Re: [Resuelto]"Noches Traviesas" (Kevin y tu)Terminada

por **aranzhitha** Lun 05 Mar 2012, 6:17 pm

lamento el retraso aqui esta su capi

Continuacion....

Como una jarra de agua fría, la voz de Nick se introdujo en su cabeza mientras la cabeza de Kevin se levantaba, y ____ podría jurar que lo oyó maldecir. Rabia. Dolor. Miedo. La azotaron cuando alzó la mirada hacia Nick, aguantando la ola de nauseas mientras la mirada de él la recorría con divertida lujuria. Él se apoyaba contra la barra, por suerte vestido, sonriendo abiertamente, el epitome de cada razón del por qué debería haber luchado con más fuerza, debería haber recordado el por qué ella no podía dejar que Kevin tuviera otra parte de su alma.

—¡Suéltame! —Lo golpeó en los hombros—. Quítate de encima.

—Maldición, _____. Estás desnuda —gruñó él recordándoselo.

—¡Quítate! —Ella pataleó contra él, librándose de la sujeción de sus brazos y rodando de debajo de él.

—Mira hasta que te hartes, idiota —le dijo a Nick mientras recogía la camisa de Kevin del suelo—. Porque será la última puñetera vista que tendrás la oportunidad de obtener.

Abrazando la tela sobre sus pechos, asegurándose que le cubriera los muslos, salió abruptamente del cuarto, pasando con prisa por delante de él y corriendo por la escalera. Genial, estaba mostrando su culo. Permitiendo que ambos miraran. Por un maldito momento.

—Nick, eres un bastardo —oyó que Kevin maldecía. Nick se reía, y ____ tuvo ganas de gritar. Por unos preciosos momentos había creído. Era una tonta por eso, admitió para sí. Una tonta por Kevin. Unos segundos más tarde, recorrió con la mirada el opulento dormitorio, la cama monstruosamente grande y las ventanas que la rodeaban cubiertas con cortinas, se dio cuenta lo que había hecho. Había corrido directamente a su dormitorio, en lugar de al cuarto de invitados. Directamente al interior del refugio privado de Kevin. Kevin contempló el pequeño y desvergonzado trasero de ____ mientras desaparecía escaleras arriba y suspiró pesadamente.

—¿Qué demonios quieres, Nick? —preguntó cansinamente a su primo, girando hacia él y observándolo mientras Nick le sonreía burlonamente en respuesta. El otro hombre no había prestado atención a la encantadora demostración de carne; lo cual era la única razón de que aún conservara todos los dientes en su lugar. Nick sacudió la cabeza.

—Tú y Joe. Hombre, vosotros dos sois tan posesivos que hace que se le revuelva el estómago a un hombre. Pensé que podía depender de ti para resistir. -Kevin refunfuñó ante el comentario.

—No contestaste a mi pregunta.

—Traje el Rodeo. Pensé en pasar y ver que hacíais antes de acostaros. —Su sonrisa era de pura maldad—. Y pensé en darte esto. Estaba en el asiento del pasajero.

Kevin tomó el trozo de papel. Mudanzas Express. El papel impreso y la dirección eran legítimos. La letra garabateada aseguraba que la señorita Jansen ya podía recoger personalmente sus artículos en Almacénelo Usted Mismo, y que dentro del sobre encontraría la llave para el casillero del depósito interior.

—He hackeado los ordenadores de la compañía antes de venir aquí. No tienen un registro para la entrega. Alguien le ha tendido una trampa.

Kevin metió la nota cuidadosamente en el bolsillo de su pantalón de chándal hasta que pudiera guardarlo, en la caja fuerte de arriba, más tarde.

—Parece que estás haciendo progresos, de todos modos —sonrió con satisfacción Nick.

—Estábamos bien hasta que tú abriste tu bocaza. Pero creo que eres consciente de eso.

Nick echó entonces un vistazo hacia la escalera. Durante un segundo, la pena cortó a través de sus rasgos, luego su omnipresente sonrisa burlona estuvo de vuelta en su rostro.

