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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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our little secret. {novela colectiva}
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Re: our little secret. {novela colectiva}
soy una pésima persona, porque no me atreví a leer el capítulo por los exámenes, como sea, me gustó realemente, en especial el que él le ayudara con el animal de felpa, al final, el juego no te estafa tanto, por lo menos ganás algo después de los diez intentos. Yo tengo que pensar muy bien como hacer para escribir un capítulo bonito, se me va a ocurrir algo bueno durante el colectivo mañana y pasado, el ejercicio siempre ayuda a la mente, grandioso trabajo roberto.
proserpina
capítulo 2
Capitulo 2
Lucy Maxwell
Cinco años
Mire el cielo azul despejado de nubes y coloque una mano sobre mi frente para quitar el sudor. Hacía tanto calor, ni siquiera mi vestido rosado podía salvarme aquel día de verano. Como detestaba el verano.
Me mantuve en la sombra, sentada debajo de un árbol y con la espalda apoyada en el tronco mientras mis brazos estaban cruzados alrededor de mi muñeca preferida, Misty. Hacia el típico puchero con mis labios y pensaba con regularidad cuando mi nana estaría libre para dejarme entrar en la piscina. No tenía permitido hacerlo sin la supervisión de un adulto, y como nani tenía trabajo de más yo no quería molestarla. A quien iba a molestar era a otra persona.
Me levante y sacudí con una mano mi vestido, corrí bajando la colina tomando mi sombrero de mimbre que nani había hecho especialmente para mí y llegue hasta las sillas reposeras en donde Scarlett se ubicaba en ese momento. Estaba tomando sol para cuando volviese a clases todos estuvieran envidiosos de su grandioso bronceado, aunque yo opinaba que con la cama solar de mama sería más práctico, pero ella insistía en que quería que fuese natural. Le pregunte a Jude porque quería algo natural cuando se pintaba el cabello todos los meses y él solo se río.
—Scarlett — la llame lentamente. No quería que se asustara ante mi llegada y se pusiera a gritarme.
—Largo — dijo aun en la misma posición que antes, con los brazos detrás de la cabeza y unos lentes de sol cubriéndole los ojos.
—Pero...
—Largo.
Tome una profunda respiración antes de volver a insistir.
—¿Puedo meterme a la piscina? — pregunte en un susurro.
—No. Papá dijo que te metieras cuando alguien te vigilara.
—¿Y tú podrías hacerlo? Estás aquí y…
—¿Por qué eres tan fastidiosa? —refunfuño sentándose en la reposera y llevándose los lentes hacia el cabello, mostrando sus ojos azules.
—¿Por qué eres una bruja? —replique inflando mis cachetes de aire y fulminándola con la mirada — Además con los lentes no te bronceaste los ojos, pareces tonta así.
Mi hermana frunció el ceño y de inmediato tomo su cartera que estaba en el suelo para sacar un espejo. Soltó un chillido cuando noto que lo que yo decía era verdad: al tener los lentes puestos no se bronceo la zona de los ojos y ahora tenía la marca. Me eche a reír sin poder evitarlo y Scarlett me echo una mirada fulminadora. Prácticamente, me arranco a Misty de mis brazos y la tiro a la piscina. Yo solté un gritito sin poder evitarlo y los ojos se me llenaron de lágrimas.
—¿Quieres nadar? Pues ve por él, estúpida. — y con una sonrisa cínica se levantó y se marchó.
Mire a Misty en el agua flotando y poco a poco hundiéndose. No sabía que hacer exactamente, apenas y tenía cinco años como para saber nadar realmente y la piscina era muy profunda, nani tenía mis flotadores y no quería causarle problemas. Tenía que dejar a Misty en el agua hasta que nani terminara con los quehaceres, pero de solo pensar que dejaría a la pobre de mí muñeca en el agua por horas, mojada y seguramente con frío, me hizo tomar una de las decisiones más estúpidas de mi vida.
Salte hacia el agua y patalee con todas mis fuerzas para llegar hacia Misty, pero solo ocasiono que me hundiese en el agua. Comencé a moverme dentro de la piscina e intentando salir a la superficie por un poco de aire, sentía como mis pulmones se quemaban con tanta intensidad que la desesperación tomo mi mente por completo. Al poco tiempo, perdí las fuerzas de salir y me quede dentro del agua, creyendo que iba a morir ahogada solo por rescatar a mi muñeca preferida.
Pero fue cuando lo vi, vi perfectamente como aquel muchacho, de ese entonces catorce años, salto hacia la piscina y nado con rapidez hacia donde me encontraba. Me envolvió en sus brazos y me llevo a la superficie donde tosí la cantidad de agua que había tragado y respire profundamente sin parar de toser.
Salimos del agua y tomo una toalla para envolverla en mi pequeño cuerpo. Noté que llevaba un pantalón que le llegaba unos centímetros arriba de la rodilla, sus zapatillas chorreando agua y una remera blanca sin mangas.
—¿Qué estabas haciendo, Lucy? — pregunto con frialdad. Levante mi vista y observe sus ojos cafés llenos de enojo y dirigidos hacia a mí. Yo solo baje la mirada mientras mis lágrimas comenzaron a formarse.
—Misty está en el agua y quise sacarla — murmure entre sollozos.
—¿Y cómo llego Misty ahí?
—¡Jude! ¡Aquí estas! — exclamo Scarlett mientras caminaba con una sonrisa coqueta en su rostro. Al verme en aquel estado, su sonrisa se borró — Eh... creo que volveré adentro por mi...
—¿Es que eres estúpida, Scarlett? — inquirió Jude molesto. Me tomo entre sus brazos y me alzo como siempre lo hacía. Se notaba en su ceño fruncido lo molesto que estaba con mi hermana. Jude no era tonto y siempre sacaba conclusiones apresuradas, y generalmente estas siempre eran acertadas — No sé qué te hizo para que le tirases su muñeca, pero Lucy solo tiene cinco años.
—Y-yo no le tire...
