Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 3 de 4. • Comparte
Página 3 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 19
“TN” bajó al comedor a desayunar. Cuando entró, JOSEPH no estaba allí pero en la mesa estaba ya preparado su desayuno. Amanda entró para servirle a “TN”.
-Amanda, ¿sabe dónde está el señor?
-Salió muy temprano, señora, cogió el caballo y se marchó tan rápido como el viento.
“TN” bajó la mirada por un momento pero luego la miró y sonrió.
-Gracias, Amanda.
-De nada, señora.
Después de eso, Amanda salió del comedor rumbo a la cocina donde la esperaba un chaval de unos trece años para que le entregara la carta con la información que había obtenido para su señor. Luego le dio unas monedas al chico junto con la carta y este se fue de allí.
Tras esto, Amanda volvió a sus quehaceres. “TN” desayunó sola y luego fue a la biblioteca donde se puso a leer un libro.
Desde la ventana, alguien la vigilaba fijamente, sabía que estaba sola y que sería el momento adecuado para atraparla. Entonces, cogió una piedra y la lanzó contra la ventana.
“TN”, alarmada, se levantó rápidamente mirando hacia la ventana. Caminó de espaldas, buscando algo para defenderse y encontró en la pared un escudo con dos espadas. Cogió una de ellas entre sus manos, la cual paró en el suelo por su peso.
-¿Quién anda ahí?
De repente, un hombre, cubierto con una capa oscura y un sombrero, también oscuro, entró en la sala por la ventana que acababa de romper. “TN” levantó la espada con mucho esfuerzo y lo apuntó con ella.
-Ni lo intente- dijo el hombre.
-¿Quién sois?
-Soy el Depredador- dijo él- vengo a cumplir una misión.
-¿Usted es el Depredador?- preguntó “TN”, intentando ganar tiempo para poder salvarse- ¿es usted el mercenario más buscado de Inglaterra?
-El mismo pero no me entretenga… no intente gritar o le juro que esta daga, acabará clavada en su corazón- dijo el Depredador con una daga en la mano.
“TN” se sintió desfallecer.
-De acuerdo… no gritaré pero no me haga daño, yo no le he hecho nada, por favor, no me mate.
-No pretendo matarte, eso lo hará quien me contrató.
-No puede hacerme esto, señor, haré lo que sea pero no me haga daño y no me lleve ante nadie.
-De nada me van a valer sus súplicas, señora, por cierto, felicidades por su boda- dijo con cierta ironía en su voz.
-Se lo ruego, señor. Si lo desea hablaré con mi esposo para que le proteja de la ley pero no me haga nada.
El Depredador se acercó a “TN”, peligrosamente y le quitó la espada de las manos, tirándola a un lado. “TN” lo miró con mucho miedo y comenzó a retroceder lentamente. Este se acercaba más y más, dispuesto a dejarla fuera de combate para poder llevársela.
JOSEPH llegaba de dar un paseo a caballo. No dejaba de pensar en el grácil cuerpo desnudo de su esposa.
Su esposa.
Aún no se podía creer que aquella maravillosa mujer fuera su esposa. Bien sabía que era un trato por protegerla pero su necesidad de poseerla iba más allá de su sentido del deber y no lo dudó ni un instante. Pero esa mañana, al despertar y verla, su deseo aumentó y tuvo que levantarse e ir a dar un paseo a caballo para relajarse.
Un paseo que le hizo bastante bien a su palpitante miembro. Estaba dejando a su caballo en las caballerizas cuando oyó un grito que provenía de la casa. JOSEPH, rápidamente corrió a la casa donde los sirvientes salían hacia el pasillo principal. El grito se había producido en la biblioteca. JOSEPH buscó a “TN” por todos lados y sus temores se vieron confirmados así que rápidamente entró en la biblioteca donde un hombre casi tan alto como él sostenía a “TN” por el cuello a punto de ahogarla.
-¡Suéltela!-espetó JOSEPH cogiendo la espada que había en el suelo y apuntándolo.
El hombre lo miró sin dejarse ver su rostro por lo que JOSEPH no pudo saber quien era. Aún así, a pesar de que JOSEPH lo apuntara con una espada, no provocó ninguna reacción en el desconocido.
-¿Y por qué he de hacerlo? Este es mi trabajo…- dijo el desconocido.
-Suelte a mi esposa o le juro que le atravesaré con esta espada.
-No me da miedo…
“TN” se estaba ahogando y con sus manos cogía la del desconocido para intentar apartarlo pero sus intentos eran en vano.
-Suéltela o aviso a las autoridades… y no quiere que haga eso ¿verdad?
-Ya le he dicho que no me da miedo.
-Pues déjela y pelee conmigo si puede.
-No merece la pena.
El desconocido soltó a “TN”, la cual cayó al suelo tosiendo frenéticamente y el hombre se fue por donde mismo había entrado. JOSEPH, rápidamente se acercó a su esposa.
-“TN”… ¿estás bien?
Ella asintió sin dejar de toser.
-Gabriella, trae agua para la señora, ¡rápido!
La joven que estaba en el umbral de la puerta, corrió a cumplir lo que se le mandaba. Al momento volvió con un vaso de agua. JOSEPH cogió el vaso y lo acercó a los labios de su esposa para que bebiera. Después de beber, ambos se miraron y él la abrazó con ternura bajo la atenta mirada de Gabriella, la cual sintió que el corazón se le desgarraba de pena por su amor imposible.
Las ganas de llorar era imposible de contener y salió de la biblioteca corriendo. Cuando llegaba a la cocina, se topó con Amanda.
-¿Gabriella? ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?
-No me pasa nada…- dijo la chica sorbiéndose las lágrimas- de verdad…
-Acompáñame a la cocina y hablamos…
Las dos se fueron a la cocina y Gabriella se sentó en una silla mientras Amanda le servía un vaso de agua y le alcanzó un pañuelo para que se limpiara las lágrimas.
-Gracias- dijo Gabriella.
-Gabriella, cuéntame que te pasa…
-No me pasa nada de verdad…
-Gabriella, puedes confiar en mí, yo no diré nada.
La joven miró a Amanda y sollozó con más fuerza que antes. Amanda, entonces la abrazó con fuerza y con cariño.
-Oh, Amanda, estoy enamorada del señor…
-Oh, vaya…- dijo Amanda.
-Pensé que se fijaría en mí pero fui una ilusa, no debí albergar esperanzas.
-Tranquila, desahógate.
Gabriella lloró amargamente. Cuando se serenó, miró a Amanda.
-Gracias, Amanda.
-Yo puedo ayudarte a conseguir el amor del señor.
-¿Cómo? Eso es imposible.
-Hay una forma y es ayudándome a acabar con esa mujer, estoy trabajando para un hombre, enviándole información sobre todo lo que hace y es él quien envió a ese hombre misterioso, estoy segura.
-Amanda ¿eres una espía? ¿Qué recibes a cambio?
-Sí, soy espía y lo que recibo a cambio es mucho placer en la cama de mi hombre.
Gabriella abrió los ojos desmesuradamente y se sonrojó.
-Pero ese hombre no va a matar a la señora ¿no? No quiero ser cómplice de un asesinato.
-Puedes estar tranquila, él solo quiere que le devuelva algo que es suyo.
Gabriella permaneció unos minutos callada y pensativa. No quería que “TN” se quedara con el hombre que amaba y ayudando a Amanda es posible que consiguiera separarlos.
-Vale, te ayudaré, dime qué tengo que hacer.
Amanda sonrió.
-Tienes que contarme todo lo que ella hace o dice, al ser su dama de compañía tienes más posibilidades de enterarte de todo.
-De acuerdo, haré todo lo que esté en mi mano para enterarme de todo.
Amanda sonrió y la abrazó.
-Bueno, ahora ve a trabajar.
-Vale- dijo Gabriella levantándose para irse.
-¿Estás mejor?- preguntó JOSEPH a “TN”.
-Sí…- dijo ella aún abrazada a él- JOSEPH, tengo mucho miedo, no me dejes sola.
-No estás sola- le dijo él con la barbilla apoyada en la cabeza de ella.
-Pasé mucho miedo… pensé que me mataba.
-Olvida eso ya…
-No puedo, JOSEPH, me quieren matar.
-Lo harán por encima de mi cadáver. Nadie te va a tocar un pelo mientras yo esté a tu lado.
“TN” levantó la mirada. Él le mostró una leve sonrisa, entonces, ella cerró los ojos y lo besó.
Un beso que se intensificó hasta el punto de hacer estallar la pasión entre ellos. Una de las manos de él bajó por el sedoso cabello de “TN”, enredando sus dedos en él. La otra fue a parar al pecho, provocando que se le hinchara y que su pezón se endureciera.
“TN” le desabrochó la camisa a JOSEPH con lentitud pero ansiosa de tocar la piel ardiente de su esposo. Él le desabrochó el vestido y dejó los pechos de ella al descubierto, bajó su cabeza y succionó uno de sus pezones, provocando que ella se arqueara contra él.
- JOSEPH …- jadeó ella.
Él jugueteó con el otro pezón. Ella se mordió el labio inferior y se agarró a los hombros de él como si le fuera la vida en ello.
-“TN”, te deseo tanto…- dijo él mientras le levantaba las faldas a ella y le tocaba su zona más íntima.
Ella gimió de deseo y pasión. JOSEPH se bajó los pantalones dejando su miembro erecto al descubierto. Dejó a “TN” recostada en el suelo y él se puso encima para penetrarla. Al igual que la noche anterior comenzó con lentas acometidas mientras ella gemía levemente pero a medida que aumentaba la intensidad de su pasión, “TN” jadeaba hasta que ambos llegaron al clímax más profundo.
JOSEPH siguió dentro de ella hasta que descargó todo su simiente y esto le hizo reaccionar a “TN”.
