Re: [Resuelto]"Noches Traviesas" (Kevin y tu)Terminada

por **Vanee LovatoD'Jonas** Sáb 11 Ago 2012, 7:35 am

No nos abandones Siguelaaa

por **Vanee LovatoD'Jonas** Sáb 11 Ago 2012, 7:36 am

Pase de pag!!!!
MARATOOOOOOON [Resuelto]"Noches Traviesas" (Kevin y tu)Terminada - Página 17 88550944

Siguee!

por **JB&1D2** Sáb 11 Ago 2012, 8:35 am

siguelaaaaaaaaaaa

por **aranzhitha** Sáb 11 Ago 2012, 6:14 pm

Chicas disculpen que no la haya seguido pero no tenia mi compu, estaba descompuesta y la mande arreglar, hace unos dias me la regresaron pero no pude subir porque tenia mucha tarea, pero espero subir por lo menos un capi ahorita y despues editar lo que me falta y subirselas toda completa para ya terminarla, pero no las abandonare a lo mejor y me tardo en subir pero de que la termino la termino :)

por **aranzhitha** Sáb 11 Ago 2012, 8:12 pm

Capítulo 19
Algo en el interior de Kevin, se hizo pedazos. Pudo sentirlo. Lo combatió, trató de contener en su forma los fragmentos del alma, pero ellos continuaban quebrándose, pedazo a pedazo, destrozándole en el proceso. Cranston era un hombre listo. Una vez echó un vistazo a la expresión de Kevin, se excusó y se fue. Rápidamente. Habría sido gracioso si no fuera por el hecho que todo dentro de Kevin aullaba en silencio. Y ella no dijo ni una palabra. Ni una palabra. Incluso después de que Nick se fuera, ella clavó la vista en la alfombra y eludió su mirada. Kevin no era un hombre propenso a las lágrimas. No había llorado desde que tenía cinco años, pero en este momento, deseó no haber olvidado como derramar lágrimas. Porque quería derramar lágrimas. Por su niño, por qué lo había perdido antes incluso de haber nacido. Por la mujer que había huido del dolor, y el hombre que no había tenido ni un indicio del dolor que había infligido en una noche de placer. Había habido un hijo. Ella había llevado a su hijo, y por alguna razón, alguna extravagancia del destino, se lo habían arrebatado a ella. ¡Por Dios! Se lo habían arrebatado a ambos. El archivo contenía más hechos que el aborto natural. Su vida durante ocho jodidos años. Cada movimiento que hizo en los pasados ocho años estaba allí, así como el día a día con los dos hombres en Virginia y su orientación sexual. Eran homosexuales. Los dos hombres eran amantes, y ______, en vez de ser la tercera en el nidito de amor, había sido tratada más como una hermana pequeña. Una hermana que necesitaba protección, cuidados. Los vecinos habían sido interrogados con relación a ______, así como su anterior jefe. Cada uno le había dado encarecidas recomendaciones e hicieron hincapié en lo responsable, formal y amable que era.
Una anciana mujer había contado al agente, que se hacía pasar por un eventual jefe, que _____ Jensen era un pajarito herido cuando llegó con Mark Lessing por primera vez y se trasladó a su apartamento. Cranston relató ese trozo de información con curiosa satisfacción. Mientras leía, la congoja se le extendía por el pecho con cada palabra y las implicaciones de lo que le había hecho. La agonía perforaba su corazón, su alma y le desgarraba la mente. _____ había huido de él, perdido a su hijo, luego abandonó el pueblo, apenas curada del aborto. De inmediato se había inscrito en la escuela de comercio. Muy pocas veces tuvo citas, nunca en serio, y las fotos de esos hombres estaban incluidas en el archivo. Un contable, un banquero, el vicepresidente de una fábrica de producción. Los tres eran afables, sofisticados y tan peligrosos o sexuales como un gato doméstico capado. ______ había trabajado duro, jugado en pocas ocasiones. Había sido voluntaria varios fines de semana al mes en un hospital local en la sección de pediatría, y todo el mundo la quería. Y había estado sola. Había abandonado Somerset después de perder a su bebé. Después de que él la tomara con borracha lujuria y cometiera el intolerable pecado de haber olvidado esa noche. Excepto en sus sueños. Sueños dónde lo había tentado, atormentado. Amado. Con razón no la había olvidado. Con razón había soñado con ella durante ocho largos años y con su regreso se había centrado en ella con algo cercano a la obsesión. Y con razón lo había rechazado en cada avance. Con razón lo había evitado en cada ocasión. Debería haberle disparado. Le sorprendía que Alex no hubiera hecho el trabajo por ella. —¿Querías al bebé? —Su bebé. Su niño. La congoja casi le desgarró las tripas ante el pensamiento de ese niño que nunca había tomado aliento.
—Más que a mi propia vida. —La voz de ella era hosca, espesa con lágrimas no derramadas mientras su propia garganta se cerraba de dolor.
—Podrías habérmelo dicho. —La habría reclamado, reclamado a su bebé. La hubiera abrazado, protegido, compartido su congoja.
—Era demasiado joven para ti. —El dolor poseyó su voz y su alma—. No hui a causa del aborto, o por la amenaza de Joe y Nick. Me las habría arreglado para informarte que eso no iba a ocurrir. Pero no pude manejar lo que me hiciste sentir esa noche.
Kevin levantó los ojos de la carpeta, y quiso aullar ante el dolor que vio en los ojos de ella.
—Me amabas, incluso entonces. —Lo sabía, lo sabía en su alma, y ese conocimiento lo estaba matando. Ella lo había amado, sufriendo en soledad, y él ni recordaba la noche en que habían creado a su niño.
—Te amaba —susurró ella—. Siempre te amé, Kevin. Pero lo que pasó entre nosotros... —Alzó la mano, luego la dejó caer de impotencia—. Lo que me hiciste sentir. No podía controlarlo. Lo deseaba. Lloré por ti durante meses, pero no podía regresar.
—¿Por qué? —Su voz era sombría, helada.
—Me dije a mí misma que era por Joe y Nick. Me dije a mí misma que no podía asumir un corazón roto cuando tú te negabas a abandonar ese estilo de vida, pero cuando volví el año pasado y te vi por primera vez, lo supe. No podía volver porque sabía que te acabarías adueñando de mi alma. Y si eso sucedía, no sería capaz de simplemente alejarme. Lo odiaría. Acabaría destrozándome en el camino, pero si hubieras presionado, sé que no podría haber rechazado nada que desearas.
Afrontar ese hecho había sido la parte más dura de los pasados días, y ______ lo sabía. Saber que en su corazón había perdido ocho años de su vida huyendo de sí misma no había sido fácil.
—¿Te sentiste aliviada con el aborto, ______? —le preguntó, la voz desolada, destrozada. No había esperado esa pregunta de él. Había esperado reproches, una sospecha de que se había quedado embarazada a propósito, pero no había esperado esto.
—Casi me muero, Kevin —lloró con voz ronca—. Quise morir.
