Heroes. (Colectiva)

Después de comentario de Enoch y su salida del comedor, me gire hacia el castaño.

—Estoy segura de que no lo dijo enserio —Y después recordé lo de la tarde anterior—. O tal vez si, ¿Qué importa?

Y sin darle importancia, me gire hacia mis primos, que miraban con clara confusión el intercambio. Por el rabillo del ojo, vi la expresión dolida de Luka, y sin decir más, se levantó de la mesa, y al igual que Enoch, salió del comedor sin dar una mirada atrás.

Continué picando y revolviendo la comida frente a mi hasta que sentí una mano sobre la mía. Levante la vista y Zab me miraba con… ¿Compasión? ¿Pena? No sabría decir, pero era claro que no venía al caso.

Vanessa se dio cuenta de ello y lo golpeó en el brazo como señal. Zabdiel retiro su mano de la mía para sobarse la zona afectada.

—Es un idiota. —Comentó Vanessa, con el tenedor a medio camino de su boca. — Son unos idiotas.  Todos aquí lo son.

Reí levemente y asentí, dándole la razón. Ella me dedico una mirada diciendo “¿Estas bien? “a lo que solo asentí y seguí comiendo. Era una platica de la que no me salvaría.




Extrañamente, parecía que en Nueva York siempre era de noche, no se si se debía a la contaminación o los altos edificios que tapaban la luz natural. Eran momentos como estos, en los que le daba la razón a Enoch. Durante los últimos días parecía que la ciudad era más gris a comparación del dorado y alegre Reino. Pero en el fondo, sabía que no era necesariamente la ciudad, más bien, era yo quien lo veía de esa forma.

No era la primera vez que sentía celos. La primera vez que había pasado, había sido seguido por un corazón roto para mi y una nariz rota para él, cortesía de Enoch y una amenaza de muerte, cortesía de Vanessa. Desde esa vez, había decidido cerrar a las personas de mi vida y solo abstenerse a una que otra aventura con un par de personas.

Fuera de eso, a veces sentía que no pertenecía aquí. La Tierra. La Torre, para ser más específicos.

Si bien había vivido en Midgard por 10 años, las personas no conocían mi origen, quien era mi padre. Y cuando llegué a Asgard todos se mostraban respetuosos hacia mí, pero cuando crecí y mostré mi lado Lokidottir, todos cambiaron su actitud. Se mantenían lejos de mí, esperando que en algún momento me volviera cruel como él. Algunos otros solo se acercaban a mí por interés, miedo, qué se yo, pero lo había permitido y por un buen tiempo me había convertido en lo que los demás decían de mí.

¿Lo disfrutaba? Si. Por un momento comprendí lo que sintió mi padre a ser despreciado por Odin, por los guerreros, por la humanidad. Y también comprendí lo que el sintió al manipular a todos para su beneficio. Se sintió bien ser superior a ellos… Por un breve momento.

Al momento de mi intervención, ya era muy tarde. Había dejado una impresión cuyas consecuencias me perseguirían hasta la fecha.

Es por eso, que, al estar con Luka, sin miradas sospechosas o comentarios que pensaba que no escucharía, me había hecho sentir bien por un momento.

Ya era tarde, lo sabia por el inusual silencio en la sala de entrenamiento. Tal vez mi usual compañero, Jonathan Queen, no era muy locuaz pero el zumbido de sus flechas me hacía contenerme a no perforar un hoyo en el saco de boxeo o lanzar una espada a través del cuarto. Pero esta vez tenia demasiado en mi cabeza. No lo resistí.

Golpee el saco por ultima vez y este voló hasta el otro lado de la habitación, la arena esparciéndose también.

—Te daré un 8 —Esa voz era completamente familiar e irritante—. El cabello tiene que ser rubio y los ojos azules. Y la técnica…

—Si bueno, no soy tu padre, Rogers. Y mi técnica es perfecta, muchas gracias. —Sin girarme, me quite las vendas de las manos y quite mechones rebeldes de mi rostro sudado.

—Tu técnica es impresionante en combate cuerpo a cuerpo, no lo negaré. Pero el brazo lo extiendes completamente. Si haces eso…

—Lo tengo, gracias —La corte para evitar una lección innecesaria sobre como liberar mi ira y enojo—. ¿Qué haces despierta? ¿No deberías dar un buen ejemplo al resto del “equipo” al dormirte a las 8 y tener nuestras 8 horas de sueño diarias? —Tomé un sorbo de mi botella de agua y me senté para guardar mis cosas en la pequeña mochila. Ella se movió del marco de la puerta y se sentó junto a mí.

—Muchos pensamientos, supongo. ¿Tu?

—Creo que igual. Y hay mucho ruido para poder dormir bien.

—Te acostumbras en algún momento. —Asentí ausentemente.

—¿Podrá ser que tus pensamientos sean sobre cierto rubio que tiene mas músculos que cerebro y que tiende a decir o hacer cosas fuera de lugar?

—Tendrás que ser un poco mas especifica. Ya sabes, rubio, mas musculo que cerebro puede definir a varios aquí —Carcajee, dándole la razón—. Como sea… —Se detuvo, como si pareciera estar eligiendo sus próximas palabras— ¿Por qué piensas que… Él te dijo algo?

