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Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
Bueno chicas, como algunas ya sabes, el tema de Ilusiones se borró. Yo estaba desesperada
y cuando le pregunté a una de las Moderadoras me dijo que solo tenía dos razones posibles:
1) El tema no recibía comentarios hace dos meses ó
2)El tema incumplía las reglas y después de una semana de aviso, lo eliminaron.
Y fue terrible porque ninguna de esas dos cosas era :/ Pero ya no hay vuelta atrás, espero que aquí también lleguen
mis lectoras bellísimas, porque no creo que se quieran quedar con la duda de que pasará al final... Bueno, no doy más lata :P
Les traigo tres capítulos (:
Ficha:
Nombre: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación. [Continuación del antiguo tema]
Autor: Medallith en Otro foro.
Adaptación: Si.
Género: General, algo más Hot y dramática que otra cosa..
Advertencias: No.
Otras Páginas: Sí, en Univisión y Jonas Brothers Venezuela.
Capítulo 35
Desperté por unos labios que recorrían sensualmente mi cuello.
—Buenas noches. Su voz hizo que mi corazón latiera a mil al recordar todo lo que había pasado hace, ¿horas?
—Hola. Sonreí y sentí los labios de Nick besando los míos suavemente. Su cuerpo aun seguía sobre mí, y aún estaba caliente. La sensación de placer volvió.
—¿Ya anocheció? Nick largó una pequeña carcajada.
—Si. Dormiste bastante. Parecías cansada.
—También, con lo que hicimos. Mi cara se sonrojó al escuchar que de mi boca habían salido esas palabras. Noté la sonrisa de Nick formarse en sus labios y luego sentí su nariz rozando levemente mi mejilla, recorriéndola sin apuro alguno.
Tomé su cabello lleno de rulos entre mis dedos y lo moví para que se acercara a mi y así poder besarlo.
—Te amo. Susurró con su aliento caliente sobre mi oído. Logró que un estremecimiento recorriera mi cuerpo entero.
—Yo te amo, ahora y siempre. Nick tomó una fuente con carnes rojas y otra de ensalada. Con su camisa blanca abotonada –desabotonada en los primeros tres botones- se veía más sexy de lo normal, y verlo trayendo ambas fuentes como si fuera mi chef personal me causó ternura. Nunca lo habría imaginado de esa forma.
—¿Te gusta la ensalada de papa y huevo? — dijo colocando sobre la mesa ambas fuentes al mismo tiempo que se sentaba a mi lado.
—Muchísimo. Sonrió y colocó un poco de ensalada en mi plato.
—Y espero que te gusten las carnes rojas.- Me miró sonriendo ¡Era hermoso!
—Me encantan. Asentí sonriente y colocó una porción de carne en mi plato junto a la ensalada de papa y huevo. Esperé a que él se sirviera su parte, y cuando me miró y asintió, comenzamos a cenar.
—Estaba delicioso. Nick me miró con su encantadora sonrisa en su rostro.
—Gracias. La preparé yo mismo.
—¿En serio? — mis oídos no creían lo que escuchaban. ¿Nick cocinando?.
—Así es.
—Pero… la pizza… Habías dicho que no…
—Sé lo que dije. Y fue todo parte de la sorpresa. No quería que supieras que sabía cocinar hasta que llegáramos aquí. Así no sospecharías que te estoy envenenando. Su sonrisa pícara se hizo presente. Pero no pude evitar que un escalofrío se filtrara por mi piel y recorriera mi cuerpo en un segundo. Nick lo notó.
—Si claro, como si quisiera matarte después de la tarde que hemos pasado juntos. Su rostro se suavizó y su cara cambió. Por suerte eso me tranquilizó. Acercó su rostro a mí y me besó el cuello suavemente. Sentí que el escalofrió se fue y una ola de placer invadió mis sentidos. Solo Nick lograba eso.
—Entonces… —dije apartándolo de mi un poco. —¿Desde cuando sabes cocinar?
—Desde pequeño. Mi madre me enseñó. Siempre me educó muy bien, al igual que mi padre. Cuando supimos que tenía cáncer, él quería que no dejara sola a mamá. Así que le dijo que me enseñara a cocinar, ya que él no lo hacia muy bien que digamos. Reímos los dos, y luego vi el dolor en sus ojos. La verdad me mataba verlo así. Era obvio que echaba de menos a su padre. Ahuequé sus mejillas en mis manos y acaricié su cabello. Para distraerlo.
—Dime, ¿Qué sabes cocinar?, además de un poco de ensalada, y unas carnes que, por cierto estaban deliciosas. La sonrisa en su rostro volvió.
—Bueno, además de comidas, sé hacer postres. — Sonreí. —Puedo hacer que el caramelo mas dulce se derrita para ponerlo sobre una banana dura y pulposa. ¡Maldición! Sus últimas palabras habían aterrizado directamente en mi líbido. El tono sensual de su voz no había ayudado para nada.
—Y con caramelo me refiero a ti. Murmuró sobre mi oído y sentí que iba a explotar de deseo. ¿Debía pensar que ese chico solo buscaba la forma de enredarme para conseguir que cayera a sus pies cuando quería? Debería, si ese chico no me hiciera sentir tan bien al caerme a sus pies.
—¡Nick! —exclamé sonrojada.
—¿Qué? ¿Quieres que te lo demuestre? Comenzó con sus sensuales besos sobre mi cuello, haciendo que mi respiración aumentara y mi corazón se acelerara al sentir sus caricias sobre mi cintura. Maldije entre dientes, me había excitado nuevamente. Y como solo conocía una forma de aliviarlo, y esa forma estaba pasando, su lengua sensualmente sobre mi cuello, decidí dejarme llevar. Jadeé en cuanto sentí sus labios aprisionando mi labio inferior, y gemí en cuanto lo mordió. Luego me alzó en brazos, y sin dejar de besarme, me llevó hacia el cuarto de baño. Pensar en lo que Nick estaba tramando me hizo excitar aun más, y sus besos no me dejaban pensar. En cuanto llegamos, se apuró a abrir la ducha. Luego volvió hacia mí y me empezó a besar nuevamente, con sus labios hinchados y comenzó a deshacerse de la ropa que traía puesta. No me quedé atrás y arranqué bruscamente los botones de la camisa que lo hacia ver tan sensual, aunque se veía mil veces mejor sin ella. Desaté su cremallera, y desprendí el botón de su jean, dejándolo caer entre sus iernas mientras él me besaba el cuello y sacaba mi pantalón. Una vez que estuvimos ambos desnudos, me alzó
nuevamente, y encerré su cintura entre mis piernas. Ahora su miembro rígido como un hielo pero caliente como el fuego rozaba mi estomago, despertando miles de deseos nuevos en mi cuerpo que bajaban directo a mi feminidad. No ignoré que mi humedad hacía que me resbalara del estomago de Nick, por lo que tuvo que agarrarme fuertemente del trasero pegándome más a él para que no cayéramos de cabeza al suelo. Cuando entramos ambos a la bañera, mientras el agua caía como si estuviera lloviendo, pude sentir lo congelada que se encontraba. Eso chocaba con el calor de nuestros cuerpos pegados, y me excitaba aún más. Nick estaba igual, por la rigidez de su miembro lo sabía. Me apoyó contra la pared, mientras el agua caía por su cuerpo y las gotas resbalaban por su cuello, y caían en picada por su abdomen duro y trabajado. Era una locura la forma en que lo deseaba en ese momento. Deseaba que estuviera dentro mío. Deseaba que fuéramos nuevamente uno solo. Deseaba que me deseara. Un último beso de aliento fue lo que me impulsó a mover mis caderas hacia delante, en el mismo momento en que Nick empujó, y su duro miembro me atravesó en un poderoso envite, que me saco un grito desgarrador. Comenzó a moverse una y otra vez y cada vez más rápido dentro y fuera de mi cuerpo. No aguantaba más. Necesitaba que me llenara por completo. Comencé a gemir en su oído mientras me movía a sus compases y le rogaba que me diera más, mucho, mucho más.
A lo que él no se negó. Comenzó con sus movimientos que acabarían con volverme loca. La sensación del calor que emanaba su cuerpo y a la vez el frió del agua que caía eran como estar en el paraíso. Estaba segura que ese era el verdadero paraíso. Nick haciéndome suya, solo suya, y yo jadeando y gimiendo descontroladamente rogándole llegar al orgasmo. Cuando éste me golpeó con tanta intensidad, grité su nombre tan fuerte como para que Jaime Lee Curtis se sintiera intimidada. Detrás de mí, escuche otro gemido igual o casi tan desgarrador como el mío. Algo me dijo que él había llegado. Bombeó en mi interior con intensidad, llenándome completamente, haciéndome querer volver a gritar de placer.
Y ahora nos encontrábamos con la respiración entrecortada, tratando de recuperar el ritmo. Debajo de la ducha de agua helada, bañándonos uno al otro. Imposible pensar en algo mas perfecto.
