"Los príncipes no existen"

Capitulo Siete

 Al ser literalmente arrastrada  por unas cuantas escaleras, Edward paro en seco y mucho antes de que pudiera saber que estaba pasando, sentí sus dulces y tiernos labios cubriendo los míos. ¡Señor! Tenia que admitir que esto era demasiado rápido para mi. ¿Pero que mas da? La verdad nada me impedía gozar un poco de los placeres de la vida, claro siempre y cuando no pasara a “algo mas serio.”
 

Nos separamos por unos segundos y solo pude oír como el oji-verde susurro:
 
-Desde el momento en que te vi, tenia ganas de hacer eso.- Note como mis mejillas se tornaban mas cálidas de lo común y al instante Edward soltó una pequeña risa.
 
-Vamos por las pizzas.- El castaño me tendió su mano y claro, gustosa acepte. Vamos, no todos los días se podía caminar de la mano de un sujeto tan lindo y agradable como el espécimen que tenia frente a mis ojos.
 
El chico me guio hasta donde yo creía que era el sótano, y antes de que alguna palabra saliera de mi boca Edward encendió la luz. ¡Jesús! Me sobresalte ligeramente al ver la cantidad de alrededor de 15 autos en el que ahora ya reconocía como el garaje. La mano de Edward presionó su agarre y me dirigió hasta una camioneta grande de color corinto, abrió la puerta, me ayudo a adentrarme y luego de cerrarla corrió asía el lado del conductor y subió junto a mi.
 
Me sentía total y profundamente incomoda con el horrible silencio que había en el auto. Dirigí mi vista hasta la  ventanilla para ver pasar otros autos y suspirar pesadamente,  luego fijar mi vista en el cielo. Las blancas y esponjosas nubes jugueteaban en el cielo formando distintas figuras que deleitaban a la vista.
 
El auto paro sin previo aviso, y antes de que dijera algo, Edward bajo rápidamente, giro el auto y abrió la puerta, para luego ayudarme a bajar de este. Inmediatamente tomo mi mano y sin previo aviso unió de nueva cuanta nuestros labios. El beso fue casto y ligero, pero pude sentir como todo un millar de mariposas revoloteaba en mi estomago.
 
Entramos en una pequeña y acogedora pizzería, yo diría que era muy a la pequeña Italia; Único y genial. Tomamos asiento en unos enormes bancos cerca de un mostrador, al tomar asiento, pude ver a un gordo y sonriente hombre acercándose.
 
-Edward amigo, ¿Pero como has estado? ¿Te quedaras a comer?- Edward negó y dijo:
-He estado bien, ¿Cómo te ha ido desde el ultimo incidente? Le deje muy en claro a los Black que dejaran de molestarte o se las verían con migo.- Fruncí el seño ante el comentario, y creo que en ese momento el hombre se dio cuenta de mi presencia.
 
-¿Quién es esta linda señorita? ¿Acaso tienes novia y aun no me lo habías informado?- El hombre me vio de pies a cabeza, y note como sus ojos tenían algo de burla mientras me veía.
 
-Su nombre es Mackenzie, y no tengo por que contarte mi vida. Mejor cállate si no quieres que me enfade, y tráenos 4 pizzas grandes, 3 de jamón y una de queso.- Me pareció algo grosero el tono de el chico, pero al parecer eso sirvió para que el viejo hombre gordo dejara de molestarnos y entrara a la cocina.
 
Franklyn PDV:
 
Luego de ver como unos de los rizados arrastraba a mi amiga fuera de la sala, me dedique a consolar al chico que al parecer, según lo que dijo “Niall” tenia por nombre Louis.
 
-¿Qué ha pasado lindo? ¿Por qué estas tan triste?- pregunte hincándome frente al chico para consolarlo.
 
-La chica que salió hace poco, rompió con migo hoy. Me dijo que no era lo suficiente refinado como para ser el novio de una modelo, y cuando dije que podía cambiar, salió corriendo y gritando todo aquello que presenciaron.- limpio un par de lagrimas mas y las chicas y yo al oír su triste historia corrimos a abrazarlo.
 
-Lo siento tanto, se como se siente que te rompan el corazón.-Comente recordando a mi novio Austin, quien me abandonó tras enterarse que seria padre de un hijo de su ex novia en tan solo algunos meses. Mi semblante seguramente se ensombreció, ya que sentía la mirada atenta de todos los presentes puesta en mi.
 
-Nunca me han roto el corazón.-el rubio por fin habló, mientras una ladina sonrisa se extendía por su rostro.-Nunca he sido tan estúpido como para enamorarme.-Comento por ultimo.
 
Antes que yo pudiera decir que no es para nada estúpido sentir afecto y no solo atracción, Rebecca dijo:
-Te apoyo Niall.-la chica vio indiscretamente a Liam, encontrándose con la mirada del castaño. ¡Dios! Esos dos se traían algo demasiado serio entre manos.
 
-Yo creo, que depende con la persona que estés, puede ser bueno… ó una total mierda.-Dijo Ruth defendiendo un buen punto de vista.
 
-Yo si creo que el amor.-habló Ceci bostezando.-Aunque creo mas en las siestas, anoche no pude dormir casi nada gracias a Ashton.-Los chicos la observaron pervertida mente.
 
-Ashton es mi primo.-Aclaró.-Por cierto, tengo que presentárselos chicas, el esta interesado en ver a mis amigas.-Chilló,  antes de recostarse en el enorme sillón y quedarse dormida minutos después.
 
-El amor es estúpido.- Prosiguió Niall. Fruncí el seño desafiante.
 
-Tu eres el estúpido. Puedo asegurarte que en 2 meses podre encontrar una chica de la cual caerás perdidamente enamorado.-Reté al chico rubio.
 
-Acepto el reto. Cariño… ¿Pero que obtendré yo si pierdes?-Dijo tratando de sonar inocente.
-¿Qué quieres?- Mis cejas se enarcaron, dejando en claro que no me importaba lo que pidiera.
 
-Aun no te conozco lo suficiente, así que no se que tienes que yo quiera.-Comento mientras una ladina sonrisa se formaba en su hermoso rostro.
 
 

Hola: