Around the world.

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Sienna. | Ian. | Katerina. | Tim. |

Se encontraban esperando el vuelo, junto con el gran tumulto de personas con el que irían a viajar. La pelirroja mantenía un rostro bastante serio, mientras que el castaño miraba hacia todos lados, como si estuviera ansioso.
Nadie podía ignorar la gran cortada en el lado izquierdo del rostro de la joven, que iba desde debajo de la oreja, hasta su barbilla, en forma diagonal. La herida parecía fresca, recién hecha, ya que ni siquiera había empezado el proceso de cicatrización. Si bien su cabello, tirado hacia ese costado, tenía intención de cubrirla, lo único que hacía era hacerla notar aún más.
No había ninguna herida visible en el chico, pero ¿desde cuándo todo tiene que ser visible para ser notado?
Todas las personas que los rodeaban estaba emocionadas por ir al primer destino: Hawaii. A Sienna no le emocionaba tanto.
Hawaii era conocido por su clima caluroso y lleno de tormentas, lo cual ella odiaba. Prefería el frío, el frío seco. Sin humedad. Sin Sol.
Tim era todo lo contrario. Él siempre había querido ir hacia ese lugar. Su sueño era ser un surfista famoso, pero gracias a su padre y su herencia familiar en el mercado de la bolsa, no era posible.
El brazo derecho de él se posaba sobre los hombros de ella, atrayéndola hacia su cuerpo, mimetizando un medio abrazo. Los que los miraran, pensarían que eran pareja. Definitiva y absolutamente no lo eran.
La mirada ansiosa de él se dirigía hacia todas las mujeres, observándolas, y calificándolas del uno al diez, mientras que ella miraba a un pelinegro que molestaba a un castaño adorable. Sus labios se torcieron en una media sonrisa al ver que el de cabellos oscuros se dirigió a una chica, la cuál lo miraba enfadada. Oh, tensión, tensión.
Suponiendo que no pensara que y estaban en el aeropuerto el tiempo suficiente como para que el avión ya haya llegado, la ojiverde se separó de Tim y se dirigió a algún negocio que encontrara, para así comprar comida y bebida. Dios, se moría de hambre.
Ya en uno que se encontraba cerca al tumulto, encontró a Lucas. Alto, flaco, y devorando una hamburguesa.
— ¿Es en serio? ¿Antes de viajar en un avión? —él, la mirada subió hacia ella, y rodó los ojos.
—Me voy a asegurar de sentarme a tu lado —la pelirroja rió, y se sentó a su lado, para así hablar con su mejor amigo.


La italiana no se sentía comoda en ese estúpido bus. El amigo del primo de su ex -no sabía cómo había llegado a invitarla, puesto que no lo conocía- le dijo que tendría que ir hacia Hawaii si quería escaparse de todo. Suponiendo que no tuviera nada de qué preocuparse, se hubiera quedado en su país natal, felizmente con su novio, su primo y su amigo -bueno, no-, comiendo perdices y siendo felices. Lastimosamente no era así. Escapó. Termino con Jonathan y viajo hacía Hawaii.
En este mismo momento se encontraba sentada incómodamente, recién llegada al estado de EE.UU y viajando hacia su hotel, en el cual el amigo del primo de -bueno, digámosle Ian para hacerla corta; le dijo que ahí se encontrarían, para reunirse con los demás.
Al llegar al mismo, buscó su única mochila, y se registró para sólo una noche. Luego de dejar su "equipaje" en la mínima habitación, y salió a tomar un refresco al bar.
Todo en Hawaii le gustaba. La playa, el clima, el alcohol, todo. Remarcando en alcohol. Y tal vez los chicos buenos. Mmm, sí, definitivamente los chicos buenos sí.
Aunque tenía ganas de tomarse un buen trago, sólo pidió un jugo de coco, y se tiró en una camilla a tomar sol. Necesitaba estar sobria para cuando la aventira comenzara.


Molestar a los chicos que miraban a April le era divertido. Ver como encogían los hombros, bajaban la mirada y se sonrojaban -de vergüenza o furia, dependiendo lo que les decía-, era bastante chistoso, por no decir estúpido. Lo hacía porque le daba sarisfacción el saber que los demás se sintieran inferiores, pero le parecía tonto que no se defendieran. Por el amor de Dios, ¿no pueden tener un poco de autoestima? ¿Valentía? ¿Coraje? ¿Algo? Aburrido.
Ni siquiera sabía porqué quería que se defendieran. Tal vez quería ver un rastro de personalidad en ellos. Tal vez quería ver hasta cuándo les duraba la cobardía. Tal vez.
No es que molestar a April le gustara, es sólo que le gustaba ver como se enojaba. Eso sí que era divertido. Su ceño se fruncía, sus labios se juntaban, para así formar una fina línea, y sus puños se juntaban.
De cualquiera manera, en ese momento, Katerina debería estar viajando. Tampoco sabía el porqué la había invitado. Tal vez sea el hecho de que según Lauren -el primo de Jonathan, el ex de ella-, Kate era muy parecida a él. Incluso sufrían lo mismo. Él quiso darle un escape, como Harry lo hizo con él, así que hizo que le comunicaran su mensaje, en el que decía el objetivo del viaje, y hoy le mensajeó el destino apenas lo supo. Bueno, tal vez no estuviera viajando, pero sí en el aeropuerto.
Dejó de pensar tanto, y se enfocó en los demás. Todos escapando. Huyendo. Corriendo. Alejándose. O tal vez, sólo por placer.
Tal vez, tal vez. Muchos tal veces. Pues, tal vez, todo esto sea un tal vez. Y él quería ver su tal vez.

estoy en la casa de una amiga y espero que esta bosta se envíe: