Inked Petals

Capítulo Uno.

Skulls

Ella esperaba que este nuevo año escolar sea inolvidable; era el ultimo y pronto tendría que comenzar la universidad,  la vida se pondría más seria y menos irresponsable. Sentada en su porche expectante al sonido del motor de la motocicleta de su amigo jareth, también vecino suyo, se preocupaba en terminar de tomar su lata de gaseosa.

Minutos después, el inconfundible estruendo de la frenada de la motocicleta negra la despertó lo suficiente del sueño matutino. Jareth le giñó un ojo sin decir una palabra y Faye solo se subió detrás de él para sostenerse de sus caderas. No necesitaban ningún saludo en especial, solo continuar con el viaje y llegar a al instituto.

Ya en el corredor, Faye fue en busca de su casillero; Pudo notar muchas caras nuevas, chaquetas de cuero, y flores de ambulantes que le provocaban asco y vomito sarcástico.

Este año era diferente. Greg, un amigo de Faye, le había comentado que el ultimo año Senior era el más difícil, y eso la hacía ponerse nerviosa; y para agregarle más a la situación, Pete la había invitado al baile de comienzo de año.
Cabe aclarar que Pete es un estudiante neutral, y Faye no suele relacionarse con ellos en absoluto. Pero… sinceramente Pete era muy atractivo. Era morocho, y sus ojos eran de un marrón perfecto; su clavícula era muy asimétrica con el resto de la cara y le proporcionaba un porte de hombre maduro. Era elegante, tímido y muy sensual; además, tenía fama de ser modelo fuera del colegio, cosa que a Faye le encantaba y la hacía sentirse más comprometida a decirle que sí a su invitación.

Revolvió el contenido de su casillero y metió dentro de su mochila negra con tachas los libros que necesitaría para las clases dictadas del día. Eso parecía ser todo; la típica rutina de todos los días y todos los años, un poco aburrido.
Faye extrañaba el agua salada del mar, algo que la hacía sentir libre. Esa sensación de perder toda impotencia y zambullirse en busca de lo que se esconde en las profundidades del mar era todo para ella.

Agradeció a su pandilla, mentalmente, por ayudarla a atravesar el infierno que le parecía la escuela.

Sintió un leve golpecito en su hombro, y al dar media vuelta con cara de pocos amigos, se dio cuenta que el molesto era Pete (con su clásica timidez notable). Según él,  el aspecto de Faye lo intimidaba como el diablo, así decir;  y ahora que  ella se había teñido los cabellos verdes y azules, le hacía una apariencia  más loca de lo normal.

– ¡Pete! –Exclamo a modo de saludo.

–emm…Hola, Faye–saludo de vuelta–. ¿Cómo  te fue en Miami?

Faye le había comentado a  Pete que había pasado navidad y año nuevo, como en todas sus vacaciones, en Miami con el resto de su familia.

–Tremendo–contestó ella–. ¿Todavía quieres que vallamos al baile juntos? Me parece raro que me invitaras, pero no me desagrada, al contrario.

–Si…si, ¿En serio?– preguntó pete incrédulo.

– ¡Claro! Va a ser muy divertido, lo presiento.

–¿Te acompaño a clases?

–Perdón, pero  Lyss prometió encontrarme aquí he ir juntos a literatura, ya que es mi endiablado compañero.

Eso lo hizo reír un poco, pero se notaba claramente decepcionado.

–Ah… Okay.

–Te veo en matemáticas–sonreí coqueta.

Él solo revolvió su cabello ondulado a un lado, este no era largo pero tampoco corto del todo; y sus ojos centellaron una vez más antes de marcharse.

–Qué guapo– susurre para mí misma.

–No sé qué decir–comentó Lyssander a mi lado. No me sorprendió, ni me asusto porque el siempre hacia lo mismo conmigo; aparecer de la nada.

–Hola, Lyss.

–Hola, Faye– saludo con su perfecta sonrisa patentada–. Linda remera.

Como era usual, Faye usaba su remera favorita de Bring me the horizon. Una con una niña sin ojos, salpicada de sangre y una cabra endemoniada según su  opinión. Le gustaba lo satánico y frecuentemente recibía elogios de los demás punk rockers.

–Me gustan tus Skinny’s– contestó en respuesta.

Y él tenía puesto sus preciados jeans favoritos negros con agujeros en ambas rodillas.
–Estos son nuevos– inquirió Lyssander.

Ella rió de su explicación a la vez que empezaban a caminar rumbo al aula 24, querían llegar a tiempo a su primera clase del año y elegir sus asientos habituales.

–Hazme recordar que te de mi remera de california, para que se la des a Vinnie– le pidió al entrar por la puerta directo a sus asientos traseros. Faltaban dos minutos para que la clase comience y la campana suene, y la profesora Roma todavía no había aparecido.

–¿Quieres cortarla?– preguntó confuso Lyss.

Faye asintió y sacó sus libros de la mochila.

Vincent, aka Vinnie, era el mejor cortador y agujereador  de remeras y jean con estilo en toda la escuela. Él había cortado las rodillas en los jeans de Lyssander, y las mangas de la mayoría de las remeras de Faye. Él, obviamente, era un Punk Rocker.

Y al llegar la Sra. Roma, Faye se estaba sujetando el cabello con una liga, tratando de formar un moño sutil, mientras que Lyss la molestaba con el lápiz de dibujo.

Otro año más de lo mismo, pero con diminutos cambios.