Our twenties

Breeeeennnn!!!  leerte es un placer para mi, siento que sea tarde los parciales me retuvieron y se debía comentar tenia que estar libre!! sabes que amo lo que escribes uwu osea disfruto que sea tan entretenido a su manera onda toca temas serios... serios como el estirado de Mason ahre (intento de broma Failed)
Te juro que pintaba a Enolah toda mala, bad girl, ruda más con el pelo corto y resulto ser todo lo contrario, me encANTA!! es mi tipo de personajes con un twist en lo que es la personalidad sobre la apariencia. 

A mi parecer todo comienza de pronto a transcurrir en cámara lenta porque sé que es lo que vendrá. ― Por el poder que me otorga la ciudad de Toronto, yo los declaro marido y mujer. ― Su mano se levanta alrededor de diez centímetros y con un poco de fuerza le estampa el sello que hace temblar el escritorio.

  COMO QUE MARIDO Y MUJER NOOOO PORQUEEE 

―Felicitaciones, señor y señora Boulanger. ― ¿Boulanger? Boulanger. ― Mis mejores deseos para ustedes.

ok! i get it es matrimonio por contrato pero PEROO NO LO ACEPTOO. ENCIMA CON ESSSSSE QUE LE FALTA NO SE... VITALIDAD JASJASJA

―  ¿Al qué exactamente, señora? ― Por favor, dime que no me has dicho señora.

JASJAJSJA Mason preparate para correr!! osea a nadie le gusta que lo llamen así    yo le encajo un golpe ahre. 

― Lo siento, es que… ― Esta debía ser la conversación más extraña que de seguro había tenido con ella a pesar de que yo hablaba rápidamente. ― Debo llorar… digo bañar. ― Y de seguro se estaba arrepintiendo de haber dejado que fuera una de sus inquilinas. ― Sí. Sí, yo me debo bañar.

Parece una masita, esta chiquita no puede aaaaaa HASTA YO SENTI EL NNUDO SHIT     igual me reí perdón. 

Extrañamente hablar con Andrómeda me resulta reconfortante y me hace sentir que no todo en este día me había salido mal.

Luego leí que le recordaba a la hermana ESTOY LLORANDO (de felicidad we) Enolah no tiene a nadie, y no es que le tendríamos lastima pero espero sean unidas  hay un conexión y ella no tiene que estar sola.

Mamá solía decir que el comportarme para ella me había llevado a salir por la puerta, pero que podía regresar siempre por la ventana.

NOSTALGIA nostalgia NoStAlGiA   que hermosa frase igual.

...Mason sale abrazando a una chica en lo que parece ser las paredes de las afueras de un club nocturno.
 ...¿No había sido él quién dijo que el prestigio de la compañía era lo más importante? ¡Y yo que estaba dispuesta a disculparme con él! ― Qué imbécil.

Le faltaba vitalidad? ahora LE SOBRA. ATREVIDO, DESGRACIADO, MAL EDUCADO, IRRESPETUOSO y mas sinónimos. Con que cara viene a pintar LEALTAD nanana salí de acá man.

― Me gusta el buen vino.― Responde.

out of context pero soy fan, aguante el vino    

― Debo decirte algo, la última razón por la que vine hoy es para pedirte que te mudes conmigo, a Montreal.

EXCUSE ME??!!    JSJASJAJ cállese señor, le invito a tomarse ese camino para que se vaya a la re con... me calmo. Osea no amigo te equivocaste bye bye

Annie! Tengo que decir que me quede enamorada de tu personaje cuando leí la ficha 
Se me hace Nana super calma y bella.
El capitulo me lo leí de parada porque no podía dejar de leer y como que quería mas. Cada vez que me llamaban los mandaba a callar porque se me hizo muy ligerito y como que tenia a la vez esa cosa que te insta a leer sin parar. 
El hecho que pinte a cada una de sus compañeras de residencia se me hizo taaaaan lindo, me encanta que intenta captar la esencia de cada una, que no lo hace porque si.
Me encanto que tenga tan marcada su cultura, mucho amor a eso.
La charla de su mamá con ella fue igual a mi mamá y yo en el mas puro estado.
La esta por pintar a mi Andy!! Tal ves no hoy o mañana, pero lo va a hacer.
Pia me parece super coqueta y por eso la amo, que queres que te diga? Es una Micky 2.0
Demy es el hombre de tu vida mi cielaaaaaaaaa
Obviamente que queres que te lleve todos los días de tu existencia, quien no quisiera??
En fin, ame mucho.
Suban pronto!!

yo creo que no es la primera vez que leo algo tuyo me parece, estamos en masquerades juntas no? yo creo que allá leí un capítulo tuyo pero la memoria a veces me falla. pero bueno eso no es lo importante, creo que lo importante es destacar que hayas usado a Alice Pagani como tu representante!!! y es que después de leer el capítulo siendo que le va como anillo al dedo (aun que en parte parezca que vaya a ser un pj más áspero de algún modo, creo que aun así ella funciona bien)  

La primera parte, en donde tiene esa conversación con su padre a raíz de una llamada de la escuela por que se peleó con una chica se me hizo muy tierna. Me gusta como su padre le hace ver de algún modo que las palabras de la otra chica pese a ser infundadas para herirla, es por qué ella de algún modo destaca de forma que la otra no puede. En este caso su padre le obsequia con la palabra soñadora (y se me hizo precioso). Y luego como de moraleja está el que no se tenga que pelear físicamente con los demás  

Al principio, no recordaba muy bien tu historia (aun que en parte me gusta eso para ir viendo con los capítulos) pensé que estaban en algún tipo de juicio por demanda o algo parecido   luego la verdad fue más trágicamente triste bc aquí Enolah se está casando por "contrato"  

Arrepentida.


En este punto me importa un carajo que las personas y los autos que pasan en la calle me estén observando, en otro mundo me sentiría avergonzada.

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La verdad es que Mason no me cae precisamente mal, como presupuse (no se por qué). Entendí que en verdad ambos no están conformes, si no más bien incómodos con la situación, pero es algo que tratan de abordar con diligencia... en parte es bastante sad, que se vean obligados a acabar haciendo algo como este matrimonio para sobreaguardar a sus familias y las compañías de estas. Creo que, o espero más bien, que Mason en verdad trate de hacer las cosas como más formal pueda. Y que Enolah aprenda a sobrellevarlo y ser fuerte (aun que se ve perfectamente capaz).

―Como desee. No voy a lidiar con usted.


― Bien.


― Bien.


― ¡Pues bien!

 
¿Entonces como que todos sabían antes que Enolah? eso no me parece bien   hay algo de olor a humo ahi  

Por otra parte amé ese diálogo, se me hizo tan infantil pero tan explicativo de algún modo. Por que Mason se ve como que es bien capaz de aguantar su postura y ser paciente, sin embargo enolah no, y se me hace que son opuestos y eso da muuucho juego   y me crea mucha curiosidad para un futuro  

Me encantó ese pequeño momento con Andrómeda  

― Sí. Por favor, no dejes que me meta en más problemas. ― Asintió y dejó que me fuera.

por qué algo me dice que aun que lo intente no lo logrará? xD

Desde el accidente no me permití ser un cliché emocional por muy pocas ganas y razones que tuviera de vivir; no podía dejar que Loys se pasará la vida cuidándome ni tampoco podía hacerlo por honor a la conciencia de mamá. ― ¿Por qué todo mundo cree que soy tan débil y qué me voy a rendir a la primera oportunidad?

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POR QUÉ, A VER QUÉ MÁS EXPLIQUENME T.T
aun que las razones son bastante obvias de por que no le dijeron, es normal que sienta cierta traición...

Su seriedad me haría pensármelo dos veces, pero no estaba de humor y él captó lo esencial. ― Supongo que me lo dirás cuando lo creas conveniente, ¿verdad?

max, cielo. ella sigue procesando que eso sea cierto, dale tiempo amigo.
ahhish me encantan estos dos <3 tienen como pinta de liarla parda, pero entenderse y ayudarse y ya ay me está gustando su relación  

― Debo decirte algo, la última razón por la que vine hoy es para pedirte que te mudes conmigo, a Montreal.

 
WHAAAAT?! no, no, no, no. a ver mason no cambies mi percepción por ti por que no...
ahora ya no puedo decir que no me caes mal, lo haces un poquito. que onda apenas te casas con alguien que no conoces y por contrato obvs y ahora se tiene que mudar, ella tendra que vivir SU vida ¿no?

 así me has dejado brenda, estoy confusa. Peeeeero me ha encantado, y espero leer más en el futuro

Holaa  
Mi compatriota de tener pjs de corea ahre pues hay que tener tramas euu 

—   젠장! 너 왜 그렇게 멍청 해?

amooo jashajs me haces ir a traducir we

... además ya quiero por lo menos tener indicios de nietos, me estoy volviendo vieja y no quiero que lleguen cuando no pueda jugar con ellos.

¿que tienen las madres con los nietos?!! JASJAJSAJ señora ahora por eso me ligo las trompas ahre

— Tal vez saqué eso de tí.

— Obviamente lo sacaste de mí, tu padre era horrible en cuanto a creatividad se trataba.

NOOO JASJAJ SALTY MAN,, la madre de Nana es todo un perosnaje, a parte de lo que dijo antes insinuando que que Naeun podria ser lesbiana   la quiero señora

... Demy que por algún momento llegó a dudar si es hombre o mujer, hombre por la voz, pero mujer por el nombre...

Oye aqui yo pensé, este tipo debe ser trans o que se yo,, ya andaba viva la inclusión    

— Nana, él es Demy, el mejor amigo que el mundo me pudo dar — señala al CHICO en el asiento de conductor — Demy, ella es Nana, mi amiga de viaje cada semana.

NO SOY UN CLOWN SOY EL CIRCO ENTERO AJSHAJSHAJ la manera en que caí

— ¿Demy es tu nombre real?  — pregunto realmente intrigada, la carcajada que él suelta es tan ruidosa y graciosa, que un momento pienso que Pia va a despertar. 

— Me llamo Dmitri, me imagino que tú no eres Nana.

— Na Eun.

— Pia es malisima con nombres orientales.

ASI QUE ERA ÉL   JSAJSAJJ te queremos Pia con tus apodos nada que ver

— Puedo hacerlo todas las semanas, claro solo si quieres.

esto adjuntado a una sonrisa de lado, ESTA COQUETEANDO ESTA CO QUE TEAN DOOO ahre
Amo que Nana pinte, me pregunto si hará retratos de todas    me gustaria ver que piensa de Hana cuando la pinte uwu
Esperaré a leer más de esta historia que me encantó.

Doy una vuelta de 360° observando con detalle si he olvidado algo. Ante mí se exponen las cuatro paredes blancas vacías, con rastro de posters y cuadros colgados sobre ellos y el esqueleto de una cama con su colchón sin sabanas. Perfecto, no olvido nada.

Suspiro e intento que el sentimiento de nostalgia me invada, pero al no poder sentirlo sólo hago una mueca. He vivido en esta casa desde que llegué de Corea del Sur y si no me falla la memoria, pasaron 5 años. Puedo asegurar que sentiré nostalgia si me muestran una foto de mi habitación en Busan.

Aseguro la cuerda del bolso a mi hombro y camino hacia la salida de mi ex habitación. Antes de cerrar la puerta quito el objeto de madera que enuncia con letra cursiva y rosa “Hana’s room”. Dicho cartel tiene pintado los colores de la bandera de mi país natal. Es gracioso porque todas las puertas de mis compañeros de casa llevan sus nombres y la bandera nacional correspondiente a su país.

Mi vecina a la derecha es una española que se llama Isabella, y a mi izquierda, el ruso Lev. También están los gemelos provenientes de Argentina y una japonesa que a pesar de ser del mismo lado del mundo nunca logré entablar una relación con ella. Esta casa, llena de chicos de intercambio forma parte de un programa de residencias donde los dueños son parejas adultas y básicamente nos reciben como si fuéramos sus hijos.

― Hana, ya están tus cosas en la camioneta. ― Russell el padre de la casa, exclama. Es mi señal para ir cerrando todo.

― Ya voy. ― Respondo levantando la voz.

Bajo las escaleras y todos los residentes a excepción de la japonesa Yoshiko, lo cual no me sorprende, están en la entrada. Los gemelos al verme se abalanzan hacia mí.

― Hanita te vamos a extrañar. ― Hablan al unísono. Una vez más se demuestra el poder de los gemelos.

― Aunque hay una cosa que no extrañaremos. ― Habla Mateo, uno de los hermanos. Los presentes giramos en su dirección para esperar que continúe. ― El ciclo de Hana. ― Bromea, mi respuesta fue un golpe en su brazo.

― ¿Por qué no se va Yoshiko? Hanita es la única asiática que queremos aquí. ― Galo, el otro gemelo, es quien se queja esta vez. Todos ríen ante su comentario.

― Es una pena que quieras irte Hana. Te vamos a extrañar todos. ― Karen, nuestra madre sostiene mis manos con el tono manipulador de siempre. Intenta hacer que me quede.

― Hey!, actúan como si me fuera para siempre y es solo por el verano. Además, estoy a media hora de la ciudad. ― Aseguré. Con un último saludo, un beso en la frente de parte de la Sra. Robinson y me despedí de todos.

En el auto, Russell va manejando y Lev está como copiloto, porque insistió en acompañarnos. Yo estoy ubicada en la parte de atrás con mi bolso, mi maleta y una caja con mis cosas que son indispensables. Tengo más pertenencias, pero como mi mudanza es temporal las dejé en el sótano de los Robinson como último favor. De todos modos, voy a volver aquí. 

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― ¿Ya avisaste a tu padres? ― Russell pregunta, mientras sus ojos están pendientes del camino.

Pronuncié un monosílabo, dando entender que sí lo hice. ― Lo leerán pronto, espero.

Presiono el botón enviar, el mensaje donde les informo a mis padres que ya me fui de Toronto y que estoy a unos minutos de Galena Town. Solo espero haberlo mandado en un horario adecuado. Sin prestar mucha preocupación al tema, me dejo llevar por el aroma a costa que entra por las ventanas.

Estas vacaciones improvisadas son el fruto de mi desesperación y un mental breakdown. Después de que el director de carrera y profesor calificara mis últimos escritos como “estériles”, insinuando la falta de chispa en mis historias. El único consejo que pude conseguir fue y cito “aléjate de todos tus amigos y vete a un lugar rico en colores para poder enfocarte sólo en escribir”. Mis opciones eran esto o tomar la clase de nuevo con otro profesor y no me iba rendir tan fácilmente.

Aquí estoy, camino a Galena Town, un pueblo costero que se encuentra exactamente a veinte minutos de Toronto. Si no fuera por Lilah, mi amiga de la universidad, quien conoce y vivió gran parte de su vida ahí, estaría perdida. Según su descripción, es un lugar muy hermoso, lleno de color y puede inspirar a cualquiera que lo visite. Con semejante publicidad se me hizo irresistible el venir.

La situación me resultó ridícula en un principio, pero si quiero graduarme antes, además de conseguir un escrito lo suficientemente decente para los ojos del profesor, tal vez pueda obtener una recomendación y quien sabe me ayude a conseguir un empleo.

Todo lo que tenemos que hacer lo estudiantes… es increíble.

Como era de esperarse un gran cartel que decía “Bienvenidos a Galena Town” nos recibió. No puedo evitar sonreír. Me siento curiosa por ver cómo es el lugar y me sorprende la belleza de este a medida que nos vamos acercando al poblado. Definitivamente las fotos que muestra Google Maps no le hacen justicia.

En lo que queda del viaje hasta la residencia, el Sr. Robinson me da unos consejos para sobrevivir en un pueblo nuevo. No debo hablar con extraños, cuidarme de los hombres y nunca olvidar ponerme bloqueador solar. Lo único que me sale en respuesta es asentir y sonreír. ― ¿Estoy siendo muy paternal?

― Sólo lo justo y necesario. ― Tanto el ruso como yo, nos reímos.

Me siento dentro de esos momentos cliché de las películas, protagonizadas por un padre y su hija. El adulto rechaza la idea de que una de sus hijas abandone el nido, temiendo de que el mundo sea un lugar muy peligroso para ella. Solo falta que me regale una picana o un gas pimienta. De hecho, tengo uno de esos. Mi padre, el verdadero, al mudarme a Canadá creyendo que este país sería igual o incluso peor que Estados Unidos me lo regalo. Por suerte, nunca se dio la oportunidad de usarlo.

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― Llegamos nena. ― Anuncia Russell. La emoción me invade tanto que antes de que el conductor le quite el seguro al auto, lo hago manualmente y bajo de inmediato.

Hace una semana, exactamente, luego de una noche de larga búsqueda de habitaciones en alquiler pudimos dar con esta residencia ubicada no muy lejos del centro del pueblo. A pesar, de su ubicación me sorprendió que no fuera de las propiedades más caras. Era perfecto. Hasta pensé que seguro era el destino.

Me saco las gafas de sol y lo primero que veo es a una mujer mayor, de tez morena. Está parada en el pórtico, cubriéndose de los rayos del sol y supuse que sería la dueña de la residencia.

― Hana Lee, ¿verdad? ― Me ofrece la mano y sin dudar la tomo con utilizando ambas.

― Así es. ― Canturreo.

― Un placer, querida. Soy Cara Bianchi, la encargada de esta residencia. ― Hace un ademán presentándome la casa. ― Bienvenida Hana, te mostraré el lugar, pero antes necesito que firmes los papeles del contrato ¿de acuerdo? ― Asiento. Ella abre la puerta y antes de ingresar se detiene, me mira de pies a cabeza. ¿Paso algo? ¿Tengo algo en mi cara? ¿Mi ropa es muy inadecuada? ― ¿No tienes pertenencias? ― Bingo.

Demonios.

― Oh cierto, están en el auto. Lo siento. ― Troto hacia la camioneta, dentro estaba Russell y Lev ambos con una sonrisa, como si en cualquier momento estallarían de risa por mi torpeza. Los fulmino con la mirada y abro la puerta del auto para sacar mis cosas.

Tomo mi maleta y mi bolso, en lo que el ruso carga la única caja que traje. 

― Puedes dejar tus cosas aquí en la entrada, firma lo papeles y vienes por ellas.

― De acuerdo. ― Hago caso a sus órdenes y me adentro con ella, no sin antes hacer un ademán de despedida para mis acompañantes.

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Pasada las formalidades, Cara me enseña cada habitación de la casa, desde el cuarto de lavandería, hasta el jardín en la parte de atrás, el cual me llama mucho la atención y hago una nota mental para ir a conocerlo después. En lo que me presenta el espacio, me habla de las otras inquilinas que ahora no están porque trabajan, aunque seguro debería estar alguna en casa.

Subimos por una escalera, cruzamos otra puerta y un vestíbulo nos recibe. Si por fuera la residencia parecía de ensueño, por dentro es la novena nube. A la izquierda, puedo observar que esta la cocina y la sala de estar, en ese orden. Observo con detalle el espacio y sólo puedo imaginarme como se debe sentir acostarse sobre el sofá. ¡Qué acolchonado se ve! Hay una isla que actúa como separador imaginario de amabas salas y no puedo dejar pasar el platón cubierto por una tapa transparente con al parecer cupcakes adentro de este.

― Oh, sírvete los cupcakes de la mesa. Una de nuestras chicas, Flora, los preparó para la nueva inquilina. Así que toma los que quieras. ― Como si fuera una niña me lancé sobre ellos, tome dos y sin vergüenza llevo uno a mi boca dándole un mordisco.

Amo la comida dulce. Amo este cupcake. Amo este lugar.

La textura suave como el algodón, se derrite en mi boca. Distingo el sabor vainilla junto con la leve esencia a canela, y el decorado de crema de leche es exquisito, presiento que las chispas están bailando en mi paladar. Por dios, pareciese que es la primera vez que pruebo un cupcake. Admito que es la primera vez que como uno así de delicioso.

Escucho un ligero carraspeo, volteo y Cara está viéndome con un gesto de sorpresa y extrañeza. Creo que no estoy dando mi mejor impresión.

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La habitación es compartida. ¿Compartida? Eso no lo esperaba. Prefiero tener mi propio espacio. Soy hija única, por lo que siempre tuve un cuarto para mi sola. En casa de los Robinson, también tuve mi propia habitación. Siempre hay una primera vez para todo ¿no? Además, el humano es un ser sociable, se desenvuelve mejor en estas circunstancias.

Para agregar, encuentro la habitación cómoda. Dos camas y una gran alfombra, a la que seguro hay que pasarle un aspiradora mínimo dos veces a la semana. Ya me está dando pereza el hecho de pensarlo… Perdida, contemplando el objeto no me percato del otro lado de la habitación. El lado de la compañera.

La puerta se abre y como cual ladrón atrapado en plena acción, me sobresalto. Una chica de cabello negro corto ingresa y fija su mirada en mí.

― Tú debes ser la chica nueva. ― Asiento, ella guarda en una caja de su mesita de noche un objeto a lo que puedo rescatar es un paquete de cigarrillos. ― Perdona que no te haya recibido junto con Cara, no sabía con exactitud a qué hora llegarías. ― Se encoge de hombros.

― Sí, me llamo Hana Lee. Es un placer, espero nos llevemos bien. ― Le sonrío. Que buenos modales Hana, tu mamá estaría orgullosa.

― Enolah Carlson, puedes llamarme Ellah. ― Me devuelve la sonrisa, en lo que prosigue a “presentarme” la habitación.

Mi concentración se posa en ella, lleva puesto un top negro deportivo, unos pants y está descalza. Hurra por mí, puedo decir que soy unos centímetros más alta que ella. Solía vivir con gente más alta que yo; Isabella y los argentinos superaban el metro setenta, y lo que más me fastidiaba era que la japonesa también, ni hablar de Lev que podría jugar baloncesto si quisiera.

Tiene un delicado rostro y unos…

― Muy lindos ojos – un segundo, ¿lo pensé o lo dije en voz alta?

― ¿Disculpa?

Otra primera impresión arruinada.

Suelto una risilla, en lo que pienso como arreglar esto. ― Sí, tus ojos son muy lindos. En lo que pude notar.

― Gracias, creo.

Antes de que se forme un silencio incómodo le pregunto desde hace cuánto vive aquí y otras dudas más con respecto a las chicas de la residencia. 

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Día dos y aún sigo viva. La primera noche fue un tanto rara, pero con mis habilidades torpes de socializar logré acercarme a Ellah. Sólo espero haberle caído bien, no quisiera llevarme mal con ella. Se ganó mi amistad desde que vi que compartimos los mismos gustos en géneros de libros.

Estoy preparando mi desayuno, siguiendo las instrucciones que mi compañera tuvo la amabilidad de dejarme antes de irse a trabajar. Admito que me encuentro nerviosa ante la posibilidad de que unas de las chicas aparezca. A pesar de que me presenté con todas en la tarde de ayer e incluso cenamos juntas, aún me siento como la intrusa.

El día de hoy decidí salir a pasear. Además, si tengo que hacer ese bendito escrito debo inspirarme ¿verdad? Así es. Entusiasmada, termino lo último de la tostada con mermelada, lavo lo que usé y acto seguido tomo mi morral para salir. Dentro de este llevo mi material indispensable: un cuaderno, una lapicera, las llaves de la casa y mi móvil.

Caminar hace bien. Respirar el aire puro es relajante. Siento la brisa que viene del lago, que según puedo ubicar en la aplicación Maps, se encuentra no muy lejos. En mi camino, me cruzo con algunos negocios que recién abren sus puertas, hubiera preferido desayunar por aquí, en alguna cafetería.

Sin embargo, no puedo darme el lujo de gastar, más sabiendo que tengo que destinar lo que me mandan mis padres para pagar el alquiler. Pensar en mis gastos me deprime, no es que me considero la más despilfarradora, pero merezco darme algunos gustos ¿no? Tal vez busque un trabajo a medio tiempo.

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No me llevó mucho tiempo llegar al centro, gracias a las precisas indicaciones de un vendedor de recuerdos. Se encuentra más repleto de gente y hay más tiendas. Desde un local de música hasta una florería.

Me detengo con lentitud pasando por las tiendas de indumentaria. Saco fotos de cualquier edificio o árboles que considero fotogénicos. En mi cabeza, tengo el cartel de “turista” y rio ante la idea. Sumida en la maravilla del lugar llego a una florería. Otra cosa que amo, aparte de la comida dulce, son las flores. Estas se encuentran dispuestas afuera y es acto involuntario el aproximarme a ellas y olerlas. Dulce, me pregunto qué tipo de flor será. Cuando intento tocarla, veo una mancha que se oculta más dentro de la planta.

Por dios. No será…

― ¡Una abeja! ― Exclamé aterrorizada. En un acto de autodefensa golpeo el ramo con la mano, pero no logro medir mi fuerza y tanto el ramo como el florero caen al suelo.

El incidente no logra llamar la atención de los transeúntes, es más, pasan de mí. Como consecuencia conseguí mojarme los pies con el agua de las flores. Supongo que me lo merezco. Resoplo con pesadez y camino en busca del florero caído.

Por su parte, la florería inalterada ¿Acaso hay gente que trabaja aquí? En lo que termino de recoger las flores y las deposito en su recipiente, escucho unos pasos acercándose.

― ¿Qué paso aquí? ― Una voz me toma por sorpresa. Identifico que proviene de un hombre, se encuentra entre molesto y confundido. De espaldas a la persona, comienzo a voltear lentamente.

El dueño de la voz es un chico. El mandil que lleva puesto me señala que es un empleado de la florería. Siento su mirada fulminante sobre mí, aunque su rostro no parecer transmitir tal emoción. Está esperando una respuesta y me encuentro mirando a otro lado.

Enumero las escusas que podrían ayudarme a salir viva de esta situación.

1. Disculparse y explicar la verdad.

La más sensata. Siempre hay que decir la verdad. Es lo que mis padres me enseñaron. Aunque considerando a juzgar por el tono de hablar de la persona, estoy considerando no decirla. Además, quedaría como una asesina de abejas. No, definitivamente no.

2. Fue el viento.

Exacto. Es culpa de la naturaleza. La vida es así. Un día tus flores están ubicadas muy lindas en el escaparate y ¡fum! Pasa un viento veraniego y se caen. El hombre aún no tiene control sobre la naturaleza. Mi presencia encaja en la parte de una buena samaritana, que por casualidad cruza por el desastre.

3. Un hechicero lo hizo.

Si Los Simpson me enseñaron algo sobre escusas, la clásica del hechicero es efectiva, o siempre puedes usar “así estaba cuando llegué” en este caso este último no es opción porque se explicaría mejor para la segunda escusa.

Descarto todas excepto la primera.

― Fue mi culpa. ― Comienzo. Levanto la mirada, en busca de reforzar mis disculpas.

Wow. Es atractivo. Hasta se puede ver como el sol de la mañana cae sobre él, creando un halo de luz y sumado a los cantos de los pájaros, no puedo evitar sentirme dentro de una típica comedia romántica para adolescentes.

― Enserio perdón por lo que hice. Sólo me acerqué a oler las flores porque me parecieron muy lindas y una abeja salió de la nada. Lo único que se me ocurrió en el momento fue espantarla de ese modo, porque pueden picarte y no quería eso. Y no es que tenga algo en contra de las abejas sé que están en peligro de extinción, así que no creas que lo hice a propósito. Ellas merecen vivir, pero ¿sabes lo horrible que se debe sentir que te pique una abeja? A mí por suerte nunca me pasó. ― Las palabras salían por sí solas. Estoy divagando sobre cosas sin sentido. Ya no tengo control de mí misma.

― Escuche. ― Interrumpe. ― Está bien. Los accidentes pasan. No se preocupe.

Arrebata de mis manos el florero y con un cabeceo en forma de despedida entra a la tienda.

¿Qué acaba de pasar? Y lo más importante, ¿Quién es este chico?

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Bato el café en el que puse azúcar previamente mientras mi amiga viene con su pedido. Pasados tres días desde el incidente con las flores, organicé encontrarme con Lilah. Ese día por la tarde le envié un mensaje contándole todo lo sucedido a lo que su única respuesta fue una dirección y una hora para juntarnos.

― La fila estaba larga. ― Rueda los ojos y se sienta enfrente de mí. No sin antes probar un poco de su bebida fría. ― Ahora sí, cuéntamelo todo.

― Ya te dije como fue lo que pasó, no me hagas repetirlo. ― Me escondo entre mis manos.

― Bien, pasemos a lo más importante: el florista. ¿Cómo era?

― Alto, pero en serio alto. Me lleva literal, una cabeza. ― Señalo con mi mano la altura estimada. La morena sólo asiente. ― Tiene el cabello negro. ― Hago una pausa recordando al florista. ― No me acuerdo mucho, pero era atractivo. Si lo vieras, creerías que no es real. ― Mis palabras parecen tener efecto en la morena porque de inmediato toma su móvil y empieza a buscar algo. ― ¿Qué estás buscando?

Luego de ser ignorada por cinco minutos, al móvil de Lilah le llega una notificación. Ella con una sonrisa lee el mensaje. Estoy pensando seriamente en arrebatarle el aparato.

― ¡Oh, por dios! Hana ¿este es el joven florista? ― Gira la pantalla y ante mí veo un perfil de Instagram. Tomo con cuidado el móvil y leo el nombre.

― ¿Luciel… Kang? ― Repito el apellido en mi cabeza, ¿acaso es asiático? Lo más lógico sería que sus padres lo sean y él haya nacido aquí, eso explicaría el nombre Luciel.

― Amiga, no lo puedo creer, hablaste con el mismísimo Luciel Kang – Lleva su mano a su boca en gesto de sorpresa. ― Créeme que lo he intentado, pero él sólo pasó de mí.

― Pero no entiendo ¿Quién es este tipo? ¿Es famoso? ― Al menos espero me diga que es un influencer o un modelo no tan conocido.

― ¿No conoces a Luciel? ― Niego mientras me llevo un pedazo de la torta que pedí. ― Dame un segundo. ― Vuelve su vista a su móvil. ― Tiene 24 años, va a nuestra universidad, estudia arquitectura ― Está leyendo en voz alta. ― No nos importa el año… Oh, es súper rico. Su familia tiene una casa aquí en la zona norte. ― Detiene su lectura y voltea los ojos. ―  En fin, es un chico antipático. No te conviene acercarte o intentar hablar con él.

El adjetivo “antipático” se graba en mi cabeza. Tal vez sea el clásico caso del hombre intocable. Es extrañamente bueno en lo que hace, por ejemplo, deporte, estudios, etc. Tiene un aire de misterio sumado a la apariencia de buenos genes, cualquier muchacha caería ante él. Y el hecho que trabaja en una florería es la cereza que adorna el pastel, demuestra su sensibilidad. Por dios, qué cliché. Arrugo la nariz sintiéndome extraña.

― ¿De dónde sacas la información? ― Cuestiono curiosa.

― Oh. Tengo un contacto que conoce a todos en la universidad. Le preguntas cualquier cosa y lo sabe.

― No te creo, ¿Quién es? ― Rio intentado creer las palabras de la morena.

― Es anónimo. ― Mueve sus manos como si fuera un misterio sin resolver. Bufo ante la ridícula idea. ― ¿Dudas? Está bien, le preguntaré sobre ti. ― De nuevo agarra el aparato. A los segundos le llega un mensaje. Se aclara la garganta. ― Hana Lee, 23 años, estudia Literatura con incentivo en Letras. Es de nacionalidad coreana y radica en Canadá. Vive en una residencia con estudiantes de diferentes nacionalidades. Tiene una única amiga, se llama Lilah Blouse. ― Se apunta a sí misma cuando lee su nombre. ― ¿Quieres que siga? ― Su mirada se fija en mí y siento unos escalofríos.

― Qué miedo. No, gracias. Paso.

Cerramos el tema y nos enfocamos en comer nuestros respectivos postres. Seguimos charlando de varias cosas, como sus planes del verano y algún chisme jugoso de algún estudiante o conocido.

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Dos semanas pasaron desde que me mudé. Logré entablar conversaciones con las demás inquilinas, pero no logro pasar del saludo y preguntas sobre el clima. Es difícil tratar con gente nueva.

Últimamente no he tenido ánimos para salir. Mi distanciamiento no está funcionando. Me alejé de las redes sociales para no caer en mis hábitos. Me alejé de mis amigos para venir aquí y no logro conseguir escribir algo. Es una pena porque es un bonito lugar. Sólo estoy perdiendo el tiempo. Esto me hace reconsiderar si tomé la decisión correcta al seguir el consejo del profesor.

No tengo más posiciones para estar acostada en la cama. La misma canción vuelve a empezar en mis auriculares y está en repetición desde los últimos treinta minutos. Encuentro la voz de la cantante relajante, incluso la melodía hace que me pierda en ella. Prefiero ignorar la letra. Ya que sólo lograría hacerme pensar y analizarlo todo de una manera destructiva y no quiero hundirme ahora.

Mi compañera de cuarto, Ellah no está. Nuestra relación mejoró luego de la confusión por mi boca suelta. De hecho, solemos tener días en los que hablamos por las noches antes de dormir. A veces cuando le toca estar en casa todo el día y sale a comprar, me pregunta si necesito algo. Aprecio esos detalles, porque puedes identificar que le importas a las personas. Aunque sea pura educación, el simple acto de hablarte significa que tiene interés.

¿Estoy corta de inspiración? ¿Es el famoso bloqueo del escritor? Ruego que no lo sea y rezo para que esto acabe pronto. Caer en el estrés sería contraproducente. No quiero empezar a odiar lo que hago. Los pensamientos negativos llevan a más pensamientos negativos.

Mi cuaderno está lleno de borrones. La hoja vacía de Word en mi computadora sólo logra hacerme enfadar más. Considero hablar con Lilah y pedirle que me cuente alguna anécdota de sus viajes. Gruño ante mi desesperación y caigo en la cuenta de que no puedo forzar el proceso.

Y una vez más, la canción resuena en mis oídos.

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El día no era uno de los mejores, se estimaban lluvias por la tarde. Exactamente son las 4pm y estoy camino al centro para realizar algunas compras.

Saliendo de la farmacia, llena de los objetos que necesito, paso por la florería y ahí está. El florista con el cual pasé el momento más vergonzoso de mi vida. Está atendiendo a un cliente. Trato de cubrirme la cara con los gafas de sol para que no me reconozca y me hago pasar por un transeúnte más.

A los segundos, una chica que calculo es más joven que yo, ingresa a la tienda. Sus pasos era nerviosos pero determinados. En lo que el anterior cliente le está dando un vistazo a un catálogo, la joven se acerca a Luciel. Su semblante era indescifrable. Para mi mala suerte no puedo escuchar su conversación, pero puedo observarlo todo. Ella le entrega un paquete y se forma una pausa. Él todo lo que hace es poner una mano en el hombro de la joven y sin cuidado, rechaza el objeto ofrecido con una especie de sonrisa. A mi parecer se vio como si se estuviera burlándose de ella.

¿Es real lo que estoy viendo? Me pregunto. Me retiro del lugar sintiéndome un poco mal por la joven.

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Lidiar con mi cabeza no es lo que necesito ahora. No puedo sacarme esa presión impuesta por mí desde que llegué y observar el techo no me ayuda para nada. Tampoco mirar el calendario me da ánimos.

Es fin de mes.

Los libros que traje están desparramados alrededor de mi cama, que desde hace horas me está pidiendo que la ordene. Agradezco la suavidad de la alfombra, aunque no me siento tan agradecida de la suciedad que me rodea. Lo cual me lleva a preguntarme, ¿Por qué hay suciedad? Yo no uso mis zapatos adentro de la residencia.

Giro mi cabeza y choco con un libro. Lo tomo y sin leer el título, busco una de las marcas del señalador fluorescente. Casi siempre, en mis tiempos de desesperanza busco inspiración en libros. Pero como dije, casi a menudo funciona. Siento mis ojos cansados y tanto leer me está dejando ciega.

― Ya no puedo más. ― Murmuro mientras froto mis ojos y dejo mis manos sobre ellos.

La puerta de la habitación se abre y escucho unos pasos, seguido de una exhalación de sorpresa.

― Ya. Lo admito. Eres una buena adversaria con esto del desorden. ― Lentamente libero mis ojos de mis manos y me encuentro a Enolah observando mi escritorio que está lleno de paquetes vacíos de snacks, vasos y un bowl con restos de yogurt con cereal.

Con pereza me siento. Los ojos de la pelinegra se abren de golpe al ver el estado de mi cabello. Resultado de estar acostada sobre el suelo. Empiezo a ponerme de pie en plan de ordenar los seis libros tirados, pero mi energía está en negativo por lo cual mis movimientos son lentos.

Noto que mi compañera toma su móvil para escribir un texto. Luego, busca entre sus pertenencias algo y cuando lo encuentra, lo guarda en el bolsillo del buzo. Son cigarrillos.

― ¿Quieres ir a la terraza a tomar aire? Vamos ― Sin esperar respuesta alguna, sale por la puerta. Agarro un saquito de lana y la sigo.

Pasando por la sala hay algunas chicas que están viendo un reality show en la televisión. No nos dedican más que una mirada. Afuera tomamos asiento en los sillones del exterior. No me arrepiento de haberme puesto el cárdigan porque refrescó un poco. Me percato de la presencia de alguien más. Es Andrómeda, una de las chicas nuevas, aunque ella llegó antes que yo. Tiene un lindo nombre.

― Andy, ella es Hana. ¿Te importa que nos acompañe? ― Sonrío de cortesía, y la nombrada niega con la cabeza y me la devuelve el gesto. Acto seguido le da una calada a su cigarrillo. Ellah la imita encendiendo el suyo.

Siento que estoy en un club de fumadores. ¿Acaso me invitaron para unirme a su club privado? ¿Tengo que fumar o algo así? No gracias. Lo respeto, pero no me gusta. Subo mis piernas para abrazarlas. Me siento un poco incomoda. Estamos en silencio, y lo más seguro es que previamente ellas venían hablando de algo y ahora mi presencia cambió todo. Oculto mi cabeza como si haciéndolo, desapareciera del radar.

Apuesto que Ellah vio mi estado miserable en la habitación y quiso hacerme sentir mejor. Un lindo gesto, pero no me gusta pensar que soy una molestia. Lo último que quiero es que se preocupen por mí. Al menos cuando no es un problema grande. Sólo es mi poca creatividad.

Mis suposiciones se hicieron reales al momento que Andrómeda y Ellah inician una conversación sobre un tema previamente hablado. Siento que tratan de incluirme, pero mis esfuerzos por participar no son los mejores. Me toma por sorpresa mi deficiente funcionalidad social. ¿Qué me sucede? Sí estoy respondiendo, sí estoy comentando, sí estoy riendo, pero no lo siento de verdad.

― Hana ¿te sucede algo? ― Andy interrumpe la charla. Sus ojos verdes claros se posan en mí, buscando cualquier síntoma de tristeza y usarlo en mi contra. Qué intimidante. ― Puedes confiar en nosotras.

― No es la gran cosa. ― Encojo mis hombros, quitándole importancia al tema. Ellas me dedican una mirada de que no me creen nada. Siento como me tiran con una almohada y se ríen. ― Está bien. Se los diré.

Les explico todo. Desde por qué estoy aquí, mis estudios, lo que dejé en la ciudad, hasta todos mis esfuerzos por conseguir alguna idea para escribir. Con atención me escuchan expresar mis sentimientos e inseguridades. Repaso todo lo que hice los últimos días y en mi costumbre de irme por las ramas menciono el incidente con la abeja y el florista guapo.

Recuerdo la última vez que vi a Luciel. En el momento las palabras de Lilah vinieron a mí, caracterizó a Luciel como “antipático” y yo, como “intocable”. Los ojos cristalizados de la chica al salir de la florería me lo confirmaron todo. Mi teoría, era que la adolescente se había confesado al florista y él como el joven inalcanzable que es, no le correspondió. La cuestión es ¿Por qué? ¿Acaso no la considera lo suficientemente buena para liarse con él?

El interés viene primero por el físico. Luego existe el periodo de investigación, uno aprende como es la otra persona y toma una decisión.  Se busca solamente una amistad, un posible amor o simplemente nada porque no te gusto la personalidad del otro.

Dicen que no hay que juzgar un libro por su portada. Pero entonces ¿por qué se esfuerzan tanto los editores en hacer una portada lo suficientemente llamativa para que al posible lector le nazca curiosidad?

― ¿Tal vez sólo necesitas dejar de pensar en eso? ― La voz de Andy me saca de mis pensamientos.― Me refiero a que todo lo que hemos escuchado fue sobre tus intentos de encontrar inspiración y no te has dado cuenta de donde estás. ¡Mira! ― Abre sus brazo para mostrarme el alrededor.

― Exacto. Relájate, tienes tiempo hasta después del verano para entregar el trabajo. ― Lo dice mientras se acomoda más en el sillón.

Entre sus consejos sobre cómo “relajarme”, surge un plan para salir entre las tres. En lo que ellas se pierden en la organización de la futura salida, mi cabeza vuelve a maquinar.

Será un tema trillado o tal vez muy osado, pero estoy segura de que lo intentaré. ¿Será posible que la imagen, la portada que muestra la persona sea suficiente para conseguir interés? Y de ser cierto ¿Qué tipo de recepción se consigue? ¿De la deseable o de la indeseable? Tratándose de lo físico hay muchos factores para tener en cuenta, llegando de lo más frívolo a lo más simple.

Pero si iba a llevar un experimento a cabo, necesito de un sujeto.

Mis ojos deambulan por todo mi alrededor pensando en el futuro conejillo de indias para mi trabajo. Las chicas de la residencia quedan fuera, porque uno de los requisitos que establezco mentalmente es que tiene que ser un hombre. Detengo mi vista en la esquina que une los barandales con la pared y me encuentro con una planta, a la cual le están brotando flores. Creo que ya tengo a mi sujeto.

me quedé en shock pero super emocionada por que incluyeras diálogo coreano en el capítulo       aun que tuve que irme al traductor a ver xdd

Nana es so cuuute   me gustó un montón tu comienzo del capítulo por que claramente se ve que tiene una gran pasión por la pintura y solo el hecho de que esté haciéndoles un retrato de cada una de sus compañeras de la residencia me parece algo super curioso pero que resultará bueno para ella conforme las vaya conciendo ^^
y luego la clara esperando todos los días a que llame al timbre bc nunca encuentra las llaves  

— ¡Nos harías estorbo! — exclama escandalizada — No vamos a frenar tus sueños Na Eun, escucha muy bien a tu madre, no has cuidado demasiado, ahora es tiempo que disfrutes de tu propia vida, deja de preocuparte por tus hermanos, ese es mi trabajo no el tuyo, además ya quiero por lo menos tener indicios de nietos, me estoy volviendo vieja y no quiero que lleguen cuando no pueda jugar con ellos.

— ¡Eomma!

  ay que bueno, si estuviera bebiendo algo lo habría tirado por toda la mesa. ay estas madres siempre pensando en lo mismo ¿y los hijos k? ¿solo para procreear? xDD pero me encantó, veo mucho cariño en verdad en la familia de Na Eun <3

pero el siguiente me ha tocado al fondo del pecho   xq tal cual mi lucha del día a día con las personas entrometidas se resume en este diálogo:

— ¡No seas amargada Na Eun! — mi ceño se frunce inmediatamente, mientras ella solo se ríe de mi expresión — Ella tiene 17 años, puede hablar con chicos; al punto al que quiero llegar hija, es que nunca he visto un chico tratando de besarte la mejilla, ¡ni siquiera la mano! Cariño ya tienes 25 años, es tiempo de que por lo menos veas a chicos — su mano vuela hacia su rostro y vuelve a acercarlo en extremo a la cámara — ¿O te gustan las chicas? No tengo problema estrellita, de hecho nuestra vecina me presentó a su novia, me caen bien las dos, son un amor de pareja, el único inconveniente es tener hijos, por lo que ella no tiene pe…


— 엄마! — exclamo exaltada.


— Solo quiero que sepas que te apoyo Na Eun, con tal de que ella te ame y tu la ames, estoy completamente bien.

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me encanta que la gente siempre acabe sacando sus locas conclusiones como estás sin acabar de entender nada, pero bueno, la humanidad es así  
y tu te quedas como "tierra tragame, otra vez esta historia":  

la madre de nana es toda una mujer de carácter, y como salta de un tema a otro y es como un torbellino de palabras pero al mismo tiempo me encanta que ambas tengan la confianza y cercanía para hablar de esa forma tan sencilla dejando que fluya (pese a las preocupaciones/disparates obvs de la madre). Y el último comentario en el que dice que obviamente sacó la creatividad de ella por que su padre no era nada creativo haha

— ¡Claro que no! Desde ahora estoy llevando a Pia, no es ningún problema también llevarte a tí.


Sonrió tratando de hallar las palabras para responder, cuando no encuentro ninguna, simplemente doy una reverencia y huyó del auto, entrando rápidamente a la residencia,

  que cute esta escena!! la pia es todo un terremoto pero parece tener la típica personalidad extrovertida que arrastra a otras personas a pasarselo en grande ^^ me hizo mucha gracia cuando luego se sabe que demy es en realidad Dmitri aun que obvs una servidora esperando por ello para empezar a fangirlear cuanto antes y que la pobre pia no es muy buena con los nombres asiaticos xd
y acá cuando la invita a traerla y llevarla todos los días con su sonrisa encantadora ahhh  

y me encanta todo por que ahora van a poder verse todos los días y a ver como se desarrolla la historia entre Dmitri y Na Eun  
ya quiero saber más annie, y también ver que pasa cuando todas tengan su retrato  

nos leemos pronto!
xoxo