Re: [Resuelto]"Noches Traviesas" (Kevin y tu)Terminada

por **CrazyxJonas** Vie 07 Sep 2012, 5:54 am

Hoooli. mira no tengo idea de en que parte voy.-. así que la leeré de nuevo xd slfdj
Es que esta era una de mis favoritas y eso*-* para que sepas que también he vueltooo *OO* xd
Y cuando por fin termine volveré a comentar u-u ya?
De todas formas siguelaaa sdlkfhds me encanta♥c:.

por **CrazyxJonas** Vie 07 Sep 2012, 5:55 am

Y pase de pagina*-* sakfgdsj
Siguelaaaaaaa 1313

por **Vanee LovatoD'Jonas** Vie 07 Sep 2012, 1:27 pm

sigue

por **berenice_89** Lun 10 Sep 2012, 1:54 pm

VAMOS KEV

RESPONDELE ALGOOO

por **CrazyxJonas** Mar 11 Sep 2012, 8:36 am

Oh Mi Dios.
He llegado por fiiiiiiiiiiin*-*
lskjdhf losé, soy algo lenta para leer:cc pero termine puedes creerlo? slkjgdf
Y me estas matando de la emoción, como se te ocurre dejarla así? y no seguirla>:cc
Ya se que se va a acabar y todo pero no puedes no subir cap por tanto tiempo:cc
Realmente voy a matarme, y despues a ti>:cc skdjhf okno:cc
Pero síguela es que aaah aflkgdjslhdjñgldjhsldfjlldfkhkl
Es taaaaan genial*OO*
Maldito Jonny¬¬, va a morir, y espero que pronto djsdhf :BB
Pero Kevin, y _____ con lo del aborto, se aman, dsjkdgfh estoy emocionada y taldosa.-.
Y ahora que ya estoy al día en tu nove, tendrás que soportar mis comentarioscc: aqui en las otras porque tengo planeado pasarme :¬w¬: lkjdgshf
Y esopo, amo estos libros y a ti por subirlos*w* dshgkjfh
Son lo mejor, y por fis porfis siguela, mira que te deje un comentario enorme 1313 jskgfsdg
La euforia no me deja pensar asi que no se que más decir:cc
Cuidate, y siguelaaaaaaaaaaa

sgdhfjgk

por **aranzhitha** Mar 11 Sep 2012, 3:17 pm

les subo mañana es que estoy en examen pero ya mañana termino y les subo, crazy no te mates despues como vas a leer??
Mañana subo lo prometo :)

por **CrazyxJonas** Mar 11 Sep 2012, 6:21 pm

aranzhitha escribió:les subo mañana es que estoy en examen pero ya mañana termino y les subo, crazy no te mates despues como vas a leer??
Mañana subo lo prometo :)

:OO es cierto pero es que ahh... me dejas en un estado de desesperación cuando no subespo:cc
Ok, lo esperareeeee :¬w¬: lksdhgjdf que emoción *-*
Siguelaaaaaaa

por **aranzhitha** Miér 12 Sep 2012, 6:36 pm

Capítulo 21

La panadería y confitería Graceful estaba justo saliendo de la calle North Main en las afueras del casco antiguo. La casa que Johnny Grace había comprado estaba en la parcela al lado de la casa que ________ había heredado de sus padres. La casa de ladrillos de dos pisos estaba en medio de un césped perfectamente arreglado y recortado. Las flores veraniegas crecían abundantes por la propiedad, bóvedas de madera sostenían las parras y rosas trepadoras, y el porche delantero era la sede de urnas de cemento repletas de flores dulcemente fragantes. _______ caminó hacia la amplia puerta principal. El cartel colgado en la puerta afirmaba: Abierto a Cumplir tus más Dulces Necesidades.
—Esto es una idea malísima —murmuró ella, no por primera vez, mientras Kevin agarraba el picaporte y abría la puerta. Al instante, una profusión de aromas los envolvió. Panes horneados, dulces glaseados, y tentadoras delicias. _____ inhaló inconscientemente y sintió despertar su gusto por los dulces en venganza. Johnny siempre la había tenido surtida de dulces. Durante el año pasado no había tenido que comprar mucho más que una barra de pan a causa de su generosidad. ¿El pago por traicionarla? ¿Una conciencia culpable? La traición y la furia empezaron a arder más vívidas dentro de ella. Le dolió el pecho al saber que Kevin había tratado con esto la mayor parte de su vida.
—_______. —La voz de Johnny la saludó con un filo de inquietud mientras ella entraba en lo que una vez había sido un salón comedor abierto. Ahora contenía un despliegue de mostradores bien surtidos de dulces y panes. Había otros clientes. Johnny tenía una clientela fija que lo mantenía ocupado a lo largo del día. Se apartó de la caja registradora, el ceño tirándole de la frente, mientras le echaba un vistazo a Kevin detrás de ella.
—Nick dijo que habías dejado el pueblo. —Su mirada estaba repleta de inquietud—. ¿Va todo bien?
Le agarró las manos antes de besarla en la mejilla. Reaccionar con normalidad fue la cosa más difícil que ______ había hecho nunca. Quería enfurecerse; quería gritar. A pesar de todos los problemas con la familia Jonas, ella siempre había disfrutado de la compañía de Johnny.
—Todo bien, Johnny. Nick entendió mal una leve discusión que tuvimos Kevin y yo. Nada por lo que preocuparse. Pero he echado de menos mi pan de nuez y plátano. ¿Has hecho alguno?
Johnny miró sobre el hombro de ella una vez más, parpadeando con indecisión. ______ echó un vistazo atrás. Kevin no se había sacado las gafas oscuras, y parecía lo bastante malo como para rasgarse las vestiduras. Ella lo golpeó con el codo en el prieto abdomen con una mirada de advertencia. Los clientes observaban la escena con curiosidad, una retahíla de susurros se desataron cuando Kevin bajó la mirada hacia ella y se frotó el duro estómago casi distraídamente.
—Siempre tengo tu pan, _____. —La voz de Johnny podía contener nervios, enfado o temor. Era difícil de decir. Se volvió y regresó al mostrador principal. Alzando la puerta articulada de cristal del largo mostrador, Johnny agarró una bolsa de papel, levantó una barrita de pan de nuez y plátano del mostrador, y lo puso rápidamente en una bolsa blanca encerada que utilizaba para el pan.
—Aquí tienes —dijo, yendo hacia la caja registradora, la expresión sin mostrar emoción, la mirada oscilante entre _____ y Kevin —. ¿Algo más? —Su mirada permaneció sobre Kevin, y ______ juró que entonces vio brillar el odio en lo más profundo.
—Traté de decirle que podía conseguir el pan en algún otro lugar. —Dijo entonces claramente Kevin, con tono burlón—. Tienes un bonito lugar, Johnny. Realmente bonito. Estoy contento de ver los frutos de tu batallita en el juzgado.
El dinero y la tierra que habían obtenido durante la batalla legal con Kevin, evidentemente habían costeado la tienda.
— Kevin —lo reprendió ______, odiando la necesidad de mantener una apariencia de compasión hacia Johnny. Pudo notar la animosidad que empezaba coger cuerpo entre los dos hombres. Sacó algo de dinero rápidamente del bolso para pagar el pan, queriendo únicamente salir de allí, respirar sin el hedor de la traición de Johnny asfixiándola. Johnny sostuvo la mano el alto, anticipando el pago, su mirada endurecida mientras la contemplaba fijamente.
—Por los viejos tiempos. —Sonrió tensamente—. Pero por favor, llama antes de venir. Me aseguraré de tener trabajando a mi ayudante ese día. No necesito a Kevin en mi tienda, si no te importa.
Detrás de ella, Kevin chasqueó la lengua con sorna.
—Johnny, somos familia, hombre. ¿Seguramente se me permite la entrada en la tienda después de haber pagado por ella? No puedo creer que tengas un corazón tan frío.
Este era el Kevin burlón en sumo grado. Esto, ______, ya lo había visto antes. Estaba presionando a Johnny, intentando hacerle enfadar, tratando de que lo golpeara. En lugar de eso Johnny la volvió a mirar.
—______, llama primero —le recordó—. Estoy seguro que entiendes las razones del por qué.
Los clientes se arremolinaron en la tienda observando ahora con interés, la fábrica de chismes se preparó para un torrente de habladurías que continuaría durante meses.
—Lo entiendo, Johnny. —Mantuvo la voz baja, pero por dentro, le dolía. Y sintió empezar a crecer la furia. Esta tienda era el orgullo de Johnny. La gran casa que su madre había construido, los aires y la seguridad de su sitio en la sociedad habían sido compradas con el dolor de la infancia de Kevin. Añadidas a la crueldad de su padre hacia Kevin y exacerbando los recuerdos que obsesionaban a Kevin incluso ahora. _______ miró fijamente a la barra de pan en su mano, luego a Johnny. Su expresión tensa mientras la dejaba otra vez en el mostrador.
—Pensándolo mejor, Johnny, creo que después de todo no lo necesito.
Una mirada de sorpresa centelleó mientras contemplaba la enfundada barra de pan, luego a ______.
—¿Estás segura, _______? —Pudo ser paranoia, pero estaba segura que oyó una advertencia en su tono. Ella estaba eligiendo el bando de Kevin en vez de permanecer neutral, o mucho mejor, en el bando de Johnny.
Los labios de ________ se afinaron mientras lo contemplaba, viendo ahora lo fácil que pudo haber asumido su personalidad. Tenían el mismo peso, casi la misma estructura. No habría sido difícil para Johnny falsear las curvas que tenía su cuerpo, vestido con sus ropas, y simulando ser ella. Conseguir sus ropas y devolverlas no habría sido difícil. Su casa estaba justo al lado de la suya, y pudo haber hecho una copia de la llave las pocas veces que se la había dejado, veces tales como cuando había esperado al técnico del cable y ella tenía que trabajar.
—Estoy segura, Johnny. —Se alejó del mostrador antes de darse la vuelta y echar un vistazo a Kevin —. Ya estoy preparada para marchar.
No lo esperó. Se dio la vuelta y se dirigió intencionadamente hacia la puerta, notando a Kevin moviéndose protectoramente detrás de ella. Era el sentimiento más extraño, saber que estaba allí sin siquiera mirar, sintiendo su calidez rodeándola incluso cuando no la estaba tocando. Él pasó alrededor de ella mientras se acercaba a la puerta y la abrió con rapidez. Dando un paso atrás para dejarla pasar por la salida, Kevin volvió la mirada hacia Johnny. Debería sonreír satisfecho. Pudo haber contrariado al pequeño bastardo más aún, pensó. Pero mientras miraba fijamente a Johnny, todo lo que podía sentir era piedad. Era demasiado parecido a su madre, demasiado influenciado por la necesidad del mezquino poder y la obsesión de tener más sin merecérselo. Kevin vio el odio en los ojos de Johnny. Vio el resentimiento y los años de agresividad reprimida provocada por el hecho de que sólo una vez en su vida le había ganado la mano a Kevin. Esa vez siendo la batalla en el juzgado que Kevin casi había perdido. En vez de decir algo más, simplemente negó con la cabeza, suspirando ante el cansancio de la lucha emprendida entre él y Johnny desde la infancia, y abandonó la pequeña tienda que Johnny había comprado con los beneficios deshonestos de traicionar la sangre. Abandonando el edificio, Kevin siguió a _______ hacia la camioneta, sintiendo el peso en el pecho y los remordimientos que sabía era mejor dejar olvidados. Sabía, en el fondo de su alma, que su propio padre habría preferido dejarles la herencia a Johnny y a su madre. Pero fue la madre de Kevin quien frustró esos planes.
