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Viaje al Infierno (Joe y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Viaje al Infierno (Joe y tu)
Nombre: Viaje al Infierno
Autor: La autora de esta adaptacion que subire soy yo (Laura Jonas)
Adaptación: Si
Género: Romance, Drama y algo Hot
Advertencias: Umn...es algo corta u quizas no suba muy seguido
Otras Páginas: Ps...quizas hayan
Viaje al Infierno
El deseo y el amor de _________ se convirtieron en sed de venganza…
Cuando ________ fue secuestrada por un grupo de terroristas, pensó que estaba viviendo una pesadilla. Pero pronto se dio cuenta de que aquello era muy real y tuvo que someterse a la voluntad de sus secuestradores. Joe, el hombre al que amaba, resultó ser su peor enemigo, pero, a pesar de ser calculador y desalmado, constituía su única esperanza de salvación… y de futura felicidad.
Autor: La autora de esta adaptacion que subire soy yo (Laura Jonas)
Adaptación: Si
Género: Romance, Drama y algo Hot
Advertencias: Umn...es algo corta u quizas no suba muy seguido
Otras Páginas: Ps...quizas hayan
Viaje al Infierno
El deseo y el amor de _________ se convirtieron en sed de venganza…
Cuando ________ fue secuestrada por un grupo de terroristas, pensó que estaba viviendo una pesadilla. Pero pronto se dio cuenta de que aquello era muy real y tuvo que someterse a la voluntad de sus secuestradores. Joe, el hombre al que amaba, resultó ser su peor enemigo, pero, a pesar de ser calculador y desalmado, constituía su única esperanza de salvación… y de futura felicidad.
Última edición por ♫ Laura Jonas ♥ el Dom 22 Ene 2012, 10:19 pm, editado 1 vez
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
Bueno aqui estoy yo de nuevo :D
Laura Jonas :hi:
Me conoceran algunas de mis adaptaciones pasadas como: Soy Toda Tuya, Mujer a la Fuga (Las mas populares) y mi ultima adaptacion: El Principe Ruso.
Y si no me conoces pues pasate a leer todas mis adaptaciones y mis dos noves originales, todas estan en mi firma, alla te espero :D
Espero les guste esta nove, a mi me gusto mucho, por eso quiero compartirla con ustedes :D
Bueno espero ver comments asi subo capis.
Bye :hi:
Laura Jonas :hi:
Me conoceran algunas de mis adaptaciones pasadas como: Soy Toda Tuya, Mujer a la Fuga (Las mas populares) y mi ultima adaptacion: El Principe Ruso.
Y si no me conoces pues pasate a leer todas mis adaptaciones y mis dos noves originales, todas estan en mi firma, alla te espero :D
Espero les guste esta nove, a mi me gusto mucho, por eso quiero compartirla con ustedes :D
Bueno espero ver comments asi subo capis.
Bye :hi:
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
Si me dejan dos comments subo capi 1 COMPLETITO!!! :grupo:
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
andreita escribió:nueva lectora
se ve suepr
siguela
Me encanta tenerte de nuevo por otra de mis adaptaciones
Que bueno que te haya gustado :D
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
Nueva lectoraaa!
Omj la rayis fue secuestrada por terroristas! :$
Ya quieero cap!!
Siguelaaa!
Omj la rayis fue secuestrada por terroristas! :$
Ya quieero cap!!
Siguelaaa!
☎ Jimena Horan ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
♫ Laura Jonas escribió:andreita escribió:nueva lectora
se ve suepr
siguela
Me encanta tenerte de nuevo por otra de mis adaptaciones
Que bueno que te haya gustado :D
garcias lau pero
es inevitable
todas tus noves
son suepr buenas :)
andreita
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
Capitulo 1
—________, ¡estás maravillosa! ¡Te pareces tanto a tu madre! —escondido en el tono orgulloso de su padre, estaba el dolor. __________ se dio cuenta y comprendió el motivo.
Durante largo tiempo habían permanecido separados. Casi desde el día que falleció su madre. En ese entonces era una colegiala de doce años, y su padre, un desconsolado hombre de negocios, cuarentón. Pero eso pertenecía al pasado, ya que de manera poco menos que milagrosa se habían reunido otra vez, y los dos valoraban mucho su nueva relación.
—¿Te gusta? —_________ hizo unas piruetas cerca de su padre. La falda transparente le acarició las piernas. "¡Salió carísimo el vestido!", pensó la chica. Lo habían comprado en Londres, especialmente para esa ocasión. Ese día sería el comienzo de sus, tan anheladas, vacaciones juntos. Por desgracia, las ocupaciones de Sir Richard como dirigente de las Industrias Wykeham se interpusieron, y la víspera de su viaje a Roma se vio obligado a informarle a su hija que transcurrirían varios días antes que pudiera reunirse con ella en la villa que poseían en el sur de Italia.
—Mucho —le garantizó Sir Richard—. Y te lo digo después de haber pagado la factura.
Se maravilló de la transformación de su joven hija, de adolescente rebelde a una chica elegante. Le pareció que había ocurrido casi de la noche a la mañana.
—Lamento mucho lo de nuestras vacaciones —agregó—. Espero no tener que permanecer muchos días en San Francisco. Por lo menos, te divertirás esta noche. Al parecer, el signor Veldini invitó a la mayor parte de la sociedad de Roma a la fiesta.