—No creo que a tu padre le guste que tengas este tipo de comportamientos con tu hermana menor — le interrumpió y le dirigió la última mirada fría.
Jude paso conmigo entre sus brazos por al lado de Scarlett sin volver a mirarla. Yo abrace a Jude y deje mi cabeza reposar en su hombro mientras veía como mi hermana se volteaba y fulminaba con la mirada. Sabía que por esto tomaría algún tipo de venganza, ella no perdonaba nunca cuando el castaño estaba de mi lado y nunca de lado de ella, cosa que siempre ocurría.
—No vuelvas a hacer algo así, Lu — me susurro a la vez que entramos en la cocina, ambos empapados de los pies a la cabeza.
—Era Misty, tú me la regalaste — replique débilmente.
Jude me dejo en el suelo y me indico que me sentara en una silla. Tomo otra toalla y comenzó a sacar mi cabello con una sonrisa en su rostro.
—Te comprare miles y miles de muñecas si tú quieres, pero no vuelvas a preocuparme así.
Esa fue la primera vez que pensé que la sonrisa y los ojos de Jude era lo más parecido al cielo.
Siete años
Termine por fin los ejercicios de matemática y deje el lápiz sobre la pequeña mesa donde estaban mis útiles escolares esparcidos. Tenía cierta dificultad con las restas y facilidad con las sumas, así que le pedí a Jude que me hiciera algunas cuentas para practicar. Quería seguir manteniendo mi puesto como la mejor de la clase, tal vez así papá me felicitaría.
Me hallaba en la habitación que le habían asignado a Jude, él estaba sentado en uno de los sillones leyendo un libro que mi padre le había recomendado y yo estaba sentada de rodillas en el suelo, usando su mesa ratona como escritorio. Ese día nani salía a hacer las compras, mamá ya se había marchado con su amante hacia unos meses y papá estaba en alguna parte del mundo. No tenía idea donde se encontraba Scarlett, seguramente con sus amigas de compras o en algún spa donde le hiciesen la manicura. Ante todo esto, Jude se había ofrecido a echarme un ojo mientras supervisaba que terminara mi tarea.
Con disimulo, mire al muchacho de cabello castaño y contemple como los rayos del sol se iluminaban en su rostro. Se veía tan bien sosteniendo ese libro entre sus manos y su expresión relajada y concentrada en las palabras que estaría leyendo. Desde hace tiempo me di cuenta que Jude era un chico muy atractivo y estaba para comérselo (como decía Scarlett). Me pregunte si él había sido besado o si dio un beso. El otro día había escuchado a Scarlett y su amiga Lea comentar lo sexy que era Jude y lo afortunada que sería cualquier chica si él la besara y su saliva se quedara por seis meses en su boca.
No entendía bien por qué quería que Jude las besara, ósea, no creo que sea muy bonito intercambiar saliva con otra persona. ¿Y si él había comido algo con cebolla? Odiaba la cebolla. Pero tal vez ellas si sabían lo que Jude ingería, lo que las hacia ver más psicópatas que cuando él andaba en la piscina. Más de una vez las había visto espiarnos desde el balcón de Scarlett mientras Jude y yo jugábamos en el agua y no me gustaba parada. No me gustaba que ellas quisieran besar a Jude, tampoco que investigaran que estaba comiendo Jude. Scarlett odiaba el wasabi, así que solo era cuestión de que el castaño terminase su libro para irnos a comer sushi con wasabi. Mucho wasabi.
—¿Sucede algo con mi rostro, Lu? — pregunto sin despegar la vista del libro.
Sonreí de oreja a oreja, sin sorprenderme de su habilidad. Jude siempre se daba cuenta de las miradas hacia él, pero las ignoraba olímpicamente como si nada le importase, y de verdad que ni siquiera le importaba.
Vacile antes de hablar, pero finalmente me decidí a preguntarle lo que tanto rodeaba mi mente.
—Jude... ¿Has besado alguna vez?
El castaño quito la mirada del libro y la poso en mí con el ceño fruncido.
—¿Por qué preguntas eso?
—Es mala educación responder una pregunta con otra.
— No puedo responderte si no me dices el por qué quieres saber — cerro su libro dejándolo a un costado y se cruzó de brazos mientras se recostaba en el respaldar del sillón negro.
— Entonces si has besado a alguien, de lo contrario no estarías evitando responderme —replique con los ojos entrecerrados y aparte mi vista de él. Jude era mío. ¿Por qué tenía que ser besado por una bruja?
Lo escuche suspirar.
—Sí, bueno... sí. — observe por el rabillo de ojos que se había tensado un poco. Preguntas así siempre lo ponían nervioso — Ahora, ¿vas a decirme de donde sacaste eso?
Disimule que lo pensaba para finalmente menear la cabeza en forma negativa y regalándole una gran sonrisa.
— No, es tu castigo.
— ¿Castigo por qué, niña lista?
— Porque ya te besaron — le saque la lengua pero volví a sonreírle. Jude sonreía de manera torcida y se acercó hacia a mí, sentándose a mi lado en el suelo — ¿Quien fue?
— Una chica.
— ¿Quién es?
— Mi novia.
Borre mi sonrisa y lo mire seriamente mientras me mordía la lengua para no maldecir. No estaba bien que una señorita como yo a la edad de siete inocentes años dijera palabrotas, pero no era mi culpa saberlas sino de mi padre cada vez que se sentaba a ver el boxeo.
Aparte mi vista del castaño y comencé a guardar mis lápices dentro de mi cartuchera de minnie mousse. Podía sentir la mirada del adolescente sobre mí, pero me las arregle para seguir ignorándolo.
—¿Estas enojada, Lu?
No conteste.
— Hey.
Lo seguí ignorando.
— Vaya, estás enojada — suspiro, paso una mano por mi cabello y yo me aparte con brusquedad. Lo escuche soltar una risita — ¿Estas celosa, ricitos?
—Es injusto —conteste con seriedad y lo mire a los ojos, él levanto las cejas en alto y siguió sonriendo — Hablo enserio, Jude. Es injusto que a ella si le des un beso a mí no.
—Luce, ¿tú sabes que es un beso?
—Si —asentí repetidas veces con la cabeza, la idea de que Jude me diera su saliva para mezclara por la mía me dio cierto asco, pero aun así extendí mi mano — Ahora dámelo.
Jude soltó una risita pequeña y meneo la cabeza. Yo me quede con la mano extendida y el ceño fruncido por la molestia. Que me diera mi maldito beso de una buena vez.
— Lucy, tu primer beso tiene que ser con alguien a quien amas.
— ¿Tu amabas a tu novia? — murmure sintiéndome muy furiosa, pero supe disimularlo antes de que estallara.
— Creo que si — se encogió de hombros — Rompimos hace unos meses.
— ¿Te dolió cuando rompieron? — pregunte con tristeza.
— No, no demasiado.— Jude aparto su vista de mí y comenzó a ayudarme a guardar mis útiles en la mochila. A veces odiaba que Jude siempre se ocultara para no mostrar sus sentimientos. Era apenas una niña, pero me daba cuenta cuando él omitía su dolor para no preocupar a nadie —¿Yo puedo elegir a mi primer beso?
—A quien tú quieras, nena — volvió a sonreír y paso una mano por mi cabello — Pero debes quererlo mucho.
— Yo te quiero mucho. ¿Quieres ser mi primer beso?
Jude solo se río de mí y beso mi frente.
— Es muy temprano para decidir. A parte eres una niña para mí. Mejor si es Sean quien te da el primer beso — bromeo y yo lo fulmine con la mirada al sugerir a su tonto hermano menor.
— Sean es un tonto. Yo quiero que tú seas mi primer beso — replique con los brazos cruzados e inflando las mejillas. Jude tomo una de ellas y comenzó a tirarlas sin hacerme daño. Le di un manotazo para que las soltaras y en consecuencia me revolvió el cabello.
— Sean solo es tímido...
— Arrogante, caprichoso, mimado y antipático. — le interrumpí y coloque una sonrisa fingida en mi rostro — Es todo un encanto.
— Todas las niñas gustan de él. No entiendo como a ti no te gusta.
— Porque a mí me gustas tú — solté por puro impulso.
Cuando me di cuenta de mi error, solo baje la cabeza y termine de guardar mi cartuchera dentro de la mochila y la cerré. Jude se había quedado en silencio mientras yo me disponía a ordenar lo que había ensuciado, desde tirar los borradores al tacho de basura hasta acomodar las cosas que antes se encontraban en la mesa.
— Luce... — levante la vista cuando él me llamo. Creí que estaría muy serio, pero solo sonreía y me brindaba esa cálida mirada que me envolvía en profundos sentimientos — No te di tu regalo de cumpleaños ¿Cierto?
Menee la cabeza y me encogí de hombros —No es necesario, Jude.
— Por supuesto que lo es — replico divertido y se levantó del suelo. Busco en uno de sus cajones una pequeña caja y me acerque hacia él para observarla. —Felices siete años, Lucy.
Le regale una gran sonrisa mientras pensaba aliviada de que no se había olvidado de mi cumpleaños. Ciertamente, esperaba a que mamá diera señales de vida y me echara una llamada, que papá volviese de donde sea que estuviera y me diera un abrazo, o incluso que Scarlett tuviera la amabilidad de desearme un feliz día; pero la única que me dio un sonoro beso fue mi nani, y ahora Jude me felicitaba cuando creía que también se había olvidado. ¿Cómo pude dudar de él? Siempre estaba allí cada vez que volteaba hacia atrás, me acompañaba incluso cuando no era su responsabilidad y tenía esa manera tan dulce de tratarme que me hacía pensar que realmente alguien me quería en este mundo.
Saque la tapa de la cajita y me encontré con un hermoso colgante de plata, el dije tenía una forma de llave y otro de un candado. Las saque con una gran sonrisa y la emoción rebalsando mis ojos. Mire a Jude y no dude en darle un abrazo que a los segundos correspondió.
— ¡Gracias! ¡Es el mejor regalo del mundo! — chille emocionada.
— Déjame ponértelo.
Asentí con la cabeza y le di el collar a él, gire sobre mis talones ansiando a tener el regalo de Jude en mí. Tome el dije en mis manos y acaricie la pequeña llave de plata, pero fruncí el ceño al darme cuenta que el candado no estaba. Cuando voltee a ver al castaño, este tenía el candado en su mano y otra cadenita de plata.
— La llave es para ti y el candado para mí. Es un juego de dijes y pensé que te gustaría que tengamos uno.
— Pensaste bien — admití y volví a abrazarlo — Muchas gracias, Jude.
— De nada, nena — esta vez palmeo mi cabeza y me separe de él para mirarlo— Ahora vamos a comer algo antes que llegue nani y traiga la torta.
— Se enojara si comemos antes de soplar las velas — replique con una mueca en el rostro. Nani era de temer cuando se enojaba.
— No se dará cuenta — me guiño un ojo y yo asentí emocionada.
—Quiero sushi con mucho wasabi.
— Entendido— el muchacho me brindo una sonrisa más y se encamino hacia la salida. Já, a Scarlett no le quedarían más ganas de besarlo cuando lo viera comer wasabi.
Seguí a Jude por detrás, como toda mi vida lo había hecho. Aun no olvidaba el asunto del beso y me había propuesto una meta: Cada año en esta fecha le diría que me gustaba para que algún día me diera mi primer beso.
Mire el cielo azul despejado de nubes y coloque una mano sobre mi frente para quitar el sudor. Hacía tanto calor, ni siquiera mi vestido rosado podía salvarme aquel día de verano. Como detestaba el verano.
Me mantuve en la sombra, sentada debajo de un árbol y con la espalda apoyada en el tronco mientras mis brazos estaban cruzados alrededor de mi muñeca preferida, Misty. Hacia el típico puchero con mis labios y pensaba con regularidad cuando mi nana estaría libre para dejarme entrar en la piscina. No tenía permitido hacerlo sin la supervisión de un adulto, y como nani tenía trabajo de más yo no quería molestarla. A quien iba a molestar era a otra persona.
