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Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
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Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
Miil peeeeerdooooooooooooooon por la inmensa tardanza!! :$ de verdad perdonenme creo q jamas habia tardado tanto en subir capi excepto cuando se rompio mi pc T.T pero es q mi hermanito me dejaba super agotada entonces en ves de escribir
en las noches como usualmente lo hacia, me acostaba a dormir, juro q estoy muerta aun :( quiero dormir T.T
pero esta noche me la tome para escribir este capi :D espero les guste y aviso ES LARGOOOO!! :cheers: no quise dividirlo en partes xq senti q se merecian un buen capitulo! :D asi q lo dejo asi nomas ñ__ñ otra cosa, no lo repase :| asi q perdon si tene errores o algo :S pero no queria acerlas esperar mas! En fin, GRACIAS x sus comentarios hermosos!! enserio los ame*-* estaba tan feliz de haber tenido 5 hermosos comentarios :') ahora si no hablo mas :P que lo disfruten! :D
Una semana, exactamente una semana desde que la incógnita de “¿Qué hice mal?” vagaba débilmente por la cabeza de Susan, la pregunta de “¿Abre hecho bien?” se mantenía latente en James quien aunque decía no arrepentirse de nada; esto comenzaba afectarle.
Ted estaba enojado con él y lo ignoraba, intentaba hablar con Victoire pero ella mantenía su frente en algo y no le hacía caso. El resto de los merodeadores se preguntaba, ¿Qué rayos paso aquí? Pero ninguno sabia con exactitud cómo y porque se habían dado las cosas.
¿Y todavía tiene el descargo de pasearse por ahí con esa tonta? –Gruño Vic, al ver pasar a James con una de sus primas.- ¡Les lanzaría un hechizo justo ahora! –dijo sacando su varita.
No vale la pena amiga. –Le dijo Susan, intentando sonreírle.- que el haga lo que quiera, si es así como prefiere que se den las cosas entre nosotros…
¿Te escuchas cuando hablas? Yo estaría llorando mares.
Tú, no yo. –Aclaro.- además Ted te hizo lo mismo y no estas llorando.
Pero me lo ha hecho tantas veces que ya ni me afecta. –Se encogió de hombros.- supongo que mi corazón se acostumbró a romperse y repararse por la misma persona, lo raro es que… que sigo esperando a que vuelva a reparármelo… -suspiro con tristeza.
Si te ama vendrá.
Pero… ¿y si no estoy preparada aun?
¿Pero que son esas caras? Por dios nadie se murió aquí, -gruño la pelirroja.- ¡vamos arriba esos ánimos!
Rose… -vacilaron.
¡Rose nada! –Ladro.- no dejare que mis mejores amigas se dejen ver humilladas por esos idiotas ¿ok? Ahora mismo nos vamos por ahí.
¿Vamos? ¿Y dónde está la prefecta responsable? –preguntaste.
Se quedó en la habitación mientras yo venía a animarlas, y se me ponen más bellas de lo que son, ¿entendidos? –les grito demandante.
¡Si capitán! –se burlaron sus amigas.
Al menos puedo hacerlas reír, -suspiro.- anda Victoire, Susan… -les dio empujones.
Otra semana pasaba, y las cosas no iban mejorando; Ted parecía llegar al borde de la depresión y su cabello se veía tan grisáceo y triste como lo estaba el por dentro, había tenido cruces con James en las que solo le miraba con repugnancia y James prefería seguir haciéndose el fuerte. Finalmente Rose y Scorpius habían accedido a escuchar a Ted, para que este les explicara lo ocurrido…
No lo sé. –dudo.
Pues yo creo que él dice la verdad.
¡Scorpius!
¿Qué? –Se encogió de hombros el rubio.- Rose todo cierra perfectamente, ¿Por qué crees que Ted está aquí solo en vez de estarse paseando con esa rubia como James?
Es cierto… -susurro.- estas aquí lloriqueando en vez de festejar porque alguien más te hizo caso.
¡Oye! –Gruño ofendido.- AMO A VICTOIRE ¿Qué parte no se entiende? ¡La quiero recuperar!
Pues la tienes difícil Teddy, -suspiro la chica.- ya le hiciste tantas veces lo mismo que creo que ya se cansó.
P-pero… no quiero perderla, ¡todo fue culpa de James!
Es tan idiota… ¿Por qué tuvo que actuar sin averiguar bien? Siempre haciendo lo mismo, es muy impulsivo y eso no le ayuda en nada, -gruño molesta.- intente hablarle pero me ignoro.
¿Y Albus?
Esta con Sarah todo el tiempo, me da pena molestarlo. –Dijo Scorpius.- ya sabes, no lo veía así de feliz desde que salía con Helena, creo que se merece estar bien.
Bueno sacamos a Albus, y solo quedamos nosotros. –Miro a su novio.- intentaremos ayudarte Teddy pero no aseguramos nada.
¡Gracias! –los abrazo.
Febrero había dejado paso a marzo, que solo había traído el regreso de las clases para los chicos, los patrulleros diarios y los entrenamientos para la tercera prueba; pero los problemas del corazón parecían haberse quedado en la estantería de “asuntos pendientes” ya que nadie tenía el tiempo o paciencia suficiente como para intentar lo que habían dejado para después…
¡Pero lo prometieron! –Se quejó Ted.- ya paso mucho tiempo y ¡No! No renunciare a Victoire, ¡jamás! –finalizo.
Pero no importo cuantas veces intentaron hablar con James para explicarle que lo de la foto había sido producto de la poción de amor que Albus había bebido, él siempre los ignoraba y distraía con su típico “tengo prisa”.
Tampoco habían podido explicarle a Vic que su ex novio le amaba y que a pesar de todo lo que había sido en el pasado, esta vez él decía la verdad; no le había sido infiel en ningún momento desde su llegada a Beauxbatons.
Abril había sido el mes de “estoy feliz, lo eh superado” para Vic y Susan, aunque realmente lloraban cada que tenían oportunidad; ellas frente a sus ex novios intentaban simular una vida plena y feliz de superamiento, algo que ni ellas creían por mucho que les costara admitir.
Abril había dejado entrar a mayo, el último mes de Hogwarts en Beauxbatons y el mes en el que la tercera prueba se aria presente; en el ambiente había mucha emoción y expectativas por parte de todos, la mayoría apostaba a que James ganaría, pero otros… alentaban a Albus, como Sarah. Quien era otro punto muy importante a nombrar, ya que muchos rumores decían que Albus y Sarah estaban saliendo en secreto, ¿pero porque en secreto? Ellos sin embargo, no lo negaban ni admitían, simplemente se dedicaban a enviarse sonrisas cómplices y tiernas miradas cada que estaban separados; un día antes de la última prueba Albus se había acercado a hablar con su hermano mayor.
¿Se te perdió algo Severus? –pregunto con arrogancia.
No, ¿y a ti?
No, pero si más lo recuerdo ya no comparto cuarto con nadie así que fuera. –dijo fríamente.
Bueno, desearía irme pero no quiero darte el gusto James, debemos hablar. –explico firme.
¿Ah sí? ¡No me digas! –Ironizo.- ¿Y de que si se puede saber?
De la razón por la cual le hiciste daño a Susan y estas peleado con Ted.
¿Te refieres al hecho de que mi hermano y mi novia se besaran a mi espalda?
¿Entonces es verdad lo de la foto?
¡Por supuesto que es verdad! –ladro buscándola y arrojándosela.- y luego yo soy el mal hermano, ¿no? Pero lo conseguiste, te quedaste con ella.
¡Te equivocas James! –bramo recogiendo la foto y viéndola.- recuerdo este día…
¡Oh! Claro, ¿Cómo olvidarlo? Debes habértela pasado bomba besándote con ella, con la chica que te quite.
¡Ella no es un objeto James! Y creo que los celos y tu actitud impulsiva te cegaron, -suspiro.- ese día fue cuando yo aún estaba bajo la amortentia.
¿Qué? –rio incrédulo.
Lo que escuchaste, fue cuando Viktor había puesto la poción en mi bebida y me enamore de Susan contra mi voluntad, creía amarla y por eso la bese y aun peor… a la fuerza.
¿Qué, que dijiste? –dijo sacudiendo su cabeza frenéticamente, ¿había escuchado bien? ¿Dijo Albus que le había besado a la fuerza?
Que la bese a la fuerza James, -dijo apenado.- ella no quería besarme pero yo… yo lo hice igual. Ella no te conto nada porque no quería más problemas, además de que ese beso no significaba nada para ella.
Pero… pero… -balbuceo.
Y tampoco lo significo para mí, al menos no para el Albus real. Mira, estoy bien con Sarah, he pasado los mejores meses y en verdad me gusta; no quiero que esto lo arruine todo, y si, le he contado sobre la foto –explico.- pero ella me cree y comprendió, cometiste un error James, te dejaste llevar por el impulso y no quisiste escuchar los verdaderos hechos.
Yo…
Y ahora es demasiado tarde, lastimaste a Susan y metiste a tu mejor amigo en problemas; Ted quería ayudarte pero de la buena manera y solo ocasionaste que él y Vic terminaran. –Bufo.- ¿te das cuenta de todo lo que hiciste?
Lo ciento. –Finalizo sin saber que más decirle.- lo ciento Albus, de verdad… yo no… no sé lo que hacía…
Exacto, no lo sabias pero lo hiciste.
¡Dios soy un idiota! –grito.
Siempre lo serás, pero al menos me escuchaste. –sonrió.
Perdóname, por favor yo… tenía celos, los vi y creí que se habían estado riendo de mi todo este tiempo.
Ahora ves que no. –Se encogió de hombros.- te perdono porque eres mi hermano, pero tienes que hablar con Susan y disculparte con ella. Luego habla con Ted pídele perdón y arregla las cosas con Victoire. ¿De acuerdo?
De acuerdo, -sonrió.- y Albus… ¡Gracias! –James se acercó a su hermano y le dio un abrazo, como pocas veces lo hacía pero con sincero cariño.- te quiero.
Wow yo, yo también te quiero James. –le sonrió emocionado.
Mañana es la segunda prueba, ¿Cómo crees que nos vaya?
Bueno… sea lo que sea que pase prométeme que estaremos juntos y unidos.
Lo prometo. –Le dio un apretón de mano.- no importa quien gane, estaré feliz de haberte tenido como contrincante porque aprendí mucho de ti.
Con la última sonrisa grabada en el rostro de Albus, este se marchó, había logrado que James le escuchara y comprendiera; solo faltaba que el hiciera el resto y los merodeadores con suerte… volverían a estar unidos como siempre.
James se durmió pensando en la charla con su hermano menor, pensando en Susan… en lo idiota que había sido al desperdiciar estos últimos meses lejos de ella, haciéndole daño, cuando lo cierto es que él la amaba demasiado. Se preguntaba si ella estaría dispuesta a darle otra oportunidad, si estaría dispuesta a amarle una vez más; y también se preguntaba si Teddy volvería a ser su mejor amigo, y si Vic le creería.
Tenía que hacer tantas cosas, tenía la cabeza llena de pensamientos y apenas había podido conciliar el sueño… mañana era a última prueba, el torneo acababa y él tenía la posibilidad de ganar tanto como la tenía el resto de los campeones. Estaba lleno de expectativas, ¿Qué pasaría?
. . .
Al otro día, cuando los chicos bajaron a desayunar se encontraron con el castillo de Beauxbatons colmado de personas con expectativas y nervios por la última prueba.
Felicia estaba al borde de un colapso nervioso, Krum se veía calmado y feliz pues tenía a su madre apoyándole; y los hermanos Potter habían recibido la visita de Harry y Ginny sus padres, pero no estaban solos, Ron y Hermione habían decidido venir también y observaban con asombro el reluciente castillo de la academia Beauxbatons.
Susan por su parte, estaba platicando con sus padres y su elfo domestico Ronco que saludaba eufóricamente a Neville y Luna cuantas veces podía hacerlo; cuando la hora se acercaba, James y Albus se habían despedido del resto que le deseo mucha suerte, para entrar a una tienda.
Viktor y Felicia estaban allí platicando, y les invitaron a unírseles cuando los vieron llegar, en los terrenos del castillo había un enorme campo colmado de tribunas frente a algo que los chicos aun no sabían que era.
Ya es la hora muchachos. –Dijo Greenwood con emoción, desde que Krum (P) ya no estaba, era más divertido y entusiasta con todos.- ¿Cómo se sienten?
¡AH! –Felicia lanzo un grito de terror al escuchar los gritos de la tribuna.
Tranquila linda, todo saldrá bien. –le sonrió Maxime, quien se había asomado por una ventana.
Estamos nerviosos, pero con entusiasmo. –dijo Viktor, sonriéndoles a sus compañeros.
Bien, porque ya deben salir vamos.
Mirándose unos a otros comenzaron a desfilar hasta las afuera de la tienda, las tribunas estaban llenas de personas que gritaban con euforia a sus campeones favoritos; los chicos pudieron ver con asombro, que la última prueba consistiría en atravesar un enorme laberinto, que según las historias de su padre el también había tenido que cruzar uno.
McGonagall se les acerco y dijo:
Estaremos haciendo una ronda por la parte exterior del laberinto. Si tienen dificultades y quieren que los rescaten, echen al aire chispas rojas, y uno de nosotros irá a salvarlos, ¿entendido?
Los cuatro asintieron con la cabeza.
Greenwood se apuntó a la garganta con la varita, murmuró « ¡Sonorus!», y su voz, amplificada por arte de magia, retumbó en las tribunas:
¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Viktor Krum del instituto Durmstrang y el señor James Potter del colegio Hogwarts! —Los aplausos y vítores provocaron que algunos pájaros salieran revoloteando del bosque y se perdieran en el cielo cada vez más oscuro—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Albus Potter también de Hogwarts! —Más aplausos—. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Felicia Thomson, de la Academia Beauxbatons! ¡Entonces... cuando suene el cañón, entrarán James y Viktor! Tres... dos... uno...
Greenwood dio un fuerte pitido, y James y Viktor penetraron rápidamente en el laberinto.
James Sirius Potter POV’s:
Cuando entre deje de escuchar los gritos de la multitud había oscurecido así que saque la varita para hacer « ¡Lumos!», y oí a Viktor que hacía lo mismo detrás de mí. Después de unos cincuenta metros, llegamos a una separación. Nos miramos y miramos el camino.
Hasta luego –dije, y me decidí por el camino de la izquierda, mientras Viktor tomaba el de la derecha.
Mientras caminaba oí por segunda vez el silbato de Greenwood: Albus acababa de entrar en el laberinto. Me apresure a correr más. El camino que había escogido parecía completamente desierto. Gire a la derecha y corrí, sosteniendo la varita por encima de mi cabeza para tratar de ver lo más lejos posible. Pero seguía sin haber nada a la vista.
