"Friends, Lovers Or Nothing" (Zayn Malik) TERMINADA

-Aldi! Cómo te fue en tu primer día?.- Preguntó sonriéndome.
-Bien, para ser el primer día de clases.- sonrió. Miré por unos segundos el auto que yacía a su lado. –Y esto? Qué es?.- pregunté maravillada.
-Es un… regalo de mis padres. Necesitaba algo con lo que viajar a la Universidad, y hoy me despertaron con esta gran sorpresa.- Sonreí. - Querés que vayamos a dar una vuelta?.- Preguntó enarcando una ceja. Me llené de emoción.
-Me encantaría!.- dije casi saltando de la alegría. Di media vuelta, y sin dudarlo dos veces, nos subimos al auto.
-Wow, es hermoso… y re espacioso!- dije riendo mientras entraba en el vehículo. Los asientos, relucientes de un color negro opaco, todo bien limpio. Una pequeña cruz de plata colgaba del espejito en forma decoración.
-Es re grande… las cosas que se puede hacer acá adentro!.- dijo riendo mientras me guiñaba el ojo. Me quedé pensando unos segundos… se estaría refiriendo a lo que yo pensaba? Se refería a ESO? Decidí apartar ese pensamiento de mi cabeza, para luego sonreír tímidamente.
-Y a dónde vamos?.- pregunté intrigada.
-Por ser tu primer día, te voy a llevar a almorzar.- Di gracias al cielo por tenerlo a Zayn a mi lado… Él me alegraba la vida.
Puso en marcha el auto, y nos dirigimos al Mc Donald’s más cercano. Se bajó del auto, y yo imité su acción. Caminamos unos pocos pasos, y entramos.
-Qué vas a pedir?.- preguntó sonriente mientras hacíamos la cola en la caja.
-No estoy segura, no tengo mucha hambre…- Dije casi distraída.
-Aldi, que te sucede?.-
-Nada.-
-Te conozco… hay algo que no está bien.-
-Zayn, está todo bien, nada más estoy cansada.- dije sonriendo débilmente. – Fui yo la que me levanté temprano para ir al colegio, no vos.- dije casi riendo. En realidad ese no era el motivo por el cual estaba rara, sino porque había visto la triste cara de mi ex amigo, Liam. Pero no quería decírselo. No le iba a mentir, solamente le iba a ocultar ese pequeño detalle.
Él sonrió, y me tomó delicadamente por la cintura. Me beso suavemente la mejilla, cosa que me hizo sonreír.
-Esta bien Aldi, no pasa nada… - Dijo mirándome a los ojos de la manera más tierna que él podía hacer. –Yo me voy a pedir un doble cuarto de libra con queso, estoy muriéndome de hambre… Vos que vas a pedir?.- Solamente sonreí.
-Pedime unos nuggets de pollo con una papas fritas.- dije sonriendo.
Al cabo de unos minutos, nos entregaron la comida, y fuimos directo a sentarnos en una de las mesitas contra la ventana.
-Así que no hubo ningún problema?.-
-Ni uno solo.- dije sonriente.
-Liam te habló?.- Maldije para mis adentros
-No, ni siquiera me saludó.- intenté poner mi mejor cara y no demostrar tristeza, de lo contrario tendría problemas…
-Es un idiota.-
-Lo sé, pero no hablemos de él ahora..- dije para cambiar de tema. De verdad no quería hablar de eso. -Cuándo empezas la universidad?- pregunté.
-La semana que viene. Hoy por la mañana fui a entregar todos los papeles, y ya estoy inscripto!.- dijo. Pude ver cómo se le iluminaba la cara al hablar de su futuro. Quería ser profesor de Inglés, era algo que de verdad le gustaba.
-Qué bueno! Me alegro mucho por vos.- dije mostrándole una gran sonrisa.-
-Para, todavía no te dije la mejor parte.- hizo una pausa para hacer un poco de suspenso.
-Y que estás esperando?.- pregunté divertida.
-A la salida de la universidad, me encontré con Harry, el novio de Mari, que estaba entrando. Vamos a ir a la misma universidad! - La alegría me invadió. Nada era más perfecto. Él chico al que amaba, iba a estudiar con alguien que ya conocíamos, que a la vez era el “amigo con derechos” de mi mejor amiga. Sonreí.
Después de largos minutos hablando, terminamos la comida, y volvimos a casa.

La primera semana de escuela no fue muy diferente al primer día. Liam todavía no me dirigía la palabra, y eso en verdad me ponía mal. No porque siguiera sintiendo algo por él, de eso estaba segura que no. Me dolía el hecho de que era mi amigo, compartíamos todo. Yo sabía cada uno de sus más guardados secretos… Lo extrañaba. Desde sus abrazos, sus sonrisas, su todo.
