Miss Movin' On |Harry Styles|Nuevo Capitulo|

Hacia frio y aun no había amanecido del todo, entonces, ¿Por qué carajos levantarse temprano? Simple. Para poder desayunar algo decente y no tener que comer lo que su mama preparaba; Dove la amaba con toda su alma pero era una pésima cocinera.             La pelinegra acomodo su mochila, que por cierto estaba apunto de estamparse contra el suelo y, prosiguió revisando su itinerario de hoy. Odiaba tener que dejar todo para después, además de odiar que llegara o llegaran tarde a una cita u reunión, algo ilógico para una chica como ella pero no soportaba esas clases de cosas. Estaba llegando a la avenida principal de Londres, lo que indicaba que le faltaban dos cuadras más para poder llegar a la escuela. 9:45 apuntaba su reloj azul que llevaba en su brazo izquierdo, había decidido comprar algo camino a la escuela. No tenía aun hambre.

 

Su mirada estaba completamente seria y parecía, en cierto sentido, un zombie. De su hombro colgaba –Ya antes mencionada.- mochila negra sin ningún dibujo o signo en particular, además de un portafolio de dibujos azul. A cada paso que daba volteaba levemente viendo a los pequeños niños pasar junto a sus padres o algún auto en particular.

Parecía un día normal.

Hasta que algo pasó.

Unas pisadas  detrás suyo se hicieron presentes, vio por reojo de su hombro pero no había nadie. “Seguramente son cosas mías”, pero unos minutos mas tarde, unas manos le cubrieron los ojos tomándola por sorpresa, Dove dejo caer sus cosas por el gran susto que esto le ocasiono. Coloco sus manos encima de las del extraño, estaba algo enfurecida, ¿algo? Diría que más, sabia que seria algún idiota tratando de hacerle una broma, ella odia estas clases de bromas infantiles. Las odia desde la secundaria, para ser exacta desde lo que paso con el oji-verde.

 

-¿Quién diablos eres y, que quieres?-pregunto yendo al grano y sin reojos.

 

 

-Cuando ambas manos que cubrían sus ojos se quitaron, rápidamente volteo-¿Ariana?

 

-No, la bruja de La bella durmiente-bromeo la rubia de grandes ojos celestes.

 

-Muy graciosa.

 

-No seas amargada, ¡Vive la vida!-exclamo con los brazos abiertos.

 

-Como sea-dijo por lo bajo Dove.

 

La morocha se agacho para poder recoger sus cosas que había tirado, claro que no sin antes echarle un ultimo vistazo a su amiga, tomo su mochila algo sucia seguido de su portafolio azul.

Ariana era una de sus mejores amigas, era bonita por lo que no entendía porque ningún chico se le acercaba y, después recordaba con quien se juntaba. Con ella. Con la chica mala de la preparatoria Madison Jamie’s School, todos le tenían cierto pavor desde que inicio el curso. Ahora ella y sus amigas se encontraban en el ultimo año de preparatoria y pronto irían a la universidad, claro que a Dove no le importaba mucho ese aspecto. Casi ya nada le importaba.

Después de cambiarse de colegio al estar iniciando el ultimo año de secundaria se volvió fría y cerrada con todos a su alrededor, excluyendo a sus ex –mejores amigas. Cuando Dove acomodo su mochila y el portafolio siguió de paso dejando un poco atrás a Ariana, que claramente estaba concentrada en sus pensamientos por lo que no vio cuando su amiga comenzó a caminar, la pelinegra giro sobre sus talones para mirar a su rubia amiga –Claro que no era completamente rubia, puesto que tenia su cabello, la mitad, pintado de rosa- y tomo una roca diminuta para lanzársela en la cabeza. Aria se quejo con el golpe y corrió hasta la morocha.

 

-Eso dolió.

 

-Pues sino te metieras en tu mundo no te pegaría, además de que si no fuera una buena amiga te hubiera dejado ahí sola.

 

-Pues gracias mejor amiga que me golpea-dijo sarcástica.

 

-Lo siento-se disculpo Dove bajando la mirada, sabia que había metido la pata. Ella jamás se disculpaba con nadie, mucho menos con sus amigas, era algo habitual entre las ocho.

 

-¿Te disculpaste?-pregunto ingenua- ¡Te disculpaste!-exclamo sorprendida y alegre Aria.

 

-Te matare si le dices a alguien sobre esto, incluyendo a las chicas-murmuro entre dientes.

 

-Esta bien, hablando de chicas, Zana y Harzilyne nos esperan en la entrada de la escuela.

 

-¿Cómo porque?

 

-Como porque decidieron levantarse temprano.

 

La pelinegra rodeo los ojos y siguió caminando, ahora en compañía de su amiga. “Nadie cambia porque si, yo no cambie solo porque quería. Tenia un objetivo”. A veces las personas cambian cuando menos lo esperamos, también cambian con el tiempo, uno deja de ser alguien que solo solían lastimar para convertirse en alguien diferente y nuevo.

Nadie elije su destino, el destino los elije a ellos. Cuando sientes que te estas rompiendo por adentro y que nadie puede escucharte o ayudarte, terminas quemado y cayendo a un pozo sin fondo. Te rompes. Rompen tu corazón. Te destruyen. A veces eso hace que sientas rencor y odio, pero Dove nunca lo sintió, tal vez en un momento dado de su vida pasada si pero lo supero, ella se supero en todo. Lo mejor seria comenzar desde cero.

 

Se abrazo  así misma para poder darse un poco de calor, las calles parecían estar desiertas y eso que era algo tarde. La pelinegra llevaba su cabello en una coleta de lado que a veces se movía con el viento que pasaba entre ellas y hacia lo posible por despeinarla, tenia puesto un gorro de algodón, de color naranja que cubría su cabeza, un suéter negro algo sencillo junto a un pantalón negro con blanco –y ciertos estampados negros-, una chamarra verde con negro y, para finalizar unos botines de estampado de leopardo. Algo sutil en ella.

Ya era aproximadamente las diez de la mañana, por lo cual la ciudad ya tenia movimiento y habían mas personas alrededor caminando, suerte para ella que no vivía en otras ciudades mas grandes como New York, allí podrías perderte en una sola salida, además de que prefería la tranquilidad de Londres. La pelinegra tomo un mechón de su cabellera y empezó a jugar con ella, cosa que indicaba que estaba más que aburrida ya. Su cabello era tan bipolar como ella, un día estaba lacio y al otro estaba semi-rizado, aunque ella prefería alaciarlo siempre le gusto que estuviera ondulado, pero casi ya no.

¿Cuántos años abría pasado desde la secundaria? ¿Cuánto abría pasado desde la niña del flequillo? ¿Desde la ingenua y tonta Dove Irwin? ¿Desde que usar trenzas era la moda? ¿Desde que perdió a sus dos mejores amigas? ¿Desde que decidió ser como era ahora? Extrañaba rotundamente a Jenna y a Selene, ambas eran sus mejores amigas desde que había comenzado el año escolar, pero nunca más las volvió a ver. Bueno, en unas ocasiones vio a Selene –Su esposita, aquel tonto juego que ambas jugaban- estar con Jade, una de sus ex –compañeras de primaria y prima de esta. Suspiro pesadamente mientras pensaba que podría hacer. No quería que ninguna de sus mejores amigas la viera triste porque ella nunca lo estaba y, mucho menos Fernanda, ella era una de sus mas intimas amigas y no quería que la viera en este estado, no quería que viera a la Dove destrozada. Cuando las cosas en su mente volvieron a la normalidad cerro los ojos un momento pensando si hacia bien o mal en recordar algo que creyó haber enterrado hace años.

¡4 años! Exclamo su mente, 4 venditos años habían pasado desde que se fue de la secundaria Royal’s Brighs School. Unas risas la sacaron de sus pensamientos y miro a su lado, ¿Dónde diablos se metió Aria? Se pregunto mientras miraba al otro extremo. Cuando poso su vista asía en frente allí estaban las chicas, bueno al menos cuatro de siete y, también estaba en ese grupito Aria charlando con ellas. Camino a paso lento hasta donde se encontraban sus amigas y actuó como siempre. Indiferente. Porque siempre cuando todo parece haber terminado regresa en flashback.

 

-Miren quien se digno a volver a su verdadero mundo, Dove…Irwin-dijo la castaña apuntándola.

-Tal vez yo, porque la verdad no veo a ninguna otra Dove caminando por aquí-le dijo la morocha.

 

-¡Vamos no seas una amargada!-exclamo Zana feliz.

 

-Lo sere cuando las vacas vuelen.

 

-Vamos sonríe por una vez-dijo Aria jalando de mi brazo.

 

-Si claro, justo después de que use tacones, justo después de que sea linda con todos, justo después de que diga que los chicos son lindos, justo después de que admita que el novio de mi mejor amiga Fernanda es sexy-dijo con sarcasmo en todas las palabras.

 

-¡Hey, mi novio si es sexy!-exclamo “enojada” Fernanda para después cruzarse de brazos y sacarle la lengua a Dove.

 

-Claro-dijo alargando la “o”-Cuando Liam se convierta en Calvin Harris entonces me dices.

 

-Ya veras que antes de que salgamos are que en tu rostro se forme una sonrisa de felicidad y no una de cinismo o sarcasmo-la amenazo Zana con su dedo índice.

 

Dove solamente rodeo los ojos ante aquel comentario de su castaña amiga, ella quería mucho a sus amigas y, también sabia –en parte, porque solía dudar- que ellas igual la querían, aunque se tratara de Dove Sabrina Irwin de quien hablamos, la chica mala de toda su preparatoria.

Los martes, miércoles y viernes, la primera clase de Dove era ciencias sociales. Las cinco chicas –Zana, Aria, Harz, Fer y ella- se dirigieron adentro de las instalaciones, ya algo viejas para poder llegar a su primera clase del día, que por suerte les tocaba juntas.

Las miradas de todos no se hicieron de esperar cuando ellas tocaron el frio y duro piso de la preparatoria. “Búsquense una vida propia”, todos volvieron hacer lo que minutos antes asían antes de la llegada de las chicas, Dove odia toda esta clase de cosas. Ella no quería ser el centro de atención, pero lo lograba ser. Todos los chicos de aquella escuela se morían por ella y sus amigas, claro que con las chicas era fácil entablar una amistad pero con la pelinegra ni siquiera una mosca se le acercaba. Todos temían ser rechazados o peor, ser mandados al hospital más cercano con tan solo un simple ‘Hola’.

 

Cuando entraron al estudio, todos dejaron de hablar dejando el salón completamente en silencio. Las cinco se acercaron a los asientos que estaban más cerca del pizarrón debido a que no solo por ser denominadas Las chicas malas no significarían que no quisieran estudiar, al contrario. Además era una buena ventaja para fastidiar a los maestros con sus estúpidos y, en ciertas ocasiones, verdaderos comentarios.

Dove se sentó junto a Harz dejando que sus otras amigas eligieran otros asientos.

 

-Hey, Dove-dijo Aria tocando su hombro, ella alzo su mirada hasta su rubia amiga.

 

-¿Pasa algo?-pregunto la pelinegra.

 

-Iré a sentarme hasta el fondo, ya no quedan bancas y así podre mensagiarme con Helen-me sonrió y asentí.

 

Fernanda estaba muy entretenida platicando con Liam por mensaje, ellos hacían una muy bonita pareja y, aunque Liam fuera un chico bueno y estudioso le caí muy bien, pero también le gustaba molestar a Fer con cosas que decía sobre el.

La puerta se abrió y todos callaron al instante para después volver a sus respectivos asientos y se comportaran como si nada hubiera pasado, la pelinegra se recargo sobre el respaldo de la silla cruzándose de brazos mientras esbozaba una sonrisa maligna en ella. Cuando el hombre cerro la puerta detrás suyo y estaba por dirigirse a su asiento, este paro en seco al ver a la chica pelinegra de ojos cafés oscuros que se encontraba frente a el en el mismo salón.

 

-Profesor Paul, que gusto volverlo a ver-dijo aun con esa sonrisa malvada en su rostro. Nada bueno saldría viniendo de aquella pequeña diabla.