Se escuchó por tercera vez, distante, el silbato de Greenwood. Ya estaban todos los campeones dentro del laberinto, supuse.
Miraba hacia atrás todo el tiempo, cuando menos me lo esperara alguien podría aparecerse… o algo. El laberinto se volvía más oscuro a cada minuto, conforme el cielo se oscurecía. De pronto llegue a una segunda bifurcación, mire a todas partes.
¡Oriéntame! –le susurre a mi varita, poniéndola horizontalmente sobre la palma de mi mano.
La varita giró y señaló hacia la derecha, a pleno seto. Eso era el norte, y sabía que tenía que ir hacia el noroeste para llegar al centro del laberinto. La mejor opción era tomar la calle de la izquierda, y girar a la derecha en cuanto pudiera.
También aquella calle estaba vacía, y cuando encontré un desvío a la derecha y lo tome, volví a hallar un camino libre de obstáculos. Luego escuche moverse algo justo detrás. Levante la varita, lista para el ataque, pero el haz de luz que salía de ella se proyectó solamente en Viktor, que acababa de salir de una calle que había a mano derecha. Viktor parecía muy asustado: llevaba ardiendo una manga de la túnica.
¡Los escregutos de cola explosiva! –Dijo entre dientes.- ¡Son enormes! ¡Acabo de escapar ahora mismo!
Viktor movió la cabeza a los lados, y salió de la vista por otro camino. Deseando poner la máxima distancia posible entre Viktor y los escregutos, me aleje a toda prisa.
Entonces, al volver una esquina, vi un dementor caminando hacia mí.
Avanzaba con sus más de tres metros de altura, el rostro tapado por la capucha, las manos extendidas, putrefactas, llenas de pústulas, palpando a ciegas el camino hacia mí.
Escuche su respiración ruidosa, sentí que su húmeda frialdad empezaba a absorberme, pero sabía lo que tenía que hacer...
Intente a pesar de todo lo que me había ocurrido estos últimos meses, en pensar en la cosa más feliz que se me ocurriera; me concentró con todas mis fuerzas en la idea de salir del laberinto y celebrarlo con mis amigos, en mí y en Susan juntos otra vez, en Ted y yo siendo los amigos más inseparables del universo nuevamente… levante la varita y grite con decisión:
¡Expecto Patronum!
Un ciervo de plata salió del extremo de mi varita y fue galopando hacia el dementor, que cayó de espaldas, tropezando en el bajo de la túnica... que yo sepa, nunca había visto tropezar a un dementor entonces imagine lo que podía ser.
¡Anda! –Exclame, yendo tras el Patronus plateado.- ¡tú eres un boggart! ¡Riddíkulo!
Se oyó un golpe, y el mutable ser estalló en una voluta de humo. Mi ciervo de plata se desvaneció. Seguí avanzando todo lo rápida y sigilosamente que podía, aguzando los oídos, con la varita en alto.
Izquierda, derecha, de nuevo izquierda... Dos veces se encontró en callejones sin salida, otras con unas extrañas criaturas que no conocía pero que logre vencer. Luego repetí el encantamiento brújula, y me di cuenta de que me había desviado demasiado hacia el este. Volví sobre mis pasos, tome una calle a la derecha, y vi una extraña neblina dorada que flotaba delante mío.
Me acerque con cautela, apuntando con el haz de luz de la varita. Parecía algún tipo de encantamiento. Me pregunte si podría deshacerme de ella.
¡Reducio! –exclame.
El encantamiento salió como un disparo y atravesó la niebla, dejándola intacta. Me lo tendría que haber imaginado: la maldición reductora era sólo para objetos sólidos.
¿Qué ocurriría si seguía a través de la niebla? ¿Merecía la pena probar, o sería mejor retroceder? Seguía dudando cuando un grito agudo quebró el silencio.
¿Felicia? –grite con pánico.
Nadie contestó. Mire hacia todos lados. ¿Qué le habría sucedido a ella? El grito parecía proceder de delante. Tome aire, y me interne corriendo en la niebla encantada.
El mundo se puso boca abajo. Estaba colgado del suelo, con el pelo levantado, a punto de caerse al cielo sin fondo. Comprobé, aterrorizado, mi situación: era como si tuviera los pies pegados con cola al césped, que se había convertido en techo, y bajo él se extendía el infinito cielo oscuro y estrellado. Pensé que, si trataba de mover un pie, me caería de la tierra.
«Piensa –me dije, mientras la sangre bajaba a mi cabeza.- Piensa James, vamos...»
Pero ninguno de los encantamientos que había estudiado servía para combatir una repentina inversión del cielo y la tierra. ¿Y si desplazaba un pie? Oía la sangre latiendo en mis oídos. Tenía dos opciones: intentar moverme, o lanzar chispas rojas para ser rescatado y descalificado.
Cerré mis ojos, para no ver el espacio infinito que tenía debajo, y levante el pie derecho con todas mis fuerzas, separándolo del techo de césped.
De inmediato, el mundo volvió a colocarse. Caí de rodillas a un suelo maravillosamente sólido. Volvió a tomar aliento, me levante y corrí; volví la vista mientras me alejaba de la niebla dorada, que, a la luz de la luna, centelleaba con inocencia.
Me detuve en un cruce y mire buscando algún rastro de Felicia. Estaba seguro de que había sido ella la que había gritado. ¿Qué era lo que había encontrado? ¿Estaría bien?
No había rastro de chispas rojas: ¿quería eso decir que había logrado salir del peligro, o que se hallaba en un apuro tan grande que ni siquiera podía utilizar la varita? Tome el camino de la derecha con una sensación de creciente angustia... pero, al mismo tiempo, no podía evitar pensar: «una menos».
La Copa tenía que estar cerca, y parecía que Felicia ya no competía. Yo había llegado hasta allí... ¿Y si realmente conseguía ganar? Fugazmente me vi a mi mismo levantando la Copa de los tres
Magos ante el resto del colegio.
Pasaron otros diez minutos sin más y me encontré esta vez con un dementor real, luego con una extraña criatura con forma de dragón el cual había logrado quemarme un poco la tenida y luego dos veces tercie por la misma calle equivocada. Finalmente di con una ruta distinta, y comencé a avanzar por ella, ya no tan aprisa. Mi varita se balanceaba en mi mano haciendo oscilar su sombra en los setos. Luego doble otra esquina, y me encontré ante un escreguto de cola explosiva.
Viktor tenía razón: era enorme. De unos tres metros de largo, era lo más parecido a un escorpión gigante: tenía el aguijón curvado sobre la espalda, y su grueso caparazón brillaba a la luz de mi varita, con la que le apuntaba.
¡Desmaius!
El encantamiento dio en el caparazón del escreguto y rebotó. Me agachó justo a tiempo, pero el escreguto lanzó una ráfaga de fuego por la cola, y se lanzó raudo hacia mí.
¡Impedimenta! –grite. El embrujo dio de nuevo en el caparazón del escreguto y rebotó. Retrocedí algunos pasos tambaleándome antes de caer.- ¡IMPEDIMENTA!
El escreguto se hallaba a unos centímetros de mí en el momento en que quedó paralizado: había conseguido darle en la parte de abajo, que era carnosa y sin caparazón.
Jadeando, me aparte de él y corrí, con todas mis fuerzas, en la dirección opuesta: el embrujo obstaculizador no era permanente, y el escreguto recuperaría de un momento a otro la movilidad de las patas.
Tome un camino a la izquierda y resultó ser un callejón sin salida; otro a la derecha, y dio en otro. No tuve más remedio que detenerme y volver a utilizar el encantamiento brújula. Desanduve lo andado y tome un camino que parecía ir al noroeste.
Entonces, caminando a zancadas por un camino recto y largo, volví a percibir que algo se movía, y el haz de luz de mi varita iluminó a una criatura extraordinaria, un espécimen al que sólo había visto en una ilustración de El monstruoso libro de los monstruos en tercer año.
Era una esfinge: tenía el cuerpo de un enorme león, con grandes zarpas y una cola larga, amarillenta, que terminaba en un mechón castaño. La cabeza, sin embargo, era de mujer. Volvió a mi sus grandes ojos almendrados cuando me acerque, levante mi varita, dudando.
No parecía dispuesta a atacarme, sino que paseaba de un lado a otro del camino, cerrándome el paso. Entonces habló con una voz ronca y profunda:
Estás muy cerca de la meta. El camino más rápido es por aquí.
Eh... entonces, ¿me dejará pasar, por favor? –le pregunte, suponiendo cuál iba a ser la respuesta.
No. –respondió, continuando su paseo.- No a menos que descifres mi enigma. Si aciertas a la primera, te dejaré pasar. Si te equivocas, te atacaré. Si te quedas callado, te dejaré marchar sin hacerte ningún daño.
Se me hizo un nudo en la garganta. Era a Rose a quien se le daban bien aquellas cosas, no a mí. Sopeso a mis probabilidades: si el enigma era demasiado difícil, podía quedarme callado y marcharme incólume para intentar encontrar otra ruta alternativa hacia la copa.
Bien. –Dije.- ¿Puedo oír el enigma?
La esfinge se sentó sobre sus patas traseras, en el centro mismo del camino, y recitó:
Si te lo hiciera, te desgarraría con mis zarpas,
Pero eso sólo ocurrirá si no lo captas.
Y no es fácil la respuesta de esta adivinanza,
Porque está lejana, en tierras de bonanza,
Donde empieza la región de las montañas de arena
Y acaba la de los toros, la sangre, el mar y la verbena.
Y ahora contesta, tú, que has venido a jugar:
¿A qué animal no te gustaría besar?
La mire con la boca abierta.
¿Podría decírmelo otra vez... más despacio? –pedí. Ella parpadeó, sonrió y repitió el enigma.
¿Todas las pistas conducen a un animal que no me gustaría besar? –pregunte.
Ella se limitó a esbozar su misteriosa sonrisa. Tome aquel gesto por un «sí».
Empecé a darle vueltas al acertijo en la cabeza. Había muchos animales a los que no me gustaría besar: de inmediato pensé en un escreguto de cola explosiva, pero intuye que no era aquélla la respuesta. Tendría que intentar descifrar las pistas...
«Si te lo hiciera, te desgarraría con mis zarpas» -murmure, mirándola.- «Puede desgarrarme si me come, pero me desgarraría con los colmillos, no con las zarpas –pensé.- Mejor dejo esta parte para luego...» ¿Podría repetirme lo que sigue, si es tan amable?
Ella repitió los versos siguientes.
«La respuesta está donde empieza la región de las montañas de arena y acaba la de los toros, la sangre, el mar y la verbena.» El país de los toros, la sangre, el mar y la verbena podría ser España, y la región de las montañas de arena podría ser Marruecos, el Magreb, Arabia. Donde acaba España y empieza Marruecos podría ser el estrecho de Gibraltar, pero no puedo ir ahora tan lejos en busca de la respuesta. Claro que Marruecos y Magreb empiezan por «ma», Arabia lo hace por «ara», y España acaba en «ña». Y si me lo hace, si se da maña, no, si me araña... ¿qué animal no me gustaría besar?»
¡La araña!
La esfinge pronunció más su sonrisa. Se levantó, extendió sus patas delanteras y se hizo a un lado para dejarme pasar.
¡Gracias! –dije y eche a correr.
Ya tenía que estar más cerca, tenía que estarlo... la varita me indicaba que iba bien encaminado. Si no encontraba nada demasiado horrible, podría...
Llegó a una bifurcación de caminos.
¡Oriéntame! –le susurre a mi varita, que giró y se paró apuntando al camino de la derecha.
Gire corriendo por este, y vi luz adelante.
La Copa de los tres magos brillaba sobre un pedestal a menos de cien metros de distancia. Acababa de echar a correr cuando una mancha oscura salió al camino, corriendo como una bala por delante de mí.
Albus, mi hermano luego de minutos o quizás horas sin verlo estaba allí delante mío; iba a llegar primero. Corría hacia la copa tan rápido como podía, y sinceramente sabía que nunca podría alcanzarlo.
Entonces vi algo inmenso que se asomaba por encima de un seto que había a mi izquierda y que se movía velozmente por un camino que cruzaba el mío.
¡AAH! –grite en cuanto vi a la bestia acercárseme.
Albus Severus Potter POV’S:
El camino desde que entre había sido muy difícil, lleno de numerosos y peligrosos obstáculos que con suerte logre pasar; a James y a mí nos habían dado las mismas clases de entrenamiento por lo que suponía, el estaría bien.
Llevaba mucho tiempo corriendo, metiéndome en callejones sin salida, doblando en lugares y correcto y todo lo que se me ocurría contarles que comencé a creer que jamás vería la copa; pero estaba equivocado, a unos metros de mi pude ver aquella luz, la brillante copa brillaba como ninguna otra cosa y yo estaba allí solo… podría lograrlo.
La emoción se había apoderado de mí, comencé a correr a toda prisa sin mirar nada más que la copa, pero a metro de alcanzarla oí a alguien gritar.
¡James! –esa voz era conocía y si, tenía que ser mi hermano.
Me gire y lo vi, James logro esquivar la cosa y evitar chocar con ella, pero había tropeado y su varita se le había caído de la mano, mientras la araña gigante entraba en el camino y se abalanzaba sobre él.
¡Desmaius! –grite.
El encantamiento dio de lleno en el gigantesco cuerpo, negro y peludo, pero fue como si le hubiera tirado una piedra: el bicho dio una sacudida, se balanceó un momento y luego corrió hacia mí, en lugar de hacerlo hacia James.
¡Desmaius! ¡Impedimenta! ¡Desmaius!
Pero no servía de nada: la araña era tan grande, o tan mágica, que los encantamientos no hacían más que provocarla. Antes de que estuviera sobre mí, sólo vi la imagen horrible de ocho patas negras brillantes y de pinzas afiladas como cuchillas.
Me levantó en el aire con sus patas delanteras. Comencé a forcejear como loco, intentaba con todas mis fuerzas darle patadas: mi pierna pegó en las pinzas del animal, y sentí de inmediato un dolor insoportable. Escuche que mi hermano también gritaba «¡Desmaius!», pero sin más éxito que yo. Cuando la araña volvió a abrir las pinzas, levante mi varita y grite:
¡Expelliarmus!
Funcionó: el encantamiento de desarme hizo que el bicho me soltara, pero eso supuso una caída de casi cuatro metros de altura sobre mi pierna herida, que se aplastó bajo mi peso.
Sin detenerme a pensar, apunte hacia arriba, a la panza de la araña y grite «¡Desmaius!» al mismo tiempo que James.
Combinados, los dos encantamientos lograron lo que uno solo no podía: el animal se desplomó de lado, sobre un seto, y quedó obstruyendo el camino con una maraña de patas peludas.
¡Albus! –Escuche gritar a James.- ¿Estás bien? ¿Cayó sobre ti?
