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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
ahhh Joe que malo con Miguel
Casi lo mata de la impresion
Siguela!!
Casi lo mata de la impresion
Siguela!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Nueva lectora!! he seguido la nove poco a poco pero te comento ahora, espero que no te moleste!! ^^
Me encanta la historia es muy linda y joe es un tierno
solo te puedo decir que la sigas ^^
Me encanta la historia es muy linda y joe es un tierno
solo te puedo decir que la sigas ^^
Invitado
Invitado
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
jejeje joe asusto a miguel!!!!
siguelaaaaaaaa
una pregunta q paso con la nove paseo seductor??? q la busq y no la encontre???
siguelaaaaaaaa
una pregunta q paso con la nove paseo seductor??? q la busq y no la encontre???
jamileth
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 86
23.35h Oficinas Pardo.
Amanda salió de su oficina, poniendo cuidado de no encontrarse con Christian otra vez. En los últimos días parecía comportarse de una manera extraña, y se la pasaba encerrado en el despacho de la chica nueva. Amanda habría pensado que simplemente estaba ligando su no fuera porque cuando se lo encontraba, el parecía mirarla con atención y no paraba de preguntarle “¿Si se encontraba bien?”.
Pues no, no me encuentro bien.
Pensó con un suspiro. Tenía ganas de tirarse por un puente, o al menos de meterse debajo de las sábanas y quedarse un rato abrazada a su marido, en silencio y que el mundo se parase. Sonrió con tristeza al darse cuenta de que se estaba convirtiendo en una mujer blanda, esa actitud era de una debilidad asombrosa, debilidad que no se podía permitir. Ella había resuelto todos sus problemas sola. Y ahora no iba a empezar a pedir ayuda a nadie.
Recorrió rápidamente el pasillo que separaba el despacho del ascensor, y volvió a respirar aliviada al comprobar que no había nadie. Como tampoco encontró a Chris en el aparcamiento del edificio.
A pesar de sus opiniones, la idea de pedir ayuda era tentadora. A su marido estaba descartado, no quería darle ningún disgusto, pero Chris… Entonces algo saltó en su mente…. Tanto decirle si necesitaba algo…
Rebuscó en el bolso las llaves de su coche y el celular, mientras el eco de sus tacones sobre el asfalto, chocaba con el bajo techo y el sonido se esparcía por todas las direcciones.
Normalmente le daba igual estar en aquel aparcamiento, de día o de madrugada, pero desde que Iñaki se le apareció en su casa, había comenzado a sentir miedo en casi cualquier lugar.
Se repitió que era una tonta, pero sin embargo apretó el paso y cuando se encontró lo suficientemente cerca del coche, lo abrió con un pitido del mando a distancia.
Miró a su alrededor, y se rió un poco, porque el lugar estaba vacío. Se estaba empezando a comportar como una paranoica. Con un suspiro, el enésimo de la tarde, sostuvo el celular con el hombro contra su mejilla, y abrió la puerta del coche, lanzando el bolso al asiento del copiloto.
Al otro lado el celular de Chris comenzó a sonar, y antes de que él respondiese, un fuerte golpe, en la parte de atrás del cráneo de Amanda la hizo caer contra el suelo.
……………..
A la misma hora,
Hospital Central
México D.F.
Joe dormitaba tranquilamente en la habitación. Hacía dos horas que las enfermeras habían conseguido echar a Miguel, alegando que tanto escándalo no dejaba descansar a los demás pacientes, y que su presencia iba a resultar perjudicial para la salud en general del hospital.
Ambos habían permanecido callados, mientras la enfermera jefe, les apuntaba con un dedo, casi al estilo de una madre enfadada y les llamaba de todo… Pero nada más que salió por la puerta, Miguel se echó a reír con carcajadas tan fuertes que seguro las habían oído en Puerto Rico.
Y todavía se estuvo riendo cuando se despidió de Joe diciendo que era la primera vez que le llamaban “Peligro para la Salud”, y “Arma de destrucción masiva”.
Desde entonces, Joe había visto un rato la tele, cenado y ahora, muerto de aburrimiento, pero sin ganas verdaderas de dormir, se limitaba a quedarse quieto con los ojos cerrados, tratando de no pensar en lo incómodo que era tener un brazo y una pierna escayolados.
Entonces la puerta se abrió, y él sin abrir los ojos fue capaz de decir quién era, olía a su champú sentía los pasos sobre el suelo. Sonrió y dijo:
_ María, pensé que no nos iban a dejar solos nunca.
Esperó tratando de no reírse, y un segundo más tarde una revista se estrelló en su cara plácida.
_¿Qué María?- Dijo _________ enfadada, cruzando los brazos bajo el pecho, y con voz cortante.
Joe abrió un ojo y sonrió con cara de inocente:
_ Le rezaba a la Virgen. Ya sabes, creo que se llama María. – Se rascó la cabeza con la mano sana y la miró confuso.- ¿O me he confundido de religión?
_________ abrió la boca para gritarle un poco, pero la cara de él, decía que sólo estaba riéndose un poco de ella. Se acercó a él y como aquella mañana le dio unas palmaditas en la pierna para que se moviera a aun lado.
_De lo que te has confundido es de trabajo, deberías ser chango de circo.
Joe se rió de buen humor, y le hizo un hueco, muy contento de que ella estuviera a su lado. Había pensado que se iría dormir a casa y lo dejaría allí solo.
_________ se acomodó y le dijo con una pequeña sonrisa:
_ De hecho por lo que me han contado Miguel y tú deberíais montar un circo…
Joe sonrió, y se encogió de hombros todo lo que pudo.
_Tampoco es para tanto. Son unas exageradas las enfermeras.
_________ alzó las cejas escéptica:
_ ¿O sea que aquí no ha estado un chico guapísimo montando escándalo, y el paciente de las costillas rotas, no ha estado a punto de romperse otra de tanto reír?- Dijo sarcástica.- Igual me he confundido de habitación, pero…. No, los suspiros de las enfermeras al describir a Miguel no dejan duda.
Joe pasó el brazo por encima de los hombros de ella y la acercó un poco más.
__¿Y no ha habido suspiros al describirme a mí?- Dijo con cara de desilusión falsa.
_________ sonrió un poco más:
_ Que se atrevan a suspirar por mi novio.
_Yo sólo suspiro por ti, pelirroja.- dijo él con voz teatral. Aunque era la verdad.
_Cursi. Naco.- Sonrió ella, que sin embargo le encantaba que le dijese esas cosas.
Joe la besó, suavemente, porque las escayolas y lo estrecho de la cama no le dejaban movilidad para más. Así que se tuvo que conformar con besos, que sin embargo le sabían a gloria.
_¿Te vas a quedar a pasar la noche?- preguntó después de un rato. Allí estaba, mirándola como si el mundo se fuese a acabar. Esperaba que le dijese que sí, aunque tampoco le apetecía que pasase la noche en aquella silla incómoda.
_________ le devolvió la mirada y asintió.
_No tengo intención de dejarte sólo, menudo peligro tienes.
Joe sonrió y asintió:
_ Mucho peligro, no sabes cuánto.- Acercó la cabeza y gruñó.- Grrrr….
Ella se rió a carcajadas, tapándose la boca. Sólo faltaba que ahora viniesen las enfermeras a llamarle la atención a ella. Apoyó la cabeza de nuevo sobre la almohada, y lo miró largamente. Casi no se podía creer que había estado a punto de perderlo.
Sin embargo Joe parecía tranquilo, cerró los ojos y con la mano que la rodeaba comenzó a acariciarle la espalda. Movimientos lentos y suaves, casi como se acuna a un bebé, y de hecho, el calor que se desprendía de su mano estaba ejerciendo ese efecto en ella.
Abrió un ojo que tenía medio cerrado y dijo con voz que empezaba a reflejar lo cansada que estaba:
_El que debería dormir eres tú. No yo.
Joe sonrió con los ojos cerrados:
_ Me paso el día tumbado, no necesito dormir.
_________ lo miró y cerró los ojos, pero seguía pensando en el accidente. Quería que descansase bien, que se recuperase cuanto antes, y cuando estuviera sano, matarlo con sus propias manos por darle ese susto.
_¿Puedo hacerte una pregunta?- Dijo con voz baja.
Joe esta vez si la miró pensativo:_ Claro. Pero sólo una, pelirroja, que te conozco.
_¿Qué pasó en el coche?- dijo ella de repente.- Tú eres como una vieja conduciendo.
Joe soltó una risa corta:_ Gracias. Tus amables palabras me conmueven.
Pero al ver que ella no sonreía, se puso serio y contestó a la pregunta:
_Pues la verdad, no sé que pasó. Iba un poco más rápido de lo normal, es cierto, pero tampoco nada extraordinario. – Al ver que _________ lo miraba como si no lo creyese, cambió el tono.- Pues sí listilla, iba más rápido, tenía prisa por regresar.
Sé que sonó el celular, iba a cogerlo y de repente el coche volaba y se estrelló. No recuerdo nada más.
_________ se apretó un poco más contra él, para asegurarse de que era real, y de que él estaba a su lado, enterito, roto, pero enterito.
_Era yo quien te llamaba.- Dijo sin pensar. Y entonces abrió más los ojos. – Te estrellaste por mi culpa.
Joe se echó a un lado para echarle una llamada que fuese lo más seria posible:
_ No seas tonta, me estrellé por no prestar atención a la carretera. Cuando conduces no debes hablar por el teléfono.
Ella lo miró preocupada, y estaba empezando a abrir la boca para hablar cuando él la interrumpió:
_No era una pregunta sólo. Ahora me toca a mí… Y después dormimos en paz.- Añadió como advertencia. - ¿Qué me querías decir cuando me llamaste?
Ella se encogió de hombros, cortada:_ Nada, que… por favor me llamases. Quería escuchar lo que tenías que decirme.
Joe sonrió:_ ¿Estabas dispuesta a confiar en mí?
Ella lo miró con la sospecha de que él se estaba regodeando, y tal vez pensando en un “ya te lo dije”. Así que musitó un escueto:
_Puede. Además ya has hecho tu pregunta. Ahora duerme.
Joe dibujó una sonrisa más ancha en su cara, pero asintió y se echó atrás para dormir tranquilamente, abrazado a ella. Él estaba dispuesto a perdonar que no hubiese confiado en él. De hecho estaba dispuesto a perdonar casi cualquier cosa a _________, mientras ella estuviese a su lado y no lo dejase. Pero saber que aún sin pruebas, ella había hecho el intento de confiar en él… A Joe le bastaba y hacía que su día estuviera completo.
Los dos se quedaron en silencio, disfrutando del placer de estar juntos, en paz, y de que todo se hubiese arreglado.
……………
00.15h
Adrián había aprendido una lección a los cinco años y la había mantenido a lo largo de su vida… Lo importante no es ser bueno, sino parecerlo. Daba igual lo que hicieras mientras que tuvieras un aspecto de no haber roto un plato en la vida, siempre habría otra persona, más peligrosa que pagaría los platos rotos.
Y durante años, había mantenido un perfil bajo, había sido el mejor de su clase, sensato y tranquilo. Y todo el mundo pensaba, no sólo que era inofensivo, sino que como poco era un santo.
Hay un dicho muy español que dice, “Cría buena fama y échate a dormir, ten mala fama y sabrás lo que es sufrir.” Él había echo de esa máxima, su lema personal, y le había servido bien a lo largo de los años.
Otro de los lemas que había aprendido de niño y que siempre lo guiaba era que no se deja nada escrito ni nada suelto. Cuando uno traza un plan, debe hacerlo solo, sin dejar huellas ni pistas que lo impliquen, pero a veces, cómo ésta ocasión, necesitaba de otras personas para conseguir lo que quería.
Y eso lo complicaba todo, ahora tenía que deshacerse de los cabos sueltos, que lo pudiesen comprometer.
Estaba pensando en eso mientras pisaba el celular que había caído a sus pies.
Amanda abrió los ojos, y se encontró en una postura extraña. Un dolor intenso, que nacía en su cabeza, se extendía por todo el cráneo haciéndole difícil concentrar la vista. Los cerró y los volvió abrir, para ver si así aclaraba la visión.
Sintió el asfalto en la mejilla y el olor a gasolina y aceite de coche del garaje, y se dio cuenta de que todo se veía raro porque estaba tumbada en el suelo, y al mover torpemente la cabeza, y vió las ruedas de su coche y la puerta todavía abierta. Siguió el recorrido de la mirada y se encontró con un par de zapatos.
Con extraña precisión, casi como si no fuera ella la que se encontrase tirada en el suelo de un aparcamiento a punto de ser atracada se fijó en los zapatos. Zapatos caros, zapatos buenos, de cuero negro y pulidos con esmero.
Sólo a Amanda le podía tocar el único ladrón con estilo del D.F.
_Es una lástima que haya despertado.- Dijo la voz del dueño de los zapatos. Una voz suave y amable.
Amanda gimió y trató de rodar para verlo mejor, consiguiéndolo sólo en parte. Ante ella estaba un chico joven, a pesar de que el traje tan sobrio le hacía parecer mayor. De cara simpática y agradable, le habría parecido majo en otra circunstancia.
_¿Quién es usted?- Preguntó Amanda con la boca seca, y sintiendo el sabor metálico de la sangre en la lengua.
Adrián se acuclilló, poniendo cuidado de que el abrigo no se manchase con el suelo, y la miró con una expresión de franca preocupación.
_¿De verdad le importa eso ahora?- Dijo con aquella voz suave.
Amanda cerró los ojos, porque el dolor de la cabeza no la dejaba concentrarse, y dijo:_ Claro que me importa. … - tosió un segundo y lo volvió a mirar- Si lo que quiere es dinero el bolso está en el coche… y se lo puede llevar también…
Adrián negó con la cabeza y la inclinó para mirarla bien, con la misma expresión que si estuviera mirando una película.
_No me interesa el dinero, señora Pardo.
Amanda abrió los ojos y preguntó rápidamente:_ ¿Qué entonces? ¿Le han pagado? … Se humedeció los labios resecos:_ Le ofrezco el doble, si me deja en paz.
Adrián chasqueó la lengua:
_ Es usted muy valiente, señora Pardo, déjeme que se lo diga. Otras personas se echan a llorar y suplican. Pero usted negocia. Su marido estaría orgulloso de usted.
Amanda se retorció un poco más buscando con la mirada a alguien, pero en su escaso campo de visión sólo entraba su coche y el tipo aquél. Aunque se desgañitase gritando nadie la oiría.
Adrián siguió la vista de ella y volvió a chasquear la lengua:_ No hay nadie, no se moleste.
Se puso en pie, alisando el pantalón y el abrigo, y sacó una pistola que llevaba oculta entre los pliegues del abrigo. La amartilló con cuidado, y pasó un dedo por la pulida superficie negra. Parecería un robo, pensó. Tenían suerte de vivir en el D.F. donde la vida es barata y cualquiera la roba a otra persona por un puñado de pesos.
Apuntó con ella a Amanda, mientras sonreía con gesto simpático.
_No se lo tome como algo personal señora Pardo. Sólo estoy cortando los cabos.
Antes de que Amanda pudiese abrir la boca, o simplemente moverse, un disparo retumbó por todo el aparcamiento, haciendo saltar las alarmas de los pocos coches que había dentro.
Disfrutenlo
23.35h Oficinas Pardo.
Amanda salió de su oficina, poniendo cuidado de no encontrarse con Christian otra vez. En los últimos días parecía comportarse de una manera extraña, y se la pasaba encerrado en el despacho de la chica nueva. Amanda habría pensado que simplemente estaba ligando su no fuera porque cuando se lo encontraba, el parecía mirarla con atención y no paraba de preguntarle “¿Si se encontraba bien?”.
Pues no, no me encuentro bien.
Pensó con un suspiro. Tenía ganas de tirarse por un puente, o al menos de meterse debajo de las sábanas y quedarse un rato abrazada a su marido, en silencio y que el mundo se parase. Sonrió con tristeza al darse cuenta de que se estaba convirtiendo en una mujer blanda, esa actitud era de una debilidad asombrosa, debilidad que no se podía permitir. Ella había resuelto todos sus problemas sola. Y ahora no iba a empezar a pedir ayuda a nadie.
Recorrió rápidamente el pasillo que separaba el despacho del ascensor, y volvió a respirar aliviada al comprobar que no había nadie. Como tampoco encontró a Chris en el aparcamiento del edificio.
A pesar de sus opiniones, la idea de pedir ayuda era tentadora. A su marido estaba descartado, no quería darle ningún disgusto, pero Chris… Entonces algo saltó en su mente…. Tanto decirle si necesitaba algo…
Rebuscó en el bolso las llaves de su coche y el celular, mientras el eco de sus tacones sobre el asfalto, chocaba con el bajo techo y el sonido se esparcía por todas las direcciones.
Normalmente le daba igual estar en aquel aparcamiento, de día o de madrugada, pero desde que Iñaki se le apareció en su casa, había comenzado a sentir miedo en casi cualquier lugar.
Se repitió que era una tonta, pero sin embargo apretó el paso y cuando se encontró lo suficientemente cerca del coche, lo abrió con un pitido del mando a distancia.
Miró a su alrededor, y se rió un poco, porque el lugar estaba vacío. Se estaba empezando a comportar como una paranoica. Con un suspiro, el enésimo de la tarde, sostuvo el celular con el hombro contra su mejilla, y abrió la puerta del coche, lanzando el bolso al asiento del copiloto.
Al otro lado el celular de Chris comenzó a sonar, y antes de que él respondiese, un fuerte golpe, en la parte de atrás del cráneo de Amanda la hizo caer contra el suelo.
……………..
A la misma hora,
Hospital Central
México D.F.
Joe dormitaba tranquilamente en la habitación. Hacía dos horas que las enfermeras habían conseguido echar a Miguel, alegando que tanto escándalo no dejaba descansar a los demás pacientes, y que su presencia iba a resultar perjudicial para la salud en general del hospital.
Ambos habían permanecido callados, mientras la enfermera jefe, les apuntaba con un dedo, casi al estilo de una madre enfadada y les llamaba de todo… Pero nada más que salió por la puerta, Miguel se echó a reír con carcajadas tan fuertes que seguro las habían oído en Puerto Rico.
Y todavía se estuvo riendo cuando se despidió de Joe diciendo que era la primera vez que le llamaban “Peligro para la Salud”, y “Arma de destrucción masiva”.
Desde entonces, Joe había visto un rato la tele, cenado y ahora, muerto de aburrimiento, pero sin ganas verdaderas de dormir, se limitaba a quedarse quieto con los ojos cerrados, tratando de no pensar en lo incómodo que era tener un brazo y una pierna escayolados.
Entonces la puerta se abrió, y él sin abrir los ojos fue capaz de decir quién era, olía a su champú sentía los pasos sobre el suelo. Sonrió y dijo:
_ María, pensé que no nos iban a dejar solos nunca.
Esperó tratando de no reírse, y un segundo más tarde una revista se estrelló en su cara plácida.
_¿Qué María?- Dijo _________ enfadada, cruzando los brazos bajo el pecho, y con voz cortante.
Joe abrió un ojo y sonrió con cara de inocente:
_ Le rezaba a la Virgen. Ya sabes, creo que se llama María. – Se rascó la cabeza con la mano sana y la miró confuso.- ¿O me he confundido de religión?
_________ abrió la boca para gritarle un poco, pero la cara de él, decía que sólo estaba riéndose un poco de ella. Se acercó a él y como aquella mañana le dio unas palmaditas en la pierna para que se moviera a aun lado.
_De lo que te has confundido es de trabajo, deberías ser chango de circo.
Joe se rió de buen humor, y le hizo un hueco, muy contento de que ella estuviera a su lado. Había pensado que se iría dormir a casa y lo dejaría allí solo.
_________ se acomodó y le dijo con una pequeña sonrisa:
_ De hecho por lo que me han contado Miguel y tú deberíais montar un circo…
Joe sonrió, y se encogió de hombros todo lo que pudo.
_Tampoco es para tanto. Son unas exageradas las enfermeras.
_________ alzó las cejas escéptica:
_ ¿O sea que aquí no ha estado un chico guapísimo montando escándalo, y el paciente de las costillas rotas, no ha estado a punto de romperse otra de tanto reír?- Dijo sarcástica.- Igual me he confundido de habitación, pero…. No, los suspiros de las enfermeras al describir a Miguel no dejan duda.
Joe pasó el brazo por encima de los hombros de ella y la acercó un poco más.
__¿Y no ha habido suspiros al describirme a mí?- Dijo con cara de desilusión falsa.
_________ sonrió un poco más:
_ Que se atrevan a suspirar por mi novio.
_Yo sólo suspiro por ti, pelirroja.- dijo él con voz teatral. Aunque era la verdad.
_Cursi. Naco.- Sonrió ella, que sin embargo le encantaba que le dijese esas cosas.
Joe la besó, suavemente, porque las escayolas y lo estrecho de la cama no le dejaban movilidad para más. Así que se tuvo que conformar con besos, que sin embargo le sabían a gloria.
_¿Te vas a quedar a pasar la noche?- preguntó después de un rato. Allí estaba, mirándola como si el mundo se fuese a acabar. Esperaba que le dijese que sí, aunque tampoco le apetecía que pasase la noche en aquella silla incómoda.
_________ le devolvió la mirada y asintió.
_No tengo intención de dejarte sólo, menudo peligro tienes.
Joe sonrió y asintió:
_ Mucho peligro, no sabes cuánto.- Acercó la cabeza y gruñó.- Grrrr….
Ella se rió a carcajadas, tapándose la boca. Sólo faltaba que ahora viniesen las enfermeras a llamarle la atención a ella. Apoyó la cabeza de nuevo sobre la almohada, y lo miró largamente. Casi no se podía creer que había estado a punto de perderlo.
Sin embargo Joe parecía tranquilo, cerró los ojos y con la mano que la rodeaba comenzó a acariciarle la espalda. Movimientos lentos y suaves, casi como se acuna a un bebé, y de hecho, el calor que se desprendía de su mano estaba ejerciendo ese efecto en ella.
Abrió un ojo que tenía medio cerrado y dijo con voz que empezaba a reflejar lo cansada que estaba:
_El que debería dormir eres tú. No yo.
Joe sonrió con los ojos cerrados:
_ Me paso el día tumbado, no necesito dormir.
_________ lo miró y cerró los ojos, pero seguía pensando en el accidente. Quería que descansase bien, que se recuperase cuanto antes, y cuando estuviera sano, matarlo con sus propias manos por darle ese susto.
_¿Puedo hacerte una pregunta?- Dijo con voz baja.
Joe esta vez si la miró pensativo:_ Claro. Pero sólo una, pelirroja, que te conozco.
_¿Qué pasó en el coche?- dijo ella de repente.- Tú eres como una vieja conduciendo.
Joe soltó una risa corta:_ Gracias. Tus amables palabras me conmueven.
Pero al ver que ella no sonreía, se puso serio y contestó a la pregunta:
_Pues la verdad, no sé que pasó. Iba un poco más rápido de lo normal, es cierto, pero tampoco nada extraordinario. – Al ver que _________ lo miraba como si no lo creyese, cambió el tono.- Pues sí listilla, iba más rápido, tenía prisa por regresar.
Sé que sonó el celular, iba a cogerlo y de repente el coche volaba y se estrelló. No recuerdo nada más.
_________ se apretó un poco más contra él, para asegurarse de que era real, y de que él estaba a su lado, enterito, roto, pero enterito.
_Era yo quien te llamaba.- Dijo sin pensar. Y entonces abrió más los ojos. – Te estrellaste por mi culpa.
Joe se echó a un lado para echarle una llamada que fuese lo más seria posible:
_ No seas tonta, me estrellé por no prestar atención a la carretera. Cuando conduces no debes hablar por el teléfono.
Ella lo miró preocupada, y estaba empezando a abrir la boca para hablar cuando él la interrumpió:
_No era una pregunta sólo. Ahora me toca a mí… Y después dormimos en paz.- Añadió como advertencia. - ¿Qué me querías decir cuando me llamaste?
Ella se encogió de hombros, cortada:_ Nada, que… por favor me llamases. Quería escuchar lo que tenías que decirme.
Joe sonrió:_ ¿Estabas dispuesta a confiar en mí?
Ella lo miró con la sospecha de que él se estaba regodeando, y tal vez pensando en un “ya te lo dije”. Así que musitó un escueto:
_Puede. Además ya has hecho tu pregunta. Ahora duerme.
Joe dibujó una sonrisa más ancha en su cara, pero asintió y se echó atrás para dormir tranquilamente, abrazado a ella. Él estaba dispuesto a perdonar que no hubiese confiado en él. De hecho estaba dispuesto a perdonar casi cualquier cosa a _________, mientras ella estuviese a su lado y no lo dejase. Pero saber que aún sin pruebas, ella había hecho el intento de confiar en él… A Joe le bastaba y hacía que su día estuviera completo.
Los dos se quedaron en silencio, disfrutando del placer de estar juntos, en paz, y de que todo se hubiese arreglado.
……………
00.15h
Adrián había aprendido una lección a los cinco años y la había mantenido a lo largo de su vida… Lo importante no es ser bueno, sino parecerlo. Daba igual lo que hicieras mientras que tuvieras un aspecto de no haber roto un plato en la vida, siempre habría otra persona, más peligrosa que pagaría los platos rotos.
Y durante años, había mantenido un perfil bajo, había sido el mejor de su clase, sensato y tranquilo. Y todo el mundo pensaba, no sólo que era inofensivo, sino que como poco era un santo.
Hay un dicho muy español que dice, “Cría buena fama y échate a dormir, ten mala fama y sabrás lo que es sufrir.” Él había echo de esa máxima, su lema personal, y le había servido bien a lo largo de los años.
Otro de los lemas que había aprendido de niño y que siempre lo guiaba era que no se deja nada escrito ni nada suelto. Cuando uno traza un plan, debe hacerlo solo, sin dejar huellas ni pistas que lo impliquen, pero a veces, cómo ésta ocasión, necesitaba de otras personas para conseguir lo que quería.
Y eso lo complicaba todo, ahora tenía que deshacerse de los cabos sueltos, que lo pudiesen comprometer.
Estaba pensando en eso mientras pisaba el celular que había caído a sus pies.
Amanda abrió los ojos, y se encontró en una postura extraña. Un dolor intenso, que nacía en su cabeza, se extendía por todo el cráneo haciéndole difícil concentrar la vista. Los cerró y los volvió abrir, para ver si así aclaraba la visión.
Sintió el asfalto en la mejilla y el olor a gasolina y aceite de coche del garaje, y se dio cuenta de que todo se veía raro porque estaba tumbada en el suelo, y al mover torpemente la cabeza, y vió las ruedas de su coche y la puerta todavía abierta. Siguió el recorrido de la mirada y se encontró con un par de zapatos.
Con extraña precisión, casi como si no fuera ella la que se encontrase tirada en el suelo de un aparcamiento a punto de ser atracada se fijó en los zapatos. Zapatos caros, zapatos buenos, de cuero negro y pulidos con esmero.
Sólo a Amanda le podía tocar el único ladrón con estilo del D.F.
_Es una lástima que haya despertado.- Dijo la voz del dueño de los zapatos. Una voz suave y amable.
Amanda gimió y trató de rodar para verlo mejor, consiguiéndolo sólo en parte. Ante ella estaba un chico joven, a pesar de que el traje tan sobrio le hacía parecer mayor. De cara simpática y agradable, le habría parecido majo en otra circunstancia.
_¿Quién es usted?- Preguntó Amanda con la boca seca, y sintiendo el sabor metálico de la sangre en la lengua.
Adrián se acuclilló, poniendo cuidado de que el abrigo no se manchase con el suelo, y la miró con una expresión de franca preocupación.
_¿De verdad le importa eso ahora?- Dijo con aquella voz suave.
Amanda cerró los ojos, porque el dolor de la cabeza no la dejaba concentrarse, y dijo:_ Claro que me importa. … - tosió un segundo y lo volvió a mirar- Si lo que quiere es dinero el bolso está en el coche… y se lo puede llevar también…
Adrián negó con la cabeza y la inclinó para mirarla bien, con la misma expresión que si estuviera mirando una película.
_No me interesa el dinero, señora Pardo.
Amanda abrió los ojos y preguntó rápidamente:_ ¿Qué entonces? ¿Le han pagado? … Se humedeció los labios resecos:_ Le ofrezco el doble, si me deja en paz.
Adrián chasqueó la lengua:
_ Es usted muy valiente, señora Pardo, déjeme que se lo diga. Otras personas se echan a llorar y suplican. Pero usted negocia. Su marido estaría orgulloso de usted.
Amanda se retorció un poco más buscando con la mirada a alguien, pero en su escaso campo de visión sólo entraba su coche y el tipo aquél. Aunque se desgañitase gritando nadie la oiría.
Adrián siguió la vista de ella y volvió a chasquear la lengua:_ No hay nadie, no se moleste.
Se puso en pie, alisando el pantalón y el abrigo, y sacó una pistola que llevaba oculta entre los pliegues del abrigo. La amartilló con cuidado, y pasó un dedo por la pulida superficie negra. Parecería un robo, pensó. Tenían suerte de vivir en el D.F. donde la vida es barata y cualquiera la roba a otra persona por un puñado de pesos.
Apuntó con ella a Amanda, mientras sonreía con gesto simpático.
_No se lo tome como algo personal señora Pardo. Sólo estoy cortando los cabos.
Antes de que Amanda pudiese abrir la boca, o simplemente moverse, un disparo retumbó por todo el aparcamiento, haciendo saltar las alarmas de los pocos coches que había dentro.
Disfrutenlo
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
desijonas_jossi_19 escribió:Nueva lectora!! he seguido la nove poco a poco pero te comento ahora, espero que no te moleste!! ^^
Me encanta la historia es muy linda y joe es un tierno
solo te puedo decir que la sigas ^^
Hola bienvenida y claro qe no me molesta lo importante es qe ya comentaste jajaja gracias por pasarte
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
mell_jonatik escribió:jejeje joe asusto a miguel!!!!
siguelaaaaaaaa
una pregunta q paso con la nove paseo seductor??? q la busq y no la encontre???
ai mell lo siento se me habia olvidado avisarles esqe mi laptop se me descompuso y la novela la tenia guardada ahi no en mi memoria y me dijeron qe me la entregaban como en dos o tres meses asi qe para no tenerlas esperando borre el tema para qe cuando me la entregen volverles a subir la nove:D
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
awwww :affraid: Amanda esta muerta?? Que paso?? Quien es ese tipo??
Y Joe me encanta es tan lindo :hug:
Siguela!!
Y Joe me encanta es tan lindo :hug:
Siguela!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 87
4.35 a.m.
Christian no se sorprendió cuando el teléfono comenzó a sonar en la oscuridad. De hecho supo donde estaba el aparato sin necesidad de abrir los ojos, de un manotazo lo cogió, apretó una tecla y rechazó la llamada.
A pesar de que podría haber sido Amanda, que lo había llamado hacia la medianoche, pero que cuando él contestó ya no estaba, y ahora no respondía a su teléfono; él estaba seguro de quién era la psicópata que lo llamaba a estas horas.
Unos segundos más tarde volvía a sonar insistentemente. Apretó los párpados resistiéndose a abrir los ojos, y lo dejó sonar todas las veces posibles. Pero parecía que Mayté tenía la paciencia de un santo, porque él se estaba volviendo loco con tanto timbrazo.
_Me rindo.- Gruñó y apretó un botón para contestar con otro gruñido:
_ El acoso es una costumbre muy fea Mayte.
Mayte sonrió al otro lado de la línea y dijo:
_ Tengo un hermano que…
_¡Qué bueno! Y yo una hermana. Mañana te hablo de mi abuela.- La interrumpió Chris y colgó, dando un escueto:_ Buenas noches pollita.
Mayte se quedó mirando el teléfono con el ceño fruncido, y musitó sorprendida:
_¿Me ha llamado pollita?
Lanzó una ojeada al sillón donde su hermano estaba roncando, aunque teniendo en cuenta la conversación de esta noche, posiblemente estaba fingiendo los ronquidos. Pero lo que había descubierto era muy importante, o al menos a ella se lo parecía, así que volvió a marcar el número de Christian.
_Yo no soy ninguna pollita, primero, y segundo, lo de mi hermano es importante.- Dijo de corrido, antes de que él volviese a colgar o a interrumpirla. Oyó a Christian resoplar y gruñir, pero al menos seguía a la escucha.
Chris se sentó en la cama y encendió la luz de la mesilla. Frotándose la cara, lanzó una ojeada a las tres cosas que con cuidado había puesto allí la noche anterior antes de irse a la cama, en previsión de una llamada así.
_Antes de que empieces, ¿voy a necesitar café, agua o alcohol para escuchar tus noticias?
Mayte se rió un poco, y no supo que decir, miró la taza que tenía en la mano:
_ Si te sirve yo estoy tomando café.
Chris suspiró y se sirvió de un termo de café que había preparado antes de irse a dormir. También tenía una botella de agua y una de tequila, por si acaso. Se acomodó en la cama cómodamente y se preparó para que ella lo iluminase otra vez.
_Bueno, dos tazas de café entonces.- Dijo con sorna.- Ahora Mayte querida, me puedes decir qué es tan importante que no puedes esperar cuatro míseras y chiquitititas horas para comentarme.
Mayte bufó y dijo:
_ Oye, que esto tiene que ver con tu familia, no la mía…. A pesar de lo que pienses, a mí me gusta dormir por la noche.
Chris sonrió y dijo:
_ Está bien, está bien… Cuéntame Mayté, cuenta. Soy todo tuyo.
May, sonrió y se sentó mejor, cruzando las piernas y apoyando la taza en una de sus rodillas:
_Mi hermano es policía en Guerrero, ¿sabes? Y está pasando unos días en mi casa. Vino a prestar declaración en la Jefatura con respecto a otros policías del estado.
Chris bebió parte de la taza de un golpe. A parte de que ya sabía quien roncaba como un oso en la casa de May, no veía el punto de esa información. Se sirvió más café y dijo:
_Deben ser las horas que son, pero me podrías explicar, qué tiene que ver eso con mi familia.
_Pues en principio nada… Pero resulta que han detenido a dos policías por aceptar sobornos, vender información a gente ajena a la policía, amenazas..
Chris bufó:
_ Vaya novedad Mayté, ya sabes que a veces la policía es más peligrosa que los delincuentes. No son los primeros ni los últimos que aceptan dinero o que lo piden.
Mayté, que tenía un hermano policía se envaró, sabía que lo que decía era verdad, pero le sentaba mal. Al fin y al cabo su hermano formaba parte de esa profesión, y ella estaba segura de que era un hombre honrado.
_Verás. Uno de los policías llevaba un recuento, una especie de …- se paró a buscar la palabra.- …de historial de lo que hacían, con contabilidad y eso.
Chris se echó a reír:
_Un criminal contable. No me lo creo. Mira que hay que ser tonto…
Mayté sonrió y dijo:
_ Ya pero gracias a eso ahora sabemos qué hacían. Pues resulta que hace 4 días un policía puso una multa a un coche de alquiler cerca de Chilpancingo. Un Ford azul del 2005 alquilado a nombre de Joe Bustamante.
Ella se quedó en silencio, medio esperando a que él sí que supiera de quién se trataba ese Bustamante.
En alguna parte de su casa sonó un teléfono, y Chris sonrió. Chilpancingo… Acapulco… A él también le habían puesto más multas de las que quería recordar en aquella carretera, sobre todo cuando era más joven. Pero el nombre del hombre no le decía nada, le sonaba, pero no sabía de qué.
_¿y?...- La animó a continuar. –El pobre chico iba rápido a Acapulco, y bueno, es..
Mayté con satisfacción, cara y, sobre todo, voz de sabihonda, lo interrumpió:
_A eso llegaré más tarde, lo prometo. Pero nos interesa, porque le interesa a Iñaki.
Chris se irguió en la cama, casi derramando la taza de café. La apartó a un lado y se concentró en lo que ella contaba.
_¿Qué quieres decir?
Mayté contenta de ser atendida dijo:
_Es curioso, porque no mencionan a nadie más en todo su cuaderno, pero parece ser que un tal Iñaki Azpetegui, pagó 20000 pesos a los policías para tener la información de esa multa en concreto.
Chris lo escuchó sorprendido, pero bueno, si era un chantajista, tampoco se podía uno sorprender demasiado con que sobornase también. Vaya, parece que el novio de su hermana era un tipo de lo más completito.
_¿Y tenemos alguna idea de por qué? –preguntó dándose por vencido. Este Azpetegui le estaba trayendo por la cara de la amargura.
Toda la alegría de Mayté se desvaneció, y la desilusión por no saber más se filtró en su voz.
_No. He buscado quién es ese Bustamante, pero sólo aparece un escritor de viajes. Ya sabes, artículos en revistas y varias guías de México y Europa. – Miró las páginas que tenía en la pantalla y las fotos. – Además es fotógrafo.
Chris frunció el ceño:_ El nombre me suena, pero ni idea de quién es…
Los dos se quedaron en silencio, bebiendo cada uno su café, durante unos segundos.
Chris oyó unos golpes en su puerta, y dijo:
_Te tengo que dejar Mayté. Nos vemos.- Antes de que ella pudiera colgar añadió:_ ¿Tú crees que esto se puede considerar una cita?
Mayté se atragantó y tosió un poco:_ ¿Una cita?
Chris se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación para encontrarse con Esteban mirándolo acongojado con el teléfono inalámbrico de la cocina apretado contra el pecho.
_Sí una cita. Hablamos hasta altas horas de la madrugada, bebemos café juntos… - La sonrisa del rostro se le pasó al ver a Esteban, siempre impasible, con aquella cara de preocupación. – Piénsatelo… para que la próxima estemos al menos en la misma habitación. Te tengo que dejar.
Sin dar tiempo a la perpleja Mayte de contestar, colgó y se quedó mirando a Esteban esperando a que el asistente de su padre le contase qué pasaba para estar a las 5 de la mañana en pijama en su habitación. Ahora que lo pensaba, era la primera vez que lo veía vestido de otra cosa que no fuera traje.
_Verá, señor….- Dijo Esteban con la voz cortada y manoseando el teléfono nervioso.
_¿Es mi padre? – Dijo Chris y se lanzó hacia la puerta, pero Esteban lo paró con mano de acero, sujetándolo por el brazo.
_No señor… Es la señora Amanda. – Dijo Esteban con un suspiro ahogado.- Le han disparado esta noche en las oficinas.
…………………….
7.35 a.m.
Castilla salió de su casa temprano, en Noviembre hacía un frío a esas horas, pero a él le daba igual, así que metiéndose las manos en los bolsillos, se encaminó a su “trabajo”. Podía permitirse un coche con conductor, de hecho, alguno de los granujas que tenía a su cargo lo haría sin rechistar. Pero prefería llevar una vida discreta y gastar lo menos posible.
No había dado ni dos pasos fuera de su casa cuando alguien se puso a caminar a su lado. Castilla le dio una mirada sorprendida, nadie sabía que él vivía allí, Castilla se había asegurado de eso.
Pero ahí estaba, pensó con irritación. No salía de un trabajo desagradable para terminar metiéndose con otro. En este caso, otro tipo fresa, como el doctorcito, pero éste sin duda más peligroso.
Castilla lo miró de arriba abajo sin expresar su malestar.
_Buenos días. – dijo Adrián contento, con el mismo tono que usaría en una fiesta.
Castilla lo miró sin contestar y sin aflojar el paso. No había desayunado todavía y no tenía ganas de vérselas con nenes ricos que son peores que los más pobres de aquella ciudad.
Adrián lo miró divertido y sonrió:
_Ya veo que no es un buen día para usted. El asuntito que le encargué está…- preguntó amablemente.
_Mire su trabajo está hecho. Ya lo dije. – Lo cortó Castilla mirándolo de reojo. – La policía ya tiene la libreta. Supongo que es cuestión de tiempo que lean el nombre del doctorcito, al fin y al cabo es el único que dejé claro.
Adrián asintió, y continuó andando a su lado plácidamente. Las cosas salen bien siempre que uno se esfuerce. El problema era que no tenía ganas de esperar demasiado, pero ahora sólo le quedaba esperar a que Iñaki completase su parte y él terminaría de atar los cabos.
Miró a Castilla que caminaba a toda marcha, sin ni siquiera hacerle caso, casi como si al ignorarlo dejase de existir. Adrián chasqueó la lengua y sacudió la cabeza. Esta gente de mente simple… ¡Qué simples son!
_Que tenga un buen día.- Dijo sonriente, sin recibir respuesta de Castilla.
Adrián aflojó el paso hasta retrasarse, quedando a la espalda del detective y delincuente. Castilla odiaba a aquellas personas retorcidas, aunque él mismo lo era en muchas ocasiones. Estaba el doctorcito, que no sabía que se la estaban jugando, y le estaban haciendo una cama, para traicionarlo. Pero el que se había despedido, ése sí era retorcido, demasiado. Mientras andaba por las calles vacías, se dijo que era mejor tenerlo alejado…. Y entonces, una luz se hizo en su mente.
Alejado sí, … A sus espaldas no.
Y lo último que pensó Castilla, en aquellos segundos interminables que tardó en caer al suelo, después de que una bala lo atravesase por la espalda… Fue en la frase que el chico aquél no paraba de usar…. Hay que atar cabos…
Y Castilla era un cabo de 1.90 metros de altura y 110 kilos de peso.
Hospital Central
D.F.
.8.35 a.m.
_¡¡Pero está muerta o no!! – Gritó a voz en cuello Christian, haciendo que dos de las enfermeras dieran un paso atrás y lo mirasen asustadas.
_Verá…- Empezó a balbucear una con dificultad.- … Este…
Chris la fulminó con la mirada:
_ Es muy sencillo señorita, la gente o está viva o está muerta. Dos opciones le doy… ¿Es capaz de decir una?
Estaban en medio de la recepción del Hospital, y nadie era capaz de decirle ni dónde estaba, ni cómo estaba, ni nada sobre Amanda. Y él se sentía mal, porque tal vez si hubiera contestado antes al teléfono sabría lo que pasaba.
Al ver que ninguna de las dos le daba una respuesta adecuada, se inclinó sobre el mostrador y dijo en voz engañosamente baja:
_Quiero … ver…a…. mi …. Madre…. YA!! – Y reafirmó el Ya dando un puñetazo sobre el mostrador.
A sus espaldas apareció un policía, que había estado sentado esperando, vestido con el uniforme azul oscuro. El tipo se colocó la gorra un poco para atrás, para impresionar a las enfermeras y les preguntó, con voz de macho salvador:
_¿Necesitan ayuda?- Y alzó unas cejas morenas en un rostro redondo y nada interesante.
Christian que erguido era al menos 20 centímetros más alto, lo miró de arriba abajo, y entrecerró los ojos, lanzando la mirada de la muerte. La que usaba para asustar a los empleados.
_El que necesita ayuda soy yo. A mi madre le han disparado y estas …- movió la mano en un gesto vago señalándolas-… señoritas… no son capaces de decirme nada.
Al agente le cambió la cara, y se volvió a colocar la gorra en su sitio, sacó de su bolsillo una libreta y pasó las hojas rápidamente.
_¿Es usted familiar de Amanda de Pardo?
Christian suspiró de alivió y relajó la expresión de su cara:
_ Sí. Es mi madre. ¿Sabe usted algo?
El policía asintió:
_Nos dieron el aviso a mi patrulla, la encontramos esta madrugada en el aparcamiento de Industrias Pardo con un tiro en el abdomen.
Chris se frotó la cara y lo miró, esperando a que continuase. El policía repasó sus notas.
_Fue un atraco, señor. Se llevaron el BMW, la cartera, tarjetas de crédito, joyas y reloj. El celular estaba roto a un lado del coche. El ladrón la dejó allí para que se desangrase.
_¿Pero está viva o no? – Insistió, y el policía lo miró asintiendo.
_Cuando llegamos allí tenía pulso señor, y al bajar de la ambulancia también.
Chris recordó la llamada que le había hecho Amanda. Por eso no contestaba. Sería imbécil, y él durmiendo y jugando a los detectives con Mayté. Recordó el chantaje de Iñaki, y preguntó más calmado.
_¿Fue un atraco seguro?
El policía asintió:
_ Sí señor. Estamos seguros, todo parece indicarlo así.
Las enfermeras que mientras el policía hablaba con Christian, habían conseguido localizar al médico que había atendido a Amanda, vieron con alivio como el doctor aparecía por el ascensor para hablar con Chris.
Éste, que había respirado un poco más tranquilo cuando el policía le dijo que ella respiraba cuando la subieron a la ambulancia, supo de inmediato que aquel doctor no venía a decir nada bueno.
Rovira, se acercó con cara seria. Odiaba tener que dar estas noticias, pero esta vez le había tocado a él. Se aclaró la garganta y trató de ser todo lo amable que podía.
_Señor Pardo, soy el Dr. Ferrer…. Siento tener que decirle que no pudimos hacer nada.
4.35 a.m.
Christian no se sorprendió cuando el teléfono comenzó a sonar en la oscuridad. De hecho supo donde estaba el aparato sin necesidad de abrir los ojos, de un manotazo lo cogió, apretó una tecla y rechazó la llamada.
A pesar de que podría haber sido Amanda, que lo había llamado hacia la medianoche, pero que cuando él contestó ya no estaba, y ahora no respondía a su teléfono; él estaba seguro de quién era la psicópata que lo llamaba a estas horas.
Unos segundos más tarde volvía a sonar insistentemente. Apretó los párpados resistiéndose a abrir los ojos, y lo dejó sonar todas las veces posibles. Pero parecía que Mayté tenía la paciencia de un santo, porque él se estaba volviendo loco con tanto timbrazo.
_Me rindo.- Gruñó y apretó un botón para contestar con otro gruñido:
_ El acoso es una costumbre muy fea Mayte.
Mayte sonrió al otro lado de la línea y dijo:
_ Tengo un hermano que…
_¡Qué bueno! Y yo una hermana. Mañana te hablo de mi abuela.- La interrumpió Chris y colgó, dando un escueto:_ Buenas noches pollita.
Mayte se quedó mirando el teléfono con el ceño fruncido, y musitó sorprendida:
_¿Me ha llamado pollita?
Lanzó una ojeada al sillón donde su hermano estaba roncando, aunque teniendo en cuenta la conversación de esta noche, posiblemente estaba fingiendo los ronquidos. Pero lo que había descubierto era muy importante, o al menos a ella se lo parecía, así que volvió a marcar el número de Christian.
_Yo no soy ninguna pollita, primero, y segundo, lo de mi hermano es importante.- Dijo de corrido, antes de que él volviese a colgar o a interrumpirla. Oyó a Christian resoplar y gruñir, pero al menos seguía a la escucha.
Chris se sentó en la cama y encendió la luz de la mesilla. Frotándose la cara, lanzó una ojeada a las tres cosas que con cuidado había puesto allí la noche anterior antes de irse a la cama, en previsión de una llamada así.
_Antes de que empieces, ¿voy a necesitar café, agua o alcohol para escuchar tus noticias?
Mayte se rió un poco, y no supo que decir, miró la taza que tenía en la mano:
_ Si te sirve yo estoy tomando café.
Chris suspiró y se sirvió de un termo de café que había preparado antes de irse a dormir. También tenía una botella de agua y una de tequila, por si acaso. Se acomodó en la cama cómodamente y se preparó para que ella lo iluminase otra vez.
_Bueno, dos tazas de café entonces.- Dijo con sorna.- Ahora Mayte querida, me puedes decir qué es tan importante que no puedes esperar cuatro míseras y chiquitititas horas para comentarme.
Mayte bufó y dijo:
_ Oye, que esto tiene que ver con tu familia, no la mía…. A pesar de lo que pienses, a mí me gusta dormir por la noche.
Chris sonrió y dijo:
_ Está bien, está bien… Cuéntame Mayté, cuenta. Soy todo tuyo.
May, sonrió y se sentó mejor, cruzando las piernas y apoyando la taza en una de sus rodillas:
_Mi hermano es policía en Guerrero, ¿sabes? Y está pasando unos días en mi casa. Vino a prestar declaración en la Jefatura con respecto a otros policías del estado.
Chris bebió parte de la taza de un golpe. A parte de que ya sabía quien roncaba como un oso en la casa de May, no veía el punto de esa información. Se sirvió más café y dijo:
_Deben ser las horas que son, pero me podrías explicar, qué tiene que ver eso con mi familia.
_Pues en principio nada… Pero resulta que han detenido a dos policías por aceptar sobornos, vender información a gente ajena a la policía, amenazas..
Chris bufó:
_ Vaya novedad Mayté, ya sabes que a veces la policía es más peligrosa que los delincuentes. No son los primeros ni los últimos que aceptan dinero o que lo piden.
Mayté, que tenía un hermano policía se envaró, sabía que lo que decía era verdad, pero le sentaba mal. Al fin y al cabo su hermano formaba parte de esa profesión, y ella estaba segura de que era un hombre honrado.
_Verás. Uno de los policías llevaba un recuento, una especie de …- se paró a buscar la palabra.- …de historial de lo que hacían, con contabilidad y eso.
Chris se echó a reír:
_Un criminal contable. No me lo creo. Mira que hay que ser tonto…
Mayté sonrió y dijo:
_ Ya pero gracias a eso ahora sabemos qué hacían. Pues resulta que hace 4 días un policía puso una multa a un coche de alquiler cerca de Chilpancingo. Un Ford azul del 2005 alquilado a nombre de Joe Bustamante.
Ella se quedó en silencio, medio esperando a que él sí que supiera de quién se trataba ese Bustamante.
En alguna parte de su casa sonó un teléfono, y Chris sonrió. Chilpancingo… Acapulco… A él también le habían puesto más multas de las que quería recordar en aquella carretera, sobre todo cuando era más joven. Pero el nombre del hombre no le decía nada, le sonaba, pero no sabía de qué.
_¿y?...- La animó a continuar. –El pobre chico iba rápido a Acapulco, y bueno, es..
Mayté con satisfacción, cara y, sobre todo, voz de sabihonda, lo interrumpió:
_A eso llegaré más tarde, lo prometo. Pero nos interesa, porque le interesa a Iñaki.
Chris se irguió en la cama, casi derramando la taza de café. La apartó a un lado y se concentró en lo que ella contaba.
_¿Qué quieres decir?
Mayté contenta de ser atendida dijo:
_Es curioso, porque no mencionan a nadie más en todo su cuaderno, pero parece ser que un tal Iñaki Azpetegui, pagó 20000 pesos a los policías para tener la información de esa multa en concreto.
Chris lo escuchó sorprendido, pero bueno, si era un chantajista, tampoco se podía uno sorprender demasiado con que sobornase también. Vaya, parece que el novio de su hermana era un tipo de lo más completito.
_¿Y tenemos alguna idea de por qué? –preguntó dándose por vencido. Este Azpetegui le estaba trayendo por la cara de la amargura.
Toda la alegría de Mayté se desvaneció, y la desilusión por no saber más se filtró en su voz.
_No. He buscado quién es ese Bustamante, pero sólo aparece un escritor de viajes. Ya sabes, artículos en revistas y varias guías de México y Europa. – Miró las páginas que tenía en la pantalla y las fotos. – Además es fotógrafo.
Chris frunció el ceño:_ El nombre me suena, pero ni idea de quién es…
Los dos se quedaron en silencio, bebiendo cada uno su café, durante unos segundos.
Chris oyó unos golpes en su puerta, y dijo:
_Te tengo que dejar Mayté. Nos vemos.- Antes de que ella pudiera colgar añadió:_ ¿Tú crees que esto se puede considerar una cita?
Mayté se atragantó y tosió un poco:_ ¿Una cita?
Chris se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación para encontrarse con Esteban mirándolo acongojado con el teléfono inalámbrico de la cocina apretado contra el pecho.
_Sí una cita. Hablamos hasta altas horas de la madrugada, bebemos café juntos… - La sonrisa del rostro se le pasó al ver a Esteban, siempre impasible, con aquella cara de preocupación. – Piénsatelo… para que la próxima estemos al menos en la misma habitación. Te tengo que dejar.
Sin dar tiempo a la perpleja Mayte de contestar, colgó y se quedó mirando a Esteban esperando a que el asistente de su padre le contase qué pasaba para estar a las 5 de la mañana en pijama en su habitación. Ahora que lo pensaba, era la primera vez que lo veía vestido de otra cosa que no fuera traje.
_Verá, señor….- Dijo Esteban con la voz cortada y manoseando el teléfono nervioso.
_¿Es mi padre? – Dijo Chris y se lanzó hacia la puerta, pero Esteban lo paró con mano de acero, sujetándolo por el brazo.
_No señor… Es la señora Amanda. – Dijo Esteban con un suspiro ahogado.- Le han disparado esta noche en las oficinas.
…………………….
7.35 a.m.
Castilla salió de su casa temprano, en Noviembre hacía un frío a esas horas, pero a él le daba igual, así que metiéndose las manos en los bolsillos, se encaminó a su “trabajo”. Podía permitirse un coche con conductor, de hecho, alguno de los granujas que tenía a su cargo lo haría sin rechistar. Pero prefería llevar una vida discreta y gastar lo menos posible.
No había dado ni dos pasos fuera de su casa cuando alguien se puso a caminar a su lado. Castilla le dio una mirada sorprendida, nadie sabía que él vivía allí, Castilla se había asegurado de eso.
Pero ahí estaba, pensó con irritación. No salía de un trabajo desagradable para terminar metiéndose con otro. En este caso, otro tipo fresa, como el doctorcito, pero éste sin duda más peligroso.
Castilla lo miró de arriba abajo sin expresar su malestar.
_Buenos días. – dijo Adrián contento, con el mismo tono que usaría en una fiesta.
Castilla lo miró sin contestar y sin aflojar el paso. No había desayunado todavía y no tenía ganas de vérselas con nenes ricos que son peores que los más pobres de aquella ciudad.
Adrián lo miró divertido y sonrió:
_Ya veo que no es un buen día para usted. El asuntito que le encargué está…- preguntó amablemente.
_Mire su trabajo está hecho. Ya lo dije. – Lo cortó Castilla mirándolo de reojo. – La policía ya tiene la libreta. Supongo que es cuestión de tiempo que lean el nombre del doctorcito, al fin y al cabo es el único que dejé claro.
Adrián asintió, y continuó andando a su lado plácidamente. Las cosas salen bien siempre que uno se esfuerce. El problema era que no tenía ganas de esperar demasiado, pero ahora sólo le quedaba esperar a que Iñaki completase su parte y él terminaría de atar los cabos.
Miró a Castilla que caminaba a toda marcha, sin ni siquiera hacerle caso, casi como si al ignorarlo dejase de existir. Adrián chasqueó la lengua y sacudió la cabeza. Esta gente de mente simple… ¡Qué simples son!
_Que tenga un buen día.- Dijo sonriente, sin recibir respuesta de Castilla.
Adrián aflojó el paso hasta retrasarse, quedando a la espalda del detective y delincuente. Castilla odiaba a aquellas personas retorcidas, aunque él mismo lo era en muchas ocasiones. Estaba el doctorcito, que no sabía que se la estaban jugando, y le estaban haciendo una cama, para traicionarlo. Pero el que se había despedido, ése sí era retorcido, demasiado. Mientras andaba por las calles vacías, se dijo que era mejor tenerlo alejado…. Y entonces, una luz se hizo en su mente.
Alejado sí, … A sus espaldas no.
Y lo último que pensó Castilla, en aquellos segundos interminables que tardó en caer al suelo, después de que una bala lo atravesase por la espalda… Fue en la frase que el chico aquél no paraba de usar…. Hay que atar cabos…
Y Castilla era un cabo de 1.90 metros de altura y 110 kilos de peso.
Hospital Central
D.F.
.8.35 a.m.
_¡¡Pero está muerta o no!! – Gritó a voz en cuello Christian, haciendo que dos de las enfermeras dieran un paso atrás y lo mirasen asustadas.
_Verá…- Empezó a balbucear una con dificultad.- … Este…
Chris la fulminó con la mirada:
_ Es muy sencillo señorita, la gente o está viva o está muerta. Dos opciones le doy… ¿Es capaz de decir una?
Estaban en medio de la recepción del Hospital, y nadie era capaz de decirle ni dónde estaba, ni cómo estaba, ni nada sobre Amanda. Y él se sentía mal, porque tal vez si hubiera contestado antes al teléfono sabría lo que pasaba.
Al ver que ninguna de las dos le daba una respuesta adecuada, se inclinó sobre el mostrador y dijo en voz engañosamente baja:
_Quiero … ver…a…. mi …. Madre…. YA!! – Y reafirmó el Ya dando un puñetazo sobre el mostrador.
A sus espaldas apareció un policía, que había estado sentado esperando, vestido con el uniforme azul oscuro. El tipo se colocó la gorra un poco para atrás, para impresionar a las enfermeras y les preguntó, con voz de macho salvador:
_¿Necesitan ayuda?- Y alzó unas cejas morenas en un rostro redondo y nada interesante.
Christian que erguido era al menos 20 centímetros más alto, lo miró de arriba abajo, y entrecerró los ojos, lanzando la mirada de la muerte. La que usaba para asustar a los empleados.
_El que necesita ayuda soy yo. A mi madre le han disparado y estas …- movió la mano en un gesto vago señalándolas-… señoritas… no son capaces de decirme nada.
Al agente le cambió la cara, y se volvió a colocar la gorra en su sitio, sacó de su bolsillo una libreta y pasó las hojas rápidamente.
_¿Es usted familiar de Amanda de Pardo?
Christian suspiró de alivió y relajó la expresión de su cara:
_ Sí. Es mi madre. ¿Sabe usted algo?
El policía asintió:
_Nos dieron el aviso a mi patrulla, la encontramos esta madrugada en el aparcamiento de Industrias Pardo con un tiro en el abdomen.
Chris se frotó la cara y lo miró, esperando a que continuase. El policía repasó sus notas.
_Fue un atraco, señor. Se llevaron el BMW, la cartera, tarjetas de crédito, joyas y reloj. El celular estaba roto a un lado del coche. El ladrón la dejó allí para que se desangrase.
_¿Pero está viva o no? – Insistió, y el policía lo miró asintiendo.
_Cuando llegamos allí tenía pulso señor, y al bajar de la ambulancia también.
Chris recordó la llamada que le había hecho Amanda. Por eso no contestaba. Sería imbécil, y él durmiendo y jugando a los detectives con Mayté. Recordó el chantaje de Iñaki, y preguntó más calmado.
_¿Fue un atraco seguro?
El policía asintió:
_ Sí señor. Estamos seguros, todo parece indicarlo así.
Las enfermeras que mientras el policía hablaba con Christian, habían conseguido localizar al médico que había atendido a Amanda, vieron con alivio como el doctor aparecía por el ascensor para hablar con Chris.
Éste, que había respirado un poco más tranquilo cuando el policía le dijo que ella respiraba cuando la subieron a la ambulancia, supo de inmediato que aquel doctor no venía a decir nada bueno.
Rovira, se acercó con cara seria. Odiaba tener que dar estas noticias, pero esta vez le había tocado a él. Se aclaró la garganta y trató de ser todo lo amable que podía.
_Señor Pardo, soy el Dr. Ferrer…. Siento tener que decirle que no pudimos hacer nada.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Amanda esta muerta?? Nooo no se lo merecia no puede ser :x
Quien es ese Adrian?? Es un maldito :caliente:
Hay no dime que no muere Amanda, no es justo :sad:
Siguela!!!
Quien es ese Adrian?? Es un maldito :caliente:
Hay no dime que no muere Amanda, no es justo :sad:
Siguela!!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 88
Hospital Central del D.F.
8.25 a.m.
La muerte es, sin duda la única cosa que nos iguala a todos. Todas las personas mueren, tarde o temprano, de una manera u otra. Inesperada o prevista, sin embargo, es siempre inevitable. La muerte, es el único viaje del que uno nunca regresa, no es posible.
La muerte es cruel y dulce. La muerte no da tregua, te lleva sin dar tiempo a decir adiós, a decir te quiero o te odio, o hasta la vista. Rara vez llega en el momento conveniente, y deja los proyectos sin terminar.
La muerte tiene sus tempos, y nosotros no somos quienes para decidir cuando tiene que hacer su aparición en nuestras vidas. Dicen que los caminos del señor son inescrutables, pero más lo son los de la muerte. Dicen que tiene un propósito, pero su significado se nos escapa.
Ahora, ¿muere uno del todo? No.
Uno sigue viviendo a través de sus actos, buenos o malos, uno vive a través de sus hijos, uno vive en los recuerdos de aquellos que se quedan atrás, en esta vida nuestra.
¿Amanda está muerta del todo? No.
Ella vive en sus ideas, vive en sus trabajos terminados y en los inconclusos, vive en el olor que deja en la ropa que cuelga en su armario, vive en los recuerdos de su marido, que en ese momento, siente que algo le falta a su lado, vive en sus hijos, que aunque no son del todo suyos, ella los siente como tal.
Y vive, está vivísima en su agenda.
Esta viva en todo lo que deja escrito en su despacho.
Sin embargo, el corazón de Amanda se rindió, o eso cuentan. Se paró exhausto después de perder tanta sangre. La bomba se encontró sin vida que bombear y decidió tomar un tiempito de descanso. “Sólo unos instantes” se dijo agotado el corazón. Dame una tregua, susurró a la muerte que se paseaba frente a él.
Y aquel corazón que se creía blindado de acero –pero con un interior de oro puro-, se paró.
En una habitación, unas decenas de metros más arriba de donde se encuentra el corazón de Amanda, dos corazones laten juntos, uno al lado del otro, tranquilos, disfrutan del ritmo común que comparten y de las horas de sueño.
Dos corazones que se ven obligados a cambiar el ritmo tan cuidadosamente conseguido, cuando un celular comienza a sonar en alguna parte de la habitación.
________ se desperezó, sintiendo el cuerpo un poco agarrotado de dormir tantas horas en un hueco tan estrecho. Las camas de hospital no estaban hechas para compartir se dijo, mientras se bajaba con cuidado de no despertar a Joe.
Algo tonto, teniendo en cuenta que el celular parecía querer reventar las ventanas, si Joe no se despertaba con eso, no se iba a despertar por que ella se moviera.
Cogió el bolso maldiciendo y revolvió dentro hasta que consiguió encontrar el pequeño aparato que parecía moverse con impaciencia y recriminándole que tardase tanto.
Echó una ojeada a Joe que se revolvió todo lo que las escayolas le permitieron en la cama, ocupando el resto del espacio libre que ella acababa de dejar.
_¿Bueno?- Dijo con la voz ronca, no sólo del sueño, si no para evitar hacer más ruido del necesario.
_________…- ________ frunció el ceño al reconocer la voz de su hermano, que parecía salido de un pozo.- .. ¿Dónde demonios estás? Llevo tratando de encontrarte dos horas.
________ puso los ojos en blanco. Sólo su hermano podía decirle eso a las 8 de la mañana. Salió de la habitación y se apoyó en la pared tragándose un bostezo.
_Estoy en el hospital… Chris…. ¿Qué ha pasado para que estés a estas horas despierto? ¿Un incendio…? - sonrió cansada- … no, un terremoto…. No, una chica de striptease!!
Su hermano no rió, ni siquiera hizo el intento de gastarle una broma, sino que se quedó en silencio. ________ se enderezó y se apartó de la pared, y tuvo la sensación de que más le valía no haber respondido a la llamada. Una idea se le pasó por la cabeza:
_¿Es papá?- Dijo asustada y echando a caminar por el pasillo aceleradamente. No se despidió de su madre, pero no le iba a pasar lo mismo con su padre.
Su hermano resopló al otro lado:
_ No. Es Amanda. –Dijo con la voz cargada de dolor.
________, que eso no lo esperaba, se quedó parada tras haber recorrido unos metros, unas enfermeras la miraron curiosas, pero la curiosidad se tornó en sorpresa cuando a la pelirroja se le cayó el teléfono de las manos mientras escuchaba a su hermano contar lo sucedido.
________ se agachó torpemente a recoger el teléfono que se había abierto, y lo volvió a montar con manos temblorosas.
_No puede ser, no puede ser….- Musitó rápidamente.- No era posible que le hubiera pasado eso a Amanda, a ella no.
La recordó hacía escasamente 10 días en el salón de su casa, tan tranquila, tan elegante, tan viva, tan… tan Amanda.
Dios.
Dios.
Consiguió que las piezas encajasen de nuevo y volvió a encenderlo para llamar a su hermano. Ni siquiera fue necesario que sonase una vez, y su Chris ya estaba allí.
_¿Se lo has dicho a papá? – Preguntó ansiosa.
_Claaro, lo despierto de madrugada, y si el susto no lo mata, le cuento lo de su esposa y entonces ya nos quedamos huérfanos. – Dijo Chris con sarcasmo desagradable.
________ frunció el ceño y se dirigió a los ascensores, y comenzó a pulsar las teclas frenéticamente.
_Oye mi chavo, a mi no me hables así. Es una pregunta seria. ¿Cómo ha podido pasar… Estaba sola? ¿A esas horas?
Chris suspiró antes de hablar:
_ Sí… Últimamente se quedaba hasta muy tarde a trabajar. Creo que …. – se aclaró la garganta, y habló rápidamente- … stabuyendodmí..
_¿Qué qué? Mira Chris no creo que sea momento para tus bromas. ¿Dónde estás?
Chris se sintió aliviado de que su hermana cambiase de tema, porque él tenía la firme convicción de que Amanda estaba huyendo de él, o al menos, evitándolo. Y en cierta forma se sentía culpable, porque si no hubiera estado preguntando tanto, ella habría salido antes, habría llegado a su casa… Y no la habrían…
Seguir esa línea de pensamiento no llevaba a ninguna parte, salvo al dolor. Y al remordimiento. La culpa la tenía quién apretó el gatillo. Nadie más. Se dijo sin poder convencerse del todo.
Se volvió a aclarar la garganta y dijo:
_ Estoy en el hall. Acabo de venir de verla… -se cortó un segundo y siguió:… Voy a casa ahora. ¿Quieres venir?
A ________ le dio tiempo de decir que sí antes de que su hermano colgase el teléfono. Sí que estaba afectado pensó ________, mientras lo guardaba en su bolso, y esperaba pacientemente a que el ascensor bajase las 5 plantas hasta el hall.
Vió a su hermano parado en medio del lobby, vestido con una extraña mezcla de ropa, vaqueros, deportivas, camiseta horrible y chaqueta de traje cara, fruto seguro de haberse puesto lo primero que tuvo a mano para llegar al hospital.
Chris tenía una expresión cansada y triste que ________ no estaba acostumbrada a ver. Su hermano siempre sonreía, o al menos lo parecía, gastaba bromas y ponía la nota desenfadada a cualquier situación. Y allí estaba, serio y con la mirada desolada.
________ no se lo pensó dos veces y le dio un abrazo. Chris le respondió y la estrechó fuertemente, apoyando un segundo la cabeza en el pelo de su hermana.
_¿Le hemos hecho algo a alguien? – preguntó ________ en voz baja… Al ver que su hermano se despegaba de ella con mirada extrañada, se explicó:_ No es justo… ¿Porqué le tuvo que pasar a ella?
Chris se encogió de hombros y pasó un brazo alrededor de los de su hermana y se encaminó a la puerta con ella. Nada más salir al aire que era fresco del exterior, se encontraron con Iñaki que llegaba de su casa.
Chris se quedó clavado mirándolo, tenía ganas de estrellarlo contra una pared y que le contara qué le había hecho a Amanda para que ella viviera asustada. Dio un paso hacia él, pero ________ tiró de su brazo.
_Déjalo Chris. Es un idio*ta.- ________ pensaba que su hermano quería hablar a su exnovio. Y la idea de tener que decirle ahora mismo a Chris que ya no salía con él no le apetecía.
Iñaki, pasó a su lado tratando de ignorarlos, pero sin poder evitar mirar de reojo a la pareja. Algo pasaba, se dijo pensativo. Por lo que tenía entendido, ________ se pasaba los días pegada a Joe, y cuando no estaba ella, estaban el matón de Miguel y la tonta de Any.
Chris lo siguió con la mirada, preguntándose por qué su hermana salía con aquel tipo, que parecía más aburrido en persona que en las fotos.
_¿Sigues saliendo con él?- Preguntó de repente. Tratando de cambiar de tema.
________ frunció el ceño, y suspiró. Todo parecía estar en su contra:
_No. Lo dejé.
Chris sonrió débilmente. Y la estrechó un poco, para abrazarla. Al mirarla detenidamente, se dio cuenta de las ojeras, de lo despeinada que estaba y de que la ropa que llevaba estaba totalmente arrugada.
_Oye … ¿tu has dormido en el hospital?- Dijo sorprendido. Con lo de Amanda ni había registrado a su hermana.
Ella asintió:_ Si. Mi novio …- empezó y sintió un calorcillo en el pecho al decir esas dos palabras. Tenía ganas de sonreír, pero no era el momento. -… tuvo un accidente de tráfico hace tres días y me quedo con él.
Chris alzó las cejas sorprendido:_ ¿Lo dejaste por otro? ¿Ya tienes otro novio?
________ se sonrojó y asintió preparada para recibir una de las bromas pesadas de su hermano. Pero Chris se limitó a abrazarla un poco mientras iban hasta el coche que había dejado aparcado de una manera horrible frente al hospital.
_Ya era hora. –Y se permitió guiñarle un ojo. – Empezaba a pensar que eras adoptada, de tan seria.
……….
1 hora más tarde.
Iñaki se terminó de cambiar de ropa, colgando la suya en su taquilla y abrochando los cordones que cerraban los pantalones del uniforme verde del hospital. A su lado, estaba uno de los enfermeros del quirófano, haciendo lo contrario, poniéndose la ropa de calle. Genaro, que así se llamaba el enfermero, lo miró de reojo varias veces, pero no se animaba a hablar.
Iñaki que lo veía a través del espejo, suspiró ruidosamente y pasándose una mano por el pelo, para colocarlo en su sitio, gesto innecesario porque ni un vendaval lo habría despeinado y le espetó de mala gana:
_¿Se puede saber qué te pasa? ¿Tengo cara de chango o qué? – preguntó con brusquedad.
Genaro, que tenía más de 50 años y podía ser el padre de aquel escuincle, lo miró con mala cara. Menos mal que la pregunta era retórica, porque si no tendría que haber contestado que de “No, de chango precisamente, no… Pero de besugo tal vez sí.”
_Miraba, nomás.- Dijo cohibido. Y se pasó un cepillo para colocar el pelo negro con cada vez más canas en su sitio.
Iñaki le hizo burla en silencio “miraba nomás” … Car*ajo, “¿pero qué gente trabajaba en aquel hospital?” Se volvió a mirar a Genaro que sentado en uno de los bancos se ataba pacientemente los cordones de los zapatos.
_¿Qué dem*onios mirabas? –preguntó haciendo que Genaro se sobresaltase.
Genero lo miró, allí, alto, enjuto, con aquel pelo engominado repeinado hacia atrás. Y estuvo a punto de no decir nada. Pero Genaro era buena gente, un hombre de familia – no en vano tenía 5 hijos- y pensaba que lo que hacía era lo mejor:
_¿ Usted no es el doctor que sale con la Dra. Pardo?
Iñaki estuvo a un pelo de soltar un insulto y decirle que si no era tonto. Medio hospital sabía ya que ________ lo había dejado, y encima que salía con otro. Pero, decidió callarse y asentir con la cabeza, para ver donde llegaba todo aquello.
_¿Le ha pasado algo?- preguntó intentando parecer amable. La acababa de ver, y parecía bien, el que estaba raro era su hermano.
Genaro se puso en pie y se sacudió las perneras del pantalón:
_No… Pero esta noche han ingresado a una señora con su apellido. Un disparo…- dijo sacudiendo la cabeza tristemente,- el hijo estaba por aquí y pedía que llamasen a su hermana que era doctora.
Genaro se encogió de hombros, esperando ver alguna reacción en la cara de Iñaki, dolor, preocupación, como las que sentirían cualquier persona por alguien de su familia… Pero el doctor solo fruncía el ceño.
_¿La madre de ________ está aquí? – repitió lentamente. Y tuvo una sospecha, horrible, horrible.
Genaro, se encogió de hombros.
_Eso creo. Pensé que querría consolar a su novia.
……………
A la misma hora…
Casa de los Pardo…
¿Qué dejamos cuando nos vamos? ¿Qué herencia es la que dejamos cuando morimos?
Algunos pensarán en dinero, en la plata que casi todo lo consigue; otros en casas y coches; muchos pensarán en deudas, porque aunque nos muramos, tenemos que seguir pagando, y si no es el deudor, serán sus hijos…
Sin embargo, si Amanda pudiera escoger qué es la mejor herencia que dejó, si pudiera escoger una sola cosa de las que pasaron esos días. Una sola. Serían las lágrimas de su hija.
Porque ________ era una hija para ella, y aquella nena, rebelde por naturaleza, que se lo había hecho pasar tan mal; que había dejado de ver a su padre y de ir a su casa como protesta por la presencia de Amanda; aquella que había estado los 6 primeros meses de su matrimonio sin hablarle… Aquella ________ lloraba por ella, lloraba porque la quería y no se lo había dicho antes.
Amanda sin embargo, no supo qué le dijeron en concreto sus hijos, a su marido. Nosotros tampoco llegamos a captar las palabras bien, pero podemos ver como Christian despierta a Martín, de su sueño inquieto se agacha a su lado en la cama. Hablando con lentitud, y despacio, como si al decir las cosas así, el dolor fuera menor. ________, se ha subido a la cama, ocupando el lado libre, y mira en silencio a su padre, mientras unas lágrimas redondas y pesadas caen por sus mejillas sin que se dé cuenta.
Martín escucha estoico a su hijo mayor, y apoya la mano en la almohada de su izquierda, la de Amanda, que todavía huele a ella. Lo que le dicen tiene que ser un mal sueño. No puede ser.
No dos veces, no dos mujeres, no.
En su cara no hay emoción, no hay expresión de dolor. Su cara es impasible, son sus ojos sin embargo, los que lo dicen todo. Los ojos de Martín son oscuros, parecidos a los de su hija, pero ligeramente más claros, y ahora, en las sombras de aquella habitación, son pozos negros sin fondo.
________ trata de tocarlo pero su padre aparta la mano, y la apoya en su pecho. Casi comprobando que su propio y estropeado corazón sigue en marcha. Y así parece, constata con enfado.
Chris mira a su padre, esperando una respuesta, algo que indique que su padre está allí. Pero no. Su padre simplemente hace un gesto con la mano y los dos salen de la habitación dejándolo sólo. Martín, cuando la puerta se cierra, se inclina a un lado y apoya la cabeza en la almohada, respirando hondo, y sintiendo por un momento que Amanda está allí.
Se qe el cap es triste pero espero les guste aqi les dejo el link de la nueva nove qe estoy subiendo por si gustan pasarse
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Hospital Central del D.F.
8.25 a.m.
La muerte es, sin duda la única cosa que nos iguala a todos. Todas las personas mueren, tarde o temprano, de una manera u otra. Inesperada o prevista, sin embargo, es siempre inevitable. La muerte, es el único viaje del que uno nunca regresa, no es posible.
La muerte es cruel y dulce. La muerte no da tregua, te lleva sin dar tiempo a decir adiós, a decir te quiero o te odio, o hasta la vista. Rara vez llega en el momento conveniente, y deja los proyectos sin terminar.
La muerte tiene sus tempos, y nosotros no somos quienes para decidir cuando tiene que hacer su aparición en nuestras vidas. Dicen que los caminos del señor son inescrutables, pero más lo son los de la muerte. Dicen que tiene un propósito, pero su significado se nos escapa.
Ahora, ¿muere uno del todo? No.
Uno sigue viviendo a través de sus actos, buenos o malos, uno vive a través de sus hijos, uno vive en los recuerdos de aquellos que se quedan atrás, en esta vida nuestra.
¿Amanda está muerta del todo? No.
Ella vive en sus ideas, vive en sus trabajos terminados y en los inconclusos, vive en el olor que deja en la ropa que cuelga en su armario, vive en los recuerdos de su marido, que en ese momento, siente que algo le falta a su lado, vive en sus hijos, que aunque no son del todo suyos, ella los siente como tal.
Y vive, está vivísima en su agenda.
Esta viva en todo lo que deja escrito en su despacho.
Sin embargo, el corazón de Amanda se rindió, o eso cuentan. Se paró exhausto después de perder tanta sangre. La bomba se encontró sin vida que bombear y decidió tomar un tiempito de descanso. “Sólo unos instantes” se dijo agotado el corazón. Dame una tregua, susurró a la muerte que se paseaba frente a él.
Y aquel corazón que se creía blindado de acero –pero con un interior de oro puro-, se paró.
En una habitación, unas decenas de metros más arriba de donde se encuentra el corazón de Amanda, dos corazones laten juntos, uno al lado del otro, tranquilos, disfrutan del ritmo común que comparten y de las horas de sueño.
Dos corazones que se ven obligados a cambiar el ritmo tan cuidadosamente conseguido, cuando un celular comienza a sonar en alguna parte de la habitación.
________ se desperezó, sintiendo el cuerpo un poco agarrotado de dormir tantas horas en un hueco tan estrecho. Las camas de hospital no estaban hechas para compartir se dijo, mientras se bajaba con cuidado de no despertar a Joe.
Algo tonto, teniendo en cuenta que el celular parecía querer reventar las ventanas, si Joe no se despertaba con eso, no se iba a despertar por que ella se moviera.
Cogió el bolso maldiciendo y revolvió dentro hasta que consiguió encontrar el pequeño aparato que parecía moverse con impaciencia y recriminándole que tardase tanto.
Echó una ojeada a Joe que se revolvió todo lo que las escayolas le permitieron en la cama, ocupando el resto del espacio libre que ella acababa de dejar.
_¿Bueno?- Dijo con la voz ronca, no sólo del sueño, si no para evitar hacer más ruido del necesario.
_________…- ________ frunció el ceño al reconocer la voz de su hermano, que parecía salido de un pozo.- .. ¿Dónde demonios estás? Llevo tratando de encontrarte dos horas.
________ puso los ojos en blanco. Sólo su hermano podía decirle eso a las 8 de la mañana. Salió de la habitación y se apoyó en la pared tragándose un bostezo.
_Estoy en el hospital… Chris…. ¿Qué ha pasado para que estés a estas horas despierto? ¿Un incendio…? - sonrió cansada- … no, un terremoto…. No, una chica de striptease!!
Su hermano no rió, ni siquiera hizo el intento de gastarle una broma, sino que se quedó en silencio. ________ se enderezó y se apartó de la pared, y tuvo la sensación de que más le valía no haber respondido a la llamada. Una idea se le pasó por la cabeza:
_¿Es papá?- Dijo asustada y echando a caminar por el pasillo aceleradamente. No se despidió de su madre, pero no le iba a pasar lo mismo con su padre.
Su hermano resopló al otro lado:
_ No. Es Amanda. –Dijo con la voz cargada de dolor.
________, que eso no lo esperaba, se quedó parada tras haber recorrido unos metros, unas enfermeras la miraron curiosas, pero la curiosidad se tornó en sorpresa cuando a la pelirroja se le cayó el teléfono de las manos mientras escuchaba a su hermano contar lo sucedido.
________ se agachó torpemente a recoger el teléfono que se había abierto, y lo volvió a montar con manos temblorosas.
_No puede ser, no puede ser….- Musitó rápidamente.- No era posible que le hubiera pasado eso a Amanda, a ella no.
La recordó hacía escasamente 10 días en el salón de su casa, tan tranquila, tan elegante, tan viva, tan… tan Amanda.
Dios.
Dios.
Consiguió que las piezas encajasen de nuevo y volvió a encenderlo para llamar a su hermano. Ni siquiera fue necesario que sonase una vez, y su Chris ya estaba allí.
_¿Se lo has dicho a papá? – Preguntó ansiosa.
_Claaro, lo despierto de madrugada, y si el susto no lo mata, le cuento lo de su esposa y entonces ya nos quedamos huérfanos. – Dijo Chris con sarcasmo desagradable.
________ frunció el ceño y se dirigió a los ascensores, y comenzó a pulsar las teclas frenéticamente.
_Oye mi chavo, a mi no me hables así. Es una pregunta seria. ¿Cómo ha podido pasar… Estaba sola? ¿A esas horas?
Chris suspiró antes de hablar:
_ Sí… Últimamente se quedaba hasta muy tarde a trabajar. Creo que …. – se aclaró la garganta, y habló rápidamente- … stabuyendodmí..
_¿Qué qué? Mira Chris no creo que sea momento para tus bromas. ¿Dónde estás?
Chris se sintió aliviado de que su hermana cambiase de tema, porque él tenía la firme convicción de que Amanda estaba huyendo de él, o al menos, evitándolo. Y en cierta forma se sentía culpable, porque si no hubiera estado preguntando tanto, ella habría salido antes, habría llegado a su casa… Y no la habrían…
Seguir esa línea de pensamiento no llevaba a ninguna parte, salvo al dolor. Y al remordimiento. La culpa la tenía quién apretó el gatillo. Nadie más. Se dijo sin poder convencerse del todo.
Se volvió a aclarar la garganta y dijo:
_ Estoy en el hall. Acabo de venir de verla… -se cortó un segundo y siguió:… Voy a casa ahora. ¿Quieres venir?
A ________ le dio tiempo de decir que sí antes de que su hermano colgase el teléfono. Sí que estaba afectado pensó ________, mientras lo guardaba en su bolso, y esperaba pacientemente a que el ascensor bajase las 5 plantas hasta el hall.
Vió a su hermano parado en medio del lobby, vestido con una extraña mezcla de ropa, vaqueros, deportivas, camiseta horrible y chaqueta de traje cara, fruto seguro de haberse puesto lo primero que tuvo a mano para llegar al hospital.
Chris tenía una expresión cansada y triste que ________ no estaba acostumbrada a ver. Su hermano siempre sonreía, o al menos lo parecía, gastaba bromas y ponía la nota desenfadada a cualquier situación. Y allí estaba, serio y con la mirada desolada.
________ no se lo pensó dos veces y le dio un abrazo. Chris le respondió y la estrechó fuertemente, apoyando un segundo la cabeza en el pelo de su hermana.
_¿Le hemos hecho algo a alguien? – preguntó ________ en voz baja… Al ver que su hermano se despegaba de ella con mirada extrañada, se explicó:_ No es justo… ¿Porqué le tuvo que pasar a ella?
Chris se encogió de hombros y pasó un brazo alrededor de los de su hermana y se encaminó a la puerta con ella. Nada más salir al aire que era fresco del exterior, se encontraron con Iñaki que llegaba de su casa.
Chris se quedó clavado mirándolo, tenía ganas de estrellarlo contra una pared y que le contara qué le había hecho a Amanda para que ella viviera asustada. Dio un paso hacia él, pero ________ tiró de su brazo.
_Déjalo Chris. Es un idio*ta.- ________ pensaba que su hermano quería hablar a su exnovio. Y la idea de tener que decirle ahora mismo a Chris que ya no salía con él no le apetecía.
Iñaki, pasó a su lado tratando de ignorarlos, pero sin poder evitar mirar de reojo a la pareja. Algo pasaba, se dijo pensativo. Por lo que tenía entendido, ________ se pasaba los días pegada a Joe, y cuando no estaba ella, estaban el matón de Miguel y la tonta de Any.
Chris lo siguió con la mirada, preguntándose por qué su hermana salía con aquel tipo, que parecía más aburrido en persona que en las fotos.
_¿Sigues saliendo con él?- Preguntó de repente. Tratando de cambiar de tema.
________ frunció el ceño, y suspiró. Todo parecía estar en su contra:
_No. Lo dejé.
Chris sonrió débilmente. Y la estrechó un poco, para abrazarla. Al mirarla detenidamente, se dio cuenta de las ojeras, de lo despeinada que estaba y de que la ropa que llevaba estaba totalmente arrugada.
_Oye … ¿tu has dormido en el hospital?- Dijo sorprendido. Con lo de Amanda ni había registrado a su hermana.
Ella asintió:_ Si. Mi novio …- empezó y sintió un calorcillo en el pecho al decir esas dos palabras. Tenía ganas de sonreír, pero no era el momento. -… tuvo un accidente de tráfico hace tres días y me quedo con él.
Chris alzó las cejas sorprendido:_ ¿Lo dejaste por otro? ¿Ya tienes otro novio?
________ se sonrojó y asintió preparada para recibir una de las bromas pesadas de su hermano. Pero Chris se limitó a abrazarla un poco mientras iban hasta el coche que había dejado aparcado de una manera horrible frente al hospital.
_Ya era hora. –Y se permitió guiñarle un ojo. – Empezaba a pensar que eras adoptada, de tan seria.
……….
1 hora más tarde.
Iñaki se terminó de cambiar de ropa, colgando la suya en su taquilla y abrochando los cordones que cerraban los pantalones del uniforme verde del hospital. A su lado, estaba uno de los enfermeros del quirófano, haciendo lo contrario, poniéndose la ropa de calle. Genaro, que así se llamaba el enfermero, lo miró de reojo varias veces, pero no se animaba a hablar.
Iñaki que lo veía a través del espejo, suspiró ruidosamente y pasándose una mano por el pelo, para colocarlo en su sitio, gesto innecesario porque ni un vendaval lo habría despeinado y le espetó de mala gana:
_¿Se puede saber qué te pasa? ¿Tengo cara de chango o qué? – preguntó con brusquedad.
Genaro, que tenía más de 50 años y podía ser el padre de aquel escuincle, lo miró con mala cara. Menos mal que la pregunta era retórica, porque si no tendría que haber contestado que de “No, de chango precisamente, no… Pero de besugo tal vez sí.”
_Miraba, nomás.- Dijo cohibido. Y se pasó un cepillo para colocar el pelo negro con cada vez más canas en su sitio.
Iñaki le hizo burla en silencio “miraba nomás” … Car*ajo, “¿pero qué gente trabajaba en aquel hospital?” Se volvió a mirar a Genaro que sentado en uno de los bancos se ataba pacientemente los cordones de los zapatos.
_¿Qué dem*onios mirabas? –preguntó haciendo que Genaro se sobresaltase.
Genero lo miró, allí, alto, enjuto, con aquel pelo engominado repeinado hacia atrás. Y estuvo a punto de no decir nada. Pero Genaro era buena gente, un hombre de familia – no en vano tenía 5 hijos- y pensaba que lo que hacía era lo mejor:
_¿ Usted no es el doctor que sale con la Dra. Pardo?
Iñaki estuvo a un pelo de soltar un insulto y decirle que si no era tonto. Medio hospital sabía ya que ________ lo había dejado, y encima que salía con otro. Pero, decidió callarse y asentir con la cabeza, para ver donde llegaba todo aquello.
_¿Le ha pasado algo?- preguntó intentando parecer amable. La acababa de ver, y parecía bien, el que estaba raro era su hermano.
Genaro se puso en pie y se sacudió las perneras del pantalón:
_No… Pero esta noche han ingresado a una señora con su apellido. Un disparo…- dijo sacudiendo la cabeza tristemente,- el hijo estaba por aquí y pedía que llamasen a su hermana que era doctora.
Genaro se encogió de hombros, esperando ver alguna reacción en la cara de Iñaki, dolor, preocupación, como las que sentirían cualquier persona por alguien de su familia… Pero el doctor solo fruncía el ceño.
_¿La madre de ________ está aquí? – repitió lentamente. Y tuvo una sospecha, horrible, horrible.
Genaro, se encogió de hombros.
_Eso creo. Pensé que querría consolar a su novia.
……………
A la misma hora…
Casa de los Pardo…
¿Qué dejamos cuando nos vamos? ¿Qué herencia es la que dejamos cuando morimos?
Algunos pensarán en dinero, en la plata que casi todo lo consigue; otros en casas y coches; muchos pensarán en deudas, porque aunque nos muramos, tenemos que seguir pagando, y si no es el deudor, serán sus hijos…
Sin embargo, si Amanda pudiera escoger qué es la mejor herencia que dejó, si pudiera escoger una sola cosa de las que pasaron esos días. Una sola. Serían las lágrimas de su hija.
Porque ________ era una hija para ella, y aquella nena, rebelde por naturaleza, que se lo había hecho pasar tan mal; que había dejado de ver a su padre y de ir a su casa como protesta por la presencia de Amanda; aquella que había estado los 6 primeros meses de su matrimonio sin hablarle… Aquella ________ lloraba por ella, lloraba porque la quería y no se lo había dicho antes.
Amanda sin embargo, no supo qué le dijeron en concreto sus hijos, a su marido. Nosotros tampoco llegamos a captar las palabras bien, pero podemos ver como Christian despierta a Martín, de su sueño inquieto se agacha a su lado en la cama. Hablando con lentitud, y despacio, como si al decir las cosas así, el dolor fuera menor. ________, se ha subido a la cama, ocupando el lado libre, y mira en silencio a su padre, mientras unas lágrimas redondas y pesadas caen por sus mejillas sin que se dé cuenta.
Martín escucha estoico a su hijo mayor, y apoya la mano en la almohada de su izquierda, la de Amanda, que todavía huele a ella. Lo que le dicen tiene que ser un mal sueño. No puede ser.
No dos veces, no dos mujeres, no.
En su cara no hay emoción, no hay expresión de dolor. Su cara es impasible, son sus ojos sin embargo, los que lo dicen todo. Los ojos de Martín son oscuros, parecidos a los de su hija, pero ligeramente más claros, y ahora, en las sombras de aquella habitación, son pozos negros sin fondo.
________ trata de tocarlo pero su padre aparta la mano, y la apoya en su pecho. Casi comprobando que su propio y estropeado corazón sigue en marcha. Y así parece, constata con enfado.
Chris mira a su padre, esperando una respuesta, algo que indique que su padre está allí. Pero no. Su padre simplemente hace un gesto con la mano y los dos salen de la habitación dejándolo sólo. Martín, cuando la puerta se cierra, se inclina a un lado y apoya la cabeza en la almohada, respirando hondo, y sintiendo por un momento que Amanda está allí.
Se qe el cap es triste pero espero les guste aqi les dejo el link de la nueva nove qe estoy subiendo por si gustan pasarse
https://onlywn.activoforo.com/t14402-quererte-a-ti-joe-y-tu
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
awww Amanda murio :crybaby: no es justo
Pobre del papa de la rayiz otra vez perdio a su mujer :sad:
No es justo, porque se tenia que morir
Pobre rayiz, pobre Cris
Siguela!!
Pobre del papa de la rayiz otra vez perdio a su mujer :sad:
No es justo, porque se tenia que morir
Pobre rayiz, pobre Cris
Siguela!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 89
Iñaki se paró frente a la puerta de un restaurante de la Zona Rosa, caro, lleno de ejecutivos que aprovechaban las horas de la comida para hacer negocios, terminar tratos y de paso comer bien a costa de sus empresas.
Iñaki, a pesar de todo, no era una persona de impulsos homicidas, de hecho, a pesar de ser cruel, egoísta, machista, clasista, snob, y alguna que otra cosilla más, en realidad no era tan mal tipo. Es decir, no era un santo, -¿quién querría serlo?- pero era, hasta el hueso, un cobarde integral, así que no se le pasaría por la cabeza matar a nadie.
Es cierto que Any y Miguel hasta hacía unas horas, tenían todas las papeletas para ser sus personas más odiadas, sólo por detrás de Bustamante… Pero en ese momento, frente a la puerta de cristal, se planteo matar a alguien realmente.
A Adrián.
Respiró hondo y entró en el restaurante y buscó con la mirada a su cita para la comida, y lo vió fácilmente, sentado frente a una ventana y comiendo un plato de carne con tranquilidad.
Cruzó el comedor y se sentó frente a Adrián, que alzó la copa de vino tinto a modo de saludo. Y con una sonrisa le preguntó:
_Qué bueno verte… ¿qué quieres?- Dio un sorbo al vino y siguió cortando el filete de carne con movimientos precisos.
Iñaki, agarró la botella de vino, y se sirvió en la copa del agua vacía que tenía delante Adrián, bajo la atenta mirada de éste. Dio un gran trago, hasta casi vaciarla, y miró a su compañero.
Adrián lo miraba con cierto grado de curiosidad en su cara, un gesto agradable, mientras se metía cuidadosamente el trozo de carne que recién había cortado. Iñaki se preguntó cuántos años tendría, porque era más joven que él seguro.
Era guapo, era listo, tenía modales y cultura…. Dios, Iñaki lo odió un poquito más, y en cierto modo lo temió un poquito más.
_¿Querría que me explicases si cuando te dije que no quería que te encargaras de Amanda, lo entendiste bien, o simplemente hablé en francés y no te enteraste? – Dijo irritado y volvió a servirse otra copa de vino.
Adrián alzó las cejas en un gesto de auténtica sorpresa, o al menos eso parecía, y sacudió la cabeza, mientras pinchaba con cuidado otro trozo del solomillo.
_Si hubieras hablado en francés te habría entendido. – Dijo escuetamente, e Iñaki estuvo a punto de poner los ojos en blanco por la arrogancia de Adrián.
_Por otra parte, y antes de que termines mi Vega Sicilia del 82 – añadió Adrián quitando con delicadeza la botella de la cercanía de Iñaki.- No tengo ni idea de lo que hablas. Dijiste que no querías que te ayudara con eso, y yo acepté tu postura.
Iñaki se reclinó en la silla, y lo miró con fijeza… Era imposible saber si estaba mintiendo o no, porque tenía la cara impasible, de hecho, parecía que simplemente estaba disfrutando de una buena comida, y de un buen vino.
_Entonces me podrías explicar, ¿cómo terminó una bala en el cuerpo de Amanda? – Dijo con unos modales, sorprendentemente malos.
Adrián, bebió de su copa y se encogió de hombros, lo miró con cierta cara de sorna.
_Tengo entendido que la deflagración producida por el impacto del percutor y la pólvora, es lo que provoca la salida de la bala del cañón del arma…. Pero no me hagas caso.
Dijo todo aquello con ritmo pausado, como si se lo estuviera explicando a un niño pequeño, mientras movía la copa girando el vino despacio en su interior.
Iñaki soltó un gruñido, harto, y se inclinó sobre la mesa, dando un golpe con la mano.
LA gente sentada alrededor paró algunas conversaciones para mirarlos, pero Adrián no cambió el gesto amable, y las personas volvieron a sus asuntos.
_¿Tu madre no te enseñó modales, Azpetegui? – Dijo con paciencia Adrián.
_Mi madre me educó muy bien.. Pero no tengo paciencia para estar escuchando estu*pideces a estas horas. Sé como se dispara un arma, lo que me interesa es porqué se disparó ese arma contra esa persona en particular, en este momento en concreto. Porque dudo de que haya sido un atraco.
Adrián frunció el ceño, en un gesto estudiado, y sonrió con indulgencia. Habló bajito, pero claro, mientras seguía mirando el vino de color rubí.
_¿Dónde crees que vives Iñaki? ¿En la segura Canadá? ¿Quizá en Dinamarca, o en Suecia? Mira a tu alrededor…- dijo apartando la vista de la copa de vino-… Vives en el D.F., y ¿sabes cuanta gente muere al día fruto de la violencia callejera… Hmmm…. Déjame que calcule…. Al menos 8 personas. Sólo en la ciudad. ¿Te parece raro?
Iñaki se puso todo colorado, tenía una vena hinchada en la frente, y parecía a punto de lanzarse por encima de la mesa. ¡¿Cómo se atrevía a hablarle así a él?!
_¡¡Adrián no soy estúp*ido!! Sé dónde vivo, sé lo que pasa, y también sé que es difícil colarse en aquel aparcamiento….
Adrián lo interrumpió, y se inclinó hacia delante, palmeando la mano de Iñaki brevemente como si fuera una chica necesitada de calma.
_Tranquilo… Entiendo tu enfado, pero son cosas que pasan. No te preocupes, nuestra alianza sigue en pie.
Iñaki lo miró de mala gana, pero el color de su cara disminuyó, y terminó su copa de vino.
_Nuestra alianza….- Dijo considerando cada una de las palabras. Miró a Adrián que seguía terminando la carne de su plato, como si hubieran estado hablando de fútbol o de las carreras de caballos.- … Curiosa palabra…. Pero sabes, yo me he quedado sin incentivo. Ya no tengo más dinero, ya no hay más ingresos…. No está Amanda, ya no hay chantaje.
Adrián pareció por primera vez tomarlo en serio, y entrecerró los ojos mirándolo con atención, dejó los cubiertos apoyados en los lados del plato, y se centró en él.
_¿Qué quieres decir? –dijo con cuidado.
Iñaki se encogió de hombros y sonrió lobuno:_ Pues que si yo no gano nada, no veo ninguna razón por la que seguir con nuestra alianza. ¿Por qué tendría yo que hacerte un favor si ya no hay nada para mí?
Adrián ni parpadeó, pero la cara era bastante elocuente en su inexpresividad. Sopesaba la clara amenaza de Iñaki y estaba valorando los pros, y los contras de la situación. Respiró mentalmente, y contó hasta 10 mientras controlaba todos los gestos de su cara. Odiaba a este Iñaki, pero era necesario. Una vez que hubiera cumplido con todo, él podría deshacerse de él.
Sonrió y siguió comiendo con tranquilidad.
_¿Y qué quieres Iñaki que haga? Yo no puedo evitar que ella esté muerta, ni tampoco puedo estar pagándote lo mismo que ella todas las semanas…. Sin embargo…. Puedo darte un precio, una cantidad lo bastante grande como para que vivas con tranquilidad, ahora.
Los ojillos de Iñaki brillaron un instante y se reclinó en la silla contento.
_A eso quería llegar Adrián, a eso quería llegar. De todas formas, no te preocupes… ese dinero sólo será necesario si Amanda muere.
Adrián se controló a tiempo, pero estuvo a punto de dejar caer el cubierto sobre el plato. Se aclaró la garganta y miró, esta vez genuinamente interesado a Iñaki.
_¿Cómo que si muere? No decías que le habían disparado.
12 horas antes.
La muerte es, sin duda la única cosa que nos iguala a todos. Todas las personas mueren, tarde o temprano, de una manera u otra. Inesperada o prevista, sin embargo, es siempre inevitable. La muerte, es el único viaje del que uno nunca regresa, no es posible.
Sabemos que no es posible regresar de la muerte, una vez muerto, ya valió todo. Sin embargo, si es posible dar marcha atrás si uno no llega a atravesar las puertas de ese viaje sin retorno. Y eso es lo que hizo Amanda, llegó a las puertas, vió el panorama y dio media vuelta de regreso a lo conocido.
El corazón de Amanda se rindió, o eso cuentan. Se paró exhausto después de perder tanta sangre. La bomba se encontró sin vida que bombear y decidió tomar un tiempito de descanso. “Sólo unos instantes” se dijo agotado el corazón. Dame una tregua, susurró a la muerte que se paseaba frente a él.
Y aquel corazón que se creía blindado de acero –pero con un interior de oro puro-, se paró.
Se paró en aquel hospital, y estuvo en quieto y silencio unos segundos, hasta que los esfuerzos conjuntos de varios médicos y enfermeros lo hicieron funcionar de nuevo. El corazón funciona – como casi todo en el cuerpo- con electricidad, y ellos consiguieron que de nuevo los latidos llenasen el monitor, tras varias descargas del desfibrilador, llevaron de nuevo la corriente al corazón, y él después del tiempito de descanso, despertó renovando el paso, marcándolo con energía.
La sangre, del banco del hospital, volvió a fluir con esfuerzo, pero segura, y la bomba perfecta se dijo que podía seguir donde lo había dejado. Volvió a bombear sangre a los órganos que tenía bajo su control. Reiniciando el sistema.
No todo fue tan bueno, sin embargo.
Las balas siempre son malas, y por donde pasan dejan su rastro de destrozos. Si a Joe la Virgencita lo estaba cuidando en su accidente, a Amanda, la debían estar mirando todos los dioses habidos y por haber en este mundo.
Cuando uno aprende a disparar, o no tiene costumbre apunta a las zonas fáciles de acertar, y por extensión el abdomen es lo mayor. Adrián a pesar de llevar un arma, no es un experto, está familiarizado con su manejo, pero no es un tirador habitual. Así que disparó a lo más fácil y se fue. Otros habrían dado a la cabeza, - muerte casi segura- pero él no.
La bala, entró por el costado derecho, rozando parte de las asas intestinales y seccionando varios de los vasos y provocando una hemorragia interna lenta pero inexorable, salió por la espalda y quedó abandonada en el parking, para que la policía la encontrase.
¿Pero sabemos qué fue lo que le dijo el médico a Christian?
__Señor Pardo, soy el Dr. Ferrer…. Siento tener que decirle que no pudimos hacer nada…- Comenzó el médico con cara compungida.
Christian abrió la boca, con el alma en los pies. De repente se había quedado sin aire y ahora, no encontraba las palabras. ¿Cómo se lo iba a explicar a su padre?
_¿Entonces… est… está…?- balbuceó con torpeza, y se quedó atrancado.
Ferrer, negó con la cabeza:
_¿Muerta? No…. Lo ha estado señor, no le voy a engañar, pero no ahora, la hemos reanimado…. No pudimos hacer nada para evitar la operación, la hemorragia era masiva, y ha habido que seccionar parte del intestino, que resultó dañado por la trayectoria de la bala.
Christian tosió y cogió aire de nuevo:_ ¿Está viva? ¿Eso es lo que me está diciendo…?
Ferrer suspiró y lo miró inclinó torciendo la cara a un lado:
_Lo que le estoy diciendo señor es que su madre está viva de momento, - dijo con suavidad, pero remarcando el “de momento” - pero que en el estado en que está no me extrañaría que falleciese en las próximas horas. ¿Me entiende?
Christian asintió, sus esperanzas de nuevo en el suelo, pero al menos a la altura de los tobillos. El médico le tocó en el brazo, tratando de ser compasivo, pero intentando que comprendiese la situación totalmente:
_Verá, está muy grave, ¿Entiende? Perdió una cantidad importante de sangre, y tuvimos que reanimarla, por si eso no fuera poco ha sido intervenida para ligar los vasos seccionados y quitar 10 centímetros de intestino. Es posible que muera en las próximas 48 horas, debe estar preparado para lo peor.
Chris asintió, y sintió un frío que lo atravesaba. No sabía qué era mejor, si morir inmediatamente, o sufrir una agonía.
_¿Le duele? … Esto.. – empezó azorado- … ¿Sufre?
El médico sonrió débilmente y sacudió la cabeza negando. Entre la anestesia y la sedación que tenía probablemente no sentía nada.
Unas horas más tarde, tras verla a través de una de las ventanas de la UCI del hospital, toda pálida e intubada, casi una muñeca, e irreconocible en aquel estado; tuvo que explicarlo todo por partida doble, primero a su hermana, y luego a su padre.
Fue un infierno para él, no sólo por la situación – él apreciaba mucho a Amanda – sino porque le tenía que contar a su padre enfermo que su mujer se estaba muriendo en aquella habitación donde no podían entrar, y que no podían hacer nada. Se sentía como un torturador, porque no podía dar la noticia segura, no podía decir si estaba viva o muerta, sino que atormentaba a su padre con la noticia de una muerte que es casi segura y que está a punto de llegar.
Su padre, ni siquiera reaccionó, sino que se quedó en aquella habitación a oscuras durante todo el día, y gran parte de la noche, sin cenar, sin tomar medicamentos, simplemente anticipándose a la noticia que estaba por llegar.
Por que Martín no había contemplado la posibilidad de que Amanda muriese antes que él. Pensaba que sería su cuerpo maltratado el que se rindiera antes, pero no el de su mujer. Y lo que no había dicho, era que las únicas ganas que lo impulsaban a tomarse su enfermedad con buena cara y filosofía eran las que le daba su mujer, ¿y si ella ya no estaba?
Sus hijos eran mayores y no lo necesitaban…. ¿y los planes que había hecho de viajar, y pasarlo bien, estos años que tenía por delante? ¿Quién iría de viaje con él? ¿Quién iría al teatro y tomaría el sol a su lado?
¿Quién lo querría más que su mujer? ¿A quién querría él?
……..
20 horas.
Joe que al despertar se había encontrado la cama vacía, pasó el día solo, bueno, salvo por las visitas a ratos de Any , que tampoco encontraba a ________, y la macro visita de Miguel que tuvo a todas las enfermeras pasando cada diez minutos para ver si necesitaban algo. Para gran enfado de Any, que las echó con una mirada asesina, y después le echó la bronca a Miguel para que parase de hacer lo que quiera que estuviera haciendo.
Pero ahora, que todos se habían ido se encontraba solo y preocupado por ________, que no daba señales de vida. ¿Dónde estaría? ¿Le habría pasado algo?
O peor aún, ¿estaría enfadada con él? … Ahora sí que estaba seguro de que no había hecho nada, de lo que temer, pero todo el mundo sabía que las mujeres eran incomprensibles, o peor aún impredecibles. Y ________ se llevaba la palma de eso.
Llevaba pensando en todas las horribles posibilidades, cuando el objeto de sus pensamientos entró por la puerta como una tromba y se echó en la cama a su lado sin decir nada.
Joe se giró con cuidado de de sus costillas y la miró:
_¿Quién eres tú?.... No me suena para nada tu cara… Espera… te pareces a la chica que estaba aquí ayer la noche…
________ lo miró y negó con la cabeza:
_ No tengo ganas de bromas… Joe… no es el día…- Se apoyó en él y suspiró.
Joe le pasó la mano sin escayolar por el pelo y le preguntó:
_¿Me lo quieres contar? ….
Ella asintió, y despacito se lo fue explicando todo. Se paraba a ratos, para respirar y quitarse alguna lágrima de la cara. Y cuando terminó los dos se quedaron en silencio.
_Y lo que más me duele, es que si ahora se muere… Yo no … - Sorbió por la nariz- .. Yo me porté fatal con ella… Y además está mi padre, ¿y si se muere del disgusto?
Joe le volvió a pasar la mano por el pelo, y negó con la cabeza:
_Primero, no nos pongamos en lo peor…. Mientras esté viva, hay esperanza… Piensa que la única cosa tan absoluta como la muerte es la vida ________, y ella lo está….
________ lo miró:_ Está fatal Joe ¿no lo entiendes? Los médicos no te dicen que te prepares para lo peor si no hace falta….
Suspiró ruidosamente y Joe sonrió brevemente:
_ Ten un poco de fé. ________, ten un poco de fé.
Ella soltó un bufido:_ Creía que eso ya lo habíamos hablado, yo no soy una persona de fé… Soy una persona de ciencia, Joe.
Joe se inclinó lo que pudo para besarla suavemente, simplemente un roce que fuera consolador.
_Hmmm, pelirroja… Tendré que tener fé yo por los dos…. La suerte me quiere bien y me trajo de vuelta a tí…
________ sonrió a pesar de que no tenía ganas y lo abrazó un poco más ignorando la mueca que hizo él al apretarle el vendaje.
_ Eso es porque yo te estaba llamando, tonto…
Joe se sintió invencible cuando ella le decía esas cosas y sonrió un poco más:
_Entonces tendremos que llamar a Amanda de vuelta también… Yo por lo menos la espero aquí….
Espero les guste el cap
Iñaki se paró frente a la puerta de un restaurante de la Zona Rosa, caro, lleno de ejecutivos que aprovechaban las horas de la comida para hacer negocios, terminar tratos y de paso comer bien a costa de sus empresas.
Iñaki, a pesar de todo, no era una persona de impulsos homicidas, de hecho, a pesar de ser cruel, egoísta, machista, clasista, snob, y alguna que otra cosilla más, en realidad no era tan mal tipo. Es decir, no era un santo, -¿quién querría serlo?- pero era, hasta el hueso, un cobarde integral, así que no se le pasaría por la cabeza matar a nadie.
Es cierto que Any y Miguel hasta hacía unas horas, tenían todas las papeletas para ser sus personas más odiadas, sólo por detrás de Bustamante… Pero en ese momento, frente a la puerta de cristal, se planteo matar a alguien realmente.
A Adrián.
Respiró hondo y entró en el restaurante y buscó con la mirada a su cita para la comida, y lo vió fácilmente, sentado frente a una ventana y comiendo un plato de carne con tranquilidad.
Cruzó el comedor y se sentó frente a Adrián, que alzó la copa de vino tinto a modo de saludo. Y con una sonrisa le preguntó:
_Qué bueno verte… ¿qué quieres?- Dio un sorbo al vino y siguió cortando el filete de carne con movimientos precisos.
Iñaki, agarró la botella de vino, y se sirvió en la copa del agua vacía que tenía delante Adrián, bajo la atenta mirada de éste. Dio un gran trago, hasta casi vaciarla, y miró a su compañero.
Adrián lo miraba con cierto grado de curiosidad en su cara, un gesto agradable, mientras se metía cuidadosamente el trozo de carne que recién había cortado. Iñaki se preguntó cuántos años tendría, porque era más joven que él seguro.
Era guapo, era listo, tenía modales y cultura…. Dios, Iñaki lo odió un poquito más, y en cierto modo lo temió un poquito más.
_¿Querría que me explicases si cuando te dije que no quería que te encargaras de Amanda, lo entendiste bien, o simplemente hablé en francés y no te enteraste? – Dijo irritado y volvió a servirse otra copa de vino.
Adrián alzó las cejas en un gesto de auténtica sorpresa, o al menos eso parecía, y sacudió la cabeza, mientras pinchaba con cuidado otro trozo del solomillo.
_Si hubieras hablado en francés te habría entendido. – Dijo escuetamente, e Iñaki estuvo a punto de poner los ojos en blanco por la arrogancia de Adrián.
_Por otra parte, y antes de que termines mi Vega Sicilia del 82 – añadió Adrián quitando con delicadeza la botella de la cercanía de Iñaki.- No tengo ni idea de lo que hablas. Dijiste que no querías que te ayudara con eso, y yo acepté tu postura.
Iñaki se reclinó en la silla, y lo miró con fijeza… Era imposible saber si estaba mintiendo o no, porque tenía la cara impasible, de hecho, parecía que simplemente estaba disfrutando de una buena comida, y de un buen vino.
_Entonces me podrías explicar, ¿cómo terminó una bala en el cuerpo de Amanda? – Dijo con unos modales, sorprendentemente malos.
Adrián, bebió de su copa y se encogió de hombros, lo miró con cierta cara de sorna.
_Tengo entendido que la deflagración producida por el impacto del percutor y la pólvora, es lo que provoca la salida de la bala del cañón del arma…. Pero no me hagas caso.
Dijo todo aquello con ritmo pausado, como si se lo estuviera explicando a un niño pequeño, mientras movía la copa girando el vino despacio en su interior.
Iñaki soltó un gruñido, harto, y se inclinó sobre la mesa, dando un golpe con la mano.
LA gente sentada alrededor paró algunas conversaciones para mirarlos, pero Adrián no cambió el gesto amable, y las personas volvieron a sus asuntos.
_¿Tu madre no te enseñó modales, Azpetegui? – Dijo con paciencia Adrián.
_Mi madre me educó muy bien.. Pero no tengo paciencia para estar escuchando estu*pideces a estas horas. Sé como se dispara un arma, lo que me interesa es porqué se disparó ese arma contra esa persona en particular, en este momento en concreto. Porque dudo de que haya sido un atraco.
Adrián frunció el ceño, en un gesto estudiado, y sonrió con indulgencia. Habló bajito, pero claro, mientras seguía mirando el vino de color rubí.
_¿Dónde crees que vives Iñaki? ¿En la segura Canadá? ¿Quizá en Dinamarca, o en Suecia? Mira a tu alrededor…- dijo apartando la vista de la copa de vino-… Vives en el D.F., y ¿sabes cuanta gente muere al día fruto de la violencia callejera… Hmmm…. Déjame que calcule…. Al menos 8 personas. Sólo en la ciudad. ¿Te parece raro?
Iñaki se puso todo colorado, tenía una vena hinchada en la frente, y parecía a punto de lanzarse por encima de la mesa. ¡¿Cómo se atrevía a hablarle así a él?!
_¡¡Adrián no soy estúp*ido!! Sé dónde vivo, sé lo que pasa, y también sé que es difícil colarse en aquel aparcamiento….
Adrián lo interrumpió, y se inclinó hacia delante, palmeando la mano de Iñaki brevemente como si fuera una chica necesitada de calma.
_Tranquilo… Entiendo tu enfado, pero son cosas que pasan. No te preocupes, nuestra alianza sigue en pie.
Iñaki lo miró de mala gana, pero el color de su cara disminuyó, y terminó su copa de vino.
_Nuestra alianza….- Dijo considerando cada una de las palabras. Miró a Adrián que seguía terminando la carne de su plato, como si hubieran estado hablando de fútbol o de las carreras de caballos.- … Curiosa palabra…. Pero sabes, yo me he quedado sin incentivo. Ya no tengo más dinero, ya no hay más ingresos…. No está Amanda, ya no hay chantaje.
Adrián pareció por primera vez tomarlo en serio, y entrecerró los ojos mirándolo con atención, dejó los cubiertos apoyados en los lados del plato, y se centró en él.
_¿Qué quieres decir? –dijo con cuidado.
Iñaki se encogió de hombros y sonrió lobuno:_ Pues que si yo no gano nada, no veo ninguna razón por la que seguir con nuestra alianza. ¿Por qué tendría yo que hacerte un favor si ya no hay nada para mí?
Adrián ni parpadeó, pero la cara era bastante elocuente en su inexpresividad. Sopesaba la clara amenaza de Iñaki y estaba valorando los pros, y los contras de la situación. Respiró mentalmente, y contó hasta 10 mientras controlaba todos los gestos de su cara. Odiaba a este Iñaki, pero era necesario. Una vez que hubiera cumplido con todo, él podría deshacerse de él.
Sonrió y siguió comiendo con tranquilidad.
_¿Y qué quieres Iñaki que haga? Yo no puedo evitar que ella esté muerta, ni tampoco puedo estar pagándote lo mismo que ella todas las semanas…. Sin embargo…. Puedo darte un precio, una cantidad lo bastante grande como para que vivas con tranquilidad, ahora.
Los ojillos de Iñaki brillaron un instante y se reclinó en la silla contento.
_A eso quería llegar Adrián, a eso quería llegar. De todas formas, no te preocupes… ese dinero sólo será necesario si Amanda muere.
Adrián se controló a tiempo, pero estuvo a punto de dejar caer el cubierto sobre el plato. Se aclaró la garganta y miró, esta vez genuinamente interesado a Iñaki.
_¿Cómo que si muere? No decías que le habían disparado.
12 horas antes.
La muerte es, sin duda la única cosa que nos iguala a todos. Todas las personas mueren, tarde o temprano, de una manera u otra. Inesperada o prevista, sin embargo, es siempre inevitable. La muerte, es el único viaje del que uno nunca regresa, no es posible.
Sabemos que no es posible regresar de la muerte, una vez muerto, ya valió todo. Sin embargo, si es posible dar marcha atrás si uno no llega a atravesar las puertas de ese viaje sin retorno. Y eso es lo que hizo Amanda, llegó a las puertas, vió el panorama y dio media vuelta de regreso a lo conocido.
El corazón de Amanda se rindió, o eso cuentan. Se paró exhausto después de perder tanta sangre. La bomba se encontró sin vida que bombear y decidió tomar un tiempito de descanso. “Sólo unos instantes” se dijo agotado el corazón. Dame una tregua, susurró a la muerte que se paseaba frente a él.
Y aquel corazón que se creía blindado de acero –pero con un interior de oro puro-, se paró.
Se paró en aquel hospital, y estuvo en quieto y silencio unos segundos, hasta que los esfuerzos conjuntos de varios médicos y enfermeros lo hicieron funcionar de nuevo. El corazón funciona – como casi todo en el cuerpo- con electricidad, y ellos consiguieron que de nuevo los latidos llenasen el monitor, tras varias descargas del desfibrilador, llevaron de nuevo la corriente al corazón, y él después del tiempito de descanso, despertó renovando el paso, marcándolo con energía.
La sangre, del banco del hospital, volvió a fluir con esfuerzo, pero segura, y la bomba perfecta se dijo que podía seguir donde lo había dejado. Volvió a bombear sangre a los órganos que tenía bajo su control. Reiniciando el sistema.
No todo fue tan bueno, sin embargo.
Las balas siempre son malas, y por donde pasan dejan su rastro de destrozos. Si a Joe la Virgencita lo estaba cuidando en su accidente, a Amanda, la debían estar mirando todos los dioses habidos y por haber en este mundo.
Cuando uno aprende a disparar, o no tiene costumbre apunta a las zonas fáciles de acertar, y por extensión el abdomen es lo mayor. Adrián a pesar de llevar un arma, no es un experto, está familiarizado con su manejo, pero no es un tirador habitual. Así que disparó a lo más fácil y se fue. Otros habrían dado a la cabeza, - muerte casi segura- pero él no.
La bala, entró por el costado derecho, rozando parte de las asas intestinales y seccionando varios de los vasos y provocando una hemorragia interna lenta pero inexorable, salió por la espalda y quedó abandonada en el parking, para que la policía la encontrase.
¿Pero sabemos qué fue lo que le dijo el médico a Christian?
__Señor Pardo, soy el Dr. Ferrer…. Siento tener que decirle que no pudimos hacer nada…- Comenzó el médico con cara compungida.
Christian abrió la boca, con el alma en los pies. De repente se había quedado sin aire y ahora, no encontraba las palabras. ¿Cómo se lo iba a explicar a su padre?
_¿Entonces… est… está…?- balbuceó con torpeza, y se quedó atrancado.
Ferrer, negó con la cabeza:
_¿Muerta? No…. Lo ha estado señor, no le voy a engañar, pero no ahora, la hemos reanimado…. No pudimos hacer nada para evitar la operación, la hemorragia era masiva, y ha habido que seccionar parte del intestino, que resultó dañado por la trayectoria de la bala.
Christian tosió y cogió aire de nuevo:_ ¿Está viva? ¿Eso es lo que me está diciendo…?
Ferrer suspiró y lo miró inclinó torciendo la cara a un lado:
_Lo que le estoy diciendo señor es que su madre está viva de momento, - dijo con suavidad, pero remarcando el “de momento” - pero que en el estado en que está no me extrañaría que falleciese en las próximas horas. ¿Me entiende?
Christian asintió, sus esperanzas de nuevo en el suelo, pero al menos a la altura de los tobillos. El médico le tocó en el brazo, tratando de ser compasivo, pero intentando que comprendiese la situación totalmente:
_Verá, está muy grave, ¿Entiende? Perdió una cantidad importante de sangre, y tuvimos que reanimarla, por si eso no fuera poco ha sido intervenida para ligar los vasos seccionados y quitar 10 centímetros de intestino. Es posible que muera en las próximas 48 horas, debe estar preparado para lo peor.
Chris asintió, y sintió un frío que lo atravesaba. No sabía qué era mejor, si morir inmediatamente, o sufrir una agonía.
_¿Le duele? … Esto.. – empezó azorado- … ¿Sufre?
El médico sonrió débilmente y sacudió la cabeza negando. Entre la anestesia y la sedación que tenía probablemente no sentía nada.
Unas horas más tarde, tras verla a través de una de las ventanas de la UCI del hospital, toda pálida e intubada, casi una muñeca, e irreconocible en aquel estado; tuvo que explicarlo todo por partida doble, primero a su hermana, y luego a su padre.
Fue un infierno para él, no sólo por la situación – él apreciaba mucho a Amanda – sino porque le tenía que contar a su padre enfermo que su mujer se estaba muriendo en aquella habitación donde no podían entrar, y que no podían hacer nada. Se sentía como un torturador, porque no podía dar la noticia segura, no podía decir si estaba viva o muerta, sino que atormentaba a su padre con la noticia de una muerte que es casi segura y que está a punto de llegar.
Su padre, ni siquiera reaccionó, sino que se quedó en aquella habitación a oscuras durante todo el día, y gran parte de la noche, sin cenar, sin tomar medicamentos, simplemente anticipándose a la noticia que estaba por llegar.
Por que Martín no había contemplado la posibilidad de que Amanda muriese antes que él. Pensaba que sería su cuerpo maltratado el que se rindiera antes, pero no el de su mujer. Y lo que no había dicho, era que las únicas ganas que lo impulsaban a tomarse su enfermedad con buena cara y filosofía eran las que le daba su mujer, ¿y si ella ya no estaba?
Sus hijos eran mayores y no lo necesitaban…. ¿y los planes que había hecho de viajar, y pasarlo bien, estos años que tenía por delante? ¿Quién iría de viaje con él? ¿Quién iría al teatro y tomaría el sol a su lado?
¿Quién lo querría más que su mujer? ¿A quién querría él?
……..
20 horas.
Joe que al despertar se había encontrado la cama vacía, pasó el día solo, bueno, salvo por las visitas a ratos de Any , que tampoco encontraba a ________, y la macro visita de Miguel que tuvo a todas las enfermeras pasando cada diez minutos para ver si necesitaban algo. Para gran enfado de Any, que las echó con una mirada asesina, y después le echó la bronca a Miguel para que parase de hacer lo que quiera que estuviera haciendo.
Pero ahora, que todos se habían ido se encontraba solo y preocupado por ________, que no daba señales de vida. ¿Dónde estaría? ¿Le habría pasado algo?
O peor aún, ¿estaría enfadada con él? … Ahora sí que estaba seguro de que no había hecho nada, de lo que temer, pero todo el mundo sabía que las mujeres eran incomprensibles, o peor aún impredecibles. Y ________ se llevaba la palma de eso.
Llevaba pensando en todas las horribles posibilidades, cuando el objeto de sus pensamientos entró por la puerta como una tromba y se echó en la cama a su lado sin decir nada.
Joe se giró con cuidado de de sus costillas y la miró:
_¿Quién eres tú?.... No me suena para nada tu cara… Espera… te pareces a la chica que estaba aquí ayer la noche…
________ lo miró y negó con la cabeza:
_ No tengo ganas de bromas… Joe… no es el día…- Se apoyó en él y suspiró.
Joe le pasó la mano sin escayolar por el pelo y le preguntó:
_¿Me lo quieres contar? ….
Ella asintió, y despacito se lo fue explicando todo. Se paraba a ratos, para respirar y quitarse alguna lágrima de la cara. Y cuando terminó los dos se quedaron en silencio.
_Y lo que más me duele, es que si ahora se muere… Yo no … - Sorbió por la nariz- .. Yo me porté fatal con ella… Y además está mi padre, ¿y si se muere del disgusto?
Joe le volvió a pasar la mano por el pelo, y negó con la cabeza:
_Primero, no nos pongamos en lo peor…. Mientras esté viva, hay esperanza… Piensa que la única cosa tan absoluta como la muerte es la vida ________, y ella lo está….
________ lo miró:_ Está fatal Joe ¿no lo entiendes? Los médicos no te dicen que te prepares para lo peor si no hace falta….
Suspiró ruidosamente y Joe sonrió brevemente:
_ Ten un poco de fé. ________, ten un poco de fé.
Ella soltó un bufido:_ Creía que eso ya lo habíamos hablado, yo no soy una persona de fé… Soy una persona de ciencia, Joe.
Joe se inclinó lo que pudo para besarla suavemente, simplemente un roce que fuera consolador.
_Hmmm, pelirroja… Tendré que tener fé yo por los dos…. La suerte me quiere bien y me trajo de vuelta a tí…
________ sonrió a pesar de que no tenía ganas y lo abrazó un poco más ignorando la mueca que hizo él al apretarle el vendaje.
_ Eso es porque yo te estaba llamando, tonto…
Joe se sintió invencible cuando ella le decía esas cosas y sonrió un poco más:
_Entonces tendremos que llamar a Amanda de vuelta también… Yo por lo menos la espero aquí….
Espero les guste el cap
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Oh Santo Dios! Pense que si estaba muerta :affraid:
Esta viva, que bien se va a recuperar?
Pobre de la familia
Siguela!!!
Esta viva, que bien se va a recuperar?
Pobre de la familia
Siguela!!!
aranzhitha
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