-Aldi, estas bien?.- Me preguntó Barbi, al notarme un poco distraída en la puerta de la escuela, mientras esperaba que mi mamá me venga a buscar.
-Estoy preocupada…-
-Liam?.- Asentí. – Dale tiempo, es de ablandarse rápido. Vas a ver cómo en menos de un mes se van a estar hablando de nuevo.- Sonreí. Sus palabras siempre me alegraban el día. La abracé.
-Gracias, siempre tenés las palabras justas para hacerme sonreír.-
-No es por nada, para que están las amigas sino?.- Ambas sonreímos.
La bocina de un auto me hizo saber que mi mamá ya había llegado. Me despedí de la morena, tomé mi bolso, y subí al auto.
-Hola má.- dije saludándola con un beso en la mejilla.
-Hola Aldi, cómo te fue?.-
-Bien, estoy un poco cansada…- No iba a decirle ni una palabra de Liam.
-Bueno, no te preocupes, ya es viernes!.- Suspiré y asentí sonriente. –Antes que me olvide, te llamó Mari. Dice que la llames apenas llegues.-
-Okey.- Me bajé del auto, y entré a casa, mientras mi mamá siguió camino al supermercado.
Dejé mi mochila sobre el sillón del living, y me saqué el tan molesto uniforme. Tomé una musculosa color uva y un short de jean, y me cambié. Tomé mi celular, y marqué el número de Mariana.
-Hola?.- Preguntó.
-Mari! Cómo estuvo tu primera semana de clases?.- pregunté feliz al escucharla. Las chicas iban todas a distintas escuelas, nos conocíamos por las clases de patín.
-Aldi! Qué bueno escucharte! Te llamé!.-
-Ya sé, ya sé, me dijo mi mamá, por algo te estoy llamando.- Mari rió.
-Mi primera semana? … como cualquier primera semana, HORRIBLE. Y pensar que faltan 9 meses para las vacaciones de verano.-
-Huy, no me hagas acordar, por favor!.- dije divertida. Ambas reímos.
-Escucha, te llamaba porque hoy hago dormida en my house. Esta invitada toda la banda!-
-Buenísimo, a que hora voy?.-
-Vení tipo 7… Las chicas vienen a esa hora.-
-Dale, nos vemos Mari! Cuidate amiga.-
-Chau, un besito.- Colgué el teléfono. Esa noche me divertiría como nunca en mucho tiempo…
Luego de almorzar, dormí una siesta para juntar las energías que había gastado durante la semana, y cerca de las 7, tomé una ducha. Me preparé, y me fui hasta lo de mi amiga.
Apenas llegué, dejé las cosas en su habitación, y bajamos a la cocina a buscar el imán que estaba pegado a la heladera con el número de la pizzería, y nos sentamos en los sillones del living a esperar la comida, mientras hablabamos de la aburrida primera semana de clases, hasta que llegó el chico del delivery. Mari pagó, y las 5 subimos a la habitación.
-Me guardé el mejor momento para contarles algo.- Dijo la anfitriona de la fiesta sentandose en el suelo mientras habría la caja de cartón que contenía la deliciosa pizza de muzzarella y orégano.
-Bueno, si no queres matarnos de la intriga, será mejor que hables ahora.- dijo divertida Liz, mientras tomaba una porción.
-Dale Mari, contá.- Decía Nini.
-Chicas, paren de hablar, y déjenla que cuente!.- Agregó Belu.
-Mari, podés empezar?.- Dije divertida. Ella solamente sonreía
-Bueno, acá les cuento, Pero no me interrumpan hasta que termine de hablar!.- Mari suspiró, y comenzó.

“Había estado saliendo con Harry desde aquel día en que me invitó la primera vez, cuando nos conocimos en el viaje. Luego de que descubrimos que vivíamos en el mismo lugar, ambos supinos que había chances de que existiera algo más que solo una amistad con ciertos derechos entre nosotros, pero por ese entonces, nos dedicamos a vivir el momento.
Ahora, cualquiera que nos viera y no supiera la historia completa, tranquilamente podría suponer que somos novios, puesto que nos tratamos como tales pero nunca formalizamos nuestra relación y, a decir verdad, no creía que alguna vez fuésemos a hacerlo; no veía a Hazza con aspecto de chico convencional. El era de esas personas que hacen todo a su manera, sin importarles lo que piensen los demás de ellos, o al menos eso aparentaba, porque cuando lo conocés a fondo te das cuenta lo sensible que es.