¡No! –respondí jadeando.
Mire mi pierna: sangraba mucho; tenía mi túnica manchada con una secreción viscosa de las pinzas. Trate de levantarme, pero la pierna me temblaba y se negaba a soportar el peso de mi cuerpo. Me apoye en el seto, y miró a mi alrededor.
James estaba a muy poca distancia de la Copa de los tres magos, que brillaba tras él.
¡Tómala! –le dije sin aliento.- Vamos, tómala. Ya has llegado.
Pero James no se movió. Se quedó allí, mirándome. Luego se volvió para observarla.
Vi la expresión de anhelo en su rostro, iluminado por el resplandor dorado de la Copa. James volvió a mirarme, y en ese momento yo estaba agarrándome al seto para sostenerme en pie.
Mi hermano respiró hondo y me dijo:
No Albus, tómala tú. Tú mereces ganar: me has salvado la vida.
No es así el Torneo James. –replique.
Estaba irritado: la pierna me dolía muchísimo, y tenía todo el cuerpo magullado por mis forcejeos con la araña; pero, después de todos mis esfuerzos, James había llegado hasta el lugar en donde yo había estado antes; quien llegaba primero ganaba, y yo ya estaba fuera de competencia.
El primero que llega a la Copa gana. Y el primero has sido tú. –Repuso James.- hubieses ganado de no ser por esa araña.
Pero las cosas cambiaron James, y yo no puedo ganar ninguna competición con esta pierna.
James se acercó un poco más a la araña desmayada, alejándose de la Copa y negando con la cabeza.
No –dijo.
¡Deja de hacer alardes de nobleza! –Exclame irritado.- No tienes más que tomarla, y podremos salir de aquí.
-James observó cómo me agarraba al seto para mantenerme en pie.-
¿Recuerdas lo que hablamos anoche?
Si James, no importa quien gane solo ve y tómala. –gruñí.
¿Y lo que dijo papa?
¿Qué?
Cuando se enteró de que ambos estábamos en el torneo, “manténganse unidos. Juntos podrán ganar.” –dijo aun mirándome.
Pero esta vez no es así James vamos, no podre aguantar mucho tiempo solo tómala. –rogué.
No. –contesto, dando unos pasos más hacia mí.
No podía creerlo, pero vi que James era sincero. Quería renunciar a un tipo de gloria con la que el soñaba tener para despedirse de su último año en Hogwarts, todo por unas simples palabra de mi padre… pero si lo pensaba con más claridad…
Vamos, tómala tú –dijo mi hermano. Era como si le costara todas sus fuerzas, pero había cruzado los brazos y su rostro no dejaba lugar a dudas: estaba decidido.
Mire alternativamente a James y a la Copa. Por un instante esplendoroso, me vi saliendo del laberinto con ella. Me vi sujetando en alto la Copa de los tres magos, escuche el clamor de la multitud, vi el rostro de Sarah embriagado de admiración, más nítido de lo que lo había visto nunca... y luego la imagen se desvaneció y volví a ver la expresión seria y firme de James.
Vamos los dos –propuse.
¿Qué?
La tomamos los dos al mismo tiempo. Será la victoria de Hogwarts. ¡Empataremos!
-James me observo por un momento y descruzó los brazos.-
¿Es... estás seguro Albus?
Sí –afirme decidido.- Sí... Nos hemos ayudado el uno al otro a lo largo de este torneo, ¿no? Los dos hemos llegado hasta aquí. Tenemos que tomarla juntos.
-Por un momento pareció que James no daba crédito a sus oídos. Luego me sonrió.-
Adelante pues, –dijo.- vamos.
Me tomo a mí del brazo, por debajo del hombro, y me ayudó a ir hacia el pedestal en que descansaba la Copa. Al llegar, acercamos nuestras manos a las relucientes asas.
A la de tres, ¿vale? –Propuse.- Uno... dos... tres...
James y yo agarramos las asas de la Copa.
Al instante, sentí una sacudida en el estómago. Mis pies despegaron del suelo. No podía aflojar la mano que sostenía la Copa de los tres magos: lo llevaba hacia delante, en un torbellino de viento y colores James cerró los ojos y yo le imite.
Al abrir los ojos vi a todo el mundo expectante, al darse cuenta de que éramos nosotros Hogwarts comenzó a gritar y aplaudir a mas no poder de la emoción.
¿Y yo? Yo estaba más que contento, no podía creerlo ¡había ganado! ¡Juntos lo habíamos conseguido, juntos había ganado!
Fin del Capitulo. :study:
en las noches como usualmente lo hacia, me acostaba a dormir, juro q estoy muerta aun :( quiero dormir T.T
pero esta noche me la tome para escribir este capi :D espero les guste y aviso ES LARGOOOO!! :cheers: no quise dividirlo en partes xq senti q se merecian un buen capitulo! :D asi q lo dejo asi nomas ñ__ñ otra cosa, no lo repase :| asi q perdon si tene errores o algo :S pero no queria acerlas esperar mas! En fin, GRACIAS x sus comentarios hermosos!! enserio los ame*-* estaba tan feliz de haber tenido 5 hermosos comentarios :') ahora si no hablo mas :P que lo disfruten! :D
Season 3ª de Los Merodeadores | Capitulo 28 – Última prueba: Juntos.
Una semana, exactamente una semana desde que la incógnita de “¿Qué hice mal?” vagaba débilmente por la cabeza de Susan, la pregunta de “¿Abre hecho bien?” se mantenía latente en James quien aunque decía no arrepentirse de nada; esto comenzaba afectarle.
Ted estaba enojado con él y lo ignoraba, intentaba hablar con Victoire pero ella mantenía su frente en algo y no le hacía caso. El resto de los merodeadores se preguntaba, ¿Qué rayos paso aquí? Pero ninguno sabia con exactitud cómo y porque se habían dado las cosas.
¿Y todavía tiene el descargo de pasearse por ahí con esa tonta? –Gruño Vic, al ver pasar a James con una de sus primas.- ¡Les lanzaría un hechizo justo ahora! –dijo sacando su varita.
No vale la pena amiga. –Le dijo Susan, intentando sonreírle.- que el haga lo que quiera, si es así como prefiere que se den las cosas entre nosotros…
¿Te escuchas cuando hablas? Yo estaría llorando mares.
Tú, no yo. –Aclaro.- además Ted te hizo lo mismo y no estas llorando.
Pero me lo ha hecho tantas veces que ya ni me afecta. –Se encogió de hombros.- supongo que mi corazón se acostumbró a romperse y repararse por la misma persona, lo raro es que… que sigo esperando a que vuelva a reparármelo… -suspiro con tristeza.
Si te ama vendrá.
Pero… ¿y si no estoy preparada aun?
¿Pero que son esas caras? Por dios nadie se murió aquí, -gruño la pelirroja.- ¡vamos arriba esos ánimos!
Rose… -vacilaron.
¡Rose nada! –Ladro.- no dejare que mis mejores amigas se dejen ver humilladas por esos idiotas ¿ok? Ahora mismo nos vamos por ahí.
¿Vamos? ¿Y dónde está la prefecta responsable? –preguntaste.
Se quedó en la habitación mientras yo venía a animarlas, y se me ponen más bellas de lo que son, ¿entendidos? –les grito demandante.
¡Si capitán! –se burlaron sus amigas.
Al menos puedo hacerlas reír, -suspiro.- anda Victoire, Susan… -les dio empujones.
Otra semana pasaba, y las cosas no iban mejorando; Ted parecía llegar al borde de la depresión y su cabello se veía tan grisáceo y triste como lo estaba el por dentro, había tenido cruces con James en las que solo le miraba con repugnancia y James prefería seguir haciéndose el fuerte. Finalmente Rose y Scorpius habían accedido a escuchar a Ted, para que este les explicara lo ocurrido…
No lo sé. –dudo.
Pues yo creo que él dice la verdad.
¡Scorpius!
¿Qué? –Se encogió de hombros el rubio.- Rose todo cierra perfectamente, ¿Por qué crees que Ted está aquí solo en vez de estarse paseando con esa rubia como James?
Es cierto… -susurro.- estas aquí lloriqueando en vez de festejar porque alguien más te hizo caso.
¡Oye! –Gruño ofendido.- AMO A VICTOIRE ¿Qué parte no se entiende? ¡La quiero recuperar!
Pues la tienes difícil Teddy, -suspiro la chica.- ya le hiciste tantas veces lo mismo que creo que ya se cansó.
P-pero… no quiero perderla, ¡todo fue culpa de James!
Es tan idiota… ¿Por qué tuvo que actuar sin averiguar bien? Siempre haciendo lo mismo, es muy impulsivo y eso no le ayuda en nada, -gruño molesta.- intente hablarle pero me ignoro.
¿Y Albus?
Esta con Sarah todo el tiempo, me da pena molestarlo. –Dijo Scorpius.- ya sabes, no lo veía así de feliz desde que salía con Helena, creo que se merece estar bien.
Bueno sacamos a Albus, y solo quedamos nosotros. –Miro a su novio.- intentaremos ayudarte Teddy pero no aseguramos nada.
¡Gracias! –los abrazo.
Febrero había dejado paso a marzo, que solo había traído el regreso de las clases para los chicos, los patrulleros diarios y los entrenamientos para la tercera prueba; pero los problemas del corazón parecían haberse quedado en la estantería de “asuntos pendientes” ya que nadie tenía el tiempo o paciencia suficiente como para intentar lo que habían dejado para después…
¡Pero lo prometieron! –Se quejó Ted.- ya paso mucho tiempo y ¡No! No renunciare a Victoire, ¡jamás! –finalizo.
Pero no importo cuantas veces intentaron hablar con James para explicarle que lo de la foto había sido producto de la poción de amor que Albus había bebido, él siempre los ignoraba y distraía con su típico “tengo prisa”.
Tampoco habían podido explicarle a Vic que su ex novio le amaba y que a pesar de todo lo que había sido en el pasado, esta vez él decía la verdad; no le había sido infiel en ningún momento desde su llegada a Beauxbatons.
Abril había sido el mes de “estoy feliz, lo eh superado” para Vic y Susan, aunque realmente lloraban cada que tenían oportunidad; ellas frente a sus ex novios intentaban simular una vida plena y feliz de superamiento, algo que ni ellas creían por mucho que les costara admitir.
Abril había dejado entrar a mayo, el último mes de Hogwarts en Beauxbatons y el mes en el que la tercera prueba se aria presente; en el ambiente había mucha emoción y expectativas por parte de todos, la mayoría apostaba a que James ganaría, pero otros… alentaban a Albus, como Sarah. Quien era otro punto muy importante a nombrar, ya que muchos rumores decían que Albus y Sarah estaban saliendo en secreto, ¿pero porque en secreto? Ellos sin embargo, no lo negaban ni admitían, simplemente se dedicaban a enviarse sonrisas cómplices y tiernas miradas cada que estaban separados; un día antes de la última prueba Albus se había acercado a hablar con su hermano mayor.
¿Se te perdió algo Severus? –pregunto con arrogancia.
No, ¿y a ti?
No, pero si más lo recuerdo ya no comparto cuarto con nadie así que fuera. –dijo fríamente.
Bueno, desearía irme pero no quiero darte el gusto James, debemos hablar. –explico firme.
¿Ah sí? ¡No me digas! –Ironizo.- ¿Y de que si se puede saber?
De la razón por la cual le hiciste daño a Susan y estas peleado con Ted.
¿Te refieres al hecho de que mi hermano y mi novia se besaran a mi espalda?
¿Entonces es verdad lo de la foto?
¡Por supuesto que es verdad! –ladro buscándola y arrojándosela.- y luego yo soy el mal hermano, ¿no? Pero lo conseguiste, te quedaste con ella.
¡Te equivocas James! –bramo recogiendo la foto y viéndola.- recuerdo este día…
¡Oh! Claro, ¿Cómo olvidarlo? Debes habértela pasado bomba besándote con ella, con la chica que te quite.
¡Ella no es un objeto James! Y creo que los celos y tu actitud impulsiva te cegaron, -suspiro.- ese día fue cuando yo aún estaba bajo la amortentia.
¿Qué? –rio incrédulo.
Lo que escuchaste, fue cuando Viktor había puesto la poción en mi bebida y me enamore de Susan contra mi voluntad, creía amarla y por eso la bese y aun peor… a la fuerza.
¿Qué, que dijiste? –dijo sacudiendo su cabeza frenéticamente, ¿había escuchado bien? ¿Dijo Albus que le había besado a la fuerza?
Que la bese a la fuerza James, -dijo apenado.- ella no quería besarme pero yo… yo lo hice igual. Ella no te conto nada porque no quería más problemas, además de que ese beso no significaba nada para ella.
Pero… pero… -balbuceo.
Y tampoco lo significo para mí, al menos no para el Albus real. Mira, estoy bien con Sarah, he pasado los mejores meses y en verdad me gusta; no quiero que esto lo arruine todo, y si, le he contado sobre la foto –explico.- pero ella me cree y comprendió, cometiste un error James, te dejaste llevar por el impulso y no quisiste escuchar los verdaderos hechos.
Yo…
Y ahora es demasiado tarde, lastimaste a Susan y metiste a tu mejor amigo en problemas; Ted quería ayudarte pero de la buena manera y solo ocasionaste que él y Vic terminaran. –Bufo.- ¿te das cuenta de todo lo que hiciste?
Lo ciento. –Finalizo sin saber que más decirle.- lo ciento Albus, de verdad… yo no… no sé lo que hacía…
Exacto, no lo sabias pero lo hiciste.
¡Dios soy un idiota! –grito.
Siempre lo serás, pero al menos me escuchaste. –sonrió.
Perdóname, por favor yo… tenía celos, los vi y creí que se habían estado riendo de mi todo este tiempo.
Ahora ves que no. –Se encogió de hombros.- te perdono porque eres mi hermano, pero tienes que hablar con Susan y disculparte con ella. Luego habla con Ted pídele perdón y arregla las cosas con Victoire. ¿De acuerdo?
De acuerdo, -sonrió.- y Albus… ¡Gracias! –James se acercó a su hermano y le dio un abrazo, como pocas veces lo hacía pero con sincero cariño.- te quiero.
Wow yo, yo también te quiero James. –le sonrió emocionado.
Mañana es la segunda prueba, ¿Cómo crees que nos vaya?
Bueno… sea lo que sea que pase prométeme que estaremos juntos y unidos.
Lo prometo. –Le dio un apretón de mano.- no importa quien gane, estaré feliz de haberte tenido como contrincante porque aprendí mucho de ti.
Con la última sonrisa grabada en el rostro de Albus, este se marchó, había logrado que James le escuchara y comprendiera; solo faltaba que el hiciera el resto y los merodeadores con suerte… volverían a estar unidos como siempre.