Capítulo 36
La mañana siguiente, me desperté abrazada a él con mis brazos alrededor de su torso. Cerré los ojos sintiendo su aroma único y delicioso. Luego los abrí y lo observé mientras dormía. Su pecho subía y bajaba lentamente, con movimientos coordinados. Su piel caliente me rozaba y me hacía estremecer de amor mientras sus rulos desparramados de un color negro noche rozaban la piel de mi frente. Sus labios se tensaban de cuando en cuando y de repente, hizo un movimiento extraño y abrió sus angelicales ojos.
—Oh, lo siento. No quise despertarte. Al verme sonrió.
—Esta bien. No importa.
—Te observaba mientras dormías.
—Huh, ¿si?. Comenzó a acariciar mi cabello.
—¿Y qué te entretenía tanto? ¿Las babas que largaba? Reí con una carcajada ante su tonto comentario. Él dibujó una sonrisa en su rostro.
—No. Observaba como descansabas. Observé todo tu cuerpo mientras te hundías en lo plácido del colchón.
Nick sonrió.
—¿Sabes? A veces me quedo despierto a tu lado.
—¿Si? ¿Y que es lo que observas?
—Nada, solo escucho tus ronquidos que no me dejan dormir. Reímos ambos, y depositó un beso en mis labios. Nos levantamos, y mientras Nick fue al baño, empecé a hurguetear las cosas que había dentro de la cajonera de al lado de la cama. Solo por curiosidad, abrí cada uno de los cajones para ver que es lo que escondían. Y fue cuando abrí el último cajón, cuando pude divisar una caja de... preservativos cerrada. 'Oh, no, no, no, no ¡Maldición!'. Recordé las últimas escenas que habían pasado entre nosotros, y mi mente se puso en blanco en cuanto me di cuenta que ninguna de las dos veces que habíamos mantenido relaciones nos habíamos cuidado. Eso formó mas de mil preguntas que empezaron a bombardear mi cerebro que no podía captar otra información que no fuera relacionada con el tema. Escuché la voz y los pasos de Nick acercándose. Cerré el cajón lo mas rápido que pude y me recosté sobre la cama en posición normal.
—¿Tienes hambre? 'No' pensé.
—Si. La verdad era que no tenía ni un poco de hambre. Como sí todos mis sentidos se hubieran apagado de repente. Solo había una voz que me taladraba la mente, y no me dejaba pensar claramente. 'No nos cuidamos, ¡Mierda, no nos cuidamos!' ¿Qué pasaría sí nuestros padres se enteraran? ¿Sí todos esos actos de imprudencia nos llevaran a un embarazo no deseado? O peor aun, ¿alguna enfermedad? 'Maldición, ______*' La voz de Nick me saco de mis pensamientos.
—¿Y bien? ¿Qué dices?
—¿Que digo de qué?
—Si quieres que cocine pasta o mi especialidad: tacos mexicanos.
—Am... da igual. Se acercó a mi y se sentó a mi lado. Parecía como sí el descuido lo tomara inadvertido.
—¿Te ocurre algo? 'Si, Nick. Hicimos el amor dos veces, y ninguna de ellas usamos un maldito condón'
—No, claro que no. Decidí dejar de lado mis inseguridades por un segundo, no lo quería preocupar. Tal vez todo era obra de mi imaginación. Tal vez estaba siendo pesimista. Tal vez solo estaba paranoica. 'Pero, ¿Y si no?'
—¿Estas segura? Asentí con la cabeza y me dirigí al baño para evitar mas preguntas. Cepillé mis dientes, enjuagué mi cara, y me até el cabello en una cola de caballo. Me volví caminando a la habitación, pero él ya no estaba ahí. Me dirigí a la cocina, ahí lo encontré. Parado en frente del horno, con la mirada fija en algún lugar que no supe definir. Y estaba serio.
—¿Estas bien?
—Si. Dijo él, sonriendo al ver que entraba. Por mis fosas nasales entró un aroma delicioso, y cuando me di cuenta Nick estaba sacando el pollo con mostaza del horno.
—Huele delicioso. Nick dejo la fuente sobre la mesada y me sonrió.
—Y sabe aun mejor. Nos sentamos, y sirvió. En verdad estaba delicioso. Pero no lograba sacar de mi mente ese tema tan... delicado. Pasaron unos quince minutos, y terminamos. Es decir, Nick terminó, porque yo apenas y probé el pollo solo para saber como estaba. Juntó todo lo que estaba ensima de la mesa y lo ayude a enjuagar los platos.
—¿A qué hora sale nuestro vuelo?
—Exactamente en... —observó el reloj colgado en la pared. —Dos horas.
—Bien. Ire a tomar una ducha.
—¿Quieres que te acompañe? —una sonrisa traviesa se dibujó en su cara.
—No. Quiero relajarme un poco.
—De acuerdo. Nick se mordió el labio serio. No quise preocuparlo, y por su cara, sabía que ya lo estaba. Así que tome sus mejillas y lo besé dulcemente para tranquilizarlo.
—Solo tardaré unos minutos.
—Bien, te esperaré en la sala. Veré televisión. Asentí, y me dirigí al baño. Abrí la ducha y dejé que el agua cayera mientras tomaba la temperatura justa. Espere unos segundos, y mi estomago comenzó a doler. De repente, ya no sentía dolor, sino nauseas. Nauseas insistentes y asquerosas. Así que me acerqué al retrete, y vomité. Gracias a Dios había abierto antes la ducha. El ruido del agua cayendo contra la pared hacía bochorno y Nick no iba a poder escuchar. Apreté el botón, y luego todo se había ido por el retrete. Luego termiée de desvestirme y me metí en la ducha. El agua estaba caliente. Muy caliente. Terminé de ducharme en menos de diez minutos. Pero ese pensamiento seguía revoloteando por mi mente. Y ya había tenido uno de los síntomas de embarazo. Que Dios me amparara si eso era lo que me pasaba. Me vestí y me dirigí a la sala. Allí se encontraba Nick, estaba recostado sobre el sofá, mirando televisión.
—Ya terminé.— dije sentándome a su lado. Me abrazó con uno de sus brazos.
—Bien. Ya terminé de empacar las pocas cosas que traje. Y aún faltan las tuyas. Rió.
—En verdad traje muchas cosas, ¿no? Asintió riendo, y yo ni sonreí.
—Bien. Ire a empacar mis cosas.
—Quédate. Veamos un rato televisión juntos. Luego te ayudaré a empacar. Asentí, y nos sentamos a mirar televisión, los dos juntos. De vez en cuando Nick reía, tal vez estaba viendo alguna comedia. Yo solo me hundí en mis pensamientos. Me puse a pensar en lo irresponsable que habíamos sido. Que 'había' sido. No podía pensar en sí estaba embarazada. No sabía que hacer. Me ponía tensa, y Nick no lo notaba, solo de vez en cuando miraba de reojo mi cara de nada. No se cuantos minutos habían pasado, porque me había quedado dormida.
—________*. Sentí unos dedos suaves acariciar mi mejillas. Abrí los ojos y allí estaba él, con su mirada única y preciosa.
—¿Me quedé dormida?
—Si. —me sonrió. —No te preocupes. Ya empaqué por ti. Y ahora debemos irnos, o perderemos el vuelo. Asentí con la cabeza, y me levante del sillón desanimada. Y luego ya nos encontrábamos en el avión, rumbo a mi hogar. Rumbo a la realidad. Y nuevamente me sentía mal. Mis nauseas volvieron, y tuve que salir corriendo al baño del avión, en el cual vomite nuevamente.
—_______, ¿estas bien?— me gritaba Nick desde afuera del baño. Supuse que se había preocupado al verme salir corriendo como una loca y no haber dicho una palabra.
—Si. Sí. En un segundo salgo. Cuando salí, él estaba en la puerta, preocupado. Su cara me lo decía.
—¿Qué pasó? — camine hacia nuestros asientos nuevamente.
—Nada, me agarraron nauseas.
—¿Nauseas? Me senté, y él a mi lado. ¿Y ahora qué? Ya había metido la pata contándole sobre las nauseas. ¿Qué excusa poner para que...?
—Que raro. Cuando viajábamos a Nueva Yérsey no dijiste ni una palabra sobre que los viajes te causaba nauseas.
—Oh... — ¡Si! — No, ni yo sabia.—reí falsamente.
—Quédate tranquila, ya falta poco. Miré hacia la ventana, y otra vez me concentré solo en pensar. Estaba segura que al volver, mi vida cambiaria por completo. O ya había cambiado.
—________*. Nick me movía el brazo ligeramente. —¿Estas escuchando?
—Oh, lo siento, no.
—Estas rara.
—¿Rara? —vacilé. No quería que lo notara.
—Si, estas... algo distraída. ¿Ocurre algo?
—No, no. Estoy bien. —sonreí tranquilizadoramente, pero él no pareció creercelo. — En serio. Gracias por preocuparte. Besé sus labios, y luego apoyé mi cabeza sobre uno de sus hombros. Traté de disfrutar la paz que ese momento me traía, porque, iba a ser muy difícil sentirla lo que restaría de mío día.
