If it means a lot to you. [Zayn Malik]

Durante todo el camino no dejaron de bromear, se notaba lo embriagados que estábamos todos desde bastantes metros de distancia, íbamos haciendo ruido por todos los lugares por los que pasábamos, el tiempo parecía no importarnos, de hecho, ni me enteré de cuánto tardamos en llegar a casa de Harry. Dediqué el camino entero a bromear con Niall, sobre nuestros lugares de origen, nuestra "rivalidad" histórica natural y ese tipo de tonterías, pero lo cierto era que en ningún momento me había podido quitar de la cabeza aquél beso en el baño con Zayn. ¿Por qué a mi? Tan sólo me conocía de unas horas, no me imaginaba qué clase de pensamientos pasaban por su cabeza para llegar a hacer tal cosa. Lo único que había conseguido era dar una vuelta completa a mi cabeza, que todo aquello que pensaba que estaba en orden, se revolucionara por completo. ¡Maldito Zayn y su estúpido juego!

— ¡Sois unos lentos! ¡Ya estábamos a punto de irnos! —gritó un chico en nuestra dirección, acompañado de una chica. Harry comenzó a reír, seguido de Niall, cruzando hacia el otro lado de la calzada.

— Louis, tío, tú siempre tan quejica... —saludó el chico de rizos hacia el otro, alto y de ojos azules, no parecía encontrar gracia alguna a nuestra tardanza.

— Hace un frío que te cagas, casi nos congelamos... —le contestó haciendo una mueca mientras abrazaba por el hombro a la que parecía ser su novia.

— Bueno, al menos tienes a Sophie, para que te dé calor... —soltó sin previo aviso Zayn, con un tono bastante seco y carente de emociones, mientras se metía en el portal que Harry acababa de abrir.

Louis alzó una ceja y su acompañante hizo igual, mientras que los demás se dedicaron a torcer el morro y hacer malas caras, cada vez entendía menos todo aquello.

— Olvídalo, Lou, va algo borracho y no ha tenido un buen día, vamos, anda. —les animó Niall, como siempre, apaciguando la situación.

Pasamos y subimos unos cuatro pisos, con ascensor por suerte. El edificio parecía bastante viejo y a punto de caer por fuera, con las paredes de ladrillo rojo oscurecidas por el paso del tiempo y algo carcomidas, pero para nada era igual una vez llegabas dentro de casa del ricitos. No me explicaba cómo con su edad podía vivir solo en Lonres, bueno, con su hermana, sólo que casi nunca se encontraba allí, o eso nos contó. Tenía un ático entero para él, con tres habitaciones, dos baños, y un salón unido a la cocina, que era como mi jardín entero. Cuando pasé sólo pude quedarme embobada...

— ¡Bienvenida a mi humilde morada, Kenny! —dijo entre risas al ver mi expresión, le miré y sonreí un poco, era genial, sólo podía describir aquél sitio de esa manera, ¡terriblemente genial! — Poneros cómodos, voy a sacar los vasos y el alcohol. —dejó los abrigos de todos en un puff y Niall y Louis se aceraron a ayudarlo. Zayn se quedó sentado en un sofá, mirando su móvil, ignorando a todos los presentes.

— Kenny, os voy a persentar, ¿vale? —se acercó Lizz con la otra chica, mostrando una sonrisa. — Ésta es Sophie, la novia de Louis, Sophie, esta es Kenadee, una amiga de Zayn y Niall. —nos presentó echando una ojeada al moreno, que pasaba olímpicamente de todo el mundo.

— ¡Encantada! —se acercó sonriente dándome dos besos, a los que respondí de la misma manera. — Que nombre tan curioso... Me gusta. —añadió con simpatía. Era una chica guapa, de ese tipo que no necesitaba maquillaje para llamar la atención, ya que tenía algo... Algo que la hacía bella. Tanto Lizz como Sophie me hacían verme como un ogro, demasiado bonitas.

— Pues te lo regalo... Hay muy poca gente que sepa pronunciarlo y me lo cambian completamente. —reí haciendo que las chicas se unieran.[/center]

[center]Nos sentamos en los sofás y comenzaron a venir los demás, con vasos de chupito y lo que parecía una botella con azul. No me causó muy buena pinta, seguro que sería fuerte. Niall se sentó a mi lado, empujándome hasta quedar al lado de Zayn, el cual ni se inmutó con mi presencia. Apagó el móvil y se dedicó a mirar su vaso, evitándome. ¡Muy maduro todo por su parte! Suspiré, poniendo los ojos en blanco y giré un poco mi cuerpo hacia el rubio, el cual parecía no hacerme el feo.