A pesar de la paranoia, las tendencias sospechosas y el comportamiento frío y sin sentimientos, Brenda Jonas había comprendido la lealtad familiar. Podría haber sido incapaz de no dejar que su esposo golpeara despiadadamente a su hijo cuando era joven, pero había aconsejado a Kevin las mejores maneras de evitar el temperamento de Chandler, y se había asegurado que en el caso de sus muertes la herencia de Kevin fuera preservada. Si no hubiera sido por su meticulosa redacción en los testamentos y sus deseos claramente manifestados, entonces Kevin lo habría perdido todo. Ayudó a ________ a entrar en la camioneta, viendo la furia creciendo en sus ojos y el rubor de su cara mientras cerraba la puerta del pasajero e iba hacia el lado del conductor. Cuando se impulsó dentro de la camioneta y encendió el vehículo, echó un vistazo a _______ otra vez y se encontró indeciso en qué decir. Él había aceptado la animosidad entre Johnny y él hacía años. Se encontraba a sí mismo raramente sorprendido por su primo hasta que comprendió que realmente tenía que matarlo. También rechazó explicar o fabricar excusas por su comportamiento en lo que se refería al otro hombre. Ahora se encontró a sí mismo deseando poder encontrar las palabras para explicárselo a _______. Estaba dolida y furiosa. Johnny había sido su amigo. Por primera vez en su vida, estaba en una situación que no podía ganar, sin importar lo que hiciera. No podía influenciar en la decisión de ________. No era una guerra que pudiera ganar con un arma, los puños o el dinero. Cuando era joven, los puños lo habían protegido. Una vez se unió a los Marines y entró en el sombrío mundo de un asesino, aprendió que su arma podía manejar a los monstruos del mundo. Monstruos que asesinaban y mutilaban. Pero el trabajo había tomado un peaje en su conciencia. De manera que Kevin a menudo pensaba que la bala que le había dado en la rodilla había sido una bendición. Cuando volvió a casa, volvió con suficiente dinero para asegurarse que los abogados podían combatir sus batallas y se encargaría de las cosas que necesitaba. Los puños, las armas o los abogados no iban a cambiar lo que _______ estaba sintiendo ahora: la traición, la furia, el saber que había confiado en alguien que la había utilizado. Condujo hacia la tienda de maderas, en silencio, recorriéndola con la mirada, deseando ahora que no tomara la decisión de enfrentarse a Johnny de ninguna manera. No quería que se volviera tan dura ni tan cínica como él.
Se acabaría pronto. Cranston atraparía a Johnny por la noche con los cargos de terrorismo y por vender armas militares. Después de esto, quizás podría respirar con tranquilidad. Ella no estaría a salvo hasta entonces; Kevin lo había visto en sus ojos. Los agentes que lo vigilaban lo seguirían, pero hasta que estuviera entre rejas, Kevin no respiraría con tranquilidad, no podría.
—Lo siento —dijo él al fin apenas respirando mientras entraba en el parking lateral de la tienda—. No debería haberte hecho hacer esto.
Lo sorprendió con un bufido poco femenino y un destello de desafío en los ojos.
—Si esa pequeña rata bastarda pensó que con una barra de pan iba a compensar el asumir mi personalidad, entonces se merece otra cosa. Igual que tú si piensas que necesitas disculparte por la estupidez de tu primo.
Sus cejas se alzaron de la sorpresa mientras se bajaba las gafas por la nariz y la miraba por encima de las lentes. Apretó los labios mientras miraba a lo lejos, luego se volvió hacia él.
—Siempre pensé que quizás los problemas entre Johnny, tú, Joe y Nick eran por sus preferencias sexuales. Lo siento por él. Era mucho más menudo que el resto de vosotros y siempre parecía tan alterado porque no formaba parte de la diversión. —Ella se encogió de hombros con inquietud—. Sé lo de la batalla legal, cómo él y su madre trataron de robarte la herencia, pero pensé que era un intento de conseguir atención más que otra cosa.
La pena osciló detrás del enfado en la mirada de ella.
—Pudo haber empezado de ese modo —aceptó Kevin —. Cuando éramos mucho más jóvenes. El problema en admitir a Johnny en la diversión era que tendía a chivarse. Joe estaba bastante a salvo; el tío Paul no tenía una mano dura. Sin embargo, Natches y yo pagamos bastantes veces por la incapacidad de Johnny de mantener esos secretos. Así que nos mantuvimos a distancia de él.
Ella hizo un gesto de dolor.
—Los padres deberían ser comprensivos —susurró—. Una mano dura sólo engendra resentimiento.
—U odio —apuntó Kevin cínicamente antes de negar con la cabeza y mirar a través del parabrisas hacia el lateral metálico de la tienda de maderas—. No vale la pena discutir en este momento. Sólo lamento que te hayas visto metida en esto, ______.
—Lo hizo para hacerte daño —dijo, atrayendo su mirada hacia ella—. Usurpó mi identidad, me atrajo al almacén, y luego entró en el calabozo judicial vestido como yo para asegurar mi detención. Lo hizo sólo para lastimarte.
Kevin ya había sacado en claro eso, pero le dolía porque ella se había dado cuenta. Se le oprimió el pecho, y le dolía realmente el corazón.
Extendiendo la mano, dejó que la parte trasera de sus dedos acariciara la línea de la mandíbula de ella, sintiendo la calidez de su piel, viendo la aceptación en su mirada.
—No te habría arrestado —dijo finalmente en voz baja—. Si te hubieras largado la noche en que te chantajeé, te habría dejado marchar, ______. Tenía la nota que dejaste en el coche. Sabía que eras inocente.
—¿Crees que no lo sé? —Le tomo la mano y la sujetó contra la mejilla—. Siempre lo supe, Kevin. Quizás simplemente necesitaba una excusa para dejar atrás el pasado y tratar de lograr lo que quería.
Se sacó las gafas de la nariz y las puso en el tablero, en todo momento mirándola fijamente, memorizando los rasgos y las emociones que llenaban su mirada. Era amor. Pudo ver el amor. El mismo modo en que Kelly miraba a Joe, el modo en que Denisse contemplaba a su marido Paul. Incitante, oscura con aceptación y con una emoción que desafiaba la descripción. Amor era una palabra tan insulsa para lo que sentía y para lo que veía en los ojos de ella. Kevin tragó compulsivamente, de repente inseguro, desestabilizado por ella. Demonios, ella siempre se las había arreglado para hacerle esto, incluso ocho años antes. Haciéndolo sentir como un novato que no sabía cómo conseguir una chica.
—Quiero darte otro bebé :arre: . —Hizo una mueca cuando las palabras traspasaron sus labios, y los ojos de ella se abrieron de par en par por la sorpresa—. No, escucha. —Le cubrió los labios con los dedos cuando se abrieron—. Sé que ahora mismo no estás preparada. Quiero casarme contigo, _____. Quiero mi anillo en tu dedo. Te quiero a mi lado. Pero también quiero darte otro bebé. Yo... —Se detuvo de repente, los labios apretados ante su incapacidad de poner los sentimientos en palabras. Demonios, quería atarla a él; era así de simple. Quería tener la certeza de que nunca se apartaría de él otra vez, que nunca quisiera apartarse de él otra vez.
— Kevin —susurró, extendiendo la mano hacia él, posándola en la mejilla mientras la miraba fijamente, desesperado por todas las cosas que había perdido después de que ella abandonara el pueblo—. No te abandonaré otra vez. Nunca.
Algo dentro de él se relajó ante sus palabras. Como si un resorte de temor hubiera estado apretando en su pecho, las palabras de ella lo liberaron, exaltando una parte de su alma que nunca había sabido que estaba reprimida en su interior. La pasión lo atravesó alocadamente. No simplemente la excitación y la lujuria, si no las emociones que lo anegaban y lo asombraban.
Estaba más duro de lo que había estado en su vida, y a pesar de todo, en el interior, el duro nudo de cólera, cinismo y pesar se estaba disolviendo. No podía decir nada. Había sólo una manera de combatir la desconocida marisma de emociones que ahora lo atravesaban. Se extendió hacia ella. La rodeó con los brazos, deslizándola a través del tablero de mandos hasta que su trasero descansó en su regazo, la cabeza en su hombro, y sus labios cubrieron los de ella. Un infierno de hambre explotó en sus venas. La piel le escocía de pasión, y el beso se volvió hambriento. No podía profundizar lo suficiente, no podía saborearla o tocarla lo suficiente. Sus labios se abrieron para él, tomándolo, mientras los dedos se ensartaban en su pelo y le ahuecaban la parte trasera de la cabeza para sujetarla en el lugar. No es que ella estuviera rechazando el beso. Demonios, no. Ella tenía las manos en su pelo, dándole tirones y jalándolo, mientras su lengua encontraba la de él, lamiendo y acariciando y volviéndolo loco con la intensa y apasionada batalla que estaban librando. Ella era un rayo de verano, sorprendentemente caliente y veloz hacia el centro de su alma. Ella era un caluroso día de verano y una fresca y balsámica brisa a la vez.
—Dios, me vuelves loco —gimió, los labios moviéndose sobre la mandíbula y cuello de ella—. Me olvido hasta de dónde estoy y me importa un carajo quién nos vea.
Y no le importaba. El estacionamiento de empleados estaba bastante protegido, pero no era de ninguna manera privado. Sin embargo, Kevin era un hombre desesperado. Las emociones manaban en su interior, el hambre por _____ que sabía nunca sería saciada, y sus manos que no podían tocarla lo suficiente. Alzó la cabeza, bajando la mirada mientras pasaba la mano bajo el dobladillo de uno de tantos de esos malditos ceñidos tops que llevaba. Que le acariciaba sobre los pechos y le rozaba sobre el vientre sólo un poco demasiado ajustado para el bienestar de un hombre adulto. Observó mientras la áspera y oscura piel de su mano tocaba el suave y cremoso vientre de ella sobre los tejanos de cintura baja que llevaba. _______ no era de estructura delgada, era bastante bien redondeada, y esas curvas lo volvieron loco. Subió la mano por el vientre, empujando aún más la camiseta hasta que pudo ahuecar un montículo cubierto de encaje de su pecho.
—Las cámaras —de repente ella gimió, estremeciéndose cuando sus dedos agarraron un duro pezón y tiraron de él lentamente.
—¿Eh? —Su atención estaba fascinada en ese duro pezón, se le hacía la boca agua por probarlo.
—¡ Kevin! —La voz llena de risa y excitación—. Has aparcado debajo de la cámara de seguridad.
De un tirón levantó los ojos hacia la ventana, y hacia la cámara que enfocaba la camioneta.
—Mierda —dijo entre dientes. La risa burbujeó de sus labios mientras se bajaba la camiseta, escondiendo las suculentas y tentadoras bayas por las que se estaba muriendo.
—Eres un chico malo —lo acusó, gateando de su regazo y tratando de arreglarse las ropas y el pelo. La risa destelló en sus ojos y le curvó los seductores labios.
—Caramba, pareces sorprendida. — Kevin suspiró mientras se movía en su asiento y trataba de aliviar la presión de sus tejanos contra su polla. Esa parte de su cuerpo estaba tan gruesa ahora que era doloroso.
—Sorprendida, nunca. —Ella negó con la cabeza con una leve risa mientras bajaba el visor, arreglándose el maquillaje bajo los ojos, y se esponjaba la seda de su pelo antes de comprobar la camiseta. Después de ajustarse el escote, le emitió una provocadora mirada, luego abrió la puerta y saltó de la camioneta. ¡Maldita fuera! Sabía lo que le estaba haciendo, pensó Kevin, y no pudo hacer nada excepto sonreír mientras se obligaba a sí mismo a salir del vehículo y pulsar el cierre automático del llavero. Las luces de la camioneta centellearon cuando un pequeño bip le confirmó que había cerrado.
—Vamos, pequeña provocadora. —Rodeando la camioneta, su brazo se deslizó alrededor de la cintura mientras se dirigían a la entrada de empleados—. Nos encerraré en la oficina y tendré mi lado perverso contigo allí.
—No lo creo. Tienes pedidos por terminar, y todavía no has hecho la lista para el inventario de invierno. Necesitas adelantarte a las grandes superficies y planificar los escaparates.
Le frunció el ceño mientras iban hacia las escaleras de la oficina.
—No quiero hacer escaparates de invierno. Cuestan demasiado, y no son efectivos.
—Sólo porque tú eres el único que los hace —expuso ella—. He estado viendo tus escaparates, Kevin. No son efectivos porque no tienes ni idea de lo que buscan las mujeres.
—Sé lo quieren las mujeres. —Le frunció el ceño, preguntándose entonces si algo de lo que hizo había sido ineficaz con esos explosivos orgasmos que le había dado.
—Lo que las mujeres quieren en la cama y lo que están dispuestas a comprar en público son dos cosas distintas. —La risa en su voz lo calentó, haciéndolo sonreír—. Confía en mí. Te voy a forrar con esto. Vamos a tener unos increíbles escaparates de invierno. Sólo espera hasta que veas el Santa Claus que estoy pensando en traer. Y encontré unos increíbles arcos de hierro forjado muy baratos. Con clase, y no disponibles en la mayor parte de esta zona. Quiero comprarle todo el stock al distribuidor, para asegurarme que las grandes superficies no los obtengan.
Mientras la escuchaba, estuvo tentado a negar con la cabeza. Ella tenía planes, y que lo maldijeran si no estaba de acuerdo con ella. Al ritmo que iba, acabaría haciendo que su padre se revolviera en su tumba ante el éxito.
—Necesito que lo compruebes con Jim Bedsford y veas que ha sucedido con el pedido de Connelly, ahora que lo pienso. —Ella frunció el ceño mientras entraban en la oficina y fue hacia el escritorio—. Casi me olvido, con todo lo que ha pasado. Layla tuvo que rembolsarle un cuarto del pedido cuando no llegó a tiempo. Está bastante molesto con eso.
Kevin tomó la hoja de pedido y frunció el ceño. Se había esforzado mucho para que Connelly dejara encargarse a Jonas del suministro para el complejo de apartamentos que estaba construyendo.
—Maldición —gruñó—. Hoy voy a tener que trabajar.
La suave risa y la calidez femenina susurró a su alrededor entonces.
—Tú y yo, ambos. Ahora ocúpate de Bedsford. Y si yo fuera tú, consideraría muy en serio el remplazarlo.
—¿Por quién? —gruñó Kevin. Su mirada se encontró con la de ella. Estaba segura, certera.
—El marido de Layla, Jamie. Tiene experiencia, y pasa la mitad del tiempo aquí de todas formas. Mejor que lo pongas a trabajar.
Y tenía razón, maldita fuera. Gruñó evasivamente, sabiendo malditamente bien que acabaría haciéndolo.
—No te metas en problemas —le advirtió antes de presionarle un fuerte beso en los labios y dirigirse hacia la puerta—. Y no abandones la tienda con nadie que no sea yo. No estás a salvo hasta que Cranston atrape a Johnny. Prométemelo, _____.
—Sí, señor —le espetó burlonamente—. ¿Alguna otra orden, señor? Se giró en la puerta y alzó las cejas.
—¿Estar desnuda cuando vuelva?
—Sólo en tus sueños. —Puso los ojos en blanco y lo despidió con la mano—. Adiós, Kevin. Nos vemos en la comida.
Se reía entre dientes mientras abandonaba la oficina, asombrado ahora ante los sentimientos que lo atravesaban. Todavía estaba malditamente duro y los tejanos eran incómodos, pero ese nudo de desencanto, que lo había perseguido toda su vida, estaba aflojado. Por ella. Negando con la cabeza, bajó rápidamente las escaleras, le lanzó un saludo a Layla, e hizo nota mental de hablarle de su marido antes de encaminarse a la parte trasera de la tienda. Bedsford obviamente iba a tener que irse; Kevin sólo quería averiguar primero por qué estaba saboteando los suministros de los que se hacía cargo Maderas Jonas.

Lo prometido es deuda aqui esta su capi :) espero subir en el fin de semana mas capis

por **JB&1D2** Jue 13 Sep 2012, 8:43 pm

me encanto el cap
aww que kevin de comporto tan tierno, me enamoro, bueno ya lo habia hecho,pero fue tan bellooooooooo
siguelaa

por **CrazyxJonas** Vie 14 Sep 2012, 8:52 am

*OOOOOOOOOOO* Espere tanto por esoc':
Iba a comentar ayer pero justo me tuve que ir>:cc igual ya habia leido el capc: dslkjgdksf
Y me encantooooo lalal tienes que seguirla prontooo :¬w¬:
Kevin es taaaaaaaan sexy, me encanta, lo amo.
Y que onda ese Bedsford?._. quién es? y por que hace todo eso?
Como si ya no fuera suficiente con Johnny.-. que rabiaa dslkhgf
Le quiere dar un hijo? *-* ooow, yo quiero muchos hijos contigo Kevin :¬w¬: dslkghkgf
Siguela porfavooorsh, sino me voy a morir de desesperación:ccccccccc saklhfkldgfjh
Sigueee, es que es taan genial dsankjf okyá:cc chaito

:BB

por **aranzhitha** Dom 16 Sep 2012, 5:41 pm

Capítulo 22
Los escaparates de verano eran tan importantes como los de las Navidades, pero era muchísimo más difícil sin el tiempo para prepararlos. _______ pasó la primera de varias horas mirando afuera a través de las tintadas ventanas que daban al almacén, su mirada entrecerrada mientras Layla trabajaba en el escritorio detrás de ella para preparar un recuento sobre los artículos necesarios que iban a necesitar para crear el diseño que _______ quería. El frontal del almacén era importante. Por el momento era todo aparcamiento. No había áreas valladas para las exhibiciones de verano y los ajardinamientos. Nada para llamar la atención a los compradores mientras conducían por delante de Jonas para llegar a la gran tienda de alimentación y el centro comercial al aire libre alojado más arriba de la carretera
—¿Tenemos por fin los planos del cenador? —le preguntó _____ a Layla. Kevin había encargado solo un pequeño número de cenadores, los cuales fueron vendidos con regularidad durante los últimos años
—Tenemos varios planos —Layla se desplazó a los archivadores laterales al otro lado de la oficina—. Los puse aquí después de traer los últimos cenadores. El distribuidor envía los planos o los construye por ti. Sería increíblemente más barato si Kevin pagara a unos pocos de los trabajadores más jóvenes para que emplearan algunas horas extras para montarlos.
Ella sacó un archivo y extendió el primer plano sobre la mesa de café. —Estos son los únicos que se están vendiendo mejor por el momento. Los pequeños cenadores tenían un columpio con dos asientos con un banco al otro lado. ______ miró fijamente el diseño, frunciendo los labios pensativamente.
—¿Tenemos los columpios?
—Montones de ellos. —Layla asintió—. Y podríamos obtener las flores de las que estabas hablando en menos de tres días. Hay un propietario de un invernadero local que conozco que podría asegurarse de que Jonas solo tenga las flores más frescas. Ellos entrenaran a los empleados para cuidarlas y los controlaran cada pocos días. Lo que no vendamos, no lo pagamos. Especialmente las perennes, los arbustos de flor y los árboles porque pueden ser plantados en el otoño y vendido a los paisajistas la primavera siguiente. _______ tomó unas pocas notas rápidas en la carpeta que llevaba, alrededor del bosquejo que estaba haciendo de la exposición al aire libre que quería.
—¿Tus chicos están trabajando este verano? —le preguntó a Layla. Layla sacudió la cabeza rápidamente.
—No tienen nada todavía. Tienen clases de verano en el colegio, sería demasiado difícil para ellos trabajar en más sitios justo ahora.
—¿Podría Jonas contratarlos para trabajar por la tarde y los fines de semana? —le preguntó—. Necesitaremos a alguien que construya los cenadores y ponga los muestrarios juntos. Hay unas cuantas de las chicas preparando el suelo que tengo en mente para la sección de jardín justo ahora, pero me gustaría tener esto resuelto primero
—Sería el trabajo perfecto para ellos, _______ —asintió Layla.
—Déjame encontrar a Kevin. —________ se volvió y miró fuera hacia la planta baja otra vez—. Se suponía que iba a hablar con Bedsford sobre el pedido de Connelly
—Lo vi en el almacén de madera antes de que me llamaras aquí. Estaban cargando los artículos desaparecidos en la hoja de inventario. Llamó a Connelly y le dio las gracias por aplazar la compra de artículos en otro sitio si Kevin se ocupaba de los pedidos personalmente. Lo escuché discutir con Connelly por el teléfono móvil —admitió Layla con una tímida mueca—. Kevin puede ser persuasivo. Supongo que seguirá de cerca a Jim. El almacén de maderas está bastante ajetreado ahora.
Cuantos encargos había echado por tierra Bedsford mientras tanto, se preguntó _______, con un ceño frunciendo sus cejas al pensar en el otro hombre. Ella conocía a Jim Bedsford, no muy bien, pero lo conocía. Entonces el corazón le saltó en el pecho, un extraño recuerdo relampagueó en su cabeza. Ella había visto a Johnny y a Jim una noche. Había sido tarde, después de salir de la cafetería. Jim había estado subiendo al coche de Johnny, pero ella no había visto a Johnny. Oh Señor, había visto a una mujer. Una mujer de largos cabellos y rasgos ensombrecidos. Había estado demasiado oscuro para ver mucho, pero había parecido raro, fuera de lugar, porque ella sabía que Johnny era gay. Pensó que le había prestado el coche a su amigo, lo hacía algunas veces. Ella lo había tomado prestado una vez.
Había sido Johnny, vestido como ella, y Bedsford lo había sabido. Jim era un poco más alto que Johnny, con un pecho ancho y fuerte y un perpetuo ceño en su cara picada de viruela. Había sido dado de baja en el ejercito por razones médicas, había oído ella, aunque no habían sido especificadas.
—Tenemos que encontrar a Kevin —susurró con el corazón en la garganta. Layla la miró sorprendida.
—Debería haber acabado en el almacén de madera ya. Probablemente esté en la tienda. ¿Algo va mal?
—Necesito hablar con él sobre la exposición exterior de manera para que podamos empezar con ella —dijo. Además necesitaba hablarle sobre Bedsford y Johnny—. ¿Puedes quedarte aquí y atender los teléfonos mientras voy?
Layla asintió.
—Ahora tengo a Crystal vigilando la tienda. No será un problema. —Vuelvo enseguida. _______ dejó rápidamente la oficina y bajó los escalones metálicos. Su mirada escudriñó las hileras y los pasillos laterales mientras se encaminaba a lo largo de la tienda hacia el fondo del edificio donde maderas y expositores eran dispuestos. Parte del stock se dejaba dentro para los pequeños compradores, mientras la mayor parte se dejaba en un hangar cubierto detrás del almacén. Cuando entró en la sección de maderas, se paró, frunciendo el ceño cuando no vio a Kevin. Girando por uno de los angostos pasillos, caminó rápidamente hacia el fondo del almacén, después se dirigió hacia el otro lado cuando uno de los mozos de almacén mencionó haberlo visto en maquinaria. Maldita fuera, necesitaban unos walkie-talkies. Ella no llevaba su teléfono móvil, y exactamente ahora podía haber tenido una pista sobre dónde demonios estaba él. Tomó una rápida nota en su carpeta para disponer de un sistema para los empleados. También lo haría mucho más fácil a los clientes.
