Almost inhuman hearts.

Ayer murió una compañera mía del colegio de toda la vida. Una lástima. La vida se ha llevado a una chica de 22 años, simpática y luchadora. Una chica que desde que nació estuvo peleando por vivir. Una chica que nació con problemas de corazón, y que hacía 10 meses la habían operado y le habían puesto uno nuevo. Ni un año le aguantó el corazón. Murcia perdió ayer una mujer luchadora, una mujer fuerte y siempre feliz por lo poco que tenía y lo mucho que ofecía.

Toda la mañana en el trabajo he estado reflexionando, y he llegado a la conclusión de que por ser jóvenes nos creemos que nos comeremos el mundo. Que somos invencibles y que podemos con todo. Y cuando me enteré de la noticia se me cayó el alma a los pies porque me di cuenta, que da igual la edad que tengas, la muerte está detrás de todos. Y lo peor de todo, no sabemos cuando llegará nuestro momento. Por eso mismo hay que vivir el día a día, hay que disfrutarlo.

Ella murió sin conocer el amor. Sin haber viajado. Sin verdaderas amistades a su alrededor por estar gorda y no poder hacer lo que quería como el resto de los jóvenes. Murió sin haber vivido, solo luchado. Murió el día que nació con un corazón destrozado, por haber sido buena persona con otras que no lo eran tanto con ella. Murió sin saber lo que era la sensación de hacer lo que quieres porque no podía con sus problemas. Porque estaba más tiempo metida en un hospital que disfrutando de sus jóvenes años. Y solo hago más que pensar: ¿estoy disfrutando yo de lo que hago? ¿Si muriera mañana, moriría feliz por la vida que he llevado? Y respondo: No. Porque me he cohibido en muchas cosas, me he prohibido muchas cosas por hacer feliz a otras personas. Por temor o por falta de tiempo y/o dinero. Y lo siento, lo siento mucho pero no quiero morir como ella. Sin experimentarlo todo. No quiero que llegue mi día y piense, podría haberlo hecho mejor. Podría haber disfrutado más de los pequeños momentos.

Así que, a partir de hoy. Me alzo con fuerza en mis piernas, en mis brazos y en mi corazón y prometo no volver a fallarme a mí misma nunca más. Vivir la vida como yo quiera y como yo la disfrute. Porque el último día de mi vida en La Tierra, con mi último aliento en la boca quiero decir: Lo conseguí, he disfrutado de mi paso por aquí. Y he vivido. Con las cosas buenas y con las malas que se me han puesto por delante. No me he callado ante nadie, he ido donde he querido y he hecho las cosas que quería en ese momento. Y no me arrepiento. Porque ha sido mi vida y la he vivido al máximo como he querido.

Así que, a todas las que estáis leyendo esto quiero pediros una cosa: por favor, no dejéis de vivir por otras personas. Si estáis estudiando algo que no os gusta, dejadlo. Si estáis con un chico que os he infiel solo porque creéis que lo queréis, dejadlo. Si estáis en un trabajo que no os gusta esperando la oportunidad de salir de ahí, dejadlo. Porque solo tenemos una vida, y si la pasamos esperando las oportunidades o la suerte. Si la pasamos haciendo lo que no nos gusta por miedo o por influencias, mal. Significa que no estamos viviendo de verdad.

Solo decir que hoy me he dado cuenta que no soy tan invencible como me creía. Que puedo morir mañana, o dentro de unos años, o con 80 años. Y una vez que La Muerte nos llega, no hay marcha atrás. No hay más tiempo para disfrutar. Para reír, llorar, sufrir o ser felices. Porque de eso consiste la vida, en pasar cosas buenas y malas. En aprender y ver las lecciones que nos intenta dar la vida. Y ayer aprendí una muy grande.

DESCANSA EN PAZ, NOELIA. AYER ESPAÑA PERDIÓ UNA VERDADERA LUCHADORA, UNA MUJER DE LOS PIES A LA CABEZA QUE INTENTÓ CON TODAS SUS FUERZAS VIVIR. UNA CHICA QUE SIEMPRE TENÍA UNA SONRISA EN LA CARA, Y QUE A PESAR DE TODOS SUS PROBLEMAS, CONSIGUIÓ SACARSE LOS ESTUDIOS DE LO QUE QUERÍA. CONSIGUIÓ TENER UN ÚLTIMO VERANO DE PUTA MADRE Y TUVO UNOS PADRES QUE LA AMABAN.