—Mujer de un solo hombre, ¿eh? —preguntó, aunque su mirada fue más una afirmación. Kevin le devolvió la mirada, viendo el destello de soledad, el conocimiento llenó los oscuros ojos verde bosque de su primo.

—Sin embargo, no está tan contenta de ser mi mujer como me gustaría. — Kevin restregó los dedos pesadamente por su pelo cuando echó otro vistazo a la escalera—. La estoy chantajeando.

Volvió a mirar a Nick a tiempo para ver que su primo negaba con la cabeza.

—Sabía que ibas a hacer algo así de estúpido. —Se rió entre dientes, aunque el sonido llevara poca diversión—. Buena suerte con eso. Sólo me detuve brevemente para dejar esto.

Dejó caer las llaves de ___ en el mostrador—. Y decirte que Cranston quiere nuestros informes finales en su oficina al término del día. Oral y por escrito. Aún está un poquito trastornado por la pérdida de la mujer. Pero parece seguro de que los hombres que capturó hablarán.

—Probablemente lo harán.

—¿Pero a quién identificarán? Si ____ había sido conducida hasta allí, sería por una razón. Los ladrones le abrirían las entrañas en un latido del corazón, de una u otra forma.

—No lo sé. —Nick se encogió de hombros—. Los seguí a la furgoneta cuando los estaban cargando. Todo lo que Cranston obtuvo de ellos fueron miradas vagas cuando les preguntaba. Podrían no saber. Kevin lo contempló con total incredulidad.

—Ey, podemos tener esperanza —rió disimuladamente Nick manteniendo las manos en alto en rendición antes de dejar de apoyarse en la barra y dirigirse hacia la puerta—. Entré por la parte de atrás, me marcharé por delante. Demos a los cotillas algo para cacarear. Mientras tú te diviertes, veré lo que puedo averiguar, ver quién está tan interesado en el montaje que tienes en marcha aquí. No me gusta ni una maldita pizca, Kevin, te mantendré informado. Ella no debería haber estado allí esta noche. Es un montaje.

Kevin no podía estar más de acuerdo con él.

—Mantenme informado.

por **ElitzJb** Lun 05 Mar 2012, 7:32 pm

y llega justame ente nick a estropearme la fiesta.... :evil:

eso lo del montaje cada vez me procupa mas

siguela esta super estupenda la nove

por **ElitzJb** Mar 06 Mar 2012, 5:13 pm

siguela !!!! amo la nove :L:
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por **aranzhitha** Miér 07 Mar 2012, 4:22 pm

Cuando Nick se fue, Kevin cerró con llave de nuevo las puertas detrás de él y reactivó las alarmas. Pero no siguió inmediatamente a ____ al dormitorio en la cubierta superior. En cambio recorrió con la mirada la cubierta inferior, viendo más que las escuetas y nítidas líneas del interior y el bonito mobiliario. Había estado viviendo en el Nauti Dawg durante años. Sólo durante los meses más fríos abandonaba el puerto deportivo y se quedaba en el pequeño departamento que poseía encima de la tienda de maderas. Raramente se quedaba en la casa subterránea que su padre había construido antes de su muerte. Se sentó despacio en el sofá, se reclinó, y suspiró cansadamente. Dios, estaba agotado. Cansado, cachondo y en conflicto. Una condición infernal en la que estar a las tres de la mañana. Su risa silenciosa era amarga y burlona. Infiernos, se estaba convirtiendo en el bastardo que su padre siempre había pregonado que era. Quizás él era más como su abuelo, Nate August, de lo que quería admitir. El hijo de puta había abandonado a tres hijos bastardos y una hija en Somerset antes de volver a su casa de Texas hacía más de cincuenta años. De los cuatro niños, el padre de Kevin, sus tíos y tía, sólo Paul Jonas, el padre de Joe, había mostrado alguna clase de decencia a su esposa o niños. Su tía no contaba. Ella adoraba la tierra por la que caminaba su hijo Johnny, pero muchos sospechaban que había conducido a su marido, Ralph, a la tumba. Kevin frotó el dolor en su rodilla, sintiendo cada perno de acero que mantenía juntas la articulación y la rótula. El clima se estaba volviendo húmedo; podía predecirlo para dentro de unos días. Y además había abusado puñeteramente de su pierna por mucho tiempo. Había aguantado cerca de veinticuatro horas sin dormir, y Cranston quería que le entregara su informe final. Y arriba, Crista estaba esperando en su dormitorio. Cabreada y probablemente sintiéndose, con justicia, muy traicionada. Él simplemente debería dejarla ir. Le debía eso. Pero no podía hacerlo. Todo en su interior aullaba en protesta ante la idea de dejarla marchar. Ahora tenía control sobre ella, al menos era una forma de mantenerla en su cama. Una oportunidad de entender el por qué ella lo había obsesionado durante ocho jodidos años.

No era la única mujer que había follado en su vida que no podía recordar. Con los años, hubo más que unas cuantas. Pero era la única mujer que había permanecido tanto tiempo en su cabeza, hasta el punto que pensaba que lo conduciría cerca de la demencia. Seducirla no iba a ser fácil. No deseaba sólo su cuerpo; deseaba más, y era suficiente hombre para admitir eso. Simplemente follarla no sería suficiente. Él necesitaba vencer esa desconfianza que era algo más que una parte de ella. Se frotó la mandíbula mientras consideraba eso. Infiernos, nunca había cortejado a una mujer, ni una vez en su vida, especialmente no a una que sabía que podía follar. Subir las escaleras, entrar en ese dormitorio, darle unos ardientes besos, tenerla lista y complaciente. Por el momento. Pero ella se resentiría. Lo odiaría finalmente por eso, y no era lo que quería. Anhelaba sus dulces sonrisas, sus suaves caricias. Deseaba que fuera su amante, no sólo un revolcón. En realidad nunca había tenido una amante. Kevin frunció el ceño ante eso. Tenía treinta y dos años, y ni siquiera había tenido una amante estable, una mujer que quisiera en su cama para más de una o dos noches. Y no podía entender el por qué. Oh, lo había considerado una vez. Hacía ocho puñeteros años. Cuando había intentando conseguir a _____ en su cama, había sabido en ese entonces que quería más que algunas noches con ella. Unas semanas, unos meses quizás. Algo se tensó en su pecho ante la idea, algo parecido a un lamento, un conocimiento de que ni siquiera unos meses podrían ser suficientes. Un paso a la vez, pensó con cansancio. Esta noche, sólo dormiría con ella. Sólo la abrazaría. Vería como iba. Era algo que jamás había hecho, sólo abrazar a una mujer durante la noche y sentir su calor contra él. Joe juraba que algunas noches era mejor que el sexo, sólo teniendo a Kelly junto a él, suave y dulce. ¿Sería así con _____? Miró otra vez a las escaleras, su mente se llenó con el recuerdo de su dulce esencia, del calor de su delicado cuerpo. Tal vez, por una maldita noche en su vida, podría dormir sin soñar si la abrazaba. Se puso de pie y atravesó la casa flotante. Comprobó las ventanas, la puerta de la cubierta trasera, y las alarmas de seguridad antes de subir. Cuando entró en el dormitorio se detuvo sorprendido.

Esperaba que ella estuviera despierta y lista para pegarle un tiro. Había estado más que enfadada cuando subió volando la escalera metálica. En cambio, estaba acurrucada bajo las mantas de su cama extra grande, las mantas estiradas hasta su nariz, durmiendo como un bebé. Y no estaba en el borde de la cama. Estaba en medio, donde él dormía. Una lenta sonrisa curvó sus labios mientras se desnudaba silenciosamente, dejando encendida la pequeña y tenue luz sobre la mesa de esquina, en el otro extremo del cuarto. Se dirigió hacia la cama, deslizándose bajo las mantas, y cuidadosamente, con mucha cautela, se acostó a su lado. Ella murmuró algo no muy agradable. Un pequeño comentario soñoliento sobre pies fríos, pero se acercó dormida hacia sus brazos y él la atrajo contra él. No se despertó. Su ceño fruncido se hizo más profundo. Una mujer que dormía sola siempre notaba cuando un hombre se deslizaba en la cama al lado de ella. ______ estaba acostumbrada a dormir con alguien. ¿Tenía alguien que la abrazara durante la noche y mantuviera a raya los sueños de Kevin? El bastardo. Rechinó los dientes ante la idea de cualquier otro hombre abrazándola de esa forma. Ella pertenecía allí, acurrucada contra su pecho, cómodamente contra su cuerpo, manteniéndolo caliente. Esto era... interesante. Todavía estaba duro como una roca. Más cachondo de lo que podía recordar estar en años, pero no sentía la necesidad de ir deprisa. Ni apresurarse por alcanzar la satisfacción y así poder estar solo. Sus ojos se cerraron cuando ella murmuró algo otra vez. Algo sobre Alex y el recibo de la luz, lo que le hizo sonreír jocosamente. Insignificantes cosas femeninas con las que Joe siempre embromaba a Kelly. Infierno, esto era agradable. Sus ojos fueron a la deriva hasta cerrarse, su excitación latía entre sus muslos, pero fue atenuada por el agotamiento y un lento alivio de la tensa sensación de fría cólera que lo había tenido cautivo por años. Sepultó su cara en el pelo de _____, respiró lentamente, y dejó que la oscuridad lo envolviera, durante unas horas al menos.

por **JB&1D2** Miér 07 Mar 2012, 4:39 pm

Que bello!!
sube otro cap

por **aranzhitha** Miér 07 Mar 2012, 4:55 pm

chicas las invito a pasar por mi nueva nove "Dominada por el deseo"

https://onlywn.activoforo.com/t10323-dominada-por-el-deseo-joe-y-tu

por **Vanee LovatoD'Jonas** Sáb 10 Mar 2012, 9:21 pm

wiii porfin pude comentar! :D & claro que me pasare por tu nove!!!
Sigueeeela

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por **ElitzJb** Lun 12 Mar 2012, 2:12 pm

tan bello kevin me encanta :L:

sigeula!!! siguela!!!
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por **aranzhitha** Lun 12 Mar 2012, 4:32 pm

Capítulo 5

Algunos días, simplemente no merecía la pena despertarse. Despertar en la cama de Kevin había sido bastante malo, pero gracias a Dios que se había ido. Había podido birlar una camiseta y unos pantalones de chándal de alguien de talla más pequeña, llamar a un taxi, volver corriendo a la casa de su hermano para ducharse y cambiarse, y llegar al trabajo a tiempo. Sólo para ser despedida. Despedida de un mugre trabajo de camarera en una cafetería en la que obviamente no había tenido mucha ayuda, para empezar. Y había sido más que evidente que el propietario era reacio a despedirla, lo cual condujo a _____ a una única conclusión. Kevin había influenciado al propietario. Él la había despedido. No fue ni siquiera lo bastante decente para detenerse sólo en chantajearla cuando sabía que él tenía que saber que era inocente. Pero ahora estaba sin trabajo, así él podía tener a su pequeño entretenimiento cerca. Permaneció al lado de la caja registradora mientras la encargada extendía su cheque de finiquito y suspiró con cansancio.

—Gracias, Madge —dijo quedamente cuando la otra mujer, afectada y claramente molesta con las órdenes de despedirla, le entregó el cheque.

—Realmente lo siento, ______ —suspiró Madge, los ojos avellana compasivos—. El propietario sólo llamó y dijo que lo hiciera. No pude hacer nada.

_______ se encogió de hombros. El propietario era amigo de Kevin, lo sabía, sabía qué había pasado. Alejándose de la caja registradora, metió el cheque en su bolso y se abrió paso a través del local. Había pocos clientes a esta hora de la mañana. Algunos bebiendo café, un turista madrugador, y Johnny Grace, su vecino de al lado y primo de Kevin. Aunque Kevin sólo admitía su parentesco cuando estaba obligado.

