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"Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 4 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
Tu quiieres morirr???
Como se te ocurre dejarlaa asi???
Dioss miooo Josephh te mataree!
Q te sucede q no quiieres star con la rayiss??
Ya dentro de poco no aguantaras y estaras con ellaa! Estoy serguraa!!!
Siguelaa porfisss
Mega amo como escribess!
Nawuaa cada dia soy mas adicta a esta novee!
Siguelaa besoss
Att: tu mega fielisaima lectora!
Como se te ocurre dejarlaa asi???
Dioss miooo Josephh te mataree!
Q te sucede q no quiieres star con la rayiss??
Ya dentro de poco no aguantaras y estaras con ellaa! Estoy serguraa!!!
Siguelaa porfisss
Mega amo como escribess!
Nawuaa cada dia soy mas adicta a esta novee!
Siguelaa besoss
Att: tu mega fielisaima lectora!
Yhosdaly
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
♥Capítulo Ocho: Parte-. 1♥
___(Tn) observó a Joseph sobre su hombro, pues había aparecido de la nada.
-¿Sucede algo malo? -Le preguntó; su mano sostenía abierta la puerta del armario de las medicinas.
Mientras él se apoyaba de forma casual contra la puerta del baño, su cuerpo radiaba oleadas del aire frío de la noche, en dirección a ella.
-No –respondió-. ¿Qué estás haciendo?
-Las aspirinas ¿recuerdas? Pensé que ibas en busca de algo de aire.
-Tenías razón. Hace demasiado frío ahí fuera -se acomodó detrás de ella-. Ya no me duele la cabeza -empujó con la palma de la mano la puerta del armario para cerrarla-. Olvida la aspirina.
-Joseph, no seas tonto -___(Tn) le apartó la mano y volvió a abrir el armario.
Él volvió a cerrar la puerta.
-No, realmente ya no las necesito.
___(Tn) hizo un gesto.
-¿Qué te pasa?
Guando volvió a abrir de nuevo la puerta, Joseph volvió a cerrarla. Sus codos chocaron y sus manos se enredaron dentro del armario haciendo que todo el contenido del mismo se desparramara sobre el lavabo.
___(Tn) y Joseph miraron las botellas, tubos… y la pequeña pero muy visible cajita cuadrada de color morado. Despacio, sin pronunciar una palabra, los dos se miraron fijamente. ___(Tn) levantó la caja de preservativos y la miró durante largo rato. Joseph observaba la miríada de emociones que cruzaron como un rayo por su rostro, culminando en una expresión de desilusión.
-Lo sabías ¿verdad? -Le preguntó.
No tenía sentido mentir.
-Sí.
___(Tn) sacudió lentamente la cabeza y recordó sus palabras de antes: «Por supuesto, corazón». Sintió un nudo en la garganta.
-Discúlpame -lo empujó para pasar y salir del baño.
-___(Tn)… -la llamó Joseph y luego la siguió hasta el cuarto principal.
Los ojos de ___(Tn) llameaban al mirarlo. Empezó a caminar de un lado a otro mientras alternativamente miraba la caja en su mano y a Joseph.
-¿Por qué? -Le preguntó.
-¿Por qué, qué?
-¿Por qué me hiciste pasar por toda esa ridícula y bochornosa conversación sobre hacer el amor y tener protección cuando durante todo el tiempo conocías la existencia de esto? -Le mostró la caja.
Joseph dio un paso hacia ella, pero no tomó la caja.
-Tengo mis razones.
-¿Oh, sí? ¿Te gustaría compartirlas conmigo? ¿Te gustaría contarme qué efecto tuvo en ti el hacerme quedar como una tonta?
-Tú no eres una ton…
-¡Ya! -Gritó frustrada y lanzó la caja al fuego.
Joseph, de forma instintiva saltó y, sin pensarlo, metió la mano dentro de la chimenea para rescatar la caja.
-¿Por qué rayos has hecho eso? -Le preguntó cuando hubo recuperado la cajita y la lanzó sobre la mesa.
-¿Por qué no? ¡Con toda seguridad nosotros no vamos a usarlos!
Se dio la vuelta para alejarse de él. Recogió su chaqueta del perchero y abrió la puerta.
-¿A dónde vas?
-Afuera.
-Eso no va a resolver nada.
-Funcionó contigo ¿no? Cada vez que no puedes soportar estar cerca de mí, huyes afuera.
Él llegó junto a ella y cerró la puerta.
-No funciona -dijo con tono suave. Su otro brazo bajó para atraparla de forma efectiva entre él y la puerta. Apoyó su cuerpo contra el de ella-. No puedo huir de ti. Estás en mi cabeza…
-¡Mentiras!
-No. Estás en mi corazón.
___(Tn) sacudió la cabeza y se negó a darse la vuelta y mirarlo. Estaba molesta, avergonzada y tan profundamente dolida que se sentía como si tuviera un cuchillo clavado en el pecho.
-No digas cosas que no quieras decir sólo para hacerme sentir mejor -su voz reflejaba la tensión de retener las lágrimas.
Joseph tomó su chaqueta y la dejó caer al suelo. Le puso las manos sobre los hombros y la hizo volver el rostro hacia él.
-Quise decir todo lo que te dije.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos.
-¿Acerca de…?
-Acerca de todo.
-Entonces ¿por qué?
-Tengo mis razones.
-Ya lo has dicho antes. ¿Qué razones?
Joseph inclinó la cabeza hacia atrás y se quedó mirando la viga del techo durante un largo rato antes de volver a bajar la mirada hacia ella.
-Yo no soy lo que tú crees que soy.
-No sé qué quieres decir con eso.
-Significa que si tú supieras quién soy yo, no querrías… Digamos que huirías como un demonio.
-¿Quién eres tú? ¿Un asesino?
-No, no seas ridícula -le dijo.
-¿Un ladrón?
-___(Tn)…
-¿Entonces qué? ¿Qué puedes ser que sea tan terrible que creas que por eso yo no te querría?
-Un periodista -la boca de ___(Tn) se abrió por completo al escuchar su respuesta. Una sonrisa torcida se dibujó en su rostro-. ¡Cierra la boca, ___(Tn)!
Su asombro dio paso a la comprensión.
-Entonces tú sí estabas siguiéndome ¿verdad?
-Sí.
-¡Lo sabía! -Se retiró de él, giró sobre sí misma y regresó-. ¡Dios! ¿Cuándo voy a aprender a confiar en mi primera impresión? -Dijo casi para sí-. Yo sabía que andabas tras de mí. ¿Para quién estás trabajando?
Él nombró a un famoso. ___(Tn) sacudió la cabeza.
-El peor, absolutamente el peor de todos. ¿Cómo pudiste?
-Necesitaba el dinero para mi siguiente viaje.
-A África ¿verdad? -Le preguntó burlona.
-Sí, a África.
___(Tn) señaló su rodilla mala.
-¿Y Centroamérica?
-Eso también es verdad. Soy un periodista investigador.
-Entonces… ¿por qué trabajas para ese vulgar periodicucho? -Inquirió.
Joseph se pasó una mano por el cabello.
-Soy independiente. Las revistas de noticias compran mis reportajes pero no pagan mis gastos.
___(Tn) se apartó el cabello que tenía sobre el rostro y se lo echó hacia atrás, retorciéndolo para formar un moño sobre su cabeza.
-¿Tenías intención de decírmelo? ¿O se suponía que yo me enteraría de todo en la columna de crónicas sociales junto a algún artículo sobre un extraño bebé de dos cabezas?
-Pretendía contártelo todo cuando saliéramos de aquí. Y no habrá ninguna historia, no voy a venderla.
-¿Por qué? Estoy segura de que vale una fortuna. Puedo imaginarme los titulares -desenredó su cabello para tener las manos libres-. Yo retocé desnudo en la nieve con ___(Tn) Beck. Probablemente con eso tendrás para dos o más «viajecitos».
-Ya sabes por qué.
-No, no lo sé -le respondió.
-Porque lo que ha sucedido no es asunto de nadie más, sino nuestro.
La poderosa mirada de los ojos de Joseph penetró a través de la bruma de aflicción y dolor que rodeaba a ___(Tn). Ella deseaba odiarlo, deseaba despotricar, bramar, arrancarle los ojos. Deseaba golpear su pecho, darle patadas en la rodilla herida y tirar con fuerza de su fabuloso cabello. Por supuesto se dijo, no haría nada de esas cosas.
-No te creo -afirmó ella con tono quedo.
-Es verdad. No quería que nos metiéramos en eso mientras estuviéramos atrapados aquí, porque…
-¿Porque…?
-Porque no deseaba tener esta… discusión.
-¿Ah, es eso lo que estamos haciendo? ¿Discutimos? -Inquirió ella.
-Trato de decirte la verdad.
___(Tn) lo estudió durante un largo rato.
-¿Eso es todo?
Joseph vaciló. No tenía por qué contarle lo de las fotografías y ella con toda seguridad nunca lo averiguaría. Él ya había tomado una decisión y no iba a venderlas. Por lo que a él se refería, esas fotos no existían.
-Sí, eso es todo.
Se quedó perfectamente inmóvil, manteniéndole la mirada. Tenía la sensación de que era lo menos que podía hacer, pero después de un rato, la rodilla empezó a dolerle y se puso un poco molesto.
-Di algo -le pidió.
-¿Qué quieres que diga?
-No lo sé. Grita, chilla, patalea. Algo, cualquier cosa, pero no te quedes ahí parada mirándome.
-Me has herido, Joseph Jonas -le aseguró.
-Lo sé.
-¿Es eso todo lo que tienes que decir?
-¿Lo siento?
-Eso no es suficiente. Yo me entregué a ti y tú me rechazaste. Me siento como una… -cerró los ojos con fuerza antes de continuar-. Si no me deseabas, debiste decírmelo.
-Sí que te deseo -dijo con tono suave.
-¿Cuánto?
-Mucho.
___(Tn) lo miraba fijamente. Levantó su mano y señaló la caja de preservativos sobre la mesa.
-Ya no existe ninguna excusa.
-No, no existen excusas.
Ella se mordió el labio.
-Entonces… pruébalo.
-¿Sucede algo malo? -Le preguntó; su mano sostenía abierta la puerta del armario de las medicinas.
Mientras él se apoyaba de forma casual contra la puerta del baño, su cuerpo radiaba oleadas del aire frío de la noche, en dirección a ella.
-No –respondió-. ¿Qué estás haciendo?
-Las aspirinas ¿recuerdas? Pensé que ibas en busca de algo de aire.
-Tenías razón. Hace demasiado frío ahí fuera -se acomodó detrás de ella-. Ya no me duele la cabeza -empujó con la palma de la mano la puerta del armario para cerrarla-. Olvida la aspirina.
-Joseph, no seas tonto -___(Tn) le apartó la mano y volvió a abrir el armario.
Él volvió a cerrar la puerta.
-No, realmente ya no las necesito.
___(Tn) hizo un gesto.
-¿Qué te pasa?
Guando volvió a abrir de nuevo la puerta, Joseph volvió a cerrarla. Sus codos chocaron y sus manos se enredaron dentro del armario haciendo que todo el contenido del mismo se desparramara sobre el lavabo.
___(Tn) y Joseph miraron las botellas, tubos… y la pequeña pero muy visible cajita cuadrada de color morado. Despacio, sin pronunciar una palabra, los dos se miraron fijamente. ___(Tn) levantó la caja de preservativos y la miró durante largo rato. Joseph observaba la miríada de emociones que cruzaron como un rayo por su rostro, culminando en una expresión de desilusión.
-Lo sabías ¿verdad? -Le preguntó.
No tenía sentido mentir.
-Sí.
___(Tn) sacudió lentamente la cabeza y recordó sus palabras de antes: «Por supuesto, corazón». Sintió un nudo en la garganta.
-Discúlpame -lo empujó para pasar y salir del baño.
-___(Tn)… -la llamó Joseph y luego la siguió hasta el cuarto principal.
Los ojos de ___(Tn) llameaban al mirarlo. Empezó a caminar de un lado a otro mientras alternativamente miraba la caja en su mano y a Joseph.
-¿Por qué? -Le preguntó.
-¿Por qué, qué?
-¿Por qué me hiciste pasar por toda esa ridícula y bochornosa conversación sobre hacer el amor y tener protección cuando durante todo el tiempo conocías la existencia de esto? -Le mostró la caja.
Joseph dio un paso hacia ella, pero no tomó la caja.
-Tengo mis razones.
-¿Oh, sí? ¿Te gustaría compartirlas conmigo? ¿Te gustaría contarme qué efecto tuvo en ti el hacerme quedar como una tonta?
-Tú no eres una ton…
-¡Ya! -Gritó frustrada y lanzó la caja al fuego.
Joseph, de forma instintiva saltó y, sin pensarlo, metió la mano dentro de la chimenea para rescatar la caja.
-¿Por qué rayos has hecho eso? -Le preguntó cuando hubo recuperado la cajita y la lanzó sobre la mesa.
-¿Por qué no? ¡Con toda seguridad nosotros no vamos a usarlos!
Se dio la vuelta para alejarse de él. Recogió su chaqueta del perchero y abrió la puerta.
-¿A dónde vas?
-Afuera.
-Eso no va a resolver nada.
-Funcionó contigo ¿no? Cada vez que no puedes soportar estar cerca de mí, huyes afuera.
Él llegó junto a ella y cerró la puerta.
-No funciona -dijo con tono suave. Su otro brazo bajó para atraparla de forma efectiva entre él y la puerta. Apoyó su cuerpo contra el de ella-. No puedo huir de ti. Estás en mi cabeza…
-¡Mentiras!
-No. Estás en mi corazón.
___(Tn) sacudió la cabeza y se negó a darse la vuelta y mirarlo. Estaba molesta, avergonzada y tan profundamente dolida que se sentía como si tuviera un cuchillo clavado en el pecho.
-No digas cosas que no quieras decir sólo para hacerme sentir mejor -su voz reflejaba la tensión de retener las lágrimas.
Joseph tomó su chaqueta y la dejó caer al suelo. Le puso las manos sobre los hombros y la hizo volver el rostro hacia él.
-Quise decir todo lo que te dije.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos.
-¿Acerca de…?
-Acerca de todo.
-Entonces ¿por qué?
-Tengo mis razones.
-Ya lo has dicho antes. ¿Qué razones?
Joseph inclinó la cabeza hacia atrás y se quedó mirando la viga del techo durante un largo rato antes de volver a bajar la mirada hacia ella.
-Yo no soy lo que tú crees que soy.
-No sé qué quieres decir con eso.
-Significa que si tú supieras quién soy yo, no querrías… Digamos que huirías como un demonio.
-¿Quién eres tú? ¿Un asesino?
-No, no seas ridícula -le dijo.
-¿Un ladrón?
-___(Tn)…
-¿Entonces qué? ¿Qué puedes ser que sea tan terrible que creas que por eso yo no te querría?
-Un periodista -la boca de ___(Tn) se abrió por completo al escuchar su respuesta. Una sonrisa torcida se dibujó en su rostro-. ¡Cierra la boca, ___(Tn)!
Su asombro dio paso a la comprensión.
-Entonces tú sí estabas siguiéndome ¿verdad?
-Sí.
-¡Lo sabía! -Se retiró de él, giró sobre sí misma y regresó-. ¡Dios! ¿Cuándo voy a aprender a confiar en mi primera impresión? -Dijo casi para sí-. Yo sabía que andabas tras de mí. ¿Para quién estás trabajando?
Él nombró a un famoso. ___(Tn) sacudió la cabeza.
-El peor, absolutamente el peor de todos. ¿Cómo pudiste?
-Necesitaba el dinero para mi siguiente viaje.
-A África ¿verdad? -Le preguntó burlona.
-Sí, a África.
___(Tn) señaló su rodilla mala.
-¿Y Centroamérica?
-Eso también es verdad. Soy un periodista investigador.
-Entonces… ¿por qué trabajas para ese vulgar periodicucho? -Inquirió.
Joseph se pasó una mano por el cabello.
-Soy independiente. Las revistas de noticias compran mis reportajes pero no pagan mis gastos.
___(Tn) se apartó el cabello que tenía sobre el rostro y se lo echó hacia atrás, retorciéndolo para formar un moño sobre su cabeza.
-¿Tenías intención de decírmelo? ¿O se suponía que yo me enteraría de todo en la columna de crónicas sociales junto a algún artículo sobre un extraño bebé de dos cabezas?
-Pretendía contártelo todo cuando saliéramos de aquí. Y no habrá ninguna historia, no voy a venderla.
-¿Por qué? Estoy segura de que vale una fortuna. Puedo imaginarme los titulares -desenredó su cabello para tener las manos libres-. Yo retocé desnudo en la nieve con ___(Tn) Beck. Probablemente con eso tendrás para dos o más «viajecitos».
-Ya sabes por qué.
-No, no lo sé -le respondió.
-Porque lo que ha sucedido no es asunto de nadie más, sino nuestro.
La poderosa mirada de los ojos de Joseph penetró a través de la bruma de aflicción y dolor que rodeaba a ___(Tn). Ella deseaba odiarlo, deseaba despotricar, bramar, arrancarle los ojos. Deseaba golpear su pecho, darle patadas en la rodilla herida y tirar con fuerza de su fabuloso cabello. Por supuesto se dijo, no haría nada de esas cosas.
-No te creo -afirmó ella con tono quedo.
-Es verdad. No quería que nos metiéramos en eso mientras estuviéramos atrapados aquí, porque…
-¿Porque…?
-Porque no deseaba tener esta… discusión.
-¿Ah, es eso lo que estamos haciendo? ¿Discutimos? -Inquirió ella.
-Trato de decirte la verdad.
___(Tn) lo estudió durante un largo rato.
-¿Eso es todo?
Joseph vaciló. No tenía por qué contarle lo de las fotografías y ella con toda seguridad nunca lo averiguaría. Él ya había tomado una decisión y no iba a venderlas. Por lo que a él se refería, esas fotos no existían.
-Sí, eso es todo.
Se quedó perfectamente inmóvil, manteniéndole la mirada. Tenía la sensación de que era lo menos que podía hacer, pero después de un rato, la rodilla empezó a dolerle y se puso un poco molesto.
-Di algo -le pidió.
-¿Qué quieres que diga?
-No lo sé. Grita, chilla, patalea. Algo, cualquier cosa, pero no te quedes ahí parada mirándome.
-Me has herido, Joseph Jonas -le aseguró.
-Lo sé.
-¿Es eso todo lo que tienes que decir?
-¿Lo siento?
-Eso no es suficiente. Yo me entregué a ti y tú me rechazaste. Me siento como una… -cerró los ojos con fuerza antes de continuar-. Si no me deseabas, debiste decírmelo.
-Sí que te deseo -dijo con tono suave.
-¿Cuánto?
-Mucho.
___(Tn) lo miraba fijamente. Levantó su mano y señaló la caja de preservativos sobre la mesa.
-Ya no existe ninguna excusa.
-No, no existen excusas.
Ella se mordió el labio.
-Entonces… pruébalo.
Aquí la primera parte del capitulo. Un beso. Ciao♥
Karely Jonatika
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
Awuaaaaa...........
Me moriiiiiiiiiii
Y eestarann juntos *-*
Siguelaa dioss mioo
Cada dia me fascina mas!
Siguelaaa
Att: tu mega fielisima lectorabq
Me moriiiiiiiiiii
Y eestarann juntos *-*
Siguelaa dioss mioo
Cada dia me fascina mas!
Siguelaaa
Att: tu mega fielisima lectorabq
Yhosdaly
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
are you crazy or what como lo dejas ahiiiiiiiii
woahhhh!!!!! qe caps.... simplemente sin palabras
dios creo qe me va dar algo jejejejejejeje
pliss seguilaaaaaaaa
estaves si me muero eso siiii jejejejejejejeje
seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
woahhhh!!!!! qe caps.... simplemente sin palabras
dios creo qe me va dar algo jejejejejejeje
pliss seguilaaaaaaaa
estaves si me muero eso siiii jejejejejejejeje
seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
celestial
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
siiiii seguila prontooooooo!!!
tu nove es simplemente SSSUPER GENIALLLL!!!
me deja con ganas de +++++++++ :twisted:
seguilaaaaaaaaaa plissssssss :twisted:
tu nove es simplemente SSSUPER GENIALLLL!!!
me deja con ganas de +++++++++ :twisted:
seguilaaaaaaaaaa plissssssss :twisted:
celestial
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
♥Capítulo Ocho: Parte-.2♥
Joseph no sólo sintió sino que escuchó su propia sangre correr hacia la cabeza como un chorro de agua en erupción. No le respondió porque no podía hablar. Apenas podía respirar, ya que su pulso rugía en sus oídos y bloqueaba todo pensamiento coherente y racional. Dio un paso hacia ella.
-Pero no lo digas para parecer astuta, ___(Tn). Dilo porque lo sientes.
Ella levantó la barbilla.
-Eso quiero decir.
Joseph dio otro paso y se quedó quieto. ___(Tn) siguió su progreso con los ojos. Mientras tanto el significado de su intención la golpeó, su bravata le falló y, de forma instintiva, dio un paso atrás con cada uno de los que él avanzaba. Se detuvo cuando su espalda chocó contra el mostrador de la cocina y extendió las manos hacia atrás, para apoyarse. Por entonces él ya estaba frente a ella; sus cuerpos casi se tocaban. Joseph colocó una mano a cada lado y se cernió sobre ella. No parecía exactamente amenazador, pero resultaba… poderoso. ___(Tn) sintió que su pulso se aceleraba.
-¿Has cambiado de parecer? -Le preguntó él.
-No.
-Bien.
Joseph se inclinó sobre ella y la besó. ___(Tn) cerró los ojos y permitió que él siguiera su camino. Se irguió y apresó los fuertes hombros en busca de apoyo; fue bueno que lo hiciera, porque ése era un beso con «B» mayúscula. Él no le ofreció dulces preliminares, ni pequeños mordiscos, ni un lento y sensual roce de labios. Su lengua invadió la boca de ella en un único movimiento, con la fuerza de un huracán devorador.
Las pestañas de ___(Tn) se agitaron cuando abrió los ojos. Él la observaba mientras la besaba y sus ojos miel retenían la mirada de los de ella de forma directa y firme. Joseph parecía hacer todo tipo de preguntas silenciosas sobre ella, sobre él mismo. La joven se puso de puntillas, se apretó contra él, se frotó y aproximó más y más, respondiéndole de forma alta y clara con el lenguaje de su cuerpo.
Las manos de Joseph bajaron y acunaron su trasero.
Al principio él trató de aquietar los movimientos eróticos de ella, pero al sentir la suave carne en sus manos, empezó a acariciarla, acomodándola a su dura excitación. Un gemido emergió desde el fondo de la garganta de ___(Tn) cuando su cuerpo se derritió en respuestas.
Él la levantó hasta el mostrador y se colocó entre sus rodillas abiertas. Sus labios abandonaron su boca para besarle las mejillas, la barbilla, el cálido y suave lugar detrás de su oreja. ___(Tn) respiraba de forma pesada, como si hubiera corrido una maratón. No podía mantener las manos quietas y vagaron sobre su pecho, hombros y espalda, tan bajo como pudieron llegar.
Joseph le subió el suéter sólo lo suficiente para dejar expuestos sus senos. Enterró su rostro entre las gloriosas colinas, respirando su aroma y tratando al mismo tiempo de controlar su devorador deseo de la mejor forma posible. No tenía sentido. Él tenía que probarla, llevarla a su boca y succionar esos dulces pezones hasta que estuvieran tensos, llenos, abultados y ardientes como lo estuvieron la primera vez que los vio a través del objetivo de su cámara.
___(Tn) echó la cabeza hacia atrás mientras él se daba un festín con ella. A su vez, enterró los dedos en su cabello y sujetó un mechón del que tiró con fuerza con cada empuje de la boca de él. Se inclinó y sus manos insinuantes se deslizaron por el cuello de su camisa para acariciar los duros músculos de su espalda. Él se incendiaba y el calor de su piel la quemó.
Los labios de él volvieron a los suyos, hambrientos en busca de su boca. Él acunaba un seno en cada mano, pesaba su plenitud en las palmas y sus pulgares acariciaban sus doloridos pezones. ___(Tn) apretó sus muslos en torno a él, cruzando las piernas alrededor de su cintura para retenerlo junto a ella tan fuerte como le era posible. Pero Joseph no había pensado en escapar. El único pensamiento coherente que tenía era desembarazarse de la barrera de ropa que le parecía tan abrasiva y áspera sobre su sensitiva piel.
-Quiero estar aquí… -se presionó contra ella-… dentro de ti. ¡Oh, amor mío! Profundamente dentro de ti.
-Sí -susurró ella contra su boca-. Por favor ¡oh, por favor Joseph! ¡Ahora!
Era todo lo que Joseph necesitaba. Su lengua se sumió en la boca de ella mientras que la levantaba del mostrador y la llevaba en brazos hasta el colchón. ___(Tn) musitó algo cuando pasaron junto a la mesa y Joseph, sin perder el ritmo de sus pasos, la inclinó. Ella soltó una mano de su hombro el tiempo suficiente para recoger la cajita de color morado.
Cayeron juntos con fuerza sobre el colchón.
-Tu rodilla…
-¿Qué rodilla?