- JOSEPH, no deberías dejar tu simiente en mí, podrías dejarme embarazada.
-¿Y?
-Que esta boda es sólo un trato… tu no…- calló al instante, no podía decirle que él no la amaba.
-¿Yo no qué?
-Nada- dijo ella apartando la mirada, afligida.
JOSEPH salió de ella y se vistió. Ella hizo lo mismo pero sin atreverse a mirarle. Sin poder reprimir las lágrimas, terminó de vestirse y salió corriendo de la instancia. JOSEPH vio como se marchaba, confuso.
“TN” entró en la habitación, se sentó en la cama abrazándose a sí misma, llorando amargamente. Su marido solo sentía deseo carnal por ella. No la amaba y su corazón se rompía cada vez más con ese pensamiento.
-¿Por qué me enamoré de ti, JOSEPH JONAS? ¿Por qué? No puedo vivir sin ti pero tú a mí no me quieres y eso me parte el corazón.
“TN” se recostó sin dejar de llorar hasta quedarse profundamente dormida.
CAPITULO 20
Catherine se bajó del coche y tocó en la puerta de la casa JONAS. Amanda abrió la puerta.
-Hola, vengo a ver a la señora de la casa- dijo Catherine mirando al ama de llaves.
-Pase, milady, la señora está en su habitación.
-Entonces subiré, me gustaría hablar con ella en privado.
Amanda le dio las indicaciones de la habitación a Catherine y esta subió, cuando estaba frente a la puerta, tocó.
“TN” abrió los ojos y se incorporó un poco.
-¿Quién es?
-Soy, Catherine, ¿puedo pasar?
-Sí, pasa.
Catherine entró y pudo ver los ojos hinchados y enrojecidos de su amiga, su semblante estaba triste.
-“TN” ¿qué te pasa?
-Nada, estoy bien.
-¿Cómo vas a estar bien? Mírate, has llorado ¿acaso tu marido te ha hecho daño?
-No, no me ha hecho daño, de verdad.
-¿Y por qué llorabas? ¿Es que no es un buen hombre en la cama?
-Es maravilloso…
-¿Entonces? Es que no lo entiendo, si no te ha hecho daño y es un buen hombre en la cama… no entiendo por qué estás así.
“TN” se abrazó a su amiga, sollozando.
-Porque no me ama, Cathy, el hombre que amo no me ama a mí, ¿cómo quieres que esté?
-“TN”, esta boda solo ha sido un trato para protegerte, no pretendas que te ame.
-¿Entonces porque deja su simiente dentro de mí? A este paso me dejará embarazada y al final no podrá separarse de mí como había planeado ¿es que acaso me quiere destrozar la vida? Separada y con un hijo suyo mientras él se va con otra mucho más joven y más guapa que yo… no podré soportarlo, antes prefiero morir…
-No digas esas cosas, a lo mejor no se ha dado cuenta.
-Sí se ha dado cuenta, todo hombre se da cuenta de esas cosas. Me protege del peligro que me acecha pero ¿quién me protegerá de él? ¿Cómo protegeré mi corazón cuando él y yo nos separemos? ¿Cómo?
-No estás sola, me tienes a mí y también tienes a tu tía Julie.
-Sí pero no tengo dote alguna, y cuando me separe de JOSEPH para lo único que serviré será para ser institutriz o dama de compañía, no tengo dinero y no quiero depender de mi tía como hasta ahora.
-“TN”, tu padre no pudo haberse gastado todo el dinero que tenía, debió dejarte algo.
-Nada, no me dejó nada. Lo único que me dejó de herencia es estar así, huyendo de alguien que me quiere muerta.
Catherine abrazó a su amiga con fuerza, procurando darle todo su apoyo y ninguna se dio cuenta de que Gabriella oía toda la conversación a través de la puerta entreabierta.
NICK que andaba cerca, se acercó a Gabriella y le tocó el hombro. Ella sobresaltada, se dio la vuelta y lo miró.
-¿No te han enseñado que no se debe escuchar conversaciones privadas?
Gabriella se puso colorada y bajó la mirada.
-No pude evitarlo, señor.
-No deberías hacerlo, alguien podría descubrirte y decírselo a mi hermano.
-Oh, señor, no le diga nada a su hermano, se lo suplico, le prometo que no volveré a hacerlo.
-De acuerdo pero que no vuelva a pasar.
Gabriella asintió y bajó rápidamente. NICK hizo otro tanto de lo mismo.
“TN” ya estaba más calmada y se secó las lágrimas que quedaban en sus sonrosadas mejillas.
-Lo siento, no tenía que haberme puesto así.
-Es normal, creo…
-Aún no ha aparecido aquel hombre.
Catherine negó con la cabeza. Aquel hombre, desde el primer momento en que lo vio, le quitó el aliento y después de aquella fiesta no lo había vuelto a ver.
-Algún día tendrá que volver a aparecer…- dijo Catherine.
-Seguro que sí…- dijo “TN” mostrando una leve sonrisa.
Las dos se quedaron calladas por unos instantes. