicidad para ______. Rara vez dejaba la montaña; rara vez veía a otras personas, salvo a Nick y a Joe. Incluso cuando ellos se iban se sentía a gusto. Sólo habían pasado dos semanas desde el ataque, pero tenía la sensación de que hacía más tiempo. Cada vez que el jirón de un recuerdo afloraba para agitar sus emociones, se reprendía por permitir que aquello la perturbara. Si alguien necesitaba cuidado y consideración, era Cathy Teele. De modo que ______ apartaba aquellos recuerdos y se concentraba en el presente. Y el presente, inevitablemente, era Nick.
Él dominaba su vida cuando estaba despierta y cuando dormía. Había empezado a enseñarle a montar y a ayudarlo con los caballos, y ______ sospechaba que utilizaba con ella el mismo método que con los potrillos que le llevaban. Era firme y exigente, pero perfectamente claro en sus instrucciones y en lo que quería tanto de ella como de los caballos. Cuando obedecían, los recompensaba con cariño y aprobación. En realidad, pensaba _______, era más blando con los caballos que con ella. Cuando los caballos desobedecían, Nick se mostraba siempre paciente. En cambio, cuando ella no hacía exactamente lo que le pedía, se lo hacía saber en términos que no admitían error.
Pero siempre era cariñoso. O «fogoso», mejor dicho, pensaba ______, Nick le hacía el amor cada noche, a menudo dos veces. Le hacía el amor en la cuadra vacía donde Joe los había interrumpido una vez. Y también en la ducha. _______ sabía que ella no era ni mucho menos voluptuosa, pero pese a todo Nick parecía fascinado con su cuerpo. Por las noches, cuando se metían en la cama, él encendía la lámpara y, apoyado sobre un codo, la contemplaba mientras deslizaba la mano desde sus hombros a sus rodillas, aparentemente extasiado por la diferencia entre la piel pálida y delicada de ________ y su propia mano, morena, fuerte y curtida por el trabajo.
El verano en Wyoming era por lo general fresco y seco, por lo menos comparado con el de Savannah, pero apenas habían empezado las vacaciones de verano del colegio cuando una ola de calor disparó las temperaturas hasta los veintitantos grados y, a veces, hasta más allá de los treinta. Por primera vez en su vida, _______ deseaba tener unos pantalones cortos que ponerse, pero la tía Ardith nunca se lo había permitido. Descubrió, sin embargo, que sus sosas faldas de algodón eran más frescas que los vaqueros nuevos de los que se sentía tan orgullosa, pues permitían que el aire circulara entre sus piernas. La tía Ardith no habría aprobado tampoco aquel atuendo, pues _______ se negaba a ponerse medias o combinación bajo la falda. Su tía se había puesto ambas cosas todos los días de su vida, y consideraba a cualquier mujer que se atreviera a salir a la calle sin combinación una perfecta perdida.
Una mañana, justo después de que Joe se fuera a sus clases, ______ salió en dirección al establo meditando sobre su condición de perdida. Teniéndolo todo en cuenta, se sentía bastante satisfecha. Ser una perdida tenía sus ventajas.
Oyó a unos caballos relinchar y dar coces en el pequeño corral que había tras el establo, aunque Nick solía usar para los entrenamientos uno más grande que había al otro lado. El ruido, sin embargo, la convenció de que encontraría allí a Nick, y eso era lo único que le interesaba.
Pero cuando dobló la esquina del establo, se detuvo en, seco. El enorme semental bayo de Nick estaba montando a la yegua en la que ella había cabalgado durante sus clases de equitación. La yegua tenía los cascos delanteros trabados, y unas botas protectoras le cubrían los de atrás.
El semental resoplaba y gruñía, y la yegua emitió un agudo relincho cuando la penetró. Nick se acercó a su cabeza para calmarla, y la yegua se quedó inmóvil.
-Ya está, cariño -le susurraba Nick-. Puedes con este viejo grandullón, ¿a que sí?
La yegua se estremecía bajo las embestidas del semental, pero permaneció inmóvil y todo acabó en un par de minutos. El caballo bufó y, apartándose de ella, bajó la cabeza y se puso a olisquear el suelo.
