"How I wish that was me" (Harry Styles y Tú)

NEW READER!
ljdshajdhlkjfa
awesome, amé la novela jfakljhd
necesito máaaaaaaas!
Me la leí toda todita en toda la tarde, así que si mañana suspendo gramática, será todo culpa tuya e.e ok not ._. amo demasiado esta novela como para echarte las culpas xDDDDDD
Nah, me voy a repasar, que aquí en España ya es tarde y mañana tengo examen weeeee :33
Pero posiblemente trasnocharé si subes caps *-* jajajajaja

CHAPTER 17th.

Bufé. Por un momento desee poder hacerle ver mi fastidiosa obsesión por saber la verdad. Cada minuto que transcurría en el reloj era igual a un año en toda su extensión y sensación. Junto a éstos los segundos se dignaban a pasar, cómo pidiéndole permiso a los dioses, y en el proceso sentí la enorme necesidad de hablar. Pero… ¿cómo hablar cuando ya no hay más que decir? A veces el silencio dice muchísimo más que un millón de palabras pronunciadas con elocuencia. Sin embargo, desearía poder tener el don de la palabra. Hablar con fervor y seguro de que mis palabras carecerán de estupidez. Me encantaría no tener que quedarme callado y poder seguir discutiendo por y para lograr aquello que persigo. Así, dar a conocer mis pensamientos.
Me gustaría ser escuchado con vehemencia. Que alguien se interesara por mí, sin ambición, sólo inocencia. Ése cariño que solamente los niños poseen y que, al conocer el mundo oscuro de la desilusión y soledad desaparece por completo, perdiéndose en uno de los abismos de su alma. Ocultándose en lo más profundo de ésta.
La pregunta es… ¿por qué?, ¿Por qué la vida sigue girando de ésa manera?, ¿Por qué todos estamos destinados al mismo final?
– Harry, aunque te quedes mirando como baboso no te diré. Nada conseguirá que abra mis labios. – sentenció Rhea. –
Advertí una mirada divertida y no me reservé una pequeña risita.
–Lo siento. – me disculpé. –
–Menos mal que te distrajiste.
Su sonrisa se intensificó un poco más, para después dejar salir de entre esos labios carnosos una sonora risa. Reí contagiado, pero ni la risa del mismísimo ángel que ocupaba mi corazón lograría cambiar mi manera de pensar o mis deseos.
–Sí lo que crees es que de ésa forma dejaré de insistir estás totalmente equivocada. –pronuncié. –
Antes de siquiera poder terminar la oración ella ya estaba rodando los ojos. Fastidiada. Al escuchar el diálogo entero soltó un bufido desde el fondo de su corazón. Se veía realmente fastidiada. ¿Es que de verdad me estoy pasando con mi tenacidad? ¡Lo único que quiero saber es sí hice las cosas bien! Carajo. ¿Acaso es tan difícil eso?
Ella colocó sus manos en su cintura. Alzó una ceja, mostrando un perfecto arco marrón.
– ¿Para qué quieres saber? – inquirió. –
Bufé para mis adentros. ¿En serio no era obvio? ¡Lo único que quiero saber es sí mi adorada ___(tn) siente lo mismo que yo! Vuelvo a repetir… ¿Es difícil eso?
–Sólo quiero saber sí voy por el camino correcto.
Su rostro se relajó un poco más. Llenándose de serenidad.
–Bien. Te diré. Vas por el camino erróneo, pero a fin de cuentas, es el perfecto.
Gracias por tu inmensa inteligencia e incontable sabiduría, mejor amiga. – nótese el sarcasmo. – ¿Por qué cuando más lo necesitas todo el mundo a tu alrededor parece haber hecho un complot en tu contra? Nadie está de tu lado, nadie puede ayudarte. Tarde o temprano aquello cansa. Y yo estoy colmándome demasiado fácil. Styles, cuenta hasta 20…
1…2…3…19,20. No funciona. Maldita sea.
– ¡Demonios, Rhea! Dime algo. Ya. Algo que se entienda, por favor. – rogué. –
A veces el sentimiento con lo que imploramos algo influye en la manera como lo recibiremos. Yo sólo puedo esperar que mis súplicas hayan llegado hasta lo más profundo de su frío corazón y así mismo ella pueda ayudarme. Ayudar a un corazón afligido. Devolverme la paz y aumentar mis esperanzas.