—Para impresionarte y que inviertas en sus empresas —comentó con perspicacia ________.
La piel bronceada y el cabello rojizo que había heredado de su madre, aunados a una figura que cualquier modelo envidiaría, la habían convertido en la favorita de los fotógrafos durante su adolescencia. Si se agregaba la perfección de su rostro, no era de extrañar que jamás le faltaran acompañantes masculinos. Bien lo sabía Sir Richard.
El vestido que _________ había elegido para la fiesta de esa noche le proporcionaba un maravilloso aspecto.
Sir Richard frunció el ceño. Al darse cuenta, ________ le sonrió para animarlo.
—No te preocupes —murmuró, mientras lo tomaba del brazo y salían de la habitación del hotel—. No estaré malhumorada durante toda la noche porque no podrás ir conmigo. Eso ya es cosa del pasado.
—Nunca debió haber ocurrido. Si no hubiera estado tan atrapado por mi negocio…
—Hicimos el pacto de no estar amargándonos con el pasado —le recordó _________.
Sus ojos verdes se ensombrecieron al recordar la triste época de su adolescencia y el dolor que le causó la muerte de su madre.
Una limousine los aguardaba para llevarlos a la lujosa villa de la familia Veldini, situada en una de las áreas más exclusivas de Roma. _______ había expresado una gran verdad cuando afirmó que el signor Veldini tenía la esperanza de que su padre invirtiera en su empresa. Sin embargo, conocía muy bien la reputación de su progenitor como astuto hombre de negocios y comprendía que se necesitaba mucho más que una fiesta de sociedad para convencerlo.
Mientras se disponían a cruzar la ciudad, dirigió una rápida mirada al rostro de su padre. Mucho había anhelado esas vacaciones, las primeras desde que falleció su madre. Su padre había hecho lo más que había podido. Un ama de llaves tras otra, maestra tras maestra de tiempo completo, viviendo en su casa, habían llenado parcialmente el vacío que dejó la ausencia irremediable de la madre. Como era obvio, no fue suficiente y, como medio para atraer la atención de su padre, se involucró en problemas. Sólo en los últimos doce meses, a partir de su vigésimo primer cumpleaños, había por fin abandonado la vida alocada.
"¿Cuándo aprenderán los padres que los niños necesitan amor, no dinero?", se preguntó _________. Las raíces de su rebeldía tenían que ver con un intenso deseo de atraer la atención de su padre. No fue sino hasta que uno de sus compañeros falleció que ella comprendió que se estaba dirigiendo hacia el abismo. Eso la movió a intentar por última vez aproximarse a su padre. Le pareció un milagro el haber encontrado, por fin, una adecuada respuesta en él.
En los últimos doce meses habían disminuido las fiestas insensatas. En lugar de ello, poco a poco _________ se vinculó al departamento de asistencia social de los negocios de su padre, olvidando su estilo de vida anterior.
Sin embargo, ni siquiera su padre estaba enterado de que las historias y rumores que aparecían acerca de ella en las columnas sociales, eran sólo eso: rumores. Cierta timidez le había impedido tratar el tema con su progenitor. Pero empezaba a preguntarse si él no estaría descubriendo la verdad. Por ejemplo, durante el fin de semana anterior había observado la mirada maliciosa que le lanzó su padre cuando salió de un coche de alquiler que la había llevado a su hogar en Londres, después de librarse con habilidad del abrazo amoroso y experimentado del hijo menor de uno de los miembros de la embajada de Francia. En los círculos que ella frecuentaba Jean-Paul era considerado más o menos un buen partido, pero Sir Richard había criticado con cierta severidad la moral del joven.
"¡Es un diletante! —había dicho con un bufido—. ¡Y ni siquiera bueno!"
En lugar de lo que había ocurrido en ocasiones similares, _______ escuchó a su padre y estuvo de acuerdo con sus conceptos.
En vista de que él saldría de viaje, la noche de la fiesta _________ quiso que se llevara consigo una buena impresión y se arregló con esmero: se puso su hermoso vestido de seda blanca y varias enaguas; el escote bajo tenía varias rosas de adorno. Esa noche también lucía los diamantes que habían pertenecido a su madre y se recogió el cabello en un moño. Cuando su padre la ayudó a descender del automóvil frente a la villa de los Veldini, un criado con librea abrió la puerta principal.
—Estilo de fines del siglo pasado —le murmuró al oído Sir Richard cuando ascendían por la escalera que conducía a un impresionante salón con columnas de mármol.
Era notorio que el señor Veldini había estado pendiente de su arribo. Se les acercó y saludó a su padre con exclamaciones un tanto exageradas, para luego admirar a Saffron.
—¿Esta encantadora criatura es su hija? ¡Es usted un hombre muy afortunado!
Su juicio era masculino y muy apegado al estilo italiano. La respuesta de _______ fue una sonrisa. Le llamó la atención alguien situado unos metros más allá. Al levantar la cabeza se encontró con la mirada de un hombre alto, bronceado, de cabello negro, que estaba solo. A pesar de la distancia, _________ se dio cuenta de que sus ojos eran grises y le sorprendió el brillo de éstos. Ver a ese hombre la alegró, pues se había sentido deprimida porque su padre no podría viajar con ella tal como habían planeado, por el sur de Italia, aunque le prometió que se reuniría con ella cuando concluyeran las negociaciones en San Francisco.
—Paolo, ¿puedes presentarnos?
Se encontraba absorta en sus pensamientos y no se había dado cuenta de que el extraño se les aproximó. A pesar de que se había dirigido al signor Veldini, mantenía los ojos fijos en ___________.
Ella observó la maliciosa sonrisa de su padre, y por ésta supo que estaba sonrojándose.
—¿Lo permite la signorina? —preguntó con cortesía el signor Veldini.
Cuando _________ aceptó con una inclinación de la cabeza, él colocó una mano sobre el brazo del joven, atrayéndolo un poco. La chica sintió sobre su desnudo brazo el roce de la tela de la chaqueta masculina y se estremeció perpleja.
Se dio cuenta de que el señor Veldini tenía que alzar mucho la vista para ver el rostro del joven, y de que los ojos grises de éste manifestaban diversión, como si en alguna forma se diera cuenta de las maquinaciones del signor para impresionar al padre de ella.
—Joe, serás la envidia de todos nuestros amigos, que están deseando ser presentados a la señorita Wykeham.
—A ________ —corrigió su padre—. Estoy seguro de que el signor…
Se interrumpió y el signor Veldini acudió en su ayuda.
—El signor Doranti, Joe; su abuela materna es inglesa, por eso habla el inglés bien —le explicó a ________.
Su padre prosiguió con voz amable:
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
—Estoy seguro de que el signor Doranti me disculpará si lo dejamos en compañía de mi hija mientras usted y yo tratamos el asunto tan importante del que me habló, signore.
—Sólo si su ausencia es lo suficientemente larga como para que tenga la oportunidad de bailar con ella —fue la respuesta que escuchó ________, mientras Joe sonreía—. El signor Veldini está equivocado —agregó cuando Sir Richard se alejó escoltado por su anfitrión—, ya no tengo una abuela inglesa. Falleció hace varios años, por desgracia. Si no he bendecido su memoria antes, lo hago ahora, porque me enseñó el lenguaje de usted, lo que me da una ventaja sobre mis compatriotas. Obsérvelos: me odian.
Le fue imposible a _______ no reír. ¡Eso era tan absurdo! A pesar de todo, él le agradaba, se sentía atraída por él, no obstante la exagerada adulación.
—Así está mucho mejor —le dijo él con dulzura—. Cuando entró había sombras en sus ojos; esos ojos tan bellos, nunca deben verse empañados.
"Es astuto", reconoció __________, "y muy apuesto". Lo miró y su perfil la hizo estremecer. "Es diferente… y peligroso".
—¿Lleva mucho tiempo en Roma? —preguntó Joe—. No, no es posible o ya me hubiera enterado. Usted es demasiado hermosa para estar en Roma y pasar inadvertida.
—Llegamos esta mañana —respondió _________ con fingida modestia—, y nos iremos mañana. Mi padre tomará el avión para San Francisco.
—¿Y usted?
Por unos instantes se sintió desolada. Se le hizo un nudo en la garganta. "Soy una tonta", se recordó, "pero, ¡he deseado tanto estas vacaciones al lado de mi padre!"
—Venga —los dedos que la tomaron del brazo eran firmes y protectores—. Hay una puerta que conduce al jardín. Allí podrá recuperar su compostura. ¿Me perdona por haberla perturbado? —inquirió él con dulzura cuando estuvieron en el exterior.
________ afirmó con la cabeza. Lo sentía tan acorde con sus pensamientos y sentimientos, que descartaba las dudas y reservas a las que estaba acostumbrada, incluso con hombres a los que conocía durante años.
El embrujo de la noche italiana, los envolvió. De pronto ________ pensó que la debilidad que experimentó había sido propiciada por la noche y la presencia de Joe. Se sintió asombrada cuando él se detuvo de pronto, la hizo volverse hacia él y la tomó de la barbilla.
—¿Lágrimas? —enjugó con un pañuelo las lágrimas de la joven—. ¿Puedo preguntarle el porqué?
—No tengo un motivo real —la voz le temblaba, pero en lugar de sentirse avergonzada por ello, experimentó el impulso de hacerle confidencias—. Lo que pasa es que mi padre y yo habíamos planeado pasar unas vacaciones juntos en nuestra villa en el sur de Italia, y ahora él se verá obligado a volar a San Francisco por la mañana. Parece tonto, lo sé, pero…
—¿Sí?
Avergonzada, __________ se había interrumpido, pero el tono persuasivo de él la animó a continuar.
—Durante un tiempo ha sido mala nuestra relación —le explicó con sencillez—; ahora, nos hemos reconciliado y…
Bajó la cabeza para ocultar el dolor y las dudas. Se asombró por la confianza que estaba otorgando.
—¿Y teme que, después de todo, él no desee su compañía?
Le espantó su perspicacia. ¿Cómo era posible que un extraño supiera tanto acerca de ella? ¿Por qué percibía tanto? Eso la hacía vulnerable y, al mismo tiempo, le producía un sentimiento de calma el saber que existía un ser humano que podía comprender sus sentimientos. Era una sensación muy extraña.
—Le asombra —supuso él con acierto—, que perciba con tanta facilidad lo que oculta a los demás. La razón es que tenemos una afinidad especial. Estoy seguro de que ya la captó.
¿Era así? Su corazón palpitó, alocado: ¿Esa era la explicación para la familiaridad que había experimentado casi desde el momento que vio a Joe? ¿O se estaba dejando llevar por su estado de ánimo y por la indudable magia de la noche? ¿Qué sabía acerca de él?
