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Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
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Capitulo 2
-No son más que calumnias- intervino Derek. La única verdad que hay aquí es que la señorita Stanton no está cualificada para realizar el trabajo para el que ha sido contratada y yo siento pena por ella. Llevo semanas dándole oportunidades, pero está claro que ha malinterpretado mi interés y lo ha confundido. Cuándo le dejé claro que no me gustaba que flirteara conmigo, se puso furiosa y me abofeteó.
La mirada de Joseph se volvió hacia el seboso y repugnante individuo que acababa de hablar, antes de volver a posarse en la deliciosa mujer que tenía delante. Su pelo era negro y brillante, sus ojos azules y tenía esos pómulos salientes por los que muchas modelos habrían podido matar. El rubor de sus mejillas indicaba que estaba furiosa, muy furiosa.
-Asumo que refuta su argumentación, señorita Stanton.
-sin duda alguna- dijo ella.
-Bien, me gustaría ver algo que pruebe sus argumentos. Señor Roberts, ¿podría mostrarme algún trabajo donde se haga patente la ineptitud de la señorita Stanton?
-Bueno…lo cierto es que de sus trabajos solo conservamos los que ya han sido corregidos. Lo que no vale, se tira.
-¿Y usted, señorita Stanton?.¿Tiene pruebas de las “excesivas confianzas” que se toma con usted el señor Roberts?
-No son solo confianzas- dijo ella. Es acoso. Y lo comete porque siendo el hijo del director sabe que no le va a suceder nada. Todas las chicas lo evitan. Y no, no tengo ningún testigo directo, si eso es lo que me está pidiendo.
Metida en ese pequeño cubículo, no tengo vía de escape ni posibilidad de que nadie lo vea.
El señor Roberts busca siempre el momento en que nadie pueda observar sus acciones. Si me va a preguntar si alguien más podría testificar en su contra, le diré que probablemente no, pues todo el mundo quiere conservar su trabajo aquí.
-Esa es una afirmación algo cínica, ¿no cree?
-Más bien realista- respondió ella.
No iba a dejar que la intimidara con su arrogancia y estaba dispuesta a sacar a la luz toda la verdad. Estaba segura de que el señor director sería capaz de conseguir que al menos una docena de féminas juraran que su hijo estaba cerca de la santidad, pero eso no la detendría.
Todo aquello implicaba que sus días en Jonas Internacional estaban contados, y lo sentía, pues tenía un puesto muy bueno. Pero las cosas estaban así y no pensaba amedrentarse.
-¿Significa eso que no tiene fe en los procedimientos internos de la compañía para solventar este tipo de incidentes?
_____ alzó la vista y la hermosa mata de pelo se agitó con el movimiento. Su aguda observación hizo que se sintiera más vulnerable aún ante el problema, pero era una sensación conocida a la que estaba habituada y que no le costaba ocultar.
-Solo llevo ocho semanas en esta empresa, con lo cual no tengo información suficiente como para emitir un juicio de valor- dijo ella. Luego miró a Derek. Pero sería infantil por mi parte pensar que se va a hacer justicia en un caso así.
-Ya- Joseph Jonas se volvió hacia el otro hombre. ¿Y usted?. ¿Cree que se hará justicia?
-Tengo toda mi fe en los procedimientos de la compañía?- dijo Derek pomposamente.
¿Cómo era posible que Michael Roberts, un hombre que contaba con toda su estima y admiración, tuviera un hijo como aquel?, pensó Joseph. Se levantó irritado por el problema que se le estaba planteando.
Se arrepentía de no haberse dejado levar por su instinto tiempo atrás, cuando Michael Roberts había sugerido la incorporación de su hijo a la compañía. Joseph había considerado entonces la opción de tenerlo en París, lejos de la sombra protectora de su padre. Solo así habría podido estimar la valía real del individuo, y sus valores personales.
No obstante, en ningún momento habría podido imaginarse algo así. Se volvió hacia el individuo en cuestión.
-Queda suspendido de empleo y sueldo hasta que se aclare este asunto.
-Pero…
-No hay “peros”- lo interrumpió el con sequedad. Es la política de la empresa.
-¡Pero no puede creer a esta chica!. No es más que una vulgar mecanógrafa mientras que yo….-se detuvo abruptamente, pero luego continuó. Es decir, mi padre…..
-El será el primero en apoyar una medida justa.
_____ estaba a punto de sonreír cuando notó que la mirada del gran hombre se volvía hacia ella.
-¿Tiene usted algo más que decir, señorita Stanton?- preguntó él.
Confusa y algo desconcertada, se limitó a negar con la cabeza.
Entonces, lo mejor que puede hacer es regresar a su pequeño “cubículo” y escribir un informe con todos los detalles de lo acontecido.