— ¡Vamos a jugar al yo nunca! Ya sabéis todos cómo se juega, ¿no? ¿Kenny? —me miró Harry con curiosidad, la verdad es que conocía muy bien ese juego, por lo que asentí. Se trataba de beber si habías hecho lo que cada persona decía, cada vez que había jugado, había acabado muy, muy mal. — Bien... Vamos a empezar... —el chico de pelo rizado miró a mi derecha, ya que Zayn acababa de levantarse con su vaso de chupito lleno.

— Chicos... —habló, en voz un poco baja, pero se le escuchaba bien. — Antes de que empecemos a jugar, quiero contaros algo. —dijo, mirando a un punto fijo en la pared. — Resulta que como tengo más cuernos que el reno de Santa Claus, vuelvo a estar soltero. —se hizo un silencio sepulcral en aquél salón, yo me dediqué a mirar al suelo, nadie parecía querer hacer comentarios al respecto. Zayn nos miró y bebió su chupito, de un trago. Lo apoyó en la mesa de manera ruidosa, haciendo una mueca. — ¿A qué vienen esas caras? ¡Estoy de nuevo soltero, joder! ¡Vamos a jugar a ese juego de mierda de una puta vez! —dicho esto, todos los chicos comenzaron a gritar, tirándose sobre él entre risas. Cada vez entendía menos aquello, me eché hacia un lado, esperando que el momento de euforia pasara.

Llevábamos unas dos horas y media o más de juego y confesiones, los trapos sucios de cada uno cada vez salían más al sol, había descubierto algunas cosas graciosas y otras que preferiría no haber escuchado, pero al fin y al cabo, lo estábamos pasando muy bien e íbamos muy, muy borrachos. A mi lado, Zayn no paraba de reír como un loco, se había quitado la camiseta, dejando a relucir todos y cada uno de sus tatuajes. Todos parecían tener su cuerpo decorado, salvo Niall, quien prefería no quitarse nada, pero que también soltaba sus carcajadas. La botella se acabó y así quedó con el último yo nunca, el cual había cerrado el juego. Yo nunca me he emborrachado en casa de Harry. Todos bebimos, como era de esperar.

— Es tarde... —musité, apoyando la cabeza sobre el hombro de Niall, el cual me rodeó con su brazo, asintiendo. — Le dije a mi padre que iría a cenar. —me costaba hablar por la gran cantidad de alcohol que llevaba encima, sólo faltaba que el Jefe me viera de esa forma,.

— No puedes irte así o te van a pillar. Va, quédate aquí. Total, mañana no hay clase a las dos primeras horas. —añadió Niall, mirando al techo, riendo un poco. Todos parecíamos unos muertos, tirados en aquellos sofás.

Harry se levantó y se estiró como pudo, ya que se tambaleaba un poco.

— Chicos, yo me piro a sobar, ya sabéis dónde está el baño, habitaciones, mantas y todo eso... No me rompáis nada o iré a vuestras casas a romper yo algo también. —explicó entre risas mientras entraba en una de las habitaciones, colocándose la camiseta al hombro.

Tomé el móvil entre mis manos y le escribí un mensaje a mi padre, avisándole de que me quedaría en casa de una amiga a estudiar. No solía ponerme pegas salvo si me veía con chicos, ¿qué pensaría si me hubiese visto? Seguramente habría acabado histérico, prefería no pensarlo. Volví a dejar el móvil en la mesa y miré a Zayn, el cual no había aguantado y se había dormido en el sofá. Liam y Lizz se levantaron, deseándonos las buenas noches, pasando a una de las habitaciones, mientras que Louis y Sophie nos preguntaron si preferíamos dormir en habitación o el sofá. Supuse que querrían algo de intimidad, esas cosas que necesitan las parejas, así que me decanté por el sofá, al igual que el rubio.

Niall convirtió aquél asiento en una cama, lo cual en otras ocasiones me habría incomodado, pero estando en el estado en el que me encontraba, ni siquiera me pareció algo como para escandalizarme. Se tumbó, quitándose la camiseta y tapándose con rapidez, como si no quisiera mostrar algo. Le miré riendo desde la otra punta del sofá cama.