Una voz interna le dijo: "¿Qué más necesitas saber?" Sabía muy bien cómo se sentía cuando él la miraba.
—_________.
El nombre se escapó de los labios masculinos en forma de susurro y provocó un estremecimiento nervioso en ella. Se humedeció los labios, en un acto inconsciente de provocación, lo que hizo que Joe la mirara con sensualidad. La excitación de _________ aumentó en forma peligrosa. Cerró de manera instintiva los ojos, espantada por su imaginación, que la hacía verse en los brazos de Joe, sentir sus labios sobre los suyos. Pensamientos que la dejaron sin aliento.
Se balanceó un poco y sintió la fuerza de los dedos de él sobre sus brazos.
Los labios de Joe rozaron primero una húmeda mejilla, después la otra, para luego separarse, haciendo caso omiso de la evidente invitación de los labios entreabiertos. La luz de la luna permitió a __________ apreciar sus facciones. En contra de su voluntad sintió el nacimiento de un respeto por él, y el aumento de su atracción. Le hubiera sido fácil rechazarlo si hubiese reaccionado como sus, acompañantes habituales. Sin querer lo había sometido a una prueba, y se veía obligada a reconocer que la había pasado con éxito. Cualquier otro hombre se habría aprovechado de su vulnerabilidad emocional y física, pero Joe se dio cuenta de que ése no era el momento apropiado para dejar que el deseo cobrara vida. No era pasión lo que ella necesitaba en ese momento, sino compasión y ternura. En forma inexplicable, Joe lo había comprendido."Me espanta un poco la facilidad con la que percibe lo que siento", pensó _________. Ya era suficiente para aterrorizarla la respuesta física que experimentaba, algo que jamás había sentido con ningún hombre, para tener que agregar la afinidad que parecía haber surgido entre ellos.
—Ven —dijo esa palabra con aspereza, como si se viera obligado a pronunciarla, lo que produjo en ________ otro estremecimiento—. Debemos regresar antes que tu papá envíe una expedición en tu búsqueda. ¿En dónde está la villa a la que irás? —le preguntó mientras regresaban.
_______, jubilosa, describió el rumbo y la villa, con un tono de voz natural, en el que no estuviera contenida una invitación. En alguna forma se daba cuenta de que, entre ellos, no había necesidad de eso. Había derribado sus barreras emocionales y mentales y no había necesidad de las tretas y del falso orgullo que se acostumbraba en ese tipo de situaciones.
Se sintió triste cuando por fin Joe la dejó con su padre. Richard Wykeham la miró con preocupación.
—Estoy bien —le garantizó, pero su voz temblaba y sus ojos la traicionaron al quedarse mirando con fijeza la espalda de Joe, que se alejaba.
No volvió a ver a Joe hasta que ella y su padre estaban a punto de partir y ocurrió de manera fugaz. Él estaba parado junto a un auto, con un codo apoyado sobre la puerta abierta del conductor. La luz de los poderosos faros del coche de su padre le permitió observarlo y notó que su rostro estaba contraído por la cólera; le pareció un completo extraño. Aunque parecía mirarla, en apariencia no la había reconocido.
Eso la hizo recordar que no sabían nada el uno acerca del otro, que ignoraba todo acerca de la vida de él, que le era imposible adivinar qué le había provocado esa amargura.
________ llevaba tres días en la villa y le extrañaba que no era su padre el que ocupaba la mayor parte de sus pensamientos, sino Joe Doranti.
El matrimonio que cuidaba la villa, aunque agradable, hablaba poco. _______ decidió ocupar los días de espera de su padre en recobrar el bronceado que había adquirido en Grecia a comienzos de ese año. Se había rendido ante la insistencia de uno de sus amigos y los había acompañado en unas vacaciones en yate, por las islas griegas. Por desgracia, ese viaje se había convertido en una pesadilla para ella, cuando en Atenas descubrió que todos formaban parejas y que se esperaba que ella aceptara como compañero a Jean-Paul. Los acontecimientos habían ido de mal en peor y, una mañana, cuando el yate estaba atracado en la isla de Corfú, se desarrolló una escena espantosa.
Los demás habían ido a la playa y ella estaba tomando el sol a solas, o por lo menos eso creía, hasta que Jean-Paul surgió a sus espaldas y desabrochó la parte superior de su bikini. La sorpresa la hizo girar y en ese preciso instante, un fotógrafo oportunista había aprovechado la oportunidad y, desde el muelle la retrató. Días después, _________ se mortificó al ver la fotografía en todas las columnas de sociales.
—Sólo si su ausencia es lo suficientemente larga como para que tenga la oportunidad de bailar con ella —fue la respuesta que escuchó ________, mientras Joe sonreía—. El signor Veldini está equivocado —agregó cuando Sir Richard se alejó escoltado por su anfitrión—, ya no tengo una abuela inglesa. Falleció hace varios años, por desgracia. Si no he bendecido su memoria antes, lo hago ahora, porque me enseñó el lenguaje de usted, lo que me da una ventaja sobre mis compatriotas. Obsérvelos: me odian.
Le fue imposible a _______ no reír. ¡Eso era tan absurdo! A pesar de todo, él le agradaba, se sentía atraída por él, no obstante la exagerada adulación.
—Así está mucho mejor —le dijo él con dulzura—. Cuando entró había sombras en sus ojos; esos ojos tan bellos, nunca deben verse empañados.
"Es astuto", reconoció __________, "y muy apuesto". Lo miró y su perfil la hizo estremecer. "Es diferente… y peligroso".
—¿Lleva mucho tiempo en Roma? —preguntó Joe—. No, no es posible o ya me hubiera enterado. Usted es demasiado hermosa para estar en Roma y pasar inadvertida.
—Llegamos esta mañana —respondió _________ con fingida modestia—, y nos iremos mañana. Mi padre tomará el avión para San Francisco.
—¿Y usted?
Por unos instantes se sintió desolada. Se le hizo un nudo en la garganta. "Soy una tonta", se recordó, "pero, ¡he deseado tanto estas vacaciones al lado de mi padre!"
—Venga —los dedos que la tomaron del brazo eran firmes y protectores—. Hay una puerta que conduce al jardín. Allí podrá recuperar su compostura. ¿Me perdona por haberla perturbado? —inquirió él con dulzura cuando estuvieron en el exterior.
________ afirmó con la cabeza. Lo sentía tan acorde con sus pensamientos y sentimientos, que descartaba las dudas y reservas a las que estaba acostumbrada, incluso con hombres a los que conocía durante años.
El embrujo de la noche italiana, los envolvió. De pronto ________ pensó que la debilidad que experimentó había sido propiciada por la noche y la presencia de Joe. Se sintió asombrada cuando él se detuvo de pronto, la hizo volverse hacia él y la tomó de la barbilla.
—¿Lágrimas? —enjugó con un pañuelo las lágrimas de la joven—. ¿Puedo preguntarle el porqué?
—No tengo un motivo real —la voz le temblaba, pero en lugar de sentirse avergonzada por ello, experimentó el impulso de hacerle confidencias—. Lo que pasa es que mi padre y yo habíamos planeado pasar unas vacaciones juntos en nuestra villa en el sur de Italia, y ahora él se verá obligado a volar a San Francisco por la mañana. Parece tonto, lo sé, pero…
—¿Sí?
Avergonzada, __________ se había interrumpido, pero el tono persuasivo de él la animó a continuar.
—Durante un tiempo ha sido mala nuestra relación —le explicó con sencillez—; ahora, nos hemos reconciliado y…
Bajó la cabeza para ocultar el dolor y las dudas. Se asombró por la confianza que estaba otorgando.
—¿Y teme que, después de todo, él no desee su compañía?
Le espantó su perspicacia. ¿Cómo era posible que un extraño supiera tanto acerca de ella? ¿Por qué percibía tanto? Eso la hacía vulnerable y, al mismo tiempo, le producía un sentimiento de calma el saber que existía un ser humano que podía comprender sus sentimientos. Era una sensación muy extraña.
—Le asombra —supuso él con acierto—, que perciba con tanta facilidad lo que oculta a los demás. La razón es que tenemos una afinidad especial. Estoy seguro de que ya la captó.
¿Era así? Su corazón palpitó, alocado: ¿Esa era la explicación para la familiaridad que había experimentado casi desde el momento que vio a Joe? ¿O se estaba dejando llevar por su estado de ánimo y por la indudable magia de la noche? ¿Qué sabía acerca de él?
Una voz interna le dijo: "¿Qué más necesitas saber?" Sabía muy bien cómo se sentía cuando él la miraba.
—_________.
El nombre se escapó de los labios masculinos en forma de susurro y provocó un estremecimiento nervioso en ella. Se humedeció los labios, en un acto inconsciente de provocación, lo que hizo que Joe la mirara con sensualidad. La excitación de _________ aumentó en forma peligrosa. Cerró de manera instintiva los ojos, espantada por su imaginación, que la hacía verse en los brazos de Joe, sentir sus labios sobre los suyos. Pensamientos que la dejaron sin aliento.
Se balanceó un poco y sintió la fuerza de los dedos de él sobre sus brazos.
Los labios de Joe rozaron primero una húmeda mejilla, después la otra, para luego separarse, haciendo caso omiso de la evidente invitación de los labios entreabiertos. La luz de la luna permitió a __________ apreciar sus facciones. En contra de su voluntad sintió el nacimiento de un respeto por él, y el aumento de su atracción. Le hubiera sido fácil rechazarlo si hubiese reaccionado como sus, acompañantes habituales. Sin querer lo había sometido a una prueba, y se veía obligada a reconocer que la había pasado con éxito. Cualquier otro hombre se habría aprovechado de su vulnerabilidad emocional y física, pero Joe se dio cuenta de que ése no era el momento apropiado para dejar que el deseo cobrara vida. No era pasión lo que ella necesitaba en ese momento, sino compasión y ternura. En forma inexplicable, Joe lo había comprendido."Me espanta un poco la facilidad con la que percibe lo que siento", pensó _________. Ya era suficiente para aterrorizarla la respuesta física que experimentaba, algo que jamás había sentido con ningún hombre, para tener que agregar la afinidad que parecía haber surgido entre ellos.
—Ven —dijo esa palabra con aspereza, como si se viera obligado a pronunciarla, lo que produjo en ________ otro estremecimiento—. Debemos regresar antes que tu papá envíe una expedición en tu búsqueda. ¿En dónde está la villa a la que irás? —le preguntó mientras regresaban.
