Re: "Un Simple... Te Amo (Nick Jonas y Tú)"

por **Taescaab** Dom 11 Mar 2012, 3:01 pm

Roci dramatica nisiquiera me dejaste analizar el beso se que fue increible pero no lo detallaste y me hiciste rechazarlo y ahora mi celular suena justo cuando estoy pensando porque lo amo, seguro es ignacio ay que eres dramatica aun asi te quiero roci,ahhh y roci tengo una idea para una nove no se como pero llego a mi y ya escribi dos capitulos y estoy muy orgullosa de mi misma, ya llegaremos a la pagina 10 y tendras que darnos nuestro maraton de 6 capitulos ..te quiero ya lo dije pero te quiero, te admiro y quiero que sigas aqui

por **Rocio_Jonas** Dom 11 Mar 2012, 3:09 pm

taescaab escribió:Roci dramatica nisiquiera me dejaste analizar el beso se que fue increible pero no lo detallaste y me hiciste rechazarlo y ahora mi celular suena justo cuando estoy pensando porque lo amo, seguro es ignacio ay que eres dramatica aun asi te quiero roci,ahhh y roci tengo una idea para una nove no se como pero llego a mi y ya escribi dos capitulos y estoy muy orgullosa de mi misma, ya llegaremos a la pagina 10 y tendras que darnos nuestro maraton de 6 capitulos ..te quiero ya lo dije pero te quiero, te admiro y quiero que sigas aqui

jajaja, si lo sé XD soy muy dramática... siempre estaré aquí, aun así cumpla cuarenta años XD
jajaja, que bueno! yo también estoy muy orgullosa de vos por poder seguir escribiendo wiiiiiiiiiiii
después pasame el link, cuando lo publiques, así paso a leerla ;) aaaaaaaaaah, ya me hiciste poner de muy buen humor así que publico el siguiente cap ;)
siiiiiiiiii, ya casi llegamos a la pag. diez jajaja

por **Rocio_Jonas** Dom 11 Mar 2012, 3:36 pm

Capitulo treinta y cuatro: te perdono, pero creo que nada será igual.

No tenía ánimos de contestar y mucho menos de hablar con quien se encontraba llamándome en el celular; me encontraba tan destrozada por dentro, que me costaba respirar. Me estaba arrepintiendo de hacer eso, de irme y decirle todo lo dicho; fui una total estú*pida haber hecho eso, pero fue lo que en el momento se me ocurrió hacer. Yo lo amaba y lo que menos quise hacer, fue hacerle creer que yo no lo amaba, pero el destino parecía que aun no nos quería ver juntos, y eso me desgarraba el alma; sentía que alguien me arrancaba el corazón y lo arrojaba, haciendo que sintiera un profundo dolor. Junte mis piernas y las atraje hasta mi pecho, en donde las abrace con fuerzas, y ponía mi mentón sobre mis rodillas, para cerrar mis ojos y llorar en silencio; sabía que había cometido el más grande de los errores, y el cual siempre me habría de arrepentir, ni siquiera recordaba como sentí ese beso… fue como si nunca lo hubiera besado. Realmente me sentía muy arrepentida, pero no pude hacer nada… más que esperar.
El celular comenzó a sonar de nuevo, haciendo que lo agarrara y lo apagara, pero al ver el número conteste, aun así aumentara más el error.
- Hola -. Dije, mientras secaba mis mejillas humedecidas por las lágrimas. Durante un segundo se escuchaba que estaba hablando con otra persona, mientras esperaba, me pare y me dirigí hacia la bañera, la cual comencé a en llenar. Como veía que no contestaría corte la llamada, y voy hacia la pileta en donde me lavo la cara y al estar la latina llena, con el agua tibia, me doy un exquisito baño; estando ya en la bañera trato de recordar el motivo para que Nick se enamorara de mi, pero no encontré nada; Salgo de la bañera pero me había olvidado de traerme la ropa, agarre una bata y a un lado se encontraba grabada el nombre de Nick, sin tener opción, cerré mis ojos e intente despejar todo lo anterior sucedido, pero fue inútil… como todo lo que había hecho; salgo del baño y Nick sale de la sala de música donde ocurrió todo, camino hacia él y él camina hacia mí; Nick baja la mirada y yo sigo caminando, y entro a la habitación, en donde se encontraba mi vestido.
Cierro la puerta con seguro y me acerco a la cama, en donde se encontraba intacto el vestido, tal cual como lo había dejado, aunque sobre él se encontraba una rosa roja; la olí y se encontraba rociada por el rico perfume de Nick, el cual se encontraba también invadiendo la habitación. Con tiempo justo me cambio, me pongo un perfume que era de Alemania, cuyo regalo me lo había dado mis padres días antes de irme para L.A; dando un profundo suspiro salgo de la habitación, con mi bolso; Joe y Nick estaban viendo una película en la televisión, cuando voy bajando Kevin que venia de la cocina con una bandeja de comida en sus manos me mira, y así me sonríe, acercándose hasta la escalera.
- Veo una estrella fugas, pediré tres deseos, ¿me los consideras? -. Dijo y yo sonreí tímidamente, mientras aun bajaba de las escaleras. Siempre hacia que me riera y me enamorara por sus lindos poemas. Solo él podía decir cosas tan tiernas.
- No lo sé, tengo que estar en el cielo por las noches con la luna y con las demás estrellas, hoy estoy en mi día de paro así que otra noche te los considere -. Respondí, siguiéndole el juego, el cual me encantaba, porque me hacía sentir un poco mejor, aunque mi corazón ya no lo sentía… y mi alma, pues estaba más que destrozada.
- Yo veo… a una diosa, ¿Si pido que quemes mi corazón con una flecha que no deja a mi corazón latir con tranquilidad, lo arias? -. Pregunto Joe haciendo que negara con la cabeza mientras me moría por esas palabras tan maravillosas que los hermanos podían decirme. Él se había levantado de donde estaba sentado para ver a su hermano, y ahí fue cuando me vio; él sabía como me encontraba, me conocía bastante como Kevin, y como una vez me conocía Nick, pero en ese momento sentía que él no se daba cuenta de nada… ni siquiera como me encontraba por haberle dicho y actuado de esa manera en la sala de música.
- No creo que pueda hacerlo y aunque me pidas quemar tu corazón no lo aria porque seria muy difícil -. Conteste, pero no del mismo modo que a Kevin; sentía que mi voz se quedaba sin fuerzas para hablar, y que de mis ojos se escaparía más de una lágrima.
Nick se acerca hacia mí, y se para a mi lado mirando hacia arriba, en donde, en medio, se encontraba la sala de música -. Eres un ángel de verdad, eres mi ángel y… -. Con suavidad agarra mi mano y bajando la mirada hacia ella -. Olvida todo lo que te dije, eso lo sentiré y no lo podré sacar de mi corazón, pero para ti no tiene que tener ninguna importancia -. Continúo, mientras causaba que me sintiera mucho más que antes; su voz estaba triste, su alma se encontraba llorando en silencio… y su corazón se lo oía deseando acabar por el amor que sentía por mí.
Acariciando su mejilla, hice que me mirara a los ojos, tanto los suyos como los míos sé encontraban por derramar el dolor que nos invadía -. Para mí tus sentimientos tienen importancia ¿y sabes por qué? Porque esos hermosos sentimientos lo sientes por mí Nick y también porque son tuyos -. Me limité a responder; quería decirle que lo amaba tanto como él a mí… pero como podía hacerlo, estaba tan confundida, tan dolida… tan… perdida, que no sabía ya que pensar para decir, pero cuando mi corazón debía de hablar por mí, él se encontraba peor que yo… se encontraba tan herido como el de Nick. Cuando me encontraba por hablar la bocina del taxi me interrumpe, tal cual como había sucedido en el momento en que él me iba a besar, en el día anterior, tiempo antes de ir hacia el cine, y ante que todo.
- No quiero interrumpir _______, pero ya llegó el taxi -. Dijo Kevin, quien se encontraba mirándonos como Joe, aunque yo no veía y tampoco sentía a nadie a nuestro alrededor, sino él y yo… junto con nuestro mismo dolor.
Nick al escuchar, me suelta de la mano y me mira una vez más -. Ve _______, te espera Ignacio -. Finalizó subiendo un escalón y quedar a una altura más que yo, en donde apoyo su suave mano en mi hombro descubierto, cuya sensación causo que mi piel se erizara, como si hubiese corrido una suave brisa de la noche.
- Pero… -. Me iba a excusar pero me arrepentí, por lo que me giro, para verlo fijo a los ojos por unos segundos pero bajo la mirada; camino hacia la puerta, la cual había abierto Joe, quien me entrega mi abrigo. Con tristeza me dirijo al taxi en donde miraba por la ventanilla la mansión, y escuchaba en mis oídos lo que había deseado su corazón, de querer dejar de sentir ese amor por mí.
Al llegar al restaurante, baje del taxi el cual le pague y camine hacia la entrada del restaurante, subiendo tres escalones, hasta llegar a las dos puertas de cristales, las cuales se abrieron por dos mozos; Ignacio corre la silla cuando me ve que me encaminaba hacia él, y me siento; pedimos algo de tomar y hablamos de cómo nos fue durante nuestra separación.
- __________, yo sé que lo que causo nuestra separación fue por mi infidelidad, pero quiero que me des una oportunidad, sí quieres confirmar que he cambiado te propongo que seamos amigos ¿Qué te parece? -. Propuso, mientras yo tomaba un sorbo de mi bebida, la cual deje en su lugar; sin verlo, mire hacia mis regazos y me quede pensando, y me pareció que no era una mala propuesta, al fin y al cabo yo sabía que solo nos íbamos a quedar como amigos y nada más, porque hacia mucho tiempo que se había terminado, y de una manera que para mí no fue nada agradable… y que me había causado mucho dolor, y también miedo de volverme a enamorar y caer con la misma piedra.
- Me parece bien, encima una oportunidad no se le niega a nadie, pero… puede suceder de que no sentiremos lo mismo como cuando éramos novios, de que esos sentimientos quedaron en el olvido, pero hagamos un intento -. Respondí, levantando mi rostro y verlo, y así tome el valor de decirle que estaba la posibilidad de que nada entre nosotros podría volver a suceder, pero el intento no haría daño a nadie, por lo que vi que él se había relajado al escuchar que aceptaba intentar algo que solo quedaría en el olvido.
- Acepto tu propuesta, _________ -. Respondió, mientras sonreía al igual que yo, ya nada me causaba dolor y mucho menos los recuerdos causaban que cayera en una tristeza total, aunque me sentía muy mal por lo de Nick, por su confesión… y por todo lo que se relacionara a él y a mí, y exactamente de nuestro mutuo amor.
A las 6:30 de la tarde terminamos de hablar, y sin perder tiempo salgo del restaurante y en la puerta, me encuentro a Joe, Kevin y Nick, esperándome.
- ¿Viene con nosotros bella diosa?-. Pregunto Joe estirando su brazo.
- Voy con ustedes hermosos caballeros -. Respondí con una sonrisa en mí y agarrando su mano.
Entre al auto y a las 7:00 de la tarde llegamos a la casa de Juan, donde estaba Frankie y Denisse. Kevin que estaba manejando y con Joe a su lado, nos dijeron a Nick y a mí que nos bajemos a buscar a Frankie; nosotros bajamos sin intercambiar palabras, Nick había callado durante todo el trayecto al igual que yo, y así nos encontrábamos caminando hacia la casa de Juan; llegamos a la puerta, y Nick toca el timbre y nos atiende Julieta, la mamá de Juan.
- Ah, ustedes vienen a buscar a Frankie -. Dijo con una sonrisa en su cara, mientras abría más la puerta y nos permitió ver por dentro de la casa, y sentada en el sofá se encontraba Denisse, quien se quedaría un rato más, por lo que nos pidió que nos lleváramos a Frankie con nosotros a la mansión.
- Sí Julieta, venimos a buscar a Frankie -. Respondió Nick, sonriendo y esperando a que Frankie se asomara a la escalera.
- ¡________, viniste con Nick a buscarme como lo prometiste! -. Grito bajando por las escaleras feliz, y viniendo hacia mí para abrazarme, mientras sus cosas se los da a Nick.
-Te vine a buscar como lo prometí -. Dije dándole un beso en su mejilla fuertemente, y así abrazándolo como me gustaba abrazarlo.
- Chau señora Julieta, chau Juan -. Se despidió Nick agitando su mano, mientras con la otra llevaba la mochila de Frankie.
- Chau a todos y gracias -. Dijo Frankie, mientras dejaba de abrazarme.
- Adiós chicos y cundiesen -. Finalizo la madre de su amigo, mientras cerraba la puerta y nosotros nos encaminamos hacia el auto, en donde nos subimos y una vez allí Kevin arranca el carro.
- ¿Adónde quieres ir Frankie? -. Pregunto, mientras fijaba su mirada en a carretera, Joe se encontraba mirando hacia la ventanilla y nosotros tres esperando a la respuesta de Frankie.
- A tomar helados -. Contesto luego de estar pensando su respuesta; nosotros dos miramos a Frankie, que su cuerpo impedía vernos, pero al sentarse de nuevo a su lugar, nuestras miradas se encontraron, y como respuesta de cada uno, nuestras mejillas se enrojecieron, haciendo que evadiéramos en un minuto nuestra mirada, mirando cada uno por su ventanilla.
- ustedes 3 ¿Están de acuerdo? -. Nos pregunto Kevin, quien miraba por el espejo retrovisor a mí y a Nick, sin ánimos nosotros dos respondimos sí, mientras Joe grito, a dúo con Frankie, que estaba de acuerdo.
Llegamos a la heladería que quedaba cerca de un lago donde estaba rodeada por barandas(puestas horizontal); la noche estaba hermosa con la luna que se reflejaba en el lago cristalino y por las estrellas que decoraban a la noche al igual que al lago; los cinco entramos a la heladería, los chicos me dejaron elegir primera, mientras ellos pedían el suyo, y por ser la primera pude salir a afuera y me acerque al lago, cruzada de brazo me apoyo a la baranda suspirando, y luego de unos minutos siento que alguien me agarra de la cintura y me hace girar suavemente, para verlo a los ojos.
- Nick… -. Susurre sorprendida, y así por su cercanía -. ¿Qué sucede? -. Le pregunte aliviada por su alejamiento, aunque luego de eso me arrepentí, porque quería su cercanía y sus labios rozar con los míos, para poder, por un impulso o por lo que fuese, besarlo y él a mí; y así sentir lo que no pude con aquel beso que no pude saborear y aprovechar por tonta que fui.
- Quiero que olvides de lo que te dije de mis sentimientos hacia ti -. Dijo poniéndose a mi lado, apoyando sus codos y espalda en la baranda -. Quiero que olvi… -. Le impido que siguiera tapando su boca con mi dedo, el cual temblaba por sentir sus labios por debajo de mi yema.
- No lo voy a olvidar nunca Nick, no lo quiero olvidar -. Le susurre, mientras él saca mi dedo de su boca y rodea una vez más mi cintura, para abrazarme y yo apoyar mi rostro de perfil en su hombro, oliendo su cuello, el cual estaba rociado por su perfume, y con mi dedo comencé a acariciar, inconscientemente, su cuello.
- Pero… -. Lo interrumpo, sin que tuviera que dejar de estar así con él.
- A Ignacio le di una oportunidad pero que íbamos a ser amigos y… -. Esta vez él es quien me interrumpe, sin dejar de abrazarme y yo acariciar su nuca, enrollando en mi dedo uno de sus perfectos rulos castaños oscuros.
- ¿Qué quieres decir? -. Pregunto, mientras sentía su respiración sobre mi cuello y hombro, ya que él estaba con su mentón sobre mi hombro, acariciando mi espalda y mi melena.
- Quiero decir que quedemos como amigos vos y yo, quiero que vos me esperes -. Le susurre al oído, porque no tenía la voz suficiente para decirlo de otra manera, quería que no dejara de amarme, sino que esperara un poco más, para tener un tiempo libre… y así poder, cuando sea el momento indicado para mí y para él, ser algo más que unos amigos de la infancia.
Nick acaricia mi mejilla, pero no le permito que lo haga, porque quería estar como antes -. Te esperare hasta el fin del mundo, ángel mío -. Me susurro, mientras sentía que en sus labios se curvaban en una sonrisa.
- Gracias Nick -. Le agradecí abrazándolo fuertemente, y él a mí. Estaba contenta, porque sabía lo que él sentía por mí, aunque él no sabía lo mucho que lo amaba.