—Bradley —Ella interrumpió en maquinaria a uno de los mozos que estaba cargando una lavadora en una carretilla metálica—. ¿Has visto al señor Jonas?
—Acaba de salir fuera —Bradley agitó su greñuda cabeza hacia la puerta de empleados que conducía a la parte lateral del parking.
—Gracias Bradley. —Asintiendo rápidamente, se movió hacia la puerta, empujándola para abrirla y caminando fuera mientras levantaba la mano para protegerse los ojos y mirar alrededor.
—Hola señorita Jansen, ¿puedo ayudarla? —Jim Bedsford dio varios pasos desde varias carretillas de reparto, lanzando un cigarrillo al suelo mientras miraba tras ella con el ceño fruncido.
—Estaba buscando a Kevin. —Le dirigió una fría mirada, el miedo fustigando de repente dentro de ella—. Quizás esté dentro.
—Está en el almacén de maderas —Jim se acercó—. Me despidió, ¿sabes?
_______ se congeló cuando le bloqueó el camino alrededor del costado del edificio.
—Lo discutiré con él. —Ella intentó amagar hacia la puerta.
—Señorita Jansen, abre esa puerta y te dispararé.
Se giró lentamente, los ojos muy abiertos ante la visión del negro cañón bajo la oscura gorra de béisbol que Bedsford llevaba en una mano. Ella lanzó una mirada a la cámara. No había forma de decir que el hombre estaba llevando un arma.
—Vas a venir conmigo, sin armar alboroto. —Él sonrió con frialdad—. Necesitamos hablar.
— Kevin sabrá con quien me marché, Jim —le advirtió—. Kevin lo sabrá.
—No intentes enredarme con tu boca, puta. —Su voz no se elevó, no bajó, permaneció fría, despiadada—. Solo sube en la jodida furgoneta y deja de discutir conmigo antes de que tenga que matarte. No quiero herirte, pero no me importa.
______ miró alrededor del estacionamiento con desesperación.
—Si tengo que matarte, entonces tendré que matar también a Kevin —le señaló en lo que ella asumía era un tono razonable—. No será difícil. No es el único chico de Somerset que pasó sigilosamente el entrenamiento. O el único que puede jugar al asesino. Ahora ¿vas a colaborar, o tengo que pillarme un cabreo?
Kevin la echaría pronto de menos. _______ miró a la cámara con desesperación, los puños apretados a sus costados mientras salía del alcance del parpadeante ojo y se dio cuenta de que el monitor probablemente ni siquiera habría captado a Bedsford. Pero él sabría, se dijo. Kevin sabría, e iría a por ella.
—No quiero lastimarte. —Abrió la puerta de una pequeña furgoneta panelada y la empujó antes de seguirla.
—Ponte en el asiento del conductor. Saldremos de aquí tranquilamente.
—¿Por qué estás haciendo esto? —________ se puso en el asiento del conductor y tomó las llaves con manos temblorosas—. Estoy segura de que puedes encontrar un trabajo en algún sitio más, Jim.
Una áspera risa recibió sus palabras.
—Demonios ¿crees que este trabajo significa una mierda para mí? —Se sentó en el suelo detrás del asiento del copiloto, la pistola firmemente sujeta en la mano y nivelada hacia ella—. Señora, no me importa una mierda este trabajo excepto por el hecho de que nos ayudaba a mantener vigilado a Kevin. Necesitábamos saber en que estaba, de manera que trabajé aquí, y mantuve el puesto. Mantenerlo ocupado donde pudiera.
—¿Nosotros?
Ella arrancó desde el espacio del parking, rogando que alguien la hubiera visto, que alguien supiera con quien se había ido.
—Vamos, no eres una perra estúpida —chasqueó él con diversión—. Johnny supo esta mañana que Nick le había tendido una trampa. Alguien lo averiguó. Él hizo una condenadamente buena imitación tuya hasta que Kevin conectó contigo y fue capaz de rastrear tu movimientos. Solo necesitábamos un poco más de tiempo, y hubiéramos tenido el dinero mientras aquellos repugnantes y pequeños terroristas hubieran creído que eras tú. Incluso todos aquellos niñatos que ayudaron a robar los misiles no sabían quién era Johnny. O tú, para lo que importa. Hasta el otro día.
—¿Les dijo quien era yo?
Bedsford rió de nuevo.
—Fue directo al centro de detención, mostró tu tarjeta de identidad y firmó con tu nombre. Todos ellos saben quién eres tú ahora. No creo que Kevin vaya a ser capaz de mantenerte segura. Los hombres que ayudaron a Johnny a robar los misiles piensan que tú los tienes. Los hombres que pagaron la mitad de una remesa que nunca van obtener piensan que él eres tú. —Su sonrisa era satisfecha—. Estás muerta, no importa cómo.
No iba a dejarla ir. Por supuesto, _______ se había imaginado eso en cuanto salieron.
—¿Así que por qué no me disparas simplemente y acabas de una vez con esto?
Sus manos apretaban fuerte el volante mientras giraba por el camino encaminándose a la autopista. Ella no creía en salidas fáciles. Tenía una oportunidad, y sería arriesgado. Al final del carril había un semáforo. Estaba verde ahora, pero si ella cronometraba bien, tendría una oportunidad para escapar.
Su corazón estaba corriendo, el miedo bramando es su cabeza mientras se acercaba.
—Sabes, no me importará volarte la cabeza si intentas alguna locura. —La pistola se movió en su mano, el cañón señalándola mientras ella hacía parar la furgoneta cuando la luz se puso roja—. ¿No dolería mucho menos simplemente seguir conmigo y rogar porque tu novio te rescate?
Él no podría recatarla si no sabía dónde estaba o quien se la había llevado. Y no podría recatarla si tenía una bala en la cabeza. Le lanzó una mirada de nuevo a la pistola, luego la levantó al ceño fruncido en la cara de bulldog de Jim.
— Kevin te matará —le dijo ella, sabiendo que lo haría. Pero aún estaría perdida si no hacía algo. Rápido. La mirada de advertencia de Johnny más temprano en el día le había asegurado que había tomado el camino erróneo. No había mostrado más piedad hacia ella que el que había tenido con el conductor del transporte cuyo camión había secuestrado.
— Kevin no me matará si todo lo que tiene que hacer es limpiar tu pequeño y dulce nombre y yo estoy donde no puedo ser encontrado —gruñó él—. Mira, puta, sólo tenemos que hacer una cosa más. Eso es todo. Si estás desaparecida cuando esto acabe, y nosotros volamos fuera de aquí, entonces seremos libres, no importa lo que tú digas. Tu palabra contra la nuestra, así de claro y simple. Y no importará nada. Johnny viene conmigo a Nicaragua. Tengo amigos allí. Algunos contactos.
—¿Estás loco Jim? —Preguntó mientras entraba en la autopista, sorprendida por la simpleza del hombre—. ¿Crees que Johnny simplemente escaparía a alguna húmeda selva? No tiene intenciones de dejar Somerset contigo o dejarme ir.
—En realidad no me importa que haga contigo. —Había una despreocupación en la voz de Jim—. Y él lo prometió. Vamos a coger el dinero y asentarnos en una pequeña y linda hacienda allí. Lo tenemos todo elegido.
______ parpadeó sorprendida, dirigió una mirada atrás hacia él, mientras movía rápidamente la vista atrás hacia la autopista. ¿Bedsford estaba enamorado de Johnny? Podía escucharlo en su voz. Suavizada, y el ceño no era tan marcado en su cara. Su expresión relucía de emoción, y sus ojos marrón oscuro brillaban de determinación.
—Johnny no puede vivir sin estar bastante cerca de sus primos para echarles sus fallos a la cara —susurró ella con dolor, sabiendo que estaba conduciendo hacia su propio funeral.
—Gira en el próximo semáforo —ordenó él—.Vamos a dirigirnos fuera del pueblo. Te dejaré saber cuando tienes que girar de nuevo.
