"Friends, Lovers Or Nothing" (Zayn Malik) TERMINADA

Los días pasaban, y no tenía noticias ni por parte de Zayn ni de Liam. Ambos, al parecer, se habían borrado de forma permanente de mi vida, uno por obligación y otro por cuenta propia. Lo que si había recibido, eran llamados de las chicas, insistiéndome de salir, pero no tenía ganas. "Hoy no me siento muy bien" "Estoy pasando por un terrible resfriado" "Apenas esté mejor, les prometo que las llamo" eran mis frecuentes respuestas. Odiaba mentirles, pero de mencionarles a Zayn y mis motivos de depresión, inmediatamente vendrían a verme, cuando en realidad, prefería estar sola en mi habitación, encerrada mirando películas viejas románticas y comiendo helado.
El timbre sonó. Algo molesta, me puse de pie, dejando a un lado el cuarto de kilo de helado de dulce de leche granizado y chocolate blanco. Quién se atrevía a interrumpir la escena más romántica de "Diario de una pasión"? Me asomé por la ventana, y me quedé completamente congelada.
Bajé lentamente por las escaleras, sin pensar en nada más que en lo que me esperaba detrás de la puerta. Suspiré, y sin percatarme de que estaba en musculosa y mi short pijama rojo con corazones blancos, le abrí la puerta, con una expresión seria en mi rostro.
-Hola.- Dije sin mostrar emoción alguna.
-Hola Aldi. Está tu mamá en casa?.- Preguntó sin despegar la vista del suelo. Se notaba que estaba nervioso.
-No, no está- Odiaba ser cortante con él. Pero estaba molesta. En verdad, muy molesta.
-Ah, em... Me podrás prestar un poco de azúcar? Mi mamá se quedó sin y...- Me miró directo a los ojos. Casi muero. Lo que extrañaba esos ojos miel, lo que extrañaba su mirada de chico inocente y bueno.
-Sí. Pasá.- Dije corriéndome, para darle paso al castaño. Algo tímido, entró. Giré sobre mis talones y comencé a caminar lentamente hacia la cocina. Podía sentir sus pasos detrás de los míos. Llegué a la estantería, la cual tenía en su punto más alto, la necesitada azúcar. Parándome en puntillas y estirando mi brazo, hacía todo por alcanzar el alejado tarro. Pude sentir el tacto suave de su mano en mi cintura, y con la otra mano, bajó el azúcar. Me aparté bruscamente de él.
-Yo... necesito hablar con vos.- Un cosquilleo me invadió de arriba abajo al escuchar eso. Me limité a no responder. -El otro día me comporté como un idiota. Me dejé llevar por la rabia, y no medí las cosas que dije. Te quería pedir perdón.- Giré. Lo miré directo a los ojos. Éstos estaban brillosos, cómo a punto de dejar caer lágrimas.
-Te tardaste.- Dije secamente.
-Lo sé. Estos últimos días estuve pensando, que por más que odie a Liam, y por más que te haya hecho daño, es tu elección. Lo que no debiste hacer fue mentirme. Yo no te mentí cuando te dije lo que sentía por vos.-
-Y quien dijo que yo mentí?.- Vi cómo sus ojos se abrieron como platos.
-El otro día te habías encontrado con Liam, cosa que, em, yo creí que..-
-No me dejaste que te explicara.- Lo interrumpí. - Te estaba por explicar que venía de aclarar las cosas con él, que no quería nada.-
-Perdón. No quise..-
-Lo que más me molestó...- Dije haciendo una gran pausa. Me estaba sacando de lugar. Decidí calmarme para que las cosas no se salieran de control, y para no hacerlo sentir tan mal.- Fue que me trataras de mentirosa. No miento, y menos con una cosa así, cuando se trata de sentimientos.- Vi cómo se le iluminaban los ojos.
-Entonces... estoy perdonado?.- Me preguntó acercándose suavemente a mí. Suspiré para calmarme.
-Estas perdonado, pero la próxima vez debes tener en cuenta las explicaciones de los demás y no dejarte llevar por las intuiciones, okey?.-
-Okey!.- Dijo con una enorme sonrisa. Me tomó de la cintura y se acercó aún más.
-Ni se te ocurra Malik, aún sigo algo molesta.- Él rió.
-No sabes lo que necesito tus besos.- No podía apartarme de él. Su mirada, aún clavada en la mía, me hacía desearlo incondicionalmente. Su nariz chocó con la mía, dando inició a algo más.
-Igual yo.- Agregué. Sus labios estaban por chocar los míos cuando sentí el ruido de la puerta abrirse. Casi desesperadamente, me aparté de él. Tomé el azúcar y se lo entregué en la mano, solo para disimular. Mi hermana con mi mamá entraron detrás de la puerta, cargadas de bolsas de supermercado.
-Dejame ayudarte.- Dijo Zayn a Cele, que venía arrastrando las pesadas bolsas. Cele sonrió al verlo, y largó todo para abrazarlo.
-Cómo estas Zayn? dijo mi mamá saludándolo dulcemente. Toda mi familia lo adoraba, pero lógicamente, no más de lo que lo hacía yo.
-Vamos Zayn, te acompaño a la puerta.- dije tomándolo del brazo, suavemente. Caminamos hasta el portón de entrada, dónde se giró a verme. Se acercó a mí hasta quedar justo uno enfrente del otro. El simple hecho de estar en esa situación, me ponía algo incómoda. Aún insegura, tomé su cara con mis manos, y besé suavemente su mejilla.
-Adiós Zayn.- Sonrió, y saludó gentilmente con la mano. Lo seguí con la mirada hasta que se perdió detrás de su gran puerta de madera.

-Sí mamá! Me acuerdo de lo que tengo que comprar!.- Grité saliendo a la calle. Aún no eran las diez de la mañana, y me levantaban de mi dulce sueño solo para ir a comprar un kilo de pan. Malhumorada, me puse en camino hacia la panadería, sin antes enfocar mi vista en la casa de enfrente. No pude evitar sonreír, y sonrojarme un poco recordando lo sucedido el día anterior.
Luego de unos cinco minutos de larga cola esperando por el pan, inicié camino de vuelta. Casi llegando a la puerta, vi cómo Zayn subía las persianas de su ventana, y sin remera alguna sobre su perfecto cuerpo, me tiraba un beso. Sonreí, y entré a casa.
Siendo casi las diez y media en la mañana, que podía hacer? Sin pensarlo dos veces, tomé mi libro y un paquete de galletitas, y me dirigí hacia la plaza. Minutos más tarde, me acompañó mi “amigo” Zayn.
-Hola.- dijo sentándose a mi lado, mientras desataba la correa de Devon y lo dejaba correr por el lugar. Sonreí al verlo. Se acercó a mí, y me besó en la mejilla.
-Qué estás leyendo?.- Cerré mi libro sin antes marcar con el señalador en la página en la que estaba, y se lo mostré. -Crepúsculo.- Asentí con la cabeza.
-Es una historia romántica.- Agregué. Él sonrió.
-Cómo la nuestra?.- Me preguntó. Tímidamente, baje mi mirada al suelo, para que no notara el color de mi cachetes.
-Eso creo.-
- Aldi, en serio estoy enamorado de vos.- Me tomó la mano. Se me erizó la piel.
-Lo sé, yo también lo estoy.-
-Y, entonces... qué somos?.-
-La verdad que no se, decime vos que somos.- Agregué algo divertida, aprovechándome de su nerviosismo.
-Bueno, para mí sos más que una amiga, pero no sé que pensás vos.-
-Ya sé que soy más que tu amiga, soy tu hermanita menor - Tomé el control de la situación, sería yo quien lo haría sufrir ahora.
-Después de lo que nos pasó en los últimos días a vos te parece que yo te considero mi hermana? Porque si es así te diría que vayas analizando un poco la situación.- Dijo. Sonreí.
-Bueno, en ese caso, y pensándolo bien, parece que hay algo más entre nosotros- Dije divertida. Me encantaba ponerlo incómodo. Vi cómo sus cachetes fueron tomando color poco a poco. Lo miré a los ojos y mordí mi labio inferior.
-Sabías que no puedo aguantar las ganas de besarte cuando te mordés el labio?- Dijo imitando mi acción anterior. -Así que si somos algo pero no somos amigos, qué somos? Amantes, novios, amigos con derechos?.- Dijo mirándome directamente a los ojos, como solía hacerlo.
-No sé, dejo a tu criterio nuestra relación. Dije sonriéndole ya prácticamente rozando sus labios.
-Así que por deducción somos novios.- dijo ya acortando más la distancia entre nosotros. Me alejé un poco de él. Me miró con cara de confusión.
-No realmente- dije riéndome.
-A qué te referís? si hace dos segundo me dijiste que...- Me volví a pegar a él pero aún sin probar sus labios.
-Nunca me lo pediste.- dije algo intimidada.
Devon llegó corriendo y saltó en la cara de Zayn. Lo tomó entre sus manos, y se puso de pie, soltándolo en el verde césped. Extendió su mano para que yo la tomara, y me ayudó a ponerme de pie. Rápidamente, y casi sin darme tiempo de reaccionar, me tomó por la cadera e inconscientemente pasé mis manos a su cabello. Nos fundimos en un tan anhelado beso. Recorrió con su lengua mis labios buscando que le diera permiso de que danzara con la mía, se lo permití y el beso cobró intensidad. Se separó de mi un poco buscando aire y agitado, por fin me preguntó.
-Entonces... que decís? Querés salir conmigo?. – Me aparté suavemente de él para mirarlo directamente a los ojos. Sonreí. Él también lo hizo. –Eso supongo que fue un sí.- dijo. negué con la cabeza divertida.
-Me encantaría, pero no sé... dame un poco de tiempo, necesito aclarar ideas. Además, hace casi dos semanas que terminé con Liam, no sé si estoy lista para empezar algo nuevo.-
-Voy a estar esperando ansioso tu respuesta.- Me dijo como susurro justo en mi oído. Me separé suavemente de él, y tomé mi celular, que estaba vibrando. Mi madre era especialista en arruinar momentos especiales. El mensaje solicitaba mi presencia en casa, para ayudar con la comida.
-Debo irme Zayn, me necesitan.- Besé cortamente sus labios, y giré en dirección a casa. Paso tras paso, llegué. Entré y subí a mi habitación. Mi sonrisa era imposible de disimular. Me limité a apoyarme en el borde de mi ventana, y mirar hacia fuera. Zayn estaba llegando a la puerta de su casa con Devon. El simple hecho de mirarlo me hizo estremecer. Su cara se dirigió disimuladamente a mi ventana. Me vio y sonrió. Sacudió la cabeza de un lado a otro, y entró a su casa. Era perfecto. Me aparté de la ventana, y bajé a ayudar a mi mamá con la comida.

Seis largos días fueron los que estuve pensando mi respuesta. Estaba enamorada de él, eso era seguro. El problema era que hacía solamente tres semanas había terminado con Liam, y su recuerdo vagaba de vez en cuando por mi despreocupada mente. Pero el amor que tenía por Zayn era más fuerte, así que la respuesta era casi afirmativa.
Todas las noches me quedaba hasta tarde pensando en todos nuestros momentos juntos, y todos los que nos faltaban vivir. Tenía la certeza de que había encontrado al chico perfecto.
El timbre sonó, despertándome de la siesta. Bajé las escaleras aún media dormida, y abrí la puerta. Pero no me encontré con nadie. Estaba por cerrarla, cuando mi vista se dirigió al suelo. Un pimpollo de rosa roja se encontraba ahí. Lo tomé y lo olí. Una tarjeta de cartulina blanca de forma rectangular colgaba de una cinta roja, junto con la rosa. “Estoy ansioso por escuchar tu respuesta. Zayn” Estreché la rosa contra mi pecho. Mi corazón comenzó a latir cada vez más y más fuerte, hasta que no aguante más. Crucé corriendo en pijamas la calle que nos separaba, y toqué su timbre. El morocho salió y sonrió al verme. Con la rosa aún en mi mano, lo abracé muy fuerte. Me alejé suavemente de él. Sus ojos miel, no se apartaban de los míos.
-Entonces…- dijo esbozando una tímida sonrisa.-
-Es un sí.- Dije sonriente. Él sonrió, me tomó de la cadera, y sin pensarlo dos veces, nos perdimos en ese profundo y tierno beso.
Me separé suavemente de él. Mis labios aún deseaban los suyos, pero me limité a no continuar.
-Novios oficiales..- Zayn sonreía. – ya era hora, no?.- no pude evitar reír.
