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Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
capitulo 10
A la mañana siguiente, _____ había tratado de contarle a Cassey lo sucedido, pero esta la había acusado de mentirosa.
A partir de ahí, David había hecho uso de su poder. Había conseguido que los otros dos niños que tenían adoptados la acusaran ante los trabajadores sociales de pegarles, romperles los juguetes y destrozar sus deberes. David la culpó de pequeños robos en tiendas y de rebeldía. Tal fue la presión que puso sobre ella, que _____ tuvo que retirar sus acusaciones.
Tras aquella nefasta experiencia, no volvió a ser la misma; se volvió arisca y desconfiada.
Todo aquello la dejó con un pánico incontrolable hacia cualquier hombre que tratara de ser amigable con ella, especialmente si gozaba de cierto poder. Años de cambios, de traslados de un lugar a otro y de soledad habían marcado su vida.
Si miraba hacia atrás, se podía dar cuenta de que muchos de los hombres que se habían cruzado en su vida no habían querido nada más que ayudarla. Pero sus experiencias pasadas la habían dejado dentro de ella un temor constante y una desconfianza casi inevitable.
No obstante, había logrado crearse una vida, incluso tenía amigos. Aunque la mayoría eran mujeres. Con la sana excepción del señor Bateman, su anciano vecino de setenta y cinco años, que profesaba un amor no correspondido a la señor Gibson, y de James Holden, un profesor de universidad
James la había encontrado un día llorando desesperadamente en una esquina y diciendo que se querría morir.
Se la había llevado a su apartamento donde Lucy, su esposa, una enfermera temporalmente apartada de la vida laboral, la había atendido y cuidado con mucho cariño. Aquella había sido su primera experiencia de verdadera amistad por parte del sexo masculino.
James y Lucy le habían dado fuerzas para superar su pasado y seguir adelante, para darse cuenta de que no era un víctima a menos que se considerara como tal.
Después de aquello, se había recuperado y había terminado sus estudios.
Su amistad seguía vigente y hacía poco que los había visto en el bautizo de su hija, Melanie Anne, de quien _____ era madrina.
Se preguntó pro que estaba pensando en todo aquello. Sabía que David había muerto años atrás.
Christina, otra de las hijas adoptivas de los Kirby le había escrito dándole parte de su fallecimiento y de sus hazañas posteriores a la partida de _____. Al parecer, se había propasado con algunas niñas del centro de jóvenes en el que prestaba ayuda. Mientras estaba siendo investigado por la policía, Christina se había atrevido a sacar a la luz que ella misma había sido víctima de abusos. Después de las muchas acusaciones que pesaban sobre él, había sido tomada en serio la palabra de la muchacha. Dos días después, David fue encontrado muerto por una sobredosis de barbitúricos.
Ya no podría dañar a nadie más, ni ejercer su incontrolable poder sobre los más débiles. Eso la hacía libre y autónoma.
Se miró las manos. Estaba temblando. Podía cuidar de sí misma y jamás le daría el control sobre su vida a nadie.
En cuanto a Joseph Jonas, ya sabía perfectamente que la atemorizaba de él. Era el tipo de hombre que ella aborrecía: guapo, rico, poderoso, intimidatorio, alguien que no tenía que rendir cuentas a nadie, influyente y autoritario.
A ella no la intimidaba.
Por supuesto, daría cuanto pudiera de sí en su trabajo. Pero si pensaba que también había comprado su alma, se equivocaba.
Si lo de París no funcionaba, la solución sería muy fácil. Se buscaría otro trabajo, agarraría sus cosas y se marcharía de allí, sin ,más-.
No había un problema real.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
OrianaJBLovato escribió:Esperando cap :bounce:
Thanks por pasar de pagina! Wiii & por eso subire un cap mas! :D
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Capitulo 11
El corto vuelo en avión fue agradable y cómodo. Claro que no podía ser menos, viajando con un billete de primera que Chantal le había enviado.
En Londres, la había ido a recoger un taxi, cortesía de la empresa, como el jovial conductor le había indicado al llegar al aeropuerto. Sin duda, Joseph Jonas pesaba en todo.
Según le había indicado Chantal, una vez en París, un coche la llevaría al apartamento que había alquilado para ella. Después de dejar sus maletas y refrescarse un poco, debía encaminarse a las oficinas de Jonas Internacional, donde Joseph le presentaría al resto del equipo.
Al fin, estaba allí, después de dos emanas de dudas y emociones contradictorias.
Miró las tres maletas que llevaba y decidió que, definitivamente, había hecho bien en marcharse de Inglaterra. El señor Roberts de había negado radicalmente a creer las acusaciones que pesaban sobre su hijo y Jeff se había buscado un caro abogado.
No obstante, Margaret le había contado que Joseph había informado a Michael Roberts que algunas mujeres estaban dispuestas a testificar en su contra.
-El señor Roberts ha decidido cambiar a su hijo de empresa para que el asunto quede enterrado. Por primera vez, Jeff no estará arropado por su padre y tendrá que trabajar para ganarse el sueldo. Le vendrá bien.
A _____ le daba exactamente igual cómo le fuera. El episodio le había dejado un sabor amargo y estaba dispuesta no volver a pensar en ello.
De momento, el presente era lo único que le importaba. Estaba un poco nerviosa por no saber ni una palabra de francés y estar a punto de encontrarse con un equipo de profesionales que llevaban años trabajando juntos.
Ni siquiera sabía si estaba capacitada para el puesto al que había accedido.
Además de todo eso, estaba Joseph Jonas, el mayor obstáculo de todos.
De pronto, como si sus pensamientos lo hubieran conjurado, apareció ante ella, alto y poderoso, con aquella energía desbordante que era parte inseparable de su persona.
-Buenos días- le dijo él con una sonrisa en los ojos. ¿Has tenido un buen viaje?
Ella asintió, horrorizada de ver hasta qué punto le afectaba su presencia.
-Bien, muy bien….-respondió confusa. ¿No iba a venir a recogerme un coche con un conductor?
-Yo tengo un coche y sé conducir- dijo él. En ese momento, apareció un mozo que agarró sus maletas. Vayámonos de aquí. Los aeropuertos no son el sitio ideal para mantener una conversación.
El la agarró del brazo y un millón de pensamientos turbadores comenzaron a bombardear la mente de _____.
Recorrieron el terminal hasta la salida, donde se encontró ante un lujoso Jaguar. Joseph le dio una propina al mozo, que se la agradeció efusivamente, y pronto se vio sentada en el asiento del copiloto.
El entró en el coche momentos después y ella sintió que todo su cuerpo reaccionaba de nuevo.
Por suerte, pronto arrancó y dejaron las instalaciones del aeropuerto.
-Es un hermoso día para legar a París, la ciudad del amor.
-Una ciudad no son más que edificios- dijo _____
-¡Cielo santo, ese comentario es un auténtico insulto para un francés!- dijo él con sorna. París tiene una magia especial que fascina a todo el que la visita. Se construyó con pasión y se nota. Hay un proverbio francés que dice: para ser parisino no hace falta haber nacido aquí, solo renacer. Pero para poder entenderlo hace falta pasear por sus calles. Están llenas de vida. _____ lo miró sin sabe si hablaba en serio o no.
-Pero, si eso es lo que piensas de París, ¿por qué te has ido a vivir a un chateau a kilómetros de distancia de la ciudad?
-No está realmente lejos. Además, tengo mi apartamento aquí y mi familia vive en el barrio latino.
-¿Naciste allí?
-No exactamente. Nací a unos kilómetros de donde mis padres viven ahora. Pero en París unos kilómetros pueden suponer un cambio radical del mundo. Cuando tuve dinero, quise comprarles un chateau como el mío, pero se negaron. Les gusta estar cerca de la gente a la que conocen. A mi padre le encanta ir al parque a jugar a la petanca por las tardes. Pero sí me permitieron que les comprara una pequeña casa en una zona tranquila, con un jardín que mi madre cuida con esmero. Ahora están muy contentos.
Era patente que amaba a su familia. _____ no comprendía por qué eso le provocaba un montón de emociones confusas, así que cambió de tema.
-Si no quieres, no tienes que levarme al apartamento. Podemos ir directamente a la oficina. Me gustaría empezar a trabajar inmediatamente.
-No me parece recomendable. Seguiremos el plan previsto, y luego iremos a comer.
-¿Comeremos con todos los del equipo?- preguntó ella.
-No- respondió él y, antes de que ella pudiera reaccionar, señaló algo. Mira, un circo gitano.
Pasaron muy deprisa, pero _____ tuvo tiempo de ver a dos personas vestidas con colores brilantes y a una cabra.
-Son especialistas en desaparecer cuando llega la policía. Incluso la cabra.
_____ no pudo evitar sonreír.
-Me alegra verte sonreír. Lo haces muy pocas veces.
Ella lo miró sorprendida.
-¿Cómo lo sabes?. Apenas me conoces.
-Algo que se irá rectificando en los próximos días.
Ella asintió algo desconcertada.
-Por supuesto. Estoy ansiosa por conocer a todo el mundo.
El no respondió inmediatamente, inexplicablemente molesto por lo que ella acababa de decir. Se creó un silencio un incómodo, que finalmente rompió ella.
-¿Dónde está mi apartamento?
-a diez minutos de la oficina- respondió él. Y el restaurante L`Ètoile en la manzana contigua. Así que podrás irte a trabajar nada más comer, mi entusiasta trabajadora
El tono irónico de sus palabras la ofendió. Si estaba allí para trabajar, no entendía por que tenía que ser tan crítico con sus ansias por empezar. Frunció el ceño y decidió no decir nada más hasta que llegaran a su destino.
Durante todo el trayecto se sintió tensa, como temerosa de aquella situación, de estar en un espacio reducido con Joseph Jonas.
En un momento dado, su estado anímico se hizo patente y evidente para Joseph.
-Por favor, _____, ¿te quieres relajar?- le dijo Joseph al cabo de un rato.
-¿Perdona?
-Estás muy tensa. ¿Qué demonios piensas que te voy a hacer en mitad de una calle abarrotada de coches en pleno día?
Ella lo miró atónita y respondió con más desparpajo del que correspondía a una empleada.
-No sé de qué estás hablando- dijo ella e, inmediatamente, se ruborizó.
-Sospechas de todo lo que hago y todo lo que digo, como si esperaras que te fuera a atacar de un momento a otro.
-¡Eso no es cierto!
-Estás muy nerviosa.
-Claro que lo estoy. Cualquiera lo estaría.
Acabo de llegar a un país extraño en el que tengo que conocer a un montón de gente y trabajar en un lugar que me es ajeno.
“Eso sin contar con que mi jefe, en persona, ha venido a buscarme, y resulta ser el hombre más sexy y carismático que conozco”, pensó también.