Lo último que estaba en la mente de Joseph era su rodilla. Sólo había una parte de su anatomía que en ese momento le lastimaba; era la única en la cual él tenía interés.
La besó cuando buscaba la cintura de sus pantalones de esquiar. ___(Tn) se quitó las botas. Trabajaron juntos con frenesí para desvestirla y cuando terminaron, todo lo que Joseph pudo hacer fue sentarse y admirar la perfección de su cuerpo.
-Eres tan hermosa…
Él deslizó una mano por su cuerpo, empezando por el hoyito de su clavícula y moviéndose despacio, acariciador, por su torso hasta llegar justo arriba del lugar que ansiaba de forma desesperada su contacto. ___(Tn) se había olvidado de sus acciones, se retorcía bajo su asalto; abrió las piernas y levantó sus caderas de forma leve para incitarlo.
-Sigue, no te detengas. ¡Oh, Joseph, tócame…! ¡Tócame…!
Joseph la complació. Enredó los dedos en el nido de rizos rojizos. Cuando la tocó de manera íntima con la yema del pulgar, su cuerpo entero se estremeció. Ella era tan suave, tan cálida y, mientras él continuaba con su exploración tan húmeda por el deseo… Y era toda para él.
«Me rindo», se dijo en silencio.
Él se levantó, se quitó las botas y se despojó de la ropa a toda velocidad. ___(Tn) observaba su acto acrobático de desnudismo y su corazón empezó a palpitar con fuerza en su pecho. Ella había visto a hombres desnudos antes; sin embargo, ninguno de sus sueños o experiencias pudo prepararla para lo que sintió ante la vista de Joseph desnudo, orgulloso y completamente excitado.
Ella levantó los brazos hacia él y sonrió. Joseph pensó que aquella sonrisa lenta y seductora era su obra. Se inclinó sobre ella y con delicadeza se acomodó entre sus piernas mientras apoyaba el peso de su cuerpo sobre sus codos. Le besó su cuello y aspiró su distintivo y erótico perfume de mujer. Estaba intoxicado y tan perdido para el mundo que lo rodeaba que ya no sabía ni le preocupaba quién era ella, quién era él o qué razones los habían mantenido apartados.
El cuerpo de ___(Tn) estaba relajado bajo el suyo. Se encontraba en un estado de ensoñación y respondía a cada contacto. Joseph acariciaba cada centímetro de su cuerpo con los dedos, la lengua, los labios, en forma descendente, mordisqueando su vientre, el interior de sus muslos. Cuando él llevó sus labios hasta los suyos, ella estaba lista. Abrió la boca e inició el beso tocando con su lengua la suya, urgiéndolo a que ambos se fundieran en uno. Ella estaba madura, preparada. Todos aquellos años y todas las dudas se desvanecieron cuando ella se regocijó en su suerte, en la fortuna o el destino que los había unido. Él era real, apropiado; era suyo.
Cuando ___(Tn) bajó la mano y acarició su sexo, Joseph gimió contra sus labios.
-Oh, amor mío…
Él trató de retirarse de su sensual asalto, pues deseaba que no hubiera fallos y pudiera prolongar el placer un poco más. Buscó el preservativo y se lo puso con rapidez. Cuando volvió a ella, se colocó de forma que estuvo listo para convertirlos en uno.
-Ahora -le rogó.
Con un movimiento completo y seguro de sus caderas, Joseph se sumió en ella. Bueno… casi porque algo lo detenía. Su mente estaba demasiado nublada por el deseo para pensar de forma correcta. Se retiró y con mayor empuje lo intentó de nuevo. Su mente quizá no funcionaba adecuadamente, pero su cuerpo respondió de inmediato a la incomodidad de ella.
-¿___(Tn)? -La miró y vio que tenía los ojos llenos de lágrimas-. ¿Qué sucede?
-Por favor, no te enfades -le dijo y sus pestañas brillaron por las lágrimas no derramadas.
-¿Qué…? -La comprensión de su virginidad lo golpeó como el puño de un peso pesado entre los ojos. El cuerpo de Joseph, antes incendiado de deseo, recuperó el control de todos sus pensamientos y acciones. Cerró los ojos y descansó la frente contra la suya-. ¿Por qué no me lo dijiste?
-¿Me habrías creído?
-No.
-No vas a detenerte ¿verdad? -La voz de ella estaba estrangulada por el temor.
Joseph besó sus lágrimas para secarlas y sacudió la cabeza.
-No… no hay forma -dijo y enterró los dedos en su cabello mientras rozaba tiernamente sus labios con los suyos-. No quiero hacerte daño, amor mío, pero no hay forma en esta tierra de Dios de que yo pueda detenerme ahora. No a menos que tú quieras que yo lo haga.
-Yo te deseo -le susurró ella-. Te deseo todo.
Él se sintió henchir dentro de ella cuando sus palabras lo acariciaron. No quería causarle ni el más mínimo dolor, pero debía hacerlo, aunque fuera por un instante.
-Yo lo haré bien para ti -le dijo y, con esa promesa, su cuerpo surgió de nuevo.
___(Tn) enterró las uñas en sus hombros. El dolor estaba allí, pero con él llegó una promesa de placer tan intensa que casi dio la bienvenida a la incomodidad inicial. Él la estiró, la llenó, de una sola vez la convirtió en la mujer que ella tanto había soñado ser. Él salió casi por completo y luego, despacio, con extremo cuidado, se deslizó de nuevo dentro de ella. Repitió la acción, dentro, fuera, una y otra vez, hasta que ella se olvidó de pensar y de forma instintiva empezó a moverse con él; subía, se agarraba y enterraba las uñas hasta que se sumergió en una brillantez que amenazó con cegarla.
Él bajó la mano entre sus cuerpos y encontró el centro de su deseo. Despacio, con firmeza y seguridad, la acarició con el pulgar al compás con sus movimientos y, con su tierno asalto cumplió su promesa. ___(Tn) arqueó la espalda cuando los espasmos se iniciaron. Un gemido se formó en el fondo de su garganta y encontró su salida a través de los labios. Ella simultáneamente lo empujaba y atraía hacia él cuando las oleadas de placer la invadieron y la hicieron tomar parte en el viaje de su vida.