por **Taescaab** Dom 11 Mar 2012, 3:52 pm

oohhh roci con este capitulo te revindicaste eres dramatica y una cursi al mismo tiempo,senti cosquillas imaginando esa cercania con nick jajaja estoy conteniendo las ganas reir de puro nerviosismo jajjajajajajajja las demas lectoras me deben agradecer yo te subo el animo y tu subes capitulos para que ellas y yo leamos...te quiero roci

por **Rocio_Jonas** Dom 11 Mar 2012, 3:55 pm

taescaab escribió:oohhh roci con este capitulo te revindicaste eres dramatica y una cursi al mismo tiempo,senti cosquillas imaginando esa cercania con nick jajaja estoy conteniendo las ganas reir de puro nerviosismo jajjajajajajajja las demas lectoras me deben agradecer yo te subo el animo y tu subes capitulos para que ellas y yo leamos...te quiero roci

XD es verdad... si lo sé, soy muy dramática y cursi a la vez XD
pero así soy jajaja, y creo que asi me quieren (?
XD bueno espero muchos comentarios para mañana
n.n aaaaaaaah, voy a poder subir mis dos caps que me gustan XD
jajaja besos :D

por **Belencita** Dom 11 Mar 2012, 5:14 pm

OHHHHH TE ESPERARE HASTA EL FIN DEL MUNDO!!

NANAIIII QUE TIERNOS.... ME ENAMORO DEMACIADO.. NO PUDO SEER MEJOR Y MAS ROMANTICO.... Y TAN REGODIONAS QUE SALIMOS POR QUE NO LE DECIMOS LO MUCHO QUE LE AMAMOS!!

PERO NO AY QUE PONERLE DRAMA A LA HISTORIA UN POQUITO CIERTO?

XOXO

por ***Stephanie*** Lun 12 Mar 2012, 11:44 am

SIGUELAAA!!!

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:21 pm

Lo prometido es una promesa y como tal... Su recompensa por ser tan hermosas, leales, fieles y lindas lectoras :D
MARATÓN!!!!!!!!!!!!!!!!!! jajaja

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:41 pm

MARATÓN: SEIS CAPÍTULOS SEGUIDOS

Capitulo treinta y cinco: Acepto protagonizar a Isabella.

La noche anterior fue el más hermoso recuerdo que había guardado en mi corazón, solo que… en él sé coló una hermosa ilusión, la cual fue tener un beso de él, y aunque admito que él me beso… fue como si no lo hubiera hecho. No recuerdo como sabían sus labios… y por eso me arrepentí demasiado.
Desde esa vez, había pasado ya un mes, el cual fue una gran batalla de sentimientos, ya que de vez en cuando deseaba decirle a Nick que ya todo estaba, que no debía de esperarme más… pero algo me acobardaba y demasiado, y comprendí que era porque aun no me encontraba lista para empezar una relación, ya que el miedo, aunque confiaba ciegamente en Nick, me ganaba de mano; me era demasiado difícil debatir el miedo de ser engañada cuando una vez confié ciegamente en alguien como Ignacio. Durante el mes, a pesar de esa batalla por acabar con el miedo de ser traicionada una vez más, en la materia de música y teatro, cuyos profesores eran Cristián y Samanta, proyectaron hacer diferentes cosas para cada fiesta del colegio: El primer proyecto era hacer una obra teatral, siendo todos los alumnos, parte de ella. Desde que ellos nos dijeron eso, habíamos todos escrito, individualmente, una obra, la cual sería una elegida para ensayarla y hacer la obra teatral en la institución. Todos estuvimos de acuerdo con aquel proyecto, y yo más que nunca, ya que me encantaba escribir ensayos. Con entusiasmo escribí mi obra y así Nick; mi obra trataba de una historia del siglo XIX, en donde dos jóvenes romanos se amaban… pero que era prohibido, pero ellos iban contra todos los que decían que su amor no podía ser… y así acababa con sus vidas, pero estando los dos juntos, haciendo realidad su sueño de morir juntos.
Aunque no estaba muy segura de que mi historia sería elegida, igual se la entregue a mis profesores, quienes le entregaron todos los ensayos al director, quien había elegido mi obra; cuando lo habían dicho, me quede sorprendida… y por otro lado alegre por que fuera elegida por el director. La verdad que me había esmerado demasiado para escribirla, y que nada de esa obra trataba ni un poquito de mí… sino de imaginar esos adolescentes enamorados, en una época que no se permitía enamorarse… y mucho menos casarse por amor, sino al contrarió, ser casados sin aquel sentimiento, si no por obligación por parte de los padres.
- Creo que… debo de pensarlo, no tengo confianza de mi misma Nick -. Le dije mientras estábamos sentados los dos, fuera de la cafetería, almorzando solamente nosotros dos, como lo hacíamos desde que él me había confesado su amor; miraba para otro lado, imaginando yo, ________ ________, haciendo el principal papel de mi propia obra. La verdad que no me confiaba demasiado haciendo de mi creación, para mi no era muy justo que fuese así; yo, al escribirlo, imaginaba a otra persona que hiciera del papel de Isabella, porque creía que nunca sería yo, quien hiciera de aquella joven enamorada de Paolo, quien estaba tan enamorado al igual que ella de él… pero que su amor era prohibido.
- Yo creo que no deberías de hacerlo -. Respondió él, y lo mire a los ojos, dejando de ver a otra parte -. Es tu obra, es justo que tú protagonices a Isabella… Además, ¿Sabes quien hará de Paolo? -. Pregunto de un momento a otro, dejándome casi perpleja; la verdad que si yo aceptaba, no sabría quien sería de Paolo, y un poco de intriga, ante eso, me dio. En mi obra, a pesar del final, en casi toda la obra Isabella besaba a Paolo; Sam y Cris, me eligieron a mí para ser Isabella, cuya respuesta sería luego de la anteúltima materia.
- Te soy sincera, no tengo ni idea -. Respondí, pensando en quien pensaban nuestros profesores elegir al que protagonizara a Paolo, un poco de nervios tenía -. ¿Pero crees que debo de aceptar? -. Le pregunte, mientras mi cara sostenía con mis manos, y resoplaba, ya que mi flequillo me molestaba, no dejaba que lo mirara. Él sonreía como siempre, pero diferente como hacia un mes, me había sonrojado, y tímidamente sonreí, dirigiendo mi mirada hacia otra parte.
- Sí, acepta -. Afirma él, agarrando mi mano, la cual había extendido inconscientemente hacia él; su calidez debajo de mi mano, se sentía bien, y hacia que mi corazón comenzara una vez más, a latir con fervor. Lo mire y sentía el imán que teníamos nosotros, porque… nuestros rostros comenzaron a acercarse lentamente, hasta casi rozarse, y como tantas veces, desde hacia un mes, aquel momento era interrumpido por algo, y esta vez por el sonar del timbre, dando señal de que debíamos ir para clases. La decisión de aceptar o no, ya la había aclarado, aceptaría protagonizar a Isabella, pero que igual no estaba muy decidida, ya que temía que mis profesores eligieran a alguien que yo conociera… y entre ellos se me había cruzado Nick.
- Bien -. Dije al salir de la clase con Nick a mi lado, quien sostenía su mochila con un brazo en un solo hombro, mirando hacia delante -. Decidí que aceptare protagonizar a Isabella -. Inquirí y él me mira, con su actual sonrisa -. Pero no estoy muy segura -. Proseguí, haciendo más lento mis pasos, la verdad que no sabía que si lo que estaba aceptando sería algo bueno.
- No digas eso, anda… sé que podrá protagonizar a Isabella, al fin y al cabo, tu fuiste quien creo ese personaje, ¿A que le temes, _______? -. Su pregunta tenía sentido para mí, porque le temía a que tuviera que hacer cada escena que había escrito, las cuales cuando Isabella y Paolo se besaban, temía que fuera él Paolo y que tuviera que besarlo, aunque esos besos no serían actuados, sino verdaderos y reales.
- No sé Nick -. Respondí, porque no podía decirle lo que por mi mente pasaba, no podía hacerlo. Sin mucho ánimo, comencé a caminar un poco más rápido, hasta llegar a la sala de música y teatro.
- Confía en mí, acepta… solo es una obra, nada más -. Dijo antes de abrir las puertas y entrar los dos; Cris se dirige hacia nosotros, y como auto reflejo, tomo la mano de Nick; dirán que era una tonta por estar así… pero era difícil, tanto como dejar de tener miedo a enamorarme y entregar mi confianza. Nick había correspondido mi mano, y eso un poco me relajo, un poco para poder contestar ante la pregunta de mi profesor/padrino.
- ¿Lo pensaste, mi estrella? -. Pregunto, con una sonrisa de triunfo en su rostro, el cual me causo que se me cruzara por la cabeza de cómo sabía él que aceptaría. Su mirada se encontraba mirándome, pero había bajado hasta mi mano y la de Nick, las cuales se encontraban entrelazadas. Mi padrino, como mi padre, eran celosos; para que aceptaran a Ignacio de que sea mi novio, tuve que arrodillarme un poco más ante ellos dos, gracias que mi madre y Sam me ayudaron, cuyo método nunca supe… pero que me había ayudado, aunque al ver esa escena de él con Flor, había deseado que mi padre y padrino, no se dejaran convencer -. ¿Qué significa eso? -. Pregunto señalando mi mano entrelazada con la de Nick; su rostro me había causado risa, y un poco de miedo también, por lo que opte a dejar de agarrar la mano de Nick, y así responder la primera pregunta, la cual ya tenía decidida.
- Acepto protagonizar a Isabella -. Respondí, viendo por sobre el hombro de Cris, asomarse Sam, quien lo agarra de los hombros y me miro tanto a mí como a Nick, para luego hacer un comentario bastante embarazoso para mí y para Nick, creo que más para mí.
- Hacen una linda pareja ¿Verdad, Cristián? -. Pregunto, y como lo vi yo ella lo sintió, a mi padrino tensarse ante lo que había dicho, y la verdad que ahora que lo estoy recordando, me causa mucha gracia -. Digo, como para protagonizar a Isabella y Paolo -. Inquirió y mi padrino se deja relajar, la verdad que yo pensaba que no podía ser así, que mis conclusiones hubiesen sido ciertas; me sentía tan sumida al temor de que debía de hacer la obra con Nick, cuyo amor de los personajes, nosotros dos sentíamos, aunque lo nuestro no era prohibido, y no acabaría con una tragedia como lo había escrito. Nerviosamente, nosotros dos comenzamos a reír, y mi padrino, no muy convencido, arqueo un ceño y nos miro fijamente.
- Sí, los dos protagonizaran a Isabella y Paolo, esta decidido -. Dijo, mientras se giraba para ir hacia el escenario y decir a cada uno de los alumnos que papel tomarían cada uno de ellos en la obra. Tensada por los nervios, miraba anonadada hacia donde estaban todos, y así sumida a mi imaginación de cómo sería todo el tiempo que debía de ensayar con Nick, tanto en la institución como en la mansión, y como haría para invadir esas escenas que tomaban el papel, es decir: Los besos.