Levantó la cabeza del archivo, la expresión tan sombría, tan furiosamente atenta que ella sintió el pecho oprimido de dolor.
—¿Por qué querías tanto a ese bebé, ______? —le preguntó entonces. Sospecha. La oyó en su voz, pero todo lo que vio en su rostro fue la misma expresión que había visto la noche que se lo encontró borracho, la camioneta en la zanja y su borracha amargura derramándose por la voz mientras maldecía a sus padres.
—Porque era nuestro bebé —le respondió sencillamente, repleta de lágrimas—. Una parte de ti y una parte de todo lo que sentía por ti. Y era inocente, Kevin. No importaba lo asustada que estaba, o lo que tú querías, no era culpa de nuestro bebé.
Dios mío, él tenía los ojos húmedos, tan oscuros ahora, poseídos y repletos de agonía mientras volvía los ojos hacia ella.
—¿Me habrías contado lo del bebé?
¿Cómo contestar a eso? Ahora se sentía como una criminal en un juicio, y Kevin era el juez y el jurado. La forma en la que la observaba la aterrorizó.
—No. —No iba a mentirle, ahora no—. Pero Alex lo habría hecho. Estaba a punto de decírtelo cuando aborté. Yo estaba... —Se mordió el labio mientras apartó la mirada durante unos segundos—. Estaba tan asustada, Kevin. No sabía si habría sobrevivido a tu negativa de nuestro niño. Ni recordabas la noche que pasamos juntos. Sabía que no. Nunca habrías creído que llevaba a tu niño.
Miró fijamente al archivo, cerrándolo lentamente y apartándolo. La pesadumbre en su expresión le rompió el corazón. Tenía las cejas bajas, los rasgos tensos con la congoja que había sentido al minuto en que se dio cuenta que ella había perdido a su niño.
—Te habría creído —dijo él al fin, la voz áspera, ruda, mientras alzaba la cabeza y la volvía a mirar, los ojos verdes, oscuros de pesar—. ¿No lo sabes, _______? Habría utilizado cualquier excusa para reclamarte. Tenía que alejarse de él. Presionó la mano contra los labios mientras el dolor le desgarraba el pecho. No podía respirar, no podía detener las lágrimas que anegaban sus ojos. Tenía que esconderse de lo que vio entonces en sus ojos. Se abrieron las esclusas, él se despojó de la distancia que siempre se obligó y la soledad y el dolor centelleaban en los orbes verde claro. Y ella no podía encararlo. No podía afrontar el hecho de lo que había añadido. Un segundo después sus brazos la envolvieron, arrastrándola contra su pecho, rodeándola con una calidez que ella sólo había conocido cuando estaba en sus brazos.
—Nos habría destrozado a ambos —susurró llena de lágrimas, las manos aferrando los fuertes antebrazos mientras descendía la cabeza—. Nos habría hecho a ambos miserables.
—Shh. No, _____ —le susurró al oído—. No te culpes. Ambos hemos madurado, nena. Pero el pensar en ti pasando sola por eso. Llevar a mi niño, perderlo. —Una mano se alzó hacia su cara mientras le daba la vuelta, el brazo opuesto envuelto en ella y sujetándola a él mientras le secaba las lágrimas de un ojo—. Me hace pedazos.
______ trató de negar con la cabeza.
—No lo hagas. —La detuvo, suspirando pesadamente cuando posó su frente en la suya—. Has estado asustada incluso al decírmelo, ____. Te has contenido, te has dejado lastimar y no consideraste contármelo, ¿no?
—Iba a decírtelo cuando volviéramos aquí. —Ella tragó con dificultad—. No podía contenerlo más, Kevin. Amarte me aterrorizaba, hasta que me desperté en tus brazos y me di cuenta que siempre te he amado. Y que me he estado muriendo por dentro sin ti todos estos años. Nunca sabiendo, siempre preguntándome ¿y si? La incertidumbre me estaba matando. Estar sin ti me rompía más el corazón cada año.
Lo miró a los ojos fijamente, y le rompieron el corazón. Su expresión estaba alterada con arrugas de congoja, las cejas abultadas con el dolor interno que ella podía vislumbrar en sus ojos.
—No te dejaré marchar, ________ —le susurró entonces—. Ahora no, ni nunca. Vamos a llegar al final de esta investigación, averiguar qué demonios se trae entre manos Johnny, y entonces vamos a sacar en claro esta relación. Solos tú y yo.
—Debería habértelo dicho. —Extendió la mano, ahuecando su mejilla, y sufriendo ante el dolor en su cara—. No debería haber huido de ti, Kevin.
Ahora lo admitía, sin embargo era algo que había sabido, incluso entonces. Huir de él no había sido la solución. Huir como había hecho de sí misma había sido incluso peor.
—No más huidas —le dijo en voz baja, con ternura, sus labios descendieron hacia los de ella, tomándolos en un beso que le dificultó la respiración en el pecho. La mismísima ternura le desequilibró la mente. La forma en que inclinó la cabeza, la persistente emoción y la depositada pasión parecían sumirse en su alma y dejarla lidiando por respirar de una manera que la cruda lujuria nunca hizo. Cuando se apartó, la congoja se replegó en su expresión e iluminó sus ojos así como la lujuria. La lujuria, el hambre y la necesidad tan potentes ahora que le robaron el aliento.
—Si empiezo ahora, no nos detendremos. Hagamos nuestra comida, dulzura, analicemos algo de esto, y después... —Sus ojos estaban angustiados. Llenos de dolor y necesidad—. Más tarde, retomaremos esto.
_______ inhaló a duras penas, tratando de reprimir sus pensamientos y aparentar algo de orden. Trató de darle el tiempo que necesitaba, y ella sabía que necesitaba tiempo. Podía verlo en su cara, en su desolada mirada.
—No puedo creer que Johnny esté involucrado en esto. —Ella negó con la cabeza preguntándose cuantas veces más Kevin podría soportar las traiciones de la familia que debería haberle apoyado. Tenía a Joe y a Nick y al padre de Joe, Paul, pero _____ había visto lo solo que estaba dejando aparte estos tres. Tenía pocos amigos; no confiaba en nadie excepto en los primos con los que había crecido y el único tío que lo había apoyado.
Y nadie lo apoyaba.
—Oh, yo puedo creer cualquier cosa de Johnny —soltó Kevin, lentamente alejándose de ella y encaminándose a la mesa dónde estaba la cesta de picnic—. Es sin duda hijo de su madre.
El corazón de Kevin estaba roto por las cosas que ambos habían perdido a causa de su ignorancia... por su niño, por la mujer que amaba antes de saber lo que era el amor. Ya no era el mismo hombre inmaduro. Había sido demasiado redomadamente estúpido para ir detrás de lo que quería, aunque había intuido lo que ______ podría significar en su futuro. Ya no era un estúpido.
—¿Sin embargo, por qué lo haría? —_____ puso la cesta en el extremo de la barra antes de entrar en la cocina y sacar hielo del frigorífico para el té que había guardado con la comida—. Es tu primo. Cuando abandoné Somerset, Johnny te seguía tras los árboles como una sombra.