_______, jubilosa, describió el rumbo y la villa, con un tono de voz natural, en el que no estuviera contenida una invitación. En alguna forma se daba cuenta de que, entre ellos, no había necesidad de eso. Había derribado sus barreras emocionales y mentales y no había necesidad de las tretas y del falso orgullo que se acostumbraba en ese tipo de situaciones.
Se sintió triste cuando por fin Joe la dejó con su padre. Richard Wykeham la miró con preocupación.
—Estoy bien —le garantizó, pero su voz temblaba y sus ojos la traicionaron al quedarse mirando con fijeza la espalda de Joe, que se alejaba.
No volvió a ver a Joe hasta que ella y su padre estaban a punto de partir y ocurrió de manera fugaz. Él estaba parado junto a un auto, con un codo apoyado sobre la puerta abierta del conductor. La luz de los poderosos faros del coche de su padre le permitió observarlo y notó que su rostro estaba contraído por la cólera; le pareció un completo extraño. Aunque parecía mirarla, en apariencia no la había reconocido.
Eso la hizo recordar que no sabían nada el uno acerca del otro, que ignoraba todo acerca de la vida de él, que le era imposible adivinar qué le había provocado esa amargura.
________ llevaba tres días en la villa y le extrañaba que no era su padre el que ocupaba la mayor parte de sus pensamientos, sino Joe Doranti.
El matrimonio que cuidaba la villa, aunque agradable, hablaba poco. _______ decidió ocupar los días de espera de su padre en recobrar el bronceado que había adquirido en Grecia a comienzos de ese año. Se había rendido ante la insistencia de uno de sus amigos y los había acompañado en unas vacaciones en yate, por las islas griegas. Por desgracia, ese viaje se había convertido en una pesadilla para ella, cuando en Atenas descubrió que todos formaban parejas y que se esperaba que ella aceptara como compañero a Jean-Paul. Los acontecimientos habían ido de mal en peor y, una mañana, cuando el yate estaba atracado en la isla de Corfú, se desarrolló una escena espantosa.
Los demás habían ido a la playa y ella estaba tomando el sol a solas, o por lo menos eso creía, hasta que Jean-Paul surgió a sus espaldas y desabrochó la parte superior de su bikini. La sorpresa la hizo girar y en ese preciso instante, un fotógrafo oportunista había aprovechado la oportunidad y, desde el muelle la retrató. Días después, _________ se mortificó al ver la fotografía en todas las columnas de sociales.
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
En ella no se notaba su expresión de asombro, pero sí la inconfundible curva de sus senos desnudos. El pie de foto decía malicioso: "De vacaciones con sus amigos, entre los cuales estaba el conocido playboy Jean-Paul Chalours, _______ Richard"…
Su padre le había dicho que el fotógrafo estaba cumpliendo con su obligación, pero ella se sintió ofendida motivo por el cual rompió con su grupo de compañeros. Le sorprendía comprobar lo poco que los extrañaba.
Ahora, soñolienta, bajo la luz del sol su piel comenzaba a adquirir un hermoso bronceado que contrastaba con la tela color verde esmeralda de su pequeño bikini. Sobre la arena, a su lado, permanecían una blusa y una falda que hacían juego con el traje de baño. De pronto se levantó y sin dejar de mirar hacia el mar con premura se colocó la falda.
Sombras alargadas empezaban a deslizarse por la arena de la playa; anunciaban que la tarde empezaba a morir. Muy pronto tendría que abandonar la playa e iniciar la larga ascensión por los escalones de piedra para llegar a la villa, situada en la parte alta. Comenzó a recoger sus pertenencias mientras miraba hacia los peñascos. Quedó paralizada al reconocer la figura masculina que se acercaba con lentitud.
Llevaba pantalones cortos y un medallón de oro, que jugaba con la luz del sol y el vello negro del pecho masculino.
—¡Joe!
El nombre salió de sus labios en forma de susurro.
—Me dijeron en la villa que te encontraría aquí —le explicó él.
—¿Viniste a verme? —se resistía a creerlo.
Encontró burla en sus ojos.
—¡Claro que no! Puedo imaginar otras doce razones, por lo menos, por las cuales haría un viaje tan largo durante una semana de intenso trabajo. Pero todas serían mentiras —agregó con dulzura. :arre:
La estremeció la manera como la miró, paseando la vista por su cuerpo.
—Me sorprendes —continuó diciendo, sin apartar la vista del avergonzado rostro y de los labios temblorosos—. En una playa solitaria como ésta, lo que menos me imaginaba era que… —señaló con la cabeza el sostén y a la falda sujeta en la cintura—, las tuvieras que usar, a pesar de ser prendas muy bellas.
Transcurrieron unos segundos antes que _________ comprendiera el sentido de aquellas palabras. Cuando lo hizo, tomó con nerviosismo sus gafas para el sol y se los colocó para ocultar la expresión de sus ojos. "¿Realmente esperaría encontrarme tomando desnuda el sol, cuando bajó?", se preguntó.
Extrañada al descubrir lo difícil que le resultaba pensar con lógica cuando él estaba cerca, se adelantó.
—¿Tienes que?… ¿Vas a estar varios días?
La pregunta no era oportuna y ella lamentó la torpeza con que la formuló. A Joe no pareció preocuparle.
—Un día… quizá dos. Me registré en el hotel… si es que puedes llamar así al San Lorenzo, que está en la costa, cerca de aquí. ¿Lo conoces?
—Sí… pero pudiste haberte hospedado aquí, en la villa.