Referencia: la obra puede ser algo parecida a Romeo y Julieta, pero no tanto.

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:43 pm

Capitulo treinta y seis: Ensayos… y más ensayos.

Después de que acepte interpreta a Isabella, estuvimos todos los estudiantes pendientes de las indicaciones que nos daban los profesores, con respecto a la obra. Cada uno debía dedicarse a sus papeles; claro que no todos iban a actuar, sino que algunos se dedicaban a la escenografía, de los vestuarios, de las luces, de los micrófonos, etc.; y así cada uno tenía algo que hacer, aportando lo que podían al proyecto de la institución. Cuyo proyecto tenía como finalidad, recaudar dinero para donarlas a un hospital y a un hogar, para los niños discapacitados.
La verdad, que al enterarme de la idea de recaudar fondos para un acto de caridad, me llego al corazón. Y eso causa las ganas de sacar lo mejor de mí, para hacer que la obra se destacara, que demostrara a su vez el esfuerzo de cada estudiante; ya que todos, durante un mes, debíamos dejar algunos programas y tiempos libres, para hacer que la obra terminara, en su estreno, con devociones; porque el esfuerzo durante ese mes, valieron mucho. Además, no siempre algo salía bien. Muchas veces paso que algunos actores se enfermaban o algo con el vestuario pasaba, haciendo que pensáramos que la obra no llegaría a su fin. Pero siempre hubo una solución para cada situación, las cuales a veces nos sacaba de nuestros cabales; hasta inclusive, recuerdo que hubo muchos enfrentamientos entre los estudiantes, ya que siempre había alguien que se ponía a opinar del duro trabajo del otro, algo que no me gustaba. La obra tenía un hermoso fin, como el recaudar fondos, y no era justo que no se diera porque siempre había alguien que lo impedía, ya sea por sus absurdas opiniones o por las malas ganas de hacer lo que indicaron.
A pesar de eso, pudo realizarse la obra. No puedo decir que uno tenía más importancia que otros, con respecto al proyecto; pero si puedo afirmar que mi papel, el de interpretar a Isabella, se me hacia muy difícil. Muchas veces pensé que era un trabajo que me ganaba, y tantas veces pensé en bajarme y dejar la obra. Pero Nick no lo permitió, y siempre lo justificaba con el hecho de la recaudación de fondos. Gracias a eso, siempre volvía a intentarlo. Me era difícil, pero pude afrontarlo, gracias a Nick y a mis profesores. No era que no me gustara actuar, sino que el hecho de saber que en esa obra besaría a Nick, me causaba pánico. Y solo porque yo sabía los sentimientos de Nick hacia mí; y además, ya había asimilado mis sentimientos hacia él. Aun no podía decirle que aceptaría ser algo más que su amiga, y era porque aun no afrontaba mis viejas heridas. Cada vez que pensaba en aceptar el amor de Nick, los viejos recuerdos, las heridas, el dolor por haber sido engañada y traicionada, me retraían e impedían que lo aceptara.
Cada ensayo era una lucha, y eso que mi padrino evito ensayar las escenas del beso, ya que no era necesario. Tanto Nick como yo, sabíamos besar, por lo que no era necesario; y agradezco porque haya decidido eso, ya que esa situación, con tan solo imaginarlo, era mucho peor que por lo que estaba pasando en esos momentos.
- Paolo…
- No, ______ -. Me dijo Cristián, subiendo al escenario -. Debes de ser más expresiva al momento de nombrar su nombre… como demostrando dolor y a la vez temor cuando estés en esta parte de la obra.
- sí, lo entiendo -. Inquirí algo agotada. En ese día me sentía mucho más cansada que las anteriores semanas, pero hice el esfuerzo de mantenerme solida, ya que faltaba tan solo dos días para el estreno. En ese momento nos encontrábamos ensayando el final -. ¿Puedes darme una botella de agua? -. Le pregunte a mi padrino, quien me alcanzó la botella, la cual bebí su contenido como si fuera que había caminado durante una semana por el desierto sin agua.
- ¿Estas mejor? -. Pregunto Nick, quien me sonríe como siempre lo solía hacer, aunque en cada sonrisa se destacaban sus miradas que me decían lo tanto que me amaba. Quizás no era consciente de lo que decían sus dulces miradas, pero era como si él hablara a través de ellas.
- Sí, un poco cansada. Eso es todo -. Le respondí dulcemente, mientras dejaba la botella al borde del escenario y volvía a leer mi dialogo, aunque de re ojo lo miraba como se memorizaba sus diálogos. Era un excelente actor, eso lo decían todos. Y yo pensaba dentro de mí, que ese era su talento, por algo desde muy pequeño estuvo en Broadway, actuando en diversos show del mismo.
- Bueno, si están listos… comiencen -. Nos indico Cristián, quien se lo veía cada vez más decidido en llevar a la obra a delante, ya que no aceptaba ninguna derrota de ninguno de los estudiantes. Sam, también se empecinaba en que todo anduviera sobre ruedas, y valla que si lo hacia, cada paso que debía hacer, ella me los remarcaba bien. Si no estaba segura de hacer determinado paso, ella lo maniobraba para que lo pudiera hacer. Era una excelente corógrafa, y así una grandiosa esposa.
Así eran casi todos los ensayos, aunque creo que los ensayos que se realizaron durante los últimos cuatros días que restaban para el estreno de la obra, fueron mucho más duros. Pero no puedo quejarme, todos supieron comprenderme y respetar mi manera de desenvolverme en el escenario.
- estuviste grandiosa en este ensayo -. Me dijo Nick, una vez que nos encontrábamos encaminándonos hacia la mansión a pie; ya que, desde que empezamos con los ensayos, nos quedábamos horas extras.
- ¿Tú lo crees, Nick? -. Le pregunte algo insegura. La verdad que yo no lo había visto así, o mejor dicho, no me había sentido de esa manera -. Yo no me sentí así, sino por lo contrario… me sentí muy insegura y con poco carácter para interpretar a Isabella.
- Por lo que me respecta, yo sentí que te comportaste como lo haría la Isabella de la obra -. Respondió mirándome, mientras yo le sonreía. Sabía que él sabía mucho más que yo, sobre como actuar. Y me sentí muy alagada al escucharlo de sus labios.
- Gracias Nick -. Dije agarrando mi bolso con fuerzas, ya que deseaba estrecharlo entre mis brazos. Quería acabar con todo, quería tenerlo como sus ex lo habían tenido. Ya no podía aguantar estar distanciados sin poder, ni siquiera, rozar sus labios con los míos. Estaba realmente contrariada conmigo misma; ya que por un lado quería tenerlo a mi lado siendo algo más que amigos, y por el otro… aun no podía deshacer el miedo de pensar de volver a ser lastimada. Sabía que él sería incapaz de hacerme daño, y de más esta decir que era incapaz de traicionarme. De eso no podía decir nada, ya lo había visto cuando le dijo a Selena que no la amaba más, algo que me hubiese gustado que hubiera hecho Ignacio.
- ¿Tienes Frío? -. Pregunto de repente, causando que lo mirara. Negué con la cabeza, y él volvió a sonreír. ¿Es que no se daba cuenta de que cada sonrisa y cada mirada me mataban de amor? Al parecer no era consciente de ello, y aunque por un lado me dolía ver esas miradas y sonrisas, por el otro… me encantaba, me hacían sentirme viva porque ocasionaba diferentes remolinos de sentimientos, que chocaban entre sí, haciéndome pensar que había una lucha interna de la cual dependían muchas cosas que apreciaba, como aquella lejana amistad… en que solamente nos queríamos.
- ¿Por qué… por qué tuvo que suceder de esta manera, Nick? -. Le pregunte, y él me miro con un ceño arqueado. Aquella actitud me causo gracia, haciendo que tapara la mitad de mi rostro con mi campera, para disimular mi sonrisa.
- ¿A qué te refieres? -. Pregunto entre carcajadas, ya que mi actitud le había causado gracia.
- Me refiero… a todo lo que… sientes por mí -. Respondí y él se paro en seco, como si le sorprendiera mi respuesta -. ¿Pasa algo?, ¿Dije algo que no debía? -. Pregunte y él negó con su cabeza, cuyos movimientos causaban el danzar de sus perfectos rulos.
- Es que… me lo dijiste de una manera que me da a entender que… -. Se mantuvo en silencio, mientras se acercaba a mí -. Ya no te importa lo que una vez fuimos…
- ¿Es qué no es así? -. Volví a preguntar, estando enfrente de él. De lo tan cerca que estábamos, vi que sus ojos destellaban de una manera que me enamoraba cada vez más -. Ya no somos amigos, Nick… en realidad ya no sé lo que somos, pero…
- ¿Pero… qué? -. Pregunto metiendo sus manos en los bolsillos de su jean. Realmente no sabía que responder, no sabía que éramos de verdad. Fuimos amigos, en la infancia; pero en ese entonces ¿qué éramos? Él no me quería, sino que me amaba así como yo a él.
- Pero… eso no significa que podríamos ser algo. En un futuro no muy lejano ¿Verdad? -. Respondí viendo su mirada, la cual no dejaba de sostener y mantener ese brillo latente que me encandilaba el corazón.
- entonces dices… -. Se mantuvo en silencio por un segundo, mientras se tocaba la cabeza con su mano derecha, cuyo movimiento causaba que deseara abrazarlo con fuerzas y nunca más soltarlo, congelando el tiempo en ese momento para estar juntos por toda la eternidad -. ¿Qué podríamos ser algo más que amigos y simples conocidos?
- Sí, eso es lo que quiero decir… -. Respondí siendo yo, esta vez la que se acercaba a él. Aun perdido en sus pensamientos, quizás pensando lo que le había respondido, al verme tan cerca suyo se sorprendió pero no alejo su rostro del mío. Le sonreí mientras agarraba su mano, que aun se encontraba dentro de su bolsillo -. Pero tienes que esperar un poco más…
- Ya te lo había dicho… te espero por toda la eternidad, si es necesario -. Susurro a medida que con su mano derecha acariciaba mi mejilla, sin siquiera pestañar.
- Ven… -. Le dije sujetando su mano con la mía, mientras comenzaba a correr -. Hagamos una carrera… el que llega ultimo, tiene que hacer su tarea durante una semana -. Dije mientras comenzaba a correr, a medida que soltaba sus manos. Él comenzó a correr detrás de mí, riendo como nunca lo escuche reír desde que había llegado a L.A.
A medida que miraba hacia atrás, viéndolo correr para alcanzarme, la suave luz del crespúsculo causaba que su delicado rostro pareciera mucho más delicado y suave; sus perfectos rulos se veían, a causa de la luz del atardecer, más claros de lo común, y sus ojos como su blanca sonrisa mucho más atractivas que otras veces.
En ese momento me sentía tan feliz, que ya no me afectaba ni el pasado ni el pesado presente por el que estaba soportando. Sentía que si él estaba conmigo, era eternamente feliz. Y sí que lo era, porque realmente lo amaba; y a pesar de todo lo que tuvimos y lo que estábamos pasando, yo lo amaba con todo mí ser, y aun lo sigo amando… aunque él ya no se encuentre junto a mí.

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:44 pm

Capitulo treinta y siete: No pretendo ser como tú (1era parte)

Un día antes de la obra, todos nos levantamos como todos los días. Aunque por suerte fui más rápido que Joe, por lo que pude entrar al baño, tomándome todo el tiempo del mundo para hacer todo lo que tenía que hacer. Seguido de mí, salió ______ de la habitación, dirigiéndose al baño en el cual entro al salir, mientras me sonreía de una manera que me enamoraba cada día más.
Baje escaleras abajo, y me dirigí hacia la cocina, en donde encontré a mamá haciendo el desayuno. Mientras esperaba que _______ y los demás bajaran, ayude a mamá a poner el desayuno en el comedor. Cuando había terminado, entro ______ riéndose por los chistes de Joe, quien siempre la hacia despertar con una sonrisa grabada en su rostro.
- Buenos días, Nick -. Dijo ______ besando mi mejilla. Corrí su asiento y se sentó, y yo hice lo mismo al instante. Una vez que todos estaban sentados, comenzamos a desayunar.
- hoy es el ultimo día de ensayo, ¿Verdad? -. Pregunto Joe, quien estaba untando su tostada. ______ se había puesto nerviosa, con solo verla supe que ya había empezado con el pánico escénico.
- Sí -. Me limite a responder, mientras sujetaba su mano con las mías por debajo de la mesa. Su mirada se centro en nuestras manos unidas, y a medida que esbozaba una leve sonrisa, su mirada ascendía hasta verme a los ojos. Cuando la mire fijamente a los ojos, no quise nunca más perderme de sus miradas. Sentía que ellas me cantaban hermosas palabras de amor, aquellas que solo las miradas te pueden regalar.
Tuve la intención de posar mi mano derecha sobre su mejilla, pero reprimí ese impulso que me llevaría hasta sus labios. El día siguiente, la besaría como nunca pude imaginar besar a alguien. Deseaba con intensidad el estreno de la obra… hasta tal punto que en esas noches no podía pegar un ojo, por la emoción de sentir que en tan poco tiempo la besaría, besando aquellos labios, que hasta ese momento desconocía su sabor.
Cuando terminamos de desayunar, todos, menos papá que tenía que ir al trabajo, ayudamos a mamá. Lo único que pudimos hacer, fue juntar la mesa, ya que teníamos que irnos al instituto. Cuando Big Rob aparco la camioneta enfrente del instituto, sonreí como nunca creí que ir al instituto me haría feliz. Pero el hecho de estarlo, no era que lo producía el instituto, sino el motivo de que ______ y yo ensayaríamos por ultima vez, aquella obra que me regalaría un beso del amor de mi vida.
Bajamos de la camioneta y prácticamente, todos entramos a la sala de Música y Teatro. Al entrar junto con ______, ambos nos quedamos perplejos al ver a todos los estudiantes que caminaban de acá para allá, y así con todas las cosas. Algunos caminaban con el vestuario, otros con una lista de canciones, o un micrófono el cual se había roto, entre otras cosas.
- Me alegra de que solo tengamos que actuar -. Le murmure al oído a ______, quien se río de mi comentario. Su sonrisa era lo que me bastaba para que mi corazón palpitara de alegría.
- Eso es verdad -. Susurro muy cerca de mi oído, hasta tal punto que sentí como su aliento había causado que unos de mis rulos se movieran, como si el viento lo hubiera causado. Su extremada cercanía causaba que mi piel se erizara al simple acercamiento; y mi impulso, junto con la necesidad de sentirla muy cerca de mí hasta el punto de estrecharla a mi cuerpo, hizo que rodeara su cintura con mis brazos aferrándola contra mí. Al hacerlo, su mirada me miraba sorprendida, sus mejillas se habían ruborizado un poco, dejando en sus mejillas un tono rosa muy claro, y había causado que su larga melena, la cual se encontraba suelto, se moviera al compás de mi movimiento. Le sonreí a medida que me acercaba a su rostro. Por un momento creí que la besaría en ese mismo instante, pero pude evitarla cuando acerque mi rostro a su cuello, en donde enterré mi cara entre sus cabellos que olían a jazmines.
Ella, simplemente, enredo sus manos en mi cuello. Correspondió a mi abrazo, el cual no era su finalidad, sino besarla era lo que quería. Deseaba tenerla como muchas veces la tuvo Ignacio; quería y deseaba tener sus labios cubiertos con los míos. Pero no quería desesperarme, porque si lo hacia… quizás ella jamás me daría una oportunidad; y solo por el hecho de que no la había esperado como tantas veces dije que la esperaría.
- ¿Listos para comenzar el ensayo, muchachos? -. Pregunto de repente Cristián, quien nos había interrumpido, aunque agradezco que lo allá hecho, porque de seguro no hubiera podido reprimir por mucho tiempo más, la necesidad de besarla.
Mientras los demás se centraban en lo suyo, ________ y yo nos concentrábamos precisamente en estudiar los diálogos. Cada vez que la miraba, la veía concentrada en lo que hacia. Si soy sincero, me encantaba verla murmurar muy por lo bajo sus diálogos, mientras hacia movimientos con sus manos al aire libre. En uno de esos momentos, los chicos que estaban comprobando que las luces anduvieran bien, dirigieron la luz hacia ella, causando que su rostro resplandeciera por la clara luz. En ese momento desee que alguien le sacara una foto, la cual solo yo la tuviera en mi poder. Estaba hermosa, y ni me podía imaginar como estaría cuando se vestiría de Isabella.
La mañana había pasado volando, ni había entrado a la sala de Música y Teatro, que ya nos teníamos que volver a la mansión. Enfrente del instituto nos esperaba Big Rob, sin la compañía del pequeño Frankie. Todos nos dirigimos hacia él, pero antes de que diera un paso para llegar, suena mi IPhone el cual lo saque de mi mochila.
- Nick -. Dijo _______, y la mire mientras sostenía mi IPhone en la mano. Antes de que bajara del auto, le mostré mi IPhone, y como entendiendo mi señal se mantuvo en su lugar observándome. Mire la pantalla del IPhone, y aparecía un numero desconocido. No iba a atender, pero quise saber quien era la persona que me estaba marcando en mi IPhone.
- Hola ¿Quién llama? -. Pregunte escuchando la respiración de la otra persona detrás del auricular. Cuando iba a cortar, alguien empieza a hablar.
- Hola, ¿Sos Nick Jonas? -. Pregunto de repente. Realmente la voz se me hacia conocida y familiar, pero no recordaba de donde la había escuchado antes.
- Sí, soy yo -. Respondí de la manera que se me ocurrió hacerlo, porque algo me daba mala espina.
- Soy Ignacio -. Cuando dijo quien era, iba a acortarle, y como sabiendo lo que haría, no me permitió colgarle -. Espera… quiero que hablemos, y es algo que a ambos nos interesa.
- No hay nada que me interese lo mismo que a ti…
- A ¿no?, ¿Y ________? -. Cuando la nombro, caí en cuenta de que si había algo en común entre nosotros, y era ________. Aunque no estaba muy seguro de aceptar su cita, algo me hizo aceptarlo, quizás las ganas de decirle que la amaba y que no dejaría de pelear por ella.
- De acuerdo, cuando y donde -. Respondí respirando profundamente. La verdad era que no quería ir, no deseaba cruzar palabra con él; pero sabía que si se trataba de ______ era algo importante. Corte la llamada, y con mi cara que demostraba que estaba preocupado por algo, subía a la camioneta en la que todos, y especialmente ______, me estaban esperando.
Cuando había terminado con la llamada, no pude evitar ver que su rostro, que estaba sonriendo hacia unos instantes, en ese momento estaba serio y preocupado, él en ningún momento, desde que había entrado a la camioneta, me miro. Estaba preocupado y no sabía del por qué; aunque presentía que la llamada de alguien, causo que estuviera preocupado y serio.
Al llegar a la mansión Jonas, todos bajamos, aunque Nick había tardado en hacerlo. Esperándolo en la puerta de la mansión, lo observaba como se acercaba a mí sin siquiera verme. Solo quería saber que era lo que le ocurría, pero parecía que no quería hablar sobre eso. Se encontraba sumido en sus pensamientos, mientras deseaba con todo mí ser, preguntarle que le había ocurrido como para que se encontrara de esa manera. Me partía el alma no saber que le sucedía, pero no podía hacer otra cosa que observarlo como solo, subía las escaleras y entraba a nuestra habitación.
Después de un largo momento de haber llegado, ayude a Denise a preparar la merienda, ya que eran las 5 p.m.; una vez que pusimos la mesa, llame a los muchachos para merendar. Cuando habían llegado Joe y Kevin, los mire como preguntándoles en donde se encontraba Nick.
- De seguro debe de estar en su habitación -. Dijo Joe, quien parecía despreocupado. Baje la mirada y en ese momento sentí la mano de Kevin sobre mi hombro, cuya actitud me hizo mirarlo a los ojos.
- Desde que lo llamaron, esta muy preocupado. Y ahora ni siquiera bajo para merendar -. Le dije a Kevin, quien simplemente me miraba con sus ojos esmeraldas, los cuales me hacían sentirme un poco mejor, ya que sabía que él me estaba escuchando -. Tengo miedo de que… le pase algo malo, Kevin -. Inquirí después de un segundo de silencio. Kevin me abrazo fuertemente, sin decir nada.
- Deberías preguntarle que le sucede -. Me dijo en un susurro, y sonriendo asentí. Era muy buena idea, aunque no sabía con certeza si él me contaría quien lo llamo y que le dijo, pero valía la pena intentarlo.
Subí las escaleras y cuando abrí la puerta pensando que él se encontraría sentado en alféizar, mi sonrisa se borro. Él no estaba en la habitación, y por ningún lado de la mansión. Se había ido, y sin decir nada, dejándome preocupada. Lo llamaba por su IPhone, pero me atendía la contestadora.
- De seguro tuvo que hacer algo con urgencia, sin poder avisarnos -. Decía Joe, tratando de calmarme, ya que estaba muy preocupada por Nick. Desde esa bendita llamada, había dejado de sonreírme y de verme, y por sobre todo, de hablarme. Sentía que algo malo iba a suceder con nosotros, y eso me dañaba más de lo que podía soportar.

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:46 pm

Capitulo treinta y ocho: No pretendo ser como tú (2da parte)