Kevin negó con la cabeza.
—Johnny nos seguía como una sombra para ver cuántos problemas más podría tramar. Incluso entonces ya sabíamos que era gay, y estaba aterrorizado que lo delatáramos. No es que nos importara, era su maldito chismorreo lo que no soportábamos. El suyo y el de su madre.
_______ frunció intensamente el ceño mientras llenaba los vasos con hielo.
—Siempre recordaré lo agradable que fue Johnny. —Se mordió el labio mientras levantaba la mirada hacia él, y Kevin se preguntó si alguna vez había visto esa mirada en los ojos de alguien. No era lástima; era compasión y furia por él. Ella estaba furiosa en su nombre, porque lo amaba. Incluso ahora, después de todo lo que le había hecho. Se le oprimió el pecho ante el pensamiento. Ella hasta dijo las palabras, y esta vez, no era un nebuloso recuerdo. Lo amaba, y que lo condenaran si iba a perder el preciado tiempo desconfiando de ella. No, ella no formaba parte de la Trinidad, pero era un regalo del mismo Dios. Los días que había pasado con ella, a pesar de los problemas que habían surgido, habían sido los más libres, los más felices que cualquiera que hubiera conocido en su vida.
—Johnny es un pequeño bastardo mentiroso. Le gusta acercarse, y cada segundo que está actuando al preocupado colega y querido amigo, está buscando las formas de cortarte la garganta. Aprendió el arte en las rodillas de su madre, y tras la muerte de su padre ella tuvo rienda suelta para reforzar las lecciones.
—Su padre, Ralph, fue uno de los pocos amigos de mi padre. —Los labios de _______ se ladearon con tristeza—. Sin embargo, mamá odiaba a Nadine. Incluso odiaba verla entrar en la tienda.
Kevin asintió en respuesta.
—Ralph le gustaba a todo el mundo. Si hubiera vivido, con el tiempo se hubiera divorciado de Nadine, pero quizás Johnny hubiera tenido una oportunidad.
—¿Cómo crees que se vio mezclado en este asunto de los misiles? —Entonces frunció el ceño—. Y no creas que no vas a pagar por mentirme sobre las drogas.
—Nunca dije que fueran drogas, ______ Ann; tú lo diste por hecho. —Suspiró.
—Pudiste haber corregido mi suposición.
La amplia sonrisa todavía estaba teñida con la pena que permanecía en su mirada, pero al menos una pizca de diversión la ladeaba ahora, pensó _______.
—Johnny tiene la costumbre de hacer amistad con militares —le dijo a ella—. Al principio sienten lástima por él, hasta que se dan cuenta que es deseo sexual y no adulación lo que muestra. De alguna manera, finalmente se enganchó a alguien lo bastante idiota para conseguir entrar en uno de sus proyectos o se le escapó la información, y él la utilizó. De una u otra manera, tan pronto como Nick y Cranston reúnan la información y una orden judicial, ya no será una amenaza.
Ella se detuvo, volviendo la mirada hacia él mientras la incredulidad golpeaba en el interior de su cabeza.
—¿De qué hablas? ¿No van a arrestarlo ahora?
—No sin suficientes pruebas. Todavía no tenemos las suficientes. — Kevin colocó los platos en la mesa mientras ella continuaba mirándolo fijamente horrorizada.
—Pero fue él. Todos lo reconocimos, Kevin.
Él negó con la cabeza, la expresión cansada, amargada.
—No importa, ______. Cualquier abogado defensor decente lo sacaría de la cárcel en una hora y con una demanda contra los agentes que lo arrestaron no mucho después. Necesitamos pruebas, no el testimonio de dos primos que tienen todas las razones del mundo para querer crucificarlo.
La amargura de su voz no era de odio si no de desencanto.
—Lo siento. —Luchando por refrenar su enfado—. La familia debería permanecer unida, no tratar de destruirse unos a otros.
Ella no podría haber sobrevivido su infancia sin Alex. Su hermano había sido su roca, su ancla, y más tarde, su mejor amigo. No podía imaginarse odiándolo lo suficiente para intentar destruirlo a él o a cualquiera que amara.
—Si bien, eso es en un mundo perfecto, dulzura. —Él sacudió la cabeza como si sacudiera sus propias penas, luego le transmitió una sonrisa que era a la vez provocadora y hambrienta—. Vamos a comernos el almuerzo. Nos quedaremos en el puerto deportivo el resto del día, hasta que Nick regrese. Una vez que decidamos qué hacer, las cosas se moverán lo bastante rápido. De momento vamos a disfrutar de la calma.
Mientras decía eso, un golpe sonó en la puerta. Los labios de _____ se crisparon cuando vislumbró tres sombras, dos altas, la otra pequeña y delicada.
—¡Demonios! — Kevin se pasó los dedos a través del pelo y se encaminó a la puerta con paso impetuoso. Paul Jonas, Joe y Kelly estaban esperando en el otro lado. Kelly estaba preocupada, pero Paul y Joe estaban cabreados.
—Que Dios bendiga el alma de Ralph Grace. —Paul sacudió la cabeza mientras Kevin cerraba la puerta detrás de él—. Se estará revolviendo en su tumba.
—Tranquilo, tío Paul. Lo resolveremos.
_____ oyó el tono que usó Kevin y se admiró de él. Estaba consolando a su tío en vez de aceptar cualquier consuelo.
—Lo resolveré yo —espetó Paul—. Poniendo punto y final con mi rifle. ¿Piensas que eres el único Jonas que sabe como disparar un arma? —Papá. —Joe echo un vistazo a Kevin, y ______ vio la preocupación en sus ojos—. Veamos qué podemos hacer aquí para ayudar en vez de derramar sangre.
—Parece que derramar sangre sería la mejor opción. —Paul contrajo la cara, sin embargo fue hacia su sobrino, le palmeó el hombro en ese gesto de camaradería masculina, y sacudió la cabeza disgustado—. Kevin, hijo, uno de estos días, vas a tener que aprender: dales a esa maldita gente una pulgada y ellos tomarán una milla. Aún no he podido convencer a Nick de eso, no del todo. Pensaste que desistirían cuando sacrificaste ese terreno. Te dije que Johnny nunca se detendría.
La amargura también se caló en la voz de Paul Jonas, y _____ empezó a vislumbrar la dinámica familiar que estaba repleta de dolor y cólera.
—Recuperaré el terreno cuando arresten a Johnny, tío Paul. Mi abogado se asegurará de eso.
_____ observaba, confundida, cuando Kelly caminó hacia ella y se apoyó contra la barra de detrás.
—La madre de Johnny se las ingenió para apoderarse de la mitad de la propiedad del legado del padre de Kevin —le contó a ______ en voz baja, obviamente viendo la confusión en su cara—. Era un trozo de primera de la propiedad y delimita con el terreno que Kevin compró para construir la casa. Ella y Johnny se regodearon sobre eso desde entonces. Igual que Kevin se regodea sobre el hecho de que le pertenece el resto de ese valle y que ellos no tienen ni idea de quien lo compró.
—Esto es de locos —masculló _____—. ¿Cómo pudieron robarle su herencia? ¿Sus padres no hicieron testamento?
—Un testamento que Nadine impugnó basándose en varias cartas que el padre de Kevin le envió afirmando que Kevin no se lo merecía, y como deseaba que Johnny hubiera sido también su hijo. Ellos leyeron esas cartas en la sala del tribunal. Yo estaba allí cuando ocurrió. Te lo juro, ______, podías ver como algo se rompió entonces en el interior de Kevin. Durante años, hubo tan poca ternura dentro de él que te habría aterrorizado. Le aterrorizaba ahora. Eso habría destruido a la mayoría de los hombres.
—Johnny es un muerto andante —dijo entonces Kelly, su voz firme, entristecida—. Joe, Paul o Kevin no lo tocarán, pero Nick... —Ella se dio la vuelta y miró a _______ a los ojos, su propia mirada intensa con remordimiento y temor—. Nick lo matará. Está cerca de Kevin como nadie. No lo dejará pasar. Y eso destruiría a Kevin.
_______contempló a los tres hombres mientras entraban en la cocina, y pudo oír la preocupación en la voz de Paul cuando preguntó por Nick.
—Estará bien, tío Paul. —Aseguró Kevin a su tío, pero Crista pudo oír también la preocupación en su voz.
—¿_____, sabías que no empezó a construir esa casa hasta que regresaste a Somerset? —preguntó entonces Kelly. ________ la miró sorprendida. La cara de la otra mujer era reflexiva, la mirada evaluativa. —Espero que lo ames tanto como creo, y eso no es ni comparable a lo mucho que sé que Kevin te ama. No lo traiciones. —La voz de Kelly fue dura entonces—. Traiciónalo, y te harás algunos enemigos muy malos.
Fue una advertencia, y una que ______ no tomó como una ofensa. Ella negó con la cabeza y una pequeña sonrisa tocó sus labios.
—Kelly, moriría primero —le dijo en voz baja—. No he esperado ocho años para madurar y regresar a él sólo para traicionarlo. Puedes olvidar las advertencias, porque no son necesarias.
Entonces una radiante sonrisa ladeó los labios de Kelly, y un indicio de risa burlona llenó sus ojos.
—Entonces vamos a ser grandes amigas —declaró la otra mujer—. Después de todo, nos necesitamos la una a la otra para hablar pestes de ellos. Confía en mí, tendrás días en que jurarás que le tirarías un tiro más que amarle, pero el balance es positivo. Joe y Kevin son muy parecidos. Hay días en que juro que voy a darle un tiro, pero sé que nunca podría vivir sin él, así que me resigno a tratar con eso.
_____ puso la mirada sobre Kevin otra vez. Permanecía con Joe y Paul al otro extremo de la cocina. Estaban hablando en voz baja mientras se fortalecían con las cervezas que Kevin había sacado de la nevera. Sus ojos se encontraron con los de ella, y las comisuras de los labios se ladearon en una alentadora sonrisa asintiendo a algo que decía Paul.
— Kevin es diferente contigo, _____ —dijo entonces Kelly—. Más calmado. No tan propenso a permanecer distante y apartado de los otros. Hacía eso antes de que volvieras. Lentamente apartándose de Joe. Le rompía el corazón a Joe.
Mientras observaba a Kevin, pudo entender por qué se habría distanciado. Joe tenía un padre que lo quería, una familia, y una mujer que llenaba su corazón. Kevin comprendió lo que le faltaba a su vida, así como ______ siempre había sabido lo que le faltaba en la suya.
—Joe era amado —murmuró entonces _______—. Tenía algo que Kevin sabía que él también necesitaba.
Kelly le echo un vistazo a Kevin, luego regresó hacia _____ mientras asentía lentamente.
—El cambio no empezó después de chantajearte. Empezó con tu regreso. Kevin sabía lo que había perdido, y pensó que nunca lo encontraría. Cuando regresaste, la parte de él que sabía cuánto te amaba se volvió a despertar, ______. No lo dudes. Y sin dudarlo un minuto daría su alma por protegerte.
Así como ella daría la suya. No. Se corrigió. Ella ya no tenía un alma separada de la de Kevin. Estaba mezclada con la suya y así había sido durante ocho años.
—Obtengamos más platos y alimentémoslos —dijo ______ entonces, calculando la cantidad de comida que había en la mesa y cuanto daría de sí. Debería alargarse.
—Buena idea. La comida normalmente tranquiliza los instintos sangrientos de Joe. —Suspiró Kelly—. Está a punto de ayudar a Paul a matar a Johnny.
No era el único. Mientras se reunían alrededor de la mesa, _______ continuó observando a los tres hombres, captando impresiones y obteniendo las piezas finales del puzzle que mostraban a Kevin encajando en el lugar. Su vínculo con Joe y Paul se extendía a Kelly, pero no había lujuria, ni una señal de deseo cuando miró a la otra mujer. _______ vio amistad, afecto, pero nada más. Mientras observaba, se dio cuenta que uno de sus grandes temores había sido el ver a Kevin contemplar a Kelly con deseo sexual. Sabía de los juegos que había practicado en el pasado con sus primos y encontró difícil de creer que pudieran apartarse de eso tan fácilmente. Incluso por amor. Pero parecía que al menos Kevin y Joe habían hecho eso. ______ no estaba incómoda cuando Joe la miró; no vio otro interés que el normal que habría esperado. Kevin bromeó con Kelly, riendo con ella, pero no la deseaba. Observar la interacción la hizo darse cuenta exactamente de lo que se había perdido en los años que había estado lejos, pero no eran años que la apenaran. Había madurado, crecido, aprendido algo de sí misma y del mundo alrededor de ella. Suficiente para saber dónde estaba el hogar y a quién pertenecía su corazón. Kevin le pertenecía. Lo sintió, donde antes lo había temido. Así como ella le pertenecía a él.
—¿Qué opinas, ______? —La voz de Kevin la sacó de sus pensamientos y le hizo mirarlo. Pestañeó y se reenfocó para ver el calor apasionado en sus ojos verde claros y el intenso interés en su expresión mientras la observaba.
—¿De qué? —respondió ella.
—En dirigirnos mañana por la mañana al pueblo para obtener algunos artículos recién horneados. Después de todo, hasta donde está enterado Johnny, ninguno de nosotros sabe en lo que está metido. ¿Cómo te sentirías sacudiéndolo un poquito?
Ella miró fijamente a los tres hombres y a la mujer que la observaban expectantes y sintió la consternación creciendo en su interior.
—Pienso que habéis perdido la cabeza —replicó incrédula—. ¿No crees que entonces se dará cuenta que nunca abandoné Somerset y que él es sospechoso? ¿Qué entenderá que estás detrás él?
La sonrisa que Kevin le ofreció era francamente terrorífica. Estaba llena de expectación, anticipación y un destello de peligrosa determinación.
—Eso, carita-linda, es exactamente con lo que contamos.

por **Vanee LovatoD'Jonas** Dom 12 Ago 2012, 7:48 am

Kev que lindo!!!! Su casa (: la hizo cuando la rayiz regreso
Aww me encanta tu nove!!!!
Y.mas porque es de Kevin!!!!! :3
Wiii regresaste :D.......... BAILE DE 5 SEG.!!!!!! [Resuelto]"Noches Traviesas" (Kevin y tu)Terminada - Página 17 88550944

xD
Siguela Please

por **berenice_89** Lun 13 Ago 2012, 10:23 pm

AWWWWW QUWE TIERNO MI KEV

por **JB&1D2** Sáb 18 Ago 2012, 7:06 pm

Tan bello mi Kev
Me encanto el cap, por un momento pensé que Kevin se volvería loco
siguelaa

por **berenice_89** Miér 22 Ago 2012, 6:28 pm

SIGUELA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

por **aranzhitha** Sáb 25 Ago 2012, 8:44 pm

Capítulo 20
—¡Esto no me gusta! —exclamó otra vez ________, horas más tarde, después de que la casa flotante quedara despejada y ella siguiera a Kevin arriba, donde con cuidado tiró de un panel de la pared de la habitación y exhibió más armas de las que ella pensaba. Señor, el hombre tenía una arsenal.
—Es totalmente seguro, dulzura. —Estaba usando ese tono conciliador que había utilizado abajo. Lo odió entonces, y ciertamente lo odiaba ahora. Hedía a sobreprotección, y eso era algo que nunca había tolerado demasiado bien.
—No me cameles —le dijo con ferocidad—. Y no te molestes en ser sobreprotector ahora que no puedes chantajearme más, Kevin. Eso sólo va a cabrearme.
—¿Y el chantaje no te cabreó? —Los ojos se arrugaron con diversión, diversión rayando el dolor, mientras recorría con la mirada el panel abierto y sacaba varias pistolas y cargadores. _______ contempló de soslayo las armas. Reconoció las pistolas Glocks; Alex tenía varias parecidas. Eso no significaba que le gustaran o la necesidad de tenerlas.
—Al menos comprendí el chantaje —le espetó—. Lo habría hecho yo misma si hubiera tenido la oportunidad.
Él se detuvo, arqueando las cejas, mientras colocaba las dos armas en el tocador y cerraba el panel mientras volvía la mirada hacia ella con interés.
—¿Lo habrías hecho? —Su mirada se caldeó, llenándose de excitación, mientras ella observaba su cuerpo tensándose en preparación. _______, en respuesta, le frunció el ceño con ferocidad.
—No vayas, Kevin. Vamos a hablar de esto.
—Por supuesto que sí —le aseguró con suavidad mientras se sentaba en la cama y se daba palmaditas en la rodilla—. Ven aquí, carita-linda, y dime qué habrías hecho si hubieras podido chantajearme.
Apretó los labios firmemente, controlando la diversión que se le habría escapado.
—No voy a hablar de chantajearte. —Cruzó los brazos sobre los pechos y lo miró furiosa—. Kevin, Johnny puede no estar completamente cuerdo...
Un amargo gañido de risa abandonó la garganta de Kevin.
—______, dulzura, Johnny no está demente. Es extremadamente inteligente; se graduó sólo un punto por debajo del universitario a cargo del discurso de despedida. Por debajo de Nick, que tuvo ese honor durante la graduación universitaria. No está loco; es una amenaza extremadamente inteligente que te cortará la garganta si le das la espalda. Como hizo con el conductor del transporte militar que llevaba esos misiles.
_______ volvió la mirada hacia él con miedo.
—¿Lo mataron?
—La única mujer del grupo le rajó la garganta. Sospechamos, basándonos en el video y la caja de voz en la cabina del transporte, que él la conocía. O a él, según el caso. Sabemos que Johnny se hace pasar por una mujer en todo este asunto. Por ti.
—¿Entonces él colocó el explosivo en mi Rodeo? —susurró. Kevin asintió con vehemencia.
—Es el único con un motivo, _______. Asesinándote lo haría parecer un golpe de los mercenarios y haría recaer toda la culpa en ti. Podría fugarse con el dinero, y los mercenarios habrían estado en prisión dándose de cabezazos.
—¿Qué hay de los amigos del hombre qué arrestasteis?
Él negó con la cabeza mientras le daba alcance y la arrastraba hacia él, echándola en su regazo. ________ se apoyó en él, la cabeza descansando en el hombro mientras le rodeaba el cuello con los brazos. La besó en lo alto de la cabeza antes de contestar.
—El mercenario y su equipo no tenían el nombre de la mujer, sólo una descripción, la que dieron. Sin nombre, y los rasgos físicos de la cara, que aunque similares, no eran los tuyos. Los compradores tampoco hablaron. Cole conocía tu nombre, pero sólo después de que Johnny le hiciera una visita en el calabozo. En la breve conversación, Johnny le dijo que estaba jodido, simulando ser tú. Tenía el dinero y estaba libre; Cole no. Esohabría llevado a esos mercenarios directamente a tu puerta. Se enteraron por separado durante el interrogatorio dirigido por Cranston y Nick después de la visita de Johnny. Sospechamos de que realmente no estaban seguros exactamente con quien estaban tratando. Johnny es así de astuto, _______. Siempre lo fue. Simplemente estoy sorprendido que pudiera realmente matar a sangre fría. No esperaba eso de él. Tampoco _____. Pero tenía el presentimiento de que Johnny había decepcionado también a Kevin. Aún con todos los fallos de Johnny y la influencia de su madre, _______ tenía el presentimiento que Kevin se las había arreglado para guardar cierta esperanza para su otro primo.
—Él fue quien le contó al padre de Nick lo de compartir, cuando éramos adolescentes —le dijo entonces Kevin—. Pensé que Dayle lo había matado cuando llegamos a la casa con el tío Ray. La madre de Nick llamó tan tranquila, y le dijo a Ray que era necesario que fuera a por Nick antes de que Dayle lo matara. Había sangre por todas partes, y su padre todavía trataba de molerlo a golpes. Estuvo en el hospital durante una semana y se negó a admitir lo que su padre había hecho. Todavía tiene cicatrices en la espalda. Y Johnny lloró cuando se enfrentó a él. Gimoteando como un niño y jurando que no sabía lo que ocurriría. Que había estado jugando, incitado por Dayle porque siempre era tan crítico con él.
La voz de Kevin reverberó con ese horror del pasado.
—¿Insinuó que lo hizo?
—No lo sé —reflexionó Kevin—. Hasta ahora, todavía no lo sé. Pero sospecho que sabía lo que pasaría. Todos sabíamos que no debíamos presionar a Dayle en lo que concernía a Nick. Le daba un gran placer molerlo a palos sin justificación. ________ contuvo las lágrimas.
—¿Y tu padre? —Ya conocía una parte de la historia de Kevin, lo había sabido incluso antes de esa primera noche que había pasado con él.
—No era tan violento como Dayle. —Se encogió de hombros descuidadamente—. Y yo sabía cómo defenderme. Nick nunca se defendió, y nunca entendí el porqué.
—Por Janey. —_______ levantó la cabeza y miró fijamente a Kevin, de pronto sospechando por qué Nick nunca se había defendido.
—¿Janey? —preguntó.
—La hermana de Nick
—Sé quién es Janey, ¿pero qué tiene que ver con esto?
—Quizás no se defendió porque tenía miedo que la agresividad de Dayle se volviera contra Janey. Quizás trataba de esperar hasta que ella fuera suficientemente mayor para huir si era necesario. Janey era mucho más joven que Nick, al menos diez años. Tendría diez u once cuando Nick fue abiertamente repudiado tanto tiempo atrás.
—Quizás —dijo Kevin reflexionando antes de suspirar profundamente—. De todos modos, que Dios ayude al bastardo si alguna vez la golpea. Natches lo mataría.
—¿Realmente esto es necesario, Kevin? —le pregunto al fin con un suspiro—. ¿Presionar así a Johnny? Podría ser peligroso.
—Sólo para Johnny. —Su voz se ensombreció, provocándole un escalofrío en la columna con el peligro que emanaba—. Anota mis palabras, ________, no le dejaré escapar de esto. Sabía lo que estaba haciendo cuando decidió tenderte una emboscada. Y debería haber sabido qué pasaría si alguna vez averiguaba lo que estaba haciendo.
Abrió los labios para continuar discutiendo pero en cambio se encontró tumbada de espaldas en la cama y mirando fijamente a Kevin con sorpresa. —Ya basta de Johnny —gruñó—. Y ya he esperado bastante para resarcirme de esa pequeña provocación de antes en el lago.
—¿Provocación? —jadeó con sarcástica ofensa—. Eso no fue una provocación, Kevin Jonas. No estabas exactamente gimiendo porque no lograste correrte, sabes.
—Fue una provocación, pura y simple. —Su mano empujó el dobladillo de la camiseta por encima del estómago—. Todo lo que tengo que hacer es lamer ese dulce coño mientras me llevas a la locura con tu boca. Necesito más. Dulce cielo, _____. Necesito mucho más de ti.
Le sacó la camiseta lentamente y la arrojó al suelo.
—Mantén los brazos allí. —Los presionó contra el colchón, sobre la cabeza, como ella se lo había hecho antes bajo el viento y el cielo—. Déjame desenvolverte, _______. Mi propio regalo especial. En algún momento he tenido que ser un chico muy bueno para merecer esto.
Se le oprimió la garganta ante la emoción en la voz de él, ante la ternura de su toque, mientras liberaba la sujeción del sujetador y se lo sacaba de un tirón. Las manos ahuecaron los pechos henchidos, pasó los pulgares por encima de los pezones mientras la mirada se le oscurecía ante la visión de las enrojecidas puntas.
—¿Habrías dado el pecho a nuestro niño? —le preguntó, la voz increíblemente grave, llena de pesar y hambre, dolor y expectación.
—Sí. —____ se arqueó ante su toque, sintiendo los pezones aún más prietos mientras el dedo y el pulgar agarraban la punta dura-como-un-guijarro.
—¿Me habrías dejado observar? —Bajó la cabeza, los labios revoloteando sobre la clavícula mientras ______ se arqueaba ante la apasionada caricia.
—Sí. —Gimoteó la palabra. Los dedos le atormentaron los pezones, volviéndola salvaje por el toque de sus labios, labios que se movían lentamente sobre un ruborizado montículo, la lengua lamiéndole la carne mientras se acercaba al dolorido pico.
—Adoro tus pechos. Como se sienten, como saben. Lo duros y ardientes que tus pequeños pezones se ponen por mí. —Las manos ahuecaron otra vez los montículos, alzando uno más cerca de los labios mientras la lengua se lanzaba al rígido pico. Cuando la boca lo cubrió, ______ estaba a punto de suplicar. Una vez la calidez de su boca amamantando y el azote de su lengua tomaron posesión, estuvo suplicando.
—Kevin. Por favor. —Las manos agarrando en un puño la manta bajo ella—. Más. Más fuerte.
Su toque era ligero, tierno. Ella necesitaba dureza y ardor. Ella necesitaba el hambre controlada que apenas podía sentir dentro de él. Un hambre que la estaba desgarrando oprimiendo su coño, convulsionando su matriz.
—¿Más fuerte, cariño? —Lamió sobre un pezón—. No quiero ir deprisa. Quiero aumentar el fuego dentro de ti. Te quiero preparada para cualquier cosa, para cualquier cosa que pueda darte.
Y ella recordaba exactamente qué le podía dar cuando la tocaba lenta y pausadamente. Cuando cada caricia deliberada aumentaba el fuego dentro de ella hasta el punto que el placer bordeaba el dolor, y el dolor se transformaba en una sensación tan erótica que incluso los actos más obscenos eran los que le aportaban el máximo placer. Las mayores sensaciones.
—Ambos recordaremos esto, _______. Para siempre —le juró—. Ninguno de nosotros lo olvidará. Porque ambos estaban conscientes, conectados ahora de una forma que no habían estado antes.
________ se estiró frente a él, las caderas levantándose de la cama mientras él agarraba la cinturilla de los ligeros piratas y se los sacaba por las piernas. Las palmas de las manos la acariciaban subiendo por las piernas, sobre la estrecha cinturilla de las bragas, y también se las sacó.
Ella abrió los ojos, con la mirada aturdida cuando bajó la vista hacia él, observando cómo le extendía los muslos lentamente. La mirada de él se intensificó, soñolienta de sensualidad.
—Qué coño más bonito —gimió, los pulgares adentrándose en la señal entre sus muslos y los tiernos pliegues de su sexo—. Suave y rosado. Tus jugos brillando en él.
Y los había. Ya la sedosa inundación de su excitación estaba brillando en su carne. Sin embargo no se detuvo a tocarla o probarla. Al contrario, se deslizó a su lado en la cama, inclinándose sobre ella, y besándola con toda la lujuria reprimida que vio brillando en su mirada. Una mano grande le agarró las muñecas cuando trató de levantar las manos para tocarlo. Las amarró en la cama sobre la cabeza y le saqueó los labios. La lengua se enroscó con la suya, saboreando su boca y acariciándole los labios. Con la mano libre le acarició los pechos, el vientre, los muslos. Los dedos le hinchaban los pezones, agarrándolos y provocándolos, y propagaron las ardientes llamas de ellos. _______ corcoveó bajo las caricias. Las callosas palmas acariciando sobre las terminaciones nerviosas que se hicieron hipersensibles. Las uñas arañando sobre el estómago. Y todo lo que ella podía hacer era aguantar. La sujetó fácilmente bajo él, sus manos y su cuerpo grande controlando los ondulantes corcoveos. Sin embargo ella estaba perdida, sin control. La necesidad por su toque eclipsaba cualquier otra cosa. Al fin, cuando levantó los labios de los de ella, su mano deambulaba más abajo de su estómago. Los ojos de ____ se abrieron sin rumbo otra vez, encontrando los de él un segundo antes que su mano le otorgara una intensa caricia entre los muslos.
—Dios mío, Kevin. —Sacudiéndose debajo él, las caderas arqueándose súbitamente ante la pequeña e intensa palmada que aterrizó en la henchida carne a cada lado de su clítoris.
—No tan fuerte —gruñó él—. Tu carne es tan sensible. Tan sedosa y no está acostumbrada a estar depilada.
Otra palmada, prima lejana de un moderado cachete, fue administrada otra vez en la carne. Una sensación un poco más leve y oscilante atravesó los húmedos pliegues y vibró dentro de su coño. El clítoris se hinchó más tirante con cada intensa caricia, la fiera pulsación se hizo casi dolorosa mientras los agudos gemidos llenaban el aire.
—Tan dulce —canturreó él, su áspera voz un negro terciopelo mientras los muslos se apartaban todavía más, abriéndose para su toque. Los dedos se deslizaron a través de la resbaladiza hendidura, dividiendo los regordetes y henchidos pliegues antes de rodear el dolorido clítoris.
— Kevin, por favor —gritó ahogadamente—. No me tortures.
—No es tortura, dulzura, simplemente placer —le prometió, los dedos pasando rozando sobre el clítoris antes de abandonar la húmeda carne y trasladarse otra vez hacia los pechos. Descendió por su cuerpo. Deslizando los labios sobre el cuello, la clavícula. Atrapando un duro pezón en su boca. Succionándolo profundamente, la lengua azotándolo, los dientes mordisqueándolo cuando las manos de _________ se soltaron de un tirón de su agarre. Entrelazando las manos en el pelo de él. ______ se arqueó más cerca, la cabeza cayendo hacia atrás de placer mientras las manos de él se entrelazaban en las largas hebras su pelo y tiraba de ellas con firmeza. Ella le devolvió el tirón, la reacción instintiva, la dominante necesidad del orgasmo creciendo en su interior. Kevin estaba decidido en su ritmo. Sus caricias eran lentas y pausadas, aumentando las llamas ardientes en su matriz con calculados golpes y apasionadas caricias. No le dio la oportunidad de coger aliento entre niveles. No hubo oportunidad de pensar, ni oportunidad de recuperar el control. Antes de que _____ se diera cuenta de dónde se posaban las caricias, ya estaba atrapada. Cuando los labios empezaron a besar un meticuloso camino bajando por su torso y sobre el estómago, los muslos se abrieron más y más, las rodillas dobladas, haciendo espacio para sus amplios hombros entre ellas. El alivio llegaría ahora, estaba segura. Podía hacerle lo que nada o nadie podía. El placer rebotaba por su cuerpo y la atrapaba en una red de amor y lujuria tan intensa que sabía nunca rompería. La lengua lamía sobre la reciente piel desnuda, y supo por qué él quería que experimentara este placer. Era increíble. Su lengua tocaba terminaciones nerviosas que no sabía que existían. Cada sorbo, cada delicado raspar de sus dientes y succionadores besos la hacían arder a más alta temperatura, más fogosa. Pudo sentir el fluir de sus jugos, yendo desde el coño, y bajando hacia la estrecha hendidura de su trasero cuando los dedos empezaron a seguir el camino.
Minutos después, cuando su lengua al fin exploró la estrecha abertura de su coño, sintió la fría y espesa lubricación sobre los dedos mientras presionaban contra la entrada trasera. Conocía esa sensación. Era más de lo que él le había hecho en la oficina; podía sentirlo. Esta vez ningún juguete iba a invadir su cuerpo. El control, cada deliberado beso y caricia, habían sido por un propósito. Para un fin. Reclamar cada parte de ella.
—Tan dulce. —Su voz tronó contra la ultrasensible carne que estaba acariciando con los labios y la lengua—. Como un dulce y cálido jarabe.
La lengua perforó la ceñida abertura mientras dos dedos penetraban su entrada trasera, enviándole un placer acuciante a través del cuerpo. —¡Oh Dios! ¡ Kevin! —Gritó su nombre cuando las simultáneas caricias la hicieron tratar de retorcerse, tratar de escapar de las increíbles sensaciones que mecían su cuerpo. Pasión y relámpago, feroces llamas lamiendo sobre su carne y quemando bajo la piel. Era increíble. El placer era como ser acostada sobre un potro de tormento de éxtasis inminente y torturada con el conocimiento de esa dicha esperada. Respirar era casi imposible cuando lo anhelaba. Sus piernas tensas con el esfuerzo de lograr estar más cerca. De atraer sus dedos y la lengua a más profundidad. Para hacerle, obligarle a darle lo que necesitaba para aliviar el casi doloroso placer que abrasaba su cuerpo. Intentó apretar las piernas, para acercarlo lo suficiente para tensar la sensación sobre su clítoris, para darle esa presión final que estaba segura que necesitaba para llegar al orgasmo. Debajo de ella, Kevin rió ahogadamente, un áspero roce de excitación y placer vibró a través de ella cuando su lengua lamió con pecaminosas caricias la ceñida entrada de su coño. Los dedos atrás penetraron aún más. Acariciando. Empujando.
—¡Me estás matando! —Clavó los dedos en el colchón, las caderas se alzaron, forcejeando por estar más cerca, para facilitarle la presión que ella tan desesperadamente necesitaba. Un grito derrotado le quebró la garganta mientras el eco de un sonido de placer susurraba sobre su coño.
—Está bien, carita-linda —le aseguró eróticamente antes de que su lengua lamiera rodeando el clítoris otra vez y sus dedos se flexionaran en el trasero—. Me ocuparé de ti.
Los labios le cubrieron el clítoris. Lo arrastró al calor de su boca y lo chupó, tirando de él hasta que estuvo gritando por la liberación. Pasó la lengua por encima, y ella suplicó. Cuando la liberación creció en su matriz, él aminoró la marcha, bajó la cabeza, la lengua lamiendo los jugos otra vez y le negó el alivio por el que ella suplicaba.
—¡Maldito seas! Para de jugar conmigo. —Trató de alcanzarlo, los dedos aprisionaron su pelo y lo aferraron cuando otro ardiente empujón llenó su trasero.
—Deseo tu culo, ______ —gimió, los labios presionando contra el muslo antes de que los dientes mordisquearan la carne de allí. Ella se estremeció, recordando la escena, sabiendo lo que le haría, sabiendo como la vincularía a él. La sumisión total. Había susurrado esas palabras cuando la tomó por allí la primera vez. Suyo. ______ volvió la vista atrás cuando él se movió, levantándose de rodillas, separándole más aún los muslos mientras deslizaba los dedos de su trasero.
—¿ Kevin? —______ se sobresaltó, observando cómo arrastraba más cerca las caderas y le empujaba hacia atrás las piernas. Observó, aturdida, desgarrada entre el temor femenino y la excitación erótica mientras lo vio extender una gruesa capa de lubricante sobre la polla. Brillaba, gruesa y poderosa. Gruesas venas latían bajo la carne mientras la henchida cresta palpitaba visiblemente. __________ tragó con dificultad. Parecía enorme, demasiado grande, demasiado dura para atravesar la estrecha abertura contra la que se remetía.