El señor Roberts hará lo mismo conmigo aquí- presionó el intercomunicador y Margaret apareció rápidamente por la puerta, sin duda ansiosa por enterarse de lo que pasaba. Tráiganos café, Margaret. Incluya una taza para la señorita Stanton, si no le importa. Se la tomará en su pequeño “cubículo”.
Estaba claro que no le había gustado el comentario sobre su ridículo despacho. Lo sentía, per9o no había hecho más que llamar a las cosas por su nombre.
_____ salió del despacho y cerró la puerta; luego atravesó el despacho de Margaret y entró en el suyo.
Se sentó ante el ordenador y sintió que el corazón le latía con fuerza. Respiró profundamente para tratar de calmarse.
Miró de un lado a otro el reducido espacio.
Seguía pesando que aquel no dejaba de ser un cubículo diminuto por mucho que al señor Joseph Jonas no le hubiera gustado el comentario.
Margaret apareció un momento después por la puerta.
-¿Qué ha pasado?-le preguntó en un susurró y añadió. He encargado que suban café.
_____ le contó lo sucedió, siempre pendientes de la puerta del despacho del señor Roberts, temerosas de que las sorprendieran hablando.
Encuanto terminó su relato, Margaret le puso una mano en el hombro para reconfortarla.
-Es un tipo repugnante, _____, y lleva mucho tiempo necesitando que alguien le dé su merecido. Yo nunca he tenido ningún problema con él, claro está- Margaret llevaba tres décadas felizmente casada y tenía dos hijos mayores. Pero sí sé de al menos una chica que decidió marcharse de aquí para que no siguiera molestándola. He tratado de hablar con su padre sobre todo eso en varias ocasiones, pero él hace caso omiso a mis insinuaciones. El señor y la señora Roberts perdieron dos hijos en un accidente antes de que naciera Derek y siempre lo han considerado perfecto.
-Espero que, encima de lo que me ha sucedido, no me convierta en el hazmerreír de la compañía.
-No te preocupes, _____.
En ese instante, entró en el despacho anexo una camarera con los cafés y Margaret salió a atenderla.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
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Capitulo 3
Una vez sola, _____ recapacitó con calma sobre la situación y llegó a la calara conclusión de que debía empezar a buscarse otro trabajo aquella misma noche.
Con aquella decisión tomada, se puso a teclear su declaración.
Se concentró en o que quería escribir durante una hora y lo revisó todo con detenimiento antes de mandarlo a imprimir. Luego lo volvió a leer. No había exagerado nada, no le hacía falta. La verdad de los hechos era suficientemente dura de por sí.
-Es muy malo lo que hay ahí escrito, ¡verdad?
_____ alzó la vista y vio al imponente Joseph Jonas de pie delante de ella. Se había quitado la chaqueta de cuero y se había quedado con una sencilla camiseta que marcaba todos sus músculos.
Aunque trató de controlar su reacción, _____ se quedó momentáneamente sin respiración.
Luego, se estiró y trató de recobrar la compostura.
-Júzguelo por usted mismo- le dijo con una dureza impropia de una empleada hablando al jefe supremo.
El se aproximó hasta ella y tomó el informe de sus manos. Se sentó en el borde de la mesa y se puso a leerlo allí mismo.
De pronto, a _____ le pareció que el ya pequeño espacio se hacía insufriblemente diminuto, pues la sola presencia de aquel hombre lo llenaba todo. No podía evitar oler su colonia sutil y cara, no podía dejar de apreciar, no sin claro deleite, el aspecto sensual que le daban los pantalones de cuero negro.
Era, sin duda, un hombre realmente atractivo.
_____ lo oyó maldecir al llegar a la última parte de la declaración y se sorprendió.
Joseph alzó la vista y la miró.
-¿Cómo es que no ha dado parte de todo esto antes?. No me parece usted del tipo de mujer que tenga problemas para expresar lo que piensa.
-Esperaba poder solucionar la situación ocasionando los mínimos problemas.
-Pues no lo ha conseguido.
-No es culpa mía, ¿verdad?- respondió ella con cierta rabia. Aquel hombre impertinente parecía estar acusándola. Quería conservar mi trabajo. Supongo que eso no es un crimen.
-Claro que no, señorita Stanton- afirmó él. Se que lleva en Jonas solo unas semanas.
-Ocho- añadió ella rápidamente. Me va a decir que el señor Roberts lleva aquí mucho más tiempo que yo, pero si no ha habido quejas no ha sido porque no haya dado motivos, se lo aseguro.
-No iba a decir nada de eso- alzó el informe. ¿Me puedo quedar con esto?
_____ asintió.
-Sí, ya está terminado.
Igual que lo estaba ella. Sabía que no le quedaba mucho tiempo en aquel puesto.