Nick siguió hablándole a la yegua con voz pausada y suave mientras se agachaba para quitarle la manea que le sujetaba las patas delanteras. Cuando empezó a quitarle las botas protectoras, _______ se acercó y llamó su atención.
-¡La has atado! -exclamó en tono de reproche.
Él sonrió y acabó de desabrochar las botas protectoras. La señorita ______ Elizabeth Potter se puso delante de él con la espalda tiesa como un palo y la barbilla levantada.
-No la he atado -dijo Nick, divertido y paciente-. La he maneado.
-¡Para que no se escapara de él!
-No quería escaparse.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque le habría dado una coz al caballo si no hubiera querido que la cubriera -explicó él mientras llevaba a la yegua al establo. _______ lo siguió, todavía indignada.
-De poco habría servido que le diera una coz. ¡Le has puesto esas botas para que no le haga daño!
-Bueno, no quería que mi semental resultara herido. Además, si ella se hubiera resistido, la habría sacado del corral. Cuando una yegua se resiste, significa que no he calculado bien el momento, o que le pasa algo. Pero lo ha hecho muy bien, ¿verdad, bonita? -concluyó mientras le daba unas palmaditas en el cuello a la yegua.
______ se quedó mirándolo, enfurruñada, mientas él aseaba a la yegua. Seguía sin gustarle la idea de que la yegua no pudiera huir del semental, aunque lo cierto era que aquella yegua en particular parecía tan tranquila como si no hubiera pasado nada apenas unos minutos antes. A _______ la desconcertaba que el animal no respondiera a su lógica, y se sentía inquieta.
Nick llevó la yegua a su cuadra, le dio de comer y le puso agua fresca. Luego se agachó delante del grifo para lavarse las manos y los brazos. Cuando levantó la mirada, _______ seguía allí parada, con una expresión preocupada, casi asustada, en la mirada. Él se incorporó.
-¿Qué ocurre?
Ella intentó desesperadamente sacudirse aquel desasosiego, pero no le sirvió de nada. Se le notaba en la cara y en la voz.
-Parecía... parecía... -su voz se desvaneció, pero Nick comprendió de pronto.
Se acercó despacio a ella y no se sorprendió cuando ______ dio un paso atrás.
-Los caballos no son personas -dijo con suavidad-. Son animales grandes, y resoplan y chillan. Parece violento, pero así es como se aparean. Sería aún más violento si los dejara libres, porque se darían patadas y mordiscos.
______ miró a la yegua.
-Lo sé. Es sólo que... -se detuvo porque no se sentía con fuerzas para decir en voz alta lo que la inquietaba.
Nick tendió los brazos hacia ella y, agarrándola por la cintura, la abrazó suavemente para que no se alarmara y no pensara que no podía desasirse de él.
-Es sólo que te ha recordado el ataque, ¿verdad? -concluyó por ella. ______ le lanzó una mirada rápida y angustiada; luego desvió rápidamente los ojos-. Sé que el recuerdo sigue ahí, nena -Nick la apretó suavemente, atrayéndola hacia sí. Al cabo de un momento, ______ empezó a relajarse y apoyó la cabeza sobre su pecho. Sólo entonces la rodeó él con los brazos, porque no quería que se sintiera agobiada.
-Quiero besarte -murmuró.
Ella levantó la cabeza y le sonrió.
-Por eso he venido: para tentarte y que me des un beso. Me he convertido en una perdida. Ya no tengo vergüenza. La tía Ardith me habría repudiado.
-La tía Ardith parece una auténtica pelmaza...
-Era maravillosa -dijo ______ con firmeza-. Es sólo que estaba chapada a la antigua y tenía unas ideas muy estrictas acerca de lo que estaba bien y lo que no. Por ejemplo, para ella sólo una perdida se pondría la falda sin ponerse debajo una combinación como es debido -se subió un poco la falda para hacerle una demostración.
-Entonces, bien por las perdidas -Nick inclinó la cabeza y la besó, y sintió que una ardiente excitación empezaba a agitar su cuerpo. Sin embargo, controló bruscamente aquella sensación, consciente de que en ese momento era esencial dominarse. Tenía que demostrarle algo a ______, y no podía hacerlo si su libido se sobreponía a su sentido común. Tenía que hacer algo para hacer desaparecer el temor, siempre presente, que habitaba al fondo de la mente de ________.