Sonreí para mí y decidí hacerme la loca por un rato y ver que tan lejos llegaba la castaña.

—¿Quién?

Se ruborizo ligeramente y bajo la cabeza musitando un “Zabdiel”. Sin dejar que me viera, sonreí más.

—No te escuche ¿Quién?

—Oh vamos, Lena. Se que no te agrado, ¿Pero realmente tienes que ser tan cruel?

Tal vez no lo había dicho en ESE sentido, pero dado que estaba MUY sensible en cuanto al tema, me levante de golpe, tomando la mochila en una mano. Mi acción hizo que Rogers casi cayera de espaldas del banco.

—¡Espera! Lo siento. Yo… No.

—Ahórralo, Rogers. Lo sé, se que “no lo decías en serio” —Hice comillas con mis dedos para enfatizar—. Pero se que realmente lo piensas. Todos aquí lo hacen y no tengo tiempo para aguantar más…

—REALMENTE NO LO DECÍA ENSERIO, LENA. Solo… —Suspiro de forma derrotada— Solo era una broma. Lamento si te ofendí, NO ERA MI INTENCIÓN. Dios, ¿Por qué… Por qué tú y tu hermano tienen ese carácter? Y eso si lo digo enserio. Escucha, Lena. Si, muchos les tienen miedo. Puede ser por esa cara que siempre traen como si… Nos odiaran a todos. Puede ser por el diminuto dragón que puede quemar toda la ciudad o tu perro gigante que parece que puede arrancarte la cara si quisiera…

—Es un lobo.

—Pero nadie los odia, Lena. Nadie te odia —Continuo como si no hubiera dicho nada—. A nadie le importa quién es tu padre o qué fue lo que hizo. Ninguno de esos héroes, antihéroes, villanos, como quieras llamares, son santos. Todos tienen un pasado turbio, pero eso los forjo y criaron increíbles personas, talentosas. No lo hubieran llamado si no fuera una persona de confianza. Tu no estarías aquí si no fueras increíble, como persona y como guerrera. Solo… Tienes que bajar un poco tus defensas para darte cuenta de que todos quieren conocerte, no solo esa fachada de diosa mimada y que no le importa el resto de las personas. Así que, lamento si te ofendí, lamento si dije algo o hice algo para que me odiaras tanto…

—No te odio, Rogers —La corte. Esperando que el gran nudo en mi garganta no me delatara, continué—. Realmente no. ¿Sabes? Nunca he tenido una amistad como la que tienes con Barnes y Rhodes. Todos me buscaban por interés o por miedo. La única persona con la que puedo ser yo es Enoch, y vamos, en algún momento me cambiara por alguien, o puede que ya lo esté haciendo. —Sisabella me sonrió, al parecer sabiendo a lo que me refería, o a quien—. Así que, supongo que… —Me mordí el labio nerviosamente. ¿Quién diría que disculparse fuera tan difícil?— Yo igual lo lamento. Lamento si me he portado como una perra contigo y tus amigas, pero ahora sabes la razón.

Nos miramos por un momento, si saber bien que hacer a continuación.  Me sonrió y le devolví el gesto.

—No nos vamos a abrazar. —Le dije, en forma de broma y en parte verdad. Ella rio.

—Se que no es tu estilo, Lena. Pero me alegra que hayamos aclarado las cosas. —Hizo un gesto con las manos, como si empujara algo lejos de ella.

—Supongo que igual yo. —Me encogí de hombros. Acomode la mochila, que aun sostenía en mi mano, sobre mi hombro y camine a la salida. Dude un poco y me gire hacia ella. — No dejo de hablar de ti, ¿Sabes? —Me miro con confusión clara en su rostro. — Zabdiel. No paro hasta que Enoch lo miro mal. Ya sabes.

Se sonrojo y miro al piso una vez más. Sonreí satisfecha y crucé el umbral.

—Oh y Rogers —Levanto la cabeza con una sonrisa pintada—, si le dices a alguien algo de lo que hablamos, me encargare de que Alsvid te coma la cara. ¿Entiendes? —Su sonrisa poco a poco se fue desvaneciendo hasta llegar a una cara de confusión y terror—. Solo bromeo… O algo así. Pero lo digo enserio… No le digas nada a nadie, ni a Enoch. Porque recuerda que mi padre es Loki, el dios de las travesuras. —Ambas nos sonreímos y seguí caminando por el pasillo hasta el ascensor.

¡Joneeeeeeeeeeeeees! Wow. Estoy impactada.  
¡Qué buen capítulo! ¡Me encantó! ¡LO AMÉ!     Andrea y Chris ya encendieron las chispas del amoooor  
Y pos gracias por dar un pequeño adelanto de lo que pasará con Enoch y Existence en los próximos capítulos porque ya estoy anotando mis ideas   Y daaaaamn! ¿Por qué es así Shane? Lo quería pero me está empezando a hinchar las pelotas a mí también. Solo espero que Vanessa lo ponga en su lugar en próximos capítulos  
Demasiadas emociones juntas en un solocapítulo. LO AMÉ. Sos una genia.   
¡Besos y muero por leer el cap de Andy!