Capítulo 37
En cuanto nos encontrábamos dentro del taxi camino a casa, las cosas empeoraron. Sentía que mi estómago no resistiría más, necesitaba vomitar en ese momento. Y Nick parecía más concentrado en su celular que en mí.
—¿Qué haces?
—Nada. Reviso mis mensajes.
—Oh.
—Y adivina que.Sus ojos anunciaron que lo que venia no era bueno. ¿Que habría pasado?
—¿Que ocurre?
—Tu padre y mi madre ya están en casa.
—¿Qué?
—Sí. Tengo treinta llamadas perdidas y cuarenta mensajes de texto de mamá. No quiero decir nada, pero creo que es un récord. Él sonrió. ¿Como se suponía que sonreía? ¿En un momento así? Sabía lo que me esperaba, por lo menos lo imaginaba. Lo que nos esperaba.
—¿Que haremos?— pregunté aturdida. ¿En que momento mi cabeza había comenzado a doler?
—No lo sé. —dijo Nick tranquilo. Nuevamente, su tranquilidad me sorprendía demasiado. —Pero supongo que culparte a ti no es una opción. Me dedicó una de sus sonrisas encantadoras, y por mucho que traté de evitarlo, sonreí tontamente. Pero luego mi mente se puso al tanto de la situación, y mi cara se volvió seria de repente. Me dolía el cuello, la cintura, el estómago, y ahora la cabeza. Me sentía agotada y sentía un gusto horriblemente raro en la boca. Nick siguió revisando su celular.
—Sabes que nos castigaran, ¿verdad?— exclamé perturbada.
—Si, pero no me importa. Seguramente no nos dejarán salir a fiestas y cosas así. —Se acercó a mi y me besó la frente.— Y yo sólo me conformo con que estés conmigo. Me miró a los ojos y sonrió. Me besó, y creí morirme en el intento. Sus labios estaban dulces como la miel y calientes como el sol.
—Te amo.—susurró entre mis labios. Corrí mi mirada, no sabia que decirle. No le había importado en absoluto cuidarme, 'cuidarnos' mientras hacíamos "cosas". Yo sentía lo mismo, pero dudaba un poco de él. Sabía que no debería preocuparme, me lo había demostrado los últimos días, pero mi desconfianza en todo aumento en cuanto me di cuenta que podría estar embarazada. Nick removió los ojos de mí en cuanto vio mi actitud. Me di cuenta como cambio la cara. Tosió, y la tensión se hizo presente de la situación.
—Lo siento, lo siento.—dije acomodándome entre su pecho. Hice que me mirara a los ojos. —Yo también te amo. Él no dijo nada. Solo fingió una sonrisa y se quedó callado mirando la ventana. Si antes estaba tenso, ahora mil veces más. El camino de vuelta fue aún más incómodo. Ninguno hablaba, solo se sentían apenas las respiraciones, tapadas por el ruido del motor del taxi. 'Oh Dios, llévame en este instante.' Pensé. Me sentía peor que la última vez. Con nauseas, dolor de cabeza, de estómago, y ahora de piernas. Las piernas me dolían demasiado y no podía dejar de pensar en el porqué, o mas bien en la respuesta. El corazón me empezó a latir fuerte. Más de lo normal. Muchísimo más de lo normal. Y era porque cada vez estábamos más cerca de mi casa. De la realidad, del enfrentamiento con las consecuencias. Por fin, luego de diez minutos de pura agonía y silencio, llegamos. 'El momento de la verdad comienza' Nos bajamos, y con delicadeza traté de agarrar mi maleta. Pero Nick [casi bruscamente] me apartó y agarró ambas dirigiéndolas a la puerta de la casa.
—Toma el dinero de mi billetera y paga el taxi. —dijo con voz ronca. Me sobresalté, pero inmediatamente hice lo que me pidió. Cuando lo alcancé, ya estaba dentro de la casa, y por su cara me di cuenta que papá y Denisse estaban allí. Sin perder un segundo más, entré y cerré la puerta. 'Que comience nuestro show' La primera en levantarse del sillón donde estaban papá, Denisse y raramente Joe, fue Denisse.
—Oh Dios mió. —exclamó casi balanceándose sobre Nick. Logrando que éste soltara ambas maletas. Lo abrazó como si no lo hubiera visto en dos años, casi lo asfixiaba al pobre.
Le siguió papá, a quién vi levantarse bruscamente y acercarse a mi con pasos largos y rápidos.
—________*, por Dios, estas bien. — me abrazó con todas sus fuerzas y sentí lo que había pasado con Nick unos momentos atrás. 'Papá, si no quieres que te vomite encima, deja de apretarme tan fuerte.'
—Si, si estoy bien. —balbuceé. —Suéltame por favor. Me solté de él a la fuerza, y divisé la cara de Joe por detrás de papá. Parecía divertirle algo, y no entendía qué. Papá me miro feo.
—¿Tú estas bien? — murmuró Denisse acariciándole el cabello a Nick.
—Si, si mamá.
—Bien. — Me sorprendió su rápido cambio de ánimo.—¡Entonces estas castigado por los próximos dos años! Gritó de una manera tal que me hizo espantar en el momento.
—¡Dime que se te cruzó por la mente cuando pensaste en escaparte con ________* mientras no estábamos!— Dijo perdiendo la poca calma que le quedaba.
—Tranquila, mamá. Fui un idiota, lo sé. Pero no pasó nada. Solo... fuimos a relajarnos y divertirnos.— Nick parecía no soltar su seriedad. Y Denisse no se quedó tranquila.
—_________*.Gruñó papá. Era mi turno. —Te das cuenta de lo que hiciste, ¿verdad?
—Si. —vacilé. —Me escapé con Nick.
—No solo eso. —papá parecía realmente enojado. Jamás lo había visto así en mi vida. Casi podía observar el humo salir de sus oídos, como en las caricaturas.—Traicionaste toda la confianza que depositaba en ti. Lograste destrozar trece años de buena educación, de confianza, solo por un estúpido momento de rebeldía.
—Lo siento... —me adelanté, en cualquier momento estallaría en lagrimas.
—No— me interrumpió.—No creas que un lo siento arreglará las cosas. Me decepcionaste, ________*. Me decepcionaste.'¡Boom!'
Esas dos palabras estallaron como una bomba en mi corazón y sus secuelas fueron mis millares de lagrimas que ahora recorrían mis mejillas. Y yo que creía que Nick me había hecho sufrir lo suficiente.
—Señor... Ella no tuvo la culpa... Yo... —Nick trató de defenderme. No fue la mejor idea.
—Shh. No te metas jovencito. Dennise frunció el ceño sin decir nada, mirando a Nick.
—El castigo que elija Dennise será lo que tomarás. —Se dio vuelta hacia ella. —No soy bueno en estas cosas. —Y volviendo a mi: —Jamás me hizo falta castigarla. Sus ultimas palabras y abandonó la sala, subiendo las escaleras. Me sentí peor que nunca jamás en mi vida. Y esta vez era de verdad. Traicionar la confianza de mi padre, el único ser que, aseguraba, me amaba realmente. Mi única familia. La persona que mas amaba en el mundo. Verlo llorar fue como una puñalada en mi estomago. Saber que era gracias a mí fue como una estaca en mi corazón.
—Estarán castigados durante cuatro meses. No salidas, no fiestas. Nada. De la casa al colegio, del colegio a la casa. ¿Entendido? Nick y yo asentimos, y Dennise se apresuro a ir a la cocina. Comparado con las palabras de mi padre, el castigo parecía nada. Nick bufó sonoramente.
—Oh. Y tú me ayudaras a lavar la ropa y los platos durante los próximos cinco meses. —dijo señalándolo a Nick. Reprimió una maldición.
—Y ya hablaré mas tarde con ambos. ¿Creen que no saben a lo que se debia este "viajecito"? Por fin, vimos como se perdia en la cocina. 'Esto es increíble, sencillamente increible' Mis lagrimas no dejaban de recorrer mi cara, ya sentía como la nariz se me tapaba y mis oídos se agudizaban. Me sentía terrible. Lo ultimo que vi fue la expresión de Nick, serio. Las piernas me fallaron, y no supe nada mas de mí.
y cuando le pregunté a una de las Moderadoras me dijo que solo tenía dos razones posibles:
1) El tema no recibía comentarios hace dos meses ó
2)El tema incumplía las reglas y después de una semana de aviso, lo eliminaron.
Y fue terrible porque ninguna de esas dos cosas era :/ Pero ya no hay vuelta atrás, espero que aquí también lleguen
mis lectoras bellísimas, porque no creo que se quieran quedar con la duda de que pasará al final... Bueno, no doy más lata :P
Les traigo tres capítulos (:
Ficha:
Nombre: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación. [Continuación del antiguo tema]
Autor: Medallith en Otro foro.
Adaptación: Si.
Género: General, algo más Hot y dramática que otra cosa..
Advertencias: No.
Otras Páginas: Sí, en Univisión y Jonas Brothers Venezuela.
Capítulo 35
Desperté por unos labios que recorrían sensualmente mi cuello.
—Buenas noches. Su voz hizo que mi corazón latiera a mil al recordar todo lo que había pasado hace, ¿horas?