Levantó la cabeza y la abrazó un momento; luego bajó los brazos. Agarró sus manos y se las apretó, y la expresión de su semblante hizo que la sonrisa de los ojos de ______ se disipara. Nick dijo lentamente:
-¿Estás dispuesta a probar una cosa que puede ayudarte a superar tus miedos?
Ella parecía recelosa.
-¿Qué?
-Podríamos representar algunas partes del ataque. -________ se quedó mirándolo con fijeza. Sentía curiosidad, pero recelaba. No quería hacer nada que pudiera recordarle la agresión, pero al mismo tiempo no quería seguir asustada. Al fin dijo:
-¿Qué partes?
-Yo podría correr detrás de ti.
-Él no corrió detrás de mí. Me agarró desde atrás.
-Pues haré eso cuando te atrape.
Ella se quedó pensando.
-No funcionará. Sabré que eres tú.
-Podríamos intentarlo.
________ lo miró fijamente un momento; luego, al ocurrírsele una idea, se crispó.
-Él me tiró al suelo boca abajo -murmuró-. Se me puso encima y empezó a frotarse contra mí.
El semblante de Nick se tensó.
-¿Quieres que haga eso también?
Ella se estremeció.
-¿Y tú? No, no quiero. Pero creo que vas a tener que hacerlo. No quiero seguir teniendo miedo. Hazme el amor así... por favor.
-¿Y si te asustas de verdad?
-No... -tragó saliva-. No pares.
Nick se quedó mirándola un momento, como si estuviera calibrando la solidez de su decisión; luego su boca comenzó a curvarse hacia arriba de un lado.
-Está bien. Vamos, echa a correr.
Ella no se movió. Estaba mirándolo fijamente.
-Entonces los dos somos demasiado jóvenes.
-Tú no -Pam se puso seria y tomó la cara de Joe entre las manos-. Tú no eres joven, y supongo que por eso has parado. Cualquier otro chico se habría quitado los vaqueros tan rápido que se habría quemado las piernas. Pero hagamos un trato, ¿de acuerdo?
-¿Qué clase de trato?
-Vamos a seguir siendo amigos, ¿verdad?
-Sabes que sí.
-Entonces, saldremos por ahí juntos sin tomárnoslo en serio. No volveremos a enrollarnos, porque es muy duro cuando paras. Tú vete a Colorado, como tienes pensado, y yo me tomaré las cosas como vengan. Puede que me case. Pero, si no me caso y vuelves algún verano, seremos ya los dos lo bastante mayores. ¿Serás entonces mi primer amante?
-Eso no me retendrá en Ruth -dijo él con firmeza.
-No es eso lo que espero. Pero ¿trato hecho?
Joe sabía que las cosas cambiaban con el paso de los años, y sabía que lo más probable era que Pam se casara pronto. Si no era así... tal vez.
-Si entonces todavía quieres, sí, trato hecho.
Pam le tendió la mano y se la estrechó solemnemente para sellar su pacto. Luego ella lo besó y empezó a ponerse la ropa.
_______ estaba esperando a Joe cuando llegó a casa. Tenía una expresión ansiosa en la mirada. Se levantó y se ciñó el cinturón de la bata.
-¿Estás bien? -preguntó-. ¿Ha pasado algo?
-Estoy bien. Todo ha ido de maravilla.
Entonces notó que su mirada ansiosa era en realidad de miedo. Ella le tocó el brazo.
-¿No has visto a nadie que...? -se detuvo y luego empezó otra vez-. ¿Nadie ha disparado a la camioneta, ni ha intentado echaros de la carretera?
-No, no ha pasado nada.
Se miraron un momento, y Joe se dio cuenta de que _______ había temido lo mismo que él. Pero en su mirada había además otra cosa: ella sabía que había decidido arriesgarse para hacer salir al violador de su escondite.
Joe se aclaró la garganta.
-¿Papá está en la cama?
