"Los príncipes no existen"

Capitulo Seis

 
El silencio que cubría el salón principal era demasiado incomodo para ser verdad. El chico castaño el cual por cierto, seguía llorando desconsoladamente. Estaba tendido sobre los brazos de Harry, quien al parecer ni siquiera recordaba el bigote que adornaba su cara, ante la aflicción de su amigo.
 
-Ten cariño, pero por favor cálmate todo pasará.- Comento Franklyn tendiéndole un pequeño pañuelo de seda azul al chico.
 
-Gracias.- El chico giro sobre si, y dejo al descubierto algo preciosamente perfecto y redondo. ¡Madre mía! Podrían decir que soy una guarra morbosa pero que culo el que se mandaba este chico.
 
El lindo chico con trasero de Dios Griego, sonó asquerosamente su nariz, lo tendió de nuevo asía Frank y no ninguno de los presentes pudo evitar soltar una pequeña risa, al ver el seño fruncido de la castaña y como agregaba un “Te lo obsequio.”
 
-¿Qué rayos le ha pasado a Louis?- M gire inmediatamente mientras veía al rubio del otro día entrar al salón.
 
-Niall, deja de molestar ¿si?  Mejor lárgate con la puta que tienes esperando en el auto.-Masculló Harold. El rubio giro al ver a todas las chicas en el salón, y detuvo la mirada justo en la chica de dulces ojos avellana.
 
-Hola chicas, ¿Cómo la han pasado?- Preguntó el tal “Niall” con voz seductora viendo indiscretamente a Frank; Seguramente es todo un Don Juan.
 
-Niall, déjalas en paz, Edward se molestará si las incomodas, son sus invitadas de honor.-Habló Liam, sonriendo al ver como el rubio abría los ojos como platos y su boca quedaba como una gran “o”.
 
-¿Edward organizó una orgia y no estoy invitado?- Una gran carcajada se escapó de los labios de todos, menos Frank ,mientras veíamos como la piel pálida del chico tomaba un ligero tono carmín.
 
-Definitivamente Dios no me a podido dar amigos normales.- La voz de Edward me hizo girar ligeramente. Se veía totalmente hermoso, sus ojos verdes tenían un brillo especial, que hacía contraste con su rizado cabello castaño este se encontraba húmedo, seguramente acababa de salir de la ducha.
El tono de mi celular me trajo de nuevo a la tierra, vi el nombre de Charlie en la pantalla, tenia un nuevo mensaje.
Decía:
“¡Hola Mack! Lo siento por no llegar al parque, he tenido un par de contratiempos, ya sabes como se pone Joe cuando le digo que saldré y no se como a que hora regresaré.
¡Sobreprotector gilipollas! Deja de leer lo que escribo en el teléfono.
Pd: ¡Ve a pedirme una pizza o lo lamentaras Joe!”
¡Ja! Pobre, cuando Joe quería, podía llegar a ser todo un malvado.
Una risa se deslizo de mis labios al leer todas las incoherencias de mi querida Charlie.
-¿Qué pasa?- preguntó Edward con no muy buena cara. ¿Estaría celoso? La verdad se veía realmente sexy con esa cara de pocos amigos.
 
-No es nada. Solo hablaba con alguien.-murmuré, para luego concentrarme en mis zapatillas.
 
-Bueno chicas, ¿Les apetece comer algo? Y no me vengan con eso de “No gracias” por que tengo una hermana y la verdad la pequeña arpía come casi tanto como Niall.- comento Harry, sacándonos del incomodo momento pasado y asiendo que una ligera sonrisa se formulara en nuestros rostros.
 
-¡Pidamos una pizza!- grita la pequeña Gemma haciéndonos reír a todos.
 
-¡Que sean 4!- ruega Niall.
 
-Una debe de ser de Jamón.-ordena Liam.
 
Veo como Edward sonríe y coge entre sus brazos a su linda hermana menor, quien da un ligero y muy cariñoso beso en su mejilla. El chico castaño deja de llorar desconsoladamente y agrega.
-También debemos de comprar unos potes de helado para el postre.- Ruth se para del mullido sillón negro en el que se encuentra sentada y grita un “¡si!” que seguramente lo oyeron hasta los vecinos.
 
-Me pone incomoda esta situación.-murmura Becca a mi oído.- Creo que fue mala idea que viniéramos todas juntas.
 
-¿Por qué lo dices?-pregunto discretamente.
 
-Por favor, la cita que se suponía seria entre una chica, ósea tu, y un chico, ósea el sexy gemelo con planta de rompe corazones, se ha convertido en una comida entre muchos adolecentes con  mentes de feto en desarrollo.- Una gran enorme y estruendosa carcajada combinada con un cerdo salió de mi. Si, en efecto, hice ese peculiar sonido de cerdo mientras reía y gracias a eso termine súper avergonzada y todos los otros comenzaron a reírse de mi.
 
Luego de aproximadamente diez minutos de muchas risas, y terminar doblados de tanto esfuerzo en el abdomen, todo regreso a la normalidad.
 
-Ok, Mack y yo iremos por las pizzas.-Edward dijo mientras me tomaba de la mano y me guiaba hasta unas algo alejadas escaleras que según yo nos dirigirían al sótano.