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ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
Pon oootroooooo!!!!!..... Porfiiiisssss
chelis
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
DE REGALO PARA USTEDES, 2 CAPITULOS.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 7
Cerca del mediodía llegó un carruaje con el baúl de “TN”, Gaspard era el encargado de traerlo. Las sirvientas de JOSEPH prepararon una habitación para “TN” y los sirvientes trasladaron el baúl a la habitación.
Cuando ya estaba la habitación lista, JOSEPH acompañó a “TN” a ver su cuarto. Al entrar ella quedó maravillada. Era una gran habitación de paredes celestes. Una inmensa cama con dosel ocupaba casi toda la instancia, en uno de los laterales había un gran armario, una pequeña librería junto a un sillón y en el otro extremo había un tocador con un espejo de borde de madera labrada con motivos mitológicos.
-¿Le gusta?- preguntó JOSEPH.
-Es… maravillosa, me encanta pero ¿no cree que es demasiado para mí?
-Yo creo que es adecuada para usted.
“TN” lo miró y se ruborizó.
-Muchas gracias, es usted muy amable, de verdad.
-De nada.
La chica se acercó al baúl de ropa y lo abrió, dentro había unos pocos vestidos y otro baúl. JOSEPH se percató de la escasez de vestidos de la chica.
-Menos mal, pensé que no me habían metido mi pequeño baúl.
-Veo que no posee muchos vestidos…
-Con estos, tengo suficientes- dijo ella cogiendo uno para colocarlo en el armario.
JOSEPH cogió uno de los vestidos para alcanzárselo.
-Toda mujer necesita vestidos para cada ocasión.
-Sí pero yo no necesito tantos, además, pasaré mas tiempo encerrada aquí que fuera de esta instancia.
-No tiene por qué ser así… además, ahora que la gente se enterará de que usted vive en mi casa empezarán a sospechar cosas.
“TN” se detuvo a medio camino para coger el vestido.
-No lo había pensado… tenemos que evitar esos rumores como sea…
-No va a ser posible, su propia tía ha planeado contar nuestra relación a todo el mundo.
-¡¿Qué?! ¿Cómo ha podido hacer eso?
-Yo le dije que no era conveniente pero ha insistido para que el que quiere matarle sepa que está protegida por mí.
-Dios mío, esto no me puede estar pasando a mí… mi tía va a ir contando mentiras sobre mi vida para protegerme… no me lo puedo creer…
-Lo siento de verdad, he intentado impedirlo pero no he podido hacer nada…
-No se preocupe, esto lo hablaré con mi tía cuando la vea de nuevo…
-De acuerdo, será mejor que la deje sola. Podrá salir al jardín si lo desea, eso sí, le sugiero que se proteja del sol, hoy hace un día muy soleado.
-Gracias por la sugerencia.
“TN” hizo una reverencia con la cabeza al igual que él y finalmente JOSEPH salió de la habitación.
En el pasillo se encontró con su hermano NICK que se dirigía a su habitación.
-Buenos días, hermanito, ya me enteré de que la señorita Lindsey se va a quedar una temporada en la casa.
-Sí y espero que te comportes…
-Me comportaré, su señoría…- dijo NICK haciendo una burlona reverencia.
-Estoy hablando en serio, NICK… hay que proteger a lady “TN”.
-¿Protegerla de quién? ¿De ti? ¿Del gran conquistador JOSEPH JONAS?
-NICK… esto es serio, alguien la quiere muerta y se quedará aquí para protegerla.
-¿Muerta? ¿Quién puede querer que esa hermosa mujer esté muerta?
-Alguien que quiere cobrar una apuesta de hace casi quince años…
-Si no me lo cuentas desde el principio creo que no lo entenderé…
-Por ahora con que sepas eso es suficiente… ah, y si te preguntan si la señorita Lindsey y yo estamos juntos dices que sí.
NICK lo miró sorprendido, no se esperaba algo así de su hermano.
-Me sorprendes, hermano, lo que eres capaz de hacer por una dama en apuros.
-Voy a mi despacho, no quiero seguir aguantando tus impertinencias.
JOSEPH se fue, dejando a su hermano en medio del pasillo. Por el camino, él se encontró con Gabriella, que llevaba sábanas nuevas a la habitación de “TN”.
-Gabriella, cuando termines con eso, quiero que vengas a mi despacho.
-De acuerdo, milord.
JOSEPH se dirigió a su despacho.
Al momento, tocaron en la puerta.
-Adelante- dijo JOSEPH.
La puerta se abrió y apareció Gabriella por ella.
-Me mandó llamar…
-Sí, Gabriella, como bien sabes, lady “TN” va a quedarse una temporada…
-Estoy enterada, milord.
-Bien- dijo JOSEPH cruzando los brazos sobre su pecho- me gustaría pedirte un favor.
-Lo que sea, señor.
-Quiero que seas la dama de compañía de lady “TN”.
Gabriella lo miró, sorprendida, él no podía haberle pedido eso, una mujer como lady “TN”, huérfana y sin nada no debía tener una dama de compañía.
-¿Sucede algo, Gabriella?
-¿Eh? No, estoy bien, perdóneme.
-Bueno, ¿me harás ese favor?
Gabriella miró a JOSEPH y asintió una vez.
-Bien, muchas gracias, ahora quiero que avises al mejor sastre de Londres para que le haga vestidos nuevos a la señorita Lindsey.
-De acuerdo, señor, enseguida me pongo a ello.
-Gracias de nuevo.
-De nada, milord.
Gabriella salió de allí y se fue a la cocina. Allí, estaba Amanda tomándose un vaso de agua.
-Al fin apareces, Gabriella, tenemos mucho que hacer.
-Yo debo atender a lady “TN”.
-¿Cómo?
-Lord JOSEPH me pidió que fuera la dama de compañía de lady “TN”.
-¿Y quién me va a ayudar ahora con la mansión?
-No lo sé, Amanda, yo debo acatar las órdenes de lord JOSEPH.
-Bueno, ya veré como me las arreglo.
-Ojalá no tuviera que ser la dama de compañía de esa mujer…- dijo Gabriella con cierto fastidio- no sé, creo que lady “TN” se está aprovechando de su situación.
-Es posible- dijo Amanda sin pensar.
-Si es así, debemos hacer algo ¿no crees?
-Vamos a ver si se confirman tus pensamientos, no actuemos tan rápido.
-Vale- dijo Gabriella.
El Depredador se reunió con el noble de nuevo en el despacho de este último. El noble estaba enfurecido porque se había enterado del fracaso del mercenario y la nueva relación entre “TN” Lindsey y JOSEPH JONAS.
-Fallaste el día de la fiesta… no lo habrás hecho a propósito para recibir más dinero ¿verdad?
-Ojalá hubiera sido por eso pero por si no lo ve, ese maldito me hizo un corte cuando estuve a punto de llevarme a la chica.
El mercenario tenía el brazo izquierdo en cabestrillo. El noble lo miró y dijo:
-De acuerdo, tienes razón pero ahora se nos hará muy difícil atraparla, ahora está viviendo con ese hombre y no tiene intenciones de perderla de vista.
-Es posible que tenga un plan.
-Cuéntemelo- exigió el noble.
-Todo a su tiempo, señor, debo perfeccionar mi plan para poder contárselo y llevarlo a cabo.
-Desde que sepa lo que va a hacer, quiero que me lo cuente.
-No se preocupe por nada.
-Puede irse.
El Depredador se marchó de allí.
Catherine acudió a la casa de JOSEPH para visitar a su amiga al igual que algunos amigos de su padre, como lord Vardon. Los amigos del padre de “TN” la tenían en mucha estima.
-Mi querida “TN”, me tienes con el alma en vilo- le dijo lord Vardon.
-Gracias por preocuparse, lord Vardon.
-Ya sabes que para mí, eres como una hija.
-¿Le apetece tomar algo?
-No, venía a decirte que no hacía falta que vinieras a casa de lord JOSEPH, podías haber venido a la mía y hubieras sido bien recibida.
-Lo sé, lord Vardon pero como supongo que sabrá, lord JOSEPH y yo somos novios.
-Sí, ya me lo contó tu tía.
-Pues él me pidió que viniera a vivir con él y más después de lo que ha pasado.
-Entiendo, me hieres el corazón- dijo lord Vardon con una mano a la altura del corazón.
“TN” se acercó y puso sus manos en el brazo de lord Vardon.
-No pretendía herirle, espero que lo entienda.
-Por supuesto que lo entiendo, niña.
Lord Vardon miró su reloj de bolsillo y luego miró a la chica.
-Debo marcharme, tengo un reunión a la que no debo faltar.
-Espero verle pronto.
-Lo mismo digo.
Vardon salió de la casa.
“TN” se sentía mal, nunca le ha gustado mentir, le parecía mal. Sabía que su vida estaba en peligro pero su ética se basaba en ir con la verdad por delante.
JOSEPH entró aplaudiendo, ella lo miró desconcertada.
-¿Le han dicho alguna vez que sería una buena actriz?
-No, nunca me lo han dicho y jamás me mezclaría con esa clase de gente.
-Yo no le he dicho tal cosa.
-No me gusta mentir a la gente así, usted y yo no somos novios.
-Para los ojos de la sociedad sí lo somos.
“TN” se acercó y con un dedo amenazador le dijo:
-Usted colaboró en lo que se le ocurrió a mi tía.
-Me ha pillado…
La joven lo miró sin entender nada.
-La idea fue mía, oh, lo siento, mi delicada dama- ironizó JOSEPH.
“TN” lo miró con enfado y ambas manos en las caderas. Él la miró y el deseo ardió en su ser. Sintió deseos de cogerla y hacerle el amor ahí mismo. Pero debía controlarse.
-No ha tenido gracia.
-Lo sé, lo siento.
-¿Me permite el señor salir a dar un paseo o es que me va a mantener prisionera en esta gran mansión?
-Debería mantenerla aquí por su seguridad pero como sé que le tiene fobia a los sitios cerrados y a las aglomeraciones, le voy a dejar pero con la condición de que lleve a algunos de mis guardias para que la vigilen.
-Qué remedio…
-Bien, prepárese en lo que yo aviso a mis guardias.
-De acuerdo.
La chica subió a su habitación a por un sombrero y su parasol, algo destrozados pero que conservaba con cariño. Al momento bajó y ya estaba el carruaje preparado. Se subió y se fue.
CAPITULO 8
“TN” daba un paseo por el parque y por el camino Isabella Greyson se acercó a ella.
-Me he enterado de que estás con lord JOSEPH- dijo con ira en su mirada.
“TN” la miró asustada. La reacción de Isabella la contrariaba a la vez que la asustaba.
-Dime ¿es verdad? ¿Es cierto que tú y él estáis juntos? Contesta y no me mires así…
-Sí… sí estamos juntos…- dijo “TN” con voz temblorosa.
-¿Cómo te has atrevido? ¡Sabías que yo estaba detrás de él desde hacía mucho tiempo!
-Lo siento…
-A mí no vale tu actitud de mosquita muerta… te vas a enterar, esto no va quedar así, te lo juro.
Dicho eso, Isabella se fue. Uno de los guardias que acompañaban a “TN” se acercó a la chica que tenía la mirada contrariada.
-¿Sucede algo, milady?
-No, tranquilo…
-¿Seguro? Esta algo pálida…
-No, estoy bien, volvamos a la casa JONAS.
-Como usted mande, señorita.
Su subió al carruaje y luego volvió a la casa. Allí la esperaba su amiga Catherine.
-Hola amiga- dijo “TN” cuando entró en el salón.
Su amiga estaba sentada en un sofá de patas labradas de color oscuro y un tapizado rojo de terciopelo.
-“TN”, amiga, menos mal, llevo un buen rato esperándote.
-Necesitaba despejarme un poco.
-¿Acaso has discutido con lord JOSEPH?
-Exactamente eso…- respondió ella.
-¿Y por qué?
-Se burla de mí… no soporto que se burlen de mí. Sabes que a mí no me gusta mentir, lo odio.
-¿Y?
-¿Cómo que y? Que me dijo que sería una buena actriz, me ha comparado con esa gente… si pretendía ser sarcástico, lo consiguió pero no pienso dejar que se burle de mí, te lo aseguro…
-“TN”, para… vaya retahíla.
La joven meneó la cabeza.
-Lo siento, Catherine, ¿a qué has venido?
-Venía a invitarte a la fiesta que voy a dar en mi casa.
-¿Cuándo es?
-El viernes, vendrás ¿verdad?
-¿Cómo voy a faltar a tu fiesta? Mientras tengas un lugar donde no pueda encontrarme JOSEPH JONAS, seré feliz y que también tenga un jardín claro…
-Eres una exagerada.
-¿Exagerada? No sabes lo que daría por salir de esta casa.
-Acabas de llegar, como quien dice, y ya te quieres ir.
-Sí, no lo soporto. Es un arrogante.
-Un arrogante realmente encantador ¿verdad?
“TN” la miró con las cejas alzadas.
-¿A qué viene eso?
-“TN”, a mí no me engañas, JOSEPH JONAS te tiene loca.
La chica se cruzó de brazos y miró a su amiga.
-Iré a la fiesta- dijo la chica cambiando de tema.
-Bien, ¿sabes si NICK está en la casa?
-¿NICK? No lo sé ¿acaso es una nueva conquista de las tuyas?
-Bueno, es posible- dijo Catherine sonriendo- bueno debo irme, ¿te encargarás de decirle lo de la fiesta a NICK?
-Tranquila, se lo diré.
Catherine se fue y “TN” se dirigió a la biblioteca de lord JOSEPH. Al entrar tuvo tan mala suerte de encontrárselo allí, sentado con una copa de brandy en la mano.
Él al sentir la puerta miró hacia allí y la encontró con una mano en el pomo. Le estaba volviendo loco.
-¿Ya volviste de tu paseo?- preguntó él agitando la copa de brandy en su mano.
-Sí y me gustaría mirar algún libro de su biblioteca si no le importa- dijo ella con aire altanero para ocultar su sorpresa al encontrarlo allí sentado.
-Puede mirar pero a lo mejor los libros que tengo no son de sus gustos.
-¿Cómo sabe usted cuáles son mis gustos?
-Porque todas las mujeres aficionadas a la lectura tienen los mismos gustos literarios, la novela romántica.
Ella se sonrojó. ¿Y si registró su baúl? No, no podía ser. Agitó la cabeza para apartar esos pensamientos de su mente.
-Veo que conoce a muchas mujeres…
-Las suficientes como para saber los gustos de cada grupo.
-Ah ¿que encima no tiene separadas en grupos?- preguntó ella con los brazos en jarras y el ceño fruncido.
El la miró y sonrió. Le encantaba cuando se enfadaba y fruncía su ceño.
-Todos los hombres lo hacemos.
“TN” abrió los ojos, sorprendida. Abrió la boca para decir algo pero la cerró de golpe. En lo que llevaban de temporada social no había oído a ningún hombre hablar con tanta claridad como lo estaba haciendo él en ese momento. Todos los hombres con los que había bailado en cada fiesta la trataban de una manera gentil e incluso seductora pero este patán se dignaba no solo a compararla con las actrices sino que la colocaba en un grupo de mujer como si la conociera de toda la vida.
-Mire, señor, le sugiero que no vuelva a decir algo así en mi presencia, no me gustan que me comparen con otras mujeres, además usted no me conoce.
-Le conozco lo suficiente como para saber sus gustos, se ve a simple vista.
JOSEPH se levantó para observarla mejor. Ella entró en la instancia enfadada, dispuesta a cantarle las cuarenta.
-Usted no me conoce de nada, le ordeno que retire todo lo que ha dicho, tanto lo de las actrices que me dijo antes como lo que acaba de decir.
Pero él no dijo nada y se acercó.
-¿Y por qué he de hacerle caso? ¿Acaso usted es la dueña de esta casa?
Ella volvió a sonrojarse. Era tan imponente cuando estaba cerca de ella, con su complexión fuerte que hacía que sus rodillas temblasen.
-Esto… no pero… pero, me está insultando con sus palabras…
-No pretendía insultarla…
Él cada vez estaba más cerca de ella pero “TN” retrocedía hasta que se quedó pegada a la puerta cerrada. No tenía escapatoria, ya que él estaba pegado a ella.
-Espero que me perdone…
JOSEPH la cogió de la cintura y ella abrió los ojos mirando lo que estaba haciendo. Él sonreía con una mirada llena de deseo. “TN” se mordió el labio inferior al verlo acercarse mucho más a ella. Entonces, él con la mano que tenía libre la cogió por la nuca con delicadeza y la besó. La besó con una intensidad que ella desconocía, comenzó jugando pasando la lengua por las comisuras y luego la obligó a abrir la boca para que ambas lenguas jugaran. Ella se dejó llevar y la abrió, entonces, él con su lengua exploró el interior de la de ella.
“TN” sin poderlo resistir cruzó los brazos alrededor del cuello de JOSEPH. Él, entonces, comenzó a darles suaves besos en las comisuras. La capacidad de pensar de “TN” se había ido al traste con ese maravilloso beso. Un gemido de placer salió de garganta sin ella proponérselo.
JOSEPH entonces se separó de ella y ambos se miraron. Ella se sintió desfallecer, las rodillas le fallaban pero por suerte él la sujetaba aún de la cintura, temía que si la soltaba ella se cayera al suelo. Los dos seguían mirándose. Las respiraciones de ambos eran algo agitadas. El corazón de ella bamboleaba con una fuerza brutal. Lentamente, él la soltó.
-Puede coger el libro que quiera, no le voy a impedir que elija sólo novela romántica, básicamente porque no tengo ninguna.
-Se… se lo agradezco…- dijo ella tomando el control de su cuerpo que había reaccionado de una manera un tanto extraña.
-De nada.
Dicho eso, JOSEPH salió de la biblioteca y ella se quedó allí mirando la puerta por donde se había ido. Inconscientemente se llevó una mano a sus labios donde había quedado el sabor de la boca de JOSEPH. Un beso ardiente y pasional. No podía creer que él la haya besado de esa manera, con ternura pero a la vez con imperiosidad, con una fuerza brutalmente tierna.
Movió la cabeza, confundida y finalmente se dirigió a las estanterías llenas de libros para elegir uno. Escogió un libro de misterio y se lo llevó a su habitación pero no podía concentrarse en la lectura. El beso se le había grabado en la memoria y era imposible olvidarlo.
JOSEPH salió al jardín, notando le erección en sus pantalones. Como siguiera así, en cualquier momento que estuvieran a solas la poseería sin importarle su condición de virgen ni que realmente no estaban comprometidos.
Lo estaba volviendo loco de remate y debía controlarse, no podía dejar que su instinto fallara a su razón.
En ese momento salió Amanda de la casa, bien vestida y se dirigió a JOSEPH.
-Lord JOSEPH, me gustaría hablar con usted.
-Dime, Amanda.
-Es que quería pedirle que me dejara el resto del día libre si no le importa, me ha surgido un imprevisto.
-No te preocupes, Amanda, puedes irte, no creo que te necesitemos más por hoy, Gabriella se puede encargar de todo.
-De acuerdo, gracias, señor.
-De nada.
La mujer salió de la mansión y llamó a un coche de alquiler que rápidamente apareció por allí. Estaba emocionada porque se iba a encontrar con un hombre que le había propuesto ser su amante y si ella se lo proponía podía llegar a ser la mujer del acaudalado hombre y ser una mujer rica para así no tener que seguir trabajando de ama de llaves en la casa de JOSEPH JONAS.
Intentaría aprovechar la oportunidad que le estaba dando la vida para conseguir salir de la pobreza para ser una gran mujer como siempre había soñado.
La vida de Amanda había sido dura y ya era hora de que el destino le agraciara con un golpe de suerte como el que estaba a punto de tener ese día.
Pronto llegó a la calle donde vivía el hombre que la haría rica, aunque lo que no sabía era que tenía realizar algunas tareas que él le indicaría.
Amanda se bajó del coche y se dirigió a la puerta. Allí tocó y esperó a que le abrieran. La fachada de la casa era como casi todas las de la calle, a la moda con las nuevas tendencias londinenses, la puerta de roble y las paredes eran de piedra grisácea y con varias ventanas de madera.
Cuando abrieron, se topó con un hombre con el pelo entrecano, algo regordete, con la nariz como la de un halcón y ojos oscuros.
-Vengo a ver al señor- dijo Amanda.
-Adelante…
El hombre se apartó del umbral y la dejó pasar a la casa.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
Joeeeee!!!!... Por que no le dice lo que siente?????.... Aaaaaaaaaaaaahhhhh
Pon otrooooo
Pon otrooooo
chelis
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
Joeeeee!!!!... Por que no le dice lo que siente?????.... Aaaaaaaaaaaaahhhhh
Pon otrooooo
Pon otrooooo
chelis
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 9
-Eres una amante fantástica- dijo el noble a Amanda.
Ella sonrió y le acarició el torso con lujuria y pasión.
-Tengo poca experiencia, señor, pero aprendo muy rápido las reglas del juego del amor…
-Ya me he dado cuenta, querida- dijo el noble mientras le masajeaba los senos.
Ella se arqueó al notar como sus pezones se ponían erectos de nuevo y su amante los mordía con suavidad.
-Oh, señor…- decía ella jadeando y notó la erección del hombre entre sus muslos.
El hombre volvió a penetrarla e hicieron el amor nuevamente. Cuando ambos llegaron al clímax, el noble se acostó al lado de Amanda y la miró.
-Eres una mujer muy especial… ¿lo sabías?
-No… nadie me lo había dicho nunca- dijo sonrojada.
-Pues debes saberlo, querida, y por eso quiero encomendarte una misión.
-¿Una misión?
-Sí, una misión.
-¿Qué misión es esa, mi señor?
-En principio es una tarea sencilla, quiero que vigiles muy de cerca a “TN” Lindsey.
-¿A la señorita “TN”? ¿Para qué?
-Porque quiero que me entregue algo que me pertenece y te necesito a ti para que la vigiles.
-¿Para eso me quería llevar a su cama? ¿Para ahora pedirme que vigile a la mosquita muerta esa?- preguntó Amanda sentándose indignada.
-No es sólo por eso, eres una mujer impresionante y me encantas pero necesito de tu ayuda para acabar con ella cuanto antes y que me entregue lo que es mío.
Amanda meditó durante algunos segundos.
-Bueno, pensándolo bien… la casa de lord JOSEPH estaba mejor sin la presencia de esa jovencita. No sé, he notado que las cosas han cambiado un poco porque a la llegada de ella me he quedado sin mi ayudante, Gabriella, porque lord JOSEPH decidió ponerla de dama de compañía de esa “TN”.
-Entonces… ¿me ayudarás, cariño?- preguntó el hombre acariciándole la espalda.
-Sí, mi señor, estoy dispuesta a ayudarle- dijo Amanda sonriendo maliciosamente.
-Perfecto, necesitaré que me envíes una misiva todos los días con cada uno de sus movimientos, yo enviaré a alguien para que recoja la información todos los días y cuando lo crea necesario te enviaré una contesta ¿de acuerdo?
-Sí, señor- dijo ella.
Ambos sonrieron con malicia.
-Muy pronto recuperaré lo que es mío y te haré la mujer más feliz del mundo…
-Es lo que más deseo, mi señor…
-Bueno, mejor olvidemos el tema de “TN” Lindsey y aprovechemos el tiempo en otras cosas- dijo el hombre recostando a Amanda sobre las almohadas y volviéndose a poner encima de ella para dejarse llevar por la pasión desenfrenada de los amantes.
La tarde se presentaba tranquila en la casa JONAS. Lo que nadie sabía era que cerca de la casa estaba el Depredador observando todos los movimientos de todos los que allí vivían.
No podía desatender su misión más remunerativa, que era dar caza a esa joven morena para un noble que reclama algo que ella posee. Una misión que se le estaba resistiendo a causa de la intromisión de ese lord de pacotilla que la salvó cuando intentó secuestrarla en aquella fiesta pero la cosa no quedaría ahí. Se haría con la joven y muy pronto. El Depredador no se rendiría tan fácilmente y más sabiendo que le esperaba una buena suma de dinero al final de esta difícil misión.
Pasaron unos días, era viernes por la mañana, esa noche sería la fiesta en casa de Catherine. “TN” bajó a desayunar. Entró en el comedor y se sentó a la mesa. JOSEPH estaba leyendo el periódico.
-Buenos día, lord JOSEPH - saludó amablemente “TN” a pesar del recuerdo de aquel apasionado beso de la biblioteca.
-Buenos días- contestó él- ¿le gustó el libro que cogió ayer de la biblioteca?
-Oh… sí, un libro muy interesante, no sabía que usted tuviera esa clase de libros en su biblioteca… no sé, pensé que sólo tendría libros relacionados con la política, la filosofía, usted ya me entiende…
-Sí, le he entendido… por cierto, ha recibido una carta de su tía hace un momento. La tiene a su lado.
La chica miró hacia la derecha y vio el sobre lacrado y las elegantes letras de su tía, entonces cogió la carta para leerla. Del sobre sacó una hoja y la leyó detenidamente.
Era una carta sencilla de no más de cuatro párrafos contándole como estaban las cosas en la casa, que estaba todo muy tranquilo y que la echaba de menos, le decía que esperaba verla esa misma noche en la fiesta de Catherine y que tenía que averiguar qué era lo que había apostado su padre para entregarlo y que la dejaran en paz para acabar con la farsa del compromiso de ella con JOSEPH.
Esto último le dio qué pensar y se le había quitado el apetito. Ella sabía qué era lo que pedían pero no quería por nada del mundo entregarlo.
-Se me ha quitado el apetito, si me disculpa, volveré a mi habitación- dijo “TN”.
-De acuerdo- dijo JOSEPH levantando la mirada del periódico y vio que se llevaba consigo la carta de su tía.
“TN” salió del comedor y subió las escaleras rumbo a su habitación. Allí cogió su pequeño baúl y lo abrió, sacando el collar de esmeraldas de su madre. Lo miró con tristeza, sabía que tenía que entregarlo pero no podía, su valor sentimental era mucho mayor que su valor en oro, no podía permitir que algún desconocido se llevara el único recuerdo de su querida madre a la cual no conoció.
JOSEPH, extrañado por el comportamiento de “TN”, la siguió.
-¿Puedo pasar?- preguntó él apoyado de un hombro en el umbral de la puerta con los brazos cruzados y mirándola fijamente.
Ella dio un respingo al oírle, no se esperaba que la siguiera. Lo miró, sorprendida.
-Lord JOSEPH … ¿qué hace aquí? No lo oí llegar…
-Bueno, no me gustó la cara que puso cuando leyó la carta de su tía, ¿se encuentra bien?
-Sí, estoy bien, gracias.
-Su aspecto no me dice lo mismo, señorita Lindsey.
La chica bajó la mirada para ocultar su tristeza, entonces, JOSEPH se acercó a ella y le elevó el mentón con un dedo.
-¿Ocurre algo?
-No… no ocurre nada, estoy perfectamente…- mintió ella sin mirarle.
-Señorita Lindsey, si no ocurriera nada, no tendría esa cara.
“TN” se alejó de JOSEPH y se sentó en el borde de su cama con la joya entre sus manos mirándola fijamente. Él se acercó a ella y se sentó a su lado.
-¿Esa joya es suya?
-Era de mi madre, mi padre se la regaló el día de su boda según me contó él.
-¿Y cómo llegó a sus manos?
-Mi padre me la regaló y me pidió que protegiera mucho esa joya ya que había pertenecido a mi madre, para mí es como si tuviera un trozo de ella. Como sabrá, ella murió al traerme a mí al mundo.
-Sí…
-Me sentí muy sola el día que murió mi padre ¿sabe?
-Tenía a su tía.
-Sí pero mi tía casi nunca jugaba conmigo como lo hacía mi padre. Él siempre estaba a mi lado ya fuera para jugar o para contarme un cuento.
-La entiendo…
“TN” desvió la mirada del collar y lo miró fijamente.
-¿Me entiende?
-Sí, sé lo que es estar solo, aunque claro yo estaba a cargo de un hermano menor…
-Tengo entendido que usted perdió a sus padres en un terrible accidente ¿es cierto?
-Sí pero prefiero no recordarlo…
Hubo un momento de silencio en el que ambos miraban la joya fijamente. Después JOSEPH se levantó y se asomó a la ventana. Tras unos minutos, él se giró y la miró.
-¿Esa joya tiene algo que ver con la amenaza que pesa sobre usted?
“TN” elevó la mirada sorprendida, rápidamente negó, no quería que él ni nadie se enterara de nada.
-No, no tiene nada que ver.
-¿Está segura?
-A menos que yo sepa, cuando mi padre me lo regaló no me dijo nada relevante.
-Ya veo… bueno, no se preocupe, pronto encontraremos lo que anda buscando esa persona que la está amenazando y atacando.
-Eso espero…- dijo “TN”.
-Lo mejor será que busque un buen vestido para esta noche…
Dicho eso, JOSEPH salió de la habitación y se dirigió a su despacho para ponerse manos a la obra con su trabajo.
Por la tarde, la joven decidió darse un baño para luego prepararse para la fiesta.
Le trajeron la bañera a su cuarto y luego fueron trayendo el agua caliente poco a poco hasta quedar la bañera llena.
-¿Desea que le ayude con el baño, señorita?- le preguntó Gabriella que traía suaves toallas blancas para “TN”.
-No hace falta, Gabriella, muchas gracias.
Gabriella hizo una leve reverencia y se fue de la habitación. “TN” se quitó su vestido y se metió en el agua caliente. Lentamente se hundió para mojar su pelo y luego salió a la superficie, mientras se enjabonaba las piernas no dejaba de pensar en que debía contarle a JOSEPH que el collar sí era lo que buscaban pero rompería la promesa que le hizo a su padre.
El día que le entregó el collar le hizo prometer que no contaría a nadie que ella guardaba ese collar pero ella pensó que era un juego. Ahora se daba cuenta de que estaba metida en un juego de peligros, venganzas y quién sabe que cosas más.
No sabría si soportaría mantener el secreto por más tiempo, si no hacía algo, podrían matarla y no es un destino que le llamara mucho la atención. Necesitaba vivir para saber quien fue el asesino de su padre y acabar con esa persona con sus propias manos.
Con estos pensamientos, la joven pasó cerca de una hora metida en la bañera. Finalmente salió de ella para secarse y buscar un vestido adecuado para la fiesta de su amiga Catherine. Justo cuando llegaba al armario, alguien tocó en la puerta.
-Lady “TN”, lord JOSEPH le envía esto- dijo Amanda desde detrás de la puerta.
-Pase, Amanda.
La mujer entró con un vestido que dejó en la cama. “TN” se acercó a la cama y observó el vestido. Era un hermoso traje de muselina color rosa pálido, con un impresionante escote de corte cuadrado y de mangas acabadas en hermosos encajes blancos. Tenía una cinta justo debajo del pecho de color rosa un poco más oscuro que el vestido.
-Pero… este vestido debió de ser carísimo…- dijo “TN” tocando la fina tela del vestido.
-A mí me ordenó el señor que se lo trajera y que esperaba que le gustara.
-Me encanta, es un vestido precioso.
-Bien, pues me retiro para que pueda cambiarse.
-De acuerdo.
Entonces Amanda salió de allí y “TN” se preparó para la fiesta que tenía esa misma noche.
CAPITULO 10
El carruaje iba de camino a la casa de Rowling. El silencio pesaba en el aire dentro de este. “TN” miraba por la ventana mientras que JOSEPH no podía apartar la mirada de ella. Después de un largo silencio, él habló:
-Veo que le gustó el vestido.
-Sí, muchas gracias.
-De nada, ha sido todo un placer.
-No tenía que haberse molestado tanto, debió de costarle carísimo.
JOSEPH la miró fijamente a los ojos.
-Dígame cuánto le costó y se lo devolveré con creces, se lo prometo.
-No se preocupe por el dinero, tómelo como un regalo de compromiso.
“TN” sintió el ardor en sus mejillas y rápidamente bajó la mirada.
-Usted sabe que nuestro compromiso es una farsa.
-Ya pero la gente hablará si la ve con el mismo vestido de siempre, ya que interpretamos un papel, hagámoslo bien ¿no cree?
-Quizá tenga razón…
-Entonces no se preocupe por el vestido.
-De acuerdo…
El resto del trayecto lo hicieron en silencio. Finalmente después de casi una hora de trayecto llegaron a la mansión de los Rowling, una preciosa casa con un amplio jardín lleno de arbustos con flores. También había una preciosa fuente presidida por un angelito con un jarrón entre de sus manitas y de ahí salía el chorrito de agua. Al fondo se hallaba la mansión con dos escaleras curvas que acababan en la misma dirección, las dos grandes puertas de roble de la entrada. La fachada, hecha de piedra como era habitual, poseía varias ventanas que daban al interior de esta.
JOSEPH se bajó del coche y ayudó a “TN” a bajar, luego los dos subieron las escaleras de la casa con paso firme. Ella iba con su mano en el brazo de él. Tenía que seguir interpretando el papel de prometida así que tuvo que fingir una sonrisa ante todos.
Les abrieron la puerta y allí ya les esperaba un lacayo para recoger los abrigos y sombreros de los invitados. JOSEPH le quitó la capa a “TN” y se la entregó al lacayo junto con el sombrero de él que no se había puesto en ningún momento.
Luego ambos entraron en el gran salón donde fueron recibidos por una alegre Catherine que lucía un fino vestido de muselina blanco con hilos dorados, un amplio escote que dejaba poco a la imaginación y las mangas acabadas en encajes.
-Oh amiga, estás radiante- dijo Catherine acercándose a su amiga- llevas un vestido precioso.
-Gracias, tú también estás muy bella- dijo “TN” sonriendo afablemente.
Catherine después de mirar a su amiga reparó en la presencia de JOSEPH y lo saludó cortésmente.
-Buenas noches, lord JOSEPH, es un placer volver a verle.
-Lo mismo digo, señorita Rowling- dijo él haciendo una inclinación de cabeza.
-Espero que disfrutéis de la fiesta, por cierto, “TN”, mi lacayo te habrá dado la tarjeta de baile ¿no?
-Sí, pero ¿para qué es?
-Verás, los hombres que quieran bailar contigo deberán apuntar su nombre en la tarjetita, ¿a que es divertido?
-Sí, parece divertido.
-Yo ya tengo a seis hombres en mi tarjeta y el primero de ellos es NICK JONAS que llegó antes que vosotros- le dijo en susurros.
-Vaya, has aprovechado el tiempo, amiga.
-Claro que sí- dijo Catherine sonriendo- bueno, voy a seguir recibiendo a los invitados, nos vemos ahora, amiga.
-De acuerdo.
Catherine se fue y entonces JOSEPH cogió la tarjeta y la miró detenidamente.
-Creo que me pediré todos los bailes disponibles por la señorita- dijo sonriendo.
“TN” bajó la mirada, ruborizada. Él con un dedo le elevó el mentón y ambos contemplaron los ojos del otro. JOSEPH sonrió cálidamente mientras ella notaba un ligero ardor en todo su cuerpo ante la espectacular y blanca sonrisa de él.
-Lord JOSEPH … como bien sabe, tengo fobia a los sitios cerrados y a las aglomeraciones, no sé si podrá bailar muchas piezas conmigo como desea…
-Las que baile con usted serán suficientes para satisfacer mi necesidad de tenerla cerca…
Ella abrió los ojos, sorprendida ante las palabras de él. No esperaba esas palabras por parte de JOSEPH, es más, no las hubiera esperado de ningún hombre que haya accedido a cortejarla en lo que llevaban de temporada social que tampoco habían sido tantos, solamente dos, lord Sutton y lord Langston, los demás iban casi todos a por lady Isabella pero a “TN” no le importaba puesto que su mente estaba invadida de imágenes de JOSEPH.
Le costó bastante digerir las palabras que había dicho él y una vez asimiladas y saber que no podría contestarle de ninguna manera, se limitó a sonreír tímidamente.
Pronto comenzó a sonar la primera pieza y JOSEPH le tendió la mano.
-¿Me concede este baile, señorita?- preguntó sin apartar la mirada de esos ojos oscuros que tanto le cautivaban y le llevaban a la perdición.
-Sí…- dijo ella nerviosa.
Ella le cogió la mano notando la calidez de él tan sólo con su contacto y ambos fueron a la pista de baile donde ya había algunas parejas, pero la atención estaba puesta en ellos. Esto provocó el sonrojo de las mejillas de “TN” y el bajar la mirada avergonzada.
-Lord JOSEPH …
-¿Sí?
-Todos nos están mirando…
-Ya.
-Me está dando mucha vergüenza.
-Tranquila, pronto se les pasará, es la novedad del momento, somos una pareja envidiada.
-Sí, sobretodo por lady Isabella…
JOSEPH miró a Isabella Greyson que estaba cerca del balcón. Los miraba con cara de enfado.
-Me dijo uno de mis hombres que tuviste un encontronazo con ella el día que… que discutimos.
Iba a decir el día que se besaron pero se contuvo, ya ella estaba pasando bastante bochorno en ese momento como para encima recordárselo.
-Bueno, es cierto que nos encontramos en el parque pero tu hombre exageró un poco la situación, tuvimos una conversación civilizada.
-No lo creo, viniendo de Isabella me espero de todo menos una conversación civilizada contigo.
-Así que has… estado con ella ¿no?
JOSEPH la miró arqueando una ceja.
-¿A qué te refieres?
-Esto… a que… quiero decir…- no soportaba ponerse nerviosa porque se quedaba sin qué decir.
Él sonrió al verla tan nerviosa.
-Tranquilícese, lady “TN”, cualquiera diría que la pongo nerviosa.
Justamente haces eso, pensó ella bajando la mirada.
-Olvídelo… no creo que lady Isabella se atreva a dar un espectáculo en plena fiesta- dijo “TN” esperando que fuera así.
Cuando terminaron de bailar, ambos salieron de la pista y se les acercó Isabella Greyson.
-Buenas noches- dijo ella manteniendo la compostura.
-Buenas noches, lady Isabella- respondió JOSEPH al saludo.
-Me alegra verle por aquí esta noche, lord JOSEPH - dijo Isabella ignorando completamente a “TN”.
-He venido con mi prometida- dijo JOSEPH cogiendo a “TN” del hombro con suavidad y las dos mujeres se miraron.
-Ah, claro, me olvidaba de que estaba comprometido con lady “TN”- dijo Isabella y luego le dijo a la joven- buenas noches…
-Buenas noches…- dijo “TN” con un poco de miedo.
Hubo unos minutos de silencio bastante incómodos para “TN” a la cual se le hicieron interminables. Finalmente, JOSEPH miró a Isabella y le preguntó:
-¿Deseaba algo? Lo digo porque creo que sus admiradores la esperan cerca del balcón.
-Sólo quería saber si a usted le apetecería bailar alguna pieza de baile conmigo.
-Quizás después…- dijo JOSEPH mirando a “TN” con una sonrisa pícara- ahora pretendíamos dar un paseo por el jardín…
-Ah… entiendo- dijo Isabella y elevó el mentón- me alegro de volver a verlos- dijo mostrando una falsa sonrisa.
Dicho eso, ella se marchó dejando a la pareja solos, entonces, JOSEPH la cogió de la mano y la sacó del salón para llevarla al jardín.
“TN” se sentía decepcionada puesto que JOSEPH iba a bailar una pieza con lady Isabella cuando le había prometido bailar con ella todas las canciones disponibles.
Al llegar al jardín, ambos pasearon con paso pausado.
-No quiero que nadie nos moleste más…- dijo JOSEPH de repente.
“TN”, que iba detrás de él le miró las anchas espaldas.
-¿Cómo ha dicho?
-Que no quiero que nadie nos moleste… quiero que estemos solos…
-Pero es la fiesta de mi mejor amiga, no puedo pasarme la noche aquí en el jardín.
-Ella estará entretenida bailando con tantos hombres que no se dará cuenta de su ausencia.
-Aún así…
La chica iba a replicar cuando él la cogió de la cintura y la atrajo hacia sí, cosa que la sorprendió sobremanera.
-Quiero tenerte para mí…- dijo él con mirada lujuriosa.
-Lord JOSEPH …- dijo ella con voz ahogada y tragando saliva.
Él acercó su cara a la de ella para susurrarle al oído.
-Estás hermosa con ese vestido, pensé que no te lo pondrías.
La respiración de ella se volvió cada vez más rápida porque sentía que le faltaba el aire. Sobretodo cuando puso las manos en el ancho pecho de él donde su corazón latía con fuerza. Pudo notar el calor de JOSEPH a través de la fina camisa blanca. Luego él comenzó a besarle el cuello con lujuria y pasión, obligándola a ella a echar la cabeza hacia atrás para que él se acomodara perfectamente.
Luego los besos fueron ascendiendo hasta llegar al mentón y finalmente llegó a la boca de ella para besarle las comisuras con suaves y cortos besos. “TN” soltó un gemido de placer al notar como las manos de él tocaban cada uno de sus senos con experta agilidad logrando así endurecer sus pezones hasta parecer dos perlas bajo su vestido.
Él sonrió sin separar sus labios de los de ella cuando se arqueó al notar esas caricias a las que él estaba tan acostumbrado a dar. Pero con nadie había sentido tanto placer como con esa mujer. Finalmente la obligó a abrir la boca para inspeccionar nuevamente el interior con la lengua como había hecho con anterioridad.
“TN” entrelazó sus brazos alrededor del cuello de él y se pegó más. Notó algo duro contra su vientre pero estaba tan embelesada en ese magnífico beso y las adorables caricias que él le estaba dando que no le dio importancia. Cuando comenzaba a notar un ligero ardor entre sus muslos, él se separó de ella, alerta. La puso detrás de sí y miró alrededor.
-Volvamos dentro…
-¿Por qué?- preguntó “TN” sin entender el cambio tan repentino en él.
-He oído ruidos, sígueme.
Ambos se dirigieron rápidamente al interior de la mansión.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 11
Catherine bailaba con lord Alexander Dawson cuando vio a un apuesto hombre caminar entre la gente, un hombre al que nunca había visto en su vida. Con un elegante atuendo oscuro, este observaba a todos los que allí habían. A Catherine le pareció un hombre muy apuesto y eso que ella conocía muy bien al género masculino pero no tanto como desearía.
Se fijó en la cara de él donde pudo apreciar una cicatriz en la mejilla que le deba un atractivo especial. Distinto a todos los hombres con los que había flirteado la joven. Tenía el cabello oscuro e iba bien afeitado. Pero tenía un aspecto salvaje, cosa que atrajo a la joven con una fuerza fuera de lo normal. Lo que más la fascinó fue su mirada. Tan oscura como la noche sin estrellas. Misteriosa. Sagaz. Enigmática.
Sintió deseos de acercarse pero no sabría si él accedería a hablar con ella. Podía notar la oscuridad cerca de él pero no se quedaría sin saber quién era ese hombre tan misterioso así que cuando acabó la canción, Catherine se acercó a él con decisión.
-Buenas noches, milord- dijo Catherine cuando estuvo cerca de él- creo que no nos han presentado.
El hombre la miró sin decir nada. Eso provocó en ella cierta indignación, ya que un comportamiento como el de ese hombre no era el adecuado.
-Por lo menos podría decirme su nombre ¿no le parece?
-Debo irme- dijo el hombre.
-No sea maleducado, señor.
-No pretendía serlo, es solo que tengo un poco de prisa- dijo con voz monocorde.
Catherine lo miró con una de sus finas cejas enarcadas.
-¿Está huyendo de mí?
-Yo no huyo de nadie.
-Quien lo diría, bueno, le dejo, no quiero retrasarle más, que pase una buena noche.
Catherine no pudo ocultar su decepción ante el rechazo de unos de los hombres más hermosos que había tenido ocasión de ver. Uno de los pocos que se había negado a conocerla.
Esto consiguió ponerla de los nervios, ningún hombre se resistía a conocerla y tarde o temprano conseguiría que ese misterioso hombre cayera a sus pies como lo hacían los demás.
Maldición. Aquella mujer casi echa a perder todos sus planes. Necesitaba vigilar a “TN” sin que nadie sospechara quién era él. Los únicos que veían su cara era la primera y última vez que se la veían.
-Se dirigió al jardín para luego desaparecer subiendo al muro. Se montó en su caballo, el cual lo esperaba atado a un árbol cerca de la mansión. Rápidamente llegó al lugar donde se escondía. Un desván situado en un pequeño hostal de la ciudad.
Cuando llegó allí, ya le esperaba su ayudante, un hombre bajo y regordete, calvo y con un espeso bigote. Sus ojos eran del color de la noche.
-¿Y bien? ¿Conseguiste atrapar a la chica El Depredador le cogió por las solapas de la camisa con furia.
-No vuelvas a decir algo así o te arrepentirás.
-Vale, vale, ahora suéltame.
Este lo soltó y se acostó en el camastro con las manos en la nuca. Cerró los ojos para dormir pero de repente la visión de la mujer que le habló en la fiesta acudió a su mente.
Rápidamente abrió los ojos. Maldición. Una erección marcó sus calzones hasta el dolor. Hacía mucho tiempo que no tenía una erección como esa al recordar a una mujer. Pero había algo en esa mujer, no sabía el qué.
-Depredador, eres un mercenario, olvida a esa niña rica de la fiesta, es lo mejor- se dijo antes de quedarse profundamente dormido.
A la mañana siguiente, “TN” se levantó temprano y se asomó a las puertas-ventanas de su habitación. Puso las manos en la balaustrada del balcón y aspiró el aire fresco de la mañana. Al momento alguien llamó a la puerta. “TN” entró para ponerse la bata de color salmón haciendo juego con su camisón y después de atarse el lazo a la cintura dijo:
-Adelante.