Podía ser que ganara aquella pequeña batalla, pero Michael Roberts acabaría encontrando un motivo para despedirla. Además, en aquellas circunstancias, el trabajo se haría más que desagradable.
Joseph Jonas se levantó.
-Le aseguro que desprecio profundamente a los hombres que tratan a las mujeres de este modo, así que puede tener la certeza de que investigaré el caso con total objetividad. La posición de Derek Roberts no afectará al veredicto.
¿A quién quería engañar?. No dudaba de su integridad, y podía creerse que cumpliría sus promesas, pero, en realidad, ese no era el problema real. Lo importante en aquel caso era que el padre de Derek dirigía aquella filial y nadie se iba a enemistar con él. La protección del gran Joseph Jonas no serviría de nada una vez que se hubiera ido.
_____ no era consciente de hasta qué punto su rostro la delataba.
-No me cree, ¿verdad?
-No- respondió ella con toda sinceridad. No tenía sentido mentir. Creo que hará usted todo lo que esté en su mano para averiguar la vedad, pero dudo de que lo consiga. Verá, a todo el mundo le cae muy bien el señor Michael Roberts, y, pro más que les desagrade su hijo, saben lo importante que es para el señor Roberts y su esposa. Además….
Ella se detuvo.
-¿Sí?
-Usted no está aquí la mayoría del tiempo- dijo ella.
-Sí, eso es evidente….lo que significa que mis preguntas habrán de ser confidenciales y no le podré dar al señor Roberts nombres de los implicados, Incluso evitaré darle el nombre de su hijo. El suyo sí, por supuesto.
Estupendo, iba a ser el cordero a sacrificar.
-Vaya- dijo ella, sin poder evitar el sarcasmo en su voz.
Tal y como había ocurrido antes, le leyó el pensamiento.
-Usted no parece comulgar con mi modo de hacer las cosas- dijo él. Lo cual es bastante inusual. Por desgracia, estoy siempre rodeado de gente reverencial que nunca me contradice. Los que lo hacen se pueden contar con los dedos de una mano. reconozco que, en algún momento, podría haberme resultado satisfactorio.
-Pero no ahora, ¿verdad?
El la miró unos segundos sin responder y ella se preguntó si se habría excedido. Pero la sonrisa de él aclaró sus dudas.
-Sí, ocasionalmente, me sienta bien.
¡Vaya!. Aquella respuesta había sido realmente inesperada procediendo de un hombre como aquel. No cabía duda de que estaba siendo un día extraño y en muchas cosas excepcional.
-Margaret dice que su trabajo es más que aceptable- Joseph cambió de tema. Dice que es excelente.
¡Maravillosa Margaret!
-¿Cuántos años tiene?- continuó él.
-Veinticinco, ¿Por qué?- preguntó ella con cierta inseguridad.
A Joseph lo desconcertaba. Era una mujer segura y decidida que, de repente, se mostraba débil y frágil. No lo comprendía y, como todo lo desconcertante, lo perturbaba. Se jactaba de poder captar la personalidad de la gente a primera vista, pero con ella le resultaba difícil. Tenía que confesar que lo intrigaba.
-¿Por qué?- volvió a preguntar ella.
-¿Se ha planteado alguna vez la posibilidad de trabajar en el extranjero?. ¿O tiene alguna atadura que lo impida?
_____ parpadeó sorprendida. ¿Qué tenía que ver aquello con lo sucedido?. El la miraba con cierta frialdad y aquella distancia la ponía nerviosa. Debió notar su inquietud, pues su boca se curvó en una sonrisa cínica.
-¿Y bien?
-No me importaría trabajar fuera del Reino Unido en el futuro- dijo ella con cierta precaución.
-¿Tiene ataduras familiares?.¿Compromisos amorosos?
Las dos últimas palabras dichas en acento francés adquirieron un sentido sensual y sugerente que la hicieron ruborizarse.
-Vivo sola en un piso alquilado y tengo muchos amigos, pero no tengo novio, si eso es a lo que se refiere.
El la miró fijamente.
-Tengo unos asuntos que tratar a los largo del día, pero me gustaría hablar con usted antes de que vaya a casa esta tarde. ¿Se acordará?
-Por supuesto- respondió ella sin permitirse preguntar por que. ¿En el despacho del señor Roberts?.
-Sí.
Dicho aquello se marchó.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
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Capitulo 4
El resto del día resultó un anticlímax. _____ fue a comer con Margaret, como solía hacer, pero la otra mujer se negó a hablar de lo sucedido aquella mañana.
_____ tenía la sensación de que el señor Roberts le había dado instrucciones explícitas de no hacer comentario alguno, o tal vez habría sido el gran jefe en persona.