— Kevin. —Alzó los ojos hacia él, fascinada por el deseo sexual de su expresión y el oscurecimiento de los pálidos ojos verdes.
—¿Eres mía, _______? —le preguntó, con voz ronca desde el fondo de su garganta mientras la polla presionaba contra ella, dentro de ella.
—Siempre. —No pudo negar lo que su alma siempre supo. Un gemido abandonó sus labios cuando reacomodó su sujeción sobre ella y dejó caer las piernas por su pecho mientras una mano le agarraba la cadera, la otra agarró el asta de su polla. ________ sintió la invasión, lentamente, una penetración que le envió una devastadora sensación a través de las sensibles terminaciones nerviosas. La entrada anal empezó a dilatarse, a abrirse bajo la expresa fuerza de su erección.
—¡Oh Dios! Kevin, no puedo soportarlo. —Su cuerpo se balanceó involuntariamente mientras las manos aferraron en un puño la manta debajo de ella.
Las llamas lamían su trasero mientras la carne se dividía. Placer y dolor, sumisión y seducción. Era la posesión. No de su mente ni en realidad de su cuerpo. Posesión de su sensualidad, de su placer. La intimidad era algo tan vinculante que incluso ocho años después de que él se la hubiera dado por primera vez, nunca se había recobrado de esos efectos en su alma. Se estaba marcando a hierro a sí mismo dentro del alma de ella y dentro de su cuerpo. Los labios de ella se abrieron en un mudo grito mientras la densamente acampanada cabeza traspasó la entrada, luego se amoldó dentro otra vez. Enterró la cabeza de la polla dentro del apretado tejido, gimiendo mientras ella gritaba su nombre de conmocionado placer. Entonces Kevin se detuvo, respirando con dificultad, rápido, mientras el sudor le goteaba por el pecho y los ojos descendieron hacia la sensible abertura que estaba poseyendo.
—Tan caliente y apretada —gimió, moviéndose otra vez, con lentos y poco profundos empujes que trataban de hundir más su polla dentro de ella poco a poco—. Es como ser empuñado por las llamas, ______. O poseído por las llamas. La cabeza de ella se movía agitadamente sobre la cama mientras la polla profundizaba más el interior de su culo, estirándola, mostrándole terminaciones nerviosas tan sensibles que el azote de la sensación reverberó en su clítoris. Estaba rodeada por un placer tan intenso, tan poderoso, que se preguntaba si sobreviviría.
—Me estás quemando vivo. —El ronco gruñido de su voz mientras los centímetros finales de su erección se enterraban en su ano le contrajeron la matriz con un inminente orgasmo. Era tan pecaminosamente erótico. Era el acto más prohibido, más sumiso que ______ pudiera imaginar, y estaba sobrepasando su cordura. El control era una cosa del pasado. Kevin tenía el control. La tenía a ella. Se deslizaba y se movía, casi saliendo antes de avanzar otra vez. La abrazaba y acariciaba y le hizo arder terminaciones nerviosas que no habían estallado a la vida en ocho años. ______ se arqueó hacia él, las caderas corcoveando en su agarre mientras la necesidad empezaba a crecer desmesuradamente fuera de control. Lo necesitaba duro y profundo. Necesitaba que él...
—Fóllame. —No reconoció su propia voz cuando el destrozado ruego llenó el aire—. Por favor, Kevin. Más duro. Fóllame más duro.
Levantó las pestañas, su mirada empañada mientras trataba de enfocarse en su cara. Un duro gesto lo retorció, el placer atenazó sus rasgos mientras él negaba con la cabeza, el sudor le salpicaba y goteaba por la frente mientras las manos le aferraban las caderas y la polla latía dentro de su culo.
—Más duro —susurró ella otra vez, tentándolo con una contracción de los músculos internos, apretando sobre su carne y sintiendo también los espasmos de placer atravesándola.
—Joder. _______ —gimió, jadeando de placer al igual que ella.
—Te necesito. —Tragó con fuerza—. Todo tú. Fóllame más fuerte, Kevin. Dame lo que necesito.
Sus caderas se sacudieron, sacando la erección antes de empujarla dentro de ella con una estocada más larga y más fuerte. Mientras lo hacía, una mano se trasladó de la cadera hasta meterse entre sus muslos. Anchos dedos masculinos se deslizaron a través de la espesa esencia que se reunía allí, encontrando el lloroso centro, y dos dedos empujaron dentro con fuerza. Entonces se movió. Empujando duro y fuerte mientras _________ abría los ojos de par en par, la mirada nublándose mientras el éxtasis empezaba a inundarla. Su orgasmo llegó rápido y duro. Con los dedos golpeando fuerte y con seguridad dentro de su coño, su polla enterrándose una y otra vez dentro de su culo, no había marcha atrás. El intenso erotismo y el placer extremo eran demasiado. ______ oyó sus propios gritos con un asombro distante. Sonaban destrozados, agonizantes. Por debajo de ese sonido estaban los de Kevin. Su brutal gemido masculino mientras se enterraba profundamente en su trasero, su simiente saliendo a chorros desmesuradamente dentro de ella, siempre lo recordaría. El quebrado “Te amo, _______. Dios ayúdame, te amo” la lanzó a un altísimo orgasmo, haciendo añicos su alma con el raído filo de esperanza y dolor que oyó en su voz. Se sacudió contra ella, derramando su semen en el trasero antes de dar un gemido final y aflojándose lentamente del apretado agarre en el que ella lo tenía. _______ lloriqueó ante la sensación añadida. El sentirlo lentamente dejarla, su polla aflojándose de ella, los dedos dejando de acariciarle el coño era casi doloroso ahora por su intensidad. Ambos estaban completamente bañados en sudor mientras se relajaba en la cama a su lado y tiró de ella hacia su pecho. Los labios se posaron encima de su cabeza en un beso que le oprimió el pecho de emoción.
Bajo su mejilla el corazón de él iba a toda velocidad, al igual que el suyo, y los pulmones se alzaban para respirar. Así era cada vez. No era simplemente el esfuerzo del sexo si no las intensas emociones que los desgarraban y los dejaban débiles y temblorosos.
—Te amo, Kevin —susurró cuando pudo al fin encontrar el aliento y los sentidos—. Siempre te he amado.

por **JB&1D2** Sáb 25 Ago 2012, 10:02 pm

quiero mas cap :z:

por **berenice_89** Vie 31 Ago 2012, 10:45 am

OHHH LE DIJO QUE LO AMABA¡¡¡¡

QUE DIRA KEV???

por **Vanee LovatoD'Jonas** Dom 02 Sep 2012, 8:23 am

Awww le dijo que lo amaba O.O
Que respondera Kevo????
Vamos sube otro Please!!!!!
No.nos dejes asi
Sube!!!

por **JB&1D2** Lun 03 Sep 2012, 3:26 pm

Más, más, más sube más cap

por **Vanee LovatoD'Jonas** Mar 04 Sep 2012, 9:46 pm

Sigueee

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