–No traicionaré su confianza.
Pero… Como siempre. Parece que todos aquellos seres que están más allegados a mí no parecen haber estudiado el guión dramático que planteo en mi mente. Mierda. Espero que el chantaje funcione…
–Pero sí la mía. ¿Eh?
La miré. La hermosa castaña solamente rodó los ojos. Bruja, bruja, bruja. ¿Tan difícil es ayudar a su “mejor amigo”? ¡Por culpa de su estúpida magia estoy en esto!
–Aún tienes la mitad del tiempo. Nada malo pasará… Supongo. – respondió. –
Todo iba perfectamente bien hasta que de su garganta salió el sonido pronunciando un patético “supongo”. Arqueé una ceja, exigiendo una explicación. Por favor, por favor… Rhea, no me dejes ahora. Supliqué en mi interior, mientras miraba mis manos nerviosamente.
¿Saben algo? Me encantaría encargarle al unicornio de cuerno en un tono lila chillón que con el dinero de los elfos que se encuentran al final del arcoíris me compre el último ejemplar de “Cómo entender los pensamientos y mente femenina”, pero… como es obvio: no existe ni el unicornio, ni los elfos, ni el maldito libro. Es hora de que alguien escriba algo bueno y eso sería buenísimo. De seguro el 99.9 % de los hombres estaríamos encantados de tenerlo en nuestras manos. El .1% se volvería gay antes de contar con esa salvación.
–O sea, que el resto únicamente depende de ella. No puedes obligarla a nada.
¿El feminismo se aplica aún cuando tu mejor amigo, gracias a tu estúpida magia, ha quedado atrapado en el cuerpo del ser más odiado del planeta? … Felicidades, Rhea, me has dado una nueva lección. Cof, cof, de nuevo sarcasmo, cof, cof.
Entonces… todos mis sueños y la esperanza que desgraciadamente tenía de volver se derrumbaron sin preámbulos o advertencias, convirtiéndose en nada. Nada. Cual castillo en la arena todo desapareció. Sentí como una enorme ola me tragaba y devolvía a las profundidades de un abismo en donde no podría salir hasta ver la más mínima lucecita brillando a lo lejos, que bien es confundida con la esperanza ciega del amor. Y yo no podía hacer nada. Absolutamente nada.
Zayn siempre decía que creerlo todo ganado y después perderlo por una jugarreta de la vida era divertido. Y todos le creíamos. Pero ahora mismo me atrevo a desafiarlo diciendo que sinceramente esto no se siente nada lindo. Es como si mil clavos se clavaran en tu cuerpo, desinflando aquel chaleco salvavidas que creíste construir. Como cuando crees que reparaste algo y al momento de encenderlo se estropea. Sólo que más intenso. Es como trabajar un mes entero para conseguir una buena paga y poder comprar tu disco preferido… Llega el día de pago y vas a la tienda y te llevas la amarga sorpresa de que ya no queda ni un solo ejemplar. Es como ver la batalla ganada y perderla en el peor momento, justo antes de recoger el premio.
Hablar de Zayn me hace recordar otra cosa: a mis amigos. Los extraño. Extraño pasar las tardes de los Jueves en el boliche. Ir a casa de alguien a ver algún partido de fútbol. Los sábados levantarnos temprano para ir a practicar béisbol. Extraño ir por un helado y encontrarme con los chicos. Extraño componer canciones con ellos. Extraño ir a la cafetería de los tíos de ___(tn) en compañía de Liam, Niall, Louis y Zayn. Extraño a mis amigos. Extraño ser yo. Extraño ser Harry, el “ignorado”, pero a fin de cuentas… ¡Era lo mejor! ¡No había más gloria que ser exactamente yo, con todo y los defectos que eso implica! Ser Harry en toda la extensión de la palabra. Sólo yo. Un pez más en el agua. Pero el pez que quiero ser. Nada más. ¿Cómo no lo vi antes?
Soy un idiota.
A veces me gustaría no haber deseado aquella locura. Pero no puedo. Ya no puedo arrepentirme. Deseé más de lo que merecía y podía tener. Tenté mi suerte y ya no tengo nada. Ni siquiera lo que un día desprecié. Ni siquiera lo que algún día tenía de sobra. Ni siquiera aquello que deseaba.
Los deseos empiezan en presente, ese presente se convierte en pasado con el paso de unos minutos. En el presente se lucha por aquello que se tiene, es cuando tenemos que tener los ojos más abiertos y pensar en la relación “causa-efecto”. En el futuro se determinará si hiciste lo necesario para merecer aquello que deseabas.
En mi caso… Desee ser Logan para llegar a ella. Peleé contra mis neuronas y me encargué de bajar hasta los suelos mi autoestima, hasta que conseguí estar donde estoy gracias a una maldición. En un futuro veré si la merezco. Sí valió la pena todo. Y muero de miedo.
Lo perdí todo. Pero aún puedo recuperarlo. Sí tan sólo supiera si voy por el camino correcto… “Bien para Harry, mal para Logan”. ¿Qué significaba eso que dijo Rhea? ¿Hablaba de mí como Harry o…? Detesto que juegue con mi mente. Detesto ser tan débil. Detesto perderme a mí mismo. ____(tn), mi dulce ___(tn), por favor… dime algo. Elígeme a mí. Por favor.
–Déjenlo. Está pensativo. –susurró una voz. –
Alcé mi mirada al reconocerla. Era Rhea, había susurrado con compasión, una vez que logré entender de qué se trataba aquella escena intenté sonreír, pero sólo una mueca salió a relucir en mi rostro. Ahí estaban Pame y Monse. Cada una con una expresión diferente.
Pame estaba con notas de nostalgia. Vestía jeans y una camiseta blanca de botones. Linda y sencilla. Aquellas dos palabras la describían a la perfección. Su cabello caía en una bonita cascada y su sonrisa daba esas notas melancólicas que narran en las novelas de dramas históricos. Su sonrisa estaba algo torcida y entonces comprendí por qué Louis Tomlinson se había enamorado de ella. Era la reencarnación de cualquier princesa de algún cuento de hadas, pero en una versión moderna, sencilla y especial. Perfecta para él. Además que se notaba a leguas que su carácter simpático iba en una linda combinación con el de Louis.
Monse, por el contrario, iba con aires de superioridad, pero esa superioridad que muchas veces suele ser la máscara para los corazones más tristes y afligidos. Vestía unos jeans ajustados en color blanco, una chaqueta de cuero y una camiseta de una que tocaba el género metal. Aún con su imagen de chica ruda sabía perfectamente que no era así. Adora el negro y lo luce a la perfección. Su cabello castaño estaba perfectamente brillante, dándole el aspecto de vulnerabilidad e inocencia que de seguro había terminando encantando a más de uno en la escuela. Y se eligió por el irlandés, como él por ella. ¡Qué bonito!
–Lerman, anímate. No es el fin del mundo. Aún puedes conquistarla. – pronunció Pame. –
Le sonreí con sinceridad. Intentando convencerme a mí mismo de aquello. ¿Era posible? Vamos… sólo soy… una mala imitación de Logan Lerman.
– ¿Les dijo algo? – pregunté mostrándome más avergonzado de lo que debería. –
– ¡Ni lo sueñes, Lerman! – se adelantó Rhea. –
¿Es que esa bruja también leía mis pensamientos? Wow.
– ¿Por qué no? Sólo quiero saberlo. – refunfuñé. –
– ¿Por qué no lo averiguas por ti mismo? – alzó una ceja la hermosa enamorada del irlandés. –
–No lo hará. Es un cobarde. – susurró la “señora zanahoria”. –
Ok. Eso molestó. Fruncí el ceño al igual que el resto de las chicas.
–No deberías tomar tu mal humor contra los demás. – la reprendió Rhea. –
Pame bajó la mirada llameante. Apretaba sus puños.
–Que Louis no… –quiso continuar Rhea, pero paró al ver como la chica se ponía más pálida que un fantasma. –
– ¡Cállate! – exclamó presa de un coraje que se veía que la carcomía por dentro. – Por favor… – susurró. – El timbre está por sonar. – se levantó. – Deberían ir a clases… –Y se fue. Sin despedirse. –
Todos la observamos dando pasos duros, firmes y largos hacia la salida de la cafetería. Con la mirada por los suelos y los puños apretados. ¿Me perdí de algo?
– ¿Qué le pasa? – pregunté. –
Fruncí el ceño, mirándolas. Esperaba ansiosamente una respuesta. Habían mencionado a Louis… y eso quizá significaba algo. Algo importante. Para bien o para mal, mi amigo apasionado por las zanahorias está vinculado intensamente conmigo y aquello que le pase a él me pasa a mí.