Se pasó la tarde escribiendo a máquina un largo y aburrido informe, sin poder dejar de atender a cuanto sucedía fuera de su pequeño despacho.
Oyó salir al señor Roberts en un momento dado pero, por suerte, no pasó a verla ni le oyó hacer comentario alguno.
Hubo el movimiento habitual en el despacho de Margaret, pero nada extraordinario.
_____ terminó el informe, imprimió tres copias y grapó cada grupo, poniéndolas en tres carpetas.
Luego se estiró en la silla y se pasó la mano por el pelo, cerrando los ojos y suspirando.
Había intentado no pensar en la reunión que habría de tener tonel señor Jonas. La verdad era que prefería no verlo, ni entonces, ni nunca mas.
¿Cansada?
Ella abrió los ojos sobresaltada y allí estaba él, vestido con un traje gris que debía de ser carísimo. Llevaba la chaqueta sin abrochar y dejaba ver una impoluta camisa color vainilla metida pro la impecable cinturilla del pantalón. era, sin duda, la personificación del prototípico magnate. Así vestido estaba incluso más sexy que con pantalones de cuero
_____ se horrorizó de aquel último pensamiento, así que se incorporó rápidamente en su asiento, tratando de evitar ruborizarse.
-Son casi las cinco y media. Creo que nuestra conversación podría tener lugar durante la cena, ¿le parece?. ¿Está usted libre esta noche, señorita Stanton?
-¿Cómo?- ¿estaba alucinando?. Debía de estarlo. No podía haber dicho lo que acababa de decir.
-Cenar- repitió él con un tono condescendiente casi insultante. Le estoy preguntando si querría acompañarme a cenar esta noche.
_____ se ruborizó aún más. ¿Se había vuelto loco?
Tengo una propuesta laboral que hacerle- continuó él. Pero estoy hambriento y sediento, y me parece que sería más agradable hablar con una buena copa de vino delante. Si está libre, la puedo acompañar a casa para que se cambie. Tengo una mesa reservada para las siete.
Ella lo miraba totalmente anonadada. Pero, después de recapacitar, se preguntó para quién habría hecho realmente aquella reserva. Un hombre como él seguro que no cenaba nunca solo. Sin duda, había tenido algún percance con su acompañante y ella no iba a hacer más que rellenar el hueco.
Trató, no obstante, de mantener la calma.
-No entiendo, señor Jonas. ¿Me ha dicho que tiene una propuesta laboral que hacerme?
-No me diga que no ha estado todo el día pensando en buscarse otro trabajo.
Ella se quedó boquiabierta y trató de salir airosa de aquella situación. Si confirmaba sus sospechas, se vería fuera de la compañía antes incluso de lo que ella había imaginado. Jaques Jonas era el tipo de jefe que exigía total lealtad.
-¿Qué le hace pensar eso?- respondió ella.
-Buena salida, señorita Stanton- dijo él en un tono grave.¡ Aquel hombre era imposible!. Bien, le daré diez minutos para terminar lo que está haciendo y luego nos dirigiremos a su apartamento, ¿de acuerdo?
_____ pensó en todas las razones que hacían necesario un “no” a tan ridícula invitación pero, al parecer, no fueron suficientes.
-Gracias, señor Jonas. Estaré encantada de cenar con usted y oír esa propuesta que me quiere hacer.
-Excelente- él la miró fijamente antes de salir.
NO habían pasado ni dos segundos de su partida cuando Margaret irrumpió en el pequeño despacho.
-¡No puedo creerme lo que acabo de oír!- le susurró. He trabajado para el señor Jonas durante años y he visto muchas mujeres tratando de cazar al gran jefe y él jamás se ha dignado a mirar a ninguna de ellas. Además, siempre mantiene lo profesional y lo personal muy separado.
-Esta cena es de trabajo- dijo _____ totalmente avergonzada. Me ha hablado de una propuesta laboral. Supongo que ha llegado a la conclusión de que no puedo permanecer aquí después de lo sucedido esta mañana.
-¿Eso es verdad lo que te ha parecido a ti?
_____ asintió.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
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Capitulo 5
-Supongo que sí. De ser otra su intención, no me habría hecho la invitación de un modo tan evidente y público, ¿no crees?
Margaret la miró fijamente y su instinto maternal le dictó una advertencia.
-Ten cuidado, _____. Joseph Jonas es un reconocido mujeriego que no quiere ataduras. Sus parejas suelen ser iguales que él: mujeres profesionales y sofisticadas a quienes no les interesan las responsabilidades de una casa y una familia.
-Margaret, solo me va a hacer una propuesta laboral- dijo ella, algo perpleja. Tengo la sensación de que cree lo que digo sobre Derek Roberts. Por eso se ve obligado a darme opciones. Eso es todo.