Hubo un breve silencio durante el cual él pareció digerir la información que acababa de recibir.
-Eso lo entiendo. Pero es patente que eres un espíritu totalmente indomable.
-Soy un ser humano, nada más- lo miró fijamente. ¿O solo empleas a héroes que jamás sienten miedo?
Por un momento pensó que había ido demasiado lejos. Al fin y al cabo, era su jefe y el tono empleado no había sido el adecuado.
Cuando finalmente él respondió, se sintió aliviada.
-No, no me gustan los héroes- dijo él, con una mirad atan devastadora, que la dejó sin respiración.
El volvió los ojos al frente, pero ella se quedó con el corazón acelerado. ¿Siempre miraría a sus mujeres de aquel modo antes de hacerles el amor?. Porque, en tal caso, no le extrañaba que cayeran todas rendidas en sus brazos.
Joseph detuvo el coche delante de un elegante bloque de apartamentos.
Se bajó del coche y le abrió la puerta.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Me pregunto? Como quieres tu muerte? Oseraa como diablos se te ocurre dejarla asi?
Siguelaa porfisss
Me sta volviendo adicta. Sta novee!
Siguelaaa
Siguelaa
Me encantaaa!
Att: tu mega fielisima lectoraa!
Maratonnn!!!!!
Siguelaa porfisss
Me sta volviendo adicta. Sta novee!
Siguelaaa
Siguelaa
Me encantaaa!
Att: tu mega fielisima lectoraa!
Maratonnn!!!!!
Yhosdaly
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
jumm c aundto no daria por tenr
de jefe a joe
jajaj :9
me encanta la nove
de jefe a joe
jajaj :9
me encanta la nove
andreita
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Yo soy casi igual q ella O_O soy muy arisca en especial con los hombres
siguelaa!!
siguelaa!!
jb_fanvanu
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Capitulo 12
_____ y él se encaminaron a la entrada, donde el conserje se acercó a saludar a
Joseph. Era claro que lo conocía, pero como la conversación tuvo lugar en francés, ella fue incapaz de entender de qué hablaban.
-Esta es mademoiselle Stanton, Pierre- dijo Joseph, señalándola a ella. Pierre habla muy bien inglés y estará encantado de ayudarte en lo que sea necesario.
-Encantada- dijo ella con una sonrisa y le tendió la mano.
El respondió con otra sonrisa.
-El placer es mío, mademoiselle. Estoy encantado de conocer a una amiga de monsieur Jonas. Espero que sea muy feliz aquí.
-Gracias.
Subieron en ascensor hasta el tercer piso. Joseph se había negado a recibir ayuda de Pierre para llevar las maletas. Recorrieron el enmoquetado corredor hasta detenerse ante una puerta.
El sacó unas llaves del bolsillo y se las entregó.
-aquí tienes. Con esto, podrás acceder a tu nuevo apartamento.
La puerta dio paso a un pequeño recibidor, que conducía al salón más acogedor en el que jamás había estado. No era muy grande, pero estaba deliciosamente decorado en todos verdes claros y amarillos.
Había dos enormes ventanales. No había puerta para dividir el salón del comedor y la cocina, pero la hermosa disposición de todos los elementos hacía de aquel un lugar único.
Una puerta de cristal daba paso a un balcón con dos sillas y una mesa. Desde allí se veía medio París.
Otra puerta llevaba al dormitorio, dentro del cual se encontraba el baño.
-¿Y bien?- le dijo Joseph. ¿te gusta?+
-¿Cómo no me iba a gustar?- dijo _____. Jamás me habría esperado algo así. Esto debe de costarle a tu empresa una fortuna.
El bajó la cabeza y pensó su respuesta.
Era cierto que había querido que aceptara el puesto, de ahí su empeño en darle lo mejor. También sabía que no conocía a nadie en París, y aquel era el lugar más adecuado para que estuviera segura. La cuestión era cómo iba a decirle que él vivía en el ático de aquel mismo bloque de apartamentos.
Alzó la vista y la sorprendió mirándolo fijamente. Ella hizo un grave esfuerzo para no bajar los ojos.
-¿Una fortuna?. Todo es relativo. Un lugar aparentemente barato puede conllevar un montón de problemas y resultar, por consiguiente, inmensamente caro. Por ejemplo, el sistema de seguridad aquí es excelente. Todo el mundo tiene la llave del portal, pero Pierre vigila las entradas y salidas, de modo que no puede acceder nadie sin su consentimiento. Normalmente, te abre a puerta cuando te acercas, por eso no tuve que usar ni tu llave ni la mía.
Hasta pasados unos segundos, ella no reparó en las palabras de él.
-¿Tus llaves?
-Mi apartamento está también en este bloque, por eso me enteré del alquiler del tuyo. Es un lugar ideal, cercano a la oficina, y le evité a mi secretaria la molestia de tener que buscar un piso.
-¿Te has parado a pensar lo que puede parecer todo esto a ojos de los demás?- preguntó ella con la voz más aguda de lo habitual.
-¿Los demás?.
-Sí, la gente- reiteró _____, sabiendo exactamente en qué se estaba emitiendo. A la gente le gusta demasiado hablar y en este caso tienen material para el cotilleo. Me has traído desde Inglaterra y me has buscado casa en tu mismo edificio. Pueden malinterpretar el gesto.
El la miró fijamente.
-Tú tienes tu propio apartamento y yo el mío. ¿Por qué va a dar lugar eso a rumores?
_____ no se creyó su tono inocente
-Porque es lo que más le gusta hacer a la mayoría de los humanos.
