Heroes. (Colectiva)

"Socializar" esa palabra no deja de perseguirme desde que  roomie me lo dijo esta mañana. No soy una persona sociable, prefiero ser de los que trabajan solos a su manera. A veces me pongo a pensar, ¿Cómo sería yo si fuera más abierto con las personas? Tal vez terminaría siendo como Zabdiel o Shane, yendo por la vida con la frente en alto flirteando con las chicas, o peor como los Maximoff, que nunca saben cuándo cerrar la boca. Y he estado oculto entre las sombras viendo sus actitudes. Tengo la ficha de la mayoría de estos niños, sobre todo los dioses.

En fin, Andrew insistió con que lo considerase mi amigo, si necesitaba hablar. Creo que se tomó muy enserio el papal de roomate. Debo hacer una queja con respecto a eso, nota mental: hablar con Potts sobre mi compañero de cuarto.

Me encontraba en el gimnasio, hable con algunas personas de staff para que me pusieran las dianas de tiro, desperdicio mi tiempo practicando en vez de estar ‘socializando’. Y no es que no quiera hacer amistades, aunque no quiero realmente, sino también es que quiero ser el mejor. Al ser un chico que carece de poderes extraordinarios como todos, sólo uso un arco y flechas, impresionante. Agradezco que me considerasen para ser parte de este proyecto, el Jonathan de 16 años lo hubiera rechazado pero el de ahora no, quiero enorgullecer a mi padre, principalmente.

No hay una razón puntual del porque soy introvertido y reservado, mi padre es igual aunque mi tía me contó que luego de conocer a mi madre, él cambió, pero ahora que ella ya no está con nosotros debo admitir que ya no es como solía ser. Intento ser cálido con las personas y no sonar hostil pero no sale, parece que hablo con sarcasmo lo cual es peor.

La articulación escapulo-humeral aún me duele, el simulador me destruyo, tuve que parar y dejar de luchar para que no pasase a mayores, pude haberme dislocado el hombro y sería peor. Me enviarían a casa. Con suerte las drogas y las vendas están haciendo efecto y puedo vivir tranquilo.

Tome una flecha, respire profundo, llevo un pie delante de otro en posición lateral, gire mi cabeza visualizando el centro. Ubiqué la flecha, centralizándolo con el arco, volví a tomar aire conteniéndolo esta vez, solté la flecha junto con el aire en mis pulmones. La flecha llego al centro, a la circunferencia de 9 puntos. Mierda.
Volví a intentarlo, esta vez nada de suerte. 8 puntos. ¿Qué me está pasando?

Otro intento. La flecha llego a 6 puntos. Maldecí.

Me preparaba para otro intento, cuando un dolor punzante me atravesó la articulación del hombro. Tal vez las drogas no fueron tan efectivas, en estos momentos solo quisiera tener la habilidad de Andrew de curarme rápido.

Como por inercia solté el arco, con el otro brazo froté la zona dolorida. Me deshice del buzo que traía puesto, solté un gruñido, abajo tenía una musculosa blanca, deshice la venda de tela para rehacerla ajustándolo mejor.

Estaba concentrado, tanto que no noté la presencia de alguien más en el gimnasio. Si no fuera porque escuche 
que chocaban sus pies contra el suelo. Voltee y me cruce que el rostro de Vanessa, la hija de Thor. Sostuve su mirada esperando que dijese algo, pero no dijo nada, su mirada parecía perdida.


— Oye, es una práctica privada.— Señale un poco molesto.— ¿Se te ofrece algo?— Pregunté al ver que ella seguía en la misma posición.— Hola. — Agite mi mano frente a ella, parpadeo unos segundos.
— Lo siento, trataba de ocultarme de alguien y creí que este era el lugar perfecto.— Su voz sonaba desinteresada, un poco molesta al mencionar que se estaba ocultando.— Se supone que tenemos día libre, ¿Qué rayos haces aquí?
— ¿No es obvio?— Levante el arco del suelo, solté un quejido. Ella sonrió de lado.
— Sería más obvio si todas las flechas en la diana estuvieran en el centro, si no puedo decir que estas solo fanfarroneando por ahí.— Me hizo un gesto apuntando a la representación de mi fracaso del día.
— Es mejor que estar quejándome por ahí o encerrado en mi habitación o deambulando por los pasillos como un maldito stalker.— Bam! Eso no se lo esperaba seguro.
— ¿Stalker? ¿Disculpa?— Preguntó ofendida.
— Oye, nunca me referí a ti.— Solté una carcajada.
— Bien, pero solo para aclarar me estoy ocultando de alguien.— Me advirtió apuntándome con el dedo, sentenciando sus palabras.
— Eso ya lo dijiste, niña.— Descanse todo mi peso en un pierna.
— No soy una niña, sabes que podría derribarte en un dos por tres.— Me miro de pies a cabeza. Creo que hay otras intenciones tras esa mirada.
— Lo dudo.— Negué.
— ¿Acaso no sabes quién soy?— Llevo sus brazos a sus caderas, escuche un trueno a la lejanía, supuse que lo provocó ella ya que según me fijé mi teléfono hoy estaría soleado.
— Impresionante, chica del rayo pero no podrías contra esto.— Tan pronto terminé de hablar apunte hacia ella con el arco, solté la flecha y observé como esta pasó por su cabello ondulado rozándole su pálida piel. Ella se exaltó ante la proximidad. Sin pensarlo lancé otra pero esta vez ella la detuvo con la mano. Sus ojos me desafiaban.
— ¿Te consideras rudo, niño bonito?— Su tono drásticamente cambió a uno más juguetón.
— ¿Niño bonito? ¿Siempre dices los que piensas?— No tenía tiempo con sus palabrerías. Su rostro mostró sorpresa a lo que dije, como si mi flecha se hubiera clavado en un punto débil.
— Yo— Titubeó. La confianza que llevaba se le fue, el remordimiento me cayó, tal vez no debí ser tan brusco. Suspiró.

Un silencio de incomodidad nos invadió.

— Disculpa mi actitud fría, no suelo entablar conversaciones con muje…— Me corte a mí mismo, pensando en otra palabra.— Personas en general.— Una sonrisa maliciosa apareció en su rostro, seguro se dio cuenta de lo que iba a decir, mierda.— Cada vez que entablo una conversación, los otros creen que los estoy atacando, pero no es así.— Una pequeña risa nerviosa junto con una mueca saliendo de mis labios.

Ella solo prestó atención a lo que dije, asintió. Abrió la boca para decir algo pero mi teléfono sonó, desconcentrándonos a ambos. Corrí hasta mi bolso, lo tomé del bolsillo de mi buzo, era un aviso, la hora de rutina ya había terminado. Cuando voltee ella seguía ahí parada. Expectante a mis futuras acciones.

— Bien, la hora de práctica terminó, me tengo que ir.— Anuncié, seguido me volví a poner el buzo. Tomé mis cosas pasando a lado de ella.— Nos vemos alienígena. — Toque su hombro con mi palma. Antes de salir por el umbral me detuve.— Oh si realmente te escondes de alguien, considera ir a un lugar más alejado que un gimnasio donde hay cámaras. — Apunté a los aparatos en cada esquina. Sonreí, recibiendo como respuesta su cabeza negando con una sonrisa. 

En mi camino a los dormitorios a higienízame estaba pensando en el tema de socializar, ¿debería ser más comunicativo? Al menos con mi compañero de habitación, sí. De hecho creo que voy a retirar la queja de cambio de habitación. Se va a sorprender Andrew cuando le diga que no planeo mudarme. Durante el poco tiempo convivido noté que un chico de sentimientos, pese a que su físico que demuestra otra cosa, es apasionado.


Me encontraba disfrutando de una buena lectura, mi compañero disfrutando de escuchar música con audífonos, él y yo estábamos en silencio, y me parece más que perfecto. Pero como dicen las buenas cosas no duran, me sobresalté cuando vi que Josephine se escabullía en la habitación. Ambos notamos su presencia, su rostro semejaba felicidad, no tenía ganas de preguntar por qué pero Drew si lo hizo. Por un momento fingieron que no estaba y comenzaron a hablar entre ellos, si mal no escuche al parecer ella consiguió a alguien para que la ayudase con el control de sus poderes.

Si piden mi opinión, no creo que sea necesario, este lugar te proporciona de todo para la práctica de tus poderes, porque seamos sinceros la mayoría aquí tuvo problemas el primer día, inclusive yo. Intuí otro tipo de idea cuando Drew cuestionó lo mismo que pensé. El chico tenía que sea atractivo.

— No puedo creer lo que estoy escuchando.— Bufó el castaño.— Oye, Jon.— Llamó mi atención.— ¿Puedes creer que esta chica, “mi amiga” fijo un cita de practica con él chico este— Frunció el ceño tratando de recordar el nombre.— Luka Maximoff?— Me miró esperando un respuesta, abrí mi boca pero me interrumpió.— Sólo para aclarar ambos poseen telequinesis.— Acotó con una mueca desagrado.
— Yo creo que si no hay otra intención tiene derecho.— Levante los hombros mostrando desinterés en el tema. Drew me miro y soltó una carcajada.
— ¿Otra intención? No hay otra intención que el querer dominar mi poderes.— Su voz sonaba indignada, pero su rostro ocultaba un sonrisa. Estaba mintiendo, me di cuenta al instante.
— Jon eres un genio, por supuesto que hay otra intención.— Volvió su mirada a ella, llevó su mano a su mejilla.— Jo te conozco muy bien como para saber que ese chico te interesa.— Lo fulminó con la mirada quitando con fuerza la mano de su amigo. Lo pateó con el pie, iniciando una pequeña pelea de almohadas entre ellos.


Tres capítulos después, y dos temas en la charla de Jo y Drew, se hizo las diez de la noche, nos habíamos saltado la cena. Aunque después me arrepentí de seguirles la corriente cuando mi estómago reclamo la falta de sólidos.

Una vez Jo se fue, me tomé la libertad de ir a la cocina por algo para comer, dejando a un hambriento Drew.

La mayoría de la luces ya estaban apagadas. Me sorprendió el sistema de seguridad que había en cada puerta. Tuve que ingresar mis huellas digitales y mi nombre en la entrada de la cocina. Que rayos, me reí ingresando a esta. No me sorprendería si ahora una voz dice “bienvenido Jonathan Queen” no ocurrió, pero hubiera sido genial.

Debo ser el único levantado, me fije la hora en mi reloj, este señalaba las 12:30 am. El sándwich no sabía tan mal como creí, no soy un chico de cocina, es más la única que vez que cociné no me fue tan bien, queme la comida. Me quedé sentado en la isla disfrutando mi comida, sé que después no podré dormir pero hasta este punto yo sólo quiero comer.