James se durmió pensando en la charla con su hermano menor, pensando en Susan… en lo idiota que había sido al desperdiciar estos últimos meses lejos de ella, haciéndole daño, cuando lo cierto es que él la amaba demasiado. Se preguntaba si ella estaría dispuesta a darle otra oportunidad, si estaría dispuesta a amarle una vez más; y también se preguntaba si Teddy volvería a ser su mejor amigo, y si Vic le creería.
Tenía que hacer tantas cosas, tenía la cabeza llena de pensamientos y apenas había podido conciliar el sueño… mañana era a última prueba, el torneo acababa y él tenía la posibilidad de ganar tanto como la tenía el resto de los campeones. Estaba lleno de expectativas, ¿Qué pasaría?
. . .
Al otro día, cuando los chicos bajaron a desayunar se encontraron con el castillo de Beauxbatons colmado de personas con expectativas y nervios por la última prueba.
Felicia estaba al borde de un colapso nervioso, Krum se veía calmado y feliz pues tenía a su madre apoyándole; y los hermanos Potter habían recibido la visita de Harry y Ginny sus padres, pero no estaban solos, Ron y Hermione habían decidido venir también y observaban con asombro el reluciente castillo de la academia Beauxbatons.
Susan por su parte, estaba platicando con sus padres y su elfo domestico Ronco que saludaba eufóricamente a Neville y Luna cuantas veces podía hacerlo; cuando la hora se acercaba, James y Albus se habían despedido del resto que le deseo mucha suerte, para entrar a una tienda.
Viktor y Felicia estaban allí platicando, y les invitaron a unírseles cuando los vieron llegar, en los terrenos del castillo había un enorme campo colmado de tribunas frente a algo que los chicos aun no sabían que era.
Ya es la hora muchachos. –Dijo Greenwood con emoción, desde que Krum (P) ya no estaba, era más divertido y entusiasta con todos.- ¿Cómo se sienten?
¡AH! –Felicia lanzo un grito de terror al escuchar los gritos de la tribuna.
Tranquila linda, todo saldrá bien. –le sonrió Maxime, quien se había asomado por una ventana.
Estamos nerviosos, pero con entusiasmo. –dijo Viktor, sonriéndoles a sus compañeros.
Bien, porque ya deben salir vamos.
Mirándose unos a otros comenzaron a desfilar hasta las afuera de la tienda, las tribunas estaban llenas de personas que gritaban con euforia a sus campeones favoritos; los chicos pudieron ver con asombro, que la última prueba consistiría en atravesar un enorme laberinto, que según las historias de su padre el también había tenido que cruzar uno.
McGonagall se les acerco y dijo:
Estaremos haciendo una ronda por la parte exterior del laberinto. Si tienen dificultades y quieren que los rescaten, echen al aire chispas rojas, y uno de nosotros irá a salvarlos, ¿entendido?
Los cuatro asintieron con la cabeza.
Greenwood se apuntó a la garganta con la varita, murmuró « ¡Sonorus!», y su voz, amplificada por arte de magia, retumbó en las tribunas:
¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Viktor Krum del instituto Durmstrang y el señor James Potter del colegio Hogwarts! —Los aplausos y vítores provocaron que algunos pájaros salieran revoloteando del bosque y se perdieran en el cielo cada vez más oscuro—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Albus Potter también de Hogwarts! —Más aplausos—. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Felicia Thomson, de la Academia Beauxbatons! ¡Entonces... cuando suene el cañón, entrarán James y Viktor! Tres... dos... uno...
Greenwood dio un fuerte pitido, y James y Viktor penetraron rápidamente en el laberinto.
James Sirius Potter POV’s:
Cuando entre deje de escuchar los gritos de la multitud había oscurecido así que saque la varita para hacer « ¡Lumos!», y oí a Viktor que hacía lo mismo detrás de mí. Después de unos cincuenta metros, llegamos a una separación. Nos miramos y miramos el camino.
Hasta luego –dije, y me decidí por el camino de la izquierda, mientras Viktor tomaba el de la derecha.
Mientras caminaba oí por segunda vez el silbato de Greenwood: Albus acababa de entrar en el laberinto. Me apresure a correr más. El camino que había escogido parecía completamente desierto. Gire a la derecha y corrí, sosteniendo la varita por encima de mi cabeza para tratar de ver lo más lejos posible. Pero seguía sin haber nada a la vista.
Se escuchó por tercera vez, distante, el silbato de Greenwood. Ya estaban todos los campeones dentro del laberinto, supuse.
Miraba hacia atrás todo el tiempo, cuando menos me lo esperara alguien podría aparecerse… o algo. El laberinto se volvía más oscuro a cada minuto, conforme el cielo se oscurecía. De pronto llegue a una segunda bifurcación, mire a todas partes.
¡Oriéntame! –le susurre a mi varita, poniéndola horizontalmente sobre la palma de mi mano.
La varita giró y señaló hacia la derecha, a pleno seto. Eso era el norte, y sabía que tenía que ir hacia el noroeste para llegar al centro del laberinto. La mejor opción era tomar la calle de la izquierda, y girar a la derecha en cuanto pudiera.
También aquella calle estaba vacía, y cuando encontré un desvío a la derecha y lo tome, volví a hallar un camino libre de obstáculos. Luego escuche moverse algo justo detrás. Levante la varita, lista para el ataque, pero el haz de luz que salía de ella se proyectó solamente en Viktor, que acababa de salir de una calle que había a mano derecha. Viktor parecía muy asustado: llevaba ardiendo una manga de la túnica.
¡Los escregutos de cola explosiva! –Dijo entre dientes.- ¡Son enormes! ¡Acabo de escapar ahora mismo!
Viktor movió la cabeza a los lados, y salió de la vista por otro camino. Deseando poner la máxima distancia posible entre Viktor y los escregutos, me aleje a toda prisa.
Entonces, al volver una esquina, vi un dementor caminando hacia mí.
Avanzaba con sus más de tres metros de altura, el rostro tapado por la capucha, las manos extendidas, putrefactas, llenas de pústulas, palpando a ciegas el camino hacia mí.
Escuche su respiración ruidosa, sentí que su húmeda frialdad empezaba a absorberme, pero sabía lo que tenía que hacer...
Intente a pesar de todo lo que me había ocurrido estos últimos meses, en pensar en la cosa más feliz que se me ocurriera; me concentró con todas mis fuerzas en la idea de salir del laberinto y celebrarlo con mis amigos, en mí y en Susan juntos otra vez, en Ted y yo siendo los amigos más inseparables del universo nuevamente… levante la varita y grite con decisión:
¡Expecto Patronum!
Un ciervo de plata salió del extremo de mi varita y fue galopando hacia el dementor, que cayó de espaldas, tropezando en el bajo de la túnica... que yo sepa, nunca había visto tropezar a un dementor entonces imagine lo que podía ser.
¡Anda! –Exclame, yendo tras el Patronus plateado.- ¡tú eres un boggart! ¡Riddíkulo!
Se oyó un golpe, y el mutable ser estalló en una voluta de humo. Mi ciervo de plata se desvaneció. Seguí avanzando todo lo rápida y sigilosamente que podía, aguzando los oídos, con la varita en alto.
Izquierda, derecha, de nuevo izquierda... Dos veces se encontró en callejones sin salida, otras con unas extrañas criaturas que no conocía pero que logre vencer. Luego repetí el encantamiento brújula, y me di cuenta de que me había desviado demasiado hacia el este. Volví sobre mis pasos, tome una calle a la derecha, y vi una extraña neblina dorada que flotaba delante mío.
Me acerque con cautela, apuntando con el haz de luz de la varita. Parecía algún tipo de encantamiento. Me pregunte si podría deshacerme de ella.
¡Reducio! –exclame.
El encantamiento salió como un disparo y atravesó la niebla, dejándola intacta. Me lo tendría que haber imaginado: la maldición reductora era sólo para objetos sólidos.
¿Qué ocurriría si seguía a través de la niebla? ¿Merecía la pena probar, o sería mejor retroceder? Seguía dudando cuando un grito agudo quebró el silencio.
¿Felicia? –grite con pánico.
Nadie contestó. Mire hacia todos lados. ¿Qué le habría sucedido a ella? El grito parecía proceder de delante. Tome aire, y me interne corriendo en la niebla encantada.
El mundo se puso boca abajo. Estaba colgado del suelo, con el pelo levantado, a punto de caerse al cielo sin fondo. Comprobé, aterrorizado, mi situación: era como si tuviera los pies pegados con cola al césped, que se había convertido en techo, y bajo él se extendía el infinito cielo oscuro y estrellado. Pensé que, si trataba de mover un pie, me caería de la tierra.
«Piensa –me dije, mientras la sangre bajaba a mi cabeza.- Piensa James, vamos...»
Pero ninguno de los encantamientos que había estudiado servía para combatir una repentina inversión del cielo y la tierra. ¿Y si desplazaba un pie? Oía la sangre latiendo en mis oídos. Tenía dos opciones: intentar moverme, o lanzar chispas rojas para ser rescatado y descalificado.
Cerré mis ojos, para no ver el espacio infinito que tenía debajo, y levante el pie derecho con todas mis fuerzas, separándolo del techo de césped.
De inmediato, el mundo volvió a colocarse. Caí de rodillas a un suelo maravillosamente sólido. Volvió a tomar aliento, me levante y corrí; volví la vista mientras me alejaba de la niebla dorada, que, a la luz de la luna, centelleaba con inocencia.
Me detuve en un cruce y mire buscando algún rastro de Felicia. Estaba seguro de que había sido ella la que había gritado. ¿Qué era lo que había encontrado? ¿Estaría bien?
No había rastro de chispas rojas: ¿quería eso decir que había logrado salir del peligro, o que se hallaba en un apuro tan grande que ni siquiera podía utilizar la varita? Tome el camino de la derecha con una sensación de creciente angustia... pero, al mismo tiempo, no podía evitar pensar: «una menos».
La Copa tenía que estar cerca, y parecía que Felicia ya no competía. Yo había llegado hasta allí... ¿Y si realmente conseguía ganar? Fugazmente me vi a mi mismo levantando la Copa de los tres
Magos ante el resto del colegio.
Pasaron otros diez minutos sin más y me encontré esta vez con un dementor real, luego con una extraña criatura con forma de dragón el cual había logrado quemarme un poco la tenida y luego dos veces tercie por la misma calle equivocada. Finalmente di con una ruta distinta, y comencé a avanzar por ella, ya no tan aprisa. Mi varita se balanceaba en mi mano haciendo oscilar su sombra en los setos. Luego doble otra esquina, y me encontré ante un escreguto de cola explosiva.
Viktor tenía razón: era enorme. De unos tres metros de largo, era lo más parecido a un escorpión gigante: tenía el aguijón curvado sobre la espalda, y su grueso caparazón brillaba a la luz de mi varita, con la que le apuntaba.
¡Desmaius!
El encantamiento dio en el caparazón del escreguto y rebotó. Me agachó justo a tiempo, pero el escreguto lanzó una ráfaga de fuego por la cola, y se lanzó raudo hacia mí.
¡Impedimenta! –grite. El embrujo dio de nuevo en el caparazón del escreguto y rebotó. Retrocedí algunos pasos tambaleándome antes de caer.- ¡IMPEDIMENTA!
El escreguto se hallaba a unos centímetros de mí en el momento en que quedó paralizado: había conseguido darle en la parte de abajo, que era carnosa y sin caparazón.
Jadeando, me aparte de él y corrí, con todas mis fuerzas, en la dirección opuesta: el embrujo obstaculizador no era permanente, y el escreguto recuperaría de un momento a otro la movilidad de las patas.
Tome un camino a la izquierda y resultó ser un callejón sin salida; otro a la derecha, y dio en otro. No tuve más remedio que detenerme y volver a utilizar el encantamiento brújula. Desanduve lo andado y tome un camino que parecía ir al noroeste.
Entonces, caminando a zancadas por un camino recto y largo, volví a percibir que algo se movía, y el haz de luz de mi varita iluminó a una criatura extraordinaria, un espécimen al que sólo había visto en una ilustración de El monstruoso libro de los monstruos en tercer año.
Era una esfinge: tenía el cuerpo de un enorme león, con grandes zarpas y una cola larga, amarillenta, que terminaba en un mechón castaño. La cabeza, sin embargo, era de mujer. Volvió a mi sus grandes ojos almendrados cuando me acerque, levante mi varita, dudando.
No parecía dispuesta a atacarme, sino que paseaba de un lado a otro del camino, cerrándome el paso. Entonces habló con una voz ronca y profunda:
Estás muy cerca de la meta. El camino más rápido es por aquí.
Eh... entonces, ¿me dejará pasar, por favor? –le pregunte, suponiendo cuál iba a ser la respuesta.
No. –respondió, continuando su paseo.- No a menos que descifres mi enigma. Si aciertas a la primera, te dejaré pasar. Si te equivocas, te atacaré. Si te quedas callado, te dejaré marchar sin hacerte ningún daño.
Se me hizo un nudo en la garganta. Era a Rose a quien se le daban bien aquellas cosas, no a mí. Sopeso a mis probabilidades: si el enigma era demasiado difícil, podía quedarme callado y marcharme incólume para intentar encontrar otra ruta alternativa hacia la copa.
Bien. –Dije.- ¿Puedo oír el enigma?
La esfinge se sentó sobre sus patas traseras, en el centro mismo del camino, y recitó:
Si te lo hiciera, te desgarraría con mis zarpas,
Pero eso sólo ocurrirá si no lo captas.
Y no es fácil la respuesta de esta adivinanza,
Porque está lejana, en tierras de bonanza,
Donde empieza la región de las montañas de arena
Y acaba la de los toros, la sangre, el mar y la verbena.
Y ahora contesta, tú, que has venido a jugar:
¿A qué animal no te gustaría besar?
La mire con la boca abierta.
¿Podría decírmelo otra vez... más despacio? –pedí. Ella parpadeó, sonrió y repitió el enigma.
¿Todas las pistas conducen a un animal que no me gustaría besar? –pregunte.
Ella se limitó a esbozar su misteriosa sonrisa. Tome aquel gesto por un «sí».
Empecé a darle vueltas al acertijo en la cabeza. Había muchos animales a los que no me gustaría besar: de inmediato pensé en un escreguto de cola explosiva, pero intuye que no era aquélla la respuesta. Tendría que intentar descifrar las pistas...
«Si te lo hiciera, te desgarraría con mis zarpas» -murmure, mirándola.- «Puede desgarrarme si me come, pero me desgarraría con los colmillos, no con las zarpas –pensé.- Mejor dejo esta parte para luego...» ¿Podría repetirme lo que sigue, si es tan amable?
Ella repitió los versos siguientes.