—¿No vamos a casa de Johnny?
—¿Por qué haría eso? —le preguntó Jim como si le sorprendiera—. Sería como colgar un cartel en su puerta. Vamos a encontrarnos con él en algún otro sitio. Eso es todo.
—Donde nos matará a ambos. —Estaba segura de eso—. Mató al conductor del camión de transporte sin ninguna razón, Bedsford. No va a dejarte vivir. Ni a mí.
—Johnny me ama. —La confianza de su voz aterrorizó a _____.
—Johnny ama el dinero que su madre le da, intentando robar más de sus primos, y convenciendo a todo el mundo de cuan socialmente aceptable es —dijo ella—. No verá eso destruido. Y no nos dejará a ninguno de nosotros con vida.
Ella registró frenéticamente la calle con los ojos. En cada semáforo buscaba a alguien que conociera, alguien que pudiera ayudarla. Y sus ojos no encontraron a nadie. El tiempo estaba corriendo, y lo sabía. Él se rió entre dientes ante su juicio.
—Cuando regresé ocho años atrás, Johnny estaba hecho un desastre por la muerte de su tío y lo que Kevin le había robado. Chandler Jonas intentó hacer lo correcto por Johnny. Él sabía que Johnny era más inteligente y mejor de lo que era su hijo. Y Johnny sabía cuánto quería Chandler estar seguro de que fuera recompensado por ser el hijo que Kevin no sería. Kevin robó su herencia, señorita Jansen. Y yo respaldé a Johnny. Lo ayudé a recuperar la confianza y sentido de permanencia en el mundo. Él me ama. Y vendrá conmigo. Lo que su madre o los Jonas tienen no es nada comparado con lo que yo puedo darle en Nicaragua.
—Un país lleno de guerra y muerte. ¿Con insurgentes, rebeliones y terroristas? —______ sacudió la cabeza—. Nunca dejará Somerset por eso, Jim. Sabes que no lo hará.
—Si no te callas, voy a volarte la cabeza justo aquí en mitad del pueblo.
Una vez más su voz sólo era dura y oscura. Maliciosa. Allí no había conciencia, arrepentimiento ni remordimiento. ______ inhaló con fuerza, luego se estremeció por el sonido de un móvil. No era el suyo. No, ella no podía ser tan afortunada. El suyo estaba tras ella en la oficina.
—Hey, nene —Jim contesto la llamada, dulcificando la voz—. Estoy dirigiéndome al punto de encuentro ¿Lo tienes todo listo?
_______ apretó el volante más fuerte, sabiendo que no podía ir mucho más lejos. Si realmente se las arreglaba para dejarlo sacarla del pueblo, entonces nadie sabría nunca que le había ocurrido. Miró fijamente el tráfico que la rodeaba, frente a ella. Había un semáforo más. Si ella cronometraba bien y corría... Un coche se detuvo delante de ella, y desde el asiento trasero una mano se agitó. _____ enfocó, casi gimiendo de alivio ante la visión de Joe Jonas. No sabía quien estaba conduciendo, pero Joe estaba en el asiento trasero. Estaba levantando dedos. Seis dedos. Señalando alrededor de ella. Seis. Seis personas siguiéndolos. No se atrevió a asentir, no podía hacer nada que atrajera la atención sobre si misma. Comprobó el espejo retrovisor pero no vio a Kevin. Sin embargo, estaría allí. Si Joe estaba aquí, entonces Kevin estaba cerca. Joe levantó luego un trozo de papel. “¡Haz lo que él dice!” El ancho y negro escrito la deslumbró. Ella levantó un dedo del volante para indicar que comprendía.
—No te preocupes, Johnny. La estoy vigilando —le aseguró Jim—. Estaremos ahí pronto, y todo puede proceder como está planeado. Solo asegúrate de estar listo.
Ella le lanzó una mirada. Él tenía los ojos siguiéndola, el ceño firmemente situado. Ella se volvió. Joe estaba levantando otra nota. “¡Estas cubierta!” Levantó los dedos para indicarle que comprendía. Entonces él se giró, el coche cambió de carril otra vez y permitió que la furgoneta lo adelantara. Estaba cubierta. Respiró lentamente. Profundamente. Kevin no dejaría que le ocurriera nada ahora. Solo tenía que permanecer calmada.
—Te quiero nene. Sólo permanece tranquilo. Otros quince minutos, y estaremos allí. —La áspera voz de Jim se suavizó, casi poniendo a ______ enferma. Y no tenía nada que ver con la evidente relación sexual entre Jim y Johnny. ¿Pero cómo podía un hombre amar tanto a alguien y ser un asesino? Jim se movió entonces, desplazándose entre los asientos y echando un vistazo por el parabrisas. Miró alrededor con tranquila satisfacción, controlando el espejo retrovisor, luego se desplazó a la parte trasera de la furgoneta para mirar a través de los oscuros y tintados cristales.
—Excelente —gruñó—. Mira, salimos fácil y limpiamente, ______. Kevin nunca sabrá cuando te fuiste. Me pregunto si incluso se dará cuenta de que no estás en el almacén en mucho tiempo.
—Lo sabrá. —Lo había sabido en pocos minutos. Jim se rió.
—Él no sabe una mierda. Me aseguré de eso. Tiene tal desastre que desenredar en el almacén de maderas que probablemente todavía está intentando resolverlo. Planeé esto con mucho cuidado, sabes.
No lo suficiente. _______ miraba fijamente hacia delante e intentaba concentrarse en sólo respirar. Kevin estaba cerca, podía sentirlo. Todo iba a ir bien. Se repetía eso a sí misma una y otra vez y rogó por estar en lo cierto.
Kevin tenía la furgoneta en el campo de visión desde el asiento trasero de la camioneta de doble cabina color rojo intenso. Cranston y Dane habían estado esperando fuera, enfrente del almacén. Estaba sudando. Podía sentir la humedad cayendo por su frente y humedeciendo su espalda. Había prometido mantenerla a salvo. Lo recordaba. Mientras conducían a casa de Johnny, le había prometido que no ocurriría nada. Sólo iban a dejarle saber que estaban sobre él, hacerlo descolocarse. Todo iba a ir perfecto. Debería haberlo sabido mejor. Que Dios lo ayudara, debería haber entendido un año atrás que no podía tentar tantísimo a la suerte. Debería haber sabido que Johnny tenía un cómplice. Alguien cercano a Kevin. Alguien que había averiguado de alguna manera que él estaba trabajando con el ATF. Aquel alguien era Jim Bedsford. Ex militar con contactos que Kevin estaba seguro se extendían dentro de las fuerzas de la ley de la comunidad. Jim había estado envuelto en las Fuerzas Especiales y con investigaciones encubiertas durante su estancia en el Ejército.
—Alguien la ha pifiado —comentó como si no estuviera imaginándose derramar la sangre de alguien por el desastre. Particularmente la de Cranston.
—La tenemos cubierta, Kevin —le aseguró Cranston, no por primera vez—. Tenemos un rastreador en el vehículo de Alex así como en aquel bolso que encontramos en casa de Grace. Su rastro verificó que él dejó la casa por detrás vestido como ______, y está conduciendo el coche de Alex. No lo hemos perdido.
Examinando el video del centro de detenciones se las había arreglado para identificar el coche que Johnny había utilizado para visitar a sus amigotes. El coche de Alex se suponía que estaba guardado en el garaje abierto detrás de la casa en que él y __________ habían crecido. Johnny tenía las llaves de la casa de ella, las llaves del garaje y las del coche.
—¿Sabes de cuantas maneras diferentes voy a matarte si lo haces, Cranston? —le preguntó Kevin en voz baja. Cranston se aclaró la garganta con inquietud.
—No tengo ninguna preocupación, Kevin. Lo tenemos cubierto.
—Grace solo salió de la autopista y se dirige al camino de cazadores del lago —informó Greta Dane. Enseñó un mapa en el ordenador portátil que tenía sobre el regazo, el movimiento del punto rojo indicando que el coche de Johnny estaba en movimiento.