Me levante y sacudí con una mano mi vestido, corrí bajando la colina tomando mi sombrero de mimbre que nani había hecho especialmente para mí y llegue hasta las sillas reposeras en donde Scarlett se ubicaba en ese momento. Estaba tomando sol para cuando volviese a clases todos estuvieran envidiosos de su grandioso bronceado, aunque yo opinaba que con la cama solar de mama sería más práctico, pero ella insistía en que quería que fuese natural. Le pregunte a Jude porque quería algo natural cuando se pintaba el cabello todos los meses y él solo se río.
—Scarlett — la llame lentamente. No quería que se asustara ante mi llegada y se pusiera a gritarme.
—Largo — dijo aun en la misma posición que antes, con los brazos detrás de la cabeza y unos lentes de sol cubriéndole los ojos.
—Pero...
—Largo.
Tome una profunda respiración antes de volver a insistir.
—¿Puedo meterme a la piscina? — pregunte en un susurro.
—No. Papá dijo que te metieras cuando alguien te vigilara.
—¿Y tú podrías hacerlo? Estás aquí y…
—¿Por qué eres tan fastidiosa? —refunfuño sentándose en la reposera y llevándose los lentes hacia el cabello, mostrando sus ojos azules.
—¿Por qué eres una bruja? —replique inflando mis cachetes de aire y fulminándola con la mirada — Además con los lentes no te bronceaste los ojos, pareces tonta así.
Mi hermana frunció el ceño y de inmediato tomo su cartera que estaba en el suelo para sacar un espejo. Soltó un chillido cuando noto que lo que yo decía era verdad: al tener los lentes puestos no se bronceo la zona de los ojos y ahora tenía la marca. Me eche a reír sin poder evitarlo y Scarlett me echo una mirada fulminadora. Prácticamente, me arranco a Misty de mis brazos y la tiro a la piscina. Yo solté un gritito sin poder evitarlo y los ojos se me llenaron de lágrimas.
—¿Quieres nadar? Pues ve por él, estúpida. — y con una sonrisa cínica se levantó y se marchó.
Mire a Misty en el agua flotando y poco a poco hundiéndose. No sabía que hacer exactamente, apenas y tenía cinco años como para saber nadar realmente y la piscina era muy profunda, nani tenía mis flotadores y no quería causarle problemas. Tenía que dejar a Misty en el agua hasta que nani terminara con los quehaceres, pero de solo pensar que dejaría a la pobre de mí muñeca en el agua por horas, mojada y seguramente con frío, me hizo tomar una de las decisiones más estúpidas de mi vida.
Salte hacia el agua y patalee con todas mis fuerzas para llegar hacia Misty, pero solo ocasiono que me hundiese en el agua. Comencé a moverme dentro de la piscina e intentando salir a la superficie por un poco de aire, sentía como mis pulmones se quemaban con tanta intensidad que la desesperación tomo mi mente por completo. Al poco tiempo, perdí las fuerzas de salir y me quede dentro del agua, creyendo que iba a morir ahogada solo por rescatar a mi muñeca preferida.
Pero fue cuando lo vi, vi perfectamente como aquel muchacho, de ese entonces catorce años, salto hacia la piscina y nado con rapidez hacia donde me encontraba. Me envolvió en sus brazos y me llevo a la superficie donde tosí la cantidad de agua que había tragado y respire profundamente sin parar de toser.
Salimos del agua y tomo una toalla para envolverla en mi pequeño cuerpo. Noté que llevaba un pantalón que le llegaba unos centímetros arriba de la rodilla, sus zapatillas chorreando agua y una remera blanca sin mangas.
—¿Qué estabas haciendo, Lucy? — pregunto con frialdad. Levante mi vista y observe sus ojos cafés llenos de enojo y dirigidos hacia a mí. Yo solo baje la mirada mientras mis lágrimas comenzaron a formarse.
—Misty está en el agua y quise sacarla — murmure entre sollozos.
—¿Y cómo llego Misty ahí?
—¡Jude! ¡Aquí estas! — exclamo Scarlett mientras caminaba con una sonrisa coqueta en su rostro. Al verme en aquel estado, su sonrisa se borró — Eh... creo que volveré adentro por mi...
—¿Es que eres estúpida, Scarlett? — inquirió Jude molesto. Me tomo entre sus brazos y me alzo como siempre lo hacía. Se notaba en su ceño fruncido lo molesto que estaba con mi hermana. Jude no era tonto y siempre sacaba conclusiones apresuradas, y generalmente estas siempre eran acertadas — No sé qué te hizo para que le tirases su muñeca, pero Lucy solo tiene cinco años.
—Y-yo no le tire...
—No creo que a tu padre le guste que tengas este tipo de comportamientos con tu hermana menor — le interrumpió y le dirigió la última mirada fría.
Jude paso conmigo entre sus brazos por al lado de Scarlett sin volver a mirarla. Yo abrace a Jude y deje mi cabeza reposar en su hombro mientras veía como mi hermana se volteaba y fulminaba con la mirada. Sabía que por esto tomaría algún tipo de venganza, ella no perdonaba nunca cuando el castaño estaba de mi lado y nunca de lado de ella, cosa que siempre ocurría.
—No vuelvas a hacer algo así, Lu — me susurro a la vez que entramos en la cocina, ambos empapados de los pies a la cabeza.
—Era Misty, tú me la regalaste — replique débilmente.
Jude me dejo en el suelo y me indico que me sentara en una silla. Tomo otra toalla y comenzó a sacar mi cabello con una sonrisa en su rostro.
—Te comprare miles y miles de muñecas si tú quieres, pero no vuelvas a preocuparme así.
Esa fue la primera vez que pensé que la sonrisa y los ojos de Jude era lo más parecido al cielo.
