INOCENCIA, VENGANZA Y UN AMOR PROHIBIDO_SKANDAR Y TU

-te encuentras bien –me repetía una y otra vez Elizabeth, pues yo estaba en una especie de shock.
-si… estoy bien –dije parpadeando una y otra vez –que paso
-nena, ya te lo dijimos
-¿Por qué? –dije mas para mi, que para ellos
-___T/N___, no te íbamos a dejar sola en la calle, que dirían de ti… tu eres una persona bastante importante. Ya veremos qué hacer, por lo pronto esperaremos la noche para salir de caza
-¿caza?... yo no voy a matar a nadie, sobre todo a una persona inocente
-tranquila nena ya hablaremos de eso, por lo pronto te traeré un vaso, para que te relajes un poco –dijo la mujer mirándome tan tiernamente que me recordó a mi madre
-te dejare un rato a solas –dijo el hombre –ahí te dejamos un vestido de Claire, para que te vistas –yo asentí y el hombre salió por la puerta
Me quede completamente sola, me sentía demasiado extraña.
Camine hacia el baño que se encontraba a la izquierda, me adentre me empecé a quitar el pijama, pero me acorde de todo lo que viví hace unos días, los recuerdos eran borrosos, pero a la vez claros, increíblemente me di cuenta de que tocar mi cuerpo me daba repugnancia, me dolía, era demasiado dolor para una persona como yo o cualquier persona, regrese a la cama y me acosté cogiendo mis rodillas con mis manos (posición de feto) y llorando sin llorar…
Quería conciliar el sueño pero no podía
–una vampira—me acorde de las palabras de Gustav ¿Qué era? según leyendas un demonio, necesitaba hablar ellos me tenían que dar una explicación.
Me acerque a la ventana y se podía ver como amanecía, un hermoso amanecer, como todo iba aclarando era hermoso
Mi despertar, en tal caso era algo más que un humano,
El despertar de mi nueva vida, de otra persona que no volvería a ser jamás.
Única, mi despertar como un tremble amanecer frio escondiendo en el lugar más recóndito un oscuro secreto que cambia la vida de cualquiera.


Me dirigí ya completamente arreglada, aunque fue demasiado difícil por el sufrimiento, pero necesitaba demasiadas respuestas, tenía preguntas pero no respuestas
Salí de la habitación en la que me encontraba. Por lo que se veía era una casa muy grande, demasiado pero me dirigí por mis instintos a la estancia.
-como te sientes –dijo Elizabeth parándose de su asiento y viéndome
-bien –dije con desdén
-muy bien. Te presento a mi hija Claire –dijo mostrándome a una chica que tenía a su lado
-hola, mucho gusto ___T/N___ -dijo la hermosa chica.
Su piel como todos ahí blanca, labios rojos, cabello dorado, sus ojos eran del mismo tono que Gustav, verdes.
-es mío el gusto –dije –quiero saber ¿quién soy?
-por supuesto, nena –dijo Elizabeth regalándome una sonrisa –te daremos todas las respuestas que quieras.