Estaba sentado en la mesa del fondo, un marcado ceño apareció en su frente mientras iba hacia él.

—_______ —La detuvo antes de poder llegar a la puerta—. ¿Está todo bien?

—Muy bien —dijo con una sonrisa forzada—. Recortes, supongo.

Le gustaba Johnny. Llevaba una panadería desde su casa al lado de la suya y a menudo le traía pan recién hecho y dulce los días de horneado, gratis, sólo porque eran vecinos, decía él. La mirada de él se dirigió hacia la encargada, el ceño todavía ensombreciendo sus increíblemente perfiladas y difuminadas cejas. Oscuros rizos rubios enmarcaban su cara, dándole una apariencia casi femenina.

—¿Hay algo que pueda hacer?

¿Algo que él pudiera hacer? Tenía el presentimiento de que no había ni una maldita cosa que alguien pudiera hacer. Negó con la cabeza, forzando una rígida sonrisa en su cara.

—Estaré bien, Johnny. Sin embargo ahora tengo que irme. Te veré más tarde.

Johnny era un buen vecino, pero no un confidente. Ahora mismo, no podría manejar el hablar de esto con nadie. La mano apretada sobre el bolso mientras salía de la cafetería, su mirada girando infaliblemente hacia la gran camioneta negra al otro lado de la calle. ¿Cómo demonios sabía que él estaría allí? ¿Qué instinto la poseía que lo podía sentir observándola, deseándola? Él era una oscura sombra detrás de las ventanas tintadas, hasta que la ventanilla del pasajero bajó suavemente, revelando su semblante serio y las oscuras gafas escudando los ojos. Su pelo negro demasiado largo estaba atado en la nuca, mostrando las firmes líneas de su mandíbula y la arrogancia que impregnaba su expresión. La mano se alzó desde donde su largo brazo estaba extendido detrás del asiento, y los dedos le hicieron señas con majestuosa confianza de que ella iría. Como una maldita mascota.

Sus ojos se estrecharon sobre él cuando se dio la vuelta y se fue indignada acera abajo hacia el lado de la cafetería donde estaba aparcado su Rodeo. Había hecho una maleta esa mañana antes de dirigirse al trabajo que ya no tenía. Realmente le había otorgado a

Kevin el beneficio de la duda, que al menos esperaría que ella trabajara mientras él jugaba al arrogante chantajista del demonio. ¿Pero podía hacerlo? No, claro que no. Tenía que tenerlo todo. Sacaba las llaves del bolso cuando oyó un potente motor moviéndose detrás de ella. Le lanzó una furiosa mirada por encima del hombro antes de atravesar el estacionamiento con frenéticas zancadas. Tenía facturas que pagar, un préstamo universitario que abonar, no es que ahora estuviera usando el maldito título, pero siempre era un potencial para conseguir un trabajo decente. Ahora tenía que volver a buscar trabajo y rogar que hubiera alguien dispuesto a reírse en su cara cuando él le ordenara despedirla. Dios, no había cambiado. En ocho años, la mayoría de la gente se las arreglaba para madurar un poco, pero Kevin todavía era Kevin. Sólo un poco más sombrío, un poco más peligroso, pero todavía decidido a obtenerlo todo a su manera.

—Me parece que no. —Su mano grande le aprisionó la muñeca cuando fue a meter la llave en la cerradura del Rodeo. ___ permaneció quieta, gélida mientras la cólera amenazaba con inundarla.

—No lo puedo creer. —Trató de apartar el brazo, luego miró fijamente los dedos de él mientras se rehusaba a soltarla. Estaban aprisionándole la muñeca como hierros, lo bastante ceñidos como para mantenerla en su lugar, recordándole que él era más grande, más fuerte y más fornido que ella.

—¿Qué no puedes creer? —le preguntó él, arrastrándola consigo hacia la camioneta que se hallaba a pocos pasos detrás de él, con la puerta del conductor todavía abierta.

—¡Suéltame, Kevin! Tengo que encontrar trabajo —dijo sarcástica con falsa dulzura—. Alguien me costó este trabajo.

La incredulidad burlona cubrió su cara.

—¡No! ¿Te despidieron? ¡Qué vergüenza!

Sus ojos se cubrieron de maliciosa diversión, casi juguetona, invitándola a participar en la broma cuando él le había quitado su único medio de sustento. Esta vez, cuando tironeó de su muñeca, la soltó.

—Dime, Kevin, ¿cómo esperas que me mantenga? ¿Qué pague las facturas? ¿Qué conserve el coche? Ahora no tengo trabajo por tu culpa.

—Tienes un empleo. —La juguetona diversión abandonó su expresión.

—¿Tengo un empleo? —se mofó amargamente—. Déjame adivinar, ¿vas a pagarme por representar el papel de tu puta?

por **# LoveJonas }** Mar 13 Mar 2012, 4:32 pm

Que conste que enferme y luego tuve muchos problemas para comentar asi que lo siento
Amo como esta llendo la nove, asi que debes seguirla cuanto antes porfavorrr; sube capitulo pronto porfaaa

por **ElitzJb** Mar 13 Mar 2012, 7:54 pm

ese perro uso su influencia :evil: para q me despidieran CSM...
ufs es un sucio ... pero aun asi lo amooo
siguela me encanta la novela esta super genial
siguela yaaaaaa me dejas con las ansias carcomiendome
x mas capitulos

siguiela siguela !!!!! quiero mas capitulos...
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por Invitado Miér 14 Mar 2012, 12:26 pm

Nueviiiisiiima y fielsiiisiima Lectora....La Amiiisiiimoo..Aunque Kev Aveces me exaspere Porque En la Nove es Un Perro Bastardo.....Conste En realidad es Mi Amante........Esta Buuuueniiisiiisiiiisiiima Siguela Cuando Puedas.........:D

por **berenice_89** Miér 14 Mar 2012, 2:16 pm

oh wow¡¡nunca habia visto a kevin asi en una novela...y me encanta¡¡¡

https://onlywn.activoforo.com/t8348-mis-novelas#626363

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por **aranzhitha** Miér 14 Mar 2012, 5:14 pm

Bienvenidas a las nuevas lectoras Nanny y Bere y a Ainhize que regreso espero les guste el capi dedicado a ustedes :)

Continuacion....

Entonces la expresión de él se serenó.

—Entra en la camioneta.

Debería haber estado nerviosa. Había visto antes esa expresión en la cara de su hermano, y era una que era mejor evitar. Una que habría evitado si no estuviera tan malditamente disgustada. Ella sabía lo que él esperaba, y eso la enfurecía.

—¡No en tú pequeño mundo narcisista! —Le dio un manotazo en el pecho mientras sentía que la cólera la envolvía—. Tengo que buscar un...

El aliento salió abruptamente de su pecho cuando la tiró hacia él, sus senos se aplastaron contra el amplio pecho de él, los dedos de una amplia mano se enredaron en su pelo mientras le echaba la cabeza hacia atrás, su mirada aprisionó la suya mientras ella lo miraba fijamente, conmocionada.

—Hicimos un trato. —Su voz rasposa con algo parecido al enojo, pero se volvió más profundo que el enojo. ______ tembló mientras miraba fijamente los pálidos ojos verdes y la determinación que brillaba en el interior de ellos.

—Ese trato no incluía robarme mi trabajo y mi vida. No tienes derecho a hacer esto.

—Mi cama o la cárcel. Mis normas. Y mis normas dicen que mientras compartas mi cama, entonces por Dios que la compartirás cuando yo quiera, no cuando tú tengas tiempo para mí.

Quedó conmocionada, y no por primera vez. Este no era el Kevin que había conocido ocho años antes, sino el hombre que la había tomado esa noche hacía tanto tiempo. El barniz de encantadora provocación había sido arrancado, y en su lugar estaba un hombre que no estaba segura de poder manejar.

—No me arrestarás. —Su voz temblaba—. Sabes que no estaba haciendo nada malo.