— ¿Tanto frío tienes? —pregunté, aunque la mueca que hizo no me dio la razón.

— No tengo un cuerpo tan, tan escultural como los demás. —rió apenado. Le observé con tristeza, no me parecía así. Era un chico que ganaba muchos puntos con su personalidad. A Zayn con poco se le ganaba.

— Porque eres un mariquita. —gruñó el moreno, abriendo un poco los ojos, enderezándose. No me sentó nada bien ese comentario, no después de ver cómo Niall renegaba de su cuerpo. — Bueno, ¿qué? ¿Me hacéis un hueco? —preguntó dirigiéndose al sofá cama mientras se quitaba la hebilla del cinturón, bajándose los pantalones. Miré hacia otro lado y el rubio suspiró.

— Da gracias que eres un puto palillo, si no, aquí no entraríamos. —me tumbé en una de las esquinas y Zayn en la otra, con Niall en medio. Era todo muy incómodo, no podría conciliar en sueño de esa forma.

— Y aquí estamos los tres, juntos, en amor y compañía, como esta mañana. —ironizó el moreno, provocando que rodara los ojos y Niall soltara una risa, mandándolo a dormir, después de eso, todo pareció calmarse. Al menos uno de ellos, concilió el sueño.

Apenas podía moverme entre aquellos dos chicos, me daba miedo hasta el mero hecho de rozar su brazo. Seguro que otras chicas hubieran matado por aquello, pero yo me sentía incómoda. Suspiré y me tapé un poco más, dormir con tejanos era algo que sólo se me ocurriría a mi. Debía añadir que el moreno y el rubio, los dos, estaban en ropa interior. ¡Qué fácil era todo para ellos!

— Kenny... ¿Duermes? —preguntó al rato Niall, en un susurro.

— No, es imposible con vaqueros, jersey y dos chicos semidesnudos a mi lado. —reí y me acompañó, aunque Zayn pareció no percatarse, se le oía respirar con fuerza desde mi sitio. Estaba totalmente dormido.

— No seas idiota y ponte cómoda, el tipo más peligroso en ésta casa es el primero que se ha ido a acostar. —dijo, refiriéndose a Harry.

Torcí el morro, pensándomelo unos segundos y me levanté intentando no hacer ruido, además, no iban a verme, estábamos totalmente a oscuras. Me quité con timidez mis pantalones y el jersey, quedando en tirantes y ropa interior. Jamás habría pensado que fuera capaz de hacer algo así. Volví a la cama y me tumbé.

— ¿Mejor? —me dio un cabezazo sin hacer mucha fuerza.

— ¡Auch! —exclamé, frotando el lugar herido y sonreí. — Sí, ni punto de comparación. —no sabía por qué, pero Niall me transmitía confianza. Si hubiese estado sola con Zayn, ¡jamás lo habría hecho!

— Perdón. —rió, frotando mi cabeza con su mano. Pude notar cómo se giraba hacia mi, ya que de pronto, tenía un poco más de espacio para moverme. Hice lo mismo, supuse que quería hablar. — ¿Qué tal te lo has pasado? —preguntó en un susurro, no queríamos despertar a nadie.

— Pues... Teniendo en cuenta que me habéis emborrachado, descubierto mi pasado oscuro, y obligado a dormir al lado de dos hombres... Genial. —ambos reímos con eso y agarré algo más de sábana. — No, en serio, muy bien. Gracias por animarme a venir, Niall. Lo necesitaba. —

— No las des. Desde que te vi entrar por esa puerta, supe que serías de los nuestros. —picó mi frente con su dedo y sonreí, me halagaba que me considerara parte de su pandilla, parecía todo tan extraño... No llevábamos ni veinticuatro horas juntos.

— Gracias, de verdad. —le miré, a pesar de que todo estaba oscuro.

Se escuchó un gruñido, provocado por nuestro compañero moreno, todavía parecía dormido, solo que peleando en algún sueño. Noté a Niall más cerca y por su quejido, deducí que Zayn le estaba empujando. Reí un poco y no le di más importante, de hecho, me acurruqué un poco en él. Me recordaba a uno de mis mejores amigos de Escocia, hacía que me sintiera como en casa. Rodeó mi hombro con su brazo y apoyó su cabeza con suavidad sobre la mía.

— Buenas noches, Kenny. —le di las buenas noches de la misma forma y conseguí, al fin, dormir.