Joseph no era pareja para su respuesta desinhibida. El cuerpo de él había estado demasiado tenso durante demasiado tiempo para luchar con ella durante un minuto más. La aproximó más hacia sí mientras se dejaba volar junto con ella. Fue el más glorioso, poderoso y desgarrador clímax que hubiera tenido. Ni siquiera intentó comprender por qué sucedía. Lentamente, rodó hacia un lado, conectado con ___(Tn) en más de una forma. Aunque no le gustara admitirlo, incluso en ese momento, ese era el más perfecto momento de su vida.
Le retiró un mechón de cabello de su rostro sonriente, y deslizó un dedo por su labio inferior.
-Hace usted muchos ruiditos, señora Beck -dijo Joseph con una sonrisa.
-Hice mucho ruido ¿verdad?
-Pudiste despertar a un muerto.
Con un gesto juguetón le dio un golpecito en el hombro.
-No sabía que sería así -expresó suavemente.
-Lo sé.
-¿Lo sientes? -Le preguntó.
-¿Por ser el primero en hacer el amor contigo?
-Sí.
-No. Sólo me hubiera gustado saberlo. Hubiera intentado hacerlo mejor.
-No podía haber sido mejor -rozó sus labios con los suyos-. Gracias, Joseph Jonas.
—Oh, eres muy amable, señora Beck -la besó. En esa ocasión fue un beso cálido, con sus alientos mezclados, un beso reafirmante-. ___(Tn) ¿tienes alguna idea de lo que me haces? Podría volver a tomarte ahora mismo.
-Hazlo -le dijo.
Él soltó una risita.
-Te lastimaría mortalmente si lo hiciera.
-No me importa.
Joseph se retiró y se levantó.
-Bueno, yo sí. Quiero que puedas salir caminando de aquí.
___(Tn) se sentó y lo observó mientras se ponía sus vaqueros y caminaba hasta el baño.
-¿Qué tiene de fabuloso caminar?
Ella lo oyó reír y sonrió para sí. Estaba completamente feliz, satisfecha y hambrienta, todo al mismo tiempo.
-Acuéstate -le dijo él cuando regresó con una toalla húmeda.
Ella obedeció mientras él con delicadeza, lavaba la evidencia de su amor.
-¿Sabes? Me estoy enamorando de ti.
La mano de Joseph se quedó inmóvil por un momento antes de continuar.
-No digas cosas como ésa.
-¿Por qué no?
-Porque lo que estás sintiendo es algo natural ahora… en estas circunstancias.
-¿Circunstancias?
-El que yo sea el primero y todo eso. Es como si se nublase el panorama -completó su tarea y se apartó de ella.
___(Tn) se levantó. Recogió la camisa que él se había quitado y se la puso.
-¿Y cuál es la solución?
Joseph la miraba con la vista fija en su camisa sin abrochar, que apenas cubría sus blancos y cremosos muslos. De nuevo se excitó y se quedó maravillado de que pudiera reaccionar de esa forma por ella tan pronto.
-Ven aquí -le dijo.
-¿Qué, Joseph?
Él asió su mano y la atrajo hacia sí. Le apartó la camisa a un lado para acunar sus senos. Ella desfalleció sobre él cuando enterró el rostro en su cuello. Un calor líquido se extendió a través de ___(Tn). Lo deseaba de nuevo, tanto como él a ella.
-Pero no lo digas para parecer astuta, ___(Tn). Dilo porque lo sientes.
Ella levantó la barbilla.
-Eso quiero decir.
Joseph dio otro paso y se quedó quieto. ___(Tn) siguió su progreso con los ojos. Mientras tanto el significado de su intención la golpeó, su bravata le falló y, de forma instintiva, dio un paso atrás con cada uno de los que él avanzaba. Se detuvo cuando su espalda chocó contra el mostrador de la cocina y extendió las manos hacia atrás, para apoyarse. Por entonces él ya estaba frente a ella; sus cuerpos casi se tocaban. Joseph colocó una mano a cada lado y se cernió sobre ella. No parecía exactamente amenazador, pero resultaba… poderoso. ___(Tn) sintió que su pulso se aceleraba.
-¿Has cambiado de parecer? -Le preguntó él.
-No.
-Bien.
Joseph se inclinó sobre ella y la besó. ___(Tn) cerró los ojos y permitió que él siguiera su camino. Se irguió y apresó los fuertes hombros en busca de apoyo; fue bueno que lo hiciera, porque ése era un beso con «B» mayúscula. Él no le ofreció dulces preliminares, ni pequeños mordiscos, ni un lento y sensual roce de labios. Su lengua invadió la boca de ella en un único movimiento, con la fuerza de un huracán devorador.
Las pestañas de ___(Tn) se agitaron cuando abrió los ojos. Él la observaba mientras la besaba y sus ojos miel retenían la mirada de los de ella de forma directa y firme. Joseph parecía hacer todo tipo de preguntas silenciosas sobre ella, sobre él mismo. La joven se puso de puntillas, se apretó contra él, se frotó y aproximó más y más, respondiéndole de forma alta y clara con el lenguaje de su cuerpo.
Las manos de Joseph bajaron y acunaron su trasero.
Al principio él trató de aquietar los movimientos eróticos de ella, pero al sentir la suave carne en sus manos, empezó a acariciarla, acomodándola a su dura excitación. Un gemido emergió desde el fondo de la garganta de ___(Tn) cuando su cuerpo se derritió en respuestas.
Él la levantó hasta el mostrador y se colocó entre sus rodillas abiertas. Sus labios abandonaron su boca para besarle las mejillas, la barbilla, el cálido y suave lugar detrás de su oreja. ___(Tn) respiraba de forma pesada, como si hubiera corrido una maratón. No podía mantener las manos quietas y vagaron sobre su pecho, hombros y espalda, tan bajo como pudieron llegar.
Joseph le subió el suéter sólo lo suficiente para dejar expuestos sus senos. Enterró su rostro entre las gloriosas colinas, respirando su aroma y tratando al mismo tiempo de controlar su devorador deseo de la mejor forma posible. No tenía sentido. Él tenía que probarla, llevarla a su boca y succionar esos dulces pezones hasta que estuvieran tensos, llenos, abultados y ardientes como lo estuvieron la primera vez que los vio a través del objetivo de su cámara.
___(Tn) echó la cabeza hacia atrás mientras él se daba un festín con ella. A su vez, enterró los dedos en su cabello y sujetó un mechón del que tiró con fuerza con cada empuje de la boca de él. Se inclinó y sus manos insinuantes se deslizaron por el cuello de su camisa para acariciar los duros músculos de su espalda. Él se incendiaba y el calor de su piel la quemó.
Los labios de él volvieron a los suyos, hambrientos en busca de su boca. Él acunaba un seno en cada mano, pesaba su plenitud en las palmas y sus pulgares acariciaban sus doloridos pezones. ___(Tn) apretó sus muslos en torno a él, cruzando las piernas alrededor de su cintura para retenerlo junto a ella tan fuerte como le era posible. Pero Joseph no había pensado en escapar. El único pensamiento coherente que tenía era desembarazarse de la barrera de ropa que le parecía tan abrasiva y áspera sobre su sensitiva piel.
-Quiero estar aquí… -se presionó contra ella-… dentro de ti. ¡Oh, amor mío! Profundamente dentro de ti.
-Sí -susurró ella contra su boca-. Por favor ¡oh, por favor Joseph! ¡Ahora!
Era todo lo que Joseph necesitaba. Su lengua se sumió en la boca de ella mientras que la levantaba del mostrador y la llevaba en brazos hasta el colchón. ___(Tn) musitó algo cuando pasaron junto a la mesa y Joseph, sin perder el ritmo de sus pasos, la inclinó. Ella soltó una mano de su hombro el tiempo suficiente para recoger la cajita de color morado.
Cayeron juntos con fuerza sobre el colchón.
-Tu rodilla…
-¿Qué rodilla?
Lo último que estaba en la mente de Joseph era su rodilla. Sólo había una parte de su anatomía que en ese momento le lastimaba; era la única en la cual él tenía interés.
La besó cuando buscaba la cintura de sus pantalones de esquiar. ___(Tn) se quitó las botas. Trabajaron juntos con frenesí para desvestirla y cuando terminaron, todo lo que Joseph pudo hacer fue sentarse y admirar la perfección de su cuerpo.
-Eres tan hermosa…
Él deslizó una mano por su cuerpo, empezando por el hoyito de su clavícula y moviéndose despacio, acariciador, por su torso hasta llegar justo arriba del lugar que ansiaba de forma desesperada su contacto. ___(Tn) se había olvidado de sus acciones, se retorcía bajo su asalto; abrió las piernas y levantó sus caderas de forma leve para incitarlo.
-Sigue, no te detengas. ¡Oh, Joseph, tócame…! ¡Tócame…!
Joseph la complació. Enredó los dedos en el nido de rizos rojizos. Cuando la tocó de manera íntima con la yema del pulgar, su cuerpo entero se estremeció. Ella era tan suave, tan cálida y, mientras él continuaba con su exploración tan húmeda por el deseo… Y era toda para él.
«Me rindo», se dijo en silencio.
Él se levantó, se quitó las botas y se despojó de la ropa a toda velocidad. ___(Tn) observaba su acto acrobático de desnudismo y su corazón empezó a palpitar con fuerza en su pecho. Ella había visto a hombres desnudos antes; sin embargo, ninguno de sus sueños o experiencias pudo prepararla para lo que sintió ante la vista de Joseph desnudo, orgulloso y completamente excitado.
Ella levantó los brazos hacia él y sonrió. Joseph pensó que aquella sonrisa lenta y seductora era su obra. Se inclinó sobre ella y con delicadeza se acomodó entre sus piernas mientras apoyaba el peso de su cuerpo sobre sus codos. Le besó su cuello y aspiró su distintivo y erótico perfume de mujer. Estaba intoxicado y tan perdido para el mundo que lo rodeaba que ya no sabía ni le preocupaba quién era ella, quién era él o qué razones los habían mantenido apartados.
El cuerpo de ___(Tn) estaba relajado bajo el suyo. Se encontraba en un estado de ensoñación y respondía a cada contacto. Joseph acariciaba cada centímetro de su cuerpo con los dedos, la lengua, los labios, en forma descendente, mordisqueando su vientre, el interior de sus muslos. Cuando él llevó sus labios hasta los suyos, ella estaba lista. Abrió la boca e inició el beso tocando con su lengua la suya, urgiéndolo a que ambos se fundieran en uno. Ella estaba madura, preparada. Todos aquellos años y todas las dudas se desvanecieron cuando ella se regocijó en su suerte, en la fortuna o el destino que los había unido. Él era real, apropiado; era suyo.
Cuando ___(Tn) bajó la mano y acarició su sexo, Joseph gimió contra sus labios.
-Oh, amor mío…
Él trató de retirarse de su sensual asalto, pues deseaba que no hubiera fallos y pudiera prolongar el placer un poco más. Buscó el preservativo y se lo puso con rapidez. Cuando volvió a ella, se colocó de forma que estuvo listo para convertirlos en uno.
-Ahora -le rogó.
Con un movimiento completo y seguro de sus caderas, Joseph se sumió en ella. Bueno… casi porque algo lo detenía. Su mente estaba demasiado nublada por el deseo para pensar de forma correcta. Se retiró y con mayor empuje lo intentó de nuevo. Su mente quizá no funcionaba adecuadamente, pero su cuerpo respondió de inmediato a la incomodidad de ella.
-¿___(Tn)? -La miró y vio que tenía los ojos llenos de lágrimas-. ¿Qué sucede?
-Por favor, no te enfades -le dijo y sus pestañas brillaron por las lágrimas no derramadas.
-¿Qué…? -La comprensión de su virginidad lo golpeó como el puño de un peso pesado entre los ojos. El cuerpo de Joseph, antes incendiado de deseo, recuperó el control de todos sus pensamientos y acciones. Cerró los ojos y descansó la frente contra la suya-. ¿Por qué no me lo dijiste?
-¿Me habrías creído?
-No.
-No vas a detenerte ¿verdad? -La voz de ella estaba estrangulada por el temor.
Joseph besó sus lágrimas para secarlas y sacudió la cabeza.
-No… no hay forma -dijo y enterró los dedos en su cabello mientras rozaba tiernamente sus labios con los suyos-. No quiero hacerte daño, amor mío, pero no hay forma en esta tierra de Dios de que yo pueda detenerme ahora. No a menos que tú quieras que yo lo haga.
-Yo te deseo -le susurró ella-. Te deseo todo.
Él se sintió henchir dentro de ella cuando sus palabras lo acariciaron. No quería causarle ni el más mínimo dolor, pero debía hacerlo, aunque fuera por un instante.
-Yo lo haré bien para ti -le dijo y, con esa promesa, su cuerpo surgió de nuevo.
