"Friends, Lovers Or Nothing" (Zayn Malik) TERMINADA

El resto del día lo pasé hablando sobre la vida, música, internet y comiendo en la casa de Mari. Amaba pasar tiempo con ella, y sobre todo, ahora necesitaba verla ya que la había extrañado demasiado durante el tiempo que duró su viaje.
Cerca de las 7 de la tarde recibí una llamada de mi mamá para que regresara a casa. Al parecer me tocaba ayudar a cocinar. Mi amiga me acompañó hasta la parada y tomé el primer ómnibus que me llevara a casa. El trayecto duró aproximadamente unos 15 minutos pero por suerte había conseguido un asiento libre y no tuve que viajar parada.
Al llegar, cumplí con mis deberes de hija mayor encargada de cuidar a sus hermanos y alimentar al perro, puse la mesa y llamé a mi familia para cenar. La pequeña reunión no duró mucho ya que comimos pizza y al parecer no había importantes temas de conversación para tratar. Luego de comer un poco de helado a modo de postre, me levanté de la mesa y me fui a bañar. Una vez ya aseada revisé mi mail y me dispuse a irme a dormir; no sé por qué pero estaba cansada. Pero algo me interrumpió. Ni bien apoyé mi cabeza en la almohada el ensordecedor chillido de mi celular anunciando la llegada de un mensaje me despabiló; era de Zayn, quien escribía para desearme dulces sueños. Sonreí como idiota mirando la pantalla del aparatito y me dispuse a responderle. Acto seguido dejé el dispositivo en la mesita de luz y me fui a acostar nuevamente.
A la mañana siguiente yo tenía todo la intención de dormir hasta las 2 de la tarde, y mi mamá estaba avisada para que no me despertara a menos que hubiese una emergencia. Pero mi plan se vio frustrado. Cerca de las 11 de la mañana me despertó violentamente el bocinazo de un auto para frente a mi casa, justo debajo de mi ventana. Me asomé por la misma para ver qué pasaba y fui ahí cuando pude ver a Mari descendiendo del auto al tiempo que mi mamá le abría la puerta para que entrara. A los 15 segundos ya tenía a mi amiga golpeando la puerta de mi habitación como si no hubiera un mañana. Le abrí antes de que la tumbara y enseguida comenzó a hablar.
-Tenés algo que hacer hoy? - dijo con esa efusividad que solo ella podía tener a esta hora del día. Parecía que se hubiese despertado hacía ya varias horas.
-De hecho pretendía dormir hasta las 2 de la tarde, pero caíste vos acá arruinando mi plan. Y a propósito, desde cuando tenés auto? - Estaba entre molesta porque me habían despertado y sorprendida tras verla descender de ese lujoso Audi A5 plateado.
-Bueno duende gruñón! yo solamente quería hacer algo con vos! Y segundo, te acordás del chico ese con el que estuve en las vacaciones, Harry, que resultó ser que vivía acá? Bueno, el auto es de él; llevamos saliendo desde que nos conocimos pero no hay nada formal por ahora.
-Ahhh, eso explica muchas cosas. Y cuáles eran sus planes que al parecer también me involucran a mí?- Ya estaba despertándose mi cerebro y con ello el gran sentido del humor que poseía cuando estaba lúcida.
-Bueno, con Harry vamos a ir a la playa a hacer un picnic, y se me ocurrió que podía invitarlos a vos y a Zayn y hacer una especie de "cita doble" los 4. Eso por supuesto si vos estás de acuerdo. Crees que a Zayn le vaya a gustar la idea? - preguntó mi amiga de nuevo con su entusiasmo descontrolado.
-Por mí me parece genial, y supongo que Zayn también va a estar de acuerdo, pero esperame que lo llamo y le digo que baje- realmente me gustaba la idea de conocer a quien aparentemente resultaba ser el nuevo novio de mi mejor amiga y supongo que sería divertido salir todos juntos.
Llamé a mi vecino a su celular y resultó ser que estaba despierto, por lo que no tardó en atender. Le conté sobre el plan y estuvo feliz de haber recibido la invitación ya que no tenía demasiados amigos aquí y estaba ansioso por conocer a los chicos. Le avisé a Mari que mi novio estaba de acuerdo por lo que ella decidió regresar al auto para permitirme cambiarme y agarrar las cosas necesarias. Al cabo de media hora, los cuatro ya habíamos salido rumbo a un minimercado para comprar un par de gaseosas y sandwiches.
Al ratito ya teníamos el baúl repleto de comida y para felicidad mía y de mi amiga, los chicos parecían llevarse muy bien. Venían conversando sobre deportes y esas cosas y prácticamente ya se habían olvidado de nuestra presencia. Me ponía muy feliz que mi novio tuviera un nuevo amigo puesto que la última vez que le presenté un chico con esa intención, las cosas no salieron como yo esperaba; pero ahora todo era mucho mejor. Finalmente Zayn y yo estábamos juntos y nunca había visto a Mari tan feliz con un chico con el que haya salido, que cabe señalar que no eran muchos. Harry era increíblemente gracioso y bromista, pero a la vez tenía un lado serio y sobreprotector que solamente sacaba a relucir cuando hablaba o estaba con mi mejor amiga.
Luego de conducir por unos 30 minutos más llegamos a la playa, buscamos un lugar para estacionar el auto, bajamos la comida y empezamos a caminar en busca de un lugar que nos agradara a todos para establecer nuestro improvisado campamento.

Las miradas pícaras de Zayn iban y venían, y me hacían poner más incomoda de lo que estaba. Me sonreía. Era la cosita más dulce que podía existir en el planeta entero. Aparté mi mirada un segundo de él para dirigirme a Mari, que limpiaba la boca de Hazza con su dedo pulgar, seduciéndolo. Hacían tan tierna pareja. Ahí fue cuando Harry la tomó por la cintura y la comenzó a besar apasionadamente. Dirigí mi mirada hacia otro lado. Era algo incómodo. Zayn se puso de pie, y me tendió la mano.
-Vámonos, estos tortolos necesitan su espacio.- dijo entre risas. Sonreí. -Vamos a meternos en el río?.-
Pensé unos instantes la respuesta. Mojarse implicaba quedarse en bikini, y así él poder ver mi cuerpo. No me gustaba mucho la idea, me daba vergüenza. Pero ahí estaba él, con su blanca sonrisa de oreja a oreja. Cómo decirle que no a eso?
-Está bien.- dije sonriendo. Me saqué la remera y el short, quedándome solamente con mi blanca malla. Pude notar cómo su mirada recorría mi cuerpo, lo que hizo sonrojarme. Me tomó de la mano, y se acercó a mi oído.
-Cómo te quiero.- Dijo sonriendo, y comenzó a caminar en dirección al agua. Ésta estaba helada, lo que me hizo estremecer. Zayn me llevaba cada vez más a lo profundo, hasta llegar al punto que el agua llegaba a las rodillas. Me miró.
-Ahora estamos solos.- Sonrió pícaramente mientras me tomaba suavemente por la cintura. Sonreí. No había besado a Zayn desde esa misma mañana, cuando nos saludamos con un simple y corto beso. Las ganas que tenía de comerle la boca eran inimaginables. Él se acercó más a mí, a tan solo unos pocos centímetros de mí. Ya casi estaba por besarlo cuando habló.
-Vamos a mojarnos un poquito.- dijo sonriendo divertido.
-Qué?-pregunté atónita. Pero ya era tarde, Zayn me había empujado al agua, quedando así, totalmente empapada. Me puse de pie rápidamente.
-Trampa! Eso fue trampa!- Dije riéndome. Me acerqué despacio a él, y le di un fuerte y húmedo abrazo. Ya que no lo había empujado, por lo menos debía mojarlo un poco.
-No fue trampa.- dijo divertido. Me tomó por la cintura, para ahora si besarme, pero decidí jugarlo un poco. Él me había mojado, él iba a pagar las consecuencias. Cuando sus labios comenzaron a acercarse cada vez más, tomé coraje y salí corriendo. Tal y como lo esperaba, comenzó a correr detrás de mí, salpicando agua por todos lados. Logró alcanzarme, y me tomó entre sus brazos. Decidida y sin pensarlo dos veces, lo empujé al agua, pero él fue más rápido que yo, tomándome por la cintura, y así cayendo los dos al agua. Al sacar ambas cabezas a la superficie, me abalancé sobre él, ahogándolo. Divertido, me tomó por la cadera, levantándome en el aire, quedando cara a cara, mirándonos. Sonrió. Cómo me gustaba verlo sonreír.
-Parece que te gané- dijo haciendo una mueca.
-Eso creo.- dije por fin rindiéndome. Sus labios rozaron los míos, de manera casi desesperada, buscándonos mutuamente. Aquel beso fue uno de los mejores que tuve en mi vida, sin lugar a dudas. Sus manos acariciaban suavemente mi cadera, y yo jugaba con su cabello. Parecía que estábamos encerrados en una gran burbuja, en nuestro propio mundo.
Al cabo de unos minutos, volvimos a tierra firme. Los tortolitos ya se habían despegado, y estaban hablando entretenidamente del nuevo cine que se había abierto en la ciudad.
-Voy por unas gaseosas, ya vuelvo.- dijo Zayn, y empezó a caminar hacia el puesto de comidas que estaba a unos pocos metros.
Mientras Hazza y Mari hablaban de no sé qué tema, me puse a mirar el paisaje. Hermosas playas cubrían las orillas del río, en el cielo no había una sola nube. Era un día perfecto. No había tanta gente, unas pocas personas a unos metros, jugando al voley. Pude reconocer una de las caras. Era Magda, una de las chicas de la escuela. Me puse de pie, y caminé a su encuentro. Al mirarme, se vio sorprendida, y sonrió.
-Aldi, cómo andas?.- Dijo abrazándome dulcemente.
-Todo bien, vos cómo andas tanto tiempo?.-
-Todo bien, vine a pasar la tarde con mi novio y los chicos.- Dijo señalando al grupo de jóvenes que jugaban al voley.
-No sabía que estabas de novia.- dije sonriendo.
-Munchi, vení, volvamos a jugar!.- Dijo un chico abrazándola por la espalda, y besando sonoramente su mejilla. Al ver de quién se trataba, empalidecí.
-Aldi, que haces acá?.- preguntó Louis, para mi suerte, el mejor amigo de Liam. Y si Lou estaba en la playa, también debía estar el otro.
-Vine a pasar la tarde, yo… no sabía que estabas con Magda. Felicitaciones, hacen muy linda pareja.-
-Gracias, lo sabemos- dijo Louis sonriendo mientras envolvía a su novia entre sus brazos. Pude notar cómo Liam le gritaba a los chicos que vuelvan al juego. Al parecer no se había percatado de mi presencia. – Te gustaría jugar un rato con nosotros?.- preguntó Magda, siempre tan sonriente.
-Em, no gracias… después de lo que pasó, será mejor que no me lo cruce.- dije fingiendo una sonrisa. Lou solo asintió. Seguro sabía lo sucedido, seguramente Liam le había contado todo. Suspiré. Volví a posar la mirada en Liam, que dejaba el juego para dirigirse al puesto de comida. “Oh no” pensé. Seguramente se iba a encontrar con Zayn, y no quería más problemas de los que tenía.
-Oh no. Louis, por favor, acompañame.- dije casi arrancándole el brazo, y arrastrándolo rápidamente hacia donde se dirigía Liam. –Tenés que ayudarme! Si Liam se encuentra con Zayn..- Pero ya era demasiado tarde. Ya veía a lo lejos cómo empezaban a discutir. Comencé a correr y llegué justo antes de que Liam le pegara una trompada a Zayn. Lo tomé a mi novio por las manos, para protegerlo.
-Liam, no lo toques.- Dije enfadada. –Las cosas son como son, no las vas a poder arreglar, y menos con una pelea.-
-No sabes cómo te rompería la cara.- Le seguía diciendo a Zayn. Para mi suerte llegó Louis a tiempo, para tranquilizarlo a Liam.
-Vos le tocas un pelo a mi novia y morís.- Advirtió Zayn.
-Tu novia? Fue mía primero!.-
-No me hagas acordar el hecho por el que terminaron porque te juro que te hago polvo.- dijo Zayn intentando zafarse de mis brazos. Me puse enfrente de él, empujándolo hacia atrás, para no tener más problemas.
-Vámonos Zayn, no le hagas caso.- y comenzamos a caminar hacia dónde Harry y Mari miraban extrañados.
-Pasó algo?.- preguntó algo confundida mi rubia amiga.
-Liam.- respondí entre suspiros de tristeza, mientras tomaba asiento sobre la blanca arena. Zayn imitó mi acción.