-No -dijo Nick suavemente desde la puerta. Llevaba sólo unos vaqueros, y la mirada de sus ojos negros era dura-. Quería asegurarme de que estabas bien. Esto ha sido como ver a Daniel entrar en la cueva del león.
-Bueno, Daniel salió bien parado, ¿no? Pues yo también. Hasta ha sido divertido. Estaban todos los de clase.
______ sonrió, y sintió que el miedo empezaba a disiparse. Imaginaba lo que había pasado. Sabiendo que las cosas podían ponerse feas si Joe iba al baile sin refuerzos, los chicos habían asumido la tarea de integrarlo en su grupo para que todo el mundo en el baile se diera cuenta de que era aceptado.
Nick le tendió la mano y _______ fue hacia él. Ya podía irse a dormir. Estaban a salvo una noche más, aquellos dos hombres a los que amaba.
Cαpítulσ 11, Pαяtє 1• Lєccισηєѕ Pяιvαdαѕ •
Las clases habían acabado. _____ se sentía sumamente orgullosa de sus alumnos. Todos los del último curso se habían graduado, y los de los cursos inferiores habían aprobado sin excepción. Todos ellos pensaban acabar el instituto, y dos incluso querían ir a la universidad. Unos resultados así llenaban de satisfacción a cualquier profesora.
Joe no tuvo vacaciones. _______ decidió que necesitaba dar clases de matemáticas más avanzadas que las que ella podía enseñarle, y empezó a buscar un profesor cualificado. Encontró uno en un pueblo a más de cien kilómetros de distancia, y tres veces por semana Joe hacía el viaje hasta allí para dar dos horas de clase. Ella, mientras tanto, seguía dándole clase por las noches.
Los días pasaban en una neblina de felicidad para ______. Rara vez dejaba la montaña; rara vez veía a otras personas, salvo a Nick y a Joe. Incluso cuando ellos se iban se sentía a gusto. Sólo habían pasado dos semanas desde el ataque, pero tenía la sensación de que hacía más tiempo. Cada vez que el jirón de un recuerdo afloraba para agitar sus emociones, se reprendía por permitir que aquello la perturbara. Si alguien necesitaba cuidado y consideración, era Cathy Teele. De modo que ______ apartaba aquellos recuerdos y se concentraba en el presente. Y el presente, inevitablemente, era Nick.
Él dominaba su vida cuando estaba despierta y cuando dormía. Había empezado a enseñarle a montar y a ayudarlo con los caballos, y ______ sospechaba que utilizaba con ella el mismo método que con los potrillos que le llevaban. Era firme y exigente, pero perfectamente claro en sus instrucciones y en lo que quería tanto de ella como de los caballos. Cuando obedecían, los recompensaba con cariño y aprobación. En realidad, pensaba _______, era más blando con los caballos que con ella. Cuando los caballos desobedecían, Nick se mostraba siempre paciente. En cambio, cuando ella no hacía exactamente lo que le pedía, se lo hacía saber en términos que no admitían error.
Pero siempre era cariñoso. O «fogoso», mejor dicho, pensaba ______, Nick le hacía el amor cada noche, a menudo dos veces. Le hacía el amor en la cuadra vacía donde Joe los había interrumpido una vez. Y también en la ducha. _______ sabía que ella no era ni mucho menos voluptuosa, pero pese a todo Nick parecía fascinado con su cuerpo. Por las noches, cuando se metían en la cama, él encendía la lámpara y, apoyado sobre un codo, la contemplaba mientras deslizaba la mano desde sus hombros a sus rodillas, aparentemente extasiado por la diferencia entre la piel pálida y delicada de ________ y su propia mano, morena, fuerte y curtida por el trabajo.
El verano en Wyoming era por lo general fresco y seco, por lo menos comparado con el de Savannah, pero apenas habían empezado las vacaciones de verano del colegio cuando una ola de calor disparó las temperaturas hasta los veintitantos grados y, a veces, hasta más allá de los treinta. Por primera vez en su vida, _______ deseaba tener unos pantalones cortos que ponerse, pero la tía Ardith nunca se lo había permitido. Descubrió, sin embargo, que sus sosas faldas de algodón eran más frescas que los vaqueros nuevos de los que se sentía tan orgullosa, pues permitían que el aire circulara entre sus piernas. La tía Ardith no habría aprobado tampoco aquel atuendo, pues _______ se negaba a ponerse medias o combinación bajo la falda. Su tía se había puesto ambas cosas todos los días de su vida, y consideraba a cualquier mujer que se atreviera a salir a la calle sin combinación una perfecta perdida.
Una mañana, justo después de que Joe se fuera a sus clases, ______ salió en dirección al establo meditando sobre su condición de perdida. Teniéndolo todo en cuenta, se sentía bastante satisfecha. Ser una perdida tenía sus ventajas.
Oyó a unos caballos relinchar y dar coces en el pequeño corral que había tras el establo, aunque Nick solía usar para los entrenamientos uno más grande que había al otro lado. El ruido, sin embargo, la convenció de que encontraría allí a Nick, y eso era lo único que le interesaba.
Pero cuando dobló la esquina del establo, se detuvo en, seco. El enorme semental bayo de Nick estaba montando a la yegua en la que ella había cabalgado durante sus clases de equitación. La yegua tenía los cascos delanteros trabados, y unas botas protectoras le cubrían los de atrás.
El semental resoplaba y gruñía, y la yegua emitió un agudo relincho cuando la penetró. Nick se acercó a su cabeza para calmarla, y la yegua se quedó inmóvil.
-Ya está, cariño -le susurraba Nick-. Puedes con este viejo grandullón, ¿a que sí?
La yegua se estremecía bajo las embestidas del semental, pero permaneció inmóvil y todo acabó en un par de minutos. El caballo bufó y, apartándose de ella, bajó la cabeza y se puso a olisquear el suelo.
Nick siguió hablándole a la yegua con voz pausada y suave mientras se agachaba para quitarle la manea que le sujetaba las patas delanteras. Cuando empezó a quitarle las botas protectoras, _______ se acercó y llamó su atención.
-¡La has atado! -exclamó en tono de reproche.
Él sonrió y acabó de desabrochar las botas protectoras. La señorita ______ Elizabeth Potter se puso delante de él con la espalda tiesa como un palo y la barbilla levantada.
-No la he atado -dijo Nick, divertido y paciente-. La he maneado.
-¡Para que no se escapara de él!
-No quería escaparse.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque le habría dado una coz al caballo si no hubiera querido que la cubriera -explicó él mientras llevaba a la yegua al establo. _______ lo siguió, todavía indignada.
-De poco habría servido que le diera una coz. ¡Le has puesto esas botas para que no le haga daño!
-Bueno, no quería que mi semental resultara herido. Además, si ella se hubiera resistido, la habría sacado del corral. Cuando una yegua se resiste, significa que no he calculado bien el momento, o que le pasa algo. Pero lo ha hecho muy bien, ¿verdad, bonita? -concluyó mientras le daba unas palmaditas en el cuello a la yegua.
______ se quedó mirándolo, enfurruñada, mientas él aseaba a la yegua. Seguía sin gustarle la idea de que la yegua no pudiera huir del semental, aunque lo cierto era que aquella yegua en particular parecía tan tranquila como si no hubiera pasado nada apenas unos minutos antes. A _______ la desconcertaba que el animal no respondiera a su lógica, y se sentía inquieta.
Nick llevó la yegua a su cuadra, le dio de comer y le puso agua fresca. Luego se agachó delante del grifo para lavarse las manos y los brazos. Cuando levantó la mirada, _______ seguía allí parada, con una expresión preocupada, casi asustada, en la mirada. Él se incorporó.
-¿Qué ocurre?
Ella intentó desesperadamente sacudirse aquel desasosiego, pero no le sirvió de nada. Se le notaba en la cara y en la voz.
-Parecía... parecía... -su voz se desvaneció, pero Nick comprendió de pronto.
Se acercó despacio a ella y no se sorprendió cuando ______ dio un paso atrás.
-Los caballos no son personas -dijo con suavidad-. Son animales grandes, y resoplan y chillan. Parece violento, pero así es como se aparean. Sería aún más violento si los dejara libres, porque se darían patadas y mordiscos.
