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"Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu - Página 23 Empty Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu

Mensaje por Nani Jonas Miér 06 Jun 2012, 7:08 pm

chicas perdonenme por favor por todo este tiempo
qe no les e subido capitulos me qede sin internet
y no tenia forma de avisarles pero ya regrese ahora
les subire un maraton como recompensa por la tardanza
las qiero
Nani Jonas
Nani Jonas


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"Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu - Página 23 Empty Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu

Mensaje por Nani Jonas Miér 06 Jun 2012, 7:21 pm

Capítulo 65
Son las 23.37h de la noche México D.F.
________ respira hondo tratando de imprimir un ritmo normal a su respiración, peor tiene un peso en el pecho que parece impedir que sus pulmones se llenen de aire. Cierra los ojos y los presiona con las manos tratando de hacer desaparecer esa sensación angustiosa.
Era un cabr… un hijo de … Maldito sea …. Ni siquiera era capaz de pensar insultos suficientes como para sentirse bien. Tendría que haber entrado en la ducha y partirle la cabeza a golpes con lo primero que pillase, pero no tenía ganas ni de mirarlo a la cara.
Ni tampoco quería oír explicaciones de ningún tipo. Le había dejado la carta bien visible, para que supiera porqué se iba, pero no pensaba dirigirle la palabra.

Apartó las manos de los ojos y vió puntos de colores tras sus párpados cerrados. Era una imb*écil, por confiar en alguien de esa manera. Ella siempre había erigido un muro entre sus sentimientos y los demás, y para una vez que no le dá tiempo a hacerlo, o que simplemente pensó que Joe era diferente a los demás, resulta que es cuando más necesitaba ese condenado muro.

Todavía veía las letras escritas en la carta, y veía la fecha, tan sólo hacía un año. Calculó bien los meses, y un gemido salió de su garganta, cuando se dio cuenta de que era en realidad menos de un año…
________ era médico, y sabía que médicamente era imposible vivir sin corazón. Sin embargo, en ese momento, se sentía tan vacía por dentro, como la calle en la que estaba, y esa tensión que tenía en el pecho, probablemente se debía al hueco que había dejado su corazón al ser arrancado de golpe.
……………
6 Horas antes de eso.
Autopista Querétaro- México D.F.
Coche de ________.
_¿Tú y yo qué somos?- preguntó ________ con voz casual, mientras dejaban atrás Querétaro. En dos horas estarían en casa.

Joe la miró de reojo y frunciendo el ceño preguntó con cautela:_ Ésta conversación ya la habíamos tenido ¿no?.
Al ver que ella asintió todavía esperando una respuesta, dijo:_¿Qué quieres que seamos? ¿novios?

Ella se encogió de hombros, y siguió mirando a la carretera._ ¿Qué significa para ti eso?
Joe puso los ojos en blanco y se reclinó en el asiento, previendo que la conversación iba a ser larga._ ¿Siempre respondes a una pregunta con otra?

Ella le sonrió y asintió:_ ¿Y tú también haces lo mismo?

Joe no pudo evitar reírse, pero se quedó en silencio meditando unos minutos, estaba tan concentrado que ni se fijaba como los árboles y las vallas de electricidad pasaban cada vez más rápido. De hecho no se dio cuenta de que el coche estaba aumentando la velocidad hasta que sintió la aceleración en sus huesos.

_Ey, ey, ey, pelirroja…. ¿No estarás empezando con ese jueguito tuyo de los 150 km/h?

________ apartó la vista de la carretera y lo miró sonriente para decir con voz totalmente inocente:
_ ¿Yooo? ¡¡No!! ¡que vá! - Le guiñó un ojo y le dijo:_ Pero si te empeñas podemos ir un poco más deprisa…

Joe la miró con cara de pocos amigos:
_ Hazme el favor de mirar al frente. Y te responderé....
Cuando vió que ella le hacía caso, masculló por lo bajo:_ A ti el sentido común es el que te falta ¿verdad?

Ella asintió y dijo filosóficamente:_ Ya sabías que el sentido común es el menos común de los sentidos…
Joe gruñó un asentimiento, y miró de nuevo a los árboles que volvían a pasar a si lado a una velocidad normal.

_¿Has tenido novias antes?- preguntó ________ curiosa.- Y me refiero a novias serias, no al concepto de novia que tiene Miguel.

Joe sonrió y asintió con la cabeza:
_ Seria…. Hmmm … Sí una. De las otras, miles…. Cientos de miles…- Añadió bromeando.

________ lo miró falsamente enfadada, y le recordó:
_ Este coche seguro que alcanza los 180 en unos segundos, no me tientes.

Joe se rió:_ Esta bien Schumacher. Una novia seria a los 18; ninguna más desde entonces.

________ lo miró pensativa unos segundos. Tanto tiempo sin estar con nadie en serio. No sabía si eso era una buena señal. Así que siguió siendo curiosa y preguntó de nuevo:
_¿Cuánto tiempo estuvisteis juntos?

Joe miró por la ventana, no necesitaba hacer cálculos mentales para acordarse, lo tenía bien presente. _Hace 3 años que se acabó todo.

________ asintió en silencio, una novia bien seria, 5 años juntos son muchos años. Joe parecía estar sumido en sus pensamientos, y ella quería preguntarle más cosas, cómo era, porqué lo dejaron… Estaba buscando la pregunta adecuada pero Joe aprovechó ese silencio para decir tranquilamente:
_Después de nuestra discusión ayer, pensaba que este tema lo teníamos resuelto. O por lo menos yo.

Ella apartó la mirada bruscamente de la carretera, y lo miró entrecerrando los ojos:_ A qué te refieres…

Todavía recordaba lo que había sentido durante el rato que había pensado que no era más que una aventura más en la lista de Joe, hasta que él fue capaz de decirle que la quería.

Joe la miró un momento, con aquel brillo peculiar en los ojos pardos y dijo, con una certeza absoluta, y diciendo la verdad en cada una de las palabras:
_ No sé qué pensarás de mí, pero yo te considero mi novia. Te quiero y me dá igual cómo lo quieras llamar, pero para mí eres mi novia. Y eso da por zanjada la cuestión.

________ sintió como se estremecía cada parte de su cuerpo, al oírle decir eso. No que era su novia, algo que era bonito, pero podía prescindir de ello. Sino el hecho de que dijese tranquilamente que la quería. A Joe le había costado tanto empezar a decírselo que ella no se cansaba de oírlo.
Sonrió satisfecha, y recordó a la otra persona que hacía 15 días solamente, le decía que “La quería” también. Y se dijo que no había sentido esa sensación con él nunca.
_¿Te quieres casar?- preguntó de repente, haciendo que Joe, que estaba bebiendo de un botellín de agua, se atragantase y comenzara a toser.

_¡¿Ahora?! – Preguntó alarmado y ahogándose.- Lo siento pero no puedo…

Ella rió y negó con la cabeza y dijo interrumpiéndolo:
_ No ahora. Digo…-La cara de Joe era un poema, parecía que le fuese a dar un infarto.- … Iñaki siempre estaba insistiendo en casarse… Tú no irás a hacer lo mismo, ¿Verdad?

Joe tomó otro trago del botellín y sacudió la cabeza:_ ¡Jesús ________! Casi me da algo. … - Sonrió más relajado y dijo:_ Me casaré cuando tú me lo pidas. Ni un solo día antes.

……

3 Horas antes de las 23.45h

México D.F.
Apartamento de ________.

________ abrió la puerta, y se apartó para dejar pasar a Joe con las bolsas, mientras él caminaba tambaleándose y chocando con todo.
_A ver si te voy a tener que subir el alquiler después de tanto destrozo…- bromeó mientras cerraba la puerta.

Joe se volvió en medio de la sala y dejó caer las bolsas de golpe, mirándola con una sonrisa mala. Dio unos cuantos pasos y la abrazó por detrás.

_¿Cómo es eso de que me vas a subir el alquiler?- le preguntó al oído.

________ sonrió y se dio la vuelta en sus brazos, quedando de frente y le pasó los brazos alrededor del cuello. _Lo estoy pensando Dieguito.

Joe la besó suavemente y le dijo:_ Alguna pista de cómo te puedo pagar….
Ella se encogió de hombros y lo miró con la cabeza vuelta hacia arriba, en un ángulo perfecto para que la besaran.
Joe sonrió un poco más y dijo:_¿Te vale si te pago a besos?

________ frunció el ceño, haciendo como si pensase, y después asintió:_Podría aceptarlo. – Aunque había empezado la frase muy seria, la terminó con una sonrisa enorme.
Joe no necesitaba más, y besándola se la llevó hacia el baño, ya estaban dentro y Joe casi le había quitado la ropa cuando ________ se quiso dar cuenta.

_Ehemmm…. ¿Qué estás haciendo?- le preguntó mientras Joe le desabrochaba la camisa.

Joe levantó la cabeza y la ladeó: _ ¿A ti que te parece que estoy haciendo?

________ se apartó riéndose:_ Tranquilo Dieguito. – Y se terminó de abrochar la camisa.
Joe sin hacer caso a lo que decía ________, se quitó su camiseta, abrió la puerta de la ducha y la señaló, y dijo sonriente:_ ¿Has visto lo bonita que es? Se merece que nos demos una ducha juntos….

________ se rió y le dio un beso:_ Me temo que no mi rey. ¿Quieres pasar el día de mañana tranquilamente conmigo? ¿Y quieres cenar?
Joe asintió mirándola de reojo, y dijo suspicaz:_ Si….

_Entonces… mientras te duchas, recojo todo y preparo la cena…. – Salió del baño guiñándole un ojo.- Y después nos duchamos juntos otra vez…. Todas las veces que quieras.

Joe cruzó los brazos sobre el pecho desnudo, y la miró con una media sonrisa:
_ Me ha gustado lo de todas las veces que yo quiera… Es una promesa y te tomo la palabra.

________ sonrió, y fue por el salón recogiendo las bolsas. Estaba muerta de hambre, y mañana iba a ser un día difícil: tenía que ir a ver a su hermano y no sabía cuánto tardaría, porque conociendo a Christian…. Bueno, Christian era simplemente impredecible, igual pasaba con el todo el día que sólo unos minutos…
Además tenía que prepararse para el trabajo –inventar algo sobre el curso que se suponía había estado haciendo en Monterrey- .De modo que cuanto antes todo estuviera listo mejor, y antes podría meterse en esa ducha con Joe.

Sonriendo por la perspectiva, llevó las bolsas a cada cuarto, y puso agua a hervir para hacer pasta. Una de las cuatro cosas que sabía cocinar. Verne, que había estado durmiendo tranquilamente, meneó la cola y lanzó una mirada significativa a su plato, así que le puso comida también.
Puso los platos en la mesa y sacó dos copas. Miró alrededor y se dio cuenta de que Anny había estado recogiendo las cosas, y guardando su correo.

Escuchó el agua de la ducha correr, y sabiendo que Joe todavía tardaría se sentó en el sofá para repasar el correo, quedándose con las facturas y tirar la publicidad. Se reclinó y puso los pies sobre la mesa, mientras miraba varios catálogos, apartaba las facturas de la luz y el teléfono, y hacía bolas de papel con la publicidad. Entonces en el medio del montón apareció un sobre que no llevaba ni sello ni dirección, sólo su nombre.
Sorprendida, le dio la vuelta, y vio que tampoco tenía remite. Eso quería decir que alguien lo había dejado personalmente en su casa. ¿Anny? Conociéndola, Anny la llamaría como una loca hasta que respondiese, no se arriesgaría a estar esperando que ella llegase para contarle algo.

Abrió el sobre, y miró dentro. Una hoja de aspecto oficial estaba doblada por la mitad, la desdobló y comenzó a leer sin entender una sola palabra. De hecho conocía todas las palabras pero su mente no parecía querer entender las frases completas.
Bajó los pies de la mesita y se inclinó hacia delante mientras lentamente el significado del papel, se filtraba en su cerebro embotado. Lo leyó una tercera vez para asegurarse.

Joe Jonas…. Laura DeMarco… Enero 2007… Juez civil en Cuernavaca…

________ sabía que los corazones no se parten como si fueran cristal, ni estallan, ni dejan de latir por la tristeza. Pero el suyo en un momento había hecho todas esas cosas. Y probablemente dejaría de funcionar de un momento a otro.
Temblando, cogió su bolso, mientras el ruido de la ducha tapaba cualquier ruido que pudiese hacer ella; y las llaves, pensó en el último momento.