Siete años
Termine por fin los ejercicios de matemática y deje el lápiz sobre la pequeña mesa donde estaban mis útiles escolares esparcidos. Tenía cierta dificultad con las restas y facilidad con las sumas, así que le pedí a Jude que me hiciera algunas cuentas para practicar. Quería seguir manteniendo mi puesto como la mejor de la clase, tal vez así papá me felicitaría.
Me hallaba en la habitación que le habían asignado a Jude, él estaba sentado en uno de los sillones leyendo un libro que mi padre le había recomendado y yo estaba sentada de rodillas en el suelo, usando su mesa ratona como escritorio. Ese día nani salía a hacer las compras, mamá ya se había marchado con su amante hacia unos meses y papá estaba en alguna parte del mundo. No tenía idea donde se encontraba Scarlett, seguramente con sus amigas de compras o en algún spa donde le hiciesen la manicura. Ante todo esto, Jude se había ofrecido a echarme un ojo mientras supervisaba que terminara mi tarea.
Con disimulo, mire al muchacho de cabello castaño y contemple como los rayos del sol se iluminaban en su rostro. Se veía tan bien sosteniendo ese libro entre sus manos y su expresión relajada y concentrada en las palabras que estaría leyendo. Desde hace tiempo me di cuenta que Jude era un chico muy atractivo y estaba para comérselo (como decía Scarlett). Me pregunte si él había sido besado o si dio un beso. El otro día había escuchado a Scarlett y su amiga Lea comentar lo sexy que era Jude y lo afortunada que sería cualquier chica si él la besara y su saliva se quedara por seis meses en su boca.
No entendía bien por qué quería que Jude las besara, ósea, no creo que sea muy bonito intercambiar saliva con otra persona. ¿Y si él había comido algo con cebolla? Odiaba la cebolla. Pero tal vez ellas si sabían lo que Jude ingería, lo que las hacia ver más psicópatas que cuando él andaba en la piscina. Más de una vez las había visto espiarnos desde el balcón de Scarlett mientras Jude y yo jugábamos en el agua y no me gustaba parada. No me gustaba que ellas quisieran besar a Jude, tampoco que investigaran que estaba comiendo Jude. Scarlett odiaba el wasabi, así que solo era cuestión de que el castaño terminase su libro para irnos a comer sushi con wasabi. Mucho wasabi.
—¿Sucede algo con mi rostro, Lu? — pregunto sin despegar la vista del libro.
Sonreí de oreja a oreja, sin sorprenderme de su habilidad. Jude siempre se daba cuenta de las miradas hacia él, pero las ignoraba olímpicamente como si nada le importase, y de verdad que ni siquiera le importaba.
Vacile antes de hablar, pero finalmente me decidí a preguntarle lo que tanto rodeaba mi mente.
—Jude... ¿Has besado alguna vez?
El castaño quito la mirada del libro y la poso en mí con el ceño fruncido.
—¿Por qué preguntas eso?
—Es mala educación responder una pregunta con otra.
— No puedo responderte si no me dices el por qué quieres saber — cerro su libro dejándolo a un costado y se cruzó de brazos mientras se recostaba en el respaldar del sillón negro.
— Entonces si has besado a alguien, de lo contrario no estarías evitando responderme —replique con los ojos entrecerrados y aparte mi vista de él. Jude era mío. ¿Por qué tenía que ser besado por una bruja?
Lo escuche suspirar.
—Sí, bueno... sí. — observe por el rabillo de ojos que se había tensado un poco. Preguntas así siempre lo ponían nervioso — Ahora, ¿vas a decirme de donde sacaste eso?
Disimule que lo pensaba para finalmente menear la cabeza en forma negativa y regalándole una gran sonrisa.
— No, es tu castigo.
— ¿Castigo por qué, niña lista?
— Porque ya te besaron — le saque la lengua pero volví a sonreírle. Jude sonreía de manera torcida y se acercó hacia a mí, sentándose a mi lado en el suelo — ¿Quien fue?
— Una chica.
— ¿Quién es?
— Mi novia.
Borre mi sonrisa y lo mire seriamente mientras me mordía la lengua para no maldecir. No estaba bien que una señorita como yo a la edad de siete inocentes años dijera palabrotas, pero no era mi culpa saberlas sino de mi padre cada vez que se sentaba a ver el boxeo.
Aparte mi vista del castaño y comencé a guardar mis lápices dentro de mi cartuchera de minnie mousse. Podía sentir la mirada del adolescente sobre mí, pero me las arregle para seguir ignorándolo.
—¿Estas enojada, Lu?
No conteste.
— Hey.
Lo seguí ignorando.
— Vaya, estás enojada — suspiro, paso una mano por mi cabello y yo me aparte con brusquedad. Lo escuche soltar una risita — ¿Estas celosa, ricitos?
—Es injusto —conteste con seriedad y lo mire a los ojos, él levanto las cejas en alto y siguió sonriendo — Hablo enserio, Jude. Es injusto que a ella si le des un beso a mí no.
—Luce, ¿tú sabes que es un beso?
—Si —asentí repetidas veces con la cabeza, la idea de que Jude me diera su saliva para mezclara por la mía me dio cierto asco, pero aun así extendí mi mano — Ahora dámelo.
Jude soltó una risita pequeña y meneo la cabeza. Yo me quede con la mano extendida y el ceño fruncido por la molestia. Que me diera mi maldito beso de una buena vez.
— Lucy, tu primer beso tiene que ser con alguien a quien amas.
— ¿Tu amabas a tu novia? — murmure sintiéndome muy furiosa, pero supe disimularlo antes de que estallara.
— Creo que si — se encogió de hombros — Rompimos hace unos meses.
— ¿Te dolió cuando rompieron? — pregunte con tristeza.
— No, no demasiado.— Jude aparto su vista de mí y comenzó a ayudarme a guardar mis útiles en la mochila. A veces odiaba que Jude siempre se ocultara para no mostrar sus sentimientos. Era apenas una niña, pero me daba cuenta cuando él omitía su dolor para no preocupar a nadie —¿Yo puedo elegir a mi primer beso?
—A quien tú quieras, nena — volvió a sonreír y paso una mano por mi cabello — Pero debes quererlo mucho.
— Yo te quiero mucho. ¿Quieres ser mi primer beso?
Jude solo se río de mí y beso mi frente.
— Es muy temprano para decidir. A parte eres una niña para mí. Mejor si es Sean quien te da el primer beso — bromeo y yo lo fulmine con la mirada al sugerir a su tonto hermano menor.
— Sean es un tonto. Yo quiero que tú seas mi primer beso — replique con los brazos cruzados e inflando las mejillas. Jude tomo una de ellas y comenzó a tirarlas sin hacerme daño. Le di un manotazo para que las soltaras y en consecuencia me revolvió el cabello.
— Sean solo es tímido...
— Arrogante, caprichoso, mimado y antipático. — le interrumpí y coloque una sonrisa fingida en mi rostro — Es todo un encanto.
— Todas las niñas gustan de él. No entiendo como a ti no te gusta.
— Porque a mí me gustas tú — solté por puro impulso.
Cuando me di cuenta de mi error, solo baje la cabeza y termine de guardar mi cartuchera dentro de la mochila y la cerré. Jude se había quedado en silencio mientras yo me disponía a ordenar lo que había ensuciado, desde tirar los borradores al tacho de basura hasta acomodar las cosas que antes se encontraban en la mesa.
— Luce... — levante la vista cuando él me llamo. Creí que estaría muy serio, pero solo sonreía y me brindaba esa cálida mirada que me envolvía en profundos sentimientos — No te di tu regalo de cumpleaños ¿Cierto?
Menee la cabeza y me encogí de hombros —No es necesario, Jude.
— Por supuesto que lo es — replico divertido y se levantó del suelo. Busco en uno de sus cajones una pequeña caja y me acerque hacia él para observarla. —Felices siete años, Lucy.
Le regale una gran sonrisa mientras pensaba aliviada de que no se había olvidado de mi cumpleaños. Ciertamente, esperaba a que mamá diera señales de vida y me echara una llamada, que papá volviese de donde sea que estuviera y me diera un abrazo, o incluso que Scarlett tuviera la amabilidad de desearme un feliz día; pero la única que me dio un sonoro beso fue mi nani, y ahora Jude me felicitaba cuando creía que también se había olvidado. ¿Cómo pude dudar de él? Siempre estaba allí cada vez que volteaba hacia atrás, me acompañaba incluso cuando no era su responsabilidad y tenía esa manera tan dulce de tratarme que me hacía pensar que realmente alguien me quería en este mundo.
Saque la tapa de la cajita y me encontré con un hermoso colgante de plata, el dije tenía una forma de llave y otro de un candado. Las saque con una gran sonrisa y la emoción rebalsando mis ojos. Mire a Jude y no dude en darle un abrazo que a los segundos correspondió.
— ¡Gracias! ¡Es el mejor regalo del mundo! — chille emocionada.
— Déjame ponértelo.
Asentí con la cabeza y le di el collar a él, gire sobre mis talones ansiando a tener el regalo de Jude en mí. Tome el dije en mis manos y acaricie la pequeña llave de plata, pero fruncí el ceño al darme cuenta que el candado no estaba. Cuando voltee a ver al castaño, este tenía el candado en su mano y otra cadenita de plata.
— La llave es para ti y el candado para mí. Es un juego de dijes y pensé que te gustaría que tengamos uno.
— Pensaste bien — admití y volví a abrazarlo — Muchas gracias, Jude.
— De nada, nena — esta vez palmeo mi cabeza y me separe de él para mirarlo— Ahora vamos a comer algo antes que llegue nani y traiga la torta.
— Se enojara si comemos antes de soplar las velas — replique con una mueca en el rostro. Nani era de temer cuando se enojaba.
— No se dará cuenta — me guiño un ojo y yo asentí emocionada.
—Quiero sushi con mucho wasabi.
— Entendido— el muchacho me brindo una sonrisa más y se encamino hacia la salida. Já, a Scarlett no le quedarían más ganas de besarlo cuando lo viera comer wasabi.
Seguí a Jude por detrás, como toda mi vida lo había hecho. Aun no olvidaba el asunto del beso y me había propuesto una meta: Cada año en esta fecha le diría que me gustaba para que algún día me diera mi primer beso.
- holii :DD:
- Bueno, me tarde en subir el capitulo porque me duele la muñeca derecha Aproveche que mañana no tengo universidad para terminar de corregirlo n.n Espero que les guste :D
Jaeger.
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Re: our little secret. {novela colectiva}
Jajajajajaj me encanto el capitulo y no se por qué pero sigo tentada con lo de Scarlett pobre quedo como un oso panda :solteria: Me encanta como escribís osea forever love tus capitulos (?) eso, aparte que ya me enamore de Jude ah jajaj bueno ya me pongo a escribir algo y eso <3 besosss
katara.
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Re: our little secret. {novela colectiva}
Lucy es un amor de nena que está enamorada de un chico como jude. Es muy tierno todo. Ha estado perfecto kande pobre scarlett creo que no soporta a lucy además ¿la madre se fue? Pobre familia. Bueno agradecería que alguien me avisé quién sigue porque del celular no puedo verlo.
proserpina
Re: our little secret. {novela colectiva}
Los capítulos fueron tan sin palabras, salgo del shock y comento algo más decente (?) espero el siguiente
Invitado
Invitado
Re: our little secret. {novela colectiva}
Supongo que si mañana me siento mejor subiré :3 eso, besos a todas !
katara.
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Re: our little secret. {novela colectiva}
me encantó, kande jude es tan lindo, igual que lu
espero a la siguiente :)
espero a la siguiente :)
azura.