Él enarcó las cejas.
—¿Aprobaría tu padre tal cosa?
De nuevo ________ se sorprendió al darse cuenta de la respuesta de su cuerpo ante lo que él estaba sugiriendo: los dos solos en la villa por las noches, al retirarse María y su esposo a su propio hogar. Podían cenar en la terraza que tenía vista al mar, teniendo por testigos a las estrellas, y después…
Sentía los labios resecos. Jamás había experimentado esa sensación. Miró distraída hacia el suelo y en forma vaga se dio cuenta de que sobre la arena habían quedado su toalla y su loción bronceadora. Además, notó la mirada rápida que le lanzó Joe al nacimiento de los senos. En un momento de delirio casi deseó que él desabrochara el sostén y la acariciara.
—Vámonos. María me pidió que te dijera que preparará la cena temprano porque necesita retirarse a descansar pronto.
Mencionó que mañana será su día libre y planea pasarlo con su hija. Podría sugerirte que cenáramos juntos, pero realicé un viaje largo y cansado desde Roma, y me temo que, en contra de mi voluntad, me quedaría dormido. Sin embargo, ¿aceptarías que desayunara contigo y que posteriormente, quizá, diéramos un paseo?
Decepcionada, ________ se aferró a la idea de que él había realizado un largo viaje para verla, de que quería estar con ella al día siguiente. Logró contestar sus palabras con una sonrisa, mientras se inclinaba para levantar el resto de sus pertenencias. Lanzó una exclamación al pisar una afilada concha marina y antes que cayera al suelo, Joe la sostuvo con destreza.
Le pareció que las manos de él le quemaban la piel.
—¿Qué te pasó? —preguntó él, frunciendo el ceño.
—No es nada; pisé una concha.
—Permíteme examinarte el pie.
Se acuclilló y le levantó el pie lastimado, lo que la obligó, para mantener el equilibrio, a sujetarse de los hombros de él. ________ tuvo que reprimir el deseo de acariciarlo y apreció la delicadeza con la que le examinaba el pie lastimado.
—Está sangrando. Si cuando regreses a la villa lo lavas y desinfectas bien, no debe presentarse ninguna complicación. No encontré fragmentos de concha en la herida, pero conviene que revises una vez más.
De pronto, sintió sobre la herida la tibieza de los labios de __________. Jamás había experimentado una sensación semejante. "¿Quién podría imaginar que el contacto de sus labios sobre la piel de mi pie pudiera ser tan erótico?"
—¿_________?
Joe levantó la cabeza y a la vez le acarició el tobillo; la expresión de sus ojos, desbordó en _______ el deseo contenido. Segundos más tarde, ella estaba en sus brazos, disfrutando de la ardiente posesión del beso. Joe le acariciaba la espalda y sus besos exigían pasión. Ella sentía como si flotara; necesitaba aproximarse más a él.
Cuando la liberó, fue como si ella estuviera perdiendo una parte de sí. Le parecía increíble, si él le hubiera sugerido hacer el amor no habría elevado la más mínima protesta. Deseaba que la amara. En ese momento comprendió que había sido así desde el primer instante que lo vio. No lo consideraba un extraño.
Al liberarla, con seriedad le entregó sus pertenencias.
—Ciao —le dijo con dulzura—. No olvides, desayunaremos juntos mañana. Sospecho que te mantienes atractiva con una dieta matutina de jugo de naranja y café.
Había un dejo de burla en su comentario, pero a pesar de ello, la trataba con extrema delicadeza y ella sospechaba que la pasión que Joe sentía se escondía detrás de su control.
Con el corazón poblado por los ensueños caminó hacia la villa, esperando con ansia que llegara el día siguiente.
Su padre le había dicho que el fotógrafo estaba cumpliendo con su obligación, pero ella se sintió ofendida motivo por el cual rompió con su grupo de compañeros. Le sorprendía comprobar lo poco que los extrañaba.
Ahora, soñolienta, bajo la luz del sol su piel comenzaba a adquirir un hermoso bronceado que contrastaba con la tela color verde esmeralda de su pequeño bikini. Sobre la arena, a su lado, permanecían una blusa y una falda que hacían juego con el traje de baño. De pronto se levantó y sin dejar de mirar hacia el mar con premura se colocó la falda.
Sombras alargadas empezaban a deslizarse por la arena de la playa; anunciaban que la tarde empezaba a morir. Muy pronto tendría que abandonar la playa e iniciar la larga ascensión por los escalones de piedra para llegar a la villa, situada en la parte alta. Comenzó a recoger sus pertenencias mientras miraba hacia los peñascos. Quedó paralizada al reconocer la figura masculina que se acercaba con lentitud.
Llevaba pantalones cortos y un medallón de oro, que jugaba con la luz del sol y el vello negro del pecho masculino.
—¡Joe!
El nombre salió de sus labios en forma de susurro.
—Me dijeron en la villa que te encontraría aquí —le explicó él.
—¿Viniste a verme? —se resistía a creerlo.
Encontró burla en sus ojos.
—¡Claro que no! Puedo imaginar otras doce razones, por lo menos, por las cuales haría un viaje tan largo durante una semana de intenso trabajo. Pero todas serían mentiras —agregó con dulzura. :arre:
La estremeció la manera como la miró, paseando la vista por su cuerpo.