Cuando subí a la habitación, lo primero que atine a hacer, fue dejar la mochila en el suelo y dejar que mi cuerpo cayera sobre la cama. Estaba destruido, ya que no podía verla a la cara. Sabía que si lo hacia, no podría ocultarle la verdad de que Ignacio, su ex novio, me cito para hablar de ella. De seguro, que ella insistiría en ir conmigo, y eso no lo podía permitir. Tenía que hablar con él, y a solas. Aunque nunca imagine que después de eso, terminaría cometiendo el peor de mis errores.
Después de media hora de pensar y pensar, decidí bañarme y cambiarme para ir a la plaza, en donde me estaría esperando Ignacio. Cuando estaba listo, baje las escaleras y mire hacia la puerta de la cocina, en donde distinguí la figura de ________, quien estaba ayudando a mi madre a preparar la merienda. Con mis llaves a mano, salí de la mansión. Camine unas cuantas cuadras, hasta llegar a una plaza en donde distinguí a Ignacio, sentado en uno de los asientos de la plaza, esperando mi llegada.
- Aquí estoy, Ignacio -. Dije algo irritado, ya que no me agradaba estar ahí, parado enfrente de alguien que hizo sufrir mucho a ______. Él sonriente, se incorpora y me extiende la mano, la cual nunca acepte estrecharla con la mía -. ¿De que quieres hablar?
- De ______ -. Respondió en seguida, mientras se volvía a sentar en el asiento. Lo mire por un momento, y supe que no había sido una buena idea haber aceptado esa cita, ya que presentía que algo malo sucedería desde entonces.
- Soy todo oído -. Inquirí sin poder hacer nada para irme. Ya lo hecho, hecho estaba; dice el refrán. Estaba ahí, y solo tenía que escucharlo hablar; aunque no creí que me recalcaría mi relación con Selena, la cual ya se había terminado hacia mucho tiempo.
- Sé que una vez traicione el amor de _______, y que ella no me aceptara de nuevo -. Comenzó a decir, mientras entrelazaba sus manos entre sí. Sabía a que quería llegar, pero no lo interrumpí -. También sé que ella ama a alguien más, lo veo en sus ojos…
- ¿Y qué tengo que ver en todo esto? -. Pregunte cuando me miro directamente a los ojos. Yo también percibí que ella estaba enamorada, y también sabía que ese amor era para mí. Pero por los hechos de Ignacio, causaron ciertas heridas que no cicatrizaban aun, produciendo a la vez, un miedo de volver a ser lastimada.
- Mucho… porque sé que se enamoro de ti -. Respondió incorporándose de nuevo, quedando a mi altura. Sabía que me pediría que me hiciera a aun lado, pero no iba a dejar que él se la llevara de nuevo, no después de saber que sin ella moría… porque a ella, realmente la amo -. Y sí no te haces a un lado en nuestra reconciliación… seré capaz de cualquier cosa…
- ¡¿Reconciliación?! -. Pregunte con sarcasmo, ya que sabía perfectamente que era puras mentiras de él. Ella me había dicho que tan solo iban a ser amigos, y nada más. Creía más en ella, que en las palabras de él -. ¡Por favor! No te mientas Ignacio, ella dijo perfectamente que serían solamente amigos porque… ella me ama a mí. Además, ya perdiste tu oportunidad. La traicionaste y la lastimaste, como nadie lo hizo nunca en su vida -. Dije mirándolo fijamente, ya que esa era la verdad. Ella no volvería con él, sino que se quedaría conmigo, como lo había prometido -. Yo no soy como tu… y tampoco pretendo serlo.
- Y que te hace pensar que eres mejor que yo, para estar con _______ -. Respondió a su defensiva, y la verdad que si sabía del por qué era mejor que él, para ______. Y era porque nunca la había traicionado, y jamás lo haría mientras estuviera vivo. Si alguna vez la hubiera de traicionar, me dañaría a mi mismo por haberlo hecho. Porque sus lágrimas para mí, eran pequeñas dagas que se incrustaban y lastimaban a mi corazón -. Que yo sepa, dejaste a Selena por ______. Por lo que no te hace mejor que yo para ______.
En ese momento iba a responderle que eso no me hacia ser como él, pero había logrado su objetivo: Convencerme de sus palabras. Yo había traicionado el amor de Selena de alguna manera, ya que ella me amaba mientras yo estaba amando a ______. Me había convencido de pensar que era como él; y por tanto, ni él como yo, éramos el tipo ideal para ________.
Mientras me quedaba pensativo en sus palabras, él se marcho sin decir nada. Ya había dicho lo suficiente como para que no tuviera las esperanzas de ser alguien especial para ______, así como no era el indicado para sanar sus heridas que no cicatrizaban. Con pasos lentos y mortificándome con mis propios pensamientos, me dirigí de vuelta a casa, en que debería verla, si tenía las fuerzas como para hacerlo. Realmente ya no quería volver, pero no me quedaba de otra. No sabía como estaría ella al saber que no me encontraba en mi habitación, y tampoco sabía que respondería cuando me bombardeara con todas sus preguntas, ya que la había preocupado mi ausencia. No deseaba decirle nada, y eso mismo hice cuando entre a la mansión. De reojo la observe emocionada por verme entrar, pero esa emoción de alegría se desvaneció cuando no pude verla directo a los ojos, aquellos que de un momento a otro se aguaron y derramaron miles de lágrimas por mi indiferencia hacia ella. No pude hacer otra cosa que subir nuevamente a mi habitación, encerrarme en ella y llorar por la realidad que estaba viviendo.
La amaba tanto, y no podía gozar de ese amor porque mis pensamientos decían, una y otra vez, que no era para ella. Que si una vez traicione el corazón y el amor de Selena, podía hacer lo mismo con ______, causando que llorara y sufriera como estaba sufriendo Selena.
Con el corazón destrozado, decidí cerrar mis ojos y dormir hasta la mañana siguiente. Cuando pensé en ese día, supe que era el estreno de la obra.
Ya no tenía las mismas ganas de que llegara ese día, sino todo lo contrario, deseaba que nunca hubiera llegado ese día. Con solo saber que tenía que disfrazar mi amargura con una simple sonrisa, ya me detestaba a mi mismo. Y más aún, cuando tuviera que actuar la obra, cuyas escenas ya sabía de memoria.
Tanto tiempo espere que llegara ese día para saber cuan dulces sabían sus labios, que tuvo que pasar ese momento en que hable con Ignacio, para ya no tener las ganas de besarla, sabiendo que era un patán como Ignacio. Ya no quería saber nada, ni siquiera quería acordarme como fue que decidí ir a la cita de Ignacio. Supe que no era bueno ir, pero hice caso omiso a mis intuiciones. Si no hubiera ido, todo pudo ser más simple y nunca habría dicho lo que le había dicho a _________ después de terminada la obra.
Cuando Nick entro a la mansión, sentí un alivio y una alegría de saber que había vuelto de donde haya ido; pero luego de verlo con una mirada triste, tal alivio y alegría se borraron como mi sonrisa. Sabia que destruido, pero nunca supe del por qué. Quise seguirlo, pero Kevin sujeto mi brazo para que no lo siguiera y lo dejara solo.
No quería hacer eso, quería estar con él y hacerlo sentir un poco mejor, pero cuando Kevin me miro a los ojos, supe que era mejor que lo dejara a solas. No podía dejar de ver hacia la puerta de la habitación, mientras veía como Joe y Frankie jugaban a la play. Deseaba subir y entrar, para saber que le sucedía. Pero Kevin siempre me evitaba hacer tal cosa. No sé si sabía algo, cosa que lo dudaba, pero por algo lo hacia.
- ¿Por qué no me dejas estar con él, Kevin? -. Le pregunte con un nudo en mi garganta, a causa de las ganas de llorar. Él no dijo nada, solo me miraba fijo -. Responde, Kevin.
- Él debe necesitar estar solo, ______ -. Respondió al fin, aunque con una respuesta que no esperaba oír.
- ¿Por qué? -. Le pregunte y él negó con la cabeza. Él sabía algo que yo desconocía, y no me estaba ayudando en nada con su silencio, que causaba que la necesidad de saber sea más fuerte.
- Cuando te fuiste, hizo lo mismo -. Dijo manteniendo en pausa nuestra conversación -. Él sólo pedía estar solo, y algo me dice que esta sucediendo de nuevo -. Finalizo, mientras me quedaba inmóvil, con a penas entender a lo que se refería.
Sin decir nada más, me dirigí junto a él hacia el sillón. Él me abrazo sabiendo que lo necesitaba, ya que me sentía mal. Presentía que algo malo iba a suceder con nuestra relación, y con la idea de que él dejara de amarme… aun más me ponía mal. Yo lo amaba, y sabía que él también. Pero tenía miedo de que él ya no soportara esperarme, y que había decidido olvidar ese amor por mí.
No había otra respuesta para mí, solo estaba esa y ninguna más. Y esa misma idea me torturo todo el día.
Al llegar la noche, él no bajo a cenar. Joe le llevo su cena a la habitación, y al ver que tardaba tanto en volver, Kevin le llevo la cena de Joe y la suya. Al parecer habían tenido una charla de hermanos, mientras yo… comía sin ganas de cenar. Pero ya era mucha preocupación de parte de los Sres. Jonas del por qué Nick no bajaba a cenar, como para que se preocuparan de mi apetito. Después de terminar mi cena, ayude a Denise a levantar la mesa, mientras Paul se dirigió hacia la habitación de Nick, a ver que era lo que le sucedía a Nick. Yo también quise ir, pero algo me decía que si iba… me dañaría más a mi misma, y no sé por qué, pero también pensé que a Nick le causaría el mismo dolor.
Cuando llego la hora de irnos a dormir, Kevin, Joe y Paul salieron de la habitación de Nick, dejando la puerta entre abierta para que entrara. En ese mismo momento creí que podría verlo y hablarle, pero no era así… él se encontraba durmiendo en su cama, cuyo rostro se encontraba mirando hacia la pared. Con mi corazón hecho trizas, agarre mi pijama y me fui al baño para cambiarme. Una vez lista, subí a mi cama… en la que llore mientras reprimía mis sollozos. La idea de no tenerlo como antes ni como hacia tres semanas, me mataba en vida. Entre lágrimas y sollozos, me dormí con un dolor que perforaba mi pecho y mi alma.

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:51 pm

Capitulo treinta y nueve: “Amándote en secreto” – La obra –

En la mañana, después de haber pasado la peor noche de mi vida, me desperté a causa del sol que penetraba en la ventana. Sentía mis ojos hinchados y me ardían como si tuviera fuego dentro de ellos. Baje de mi cama, y como siempre, lo mire. Él estaba sentado en su cama, sin hacer nada… más que mirar el suelo. Aunque no lo vi a los ojos, sabía que estaba igual que ayer al llegar. Sabía que estaba preocupado y triste, y lo sentía en el ambiente.
Sin siquiera saludarnos, Salí de la habitación con mis cosas para ir al baño y hacer todo lo que hacia en todas las mañanas. Al salir del baño, baje las escaleras y entre al comedor, en donde supuse que estaría la mesa lista. Era la primera vez que no ayudaba a Denise a preparar el desayuna, y la verdad que me sorprendió, porque me había despertado casi a la misma hora que Joe.
Ese día debía de ser el mejor de todos, pero no lo era. Cuando Nick bajo a desayunar, lo vi un poco mejor que ayer y que en esa mañana al despertar. Aunque aun se mantenía preocupado y pensativo, como en otro mundo. En ese momento quise leer sus pensamientos, pero no podía, no tenía esos poderes.
Mientras desayunamos, todos nos quedamos en silencio, escuchando nada más el ruido de los cubiertos contra los platos. Era tan horrendo estar en ese momento, en que deseaba gritar o hacer algo para acabar con ese interminable y doloroso silencio. Cuando termine de desayunar, lleve mi plato a la cocina en que los lave y lo seque, para después ir a la habitación, en que saque mis cosas mientras lagrimeaba una que otras lágrimas.
Cuando Nick entro, seque mis mejillas a medida que salía de la habitación. Baje las escaleras y subí a la camioneta, en que minutos después subieron los demás.
Al llegar al instituto, todos bajamos y nos despedimos de Big Rob, que nos había deseado buena suerte para la obra, aunque sus palabras fueron: “Rómpanse una pierna”, ya que decir “Buena Suerte”, en una obra trae mala suerte, o eso fue lo que me explico Joe. Era el único que me hacia reír, pero sabía que él también estaba mal por ver a su hermano en otro mundo; aunque a diferencia de mí, Joe sabía que era lo que le estaba sucediendo a Nick.
Durante las clases, nos dedicábamos a ensayar, el último ensayo que haríamos por esa vez. Ya que a la noche se estrenaría. Aunque los dos, Nick y yo, estábamos con el corazón roto, hicimos todo lo posible por hacer que el ensayo demostrara que estábamos preparados para el estreno. Para mí, fue muy difícil, a un más las escenas en que demostraba que estaba feliz. Pero en aquellas escenas en que tenía que actuar unas lágrimas, estas salían de verdad. Era el llanto que me desgarraba en la vida real el alma y el corazón. Eran mis propias lágrimas… mis propios llantos, el cual no tenía nada de actuado.
Al terminar las horas, salimos del instituto y encontramos a Big Rob que estaba esperándonos en la camioneta. Al subir, los chicos hablaban de todo lo que estuvieron que hacer para que los equipos de sonidos quedaran preparados para el estreno de la obra, mientras que Nick esbozaba una leve y minuciosa sonrisa. Pero yo no podía ni siquiera actuarla. Estaba tan destrozada por dentro, que ese dolor se penetraba por mis miradas hasta por mis palabras.
Cuando llegamos a la mansión, todos nos bajamos entrando a la misma, ya que teníamos como media hora para alistarnos. Joe, Kevin y Nick se juntaron en la habitación de Joe, ya que esta era un poco más grande; mientras yo, con la ayuda de Denise, me vestía de Isabella en la habitación que compartía con Nick.
- te pondré un poco de sombreado en los parpados, y ya estarás lista -. Dijo Denise, emocionada por ayudarme a vestirme y a maquillarme. Fue la primera vez que en ese día esboce una leve sonrisa, la cual me salió del alma. Cuando termino, me miro como admirando una escultura, y simplemente sonreí como ella. Me incorpore y me observe en el espejo que estaba en el armario. Al verme, ni yo misma me podía creer que iba a actuar y a su vez… besar a quien una vez fue mi amigo, y que en ese momento se debatía en si me amaba o no, o eso era lo que creía yo.
- Los chicos se fueron con Paul, así que nosotras vamos en mi auto -. Dijo Denise, quien con su bolso y las llaves del auto, salió de la habitación seguida de mí. Según ella, estaba hermosa. Llevaba un vestido de la época del siglo XIX, y llevaba mi pelo recogido, en donde algunos mechones ondulados caían sobre mis hombros, mientras otros caían detrás de mi espalda. Tenía un maquillaje delicado, cuyos colores se adaptaba al tono de mi piel.
Cuando llegamos a la institución, ella aparco su auto detrás del mismo, en donde se encontraba la parada de los autos, los cuales eran de los estudiantes de la universidad y de los de la secundaria. Junto con ella, nos acercamos a la sala de Música y Teatro, en donde nos separamos, ya que ella debía ir a donde estaban Kevin, Joe, Frankie y Paul; mientras que yo, subí a detrás de escena, en que se encontraban Cristián y Sam esperándome.
- ¡Llegaste, princesa! -. Dijo mi padrino, quien hizo que riera más de lo que podía reír en ese día. Sam me sonrió mientras me dirigía hacia donde estaban los demás actores.
- En unos minutos subiremos los telones, así que estén listo a nuestra señal -. Nos dijo Sam, quien apoyaba su mano sobre mi hombro. La mire a los ojos y le sonreí.
En esos momentos estaba más destrozada que ni los nervios sentía. Cuando faltaba tan solo un segundo para que los telones se abrieran, mire hacia el otro extremo del escenario, encontrando la mirada de Nick, cuya mirada se clavaba en mí. Cada vez que lo miraba con más intensidad, sentía que me perforaba el alma. Antes de que pudiera darme cuenta… los telones se habían abierto.