—Hola. Sonreí y sentí los labios de Nick besando los míos suavemente. Su cuerpo aun seguía sobre mí, y aún estaba caliente. La sensación de placer volvió.
—¿Ya anocheció? Nick largó una pequeña carcajada.
—Si. Dormiste bastante. Parecías cansada.
—También, con lo que hicimos. Mi cara se sonrojó al escuchar que de mi boca habían salido esas palabras. Noté la sonrisa de Nick formarse en sus labios y luego sentí su nariz rozando levemente mi mejilla, recorriéndola sin apuro alguno.
Tomé su cabello lleno de rulos entre mis dedos y lo moví para que se acercara a mi y así poder besarlo.
—Te amo. Susurró con su aliento caliente sobre mi oído. Logró que un estremecimiento recorriera mi cuerpo entero.
—Yo te amo, ahora y siempre. Nick tomó una fuente con carnes rojas y otra de ensalada. Con su camisa blanca abotonada –desabotonada en los primeros tres botones- se veía más sexy de lo normal, y verlo trayendo ambas fuentes como si fuera mi chef personal me causó ternura. Nunca lo habría imaginado de esa forma.
—¿Te gusta la ensalada de papa y huevo? — dijo colocando sobre la mesa ambas fuentes al mismo tiempo que se sentaba a mi lado.
—Muchísimo. Sonrió y colocó un poco de ensalada en mi plato.
—Y espero que te gusten las carnes rojas.- Me miró sonriendo ¡Era hermoso!
—Me encantan. Asentí sonriente y colocó una porción de carne en mi plato junto a la ensalada de papa y huevo. Esperé a que él se sirviera su parte, y cuando me miró y asintió, comenzamos a cenar.
—Estaba delicioso. Nick me miró con su encantadora sonrisa en su rostro.
—Gracias. La preparé yo mismo.
—¿En serio? — mis oídos no creían lo que escuchaban. ¿Nick cocinando?.
—Así es.
—Pero… la pizza… Habías dicho que no…
—Sé lo que dije. Y fue todo parte de la sorpresa. No quería que supieras que sabía cocinar hasta que llegáramos aquí. Así no sospecharías que te estoy envenenando. Su sonrisa pícara se hizo presente. Pero no pude evitar que un escalofrío se filtrara por mi piel y recorriera mi cuerpo en un segundo. Nick lo notó.
—Si claro, como si quisiera matarte después de la tarde que hemos pasado juntos. Su rostro se suavizó y su cara cambió. Por suerte eso me tranquilizó. Acercó su rostro a mí y me besó el cuello suavemente. Sentí que el escalofrió se fue y una ola de placer invadió mis sentidos. Solo Nick lograba eso.
—Entonces… —dije apartándolo de mi un poco. —¿Desde cuando sabes cocinar?
—Desde pequeño. Mi madre me enseñó. Siempre me educó muy bien, al igual que mi padre. Cuando supimos que tenía cáncer, él quería que no dejara sola a mamá. Así que le dijo que me enseñara a cocinar, ya que él no lo hacia muy bien que digamos. Reímos los dos, y luego vi el dolor en sus ojos. La verdad me mataba verlo así. Era obvio que echaba de menos a su padre. Ahuequé sus mejillas en mis manos y acaricié su cabello. Para distraerlo.
—Dime, ¿Qué sabes cocinar?, además de un poco de ensalada, y unas carnes que, por cierto estaban deliciosas. La sonrisa en su rostro volvió.
—Bueno, además de comidas, sé hacer postres. — Sonreí. —Puedo hacer que el caramelo mas dulce se derrita para ponerlo sobre una banana dura y pulposa. ¡Maldición! Sus últimas palabras habían aterrizado directamente en mi líbido. El tono sensual de su voz no había ayudado para nada.
—Y con caramelo me refiero a ti. Murmuró sobre mi oído y sentí que iba a explotar de deseo. ¿Debía pensar que ese chico solo buscaba la forma de enredarme para conseguir que cayera a sus pies cuando quería? Debería, si ese chico no me hiciera sentir tan bien al caerme a sus pies.
—¡Nick! —exclamé sonrojada.
—¿Qué? ¿Quieres que te lo demuestre? Comenzó con sus sensuales besos sobre mi cuello, haciendo que mi respiración aumentara y mi corazón se acelerara al sentir sus caricias sobre mi cintura. Maldije entre dientes, me había excitado nuevamente. Y como solo conocía una forma de aliviarlo, y esa forma estaba pasando, su lengua sensualmente sobre mi cuello, decidí dejarme llevar. Jadeé en cuanto sentí sus labios aprisionando mi labio inferior, y gemí en cuanto lo mordió. Luego me alzó en brazos, y sin dejar de besarme, me llevó hacia el cuarto de baño. Pensar en lo que Nick estaba tramando me hizo excitar aun más, y sus besos no me dejaban pensar. En cuanto llegamos, se apuró a abrir la ducha. Luego volvió hacia mí y me empezó a besar nuevamente, con sus labios hinchados y comenzó a deshacerse de la ropa que traía puesta. No me quedé atrás y arranqué bruscamente los botones de la camisa que lo hacia ver tan sensual, aunque se veía mil veces mejor sin ella. Desaté su cremallera, y desprendí el botón de su jean, dejándolo caer entre sus iernas mientras él me besaba el cuello y sacaba mi pantalón. Una vez que estuvimos ambos desnudos, me alzó
nuevamente, y encerré su cintura entre mis piernas. Ahora su miembro rígido como un hielo pero caliente como el fuego rozaba mi estomago, despertando miles de deseos nuevos en mi cuerpo que bajaban directo a mi feminidad. No ignoré que mi humedad hacía que me resbalara del estomago de Nick, por lo que tuvo que agarrarme fuertemente del trasero pegándome más a él para que no cayéramos de cabeza al suelo. Cuando entramos ambos a la bañera, mientras el agua caía como si estuviera lloviendo, pude sentir lo congelada que se encontraba. Eso chocaba con el calor de nuestros cuerpos pegados, y me excitaba aún más. Nick estaba igual, por la rigidez de su miembro lo sabía. Me apoyó contra la pared, mientras el agua caía por su cuerpo y las gotas resbalaban por su cuello, y caían en picada por su abdomen duro y trabajado. Era una locura la forma en que lo deseaba en ese momento. Deseaba que estuviera dentro mío. Deseaba que fuéramos nuevamente uno solo. Deseaba que me deseara. Un último beso de aliento fue lo que me impulsó a mover mis caderas hacia delante, en el mismo momento en que Nick empujó, y su duro miembro me atravesó en un poderoso envite, que me saco un grito desgarrador. Comenzó a moverse una y otra vez y cada vez más rápido dentro y fuera de mi cuerpo. No aguantaba más. Necesitaba que me llenara por completo. Comencé a gemir en su oído mientras me movía a sus compases y le rogaba que me diera más, mucho, mucho más.
A lo que él no se negó. Comenzó con sus movimientos que acabarían con volverme loca. La sensación del calor que emanaba su cuerpo y a la vez el frió del agua que caía eran como estar en el paraíso. Estaba segura que ese era el verdadero paraíso. Nick haciéndome suya, solo suya, y yo jadeando y gimiendo descontroladamente rogándole llegar al orgasmo. Cuando éste me golpeó con tanta intensidad, grité su nombre tan fuerte como para que Jaime Lee Curtis se sintiera intimidada. Detrás de mí, escuche otro gemido igual o casi tan desgarrador como el mío. Algo me dijo que él había llegado. Bombeó en mi interior con intensidad, llenándome completamente, haciéndome querer volver a gritar de placer.
Y ahora nos encontrábamos con la respiración entrecortada, tratando de recuperar el ritmo. Debajo de la ducha de agua helada, bañándonos uno al otro. Imposible pensar en algo mas perfecto.
Capítulo 36
La mañana siguiente, me desperté abrazada a él con mis brazos alrededor de su torso. Cerré los ojos sintiendo su aroma único y delicioso. Luego los abrí y lo observé mientras dormía. Su pecho subía y bajaba lentamente, con movimientos coordinados. Su piel caliente me rozaba y me hacía estremecer de amor mientras sus rulos desparramados de un color negro noche rozaban la piel de mi frente. Sus labios se tensaban de cuando en cuando y de repente, hizo un movimiento extraño y abrió sus angelicales ojos.
—Oh, lo siento. No quise despertarte. Al verme sonrió.
—Esta bien. No importa.
—Te observaba mientras dormías.
—Huh, ¿si?. Comenzó a acariciar mi cabello.
—¿Y qué te entretenía tanto? ¿Las babas que largaba? Reí con una carcajada ante su tonto comentario. Él dibujó una sonrisa en su rostro.
—No. Observaba como descansabas. Observé todo tu cuerpo mientras te hundías en lo plácido del colchón.
Nick sonrió.
—¿Sabes? A veces me quedo despierto a tu lado.
—¿Si? ¿Y que es lo que observas?
—Nada, solo escucho tus ronquidos que no me dejan dormir. Reímos ambos, y depositó un beso en mis labios. Nos levantamos, y mientras Nick fue al baño, empecé a hurguetear las cosas que había dentro de la cajonera de al lado de la cama. Solo por curiosidad, abrí cada uno de los cajones para ver que es lo que escondían. Y fue cuando abrí el último cajón, cuando pude divisar una caja de... preservativos cerrada. 'Oh, no, no, no, no ¡Maldición!'. Recordé las últimas escenas que habían pasado entre nosotros, y mi mente se puso en blanco en cuanto me di cuenta que ninguna de las dos veces que habíamos mantenido relaciones nos habíamos cuidado. Eso formó mas de mil preguntas que empezaron a bombardear mi cerebro que no podía captar otra información que no fuera relacionada con el tema. Escuché la voz y los pasos de Nick acercándose. Cerré el cajón lo mas rápido que pude y me recosté sobre la cama en posición normal.
—¿Tienes hambre? 'No' pensé.
—Si. La verdad era que no tenía ni un poco de hambre. Como sí todos mis sentidos se hubieran apagado de repente. Solo había una voz que me taladraba la mente, y no me dejaba pensar claramente. 'No nos cuidamos, ¡Mierda, no nos cuidamos!' ¿Qué pasaría sí nuestros padres se enteraran? ¿Sí todos esos actos de imprudencia nos llevaran a un embarazo no deseado? O peor aun, ¿alguna enfermedad? 'Maldición, ______*' La voz de Nick me saco de mis pensamientos.
—¿Y bien? ¿Qué dices?
—¿Que digo de qué?
—Si quieres que cocine pasta o mi especialidad: tacos mexicanos.
—Am... da igual. Se acercó a mi y se sentó a mi lado. Parecía como sí el descuido lo tomara inadvertido.
—¿Te ocurre algo? 'Si, Nick. Hicimos el amor dos veces, y ninguna de ellas usamos un maldito condón'
—No, claro que no. Decidí dejar de lado mis inseguridades por un segundo, no lo quería preocupar. Tal vez todo era obra de mi imaginación. Tal vez estaba siendo pesimista. Tal vez solo estaba paranoica. 'Pero, ¿Y si no?'
—¿Estas segura? Asentí con la cabeza y me dirigí al baño para evitar mas preguntas. Cepillé mis dientes, enjuagué mi cara, y me até el cabello en una cola de caballo. Me volví caminando a la habitación, pero él ya no estaba ahí. Me dirigí a la cocina, ahí lo encontré. Parado en frente del horno, con la mirada fija en algún lugar que no supe definir. Y estaba serio.
—¿Estas bien?
—Si. Dijo él, sonriendo al ver que entraba. Por mis fosas nasales entró un aroma delicioso, y cuando me di cuenta Nick estaba sacando el pollo con mostaza del horno.
—Huele delicioso. Nick dejo la fuente sobre la mesada y me sonrió.
—Y sabe aun mejor. Nos sentamos, y sirvió. En verdad estaba delicioso. Pero no lograba sacar de mi mente ese tema tan... delicado. Pasaron unos quince minutos, y terminamos. Es decir, Nick terminó, porque yo apenas y probé el pollo solo para saber como estaba. Juntó todo lo que estaba ensima de la mesa y lo ayude a enjuagar los platos.
—¿A qué hora sale nuestro vuelo?
—Exactamente en... —observó el reloj colgado en la pared. —Dos horas.
—Bien. Ire a tomar una ducha.
—¿Quieres que te acompañe? —una sonrisa traviesa se dibujó en su cara.
—No. Quiero relajarme un poco.
—De acuerdo. Nick se mordió el labio serio. No quise preocuparlo, y por su cara, sabía que ya lo estaba. Así que tome sus mejillas y lo besé dulcemente para tranquilizarlo.
—Solo tardaré unos minutos.
—Bien, te esperaré en la sala. Veré televisión. Asentí, y me dirigí al baño. Abrí la ducha y dejé que el agua cayera mientras tomaba la temperatura justa. Espere unos segundos, y mi estomago comenzó a doler. De repente, ya no sentía dolor, sino nauseas. Nauseas insistentes y asquerosas. Así que me acerqué al retrete, y vomité. Gracias a Dios había abierto antes la ducha. El ruido del agua cayendo contra la pared hacía bochorno y Nick no iba a poder escuchar. Apreté el botón, y luego todo se había ido por el retrete. Luego termiée de desvestirme y me metí en la ducha. El agua estaba caliente. Muy caliente. Terminé de ducharme en menos de diez minutos. Pero ese pensamiento seguía revoloteando por mi mente. Y ya había tenido uno de los síntomas de embarazo. Que Dios me amparara si eso era lo que me pasaba. Me vestí y me dirigí a la sala. Allí se encontraba Nick, estaba recostado sobre el sofá, mirando televisión.
—Ya terminé.— dije sentándome a su lado. Me abrazó con uno de sus brazos.
—Bien. Ya terminé de empacar las pocas cosas que traje. Y aún faltan las tuyas. Rió.
—En verdad traje muchas cosas, ¿no? Asintió riendo, y yo ni sonreí.
—Bien. Ire a empacar mis cosas.
—Quédate. Veamos un rato televisión juntos. Luego te ayudaré a empacar. Asentí, y nos sentamos a mirar televisión, los dos juntos. De vez en cuando Nick reía, tal vez estaba viendo alguna comedia. Yo solo me hundí en mis pensamientos. Me puse a pensar en lo irresponsable que habíamos sido. Que 'había' sido. No podía pensar en sí estaba embarazada. No sabía que hacer. Me ponía tensa, y Nick no lo notaba, solo de vez en cuando miraba de reojo mi cara de nada. No se cuantos minutos habían pasado, porque me había quedado dormida.
—________*. Sentí unos dedos suaves acariciar mi mejillas. Abrí los ojos y allí estaba él, con su mirada única y preciosa.
—¿Me quedé dormida?
—Si. —me sonrió. —No te preocupes. Ya empaqué por ti. Y ahora debemos irnos, o perderemos el vuelo. Asentí con la cabeza, y me levante del sillón desanimada. Y luego ya nos encontrábamos en el avión, rumbo a mi hogar. Rumbo a la realidad. Y nuevamente me sentía mal. Mis nauseas volvieron, y tuve que salir corriendo al baño del avión, en el cual vomite nuevamente.
—_______, ¿estas bien?— me gritaba Nick desde afuera del baño. Supuse que se había preocupado al verme salir corriendo como una loca y no haber dicho una palabra.
—Si. Sí. En un segundo salgo. Cuando salí, él estaba en la puerta, preocupado. Su cara me lo decía.
—¿Qué pasó? — camine hacia nuestros asientos nuevamente.
—Nada, me agarraron nauseas.
—¿Nauseas? Me senté, y él a mi lado. ¿Y ahora qué? Ya había metido la pata contándole sobre las nauseas. ¿Qué excusa poner para que...?
—Que raro. Cuando viajábamos a Nueva Yérsey no dijiste ni una palabra sobre que los viajes te causaba nauseas.
—Oh... — ¡Si! — No, ni yo sabia.—reí falsamente.
—Quédate tranquila, ya falta poco. Miré hacia la ventana, y otra vez me concentré solo en pensar. Estaba segura que al volver, mi vida cambiaria por completo. O ya había cambiado.
—________*. Nick me movía el brazo ligeramente. —¿Estas escuchando?
—Oh, lo siento, no.
—Estas rara.
—¿Rara? —vacilé. No quería que lo notara.
—Si, estas... algo distraída. ¿Ocurre algo?
—No, no. Estoy bien. —sonreí tranquilizadoramente, pero él no pareció creercelo. — En serio. Gracias por preocuparte. Besé sus labios, y luego apoyé mi cabeza sobre uno de sus hombros. Traté de disfrutar la paz que ese momento me traía, porque, iba a ser muy difícil sentirla lo que restaría de mío día.
Capítulo 37
En cuanto nos encontrábamos dentro del taxi camino a casa, las cosas empeoraron. Sentía que mi estómago no resistiría más, necesitaba vomitar en ese momento. Y Nick parecía más concentrado en su celular que en mí.
—¿Qué haces?
—Nada. Reviso mis mensajes.
—Oh.
—Y adivina que.Sus ojos anunciaron que lo que venia no era bueno. ¿Que habría pasado?
—¿Que ocurre?
—Tu padre y mi madre ya están en casa.
—¿Qué?
—Sí. Tengo treinta llamadas perdidas y cuarenta mensajes de texto de mamá. No quiero decir nada, pero creo que es un récord. Él sonrió. ¿Como se suponía que sonreía? ¿En un momento así? Sabía lo que me esperaba, por lo menos lo imaginaba. Lo que nos esperaba.
—¿Que haremos?— pregunté aturdida. ¿En que momento mi cabeza había comenzado a doler?
—No lo sé. —dijo Nick tranquilo. Nuevamente, su tranquilidad me sorprendía demasiado. —Pero supongo que culparte a ti no es una opción. Me dedicó una de sus sonrisas encantadoras, y por mucho que traté de evitarlo, sonreí tontamente. Pero luego mi mente se puso al tanto de la situación, y mi cara se volvió seria de repente. Me dolía el cuello, la cintura, el estómago, y ahora la cabeza. Me sentía agotada y sentía un gusto horriblemente raro en la boca. Nick siguió revisando su celular.
—Sabes que nos castigaran, ¿verdad?— exclamé perturbada.
—Si, pero no me importa. Seguramente no nos dejarán salir a fiestas y cosas así. —Se acercó a mi y me besó la frente.— Y yo sólo me conformo con que estés conmigo. Me miró a los ojos y sonrió. Me besó, y creí morirme en el intento. Sus labios estaban dulces como la miel y calientes como el sol.
—Te amo.—susurró entre mis labios. Corrí mi mirada, no sabia que decirle. No le había importado en absoluto cuidarme, 'cuidarnos' mientras hacíamos "cosas". Yo sentía lo mismo, pero dudaba un poco de él. Sabía que no debería preocuparme, me lo había demostrado los últimos días, pero mi desconfianza en todo aumento en cuanto me di cuenta que podría estar embarazada. Nick removió los ojos de mí en cuanto vio mi actitud. Me di cuenta como cambio la cara. Tosió, y la tensión se hizo presente de la situación.
—Lo siento, lo siento.—dije acomodándome entre su pecho. Hice que me mirara a los ojos. —Yo también te amo. Él no dijo nada. Solo fingió una sonrisa y se quedó callado mirando la ventana. Si antes estaba tenso, ahora mil veces más. El camino de vuelta fue aún más incómodo. Ninguno hablaba, solo se sentían apenas las respiraciones, tapadas por el ruido del motor del taxi. 'Oh Dios, llévame en este instante.' Pensé. Me sentía peor que la última vez. Con nauseas, dolor de cabeza, de estómago, y ahora de piernas. Las piernas me dolían demasiado y no podía dejar de pensar en el porqué, o mas bien en la respuesta. El corazón me empezó a latir fuerte. Más de lo normal. Muchísimo más de lo normal. Y era porque cada vez estábamos más cerca de mi casa. De la realidad, del enfrentamiento con las consecuencias. Por fin, luego de diez minutos de pura agonía y silencio, llegamos. 'El momento de la verdad comienza' Nos bajamos, y con delicadeza traté de agarrar mi maleta. Pero Nick [casi bruscamente] me apartó y agarró ambas dirigiéndolas a la puerta de la casa.
—Toma el dinero de mi billetera y paga el taxi. —dijo con voz ronca. Me sobresalté, pero inmediatamente hice lo que me pidió. Cuando lo alcancé, ya estaba dentro de la casa, y por su cara me di cuenta que papá y Denisse estaban allí. Sin perder un segundo más, entré y cerré la puerta. 'Que comience nuestro show' La primera en levantarse del sillón donde estaban papá, Denisse y raramente Joe, fue Denisse.
—Oh Dios mió. —exclamó casi balanceándose sobre Nick. Logrando que éste soltara ambas maletas. Lo abrazó como si no lo hubiera visto en dos años, casi lo asfixiaba al pobre.
Le siguió papá, a quién vi levantarse bruscamente y acercarse a mi con pasos largos y rápidos.
—________*, por Dios, estas bien. — me abrazó con todas sus fuerzas y sentí lo que había pasado con Nick unos momentos atrás. 'Papá, si no quieres que te vomite encima, deja de apretarme tan fuerte.'
—Si, si estoy bien. —balbuceé. —Suéltame por favor. Me solté de él a la fuerza, y divisé la cara de Joe por detrás de papá. Parecía divertirle algo, y no entendía qué. Papá me miro feo.
—¿Tú estas bien? — murmuró Denisse acariciándole el cabello a Nick.
—Si, si mamá.
—Bien. — Me sorprendió su rápido cambio de ánimo.—¡Entonces estas castigado por los próximos dos años! Gritó de una manera tal que me hizo espantar en el momento.
—¡Dime que se te cruzó por la mente cuando pensaste en escaparte con ________* mientras no estábamos!— Dijo perdiendo la poca calma que le quedaba.
—Tranquila, mamá. Fui un idiota, lo sé. Pero no pasó nada. Solo... fuimos a relajarnos y divertirnos.— Nick parecía no soltar su seriedad. Y Denisse no se quedó tranquila.
—_________*.Gruñó papá. Era mi turno. —Te das cuenta de lo que hiciste, ¿verdad?
—Si. —vacilé. —Me escapé con Nick.
—No solo eso. —papá parecía realmente enojado. Jamás lo había visto así en mi vida. Casi podía observar el humo salir de sus oídos, como en las caricaturas.—Traicionaste toda la confianza que depositaba en ti. Lograste destrozar trece años de buena educación, de confianza, solo por un estúpido momento de rebeldía.
—Lo siento... —me adelanté, en cualquier momento estallaría en lagrimas.
—No— me interrumpió.—No creas que un lo siento arreglará las cosas. Me decepcionaste, ________*. Me decepcionaste.'¡Boom!'
Esas dos palabras estallaron como una bomba en mi corazón y sus secuelas fueron mis millares de lagrimas que ahora recorrían mis mejillas. Y yo que creía que Nick me había hecho sufrir lo suficiente.
—Señor... Ella no tuvo la culpa... Yo... —Nick trató de defenderme. No fue la mejor idea.
—Shh. No te metas jovencito. Dennise frunció el ceño sin decir nada, mirando a Nick.
—El castigo que elija Dennise será lo que tomarás. —Se dio vuelta hacia ella. —No soy bueno en estas cosas. —Y volviendo a mi: —Jamás me hizo falta castigarla. Sus ultimas palabras y abandonó la sala, subiendo las escaleras. Me sentí peor que nunca jamás en mi vida. Y esta vez era de verdad. Traicionar la confianza de mi padre, el único ser que, aseguraba, me amaba realmente. Mi única familia. La persona que mas amaba en el mundo. Verlo llorar fue como una puñalada en mi estomago. Saber que era gracias a mí fue como una estaca en mi corazón.
—Estarán castigados durante cuatro meses. No salidas, no fiestas. Nada. De la casa al colegio, del colegio a la casa. ¿Entendido? Nick y yo asentimos, y Dennise se apresuro a ir a la cocina. Comparado con las palabras de mi padre, el castigo parecía nada. Nick bufó sonoramente.
—Oh. Y tú me ayudaras a lavar la ropa y los platos durante los próximos cinco meses. —dijo señalándolo a Nick. Reprimió una maldición.
—Y ya hablaré mas tarde con ambos. ¿Creen que no saben a lo que se debia este "viajecito"? Por fin, vimos como se perdia en la cocina. 'Esto es increíble, sencillamente increible' Mis lagrimas no dejaban de recorrer mi cara, ya sentía como la nariz se me tapaba y mis oídos se agudizaban. Me sentía terrible. Lo ultimo que vi fue la expresión de Nick, serio. Las piernas me fallaron, y no supe nada mas de mí.
Última edición por .McDonalds.#' el Sáb 18 Feb 2012, 5:49 pm, editado 1 vez
ivashkova.
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
Waaaaaaaaa Barbi no !!!
Por que la dejas ahiiii!!!
Sigue plis Sigueeeeee
Te lo ruego necesito mas caaaap pliiiis!!
Por que la dejas ahiiii!!!
Sigue plis Sigueeeeee
Te lo ruego necesito mas caaaap pliiiis!!
Karli Jonas
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
hay barbii Qe mala onda no te preocupes estaremos aQi ;)
al rato leo el cap tengo poko tiempo pero hoy tienes mi coment aQi
no me importa si me desvelo aQi estara mi coment ;)
al rato leo el cap tengo poko tiempo pero hoy tienes mi coment aQi
no me importa si me desvelo aQi estara mi coment ;)
Vanee LovatoD'Jonas
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
hay santa madre de dios..... no me digas que la rayis esta esperando un nicksito.... hay que cosa... dios..quiero mas quiero mas... quiero saber que pasa....
y siempre aqui contigo soy tu fiel lectora.. no sabes cuando me di cuenta que lo habiam borrado grite como loca.....pero cuando vi este tema mi alama regreso a mi.... sigue... y cuidate biie
y siempre aqui contigo soy tu fiel lectora.. no sabes cuando me di cuenta que lo habiam borrado grite como loca.....pero cuando vi este tema mi alama regreso a mi.... sigue... y cuidate biie
haydeejOnaz
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
morire barbi !!! siguelaaa
no me dejes con la intrigaaa
esta embarazada la rayis??????
siguelaaaa
no me dejes con la intrigaaa
esta embarazada la rayis??????
siguelaaaa
jamileth
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
aaaaaaaaaaaaaaaaa como se te ocurre dejarla ahi? me queres matar o algo así!? seguilaaaa
GiaanniJonas
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
Capítulo 38
Algo caliente y suave envolvió mis manos. Y algo aún mas caliente y húmedo las rozó haciéndome estremecer al mismo tiempo que abría los ojos. Los labios de Nick. Una luz perturbadora entró por mis ojos, tanto que por poco no podía ver nada.