Si lo veía ahora, lo mataba no quería sentir ni siquiera cómo respiraba a su alrededor. Recordó como en el coche él le reprochaba que nunca le decía qué le pasaba, y una sonrisa de amargura se dibujó en su rostro.
Pedazo de hipócrita. Cínico de mie…
Dejó el papel sobre la mesa de la cocina, para que el supiese que no tenía que seguir mintiendo.
Que no la buscase.


Joe estaba secándose cuando le pareció oír un portazo, atándose una toalla alrededor de la cintura, y salió al salón que estaba vacío y a oscuras. Frunciendo el ceño, dio unos cuantos pasos dejando las marcas de los pies mojados sobre el suelo y se encaminó a la cocina.
_¿________? …- preguntó sintiéndose un poco tonto. En un piso de tan pocas habitaciones no se puede perder nadie.- ¿Estás ahí?

Nadie le contestó, y oyó unos ruidos en la cocina, así que salió disparado, para encontrarse a Verne paseándose a sus anchas. Miró alrededor, sintiendo que todo estaba mal. El agua había empezado a hervir y se salía por el borde de la olla, haciendo que chisporrotease el fuego, y la mesa estaba puesta. ¿Dónde estaba ________?
Apagó el fuego y entonces se dio cuenta de que había un papel sobre la mesa. Se acercó y nada más que puso la vista encima se quiso morir. O que lo tragase la tierra.
Esto es lo que pasaba por mentir. Que siempre te pillaban. Se derrumbó en una silla, y apoyó los codos sobre la mesa, mirando fijamente el papel.


________ cerró la puerta de golpe, y salió a la calle, dándole vueltas a lo que acababa de saber. Tan concentrada estaba que no se daba cuenta de que estaba llorando. Era una estúpida, desde cuándo una se enamora de un desconocido… de alguien que nunca dice nada… o de alguien que miente de esa manera… o de alguien que no es quien dice ser…

Porque Joe se “ Había olvidado de comentar” que hacía 11 meses, en Enero de ese mismo año, se había casado con Laura DeMarco en Cuernavaca.
Nani Jonas
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"Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu - Página 23 Empty Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu

Mensaje por Nani Jonas Miér 06 Jun 2012, 7:23 pm

Capítulo 66

México D.F.
Apartamento de ________
Medianoche.

Joe llevaba sentado en esa mesa más de dos horas y estaba entumecido, además de aterido. Con un escalofrío pareció salir de sus pensamientos y se movió un poco, sintiendo sus piernas rígidas. Se levantó de la mesa y se dirigió a su habitación donde se dejó caer en la cama y se enrolló en la manta, mientras los recuerdos volvían a rodearlo, como solían, y él en lugar de pelearse contra ellos e ignorarlos, dejó que vinieran vívidos a su mente.

Laura siempre aspira las haches, no dice “Viste” sino que más bien suena como “Vihte”. Es lo primero de lo que se dio cuenta, además de aquel voseo que lo volvía loco.
Sonrió con la cabeza pegada a la almohada y se acordó de la primera vez que la vió en Cuernavaca, recién salida de la piscina, con miles de gotas rielando sobre su piel y reluciendo al sol. Tenían 16 años y el mundo era suyo.
La vio hablando con él en el salón de su casa y moviendo las manos aceleradamente, ella decía que era la herencia italiana, y que todos los argentinos mueven las manos así. Y él años más tarde, en su primera visita a Buenos Aires había comprobado que era verdad.
La vio a su lado, tumbada en el césped, hablando con aquel acento tan marcado y salpicado de palabras porteñas. Un acento que durante todos estos años no había perdido, a pesar de vivir, estudiar y trabajar en México.
Y sobre todo, la vió a su lado, bailando tango, canturreando las canciones con acento ronco, y ahogando las voces de Gardel y los demás para él.

Si su padre hubiera sabido que aceptó dar clases de baile, más que por la fiesta de quince de su hermana Lu, por conocer a la vecina, probablemente se lo hubiera prohibido. Pero no lo hizo, y Joe se enamoró.


……….
Casa de Anny.
Misma hora.

Anny hacía rato que había perdido la noción del tiempo, y tenía la vaga idea de que estaba en su casa, parpadeó y vió que efectivamente estaba en su salón. Se revolvió y un olor familiar la asaltó, entonces se dio cuenta de que había estado durmiendo con la cabeza apoyada sobre el pecho de Miguel.
Abrió los ojos de par en par, y lo miró atentamente. Él también estaba dormido, tumbado todo lo largo que era en su sofá, con ella a su lado, abrazada. La televisión estaba encendida, pero con el volumen bajado.
Recordó que habían pasado un día estupendo, y que la había acompañado a casa para que por fin descansase, y se habían puesto a ver una película… no recordaba el principio, así que posiblemente se había quedado dormida nada más sentarse.

Apoyó la barbilla con cuidado sobre el pecho de Miguel de nuevo, sintiendo cómo éste bajaba acompasadamente con cada respiración.
“Qué guapo eres regiomontano” pensó con una sonrisa satisfecha, faltaba la sonrisa que tenía cuando estaba despierto, pero así le daba menos miedo. Porque en el fondo, todo lo que sentía por Miguel la asustaba.
Pero le gustaba ese miedo, tenía que reconocerlo, y le encantaba como la miraba, y lo que sentía cuando la tocaba… Pero sobre todo, le gustaba él, era una buena persona a pesar de todo lo que dijese.

De repente alguien aporreó la puerta con insistencia, y comenzó a tocar el timbre como si estuviera a punto de tirar la cara abajo.

________, dio otro golpe a la madera de la puerta del piso de Any, y esperó on impaciencia a que ella abriese. No se atrevía a ir a casa de su padre a esas horas, porque la escandalera que se montaría sería de infarto, pero sabía que Any siempre estaría allí para ella.
Se secó con ferocidad aquellas malditas lágrimas que no paraban de caer, incluso cuando pensaba que no tenía nada más que llorar. Más de diez años sin llorar, y en el último mes parecía que no podía parar. Incluso a través de la cortina de lágrimas que distorsionaban la cara de Any, pudo ver la expresión de consternación de su amiga.
Any se quedó con la boca abierta al ver a ________. Tenía una expresión de absoluta tristeza, parecía desolada, y estaba llorando a mares. Temió lo peor, acababan de llegar de un viaje en coche…

_¡¡________!! ¿¿Estás bien?? –se sintió tonta al preguntar eso. Evidentemente no lo estaba. Miró detrás de su amiga para buscar a Joe, pero no estaba…

________ seguía sin hablar, simplemente la miraba y lloraba. Anny comenzó a alarmarse:_ ¿Y Joe?? ¿¿Habéis tenido un accidente? ¿Está bien?.

________ contestó, o al menos lo intentó hacer, pero su voz parecía ser sólo un murmullo. Anny tiró de su brazo para acercarla a ella, no le entendía nada.

_________ schhhh…- le dijo como hacía con los niños y su amiga se abrazó a ella, sorprendiéndola. Anny con brazos torpes, la rodeó, con sus brazos y la entró cerrando la puerta. – Repite, que no te entiendo cariño…

________ dijo algo, débilmente al principio, pero después, lo volvió a repetir muhco más alto, hasta que casi fue un grito.

_¡ Joe está casado!- Dijo ________ sintiendo como las palabras y las lágrimas quemaban en su garganta. ¡Dios cómo dolía! Se le iba a romper el alma como siguiera llorando así.

De repente, se oyó un ruido en el salón de Any, como un golpe pesado de algo al caer al suelo. Y ________ levantó la cabeza del hombro de Any, para ver con sorpresa a Miguel levantarse del suelo con esfuerzo. Virgen santísima, ahora además de llorar como una tonta, veía visiones.

Se secó las lágrimas, pero Miguel seguía en la habitación y se acercaba a ellas, frotándose la cabeza. Any lo miró preocupada y desconcertada, no sabía que hacer con una ________ rota y desolada.

_¿Joe está casado? –preguntó al fin con voz temblorosa. Deseando no haberlo oído. _¿Estás segura?

________ se deshizo del abrazo y la miró con ojos brillantes, y sin confiar todavía en que la voz le saliese del todo firme dijo siseando:_ JOE ESTÁ CASADO.

Miguel tosió y se atragantó, y las dos lo fulminaron con la mirada, buscando una respuesta. Miguel levantó las manos y dijo:_ A mi no me miréis… Yo estoy soltero.

Any puso los ojos en blanco, ¿cómo se le ocurría decir eso?, pero ________ no se lo tomó tan bien, mirándolo con furia gimió y se lanzó sobre él, dándole golpes en el pecho, que no eran de broma sino que los descargaba con todas sus fuerzas. Posiblemente no estaba viendo a Miguel, sino a Joe. Le dio un puñetazo cerca de la cara y Miguel la sujeto firmemente contra él, mientras ella se sacudía para soltarse.

_Porqué no me lo dijiste, maldito traidor… - Decía ________, sin cansarse de retorcerse. Las palabras le salían entrecortadas, y tenía los ojos cerrados.- Tenías que saberlo, es tu amigo…

Any le hizo un gesto a Miguel para que la soltase, y él negó con la cabeza, la abrazó y la llevó hasta el sillón. Donde la tuvo retenida hasta que ________ se tranquilizó un poco.
Any se sentó al otro lado, y le apartó el pelo de la cara con suavidad:
_ ¿Qué ha pasado? Cuéntanoslo todo, desde el principio.

________ los miró fijamente, en otras circunstancias los habría interrogado exhaustivamente sobre lo que hacían allí los dos juntos, pero no podía pensar. De hecho, no sentía nada, ni frío, ni hambre, ni como Any le apartaba el pelo de la cara, sólo sentía como le dolía el alma.
Una sonrisa amarga se dibujó en su rostro, cuando pensó en lo último “le dolía el alma”… Sonaba tan melodramático. Ella no era nada dramática, ella era dura y de acero, ni lloraba ni sentía. Y había tenido que venir Joe a romperlo todo, incluida a ella. Con frases cortas y entrecortadas se lo fue explicando todo.

Any abrió los ojos mucho y se inclinó hacia delante:_ ¿Dices que esa carta estaba en tu cocina?
________ asintió y se limpió la nariz con un pañuelito de papel:
_ Entre las facturas. La tienes que haber visto.

Any negó con la cabeza:
_ Yo no la puse allí. – Dijo en voz baja. Se habría dado cuenta de una carta sin remite, ni sellos, ni nada… Entonces algo pasó por su mente y lanzó una mirada a Miguel. Él parecía estar pensando en lo mismo, porque la miraba con los ojos muy serios.

________ no estaba tan atontada como para no captar aquellas miradas y les dio una palmada en la pierna a cada uno de ellos:_ ¿Qué sabéis? A mi no me engañáis…

Miguel dijo por lo bajo:_ Iñaki.
________ gimió otra vez:
_ Otro de mis errores… Pensaba que nadie podía ser peor que él… - Mientras lo decía otro pedacito de su corazón saltó y se rompió en fragmentos más pequeños… No salía de un error para meterse en otro…


Any la miró:_________, Iñaki entró en tu piso mientras estabas fuera, y estuvo revolviendo entre las cosas de Joe. Quizá el puso la carta allí…

_...Puede que sea falsa… -Sugirió Miguel, poco convencido de ello, pero conociendo a Iñaki, cualquier cosa rastrera era posible.

________ lo miró con los ojos oscurecidos, habían pasado de expresar una tristeza infinita, a ser pozos negros en los que no se veía nada.
“Iñaki dentro de su casa como un ladrón”, pensó, y lo cierto es que le daba igual, como si se moría. Era bonito el intento de Miguel de darle esperanzas pero no funcionaba … Negó con la cabeza con una sonrisa que era todo menos alegre:
_El papel era real, estaba sellado y validado por un juez de paz,… Reconozco los documentos legales en cuanto los veo, Miguel…

En ese momento el celular de Miguel sonó y él se levantó del sillón mientras Any y ________ hablaban.

Miró el nombre en la pantalla y se dio rápidamente la vuelta, dándoles la espalda.
_Hola…. Lupe…

_ ¿Lupe? ¿Estás tomado Miguel? -Preguntó la voz cansada de Joe.
_No, ya he cenado gracias- Dijo Miguel maldiciéndolo interiormente. Se podía saber en qué pensaba su amigo. ¿Se había vuelto loco o qué?

_ ¿Estás con ella?- preguntó Joe esperanzado, entendiendo las frases cortas y secas de Miguel. Un rayo de esperanza se vió entre sus negros pensamientos. _Pásamela… Tengo que hablar con ella.

Miguel lanzó una ojeada a las dos chicas, que estaban sentadas en el sofá, ________ con la cabeza apoyada en el hombro de Any, y ésta acariciándole el pelo mientras le hablaba bajito.
_Me temo que va ser imposible… Lupe… ¿Te has vuelto loca Lupe? - Dijo con un gruñido.
________ levantó la vista para mirarlo, al principio no notó nada extraño en Miguel, pero luego, vió la tensión en sus hombros y la palidez de su cara. Lupe era temible pero no para tanto. Una idea la asaltó.
Se levantó de un salto, asustando a Any y saltó por encima del sofá hasta quedar a un lado de Miguel. Intentó quitarle el teléfono de un zarpazo, pero Miguel fue más rápido, se apartó y la mantuvo a distancia con una mano.

_¿Estás hablando con él? – pregunto iracunda.
Miguel intentó negar con la cabeza, pero era mucho esfuerzo, mantener una conversación por el móvil, apartar a ________ y además mentir con decencia.

_Quiere hablar contigo.- Terminó por decir.
________ miró el teléfono, deseaba decirle todo lo que pensaba de él, todo el daño que le había hecho, que lo odiaba… Pero no le daría el gusto de saber lo herida que estaba. La debilidad no se muestra. Además tenía miedo de echarse a llorar si oía su voz al otro lado del teléfono.
Sacudió la cabeza. Y Miguel dijo:_ Mira hermano, no quiere hablar contigo. Ahora no.
Joe miró al vacío en el salón de ________. Se había vestido, incapaz de soportar más a Laura, tanto había pensado en ella, que casi la había podido ver a su lado. Acariciándole el pelo y sonriendo. Y estaba listo para marcharse de allí, pero antes quería hablar con…. Quería hablar con ________, pero su teléfono estaba apagado, y el no sabía dónde encontrarla.
Se maldijo por enésima vez esa noche, y dijo:
_Díle que no huya y que se encare. Pregúntale si no confía en mí.

Miguel se puso aún más pálido. ¿Quería Joe que ________ lo matase? Pero repitió la pregunta, para ver como ________ se ponía roja y se echaba a gritar.
_¿Qué confíe en él? …. ¡JA! ¿Cómo se atreve?

Joe la podía oír al otro lado, tan bien como si estuviera allí. Oyó también a Any consolándola y entonces Miguel con la voz tensa, hizo la pregunta que él temía:
_ Hermano, dínos que el papel es falso y te creeremos, sabemos que fue Iñaki quien lo puso allí…

Joe, bajó los hombros derrotado, tendría que haberle roto la cabeza a Iñaki… La gente cobarde siempre ataca por la espalda. Podría mentir y decir que era falso, pero eso sólo lo haría peor.
_No puedo Miguel, el papel es auténtico. Es verdad.

________ se había callado al oír a Miguel. Y una parte de su mente y de su cuerpo deseó que su amigo sonriese y le pasase el teléfono, porque eso significaría que todo era mentira. Lo deseaba con tanta fuerza que no se dio cuenta de que no respiraba, y su corazón pareció parar de latir durante las décimas de segundo que esa esperanza duró.
Pero Miguel no fue capaz de ocultar la expresión de decepción de sus ojos. Any que se había puesto en pie para esperar la respuesta rodeaba los hombros de ________, y sintió como su amiga dejaba escapar el aire en un suspiro herido, lacrimoso.
________ se dio la vuelta y se dirigió al sofá:
_ Dile a tu amigo que no quiero verlo nunca más. Me da igual lo que piense, lo que diga o lo que me tenga que explicar. Es tarde…- El peso que rodeaba sus pulmones haciendo que no respirase aumentó, y enfadada con ella misma, por sentirse así dijo:_ Está muerto para mí.
“Él está muerto, y yo también” fue lo que pensó al terminar la frase. Pero ¿Entonces si estaba muerta, porque dolía?

Joe, al otro lado dejó escapar el aire en un solo ruido siseante, y le ahorró a Miguel repetir aquellas palabras:
_ Gracias Miguel, lo he oído. Díle que me marcho ahora mismo. No tendrá que verme nunca más.

“Díle que la quiero”. Pensó pero no lo dijo. Colgó el teléfono, y recogió una bolsa de ropa, el resto de las cosas se las llevaría mañana mientras ________ trabajaba.
Entendía el enfado de ella, pero hubiera preferido que confiase en él, que hablase con él. Siempre estaba dispuesta a creer lo peor de él. Palmeó la cabeza de Verne que lo miraba sin comprender la situación y el chucho movió el rabo contento. La cosa era que en este momento, lo peor de él era cierto.

…..

Iñaki miró su celular vibrar insistentemente sobre la barra de bar que tenía en su salón, y comprobó el mensaje que acababa de recibir. Una sonrisa lenta se dibujó en su rostro, y sirvió dos copas bien cargadas.
“Jonas acaba de dejar la casa con maleta. Pardo salió hace tres horas.” – Le había informado Castilla.
Sacudió la cabeza sonriendo y se dio la vuelta, apoyando los codos en la barra, saborea la bebida.
“Este Dieguito no debería haberse metido en su territorio.” Razonó, “Francamente si quería una nena rica que se buscase otra, que esa ya estaba ocupada.”
Le iba a costar tiempo y esfuerzo ganarla de nuevo. Pero conocía a ________, no perdonaba cosas tan graves… Iñaki era muchas cosas, pero tenía al menos una virtud, la constancia. Esa era su heredera.
Sacó una cajita pequeña de su chaqueta, y la abrió con una sonrisa maliciosa. Un diamante precioso, talla princesa, 2 quilates, lo suficientemente grande como para decir que no le importaba gastarse el dinero, pero no para parecer ostentoso. Movió un poquito la caja, para que la piedra destellase captando las luces del salón y lanzando brillos de fuego.
La primera amenaza estaba eliminada, tenía un arma en la manga, y a quien quiera que se pasase por su camino, le esperaba lo mismo que a Joe. Pensó cerrando la cajita con un golpe y guardándola de nuevo.
La rubia de esa noche se acercó a él y le pasó los brazos al cuello, y le sonrió melosa al aceptar la otra copa que él le ofrecía.

_¿Celebramos algo?- le preguntó.

Iñaki asintió:_ Que estamos juntos preciosa.
________ esperaría a mañana, ahora había mujeres en las que ocupar su tiempo.
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Mensaje por Nani Jonas Miér 06 Jun 2012, 7:25 pm

Capítulo 67


3 a.m. México D.F.

A pesar de que Any quería que s quedase aquella noche a dormir en su casa, ________ se negó en rotundo. En aquel momento no quería ni los cuidados ni la compasión de nadie. Aunque fuese su mejor amiga. De modo que de madrugada se encontró en el coche de Miguel cruzando las calles de un D.F. que parecía igual de desolado que ella. Desde que se subieron al auto habían estado en silencio, pero Miguel no hacía más que mirarla de reojo cada 5 segundos, y ________ suspiró mirando por la ventanilla.

_No me voy a morir en tu coche Miguel. Así que puedes mirar al frente.- Dijo con voz cansada.

Miguel en cambio, pensaba que tal vez no se fuera a morir, pero tenía todo el aspecto de ir a hacerlo. Él por su parte, se sentía culpable de alguna manera. Había sido él el responsable de que Joe y ________ se conociesen, y no podía evitar pensar que en última instancia era su culpa. Además estaba el hecho de que era amigo de los dos, y se veía incapaz de tomar partido por alguno de ellos.

_Yo…- empezó torpemente- juro que no sabía nada…Me he enterado esta noche.

________ se revolvió en el asiento y miró hacia otro lado, diciendo con voz monocorde:
_ Sí, parece ser que esta es la noche de las sorpresas.

Miguel la miró de reojo, sorprendido por la frialdad en la voz de su amiga. ________ cerró los ojos y continuó, esta vez con un deje de amargura en la voz:
_ Joe es muy bueno guardando secretos. Pero sé que no es tu culpa Miguel…. Aquí el único culpable es él.

Miguel sacudió la cabeza, mientras aminoraba la velocidad para respetar un semáforo en rojo. Él seguí sin creérselo, chasqueó la lengua.

_Es que es imposible, ardilla…. Aquí hay trampa, seguro…- Dijo tamborileando con sus dedos largos en el volante.

________ se rió, sin pizca de alegría, y lo miró con cara de burla:_ Miguel ¿Entiendes castellano? ¿O te estás volviendo tonto? Joe dijo que era verdad, punto y final.

Miguel la miró dolido, y una mueca tensa apareció alrededor de sus labios. Se tragó la respuesta que tenía en la punta de la lengua, y siguió conduciendo en silencio, con las manos agarrando el volante con fuerza.
________ miró su perfil y se arrepintió al instante por haber hablado así. Es sólo que estaba tan cansada y tan dolida que no podía evitar descargar su malhumor con quien la rodeaba.

_Lo siento Miguel… No pretendía hablarte así. Eres un buen amigo Miguel, y lo demuestras con tus palabras… Pero ya fue.

Miguel asintió y apartó una mano del volante para palmear con suavidad la de ________. Ella, se había prometido a si misma, no preguntar nada, pero su lengua traicionera, habló solita:
_¿Cómo era Joe en Monterrey?

Miguel tardó unos segundos en contestar… A pesar de que había estado pensando en la respuesta a esa pregunta que sabía que llegaría. Y lo cierto, era que seguía sin tener una respuesta válida.

_Un misterio.- Dijo finalmente, midiendo con cuidado sus palabras.- Nos conocimos en la Universidad, y un día desapareció. De la noche a la mañana, sin decirnos nada. Y de repente, tan súbitamente como se marchó, tres años después apareció de nuevo en clase, surgido de la nada.
Se encogió de hombros y añadió:_ Con él siempre es así, por su trabajo pasaba semanas fuera de Monterrey, y nos veíamos cuando volvía.. Pero nunca dio nada, ni tampoco le ví ninguna relación fija.

________ suspiró. Pasando semanas fuera de la ciudad, podía tener una familia en cualquier lugar sin decir nada a nadie.
_¿Pero… cómo era él?

Miguel llegó frente al portal de ________, paró el motor y se giró en el asiento, encarándola. Bajo la luz amarilla y fea del coche, ________ pudo ver las líneas de preocupación que volvían las facciones de Miguel, normalmente atractivas y relajadas, una máscara de tensión y cansancio.

_Con Joe nunca sabes nada. No sabías lo que hacía o lo que pensaba, porque le cuesta mucho hablar de él. Es capaz de hablar de cualquier tema, horas incluso, sin decir nada personal, y sin revelar nada de él. Pero…-
Dijo inclinándose hacia delante y le tocó la mejilla a su amiga, para llamar su atención, porque lo que quería decir era importante.- … Las acciones no mienten, y a Joe hay que juzgarlo por lo que hace y no por lo que dice o deja de decir. Yo, sé que es una buena persona, ________.

________ asintió cansada, y apartó la mano de Miguel de su mejilla.
_Miguel es muy bonito lo qua has dicho, pero las acciones de Dieguito, hablan con claridad. Es simple y llanamente un mentiroso… .- Dijo con sarcástica, mientras se bajaba del coche.

Miguel suspiró, y tuvo ganas de partir el cuello a una pelirroja y a un fotógrafo, aunque no había decidido el orden exacto en el que lo iba a hacer. Bajó la ventanilla y se asomó para hablar con ________ antes de que ella entrase en su casa.
_________, él te quiere, estoy seguro.

________ ya tenía las llaves en la cerradura, y las estaba girando, cuando oyó esa frase. Se quedó congelada. Con esfuerzo, porque su cuerpo parecía incapaz de moverse, se giró y controlando la voz, para que no dejase pasar toda la tristeza que sentía dijo a Miguel:
_Ya Miguel, pero con querer no basta.

Cuando entró en su casa, sabía que Joe no estaría allí, pero aún así, no pudo evitar sentirlo en cada rincón. Estaba en el aire de la casa, que tenía trazas del olor del jabón de la ducha. Estaba en el sofá, que los había visto besarse y amarse, en las sillas de la cocina y en la mesa todavía puesta para cenar…

Sintió que las rodillas le temblaban y ahora que estaba sola, se permitió echarse a llorar como una niña. No con lágrimas silenciosas que resbalan con dignidad por las mejillas, sino con lagrimones, de esos que dejan surcos en la cara, y con unos gemidos roncos que salen del fondo de la garganta, sintiendo como el aire parece quemar la garganta con cada jadeo atragantado. Al menos por esa noche se merecía llorar de esa manera, mañana, cuando saliera el sol sería un nuevo día, y entonces, volvería a construir esa barrera que había sido tan eficaz en los últimos 12 años, y que ella había abierto para dejar pasar a Joe.

Entre hipidos y sin poder ver, se dirigió a su habitación, pero se paró en la puerta al ver la cama, y casi como un espejismo, le pareció ver a Joe en ella abrazándola y dándole besos, despertándola a mordiscos en la pierna, consolándola cuando Antonio murió en el quirófano…. Y supo que no podría meterse en esa cama sola.
Se dio la vuelta, y miró el sofá, pensando que quizá podría pasar la noche allí, pero esos cojines también estaban llenos de recuerdos. Se habían acostado allí, y se habían peleado también… Ahora que lo pensaba bien, habían hecho el amor en casi todas las habitaciones de su pequeño apartamento, y ahora no podía mirar a ningún lugar sin pensar en ello.
Suspirando y comenzando a sentirse desesperada… giró sobre sus talones, hasta quedar mirando la habitación de Joe. Menuda opción, pensó. Pero su cuerpo, que no solía hacer caso a su mente, por lo menos esa noche, encaminó sus al estudio, y se quedó apoyada en la puerta.

Joe no lo había recogido todo, porque seguí habiendo ropa suya en el armario, y carpetas y sobres sobre el escritorio. ________ dio unos pasos adentrándose en la habitación y enfadada, comenzó a sacar la ropa de Joe del armario, y a tirarla sobre la cama.



_Maldito hijo de …- decía en voz alta mientras las prendas volaban hasta el sofá cama.- Cabr… - y los bultos se estrellaban con violencia contra las almohadas.
Cuando terminó de vaciar el armario, se sintió cansada y sin fuerzas.
La parte racional de su cerebro le decía que estaba comportándose como una loca, mientras que la parte sentimental – a la que había tenido encerrada mucho tiempo, y era la preferida de Any- le decía que no, que no estaba loca, sino dolida.
Y entonces, se permitió una debilidad enorme, monumental. Se acostó en la cama y se tapó con las cosas de Joe, rodeándose de las camisas y usando un jersey de almohada. Metió la nariz entre los pliegues del jersey, que olía a él todavía y respiró hondo.
Pero acto seguido se echó en cara tamaña muestra de debilidad y falta de coraje, sintiéndose una traidora… ¡¡a sí misma!!
“¿Dónde estaría Joe ahora?” Se preguntó… Pero, a pesar de que pensaba que no podría conciliar el sueño, y que no dormiría en toda la noche, ese fue su último pensamiento en muchas horas. Porque el cansancio del día, y tanto llorar, la hicieron dormir tranquila y sin sueños, abrazada a la ropa de Joe.
……

10.50 de la mañana.

________ despertó rodeada del olor de Joe, al oír el teléfono sonar con insistencia. Se dio la vuelta en la cama, ligeramente mareada y sin abrir los ojos dijo:
_¿Puedes contestar tú? – pero nadie se movió a su lado y repitió todavía medio dormida:_ Anda Joe, por favor, responde a ese teléfono… La próxima vez lo hago yo…

Pero el teléfono seguía taladrando su cabeza, y nadie le hacía caso. Así que parpadeando abrió los ojos y se encontró rodeada del mayor desorden de su vida.

_ ¿Pero que demoni…? – Empezó a decir, mirando la ropa de Joe tirada por la cama. Pero entonces, despierta completamente, lo recordó todo.
No había sido un mal sueño… se dijo con tristeza. Por unos instantes, había llegado a convencerse de que todo ese dolor era simplemente una imaginación suya. Que cuando se despertase, Joe estaría con ella y todo sería como siempre.
Pero no. Se sentía vacía, y mareada. No sólo por el hambre, ya que hacía horas que no comía, sino por haber llorado tanto. Se estiró el la cama, y se abrazó un poco más a la ropa, deseando que aquella sensación desapareciese.
Sabía por experiencia propia, que el dolor, terminaba por marcharse. Pero también sabía que eso sólo pasaba una vez que había pasado lo peor, una vez que sientes que ya no vas a poder más, y que tu alma no aguanta ni un gramo más de dolor… Sólo entonces éste parece amainar, y entonces te quedas…. Insensible.

Y aunque ella ahora se sentía muerta, sabía que todavía no lo estaba. Y el teléfono era un doloroso recordatorio de ello. Estaba viva y su vida no esperaría a que ella se encontrase bien. Se levantó sintiéndose entumecida y con torpeza descolgó el teléfono. “¿Y si fuera él?” pensó durante una fracción de segundo y se quedó en silencio.

_¿Hola?.... Euuu …. ¿________ estás ahí?- Dijo la voz de su hermano. – Espero que tengas una buena excusa…. Hace casi una hora que te estoy esperando.

________ cerró los ojos con fuerza, y se maldijo por primera vez en aquel día. Había quedado con su hermano para desayunar en casa, por aquel tema tan importante que tenía que decirle….

_Hola Chris… - Dijo con voz ronca-… Caray, lo siento…. Se me pasó…
_Ya veo lo importante que soy para ti…- Dijo su hermano falsamente ofendido… - Menos mal que te quiero igual, a pesar de tu desprecio…

________ esbozó una sonrisa, débil, pero una sonrisa. Su hermano siempre tenía ese efecto en ella.
_Ya ves… Desprecio total… ¿Podemos dejarlo para otro día? No quiero ver tu narizota tan pronto… -Dijo deseando quedarse en aquella cama hasta mañana, no quería encontrarse con nadie, ni tener que explicar que se encontraba mal.

La voz de Christian sonó seria, algo infrecuente en él, cuando dijo:_ Veras loca, me temo que no. Es importante de verdad.

________ comenzó a preocuparse. Pero a pesar de que intentó interrogarlo más a fondo, su hermano no respondió a nada.
_________, no pienso tener una cita telefónica contigo… Ya sabes que a mi las pollitas lindas me gustan en persona. Así que mueve tu cuerpo hasta casa ahora mismo.

________ puso los ojos en blanco. Se suponía que Los Ángeles iban a corregir a su hermano, y a hacerlo más serio, pero por lo que estaba escuchando su hermano era más fuerte que L.A.

_A tus órdenes dictador.- Dijo cansada. Por lo visto no se iba a poder enterrar en aquella cama durante unas horas más.

Chris se rió al otro lado y le dijo:_ ¡Muy bien!, está visto que reconoces quién manda. Te veo en 40 minutos.

……….

11.00 h Hospital Central
México D.F.
Iñaki corría por el pasillo de cirugía, estaba siendo un día estupendo, había participado con éxito en varias operaciones, y además sus planes marchaban como quería… La fortuna le sonreía, y él sonreía a la fortuna. Giró en una esquina del pasillo sin mirar y de repente, el dolor.
Iñaki sintió como un archivador se estrellaba contra su cara. Un maldito historial, sujetado por una mano menuda y delgada. Un maldito historial sujetado por la maldita mano menuda y delgada de la maldita Anahí.
Sujetándose la nariz, y gruñendo se encontró cara a cara con la rubia, que lo miraba con cara de inocencia.

_ ¡Uy! Cuaaaaanto lo siento Iñaki…- Dijo ella irónica.

_Sí, ya, seguro. – Contestó Iñaki, mirándose los dedos, para comprobar que la nariz no le sangraba. La miró con furia:_ Estás loca niñata… Te vas a enterar… Tu jefe se va a enterar y esta vez te va a poner de patitas en la calle.

Any le volvió a golpear con el historial, esta vez en la cabeza y procurando hacerlo con el canto duro del archivador.
_¿Has sido tú verdad? Serás desgraciado. ¿Cómo te atreves?

Iñaki, la cogió por la muñeca y la retorció haciendo que ella parase, y se quedara quieta. Ni siquiera se molestó en disimular que no sabía a lo que se refería.

_Lo hice por ________, no podía dejar que siguiera estando con ese tipo… Yo la quiero, y no quería que sufriese
Any gritó: _¡Ja! A quién pretendes engañar… Tú no la quieres, eres un mentiroso…
Iñaki retorció un poco más la muñeca y Any puso una mueca de dolor, ninguno de los dos se daba cuenta de que casi todo el personal de la planta de cirugía, y algunos de los pacientes habían salido de su habitación para mirarlos.

_Mira rubia, - Dijo Iñaki siseando_ él mentiroso es Jonas, a mi sólo me preocupa la felicidad de ________… El no se la merece, y ella debía saber la verdad…

_Ahh claro y tú, tan generoso…- Dijo Any sarcástica, y retorciéndose para soltarse el brazo.
Iñaki sonrió desagradablemente:
_ Tanta energía desperdiciada Any peleándote conmigo… ¿Es que tu novio no te cansa lo suficiente? – Se rió aún más fuerte al ver como Any enrojecía y los ojos le centelleaban.- ¿Conociendo a Miguel, tal vez se dedique a cansar a otras? Si quieres le investigo por ti… -añadió con voz melosa.

Any se terminó de sacudir la mano de Iñaki, y lo miró con furia:_ Vete a la mi*erda Iñaki. –Levantó un dedo amenazador.- Te lo juro, aunque sea la última cosa que haga, ________ no va a estar contigo en la vida.
Any se marchó dejándolo sólo en el pasillo, pero Iñaki no le tenía miedo a una nena de poco más de 5 pies. Comenzó a reírse, primero suavemente y luego con carcajadas… Y de repente, la nariz le comenzó a sangrar.
_Mierda…- Dijo, y la risa se le cortó. Maldita Any…


Listo chicas espero les guste y comenten plis las qiero
Nani Jonas
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Mensaje por aranzhitha Jue 07 Jun 2012, 2:01 pm

aw como que Joe esta casado nooo
Maldito y porque no dijo nada
Pobre rayita :(
Siguela!!!
aranzhitha
aranzhitha


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Mensaje por jamileth Sáb 09 Jun 2012, 6:00 pm

maldito iñakiiiii x culpa d l la rayis y joe termiaron!!!
ahhhhhh


siguela!!!!!!!!
jamileth
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Mensaje por ☎ Jimena Horan ♥ Sáb 09 Jun 2012, 6:35 pm

Pobre Rayis! :(
como que Joe es ta casado!!! es no puede ser :/ y ese iñaki solo quiere la fortuna de la rayis :caliente: quiero golpearlo!
siguelaaa ya quiero saber quien es la esposa de jooe
☎ Jimena Horan ♥
☎ Jimena Horan ♥


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Mensaje por jamileth Sáb 09 Jun 2012, 7:27 pm

siguelaaaaaa
jamileth
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Mensaje por Nani Jonas Dom 10 Jun 2012, 4:15 pm

Capitulo 68
Casa de los Pardo.
12.00

________ aparcó el coche frente a la entrada de la casa, y antes incluso de que subiera los escalones, la puerta ya estaba abierta y Esteban la miraba sonriente.

_Buenos días, señorita. La estaban esperando.

A pesar de todo lo que la preocupaba, y era mucho esa mañana, ________ no pudo evitar sonreírle de vuelta. Esteban era una de esas personas que siempre asociaba a su casa… De hecho, no recordaba ningún momento dentro de su casa sin la presencia de Esteban…

_Ya ves Esteban… No pueden vivir sin mí. – le dio una palmadita en el hombro y Esteban asintió- ¿Qué tal Chris de vuelta?

Esteban se inclinó y la miró con un guiño en la mirada:_ Un escándalo como siempre…

Y era un escándalo, seguro. Desde el hall podía oír a Chris hablando a todo volumen por su teléfono… Era imposible, y ella lo sabía muy bien, ignorar a Chris, aunque pusieras toda tu mente en ello, porque su hermano sin querer (y queriendo también) llamaba la atención de todas las maneras posibles.
Entró en el salón, y su hermano tras unas palabras terminó la llamada. Chris la miró y dijo:
_Santo Cristo, ¿se puede saber qué tren te ha pasado por encima? –Su hermana tenía un aspecto deplorable… Pálida y ojerosa, parecía que acababa de regresar de una guerra y no de unas vacaciones con su novio.

________ frunció el ceño y lo miró de arriba abajo, y luego de abajo arriba, hasta las puntas de aquel pelo rubio oxigenado. Y sacudió la cabeza:

_Si la urgencia es tu pelo, me temo que no podemos hacer nada por él. Te vas a quedar calvo a los 35.

Chris hizo una mueca de dolor fingido. Al menos su hermana seguía teniendo el mismo carácter de siempre, afilado, casi como su lengua. Sonrió:
_Muy bien pollita, así me gusta que me digas cuanto me quieres. Te he hechado de menos.

Y se acercó para darle un abrazo monumental, mientras ________ protestaba y se revolvía.
_No me llames pollita otra vez…. ¿Te funciona ese truco con alguna chica? – Dijo cuando su hermano la soltó y pudo respirar.

Chris asintió con una sonrisa y con voz misteriosa le dijo:
_ No sabes lo que a algunas pollitas les gusta que les digas…

________ bufó y le dio una palmada en el hombro:
_ Serás salvaje. A ti Los Ángeles no te han mejorado… Te han convertido en algo peor…

Chris sonrió y dijo: _Y tú siempre tan encantadora… Me sorprende que tengas novio siendo tan amable…

Su hermana puso mala cara, y se quedó callada de repente. Todo el brillo belicoso había desaparecido de sus ojos y se quedó mirándolo inexpresiva. Chris hacía tiempo que no le veía esa expresión. Era la misma que tuvo durante meses después de la muerte de su madre.
Nadie, en aquel tiempo vio a ________ llorar, ni una sola vez. Pero lo que si que vieron era aquella cara que no decía nada, y aquellos ojos que se quedaban vacíos de repente. Chris se inclinó hacia delante y la miró atentamente.

_¿Pasa algo? ¿No te fue bien el viaje con tu novio?

________ se encogió de hombros y dijo, desviando el tema:
_ ¿Tú no querías hablarme de algo urgente? Porque dudo mucho que llamarme pollita y darme un abrazo sea algo de extrema importancia.

Chris la siguió escrutando unos segundos más. Pero su hermana, le devolvía la mirada con firmeza, y no parecía dispuesta a ceder. Así que con un suspiro interno, y diciéndose que no sería nada más que una riña de enamorados, cambió al tema que les ocupaba.

_Veras ________, papá tiene algo que decirnos. – Dijo con seriedad.

________ lo miró alzando las cejas, y frunció el ceño. No era posible que todo el mundo de repente se hubiera vuelto loco. Años sin tener problemas ni nada de lo que preocuparse y ahora todos querían hablar con ella.

_¿Qué ha pasado?- preguntó preocupada. – Hace 6 días que estuve aquí y nadie me dijo nada.

Su hermano asintió pero sin decir nada comenzó a subir los escalones de la escalera para llegar al despacho de su padre. Y ese simple acto, ya le dijo que algo iba mal. Ese despacho sólo servía para las cosas serias, era allí donde los castigaban cuando hacían travesuras, o cuando suspendían alguna materia. Era el lugar donde les habían dicho que su madre se moría y también donde su padre les había informado de que se iba a casar con Amanda.
Y ahora que lo pensaba, ________ no quería saber nada de su familia. No quería tener otra cosa de la que preocuparse, ya le bastaba con sus propios asuntos personales. Sintió unas ganas enormes de darse media vuelta y salir corriendo escaleras abajo.

Su padre, estaba sentado frente a su mesa, en su postura habitual. Sonrió al recordar que hasta los cinco años, había dudado seriamente de que su padre tuviera piernas, porque siempre lo veía sentado en la misma postura, frente a la misma mesa.

Martín se levantó y le dio un abrazo, mirándola fijamente, casi de la manera en que Chris lo había hecho. ¿Es que llevaba escrito en la frente que no era feliz? Procuró sonreír, de la manera más auténtica posible, pero su padre no se dejó engañar por la mueca que su hija pretendía hacer pasar por una sonrisa.

_¿Estás bien?- preguntó cuando todos se sentaron.

________ suspiró y apunto estuvo de poner los ojos en blanco, pero negó con la cabeza y se encogió de hombros:
_El trabajo…

Martín alzó las cejas y sacudió la cabeza:_ Siempre has sido mala mentirosa ________, no te pega…

_Vale… Pero hasta donde yo sé no hemos venido aquí a hablar de mí ¿verdad? – dijo malhumorada. Años sin tratar en profundidad se debían a algo… Era por eso…

Su padre sonrió, y miró a Christian acusadoramente:_ Por lo visto tu hermano no ha sido capaz de esperar como le pedí.

Christian masculló con cara de inocente:_ Siempre pensáis lo peor de mi. ¿Y si no hubiera sido yo?

________ miró a su hermano sonriendo:_ Chris eres un bocazas. – Su hermano hizo una mueca ofendida y ella miró de nuevo a su padre.- Sigue papá… fue él quien me llamó.

Martín sonrió débilmente y prosiguió:_ Cómo iba diciendo hasta que me interrumpiste Christian. Yo no tenía intención de tener esta conversación hasta dentro de unas semana, pero la ansiedad de tu hermano parece que ha tenido que adelantarla.
________ miró a su padre, a la luz del día se notaban más surcos en su cara de los que había notado durante la última cena. Estaba definitivamente más delgado y pálido.

_Verás hija… Yo no me encuentro muy bien de salud. He tenido unos problemillas en los últimos meses.- Dijo su padre, con una voz ligera y alegre.

Chris, tosió mirándolo por encima de la mano con la que se tapaba la boca.
_¿Problemillas? – dijo y volvió a toser, corrigiéndolo. Ganándose que su padre lo fulminase con la mirada.

________, que aunque triste no era tonta, ni mucho menos, veía esas miradas y sabía que le estaban ocultando algo. Estaba impaciente y el enfado comenzaba a llamar a sus puertas.

_Está bien, ¡los dos parad ya! ¿Voy a tener que llamar a Amanda para que me lo diga? – Dijo enfadada

Su padre se aclaró la garganta, y la miró directamente:
_ ________, hace tres meses tuve un infarto, y el estado de mi corazón, es …- Sonrió débilmente.- … Espantoso. El Dr. Fonteriz, no cree que pueda aguantar mucho tiempo así.

Martín se daba cuenta de que su explicación era penosa, ni para explicar a un niño de 9 años habría hablado de la misma manera. Pero estaba asustado, tenía miedo de hablar con su hija. A pesar de que lo ocultaba, su hija era su favorita. La admiraba y la quería mucho, y no había pensado en decirle nada que la pudiese preocupar. Y ahora ella estaba sentada frente a él, sin decir nada.

Simplemente se quedaba parada y lo miraba. Christian los miraba a ambos de reojo y no sabía si moverse o si hablar. Y entonces ________ dio señales de vida.
Y se rió.

Primero fue simplemente un temblor de los hombros y luego definitivamente, aquello era una carcajada. Christian la miró con la boca abierta y su padre se levantó de la silla para acercarse a ella.
Pero su hija se reía a carcajadas y se secaba unas lágrimas que se le caían por la mejilla.
_¿Te mueres? ¿Me estás diciendo eso? – Preguntó con voz entrecortada. Y lo volvió a repetir un poco más alto.- ¿Te estás muriendo?

Martín estaba en cuclillas frente a su hija, con las manos apoyadas en sus rodillas, y la miraba francamente preocupado. Asintió con la cabeza.
_No ahora mismo, pero sí…. Te lo estoy diciendo cariño.

Christian estaba al lado de su padre, pensando que definitivamente su hermana se había vuelto una chiflada. Porque más que recibir esas noticias parecía que le acababan de contar el mejor chiste del mundo.

________ no quería reírse, pero tampoco podía evitarlo, su cuerpo simplemente había empezado a reírse y ella no podía parar. Es que no se lo podía creer… No le podía estar pasando a ella.

El mundo estaba mal… El universo o lo que fuera se había salido del eje… ¿Qué había hecho ella para merecer esto? Debía haber sido horrible en otra vida, para que ahora todos los golpes le vinieran, ahora, todos en el mismo instante.
Miró a su padre, los ojos oscuros como pozos y preocupados, y la risa comenzó a desvanecerse.
Martín, viendo que su hija comenzaba a darse cuenta de la situación, miró a su hijo mayor que seguía alucinando con la reacción de su hermana, y le dijo:

_Chris, ¿por qué no bajas a decirle a Esteban que ________ se quedará a comer?

Christian asintió y se levantó palmeándose las rodillas, no hacía falta que su padre añadiese “y te pierdes un rato para que yo hable con tu hermana.”

Cuando Martín vió a su hijo desaparecer por la puerta, apoyó la mano en la mejilla de su hija y la acarició sonriendo con debilidad:
_Ahora me explicas qué te pasa nenita. No creo que mi muerte sea la responsble de ese…. Ehem…ataque…

________ miró a su padre, y sacudió la cabeza, agachándose a su lado y sentándose en el suelo.
_No es justo. –Dijo con voz aguda. Su padre la abrazó, y ella se sintió mejor._No es justo que te tenga que pasar eso. No es justo que me dejes. No ahora. No es justo que os vayáis todos ahora.

Su padre la acarició, pasando la mano por su pelo y le dijo, obviando el todos y el plural:
_ Ya cariño, pero la vida no es justa. A veces nos dá fuerte, pero ahí es cuando demostramos lo que somos en realidad.

________ se deshizo de los brazos de su padre y se limpió las lágrimas de las mejillas, y lo miró frunciendo el ceño:
_¿A qué te refieres? – Bufó refunfuñando.- No , si encima tendré que dar las gracias por que mi padre se muere…

Martín sonrió, y ________ se dio cuenta de que su padre ahora sonreía mucho más que cuando era pequeña, y lamentó en el fondo de su alma, haber pasado tantos años enfadada por una tontería.

_Verás hija, las dificultades nos hacen más fuertes; es ante ellas cuando sale nuestro verdadero ser, podemos hundirnos o sacar pecho y encararlas. – Le pasó una mano por el pelo otra vez, y añadió:_ Y yo no dudo la postura que tú tomarás. Eres una leona cariño, y las leonas no se echan atrás.
_Tienes mucha fé en mí papá… Más de la que yo misma tengo en mí.- Dijo finalmente.

Su padre se rió y asintió:_ Tengo toda la fé del mundo en ti, cariño. Y no sé que te ha pasado para que hayas perdido la tuya… pero no te preocupes que te recuperarás.

_¿Co… cómo puedes estar tan relajado? – le preguntó sorprendida. Normalmente ante esas situaciones, la gente estaba desesperada.

_Hay un dicho que dice “Dáme fuerzas para cambiar lo que puede cambiarse y fuerza para soportar lo que no puede cambiarse.” O algo por el estilo – dijo encogiéndose de hombros.- Mi condición no se puede cambiar, nenita, y admito que al principio, fue duro – el rostro de su padre se endureció momentáneamente- y estuve furioso conmigo mismo muchas semanas, pero ….después me dí cuenta que no iba a malgastar lo que me quede en un estado de perpetuo enfado.
Suspiró y añadió:_ Sé lo que tengo y lo que debo esperar, y mientras tanto, disfruto de lo que me rodea.

_¿Por qué no me lo dijiste entonces? _preguntó ________. En otra ocasión se habría enfadado mucho, pero no tenía ni fuerzas ni ganas de enfadarse con su padre. Después de lo que había dicho, era imposible enfadarse con él.

_No sé…. Supongo que fue para no preocuparte, hija. –Contestó él, indeciso. No sabía ni tenía una respuesta precisa para esa pregunta.

________ miró a su padre fijamente y se volvió a echar a llorar:_ Lo siento mucho, papá.

Su padre sorprendido por aquél ataque de llanto repentino tan impropio de su hija, le dijo:_ Tú no tienes la culpa… Creo que si mi corazón estalló, fue sólo asunto mío..

Ella sacudió la cabeza:_ Por todos estos años… Fui una egoísta. No debería haberme enfadado contigo por casarte de nuevo.

Lo decía de verdad. Era una idea que llevaba al menos dos años rondando su mente, pero era demasiado orgullosa para pedir perdón. Y cada año que pasaba se le hacía más difícil decirlo.

Su padre, le pasó un pañuelo que llevaba en el bolsillo y negó con la cabeza:
_ Fuiste leal a tu madre… Yo no te puedo echar eso en cara. _Sonrió y añadió:
_ No niego que me hubiera encantado que no te portases tan mal con Amanda, pero supongo que eso es lo que hace una leona como tú.

________ sonrió y se limpió las lágrimas. _No se lo digas… Pero siempre me ha caído bien.

Martín soltó una carcajada y tuvo que pararse a recuperar el aliento antes de decir:
_Me temo cariño, que ella ya lo sospecha… Y tengo que añadir, que tú también le caes muy bien.

Se levantó con esfuerzo del suelo y le tendió una mano a su hija:_ Ahora vamos a bajar antes de que tu hermano informe a todo el mundo que te has vuelto loca.

________ se rió, y aceptando la mano de su padre se levantó también:_Los Ángeles no lo han corregido ¿verdad?

Su padre sacudió la cabeza:_ Sigue igual de chalado de siempre. Me daría miedo tenerlo en cualquier cargo, si no supiera que es tan eficiente... – Bajó la voz un poco, sonriendo:_ Creo que se aburría en los estados unidos.. Me parece que está más feliz aquí.

________ se rió, eso sería típico de su hermano:_ Y ese pelo…
Su padre levantó una mano para callarla: _No me lo recuerdes, la primera vez que lo ví casi me dá otro ataque.

………….
Cuernavaca
Mediodía.

Joe levantó el teléfono y marcó un número, con dedos temblorosos. En realidad era la segunda llamada que hacía en diez minutos, pero en la primera nadie había contestado. De modo que ________ no estaba en casa, pensó con tristeza.

Pero en su segunda llamada sí que le respondieron. Una voz femenina preguntó:

_¿Hola? …. ¿Hola? ….- Lal voz se quedó en silencio, y durante unos instantes, ambos pudieron oír sus respiraciones.
Joe quería hablar. Y no quería. La otra voz llenó el hueco lleno de palabras no dichas y dijo:
_¿Sos vos verdad? … Hablá…. Decí qué querés…- La voz, tenía acento porteño, impecable a pesar de los años pasados en tierras mexicanas. Y además del acento argentino, parecía suplicarle que de una vez por todas dijera algo, algo que no fuera silencio.

Joe colgó. No sabía que decirle a la argentina. Y sacudió la cabeza sintiéndose miserable.

_Levántate de una vez, wey. –Dijo otra voz de mujer a sus espaldas, ésta mexicana y de peor humor que la del teléfono.

Joe se hizo el dormido, pensando que si se quedaba callado y no se movía, ella se iría. Pero los pasos que se acercaban a la cama, borraron esas esperanzas. Sintió de repente un peso que movió toda la cama, al saltar la chica en ella.

_A mi no me engañas, haciéndote el dormido._ Dijo ella, dándole un golpe en el brazo.- Además todavía no te he perdonado que no me hayas traído un regalo.

Joe puso los ojos en blanco y se giró en la cama hasta quedar mirando a su hermana pequeña.
_Eres la cosa más molesta que he visto en mucho tiempo, Lu.

Lucía se rió y le volvió a golpea, esta vez en el pecho:
_ No es nada razonable insultar a quien te aloja… Sobre todo cuando llegas en medio de la noche como un fantasma o un bandido.

Joe gimió y se tapó la cara con una almohada:_ No soy ningún bandido, y tú eres una pesada.

_¿Me estás insultando otra vez? – preguntó su hermana quitándole la almohada, de modo que la luz lo hizo parpadear.

Joe la miró enfadado:_ Déjame. En. Paz.

Lucía lo miró, ya no había diversión en sus ojos pardos, sino una mezcla de preocupación y ansiedad. Su hermano tenía un aspecto deplorable. Sabía que no había dormido en toda la noche, porque lo había sentido dar vueltas en la cama sin parar. Y además estaba esa mirada. No, -se corrigió- era más que la mirada, era un aire indefinido de tristeza lo que lo rodeaba.

_¿Me vas a explicar qué te ha pasado? No me voy a ir hasta que me lo digas.

Joe la miró frunciendo el ceño:_Eso es una excusa para no ir a trabajar ni a clase.

Ella se encogió de hombros:_ Podría ser…Pero dá igual, no me pienso mover. Aunque tenga que faltar una semana entera.

Joe continuó en obstinado silencio, con los brazos cruzados sobre el pecho y mirando al techo. No tenía ganas de hablar con nadie. Sabía lo que había hecho mal, y no necesitaba que su hermana viniese a recordárselo.
Lucía lo miró de reojo y dijo:_Lo has estropeado todo ¿verdad?

Joe parpadeó, y aunque no quería saber a qué se refería su hermana cometió el error de mirarla. Lo que automáticamente hizo que ella continuase el acoso y derribo a su hermano.

_Con la chica del teléfono… Lo has estropeado todo- y esta vez no fue una pregunta, sino una afirmación.- Y has salido huyendo… ¿A qué sí?

_Eres odiosa.- Masculló Joe. “Y demasiado lista, y estás en lo correcto” pensó para sí mismo. No tenía ganas de admitirlo.

Lucía se apoyó en un codo para poder mirarlo:_ Eres idi*ota.

_¡¡Basta ya!!- Dijo Joe levantándose de la cama, y su hermana lo detuvo con un nuevo golpe en el pecho, esta vez más fuerte.

Joe se giró para mirarla, con algo parecido a la furia
_Lu, por mucho que te quiera no tengo ganas de hablar contigo de mi vida amorosa. Ni de nada en concreto. Así que si no puedo estar en silencio en tu casa. Me marcharé.

Lu dejó que se levantase de la cama, y se quedó mirándolo tumbada con cara de tristeza:
_ Nunca me había dado cuenta de cuánto daño te hizo papá, Joe. Te ha estropeado por completo.

Joe estaba de espaldas a su hermana, a punto de pasar la puerta de la habitación. Y al escuchar eso se quedó congelado, su hermana no solía hablar de esas cosas, y oírla hacerlo no era un buen síntoma.

_¿Se puede saber de qué hablas? –dijo masticando las palabras. – Yo no me parezco a él.

Lu se levantó y se puso a su lado:_ No. Tú no te pareces a él… Pero me dá la sensación de que papá te ha matado el alma Joe. Te dejó sin corazón. ¿Qué has hecho esta vez?

Joe la miró enfadado:_ Nada.

Su hermana no lo creyó:_ Claro, y por eso tienes esa cara. ¡Joe habla ya!

Joe suspiró, y se sentó en la cama otra vez. Y con cuidado fue contando lo que había pasado, los últimos 20 días hasta la noche anterior. Su hermana que estaba a su lado, lo miró fijamente durante unos segundos y después le dio una bofetada.

Su hermana le había dado una cachetada.
Su hermana.
Joe se tocó la cara con la boca abierta. Y al final pudo decir:
_¿Te has vuelto loca? ¿se puede saber a qué viene eso?

Ella lo miraba con los ojos brillando:_ Te lo mereces por mentir. Esa chica tendría que haberlo hecho antes. Eres peor de lo que pensaba.

Joe puso los ojos en blanco, y se frotó la mejilla. Su hermana se inclinó y le dio otra bofetada, pero esta vez en la otra mejilla.

_¡¡Jo*der!! ¿Y eso a qué? – Joe estaba empezando a perder la paciencia. Él no pegaba a mujeres pero su hermana…. Se lo estaba buscando.

Lucía lo miró furiosa, y se levantó:_ ¿La quieres? O tu corazón está tan muerto que ni eso.

Joe se puso a su lado totalmente ofendido:
_ Claro que la quiero. ¡¡La quiero!!

Lucía lo cogió por los hombros y lo sacudió:_ ¿Y por eso estás aquí? ¿Cómo un cobarde? Tendrías que estar allí, contándolo todo. No escondiéndote y huyendo.

Joe la miró herido. Y dijo unas palabras dolorosas para él:_ Ella no confía en mí, y además no quiere verme. No hay punto.

Lucía miró a su hermano, sorprendida. Cuando decía lo de su padre, lo decía en serio. León, había matado muchas de las ilusiones de su hijo mayor. Lo había hecho frío y reservado, y con sus mentiras y su forma de actuar, había contaminado a Joe de una manera increíble.

_Ella no confía y es imposible amar si no confías en alguien Lu. – Sacudió la cabeza derrotado. _ No fui sincero, pero ella debería …- Se cortó porque no sabía que hacer.- …debería haberme preguntado. Es mejor que me vaya, ella no tendrá que verme y yo seguiré con mi vida.


Lu lo miró incrédula, y estuvo a punto de darle una bofetada más, sólo por el placer de ver si su hermano recuperaba el poco sentido que había tenido alguna vez.
_Haz el favor de no decir tonterías. Claro que no confía en ti, pero no es el momento de rendirse. Vuelve y compórtate , por el amor de Dios. No todo el mundo se puede enamorar de esa manera todos los días….

Joe la miró, con la cara todavía roja de las dos bofetadas.
_¿Cuándo has crecido Lu, que no me dí cuenta? – preguntó en voz baja.
Ella sonrió débilmente:_ Mientras estabas huyendo de tu familia…. Ahora haz el favor de regresar al D.F y arréglalo ya!!

Joe sonrió y la abrazó. Su hermana lo estrechó fuertemente y enterró la cara en la camiseta:_ Ahora me debes dos regalos bien caros.
Nani Jonas
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Mensaje por aranzhitha Dom 10 Jun 2012, 6:14 pm

jajaja me mato Lu, las cachetadas que le dio a Joe se lo merecia :twisted:
Pobre rayita va a perder a su papi :crybaby:
No se lo merece :x
Siguela!!!
aranzhitha
aranzhitha


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Mensaje por Anita23 Dom 10 Jun 2012, 8:52 pm

Ohh siguelaaaa
Anita23
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Mensaje por ☎ Jimena Horan ♥ Lun 11 Jun 2012, 2:19 pm

siguela Joe se merecia esas cachetadas por no luchar por la rayis :P
siguelaaa
pobre rayis ahora que supo lo de joe y su padre :( sube ccap pronto
☎ Jimena Horan ♥
☎ Jimena Horan ♥


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Mensaje por Nani Jonas Mar 12 Jun 2012, 2:58 pm

Capítulo 69

16.00h
México D.F.
Hospital Central.

Iñaki sabe que hay instantes en la vida que son decisivos…. Los ingleses los llaman “turning points”, pero a él le gustaba la expresión de “puntos de inflexión”, porque sugería que algo se doblaba, y que se doblaba a su voluntad.
Y por el momento todo su destino se estaba doblando tal y cómo él quería. Un pinchazo doloroso en su nariz le hizo recordar que en estos momentos había más cosas de las que él deseaba dobladas.

Se miró en uno de los espejos del vestuario de hombres, y arrugó la cara. La nariz estaba de un color rojo oscuro, y empezaba a amoratarse en el puente. Con cuidado la palpó, buscando huesos que se movieran más de lo debido… No fuera a ser que esa inútil de Any le hubiera roto la nariz…
Si no fuera porque estaba contento, haría algo para vengarse. Su primera idea habría sido ir a López-Prats con la cara como prueba y hacer que la despidiesen, pero habría todo un pasillo de la planta de cirugía dispuesto a testificar que él le había retorcido el brazo –y con mucha satisfacción, todo hay que decirlo- y él sabía que la junta del Hospital no querría que se hablase de maltrato y acoso a una mujer….
Pero había otras maneras de molestar a Any… En fin, ya se las apañaría. En otro momento, porque ahora estaba disfrutando del triunfo. Sus contactos habían seguido a Joe, que la noche anterior, había alquilado un coche y salido de la ciudad, con dirección al oeste, probablemente Cuernavaca.

Con el tipo fuera de la ciudad se quedaba la chica sola. Y él disponía de una última oportunidad. La oportunidad.
Eso le hizo recordar otra cosa importante. Esta semana no había recibido su ingreso suplementario, para su gran irritación. Era increíble que una vez que las cosas le van más o menos como quería, el otro frente de batalla se estropease.

Miró a ambos lados para asegurarse que estaba sólo en el vestuario del quirófano, y comprobó que los cubículos del baño estaban vacíos, antes de sentarse en un banco y sacar el celular, para marcar ese número que conocía tan bien.

_Hola… -Dijo con una sonrisa y su voz melosa. Estaba totalmente relajado, con las piernas estiradas al frente, y jugueteando con las tiras de tela que ataban el pantalón verde del hospital.

Sin embargo la voz del otro lado no sonaba ni tan suave ni tan melosa como la suya
_¿Qué ca*rajo quieres? - dijo con un tono de voz cortante.

Iñaki sonrió. Siempre le había gustado sacar de quicio a la gente. Sobre todo a la muy educada, como la persona al otro lado, que se rebajaba a hablar como un carretero.

_Mi dinero. Supongo que ha habido un lamentable error, porque esta semana no he recibido mi dinero. – Dijo con suavidad.

La voz al otro lado siseó:_ Y no recibirás nada, ni esta semana ni la que viene, ni ninguna otra.

Iñaki se sentó rígido apoyando la espalda contra los fríos azulejos de la pared. Soltó las tiras del pantalón y una sensación desagradable se extendió por su columna vertebral. Eso no se lo esperaba.

_¿Cómo?- preguntó con una voz que parecía un graznido. Y para su irritación la voz al otro lado sonó definitivamente divertida.

_Lo que has oído. No más dinero. Olvídate de mí.

Iñaki tosió y se aclaró la garganta:_ Me parece que no lo ha entendido. Yo soy el que pone las condiciones. No usted. Mi dinero tiene que llegar… Si no…

_Me dá igual… - Lo interrumpió, la otra voz, con un tono de cansancio en la voz. – Ya no hay nadie a quien ocultarlo.

Iñaki abrió los ojos. Eso no lo esperaba tampoco.
No podía ser. Si hubiera muerto él lo habría leído en los periódicos… Bueno, no sólo en los periódicos, sino en radios y televisiones. Sería la noticia del día.
_¿Está tratando de engañarme?- preguntó desconfiado.

La otra persona dijo en voz baja:_¿Le parece un tema sobre el que bromear?

Iñaki miró al frente, frunciendo el ceño y ajeno al dolor de su nariz. Si él estaba muerto, entonces parte de sus ingresos se esfumaban, porque el chantaje ya no servía para nada. Mier*da.

_Eso ya lo veremos.- Dijo finalmente, más para sí mismo que para la otra persona.- No sé si se lo he dicho, pero al final gané… Y sin su ayuda.

_¿A que te refieres?- Iñaki sonrió de satisfacción otra vez cuando el tono de cansancio de la voz se cubrió de alarma.

_A ella. – Dijo y colgó.
Que sufriera, y que se retorciese, pensando en lo que podría hacer, mientras tanto él averiguaría la verdad de si ese tipo había o no muerto. Si descubría que estaba vivo, la tasa a pagar sería aún más alta. A Iñaki nadie lo engañaba.

…………


18.30 h Cuernavaca.
Casa de Lucía Bustamante.

Lucía entró en su casa después de pasarse toda la tarde haciendo un trabajo. Quizá sería más preciso decir que de “intentar hacer un trabajo”, o de “pretender que intentaba hacer un trabajo”. Y esperaba encontrar su casa vacía, y que su hermano se hubiese montado en el coche alquilado y se encontrase en el D.F. ya .

Pero para su sorpresa su hermano seguía en casa, sentado en el sofá con las bolsas hechas y mirando al vacío. Con un suspiro interno se preparó para darle más bofetadas.

_¿Qué parte de “márchate al D.F.” no has entendido? ¿Te lo tengo que decir en alemán? – Dijo soltando las bolsas en el suelo y caminando hacia él con cara de pocos amigos.

Joe no la miró, llevaba varias horas sentado en esa posición pensando. Masculló un mecánico:
_ No hablas alemán Lu, así que no lo intentes.- Y se quedó en silencio otra vez.

Lucía lo miró con los brazos cruzados y golpeando con el pie en el suelo:
_ ¿Qué pasa ahora? Pensaba que habías entendido lo que tenías que hacer.

Joe apartó la mirada del techo, y la posó en su hermana, que lo miraba con cara de pocos amigos.
Después de que Lu se fuese había hecho las maletas y se había preparado para buscar a ________. Sin embargo la conversación que habían tenido, no había dejado de pasar por su mente y un miedo antiguo asomó la cabeza desde el hueo donde lo tenía escondido.
Finalmente y viendo que su hermana no se movía, dijo algo que lo llevaba atormentando horas.

_¿Y si me convierto en papá?

Lucía exhaló todo el aire, y se arrepintió de haberle dicho eso esa mañana. Tendría que haber medido sus palabras mejor, pero en aquél momento lo que le importaba era hacerlo reaccionar y sacarlo de la cama.

_Eso no va a pasar Joe. – Dijo en voz baja, tratando de sonar convencida.

Joe la miró, y por primera vez en años, vió miedo en su mirada. Joe siempre había sido valiente, y el que la animaba con todo. Los castigos de su padre parecían no hacer mella en él, salía con la misma mirada brillante y despreocupada de ellos. Era él el que no seguía las normas y cuando ella se las saltaba lo hacía segura porque Joe siempre estaba a su lado.
Y ella siempre había estado convencida de que su hermano era impermeable a lo que León hiciera o dijese. Que si había pasado la infancia sin ser herido por las palabras de su padre, ahora no había peligro. Hasta ese día.
Su hermano mayor, su preferido y el único, porque los otros dos era mejor no nombrarlos, la miraba desesperado desde su sillón, y ella no podía encontrar las palabras necesarias para calmarlo.

_Joe papá… Es… - pidió perdón por lo que estaba a punto de decir, pero era la verdad.-… un monstruo. Tú nunca serás como él.

Joe cerró los ojos. Le gustaría estar tan seguro como su hermana de eso. Pero lo cierto es que no lo estaba. Siempre se había considerado diferente, pero hoy lo dudaba.
Años atrás no habría hecho lo que hizo con ________. No habría mentido, ni tampoco habría omitido la verdad… Habría sido él. ¿Quizá ya no tenía corazón?

Lucía se acercó y le apoyó la mano en la cabeza haciendo que la mirase otra vez:

_Joe, cuando piensas que no quieres ser como él… Eso ya significa que no lo eres. Si sufres por eso… -Sonrió, de aquella manera tan suya, esa sonrisa que empezaba en los ojos, haciendo que todo brillase.- … Es un signo de que todavía se puede hacer algo con esa cabezota tuya. Papá no se arrepiente de nada, ni se preocupa por esas cosas.

Joe asintió. Su padre nunca se arrepentía, porque pensaba que siempre tenía la razón. Pensó en su cara tres años atrás, mientras le hablaba con frialdad de algo horroroso. Entonces estuvo convencido de que su padre había vendido su alma en algún momento de su trayectoria vital y que ahora sólo tenía un pesazo negro dentro del pecho.

_¿Y si le hace lo mismo a ella? Eso no lo podría soportar. No otra vez. –Dijo, su segundo terror y aún, más secreto que el anterior. Se odió, cuando se dio cuenta de que su voz sonó como un hilo finísimo.

La mano de Lucía se crispó sobre su cabeza, pero sólo unos instantes porque después reanudó las lentas pasadas por el pelo ligeramente ondulado de su hermano. En su familia no se hablaba de ese tema. Era tabú, pero sabía a lo que se refería Joe.

_No sabemos si fue él.- Dijo conciliadora. Sinitó la cabeza de Joe moverse negando.

_Yo lo sé. – Dijo Joe.- Si hubieras visto su cara ese día. Yo sé que fue él.

Lucía asintió. Ella quería a sus padres, pero era consciente de sus defectos y su padre, era un cúmulo de ellos. Tantos que era imposible imaginar cómo su madre se pudo casar con él. Ella había tenido la suerte de ser la única chica, de modo que su padre no tuvo mucho interés en su educación, centró todas sus malas artes en sus hermanos… Y sólo Joe se escapó de las redes.
Lo que el adolescente Joe no sospechaba era que para León Bustamante, nadie escapa de sus planes, ni se sale de la telaraña sin pagar un alto precio por ello. Sólo cuando Lucía y Joe fueron mayores, comprendieron que su padre ni olvidaba ni perdonaba. Ni mucho menos toleraba la insubordinación, y que era capaz de esperar largos años para cobrarse el precio.

_No pienses en ello. No va a pasar otra vez. – Dijo esta vez poco convencida, pero su voz fue ganando firmeza conforme las palabras salían de su boca.
_Si no vuelves él gana. Y toda tu vida se desperdicia Joe. Regresa a por esa pelirroja, y sé sincero por favor.

Joe se quedó quieto unos instantes. Hacía años que no era sincero, la mayoría de veces ni siquiera consigo mismo. Sabía que ________ era importante para él, tanto que le costaba respirar cuando pensaba en lo que debía estar sufriendo ahora. Era la primera vez en años que se había permitido sentir, y lo había disfrutado tanto que ahora se preguntaba cómo podía haber pasado tanto tiempo medio muerto.
Pero también sabía que si alguien se convertía en importante para él, quizá… su padre se encargase de estropearlo. Había obviado todo esto a propósito este mes, pero esa tarde todo le había golpeado de repente. ¿Y si se repetía?

Había recordado los días en Querétaro, y la discusión que habían tenido en el bosque del hotel.
En aquel momento se había echo a un lado, con la débil excusa de que él nunca estaba en México, y que ella se merecía a alguien que la adorase todos los días. Entonces no le había parecido justo hacer que ella lo quisiese sin decirle quién era en realidad. Había podido ser sincero en aquél momento, pero no lo había hecho. Sin embargo era cierto que la quería, y era cierto que no había segundos suficientes en un día para estar con ella.

Si él se quedaba, si él iba a por ella, y por algún milagro lo perdonaba, su padre, se enteraría por seguro. Y entonces todo empezaría de nuevo.

Lucía seguía mirándolo, y casi como si leyera su mente le dijo:
_No tiene porqué ser así. Lo que sí es seguro es que si te quedas aquí, si sales otra vez huyendo, te quedarás solo y perderás la oportunidad de tu vida. Y él gana y se sale con la suya.

Joe asintió. Y se levantó con esfuerzo del sofá. Pero antes de ir al D.F. tenía que hacer varias cosas.

_Espero que eso sea que te vas a por esa chica. – Dijo Lucía mirándolo de reojo.

Él esbozó una sonrisa débil y asintió, colgó una mochila ligera al hombro y su bolsa con las cámaras, y sacudió el llavero con las llaves en el aire.

_Eres demasiado mandona como para ignorarte.- Dijo bromeando.

Lucía lo despidió en la puerta y mientras lo veía subirse al coche gritó:_ Quiero unos diamantes…. O mejor…. Un coche!!! Me lo merezcoooo
Nani Jonas
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Mensaje por aranzhitha Mar 12 Jun 2012, 4:09 pm

awwww estoy hecha un lio :scratch:
no entiendo que le hizo su padre a Joe
y quien le daba dinero a Iñaki?? Amanda???
no se nada pero aun asi me encanta
siguela!!!!!!
aranzhitha
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Mensaje por Nani Jonas Miér 13 Jun 2012, 5:46 pm

Capítulo 70

Cuernavaca.
8.50 a.m.

_Verá señor, ya se lo he dicho, hasta mañana no podemos tener las copias.- Dijo Luis con cansancio.
Siempre le tocaban las personas más locas. Y encima antes de las 9 de la mañana.

El chico que tenía delante, ya había estado ayer por la tarde allí, y él le había dado la misma respuesta, “Venga pasado mañana porque tenemos que traer las actas”. Y en lugar de venir mañana había venido hoy.

_Pero yo las necesito hoy.- _Insistió Joe inclinándose hacia delante en el mostrador. Bajó mucho la voz para añadir:_ ¿Es necesario que te dé una ayudita?

Y dejó ver lo que tenían toda la pinta de ser unos billetes de 20 dólares americanos. Luis, de 21 años y con un sueldo mísero que no le daba para nada, miró con ansiedad los billetes. En el fajo habría al menos 200 dólares, y su mente rápidamente hizo planes en lo que los podría gastar.
Sin embargo, la honradez se impuso. Una cosa era aceptar dinero por algo que podía hacer y otra, aceptarlo por un imposible. Se aclaró la garganta y borró las imágenes de su cabeza.

_Señor no es cuestión de dinero. – Dijo con voz monótona y cansada- Es sólo que las actas no están aquí. Es necesario hacer una solicitud, que ya hizo usted ayer; esperar a que se procese la solicitud, que será hoy; y mañana nos entregarán las actas.

Joe suspiró y asintió. Había visto la mirada del chico y sabía que lo que le decía era cierto. Le dio las gracias al chico, y se despidió. Querría haber tenido esos papeles en la mano antes de ver a ________. Pero tendría que apañárselas sin ellos.
Antes de subirse al coche, miró su móvil, más por costumbre que porque tuviera la esperanza de que ella lo hubiese llamado. Tal y como esperaba no había ninguna llamada suya, pero sí 25 llamadas perdidas del mismo número: MIGUEL.
Sonrió al ver lo insistente que era el regiomontano. Pero no tenía ni ganas ni tiempo para hablar con él. No quería que le pidieran explicaciones, ni tampoco quería que le riñesen. Y Miguel seguro que pensaba en las dos cosas.

………….

Miguel lanzó el teléfono enfadado contra el sillón, haciendo que rebotase en los cojines y cayese sobre la alfombra a los pies de Miguelito. El niño sonrió encantado, esta vez ni siquiera había tenido que robarlo del maletín de su tío.
Alargó la mano para coger el regalo, pero la voz cortante de Miguel congeló el bracito en el aire.
_Ni se te ocurra, delincuente. Te tengo vigilado.- Masculló Miguel.

El niño le hizo una mueca sacándole la lengua y lo ignoró. No había terminado de coger el celular, cuando se encontró suspendido en el aire. Miró a su tío, que lo sostenía por la espalda de la camisa del uniforme a más de un metro del suelo.

_He dicho que no lo toques. Estoy esperando una llamada.

El niño miró al suelo y luego a su tío, totalmente emocionado:_ ¿De la muñeca?

Miguel miró al niño sonreír y gruñó:_ No. De un amigo, no lo encuentro.

En aquel momento oyeron unos gritos a sus espaldas:

_¿Se puede saber qué haces? – Al girarse, Miguel se encontró con Lupe, que lo miraba con una cara que se podía clasificar como iracunda, furiosa, hiena…- Tenía la camisa planchada, y ahora no tengo tiempo de volverlo a hacer.

Miguel soltó la camisa de golpe, y dejó caer al niño sobre el sillón, haciendo que Miguelito se partiera de risa. Su hermana lo miró ceñuda y arrastrando al niño del brazo lo sacó del salón mientras decía a voz en cuello.

_...Ahora va a ir todo arrugado….parece un niño de la calle…. Tenerlo en casa es como si tuviera tres hijos…

Cuando la voz de Lupe se perdió Miguel recuperó su teléfono móvil y volvió a intentar llamar a Joe por enésima vez. Estaba preocupado por su amigo. Desde hacía dos días que no sabía nada de él.
¿Y si le había pasado algo? …. Por no mencionar que quería saber cómo se encontraba, dónde estaba… Y sobre todo, ¿Qué cuento sin sentido era ese de que estaba casado?
Miguel no era dado a juzgar a nadie, nunca le había gustado esa postura, porque cuando juzgas, supone automáticamente que estás por encima de otras personas; y él no era ese tipo de gente. Sólo quería escuchar la versión de su amigo. Nada más. Y luego, quizá, darle un puñetazo por no haberle dicho antes y por hacer llorar a ________.

Llevaba dos días dándole vueltas al asunto y cuanto más pensaba, más disparatado le parecía todo. ¿Joe se casó hace un año, y no le dijo nada?... Una sola palabra se le ocurría de respuesta y era IMPOSIBLE.
Salvo, y era algo que no quería pensar, que su amigo no fuese en realidad su amigo, y que todo lo que había entre ellos fuese simplemente una falsedad.
Miguel era un hombre de negocios, su ámbito eran los números y las empresas, pero por debajo de ello, era una persona de instintos, y éstos le decían que allí había algo que se le escapaba.

Lo primero era ponerse en contacto con Joe. Pero eso parecía imposible por el momento. Así que el segundo paso era ir a buscarlo y traerlo a rastras si hacía falta. Y aunque el mundo era ancho y México enorme, sólo se le ocurría un lugar donde encontrarlo. Cuernavaca. Donde empieza todo.

Hospital Central
México D.F.

12.30 a.m.

________ había conseguido evitar a Iñaki y a Any durante las 4 horas que llevaba en el hospital. Algo difícil, teniendo en cuenta que tenía mensajes de texto, de voz y post-its de los dos diciéndole que tenía que hablar con ellos.

Copiando la idea de Any, se escondió en los baños de Neurocirugía, por varias razones, nadie pensaría encontrarla en otra planta y además los neurocirujanos se la pasaban en todos los sitios menos en su planta. Así que tenía todo el lugar para ella sola. Suspiró y se apoyó en uno de los lavamanos, para mirarse al espejo, y frunció el ceño, al verse bien la cara. Dios, parecía que había ido a una guerra y vuelto.
Su novio, estaba casado. Su padre, se moría. Y ahora ¿Qué? Las desgracias vienen de tres en tres, o eso dicen. Pensó con ironía, y desvió la mirada a la puerta, esperando ver entrar a esa tercera desgracia. Para su suerte todo se quedó como estaba.
Pero quizá necesitaba una distracción, algo que no la hiciera pensar en Joe. Porque cuando lo hacía, le dolía tanto que no podía respirar. Y esa era una debilidad que no podía permitirse.
Su padre decía que era una leona, pero ella se sentía como un gato al que le habían cortado las uñas, impotente y débil.
Porque los seres humanos son complejos, llenos de contradicciones y sentimientos contrapuestos, y ella, a pesar de lo que le dolía pensar en él, en el fondo, muy, muy en el fondo no podía odiarlo del todo.
Querría no haber leído esa carta y no saber nada, porque así el podría estar a su lado, y no tener que dormir para soñar con él. Parecía que eran los sueños el único lugar donde él podía estar con ella.

Suspiró y se lavó la cara para enterrar tantas tonterías. LA sentimental y cursi era Any… Se miró en el espejo y se repitió en voz alta para convencerse:
_Eres de acero. Nada te dobla, nada te rompe, nada te afecta.

Tuvo que repetirlo varias veces, hasta que sintió como una parte más de su corazón se endurecía. Sonrió con tristeza. Tal vez algún día conseguiría estar blindada del todo.


Salió del baño, y mirando a ambos lados, para asegurarse de que ninguno de las dos personas de las que huía estaba presentes. No hay moros en la costa, se dijo, y salió hacia la planta de cirugía. Iñaki estaría en el quirófano y Any con los niños, y ella podría trabajar en paz.


Debería haber tenido en cuenta que últimamente nada le iba bien, y entonces no se habría sorprendido al encontrar a Iñaki en su puerta.

Intentó girar sobre sus talones y salir huyendo, pero Iñaki levantó la vista y la llamó:

_¡________, Espera!

________ se paró, y lo miró con lo que esperaba fuese una cara de desprecio total. No se le había olvidado lo que Any y Miguel le habían dicho sobre su visita a escondidas en su casa.

_Princesa, espera. No me mires así.- Dijo Iñaki sonriendo a pesar de la cara de ella.

________ reprimió el impulso de poner los ojos en blanco, y dio un paso hacia el:
_A mi no me llames princesa y te miró como quiero. Ahora fuera de mi vista.

Iñaki se acercó y la tomó por el brazo, hablándole en tono cariñoso:
_No me hables así. Me duele que me trates así, sabes que eres lo más importante para mí.- Dijo él mirándola con intensidad.

________ sintió la ira crecer dentro de ella ¿Es que todos los hombres de su vida habían pensado que era estúpida?
_Iñaki, por favor, no me vengas con tonterías… Ya sé que me engañabas y también sé que has sido tú el de la carta…- Consiguió hacer que su voz sonase fuerte y dura.

Iñaki torció el gesto:_ ________ no estoy nada orgulloso de mis acciones. Yo…- Suspiró teatralmente.-…es cierto que he tenido un desliz, pero… en aquél momento no sabía si me querías, parecía que yo no te importaba y yo ….me dejé distraer.

________ bufó. Si hubiera sido una película se habría reído, pero le estaba pasando a ella. Ahí tenía a la persona con la que había compartido dos años diciéndole esas tonterías… Y la verdad es que le daba igual, lo único que sentía era rabia, porque el pensaba que sería tan tonta como para perdonarlo.

_Claro, así que me querías tanto que te acostabas con otras porque sufrías… -Dijo sarcástica.- Vaya… es un tratamiento que no había contemplado.

Iñaki la miró dolido:_ El sarcasmo no te sienta bien ________. No es propio de ti.

_Me temo que no eres nadie para decir lo que es propio de mí, Iñaki. Ahora no me molestes más.- Dijo pasando de largo.

……..

Joe se apoyó en el volante, y miró la entrada del hospital. Había salido disparado de Cuernavaca, a una velocidad que habría puesto orgullosa a ________, y llevaba aparcado allí al menos media hora.

Sabía que debía entrar. Quería entrar, pero tenía miedo de la reacción de ella. Ya le había lanzado libros a la cabeza. En un hospital lleno de objetos punzantes, probablemente le lanzaría bisturíes y con la puntería que tenía…
Probablemente acabaría como un colador.

Pero sobre todo tenía miedo a que ella lo rechazase. Mientras no se lo preguntase la respuesta estaba en el aire, pero una vez que lo hiciese y ella dijera que no. Entonces no habría vuelta atrás.
Dio una palmada al volante, y salió del coche diciéndose:
_Ahora o nunca.
Y se lo fue repitiendo mientras corría por el hospital.

………

Iñaki se interpuso en su camino, cortándole el paso, y se plantó delante de ella:
_Mira ________, yo sé que no es el momento. Estás sufriendo por ese chico…

_No te atrevas a nombrarlo.- Siseó ________ interrumpiéndolo. – No se me olvida que has sido tú el culpable de todo.

Iñaki sacudió la cabeza y la miró con pena:
_ ________, estás enfadada y por eso entiendo tus palabras, pero la culpa es de él que te mintió. Yo no podía dejar que sufrieses de esa manera. Te quiero demasiado como para eso.

________ lo miró y le hubiese dado una bofetada si no fuera porque en parte tenái razón. Joe había mentido y eso no tenía excusa posible.
Iñaki interpretó el silencio como un signo para que avanzase, y siguió hablando.

_...________, sé que sufres, pero yo te quiero. Te quiero ahora, y te querré siempre. Y cuando te des cuenta de que no merece la pena llorar por él… Yo te estaré esperando, siempre.
Afirmó convencidísimo. ________ lo miró fijamente y vió atónita como sacaba de su bata una cajita, que indudablemente era de joyería. Iñaki la abrió y se la enseñó.

_Yo estaré aquí siempre para ti. Y por eso te repito lo que ya sabes: Te quiero, y quiero que te cases conmigo. Cuándo tú quieras y dónde quieras.

Joe se quedó helado. Había tardado unos minutos en encontrar la planta y el despacho, y no estaba preparado para lo que vió. En medio del pasillo, Iñaki y ________ hablando, más que hablando.
Como si fuera un sueño, o una pesadilla, el sacó un anillo de su bata y se….
Se le estaba proponiendo. Joe, congelado, no podía moverse. Había llegado tarde. Había llegado tarde… Miró ansioso la reacción de ________, y sintió como si le arrancaran el alma cuando ella esbozó una sonrisa y acercó la mano para coger la caja.
No.
Ella sonreía.
Ella sonreía y sostenía la caja en las manos.

Se dio media vuelta sin hacer ruido. Dejándolos en el pasillo a solas. Hasta él entendía lo que aquella sonrisa significaba. ________ le había sonreído así a él, en alguna ocasión.
No tuvo claro cómo llegó al coche, porque no se fijaba en nada ni en nadie. Sólo sentía el corazón latiendo sordo y el ritmo pesado de su respiración. Algo irónico, porque su corazón había sido destrozado unos minutos antes.
Nani Jonas
Nani Jonas


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