La obra:

- Señor, la señorita Isabella no se encuentra en su alcoba -. Decía el ama de llaves, que se encontraba con la mirada baja. El padre de Isabella se incorporo de su asiento, con su mandíbula tensa mientras llamaba a los guardias del castillo.
- ¡Guardias, Guardias! -. Gritaba sin cesar, esperando la llegada de uno de los soldados.
- Señor, ¿Qué desea? -. Pregunto uno de los guardias, que se encontraba agitado a causa de recurrir a toda prisa a las llamadas de su señor.
- ¡Mi hija no se encuentra en su alcoba, quiero que la busquen por toda la ciudad! ¡Y si es necesario, por cada hogar de cada ciudadano! -. Ordeno con su dedo índice señalando a hacia fuera del castillo.
- ¡Por favor, Joven! ¡Se lo suplico, ayúdeme! -. Decía la joven Isabella, asustada -. Se lo suplico… ayúdeme.
- Esta bien, pero no llore señorita Isabella -. Murmuro el joven, dejando a la joven Isabella perpleja.
- ¿Co… Cómo sabe mi nombre? -. Tartamudeo la joven, que miraba a los ojos al joven que la estaba ayudando, sin saberlo, a escapar.
- Eres la hija del rey, ¿no? -. Pregunto y ella asintió.
- es… verdad -. Murmuro sin dejar de verlo a los ojos.
- ahí vienen los guardias…
- Por favor, joven. No permita que me encuentre
- Venga conmigo… - . La tomo de la mano, entrando a un pequeño callejón -. Aquí no nos encontraran…
- S-Sí… -. Tartamudeaba mientras lo sentía muy cerca suyo.
- ya se fueron… puedes salir.
- Gracias…
- Paolo
- Gracias Paolo.
- ¿Por qué escapas?
- Mi padre quiere casarme con alguien a quien no amo…
- Entiendo… yo me escape de mi hogar por la misma razón
- ¿Querían casarte con alguien a quien no amas?
- Sí. En realidad, fue un matrimonio arreglado desde que yo era pequeño
- Entiendo -. Respondió ella, pero antes de que el joven viera a los guardias regresar, estos sujetaron a la joven Isabella sin que él pudiera evitarlo.
- Me decepcionaste, Isabella -. Regañaba el Rey a su adorada Isabella. Pero ella no lo miraba -. Creí que estabas de acuerdo en casarte… -. En ese momento levanto el rostro de su hija, quien lloraba.
- Llévenla a su alcoba -. Ordeno, mientras la Joven miraba hacia un ventanal el atardecer.
- Jamás te olvidare… Paolo.
La fiesta se había realizado una semana después del suceso de la Joven Isabella con el joven Paolo. Pero, sin que su padre lo supiera, ella se encontraba a escondidas con el joven Paolo durante esa semana. Estaba decidida a dejarlo todo por él, y él llevársela consigo. Ambos estaban enamorados, y no querían dejar su amor olvidado.
- Paolo -. Murmuro Isabella al encontrarse fuera del castillo, sujetando su vestido entre sus manos. Esperando la respuesta de Paolo, se sentó en el asiento de la glorieta que se encontraba en el centro del espacioso jardín.
- Aquí estoy, Amada Isabella -. Dijo entrando a la glorieta, en donde ella lo estaba esperando -. Sé que no debo de estar aquí, pero quería verte…
- Pero si te ve mi padre, puede ser capaz de…
- no pasara nada -. La callo con un beso, el cual ambos estaban esperando desde que se habían conocido -. Además, pase lo que pase, siempre estaremos juntos, Amada Isabella.
- Sí, hasta más allá de la muerte, Paolo -. Respondió para volver a besar sus labios, aquellos que unía su mutuo y eterno amor -. Pero evitemos una guerra, Paolo… vete… los guardias me tienen vigilada y no tardaran en darse cuenta de que no me encuentro en la fiesta…
- No quiero alejarme de ti, Isabella
- Yo tampoco de ti, Paolo -. Volvió a besar sus labios -. Pero debemos hacerlo… prometo que…
- ¡Señorita Isabella!…
- Vete Paolo, hazlo, por favor. Hazlo por mí -. Suplicaba y antes de marcharse la beso, dejando su esencia en sus labios.
- ¡Señorita Isabella!…
- ¡Aquí estoy! -. Respondió con su antifaz en mano, esperando al guardia.
- Señorita, sabe que no puede irse de la fiesta…
- Lo sé, es que quería tomar un poco de aire, eso era todo -. Respondió acercándose al guardia, con quien se dirigía hasta el castillo, aunque en cada paso volteaba a ver si veía Paolo.
Cuando se encontraba dentro del castillo puso su antifaz sobre su rostro, y cuando se encontraba rodeando la pista de baile, siente que alguien la sujeta por el brazo, causando que viera quien era, aunque no pudo distinguirlo a causa del antifaz que cubría casi toda su cara.
La soltó con delicadeza e hizo la reverencia, como invitándola a bailar. En repuesta, ella hizo una reverencia con una sonrisa grabada en su rostro. Él puso su mano sobre el dorso de la mano de ella mientras ambos se dirigían al centro de la pista, en donde comenzaron a bailar.
- No me dijiste que todos los guardias rodeaban el lugar -. Le susurro muy cerca de su oído, causando que ella lo reconociera -. No te separes, o sedaran cuenta los guardias.
- Paolo…
- No digas nada, solo baila -. La interrumpió y ella se aferro a él, quien la abrazaba mientras ambos bailaban.
- Tengo miedo, Paolo -. Murmuro muy cerca de su oído. Antes de que él pudiera decir algo de consuelo, vio a todos los guardias rodeándolo. Ella quedo presa de pánico cuando vio a su padre, que se encontraba al lado de unos guardias, detrás de su amado Paolo.
- ¡Aléjese de mi hija! -. Ordeno el Rey, que lo señalaba con su dedo índice. Él la soltó y se puso al lado de Isabella, quien le tomo la mano sin que él lo quisiera, ya que sabía que esa actitud complicaría aun más las cosas -. ¡Isabella, ven aquí! -. Le ordeno, pero ella estaba muy decidida a desobedecer a las ordenes de su padre.
- ¡No me alejare de él… jamás! -. Grito con su rostro empapado de lágrimas. Ella no aceptaba alejarse de él, y más sabiendo que su padre, cuando ella se alejara de Paolo, ordenaría que todos los guardias dispararan contra Paolo.
- ¡No lo volveré a repetir, Isabella! -. Grito su padre, mientras Paolo quería soltarla; ya que sabía que esa situación se estaba agravando. Pero Isabella no lo soltaba, decidida a quedarse junto a él sin tenerle miedo a nada, ni siquiera a la propia muerte.
- ¡Sí quieres acabar con Paolo, lo harás sobre mi cadáver! -. Dijo decidida a lo que había dicho. Paolo, al escucharla, quiso más que nunca que ella siguieras las ordenes del Rey, pero no pudo evitar lo que ya estaba escrito.
Cuando el Rey supo que su hija había contra a sus ordenes, le ordeno a la ama de llaves a que se llevara a Isabella de allí, pero ella no aceptaba que la alejara de Paolo. Pero cuando él sintió que ella dejaba de sujetarlo con fuerza, la cual disminuía al quererse zafarse de la ama de llaves, la soltó; causando que ella cayera en las manos de la ama de llaves.
Antes de que pudiera darse cuenta de lo sucedido, los guardias estaban disparando sus armas contra Paolo. Presa del pánico, se separo de la ama de llaves para dirigirse hasta Paolo, que se encontraba arrodillado en el suelo.
Fue tan rápido lo que había hecho, que los guardias no pudieron dejar de disparar al ver a la joven Isabella, quien había recibido varios disparos en su cuerpo. Causando que ambos jóvenes agonizaran antes de… morir.
- Isabella…
- Paolo… -. Ambos murmuraron, mientras Isabella lo recostaba sobre sus regazos. Ambos se miraron con sus ojos inundados de lágrimas, empapando sus rostros.
- Te amo -. Dijeron al unísono, mientras sus labios se unían en un beso; uniendo su mutuo y eterno amor, aquel amor por el que ellos lucharon. Aquel amor que hasta después de la muerte seguía vivo en sus almas… marcando con un beso, todo lo que ellos sentían y que nadie se atrevía a ver con los ojos del corazón.

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:53 pm

Capitulo cuarenta: Sigo amándote a pesar de todo (1era parte).