—¿Donde estoy?—murmuré. Noté como Nick se sobresaltó, y al verme sonrio, enviandome inmediatamente a viajar por las estrellas, como solo él podía hacerlo.
—Te desmayaste. Estas en el hospital. Observé todo a mi alrededor, y efectivamente. Cortinas blancas, sábanas blancas, pisos y paredes blancos y la luz blanca enceguecedora que me apuntaba solo a mí. Definitivamente era un hospital. O tal vez, posiblemente un manicomio.
—No recuerdo nada. —exclamé asustada. Me levanté y me senté sobre el respaldo de la cama donde me encontraba. Nick se sentó junto a mí y me tomó nuevamente de las manos. Las besó y me hizo sentir tranquila.
—No te preocupes. Estarás bien. —me sonrió, y no pude evitar no devolverle el acto. Siempre que estaba con él todo parecía mas feliz. Pero... ¿me había desmayado? ¿Por qué? ¿Cuando...? Y ahí me vino a la mente como un rayo golpeando mi cabeza. El viaje, Nick, las relaciones. El descuido. Y el más que seguro embarazo. Cerré fuerte los ojos. A esa instancia ya me habrían de haber hecho los chequeos necesarios para saber como estaba, y también para descubrir de casualidad que estaba embarazada.
—¿Sigue doliéndote algo...? —preguntó Nick preocupado. También recordaba el dolor que había sentido. Pero para entonces solo era eso. Un recuerdo.
—No. De hecho, estoy mucho mejor. —traté de dar lo mejor de mí para sonreír. —¿Donde están...?
—Están afuera. Era mi turno de estar a solas contigo. —respondió sin dejarme terminar de preguntar. —Y si te preguntas cuanto tiempo has estado aquí, solo una hora. Se acercó para abrazarme.
—La hora mas larga de mi vida.—murmuró en mi oído y me estrechó fuerte contra su pecho. Traté de hacer lo mismo. Pero aun estaba preocupada por mi "embarazo". ¿Que tal si ya habían descubierto todo? ¿Que tal si...? Oh Dios, ¿que tal si había perdido el bebé? Un bebé que ni siquiera sabia que existía.
—Nick... ¿Tengo algo?—pregunte soltándolo lentamente. Intrigada por saber la respuesta, pero también asustada.
—No lo sé, linda. El doctor llamó a tu padre para comentarle algo. No me dejaron escuchar. Les dije que tenia derecho por ser tu hermano, pero aun así. Creo que era privado. —Frunció el ceño —En realidad, creo que ni yo mismo me creí la historia de que somos hermanos. —Rió, y ni siquiera fomenté hacerlo también. Solo vacilé.
¿Y sí justamente, habían llamado a papá para coméntale que estaba embarazada? Oh Dios, ahora si que estaría muerta, o mucho peor que eso, estaré lejos de Nicholas, seguro que me alejan de él.
—Hey, no te pongas así. No es nada grave, te lo aseguro. —su rostro transmitía tranquilidad. Lástima que mi mente no la recibía. Genial. Nick aun no lo sabía.
—Estoy bien. —mentí. Sí, ya me sentía mejor con respecto al dolor, pero aún me inquietaba el otro tema.—Quiero hablar con mi padre. —murmuré.
—De acuerdo. Lo llamaré. —se acercó y besó mi mejilla. Se levantó y caminó hacia la puerta, no sin antes darse la vuelta. —Y a propósito... —bajó la mirada. —Perdón por haberme portado tan frío. Moriría si te pasa algo mientras estoy enojado contigo. No me lo perdonaría nunca. —me miró a los ojos, los cuales brillaban mucho más de lo normal.
—No hay cuidado. —le sonreí, haciéndole saber que estaba todo bien, al devolverme la sonrisa, salió de la habitación. Habrán pasado unos treinta segundos antes de que la puerta de la habitación se abriera lentamente y divisara la imagen de mi papá con los ojos brillosos y la mirada baja. Por su expresión, sabía que lo peor había pasado. El embarazo era un hecho. Y él ya lo sabía. Ahora ya estaba lista para escuchar el peor reproche de la vida, el peor sermón, del peor humor de mi padre.
—_______*... —no sonaba tan enojado como creí que estaría. Mi mirada automáticamente se dirigió hacia él.
—Papá... Ya sé lo que tengo. No hace falta que me lo expliques. —¿Y cómo explicarlo yo?
—¿Nick ya lo sabe? ¿Él te contó?
—No. Nick no lo sabe aún. —mordí mis labios avergonzada.
—Pero... entonces, ¿cómo...? —parecía confundido. —No importa. —se acercó a la cama y se sentó a un lado.—Solo quiero decir que lo siento. —me abrazó. ¿Lo sentía? ¿Por qué? Oh, maldición, empezaba a asustarme.—Creo que fui muy duro esta tarde. No debí reaccionar tan mal. Era la primera vez que desobedecías,
y... no sabía como tomarlo, yo...
—Papá... está bien. —le sonreí.
—Además, sé que puedes cuidarte sola. No eres una niñita. Por mucho que me cueste admitirlo...Y Nick estuvo contigo cuidándote, o eso quiero suponer. —Oh, papá, justo ahí te equivocas. Asentí nerviosa.
—Pero no entiendo... ¿Qué tiene que ver esto con...?
—Que ahora no sé como serán nuestras vidas. Tu vida. Y yo deberé estar ahí para cuidarte y ayudarte en todo momento. Quiero que sepas que estaremos juntos en esto. Denisse y Nick ahora son de la familia. Te ayudarán también. No quiero que creas que esto arruinará tu vida. Solo es una prueba para ver cuan fuerte eres.
Y sé que eres mas fuerte que yo. Saliste a tu madre. Ella era fuerte e independiente. Por eso se fue... No pude evitar que el estómago se me comprimiera. No me gustaba hablar de ella. En absoluto. Ni siquiera era mi madre. Prefería a Denise que a esa señora desconocida.
—Papá... No estoy mal. Al contrario, creo que esto esta bien. Solo que creo que estas tomando todo con demasiada tranquilidad.
—No, no tienes que alarmarte, tu vida no esta en riesgo para nada. —¿Mi vida en riesgo? ¿De que hablaba? Un bebé no podía poner mi vida en riesgo. ¿O sí?
—Papá, no entiendo. ¿Cómo puede mi vida estar en riesgo?
—No, no lo está. Por eso quiero que te quedes tranquila.
—Lo estoy, lo estoy. Pero no tengo idea del tema. Tendré que informarme con libros, revistas y cosas así.
—¿Revistas? No creo que haya revistas sobre la diabetes. Pero sí, nos informaremos de todo. No te preocupes, todo estará bien. Creo que alguien había golpeado mi cabeza fuerte, o mis oidos no funcionaban bien, o mi cerebro no interpretaba bien la información. ¿Diabetes? ¿De qué rayos hablaba?
—Papá… —murmuré casi sin aliento. —Lo que tengo… —balbuceé. ¿Es diabetes? ¿Tengo esa enfermedad? Por como bajó la mirada sabia que era así. ¿Diabetes? Oh Dios mío, eso era diez mil veces peor que estar embarazada. Que dios me ayudara en ese momento. Ni siquiera sabia lo que era la diabetes, no tenia idea de esa enfermedad. Ni si era maligna o benigna. Estaba completamente asustada y atontada. ¿Qué sería de mi vida desde ese momento?
¡¡Chaaaaaaaaaan, Chaaaan!! :O ¿Qué pasará? ¡¡Ni yo misma sé!! :c
Las amo, las adoro, y todos los sinónimos posibles para Amar(? Hahaha...
Carlangas... Te quiero Nena 8) Hahah.. te copié la palabra(? :(L):
Algo caliente y suave envolvió mis manos. Y algo aún mas caliente y húmedo las rozó haciéndome estremecer al mismo tiempo que abría los ojos. Los labios de Nick. Una luz perturbadora entró por mis ojos, tanto que por poco no podía ver nada.
—¿Donde estoy?—murmuré. Noté como Nick se sobresaltó, y al verme sonrio, enviandome inmediatamente a viajar por las estrellas, como solo él podía hacerlo.
—Te desmayaste. Estas en el hospital. Observé todo a mi alrededor, y efectivamente. Cortinas blancas, sábanas blancas, pisos y paredes blancos y la luz blanca enceguecedora que me apuntaba solo a mí. Definitivamente era un hospital. O tal vez, posiblemente un manicomio.
—No recuerdo nada. —exclamé asustada. Me levanté y me senté sobre el respaldo de la cama donde me encontraba. Nick se sentó junto a mí y me tomó nuevamente de las manos. Las besó y me hizo sentir tranquila.
—No te preocupes. Estarás bien. —me sonrió, y no pude evitar no devolverle el acto. Siempre que estaba con él todo parecía mas feliz. Pero... ¿me había desmayado? ¿Por qué? ¿Cuando...? Y ahí me vino a la mente como un rayo golpeando mi cabeza. El viaje, Nick, las relaciones. El descuido. Y el más que seguro embarazo. Cerré fuerte los ojos. A esa instancia ya me habrían de haber hecho los chequeos necesarios para saber como estaba, y también para descubrir de casualidad que estaba embarazada.