—Me sorprendes —continuó diciendo, sin apartar la vista del avergonzado rostro y de los labios temblorosos—. En una playa solitaria como ésta, lo que menos me imaginaba era que… —señaló con la cabeza el sostén y a la falda sujeta en la cintura—, las tuvieras que usar, a pesar de ser prendas muy bellas.
Transcurrieron unos segundos antes que _________ comprendiera el sentido de aquellas palabras. Cuando lo hizo, tomó con nerviosismo sus gafas para el sol y se los colocó para ocultar la expresión de sus ojos. "¿Realmente esperaría encontrarme tomando desnuda el sol, cuando bajó?", se preguntó.
Extrañada al descubrir lo difícil que le resultaba pensar con lógica cuando él estaba cerca, se adelantó.
—¿Tienes que?… ¿Vas a estar varios días?
La pregunta no era oportuna y ella lamentó la torpeza con que la formuló. A Joe no pareció preocuparle.
—Un día… quizá dos. Me registré en el hotel… si es que puedes llamar así al San Lorenzo, que está en la costa, cerca de aquí. ¿Lo conoces?
—Sí… pero pudiste haberte hospedado aquí, en la villa.
Él enarcó las cejas.
—¿Aprobaría tu padre tal cosa?
De nuevo ________ se sorprendió al darse cuenta de la respuesta de su cuerpo ante lo que él estaba sugiriendo: los dos solos en la villa por las noches, al retirarse María y su esposo a su propio hogar. Podían cenar en la terraza que tenía vista al mar, teniendo por testigos a las estrellas, y después…
Sentía los labios resecos. Jamás había experimentado esa sensación. Miró distraída hacia el suelo y en forma vaga se dio cuenta de que sobre la arena habían quedado su toalla y su loción bronceadora. Además, notó la mirada rápida que le lanzó Joe al nacimiento de los senos. En un momento de delirio casi deseó que él desabrochara el sostén y la acariciara.
—Vámonos. María me pidió que te dijera que preparará la cena temprano porque necesita retirarse a descansar pronto.
Mencionó que mañana será su día libre y planea pasarlo con su hija. Podría sugerirte que cenáramos juntos, pero realicé un viaje largo y cansado desde Roma, y me temo que, en contra de mi voluntad, me quedaría dormido. Sin embargo, ¿aceptarías que desayunara contigo y que posteriormente, quizá, diéramos un paseo?
Decepcionada, ________ se aferró a la idea de que él había realizado un largo viaje para verla, de que quería estar con ella al día siguiente. Logró contestar sus palabras con una sonrisa, mientras se inclinaba para levantar el resto de sus pertenencias. Lanzó una exclamación al pisar una afilada concha marina y antes que cayera al suelo, Joe la sostuvo con destreza.
Le pareció que las manos de él le quemaban la piel.
—¿Qué te pasó? —preguntó él, frunciendo el ceño.
—No es nada; pisé una concha.
—Permíteme examinarte el pie.
Se acuclilló y le levantó el pie lastimado, lo que la obligó, para mantener el equilibrio, a sujetarse de los hombros de él. ________ tuvo que reprimir el deseo de acariciarlo y apreció la delicadeza con la que le examinaba el pie lastimado.
—Está sangrando. Si cuando regreses a la villa lo lavas y desinfectas bien, no debe presentarse ninguna complicación. No encontré fragmentos de concha en la herida, pero conviene que revises una vez más.
De pronto, sintió sobre la herida la tibieza de los labios de __________. Jamás había experimentado una sensación semejante. "¿Quién podría imaginar que el contacto de sus labios sobre la piel de mi pie pudiera ser tan erótico?"
—¿_________?
Joe levantó la cabeza y a la vez le acarició el tobillo; la expresión de sus ojos, desbordó en _______ el deseo contenido. Segundos más tarde, ella estaba en sus brazos, disfrutando de la ardiente posesión del beso. Joe le acariciaba la espalda y sus besos exigían pasión. Ella sentía como si flotara; necesitaba aproximarse más a él.
Cuando la liberó, fue como si ella estuviera perdiendo una parte de sí. Le parecía increíble, si él le hubiera sugerido hacer el amor no habría elevado la más mínima protesta. Deseaba que la amara. En ese momento comprendió que había sido así desde el primer instante que lo vio. No lo consideraba un extraño.
Al liberarla, con seriedad le entregó sus pertenencias.
—Ciao —le dijo con dulzura—. No olvides, desayunaremos juntos mañana. Sospecho que te mantienes atractiva con una dieta matutina de jugo de naranja y café.
Había un dejo de burla en su comentario, pero a pesar de ello, la trataba con extrema delicadeza y ella sospechaba que la pasión que Joe sentía se escondía detrás de su control.
Con el corazón poblado por los ensueños caminó hacia la villa, esperando con ansia que llegara el día siguiente.
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
Ahi esta su capi chicas, COMPLETITO!!!
BIENVENIDAS a las NUEVAS LECTORAS!!!!!!
Des esta nove claro, por cierto chicas, en el proximo capi llega...EL SECUESTRO!!
BIENVENIDAS a las NUEVAS LECTORAS!!!!!!
Des esta nove claro, por cierto chicas, en el proximo capi llega...EL SECUESTRO!!
♫ Laura Jonas ♥
Re: Viaje al Infierno (Joe y tu)
joe es muy misterioso
esnerio
pero me encata
y se besaron!!!!!
esnerio
pero me encata
y se besaron!!!!!
andreita
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