Después de haber terminado la obra, todos nos quedamos en nuestros lugares, esperando a que los telones se cerraran. Cuando se cerro, todos nos incorporamos y unidos con nuestras manos agarradas entre sí, saludamos a los espectadores después de que los telones se habían abierto. La verdad que la obra había sido todo un éxito, ya que los espectadores nos aplaudían como si estuviéramos en unas obras de Brodway. En ese momento me pregunte si Nick se sentía como cuando había trabajado en varias obras de Brodway, ya que su sonrisa parecía de verdad real, y sin necesidad de actuar.
Durante la actuación, lo sentí muy concentrado en lo que hacía; y no es que yo no lo estuviera, pero él parecía más concentrado que yo.
Aun me preguntaba si cuando me beso, en el primer beso de la obra, había sentido lo mismo que yo. A mi pesar, había sentido como una capsula de una sustancia extraña, se creaba en el centro de mi pecho, y que en un segundo, esa misma capsula explotaba… causando que esa extraña y fría sustancia se desparramara por todo mi pecho, produciendo una hermosa sensación… como una sobredosis de alegría.
Al cerrarse de nuevo los telones, Sam subió al escenario para decir que los hermanos Jonas harían un mini concierto. Cuando supe de eso mire a Nick, quien me estaba sonriendo. Y en ese momento creí que todo había vuelto a la normalidad… pero comprendí que no era así, ya que cuando vi que sus hermanos – Kevin y Joe – se encontraban detrás de mí, supe que le estaba sonriendo a ellos. Baje la mirada derramando otra vez una lágrima, la cual no deje que siguiera al secar mis mejillas con mis manos.
Al bajar del escenario, detrás de escena, escuche los gritos de las chicas cuando solamente vieron a los chicos sobre el escenario. Con el alma rota en mil pedazos, busque a los Sres. Jonas y al pequeño Frankie entre todos los espectadores; y cuando los divise, me acerque a ellos. Me senté al lado del pequeño Frankie, quien me sonreía y a su vez me abrazo. ¡Cuanto necesitaba ese abrazo!, que cuando lo sentía entre mis brazos trate de disfrutarlo al máximo, ya que sabía que él no me estaría abrazando toda la velada.
Cuando los chicos terminaron su mini concierto, ellos se dirigieron hasta nosotros. Kevin y Joe se sentaron, pero cuando Nick me miro a los ojos, su rostro que resplandecía por su encantadora sonrisa, se desvaneció y bajo la mirada yéndose de la sala de Música y teatro. Mire a los chicos, pero ellos no me decían nada más que lo que ya sabía: que él estaba triste, preocupado y… destrozado por algo que yo no sabía.
Cuando bese sus labios, me sentí en otro mundo. Sus labios sabían más dulces de lo que me podía imaginar, eran tan suaves como cuando los veía. Tenían la humedad exacta que se necesitaba para sentirlos más suaves. Me sentía en el paraíso cada vez que cubría mis labios con los míos… pero no pude disfrutarlo como creí que lo disfrutaría. Aun me sentía un patán, que no podía ser el correspondido por el amor de _______. Ella no me merecía, había dañado un corazón ¿Quién dice que no podría hacerle lo mismo a ______? Aunque me dolía admitirlo, sabía y tenía miedo de hacerle daño… de lastimar una vez más su corazón, aquel que estaba roto por una antigua traición.
La amaba, la amaba con todo mi ser… pero no quería ser el culpable de hacer su vida más miserable, con un recuerdo mío que era cuando le dijera que no la amaba más, viéndome irme por otro amor. ¿Quién podía afirmar con certeza que me iría lejos de ella en busca de otro amor? ¿Quién? Estaba destrozado, tanto como ella; pero no podía sacarme de la cabeza que podía lastimarla y causar que me odie como una vez odio a Ignacio.
Salí de la sala de Música y Teatro, escapando de la mirada de ______, cuyas miradas me preguntaban del por qué estaba así, del por qué no le hablaba y del por qué, cada vez que la veía, mis miradas demostraban en lágrimas mis tristezas y preocupaciones. Sabía que no comprendía del por qué la trataba así, pero no tenía palabras como para explicárselo. Y mil veces me maldije a mi mismo por haber dicho en esa noche, algo que realmente lo dije por estar confundido por todo, y por no entender que yo jamás traicione ni traicionaría a un corazón al que una vez quise con todo mi corazón, y al corazón que siempre quise con mi vida propia.
Yo no era un príncipe azul, de aquellos que se describen en las novelas. No, yo solo era un joven y ahora todo un hombre que comete errores tras errores, pero algunos de estos tienen una solución… mientras que los otros, jamás se podían solucionar. Simplemente era alguien normal, con una vida muy agitada. Solamente era alguien que quería amar a la persona que su corazón había elegido, solamente era eso… alguien normal que quería ser feliz al lado de la persona que amaba con mi vida. Y en esto puedo decir que me describo como unas de las características de aquellos príncipes azules de la novelas, que daban su propia vida por su ser amado. Me sentía como aquel Romeo que dio su vida por su Julieta; así lo había imaginado el mejor escritor del mundo: Shakespeare.
Sabía que ella me seguiría, pero no podía hacer otra cosa que esperarla. Cuando salí de la sala, mire por el pasillo la noche que se encontraba estrellada. No había ni una nube cubriendo la noche azulada. Cruce el pasillo hasta quedarme parado enfrente de unos de lo ventanales, en los cuales observe la calle que estaba desierta e iluminada por los faroles, cuya luz alcanzaba a penas iluminar el verde césped del instituto y una parte de algunos copos de los árboles.
Con mis manos guardadas en los bolsillos de mi vestuario, observe la calle desierta mientras escuchaba que alguien salía de la sala, cuya puerta cerro detrás de ella. Al instante supe que se trataba de ella, no era difícil percibirla, y mucho menos cuando su esbelta sombra se proyecto a mi lado. Supe que estaba detrás de mí, observando como veía la calle desierta que no emitía ningún tipo de ruido.
- Nick ¿Qué te sucede? -. Pregunto mientras acercaba su mano derecha, la cual nunca se poso en mi hombro. Con mis ojos a puntos de derramar otras lágrimas, cerré con fuerzas los mismos mientras bajaba mi cabeza. Sabía que tenía que responder, y esta misma repuesta me dañaba y le dañaría el alma a mi adorada _____.
- Ya no hay marcha atrás, _____ -. Respondí cerrando mis manos en un puño, odiándome por ser tan ruin con ella, a quien la había ilusionado como todo un patán -. Nadie pudo profetizar este momento…
- ¿A que te refieres, Nick? -. Murmuro con un hilo de voz -. No te entiendo -. Finalizo llevándose las manos a su pecho, en donde sabía que mis palabras le estaban hiriendo.
- No seré la persona que ames por siempre, ______ -. Respondí con rudeza, causando que le doliera aun más mis palabras. No quería dañarla, pero pienso que lo hacia para que ella me odie y se olvide de todo… de nuestra amistad hasta ese amor que guardamos en nuestro corazón -. No soy la persona que corresponda tu amor… yo… no te amo.
En ese momento, con la mirada baja, me retire yendo nuevamente a la sala, en donde se encontraban todos… todos, menos ______. La había dejado sola, en ese estado de soledad que de seguro sintió al ya no encontrarme enfrente de ella, estando en estado de shock.
Cuando estaba muriendo en pena y en la soledad; procesando en mi cabeza todo lo que me había dicho Nick, cuyas palabras no podía comprender a causa del dolor que sentía, por el hecho de que, de todo lo que él me había dicho, solo recordaba y entendía que él… ya no me amaba como lo había dicho una vez; en ese preciso momento apareció Sebastián, que al ver que de a poco caía de rodillas en el suelo, se acercó para abrazarme con fuerza y llevarme a la vez a sentarme en los ventanales. Cuando lo tuve al lado mío, me aferre a él con toda la necesidad que tenía porque alguien me consolara y me escuchara. Tenía tantas preguntas… pero no tenía respuestas a todas ellas, solo que Nick no me amaba porque se había cansado de esperarme. Era la única explicación que tenía para comprender todo lo que estaba viviendo, porque no encontraba otra razón para que él, de un día para el otro, dejara de esperarme y decidir acabar con su amor por mí.
Siempre creí que era imposible olvidar un amor, y en ese momento empecé a creer todo lo contrario. Aunque a mi pesar, yo no podía olvidar un amor, ni siquiera el amor que me hizo sentir Ignacio una vez.
- ¿Qué paso, muñeca? -. Pregunto cuando decidí dejarlo de abrazar y secar mis mejillas con mis manos. Él saco un pañuelo de su traje y me lo extendió.
- Gracias, Sebas -. Le dije tomando su pañuelo, con el que seque mis mejillas -. Todo lo que paso es que… comprendí que fui una tonta por creer en promesas que sabía muy bien que nunca se cumplirían…
- No comprendo, ______.
Cuando dijo eso, di un profundo suspiro que necesitaba descargar. Mirando la noche que ya no me parecía acogedora, sino todo lo contrario… me parecía solitaria y fría, sin ningún sentido, ni siquiera sus estrellas… ya nada me hacia ver la felicidad, veía todo oscuro y negro, frío y solitario… ya no recordaba como reír, que era sentir felicidad… una sobredosis de ella… no recordaba como era no sentir dolor, ni sentir las heridas sangrando en mi corazón. Parecía que moría en vida, sintiendo que mi corazón, poco a poco, dejaba de latir y que mis pulmones ya no solicitaban que respirara el aire que me sabía a veneno… ese mismo veneno que se apoderaba de mi cuerpo, aquel cuerpo que no sentía nada… más que dolor y tristeza. “Ya no era una flor reluciente”, era una nube negra que necesitaba descargar en gotas de agua, todo su dolor sobre la seca tierra. Me sentía tan inútil que no veía el mañana, solo veía ese momento… para mí ya no había un mañana… no había absolutamente nada, nada que me hiciera sentirme bien en ese momento.
Con toda la necesidad de descargar en palabras mi sufrimiento, le conté a Sebas todos. Desde lo que había sucedido con Ignacio hasta ese entonces, en que Nick simplemente me decía que él no sería el hombre que amaría eternamente… y que simplemente, no me amaba.
- Dijo que no me amaba… rompió sus promesas como cuando rompes un vaso, y así también rompió mi corazón, Sebas -. Dije en un hilo de voz, quebrándome en cada palabra, hasta hundir mi rostro en su pecho. Ni siquiera su abrazo calmaba mi insoportable dolor, el cual deseaba borrarlo… pero no podía, porque las palabras de Nick retumbaba una, otra, otra y otra vez en mi cabeza… matándome sin morir, sino matando metafóricamente mi corazón.
Cuando pude calmar mi llanto, ya era demasiado tarde. Todos se estaban yendo, solo quedaban mi padrino y algunos estudiantes por irse.
- Sebas, ¿Puedo pedirte un favor? -. Le pregunte mirándolo a los ojos, aquellos que se veían tan llenos de vida a comparación de los míos, que se veían tan horrendos, rojos e hinchados por mi llanto. Él estaba hecho una persona, mientras que yo parecía más una moribunda muriendo de amor por alguien que no sentía lo mismo que yo.
- Sí, muñeca -. Dijo besando mi frente, mientras sentía sus manos tan cálidas sobre mi frío rostro.
- ¿Me llevarías a la mansión Jonas? -. Le pregunte y él asintió tomando mi mano entra la suya, llevándome hasta su auto, en que ambos entramos. En silencio nos dirigimos a la mansión Jonas, en que todos se encontraban aun despiertos, quizás preocupados por mí o tal vez desvelados hablando de la obra -. Gracias Sebas.
- No agradezcas lo que se hace de corazón, muñeca -. Respondió a mi lado, acompañándome hasta la puerta de la mansión -. Si quieres, mañana te paso a buscar para ir juntos al instituto… y si tengo tiempo, a pasar la tarde como grandes amigos que somos -. Dijo sonriendo esperando que yo hiciera lo mismo. Y aunque sorprenda, ni su sonrisa ya causaba que sonriera, ya no veía nada como antes… estaba muy herida, tanto que estando yo así… lastimaba a los demás, a aquellos que realmente me amaban.
- Me encantaría, Sebas -. Respondí besando su mejilla como despedida, y antes de entrar lo vi irse con su auto; solo en ese momento me atreví abrir la puerta de la mansión, en que vi la mirada de todos sobre mí. Lo único que pude hacer, fue bajar la mirada e irme de ahí cuanto antes. Tanto necesitaba huir, que creo que corrí por las escaleras y me encerré en mi habitación, en donde llore aun más. Antes de irme a dormir, me cambie y me desmaquille. Cada tanto volvía a llorar, y así me dormí, entre sollozos y lágrimas que empapaban mi almohada.

por **Rocio_Jonas** Lun 12 Mar 2012, 2:54 pm

Capítulo cuarenta y uno: Sigo amándote a pesar de todo (2da parte).