—¿Nick, lo tienes? —preguntó Kevin por el móvil.
—Lo tengo aquí, Kevin —dijo Nick suavemente—. Se está dirigiendo hacia la vieja cabaña de caza de Brigeland. Lo rodearé y tomaré posición. No te preocupes, hermano, la cubriré.
Kevin escuchó la totalmente impasible determinación en la voz de Nick y sintió el grueso nudo del miedo empezar a desenrollarse en sus tripas. La lealtad de Nick era incuestionable, como lo era su habilidad con el rifle. Kevin sabía que se quedaría cerca.
—Nos dirigimos allí —le dijo Kevin —. No corras riesgos, Nick. No me preocupa si ambos Bedsford y Johnny pierden la materia gris. Mantén a ______ segura por mí.
—No tengas miedo, hermano.
Kevin conocía aquel tono de voz. Existía toda la posibilidad del mundo de que Bedsford y Johnny acabaran con una bala en la cabeza al final. —Nick, sigue las jodidas órdenes —espetó Cranston con furia mientras lanzaba una enfurecida ojeada a Kevin por el retrovisor—. Los necesitamos vivos a los dos. La llamada se desconectó.
—Maldita sea, Kevin —gruñó el agente especial—. Si esos dos acaban muertos, te arrancaré la piel.
—Si esos dos acaban muertos, no perderé el sueño por ellos —refunfuñó en respuesta—. No me jodas, Cranston. Sabías que Bedsford estaba envuelto en esto, y no te dignaste decírnoslo a ninguno de nosotros. Y no te molestes en negarlo.
A Kevin le había tomado pocos minutos juntarlo, y si no hubiera conocido a Cranston tan bien como lo hacía, no lo hubiera sospechado. Pero conocía a Cranston. Lanzaba un comodín en la mezcla, y era un frío asesino. Cranston no era frío. Si no estuviera conduciendo, se habría frotado las manos de regocijo.
—¿Cómo has descubierto que Bedsford estaba involucrado en esto? Cranston juró por lo bajo
—Es familia del conductor muerto, soldado Dwayne Stockton. Había llamadas de su móvil a Bedsford en las semanas previas a que fuera asesinado.
—¿Y por qué yo no sabía esto? — Kevin tuvo que obligar a las palabras a salir de sus labios y a su mano a alejarse del arma.
—Porque estaba trabajando para ti, y decidí esperar antes de informarte de los hechos Hijo de puta
—Pensaste que yo estaba involucrado.
—No creía que tú estuvieras envuelto, pero tenía que estar seguro. Cuando estuve seguro, la señorita Jensen estaba involucrada, y tenía que decidir la mejor manera de manejarlo. Me encargué de vigilar tus espaldas y las de ella hasta que supe de qué iba esto.
—La furgoneta está girando —dijo Dane en voz baja—. Nick ha dirigido a nuestros hombres por delante de él usando una ruta alternativa. Grace está en el lugar, y Nick los tiene a vista.
—Gira a la derecha en el próximo camino —los dirigió Kevin, odiando la idea de perder de vista a _______ en aquella maldita furgoneta—. El próximo camino nos deja paralelo a él y nos sitúa en posición de desplazarnos a pie hasta la cabaña.
La cabaña de caza de Bridgeland tenía más de un lodoso camino llevando a ella debido a los todoterreno usados para acceder Kevin se pasó la mano por la frente, la mirada clavada en la furgoneta delante de ellos hasta que Cranston dio la vuelta. La espiral de furia y miedo helado luego en sus tripas. Kevin sacó su pistola de la funda de la espalda y comprobó el cargador. Volviendo a situarlo, sacó los cargadores extras de reserva que Cranston le había lanzado atrás, comprobándolos rápidamente, luego cargó el chaleco antibalas poniéndoselo y sujetando los costados en su sitio
Dios bendijera al corazón de Layla Matcher. Si no hubiera sido por permanecer en la ventana y ver a Jim Bedsford obligando a _____ a entrar en la furgoneta, entonces Dawg nunca la habría encontrado. Cranston había estado vigilando a Johnny Grace en la zona principal del parking. Era evidente que nadie había esperado que Bedsford se moviera tan rápido o hiciera algo sin Johnny respaldándolo físicamente.
—Bedsford tenía los contactos para los compradores del mercado negro —le dijo Cranston—. Descubrimos eso en las últimas veinticuatro horas. Los mercenarios suecos que hacían la compra hicieron al final un trato con el fiscal federal. No tenía el nombre de Bedsford, pero tenía suficiente información para que nosotros lo identificáramos. Pasó su tiempo de servicio en el ejército haciendo contactos en el mercado negro y poniendo en marcha tratos con armas.
—Deberías haber sido más listo, Cranston — Kevin ató un arma de apoyo en su tobillo y metió varios cargadores de reserva en otro bolsillo del chaleco—. La jodiste.
—La información llegó lenta —Cranston sacudió la cabeza—. Nuestras fuentes tenían otras cosas en las que también estaban trabajando, lo sabes.
—La jodiste. Y si le hacen daño a ______, entonces estás realmente jodido. Porque te mataré.
Kevin no dejó libre la furia que quemaba en un pequeño rincón de su mente. La mantuvo embotellada, la mantuvo contenida. No podía permitírselo ahora, no cuando lógica y pensamientos claros sólo iban a sacar a ______ de esto. El móvil sonó.
—Dame las buenas —preguntó con una orden a Nick.
—Me situé en uno de los pinos junto a la cabaña en el lado que la furgoneta de Bedsford tendría que utilizar. Johnny está aquí disfrazado de ______. Diablos Kevin, el luce caliente. —Había muerte en la voz de Nick—. ¿Quieres que derrame un poco de sangre?
—Agárrate fuerte. Cranston tiene un transmisor en aquel maldito monedero que Johnny está llevando así como en la peluca. Estaré en posición antes de que Bedsford llegue aquí. Entraremos juntos.
—¡Ya! —Cranston le lanzó un audífono—. Estamos lo bastante cerca para usar estos. Dile a Nick que se quede en su sitio ahora. Que no me joda, Kevin. Esto es un juego de equipo, no una venganza.
—Utiliza el audífono Nick. — Kevin sonrió a las espaldas de Cranston a través del espejo retrovisor. La visión de esa sonrisa hizo que la mirada del agente especial parpadeara. Acoplando el dispositivo de comunicación, Kevin lo activó, luego lo comprobó rápidamente antes de desconectar el teléfono. Cranston y Dane estaban conectados como, asumió Kevin, lo estaba el resto del equipo.
—Ahora, todos estaremos aquí —dijo Cranston por el dispositivo.
—Ahora puedo decirte que voy a patear personalmente tu culo cuando esto esté acabado, Cranston —dijo Nick a través del auricular—. ¿No te advertí sobre soltar sorpresas sobre nosotros, tío?
Cranston gruñó.
—Quita tu dedo de ese gatillo, Nick, y tus ojos de Grace. Déjanos por fin conseguir una pequeña evidencia contra esos bastardos antes de que empecemos a disparar. Si no te importa, ¿vale?
-¿Y si me importa?

por **aranzhitha** Dom 16 Sep 2012, 5:44 pm

Hola chicas como sabrán ya se acerca el final de la nove solo quedan dos capítulos creo, y quería preguntarles si quieren que suba la historia de Nick, yo la recomiendo porque es muy linda y al fin encuentra a su alma gemela, así que espero su repuesta.

por **JB&1D2** Dom 16 Sep 2012, 11:33 pm

Si subelaa
Que triste que falte tan poquito para esta
Siguela

por **aranzhitha** Lun 17 Sep 2012, 1:54 pm

Chicas las invito a pasar por mi nueva adaptacion
Placeres Prohibidos (Joe, Nick y Tu)

por **Vanee LovatoD'Jonas** Lun 17 Sep 2012, 9:13 pm

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