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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por Rocio_Jonas Dom 29 Ene 2012, 12:19 pm
A pesar de que sean pocos los comentarios u.u, eso no evita que no postee =) me decidí a postearla toda =). Y gracias Chaicas las amo!!!!!!!!! a todas jajaja
Espero que disfruten este cap, ahora subo uno más ;)
Espero que disfruten este cap, ahora subo uno más ;)
Rocio_Jonas
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por Rocio_Jonas Dom 29 Ene 2012, 12:21 pm
Nos fuimos del restaurante caminando hacia el hotel como al principio, abrazados; al llegar al hotel subimos los dos, y entramos a nuestras habitaciones.
Al entrar me dirigí hacia el baño en donde prepare todo para bañarme, luego fui directo al placar donde quite un vestido, y saque un antifaz; Al estar el agua ya lista cerré la canilla, y escuche tocar la puerta.
Abro la puerta – amor… ¿sucede algo?
- hola mi amor… no, solo que me tengo que ir antes y no podré ir contigo – me besa.-
- esta bien vida mía. Te veré en la fiesta.-
Algo dentro de mí me dijo que esa noche iba a ser especial, algo en mi iba a ser cambiado, no estaba segura de que era exactamente que iba a cambiar, pero fui consciente de que en esa noche iba a durar una eternidad.
Termine de ducharme, sequé mi pelo con una toalla e hice un torniquete con ella y me vestí lentamente; coloqué el antifaz sobre mi rostro y puse mis zapatos al lado de mi cama. Esperé un rato, y pasadas las diez y media de la noche decidí bajar.
Lentamente deslicé mi mano sobre la baranda y bajé la escalera hacia el hall, mientras buscaba con la mirada a Joe, al encontrarlo lo vi parado con una mano entre su bolsillo y la otra ocupada con un vaso de champagne viéndose seductivamente con su traje y su antifaz puesto. Seguido a eso, una mujer vestida exactamente como yo lo tomaba del cuello de una forma demasiado posesiva, y él la tomaba de la cintura, acercaban sus bocas, susurraban algo y se besaban. No pude evitar derramar una lagrima, al mismo tiempo que un hombre de no más de 1,70; con un cuerpo demasiado trabajado, hombros anchos, pelo castaño claro se acercaba a mí, limpiaba mi lagrima con una mano, mientras que con la otra sostenía una copa de champagne, y susurraba dulces palabras con su voz tan angelical y particular.
- ¿Lay? ¿Qué sucede, amor? – preguntó el hombre acariciando mi mejilla.
- ¿Lay? Yo no soy Layla, me llamo ____ - dije enfadada; me recordó a Layla Lothan, la colega que casi roba a mi esposo.-
- lo siento… ella lleva el mismo vestido – se disculpó amablemente – de todas forma… ¿Qué te sucede? ¿Quieres contarme?-
- No… no confío en quienes no conozco, disculpe – finalicé para luego escaparme y comenzar a caminar hacia el patio trasero del hotel, que se encontraba adornado con luces y una hermosa pista de baile, con pétalos de rosas blancas sobre ella, y perfectamente afinado con rosas de distintos matices del rosa y el blanco, había dos sillones de cuero blanco con un almohadón rosado sobre él. Las lágrimas brotaron de mis ojos y solamente sentí un par de brazos sobre mis hombros, y la voz del hombre con el que había hablado un rato antes, esta vez no dijo nada ninguno de los dos, lo abrace por el cuello hundiendo mi cabeza en sus hombros, y él me toma por la cintura.
- no sabía que era Layla – dijo rompiendo el silencio y alejándose de mí, o alejándome de é… - lo siento, pero no tenía otra opción; debía hacerte ver el beso y besarte, pero no pude – agachó su cabeza y miró al suelo.-
- ¿fue todo un plan de ella? – pregunté asombrada ¿hasta donde era capaz de llegar por Joe?
- hasta donde yo sé, si – respondió – él te ama – dijo luego de un momento de silencio – la alejó de él apenas notó que no eras vos – sonrió.-
- no, la detuvo desde el principio – lo corregí – no sé si me ama o no, solo sé que me respeta… o eso solía hacer – dije totalmente frustrada.-
- lo sigo haciendo, ____ - oí de la voz de Joe; me resultó tan fría, tan seca su voz como nunca lo había oído. Parecía que hablaba con el aire.-
- no te lo pregunte, Joe - dije con un nudo en la garganta, sabiendo bien que así… llamándolo de esa manera lo enojaba más.-
- Jonathan, vete – dijo al hombre que había estado hablando conmigo minutos antes. – luego hablaremos a cerca de ti y tu futuro conmigo y mi empresa – agregó bastante enojado.
Un eterno e inevitable silencio nos invadió durante un cierto rato, no tenía idea que hacer o que decir; no podía hacerle una escena de celos, pues no era mi forma de actuar, una pelea sería demasiado escándalo para el hotel, por lo cual opté por intentar escapar: agaché mi cabeza lo suficiente para no rozar con la de él cuando lo esquivara y caminé los 30 cm. que tenía entre mi esposo y la puerta con una mano enfrente de mí para evitarlo. No llegué a la puerta, me tomó de la cintura sin decir nada, me hizo girar hasta enfrentarlo y subió mi cabeza con su dedo índice sobre mi mentón, haciéndome mirarlo a los ojos; los cuales no encontré.
Se movió empujándome consigo, una vez que me encerró entre su cuerpo y la pared, alzó la vista y clavó sus penetrantes y oscuros ojos en los míos, que expresaban el miedo y la confusión que sentía en el momento; Joe nunca actuaba así, y sentía gran curiosidad.
- ¿vos sabes por qué estoy con vos? – finalmente preguntó.
- no andes con rodeos – respondí desafiante. Nunca actuaba así, pero una mujer dolida es una mujer dolida.
- ¿cómo hay que explicarte las cosas para que las entiendas? – Dijo con su mirada ya no fría y personalista, sino más bien dulce y llena de miedo y dolor - ¿cómo quieres que te demuestre lo mucho que te amo y que te necesito? – inquirió a punto de derramar una lagrima.
- no besando a otras… - comenté mientras buscaba la forma de escaparme de esa situación.
- no quise besarla – dijo acercando su frente a mi hombro, y apoyando la misma en él, mientras destensaba sus brazos y los dejaba reposar a ambos lados de su cuerpo y cadera – solo quiero besarte a vos – continuó dándome pequeños besos en el cuello, llegando lentamente hasta mi barbilla y volviendo al cuello – solo quiero abrazarte a vos – esta vez sus brazos se posaron en mi cintura para aferrarse a mí con más fuerza de lo habitual – solo quiero estar con vos, ____, no hay otra mujer que ocupe mi cabeza y corazón – finalizó.
- solo quiero ser feliz – dije contraatacando – solo necesito poder estar tranquila, y cuando lo logro y me dispongo a cambiar… ¡te veo besando a otra mujer! – Continué – eso no es amor, Joe.
- ¡discúlpame por no ser perfecto, por trabajar todo el día para darte lo mejor que puedo, por intentar hacerte feliz sin saber como! Una pareja es de a dos, y solo no podía.
- eso no justifica el beso; y yo no me quejé de mi vida.-
- no pediste justificación – contesto fuera de sí - ¿quieres la separación? – preguntó muy decidido.
- no – respondí un poco sorprendida – no me quiero separar del hombre que amo – contesté; luego de mínimo media hora de silencio, contesto.
- yo tampoco separarme de vos, pero… me saca de mí mismo no poder controlar esto – dijo sentándose en el suelo – no quise besarla, en serio – susurro casi sin aliento.
- no importa, solo necesito hacerte saber lo mucho que te amo – contesté sonriendo.
- ahora… no quiero quedarme acá, me voy a ir a ver una película o algo a la habitación – dijo Joe- ya arreglé los negocios, ¿vamos?
- seguro – dije contenta de poder pasar un rato a solas.
En la habitación de Joe había un televisor de 46”, pantalla plana y LCD, o algo así, en el cual vimos la película “Casablanca”, mi favorita, y una de Jim Carrey, su actor favorito. Cuando la segunda película iba por la mitad, pedimos palomitas de maíz y nos recostamos en la cama; yo con mi vestido y él con su traje negro, camisa blanca y corbata roja, él me abrazó por la espalda mientras yo crucé una mano sobre su abdomen y recosté mi cabeza sobre su pecho.
Al finalizar la película aun era muy temprano por lo cual me levante deslizando mi mano, sin querer por su abdomen con delicadez y suavidad, pero al querer levantarme él me sujeta de la muñeca llevándome nuevamente a su lado.
- te amo – dijo recorriendo con su mano mi brazo desnudo hasta quedarse en mi cuello agarrando mi rostro y besarme de manera diferente a los anteriores besos – te… necesito demasiado – prosiguió volviendo a acariciarme, pero esta vez mi espalda y con su pecho agitado, y sus ojos al verlos no eran aquellos que demostraban dulzura, amor y ternura ni odio, dolor y miedo, estos expresaban posesión, pasión, y deseo de mí, de quererme más cerca de lo habitual.
- te amo – inquirí luego de verlo a los ojos, esos ojos penetrantes que me acorralaron junto con todos los sentimientos sueltos dentro de mí, acariciando su espalda con mis manos y besándolo como él a mí, con deseo del uno al otro, deseo de ser uno solo por una noche, de llegar o dar el siguiente paso, un deseo que iba a ser eterno en esa noche.
- eres mi deseo prohibido – dijo besando mi cuello, y con sus caricias que cada vez más me hacían sentir ser únicamente de él.
Una batalla en mi mente se desató, sabía a qué se refería, sabía que quería de mí, y era consciente de lo que estaba por suceder.
Acariciándome deslizo su mano derecha por mi espalda, con un suave y delicado movimiento bajaba el cierre del vestido hasta llegar al fin de mi cadera y de nuevo volvió con sus electrizantes caricias por mi espalda desnuda, y al llegar a mi hombro deslizo junto con sus dos dedos la tira del vestido acariciando a la vez mi piel, y así hizo con la otra tira hasta dejar mi cuerpo totalmente a la vista de él, y sin parar con sus caricias, poso una mano en mi nuca haciéndome recostar nuevamente en la cama con lentitud, besándome mientras con cuidado me sacaba el vestido; y yo con total calma desabrochaba los botones de su camisa dejando su parte superior al tacto de mis yemas, que acariciaba y luego nuestros cuerpos se conocieron al tenerse contacto uno con el otro, poso su mano sobre mi cintura y la deslizo por todo el contorno de mi cuerpo haciéndome estremecer y sentir un fuego dentro de mí que me pedía que lo amara cada vez más y más, y así fue, lo ame, lo amo, y lo amare, esa noche de pasión bajo las sabanas, sintiendo su piel sobre la mía, sus suspiros, y así durante una gran noche de entrega, al otro día por la mañana cuando desperté, él estaba ahí al lado mío ya despierto, admirando mi cuerpo, con unas suaves caricias sobre mi cuello, diciéndome lo mucho que me amaba.