Cuando todos volvimos a la mansión, mis padres no dejaban de preguntarme en donde estaba ______, y simplemente respondía que estaba con Sebastián en el instituto, ya que antes de irnos la vi con Sebastián.
Subí a mi habitación, en donde me cambie y sabiendo que ella, al llegar, iría allí decidí encerrarme en la sala de música, en donde con mi piano intentaba componer. Justo en ese momento, alguien entro por la puerta principal de la mansión, y supe que era ______, pero no hice nada… ni siquiera me asome a la puerta para verificar que era ella. Había hecho algo malo tanto para ella como para mí, pero en ese instante creí que sería mejor así y que todo acabaría, que ella me olvidaría y yo a ella.
Cuando estuve en pleno pensamiento, entran Kevin y Joe, quienes se sentaron en el sillón de tres cuerpos sin decir nada, solo mirándome como los veía, aunque no los estaba viendo.
- ¿qué le dijiste, Nick? -. Pregunto al fin Kevin, quien esperaba mi respuesta. Sorprendido por su pregunta repentina, lo mire absorto… sin comprender.
- Ya no es la misma, sus ojos están tristes… pareciera que… -. Joe dejo una pausa, doliéndole como la había visto, aquella persona que el la llamaba “Princesa” -. Que no desea vivir… es como una flor marchita, ya sus labios parecieran no esbozar ni una minuciosa sonrisa… ¿Qué le hiciste, Nick? -. Pregunto viéndome con sus ojos que me transmitían su dolor y un rencor hacia mí por haberle hecho algo a _______.
- Le dije... que ella no me amaba -. Respondí dejando una pausa, ya que recordar mis propias palabras me causaban un herida tan grande que no me permitía respirar -. Que yo no era su verdadero amor y tampoco al hombre al que ella amaría por siempre -. Finalice, mientras que mis dos hermanos me miraban sin comprender como pude haber dicho eso.
- ¿Por qué le dijiste eso? -. Pregunto Joe, mirándome sin poder comprender como pude decir tales barbaridades. Ni yo supe como pude decir tales cosas a la persona que tanto quería.
- ¿Qué me confirma que soy a quien amará de por vida, que soy su verdadero amor? -. Pregunte recordando del por qué le había dicho a ______ todo lo que les había contado a mis hermanos. Joe como Kevin, no dijo nada en absoluto. Ambos se levantaron, y como vinieron se fueron de la sala de música. Realmente quería estar solo, sin nadie a mi lado, ya que debía pensar que iba hacer desde ahí en más.
Cuando estaba profundamente dormida, comencé a soñar que estaba en una plaza, sentada en uno de sus asientos de madera, las cuales estaban pintadas de verde. Yo conocía esa plaza, era la misma plaza en que vi a Ignacio besándose con mi mejor amiga Florencia. Aun estando en el sueño, recordaba ese momento, y de tal manera me dolía su traición. Cuando me incorpore con mis manos entre los bolsillos de mi abrigo, mire el lago que se encontraba enfrente mío, en el que observe mi reflejo. Cuando cerré mis ojos, al abrirlos ya no me encontraba en la plaza sino en una habitación de una mansión. Cuando visualice que era la sala de música de la mansión Jonas, empecé a llorar como lo estuve antes de dormirme. Mientras secaba mis mejillas, escuche que detrás de mí se había una puerta; al darme vuelta, no había nadie, pero distinguí la figura de Nick en el pasillo, quien me observaba desde lo lejos. Sus labios decían algo, pero no alcanzaba a oírlo. Me acerque a él para escuchar lo que decía, pero él se dio la vuelta y comenzaba a caminar. Yo lo seguí, pero más me acerca… más él se alejaba; corrí… pero nunca logré alcanzarlo, era como si estuviera caminando en una pista corrediza, mientras que él seguía su rumbo sin siquiera voltearse para verme y ayudarme.
Con todo el miedo embargando a mi alma y acorralando a mi corazón, me desperté sobresaltada, llorando como en el sueño. Había sido una horrenda pesadilla, la cual temía que se hiciera realidad. Mi cuerpo estaba todo sudoroso, y el miedo no se iba. Mi corazón latía a mil por horas, como el corazón de una coliflor.
Al observar mis manos, las cuales estaban siendo iluminadas por los débiles rayos del amanecer, y supe que ya estaba amaneciendo. Dormirme no podía, tenía miedo de que al cerrar mis ojos volvería a tener la misma pesadilla. No quería pasar por lo mismo, suficiente era con estar temblando por el miedo, como para vivirlo de nuevo en un sueño. Por lo que decidí levantarme, y sin poder evitarlo, lo observe como seguía durmiendo a pesar de que los rayos del amanecer ya estaba tocando su delicado rostro, y a su vez, aquellos rulos que se encontraban perfectamente formados.
Desde entonces, pasaron semanas en que él y yo estuvimos distanciados. Ninguno de los dos decía algo, siempre estábamos callados entre nosotros dos. Joe y Kevin hacían todo lo posible para que nosotros volviéramos a ser los mismos de antes, pero no comprendían que ya no había nada que nos volviera a unir… sus palabras me dolieron, y no podía hacer nada si él no se arrepentía.
Siempre que Nick llegaba del instituto, lo que siempre hacia era subir la escalera y encerrarse en la sala de juegos. No hablaba ni siquiera con sus hermanos y siempre estaba deprimido y triste, y supuse que no tanto como lo estaba yo. No sé podía igualar tales dolores, porque yo si lo amaba… pero según él, él no me amaba como una vez lo había dicho con certezas, pero al parecer no eran para nada ciertas.
Durante ese tiempo, y a comparación de él, siempre que regresaba del instituto me cambiaba y arreglaba para salir con Sebas, quien siempre tenía un nuevo lugar para que lo conociera y a la vez que olvidara, por un momento, todo mis males y sufrimientos.
Con cada tiempo que pasaba con Sebas, más unificábamos nuestra amistad. Una vez, mientras paseábamos por una pista de hielo, en que patinábamos juntos, me confeso su amor por una chica, la cual una vez él la había visto llorar bajo los árboles a causa de las palabras de una de las jóvenes – fue cuando había empezado el primer día en el instituto, en el momento en que estaba leyendo mis horarios -; me había dicho que en el primer día de la primavera se le declararía, y yo me puse muy contenta al saber que ella le correspondía, ya que él presentía que lo quería como algo más que uno simple amigo. Ese día llegamos como a las 9 p.m. a la mansión, pero los Sres. Jonas no me dijeron nada, solo preguntaron en donde había ido en plena cena. Sin remordimiento, les conté todo… menos que Sebas se le declararía a la chica en el primer día de la primavera.
Dos semanas después de aquel día, en la mansión Jonas, Joe y Kevin realizaron una fiesta, ya que en ese momento ellos habían lanzado a la venta su nuevo disco. Todos los estudiantes fueron invitados, y en esa noche los Sres. Jonas estaban en una reunión de negocios, por lo que la mansión estaba en las manos de Kevin, quien era el mayor. ¡Como me reí esa noche!, los amigos de Frankie y él le hacían la vida imposible al pobre Kevin, quien los corría por todos lados pero estos se le escapaba de las manos. En esa noche conocí a muchas personas, entre ellas a la famosa Clarise.
- Ella es Clarise, _____ -. Me dijo Joe, quien se encontraba detrás de las escaleras conmigo. Era cómico vernos ahí, escondiéndonos anda a saber de quien. Por las barras que sostenían la baranda de la escalera, pude verla a los lejos. Realmente era hermosa, era de tez blanca mientras que su pelo algo largo y liso, era de color negro azulado; sus labios eran un poco finos, mientras que sus ojos eran del color de la noche con estrellas. Eran realmente dos zafiros. Simplemente hermosa, y en ese momento supe del por qué le había gustado a Joe, y no era porque físicamente era hermosa, sino porque era muy sencilla al vestirse y maquillarse. Llevaba puesto un vestido verde esmeralda, el cual le llagaba hasta un poco más arriba de las rodillas, era alta, y llevaba puesto unos zapatos de taco corto. El maquillaje a penas se visualizaba, era muy suave el rubor y el sombreado de sus ojos, dejando que sus naturales ojos resaltaran entre su blanco rostro y su negra cabellera.
- ¿Y qué estas haciendo aquí? -. Le pregunte dejándola de observar para verlo a él, que estaba embobado viéndola. En ese momento le pegue un codazo y reacciono, sobándose el brazo -. ¡Ve, que no te comerá… quizás si a besos! -. Le respondí algo graciosa por mi comentario. Él negó y sin decidirse se quedo a mi lado, hasta que lo agarre del brazo y lo saco de donde estábamos escondidos para encaminarnos hasta ella.
- ¿Pero qué haces, ______? -. Pregunto viéndome, pero solo me encogí de hombros y al llegar cerca de ella, lo deje mientras me iba para donde estaba Sebastián, quien llevaba puesto unos jeans azules, con una zapatilla negra y una camisa a cuadrille de color azul.
- ¡Hola! -. Lo salude y como estaba de espaldas tome su hombro haciendo que él se girara. Él estaba por darme un beso cuando se dio vuelta, pero sus labios no se dirigieron a mi mejilla, sino cerca de la comisura de mis labios.
- Perdón… no quise… -. Lo calle sonriendo y él no dijo nada, ya que sus labios no causaron nada cuando beso la comisura de mis labios. Ambos seguimos hablando del nuevo éxito de los chicos, mientras que de vez en cuando no dejaba de observar a Nick, que sin disimular mucho, se encontraba observándonos. Fue la primera vez desde que no nos hablábamos, en que nos mirábamos a los ojos, y en ese momento comprobé lo que me decían Kevin y Joe, de que él estaba muy destrozado por nuestra distancia. Pero yo no tuve la culpa, él había provocado que nos distanciáramos por tantas semanas, las cuales se habían hecho casi un mes.
Cuando Joe y Kevin me dijeron de la fiesta que estaban realizando por nuestro nuevo éxito, la verdad que no lo tome muy bien. Ellos estaban felices, pero yo no lo estaba como para soportar una fiesta. Pero no pude decir nada, más que aceptar esa propuesta. Si hubiera sido por mí, me hubiese quedado en mi habitación, pero mis hermanos me lo prohibieron a tal punto que cerraron con llaves la puerta, cuya llave la tenía Joe en su poder.
Al ver tanta gente en la mansión, sentí que no podía ser peor. Pero me equivoque, porque cuando vi la llegada de Sebastián todo empeoro. Estaba hartado de él, ______ no dejaba de hablar de él y sus salidas; ver que él podía hacerla feliz, me hacia sentir celos de él, porque yo siempre quise ser la persona que le robara una sonrisa, pero al parecer solo soy la persona que le roba una lágrima.
Estando en una esquina de la enorme mansión, observaba todo lo que sucedía. Ver a Kevin queriendo atrapar a los diablillos de los amigos de mi hermano y mi hermano Frankie también, me causaba gracia haciendo que riera a carcajadas como todos los invitados, inclusive a _______.
Ella estaba tan hermosa esa noche, llevaba puesto un vestido azul que a penas se asomaban a sus rodillas, y llevaba puesto unas sandalias de taco corto, mientras que su rostro a penas se veía maquillado. Realmente hermosa, lastima que no podía verla más cerca… porque al verla enfrente mío podía visualizar sus perfectos rasgos y facciones de su rostro que bajo la protección de la luz la hacia verla como todo un ángel.
Toda la noche la estuve observando, y no me perdí ni uno de sus pasos. Pero me hubiese gustado no haberla observado tanto, y así evitar ver lo que me rompía aun más el corazón. Cuando dejo a Joe enfrente de Clarise, ella se acercó a Sebastián, quien se encontraba de espalda. Cuando ella asomo su mano sobre su hombro, él se dio la vuelta y desde donde me encontraba, vi que él la había besado. Mis ojos no me mentían, él la había besado y ella simplemente le sonrió sin reprocharle nada.
Esa escena fue la gota que rebalso el vaso, y sin poder quitarle la mirada… ella me observaba con su mirada triste como siempre que me veía a los ojos. Era la primera vez que nos mirábamos fijamente a los ojos después de mis palabras que nos destrozaron por completo. Sin poder mantenerle la mirada, baje la cabeza mientras salía de la mansión para quedarme cerca de la pileta vacía, ya que aun era otoño.
Cuando lo vi que se iba hacia fuera de la mansión, no pude evitar sentir la necesidad de ir a ver que le sucedía. Podía ver en sus ojos su arrepentimiento, y necesitaba saber que era lo que le estaba sucediendo y que era lo que por su cabeza pasaba. Necesitaba decirle que… ya no aguantaba vernos así, que lo amaba, pero si él solo me quería… podía ser el intento de quererlo como amigo, por el solo hecho de que lo quería cerca de mí, sin importar de que manera.
- ¿A dónde iras, muñeca? -. Pregunto y simplemente tuve que verlo a los ojos como para darse cuenta a donde iría -. Entiendo. ¡Suerte! -. Dijo sonriendo, causando que me fuera para afuera con una sonrisa grabada en mi rostro. Pero al llegar hasta donde estaba Nick, la sonrisa se borro definitivamente.
Estaba cerca de la pileta, la cual estaba vacía, mientras que sus manos estaban dentro de los bolsillos de sus jeans. Estaba muy guapo en esa noche. Llevaba su remera blanca y arriba una camisa de jean, mientras que llevaba unos jeans achupinados de color negro, los cuales hacia juego con su zapatillas blancas. Para mi estaba hermoso, y lamentablemente que no se encontraba su sonrisa, la cual lo hacía mucho más guapo. Con pasos dudosos me acerque a él, quedándome por un momento en silencio mientras veía la noche estrellada. En aquella circunstancia la veía como siempre, y no como cuando Nick me había dicho que no me amaba. Estaba hermosa y resplandecía a causa de las estrellas y de la enorme luna.
- ¿Qué te anda pasando, Nick? -. Me atreví a preguntar al fin, bajando la cabeza con mis ojos cerrados, los cuales abrí al verlo de perfil, y observe que estaba viendo la noche como lo estuve haciendo yo hacia unos instantes.
- Me arrepiento… de todo lo que hice y dije -. Respondí con un nudo en la garganta, reprimiendo las ganas de mirarla a los ojos, sabiendo que ella ya me había olvidado y que estaba empezando de nuevo con Sebastián, quien la hacia rebozar de felicidad -. Pero ya es demasiado tarde como para arrepentirme… ya que vi que decidiste olvidarme y empezar de nuevo -. Dije sin poder reprimir más las ganas de verla. Baje la mirada y gire mi cara para verla. Su rostro se veía confundido y sin comprender, y no supe del por qué, si había sido más claro que el agua al hablar.
- ¿Qué decidí… olvidarte y empezar de nuevo? -. Murmuro con su mirada perdida en sus pensamientos, mientras sus facciones y rasgos se veían mejor que a los lejos. En ese momento quise acariciar sus mejillas, mis nudillos deseaban sentir su suavidad así como mis labios querían volver a sentir sus labios, aquellos que aun no olvido su sabor a caramelos -. No comprendo, Nick…
- No hace falta que lo disimules, ______... fui yo quien te dejo a la deriva, era obvio que alguien como Sebastián te enamorara cuando una vez te herí -. Dije con toda la sinceridad, aun así ésta me causaba un tremendo dolor en mi corazón.
- ¡¿Sebastián?! -. Dijo y no sé por qué comenzó a reír de una manera que había olvidado como era su risa, que demostraba que su alma estaba feliz -. Estas insinuando que Sebas y yo… -. Inquirió señalándose a ellos dos, y yo asentí, mientras ella no paraba de reír, y aunque verla reír me hacia feliz… no podía reír a su par, por qué me dolía saber que ella estaba saliendo con Sebastián.
- ¿Por qué te ríes, ______? -. Pregunto y en ese momento deje de reír y verlo serio, con sus ojos aun tristes. Quise acariciar sus mejillas, pero algo hizo que no lo hiciera.
- ¿Qué te hace pensar que Sebas y yo somos novios, Nick? -. Preguntó de una manera que hizo que creciera una mínima esperanza. Y fue entonces en que sonreí levemente, pero sonreí al fin.
- No son novios… -. Afirme y ella asintió sonriendo más que yo -. Pero… ¿Qué fue ese beso? -. Pregunte con un tono que jamás escuche salir de mi voz. Ella sonrió aun más.
- ¡No fue un beso, Nick! -. Respondió y sentí que mi corazón se recomponía milagrosamente de una operación -. Solo que él, en mientras de besar mi mejilla, beso la comisura de mis labios… haciendo, que desde tu perspectiva, pareciera un beso -. Dijo quedándose pensando por un rato -. Pero si para ti fue un beso… ¿No sabes si una chica que siempre esta con Sebas, estaba en donde estabas con vos? -. Pregunto y negué.
- Hablas de Sophie, y no… ella no vino a la fiesta porque sus padres se fueron de viaje por este fin de semana -. En ese momento la sentí suspirar mientras sus ojos se mantenían cerrados. Solo cuando los abrió, solo en ese entonces sonreí sin ninguna preocupación. Ella me miro y sonrió divertida.
- Nick… ¿Te pusiste celo? -. Pregunto con picardía, y por mi orgullo negué, aunque sabía muy bien que mi mandíbula tensa me delataba -. ¡Ay, sí… estabas celoso! -. Grito mientras acercaba su cara contra la mía, causando el deseo de sujetarla por la cintura y besarla… besarla a la manera Jonas.
- No… no estaba celoso -. Dije a mi defensiva sin verla, aunque reía igual que ella -. Solo que… me dolía pensar que te habías olvidado todo por lo que pasamos…
- Jamás me olvidaría de eso y mucho menos de ti, Nick -. Respondió interrumpiéndome, mientras que tomaba mi mentón y me obligaba verla a los ojos -. Yo sé que me dijiste que no me amabas… y apenas puedo comprenderlo, pero quiero decirte que… aunque tu digas todo lo contrario, yo sigo amándote. Sé lo que siento y… Te amo, Nick -. Susurro con algunas lágrimas aguando sus ojos, los cuales apenas estaban sombreados -. Si quieres seré tu amiga, no como antes, pero lo intentare. Pero ya no quiero perderte, no puedo…
Antes de que terminara, la abrace. Yo no quería ser su amigo… no era mi deseo. Jamás volvería a funcionar esa amistad… yo la amaba, y no podía permitirme perderla, eso era algo contra mi voluntad.
- Yo no quiero perderte, y tampoco quiero ser tu amigo, ______ -. Dije cerca de su oído, lo cual causo que se aferrara más a mí -. Pero tan solo… te pido un poco de tiempo, para ordenar mis pensamientos y mis sentimientos… aun estoy un poco confundido…
- Una vez te pedí tiempo… y me lo diste. Es momento de que te de un poco de tiempo, también -. Respondió y beso mi mejilla, y cuanto desee que me besara… pero le había pedido tiempo, y ella respetaría mi decisión evitando cualquier cosa que causara pasar una determinada barrera entre nosotros -. Te amo… mi celoso -. Murmuro recargando su frente en la mía, y a medida que dejaba de abrazarme, con una sonrisa, se me escapo y entro en la fiesta, la cual ya no me parecía aburrida y sin sentido.
Al fin estábamos bien de nuevo, y estaba muy contento por eso. Estaba que rebozaba de felicidad y supe que ella estaba igual que yo. Aun mantenía mis celos porque Sebas la tenía entre sus brazos, mientras que yo… como perfecto tonto le pedí tiempo, evitando poder disfrutar teniéndola entre mis brazos y reír los dos mientras capturaba en el aire sus labios, uniéndonos en un beso como cuando nos besamos en la obra.

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