-Qué?.- Preguntó sorprendida.- Qué está haciendo acá?.-
-No tengo idea, tampoco me interesa.- Dije sin despegar la vista del suelo. Mis manos, clavadas en la arena, jugaban con ella para disminuir mi enojo. Zayn, en cambio, parecía más que molesto.
-No lo aguanto más.- dijo Zayn al borde de la furia.
-Zayn, calmate. Hablo enserio.- dije mirándolo seria. – vinimos acá a divertirnos, y eso es lo que vamos a hacer.-
-Así se habla! A no amargarse por errores del pasado, y a disfrutar la vida!.- dijo Mari poniéndose de pie, ayudándome a hacer lo mismo. Solo sonreí. Zayn se puso de pie, y tomándome de la mano, trasladamos nuestro picnic lejos de los jugadores de voley para no tener más problemas. El simple hecho de ver a Liam me había roto el corazón. A pesar de todo lo sucedido, al parecer me quería de vuelta. Pero ya era tarde. No sentía lo mismo que antes por él, y además era feliz con Zayn. Sabía que él nunca me haría algo como eso.
La tarde siguió. Descartando el incómodo momento que todos habíamos pasado, nos pudimos divertir a lo grande. Los chicos eran unos bromistas expertos, y cada diez palabras que decían, nos hacían estallar en risas. Sin dudas, disfruté muchísimo ese día.
Llegadas las 8.30, vimos como el sol se iba ocultando lentamente detrás de los árboles de la isla. El cielo había tomado un cálido color naranja. Sentada junto a Zayn, abrazados, mirábamos la maravillosa escena del atardecer. Su brazo, envolvía mi espalda de una forma dulce, que me hacía sentir segura. Suspiré. Nunca quise tanto a una persona como a él. Era… distinto. Apoyé suavemente mi cabeza en su hombro. Giró la cabeza y me miró a los ojos. Río por lo bajo.
-Creo que nunca te lo dije…- Dijo riendo divertido.
-Qué cosa?.- pregunté algo confusa.
-Nunca te dije que me cambiaste la vida.- dijo. Su rostro se mostraba enternecido. Morí por dentro. –Te quiero muchísimo Aldi- Acercó su nariz a la mía.
-Yo también Zayn.- dije sonriendo. Mi corazón latía como loco, mi cerebro no procesaba la información que recibía. Todo mi cuerpo se estremeció. Pude sentir sus labios sobre los míos, envolviéndonos en un suave beso, único, cómo los que él me daba.

-Estás segura que no querés que te acompañe?.- Me preguntó Zayn. Dudé unos segundos.
-Me encantaría que vinieras, pero no quiero más problemas.- Asintió luego de unos segundos de pensarlo. -Además, ya soy una nena grande, no necesito que me acompañen a la escuela.- dije divertida.
-Tenés razón.- dijo tomándome de las manos.- No quiero causar líos en tu primer día de clases.- dijo sonriendo. Me tomó suavemente por la cintura, y besó mis labios con delicadeza. -Prometeme que te vas a cuidar.- Sonreí. Era muy tierno verlo así de preocupado.
-Zayn, mi vida, no te preocupes. Además, me pasa a buscar Barbi mañana por la mañana… Todo va a estar bien.- Sonrió.
-Bueno, si es así… entonces te dejo dormir. Que duermas bien.- beso mi frente con suavidad y sonrió. -Soñá conmigo.- dijo divertido.
-Eso voy a hacer.- Sonreí. Me acerqué a él, tomé su cara entre mis manos, y lo besé suavemente. Después de un intercambio de sonrisas, caminó hacia la vereda de enfrente, y entró a su casa. Suspiré. Armé mi bolso, acomodé el uniforme sobre una silla que había en mi habitación, me lavé los dientes, y me acosté a dormir. El primer día de clases iba a ser sin dudas un largo día.
El ensordecedor ruido del despertador me hizo pegar un salto. Tanteando a ciegas, lo encontré y apagué. Suspiré. Las gotas de lluvia golpeaban fuertemente contra el techo de mi habitación. Mi penúltimo año apenas comenzaba. Me puse de pie, y caminé hacia el baño. Luego de una corta ducha para despertar cada centímetro de mi cuerpo, tomé el uniforme. Me quedaba exactamente igual que el año anterior, a diferencia que la pollera gris me quedaba unos centímetros más corta. Me puse los zapatos, me até una cola alta, y me senté en el sillón del living a mirar los videos musicales que pasaban por MTV Hits a esa hora de la mañana, mientras esperaba que Barbi me viniera a buscar.