– ¿No te enteraste? Salían en secreto. Todo acabó ahora que Pame cometió el “error” – ironizó con comillas hechas por sus dedos. – de confesarlo. Louis, además, ahora está saliendo con una ayudante de profesora. – dijo Rhea. –
¿Salían en secreto? Eso explica muchísimas cosas. Muchas miradas… muchas caricias. Sobre todo explicaba la sonrisa del castaño al hablar de ella. Por lo que sé, él la amaba.
– Pero Louis ama a Pame. ¿No? – inquirí. –
–Eso creemos todos. – pronunció sombría, Monse. –
El tono en que fue dicha la última frase me puso la piel de gallina. La chica se veía realmente infeliz. ¿Sufriría por la distancia?
–Todos excepto ella. – dijo Rhea. –
Rodó los ojos al instante. Monse sólo se dedicó a hacer otro globo con su goma de mascar.
–Parece que el romance anda mal últimamente. – dije divertido. –
Todas sonrieron. Rhea con ironía y Monse con rencor. Algo pasaba ahí.
–Son terrenos donde yo prefiero no adentrarme. – respondió ésta última. –
–Pero aún así hay un chico. – la molestó Rhea. –
–Eso creo. – dijo indiferente. – ¿Han visto a Mica?
–No. Desde hace rato. – me encogí de hombros. –
Al mencionar “rato”, me refiero claramente a los últimos dos días.
–Tampoco yo. – mencionó Rhea. –
Pude advertir un atisbo de preocupación y me ericé. ¿Y sí le ha pasado algo? Zayn jamás se lo perdonará.
–Supongo que sigue mal por Zayn. ¿No? – comenté. –
Monse negó lentamente, con la mirada perdida.
–No… no creo que sea eso. –murmuró. – Pero me intriga de verdad.
– ¿Quieres que llamemos a alguien más a ver sí saben algo? – preguntó Rhea. –
Monse asintió lentamente, aún mirando hacia la nada.
– ¿Desde cuándo no la han visto? – pregunté. –
Mientras esperaba la respuesta miraba a Rhea marcar hábilmente un número que sabía de memoria en su teléfono móvil color rosa.
–Hace un par de días en una fiesta a la que fuimos con Zac. Él tampoco está. – respondió Monse. –
En ese mismo momento, pudimos ver a la pobre enamorada afectarse completamente con esa respuesta. Rhea estaba pálida, petrificada. Todo en tiempo record.
–Deberías llamar a Zayn, entonces. – propuse. –
Rhea seguía en su trance. No se movía. Ni un solo músculo estaba en movimiento. Ni parpadeaba. Estuvo así durante unos cuantos segundos, hasta que al parecer del otro lado de la línea contestaron, sacándola de sus seguramente sombríos pensamientos.
– ¿Eh? Ah, sí, hola. – dijo. –
Monse y yo la mirábamos expectantes, como dos pequeños niños miran al mundo cuando recién acaban de llegar a él.
–Sólo llamaba para preguntarles algo… Sí, es sobre ella. – se tensó. – ¿La han visto?... y… ¿A Zac? – su expresión no cambiaba. – Oh…gracias. Sí, nosotros los llamamos si tenemos noticias. Besos. Adiós, elfo. –cortó. – ¡No aparecen por ningún lado!
Monse inmediatamente la abrazó fuerte. Por primera vez vi a la chica ruda hacer una muestra de cariño de esa forma… sincera, sin bromas. En algo de verdad preocupante. Intenté sonreír pero la preocupación seguía siendo grande como para ponerme a pensar en las costumbres de los demás.
Suspiré. ¿Dónde podrían estar?
–Tranquila. – susurré. – Tranquilas. Deben estar bien, lo sé.
–No puedes estar seguro. – reclamó Monse. –
–El destino es cierto. Nunca se sabe nada acerca de él. – le siguió Rhea. –
–Sí somos positivos esto se hará más llevadero. – sugerí. –
–Nos vemos a las 6 en el parque. – sugirió Monse. –
–Está bien. – aceptó Rhea. –
Yo sólo asentí. El timbre sonó, poniéndonos aún más nerviosos. Ansiábamos que nada malo hubiera ocurrido. Rhea y Monse huyeron hacia sus salones, caminaban lentamente. Yo me demoré un poco más. Habíamos ya perdido la primera hora después del almuerzo y aún quedaban dos más.
Al llegar a Literatura rápidamente me sumergí en mis pensamientos y le dije “hola” a los sueños, traídos por Morfeo hasta mí, sentado en mi pupitre, con mi rostro pegado a la paleta de éste, sobre el grueso libro.
Los sueños son los únicos que pueden hacerte olvidar de todo y simplemente relajarte. Y así fue. Me trajo de nuevo un tierno recuerdo.