«La respuesta está donde empieza la región de las montañas de arena y acaba la de los toros, la sangre, el mar y la verbena.» El país de los toros, la sangre, el mar y la verbena podría ser España, y la región de las montañas de arena podría ser Marruecos, el Magreb, Arabia. Donde acaba España y empieza Marruecos podría ser el estrecho de Gibraltar, pero no puedo ir ahora tan lejos en busca de la respuesta. Claro que Marruecos y Magreb empiezan por «ma», Arabia lo hace por «ara», y España acaba en «ña». Y si me lo hace, si se da maña, no, si me araña... ¿qué animal no me gustaría besar?»
¡La araña!
La esfinge pronunció más su sonrisa. Se levantó, extendió sus patas delanteras y se hizo a un lado para dejarme pasar.
¡Gracias! –dije y eche a correr.
Ya tenía que estar más cerca, tenía que estarlo... la varita me indicaba que iba bien encaminado. Si no encontraba nada demasiado horrible, podría...
Llegó a una bifurcación de caminos.
¡Oriéntame! –le susurre a mi varita, que giró y se paró apuntando al camino de la derecha.
Gire corriendo por este, y vi luz adelante.
La Copa de los tres magos brillaba sobre un pedestal a menos de cien metros de distancia. Acababa de echar a correr cuando una mancha oscura salió al camino, corriendo como una bala por delante de mí.
Albus, mi hermano luego de minutos o quizás horas sin verlo estaba allí delante mío; iba a llegar primero. Corría hacia la copa tan rápido como podía, y sinceramente sabía que nunca podría alcanzarlo.
Entonces vi algo inmenso que se asomaba por encima de un seto que había a mi izquierda y que se movía velozmente por un camino que cruzaba el mío.
¡AAH! –grite en cuanto vi a la bestia acercárseme.
Albus Severus Potter POV’S:
El camino desde que entre había sido muy difícil, lleno de numerosos y peligrosos obstáculos que con suerte logre pasar; a James y a mí nos habían dado las mismas clases de entrenamiento por lo que suponía, el estaría bien.
Llevaba mucho tiempo corriendo, metiéndome en callejones sin salida, doblando en lugares y correcto y todo lo que se me ocurría contarles que comencé a creer que jamás vería la copa; pero estaba equivocado, a unos metros de mi pude ver aquella luz, la brillante copa brillaba como ninguna otra cosa y yo estaba allí solo… podría lograrlo.
La emoción se había apoderado de mí, comencé a correr a toda prisa sin mirar nada más que la copa, pero a metro de alcanzarla oí a alguien gritar.
¡James! –esa voz era conocía y si, tenía que ser mi hermano.
Me gire y lo vi, James logro esquivar la cosa y evitar chocar con ella, pero había tropeado y su varita se le había caído de la mano, mientras la araña gigante entraba en el camino y se abalanzaba sobre él.
¡Desmaius! –grite.
El encantamiento dio de lleno en el gigantesco cuerpo, negro y peludo, pero fue como si le hubiera tirado una piedra: el bicho dio una sacudida, se balanceó un momento y luego corrió hacia mí, en lugar de hacerlo hacia James.
¡Desmaius! ¡Impedimenta! ¡Desmaius!
Pero no servía de nada: la araña era tan grande, o tan mágica, que los encantamientos no hacían más que provocarla. Antes de que estuviera sobre mí, sólo vi la imagen horrible de ocho patas negras brillantes y de pinzas afiladas como cuchillas.
Me levantó en el aire con sus patas delanteras. Comencé a forcejear como loco, intentaba con todas mis fuerzas darle patadas: mi pierna pegó en las pinzas del animal, y sentí de inmediato un dolor insoportable. Escuche que mi hermano también gritaba «¡Desmaius!», pero sin más éxito que yo. Cuando la araña volvió a abrir las pinzas, levante mi varita y grite:
¡Expelliarmus!
Funcionó: el encantamiento de desarme hizo que el bicho me soltara, pero eso supuso una caída de casi cuatro metros de altura sobre mi pierna herida, que se aplastó bajo mi peso.
Sin detenerme a pensar, apunte hacia arriba, a la panza de la araña y grite «¡Desmaius!» al mismo tiempo que James.
Combinados, los dos encantamientos lograron lo que uno solo no podía: el animal se desplomó de lado, sobre un seto, y quedó obstruyendo el camino con una maraña de patas peludas.
¡Albus! –Escuche gritar a James.- ¿Estás bien? ¿Cayó sobre ti?
¡No! –respondí jadeando.
Mire mi pierna: sangraba mucho; tenía mi túnica manchada con una secreción viscosa de las pinzas. Trate de levantarme, pero la pierna me temblaba y se negaba a soportar el peso de mi cuerpo. Me apoye en el seto, y miró a mi alrededor.
James estaba a muy poca distancia de la Copa de los tres magos, que brillaba tras él.
¡Tómala! –le dije sin aliento.- Vamos, tómala. Ya has llegado.
Pero James no se movió. Se quedó allí, mirándome. Luego se volvió para observarla.
Vi la expresión de anhelo en su rostro, iluminado por el resplandor dorado de la Copa. James volvió a mirarme, y en ese momento yo estaba agarrándome al seto para sostenerme en pie.
Mi hermano respiró hondo y me dijo:
No Albus, tómala tú. Tú mereces ganar: me has salvado la vida.
No es así el Torneo James. –replique.
Estaba irritado: la pierna me dolía muchísimo, y tenía todo el cuerpo magullado por mis forcejeos con la araña; pero, después de todos mis esfuerzos, James había llegado hasta el lugar en donde yo había estado antes; quien llegaba primero ganaba, y yo ya estaba fuera de competencia.
El primero que llega a la Copa gana. Y el primero has sido tú. –Repuso James.- hubieses ganado de no ser por esa araña.
Pero las cosas cambiaron James, y yo no puedo ganar ninguna competición con esta pierna.
James se acercó un poco más a la araña desmayada, alejándose de la Copa y negando con la cabeza.
No –dijo.
¡Deja de hacer alardes de nobleza! –Exclame irritado.- No tienes más que tomarla, y podremos salir de aquí.
-James observó cómo me agarraba al seto para mantenerme en pie.-
¿Recuerdas lo que hablamos anoche?
Si James, no importa quien gane solo ve y tómala. –gruñí.
¿Y lo que dijo papa?
¿Qué?
Cuando se enteró de que ambos estábamos en el torneo, “manténganse unidos. Juntos podrán ganar.” –dijo aun mirándome.
Pero esta vez no es así James vamos, no podre aguantar mucho tiempo solo tómala. –rogué.
No. –contesto, dando unos pasos más hacia mí.
No podía creerlo, pero vi que James era sincero. Quería renunciar a un tipo de gloria con la que el soñaba tener para despedirse de su último año en Hogwarts, todo por unas simples palabra de mi padre… pero si lo pensaba con más claridad…
Vamos, tómala tú –dijo mi hermano. Era como si le costara todas sus fuerzas, pero había cruzado los brazos y su rostro no dejaba lugar a dudas: estaba decidido.
Mire alternativamente a James y a la Copa. Por un instante esplendoroso, me vi saliendo del laberinto con ella. Me vi sujetando en alto la Copa de los tres magos, escuche el clamor de la multitud, vi el rostro de Sarah embriagado de admiración, más nítido de lo que lo había visto nunca... y luego la imagen se desvaneció y volví a ver la expresión seria y firme de James.
Vamos los dos –propuse.
¿Qué?
La tomamos los dos al mismo tiempo. Será la victoria de Hogwarts. ¡Empataremos!
-James me observo por un momento y descruzó los brazos.-
¿Es... estás seguro Albus?
Sí –afirme decidido.- Sí... Nos hemos ayudado el uno al otro a lo largo de este torneo, ¿no? Los dos hemos llegado hasta aquí. Tenemos que tomarla juntos.
-Por un momento pareció que James no daba crédito a sus oídos. Luego me sonrió.-
Adelante pues, –dijo.- vamos.
Me tomo a mí del brazo, por debajo del hombro, y me ayudó a ir hacia el pedestal en que descansaba la Copa. Al llegar, acercamos nuestras manos a las relucientes asas.
A la de tres, ¿vale? –Propuse.- Uno... dos... tres...
James y yo agarramos las asas de la Copa.
Al instante, sentí una sacudida en el estómago. Mis pies despegaron del suelo. No podía aflojar la mano que sostenía la Copa de los tres magos: lo llevaba hacia delante, en un torbellino de viento y colores James cerró los ojos y yo le imite.
Al abrir los ojos vi a todo el mundo expectante, al darse cuenta de que éramos nosotros Hogwarts comenzó a gritar y aplaudir a mas no poder de la emoción.
¿Y yo? Yo estaba más que contento, no podía creerlo ¡había ganado! ¡Juntos lo habíamos conseguido, juntos había ganado!
Fin del Capitulo. :study:
TheGirlImpossible
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
Woow!!!
La tercera prueba me encanto!
Me encanta tu nove!!
Siguela!
Bss
La tercera prueba me encanto!
Me encanta tu nove!!
Siguela!
Bss
Thalassa Deméter.
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
Nueva Lectora(: Me ha requeencantando tu novela(: May! siguela pronto...
Besotes Me encanto la tercera prueba!
Besotes Me encanto la tercera prueba!
Cherry
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
Waa me encanto, me encanto
Pff algo tarde se dio cuenta James que es un idiota ¿no? jajaja
Wow estuvo superextramegarrecontra interesante
Siguela, por favor
Eres muy buena escribiendo
Besos
Pff algo tarde se dio cuenta James que es un idiota ¿no? jajaja
Wow estuvo superextramegarrecontra interesante
Siguela, por favor
Eres muy buena escribiendo
Besos
totoro.
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
No maay me muero! te agradesco por el hermosisimo capitulo que nos has dado :')
Me pone triste que le ocurriera todo eso a teddy justo cuando hacia las cosas bien, e lo imagino con su pelito gris todo deprimido xD ajjajaj lo adoro!
Que bien que el tonto de James viera que estaba muy equivocado, ¡Es un cabeza hueca y demasido orgulloso! ojala que susan lo pueda perdonar aunque no lo meresca u.u
Los hermanos sean unidos :') no me acuerdo de donde lo escuche pero esta bueno la frase(? que bueno que los dos decidiesen ganar como los hermanos que son :D
AMO tu novela Maay! es una de mis preferdas! y la escribes muy muy bien!
Y no te preocupes, no sos la unica que pasa san valentin sola, pero es mejor sola que mal acompañada :P Yo olo espero el 14 e febrero para ver la nueva temporada de the walking dean (? y para mi reunion de solteronas que hago cada año :3
en fin, te quiero!
Me pone triste que le ocurriera todo eso a teddy justo cuando hacia las cosas bien, e lo imagino con su pelito gris todo deprimido xD ajjajaj lo adoro!
Que bien que el tonto de James viera que estaba muy equivocado, ¡Es un cabeza hueca y demasido orgulloso! ojala que susan lo pueda perdonar aunque no lo meresca u.u
Los hermanos sean unidos :') no me acuerdo de donde lo escuche pero esta bueno la frase(? que bueno que los dos decidiesen ganar como los hermanos que son :D
AMO tu novela Maay! es una de mis preferdas! y la escribes muy muy bien!
Y no te preocupes, no sos la unica que pasa san valentin sola, pero es mejor sola que mal acompañada :P Yo olo espero el 14 e febrero para ver la nueva temporada de the walking dean (? y para mi reunion de solteronas que hago cada año :3
en fin, te quiero!
Jaeger.
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Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
AAAAAAAAAAAH!
Ame tu nove
Soy nueva&fiel lectora
Llevo una semana leyendo tu nove!! pero alfin logre terminar de leerla (:
Siguela
AlexGomez <3
Ame tu nove
Soy nueva&fiel lectora
Llevo una semana leyendo tu nove!! pero alfin logre terminar de leerla (:
Siguela
AlexGomez <3
AlexGomez
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
ainhoa_lillyan_potter escribió:Woow!!!
La tercera prueba me encanto!
Me encanta tu nove!!
Siguela!
Bss
Graciiias x haber comentadoo! :D
Me alegra muchisiimo q te guste la novee*-*
Y perdon la tardanza D: bess!!
TheGirlImpossible
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
Anniiee'GryffindorPotter escribió:Nueva Lectora(: Me ha requeencantando tu novela(: May! siguela pronto...
Besotes Me encanto la tercera prueba!
Awwwww graciiias x comentar mi noveeeee Annie*-*
GRaciiias x pasarte y x supuesto ¡BIENVENIDA! :cheers: :D
TheGirlImpossible
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
BeaPotterLermanKeynesღ escribió:Waa me encanto, me encanto
Pff algo tarde se dio cuenta James que es un idiota ¿no? jajaja
Wow estuvo superextramegarrecontra interesante
Siguela, por favor
Eres muy buena escribiendo
Besos
¡Hola Bea! :D awwwwww muchisiimas graciias x comentaar:')
me alegra ver un comentario tuyo! y Gracias!! :D Bess!!
TheGirlImpossible
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
IloveJBandDL escribió:No maay me muero! te agradesco por el hermosisimo capitulo que nos has dado :')
Me pone triste que le ocurriera todo eso a teddy justo cuando hacia las cosas bien, e lo imagino con su pelito gris todo deprimido xD ajjajaj lo adoro!
Que bien que el tonto de James viera que estaba muy equivocado, ¡Es un cabeza hueca y demasido orgulloso! ojala que susan lo pueda perdonar aunque no lo meresca u.u
Los hermanos sean unidos :') no me acuerdo de donde lo escuche pero esta bueno la frase(? que bueno que los dos decidiesen ganar como los hermanos que son :D
AMO tu novela Maay! es una de mis preferdas! y la escribes muy muy bien!
Y no te preocupes, no sos la unica que pasa san valentin sola, pero es mejor sola que mal acompañada :P Yo olo espero el 14 e febrero para ver la nueva temporada de the walking dean (? y para mi reunion de solteronas que hago cada año :3
en fin, te quiero!
D: nooooooo muuuuuuueeeeeraaaaaas! :affraid: awwww graciiias!!:')
Jaja mis papas siempre decian esa frase ya q con mi hermano nos llevamos pokito (demasiado) mal D: jaja
pero asi nos queremos xD en fiiin me alegraa tanto q ames la nove*-* goshh!! me alegra tambien no ser la unica! :D jaja
OMG yo siempre quise ver the walking dead (o cmo se escriba xD) pero siempre ocupaban la tv a esa hora!! :enfadado:
¿Haces reunion de solteros? :z: ¡INVITAAAAAMEEEEEEEEEEEEEE! jaja ok ok me calmo :P
GRaciias x comentaaaaaaaar! :D awwww tambien te quiero!! ñ__ñ :hug: bess!!
TheGirlImpossible
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
AlexGomez<3 escribió:AAAAAAAAAAAH!
Ame tu nove
Soy nueva&fiel lectora
Llevo una semana leyendo tu nove!! pero alfin logre terminar de leerla (:
Siguela
AlexGomez <3
¡Alex Bienvenidaaaaaaaaa! :cheers: :hug:
Goshhh q felicidad encontrarme con una nueva lectora*-* muchisiimas graciias x comentar y leer mi novee!!
Bess!!
TheGirlImpossible
Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
Antes que nada como siempre que tardo PEEEEEEEEERDOOOOOOOOOON! U.U ya se meresco que me lancen cuantos hechizos y maleficios se les ocurran :( pero eh estado con muy poco tiempo :S y como cuido a mi hermano me quedo sin energia :P
x lo q en las noches en ves de escribir me duermo D: pero aca traje un capi q aunque no sea la gran cosa espero les guste :D
Ahora si, ¡Hola! ¿Que tal sus vidas? ¿Y sus dias? ñ___ñ ¡Feliz dia de San Valentin! :D espero hayan recivido cartas (? jaja
Pff yo no D: nadie me ama u.u pero sobrevivo (? jaja enserio perdon x el capi se q no es "WOW que capi O.O" pero es q mi mente anda totalmente poblada de mis de pensamientos y no se a cuales hacerles caso >.< jaja pero quiero terminar esta nove
De hecho quedan unos seis capis mas (creo) y acaba! no lo creoo!!! en fiin, ¡noveeeeee!
PD: Gracias a todas x aguantar tana tardanza y aun asi, comentar! :') Se las quiere mucho!! :hug:
PD2: Perdon si hay errores o esta escrito asi no mas, es q mi hermano molestaba y lo pase a la compu apurada :S ademas de q ni tiempo de leerlo para ver como quedo u.u
Y la victoria es para… ¡HOGWARTS, SEÑORAS Y SEÑORES! –grito Greenwood.
Viktor apareció un tiempo después que los chicos y Felicia había llegado al tiempo que James le había oído gritar, ella no había podido con el encrejuto de cola explosiva y tuvo que renunciar antes de que la quemara viva; también ella como Viktor se acercaron con una sonrisa en el rostro a felicitar a los hermanos Potter.
James y Albus por su parte no daban más de felicidad, estaban emocionados puesto que se abrazaban y abrazaban a tanta gente que a ni sabían a quienes había visto y a quienes no, sus padres Harry y Ginny les llenaron de ovaciones y sus amigos e vítores; allí no se oía mas que los aplausos ensordecedores y luego de un momento, los chicos alzaron la copa lo más alto que pudieron.
¡Felicidades a Albus y James Potter, quienes se consagran ganadores del torneo de los tres (cuatro) magos! –grito el ministro francés.
¡Venga a festejar! –grito Ron Weasley a sus sobrinos.
¡Ronald! –Se quejó su esposa, Hermione Granger.- ¡festejar por ellos o a engullir comida?
¡Tú sí que me conoces Hermione, por eso te amo tanto! –y aunque su esposa se enojó ligeramente, termino besándole.
Eres un tonto. –le sonrió.
¡Mis bebes…!
¡Mama! –dijeron un tanto avergonzados.
¿Qué? ¿Acaso no puedo abrazarlos? –pregunto Ginny Weasley, a sus hijos.
Claro que si mama pero no somos bebes. –bufo su hijo mayor.
Estoy tan orgulloso de ustedes, lo lograron y juntos. –les sonrió Harry mientras los abrazaba, Lily también se les había unido.
¡Señor Potter, una foto!
Los cinco posaron para la fotografía que seguramente saldría en algún periódico.
Luego de que todos se fueran del capo de juego regresaron al castillo de Beauxbatons, en donde como era de esperarse, prosiguió la fiesta con un gran banquete y Teddy tanto como Susan a pesar de estar enojados con James celebraron con el su victoria, Victoire a pesar de no hablarle a Ted esta vez al menos le sonreía de vez en cuando. Al parecer no solo era un gran día para los campeones, todos estaban felices incluyendo a los alumnos de los colegios competentes; Albus se acercó a Sarah quien bebía un jugo.
De calabaza, creo que lo extrañare cuando se vayan. –le dijo mostrándole el vaso.
Sabía que te gustaría.
Y no es lo único que extrañare o que me gusta. –le dijo mirándole a los ojos.
¿Sí? –se sintió tonto por no haber dicho algo mas pero a Sarah no pareció molestarle, conocía la timidez de Albus y le parecía tierno.
Voy a extrañarte Albus, no quisiera que te fueras. –confeso con una sonrisa apagada mientras dejaba su bebida a un lado.
Yo también… te extrañare, Sarah. –dijo nervioso.
Pero, te… te daré algo para que-que me recuerdes, ¿sí? Y espero te guste. –suspiro.
Bueno si viene de ti, estoy seguro de que…
Pero ella no le dejo terminar la frase, en ese momento se había acercado para besarle y aunque Albus no se lo esperaba le había gustado; sentir sus labios sobre los de ella por primera vez era increíble, volvía a sentir esa sensación de cosquillas en el estómago, que el corazón le latía a mil por hora y que no quería alejarse de ella nunca. Era oficial, estaba enamorado pero para su desgracia terminaría antes de comenzar, el volvería la mañana siguiente a Hogwarts en Gran Bretaña; y no volvería a verla.
Entonces pensó que la vida amorosa era demasiado injusta para él, enamorarse y no poder vivirlo por culpa de una distancia… se separó de ella pero no supo que decirle, abrió la boca varias veces y antes de que pudiera articular alguna palabra ella le dio un beso más, pero corto.
Te qui…e…ro… -le susurro.
Te quiero Albus. –sonrió tras haber oído aquellas palabras.
La fiesta continuo por unas horas más hasta que McGonagall, Maxime, Fitz y Hermione comenzaron a decirles severamente a los alumnos que ya era muy tarde y debían irse a la cama; rezagados pero aun felices decidieron obedecer y uno por uno se fueron marchando, mañana cada colegio seguiría su camino, y lo que les preocupaba a nuestros merodeadores era que dentro de poco cuatro de ellos se graduarían de Hogwarts… y todo, sería diferente.
. . .
La mañana del día siguiente el ambiente en Beauxbatons era totalmente deprimente, muchos de los alumnos se hundían en lamentables sollozos mientras se abrazaban con los amigos de otros colegios que habían hecho a lo largo del año, la despedida sin dudas sería muy triste; todos habían hecho muy buenos amigos a lo largo del año y algunos hasta incluso más que amistad.
Los merodeadores habían empacado ya sus cosas, Harry, Ginny, Ron y Hermione se habían ofrecido en llevar a los chicos en sus coches mágicos hasta Hogwarts, así que tenían que marcharse un poco antes que el resto si querían llegar temprano; Susan había recibido a Ronco esa mañana, quien le dejaba un mensaje de sus padres.
Los señores dicen que la verán en su graduación, también que les escribas cuando llegues a Hogwarts. –Hablaba serenamente.- también le pidieron a Ronco que le dijera que la aman mucho y esperan verla pronto.
Gracias por el recado Ronco, en vacaciones nos veremos seguido.
Ronco espera ansioso, -sonrió el elfo.- pero Ronco ya tiene que irse, ¡oh! Ronco saludar al señor Longbottom y a la señorita Lovegood antes de irse, si; hasta pronto señorita Susan.
¡Adiós Ronco, saludos! –le sonrió la chica, al verlo desaparecer.
¡Ho-hola! –le saludo alguien a su espalda y ella volteo a ver.
Ah, James… hola. –dijo incómodamente, a pesar de haber celebrado juntos la noche pasada, no habían vuelto a cruzar palabra desde lo ocurrido con la chica veela.
Necesito hablarte. –dijo decidido.
Lo sé, Albus me conto lo que paso. –Suspiro.- te diste cuenta de que eras un tonto, pero como siempre que lo haces… lo hiciste demasiado tarde.
Yo… bueno yo…
Pasaron tres meses James, me hiciste mucho daño y tardaste en darte cuenta. –Explico.- actuaste según tus impulsos y jamás me hablaste en busca de explicaciones.
Lo se…
Y ni siquiera fuiste capas de alejarte de esa chica, ¿tienes idea de cuánto me dolió eso?
De verdad yo…
¿Y qué hay de Ted? Por tu culpa Vic termino con el… ¡otra vez! Él no tiene la culpa de que seas tan idiota…
¡Lo sé! ¿Sí? ¡LO CIENTO! –Grito abrumado.- no era mi intención, fui un idiota y lo reconozco pero por favor escúchame Susan.
Bien. –finalizo mirándole fijamente.
Quizás estés cansada de oírme decir esto pero solo bese a esa chica y actué como un patán por despecho, estaba celoso y dolido… no debí creer eso de ti y Albus pero sabes como soy –gruño, enojado consigo mismo.- te pido perdón, sinceramente perdón por todo.
James…
Celoso y resentido, si así estaba porque creí tonterías pero… Susan mis disculpas son sinceras.
Lo se James, y las acepto.
¿De…de verdad?
¿Tan poca fe te tenías? –rio.
Es solo que no me lo merezco fui malo contigo. –explico apenado.
Sí, pero no soy rencorosa además estas siendo sincero conmigo.
¡Gracias! –Le abrazo sin dejarla terminar.- ¡Gracias de verdad yo…!
¿Qué haces? –le detuvo cuando él estuvo a punto de besarla.
¿Qué… hago? –pregunto confundido.
Creo que has entendido mal James, te perdone pero no dije nada de volver contigo.
¿Cómo dices? –Creía estar sordo, quizás había oído mal… ¿ella no quería ser más su novia?.- tu…t-tu no…
Lo ciento James, pero ya he tenido suficiente creo que no quiero más amores para mí, por ahora. –Dijo decidida.- solo sufro y me harte de eso.
Pe-pero yo puedo…
¿Cambiar? No lo sé James, en verdad ciento si entendiste mal pero yo no quiero ser tu novia. –Negó.- pero estoy dispuesta a ser tu amiga si así lo deseas.
¿Amigos? –pregunto aun sin creer lo que oía.
¡Sí!
Ah, bueno… amigos, claro me parece bien. Creo. –hizo una mueca que el hubiese querido que pareciera una sonrisa feliz, pero en realidad no lo estaba no se esperaba nada de esto.
Bueno sería mejor volver, o nos dejaran. –sonrió adelantándose.
Bueno será mejor volver, o nos dejaran. –sonrió adelantándose.
James la vio alejarse y pensó que ella tenía razón, había tardado demasiado y la había perdido, la había dejado ir tan fácilmente y la amargura comenzaba a invadirle; Susan no volvería a ser su novia nunca, y el futuro que el soñaba juntos se había desvanecido sin siquiera haber llegado. Miro el suelo un momento, pensó en que si ella estaba feliz él debía estar por ella, pero no era fácil; sonreír y fingir que te alegras por la felicidad de la persona que alguna vez amaste y dejaste ir. Suspiro completamente rendido y comenzó a caminar lentamente, era como si los pies se le pegaran al suelo y le costara moverlos… aquello era peor que superar las tres pruebas juntas… aquello dolía mucho más, que las veces anteriores.
¡James! –le llamo una chica, era Felicia.- aquí estas, te echare mucho de menos. –Dijo dándole un abrazo.- te deseo todo lo mejor amigo.
Gracias Feli, fue genial conocerte y-y te deseo lo mismo. –respondió con voz apagada, pero aun así logro sonreír.
Ven vamos a saludar a los demás. –dijo jalando de su brazo.
En el patio principal se encontraban centenares de alumnos abrazándose sonrientes y algunos totalmente empañados en lágrimas, los profesores también se saludaban y algunos hasta intercambiaban direcciones.
¡Puedes escribirme Luna! –le grito Scamander.
Si, ella no lo hará. –hablo Neville regañadientes.
¿Qué dijiste amor? –le pregunto ella sonriéndole.
Que extrañare a Ronco. –le sonrió también.
No puedo creer que tengamos que separarnos de ustedes. –chillo Dominique, abrazada a su novio.
Yo tampoco. –suspiro Skandar, mientras tomaba la mano de Lily quien lloraba en su hombro.
Bueno pero, podemos escribirnos. –intento verle el lado bueno mientras se secaba sus lágrimas.
Sí, es cierto. –comento Enrié.
¿Esto es el adiós? –pregunto la chica.
No, claro que no Sarah es… es un hasta pronto si, eso…
¿Intentas convencerme o convencerte?
Ambos. –admitió.
Albus, eres muy importante para mí y lo sabes.
Si, y tú para mi Sarah. –Dijo tomándole de las manos.- y no es un adiós, sé que el destino nos volverá a juntar.
¿Cuándo? –pregunto sin poder contenerse mucho, iba a llorar.
No lo sé… -susurro al verla mal.- pero lo ara y te prometo que estaremos juntos, nos casaremos, tendremos una familia…
¿No crees que sea muy apresurado todo eso?
Nunca. –Dijo secándole unas lágrimas rebeldes que se resbalaban por su rostro.- te extrañare.
Yo también. –lloro abrazándole y quedándose así con él, deseando que jamás tuvieran que separarse.
¡Oh esto es tan triste! –dijo Rose a su novio.- pobres todos, sobre todo Albus míralo…
Otra vez estará destrozado. –susurro Scorpius viendo a su amigo.
Oh Vic, mira es tu hermana.
El primer amor que tiene y debe dejarlo. –Chillo Victoire.- ¡tengo que ir a consolarla!
Hazlo cuando se despidan, creo que aún no quieren hacerlo. –le aconsejo.
Cierto.
Bueno: Potter, Weasley, Phelps y Lupin por aquí. –anuncio Hermione con voz demandante.
Hermione pareces McGonagall con ese tono.
¡Calla Ron! –Bramo.- ¡AHORA!
Dominique y Lily se despidieron e sus novios y se acercaron, Albus también se despidió de Sarah aunque verla llorando allí sola le había dolido tanto que hubiese preferido que su tía no los llamara aun, Viktor había venido a despedirse también y en cuestión de minutos los coches estaban listos.
Bien, escuche: James, Albus, Lily, Dominique, Ted y Susan; van con Harry y Ginny. –Informo.- Scorpius, Hugo, Fred, Rose, Victoire y Louis vienen con nosotros.
¿Tenemos que llevar a Malfoy?
¡Ronald compórtate!
Hay si solo bromeaba. –Se quejó.- vengan todos adentro.
Todos miraron por última vez al palacio de Beauxbatons y el barco de Durmstrang, todas las aventuras que habían tenido estaban llegando a su fin, los misterios que los merodeadores descubrieron, las amistades… todo, se quedaba aquí, en la aventura más grande que habían tenido. Miraron con anhelo a sus amigos cuando los coches ya se elevaban en el aire, era como dejar ir una parte importante de sus vidas que no regresaría más; el ambiente era neutro, era extraña, una forma de tristeza y felicidad.