______ miró a la yegua.
-Lo sé. Es sólo que... -se detuvo porque no se sentía con fuerzas para decir en voz alta lo que la inquietaba.
Nick tendió los brazos hacia ella y, agarrándola por la cintura, la abrazó suavemente para que no se alarmara y no pensara que no podía desasirse de él.
-Es sólo que te ha recordado el ataque, ¿verdad? -concluyó por ella. ______ le lanzó una mirada rápida y angustiada; luego desvió rápidamente los ojos-. Sé que el recuerdo sigue ahí, nena -Nick la apretó suavemente, atrayéndola hacia sí. Al cabo de un momento, ______ empezó a relajarse y apoyó la cabeza sobre su pecho. Sólo entonces la rodeó él con los brazos, porque no quería que se sintiera agobiada.
-Quiero besarte -murmuró.
Ella levantó la cabeza y le sonrió.
-Por eso he venido: para tentarte y que me des un beso. Me he convertido en una perdida. Ya no tengo vergüenza. La tía Ardith me habría repudiado.
-La tía Ardith parece una auténtica pelmaza...
-Era maravillosa -dijo ______ con firmeza-. Es sólo que estaba chapada a la antigua y tenía unas ideas muy estrictas acerca de lo que estaba bien y lo que no. Por ejemplo, para ella sólo una perdida se pondría la falda sin ponerse debajo una combinación como es debido -se subió un poco la falda para hacerle una demostración.
-Entonces, bien por las perdidas -Nick inclinó la cabeza y la besó, y sintió que una ardiente excitación empezaba a agitar su cuerpo. Sin embargo, controló bruscamente aquella sensación, consciente de que en ese momento era esencial dominarse. Tenía que demostrarle algo a ______, y no podía hacerlo si su libido se sobreponía a su sentido común. Tenía que hacer algo para hacer desaparecer el temor, siempre presente, que habitaba al fondo de la mente de ________.
Levantó la cabeza y la abrazó un momento; luego bajó los brazos. Agarró sus manos y se las apretó, y la expresión de su semblante hizo que la sonrisa de los ojos de ______ se disipara. Nick dijo lentamente:
-¿Estás dispuesta a probar una cosa que puede ayudarte a superar tus miedos?
Ella parecía recelosa.
-¿Qué?
-Podríamos representar algunas partes del ataque. -________ se quedó mirándolo con fijeza. Sentía curiosidad, pero recelaba. No quería hacer nada que pudiera recordarle la agresión, pero al mismo tiempo no quería seguir asustada. Al fin dijo:
-¿Qué partes?
-Yo podría correr detrás de ti.
-Él no corrió detrás de mí. Me agarró desde atrás.
-Pues haré eso cuando te atrape.
Ella se quedó pensando.
-No funcionará. Sabré que eres tú.
-Podríamos intentarlo.
________ lo miró fijamente un momento; luego, al ocurrírsele una idea, se crispó.
-Él me tiró al suelo boca abajo -murmuró-. Se me puso encima y empezó a frotarse contra mí.
El semblante de Nick se tensó.
-¿Quieres que haga eso también?
Ella se estremeció.
-¿Y tú? No, no quiero. Pero creo que vas a tener que hacerlo. No quiero seguir teniendo miedo. Hazme el amor así... por favor.
-¿Y si te asustas de verdad?
-No... -tragó saliva-. No pares.
Nick se quedó mirándola un momento, como si estuviera calibrando la solidez de su decisión; luego su boca comenzó a curvarse hacia arriba de un lado.
-Está bien. Vamos, echa a correr.
Ella no se movió. Estaba mirándolo fijamente.
☎ Jimena Horan ♥
Re: Lecciones Privadas (Nick & Tu)
awww me encanto como la rayiz espero a a que Joe llegara,
parecio su mama forman una familia tan linda :arre:
Que feo como se aparean los caballos :pale:
Que va a pasar con lo que van a hacer???
Siguela!!!
parecio su mama forman una familia tan linda :arre:
Que feo como se aparean los caballos :pale:
Que va a pasar con lo que van a hacer???
Siguela!!!
aranzhitha
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