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Había muerto alguien hoy. Eso es lo que había escuchado al pasar por la oficina de papa, escuche sobre que había algo sospechoso en la persona. Cuando vi salir a mi padre de su oficina se veía alterada, en seguida se encendió mi chispa de aventura, por fin algo divertido en este lugar.
-Disculpe, pero no ah visto a ninguno de mis hermanos- le pregunte a una sirvienta mientras pasaba con un canasto de ropa sucia.
- No eh visto por el momento a sus hermanos, quiere que los busque señorita?
Negué, no la quería hacer perder su tiempo, ella solo se fue dándome una sonrisa de consolación. Hace tiempo que ya no estaba con Kyel, siempre se veía ocupado casi no estaba con Nathan y conmigo, pero así se debía sentir el mayor pero Nathan era raro no verlo aquí, todos se comportaban como unos raros; ahora tendría que ir sola a ver el cuerpo.


Hunter, era el nombre de la persona fallecida era un abogado común y corriente, escuche que había sido asesinado pero, porque asesinarían a alguien como el?
Salí de casa en cuanto papa se encerró completamente en su oficina, me dirigí directamente a la morgue. Hace años que no venia, afortunadamente pase con facilidad solo inserte mi tarjeta de identificación, no vi a ningún guardia o alguien que trabajara hay. Debieron haber cambiado todo en el personal, pero me dio igual, cuando entre el lugar estaba helando. Me puse mi suéter, pase una mirada rápida a los pocos cuerpos que había, no solía haber muchas muertes repentinas aquí así que no había mucho trabajo en ese lugar.
- El sol salió, mañana dime cuanto apuestas que mañana, sale el sol...-cante para no sentir tantos nervios. No era de que los cuerpos me asustaran, no, era solo que no quería que me descubrieran. Papa se enojaría mucho si me descubrieran, aunque en parte me alegro de que no hayan venido mis hermanos, porque a ellos siempre les iría peor.
Encontré a Hunter alejado de los demás, debía ser alguien muy importante para que lo alejaran, le destape solo hasta el estomago, vi el agujero que tenia siempre gustaba mas las heridas por balas, era impresionante a que velocidad podía tomar una bala para perforar el cuerpo.
- Hey! Que haces aquí?- pregunto una voz al fondo.
Me gire para ver a la persona, era una mujer de cabello negro con ojos verde agua, su cabello estaba agarrado por una cola de caballo como dictaba el código de aseo, sentí un escalofrío cuando empezó a caminar hacia a mi con paso rígido, su mirada de autoridad era lo que mas me daba miedo.
- Yo...solo...
Puso mano sobre sus caderas cuando estuvo frente a mi, era algo mas alta que yo, debía decir que a pesar de se mostrara como si me fuera a matar era bastante atractiva.
- Estas en una zona privada, tienes algún permiso para estar aquí?
- Lo...s-siento, Doctora...
Mi la identificación que tenia sujeta a su bata, decía Cassia Reyes. Mire a la chica confundida, ella no era quien decía ser pero aun me miraba esperando mi respuesta.
- Cassia Reyes?
- Si, ahora salga de aquí.
Empece a avanzar, "Cassia" me estaba detrás de mi como si me estuviera escoltado.
- Sabe algo, cuando tenia 6 o 7 yo solía venir aquí todos los días, después de que murió mi mama antes de que la cremaran me dieron 2 días para seguir viéndola. Mi padre estaba muy dolido por un momento así que mis hermanos y yo fui, pero yo quería quedarme mas tiempo para recordar un poco su aspecto-la mire de reojo, no parecía nada interesada-Cuando pasaron los dos días, me simpatizaba tanto la Doctora que trabajaba hay, que decidí ir con ella siempre después de la escuela. Llego a ser mi nueva mejor amiga, pero ella desapareció dos meses después, ella no estaba casada y no tenia hijos- solté una risa, cuando llegamos a la puerta, me voltee a verla- Y sabes lo gracioso, que se llamaba Cassia Reyes- toque su identificación- Como tu, no es curioso?
Ella seguía mostrándose igual, su teléfono empezó a sonar ella solo lo reviso pero luego colgó. Me miro de reojo, saco una pistola de su espalda, solo retrocedí hacia la puerta.
- Hey! Tranquila, no soy una chismosa descuida no se lo diré a nadie, solo soy algo curiosa.
Ella seguía clavándome su mirada asesina, maldición si que era intimidante.
- Porque estas aquí?
- Que?
Preparo la arma, eso solo me puso mas nerviosa.
- Ok! Ok! Ya te lo dije, solo vine porque soy curiosa, mi padre hablo sobre el hombre de haya, con los policías- señale a Hunter- había algo especial en el, así que decidí ir, pensé que seria un extraterrestre o algo parecido pero no o tal vez si pero no eh podido verlo bien.
- Has venido sola?
- Si, mis hermanos Kyel y Nathaniel deben estar en algún lugar divirtiendose mas que yo.
- Espera... Has dicho Kyel? Kyel O'Connell? Eres su hermana?
- Si, porque eres amiga de el? Porque si lo eres, dile que el y yo tenemos que hablar que tipos de amistades tiene.
Ella bajo el arma, suspiro molesta murmuro sobre que estaba harta de mi familia y que quien sabe que tantas cosas le haría a mi hermano.
- Entonces todo bien?- pregunte.
- Vete- mascullo bastante molesta.
- Disculpa?
- Que te vayas!!!- grito.
Salí pero me detuve para volver.
- Por cierto soy Laura, tal vez si nos volvemos a ver en una situación mas agradable...
Solo me fulmino con la mirada.
- Ok, me voy fue un gusto conocerte.
Salí rápido, mire por detrás del escritorio había una persona, parecía inconsciente pero aun así salí rápido del lugar e ir por un helado, debía buscar a mis hermanos.

Mire las nubes, pasaban demasiado rápido y el viento fresco que sacudía el bosque a su alrededor. Hoy parecía un buen día, mire a papá quien tenia la mirada fija en el camino, la radio solo informaba lo que pasaba en las ciudades, el siempre quería mantenerse informado sobre si ya nos habíamos vuelto unos verdaderos fugitivos. Nos dirigíamos a San Francisco, no habíamos estado en ese lugar desde que era una niña cuando era una niña normal, aun no entendía porque papá quería volver, siempre dijo que era muy arriesgado volver pero ahora debe de haber una muy buena razón para arriesgarnos a volver, acerque mi mano a la radio pero papá solo me miro en forma de advertencia; solo aleje mi mano con cuidado.
— Entonces... ¿nos queda un día para llegar?
— Si, tal vez lleguemos esta noche. Hay un lugar donde se puede salir y entrar del lugar sin ser vistos.
Asentí, una parte de mi creía que la razón por la que regresábamos era porque mama estaba viva, que iríamos por ella para volver a ser una familia mas o menos normal. Pero otra parte de mi decía que eso era mentira, que mi madre había muer...
— Hey! Eh comprado unas hamburguesas ayer, cuando pasábamos por el otro pueblo en la noche, sacalas de la guantera para que podamos comer.
Hice lo que me pidió, aun estaban algo calientitas, vi unas papas fritas lo que hizo que se me hiciera agua la boca.
— Te dije que ya no comieras carne, estas rompiendo tu dieta.
Papá paro el auto, tomo una hamburguesa le quito rápido la envoltura para darle una gran mordida.
— Al diablo, estoy harto de tanta planta y demás — dijo con la boca llena.
— Tienes que cuidarte, después de esto ya no mas.
El solo soltó una queja, yo no le hice caso.
— Ahora por hacerlo, yo me comeré todas las papas fritas, tienes que cuidar tu colesterol.
— Vamos, ¿Que tal si mi corazón esta bien? No me eh echo una prueba de colesterol desde que...
Papá no quiso terminar la frase, recordó a mama. El me solía de que ella solía cuidarlo mucho porque era muy distraído con el tema de la salud, ella tenia que obligarlo a ir a hacerse una prueba para todo; pero lo hacia porque lo amaba. Ahora yo debía cuidarlo.
— Si sigues así engordaras tanto que cuando nos lleguen a perseguir voy a tener que llevarte rodando— dije intentando cambiar de tema.
El tosí ante el chiste, tomo algo de agua para no morir asfixiado por una hamburguesa.


Leonard podría seguir vivo, siempre fue muy listo para huir seguramente ya seria un hombre con barba, un cuerpo musculoso, la voz áspera con todas esas porquerías que hace la pubertad sobre los chicos, tal vez Connor estaría igual.
Intente hacerme una imagen de mis hermanos en la actualidad, hace tiempo que no lo hacia pero era porque me deprimía un poco.
Jamas había estado California, me gustaban mas los lugares con climas fríos y lluviosos, pero había escuchado un rumor de que la tía Paige estaba en California, seguramente estaría escondida pero si me esforzaba tal vez la encontraría, tal vez ella supiera algo de mis hermanos inclusive sobre mis padres.
Seguí caminando lejos de la carretera, algunas personas paraban su auto para darme un aventó, pero rechazaba su oferta, no quería que algunos de mis ataques los dañaran. Hacia un calor horrible, el cabello lo tenia polvoriento, sudaba por todos lados, la garganta la tenia seca, los pies me ardían a cada paso pero sabia que valdría la pena aguantar todo eso. Solo quería respuestas.


Ya se había oscurecido por completo, papá miraba fijo el camino mirando cada parte del bosque, ya casi habíamos entrado a San Francisco pero cada vez nos acercábamos mas papá se ponía mas nervioso, me miraba como si comprobara que estuviera en la parte de atrás; sana y a salvo. Yo me mantenía en la parte de atrás vigilando que nadie nos siguiera, el camino era algo tenebroso pero por alguna razón pensaba que lo que me sacaría de mi aburrimiento junto con mi cansancio seria que un policías o unos robots salieran de la nada, papá aceleraría mas y habría algo de adrenalina pero, era un idea estúpida.
Papá volvió a mirarme otra vez.
— Papá puedo controlar la mente de alguien, eso significa que no desapareceré de la nada o me esfumare.— le dije al mismo tiempo que bostezaba.
Me fui al asiento del copiloto con papá, me abroche el cinturón , ahora yo quería vigilar con el, él frente.
— Allison, vete a atrás— su voz sonaba seca sin muchos ánimos, pero eran las 4 de la madrugada quien estaría de ánimos en nuestra situación.- Tienes que vigilar.
— Quiero vigilar aquí, me aburre mucho estar hay.
Me miro de reojo, no dijo nada mas así que solo sonreí. Miraba antena todo el camino que recorríamos, de vez en cuando miraba a atrás pero no había nada.
— ¿ Y que haremos cuando lleguemos?— pregunte sacando de mi mente el sueño.
No me respondió al principio, pero después suspiro solo estaba cansando así que si me respondía se quitaría un problema del hombro.
— Buscáremos a unas personas.
— ¿ Son igual que yo?
El negó la cabeza cansando.
— No lo se, eh escuchado rumores pero no están del todo claro.
Al escuchar eso me mantengo callada pensando que tal vez hay personas con la misma habilidad que yo, quienes tal vez, me ayudarían a controlar mi habilidad. Estaba de que ella me controlara, quería manejarlo para no hacerle daño a nadie.
— ¿Son amigos de mamá?—pregunto mirando a papá quien miro el retrovisor. Su mirada se lleno de pánico, parecía como si hubiera visto un fantasma, giro con brusquedad el Jeep, se escucharon gritos junto con grandes pisadas acercándose a nosotros.
— ¡Oh por dios! Como los odio.


El sudor me corría por la frente, los pies seguramente me estaban sangrando, mis piernas se sentían pesadas eh inclusive mi corazón me iba a explotar en cualquier momento. Estaban detrás de mi, persiguiéndome casi pisándome los talones, eran jodidamente rápidos después me molestaría en saber como lo era, porque si utilizaban algún tipo de droga o energizante no dudaría en tomar un poco de eso.
Intente perderlos corriendo hacia el lado contrario, estaba llenos de piedras, arbustos por doquier eh inclusive insectos junto con algunos animales nocturnos, estaba demasiado oscuro para ver por donde iba, parecía ser casi un laberinto, escuchaba como ellos se acercaban sentía su respiración juraba que podía escuchar sus latidos.
— Los fugitivos están cerca de su zona — informo una voz femenina que salió de las radios de alguno de ellos.
Uno paso cerca de mi, cuando escuche que se alejaban corrí intentando salir de los arbustos, chocaba con ramas que me golpeaban el rostro y tropezaba con rocas junto con ramas, llegue a caerme dos o tres veces, pero debía seguir. Las manos me hormigueaban, esa era una señal mala, pero debía servidos un algún momento en caso de que alguno de ellos me atraparan, salí al fin de los arbustos. El pulso lo tenia acelerado, el sudor me recorría todo el cuerpo, mis pulmones necesitaban respirar pero mis sentidos estaban totalmente alerta, me faltaba poco para llegar a California, pero ahora no sabia como llegar.
Mire por todos lados intentando saber donde diablos estaba, no sabia como orientarme entonces el pánico me atrapo empece a marearme, mi respiración se dificulto mas, mis manos estaban calientes solo soltaban chispas. Mire hacia al frente al darme cuenta que una luz venia hacia a mi, sentí un fuerte golpe que me hizo caer, vi como las luces se encendían y se apagaban, no escuchaba nada mis oídos me zumbaban, mi vista estaba borrosa, me dolía todo cuerpo.
— ¿Estas bien? —me pregunto un eco, vi una figura borrosa parecía ser una chica — Que pregunta mas estúpida, claro que no estas bien, casi te arrollamos .
Otra figura apareció a su lado, se veía diferente a al primera, solo me toco la cara.
— ¿Que le pasa a nuestro auto?— pregunto la primera figura.
— No lo se, debió haber sido ella.
Sentí una como algo me tocaba mi mano su contacto fue tan agradable, pero enseguida quito su mano.
— Auch — se quejo una de las figuras.
Deje de escuchar a las figuras, poco a poco fui cerrando los ojos  sentí como alguien me cargaba, se sentía casi como flotar, mire unos ojos verdes, parecían que brillaban demasiado. Empece a sentirme exhausta, ¿Porque no deje que atraparan ese día en que perdí todo? Un velo negro llego para mandarme a dormir.


La radio estaba apagada, papá estaba durmiendo en la parte de adelante del Jeep, yo mientras veía las estrellas en la parte de atrás por medio del quema cocos.
— Pecador, ¿hacia donde vas a correr?— susurre intentando recordar algunas partes de una canción que había escuchado en un bar.
La chica eléctrica se volvió a hacer un ovillo del otro lado del asiento, yo le di su espacio. Parecía casi de mi edad pero se veía un poco mayor, tal vez podríamos llegar a ser amigas, pero debería pedirle mil disculpas por casi haberla matado. Pero agradecía que lo hubiéramos echo, seguramente nunca hubiéramos creído papá y yo que había gente como yo.
— Señor, Señor, escúchame rezar — cante mirado las estrellas.