-Parece que sí…- Sonreí. Su boca se abalanzó sobre la mía pidiendo aún más y más. Él era mi debilidad. No pude contenerme. Estaba sintiendo de nuevo su aliento a menta. Era mi adición. Me tenía hipnotizada bajo su encanto. Esta vez fue él quien se apartó de mí. Lamenté aquella acción.
-Querés entrar NOVIA?.- preguntó divertido.
-Perdón NOVIO, pero no avisé en casa que me iba. Me vuelvo para allá.- Dije dándome media vuelta, en dirección a mi casa. Me tomó de la mano, y me agarró de la cintura. Se acercó a mi oído.
-La novia no se va sin despedirse del novio.- Sonreí tímidamente, tomé su rostro con mis manos, y lo besé suavemente. Me aparté, y caminé directo a casa.
Pude notar los gritos de mi hermana que provenían de la cocina. Gritos histéricos, no de terror ni nada de eso. Al escuchar entre el cacareo de mi hermanita la palabra “Zayn” no dudé en encaminarme a la cocina para ver lo que en verdad estaba sucediendo.
-Los vi mamá! Yo los ví! – repetía celeste una y otra vez. Quedé en shock. A qué se estaba refiriendo? Cuando me vió, sonrió. –Decile a mamá que no estoy loca.-
-No entiendo de que están hablando.- Cosas sin sentido estaban pasando por mi cabeza. –Igual, no puedo mentir, Cele, todos sabemos que estás loca.- dije riendo. Le acaricié el pelo, y me di media vuelta. Pero bastó que Celeste siga hablando para que la piel se me erice.
-Mamá, te lo digo enserio. Yo los ví! Aldi y Zayn se estaban besando!.- Giré a verlas, y pude notar la cara de mi madre mirándome atónita. Yo solo sonreí tímidamente.
-Cuándo me pensabas contar?.- preguntó mi madre. Para mi sorpresa, no parecía enojada, sino mas bien interesada en el tema.
-Acaba de pasar.-
-Pero son novios? O amigovios? Amigos con derechos a roce?.- Mi madre ya me estaba atormentando. Decidí calmarla contándole nada más que la verdad.
-Novios.- sonreí tímidamente.- no te quise ocultar nada, solamente acaba de pasar.- dirigí la mirada a mi hermana.- Además, la enana entrometida parece que presenció el momento.- sonreí. Mi madre se acercó a mí, y me abrazó. Muy de vez en cuando, tenía esos ataques de amor y cariños. Se separó de mí. Pero mi felicidad no duró ni 5 segundos.
-Nunca me dijiste que pasó con Liam.- Mi corazón pareció dar un vuelco. No quería abrir una herida ya sanada. Tomé aire.
- Eso es tema mío, en serio no quiero hablar de eso.-
-Está bien, no insisto más.- dijo mi madre sonriendo. Di media vuelta, cuando mi madre volvió a hablar.- Le tendrás que contar a tu padre- Reí divertida.
-Yo no pienso abrir la boca, vos le vas a decir.- Seguí camino, y subí a mi habitación. Me tiré en la cama. Respiré profundo. Hubiese jurado que aún sentía su perfume. No paraba de pensar en él. Una sonrisa iluminó mi cara. Zayn era mi novio… no lo creía.
Tocaron la puerta de mi habitación.
-Adelante.- dije sentándome en la cama. Ilusionada de que fuera él, me arreglé como pude el pelo, y puse mi mejor cara. Al ver a mi querida hermanita detrás de la puerta, me desilusioné un poco… bastante.
-Entonces… Zayn es tu novio?.- la inocencia de mi hermanita era algo que siempre me había enternecido el corazón. Asentí con la cabeza.- Por qué no me dijiste eso antes? Cuándo les pregunté en la cocina? Me dijeron que no eran novios.- sonaba ofendida. Sonreí.
-No te pongas mal, yo tampoco sabía nada. Hoy nos pusimos de novios.- era totalmente imposible esconder la felicidad que sentía adentro mío. Mi hermanita me abrazo.
-Cómo se le dice a las personas cuando se ponen de novios?.- no entendí su pregunta.
-Felicitaciones?.- dije divertida-
-Sisi, felicitaciones.- Se separó de mi. – Me cae muy bien Zayn.- No pude evitar sonreír.