El sonido de una bocina me hizo saber que mi amiga ya había llegado. Tomé mi bolso, y corrí bajo la lluvia hasta llegar al auto.
-Buenos días Aldi, lista para otro año?.- preguntó. Sonreí débilmente.
-Eso creo. Vos estas lista?.-pregunté solo por cortesía. Sabía que Barbi siempre tenía pilas para hacer todo lo relacionado con la escuela. Asintió felizmente. -Cómo te fue en las vacaciones? Hace un montón que no te veo!.- Pregunté divertida. Y en efecto. Barbi había estado de viaje todas las vacaciones en Estados Unidos. Había ido a visitar a sus tías.
-Re bien! Aunque claro, el inglés sigue siendo un problema para mí.- Ambas reímos. -Qué tal tus vacaciones?.- me preguntó. Tenía toda la mañana para contarle lo sucedido, por lo que solo respondí con un simple “Bien”.
Llegamos a la escuela. Chicos de 11, 12 años reunidos hablando de lo emocionante que era comenzar la secundaria. Padres acompañando a sus hijos ante tal emocionante evento. Aunque claro, no era nuestro caso. Este era nuestro quinto año en la prestigiosa institución.
-Frente a todos ellos, me siento grande!.- dijo Barbi. Ambas reímos.
-Barbi, creelo… Estamos en Cuarto!.- Sonreíamos como pocos. Al llegar a nuestra aula, todos estaban hablando de las fantásticas vacaciones que habían tenido. Tomamos dos asientos en el fondo, y nos sentamos a hablar. Nos distrajeron los gritos de nuestros compañeros, dándoles la bienvenida a Louis, que entraba divertido al aula, saludando uno por uno… y detrás de él, entro Liam… sin percatarse de mi presencia, me dirigí a Barbi, quien miraba a Liam extraña.
-Wow, sí que el verano lo cambió.- dijo. -Desde cuando está tan antipático con nosotras? Somos sus amigas!.- Negué suavemente con la cabeza.
-No está antipático con vos, es problema es conmigo.- Barbi me miró sin entender ni una palabra de lo que decía. –Es una larga historia, en el recreo te cuento.- Dirigí un momento la mirada hacia aquel joven. Nuestras miradas se cruzaron por unos segundos. No parecía enojado… Perecía más bien… triste.
El timbre sonó, y todos entraron al aula. Liam, sentado a unos pocos bancos de distancia, no paraba de mandarse papelitos con Louis, cosa que no sé porqué, me ponía nerviosa. Barbi me indicó que no piense en ello, y comenzamos la no tan entretenida hora de matemática.
Luego de dos horas de aburridas cuentas sin sentido, sencillas para empezar el año, tocó la campana. Nos pusimos de pie, y salimos al patio. Tenía mucho que hablar con Barbi.
-Nunca me imaginé que Liam pudiera hacer algo como eso.- dijo atónita. Volvió a meterse el chupetín en la boca.
-Decímelo a mí.- dije. El recuerdo pasó fugazmente por mi mente. Respiré profundamente y continué contándole el resto de la historia, y en lo que habíamos quedado.
-No me sorprende que este así. Pero no te preocupes, ya se le va a pasar.- Dijo con una sonrisa, que mágicamente me contagió. Ya no lo podía ver a Liam de la misma manera que antes, claro que no. Pero extrañaba su amistad… Sus abrazos cuando estaba triste, sus consejos. Odiaba estar así de peleada con él. Suspiré.
Las siguientes horas fueron interminables. Clases de derecho, Tecnología de la Información y Comunicación, Lengua y Literatura… no son muy buenas materias para comenzar el año escolar. El sonido que todo el mundo esperaba oír por fin se escuchó. Casi corriendo, todos salimos del aula. Caminando junto a Barbi, llegamos a la salida de la institución. Me crucé nuevamente con la fría mirada de Liam. Todos los bellos de mi cuerpo se erizaron repentinamente.
-Bueno Aldi, nos vemos mañana!.- Dijo Barbi saludándome con un sonoro beso en la mejilla.
-Adiós Barbi.- Dije con una débil sonrisa. Caminé unos pasos y dirigí mi mirada al frente. Mi cara se iluminó cuando lo ví recostado sobre la puerta de un auto Clio negro. Corrí a abrazarlo.