Supuestamente ayer cumplíamos 15 días de lo que sea que fuese nuestra relación, así que para hacer que el día fuese especial, decidimos celebrarlo a nuestro modo, libre de formalidades disfrutando juntos unos frapuccinos chocolate creme en Starbucks. Mi “no novio” pasó por mí en su auto cerca de las 2 de la tarde para dirigirnos juntos a la cafetería. Hasta ese momento todo iba absolutamente normal; me saludó con sus siempre tan apasionados besos, que a decir verdad, parecían de telenovela mexicana y no estaban a tono con la hora del día, pero bueno, yo lo amaba a su manera. Acto seguido subimos a su Audi A5 y salimos a recorrer los 30 minutos que nos separaban de nuestro destino. Durante el viaje, fuimos hablando de cualquier cosa que no tuviera sentido, así éramos nosotros, cantábamos a los gritos las canciones que pasaban por la radio y el reía ante mi desafinadísima voz.
Al llegar al lugar, que debo aclarar estaba más abarrotado de gente que Macy’s en época de liquidación, Harry se negó a que yo hiciera la larga fila para ordenar con la excusa de que buscara una mesa y la guardara. Lógicamente no pude negarme, era muy insistente cuando se le cruzaba una idea en la cabeza; pero me enamoraba el hecho de que fuese tan sobreprotector.
Luego de esperarlo por los 20 minutos más largos de mi vida, por fin llegó con dos frapuccinos tamaño venti y un muffin de chocolate con chips en las manos. Se sentó enfrente mío al tiempo que me pasaba mi bebida mientras cortaba el panecillo en dos y me daba la mitad más grande. Nuevamente, reanudamos nuestra extraña conversación, ahora debatiendo la existencia de los aliens y las posibilidades de avistar al Yeti cuando escalás el Everest.
-¿Te diste cuenta que el 99% de nuestras conversaciones no son sobre temas con algún sentido lógico?- pregunté riendo al tiempo que daba un sorbo de la espesa sustancia chocolatosa. Noté que se quedó callado unos segundos mirando la mesa, como pensando en qué responder. No le había hecho una pregunta muy complicada ni de vida o muerte…¿qué le pasaba?
-Bueno, em...siempre hay una primera vez. Podríamos hablar en serio ahora. Dijo mirándome a los ojos de una forma que nunca había visto antes. Su mirada expresaba ternura pero a la vez algo de tensión y…¿miedo?
-Seguro, pero sacá vos el tema de debate, porque me dejaste un tanto desorientada. Aahaha – me fui imposible disimular el nerviosismo de mi risa.
-Uff, está bien. Bueno, emmm, no sé cómo decir esto. Llevamos saliendo bastante sin saber qué somos, y creo que ya es tiempo de aclarar las cosas. Yo no te veo solamente como una amiga “especial”; para mí sos más que eso. Quiero poder salir a la calle y decirle a todo el que pase por al lado tuyo que sos mía, que logré ganarme un lugar en tu corazón. No quiero tener que mentir más cuando la gente nos pregunte si estamos saliendo y nosotros respondemos con un “solamente somos amigos”. Quiero que hoy a la noche, cuando regrese a casa pueda decirle a mi familia que mañana les presentaré a mi novia. Así que me voy a dejar de rollos y te lo voy a preguntar, en caso de que no te hayas dado cuenta a qué me refiero, cosa que dudo, ya que sos muy inteligente y yo muy obvio. Mari..¿te gustaría ser mi novia?
Lógicamente y sin poder contener las ganas de llorar acepté y mañana a las 3.10 de la tarde cumplimos oficialmente tres días”
Y esas fueron las últimas palabras que pronunció mi amiga al contar su “mágica”, según ella, historia de amor.
-Qué romántico.- agregó Nini. Todas sonreímos.
-Me pone muy feliz lo tuyo, amiga.- La abracé muy fuerte.
A continuación el pijama party continuó con ahora 4 amigas emocionadas por la historia de la quinta, y cada quien contó las últimas novedades de su vida amorosa. Más tarde, terminamos de comer la pizza ahora medio fría que había sobrado de la cena y decidimos jugar al Tutti Frutti, juego en el cual puedo decir con orgullo que gané. Posteriormente jugamos un rato a las cartas, pero como nos aburrimos decidimos ver una película que, si me preguntan, no sé como terminó porque me dormí cerca de la mitad.

Sentí cómo mi celular sonaba desde la otra punta de la habitación. Aún media dormida, me levanté rápido de la cama, y lo tomé.