- eres hermosa – dijo mientras ponía mi mentón sobre mi mano que se posaba en su pecho desnudo para admirar su rostro -.
- te amo – dije acercando mi labio con el de él uniéndonos en un fugaz beso.
- ya somos completos, marido y mujer – inquirió acariciándome mi espalda desnuda que se encontraba debajo de la sabana, haciéndome desear nunca separarme de él –por un momento creí no lograr saber amarte – prosiguió besando mi mano y luego mis labios.
- no pienses eso, de la forma en que me amas… soy feliz y se que nadie podrá amarme de la manera en que lo haces tu -dije aferrándome más a su cuerpo, el cual nuestras piel se rozaban libremente.
Al estar unas horas ahí, en la cama admirándonos uno al otro, decidimos levantarnos. Enredada con la sabana me levante y él hizo lo mismo yendo primero al baño ya que el agua se encontraba lista para que se bañara. Me levante y busque el vestido y me lo puse lentamente recordando lo que había sucedido entre los dos, sus caricias sobre mi piel, su respiración chocando con la mía y sus besos que rodeo todo mi cuerpo.
- ¿qué sucede? – pregunto rodeando mi cintura por la espalda mientras yo enterraba mis dedos en su cabello sintiendo su rico aroma rodear el aire que respiraba.
Al entrar me dirigí hacia el baño en donde prepare todo para bañarme, luego fui directo al placar donde quite un vestido, y saque un antifaz; Al estar el agua ya lista cerré la canilla, y escuche tocar la puerta.
Abro la puerta – amor… ¿sucede algo?
- hola mi amor… no, solo que me tengo que ir antes y no podré ir contigo – me besa.-
- esta bien vida mía. Te veré en la fiesta.-
Algo dentro de mí me dijo que esa noche iba a ser especial, algo en mi iba a ser cambiado, no estaba segura de que era exactamente que iba a cambiar, pero fui consciente de que en esa noche iba a durar una eternidad.
Termine de ducharme, sequé mi pelo con una toalla e hice un torniquete con ella y me vestí lentamente; coloqué el antifaz sobre mi rostro y puse mis zapatos al lado de mi cama. Esperé un rato, y pasadas las diez y media de la noche decidí bajar.
Lentamente deslicé mi mano sobre la baranda y bajé la escalera hacia el hall, mientras buscaba con la mirada a Joe, al encontrarlo lo vi parado con una mano entre su bolsillo y la otra ocupada con un vaso de champagne viéndose seductivamente con su traje y su antifaz puesto. Seguido a eso, una mujer vestida exactamente como yo lo tomaba del cuello de una forma demasiado posesiva, y él la tomaba de la cintura, acercaban sus bocas, susurraban algo y se besaban. No pude evitar derramar una lagrima, al mismo tiempo que un hombre de no más de 1,70; con un cuerpo demasiado trabajado, hombros anchos, pelo castaño claro se acercaba a mí, limpiaba mi lagrima con una mano, mientras que con la otra sostenía una copa de champagne, y susurraba dulces palabras con su voz tan angelical y particular.
- ¿Lay? ¿Qué sucede, amor? – preguntó el hombre acariciando mi mejilla.
- ¿Lay? Yo no soy Layla, me llamo ____ - dije enfadada; me recordó a Layla Lothan, la colega que casi roba a mi esposo.-
- lo siento… ella lleva el mismo vestido – se disculpó amablemente – de todas forma… ¿Qué te sucede? ¿Quieres contarme?-
- No… no confío en quienes no conozco, disculpe – finalicé para luego escaparme y comenzar a caminar hacia el patio trasero del hotel, que se encontraba adornado con luces y una hermosa pista de baile, con pétalos de rosas blancas sobre ella, y perfectamente afinado con rosas de distintos matices del rosa y el blanco, había dos sillones de cuero blanco con un almohadón rosado sobre él. Las lágrimas brotaron de mis ojos y solamente sentí un par de brazos sobre mis hombros, y la voz del hombre con el que había hablado un rato antes, esta vez no dijo nada ninguno de los dos, lo abrace por el cuello hundiendo mi cabeza en sus hombros, y él me toma por la cintura.
- no sabía que era Layla – dijo rompiendo el silencio y alejándose de mí, o alejándome de é… - lo siento, pero no tenía otra opción; debía hacerte ver el beso y besarte, pero no pude – agachó su cabeza y miró al suelo.-
- ¿fue todo un plan de ella? – pregunté asombrada ¿hasta donde era capaz de llegar por Joe?
- hasta donde yo sé, si – respondió – él te ama – dijo luego de un momento de silencio – la alejó de él apenas notó que no eras vos – sonrió.-
- no, la detuvo desde el principio – lo corregí – no sé si me ama o no, solo sé que me respeta… o eso solía hacer – dije totalmente frustrada.-
- lo sigo haciendo, ____ - oí de la voz de Joe; me resultó tan fría, tan seca su voz como nunca lo había oído. Parecía que hablaba con el aire.-
- no te lo pregunte, Joe - dije con un nudo en la garganta, sabiendo bien que así… llamándolo de esa manera lo enojaba más.-
- Jonathan, vete – dijo al hombre que había estado hablando conmigo minutos antes. – luego hablaremos a cerca de ti y tu futuro conmigo y mi empresa – agregó bastante enojado.
Un eterno e inevitable silencio nos invadió durante un cierto rato, no tenía idea que hacer o que decir; no podía hacerle una escena de celos, pues no era mi forma de actuar, una pelea sería demasiado escándalo para el hotel, por lo cual opté por intentar escapar: agaché mi cabeza lo suficiente para no rozar con la de él cuando lo esquivara y caminé los 30 cm. que tenía entre mi esposo y la puerta con una mano enfrente de mí para evitarlo. No llegué a la puerta, me tomó de la cintura sin decir nada, me hizo girar hasta enfrentarlo y subió mi cabeza con su dedo índice sobre mi mentón, haciéndome mirarlo a los ojos; los cuales no encontré.
Se movió empujándome consigo, una vez que me encerró entre su cuerpo y la pared, alzó la vista y clavó sus penetrantes y oscuros ojos en los míos, que expresaban el miedo y la confusión que sentía en el momento; Joe nunca actuaba así, y sentía gran curiosidad.
- ¿vos sabes por qué estoy con vos? – finalmente preguntó.
- no andes con rodeos – respondí desafiante. Nunca actuaba así, pero una mujer dolida es una mujer dolida.
- ¿cómo hay que explicarte las cosas para que las entiendas? – Dijo con su mirada ya no fría y personalista, sino más bien dulce y llena de miedo y dolor - ¿cómo quieres que te demuestre lo mucho que te amo y que te necesito? – inquirió a punto de derramar una lagrima.
- no besando a otras… - comenté mientras buscaba la forma de escaparme de esa situación.
- no quise besarla – dijo acercando su frente a mi hombro, y apoyando la misma en él, mientras destensaba sus brazos y los dejaba reposar a ambos lados de su cuerpo y cadera – solo quiero besarte a vos – continuó dándome pequeños besos en el cuello, llegando lentamente hasta mi barbilla y volviendo al cuello – solo quiero abrazarte a vos – esta vez sus brazos se posaron en mi cintura para aferrarse a mí con más fuerza de lo habitual – solo quiero estar con vos, ____, no hay otra mujer que ocupe mi cabeza y corazón – finalizó.
- solo quiero ser feliz – dije contraatacando – solo necesito poder estar tranquila, y cuando lo logro y me dispongo a cambiar… ¡te veo besando a otra mujer! – Continué – eso no es amor, Joe.
- ¡discúlpame por no ser perfecto, por trabajar todo el día para darte lo mejor que puedo, por intentar hacerte feliz sin saber como! Una pareja es de a dos, y solo no podía.
- eso no justifica el beso; y yo no me quejé de mi vida.-
- no pediste justificación – contesto fuera de sí - ¿quieres la separación? – preguntó muy decidido.
- no – respondí un poco sorprendida – no me quiero separar del hombre que amo – contesté; luego de mínimo media hora de silencio, contesto.
- yo tampoco separarme de vos, pero… me saca de mí mismo no poder controlar esto – dijo sentándose en el suelo – no quise besarla, en serio – susurro casi sin aliento.
- no importa, solo necesito hacerte saber lo mucho que te amo – contesté sonriendo.
- ahora… no quiero quedarme acá, me voy a ir a ver una película o algo a la habitación – dijo Joe- ya arreglé los negocios, ¿vamos?
- seguro – dije contenta de poder pasar un rato a solas.
En la habitación de Joe había un televisor de 46”, pantalla plana y LCD, o algo así, en el cual vimos la película “Casablanca”, mi favorita, y una de Jim Carrey, su actor favorito. Cuando la segunda película iba por la mitad, pedimos palomitas de maíz y nos recostamos en la cama; yo con mi vestido y él con su traje negro, camisa blanca y corbata roja, él me abrazó por la espalda mientras yo crucé una mano sobre su abdomen y recosté mi cabeza sobre su pecho.
Al finalizar la película aun era muy temprano por lo cual me levante deslizando mi mano, sin querer por su abdomen con delicadez y suavidad, pero al querer levantarme él me sujeta de la muñeca llevándome nuevamente a su lado.
- te amo – dijo recorriendo con su mano mi brazo desnudo hasta quedarse en mi cuello agarrando mi rostro y besarme de manera diferente a los anteriores besos – te… necesito demasiado – prosiguió volviendo a acariciarme, pero esta vez mi espalda y con su pecho agitado, y sus ojos al verlos no eran aquellos que demostraban dulzura, amor y ternura ni odio, dolor y miedo, estos expresaban posesión, pasión, y deseo de mí, de quererme más cerca de lo habitual.
- te amo – inquirí luego de verlo a los ojos, esos ojos penetrantes que me acorralaron junto con todos los sentimientos sueltos dentro de mí, acariciando su espalda con mis manos y besándolo como él a mí, con deseo del uno al otro, deseo de ser uno solo por una noche, de llegar o dar el siguiente paso, un deseo que iba a ser eterno en esa noche.
- eres mi deseo prohibido – dijo besando mi cuello, y con sus caricias que cada vez más me hacían sentir ser únicamente de él.
Una batalla en mi mente se desató, sabía a qué se refería, sabía que quería de mí, y era consciente de lo que estaba por suceder.
Acariciándome deslizo su mano derecha por mi espalda, con un suave y delicado movimiento bajaba el cierre del vestido hasta llegar al fin de mi cadera y de nuevo volvió con sus electrizantes caricias por mi espalda desnuda, y al llegar a mi hombro deslizo junto con sus dos dedos la tira del vestido acariciando a la vez mi piel, y así hizo con la otra tira hasta dejar mi cuerpo totalmente a la vista de él, y sin parar con sus caricias, poso una mano en mi nuca haciéndome recostar nuevamente en la cama con lentitud, besándome mientras con cuidado me sacaba el vestido; y yo con total calma desabrochaba los botones de su camisa dejando su parte superior al tacto de mis yemas, que acariciaba y luego nuestros cuerpos se conocieron al tenerse contacto uno con el otro, poso su mano sobre mi cintura y la deslizo por todo el contorno de mi cuerpo haciéndome estremecer y sentir un fuego dentro de mí que me pedía que lo amara cada vez más y más, y así fue, lo ame, lo amo, y lo amare, esa noche de pasión bajo las sabanas, sintiendo su piel sobre la mía, sus suspiros, y así durante una gran noche de entrega, al otro día por la mañana cuando desperté, él estaba ahí al lado mío ya despierto, admirando mi cuerpo, con unas suaves caricias sobre mi cuello, diciéndome lo mucho que me amaba.