_____ no podía dar crédito a lo que Margaret sugería: ¿Joseph Jonas y una mecanógrafa?. Era impensable.
-Espero que tengas razón- dijo la mujer. Pero no olvides lo que te he dicho.
-Me lo ha propuesto casi delante de ti. No habría hecho algo así de no ir completamente en serio con lo del trabajo, ¿verdad?- preguntó _____, pero Margaret se limitó a encogerse de hombros y a enarcar las cejas. De acuerdo, te prometo que tendré mucho cuidado y te mantendré al día de todo lo que suceda. Aunque estoy segura de que te preocupas innecesariamente. NO obstante, te lo agradezco.
La mujer sonrió cálidamente.
-Supongo que piensas que soy un poco quisquillosa. Pero, aunque hace pocas semanas que nos conocemos, te considero mi amiga, y el hecho de que no tengas familia creo que te hace….
-¿Vulnerable?- terminó _____.
Margaret asintió.
-Créeme, Margaret, no soy vulnerable- dijo _____ .Llevo cuidando de mí misma desde que era una niña porque sabía que nadie más iba a hacerlo. Además, el ir de casa de acogida en casa de acogida hasta los dieciocho años me ha dado mucha fuerza.
-¿Me estás diciendo que eres una chica dura?- su tono fue tan incrédulo, que _____ se rio.
-Al menos no soy fácil de manipular. Y te aseguro que todavía no ha habido ningún hombre que me haya empujado a hacer algo que no quería.
-pero no conoces a Joseph Jonas…
en ese instante sonó el teléfono y Margaret tuvo que salir a toda prisa.
_____ se quedó unos instantes pensativa.
Era cierto que la secretaria del director y ella se habían compenetrado muy bien desde principio, desde la entrevista que ella misma había llevado a cabo. Tenerla cerca le había dado seguridad y la esperanza de que, en pocos años, podría ascender, llegando a una posición razonable con un sueldo más que digno. No le daba miedo trabajar duro, muy al contrario, le gustaba, y no tener obligaciones en casa facilitaba que se pudiera quedar hasta tarde.
Sus advertencias se quedaron rondando los pensamientos de _____ mientras recogía su escritorio y apagaba el ordenador. Cerró los archivos con llave antes de cruzar el despacho de Margaret, que seguía hablando por teléfono.
En ese mismo instante, apareció Joseph Jonas.
-¿Ya está lista?- le preguntó él.
Ella asintió. El la tomó del brazo y salieron al corredor.
Una vez en el ascensor, ella no hizo más que buscar durante todo el trayecto un tema de conversación que suavizara la tensión, pero su mente estaba en blanco. Agradeció los años de entrenamiento que le habían enseñado a ocultar sus sentimientos.
Se vio en el espejo y su reflejo le devolvió la imagen de una mujer de mediana estatura, delgada y joven, con ojos azules y mirada fría. Aquella apariencia distante era una barrera que había levantado cuidadosamente a lo largo de los años.
-Nos espera un taxi en la puerta- dijo él al llegar abajo, y añadió. Su apartamento esta en Battersea, ¿verdad?
-Sí- respondió ella sorprendida. ¿Cómo sabía eso?. ¿Se lo habría preguntado a Margaret o lo habría mirado en su ficha personal?. Estaba segura de que se trataba de lo segundo.
-Nuestro restaurante, Lemaires, está en Chelsea, así que os viene bien- dijo él
Pero ella no estaba tan segura de eso,. La idea de tener a Joseph Jonas en esa pequeña habitación de alquiler a la que ella llamaba “apartamento”, le resultaba tremendamente incómoda. Que la esperara abajo en el taxi aún lo era más.
Abandonaron el fresco edificio refrigerado y una ráfaga de aquel aire cálido de mayo les golpeó la cara. Ella inspiró profundamente antes de hablar.
-Si lo prefiere, puede esperarme en el restaurante mientras yo me visto, señor Jonas.
-Esa es una manera cortés de hacerme saber lo que prefiere, ¿verdad?- dijo él, y ella sintió la mano que la sujetaba demasiado fría y demasiado firme. Le enviaré el taxi de vuelta, señorita Stanton. ¿Le parece bien?.
Sin responder, ella se puso a repasar mentalmente el contenido de su armario, pensando en si habría algo digno de un restaurante tan caro como Lemaires. Jamás se había atrevido a soñar con cenar en un lugar en el que los comensales de lo último de lo que se preocupaban era del precio del menú. Menos aún hacerlo sin hábese pasado varias semanas antes buscando el vestido apropiado.
-…Y podremos discutirlo después.
-¿Perdone?- _____ se dio cuenta de que él había estado hablando y ella había hecho caso omiso a su conversación.