La puerta se abrió y apareció Gabriella.
-Buenos días milady- dijo la joven.
-Buenos días, Gabriella.
-El señor me acaba de comunicar que la quiere ver en su despacho según se vista.
-Muy bien.
Gabriella se acercó al armario y sacó un precioso vestido de mañana color celeste con un lazo que quedaba justo debajo del pecho y unos zapatos de piel de cabritilla del mismo color. Después, ayudó a vestir a “TN”.
Luego “TN” se sentó frente al tocador para peinarse su espesa y larga cabellera mientras que Gabriella salía del cuarto directo a las cocinas. Después de peinarse se puso dos pasadores de pelo para despejar su cara y dejó que la melena le cayera en cascada por su espalda.
Finalmente se miró en el espejo y suspiró.
-No sé para que te arreglas tanto si ni siquiera puedes cortejar con ningún hombre. Ni JOSEPH JONAS se fijaría en ti.
Resignada apartó la mirada del espejo y salió de su habitación para ir al despacho de JOSEPH. Al llegar allí tocó en la puerta y esperó a que él le diera permiso de entrar. Cuando oyó que JOSEPH le permitía pasar abrió la puerta lentamente y entró. Lo encontró sentado ante su escritorio vestido con un calzón negro y una camisa de mangas anchas blanca. También llevaba unas botas de caña alta que le llegaban a las rodillas. Si hubiese llevado un pañuelo en la cabeza hubiese pasado por un pirata perfectamente.
Esto le produjo un repentino calor en sus entrañas y un ligero rubor cubrió sus mejillas. Menos mal que él estaba enfrascado en sus papeles y no pudo verla de esa manera. Respiró hondo y se acercó al escritorio.
-Buenos días, milord.
Él levantó la cabeza bruscamente y la miró, estaba bellísima con ese vestido celeste. Y como deseaba tocar esa preciosa melena que le caía por la espalda, enredar sus dedos en ella… La erección se hizo latente en sus calzones.
-Buenos días, milady.
-Creo que le dijo a mi dama de compañía que quería verme.
-Así es, quería proponerle salir a dar un paseo, ¿sabe montar a caballo?
-¿Montar a caballo? La verdad es que hace mucho tiempo que no monto a caballo, además tampoco tengo un traje de montar.
-Si es por el traje de montar no se preocupe, cuando mandé a confeccionar lo que serían sus vestidos, pedí que le hicieran un traje de montar, pensé que lo había visto.
-Pues no, como Gabriella es la que me saca los trajes cada mañana no me he acercado al armario.
-Pues avísela y que la ayude a ponerse su traje de montar.
-Déjela, ya tiene bastante trabajo, la pobre no solo es mi dama de compañía sino que también trabaja en la cocina. Puedo vestirme sola.
-Entonces vaya a cambiarse.
Sin decir más, “TN” salió del despacho de JOSEPH y se fue a su habitación. Abrió el armario y allí lo encontró. Un precioso traje de montar color verde oscuro. Se componía de una falda de ese color, una blusa blanca y la chaqueta del mismo color que la falda. También encontró unos botines negros y un sombrero del color del traje con una pluma de águila en un lado.
Sin la ayuda de nadie se quitó el vestido de mañana y se puso el traje de montar. Cuando se fue a poner el sombrero, se hizo un moño sencillo y luego se lo colocó de modo que la pluma cayera al lado contrario donde estaba colocada. Después de vestirse, bajó las escaleras y en el rellano ya le esperaba JOSEPH que al verla quedó fascinado ante su deslumbrante belleza.
-Está hermosa- dijo JOSEPH sin poder ocultar su asombro.
El rubor volvió a las mejillas de “TN”.
-Gracias.
-¿Nos vamos?- preguntó tendiéndole la mano.
Ella le cogió la mano y ambos fueron al jardín donde ya estaban los dos caballos preparados. Uno era un corcel negro y el otro una yegua blanca. JOSEPH ayudó a “TN” a subir a la yegua y luego él se montó en el caballo negro. Salieron hacia el parque, hablando.
Hablaron de temas triviales como el tiempo. Cuando pasaron por el parque Isabella, que iba andando, los vio y la rabia la invadió. Entonces se le ocurrió una idea y se acercó por detrás al caballo de “TN”. Cerró su paraguas el cual acababa en punta y se lo clavó en el trasero al caballo, el cual relinchó y levantó las patas delanteras.
“TN” se asustó al ver a la yegua fuera de sí. Se agarró fuertemente a las riendas para no caer y el animal echó a correr con ella agarrada y temerosa. Isabella sonrió, satisfecha. “TN” no podía detenerlo a pesar de los miles de intentos de ella. Intentó sortear a varios coches que venían en su dirección.
JOSEPH la seguía rápidamente para intentar detener al animal. “TN” llegó al puerto y vio que el animal iba directo hacia el agua. Cerró los ojos esperando caer al agua pero alguien la sujetó de la cintura y la montó en su caballo. Abrió los ojos y vio a JOSEPH que la sujetaba con fuerza. Varios hombres consiguieron detener al caballo.
-¿Estás bien?- le preguntó JOSEPH.
“TN” asintió temblando, estaba muy asustada. Sin poderlo evitar se abrazó a él, llorando. Si él hubiera llegado un minuto más tarde seguro que se hubiera ahogado en el Támesis.
-Ya está, ya pasó todo…
A ella se le había caído el sombrero y el moño se le deshizo dejando un millón de bucles sueltos que él acariciaba para consolarla.
-Por favor, milord, volvamos a la casa…
-Sí, será lo mejor.
JOSEPH la acomodó delante de él y ella se abrazó a su cintura con fuerza, temía que si se soltaba caería al suelo de lo temblorosa que estaba. No paraba de llorar.
-No puedo más…- susurró ella- ya no puedo más…
-Mientras estés conmigo, no te pasará nada, te lo prometo.
Luego pusieron rumbo a la mansión.
CAPITULO 12
Al llegar a la mansión, JOSEPH bajó del caballo y luego cogió a “TN” en brazos. Estaba exhausta y apenas podía moverse del susto. La llevó a su habitación y la recostó.
-Intenta descansar un rato.
“TN” asintió, aún lloraba.
JOSEPH le dio un beso en la frente y luego salió de la habitación. “TN” se recostó y al momento se quedó dormida. JOSEPH se metió en su despacho frustrado. Su idea de ir a cabalgar le había salido por la culata. Alguien quería a “TN” y él no hacía más que exponerla.
Se dedicó a mirar el correo y vio una invitación a una fiesta en una casa de campo. Rápidamente dejó la invitación a un lado. Ni por asomo llevaría a “TN” a esa casa. Debía protegerla.
La puerta se abrió de repente y apareció NICK en el umbral.
-¿No ibas a ir con lady “TN” de paseo a caballo?
-Y fuimos pero hubo un percance.
-¿Qué clase de percance?
-Alguien asustó al caballo de ella y se encabritó. Estuvo a punto de caer al Támesis.
-¿Al Támesis?
-Sí.
JOSEPH se llevó las manos a la cabeza y se masajeó las sienes.
-Impresionante- dijo “TN” sorprendido.
-No debí haberla sacado de la casa.
-Hermanito, no es una prisionera, además tú no debes la culpa.
-Lo sé pero cada vez que sale sucede algo y no quiero que le pase nada mientras esté bajo mi vigilancia.
NICK lo miró inquisitivo y enarcó una ceja.
-Te estás tomando muy a pecho la vigilancia ¿no crees?
JOSEPH miró a “TN” con el ceño fruncido.
-¿Qué estás queriendo decir?
-Bueno, una preocupación bastante visible, el deseo de tenerla para ti salta a la vista, creéme, sé lo que me digo.
-Sí, sólo dices tonterías, además, ¿a qué has venido a mi despacho?
-Debía escribir una misiva.
-¿Otro corazón que vas a romper?
-Algo así.
-¿De quién se trata ahora?
-La joven Emily Donelly.
-Pues venga, escribe esa misiva.
NICK se sentó, cogió papel y pluma y escribió una breve nota a Emily Donelly.
“TN” abrió los ojos lentamente, ya era media tarde, y se sentó en el borde de la cama. Sus ojos estaban enrojecidos de llorar. Aún palpaba el miedo, sólo de pensar en que estuvo a punto de caer al Támesis le daba escalofríos.
Por fin se levantó y se cambió el vestido de montar por uno color melocotón. Al quitarse el traje se dio cuenta de que había perdido el sombrero pero ya no podía hacer nada por recuperarlo. Después de vestirse, salió de la habitación y bajó a la biblioteca a leer un rato.
Se sentó en una butaca cerca de la ventana con un libro de Shakespeare que había encontrado entre los libros. No se dio cuenta de que JOSEPH acababa de entrar y la observaba a una distancia prudente. La luz del sol del atardecer la bañaba por completo y parecía una diosa pagana. El calzón de él se tensó. ¿Cómo era posible que avivara su deseo con solo mirarla? Tenía que controlarse si no perdería el control de sí mismo y haría cosas de las que podría arrepentirse.
-Veo que ya ha despertado- dijo JOSEPH.
“TN”, sorprendida, levantó la mirada. Cerró el libro que luego depositó en la mesilla que había a su lado y se levantó lentamente.
-Lord JOSEPH, no le había oído entrar.
-¿Se siente mejor? Estaba muy asustada cuando llegamos.
-Sí, ya me encuentro un poco mejor y gracias a usted.
-Por favor, no me trate de usted, me hace sentir más mayor de lo que soy y ya tengo suficiente con mi hermano.
-De acuerdo- “TN” mostró una leve sonrisa- muchas gracias por haberme salvado de ahogarme.
-Era mi deber.
JOSEPH miró esos preciosos ojos oscuros y le provocó una punzada en la entrepierna. Su deseo iba en aumento.
-¿Usted…?, quiero decir ¿crees que acabará todo esto algún día?
-Es posible, aunque debemos averiguar qué es lo que quieren de ti.
“TN” guardó silencio y bajó la mirada. No se atrevía a mirarlo después de haberle ocultado lo que ella sabía. JOSEPH se percató de su silencio y la miró inquisitivo.
-¿Sucede algo?
-Si le dijera que sé lo que andan buscando ¿se enfadaría conmigo?
-¿Sabe qué puede ser?
-Tengo una ligera idea.
-¿Y qué es?
-Acompáñeme.
Los dos salieron de la biblioteca y fueron a la habitación de ella donde “TN” sacó el pequeño baúl. Se sentó en la cama y lo abrió. JOSEPH la observó sin comprender nada. Finalmente, “TN” sacó el collar de esmeraldas de su madre, se levantó y se lo enseñó a JOSEPH.
-¿Este collar?
-El collar de esmeraldas de mi madre, es lo único que me quedó de ella y fue lo último que me entregó mi padre antes de morir.
-¿Por qué piensa que es el collar?
-Verá, unos días antes de que mi padre muriera, me entregó el collar y me dijo que lo guardara y que fuera un secreto. Era una niña y lo guardé como un tesoro pero ahora sospecho que me lo dio para que nadie le quitara lo único que le quedaba de mi madre.
-Un momento… el día que le pregunté si este collar tenía algo que ver con la amenaza me mintió.
-Lo sé pero tenía que guardar el secreto, ahora no puedo soportarlo más y necesitaba contarlo.
-No tuviste que ocultármelo.
-No quería traicionar la promesa a mi padre.
-Sí pero sabemos ahora qué es lo que quieren.
-No quiero desprenderme del collar de mi madre- dijo “TN” mientras silenciosas lágrimas recorrían sus mejillas- es lo único que tengo de ella.
“TN” apartó la mirada. JOSEPH la vio muy afligida y acunó el rostro de ella entre sus manos para limpiarle las lágrimas con los pulgares y sonrió cálidamente.
-Te prometo que nadie te quitará ese collar y te protegeré con mi vida si hace falta.
La joven lo abrazó apoyando la cabeza en su hombro y él apoyo su mentón en la coronilla de ella. Estuvieron así durante un rato.
-Tengo miedo, lo mejor es que entregue el collar a quien lo quiere y así poder vivir en paz.
-“TN”, no entregues el collar, es lo único que tienes de tu madre.
-Pero quiero vivir tranquila, quiero buscar un marido…
JOSEPH se puso tenso, ella lo miró y se puso colorada. Desde que lo conoció había soñado que era él su marido y se veía en ese mismo lugar, juntos. Al pensar en esto, un calor sofocante se adueñó de la habitación. Entonces otra imagen vino a su mente y era la casa llena de niños parecidos a él. Sintió una opresión en el pecho al soñar con imposibles.
-¿Sucede algo?- preguntó JOSEPH.
“TN” salió de su ensimismamiento y lo miró en silencio. Verlo la dejaba sin aliento. Era tan hermoso con esos ojos como el color de la hierba fresca.
-Lady “TN”…
-¿Qué decía?
-¿Por qué frunces el ceño?
-Oh, lo siento, estaba pensando.
JOSEPH se levantó con el collar en las manos y miró por la ventana.
-Se me acaba de ocurrir una idea pero es muy arriesgado.
-¿Qué se te ha ocurrido?
-En la próxima fiesta podrías llevar el collar.
“TN” abrió los ojos sorprendida.
-Pero así… así seré un blanco fácil.
-Por eso dije que era arriesgado.
La joven lo meditó por un momento, si él iba a estar cerca, no tenía de qué preocuparse pero aún así temía lo que pudiese suceder. Después de pensarlo llegó a la conclusión de que así podría terminar viviendo tranquila.
-Lo llevaré.
JOSEPH se giró para mirarla fijamente y vio la decisión mezclada con miedo en sus ojos.
-¿Estás segura?
-Sí- inspiró hondo y lo miró- lo haré.
-Bien, pues prepara tu baúl para el próximo fin de semana, nos iremos a Avery Hall.
“TN” asintió y él salió del cuarto. Se metió en su despacho para contestar que sí iría a la fiesta en Avery Hall. Después llamó a su ama a de llaves.
-¿Me llamaba, señor?- preguntó Amanda tras entrar.
-Sí, quiero que sepa que el próximo fin de semana no estaremos ni lady “TN” ni yo en la casa, nos iremos a Avery Hall a una fiesta.
-Bien, entonces, le doy el fin de semana libre a todos los empleados.
-Sí pero a los guardias que hacen vigilancia déjalos.
-¿Se llevará a alguno de los guardias con usted?
-Es probable aunque no lo sé.
-¿Y Gabriella, irá con lady “TN”?
-Por supuesto, para eso la he puesto de dama de compañía de la señorita Lindsey.
-De acuerdo, si quiere le informa a ella que va a acompañar a lady “TN” a Avery Hall.
-Me parece bien, puede irse, debe de tener trabajo pendiente.
-Oh sí, señor, tengo bastante.
Amanda hizo una reverencia y salió del despacho. Al cerrar sonrió satisfecha y corrió a su habitación para escribirle una nota a su amante. Le informaría de la decisión del señor JONAS de asistir a Avery Hall y le pediría volver a su cama.
Siempre que estaba en la cama con él disfrutaba de un placer infinito y lo necesitaba más que a nada. No dejaba de pensar en las hermosas noches de amor que vivía con él.
Solo de pensarlo se le alojaba un calor en el bajo vientre y palpitaba con fuerza deseando que él la penetrara con su poderoso miembro.
Después de escribir la nota salió de la casa por la puerta trasera y llamó un chaval que recorría las calles, le dio un chelín a cambio de que le llevara la nota a su señor. Quizás esa semana era la última que pasaba lady “TN” en la casa de los JONAS. Sonrió con satisfacción y entró para seguir con su labor.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 13
El baúl estaba listo al igual que “TN” la cual llevaba un vestido de viaje color gris. Gabriella también iría a la mansión Avery Hall. No soportaría la instancia allí viendo a lord JOSEPH con lady “TN” paseando juntos y compartiendo confidencias como había visto en días anteriores cuando ella acudía al despacho de él.
El santuario de lord JOSEPH.
Nadie podía pisar ese sitio a menos que él diera permiso y lady “TN” entraba como si fuera una habitación cualquiera. Debe de haber alguna forma de separarlos y encontraría la manera.
-Milady, lord JOSEPH la espera en el rellano- dijo Gabriella vestida con un traje de viaje color marrón y una cofia ocultaba su larga y espesa melena.
-Enseguida bajo, Gabriella.
La dama de compañía salió de la habitación y luego salió “TN”. Cuando comenzó a bajar vio a JOSEPH esperándola a los pies de la escalera, vestido totalmente de oscuro excepto por su camisa blanca y reluciente.
-¿Preparada?- le preguntó JOSEPH.
“TN” asintió mientras él le tendía la mano para que ella la cogiera. Luego ambos salieron de la casa, el viaje duraría varias horas y no llegarían hasta la tarde y se subieron al carruaje poniendo rumbo a Avery Hall.
Amanda abrió los ojos lentamente, tenía todo el cuerpo dolorido pero a la vez saciado. Miró a su alrededor y vio a su amante sentado en la cama con los calzones puestos. Se puso de rodillas y se abrazó a él por detrás pasándole los brazos por el cuello.
-Buenos días, mi señor. ¿Habéis dormido bien?
-Teniéndote a ti para tentarme, dormir lo que se dice dormir poco.
Amanda se mordió el labio inferior con deseo. Luego se recostó para tentarlo.
-¿Y por qué no aprovecha? Aún estoy aquí y quiero conocer todas tus fantasías.
-¿De verdad?- preguntó el hombre poniéndose encima.
-Ardo en deseos de saberlo, milord.
Él le cogió ambas manos y se las puso encima de la cabeza de ella mientras la besaba por todas partes.
-Una de mis fantasías es que te sometas a mí y seas una especie de esclava sexual pero para poder hacerlo necesitaría todo un día y yo me tengo que ir a Avery Hall.
-Le echaré de menos- dijo Amanda con un suave ronroneo.
-Yo también querida.
El hombre se levantó y se vistió. Le dio unas monedas a Amanda y le dijo antes de marcharse.
-Cómprate un vestido nuevo para que me recibas con él el domingo.
-Eso haré, señor- dijo Amanda sonriendo mientras él salía de la habitación.
“TN” se terminó de instalar en una preciosa habitación de paredes con papel blanco y dorado, una amplia cama con dosel ocupaba el centro de la habitación. A la derecha había un amplio armario blanco con toques en dorado y el tocador se hallaba cerca de la ventana a la izquierda de la habitación. Ocupaba la habitación del final del pasillo del ala oeste de la gran mansión.
En la habitación de al lado dormiría JOSEPH. Pensar que él estaría tan cerca la dejaba sin aliento. Tenía que olvidarlo, ese hombre nunca sería para ella y tenía que asumirlo.
Unos golpecitos en la puerta le hicieron abandonar sus pensamientos.
-“TN”, soy Catherine ¿estás ahí?
-Sí, adelante, amiga.
Catherine abrió la puerta y se acercó a su amiga. Llevaba un vestido de tarde color burdeos con encajes dorados en las mangas. En cambio, el de “TN” era un sencillo vestido de color lavanda con encajes blancos.
-Hacía días que no sabía nada de ti ¿es que vives recluida en la casa de lord JOSEPH?- preguntó Catherine con una sonrisa maliciosa.
-No es lo que piensas, lo que pasa es que… bueno, hemos avanzado un poco con la investigación de lo de mi padre.
-¿De verdad? ¿Y qué has averiguado?
-Bueno, averiguar no, más bien he confesado un secreto.
-Pero dime, amiga, no me tengas en ascuas- dijo Catherine sentándose en la cama de su amiga.
“TN” miró a su amiga y sonrió con timidez.
-¿Te acuerdas del collar de mi madre?
-¿El de esmeraldas? ¿El que guardas como un tesoro?
-Sí, eso es lo que buscan los que intentaron atacarme y secuestrarme.
Catherine abrió los ojos, sorprendida.
-¿Ese collar es lo que quieren? No puede ser.
-Sí puede ser, mi padre lo apostó y no quiso entregarlo porque se arrepintió.
-¿No pensó que podría afectarte a ti?
-No lo sé pero aún así, supongo que estaba desesperado.
En ese momento, alguien tocó en la puerta y luego se abrió, era Gabriella.
-Milady, la fiesta comenzará pronto y he venido para saber si quería darse un baño antes de ponerse el vestido para la fiesta.
-Sí, me encantará darme un buen baño, gracias Gabriella.
La joven salió de la habitación y cerró la puerta.
-¿Y qué pensáis hacer?
-Esta noche llevaré el collar mientras lord JOSEPH ve las reacciones de los invitados. Cree que mi padre apostó ese collar con alguien de alta cuna que está haciendo un trabajo muy bueno al atacarme. Alguien que me conoce bastante.
-¿Y si te ataca sin que nadie lo vea? Amiga, temo por tu seguridad.
-Lo sé, Cathy, pero estaré cerca de lord JOSEPH.
-Si pudiera ayudarte de alguna forma…
-No te preocupes por nada, lo que deberías hacer es buscarte un marido y dejarte del flirtear con tantos hombres.
-Hablando de hombres, en la fiesta que hice en mi casa, vino un hombre que, por Dios, era un incordio, ni se dignó a hablar y me dejó con la palabra en la boca ¿te lo puedes creer?
“TN” arqueó sus finas cejas, sorprendida.
-¿Un hombre que te dejó con la palabra en la boca? Ningún hombre se ha resistido a tu hermosura.
-Pues este sí.
-¿Y cómo era?
-La verdad, amiga, era el hombre más bello que he visto en mi vida. Lo que me parecía extraño es que se daba un aire a ti, como si fuerais parientes, tenía algo, no sé… me produjo una sensación extraña.
-¿A mí? Yo no tengo más familia que mi tía Julie y tú lo sabes.
-Ya lo sé pero fue algo que aún no logro explicarme. De todas formas, si da la casualidad de que lo vemos esta noche te aviso ¿de acuerdo?
-Vale.
En ese momento entraron unos criados con una bañera y la colocaron junto al hogar. Luego poco a poco fueron trayendo cubos con agua caliente y lo echaron en la bañera.
-Amiga, te dejo para que puedas bañarte en paz.
-Nos vemos en un rato.
Catherine salió de la habitación. Entonces, “TN” se desvistió y se metió en la bañera. Un suspiro de satisfacción escapó de sus labios al notar el agua caliente sobre su piel. Lentamente se hundió para mojarse el cabello. Cogió el jaboncillo de rosas que le habían dejado en una mesilla al lado y se lavó con ella cada parte de su cuerpo.
Volvió a hundirse en el agua cuando oyó que tocaban en al puerta. Sacó la cabeza y miró hacia allí.
-¿Quién es?- preguntó ella.
-Soy JOSEPH ¿puedo entrar?
La chica, sorprendida, se levantó para cubrirse con la toalla. Se acercó a la puerta y la abrió lo suficiente para asomar la cabeza.
-¿Quería algo, lord JOSEPH?
Él la miró. Estaba preciosa con el pelo mojado y las mejillas sonrosadas por el vapor del agua. Un delicioso olor a rosas inundó sus fosas nasales y esta visión le provocó una nueva erección que tiraba con fuerza de sus calzones.
-Mejor vuelvo después, te estás bañando.
-Si es urgente puede decírmelo.
-No es nada importante, te lo diré en la fiesta.
-De acuerdo.
“TN” cerró la puerta y se secó ya que el agua se había enfriado. Llamó a Gabriella y cuando esta entró fue directa al armario para sacarle el vestido de fiesta verde de cinturilla alta amarrado con un lazo de raso justo debajo del pecho. Se puso los zapatos de piel de cabritilla a juego. Gabriella le peinó su sedosa melena y se la recogió en un moño de estilo griego con lazos de raso verde entretejido entre los rizos. “TN” cogió de su joyero el collar de esmeraldas y se lo puso.
Las esmeraldas le daban un brillo especial a su piel blanca. Buscó unos pendientes a juego pero no tenía así que se maquilló un poco y salió de la habitación.
Bajó las escaleras y entró en el salón. JOSEPH al verla, se acercó a ella, elegantemente ataviado de azul marino, chaleco plateado y camisa blanca como la nieve.
-Lady “TN”, al fin aparece, está hermosa.
-Gracias, lord JOSEPH. Por cierto ¿qué era lo que quería decirme?
-Bueno, más bien lo que quería era darte esto.
JOSEPH sacó de un bolsillo de su chaqueta azul marino, una cajita de terciopelo rojo y se la entregó. “TN” la abrió y descubrió en su interior unos hermosos pendientes de esmeraldas. Ella lo miró, sorprendida.
-¡Lord JOSEPH! Estos pendientes son muy caros, no puedo aceptarlos.
-Tómalos como un regalo.
-Pero…
-Mejor póntelos.
-Gracias- dijo ella.
“TN” sacó los pendientes y se los puso. Luego, ambos fueron a saludar a todos los invitados. Julie también había acudido a la fiesta, al igual que lord Vardon y lord Jeffries, los mejores amigos del padre de “TN”. La pareja los saludó y se pusieron a hablar con ellos.
Catherine recorrió el salón con la mirada. Buscaba al hombre de la otra fiesta pero no lo vio por ningún lado. Tenía que encontrarlo y saber de él. La curiosidad la mataba. ¿Quién era ese hombre? ¿Estaría buscando una esposa? ¿De quién sería familia? ¿Por qué se parecía tanto a su mejor amiga?
Al no verlo en el salón fue al jardín a dar un paseo bajo la luz de la luna. Oyó un ruido entre las sombras y miró a su alrededor pero no vio a nadie. Entonces, NICK salió de la casa en su busca.
-Lady Catherine. La estaba buscando.
-NICK, como te vi ocupado preferí dar un paseo.
-Ahora tengo todo el tiempo del mundo para ti, querida.
NICK le tendió el brazo y ella apoyó su mano en él, luego, ambos entraron en la mansión para bailar.
CAPITULO 14
¿Quién era ese hombre? ¿Por qué tanta confianza con esa mujer? No podía sacársela de la cabeza desde que la vio la semana anterior. Los sueños de ella desnuda en su lecho, debajo de él lo torturaban cada noche hasta provocarle una dolorosa erección.
Y ahora la veía con otro hombre.
-Maldición, Depredador, tú no eres así, eres un mercenario y tu misión es atrapar a la morena, a la amiga de esa hermosa mujer.
El Depredador salió de entre las sombras y se acercó a la ventana para observar el interior, allí estaba ella bailando con ese tal NICK. Luego su atención se centró en “TN” hasta que oyó una voz detrás de él.
-Tiene el collar puesto.
-¿Lo que usted quiere es ese collar?
-Sí, aunque ella también me interesa.
-Eso quiere decir que tengo que secuestrarla.
-Exactamente.
-¿Cuánto pagará por eso?
-No voy a pagarte más.
-Si no me paga, dé el trabajo por zanjado y se queda sin la chica y sin el collar.
-De acuerdo- dijo el noble resignado- te daré otra bolsa de dinero.
-Dos.
-Vale, serán dos. Espero que lo consigas esta vez.
-Lo conseguiré.
El noble volvió dentro y el Depredador se quedó solo. Después se fue al hostal donde se estaba quedando, atacaría por la mañana.
-JOSEPH, me estoy asfixiando- dijo “TN” algo pálida al verse rodeada de gente.
JOSEPH la cogió por un brazo y la sacó rápidamente del salón.
-¿Te sientes mejor?- le preguntó una vez fuera, en el recibidor.
-No, necesito salir al jardín.
Él la acompañó fuera y “TN” aspiró profundamente mientras recuperaba su color habitual poco a poco.
-¿Qué tal ahora?
-Mejor… gracias por sacarme de ahí- dijo ella mostrando una sonrisa tímida.
-Demos un paseo, te sentará bien.
“TN” asintió y se pusieron a andar por el jardín.
-¿Puedo preguntarte algo?- le preguntó JOSEPH.
-Claro.
-¿A qué se debe ese miedo por los sitios cerrados y las aglomeraciones? ¿Qué te pasó para que tengas ese miedo?
-Este miedo me viene de pequeña. Cuando cumplí los siete años, mi tía me llevó a su casa de campo. Ese día, según llegué, salí a dar un paseo por el bosque hasta que llegué a un pozo. Ilusa yo, me asomé y caí dentro. Estuve allí cerca de dos días. Fue insoportable, pensé que las paredes se me caían encima. De ahí viene la cicatriz que tengo en la pierna y la de la espalda.
-Ya veo, debiste de pasarlo muy mal.
-No sabes cuanto, llegué a pensar que no me encontrarían nunca pero ¿y tú? ¿Tienes algún miedo?
JOSEPH miró el horizonte pensativo.
-Bueno, pues la verdad no sé, que yo sepa no tengo ninguno.
-No sabes la suerte que tienes…
-Tiene que haber alguna forma de que lo superes.
-No creo.
Ambos siguieron andando hasta que él se detuvo. Ella lo miró y entonces él la atrajo hacia sí. JOSEPH la miró a los ojos y posó sus labios en los de “TN”. Un beso apasionado y con furia pero tan dulce a la vez que ella perdió la noción del tiempo y del espacio. En ese momento sólo existían ellos dos.
JOSEPH actuó con posesión sobre ella, su deseo se desbocaba al igual que la tirantez de sus pantalones. Necesitaba poseerla ya que estaba perdiendo el control de sí mismo.
Procedió a poseerle con totalidad su boca, obligándola con la lengua a entreabrir los labios, hasta que ella, sumisa, los abrió para que JOSEPH explorara y saboreara su interior. Un calor bajó desde su vientre hasta la zona oculta entre sus muslos lo que le produjo una alteración en todas sus terminaciones nerviosas y notó que su feminidad palpitaba con tal fuerza que le dolía. También notó como sus pezones se endurecían y le tensaban la zona del vestido que los ocultaba.
Las hábiles manos de JOSEPH acabaron acunando los pechos y con sus pulgares jugaba con los pezones a través de la tela. “TN” se arqueó para recibir más de esas caricias expertas. El bulto de los pantalones de JOSEPH le tocaba el vientre y provocó un intenso estremecimiento. De los pechos, las hábiles manos de él pasaron a la espalda para bajar lentamente y abarcar luego las nalgas de ella mientras le besaba el cuello con intensidad mientras “TN” enredaba sus dedos en los suaves rizos de él.
-Te deseo, “TN”, te deseo tanto que me duele- dijo él en un ronco susurro.