—Tenemos un trato —repitió—. Ahora mete tu culo en esa camioneta. Discutiremos los términos cuando volvamos a la casa flotante, pero no los discutiremos aquí, en medio de un maldito estacionamiento.

No le dio tiempo a discutir. La agarró por la cintura, le dio la vuelta, y la metió en el vehículo.

—Mi ropa... —Trató de salir a gatas, sólo para encontrarse cara a cara con unos ojos que empezaban a volverse turbulentos en su color. Verdes claros, chispas de color más oscuro, un remolino de sombras caóticas que de pronto la inmovilizaron. La mandíbula tensamente apretada, el músculo en la mejilla se movió nerviosamente dos veces antes de que lograse controlarlo. Las llaves le fueron arrancadas de los dedos.

—No te muevas. Que Dios me ayude, si sales de esa camioneta, ______, lo lamentarás. Porque te daré la vuelta sobre mis rodillas y te zurraré el culo aquí y ahora. ¿Me entiendes?

Lo contempló con recelo. Él pisoteó, literalmente pisoteó la corta distancia hasta el Rodeo, lo abrió y arrastró su maleta del asiento delantero.

—Mis flores. —Su voz ganó fuerza. Si todo a lo que se arriesgaba era una zurra, entonces bien podía obtener todo lo que había empaquetado—. Y la caja de la parte posterior.

La maleta golpeó en el suelo mientras él se daba la vuelta y la miraba pensativamente.

—Sin duda al menos puedo tener las pocas cosas que necesito. —Ella le sonrió forzadamente—. Incluso los condenados tienen algunos artículos personales, Kevin.

Sus ojos se estrecharon antes de cerrar de golpe la puerta del conductor. Caminó hacia la parte de atrás del vehículo y abrió bruscamente la puerta trasera. La caja con las ropas adicionales, el maquillaje, y los objetos personales estaban fuera, luego el rosal en miniatura y el cactus floreciente que estaba en la esquina. Cerrando de un golpe la puerta trasera otra vez, la cerró con llave y puso las cosas en el asiento trasero de su camioneta.

—Hazte a un lado. —Su voz fue ruda mientras iba otra vez hacia la puerta abierta.

—Necesito mi coche.

—Dije que te hicieras a un lado.

—No puedes dejar mi coche aquí, Kevin, lo necesito. —Se obligó a no gritar de completa frustración—. Esto está yendo demasiado lejos...

La agarró de la cintura, y antes de que ______ pudiera forcejear la había levantado por encima de la consola y la dejó caer en el asiento del pasajero antes de subir.

Maldito fuera. Agarró el seguro de la puerta con toda la intención de arrojarse de la camioneta y recuperar su precioso Rodeo.

—Abre esa puerta, y que Dios me ayude, lo lamentarás.

Se quedó quieta ante el sonido de su voz, dando la vuelta para fulminarlo con la mirada mientras ponía la camioneta en marcha y giraba el monstruoso vehículo.

—Necesito mi coche.

—Nick puede recogerlo más tarde. —Una mano se aferró al volante, la otra en el cambio de marchas que se alzaba desde el suelo mientras conducía desde el estacionamiento y regresaba a la calle Mayor antes de dirigirse a la interestatal.

—Eso no es justo. Nada de esto es justo, Kevin —le gritó—. Me has quitado el trabajo. Eso es lo mismo que quitarme todo lo que poseo. Y no era mucho,- admitió. Sobre todo el Rodeo, pero era la intención lo que contaba.

—Me haré cargo de tus facturas —le soltó.

—Por qué no simplemente estampas puta en mi frente —dijo con desprecio. La camioneta hizo un movimiento brusco hacia el lateral de la carretera, zarandeándose en una brusca parada mientras él se giraba hacia ella, el esfuerzo para controlar lo que surgía en su interior visiblemente obvio en su cara.

por **# LoveJonas }** Miér 14 Mar 2012, 5:29 pm

Yo quiero maraton porfaaaaaa
Sube un pequeño maraton si???
Me encanto el capituloooooo; siguela ya porfaaaa

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