Se volvió hacia él y vio que tenía el ceño fruncido.
-Siento haber interrumpido sus pensamientos- dijo él secamente,. Pero estaba sugiriendo que primero nos tomáramos un cóctel, mientras le explico cuál es mi propuesta de trabajo. Después, tendría tiempo de pensar sobre ello durante la cena, para que así pudiéramos discutirlo después.
-Bien, me parece bien- dijo ella rápidamente, tomando repentina conciencia de lo cerca que los obligaba a estar el reducido espacio del taxi.
Podía sentir el calor que había empezado a emanar de su propio cuerpo y trató de controlar la sensación mirando por la ventanilla.
-Hace una noche preciosa, ¿verdad?- murmuró ella.
El tardó unos segundos en responder.
-Sí, lo es. Demasiado hermosa para malgastarla en las calles de una ciudad. Es una noche perfecta para disfrutar del aroma de las flores y ver cómo el cielo limpio se va volviendo plateado; perfecta para ver la luna reflejada en un lago y oír el canto de los cisnes salvajes.
Ella lo miró realmente sorprendida y él respondió a su pregunta tácita con una sonrisa.
-Mi Château es un lugar extraordinario para pasar una noche como esta.
_____ sintió una inexplicable ataque de pánico.
-¡De verdad?- sonrió. Es usted afortunado.
-¿Ha estado alguna vez en Francia, señorita Stanton?
Ella negó con la cabeza. NO había estado en ningún sitio, pero no pensaba decírselo.
Seguro que estaba acostumbrado a la compañía de mujeres que hablaban de sus viajes a Mónaco, a Suiza o al Caribe como algo normal.
-Es un país muy variado- dijo él. Yo tengo un apartamento en París, cerca de la oficina. Pero mi verdadero hogar es el Château. Es un lugar tranquilo en el que uno puede relajarse para seguir con la lucha diaria.
Era curios, pero la imagen de Joseph Jonas no le encajaba con la de un lugar tranquilo.
-¿Pasa mucho tiempo allí?
-No tanto como quisiera-dijo él. En parte por mi culpa. Me resulta muy difícil delegar.
Después de un rato de agradable charla por parte de él, quien parecía haber logrado un estado de relajación inalcanzable para _____, llegaron ante su casa.
Por desgracia, los gatos de su vecina, la señora Gibson, habían decidido tirar el cubo de la basura y esparcir su contenido por la acera. Aunque consideraba a la señora Gibson como una anciana adorable y no tenía problemas en que sus tres felinos hicieran cosas así, aquel día en particular habría preferido que se hubieran abstenido.
_____ salió a toda prisa y se pudo delante de la ventanilla para esconder el desastre.
-No hace falta que mande el taxi de vuelta, señor Jonas. Puedo llamar a otro.
-No quiero oír hablar más de ese tema- dijo él y _____ notó que no la miraba a ella, sino a algo que había detrás. Hay una anciana señora con un “cubreteteras” en la cabeza saludándola, señorita Stanton.
Era de esperar. _____ miró hacia atrás y agitó la mano devolviéndole el saludo.
-Es la señora Gibson. Es una amiga mía- dijo en tono desafiante. Nos vemos más tarde.
-Sí, claro- dijo él en un tono distraído.
Uno de los gatos estaba regodeándose con un trozo de pescado pútrido y la mujer trataba de impedirle el paso.
El taxi partió y _____ se volvió hacia la mujer.
-Traeré un cubo con agua y algún desinfectante para limpiar todo esto.
-¿Lo harías, _____?. Eres un encanto. El señor Bateman ha vuelto a echar sus arenques a la basura. Le dije que a Tigger quitaría la tapa y lo volcaría, pero no me hizo caso. Ese hombre es un idiota.
-Señora Gibson, ¿por qué lleva un “cubreteteras” en la cabeza?- le preguntó ella.
-¡Vaya!. Así que es aquí donde estaba- dijo tocándose la cabeza. Llevo días buscándolo. Como lavé mi gorrito de lana junto con esto, debí confundirme al ponérmelo. Me pregunto dónde estará el gorro, porque no lo he puesto en la tetera.
-No se preocupe, ya lo encontrará- dijo _____ con una gran sonrisa.
Tardó más de diez valiosos minutos en limpiar la calle, después, cerró los cubos de la basura y los aseguró con dos ladrillos que estaban allí para ese propósito, pero que nadie más que ella utilizaba.
Corrió a su cuarto, se duchó en el baño del pasillo con agua fría porque el calentador se había estropeado de nuevo y pronto se encontró delante del armario buscando algo que ponerse.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Disfruten del maraton! espero que les guste! Gracias por comentar chicas :hug: :happy: :hi:
XOXO :(L):
XOXO :(L):
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
me encantaron los caps!!!!!!!!!!!
ya joe le va aproponer trabajo
me encantaaa
ya joe le va aproponer trabajo
me encantaaa
andreita
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
aaahhhh me encanto el maraton!!!!! espero y puedas seguirla pronto!!!