Re: our little secret. {novela colectiva}
Capitulo 3
Amelie Emma Stone
16 de Septiembre, 2005
Camino ida y vuelta a través de la sala sosteniendo las puntas de mi vestido rosa como yo exactamente había pedido. Mis ojos se mueven impacientemente a cada rincón, la hora de llegada está cerca, ¿Qué me comprarían esta vez mis padres? Tal vez papá me compre una gran casa de muñecas y mamá el resto de los vestidos que pedí para el verano. El silencio llenaba mis oídos y trataba de calmarlo con mis largos y fuertes suspiros soplando así los mechones de cabello que caían sobre mi rostro. Desde hace rato estaba frustrada ¡Es mi séptimo cumpleaños y están retrasados! Tiré el ruedo de mi vestido una vez más, mi ceño se frunció pero traté de mantener la calma sentándome sobre el sofá de la sala. Miro el reloj sobre la chimenea encendida, una vez más, los minutos seguían pasando y nada cambiaba.
Unos brazos me balanceaban lentamente, mis párpados pesaban y mis ojos no querían abrirse, ¿Cuánto tiempo había pasado? Un color azul me dio la bienvenida luego de acomodar mis bracitos a mi lado sobre el sofá, y pensé miles de veces que eran tan parecidos al azul del océano por el cual seguidamente navegábamos con mis padres. Pero entonces salté de mi lugar, ¿Quién era? ¿Qué hacía en mi casa? Golpeé lo más fuerte que podía con mis puños chocando sus piernas ya que mi altura no me favorecía, mi nana me había enseñado a golpear a los intrusos.
- Hey pequeña calma - Cogió de mis brazos que seguían sin remedio golpeándolo, chillé una vez más.
- ¡Nana! ¡Mamá! ¡Papá! - Soy una niña fuerte no voy a llorar solo tengo que golpearlo un poco más, si eso.
- Amelie tranquila, lo siento pequeña si te he asustado - Su voz era linda, puedo admitirlo, tanto que detuvo mis brazos y gritos.
- ¡Que no soy pequeña! - Refunfuño aún con mis brazos en mi cintura, podría volver a golpearlo...
- Claro como digas Amy - Revolotea sus ojos justo delante de mí, ¡Lo seguiré golpeando!
- Ya, ¿Quién eres y qué haces aquí? No te quedes tranquilo intruso - Pronuncio más fuerte la última palabra, hasta creo que lo he asustado.
- Vale, vale - Levanta sus brazos en signo de rendición, río interiormente -, soy Mathew - Y extiende su mano a mí.
Lo examino lentamente como estoy acostumbrada a hacer con los desconocidos. Su cabello oscuro algo alborotado hacia resaltar sus grandes y lindos ojos azules, era alto, mucho más alto que yo y era la niña más alta de la clase. Su cuerpo estaba enfundado en uno de esos trajes que mi padre utiliza seguido para trabajar.
- George, es decir tu padre - se corrigió -. Me mandó a buscarte a ti, Amy, para tu sorpresa de cumpleaños - Agrandó más su sonrisa haciéndome sonreír a mí.
- ¡Ya no es necesario! - Gritó una profunda voz desde la entrada.
- ¡Papá! ¡Mamá! - Grito con emoción, finalmente habían llegado.
Junto a la puerta se encuentran ambos con brazos abiertos esperando por mí, como siempre. Lleguo hasta ellos riendo, cuando ambos me cogieron en brazos también riendo y felicitándome por mi cumpleaños. Mamá sostiene una gran caja de la cual deslumbraba un moño color rosa y papá trae detrás de sí una caja mucho más grande que me hace abrir los ojos con felicidad.
Luego de abrir los regalos, y como había previsto, tenía ambos regalos que anhelaba, como siempre. Mamá tira de mi muñeca para hacerme avanzar a través de la sala y llegar hasta donde habíamos dejado al intruso, ya ni recuerdo su nombre.
- Linda, él es Mathew - señala mi padre hasta el pelinegro, lo miro con una sonrisa apenada, a veces solía pasarme un poquito.
- Ya nos conocimos - Musita él riendo, ¿Se está riendo de mí otra vez? Lo volveré a golpear.
- ¿Qué hace aquí? – Refunfuño con molestia, no lo quiero en mi casa.
- Él vivirá aquí Amy…
2 de Abril, 2010
Los rayos de sol que traspasaban la gran ventana habían detenido mis sueños. Observo el reloj a un lado de mi gran cama, dándome cuenta que aún era temprano, inclusive había despertado antes de que el reloj sonara, mejor. Calzo mis pantuflas de conejitos color rosa, las cuales desde pequeña son mis favoritas y a paso apresurado salgo de la habitación con toda la energía del día. Bajo uno en uno los escalones tratando de no tropezar y caer o inclusive hacer algún ruido, es muy temprano aún y yo llevaba la ventaja. Entrando a la cocina una sonrisa se apodera de mi rostro, estaba feliz, mucho más que nunca.
Terminé de preparar el desayuno, con doce años soy muy aplicada, ya quisieran ser todos como yo. Cojo la bandeja lentamente y otra vez, subo los escalones uno en uno para no despertar a nadie, esta vez tenía que funcionar. Llego a mi cuarto dejando todo a un lado sobre mi escritorio y como un rayo escojo lo primero que veo en mi armario para cambiar mi pijama de pastelitos, siento que pronto mi corazón saldrá de su lugar lentamente. Una camisa rosa pastel se adhiere a mi torso y unos jeans oscuros se enfundan en mis piernas mientras mis pies son cubiertos por unas zapatillas negras, sinceramente las primeras que vi tiradas a un lado de mi cama. Cuando ya estoy lista con cuidado agarro la bandeja hasta salir al corredor. Paso por la puerta de la habitación de mis padres viendo así como ellos seguían durmiendo. Sigo caminando mientras miro atentamente al suelo para no torpeza con nada hasta que llego a su puerta. Con cuidado empujo esta misma con mi pie derecho manteniendo la bandeja, el desayuno y el equilibrio de mi cuerpo con mi pie derecho. Cuando abro la puerta corro apresurada a dejar todo sobre el escritorio y guardar entre mi camisa rosa, la pequeña cajita.
Su cuerpo recostado en la cama se encuentra pacífico, mis ojos no pueden sentirse más afortunados al mirarlo una vez más. Las cobijas se desprenden de él y omito una risotada cuando puedo reconocer que estaba medio tirado en el piso. Poco a poco me voy acercando a él, con una gran sonrisa, todo salió como esperaba.
1... 2... 3...
- ¡Feliz cumpleaños! ¡Mathew levantateeee! - Chillo en su oído mientras me tiro sobre él escandalosamente.
- Hay Emms no tienes 7 años todavía, pesas cariño - Reprende aún con los ojos cerrados y una bella sonrisa en su rostro, me encanta verlo sonreír, pocas veces se encuentra triste y odio verlo así.
- ¡James! - Reprendo ofendida mientras me abraza y ríe conmigo.
- Muchas gracias Amy - Sonrió correspondiendo mis sonrisas mientras se sienta en la cama y acomoda su camiseta.
- ¡Espera! - Grito antes de olvidarme -. Esto no es todo o, ¿Te piensas que con doce años no puedo hacer un desayuno decente para el mejor, mejor, mejor padrino del mundo? - Me halago recordando el año anterior donde mamá y papá tuvieron que acompañarme a prepararlo solo porque aún no podía cocinar sola, já aquí tienen.
- Linda, en serio no tenías - Responde haciendo un lugar en la gran cama para acomodar la bandeja y obvio, otro para mí.
Acomodamos todo sobre las colchas tratando de no volcar ningún contenido ni derramar las bebidas. Los siguientes minutos son risas y más risas, Mathew podía definirse como la mejor persona del mundo, a quien más quería, había estado conmigo allí cuando mi padre se accidentó y él tuvo que secar mis lágrimas y calmar mis preocupaciones, cuando caí de la bici, aquella vez en mi primera clase de danza, el primer día de secundaria, siempre y por eso es el mejor. Sus ojos azules parecían desprender chispas de felicidad, lo reconocía porque sus ojos eran como dos perlas que reflejaban lo que sentía, inclusive aún cuando quería ocultarlo conmigo nunca lo lograba.
- Mierda Mathew ¿Por qué duermes con la ventana abierta? – Refunfuño cruzando mis brazos debajo de mi – reducido – busto, tratando de darme algo de calor y sonrío interiormente.
- Amelie Emma Stone cuida el vocabulario – Torna su rostro serio hacia mí y puedo observar como sus ojos examinan cada parte de mi rostro.
Mi corazón comienza a latir apresuradamente, nunca me había sentido de esa manera, y a pesar de compartir mi vida con él, este sentimiento es nuevo y extrañamente me gusta. Siento su mirada sobre mí, sus ojos azules están sobre mi rostro y su sonrisa, amo la manera en la que sonríe todo el tiempo, es como cuando tienes algún día feo, te has caído en la acera yendo al colegio o has cogido una mala calificación en Matemáticas, pero luego lo ves y es como que nada importa, eso es lo que más me gusta de él.
Estrecha sus brazos sobre mis hombros y me atrae hacia su torso tratando de darme algo de calor mientras seguimos en un silencio.
- ¿Mejor Amy? – preguntó mirándome, lo cual supuse ya que mis ojos se encontraban cerrados disfrutando de su cercanía.
- Quédate así – Le reprocho golpeando su brazo para que no me suelte.
- Es el mejor regal…
- ¡Mierda! Casi me olvido – Grito desprendiéndome de su lado.
- ¡AMELIE! – Semi grita en mi dirección, su ceño fruncido consecuencia de su enojo, él siempre se enoja cuando hablo de forma inapropiada, pero qué puedo decir, amo hacerlo enojar.
Mis manos llegan hasta la cajita en el bolsillo interior de mi camisa para luego con la mano disponible tapar sus ojos lentamente, como si su tacto bajo mi piel quemara, enserio esta vez parecía provocar unas inmensas cosquillas en mi interior. Cuidadosamente tomo entre mis dedos la cajita de terciopelo negra, porque el color rojo no es mi preferido y preferí el negro ante todo. Por último trato de sostenerla lo más cerca posible mientras destapo sus ojos encontrándome con los suyos impacientes mirándome con ese único destello de emoción que estoy segura solo yo puedo ver.
- Amy… - Suspira cerrando sus ojos y volviéndolos a abrir, su mirada era distinta, inclusive para mí quien no paraba de tener escalofríos ante esta.
- Ábrela – Expreso con emoción tratando de alejarme un poco de su cuerpo, estaba nerviosa.
- Es… Es precioso Amy – Murmuró nuevamente dirigiendo su mirada hacia mí, la púa en sus manos con nuestras iniciales grabadas en ella son sostenidas por sus manos como un cristal, no me canso de repetir cuan hermosos me parecen sus ojos.
Enredó ambas manos en mi cintura atrayéndome a su pecho como hacía cuando era pequeña, me envolvió con fuerza y protección, sobre todo cariño, los sentimientos que siempre veía a través de sus perlas cuando estaba junto a mí. Su mano derecha recorre mi columna vertebral mientras que la otra crea círculos en mi espalda, sé lo que significa. Mathew tenía diferentes formas de abrazar a las personas y esta, era la más especial, siempre la utiliza conmigo. Era aquella con la que me demostraba la falta cuando estamos tiempo separados, aquella con la que me dice que me aprecia y me quiere. Porque estaba segura yo, Amelie Emma Stone, que me gustaba todo de él, pero, ¿Es correcto?
- Holu:
- Bueno, al finnn terminé el cap ♥ se me complicó un poco para adaptarme con el presente, soy de escribir en pasado y es pero bah algo salio jajaja espero que les haya ustado a todas :3 besos
katara.
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Re: our little secret. {novela colectiva}
Awwww mathew es super lindo! Me encantó! Ay dice muchas palabrotas me siento rara. Es decir mi capítulo va a ser de lo más extraño para mi gusto. Lo peor es que sigo yo! Bueno chicas deseenme suerte.
proserpina
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