En el auto de los Weasley-Granger las cosas iban un tanto normales para los chicos, Ron y Hermione no dejaban de discutir aunque siempre terminaban con un dulce beso.
¡Te dije que pusieras el detector anti-muggle, si un avión nos ve…!
Ya deja de gritarme mujer, ¡lo has hecho en todo el viaje de ida!
Y lo seguiré haciendo si no me haces caso. –gruño.
¿Pueden dejar de gritarse? Nos desconcentran. –ladro Hugo, quien estaba sentado junto a Freddie y miraban el interior de una caja.
¿Qué es eso que traen ahí? –pregunto Hermione.
Nada. –respondieron automáticamente al unísono.
Claro que sí, déjenme ver…. ¡Hugo Weasley! ¡Ahora! –ordeno.
Bien, es dinero ¿sí? Solo dinero. –bufo.
¿Y se puede saber de dónde sacaron todo ese dinero? –dijo con perplejidad.
Negocios tía, unos muy buenos negocios.
¡Oh! Son tan parecidos a sus tíos Fred y George. –Gruño.- ¿me dirás también que quieres trabajar en Sortilegios Weasley en vez de estudiar?
¡Ja! Ahí sí que matas no solo a tu madre, sino que también a la abuela Molly. –sonrió.
¡No es gracioso Ron!
Solo déjalos amor, no hacían nada malo.
Claro, -gruño cruzada de brazos.- al menos me quedas tu Rosie.
Yo si estudiare y tendré un trabajo digno mama. –le sonrió la pelirroja.
Bueno, ni tanto orgullo porque tiene ese novio suyo…
Ron, viene con nosotros. –le susurro apenada.
¿Ah sí?
Hola señor Weasley, es un gusto verlo. –sonrió el rubio.
¡Le da gusto verme! ¿Por qué le da gusto verme? –le susurro a su esposa y luego alzo la voz:- ¡espero hayas cuidado bien de mi hija Malfoy!
¡Papa! –se quejó la chica.
¿Qué? Solo me aseguro de que se aun buen pretendiente para mi nenita, no quisiera enterarme de que te hizo daño.
No lo hice señor, yo la amo y jamás le aria daño.
Si, el tono igual a tu padre, ¿Cómo está el viejo Draquito? –pregunto refunfuñando.
¡Ronald deja de ser grosero con Scorpius! Él ha demostrado ser muchísimo mejor persona, así que déjalos en paz.
Gracias mama. –sonrió.
…Si dividimos la mitad… -se oía decir a Freddie.
Ahora resulta que mi esposa también prefiere a un Malfoy.
¡Solo déjalos en paz! –Repitió.- prometiste no meterte.
…Bueno nos dejaría bastante ganancia…
A mí me cae muy bien mi cuñado papa… si es cierto Freddie… -continuo hablando con su primo.
¡Mi propio hijo! ¡Qué decepción! –Dramatizo.- ¡ya verás Hugo Weasley voy a desheredarte!
¿Tenemos una herencia? –Pregunto divertido.- igual, tengo mucho dinero ahora.
Tenías que ser sobrino de mis hermanos. –dijo regañadientes.
Yo estoy feliz, -comentó el pequeño Louis mirando por la ventana.- tuve mi primera gran aventura, ya quiero contársela a papa.
Le encantara oírla Louis. –le sonrió su hermana mayor.
¡Hogwarts es genial! Todos tenían razón, amo a mi colegio. –sonrió aún más.
Y a medida que crezcas las aventuras serán mayores, ya verás. –dijo Scorpius.
En eso estamos de acuerdo. –hablo Ron sonriéndole a su esposa, mientras recordaba sus años por el colegio.
¡No quisiera que el año terminara! –hizo una mueca.
Igual yo Louis… -suspiro Rose, recordando que sus amigas se graduarían.
Alejándonos unas millas más delante de aquel auto volador, se encontraba el de los Potter-Weasley, conducido por Harry quien intentaba animar a su hijo del medio; pero este parecía poco interesado en hablar.
James tampoco hablaba aunque si tenía el deseo de contarle a su padre lo que había pasado con Susan, Domi y Lily se hundían en un mar de lágrimas y Ginny intentaba consolarlas.
Teddy tampoco estaba muy feliz que digamos, ya que aún no se hablaba ni con James ni con Victoire; pero intentaba mantener una charla con Susan.
Entiendan chicas que la vida continua, quizás encuentren otras personas en Hogwarts a quienes amar. –les dijo Ginny.
Pe-pero Skandar era es-especial… -lloro en el hombro de su madre.
Tranquila cariño, sé que duele. –suspiro triste mientras también abrazaba a Dominique.
Ted, Albus y tú tampoco se ven muy bien, ¿me perdí de algo? –pregunto Harry a James que viajaba en el copiloto con él.
Si, -suspiro y susurro:- tengo que contarte mucho papa, pero lo are luego.
De acuerdo. –le sonrió.- ¿todo bien haya atrás?
Si señor Potter. –respondió Susan, quien había dejado de hablarle a Teddy.- bueno… eso creo.
Si eso. –hablo Ted con una mueca al ver a Albus.
Extrañare a Sarah… extraño a Sarah… -susurro con un hilo de voz.
¡Oh Albus! –Susan le había abrazado.
Creo que el mal de amores los afecto a todos. –comento Ginny.
Susan miro a través del espejo retrovisor a James, pero sintiéndose ligeramente triste por el ambiente en donde estaba, la desvió. No había sido un buen día, después de todo, decir adiós podía ser tan bueno como doloroso; y aunque aquellas amistades y amores no se olvidarían fácilmente, recordar también dolía.
Los merodeadores no solo debían decir adiós a Beauxbatons y a Durmstrang, cuatro de ellos dirían adiós a Hogwarts dentro de poco. ¿Habría tiempo para que sucediera algo más, hasta entonces?
Fin del Capitulo. :study:
x lo q en las noches en ves de escribir me duermo D: pero aca traje un capi q aunque no sea la gran cosa espero les guste :D
Ahora si, ¡Hola! ¿Que tal sus vidas? ¿Y sus dias? ñ___ñ ¡Feliz dia de San Valentin! :D espero hayan recivido cartas (? jaja
Pff yo no D: nadie me ama u.u pero sobrevivo (? jaja enserio perdon x el capi se q no es "WOW que capi O.O" pero es q mi mente anda totalmente poblada de mis de pensamientos y no se a cuales hacerles caso >.< jaja pero quiero terminar esta nove
De hecho quedan unos seis capis mas (creo) y acaba! no lo creoo!!! en fiin, ¡noveeeeee!
PD: Gracias a todas x aguantar tana tardanza y aun asi, comentar! :') Se las quiere mucho!! :hug:
PD2: Perdon si hay errores o esta escrito asi no mas, es q mi hermano molestaba y lo pase a la compu apurada :S ademas de q ni tiempo de leerlo para ver como quedo u.u
Season 3ª de Los Merodeadores | Capitulo 29 – El adiós:
Y la victoria es para… ¡HOGWARTS, SEÑORAS Y SEÑORES! –grito Greenwood.
Viktor apareció un tiempo después que los chicos y Felicia había llegado al tiempo que James le había oído gritar, ella no había podido con el encrejuto de cola explosiva y tuvo que renunciar antes de que la quemara viva; también ella como Viktor se acercaron con una sonrisa en el rostro a felicitar a los hermanos Potter.
James y Albus por su parte no daban más de felicidad, estaban emocionados puesto que se abrazaban y abrazaban a tanta gente que a ni sabían a quienes había visto y a quienes no, sus padres Harry y Ginny les llenaron de ovaciones y sus amigos e vítores; allí no se oía mas que los aplausos ensordecedores y luego de un momento, los chicos alzaron la copa lo más alto que pudieron.
¡Felicidades a Albus y James Potter, quienes se consagran ganadores del torneo de los tres (cuatro) magos! –grito el ministro francés.
¡Venga a festejar! –grito Ron Weasley a sus sobrinos.
¡Ronald! –Se quejó su esposa, Hermione Granger.- ¡festejar por ellos o a engullir comida?
¡Tú sí que me conoces Hermione, por eso te amo tanto! –y aunque su esposa se enojó ligeramente, termino besándole.
Eres un tonto. –le sonrió.
¡Mis bebes…!
¡Mama! –dijeron un tanto avergonzados.
¿Qué? ¿Acaso no puedo abrazarlos? –pregunto Ginny Weasley, a sus hijos.
Claro que si mama pero no somos bebes. –bufo su hijo mayor.
Estoy tan orgulloso de ustedes, lo lograron y juntos. –les sonrió Harry mientras los abrazaba, Lily también se les había unido.
¡Señor Potter, una foto!
Los cinco posaron para la fotografía que seguramente saldría en algún periódico.
Luego de que todos se fueran del capo de juego regresaron al castillo de Beauxbatons, en donde como era de esperarse, prosiguió la fiesta con un gran banquete y Teddy tanto como Susan a pesar de estar enojados con James celebraron con el su victoria, Victoire a pesar de no hablarle a Ted esta vez al menos le sonreía de vez en cuando. Al parecer no solo era un gran día para los campeones, todos estaban felices incluyendo a los alumnos de los colegios competentes; Albus se acercó a Sarah quien bebía un jugo.
De calabaza, creo que lo extrañare cuando se vayan. –le dijo mostrándole el vaso.
Sabía que te gustaría.
Y no es lo único que extrañare o que me gusta. –le dijo mirándole a los ojos.
¿Sí? –se sintió tonto por no haber dicho algo mas pero a Sarah no pareció molestarle, conocía la timidez de Albus y le parecía tierno.
Voy a extrañarte Albus, no quisiera que te fueras. –confeso con una sonrisa apagada mientras dejaba su bebida a un lado.
Yo también… te extrañare, Sarah. –dijo nervioso.
Pero, te… te daré algo para que-que me recuerdes, ¿sí? Y espero te guste. –suspiro.
Bueno si viene de ti, estoy seguro de que…
Pero ella no le dejo terminar la frase, en ese momento se había acercado para besarle y aunque Albus no se lo esperaba le había gustado; sentir sus labios sobre los de ella por primera vez era increíble, volvía a sentir esa sensación de cosquillas en el estómago, que el corazón le latía a mil por hora y que no quería alejarse de ella nunca. Era oficial, estaba enamorado pero para su desgracia terminaría antes de comenzar, el volvería la mañana siguiente a Hogwarts en Gran Bretaña; y no volvería a verla.
Entonces pensó que la vida amorosa era demasiado injusta para él, enamorarse y no poder vivirlo por culpa de una distancia… se separó de ella pero no supo que decirle, abrió la boca varias veces y antes de que pudiera articular alguna palabra ella le dio un beso más, pero corto.
Te qui…e…ro… -le susurro.
Te quiero Albus. –sonrió tras haber oído aquellas palabras.
La fiesta continuo por unas horas más hasta que McGonagall, Maxime, Fitz y Hermione comenzaron a decirles severamente a los alumnos que ya era muy tarde y debían irse a la cama; rezagados pero aun felices decidieron obedecer y uno por uno se fueron marchando, mañana cada colegio seguiría su camino, y lo que les preocupaba a nuestros merodeadores era que dentro de poco cuatro de ellos se graduarían de Hogwarts… y todo, sería diferente.
. . .
La mañana del día siguiente el ambiente en Beauxbatons era totalmente deprimente, muchos de los alumnos se hundían en lamentables sollozos mientras se abrazaban con los amigos de otros colegios que habían hecho a lo largo del año, la despedida sin dudas sería muy triste; todos habían hecho muy buenos amigos a lo largo del año y algunos hasta incluso más que amistad.
Los merodeadores habían empacado ya sus cosas, Harry, Ginny, Ron y Hermione se habían ofrecido en llevar a los chicos en sus coches mágicos hasta Hogwarts, así que tenían que marcharse un poco antes que el resto si querían llegar temprano; Susan había recibido a Ronco esa mañana, quien le dejaba un mensaje de sus padres.
Los señores dicen que la verán en su graduación, también que les escribas cuando llegues a Hogwarts. –Hablaba serenamente.- también le pidieron a Ronco que le dijera que la aman mucho y esperan verla pronto.
Gracias por el recado Ronco, en vacaciones nos veremos seguido.
Ronco espera ansioso, -sonrió el elfo.- pero Ronco ya tiene que irse, ¡oh! Ronco saludar al señor Longbottom y a la señorita Lovegood antes de irse, si; hasta pronto señorita Susan.
¡Adiós Ronco, saludos! –le sonrió la chica, al verlo desaparecer.
¡Ho-hola! –le saludo alguien a su espalda y ella volteo a ver.
Ah, James… hola. –dijo incómodamente, a pesar de haber celebrado juntos la noche pasada, no habían vuelto a cruzar palabra desde lo ocurrido con la chica veela.
Necesito hablarte. –dijo decidido.
Lo sé, Albus me conto lo que paso. –Suspiro.- te diste cuenta de que eras un tonto, pero como siempre que lo haces… lo hiciste demasiado tarde.
Yo… bueno yo…
Pasaron tres meses James, me hiciste mucho daño y tardaste en darte cuenta. –Explico.- actuaste según tus impulsos y jamás me hablaste en busca de explicaciones.
Lo se…
Y ni siquiera fuiste capas de alejarte de esa chica, ¿tienes idea de cuánto me dolió eso?
De verdad yo…
¿Y qué hay de Ted? Por tu culpa Vic termino con el… ¡otra vez! Él no tiene la culpa de que seas tan idiota…
¡Lo sé! ¿Sí? ¡LO CIENTO! –Grito abrumado.- no era mi intención, fui un idiota y lo reconozco pero por favor escúchame Susan.
Bien. –finalizo mirándole fijamente.
Quizás estés cansada de oírme decir esto pero solo bese a esa chica y actué como un patán por despecho, estaba celoso y dolido… no debí creer eso de ti y Albus pero sabes como soy –gruño, enojado consigo mismo.- te pido perdón, sinceramente perdón por todo.
James…
Celoso y resentido, si así estaba porque creí tonterías pero… Susan mis disculpas son sinceras.
Lo se James, y las acepto.
¿De…de verdad?
¿Tan poca fe te tenías? –rio.
Es solo que no me lo merezco fui malo contigo. –explico apenado.
Sí, pero no soy rencorosa además estas siendo sincero conmigo.
¡Gracias! –Le abrazo sin dejarla terminar.- ¡Gracias de verdad yo…!
¿Qué haces? –le detuvo cuando él estuvo a punto de besarla.
¿Qué… hago? –pregunto confundido.
Creo que has entendido mal James, te perdone pero no dije nada de volver contigo.
¿Cómo dices? –Creía estar sordo, quizás había oído mal… ¿ella no quería ser más su novia?.- tu…t-tu no…
Lo ciento James, pero ya he tenido suficiente creo que no quiero más amores para mí, por ahora. –Dijo decidida.- solo sufro y me harte de eso.
Pe-pero yo puedo…
¿Cambiar? No lo sé James, en verdad ciento si entendiste mal pero yo no quiero ser tu novia. –Negó.- pero estoy dispuesta a ser tu amiga si así lo deseas.
¿Amigos? –pregunto aun sin creer lo que oía.
¡Sí!
Ah, bueno… amigos, claro me parece bien. Creo. –hizo una mueca que el hubiese querido que pareciera una sonrisa feliz, pero en realidad no lo estaba no se esperaba nada de esto.
Bueno sería mejor volver, o nos dejaran. –sonrió adelantándose.
Bueno será mejor volver, o nos dejaran. –sonrió adelantándose.
James la vio alejarse y pensó que ella tenía razón, había tardado demasiado y la había perdido, la había dejado ir tan fácilmente y la amargura comenzaba a invadirle; Susan no volvería a ser su novia nunca, y el futuro que el soñaba juntos se había desvanecido sin siquiera haber llegado. Miro el suelo un momento, pensó en que si ella estaba feliz él debía estar por ella, pero no era fácil; sonreír y fingir que te alegras por la felicidad de la persona que alguna vez amaste y dejaste ir. Suspiro completamente rendido y comenzó a caminar lentamente, era como si los pies se le pegaran al suelo y le costara moverlos… aquello era peor que superar las tres pruebas juntas… aquello dolía mucho más, que las veces anteriores.
¡James! –le llamo una chica, era Felicia.- aquí estas, te echare mucho de menos. –Dijo dándole un abrazo.- te deseo todo lo mejor amigo.
Gracias Feli, fue genial conocerte y-y te deseo lo mismo. –respondió con voz apagada, pero aun así logro sonreír.
Ven vamos a saludar a los demás. –dijo jalando de su brazo.
En el patio principal se encontraban centenares de alumnos abrazándose sonrientes y algunos totalmente empañados en lágrimas, los profesores también se saludaban y algunos hasta intercambiaban direcciones.
¡Puedes escribirme Luna! –le grito Scamander.
Si, ella no lo hará. –hablo Neville regañadientes.
¿Qué dijiste amor? –le pregunto ella sonriéndole.
Que extrañare a Ronco. –le sonrió también.
No puedo creer que tengamos que separarnos de ustedes. –chillo Dominique, abrazada a su novio.
Yo tampoco. –suspiro Skandar, mientras tomaba la mano de Lily quien lloraba en su hombro.
Bueno pero, podemos escribirnos. –intento verle el lado bueno mientras se secaba sus lágrimas.
Sí, es cierto. –comento Enrié.
¿Esto es el adiós? –pregunto la chica.
No, claro que no Sarah es… es un hasta pronto si, eso…
¿Intentas convencerme o convencerte?
Ambos. –admitió.
Albus, eres muy importante para mí y lo sabes.
Si, y tú para mi Sarah. –Dijo tomándole de las manos.- y no es un adiós, sé que el destino nos volverá a juntar.
¿Cuándo? –pregunto sin poder contenerse mucho, iba a llorar.
No lo sé… -susurro al verla mal.- pero lo ara y te prometo que estaremos juntos, nos casaremos, tendremos una familia…
¿No crees que sea muy apresurado todo eso?
Nunca. –Dijo secándole unas lágrimas rebeldes que se resbalaban por su rostro.- te extrañare.
Yo también. –lloro abrazándole y quedándose así con él, deseando que jamás tuvieran que separarse.
¡Oh esto es tan triste! –dijo Rose a su novio.- pobres todos, sobre todo Albus míralo…
Otra vez estará destrozado. –susurro Scorpius viendo a su amigo.
Oh Vic, mira es tu hermana.
El primer amor que tiene y debe dejarlo. –Chillo Victoire.- ¡tengo que ir a consolarla!
Hazlo cuando se despidan, creo que aún no quieren hacerlo. –le aconsejo.
Cierto.
Bueno: Potter, Weasley, Phelps y Lupin por aquí. –anuncio Hermione con voz demandante.
Hermione pareces McGonagall con ese tono.
¡Calla Ron! –Bramo.- ¡AHORA!
Dominique y Lily se despidieron e sus novios y se acercaron, Albus también se despidió de Sarah aunque verla llorando allí sola le había dolido tanto que hubiese preferido que su tía no los llamara aun, Viktor había venido a despedirse también y en cuestión de minutos los coches estaban listos.
Bien, escuche: James, Albus, Lily, Dominique, Ted y Susan; van con Harry y Ginny. –Informo.- Scorpius, Hugo, Fred, Rose, Victoire y Louis vienen con nosotros.
¿Tenemos que llevar a Malfoy?
¡Ronald compórtate!
Hay si solo bromeaba. –Se quejó.- vengan todos adentro.
Todos miraron por última vez al palacio de Beauxbatons y el barco de Durmstrang, todas las aventuras que habían tenido estaban llegando a su fin, los misterios que los merodeadores descubrieron, las amistades… todo, se quedaba aquí, en la aventura más grande que habían tenido. Miraron con anhelo a sus amigos cuando los coches ya se elevaban en el aire, era como dejar ir una parte importante de sus vidas que no regresaría más; el ambiente era neutro, era extraña, una forma de tristeza y felicidad.
En el auto de los Weasley-Granger las cosas iban un tanto normales para los chicos, Ron y Hermione no dejaban de discutir aunque siempre terminaban con un dulce beso.
¡Te dije que pusieras el detector anti-muggle, si un avión nos ve…!
Ya deja de gritarme mujer, ¡lo has hecho en todo el viaje de ida!
Y lo seguiré haciendo si no me haces caso. –gruño.
¿Pueden dejar de gritarse? Nos desconcentran. –ladro Hugo, quien estaba sentado junto a Freddie y miraban el interior de una caja.
¿Qué es eso que traen ahí? –pregunto Hermione.
Nada. –respondieron automáticamente al unísono.
Claro que sí, déjenme ver…. ¡Hugo Weasley! ¡Ahora! –ordeno.
Bien, es dinero ¿sí? Solo dinero. –bufo.
¿Y se puede saber de dónde sacaron todo ese dinero? –dijo con perplejidad.
Negocios tía, unos muy buenos negocios.
¡Oh! Son tan parecidos a sus tíos Fred y George. –Gruño.- ¿me dirás también que quieres trabajar en Sortilegios Weasley en vez de estudiar?
¡Ja! Ahí sí que matas no solo a tu madre, sino que también a la abuela Molly. –sonrió.
¡No es gracioso Ron!
Solo déjalos amor, no hacían nada malo.
Claro, -gruño cruzada de brazos.- al menos me quedas tu Rosie.
Yo si estudiare y tendré un trabajo digno mama. –le sonrió la pelirroja.
Bueno, ni tanto orgullo porque tiene ese novio suyo…
Ron, viene con nosotros. –le susurro apenada.
¿Ah sí?
Hola señor Weasley, es un gusto verlo. –sonrió el rubio.
¡Le da gusto verme! ¿Por qué le da gusto verme? –le susurro a su esposa y luego alzo la voz:- ¡espero hayas cuidado bien de mi hija Malfoy!
¡Papa! –se quejó la chica.
¿Qué? Solo me aseguro de que se aun buen pretendiente para mi nenita, no quisiera enterarme de que te hizo daño.
No lo hice señor, yo la amo y jamás le aria daño.
Si, el tono igual a tu padre, ¿Cómo está el viejo Draquito? –pregunto refunfuñando.
¡Ronald deja de ser grosero con Scorpius! Él ha demostrado ser muchísimo mejor persona, así que déjalos en paz.
Gracias mama. –sonrió.
…Si dividimos la mitad… -se oía decir a Freddie.
Ahora resulta que mi esposa también prefiere a un Malfoy.
¡Solo déjalos en paz! –Repitió.- prometiste no meterte.
…Bueno nos dejaría bastante ganancia…
A mí me cae muy bien mi cuñado papa… si es cierto Freddie… -continuo hablando con su primo.
¡Mi propio hijo! ¡Qué decepción! –Dramatizo.- ¡ya verás Hugo Weasley voy a desheredarte!
¿Tenemos una herencia? –Pregunto divertido.- igual, tengo mucho dinero ahora.
Tenías que ser sobrino de mis hermanos. –dijo regañadientes.
Yo estoy feliz, -comentó el pequeño Louis mirando por la ventana.- tuve mi primera gran aventura, ya quiero contársela a papa.
Le encantara oírla Louis. –le sonrió su hermana mayor.
¡Hogwarts es genial! Todos tenían razón, amo a mi colegio. –sonrió aún más.
Y a medida que crezcas las aventuras serán mayores, ya verás. –dijo Scorpius.
En eso estamos de acuerdo. –hablo Ron sonriéndole a su esposa, mientras recordaba sus años por el colegio.
¡No quisiera que el año terminara! –hizo una mueca.
Igual yo Louis… -suspiro Rose, recordando que sus amigas se graduarían.
Alejándonos unas millas más delante de aquel auto volador, se encontraba el de los Potter-Weasley, conducido por Harry quien intentaba animar a su hijo del medio; pero este parecía poco interesado en hablar.
James tampoco hablaba aunque si tenía el deseo de contarle a su padre lo que había pasado con Susan, Domi y Lily se hundían en un mar de lágrimas y Ginny intentaba consolarlas.
Teddy tampoco estaba muy feliz que digamos, ya que aún no se hablaba ni con James ni con Victoire; pero intentaba mantener una charla con Susan.
Entiendan chicas que la vida continua, quizás encuentren otras personas en Hogwarts a quienes amar. –les dijo Ginny.
Pe-pero Skandar era es-especial… -lloro en el hombro de su madre.
Tranquila cariño, sé que duele. –suspiro triste mientras también abrazaba a Dominique.
Ted, Albus y tú tampoco se ven muy bien, ¿me perdí de algo? –pregunto Harry a James que viajaba en el copiloto con él.
Si, -suspiro y susurro:- tengo que contarte mucho papa, pero lo are luego.
De acuerdo. –le sonrió.- ¿todo bien haya atrás?
Si señor Potter. –respondió Susan, quien había dejado de hablarle a Teddy.- bueno… eso creo.
Si eso. –hablo Ted con una mueca al ver a Albus.
Extrañare a Sarah… extraño a Sarah… -susurro con un hilo de voz.
¡Oh Albus! –Susan le había abrazado.
Creo que el mal de amores los afecto a todos. –comento Ginny.
Susan miro a través del espejo retrovisor a James, pero sintiéndose ligeramente triste por el ambiente en donde estaba, la desvió. No había sido un buen día, después de todo, decir adiós podía ser tan bueno como doloroso; y aunque aquellas amistades y amores no se olvidarían fácilmente, recordar también dolía.
Los merodeadores no solo debían decir adiós a Beauxbatons y a Durmstrang, cuatro de ellos dirían adiós a Hogwarts dentro de poco. ¿Habría tiempo para que sucediera algo más, hasta entonces?
Fin del Capitulo. :study:
TheGirlImpossible
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
No lo creo no lo creo ! D: Me senti muy mal cuando Susan le dijo que no volveria a ser su novia :S y la verdad es que por una parte esta bien pero por otra no :( Me da mucha pena que la historia de James y Susan terminaran asi! D: ojala que se reenconsilien :/
teddy! pobrecito! Ojala Susan la convensa a Vic de lo que en verdad paso u.u Ellos dos si se deben otra oportunidad!
Oh pobre Albus :( es muy injusto que le pasara algo asi cuando estaba tan bien con Sarah! ojala que en algun futuro se encuentren y puedan casarse y tener una familia como el desea :D
Ay Lily, Dominique! lastima que se tengan que separar de sus novios u.u que bueno que harry no sea un padre celoso y deje que su hija llore en paz por su novio xD
Por cierto Ronald Weasly! -.-' Santo cielos, ¿Sigue contra Scorpius? Que deje a mi hijo en paz u.u ( en mi mente soy la esposa de draco(? xD y si Muerte a Astoria Greengras. xD )
SEIS CAPIS Y FIN?! como voy a extrañar la novela! ay dios voy a llorar como nunca cuando termine :( es mas me la voy a reeleer :D pero va a tener un fin :(
Amo tu novela May! sabelo :3 jajajajaja
Y yo tampoco recibi cartas pero la pase genial con mis amigos jugando a unos juegos xD Gracias por el hermoso cap! te quedo expectacular!
Seguila cuando puedas :D
Atte; Kande :3
teddy! pobrecito! Ojala Susan la convensa a Vic de lo que en verdad paso u.u Ellos dos si se deben otra oportunidad!
Oh pobre Albus :( es muy injusto que le pasara algo asi cuando estaba tan bien con Sarah! ojala que en algun futuro se encuentren y puedan casarse y tener una familia como el desea :D
Ay Lily, Dominique! lastima que se tengan que separar de sus novios u.u que bueno que harry no sea un padre celoso y deje que su hija llore en paz por su novio xD
Por cierto Ronald Weasly! -.-' Santo cielos, ¿Sigue contra Scorpius? Que deje a mi hijo en paz u.u ( en mi mente soy la esposa de draco(? xD y si Muerte a Astoria Greengras. xD )
SEIS CAPIS Y FIN?! como voy a extrañar la novela! ay dios voy a llorar como nunca cuando termine :( es mas me la voy a reeleer :D pero va a tener un fin :(
Amo tu novela May! sabelo :3 jajajajaja
Y yo tampoco recibi cartas pero la pase genial con mis amigos jugando a unos juegos xD Gracias por el hermoso cap! te quedo expectacular!
Seguila cuando puedas :D
Atte; Kande :3
Jaeger.
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Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
Me encanto!
No se pueden marchar de HOgwarts!!!
Tiene que suceder algo mas!!
Aaah!
Amo la nove!!
SIguela!
Bss
No se pueden marchar de HOgwarts!!!
Tiene que suceder algo mas!!
Aaah!
Amo la nove!!
SIguela!
Bss
Thalassa Deméter.
Re: Los Merodeadores & El Torneo de los Tres Magos -James Sirius Potter & Tu en Hogwarts
MAAAAY! DE VERDAAD YA SE VAA AA ACAABAR?,, muerooo, en serioo, no es posiblee, comoo amoo estaa novee, además, los adios nuncaa son faaciles, y Susan y James yaa no estaan juntoos? Tampocoo Vic & Teed? Que pasoo? Que see reconcilieen, y Albus y yoo... ? Eso es todooo ? Nos casaaremoss? lksjdfsdza, Tieneees que seguirlaa, no me puedes dejar con la intriga, el sufrimientoo y todoo es junto... Siguelaaa!! (:
SaarahMaalikStyles{#}
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