FEARLESS -CAPÍTULO 1-8

Capítulo 1 (parte 5)

Entonces el director continua con su discurso. Habla, como es normal, de las familias más distinguidas del país que acaban de terminar con sus estudios, y de los que, por otra parte, van a empezarlo.  Y es justo en el momento en el que habla de Austin Styles, cuando el chófer de Jenn entra a la sala y se sienta casi adelante. Como ya la propia Jenn supuso con anterioridad.

Pero hasta entonces, Jenn, que había estado esperado a su papá con tanto esmero, se deja de juegos y mira a Yoyis.

-Oye… No deberías estar mal por esa estúpida –dice mirándola.

Como siempre, se piensa que las opiniones de los demás le importan, aunque sea de alguna forma, pero no sabe cuán equivocada está.

-No mi cielo, no estoy mal por esa –sonríe.- Esto es culpa de mi papá, y me las va a pagar –se ríe mirándola.

Se ríe y se aparta de ahí.

-Oye Jenn, ¿a dónde vas? –la mira preocupada.
-A cambiarme –dice obvia.
-Pero si ya estás cambiada –susurra.
-No, no… A cambiarme de verdad –se ríe.- Ya sabes, cambio de última hora –sale corriendo de ahí.

Capítulo 1 (parte 6)

Te quiero sin prejuicios, sin juzgarte, sin razón, y sin ropa.

En ese mismo momento, en otro lado del mismo país, Helen Smith se encuentra en su sesión de fotos. Es joven y con buen cuerpo, lo que hace que muchos hombres, chicos y jóvenes le sigan en distintas páginas sociales o páginas de fans. Su cuerpo, la combinación de todos sus atributos consiguen, como resultado, una imagen, la cual muchas chicas de todo el mundo desearían.

-Ponme aquí un poco más de brillo –dice a la chica que la maquilla.

No es una “mandona”, ni siquiera manda. Se deja aconsejar por todos los expertos que son contratados por ella misma. Ella los elige según su vida. Es decir, depende de su historia el que sean sus empleados o no. Suele preferir gente con hijos, casados. Porque así sabe, que el dinero que ganen lo utilizarán bien.

-¡Te ves preciosa, Helen! –dice el fotógrafo mirándola de arriba abajo. O, mejor dicho, de abajo hacia arriba.

-Creo… Creo que debería haber tomado un poquito más el Sol, ¿no es verdad? –lo mira sincerándose.

-No, no te preocupes, yo me encargo de eso –la mira directamente hacia… su pecho. No se corta ni un pelo cuando hace esto. Pero ella ya está muy acostumbrada a este tipo de cosas. SI es que la mayoría de los hombros son unos guarros.- Un poco de photoshop y listo.

Ella le sonríe. Pero no es una sonrisa ni una mirada coqueta, no está ligando ni mucho menos intentando llamar la atención del hombre, que seguramente le saque veinte años, pero sonríe como lo haría cualquier persona.

De pronto llega Catherine, botella en mano, y se la da para que la beba. Conoce más que mejor a la joven y sonríe mirándola. Ambas tienen la misma edad, más o menos.

-¡Todo el mundo está afuera gritando, esperando para verte! –Dice abrazándola.- Hay desde niños hasta reporteros, fans, creo que hasta un diputado .- sonríe mirándola.

-Pero.. ¿Está todo bien? –dice un tanto preocupada.

No es que le dé pánico estar con mucha gente “importante”, pero desde que un niño se coló en su camerino, tiene temor de que algo por el estilo vuelva a pasar. Por suerte, el niño volvió con su madre y todo quedó ahí, en un gran susto.

-¿Sabes por qué te espantas de esos? –la mira Elijah, el otro fotógrafo.- Porque ser la artista más importante de aquí tiene su precio –le guiña el ojo.
-Ay mi amor, eres un Sol de bonito–sonríe Helen al hombrecito.
-Además, la idea de meter a tu hija en las fotos me parece una idea sensacional, va a ser un bombazo en la revista .- sonríe mirándola y señalando el montón de papeles a su diestra.
-Pero cuidado con Laura, porque es una niña –se pone seria.
-No te preocupes, la voy a cuidar como si fuera mi propia hija –la mira sonriendo.
-Más te vale, sino te saco los ojos –lo señala.
-Te lo juro que sí, vas a ver que sí –dice mirándola seriamente ya.

Entonces pega un “saltito” en el mismo asiento y se levanta.
-Ay, por cierto, ¿dónde estará? Ya se tarda mucho –dice sonriendo.
-Amm… creo que tuvo un pequeño problemita con el vestuario –Cat la mra cogiéndose las manos.
-¿Un… problema? –dice poniéndose color.

Pero entonces entra Laura Sofía, en bata rosa, como las niñas pequeñas, pero ella no es pequeña. Al menos así piensa ella.

-¡Ay… mi reina! –sonríe.- Lala ven y dame un besito –le da un beso en la mejilla.- ¿qué pasó con la ropa?

-¡Ups! La doné, a las carmelitas descalzas –dice burlándose, como la malota que es.

-¿Cómo que la donaste? ¡Es un versace! –se alarma.

-Ah… -se ríe.- Pues perfecto, que se lo ponga él, porque yo no voy a salir disfrazada, ¿eh? –la mira señalándose a sí misma.

-¿cómo que disfrazada?

-Además… Me puse otra cosa –dice abriéndose la bata.

Entonces enseña su “ropa”, que no son más que dibujos de ropas en el cuerpo. Enseña todo.

-¡¿Qué?! ¡Laura, por el amor de Dios! ¡Tápate! –le pone una toalla encima.- ¡Te prohíbo que salgas así! ¡Vete a cambiar! ¡Pero ahora!

-Mamita, ¡ya te oí –dice subiéndole la voz.- Mamá, ya, ¿okey? Ya.

-De verdad Lala –susurra.

-¿Puedes dejar de hablarme en ese tonito, eh? –dice mirándola directamente.- Hace tiempo que te cambiaste de zona, ¿no?

-¿qué tiene que ver el tono, Laura? –la mira.- Deja de hacer esos berrinches de niña tonta y vete a cambiar, pero ¡ahora!

-Mamá, yo me visto com quiero, ¿vale? –tira su bata al suelo.

-¿ah.. sí? Soy tu madre Sofía. Sé lo que te conviene –la mira.

-jajaja , tú vas a salir casi desnuda y yo quieres que salga como lerda recién salida de la guardería -la mira despechada.

-Vas a salir como una niña, linda, pero una niña. Vete a cambiar, ¿sí?

-Mamita, linda mis calzones, ¿vale? –se vuelve rebelde. Aunque… en realidad, lo es.

-Roberta… por favor mi vida, ¿sí? –la mira mira.

-No mamá, de mi vida nada. O… salgo así, o no salgo. Tú eliges –dice sonriendo.

Soy una anciana, una anciana a punto de defallecer ;n; se que ya tengo catorce pero no era para que me hicieras tan vieja Evans ;n; osea no, que cruel que eres con esta pequeña, la cual es joven ;-; alguien comprenda que soy vieja, vieja, vieja, vieja ;n; como es que aun no he muerto, cuquiera que me viera se asustaría con esta fea anciana ;n; creo que ya te exprese tu crueldad Teresa y si, si eres mala y por eso termine contigo. :jum: Que amargada que eres Helen, claro, ¿cuantos años tienes no? Deja que Laura ser feliz porque ella si tiene su juventud y la quiere enseñar, deja de ser tan amargada Helen ._. Ñe ignorame, sabes que te amo y aunque sea una anciana xd tu estas mas vieja que yo y eso me  reconforta si ofender xd bueno, bueno, siguela prontisimo te amo.