Era Agosto. Según reconocí era el Agosto del año pasado. El Sol alumbraba las playas divertidas que se encontraban a tan sólo 5 horas en auto de Nueva York. Había combis de Volskwagen alrededor de nuestras tiendas y sólo entonces recordé todo. Se veía algo hippie y la Coca-Cola en botella de vidrio sólo le daba el toque retro más divertido de todos.
Sentado sobre una roca admiraba las cristalinas aguas, Louis y Niall jugaban en el mar, mientras Liam y ___(tn) preparaban unas ricas hamburguesas para la cena. Según recuerdo, ellos eran los cocineros con más experiencia del grupo y eso no es precisamente un buen logro, considerando que Niall sólo se dedica a comer y Louis adora las zanahorias.
Sonreía. Todos se veían tan felices. Hasta yo. ¡Y vaya que lo era! Mis mejores amigos y yo disfrutábamos de las vacaciones. No podía haber nada mejor. No había otro lugar en el mundo donde deseara estar. Quizá eran las cristalinas aguas, tal vez la suavidad de la arena… o quizás ese delicioso aroma a bronceador de coco. Pero yo no quería irme. No podía creer que hubiera personas infelices en un mundo que parecía perfectamente hecho para todos. Para la alegría. Para una hermosa sonrisa en el rostro de todos y cada uno de los millones de millones de personas en el planeta.
Una sombra se posó a mi lado. Pequeña cintura. Marcada cadera. Rizos hasta debajo del pecho… aroma a fresas. Indiscutiblemente, era ___(tn).
– ¿Sabes? A veces creo que eres ovni. – rió suavemente, contagiándome al instante. – Siempre estás mirando el cielo, como sí esperaras algo. – se sentó a mi lado pasándome una botella, la tomé. –
–Gracias. – dije por el refresco. – Y, respecto a mis orígenes alienígenos… –reí un poco. – No sé. Creo que soy un poeta incomprendido. –bromeé. –
–Te admiro. – sonrió. – Miras el mundo de buena manera.
–Lo dice la chica que ama la vida y es un sol viviente. – reímos. –
– ¿De verdad crees que nadie te comprende? – preguntó, ignorando mi último comentario. –
–Sólo a veces.
–Oh… –murmuró con algo de decepción. –
–Tú eres la única que lo hace la mayoría del tiempo.
–Lamento no hacerlo siempre
–No te disculpes. –reí y me abrazó. –
–Te quiero, Harry. Jamás dejaré de hacerlo.
Y mintió. A penas apareció Logan en Septiembre esa promesa se esfumó y ya no quedaban rastros. De esa dulce promesa ya no quedaba nada. Nada más que un triste recuerdo que para bien o para mal me carcomía por dentro, haciéndome añicos.

Abrí mis ojos queriendo dejar de deprimirme con todas esas promesas rotas. Ahora lo único que necesitaba era sonreír y para eso, irónicamente, también necesito a la causa de mis lágrimas. A ella.
Al encontrarme con Alison frente a mí usé mi mayor esfuerzo por no gritar. Pero ver a una bruja es algo que siempre trae el miedo y a veces, el miedo es imposible de disimular.

–Lindo, ya sabía que ella te aburría, pero… ¿Quedarte dormido mientras ella te llama no crees que es grosero?
Eso sí me confundió.
– ¿De qué hablas?
Me mostró mi móvil. 2 llamadas perdidas. Todas de ella. Alcé mi mirada, encontrándome con la esquelética rubia de plástico. Con esos ojos fríos…esperando hacer alguna maldad.
–Pudiste sólo ignorarla y ya… Siempre te vas a los extremos. –susurró con notablemente doble sentido. –
–Cierra la boca. – bufé. –
–No me apetece. A menos que hagas algo para conseguirlo…
Alargó su mano y con la yema de su dedo índice trazó un tatuaje imaginario en el dorso de mi mano. La aparté al instante, fulminándola con la mirada. Ella guiñó de una manera asquerosa… Pero ella bien lo hacía pasar por otro de sus juegos de seducción, con los cuales hizo caer a Logan. – y llorar un día entero a __(tn)-
Rodé mis ojos.
–Vete al diablo. – murmuré. –
Me levanté con rapidez. Debía huir de ella, y así lo hice. Salí antes de que la hora terminara. Todo por una buena causa.
Siempre pensé que ella me traería problemas. Era algo que se presiente. Aún siendo Harry procuré alejarme de ella. Y lo logré. Me zafé antes de que enterrara sus uñas y me tomara como otra de sus extrañas presas. Yo jamás caería en el juego de una perra. Pero por desgracia… Logan sí. Me pregunto… ¿Cómo es que no ama a la dulce ___(tn) y sí se revuelva con chicas como Alison? Para eso es necesario no tener ni un gramo de inteligencia.
Cayó en su juego y ahora mismo se condenaba a un infierno y por desgracia… yo pagaría por él.
Alison bien podía pasar por un ángel. Era realmente hermosa. Cabello rubio y bucles muy seguramente producto de algún proceso de belleza de esos que solamente las chicas materialistas usan. No era así su cabello naturalmente. Ojos verde profundo, con destellos de diva. Esos ojos celestiales y con una mirada claramente diabólica. Una sonrisa más que coqueta y la actitud de una gata en celo. Sin embargo, hacía caer hasta al ser más fuerte y distante a sus seducciones. Y eso que solamente consta de 17 años… Dios, protégeme de ella en un futuro.
Todo bien podría pasar en un intervalo de tiempo algo corto, pero siempre, tarde o temprano, vendría algo malo. Y en éste caso, ese “algo” era ella y si es que quiero salir inmune debo detenerla y huir. No hay más opciones. Mientras más pronto, todo estará mejor.
A última hora, cinco minutos antes de que el timbre resonara gloriosamente en el edificio, recibí una pequeña nota anónima. Un papel rosa perfectamente doblado y perfumado. La mandaban desde los asientos traseros… La tomé y comencé a leerla.
“Sí es que aún quieres saber sobre lo que dijo ____(tn) te lo diré yo. Es malo para ti, dulce Lerman, pero bueno para otro.
xoxo”.
Ok, no entendí ni una sola palabra. ¿Hay alguien más en la “competencia”? ¿Fue Rhea quien lo mandó? Dios. No comprendo. ¿Podrían mandar las señales en inglés y de frente? Por favor y gracias.

Aaaaaah perdón por no haberme pasado :c, me encantó, ya quiero saber que pasa sjdnaljnsdsajd *-* siempre insistiré en lo mismo, eres una genial escritora :3 ! siguela pronto ¿si? c:

Ale_WriterLerman escribió:Ya tengo los siguientes dos capítulos. Estaba pensando en algo...
UN CONCURSO PARA EL FINAL!
Me gustaría que manden sus historias y la mejor se quedará:)
Qué dicen?:D

Me encantaría participar pero no se me ocurre nada :c, no soy buena en los finales.

Feernandaa escribió:

Ale_WriterLerman escribió:Ya tengo los siguientes dos capítulos. Estaba pensando en algo...
UN CONCURSO PARA EL FINAL!
Me gustaría que manden sus historias y la mejor se quedará:)
Qué dicen?:D

Me encantaría participar pero no se me ocurre nada :c, no soy buena en los finales.

Bueeeeno, no te preocupes, hermosa! Con que hayas visto el mensaje me conformo, gracias por pasarte:3
Te quiero, Fer:3