-Nadie habla sobre mí, _____, no si valoran lo que tienen.
-Quizás no delante de ti- insistió ella. Pero te aseguro que hablarán.
-¿Y a ti te preocupa?
Sin duda estaba siendo deliberadamente obtuso.
-NO se trata de que a mí me preocupe o no.
-Sí, se trata justamente de eso- dijo él secamente. Y, francamente, no me puedo creer que una mujer como tú, que le plantó cara a Derek Roberts, que es capaz de enfrentarse a mí sin temor, tenga en cuenta las habladurías. Tú eres mucho más valiente que todo eso.
No se iba a dejar embelesar por sus palabras.
-No pienso que….
-Estupendo- la interrumpió él. Entonces déjame que sea yo el que piense. Ya hablaremos en el restaurante. Ahora, refréscate un poco antes de irnos.
Aquel hombre era como una apisonadora. Era tremendamente arrogante. Sin duda, estaba acostumbrado a que todo el mundo le siguiera el juego siempre. Pues tenía una sorpresa para él: aquella pequeña e insignificante empleada suya no estaba dispuesta a dejarse llevar tan fácilmente.
De pronto, como sabiendo lo que estaba pensando, Joseph añadió.
-Por favor, _____.
¿Por qué hacía siempre aquello?. De pronto, toda su arrogancia se convertía en humildad, destrozándole los esquemas. Asumiendo su impotencia, accedió.
-De acuerdo, no tardaré. Pero seguiremos hablando durante la comida.
-Por supuesto- dijo él con una sonrisa en los ojos. Una buena comida hace que la gente entre más fácilmente en razón.
Ella se metió en el baño con tanta dignidad como pudo y cerró la puerta con energía.
Comieron en un pequeño y acogedor restaurante construido en un patio. Una gran cristalera protegía el comedor de las inclemencias del tiempo, pero permitía que quedara al aire libre cuando la climatología lo permitía.
_____ pidió una ensalada de huevo y tomate y pollo al estragón, dos platos deliciosos que, sin embargo, se comió mecánicamente.
Estaba nerviosa, a pesar de que Joseph no le daba motivos aparentes para ello.
No estaba flirteando con ella y la trataba como a una igual, más como a una amiga que como a alguien que trabajara para él. Demostró tener un gran sentido del humor y una conversación muy interesante.
Tuvo que admitir que aquel hombre la intrigaba y la atraía, y eso le resultaba peligroso. NO quería sentir nada de aquello. Necesitaba autonomía y control sobre su vida, y los había conseguido hasta que Joseph había aparecido.
-Entiendo que te sientas un tanto ansiosa- dijo él en un momento dado. Pero pronto te darás cuenta de que los demás miembros del equipo son muy afables.
_____ se bebió lo que le quedaba de café de un trago.
-Estoy segura de ello.
-Son como yo- dijo él como para ponerla a prueba.
-Estupendo- respondió _____ tratando de mantener su rostro sin expresión alguna.
-Estupendo- repitió él con ironía. Dime, _____, ¿Qué hay que hacer para atravesar esa barrera tras la que te escondes siempre?
Se levntó sin esperar respuesta y ella se limitó a seguirlo. Después de pagr, salieron del restaurante y llegaron hasta el coche. El le abrió la puerta y ella se sentó en su asiento. Luego, lo observó mientras pasaba por delante. Llevaba unos vaqueros negros y una camisa azul. Ambas cosas le quedaban estupendamente bien. Joseph era, sin duda, el prototipo del hombre con éxito.
Finalmente, entró en el coche y se sentó a su lado.
-Nada más llegar te presentaré a las personas con las que vas a trabajar- dijo él.
Ella se cuestionó cuál sería su reacción de confesarle la verdad: que enfrentarse a todo el equipo no era nada comparado con lo que había tenido que pasar durante las dos últimas horas en su compañía.
-Te voy a dar los nombres de algunos de ellos para que te resulten familiares cuando te los presente- continuó Joseph. Está Gerard Bousquet, que es el jefe de producción.
Tendrás que trabajar cerca de él. Luego Jean-Pierre Delbouis, ayudante de Gerard. Con Chantal ya has hablado por teléfono. Luego están Auguste y Christian, dos de los mejores diseñadores de este negocio. Dejaron unos trabajos fijos y bien pagados cuando yo empezaba para estar conmigo. Les debo mucho.
_____ trató de concentrarse y recordar cuanto le decía.
La verdad era que apenas si habían hablado del asunto del apartamento durante la comida. Cuando había tratado de sacar el tema, Joseph se había limitado a decirle que no había ningún problema real. Apenas si estaba en su casa, según decía, pues prefería irse al chateau a menos que hubiera alguna crisis que solucionar o tuviera que cenar con sus padres.
En aquel momento, el camarero había llevado el primer plato, zanjándose así la cuestión.
_____ estaba cada vez más confundida con aquella situación, y tenía la sensación de no entender realmente lo que estaba sucediendo.
Pero, seguro que las cosas no podían ir a peor, solo podrían mejorar, ¿o no?.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Capitulo 13
Para sorpresa de _____, adaptarse a su trabajo y a su nueva vida en Francia fue realmente fácil.
Sus compañeros eran estupendos y su única pega era que todos profesaban una especie de adoración espiritual hacia Joseph Jonas. Cuando, además, se trataba de mujeres, esa adoración adquiría un tinte más carnal.
Pero, después de trabajar durante ocho semanas para él, _____ tenía que admitir que era comprensible.
Era inspirador, por mucho que a ella le pesara reconocerlo, y jamás pedía a sus empleados más trabajo o implicación del que estaba dispuesto a dar por sí mismo. Llegaba siempre el primero a la oficina y se marchaba el último, marcando un ritmo tan agotador como excitante. Ya había oído infinidad de veces lo fascinante, hipnotizador y tremendamente seductor que era, y no podía sino coincidir con la descripción. Era un ser único, irrepetible.
Por todo ello, se sentí avergonzada de haber pensado ni por un segundo que pudiera profesar algún interés por ella.
Durante el tiempo que levaba en Francia, jamás se había aproximado a ella más de la cuenta. Además, había tendido que surgir las historias sobre sus líos amorosos. Akl parecer, siempre se rodeaba de mujeres hermosas, sofisticadas y elegantes, que lo adoraban.
Y, ¿por qué no?. Había que admitir que era un hombre fabuloso y que, incluso durante su ausencia, su presencia quedaba impresa en todas partes.
Aquella tarde, _____ estaba paseando por las calles de París, absorta en sus pensamientos cuando, al pasar por un parque, vio a un grupo de hombres jugando a la petanca. Recordó de inmediato lo que Joseph le había contado sobre su padre.
La ciudad estaba llena de olores que impregnaban el aire denso del verano. Se quedó observando el juego mientras escuchaba una música procedente de otro lugar del parque.
_____ se quedó un rato disfrutando del momento. El sol acariciaba su rostro con un calor lánguido y sensual. Cerró lo ojos. Se sentía exultante y viva.
De pronto, al abrirlos de nuevo, se encontró ante ella con el rostro de Joseph. Sonreía abiertamente.
-Lo ves- le dijo suavemente. El espíritu de París te está poseyendo.
-¡Joseph!- se ruborizó. Pensé que estabas en América.
-Quizás sea solo mi fantasma el que tienes delante- su sonrisa se hizo más amplia.
-Lo siento…he dicho una tontería. Quería decir…
-Sé exactamente lo que querías decir- respondió él. Y tú nunca dices tonterías.
Ella lo miró fijamente, totalmente confusa.
De pronto, aquel hombre alto y poderoso le pareció diferente a como le había parecido hasta entonces.
-Me dirigía al apartamento-le dijo ella.
¿Vas para la oficina?
Las espesas pestañas de Joseph escondieron parcialmente la expresión de sus ojos.
-No. Acabo de llegar de Estados Unidos y necesito estirar las piernas y relajarme un poco.
-¿Relajarte?, ¿Tú?
-Sí, yo. ¿Qué imagen tienes de mí?
-No necesitas relajarte. El trabajo te sienta muy bien.
-¿Qué crees que soy, un robot?- dijo él con un gesto cínico pero en un tono suave, contenido. Si me cortas, sangro como el resto de los mortales.
Sus ademanes controlados no la engañaron. Sabía que se había sentido ofendido.
-No quería decir eso- dijo ella sintiéndose incómoda.
-Mientes muy mal.
Quizás, fuera cierto, pero no le parecía un defecto, sino una virtud.
Había sufrido durante su infancia las consecuencias de demasiadas mentiras ajenas.
-Te dejaré que sigas con tu paseo- dijo ella.
-He venido por este camino porque sabía que era la ruta que tomabas para volver a casa desde la oficina. Quería hacerte una invitación.
-¿Una invitación?
-De parte de mi madre. Le he contado que hay una joven inglesa en parís que ha venido sola, y siente pena por ella. Quiere invitarte a cenar
_____ lo miró anonadada.
-Estás bromeando, ¿verdad?
-Solo en lo de que siente pena. La invitación a cenar es auténtica. Mi madre es muy hospitalaria y le horroriza pensar que alguien tenga que cenar solo.
-Me gusta estar a mi aire. Espero que se lo dijeras- respondió _____ algo ofendida. Mis compañeros de trabajo me han invitado en varias ocasiones a cenar a su casa, pero en este momento tengo mucho que aprender y me gusta estudiar por las noches e irme a la cama pronto.
-Encomiable- dijo él, como si en realidad no lo fuera.
Ella sintió rabia. Su actitud crítica la enervaba. Pero se contuvo y respondió educadamente
-Por favor, dale a tu madre las gracias y dile que….
-Se o puedes decir tú misma esta noche cuando vengas.
-Tu madre no me puede estar esperando esta noche- dijo ella con total calma. Tú mismo has dicho que acabas de llegar de Estados Unidos.
-La he llamado cuando venía de camino para decirle que nos esperara a las ocho
-Pero podría haber estado ocupada esta noche.
-¿Lo estás?
-Eso no es lo que importa.
-Por supuesto, tienes razón. Le pido disculpas, mademoiselle. En cualquier caso, o tienes compromiso alguno, ¿verdad?. Entonces no veo motivo para que rechaces la invitación.
_____ lo miró con ojos de sospecha antes de aclararse la garganta.
-Pero no puedo ir con las manos vacías.
-Podrías, pero si no lo quieres hacer te diré que a mi madre le encantan unos bombones que venden en una bombonería del barrio latino. Podemos comprar algo de camino hacia su casa.
Le habría gustado preguntarle si tenía como hábito llevarse colegas del trabajo a casa de sus padres, pero no lo hizo. No quería volver a cometer el error de implicar que pudiera haber nada personal en aquello. Se dio cuenta de que había comportado como una necia mostrándose remisa sin motivos.
Joseph, que había sido espectador de todos los cambios de ánimo que se habían reflejado en su rostro, usó la estrategia más adecuada.
-¿Puedo entonces confirmarle que iremos a las ocho?
_____ asintió.
-Es muy amable por su parte. De verdad que le agradezco el gesto
Joseph se podía permitir el lujo de ser generoso, una vez que había obtenido lo que quería.
-Lo sé, _____. Sencillamente te he sorprendido con la invitación. No te lo esperabas. Mi madre estará encantada de recibirte- dijo él.
Ahora iremos a casa a vestirnos.
El la tomó del brazo inesperadamente y ella sintió que, de pronto, olvidaba cómo poner un pie detrás del siguiente
Pero el pánico momentáneo dio lugar a un placer único: el de tener a Joseph caminando a su lado
Se preguntó qué diría él si ella le confesara que era la primera vez que paseaba del brazo de un hombre en una cálida tarde de verano. Probablemente se reiría de ella. O le lanzaría una de esas miradas cortantes que utilizaba en los negocios.
David Kirby también solía hacer eso. Utilizaba su encanto, su buena planta y su simpatía par a conseguir sus fines. Pero le había visto hacer llorar a Cassie en más de una ocasión sin tener que decir nada. Estaba especializado en esos silencios fríos que hacían saber al otro que estaba enfadado.
-¿_____?
Al levantar la vista, notó que Joseph la estaba mirando con una extraña expresión en el rostro. Debía de haber dicho algo y ella no lo había oído.
El se detuvo y la miró.
-¿Qué te sucede?- le puso las manos sobre los hombros. ¿Tanto te afecta tener que conocer a mis padres esta noche?
-No, no es eso- dijo ella.
-Entonces, ¿qué es?. Pareces….- no podía encontrar la palabra adecuada.
_____ lo miró fijamente. Estaba furiosa consigo misma por haber dejado que adivinara sus pensamientos.
-Estaba pensando en alguien….alguien de mi pasado.
-¿Un hombre?- preguntó él con un tono de voz diferente
De pronto se sintió atrapada. Sin que se hubiera dado cuenta, la había apartado del camino y confinado a un pequeño espacio. Ella estaba apoyada en la pared y él la acorralaba con su cuerpo. Esperó sentir el pánico que experimentaba siempre que un hombre estaba demasiado cerca. Pero no ocurrió. Al contrario.
Notó una extraña excitación, y cómo su cuerpo respondía al olor y al calor de él. Nuca antes había sentido con tanta intensidad el poderoso embrujo del deseo.
Sin pensar, respondió a su pregunta
-Sí, un hombre.
-¿Te hizo daño?
-Sí
-¿Terminó?
-¿Cómo?- de pronto se dio cuenta de hacia dónde iba la conversación. El pensaba que se había tratado de un romance.
-Te pregunto si terminó, si lo has superado.
-Sí- el estómago se le revolvió y ella alzó el rostro en ese gesto desafiante tan característico. No quiero hablar de nada de esto.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Capitulo 14
Joseph suspiró suavemente. Aquella mujer estaba rodeada de lo que parecía un sutil velo de misterio, pero que era, en realidad, una fortaleza infranqueable.
Se apartó de ella.
-Bueno, que sepas que tienes mi hombro disponible para llorar sobre él cuando quieras. No te voy a decir que contar las cosas sea solucionarlas, pero sí ayuda a aclarar las ideas. En cuanto conozcas a mis hermanas, verás lo rápidamente que te cuentan sus vidas que, por cierto, son bastante singulares.
Joseph continuó hablando durante su paseo por el parque en un tono tranquilo y relajado, y ella concluyó que había reaccionado de forma exagerada tanto a su invitación como a su pregunta, y que aquel no era más que un intento de aproximación amistosa yde conversación durante una cálida tarde de verano.
_____ se duchó, se secó el pelo y se vistió con un conjunto elegante pero sin excesos. Se había decidido por un sencillo conjunto de falda beis y top floreado que se había comprado días antes en la Rue Mouffetard y unas sandalias de color crema.
En menos de veinte minutos bajó al recibidor donde habían quedado con la esperanza de ser la primera, pero Joseph ya estaba allí charlando amigablemente con Pierre.
Nada más verla, su mirada la piropeó
-Tan rápida como espectacular- dijo él. Está usted guapísima, mademoiselle Stanton.
-Gracias- dijo ella y, acto seguido, se volvió a saludar a Pierre.
Se marcharon intercambiando halagos, pero durante el trayecto de ida Joseph habló muy poco, lo que puso a _____ más nerviosa aún de lo que estaba.
Fingió un falso interés en lo que sucedía al otro lado de la ventanilla del coche mientras buscaba mentalmente posibles temas de conversación a tratar con los padres de Joseph.
Se detuvieron brevemente a comprar los bombones para la madre de él y luego continuaron.
Pronto llegaron a una pequeña casa de piedra en el barrio latino.
Los niños jugaban ruidosos en la calle y había algunas parejas de ancianos sentados a la puerta de sus casas. Todos parecían disfrutar del lánguido atardecer.
A _____ le gustaron los padres de Joseph nada más conocerlos. Marc Jonas era alto y guapo. Sin duda Joseph había heredado de él su porte.
Camile, la madre, en contraste, era pequeña y atractiva, pero no hermosa. Las hijas se parecían a ella.
La casa era sencilla, de corte tradicional, construida en piedra y claramente familiar. A _____ le encantó.
Cenaron en el jardín, disfrutando de la suave brisa y los aromas a flores y plantas que transportaba.
Joseph se mostró abierto y confiadamente divertido y, por primera vez desde que lo conocía _____, se atrevió a relajarse y a disfrutar.
Las hermanas eran extrovertidas y algo escandalosas en sus historias.
Intercambiaban continuamente bromas con su hermano sobre sus respectivas relaciones sentimentales lo que a _____ le hizo sentir incómoda.
Joseph se mostraba excesivamente protector y algo anticuado con ellas, y les echaba en cara la cantidad de relaciones que tenían.
-¡Mira quien habla!- le dijo en un momento dado Barbe. Eres un machista. Piensas que los hombres pueden hacerlo que quieran mientras que nosotras, si tenemos varias parjas, ya somos tachadas de frescas.
-¡Barbe!- la reprendió Camile. Echo de menos los tiempos en que podía mandarles a la cama sin cenar cuando se excedían.
-No se preocupe- dijo _____. Además, en cierto modo estoy de acuerdo con Barbe. Todavía nos queda mucho camino por recorrer hasta que logremos una igualdad absoluta.
-¡Lo ves!- aprovechó Barbe. _____ piensa como yo. Los hombres como tú son los peores hipócritas que existen. Tenéis una ley para vosotros y otra para las mujeres. ¿Nunca te has parado a considerar que las mujeres con las que tú sales también tienen padres y hermanos?
Joseph la miró como si fuera a estallar. Pero, por suerte, la oportuna interrupción de una adorable pareja de vecinos de la edad de Marc y Camile puso freno a la contraofensiva.
En poco minutos, dos sillas más estuvieron alrededor de la mesa y todos disfrutaron en una armonía tensa del postre que Camile había preparado.
Justo antes de que la fiesta concluyera, Barbe se inclinó sobre _____ y le susurró al oído.
-No hagas caso de o que he dicho de Joseph, solo quería fastidiarlo. Tú debes de ser diferente, porque nunca antes había traído a nadie a cenar a casa.
-Pero si no hay ninguna relación entre él y yo, aparte de la laboral- aclaró rápidamente _____. Tu madre se enteró de que estaba sola y me ha invitado a cenar.
-En tal caso, Josephine y yo te llevaremos por ahí y te presentaremos a gente.
_____ sonrió educadamente. Barbe y Josephine eran encantadoras y, sin duda, una noche con ellas podría resultar ciertamente excitante. Pero no tenía intención alguna de aceptar su invitación. Antes de que ella pudiera aclarar aquel punto, Barbe ya se había dado la vuelta y estaba hablando con su hermano en francés. Y fuera lo que fuera lo que le estaba diciendo a Joseph no pareció gustarle, pues su gesto se volvió oscuro.
La madre dijo algo rotundo y seco que obligó a Barbe a sentarse y a cerrar la boca.
Joseph se puso de pie rápidamente.
-Es hora de que _____ y yo nos marchemos dijo él, con una aparente calma y una falsa sonrisa en los labios que escondía algo muy diferente.
_____ se preguntó qué habría sido lo que Barbe había dicho.
Una vez en el coche, Joseph condujo unos kilómetros al cabo de los cuales se detuvo y aparcó.
-Vamos a dar un paseo
-¿Un paseo?- repitió _____ nerviosa.
-_____, relájate, por favor- la miró de un modo muy especial. Necesito hablar contigo y aclarar una serie de cosas, ¿de acuerdo?
-De acuerdo- susurró ella, temerosa, al notar que algo había cambiado en los últimos minutos. La actitud relajada y afable se había transformado en algo que no le resultaba tan fácil manejar
Se dirigieron a un pequeño parque y Joseph la guió hasta uno de los bancos que había bajo un árbol.
Al sentarse, él extendió el brazo a lo largo del respaldo y tomó su barbilla entre los dedos obligándola a alzar el rostro.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Capitulo 14
_____ no podía creerse que hubiera sido tan necia como para dejarse llevar a una situación de extrema vulnerabilidad como aquella. Pero debía reconocer que no había opuesto demasiada resistencia aun sospechando que algo así iba a suceder. No había tenido que usar sus dotes de persuasión, esa era la verdad.
Analizó su situación. Tenía veinticinco años y jamás ningún hombre, en todo ese tiempo, la había besado. Sin embargo, desde el instante mismo en que había puesto los ojos en Joseph, tres meses atrás, se había preguntado cómo sería sentir su boca sensual e insinuante sobre los labios.
A pesar de los conflictos que tales sentimientos le provocaban, no dejaban de ser reconfortantes, pues le permitían descubrir que podía llegar a sentirse atraída por alguien del sexo opuesto.
El la miró durante unos segundos en silencio.
-No te va a gustar lo que estoy a punto de confesarte- dijo él, sorprendiéndola. Le he dicho a Barbe que no voy a permitir que te presente a sus amigos porque me gustas mucho.
_____ se estremeció, pero fue incapaz de responder.
-¿Entiendes lo que te estoy diciendo, _____?. Te deseo y no me gusta compartir lo que quiero para mí.
Estaban ocurriendo demasiadas cosas y demasiado rápidamente. No obstante, en su fuero interno, _____ siempre había sabido que aquello acabaría por ocurrir algún día. De hecho, le extrañaba que hubiera tardado tanto en salir a la luz. Sus sospechas de que Joseph Jonas abrigaba un interés nada profesional por ella no habían sido, después de todo, tan necias y descabelladas. Estaba confusa. No sabía qué hacer…
-¿Te gusto, _____?- le preguntó él sin dejar de mirarla a los ojos.
-Eso no es lo que importa- respondió ella con la voz estrangulada.
-Sí, claro que es lo que importa. Yo tengo poca paciencia. No es un atributo que considero particularmente admirable, así que no lo practico.
Ella respondió con una acusación.
-Lo que te gusta, lo tomas y lo haces tuyo, ¿no es así?
_____ esperaba una respuesta defensiva, pero lo que se encontró fue un rotundo gesto de afirmación. Acto seguido, el se inclinó sobre ella y la besó.
A _____ el corazón comenzó a latirle con fuerza. Pero se sorprendió a sí misma al no sentir la repugnancia que pensaba sentiría al experimentar aquello. Al contrario, una sensación de placer y excitación le recorrió la columna vertebral.
El la tenía abrazada con firmeza, y movía la boca con destreza, como el experimentado seductor que era.
Durante unos instantes, _____ se encontró sumida en un placer sensual y hasta entonces desconocido, y se sorprendió sintiendo cosas que había temido ser incapaz de sentir. La estaba besando y le parecía algo natural y maravilloso.
Joseph alzó finalmente la cabeza y _____ se sintió mareada.
-Sabes a miel dulce y suave, tal y como imaginaba- dijo él en un susurro.
La besó una vez más. Recorrió su rostro con dulces besos.
-Hueles bien, sabes bien.
Tenía que detener aquello. NO sabía exactamente por qué, pero sí tenía la certeza de que no podía llevarla a nada bueno.
El era el lobo feroz y tenía que apartarse.
-Llevo queriendo hacer esto desde que te conocí, ¿sabes?. Quiero desvestirte y tenerte desnuda en mis brazos, hacerte sentir cosas que nunca antes has sentido con nadie…
Sus palabras fueron el resorte necesario para que reaccionara. Se apartó de él y se libró de la prisión de sus manos. Se levantó apresuradamente.
-Quiero irme, quiero volver a mi casa.
-¿Qué te pasa?- preguntó él poniéndose de pie. _____ no podía hablar, no podía responder.
Se sentía incapaz de emitir sonido alguno. ¿Es por ese hombre?. Dijiste que lo habías superado, pero yo creo que no. ¿Todavía lo amas?. ¿Es eso?
-¿Qué?- _____ lo miró como si estuviera loco y toda la repulsión que le provocaba aquella confusión se reflejó en su rostro.
-¿Qué te pasa, _____?. ¿Qué ocurrió realmente?
¿Cómo iba a decírselo?. ¿Cómo iba a contárselo a nadie?. Lo había intentado una vez y había sido espantoso. Nadie la había creído. Seguramente Joseph tampoco lo haría. Podría incluso llegar a pensar que ella había provocado lo que le había sucedido.
-Quiero irme.
-¿Te hizo daño?- no estaba dispuesto a dejarla escapar fácilmente.- ¡¿Fue violento contigo?!. ¿Abusó de ti?- su tono se había hecho muy suave.
Ella tragó saliva y se pensó la respuesta. Pero su cerebro no reaccionaba. Se obligó a sí misma a responder.
-Ocurrió hace mucho tiempo y no quiero hablar de eso.
-Cometes un error.
-¿Qué sabes tú?- le preguntó ella con una rabia desgarrada que le salió de dentro.
El se quedó allí de pie, en silencio observándola.- No es lo que tú piensas- continuó ella.
-¿Cómo sabes qué es lo que pienso, _____?- le pregunto suavemente.
Era cierto, no lo sabía. Porque no sabía nada de él, igual que él no sabía nada de ella. Eran extraños.
De pronto, sintió un inesperado dolor interior. Ella no significaba nada para él. Era un hombre acostumbrado a tener cuantas mujeres quisiera con solo un chasquido de dedos. La única diferencia entre ella y las demás era que no había corrido como una loca a compartir su cama. Eso era, precisamente, lo que lo incitaba a querer cazar la difícil presa.
-Quiero volver a mi casa. ¿Me vas a llevar o tengo que irme andando?
Joseph no dijo nada hasta pasados diez segundos, y el silencio se hizo denso y pesado.
Finalmente, respondió.
-Claro que te voy a llevar a casa. En contra de lo que tú piensas, soy un ser civilizado.
-Lo sé- dijo firmemente.
También sabía que el problema allí no era él, sino ella. Al fin y al cabo, Joseph solo la había besado, no había sido en absoluto agresivo. Pero ella había reaccionado como….como si la hubiera intentado violar.
De pronto, el recuerdo de aquella repugnante boca de David, sus manos ásperas….le vino a la memoria. Sintió una náusea.
-Lo siento de verdad- se forzó a sí misma hablar.- No estoy preparada aún….
Joseph la sorprendió respondiendo en un tono suave y amable.
-Tranquila. Olvidemos lo sucedido, ¿de acuerdo?. Somos amigos, colegas de trabajo. ¿Te parece eso aceptable?
Lo habría sido si su presencia no hubiera modificado incluso la densidad del aire que _____ respiraba, si no lo inundara todo con una sensualidad que era totalmente desconcertante.
Lo miró y el corazón se le contrajo en el pecho. No debería haber ido a París, jamás debería haber ido a trabajar para él, ni a cenar a casa de sus padres.
-Sí, es aceptable- respondió ella en un tono neutro.- Lo es.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
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