-Hola?.- pregunté sin mirar siquiera quien llamaba.
-Mi amor, buen día…- Su dulce voz hizo que me despertara un poco más.
-Hola Zayn, me despertaste.- Dije sonriendo. Aunque claro, él no lo notó, puesto a que estabamos hablando por teléfono.
-Sí, me di cuenta, tenés la voz apagada… Qué hacías durmiendo? Son casi las 11 de la mañana!.-
-Y?.- pregunté de mala gana.- Es domingo.-
-Sí, pero están por ir todos tus parientes a festejar el cumple de tu papá, y vos estas acostada. Tendrías que estar ayudando a tu madre con la comida.-
-Ahora me das órdenes?.- pregunté divertida.- Okey, okey, tenés razón… Pero querés venir a ayudarme? Sola me aburro!.- Sentí cómo se reía detrás del tubo.
-Bueno, dale, en un ratito voy para allá.-
-Te quedás a comer, no? Lo hablamos el otro día. Además, toda mi familia te quiere conocer.-
-Sí, recuerdo que lo hablamos bien.- dijo. – Bueno mi amor, te dejo. Me tengo que poner lindo para conocer a tu familia entera.-
-No necesitas ponerte lindo, ya lo sos.- Dije. Y tenía razón, era hermoso.
-Vos sos hermosa.- dijo. Me hizo ruborizar. -Nos vemos en unos minutos, Te quiero!.-
-Y yo a vos.- Corté. Este, sin dudas, iba a ser un largo día.
Tomé la ropa que había dejado sobre la silla la noche anterior, que consistía en una pollera corta blanca y una remera musculosa color verde agua. En los pies, unas sencillas sandalias sin taco, estilo romanas, de color suela. Me peiné, tomé el regalo que le había comprado a mi papá el día anterior, un hermoso reloj pulsera, y bajé a la cocina.
-Feliz cumpleaños!.- Dije abrazándolo fuertemente. Besé su mejilla.
-Aldi! Ya era hora que te levantaras!.- comentó sonriendo. Dejé mi regalo sobre sus manos.
-Para mi? Gracias! No te hubieses molestado!.- Dijo sonriendo al ver el hermoso reloj que había dentro de la caja. No pude evitar sonreír.
-No es nada.- Admití. Mi mamá entró en la cocina con bolsas y bolsas recién salidas del supermercado.
-Hola ma.- Dije viéndola entrar.
-Hola Aldi, Al fin te levantaste!.- frenó y me saludó con un beso en la mejilla. -Hablaste con Zayn? Va a venir?.- Asentí con la cabeza.
-Él me despertó. Dijo que en unos minutos venía.-
-Qué bueno! Tu abuela se muere por conocerlo!.- Agregó feliz mi madre.
-No solamente tu abuela, tu tía Laura… lo que me torturó para que se lo presente! Gracias a Dios ya llegó el día.- dijo entre risas. Sentí el ruido del timbre.
-Debe ser él. Vuelvo enseguida! .- Dije saliendo de la cocina. Corrí a abrir la puerta. Allí estaba, algo nervioso por lo que pude notar. Llevaba una camisa a cuadros azul y verde, y un jean oscuro. Lo abracé y besé cortamente sus labios.
-Tu papá?.- preguntó.
-Adentro. Vení, pasa!.- Ambos entramos en el living. Mi hermanita corrió a abrazarlo.
-Zayn!- Gritó Celeste al verlo. Ya hacía tres meses que salía con Zayn. En ese tiempo, Cele le había agarrado un tremendo cariño. Nico también había mejorado bastante su relación con el, pero no eran tan cercanos como la enana y mi novio.
-Hola princesa.- Zayn la saludó con un suave beso en la frente.
-Ojalá me saludaras a mí con la misma emoción que lo saludás a él.- dije mirando a mi hermanita. Ella solo sonrió avergonzada.
-Hola Aldi.- Me abrazó tiernamente. Sonreí. Cele se volvió a Zayn.
-Hoy es el cumple de papá.- Dijo como advirtiéndole al castaño.
-Ya sé, ya sé, por eso le compré este regalo.- Dijo levantado la bolsa que tenía en la mano. Sonrió.
Los tres fuimos a la cocina, donde se encontraba el cumpleañero. Zayn se acercó a él y lo abrazó.
-Feliz Cumple.- Dijo entregándole el regalo. –Mis padres mandan saludos.- Ambos sonrieron.
-Gracias Zayn.- Dijo mi padre dándole unas palmadas en la espalda. El timbre sonó. Me paralicé. Mi padre solo rió. -Zayn, estas listo para conocer a nuestra loca familia?.-