—¿Sigue doliéndote algo...? —preguntó Nick preocupado. También recordaba el dolor que había sentido. Pero para entonces solo era eso. Un recuerdo.
—No. De hecho, estoy mucho mejor. —traté de dar lo mejor de mí para sonreír. —¿Donde están...?
—Están afuera. Era mi turno de estar a solas contigo. —respondió sin dejarme terminar de preguntar. —Y si te preguntas cuanto tiempo has estado aquí, solo una hora. Se acercó para abrazarme.
—La hora mas larga de mi vida.—murmuró en mi oído y me estrechó fuerte contra su pecho. Traté de hacer lo mismo. Pero aun estaba preocupada por mi "embarazo". ¿Que tal si ya habían descubierto todo? ¿Que tal si...? Oh Dios, ¿que tal si había perdido el bebé? Un bebé que ni siquiera sabia que existía.
—Nick... ¿Tengo algo?—pregunte soltándolo lentamente. Intrigada por saber la respuesta, pero también asustada.
—No lo sé, linda. El doctor llamó a tu padre para comentarle algo. No me dejaron escuchar. Les dije que tenia derecho por ser tu hermano, pero aun así. Creo que era privado. —Frunció el ceño —En realidad, creo que ni yo mismo me creí la historia de que somos hermanos. —Rió, y ni siquiera fomenté hacerlo también. Solo vacilé.
¿Y sí justamente, habían llamado a papá para coméntale que estaba embarazada? Oh Dios, ahora si que estaría muerta, o mucho peor que eso, estaré lejos de Nicholas, seguro que me alejan de él.
—Hey, no te pongas así. No es nada grave, te lo aseguro. —su rostro transmitía tranquilidad. Lástima que mi mente no la recibía. Genial. Nick aun no lo sabía.
—Estoy bien. —mentí. Sí, ya me sentía mejor con respecto al dolor, pero aún me inquietaba el otro tema.—Quiero hablar con mi padre. —murmuré.
—De acuerdo. Lo llamaré. —se acercó y besó mi mejilla. Se levantó y caminó hacia la puerta, no sin antes darse la vuelta. —Y a propósito... —bajó la mirada. —Perdón por haberme portado tan frío. Moriría si te pasa algo mientras estoy enojado contigo. No me lo perdonaría nunca. —me miró a los ojos, los cuales brillaban mucho más de lo normal.
—No hay cuidado. —le sonreí, haciéndole saber que estaba todo bien, al devolverme la sonrisa, salió de la habitación. Habrán pasado unos treinta segundos antes de que la puerta de la habitación se abriera lentamente y divisara la imagen de mi papá con los ojos brillosos y la mirada baja. Por su expresión, sabía que lo peor había pasado. El embarazo era un hecho. Y él ya lo sabía. Ahora ya estaba lista para escuchar el peor reproche de la vida, el peor sermón, del peor humor de mi padre.
—_______*... —no sonaba tan enojado como creí que estaría. Mi mirada automáticamente se dirigió hacia él.
—Papá... Ya sé lo que tengo. No hace falta que me lo expliques. —¿Y cómo explicarlo yo?
—¿Nick ya lo sabe? ¿Él te contó?
—No. Nick no lo sabe aún. —mordí mis labios avergonzada.
—Pero... entonces, ¿cómo...? —parecía confundido. —No importa. —se acercó a la cama y se sentó a un lado.—Solo quiero decir que lo siento. —me abrazó. ¿Lo sentía? ¿Por qué? Oh, maldición, empezaba a asustarme.—Creo que fui muy duro esta tarde. No debí reaccionar tan mal. Era la primera vez que desobedecías,
y... no sabía como tomarlo, yo...
—Papá... está bien. —le sonreí.
—Además, sé que puedes cuidarte sola. No eres una niñita. Por mucho que me cueste admitirlo...Y Nick estuvo contigo cuidándote, o eso quiero suponer. —Oh, papá, justo ahí te equivocas. Asentí nerviosa.
—Pero no entiendo... ¿Qué tiene que ver esto con...?
—Que ahora no sé como serán nuestras vidas. Tu vida. Y yo deberé estar ahí para cuidarte y ayudarte en todo momento. Quiero que sepas que estaremos juntos en esto. Denisse y Nick ahora son de la familia. Te ayudarán también. No quiero que creas que esto arruinará tu vida. Solo es una prueba para ver cuan fuerte eres.
Y sé que eres mas fuerte que yo. Saliste a tu madre. Ella era fuerte e independiente. Por eso se fue... No pude evitar que el estómago se me comprimiera. No me gustaba hablar de ella. En absoluto. Ni siquiera era mi madre. Prefería a Denise que a esa señora desconocida.
—Papá... No estoy mal. Al contrario, creo que esto esta bien. Solo que creo que estas tomando todo con demasiada tranquilidad.
—No, no tienes que alarmarte, tu vida no esta en riesgo para nada. —¿Mi vida en riesgo? ¿De que hablaba? Un bebé no podía poner mi vida en riesgo. ¿O sí?
—Papá, no entiendo. ¿Cómo puede mi vida estar en riesgo?
—No, no lo está. Por eso quiero que te quedes tranquila.
—Lo estoy, lo estoy. Pero no tengo idea del tema. Tendré que informarme con libros, revistas y cosas así.
—¿Revistas? No creo que haya revistas sobre la diabetes. Pero sí, nos informaremos de todo. No te preocupes, todo estará bien. Creo que alguien había golpeado mi cabeza fuerte, o mis oidos no funcionaban bien, o mi cerebro no interpretaba bien la información. ¿Diabetes? ¿De qué rayos hablaba?
—Papá… —murmuré casi sin aliento. —Lo que tengo… —balbuceé. ¿Es diabetes? ¿Tengo esa enfermedad? Por como bajó la mirada sabia que era así. ¿Diabetes? Oh Dios mío, eso era diez mil veces peor que estar embarazada. Que dios me ayudara en ese momento. Ni siquiera sabia lo que era la diabetes, no tenia idea de esa enfermedad. Ni si era maligna o benigna. Estaba completamente asustada y atontada. ¿Qué sería de mi vida desde ese momento?
¡¡Chaaaaaaaaaan, Chaaaan!! :O ¿Qué pasará? ¡¡Ni yo misma sé!! :c
Las amo, las adoro, y todos los sinónimos posibles para Amar(? Hahaha...
Carlangas... Te quiero Nena 8) Hahah.. te copié la palabra(? :(L):
ivashkova.
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
hay dios no habra nicksito pero tiene diabetes... oh dios siguela
haydeejOnaz
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
Waaaaa jajaja Barbi no
Hay problema jejejeje :D
Y Waaaaa yo creí igual que
Estaba embarazada la rayis
Ohhhh jejejejeje me había asustado
Un poco jajajajaja ahhhh ojalá
Que este bien y OMJ mi Nick es tan
Tierno me encantaaaaaaaaaaaaaa!!
Plis Barbi siguelaaaaaaaa!!
tQmMmMm!!
Hay problema jejejeje :D
Y Waaaaa yo creí igual que
Estaba embarazada la rayis
Ohhhh jejejejeje me había asustado
Un poco jajajajaja ahhhh ojalá
Que este bien y OMJ mi Nick es tan
Tierno me encantaaaaaaaaaaaaaa!!
Plis Barbi siguelaaaaaaaa!!
tQmMmMm!!
Karli Jonas
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
Así que no vamos a tener nickitos, sino que tengo diabetes! por dios! como se confunde a un nene con esa enfermedad horrible! ojala igual este embarazada!
Amo con toda mi vida esta novela, enserio.
Espero que la sigas prontoo!
La vida gira entorno a lágrimas y sonrisas, felicidades y tristezas, pero ¿Qué se puede hacer cuando la persona más importante en tu vida se va sin previo aviso. Cuándo tu madre ya no te quiere en su casa. Y cuando te enamoras por primera vez?
Descúbrelo en la nueva novela "Forever and Always"
Amo con toda mi vida esta novela, enserio.
Espero que la sigas prontoo!
Novela: Forever and Always
–– En tu vida, pasarán cosas que no podrás evitar, pero eso no es motivo para cerrarse al mundo; hay un motivo para las cosas buenas y uno para las malas- dijo mi abuelo, dándome el único regalo que podía darme, algo que le llevó la vida comprender. En ese momento entendí la importancia de sus palabras, pero solo ahora, entiendo su significado…”La vida gira entorno a lágrimas y sonrisas, felicidades y tristezas, pero ¿Qué se puede hacer cuando la persona más importante en tu vida se va sin previo aviso. Cuándo tu madre ya no te quiere en su casa. Y cuando te enamoras por primera vez?
Descúbrelo en la nueva novela "Forever and Always"
GiaanniJonas
Re: Ilusiones- Nick y Tú. Adaptación [Continuación]
pliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis Barbiiiiiiii sube mas CAPS!!!!
Karli Jonas
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