Andrea P. Jonas:)
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
la señora gibson es muy graciosa :risa:
joe le vca a proponer trabajo
me encanto el maraton
seguila!!!
joe le vca a proponer trabajo
me encanto el maraton
seguila!!!
Let's Go
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
siguelaaa!!!! quiero saber q pasa en la sena!!!!!! siguela pronto por favor!!!!
Andrea P. Jonas:)
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Capitulo 6
Tenía algunas cosas bonitas según su punto de vista, pero no sabía si eran realmente adecuadas para un lugar como Lemaires. Lo dudaba. No obstante, se decidió por el vestido negro con aquellos zapatos de tacones de vértigo que se había comprado como premio pro haber entrado en Jonas. El chal de Versace que había conseguido en una tienda benéfica completaría el atuendo.
Miró por la ventana antes de maquillarse y vio que el taxi ya estaba allí. No tenía tiempo de recogerse el pelo. Así que se contentó con ponerse un poco de rimel y carmín, y un toque de perfume en las muñecas. Unos pendientes de plata y una pulsera a juego fueron el toque final.
Se quedó mirándose en el espejo durante un minuto o dos. Nunca antes había sentido tanto miedo.
-Míralo de este modo- le dijo a su reflejo.
Tienes mucho que ganar y nada que perder escuchando lo que tiene que proponerte. Ya habías decidido que no ibas a poder quedarte en Jonas Internacional. Puede que te haga una oferta interesante.
Lo único que tendría que hacer era escuchar y sopesar los pros y los contras.
Algo más tranquila, agarró el bolso y se puso el chal sobre los hombros como si fuera a una batalla en lugar de a una cena. Así era como se sentía.
Joseph la vio nada más entrar. Llevaba un rato observando la puerta. Se levantó de inmediato cuando, acompañada del camarero, llegó hasta él.
-Gracias, Claude. Quizás podrías prepararle uno de tus deliciosos cócteles de champán a la señorita Stanton.
-Espero no haberle hecho esperar demasiado, señor Jonas.
-No, no se preocupe- respondió él en un tono agradable y se acomodó relajadamente en su asiento.
_____ envidiaba aquella capacidad para tomarse la situación con calma. Ella estaba tan tensa como la cuerda de un piano.
-Creo que podríamos ser un poco menos formales y tutearnos. Mi nombre es Joseph, como ya sabes. El tuyo es _____, como el árbol típico de Navidad, ¿verdad?. Un nombre poco común incluso para alguien que ha nacido en diciembre.
Aquello lo confirmó que había estado mirando su ficha y, aunque se lo había imaginado, se sintió mal. Joseph Jonas querría todos los detalles de su vida antes de hablar de su oferta de trabajo.
-¿Fue elección de tu madre o de tu padre?
-De ninguno de los dos- dijo ella escuetamente y decidió cambiar radicalmente de tema. Es muy amable por su parte invitarme a cenar, señor Jonas, pero realmente no era necesario.
-Sí lo era, y me llamo Joseph- dijo él mirándola intensamente y continuando con la conversación que había iniciado. Si no fueron ni tu madre ni tu padre, ¿quién lo eligió?
-La enfermera de la maternidad en la que me abandonaron- respondió ella con sequedad.
El no hizo ninguno de los comentarios que la gente solía hacer cuando les contaba su historia.
-Un comienzo duro- se limitó a decir.
-Lo fue.
-¿Encontraron a la mujer que te había traído al mundo?
Se alegró de que no llamara a Ángela Stanton “tu madre”. Hacía mucho que había comprendido que la vinculación biológica no hacía de alguien madre o padre.
-Sí- respondió _____. Mi madre ya tenía tres hijos más antes que yo, todos de padres diferentes. No quería una cuarta. Después de que la localizaran, vino a visitarme en un par de ocasiones, según me dijeron, pero nada más. Luego, cuando yo cumplí los veintiún años, tuvimos un breve encuentro. Me contó que mi padre era un hombre casado con el que había tenido una corta aventura. No me dijo su nombre y yo no se lo pregunté. Mis otros hermanos también acabaron en centros de acogida en diferentes puntos del país. Tuvo dos más después de mí.
De pronto, Joseph sintió deseos de besar aquella boca que trataba de controlar el temblor del labio inferior. La intensidad del sentimiento lo desconcertó.
-Lo siento mucho, _____.
Ella se se encogió de hombros y él se dio cuenta de que aquel gesto encajaba perfectamente con la ilegible expresión de su rostro.
-Son cosas que pasa- dijo ella. Mucha gente sufre más.
Su rostro se iluminó en el momento en que vio aparecer al camarero con los cócteles.
Estaba claro que no le gustaba hablar de sí misma y, probablemente, tampoco le gustaba él.
Joseph sintió que el pulso se le aceleraba y no sabía si la sensación que lo acuciaba era deseo, emoción, curiosidad, o una mezcla de todo.
Tomó control de la situación, levantó la copa y propuso un brindis.
-Por una cena excelente y una buena botella de vino.
_____ se rio.
-Es un brindis un tanto frívolo.
-Puede- dijo él. Pero la frivolidad está llena de placeres nada despreciables.
-Eso también es verdad- reconoció ella. En tal caso, brindemos por la cena y el vino.
Chocaron ligeramente sus copas y bebieron. El cóctel estaba delicioso, pero _____ podía notar cómo las burbujas se le subían directamente a la cabeza. No había comido nada desde el sándwich mediodía. Así que decidió que era hora de entrar en el tema de la noche antes de que el alcohol pudiera reducir sus reflejos.
-Según me has dicho, ibas a hacerme una propuesta de trabajo.
-Luego- dijo él. Ahora necesitas relajarte un poco.
Ella discrepaba radicalmente. No consideraba que necesitara relajarse, sin más bien lo contrario: mantener las defensas bien altas. Empezaba a pensar que Margaret tenía razón y que o debería haber aceptado la invitación.
-También me gustaría que dejaras de mirarme como si tú fueras Caperucita Roja y yo el Lobo Feroz- añadió Joseph suavemente y ella sintió un escalofrío. Me gustaría que me hablaras de la señora Gibson, la que hemos visto al llegar a tu apartamento. ¿son todos tus vecinos tan pintorescos?
-Lo primero, me gustaría aclarar que no tengo un apartamento. Realmente es solo una habitación- confesó _____ después de un fortalecedor sorbo de champán. En cuanto a la señor Gibson, es una anciana maravillosa y excéntrica.
Se quitó lentamente le chal y notó que él seguía el movimiento con los ojos, hasta posarse en sus hombros blancos y deslizarse por su escote en busca de sus senos.
Levantó la vista sin tratar de fingir que no había estado mirando.
-Estás muy guapa, _____.
Quizás fura el acento francés, o el romanticismo del entorno y la situación, o, simplemente, su necesidad de ocultar lo alterada que se sentía, lo que le hizo soltar una ligera carcajada.
Pero, en cualquier caso, a él pareció no gustarle.
-¿Te hago gracia?- preguntó en tono gélido.
-No, claro que no.
-Pues algo te ha provocado risa.
Ella lo miró fijamente y sintió la necesidad de rebelarse contra su autoritarismo.
- Es Todo esto- dijo ella señalando el entorno. Me resulta irreal. No obstante, es muy agradable….
-Vaya, gracias- dijo él en tono sarcástico.
-Lo digo de verdad. Es un lugar perfecto para una invitación- sus comentarios no parecían sino estar empeorando las cosas.
Aquel hombre había hecho el esfuerzo de llevarla a aquel restaurante en el que todo era estupendo y maravilloso. Debía estar agradecida. Sin embargo, todo el mundo parecía tomarse aquello demasiado en serio. _____ llevaba toda su vida aprendiendo a no tomarse demasiado en serio nada, ni a nadie….
-Así que no estás acostumbrada a que te saquen a cenar, a que te malcríen, a pesar de ser tan hermosa- dijo él, en una libre interpretación del comentario de ella. ¿Qué problema tienen los hombres en Inglaterra?
_____ lo miró anonadada, sin dar crédito a lo que pensaba estaba sucediendo. ¿Joseph Jonas estaba flirteando con ella?. Joseph Jonas. Nada en su vida la había preparado para enfrentarse a una situación así. Una de sus reglas había sido mantenerse alejada de los hombres, evitar su proximidad, que la tocaran. Por eso la actitud de Derek Roberts le había resultado tan desagradable, pero también tan fácil de identificar y combatir.
Joseph Jonas era infinitamente más peligroso y ambiguo.
Continuara
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
me encanto
joe le d cumplidos muy bueno
jaja sigela
joe le d cumplidos muy bueno
jaja sigela
andreita
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
Ame el maraton, amo la novela! Siguela lo mas rapido posible! (:
Ed Sheeran
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
HOOOOOOOOLA :D
NUEVA LECTORA ! SIGUELA ME ENCANTO !
NUEVA LECTORA ! SIGUELA ME ENCANTO !
locasxjonas
Re: Amor en París [Joe&tu] [Adaptacion] [Terminada]
joe es tan lindo
me encanto el cap
seguila!!!
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seguila!!!
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