- eres hermosa – dijo mientras ponía mi mentón sobre mi mano que se posaba en su pecho desnudo para admirar su rostro -.
- te amo – dije acercando mi labio con el de él uniéndonos en un fugaz beso.
- ya somos completos, marido y mujer – inquirió acariciándome mi espalda desnuda que se encontraba debajo de la sabana, haciéndome desear nunca separarme de él –por un momento creí no lograr saber amarte – prosiguió besando mi mano y luego mis labios.
- no pienses eso, de la forma en que me amas… soy feliz y se que nadie podrá amarme de la manera en que lo haces tu -dije aferrándome más a su cuerpo, el cual nuestras piel se rozaban libremente.
Al estar unas horas ahí, en la cama admirándonos uno al otro, decidimos levantarnos. Enredada con la sabana me levante y él hizo lo mismo yendo primero al baño ya que el agua se encontraba lista para que se bañara. Me levante y busque el vestido y me lo puse lentamente recordando lo que había sucedido entre los dos, sus caricias sobre mi piel, su respiración chocando con la mía y sus besos que rodeo todo mi cuerpo.
- ¿qué sucede? – pregunto rodeando mi cintura por la espalda mientras yo enterraba mis dedos en su cabello sintiendo su rico aroma rodear el aire que respiraba.
Rocio_Jonas
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por andreita Dom 29 Ene 2012, 1:53 pm
yo si te posteo
lo sineto
es que no enconraba el tema
:/
lo sineto
es que no enconraba el tema
:/
andreita
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por andreita Dom 29 Ene 2012, 1:54 pm
oye pero no entiendo algo
joa sabia que la zorra era ella?
o la confundio con ____?
o el quizo besar a la otra por voluntad propia?
joa sabia que la zorra era ella?
o la confundio con ____?
o el quizo besar a la otra por voluntad propia?
andreita
andreita
SkaterGirl.
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por Rocio_Jonas Lun 30 Ene 2012, 9:22 am
Andreita: Siiiiiiii, ya se que siempre postea, jajaja, y se que sos una fiel lectora ^^ perdón por no haber aclarado eso =( pero de todos modos gracias por tus comentarios ^^, son agradables jajaja.
con respecto a ese tema, él no sabía que era Layla, penso que era ____,
era todo una trampa de ella, pero él lo supo que no era ____ cuando beso a layla
si hay otra cosa que no entiendan pueden preguntar no hay problema ^^
Bienvenida: SkaterGirl =)
espero que les guste el siguiente cap ^^
las amo!!!!!!!!!!! Gracias por seguir la nove ^^
oye pero no entiendo algo
joa sabia que la zorra era ella?
o la confundio con ____?
o el quizo besar a la otra por voluntad propia?
con respecto a ese tema, él no sabía que era Layla, penso que era ____,
era todo una trampa de ella, pero él lo supo que no era ____ cuando beso a layla
si hay otra cosa que no entiendan pueden preguntar no hay problema ^^
Bienvenida: SkaterGirl =)
espero que les guste el siguiente cap ^^
las amo!!!!!!!!!!! Gracias por seguir la nove ^^
Rocio_Jonas
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por Rocio_Jonas Lun 30 Ene 2012, 9:26 am
Anteriormente:
Al estar unas horas ahí, en la cama admirándonos uno al otro, decidimos levantarnos. Enredada con la sabana me levante y él hizo lo mismo yendo primero al baño ya que el agua se encontraba lista para que se bañara. Me levante y busque el vestido y me lo puse lentamente recordando lo que había sucedido entre los dos, sus caricias sobre mi piel, su respiración chocando con la mía y sus besos que rodeo todo mi cuerpo.
- ¿qué sucede? – pregunto rodeando mi cintura por la espalda mientras yo enterraba mis dedos en su cabello sintiendo su rico aroma rodear el aire que respiraba.
Continuación:
- nada… solo recuerdo – respondí dándome la vuelta y mis manos posar en su pecho desnudo y húmedo aun por el agua, mientras él rodeaba mi cintura y acorralaba en la pared para besarme – te amo.
- te amo – repitió soltándose de mí para mirarme a los ojos – eres mía.
- será mejor que te cambies, yo me… - me calló con un beso.
- quédate conmigo, amor – dijo corriendo mi pelo hacia atrás rozando sus nudillos la piel de mi hombro – no vivo sin ti, soy como un alma perdida buscando su lugar.
- quiero quedarme, pero debo cambiarme y bañarme, Joe – inquirí acariciando su rostro y con mis yemas contornear sus rasgos y el contorno de sus perfectos ojos marrones.
- ¿quieres decir que no dormirás conmigo todas las noches? – pregunto frunciendo el ceño.
- Joe, son habitaciones… - me interrumpe.
- eso se arregla, puedo elegir una matrimonial ¿o no quieres…?.
- claro que quiero, amor mío – respondí besándolo y acariciando su espalda – te amo – inquirí enterrando mi rostro en su pecho, sintiendo sus latidos aumentar como el mío.
- también te amo, ____ - me dijo acariciando mi cabellera y luego me separo un poco de él para mirar mis ojos – te amo con mi alma, como nunca llegaré a amar a otra mujer – en eso tocan la puerta y él con mala gana me suelta y se va abrir - ¿Layla? ¿Qué haces…? – lo interrumpe entrando como si nada, mientras yo me alarme al escuchar a Joe.
- veo que no la pasaste tan mal anoche – dijo irónicamente mientras me miraba de espalda, no quería que me viera aun, así que me puse el antifaz que lo agarre minutos antes de que entrara. Me di la vuelta para mirarla y al fin ver el rostro de esa mujer que a toda costa molestaba a Joe tanto como en mi ausencia – no, no la pasaste tan mal y veo que… no es tu mujer – dijo sin darse cuenta que el vestido que llevaba era el mismo que tenía ella en la noche anterior para hacernos caer, a Joe y a mí en su trampa - ¿qué pasaría si tu mujer supiera que te acostaste con otra? – le pregunto a Joe que rápidamente se puso la camisa antes de que ella lo viera como yo lo vi y lo sentí junto a mi cuerpo en la noche anterior.
- na… - no siguió, ya que le di una señal de que no dijera ni una palabra, si como de serena era, una salvaje dentro de mí se ocultaba.
- te deje paralizado, Joe- prosiguió mientras caminaba alrededor de mí – pobre de tu mujer, quisiera ver como sufre…-
- creo que no se podrá – dije desafiante.
- ¿de que hablas? -
Me quite el antifaz – porque con la mujer que paso la noche anterior soy yo y soy su mujer – dije acercándome a Joe – así que guarda tus relatos.
- así que tu eres la mujer de él ¿y él te eh fiel? – pregunto descaradamente.
- sí, lo es – dije perdiéndome en los ojos de él - ¿por qué lo preguntas? – pregunte haciendo en mi voz un tono de preocupación, sabiendo bien a donde quería llegar.
- porque… Joe y yo pasamos una noche juntos – respondió con arrogancia, mientras Joe apretaba mi mano de tanta ira que le llenaba esa mujer - ¿no te lo ha contado? A que tonta, si las infidelidades no se cuentan – dijo soltando pequeñas risita.
- pues si paso contigo una noche, conmigo más de una – respondí desafiante y a la vez mintiendo, sabiendo bien que la noche anterior fue la primera vez que dormíamos como marido y mujer.
Sin poder atacar, como vino se fue, pero dando un portazo, mientras él se acercaba con su pelo mojado y las gotas de agua derramarse por toda su piel, acercándose a mí para luego posar sus manos en mi cadera y susurrarme.
- no sabía que mentías – besando mi cuello – y menos que defendías lo tuyo de esa manera – prosiguió encontrando mi mirada con la suya.
Rodee su cuello con mis brazos y entrelazando mis manos como llave para que no se escapase, y rozando sus labios con los míos susurro – porque protejo lo que es mío… eres mío y de nadie más – lo bese apenas, me di la vuelta y salí corriendo al baño dejándolo anonadado en su lugar.
- ¡Ey!, No se vale – dijo luego golpeando la puerta.
- lo siento, mi amor, pero sino lo hacia no iba a bañarme más – respondí ya debajo de la ducha, oyéndose mi voz y la lluvia a la vez.
- okay, luego veras – respondió deslizando su espalda por la puerta quedándose ahí sentado con una pierna extendida y la otra flexionada.
Cuando salía de la ducha me seque y me puse el vestido, y abrí la puerta, sin saber que él se encontraba sentado y respaldado en ella, sé cayo de espalda.
- amor – dije arrodillándome y poniendo su cabeza en mis regazos mientras él no reaccionaba, algo que me desespero y acerque 10 cm. mi rostro al de él, para sentir su respiración y al no sentir me acerque más con una lagrima formándose en mis ojos; cerré mis ojos para retener las lagrimas y al impacto sentí sus labios y los míos unidos en un beso, al cual respondí aliviada de que estaba bien – eres un tonto – dije acariciando su cabello húmedo – te amo – dije besándolo de nuevo acompañado por una pequeña lagrima.
- amor, no llores – respondió secando con su pulgar esa lagrima – te amo, lo siento -.
- te perdono, pero no lo vuelvas a hacer – dije dándole un pequeño beso – levántate, que pesas mucho – dije con humor, dando aquel momento algo de alegría.
- no peso mucho – dijo poniendo una cara graciosa, sacando una sonrisa de mí – me encantas, cuando ríes – dijo parándose y besarme la frente.
Los dos nos paramos, me acerque a la cama donde tenía los zapatos, los cuales me puse y me levante acercándome a él, lo bese y con el antifaz en la mano salí de la habitación para ir a la mía que se encontraba enfrente; y al cerrar la puerta me deslicé en el lugar sentada y abrazar mis piernas mirando hacia el frente recordando lo de la noche anterior y que aun sentía sus electrizantes caricias que recorría mi cuerpo.
Con una sonrisa dibujada en mi rostro, me levante dirigiéndome al placar donde saque una prenda y me la puse, me senté frente al escritorio y empecé a peinar mi melena aun húmeda, mientras que sus ojos, labios se aparecieron en mi mente haciéndome sentirme aun más feliz. Cuando estaba perdidamente en los recuerdos, golpes en mi puerta me sacan de ellos, dejo el peine a un lado del escritorio y me dirijo a abrir la puerta en la que me encontré con él sosteniendo una rosa extendida hacia mí, la cual agarré aun sonriendo igual que él.