Ella sin saber por qué hizo la cabeza hacia atrás para que él pudiera acceder mejor a su cuello y dijo:
-Oh, JOSEPH …
-Dime que me deseas tú también.
“TN” no tenía capacidad para pensar en ese momento y le hizo caso.
-Te deseo, JOSEPH.
Estas palabras fueron la mecha que prendió la llama de la pasión y JOSEPH la arrastró hasta apoyarla contra un árbol sin dejar de besarla para luego tocarla sin piedad por todo el cuerpo.
Sabía que tenía que controlarse, no podía arrebatarle la inocencia a “TN” así, en un jardín apoyada en un árbol y bajo un falso compromiso. Sus manos estaban subiendo la falda del vestido cuando se oyó un gran estruendo y los gritos de varias damas en el interior de la mansión.
JOSEPH y “TN” se separaron y miraron la casa. Entonces, él la cogió de la mano y entraron en la casa, donde todos los invitados se encontraban en el recibidor.
-¡”TN”! ¿Dónde estás?- se oía la voz preocupada de Julie.
“TN” miró a JOSEPH y luego dijo:
-¡Aquí estoy!
Julie se acercó con cara de preocupación y la abrazó.
-Menos mal que estás bien.
-¿Qué pasó?
-La lámpara de araña del salón cayó del techo, creemos que ha cogido a alguien pero no sabemos a quién.
-Señora Brockway, ¿ha visto a mi hermano?- preguntó JOSEPH.
-No, no lo he visto desde el comienzo de la fiesta.
-¡Maldición!
JOSEPH entró en el salón y miró hacia el lugar donde cayó la lámpara, allí encontró a NICK en el suelo con un pie atrapado por la lámpara, Catherine estaba a su lado. Estaba muy pálida y parecía a punto de desmayarse. Unos lacayos con la librea azul y dorada de la familia Avery estaban intentando apartar la lámpara.
-NICK…- susurró Catherine.
-¡”TN”! ¡Entra!- gritó JOSEPH ayudando a los lacayos.
La joven entró y vio a su amiga, luego miró a JOSEPH, este señaló con la cabeza a Catherine y ella supo enseguida lo que tenía que hacer.
-Cathy, salgamos de aquí, necesitas tomar un poco de aire y un té- dijo cogiéndola por el brazo.
Catherine conmocionada se dejó guiar por su mejor amiga hasta que salieron de la sala.
-Venga, NICK, aguanta un poco- le dijo JOSEPH.
-Vaya ánimos- dijo NICK aguantando el dolor de la pierna.
Finalmente, le quitaron la lámpara de encima y JOSEPH ayudó a levantar a su hermano.
-Avisad al doctor y llevadle a la habitación donde se aloja mi hermano- dijo JOSEPH a los lacayos.
-Estos asintieron y salieron de allí mientras JOSEPH llevaba a NICK a sus aposentos.
“TN” y Catherine estaban en un pequeño saloncito llamado el Salón Verde, que como su propio nombre indicaba estaba decorada con todos los tonos posibles de verde que existen.
Allí, una sirvienta había llevado un carrito con el té y “TN” sirvió dos tazas, para luego servirle una a su amiga que no dejaba de temblar.
-Ya está, Cathy, ya pasó todo, anda, tómate este té, te sentará bien.
-Iba a caer encima de mí- dijo Catherine a punto de llorar- él me empujó y le cayó encima.
-Cathy, se pondrá bien, de verdad.
-Pero estaba atrapado… su pierna estaba atrapada y no podía sacarla.
A Catherine le temblaban tanto las manos que desparramó un poco de té en el platillo donde reposaba la taza. “TN” se sentó a su lado y le quitó el platillo, lo depositó encima de la bandeja, luego abrazó a su amiga. Ésta lloró amargamente.
El miedo se había apoderado de su amiga pero “TN” no podía apartar el pensamiento que bullía en su cabeza. ¿Sería casualidad la caída de la lámpara o estaba destinada a ella misma?
Una cosa estaba clara, si no era casualidad, estaba segura de que era para ella y no para su mejor amiga, aún así, no dijo nada y se dispuso a consolar a su amiga.
-Amiga, vamos a verle…- dijo Catherine de repente.
-Será mejor que lo veamos mañana, necesitas descansar, ha sido una noche muy movida.
Catherine por fin se había fijado en el rostro de su amiga, tenía los labios hinchados, el pelo desordenado y un ligero rubor cubría sus mejillas. Logró mostrar una sonrisa sincera.
-Veo que no ha sido movida solo por lo de NICK…- dijo Catherine limpiándose las lágrimas.
“TN” se ruborizó más de lo que estaba. No se había dado cuenta de su aspecto hasta que se vio en el reflejo de la ventana que tenía cerca. Rápidamente se pasó las manos por los cabellos y miró al suelo, avergonzada.
Catherine la obligó a mirarla y dijo en tono solemne.
-No sientas vergüenza, querida, te has besado con un hombre ¿y qué?
-Hay problema, amiga.
-¿Qué problema puede haber en un simple beso?
-Que el deseo que siento hacia él es mucho más fuerte que un simple beso, he estado a punto de dejarme llevar y casi hacemos el amor en el jardín.
-No me lo puedo creer- dijo Catherine más que asombrada- pero ¿cómo…?
-Ay, amiga, no podía controlarlo ni controlarme, solo quería que me tocara más y que saciara el ardor que sentía en mi interior. Lo necesitaba.
-Pero, “TN”, sabes que si haces el amor con él, se vería en la obligación de casarse contigo y en el caso de que te abandonara, no podrías buscarte un marido. ¡Podría dejarte embarazada!
-Lo sé, sé que no puede suceder pero yo quiero estar con él, no con otro hombre. Si me caso con otro seré desgraciada porque sé que podía haber estado con JOSEPH mientras que a mi marido no lo querría y lo compararía con él.
-Ya pero piensa primero lo que haces, ¿por qué no hablas con él?
-¿Hablar con él?
-Claro, dile lo que sientes.
-No, Cathy, él no me querría, lo máximo que podría hacer por él sería darle un heredero y nada más, yo quiero casarme por amor.
-Otra vez con eso, no todas las historias deben acabar bien y lo sabes… anda, vayamos a acostarnos, ha sido un día muy largo.
-Sí, vamos.
Ambas se levantaron del sillón y se fueron a sus aposentos.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 15
El doctor salió de la habitación de NICK dejando a este y a su hermano, solos. NICK tenía el pie derecho vendado y reposaba sobre algunos cojines. JOSEPH, entonces se sentó a su lado.
- JOSEPH, puedes irte, voy a estar bien.
-No tengo sueño, NICK.
-Qué raro…- murmuró sarcásticamente- ¿qué es ahora? Mi pierna seguro que no es…
-¿Cómo no va a ser tu pierna? Esa lámpara podría haberte matado…
-Pero no lo hizo, estoy vivito y coleando.
-¿Sabes que podrías quedarte cojo de por vida?
-Eso sí que son ánimos, ¿sabes la cantidad de damas que me visitarán ahora que estoy aquí con una herida de guerra?
JOSEPH enarcó una ceja.
-¿Herida de guerra?
-Claro, he salvado a lady Catherine de haber muerto por una lámpara. He salvado a una damisela en apuros.
-Ya veo ya.
JOSEPH se masajeó las sienes con los dedos, estaba muy cansado y desde que entraron en el salón, no volvió a ver más a “TN”. Sabía que estaba con Catherine Rowling pero aún así, no quería perderla de vista ni un segundo.
-¿Qué te pasa ahora?
-Nada, NICK…
-A mí no me engañas, ¿qué pasó con lady “TN”?
-He estado a punto de robarle la inocencia…
NICK lo miró sorprendido, nunca había visto a su hermano tan atormentado por la presencia de una mujer. Siempre había sido un hombre con entereza, difícil de sacarlo fuera de sí. Un hombre firme como un castillo pero ahora, con la presencia de “TN” se estaba desmoronando poco a poco.
-¿Sabes el riesgo que corres si la desfloras?
-Claro que lo sé.
-Pues ten cuidado, amigo mío…
-Tú menos que nadie debes darme consejos, que cualquier día me viene una de estas damas diciéndome que la has dejado embarazada.
-No digas eso ni en broma, además, nunca me he acostado con ninguna de ellas…
-De todas formas. Pero bueno, mejor descansa.
-Tú también.
JOSEPH se levantó y se dirigió a la puerta, antes de salir respondió:
-Eso espero.
Dicho esto, salió y cerró la puerta. JOSEPH se dirigía a su habitación pero al ver la puerta de “TN” se acercó para ver si ella volvía a hablar en sueños. Pegó la oreja a la puerta y no oyó nada.
Puesto que no oyó nada, se metió en su habitación y sin cambiarse se acostó en la cama con las manos bajo la nuca y se puso a mirar al techo.
Se estaba volviendo loco de deseo por “TN” pero aún así no podía robarle la inocencia de esa manera. Era un falso compromiso y debía llegar virgen al matrimonio.
Al pensar en verla con otro hombre sintió una punzada de celos que era poco frecuente en él. Pero sabía que él no era para ella, él era un libertino y ella buscaba un esposo fiel. Él nunca sería ese hombre porque veía una falda y ya iba tras ella a pesar de aparentar otra cosa.
No. Lo mejor era dejar las cosas como estaban y olvidarse del deseo.
“TN” no podía dormir. No hacía más que dar vueltas en la cama pensando en lo que estuvo a punto de pasar en el jardín.
Él la deseaba.
Notaba la tensión de él cuando lo tocaba y también había notado el bulto de sus pantalones en el vientre. Aunque el deseo corriera por sus venas, no podría entregarse a él. Destrozaría su vida y nunca tendría un marido, también corría el riesgo de quedar embarazada.
Un bebé de JOSEPH, con sus ojos verdes y su boca tan seductora.
No. No debía hacerse ilusiones, tenía que obligarse a no pensar en eso o desearía con todas sus fuerzas acudir al lecho de JOSEPH.
Debía conservar su virginidad para su futuro marido. Un marido que no sería JOSEPH. Él no la quería como ella lo quiere a él. Él era un hombre que iba detrás de cualquier falda.
Los celos se apoderaron de ella al imaginárselo con otras mujeres.
La joven miró a través de la ventana y de repente se desató una tormenta con estruendosos truenos y relámpagos. Uno de ellos iluminó toda la habitación y vio una sombra en la ventana.
“TN” asustada gritó con fuerza y se levantó de la cama para coger el atizador que estaba junto a la chimenea.
-¿Quién anda ahí?- gritó ella con el atizador en la mano.
La puerta se abrió en ese momento y fue a golpear al intruso con el atizador cuando vio que era JOSEPH.
-“TN”, ¿qué pasa?
-He visto algo en la ventana…- dijo ella temblando de miedo.
JOSEPH se acercó con la lámpara de aceite de ballena a la ventana pero no vio nada.
-Aquí no hay nada.
“TN” soltó el atizador y se quedó de rodillas en el suelo comenzando a llorar.
-Me estoy volviendo loca… no puedo soportarlo más.
JOSEPH se acercó a ella y la cogió por los brazos para incorporarla.
-No te estás volviendo loca, es el miedo que se apodera de ti y es normal.
-Oh lord JOSEPH, ¿qué puedo hacer? No quiero vivir con temor toda mi vida, quiero poder vivir en paz, casarme y tener hijos como toda mujer desea, no vivir de este modo con el miedo atenazando mi cuerpo y en peligro constante.
JOSEPH la abrazó pero no con deseo sino con cariño. Una idea surgió en su mente pero era muy arriesgado. Quería protegerla pero no dañar su reputación.
-Intenta descansar.
-No puedo, la caída de aquella lámpara no era casualidad, era un nuevo ataque contra mí, lo sé, algo me dice que es así.
-No pienses eso, “TN”. Lo que debes hacer es relajarte, además, como bien viste ninguna persona reaccionó mal ante el collar.
“TN” lo miró con los ojos brillantes por las lágrimas.
-Lo siento, me estoy comportando como una niña- dijo mientras se limpiaba las lágrimas y se separaba de él.
Él la siguió con la mirada hasta que la vio sentarse en la cama.
-Descansa, lo necesitas.
-Sí, quizás tengas razón.
-Buenas noches, “TN”- dijo JOSEPH acercándose a la puerta para salir.
-Buenas noches- dijo ella y suspiró.
Se había quedado profundamente dormida al fin. JOSEPH salió con cuidado de no hacer ruido y volvió a su habitación.
A la mañana siguiente, “TN” se despertó temprano pero se quedó acostada hasta que vino Gabriella. Ésta la ayudó a vestirse con un precioso vestido mañanero color amarillo claro de cinturilla alta y acabado en encajes en las mangas cortas.
Se sentó ente el tocador y se puso dos peinetas de concha a cada lado para despejarse la cara y el pelo le caía en cascada por la espalda. Cuando estuvo lista bajó a desayunar.
El comedor era amplio, dispuesta con una larga mesa en el centro y una gran cantidad de sillas donde ya estaban casi todos los invitados desayunando. “TN” buscó a JOSEPH con la mirada y se sentó a su lado.
-Buenos días- dijo JOSEPH.
-Buenos días, lord JOSEPH.
-¿Logró conciliar el sueño anoche?
-Sí… gracias por preguntar.
-¿Le pasa algo?
-Tengo un mal presentimiento.
-No se preocupe por nada, yo la estoy protegiendo.
-Sí pero los hombres os iréis de caza ahora cuando terminéis de desayunar.
-Si me pide que me quede lo haré.
“TN” bajó la mirada ruborizada.
-No quiero estropearle la salida, además, quiero visitar a su hermano.
-¿Está segura?
-Sí, de verdad, vaya y disfrute de la cacería.
-De acuerdo pero vendré más temprano que los demás ¿le parece?
-Está bien.
-Ahora desayune que está un poco pálida.
-Sí.
La joven desayunó y luego con Catherine fueron a ver a NICK. Tocaron en la puerta de la habitación de él.
-Adelante.
Las dos jóvenes entraron y se encontraron a NICK que estaba tendido en la cama.
-Oh NICK- Catherine se acercó a él y le cogió la mano- cuanto lo siento, de verdad.
-Lady Catherine- dijo NICK- no se preocupe por nada.
-Pero se ha hecho daño en la pierna por mí, por salvarme.
-Tranquila, además no podía dejar que esa lámpara la matara.
-Muchas gracias.
-De nada.
“TN” entonces se acercó a la cama.
-¿Cómo te encuentras?- preguntó ella.
-Bien, me duele un poco pero se puede soportar.
-¿Cabe la posibilidad de que…?
-¿De que quede cojo? Hay muchas probabilidades pero a lo mejor con un buen reposo me recupero y quedo bien.
-Espero que te recuperes bien.
-Gracias.
Después de un rato, las dos fueron al jardín. Allí estaban casi todas las mujeres tomando el aire y charlando sin parar. Las dos se pusieron a caminar. De repente, se oyó un disparo y la bala rozó la espalda de “TN” la cual cayó al suelo mientras las demás damas gritaban asustadas.
-¡”TN”!- gritó Catherine arrodillándose al lado de su amiga.
Esta tenía una mancha de sangre en la espalda. Catherine le puso las manos en la herida.
-Cathy…- dijo “TN” mordiéndose el labio inferior para aguantar el dolor.
-Tranquila, amiga, ¡avisad al médico! ¡Rápido!