___(Tn) enterró las uñas en sus hombros. El dolor estaba allí, pero con él llegó una promesa de placer tan intensa que casi dio la bienvenida a la incomodidad inicial. Él la estiró, la llenó, de una sola vez la convirtió en la mujer que ella tanto había soñado ser. Él salió casi por completo y luego, despacio, con extremo cuidado, se deslizó de nuevo dentro de ella. Repitió la acción, dentro, fuera, una y otra vez, hasta que ella se olvidó de pensar y de forma instintiva empezó a moverse con él; subía, se agarraba y enterraba las uñas hasta que se sumergió en una brillantez que amenazó con cegarla.
Él bajó la mano entre sus cuerpos y encontró el centro de su deseo. Despacio, con firmeza y seguridad, la acarició con el pulgar al compás con sus movimientos y, con su tierno asalto cumplió su promesa. ___(Tn) arqueó la espalda cuando los espasmos se iniciaron. Un gemido se formó en el fondo de su garganta y encontró su salida a través de los labios. Ella simultáneamente lo empujaba y atraía hacia él cuando las oleadas de placer la invadieron y la hicieron tomar parte en el viaje de su vida.
Joseph no era pareja para su respuesta desinhibida. El cuerpo de él había estado demasiado tenso durante demasiado tiempo para luchar con ella durante un minuto más. La aproximó más hacia sí mientras se dejaba volar junto con ella. Fue el más glorioso, poderoso y desgarrador clímax que hubiera tenido. Ni siquiera intentó comprender por qué sucedía. Lentamente, rodó hacia un lado, conectado con ___(Tn) en más de una forma. Aunque no le gustara admitirlo, incluso en ese momento, ese era el más perfecto momento de su vida.
Le retiró un mechón de cabello de su rostro sonriente, y deslizó un dedo por su labio inferior.
-Hace usted muchos ruiditos, señora Beck -dijo Joseph con una sonrisa.
-Hice mucho ruido ¿verdad?
-Pudiste despertar a un muerto.
Con un gesto juguetón le dio un golpecito en el hombro.
-No sabía que sería así -expresó suavemente.
-Lo sé.
-¿Lo sientes? -Le preguntó.
-¿Por ser el primero en hacer el amor contigo?
-Sí.
-No. Sólo me hubiera gustado saberlo. Hubiera intentado hacerlo mejor.
-No podía haber sido mejor -rozó sus labios con los suyos-. Gracias, Joseph Jonas.
—Oh, eres muy amable, señora Beck -la besó. En esa ocasión fue un beso cálido, con sus alientos mezclados, un beso reafirmante-. ___(Tn) ¿tienes alguna idea de lo que me haces? Podría volver a tomarte ahora mismo.
-Hazlo -le dijo.
Él soltó una risita.
-Te lastimaría mortalmente si lo hiciera.
-No me importa.
Joseph se retiró y se levantó.
-Bueno, yo sí. Quiero que puedas salir caminando de aquí.
___(Tn) se sentó y lo observó mientras se ponía sus vaqueros y caminaba hasta el baño.
-¿Qué tiene de fabuloso caminar?
Ella lo oyó reír y sonrió para sí. Estaba completamente feliz, satisfecha y hambrienta, todo al mismo tiempo.
-Acuéstate -le dijo él cuando regresó con una toalla húmeda.
Ella obedeció mientras él con delicadeza, lavaba la evidencia de su amor.
-¿Sabes? Me estoy enamorando de ti.
La mano de Joseph se quedó inmóvil por un momento antes de continuar.
-No digas cosas como ésa.
-¿Por qué no?
-Porque lo que estás sintiendo es algo natural ahora… en estas circunstancias.
-¿Circunstancias?
-El que yo sea el primero y todo eso. Es como si se nublase el panorama -completó su tarea y se apartó de ella.
___(Tn) se levantó. Recogió la camisa que él se había quitado y se la puso.
-¿Y cuál es la solución?
Joseph la miraba con la vista fija en su camisa sin abrochar, que apenas cubría sus blancos y cremosos muslos. De nuevo se excitó y se quedó maravillado de que pudiera reaccionar de esa forma por ella tan pronto.
-Ven aquí -le dijo.
-¿Qué, Joseph?
Él asió su mano y la atrajo hacia sí. Le apartó la camisa a un lado para acunar sus senos. Ella desfalleció sobre él cuando enterró el rostro en su cuello. Un calor líquido se extendió a través de ___(Tn). Lo deseaba de nuevo, tanto como él a ella.
Aquí les dejo la segunda parte del capítulo, un beso. Ciao♥
Karely Jonatika
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
Hhhhhhhhhhhhh por segunda vez!!!!
Siguelaa por amor de diosss!
Esta nove cada dia me adicta mass!!
Siguelaaaa!!!
Siguelaaaaa!!!
Ahhhh por segunda vez!!!
Siguelaa!
Siguelaaa
Siguelaa
Att: tu megaa fielisimaaa lectoraaa!!!
Siguelaa por amor de diosss!
Esta nove cada dia me adicta mass!!
Siguelaaaa!!!
Siguelaaaaa!!!
Ahhhh por segunda vez!!!
Siguelaa!
Siguelaaa
Siguelaa
Att: tu megaa fielisimaaa lectoraaa!!!
Yhosdaly
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
FUCCKKKKKKKKKKKKKK
DIOS HOY SI T PASASTES DE LA RAYA HEEEE!! JAJAJAJAJA
OMG ESO SI ESTRUVO BUENISIMOOOO
JAJAJAJAJAJAJAJA ME ENCNATOOOOOOOO!!
DIOS DE LA EMOCION YA NI HABLAR PUEDO PSS JAJAJAJAJA
QE CAP TAN INTENSO ENSERIO !!!
WOAHHHHH SIN PALABRAS JAJAJAJAJA
SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ANTES DE QE XPLOTEEEE JEJEJEJEJE
DIOS HOY SI T PASASTES DE LA RAYA HEEEE!! JAJAJAJAJA
OMG ESO SI ESTRUVO BUENISIMOOOO
JAJAJAJAJAJAJAJA ME ENCNATOOOOOOOO!!
DIOS DE LA EMOCION YA NI HABLAR PUEDO PSS JAJAJAJAJA
QE CAP TAN INTENSO ENSERIO !!!
WOAHHHHH SIN PALABRAS JAJAJAJAJA
SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ANTES DE QE XPLOTEEEE JEJEJEJEJE
celestial
Re: "Una Niña Rica" (Joe&Tu) [TERMINADA]
es genial m ncanta.. :z: ...siguela.. :z: ... :(L): ..!!
Invitado
Invitado
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