- ya esta todo listo, al llegar tendremos nuestra propia habitación, amor – dijo dándome su mano.
- ¿y a donde es que vamos? – pregunte ya en el ascensor y entrelazando nuestras manos.
- desayunaremos afuera – dijo mirándome a los ojos que me dejaron totalmente perdida y que me hizo abrazarlo fuertemente, y que él correspondió – te amo tanto – dijo acariciando mi melena.
- te amo también – me separe y entre mi manos puse su mejilla – perdóname… de verdad perdóname por haberte hecho tanto daño, hacerte esperar 5 años para todo esto que pasamos en tan solo en tres días – lo bese – perdóname – repetí con un dolor en voz que se quebraba.
- ya, eso no tiene importancia – acaricia mi espalda – eso es parte del pasado y nada más, amor – dijo abrazándome aun más fuerte – no tienes porque llorar, todo paso, solo ahora dediquémonos a disfrutar – prosiguió separando nuestros cuerpos.
- esta bien, te amo – dije y las puertas del ascensor se abrieron - ¿a dónde vamos? – pregunte sin obtener respuesta alguna por parte de él, que me agarro de la mano entrelazándola con la de él – por favor dime, no me dejes así – insistí pero él no me dijo nada, solo se dedico haber al frente y manejar – okay, no me des información alguna – me resigne dando un suspiro hondo y me dedique a ver por la ventanilla; él con una mano agarro la mía haciéndome mirarlo a los ojos.
- listo – dijo aparcando el coche y sacándose el cinturón de seguridad - ¡espera! – me advirtió antes de que abriera la puerta; dio la vuelta al coche, me abrió la puerta y extendió su mano la cual correspondí, me baje del auto que se encontraba aparcado enfrente de una extensa plaza privada, donde en el medio se encontraba una manta blanca extendida sobre el césped, y una bandeja de comida y una bebida a un costado – ¿te gusta? – pregunto señalándome con su brazo y una sonrisa grabada en su rostro.
- es hermoso – dije acercándome allí, y me arrodille encima de la manta blanca soltando el sombrero a un costado de mí y dejando mi cabellera largo sobre mi espalda.
- te amo – dijo rodeando mi cuello por la espalda mientras olía profundamente el aroma de mis cabellos – te vez simplemente hermosa – me susurro a mi oído haciendo erizar mi piel por el solo tacto de sus labios sobre mi cuello.
- gracias – dije luego de un intenso silencio entre los dos, y de que él se haya sentado a mi lado - ¿sabes? – pregunte al terminar de desayunar; mientras el sol traslucía por las hojas del árbol, y dejaba las formas de las hojas en mi vestido blanco – nunca creí que podía ser tan feliz – proseguí mientras el suave viento jugaba con mis cabellos sueltos y unos pétalos de las flores de aquel árbol rozaba nuestros rostros y piel a la vez – que nada pero nada podría sacarme una sonrisa y olvidar esos malos recuerdos… esas horribles pesadillas, que nadie tenía a mi lado para decirme que eran tan solos pesadillas que nunca llegarían a ser real, pero no, nadie estaba a mi lado… nadie me comprendía – dije mientras una lágrima fría sin ningún sentimiento recorría mi rostro – y que nadie me amaría y yo tampoco sabría a amar – lo mire a los ojos que se encontraban fijamente en mí – DEBIDO A TI todo es posible ya para mí… todo – me acerque a él me encime a él poniendo mis dos brazos extendidos a sus costados y un mechón colgando de mi lado derecho, me acerque a sus labios y lo bese apasionadamente – nada me importa… más que estar siempre a tu lado, Joe – dije esta vez estando debajo de él.
- no tengo palabra alguna… - me beso.
- aquí las palabras sobran, vida mía – respondí rodeando su cuello…y besándolo nuevamente.
- pero tengo que decirte tantas cosas…- dijo al separar nuestros labios – que nunca me había enamorado tan locamente como contigo, nunca había pensado que te amaría de esta manera y tampoco creí que tú lo sintieras alguna vez por mí – rodeo mi cintura – pero me alegro de que esto pase entre nosotros dos… ahora sé que es un amor realmente verdadero que algún día hubiésemos pensado que este matrimonio nos aria daño o destruiría nuestras vidas – se recostó a un lado mientras yo posaba mi cabeza en su pecho mientras él jugaba con mis dedos en el aire y con la otra con mis cabellos enredándolos en su dedo – pero no fue así, sino nos salvo de algo peor, te amo – finalizo besando mi frente.
- yo también – y me aferre más a su cuerpo con ganas de no soltarme nunca más de él… porque en verdad lo amaba, ya era la droga que necesitaba todo el día, me había hecho adicta a sus besos, a sus caricias electrizantes, a su cuerpo, a su piel y a su aroma que invadían todo mi cuerpo y adormilaban a todos mis sentidos con solo tener una éxtasis de lo que provenía de él. Era el amor por él que me tenía aun anonadada, que me había deseado tenerlo una vez más como en la noche anterior, tan cerca sintiendo su piel sobre la mía, su cuerpo sobre el mío, sus besos recorriendo mi cuerpo, sus caricias que tenían un toque electrizante sobre mi columna vertebral, sus sin fin de “te amo” que decía cada vez que me besaba y me llevaba a un mar de emociones que nunca había vivido nunca, ese mar que me traía unas olas de sensaciones placenteras por tenerlo así de cerca. Era tan fuerte esa sensación que no podía pelear con ella, lo deseaba y como si estuviera leyendo él mis pensamientos y presenciando esa pelea en mi interior me agarro por la cintura llevándome al auto, se sentó en el asiento del conductor y yo en el del copiloto, aun no entendía del porque había hecho eso dejando todo ahí sin haber limpiado o llevado aquello que había hecho él para los dos. Al llegar al hotel subimos por el ascensor y nos condujimos a la nueva habitación y como si el tiempo ya estaba por terminar, en la puerta él me acorralo, me beso apasionadamente mientras con una mano intentaba abrir la puerta y en unos pocos minutos la abrió y los dos por eso nos reímos, él cerro la puerta detrás de él con el pie mientras dentro de mi vestido sus manos acariciaba mi vientre, mi cintura en sí mi cuerpo dirigiéndonos a la cama; el deseo era mucho más fuerte que todo, que la razón que ya no reinaba más como los cincos sentidos no sentía en mi ser, como olvidando todo menos que estaba con él. Apoye mi espalda sobre la cama ya desnuda como el torso superior de él, el cual acariciaba con desesperos, mientras él besaba mi cuello y luego todo mi cuerpo.
- te amo – dijo cerrando los ojos y acariciando mi melena ya cansado al igual que yo.
Al abrir mis ojos lo primero que hice fue mirarlo y aun se encontraba dormido, por lo cual me alegro porque era mi turno verlo dormir y contemplarlo por completo como él lo había hecho en la mañana. Mientras lo miraba inconscientemente acariciaba su pecho desnudo con mis yemas, y él sentía y gemía por eso, lo que me causo un poco de gracia y no lo hice más porque no quería despertarlo hasta cansarme de contemplar su rostro. Levante un poco la mirada y en el reloj marcaba las 13:00 a.m. y por la hora un hambre invadió mi estomago, con un poco de dificultad pude zafarme de sus brazos, me senté a un costado de la cama y enredada en la sabana me levante buscando la ropa que raramente se encontraba esparcida por toda la habitación, al recolectar toda mi ropa y la de él que la deje en los pies de la cama, me vestí y llame al servicio del hotel para que nos traiga algo de comida.
- ¿amor? – pregunto al no verme a su lado y la ropa de él en los pies de la cama.
- me encuentro en el baño – dije saliendo abriendo la puerta del baño - ¿cómo despertaste? – pregunte sentándome a su lado.
- si te hubiese visto a mi lado creo que un poco mejor, pero me desperté bien, amor – respondió agarrándome de la cintura y encimarme sobre su cuerpo - ¿por qué la prisa de levantarte? – Pregunto levantando el ceño viéndome vestida – a la vista mía al descubierto me encantas más – comento con una picara sonrisa.
Me reí mientras él besaba mi cuello – ya, Joe – lo separe poniendo mi mano sobre su pecho – es hora de levantarse – y en eso tocan la puerta – debe de ser del servicio – le dije a Joe quien me soltó y me dirigí a abrir la puerta mientras él se vestía - ¿te gusta la pizza a la politana? – pregunte sentándome en la cama con las piernas cruzadas.
- sí – dijo y se sentó frente de mí de la misma manera que yo - me gusta la pizza de cualquier manera – dijo tomando un trozo de la pizza.
- a mí también, por eso lo pedí – mordí un pedazo y al tragar pregunte - ¿qué aras ahora?
- pues pasar los 18 días que nos queda aquí – respondió mirándome fijamente – eso si es que quieres – dijo suplicándome con la mirada que la respuesta sea un “sí”.
- sí, quiero pasar los 18 días aquí y a tu lado amor – dije parándome y sentarme a su lado.
- gracias… te amo -.
- lo sé, por eso te amo más – dije entrelazando nuestras manos.
- ¿sabes? – Pregunto haciéndome mirarlo a los ojos fijamente – deseo… - y no dijo nada solo bajo la mirada dejándome intrigada por lo que iba a decir.
- dime, por favor, dime que deseas, amor – le supliqué levantando su mirada.
- de… deseo… - dijo con temor hasta que tomo fuerzas – sé que estamos recién empezando con nuestro matrimonio desde cero… pero quisiera saber sí… ¿quieres hacer una familia conmigo? – al preguntarlo me dejo perpleja totalmente… atónita diría ahora - ¿quisieras tener hijos conmigo y formar una familia? – insistió.
- yo… yo – no sabía que responder en verdad, en realidad recientemente empezaba a recomponer nuestro matrimonio, 5 años de casados llevábamos ya y era lógico tener hijos en esos años de casados, pero era recientemente que nuestro matrimonio sea verdaderamente un matrimonio – yo… quiero pero aun… - me callo poniendo su dedo índice en mis labios y luego besarme.
- solo quería asegurarme que lo quisieras, pero no que ahora los tengamos, sino en un tiempo más seguro y de haber confortado nuestro matrimonio – me beso nuevamente – solo eso, aun es muy pronto para que seamos padres – acaricio mi mejilla, y una sonrisa me saco a la luz por su respuesta, eso me alivio un poco más – te amo.
- te amo -.
Pasamos los 18 días que faltaban para volver a L.A visitando lugares y recorriendo toda Grecia. Hasta que el último día la pasamos afuera del hotel y al llegar la noche fuimos a un restaurante.
- Es maravilloso este restaurante -. Comente siendo sorprendida por una mini – catarata que se encontraba dentro del restaurante protegido todo su alrededor por vidrio dejando a la vista el hermoso y principal decorado del restaurante con plantas realmente llamativas -. No creía que habría tan maravillosa decoración aquí -. Proseguí mientras desviaba la mirada del decorado a los ojos de él, de Joe que no dejaba de mirarme con tanta ternura, demostrándome su amor a través de ellos.
- Sabía que te encantaría…-. Comento agarrando mi mano y acariciarla -. Te amo… y me hace feliz verte así de… emocionada -. Prosiguió besando mi mano con tal delicadez.
- Y a mi me hace feliz que me lo digas y que me ames tanto como yo -. Dije acariciando su mejilla -. Te amo, Joe -. Dije y fuimos interrumpidos por un mozo.
- ¿Quieres bailar, vida mía? -. Me pregunto una vez que terminamos el primer plato.
- Sí –. Respondí, saque la servilleta de mi regazo y lo puse sobre la mesa, correspondí la mano de Joe y nos dirigimos a la pista que quedaba enfrente de la hermosa catarata -. Me encanta -. Dije dirigiéndome al tranquilizante y relajante sonido que la catarata hacia al caer y chocar con algunas pequeñas rocas sobre salidas de ella -. Me relaja y más acompañada con la hermosa música -. Comente mientras de distancia con él me encontraba 3 cm., sintiendo su respiro golpear mi rostro y su hermoso y enriquecedor aroma que desprendía de él, dejándome hipnotizada y deseando sus labios -. Te amo… no lo puede negar, te amo y no me canso de decírtelo -. Proseguí y lo bese, mientras él correspondía mi beso, acariciaba suavemente mi espalda al descubierto sintiendo como acariciaba mi piel al ritmo de la suavidad de la melodía que se escuchaba.
Al terminar la melodía Joe me dirigió con él, de nuevo a la mesa, nos sentamos y el postre se encontraba sobre ella.
- Hmm…-. Dije saboreando el rico postre en mi boca, con mis ojos cerrados.
- ¿Te gusto? -. Pregunto mirándome con unas de sus encantadoras sonrisa dibujada en su rostro.
- Sí, es riquisísimo -. Respondí mirándolo atentamente, sin poder evitar contemplar sus rasgos que tanto me encantaba mirar… y su mirada con su brillo que cada vez que me miraba encontraba el mismo brillo pero que cada vez más me transmitía libremente su amor por mí -. ¿Quieres? -. Le pregunte ya que él había pedido otro diferente; él asintió, con una cucharilla cargué un poco del postre y se lo extendí para que lo probase, él comió lo que le di y en un movimiento rápido me robo un beso.
- Esta muy rico -. Respondió dándome un pequeño beso y sentarse al instante, yo hice lo mismo -. Muy rico -. Repitió.
- Jajaja -. Rompí en carcajada. Me hacia muy feliz, sacaba una sonrisa siempre de mí con solo mirarme o decirme cosas, en sí, lo ame y lo amo aun… él es mi verdadero amor.
- ¿Joe? ¿Eres tú? -. Alguien a lo lejos pregunto, interrumpiendo nuestra hermosa y posiblemente única velada, juntos.
- David -. Respondió Joe con una sonrisa en su rostro al verlo acercarse, mientras yo me limpiaba los labios con la servilleta -. David, que gusto de volverte a ver -. Dijo dándole un abrazo y palmearle la espalda como signo de amistad.
- Joe, creí no volverte a ver por aquí, creí que ya te habías ido a L.A -. Comento agarrando a Joe por los hombros.
- No, me quede ya que con mi mujer queríamos renovar nuestra luna de miel -. Dijo extendiendo su mano a la cual yo correspondí alegremente -. Ella es mi mujer, ____ -. Prosiguió sosteniéndome por la cintura.
- Un gusto en conocerla señorita Jonas -. Dijo sosteniendo mi mano y luego la beso delicadamente.
- El gusto es el mío -. Respondí posando la mano que él beso, en el pecho de Joe -. Creí que nunca conocería a un amigo de mi esposo -. Proseguí apoyando mi sien en el hombro de Joe.
- Para nada, amor -. Dijo Joe con su mano sobre la mía, manteniéndola en su pecho -. David es un gran amigo que tarde o temprano conocerías -. Prosiguió.
- Nunca creí que me presentarías a tu mujer, Joe -. Dijo David alegremente -. Ahora es mi turno de… -. Lo interrumpe la llegada de una hermosa y esbelta mujer, que al instante entrelazo sus manos con la de él, pero que su vientre se encontraba hinchado, haciéndome tener la idea de que se encontraba embarazada, aunque no se podía distinguir muy bien porque su vestido era suelto -. Joe, ella es mi mujer Samanta -. Dijo rodeando la cintura de su mujer.
- Un gusto en conocerla -. Dijo Joe extendiendo su mano que se encontraba sosteniendo mi mano.
- El gusto es el mío -. Respondió y me dirigió su mano extendida a mí, a la cual correspondí con una amplia sonrisa al igual que ella -. Al fin conozco al famoso Joe -. Prosiguió mirando a David fijamente a los ojos.
- Jajaja, te dije que te lo presentaría, amor -. Dijo David y le dio un tierno pero corto beso -. Ahora veo que si me crees que siempre estuve horas y horas trabajando con él -. Prosiguió y su mujer se sonrojo un poco bajando la cabeza -. Te amo.
- También -. Respondió levantando su rostro -. Perdón -. Dijo abrazándolo fuertemente.
- ¿Por qué…? -. Quise preguntar pero Samanta me miro con una leve sonrisa grabada en su rostro.
- Porque desconfíe de él… creyendo que me era…-. Quiso seguir pero le hice seña de que no dijera más, ya que había comprendido bastante bien, y que en esa desconfianza la causante era nada más y nada menos que Layla Lothan.
- Entiendo -. Respondí y le regale una sonrisa.
- ¿Quieres algo de comer querida mía? -. Le pregunto David a Somanta quien sentada sostenía su mano en su vientre dejando a la vista, el contorno de su vientre.
- Sí, quisiera helado amor -. Respondió sobándose con cuidado su vientre, con su mirada llena de felicidad y con una breve sonrisa en su bello rostro.
- Joe, acompáñame -. Dijo David a Joe, quien se encontraba ojeándome, viendo como miraba con admiración a Samanta.
- Sí, ¿quieres algo, mi vida? -. Me pregunto obteniendo mi atención, aunque un poco atónita por haberme perdido en mis pensamientos.
- Sí…-. Balbucee un poco -. Helado también -. Me quedo mirando preguntándome con la mirada que sabor -. De banana – sprit, chocolate y dulce de leche granizado -. Le respondí sonriente, descubriendo que algunas cosas no sabía de mí, en este caso el gusto de helado, como yo muchas cosas de él no sabía y que me dolía, ya que cualquier esposa sabe todo sobre su esposo, pero en eso estábamos los dos juntos, sin saber muchas cosas del otro.
- ¿Parece que no sabe mucho sobre ti, verdad? -. Pregunto Samanta sin dejar de acariciar su vientre.
- No lo culpo, yo muchas cosas sobre él no sé -. Respondí sinceramente, sin ocultar una breve sonrisa.
- ¿Hace cuanto están casados? -. Me pregunto sonriente.
- Hace cinco años -. Respondí de la misma manera que ella…<< cinco años de casados, cinco años que supuestamente nos conocemos y que en realidad es un año en que no nos sentimos como verdaderos extraños, en que a él me entregué sin duda del amor por él, en que le dije en una noche todo mis sentimientos como él a mí… dos noches inolvidables, que nada me ara olvidarlas…>>pensé pero que un gemido de Samanta me saco de ellos -. ¿Te sucede algo? -. Pregunte sobresaltándome.
- Él bebe… me pateo -. Respondió con una sonrisa y una lagrima acompañándola -. Ven…-. Dijo haciéndome levantarme de mi asiento, al estar a su lado agarro mi mano y la poso en su vientre, donde su bebe pateo de nuevo dejándome que la palma de mi mano sintiera su pateo, haciendo salir una amplia sonrisa al igual que Samanta -. Hola bebe… ¿qué tienes? -. Le preguntaba su mamá con su mano sobre la mía, sosteniendo ambas en su vientre a un costado -. Últimamente patea mucho… él medico me ha dicho que es normal -. Prosiguió mirándome, mientras yo flexionaba mis rodillas con la misma sonrisa, asintiendo a lo que Samanta me decía.
- ¿Cuántos meses llevas de embarazo? -. Le pregunte levantando mi rostro, encontrando el de ella.
- Mañana se hace 8 meses -. Respondió mirándome a los ojos -. ¿Por qué lo preguntas? -. Pregunto arqueando un ceño.
- Porque, como dijo tu medico es normal que patee mucho -. Respondí viendo a Joe y David acercarse a nosotras -. Ahí vienen -. Proseguí incorporándome.
- ¿Nos tardamos mucho? -. Pregunto Joe.
- ¿Sucedió algo Samanta? -. Pregunto David flexionando sus rodillas y posando su mano desocupada en el vientre de su mujer.
- Pateo de nuevo, David -. Respondió alegremente su mujer y él dio un suspiro de alivio y la beso tiernamente.
- Con razón que casi más te quedas sin uñas -. Comento Joe con un poco de gracia al cual le di un leve golpe en el estomago para que no dijera más.
- Jajaja, sí, ya veras cuando tengas a tu mujer embarazada y que necesitas estar siempre pendiente de ella por miedo de que le sucediera algo a ella y a su hijo -. Respondió a su defensiva, dejando a Joe perdidos en sus pensamientos en los cuales percibí como eran esos pensamientos. Desde ese día en el que habíamos tomado el tema de hacer una familia, aun yo sentía como Joe lo tenía presente aunque no me lo haya dicho; aunque a mí me gustaba la idea. Desde niña siempre soñé en ser mamá o estudiar medicina en que se dedique al cuidado de las madres durante su gestación hasta el día del parto; aunque había estudiado un año, pero mi padre me saca por obligación, aunque él no era el que pagaba la escuela sino yo misma con mis ahorros, pero no pude terminar lo que una vez había empezado, como todos mi sueños, pero uno sí se me hizo realidad, pero fue una batalla campal conseguirla, luchando contra mis padres para conseguir ese sueño, pero que feliz aun me hace por haberlo conseguido.
- Serían unos grandes padres -. Comento Samanta sacando a Joe de sus pensamientos al igual que yo.
- Eso no lo dudo -. Respondió su esposo haciéndome sonrojar un poco, pero que por suerte no se noto.
- Bueno ya, dejen de hablar de nosotros que aun no estamos prepa….
- Pero que dices hombre, para ser padre nunca sé esta preparado, nunca Joe, eso te lo digo yo, que al recibir la noticia de que sería padre me ilumino la vida y me lleno de alegría el alma -. Dijo David abrazando a su mujer por la cintura.
- Eso es verdad, nunca en la vida uno esta preparado para nada, ya sea para casarse, hacer una familia o después de estudiar trabajar -. Dijo Samanta mirándonos a los dos.
Después de un rato conversando con David y Samanta nos despedimos y nos dirigimos al hotel, ya que debíamos volver al día siguiente a L.A.
Al llegar al hotel subimos por el ascensor hasta nuestro piso, caminamos por el angosto pasillo hasta llegar a nuestro dormitorio, entramos los dos juntos y Joe encendió la luz de la habitación.
Al estar unas horas ahí, en la cama admirándonos uno al otro, decidimos levantarnos. Enredada con la sabana me levante y él hizo lo mismo yendo primero al baño ya que el agua se encontraba lista para que se bañara. Me levante y busque el vestido y me lo puse lentamente recordando lo que había sucedido entre los dos, sus caricias sobre mi piel, su respiración chocando con la mía y sus besos que rodeo todo mi cuerpo.
- ¿qué sucede? – pregunto rodeando mi cintura por la espalda mientras yo enterraba mis dedos en su cabello sintiendo su rico aroma rodear el aire que respiraba.
Continuación:
- nada… solo recuerdo – respondí dándome la vuelta y mis manos posar en su pecho desnudo y húmedo aun por el agua, mientras él rodeaba mi cintura y acorralaba en la pared para besarme – te amo.
- te amo – repitió soltándose de mí para mirarme a los ojos – eres mía.
- será mejor que te cambies, yo me… - me calló con un beso.
- quédate conmigo, amor – dijo corriendo mi pelo hacia atrás rozando sus nudillos la piel de mi hombro – no vivo sin ti, soy como un alma perdida buscando su lugar.
- quiero quedarme, pero debo cambiarme y bañarme, Joe – inquirí acariciando su rostro y con mis yemas contornear sus rasgos y el contorno de sus perfectos ojos marrones.
- ¿quieres decir que no dormirás conmigo todas las noches? – pregunto frunciendo el ceño.
- Joe, son habitaciones… - me interrumpe.
- eso se arregla, puedo elegir una matrimonial ¿o no quieres…?.
- claro que quiero, amor mío – respondí besándolo y acariciando su espalda – te amo – inquirí enterrando mi rostro en su pecho, sintiendo sus latidos aumentar como el mío.
- también te amo, ____ - me dijo acariciando mi cabellera y luego me separo un poco de él para mirar mis ojos – te amo con mi alma, como nunca llegaré a amar a otra mujer – en eso tocan la puerta y él con mala gana me suelta y se va abrir - ¿Layla? ¿Qué haces…? – lo interrumpe entrando como si nada, mientras yo me alarme al escuchar a Joe.
- veo que no la pasaste tan mal anoche – dijo irónicamente mientras me miraba de espalda, no quería que me viera aun, así que me puse el antifaz que lo agarre minutos antes de que entrara. Me di la vuelta para mirarla y al fin ver el rostro de esa mujer que a toda costa molestaba a Joe tanto como en mi ausencia – no, no la pasaste tan mal y veo que… no es tu mujer – dijo sin darse cuenta que el vestido que llevaba era el mismo que tenía ella en la noche anterior para hacernos caer, a Joe y a mí en su trampa - ¿qué pasaría si tu mujer supiera que te acostaste con otra? – le pregunto a Joe que rápidamente se puso la camisa antes de que ella lo viera como yo lo vi y lo sentí junto a mi cuerpo en la noche anterior.
- na… - no siguió, ya que le di una señal de que no dijera ni una palabra, si como de serena era, una salvaje dentro de mí se ocultaba.
- te deje paralizado, Joe- prosiguió mientras caminaba alrededor de mí – pobre de tu mujer, quisiera ver como sufre…-
- creo que no se podrá – dije desafiante.
- ¿de que hablas? -
Me quite el antifaz – porque con la mujer que paso la noche anterior soy yo y soy su mujer – dije acercándome a Joe – así que guarda tus relatos.
- así que tu eres la mujer de él ¿y él te eh fiel? – pregunto descaradamente.
- sí, lo es – dije perdiéndome en los ojos de él - ¿por qué lo preguntas? – pregunte haciendo en mi voz un tono de preocupación, sabiendo bien a donde quería llegar.
- porque… Joe y yo pasamos una noche juntos – respondió con arrogancia, mientras Joe apretaba mi mano de tanta ira que le llenaba esa mujer - ¿no te lo ha contado? A que tonta, si las infidelidades no se cuentan – dijo soltando pequeñas risita.
- pues si paso contigo una noche, conmigo más de una – respondí desafiante y a la vez mintiendo, sabiendo bien que la noche anterior fue la primera vez que dormíamos como marido y mujer.
Sin poder atacar, como vino se fue, pero dando un portazo, mientras él se acercaba con su pelo mojado y las gotas de agua derramarse por toda su piel, acercándose a mí para luego posar sus manos en mi cadera y susurrarme.
- no sabía que mentías – besando mi cuello – y menos que defendías lo tuyo de esa manera – prosiguió encontrando mi mirada con la suya.
Rodee su cuello con mis brazos y entrelazando mis manos como llave para que no se escapase, y rozando sus labios con los míos susurro – porque protejo lo que es mío… eres mío y de nadie más – lo bese apenas, me di la vuelta y salí corriendo al baño dejándolo anonadado en su lugar.
- ¡Ey!, No se vale – dijo luego golpeando la puerta.
- lo siento, mi amor, pero sino lo hacia no iba a bañarme más – respondí ya debajo de la ducha, oyéndose mi voz y la lluvia a la vez.
- okay, luego veras – respondió deslizando su espalda por la puerta quedándose ahí sentado con una pierna extendida y la otra flexionada.
Cuando salía de la ducha me seque y me puse el vestido, y abrí la puerta, sin saber que él se encontraba sentado y respaldado en ella, sé cayo de espalda.
- amor – dije arrodillándome y poniendo su cabeza en mis regazos mientras él no reaccionaba, algo que me desespero y acerque 10 cm. mi rostro al de él, para sentir su respiración y al no sentir me acerque más con una lagrima formándose en mis ojos; cerré mis ojos para retener las lagrimas y al impacto sentí sus labios y los míos unidos en un beso, al cual respondí aliviada de que estaba bien – eres un tonto – dije acariciando su cabello húmedo – te amo – dije besándolo de nuevo acompañado por una pequeña lagrima.
- amor, no llores – respondió secando con su pulgar esa lagrima – te amo, lo siento -.
- te perdono, pero no lo vuelvas a hacer – dije dándole un pequeño beso – levántate, que pesas mucho – dije con humor, dando aquel momento algo de alegría.
- no peso mucho – dijo poniendo una cara graciosa, sacando una sonrisa de mí – me encantas, cuando ríes – dijo parándose y besarme la frente.
Los dos nos paramos, me acerque a la cama donde tenía los zapatos, los cuales me puse y me levante acercándome a él, lo bese y con el antifaz en la mano salí de la habitación para ir a la mía que se encontraba enfrente; y al cerrar la puerta me deslicé en el lugar sentada y abrazar mis piernas mirando hacia el frente recordando lo de la noche anterior y que aun sentía sus electrizantes caricias que recorría mi cuerpo.
Con una sonrisa dibujada en mi rostro, me levante dirigiéndome al placar donde saque una prenda y me la puse, me senté frente al escritorio y empecé a peinar mi melena aun húmeda, mientras que sus ojos, labios se aparecieron en mi mente haciéndome sentirme aun más feliz. Cuando estaba perdidamente en los recuerdos, golpes en mi puerta me sacan de ellos, dejo el peine a un lado del escritorio y me dirijo a abrir la puerta en la que me encontré con él sosteniendo una rosa extendida hacia mí, la cual agarré aun sonriendo igual que él.
- ya esta todo listo, al llegar tendremos nuestra propia habitación, amor – dijo dándome su mano.
- ¿y a donde es que vamos? – pregunte ya en el ascensor y entrelazando nuestras manos.
- desayunaremos afuera – dijo mirándome a los ojos que me dejaron totalmente perdida y que me hizo abrazarlo fuertemente, y que él correspondió – te amo tanto – dijo acariciando mi melena.
- te amo también – me separe y entre mi manos puse su mejilla – perdóname… de verdad perdóname por haberte hecho tanto daño, hacerte esperar 5 años para todo esto que pasamos en tan solo en tres días – lo bese – perdóname – repetí con un dolor en voz que se quebraba.
- ya, eso no tiene importancia – acaricia mi espalda – eso es parte del pasado y nada más, amor – dijo abrazándome aun más fuerte – no tienes porque llorar, todo paso, solo ahora dediquémonos a disfrutar – prosiguió separando nuestros cuerpos.
- esta bien, te amo – dije y las puertas del ascensor se abrieron - ¿a dónde vamos? – pregunte sin obtener respuesta alguna por parte de él, que me agarro de la mano entrelazándola con la de él – por favor dime, no me dejes así – insistí pero él no me dijo nada, solo se dedico haber al frente y manejar – okay, no me des información alguna – me resigne dando un suspiro hondo y me dedique a ver por la ventanilla; él con una mano agarro la mía haciéndome mirarlo a los ojos.
- listo – dijo aparcando el coche y sacándose el cinturón de seguridad - ¡espera! – me advirtió antes de que abriera la puerta; dio la vuelta al coche, me abrió la puerta y extendió su mano la cual correspondí, me baje del auto que se encontraba aparcado enfrente de una extensa plaza privada, donde en el medio se encontraba una manta blanca extendida sobre el césped, y una bandeja de comida y una bebida a un costado – ¿te gusta? – pregunto señalándome con su brazo y una sonrisa grabada en su rostro.
- es hermoso – dije acercándome allí, y me arrodille encima de la manta blanca soltando el sombrero a un costado de mí y dejando mi cabellera largo sobre mi espalda.
- te amo – dijo rodeando mi cuello por la espalda mientras olía profundamente el aroma de mis cabellos – te vez simplemente hermosa – me susurro a mi oído haciendo erizar mi piel por el solo tacto de sus labios sobre mi cuello.
- gracias – dije luego de un intenso silencio entre los dos, y de que él se haya sentado a mi lado - ¿sabes? – pregunte al terminar de desayunar; mientras el sol traslucía por las hojas del árbol, y dejaba las formas de las hojas en mi vestido blanco – nunca creí que podía ser tan feliz – proseguí mientras el suave viento jugaba con mis cabellos sueltos y unos pétalos de las flores de aquel árbol rozaba nuestros rostros y piel a la vez – que nada pero nada podría sacarme una sonrisa y olvidar esos malos recuerdos… esas horribles pesadillas, que nadie tenía a mi lado para decirme que eran tan solos pesadillas que nunca llegarían a ser real, pero no, nadie estaba a mi lado… nadie me comprendía – dije mientras una lágrima fría sin ningún sentimiento recorría mi rostro – y que nadie me amaría y yo tampoco sabría a amar – lo mire a los ojos que se encontraban fijamente en mí – DEBIDO A TI todo es posible ya para mí… todo – me acerque a él me encime a él poniendo mis dos brazos extendidos a sus costados y un mechón colgando de mi lado derecho, me acerque a sus labios y lo bese apasionadamente – nada me importa… más que estar siempre a tu lado, Joe – dije esta vez estando debajo de él.
- no tengo palabra alguna… - me beso.
- aquí las palabras sobran, vida mía – respondí rodeando su cuello…y besándolo nuevamente.
- pero tengo que decirte tantas cosas…- dijo al separar nuestros labios – que nunca me había enamorado tan locamente como contigo, nunca había pensado que te amaría de esta manera y tampoco creí que tú lo sintieras alguna vez por mí – rodeo mi cintura – pero me alegro de que esto pase entre nosotros dos… ahora sé que es un amor realmente verdadero que algún día hubiésemos pensado que este matrimonio nos aria daño o destruiría nuestras vidas – se recostó a un lado mientras yo posaba mi cabeza en su pecho mientras él jugaba con mis dedos en el aire y con la otra con mis cabellos enredándolos en su dedo – pero no fue así, sino nos salvo de algo peor, te amo – finalizo besando mi frente.
- yo también – y me aferre más a su cuerpo con ganas de no soltarme nunca más de él… porque en verdad lo amaba, ya era la droga que necesitaba todo el día, me había hecho adicta a sus besos, a sus caricias electrizantes, a su cuerpo, a su piel y a su aroma que invadían todo mi cuerpo y adormilaban a todos mis sentidos con solo tener una éxtasis de lo que provenía de él. Era el amor por él que me tenía aun anonadada, que me había deseado tenerlo una vez más como en la noche anterior, tan cerca sintiendo su piel sobre la mía, su cuerpo sobre el mío, sus besos recorriendo mi cuerpo, sus caricias que tenían un toque electrizante sobre mi columna vertebral, sus sin fin de “te amo” que decía cada vez que me besaba y me llevaba a un mar de emociones que nunca había vivido nunca, ese mar que me traía unas olas de sensaciones placenteras por tenerlo así de cerca. Era tan fuerte esa sensación que no podía pelear con ella, lo deseaba y como si estuviera leyendo él mis pensamientos y presenciando esa pelea en mi interior me agarro por la cintura llevándome al auto, se sentó en el asiento del conductor y yo en el del copiloto, aun no entendía del porque había hecho eso dejando todo ahí sin haber limpiado o llevado aquello que había hecho él para los dos. Al llegar al hotel subimos por el ascensor y nos condujimos a la nueva habitación y como si el tiempo ya estaba por terminar, en la puerta él me acorralo, me beso apasionadamente mientras con una mano intentaba abrir la puerta y en unos pocos minutos la abrió y los dos por eso nos reímos, él cerro la puerta detrás de él con el pie mientras dentro de mi vestido sus manos acariciaba mi vientre, mi cintura en sí mi cuerpo dirigiéndonos a la cama; el deseo era mucho más fuerte que todo, que la razón que ya no reinaba más como los cincos sentidos no sentía en mi ser, como olvidando todo menos que estaba con él. Apoye mi espalda sobre la cama ya desnuda como el torso superior de él, el cual acariciaba con desesperos, mientras él besaba mi cuello y luego todo mi cuerpo.
- te amo – dijo cerrando los ojos y acariciando mi melena ya cansado al igual que yo.
Al abrir mis ojos lo primero que hice fue mirarlo y aun se encontraba dormido, por lo cual me alegro porque era mi turno verlo dormir y contemplarlo por completo como él lo había hecho en la mañana. Mientras lo miraba inconscientemente acariciaba su pecho desnudo con mis yemas, y él sentía y gemía por eso, lo que me causo un poco de gracia y no lo hice más porque no quería despertarlo hasta cansarme de contemplar su rostro. Levante un poco la mirada y en el reloj marcaba las 13:00 a.m. y por la hora un hambre invadió mi estomago, con un poco de dificultad pude zafarme de sus brazos, me senté a un costado de la cama y enredada en la sabana me levante buscando la ropa que raramente se encontraba esparcida por toda la habitación, al recolectar toda mi ropa y la de él que la deje en los pies de la cama, me vestí y llame al servicio del hotel para que nos traiga algo de comida.
- ¿amor? – pregunto al no verme a su lado y la ropa de él en los pies de la cama.
- me encuentro en el baño – dije saliendo abriendo la puerta del baño - ¿cómo despertaste? – pregunte sentándome a su lado.
- si te hubiese visto a mi lado creo que un poco mejor, pero me desperté bien, amor – respondió agarrándome de la cintura y encimarme sobre su cuerpo - ¿por qué la prisa de levantarte? – Pregunto levantando el ceño viéndome vestida – a la vista mía al descubierto me encantas más – comento con una picara sonrisa.
Me reí mientras él besaba mi cuello – ya, Joe – lo separe poniendo mi mano sobre su pecho – es hora de levantarse – y en eso tocan la puerta – debe de ser del servicio – le dije a Joe quien me soltó y me dirigí a abrir la puerta mientras él se vestía - ¿te gusta la pizza a la politana? – pregunte sentándome en la cama con las piernas cruzadas.
- sí – dijo y se sentó frente de mí de la misma manera que yo - me gusta la pizza de cualquier manera – dijo tomando un trozo de la pizza.
- a mí también, por eso lo pedí – mordí un pedazo y al tragar pregunte - ¿qué aras ahora?
- pues pasar los 18 días que nos queda aquí – respondió mirándome fijamente – eso si es que quieres – dijo suplicándome con la mirada que la respuesta sea un “sí”.
- sí, quiero pasar los 18 días aquí y a tu lado amor – dije parándome y sentarme a su lado.
- gracias… te amo -.
- lo sé, por eso te amo más – dije entrelazando nuestras manos.
- ¿sabes? – Pregunto haciéndome mirarlo a los ojos fijamente – deseo… - y no dijo nada solo bajo la mirada dejándome intrigada por lo que iba a decir.
- dime, por favor, dime que deseas, amor – le supliqué levantando su mirada.
- de… deseo… - dijo con temor hasta que tomo fuerzas – sé que estamos recién empezando con nuestro matrimonio desde cero… pero quisiera saber sí… ¿quieres hacer una familia conmigo? – al preguntarlo me dejo perpleja totalmente… atónita diría ahora - ¿quisieras tener hijos conmigo y formar una familia? – insistió.
- yo… yo – no sabía que responder en verdad, en realidad recientemente empezaba a recomponer nuestro matrimonio, 5 años de casados llevábamos ya y era lógico tener hijos en esos años de casados, pero era recientemente que nuestro matrimonio sea verdaderamente un matrimonio – yo… quiero pero aun… - me callo poniendo su dedo índice en mis labios y luego besarme.
- solo quería asegurarme que lo quisieras, pero no que ahora los tengamos, sino en un tiempo más seguro y de haber confortado nuestro matrimonio – me beso nuevamente – solo eso, aun es muy pronto para que seamos padres – acaricio mi mejilla, y una sonrisa me saco a la luz por su respuesta, eso me alivio un poco más – te amo.
- te amo -.
Pasamos los 18 días que faltaban para volver a L.A visitando lugares y recorriendo toda Grecia. Hasta que el último día la pasamos afuera del hotel y al llegar la noche fuimos a un restaurante.
- Es maravilloso este restaurante -. Comente siendo sorprendida por una mini – catarata que se encontraba dentro del restaurante protegido todo su alrededor por vidrio dejando a la vista el hermoso y principal decorado del restaurante con plantas realmente llamativas -. No creía que habría tan maravillosa decoración aquí -. Proseguí mientras desviaba la mirada del decorado a los ojos de él, de Joe que no dejaba de mirarme con tanta ternura, demostrándome su amor a través de ellos.
- Sabía que te encantaría…-. Comento agarrando mi mano y acariciarla -. Te amo… y me hace feliz verte así de… emocionada -. Prosiguió besando mi mano con tal delicadez.
- Y a mi me hace feliz que me lo digas y que me ames tanto como yo -. Dije acariciando su mejilla -. Te amo, Joe -. Dije y fuimos interrumpidos por un mozo.
- ¿Quieres bailar, vida mía? -. Me pregunto una vez que terminamos el primer plato.
- Sí –. Respondí, saque la servilleta de mi regazo y lo puse sobre la mesa, correspondí la mano de Joe y nos dirigimos a la pista que quedaba enfrente de la hermosa catarata -. Me encanta -. Dije dirigiéndome al tranquilizante y relajante sonido que la catarata hacia al caer y chocar con algunas pequeñas rocas sobre salidas de ella -. Me relaja y más acompañada con la hermosa música -. Comente mientras de distancia con él me encontraba 3 cm., sintiendo su respiro golpear mi rostro y su hermoso y enriquecedor aroma que desprendía de él, dejándome hipnotizada y deseando sus labios -. Te amo… no lo puede negar, te amo y no me canso de decírtelo -. Proseguí y lo bese, mientras él correspondía mi beso, acariciaba suavemente mi espalda al descubierto sintiendo como acariciaba mi piel al ritmo de la suavidad de la melodía que se escuchaba.
Al terminar la melodía Joe me dirigió con él, de nuevo a la mesa, nos sentamos y el postre se encontraba sobre ella.
- Hmm…-. Dije saboreando el rico postre en mi boca, con mis ojos cerrados.
- ¿Te gusto? -. Pregunto mirándome con unas de sus encantadoras sonrisa dibujada en su rostro.
- Sí, es riquisísimo -. Respondí mirándolo atentamente, sin poder evitar contemplar sus rasgos que tanto me encantaba mirar… y su mirada con su brillo que cada vez que me miraba encontraba el mismo brillo pero que cada vez más me transmitía libremente su amor por mí -. ¿Quieres? -. Le pregunte ya que él había pedido otro diferente; él asintió, con una cucharilla cargué un poco del postre y se lo extendí para que lo probase, él comió lo que le di y en un movimiento rápido me robo un beso.
- Esta muy rico -. Respondió dándome un pequeño beso y sentarse al instante, yo hice lo mismo -. Muy rico -. Repitió.
- Jajaja -. Rompí en carcajada. Me hacia muy feliz, sacaba una sonrisa siempre de mí con solo mirarme o decirme cosas, en sí, lo ame y lo amo aun… él es mi verdadero amor.
- ¿Joe? ¿Eres tú? -. Alguien a lo lejos pregunto, interrumpiendo nuestra hermosa y posiblemente única velada, juntos.
- David -. Respondió Joe con una sonrisa en su rostro al verlo acercarse, mientras yo me limpiaba los labios con la servilleta -. David, que gusto de volverte a ver -. Dijo dándole un abrazo y palmearle la espalda como signo de amistad.
- Joe, creí no volverte a ver por aquí, creí que ya te habías ido a L.A -. Comento agarrando a Joe por los hombros.
- No, me quede ya que con mi mujer queríamos renovar nuestra luna de miel -. Dijo extendiendo su mano a la cual yo correspondí alegremente -. Ella es mi mujer, ____ -. Prosiguió sosteniéndome por la cintura.
- Un gusto en conocerla señorita Jonas -. Dijo sosteniendo mi mano y luego la beso delicadamente.
- El gusto es el mío -. Respondí posando la mano que él beso, en el pecho de Joe -. Creí que nunca conocería a un amigo de mi esposo -. Proseguí apoyando mi sien en el hombro de Joe.
- Para nada, amor -. Dijo Joe con su mano sobre la mía, manteniéndola en su pecho -. David es un gran amigo que tarde o temprano conocerías -. Prosiguió.
- Nunca creí que me presentarías a tu mujer, Joe -. Dijo David alegremente -. Ahora es mi turno de… -. Lo interrumpe la llegada de una hermosa y esbelta mujer, que al instante entrelazo sus manos con la de él, pero que su vientre se encontraba hinchado, haciéndome tener la idea de que se encontraba embarazada, aunque no se podía distinguir muy bien porque su vestido era suelto -. Joe, ella es mi mujer Samanta -. Dijo rodeando la cintura de su mujer.
- Un gusto en conocerla -. Dijo Joe extendiendo su mano que se encontraba sosteniendo mi mano.
- El gusto es el mío -. Respondió y me dirigió su mano extendida a mí, a la cual correspondí con una amplia sonrisa al igual que ella -. Al fin conozco al famoso Joe -. Prosiguió mirando a David fijamente a los ojos.
- Jajaja, te dije que te lo presentaría, amor -. Dijo David y le dio un tierno pero corto beso -. Ahora veo que si me crees que siempre estuve horas y horas trabajando con él -. Prosiguió y su mujer se sonrojo un poco bajando la cabeza -. Te amo.
- También -. Respondió levantando su rostro -. Perdón -. Dijo abrazándolo fuertemente.
- ¿Por qué…? -. Quise preguntar pero Samanta me miro con una leve sonrisa grabada en su rostro.
- Porque desconfíe de él… creyendo que me era…-. Quiso seguir pero le hice seña de que no dijera más, ya que había comprendido bastante bien, y que en esa desconfianza la causante era nada más y nada menos que Layla Lothan.
- Entiendo -. Respondí y le regale una sonrisa.
- ¿Quieres algo de comer querida mía? -. Le pregunto David a Somanta quien sentada sostenía su mano en su vientre dejando a la vista, el contorno de su vientre.
- Sí, quisiera helado amor -. Respondió sobándose con cuidado su vientre, con su mirada llena de felicidad y con una breve sonrisa en su bello rostro.
- Joe, acompáñame -. Dijo David a Joe, quien se encontraba ojeándome, viendo como miraba con admiración a Samanta.
- Sí, ¿quieres algo, mi vida? -. Me pregunto obteniendo mi atención, aunque un poco atónita por haberme perdido en mis pensamientos.
- Sí…-. Balbucee un poco -. Helado también -. Me quedo mirando preguntándome con la mirada que sabor -. De banana – sprit, chocolate y dulce de leche granizado -. Le respondí sonriente, descubriendo que algunas cosas no sabía de mí, en este caso el gusto de helado, como yo muchas cosas de él no sabía y que me dolía, ya que cualquier esposa sabe todo sobre su esposo, pero en eso estábamos los dos juntos, sin saber muchas cosas del otro.
- ¿Parece que no sabe mucho sobre ti, verdad? -. Pregunto Samanta sin dejar de acariciar su vientre.
- No lo culpo, yo muchas cosas sobre él no sé -. Respondí sinceramente, sin ocultar una breve sonrisa.
- ¿Hace cuanto están casados? -. Me pregunto sonriente.
- Hace cinco años -. Respondí de la misma manera que ella…<< cinco años de casados, cinco años que supuestamente nos conocemos y que en realidad es un año en que no nos sentimos como verdaderos extraños, en que a él me entregué sin duda del amor por él, en que le dije en una noche todo mis sentimientos como él a mí… dos noches inolvidables, que nada me ara olvidarlas…>>pensé pero que un gemido de Samanta me saco de ellos -. ¿Te sucede algo? -. Pregunte sobresaltándome.
- Él bebe… me pateo -. Respondió con una sonrisa y una lagrima acompañándola -. Ven…-. Dijo haciéndome levantarme de mi asiento, al estar a su lado agarro mi mano y la poso en su vientre, donde su bebe pateo de nuevo dejándome que la palma de mi mano sintiera su pateo, haciendo salir una amplia sonrisa al igual que Samanta -. Hola bebe… ¿qué tienes? -. Le preguntaba su mamá con su mano sobre la mía, sosteniendo ambas en su vientre a un costado -. Últimamente patea mucho… él medico me ha dicho que es normal -. Prosiguió mirándome, mientras yo flexionaba mis rodillas con la misma sonrisa, asintiendo a lo que Samanta me decía.
- ¿Cuántos meses llevas de embarazo? -. Le pregunte levantando mi rostro, encontrando el de ella.
- Mañana se hace 8 meses -. Respondió mirándome a los ojos -. ¿Por qué lo preguntas? -. Pregunto arqueando un ceño.
- Porque, como dijo tu medico es normal que patee mucho -. Respondí viendo a Joe y David acercarse a nosotras -. Ahí vienen -. Proseguí incorporándome.
- ¿Nos tardamos mucho? -. Pregunto Joe.
- ¿Sucedió algo Samanta? -. Pregunto David flexionando sus rodillas y posando su mano desocupada en el vientre de su mujer.
- Pateo de nuevo, David -. Respondió alegremente su mujer y él dio un suspiro de alivio y la beso tiernamente.
- Con razón que casi más te quedas sin uñas -. Comento Joe con un poco de gracia al cual le di un leve golpe en el estomago para que no dijera más.
- Jajaja, sí, ya veras cuando tengas a tu mujer embarazada y que necesitas estar siempre pendiente de ella por miedo de que le sucediera algo a ella y a su hijo -. Respondió a su defensiva, dejando a Joe perdidos en sus pensamientos en los cuales percibí como eran esos pensamientos. Desde ese día en el que habíamos tomado el tema de hacer una familia, aun yo sentía como Joe lo tenía presente aunque no me lo haya dicho; aunque a mí me gustaba la idea. Desde niña siempre soñé en ser mamá o estudiar medicina en que se dedique al cuidado de las madres durante su gestación hasta el día del parto; aunque había estudiado un año, pero mi padre me saca por obligación, aunque él no era el que pagaba la escuela sino yo misma con mis ahorros, pero no pude terminar lo que una vez había empezado, como todos mi sueños, pero uno sí se me hizo realidad, pero fue una batalla campal conseguirla, luchando contra mis padres para conseguir ese sueño, pero que feliz aun me hace por haberlo conseguido.
- Serían unos grandes padres -. Comento Samanta sacando a Joe de sus pensamientos al igual que yo.
- Eso no lo dudo -. Respondió su esposo haciéndome sonrojar un poco, pero que por suerte no se noto.
- Bueno ya, dejen de hablar de nosotros que aun no estamos prepa….
- Pero que dices hombre, para ser padre nunca sé esta preparado, nunca Joe, eso te lo digo yo, que al recibir la noticia de que sería padre me ilumino la vida y me lleno de alegría el alma -. Dijo David abrazando a su mujer por la cintura.
- Eso es verdad, nunca en la vida uno esta preparado para nada, ya sea para casarse, hacer una familia o después de estudiar trabajar -. Dijo Samanta mirándonos a los dos.
Después de un rato conversando con David y Samanta nos despedimos y nos dirigimos al hotel, ya que debíamos volver al día siguiente a L.A.
Al llegar al hotel subimos por el ascensor hasta nuestro piso, caminamos por el angosto pasillo hasta llegar a nuestro dormitorio, entramos los dos juntos y Joe encendió la luz de la habitación.
Última edición por Rocio_Jonas el Lun 30 Ene 2012, 9:33 am, editado 1 vez
Rocio_Jonas
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por Rocio_Jonas Lun 30 Ene 2012, 9:28 am
Bueno, les dejo un supe cap porq se lo merecen =)
gracias nuevamente por seguir mi nove y puede que si veo muchos más comentarios, haga un maraton de caps, :P
las veo pronto. las amo!!! :(L):
gracias nuevamente por seguir mi nove y puede que si veo muchos más comentarios, haga un maraton de caps, :P
las veo pronto. las amo!!! :(L):
Rocio_Jonas
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por andreita Lun 30 Ene 2012, 2:02 pm
aaaaaah ya entendi ajaja
me encanta la ncia
y al sorra esa que intenta dañar el matri??
me encanta la ncia
y al sorra esa que intenta dañar el matri??
andreita
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por andreita Lun 30 Ene 2012, 2:03 pm
loca que no haha
nada
dale quieor maraton
nada
dale quieor maraton
andreita
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por Let's Go Lun 30 Ene 2012, 8:39 pm
gracias por la bienvenida
si subi maraton
me encanto el cap
seguila!!!
si subi maraton
me encanto el cap
seguila!!!
Let's Go
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por yamijonasforever Lun 30 Ene 2012, 9:14 pm
Hola soy Yami! :) vivo en mexico y apartir de ahora sere tu fiel lectora!
Aaaaaa me encanta tu nove!
Pobresita rayis todo lo que sufrio lo.bueno.ea que la casaron cin Joe!
Joe es todo un amor!! Aaaaww aunque no pude creer que pasaron 5 años de casados sin beso ni nada! Eso es tan raro!pero bieno la rayia sufrio demasiado asi que todo esta bien!
La noche que se sijeron que se amaban fue hermosa!
Quiero que tengan un baby seria super genial y lindo!
Aunque bueno deben de solidificar su matrimonio!
Debido a ti, amo esa cancion tanto como tu nove!
Amo que tus caps son mega largos!
Me dieron ternura sus amigos y mendiga Layla! Me callo en el higado!
Sigue sigue please!
Amo.tu nove!
Aaaaaa me encanta tu nove!
Pobresita rayis todo lo que sufrio lo.bueno.ea que la casaron cin Joe!
Joe es todo un amor!! Aaaaww aunque no pude creer que pasaron 5 años de casados sin beso ni nada! Eso es tan raro!pero bieno la rayia sufrio demasiado asi que todo esta bien!
La noche que se sijeron que se amaban fue hermosa!
Quiero que tengan un baby seria super genial y lindo!
Aunque bueno deben de solidificar su matrimonio!
Debido a ti, amo esa cancion tanto como tu nove!
Amo que tus caps son mega largos!
Me dieron ternura sus amigos y mendiga Layla! Me callo en el higado!
Sigue sigue please!
Amo.tu nove!
yamijonasforever
Re: Debido a ti (Joe Jonas & Tú)
por Rocio_Jonas Mar 31 Ene 2012, 12:57 pm
Bienvenida: yamijonasforever!!! jajaja, gracias por tu comentario ^^, va, Gracias a todas ustedes ^^ realmente creí que no funcionaria esto de volverlo a postear u.u pero veo que me equivoque *.* jajaja, les agradezco mucho, además gracias a ustedes y a una persona muy en especial, que me insistió a que vuelva a postearla - sí, magali ^^-, me devolvieron las ganas de volver a escribir otras noves. Claro que primero termino esta, por supuesto jajaja. Bueno, las dejo así posteo otro cap ^^. las amo!!!!!!!!! son mis fieles lectoras =) :(L):
Rocio_Jonas
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