Unos lacayos que había cerca salieron corriendo.
CAPITULO 16
Los lacayos llegaron a la salida y se encontraron con lord JOSEPH que se bajaba del caballo.
-Señor, ¿los señores se encuentran muy lejos?- preguntó uno de los lacayos algo menudo de estatura con el pelo rubio y los ojos grises.
-Un poco ¿por qué?
-Porque tiene que venir el doctor, una de las señoritas ha recibido un disparo.
JOSEPH lo miró y lo cogió por la librea.
-¿Dónde está?
-En el jardín, señor.
Sin darle tiempo a más, JOSEPH corrió hacia donde estaban todas las mujeres y vio a “TN” tendida en el suelo con Catherine a su lado.
-¡”TN”!- JOSEPH se acercó y se arrodilló.
- JOSEPH …
-Tranquila, ya han ido a buscar al doctor.
JOSEPH le miró la herida.
-¿Están muy lejos? Quiero decir, los hombres- preguntó Catherine preocupada y con las manos llenas de sangre.
-Un poco pero vendrán enseguida, aguanta “TN”.
-Llevadla a sus aposentos- dijo la señora Avery.
-Tiene razón, no quiero seguir viendo un espectáculo semejante- corroboró Isabella Greyson con cara de asco.
JOSEPH cogió a “TN” en brazos y la llevó a su habitación.
-Lo siento, “TN”, no tuve que haberme ido, perdóname.
“TN” tenía los ojos cerrados y no contestaba. Al llegar, la tendió de lado y tapó la herida con las manos hasta que el médico vino. Tuvieron que romperle el vestido y bajarle la camisola para curarle la herida. JOSEPH pudo ver la cicatriz que ella le había dicho. Ahora se le quedaría otra por culpa de esa herida.
-¿Es muy grave, doctor?
-No, por suerte ha sido una herida superficial.
-Entonces se pondrá bien.
-Sí.
-Pero entonces ¿por qué está inconsciente?
-Debido al impacto pero se recuperará.
El doctor la curó y luego se fue, no sin antes decirle que se pasaría por ahí más tarde. Al momento, “TN” abrió los ojos. Intentó girarse pero el dolor atenazaba su espalda.
-¿Qué… me ha… pasado?- preguntó casi en un susurro.
-“TN”, al fin despiertas.
-Me duele mucho… la espalda.
-Lo sé, recibiste un disparo pero por suerte solo te rozó- ambos permanecieron en silencio durante un rato, luego él dijo- lo siento, “TN”, de verdad que lo siento.
Julie entró en ese momento con una bandeja de té.
-Mi querida “TN”, menos mal que estás bien- dijo su tía.
-Gracias… tía.
-¿Te duele mucho?- preguntó sentándose a su lado.
-Sí… me duele.
-Bueno pero te pondrás bien y eso es lo que importa.
JOSEPH miró a “TN” y sintió una punzada de culpabilidad por lo del disparo y una idea surgió en su mente, así podría reparar el daño que había hecho dejándola sola y sin vigilancia.
-Señora Brockway, ahora que está aquí quiero que me dé su permiso para casarme con lady “TN”.
“TN” y Julie lo miraron. “TN” se incorporó un poco pero su tía la obligó a tenderse de nuevo al ver la mueca de dolor en la cara de su sobrina.
-¿Qué? Pero lord JOSEPH, nuestro compromiso es falso- dijo la joven.
-Ya lo sé pero me siento responsable de lo que le ha pasado y necesita protección. La gente empieza a especular sobre nuestra relación. No han visto un anillo y ya hay rumores de embarazo, incluso.
“TN” miró a su tía, sorprendida. No podía ser que la gente rumoreara esas cosas sobre ella.
-Lord “TN” dice la verdad- dijo Julie como si hubiera leído el pensamiento de su sobrina- yo he detenido algunos rumores pero no todos.
-¡Oh Dios mío! Esto no puede estar pasando…
-Es la verdad, querida…- dijo Julie.
-Lady “TN”- dijo JOSEPH cogiéndole la mano- la mejor manera de acallar los rumores es que nos casemos.
-Pero, esto era un falso compromiso…- dijo “TN” con la mirada perdida.
-Lo sé pero es la mejor solución porque si rompemos el compromiso pondremos en entredicho su virtud y así no conseguirá un marido.
“TN” estuvo un rato callada y luego miró a su tía esperando una respuesta.
-Tía, tú tienes la decisión…
-Lord JOSEPH, tiene mi permiso para casarse con mi sobrina.
-Bien- dijo JOSEPH - enviaré una carta al Ministerio para obtener un permiso especial y casarnos cuanto antes- si me disculpan.
Julie asintió y JOSEPH salió de la habitación. “TN” miró a su tía.
-Cariño, sé que no va a ser lo que planeaste pero es la mejor solución.
-Tía Julie, me caso con el hombre al que quiero pero él a mí no- dijo “TN” tras un suspiro resignado.
-¿Te has enamorado de él?
-Desde siempre lo he estado. Soñaba con casarme con él pero no de este modo.
-Oh cariño… no te preocupes, es posible que algún día él se enamore de ti.
-Eso es imposible, es un libertino.
-Vamos, anímate, querida. ¡Te vas a casar! Siempre habías soñado con tu boda. Podemos organizar alguna fiesta.
-Por favor, tía, quiero descansar un poco si no te importa- la cortó “TN”.
De acuerdo- dijo Julie dándose cuenta de que su sobrina no quería hablar del tema- descansa.
-Sí.
Dicho esto, Julie salió de la instancia dejándola a solas con sus pensamientos. Pronto sería una mujer casada. La señora JONAS, esposa de JOSEPH JONAS. Sus sueños se hacían realidad pero no como ella había soñado. Se casaban por el compromiso de protegerla de los que quieren el collar y acallar también los rumores que corrían sobre ellos.
Una idea la alarmó sobremanera. ¿Qué sucedería la noche de bodas? Ella había oído algo relacionado con ella pero aún no se veía preparada para eso. ¿Y si luego se quedaba embarazada? Esta boda era solo un acuerdo breve y no podía quedarse encinta o de lo contrario ella ya no podría separarse de él una vez acabe el peligro que pesaba sobre ella.
Todo esto se le escapaba de las manos y de su entendimiento. JOSEPH nunca sería feliz con ella y se buscaría una amante para satisfacer sus instintos más bajos. Este pensamiento le provocó un fuerte dolor en el corazón y una punzada de celos.
Ahora lo que importaba era casarse con él y evitar por todos los medios quedar embarazada.
Con todos esos pensamientos se quedó dormida.
JOSEPH escribió la carta y se la dio a un lacayo para que la llevara a Londres.
No podía dejar de pensar en la cara de asombro de “TN” cuando le dijo a Julie Brockway que aceptara que su sobrina se casara con él. Era del todo inapropiado teniendo en cuenta lo libertino que era. ¡Maldita sea! Desde que ella estaba en su casa no había vuelto a acudir a un burdel en busca de una mujer para satisfacer sus deseos y las ganas de satisfacerlos no era pocas.
Se dirigió a la licorera que tenía el señor Avery en su despacho y se sirvió una copa de brandy. Se asomó a la ventana del despacho con la copa en la mano. Todo lo ocurrido había sido muy precipitado pero si las sospechas de “TN” eran ciertas, entonces hubo dos ataques contra ella en Avery Hall en dos días seguidos.
Nunca entró en sus planes llevar a cabo la boda con ella pero se vio en la obligación de hacerlo puesto que no solo quería protegerla de cualquier peligro sino también para acallar los malditos rumores que corrían sobre ellos por todo Londres.
Sabía que ella no deseaba ese matrimonio aunque llegara a pensar lo contrario con las reacciones de ella ante sus besos y sus caricias. Pero ahora sabía que era las sensaciones nuevas de una mujer virgen y que siempre soñaba con un matrimonio por amor y no para ser protegida de una amenaza constante. La causa de este acto no solo se refería a esos dos problemas, también estaba el hecho de que la deseaba hasta el dolor y no podía soportar estar cerca de ella sin tocarla, sin saborearla como lo hacía en sus sueños.
-Felicidades…- se oyó una voz detrás de él.
JOSEPH se giró y miró a la persona que se sentaba en uno de los sillones que habían repartidos por la amplia habitación.
-Isabella, ¿cómo te has enterado?
-Oí como se lo decía su tía a todos.
-Bueno, es normal, es su sobrina la futura novia.
Ambos permanecieron en silencio un momento y ella se levantó para acercarse.
-¿Por qué la elegiste a ella? Yo soy mucho más bella y lo sabes.
-Isabella, la boda no es sólo por la belleza de ella, ella es mi prometida y ahora será mi esposa.
-Pero me deseabas…- dijo ella pasando los brazos alrededor del cuello de él.
-Tú lo has dicho, te deseaba. Ya no.
-Por favor JOSEPH, no te cases con ella, yo te quiero.
-Pero yo a ti no, Isabella, lo siento.
JOSEPH se apartó de ella y apuró su copa de brandy.
-Sabes que puedo arruinar esa boda, puedo contar que me has estado seduciendo mientras estaba comprometido con “TN”.
-La gente sabe que será mentira porque eres una conspiradora.
Isabella lo miró incrédula.
-¿Yo? ¿No has pensado que a lo mejor es ella la conspiradora y no yo?
JOSEPH la cogió con fuerza por los brazos y la miró, furioso.
-No vuelvas a decir eso de ella ¿está claro?
Isabella lo fulminó con la mirada y se soltó.
-¿Por qué? ¿Estás enamorado de ella?
JOSEPH no contestó. En realidad no lo sabía. Lo que sabía era que la deseaba con locura y era la mujer más dulce que había conocido jamás. Una mujer que no se creía más de lo que era y sencilla pero a la vez muy hermosa. Una diosa pagana, eso era “TN” pero a pesar de todo eso, no podía estar enamorado de ella. La duda invadió su mente y su corazón que ahora se encontraba en disputa por saber si era real que la amaba o no.
-¡Dime! ¿Estás enamorado de ella? ¡Dímelo!- gritó ella enfadada.
-Estás formando un escándalo, Isabella.
-¡Me da igual! ¡Dímelo ya!
-¡Eso no te interesa! Ahora, vete.
Isabella dio un zapatazo en el suelo, enfadada y luego salió corriendo. JOSEPH suspiro y se sirvió otra copa de brandy, aún con la pregunta que había formulado Isabella en su mente.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 17
El Depredador corrió hasta el bosque con su caballo y llegó a un lago donde se reuniría con el hombre que lo había contratado. Se bajó del caballo y lo acercó al lago para que bebiera agua.
Al momento, apareció el noble montado en su caballo.
-Al fin aparece- dijo el Depredador.
-No me metas prisas, yo mando sobre ti, te lo recuerdo- dijo el hombre.
-Perdone, mi señor- dijo el Depredador irónico.
-Tú disparaste a la chica ¿verdad?
-Sí pero no pretendía matarla por eso apunté de manera que sólo la rozara.
-Muy bien porque yo intenté que le cayera la lámpara del salón de baile pero no estaba cuando cayó y casi le cae a la amiga encima. Bueno, también podría deshacerme de ella, no la soporto.
El Depredador lo miró y lo cogió por la levita con furia.
-¿Cómo ha dicho?
-Tranquilo, hombre.
-¿Tranquilo? Estuvo a punto de matar a otra mujer ¿y me dice que esté tranquilo?
-¿Tú no matas a gente por dinero?
-Sí pero solo mato a esa persona y no a una persona inocente. No la vuelva tocar o yo me encargaré de matarlo a usted.
-Ni que te hubieses fijado en la mujer…
-Me da igual lo que piense pero no la toque.
-De acuerdo. ¿Tienes algún plan para atrapar a la otra?
-Estoy pensándolo.
-Siempre me dices lo mismo ¿no será una excusa?
-No son excusas, espero que no toque a la mujer. Ahora me tengo que ir- dijo soltándolo finalmente.
-Seguiremos comunicados.
-De acuerdo.
El Depredador se montó en su caballo y se marchó al galope. Luego, el noble al verlo desaparecer, hizo lo mismo.
El domingo llegó sin incidentes y JOSEPH no se separaba de “TN”. La joven que ya no aguantaba más se levantó.
-“TN”, ¿qué haces?
-No puedo estar acostada, necesito moverme un poco.
-La herida aún está abierta.
- JOSEPH, no puedo permanecer acostada ¿o si no cómo me iré de aquí hoy?
-Te hubiera llevado en brazos.
“TN” abrió los ojos desmesuradamente.
- JOSEPH, eso no sería adecuado y lo sabes.
-No entiendo por qué, vas a ser mi esposa.
Una esposa que no deseas, pensó ella.
-De todas maneras… ¿quieres dar más credibilidad a los rumores?
-Que les zurzan a los rumores que inventa la gente aburrida que no tiene nada que hacer.
-Hay que preparar el equipaje para irnos.
-De eso se puede encargar Gabriella.
-Sí pero hace un rato que no la veo.
-Pues debería estar aquí- dijo JOSEPH ceñudo.
-La veía un poco triste cuando me trajo el desayuno.
-Supongo que vendrá ahora, venga, descansa un poco o se te abrirá la herida.
JOSEPH se acercó a ella y le cogió la mano para llevarla hasta la cama. “TN” lo miró y sintió una punzada en el corazón. Era amor puro, cosa que él nunca sentirá por ella y le dolió mucho pensarlo. Se acostó de nuevo en la cama.
-Iré a buscar a Gabriella para que prepare tu equipaje, tú descansa.
-De acuerdo…- dijo ella.
Entonces, JOSEPH salió de la habitación y bajó las escaleras en busca de Gabriella.
Gabriella estaba en el cuarto que le asignaron en la planta baja para la servidumbre. Estaba de rodillas con los brazos cruzados sobre la cama y la cabeza apoyada en ellos, llorando.
Se iban a casar y ella no podía hacer nada. El amor de su vida se casaría con esa mujer.
-Te odio, “TN” Lindsey, no sabes cuánto te odio- dijo Gabriella sin dejar de llorar.
De repente, alguien tocó en la puerta.
-¿Gabriella? ¿Estás ahí?
Era JOSEPH. Rápidamente se limpió las lágrimas y se acercó a la puerta.
-Enseguida abro- parpadeó varias veces y abrió la puerta- ¿deseaba algo, señor?
-Sí, ve a preparar el equipaje de lady “TN”. Nos iremos en cuanto esté todo listo ¿entendido?
-Sí, señor, enseguida voy.
-Bien- él se fijó en los ojos enrojecidos de la chica- ¿te encuentras bien?
-Sí, sólo es un pequeño resfriado que tengo.
-¿Segura?
-Sí, señor.
-De acuerdo.
JOSEPH, entonces, se fue. Gabriella lo miró fijamente. No iba a dejar que lady “TN” se saliera con la suya, haría lo que hiciera falta para separarlos o por lo menos que ella se ganara el odio de él.
Después de eso, ella salió de la habitación y fue a la de “TN” a preparar el equipaje.
Cuando todo estuvo listo, todos se subieron en el carruaje y pusieron rumbo a la mansión de JOSEPH.
Pasaron unos días y llegó el día de la ceremonia. “TN” se encontraba en su habitación, vestida de novia con un vestido blanco con ribetes celestes y un lazo debajo del pecho del mismo color. El pelo lo tenía recogido en un moño de estilo griego con lazos entre los rizos iguales que el vestido.
Se miraba en el espejo de cuerpo entero y aún no podía creer que iba a ser la señora JONAS. Que sería una mujer casada con un hombre que no la amaba. Se casaban por compromiso, por protegerla del peligro en el que se encontraba.
Con esos pensamientos, casi no oyó que tocaban en la puerta. Al darse cuenta, dejó de mirarse y se acercó a la puerta para abrirla. Era su tía Julie.
-Cariño, todos te estamos esperando abajo.
-Enseguida bajo, tía- dijo la joven con tristeza.
Su tía al verla tan afligida, entró y la abrazó.
-Todo va a salir bien, querida, se enamorará de ti y te amará como nunca nadie lo había hecho antes.
-Tía, se casa conmigo pero nos divorciaremos cuando todo el peligro pase…
-Eso no lo sabes, “TN”, nunca adelantes acontecimientos.
-Tía… tengo miedo.
-Miedo ¿a qué?
-A lo que pueda pasar esta noche, a la noche de bodas.
-Si tú no quieres hacer algo, lord JOSEPH no te obligará, de eso estoy segura.
-Ya pero…- dijo la chica dudosa- bueno, olvídalo, tienes razón, si yo no quiero, él no me hará nada.
-Pues bajemos, entonces- dijo Julie.
-Yo bajo ahora, tengo que acicalarme un poco.
-De acuerdo pero no tardes y coge el ramo.
-Sí, ya voy.
Julie salió de la habitación y “TN” volvió a mirarse en el espejo, cogió el pequeño ramo que le había traído su tía, un precioso ramo de rosas rojas, y salió de la habitación.
Bajó las escaleras y entró en el salón, allí estaban, JOSEPH, el párroco, Julie, NICK, Catherine y el servicio. Mordiéndose el labio, entró y se acercó a JOSEPH quien la miró y le dijo:
-Estás preciosa.
“TN” mostró una leve sonrisa y miró al párroco. Fue una boda rápida que ella no pudo disfrutar en todo su esplendor, pronunció los votos como si repitiera una lección de historia.
Entonces, el cura pronunció las palabras que finalizaban la ceremonia.
-Por el poder que me ha sido concedido, yo os declaro, marido y mujer- luego miró a JOSEPH y dijo- puede besar a la novia.
JOSEPH miró a “TN” y le dio un casto beso en los labios y rápidamente se separó de ella. Firmaron los papeles y el párroco se fue no sin antes brindar con ellos por el matrimonio. Esa noche harían una cena especial y más adelante harían una fiesta por la boda.
-¿No estás contenta?- le preguntó JOSEPH mientras cenaban a “TN”.
-¿Acaso tengo que fingir estarlo? Todos sabemos que este matrimonio es una farsa.
-Aunque sea una farsa, creo que toda mujer sueña con su boda ¿no?
-Sí pero no una boda en estas condiciones…- “TN” cerró los ojos y luego los abrió- lo siento, milord, no es que me alegre de estar casada, es solo que hoy no estoy de humor.
-No me digas milord, llámame JOSEPH, recuerda que somos marido y mujer, “TN”.
La joven lo miró, su nombre sonaba tan bien en los labios de él que le arrancó un suspiro. Era su marido, debería estar contenta por el hecho pero se sentía desdichada. Por mucho que ella lo amara no podía negar que tarde o temprano tendría que separarse de él porque el peligro habría pasado y eso le dolería mucho.
- JOSEPH, no me encuentro bien, todo esto ha sido demasiado rápido y no me he recuperado de la impresión, ¿podrías excusarme ante nuestros invitados?
-¿Qué te pasa?
-Nada pero estoy cansada…
-Ya…- dijo JOSEPH con los ojos entrecerrados.
-Es la verdad, anoche no dormí y me siento muy cansada.
-Pues ve a nuestra habitación que yo voy ahora.
-¿Nuestra habitación?
-Claro, ahora somos marido y mujer y debemos dormir en la misma habitación.
-Pero…
-No me pongas excusas, querida, tenemos que aparentar ser un matrimonio feliz ante todo el mundo ¿o quieres que la servidumbre cuente a todo el mundo que nuestro matrimonio es un fracaso? Recuerda que hay alguien ahí fuera que pretende matarte.
“TN” permaneció callada durante un instante, luego suspiró y dijo:
-De acuerdo, iré a nuestra habitación.
-Es la mía.
Dicho eso, ella se levantó y se dirigió a la habitación de JOSEPH.
CAPITULO 18
“TN” entró en la habitación, miró a su alrededor, su baúl estaba delante de la cama. Una cama que recordaba perfectamente. La cama en la que durmió la primera noche que fue a esa mansión. Buscó su camisón y se cambió.
Antes de que ella apartara la colcha para acostarse, la puerta se abrió y apareció JOSEPH. Rápidamente, ella se metió en la cama y se tapó hasta el cuello a pesar de que su camisón ocultaba todas sus curvas.
Él se acercó lentamente y se puso por el lado donde ella estaba acostada, cosa que hizo a “TN” cambiarse de lugar y ponerse al otro lado.
-¿Me tienes miedo, “TN”?
-¿Miedo? No, ¿por qué?
-Porque huyes cuando me acerco a ti.
-Bueno, es que…
-¿Qué?
-Que sé lo que vas a hacer y no te lo pienso permitir…
JOSEPH sonrió y preguntó como si no lo supiera.
-¿Qué es lo que voy a hacer?
-Pretendes tener una noche de bodas y no lo consentiré. Esta boda sólo ha sido un trato, no tienes que hacer nada conmigo.
JOSEPH puso una rodilla en la cama, hundiéndola bajo su peso. “TN” abrió los ojos, sorprendida y se alejó un poco más. Él se acercó y ella se hizo más para atrás.
Estuvo apunto de caer pero él fue más rápido y la agarró de la cintura, quedando tan pegados que podían notar los latidos del corazón del otro. JOSEPH bajó la mirada de los ojos de ella hasta sus labios, los cuales le tentaban a probarlos.
-Te deseo, “TN”, te deseo tanto…
“TN” tragó saliva con dificultad sin dejar de mirarlo, su respiración era agitada y no se explicaba por qué se sentía así. Era una sensación de vacío pero a la vez le llenaba los pulmones.
Notó la hinchazón de la entrepierna de él y se mordió el labio inferior.
-Tú también me deseas, lo sé… lo puedo notar, tu cuerpo arde porque te posea. Déjame poseerte, seré cariñoso contigo, te lo prometo.
Ante estas palabras, ella no se pudo resistir más y se dejó guiar por él. JOSEPH la besó con una terrible dulzura que la dejó sin fuerzas para moverse. Entreabrió sus labios y ambos probaron el sabor del otro, uniendo sus lenguas en un juego erótico que les aumentaba el deseo. Las manos de él jugaron con el sedoso cabello de ella, quitándole la trenza que se había hecho para dormir.
En cambio, las manos de “TN” se apoyaron en los hombros de JOSEPH, no sabía qué hacer. Seguidamente, las manos de JOSEPH bajaron por la espalda de ella en una lenta caricia que a pesar de tener la tela del camisón de por medio, “TN” tembló de placer y gimió levemente.
Ambos se recostaron en la cama, ella debajo y él encima pero se apoyó en los codos para no aplastarla.
-Dime que me deseas, “TN”, dímelo…
-Te deseo, JOSEPH …- susurró ella.
Él sonrió y se incorporó un poco para poder tocarle los pechos, los cuales ya estaban un poco hinchados y deseosos de ser probados. Sin esperar permiso de nadie, deshizo el lazo del cuello del camisón y lo subió para dejarla desnuda ante él. “TN” rápidamente se tapó, pudorosa.
-No tengas miedo, “TN”, recuerda que soy tu marido y nos deseamos.
Entonces, ella apartó sus manos poniéndolas a los lados dejándole la plena visión de sus hermosos y redondos pechos, donde reinaban unos deliciosos pezones rosados. JOSEPH masajeó los pechos con suavidad y atrapó entre sus dedos los pezones mientras ella se arqueaba de placer.
El deseo de él aumentó hasta tal punto de que el pantalón le oprimía provocando un dolor extremo. Pero él siguió jugando con los pechos de la joven, succionando uno y luego el otro. Finalmente descendió desde el valle que había entre los pechos hasta el ombligo donde su lengua hizo círculos eróticos que la hizo estremecerse.
Después de eso, JOSEPH pasó al monte de Venus de la joven y vio que ya estaba húmeda y caliente. Quería penetrarla ya pero ella era virgen y no quería hacerle daño, por lo tanto, primero le pasó la lengua por su feminidad y ella tembló de placer sin dejar de gemir.
-Oh, JOSEPH …- dijo ella con una voz que no parecía la suya y sujetando firmemente la sábana entre sus manos.
-Relájate, querida… ahora te dejaré que me toques… quiero sentir tus manos en mi piel…
“TN” lo miró y llevada como por impulso, desabotonó la camisa dejando su gran torso al descubierto y lo acarició con una ternura placentera que le hizo suspirar.
-Me palpita todo el cuerpo, “TN”…- dijo ella.
-Pero no quiero hacerte daño…
-Podré soportarlo pero no puedo más, siento que voy a reventar.
-Espera sólo un poco, querida, no quiero ir muy rápido en tu primera vez.
Sin decir más, volvieron a besarse con pasión. Ella enredó sus manos en el cabello de él mientras él con una mano se desabrochaba el pantalón para dejar su miembro libre de presión, luego las dos manos volvieron a los pechos de ella que volvió a arquearse, insinuante.
-Me vuelves loco, “TN”, loco de deseo por ti.
Ella gimió porque las palabras ya no le salían y su respiración se volvió entrecortada al notar como el miembro de él intentaba hacerse un hueco entre sus piernas.
-Ábrete para mí…
“TN” obedeció, su voluntad había desaparecido completamente y abrió sus piernas para que él tuviera libre acceso hacia su interior. JOSEPH cogió su miembro y lo colocó junto a la pequeña entrada de ella. Entonces, comenzó a penetrar lentamente y ella gritó de placer. JOSEPH sin poder soportarlo más metió por entero su miembro y vio como la cara de ella se desencajaba de un dolor placentero.
Permaneció unos segundos dentro para que ella se acostumbrara a él. “TN” notó como se llenaba completamente de él. Al principio fue bastante doloroso pero pronto se acostumbró porque el placer era mucho mayor y levantó las caderas para que él la llenara más. Él lentamente volvió a sacar el miembro y eso la decepcionó un poco hasta que volvió a meterlo dentro.
-Oh, JOSEPH … sí…
Las lágrimas resbalaban por sus mejillas pero era lágrimas de alegría porque al fin era una mujer completa, ahora era la mujer en todos los sentidos de JOSEPH.
Él comenzó con acometidas suaves y poco a poco fue acelerando el ritmo. Un calor intenso descendió por el vientre de la chica hacia abajo que elevó aún más las caderas y justo cuando estaba a punto de llegar a lo más alto, él se detuvo y la miró.
Sin decir nada, la agarró de la cintura y él se colocó debajo. Luego la puso a horcajadas sobre él y la hundió hasta el fondo. Ella, sorprendida, gritó de placer y se movió levemente.
-Muévete, “TN”, yo sé que sabes hacerlo. Haz que lleguemos juntos al orgasmo.
Ella sin saber cómo, se movió más y más hasta que no pudieron más y llegaron al clímax casi al mismo tiempo. Primero ella y luego él pero JOSEPH no salió de “TN” hasta que terminó de expulsar semen que dejó dentro de ella. Finalmente, él salió de ella y la recostó en la cama a su lado. Ambos estaban sudorosos y respiraban entrecortadamente. JOSEPH nunca se había sentido tan lleno después de acostarse con una mujer. “TN” era la primera que le llenaba por completo y lo llevaba al clímax más profundo que había tenido en toda su vida. La miró y le limpió las lágrimas que recorrían sus mejillas.
Sin decir nada más, la besó en la cabeza y dejó que ella se apoyara en su hombro.
Al momento se quedó profundamente dormida, estaba agotada. Ni siquiera se levantó para lavarse la sangre que se había pegado a sus muslos, no le importó mucho y eso le provocó una inmensa ternura porque se dio cuenta de que no quería separarse de él.
Ya no podía seguir negándolo. La amaba. Amaba a esa joven tan vulnerable y fuerte a la vez.
Daba gracias al cielo porque la tía de “TN” acudiera a él y no a otro para que la cuidara y también agradecía el poder estar casado con ella. Pero algo se rebeló en su interior. ¿Y si ella no lo amaba? ¿Y si realmente ella sólo buscaba protección y él la había obligado a hacer el amor? Negó con la cabeza rápidamente para apartar esos pensamientos de su cabeza pero no lo consiguió.
Después de dormitar un poco, ella abrió y los ojos y lo miró fijamente.
- JOSEPH …
-Dime- respondió él.
La joven se incorporó con atrevimiento y lo besó en los labios de nuevo mientras le acariciaba el torso cubierto de vello oscuro. Él sonrió y volvió a ponerse encima de ella. Había vuelto a avivar su deseo y la besó desde los labios hasta llegar al cuello y a los pechos.
Volvieron a hacer el amor apasionadamente y esta vez, a “TN” no le dolió porque su cuerpo ya se había acostumbrado al miembro de su marido.
Ella se sentía tan llena de él que no se dio cuenta de que él volvió a llenarla con su semen. Sólo podía pensar en la fantástica noche de bodas que estaba pasando y deseaba que no acabara nunca.
Esa noche suponía una unión casi mística, dos cuerpos unidos en uno solo, en un solo corazón, en una sola alma. Una noche en la que reinaba el deseo y la pasión, donde sólo existían ellos dos y nadie más. La joven deseaba poder decirle a él cuánto lo amaba pero sabía que su amor no era correspondido e hizo que le doliera el corazón. No podía revelar sus sentimientos por nada del mundo. Los guardaría para ella siempre, como esa noche que estaba viviendo, la guardaría en su memoria y en su corazón. Mientras hacían el amor de nuevo, memorizó cada uno de los rincones de su cuerpo para cuando ya no estuviesen juntos.
Se permitió el lujo de explorarlo milímetro a milímetro y vio que tenía un lunar cerca del ombligo, incluso tenía un pequeña cicatriz en la palma de una de sus manos. No quería olvidar ningún detalle, incluso exploró el miembro erecto de su adorado esposo. Una larga y dura verga, la primera que entraba en ella.
En ese momento, deseó tener un hijo de él aunque sabía que no debía desearlo porque si no, él se vería obligado a no separarse de ella y ante todo, quería que él fuera feliz y no un desdichado que se veía obligado a buscarse amantes para saciar su deseo.
Pronto se aburrirá de ella y no quería darle problemas. Después de una larga noche de pasión, ambos se quedaron dormidos. Abrazados y desnudos, protegiéndose el uno al otro pero al día siguiente cuando “TN” despertó se dio cuenta de que estaba sola en la cama, cubriéndose con las sábanas se sentó y miró a su alrededor.
Nada había cambiado en su entorno pero ella se notaba distinta y sabía el por qué.
Era una mujer completa y una esposa en todos los sentidos. No solo de palabra y votos sino de cuerpo y alma y deseaba que fuera así por mucho tiempo pero sabía que pedía mucho y se lo reprochó.
PEZA
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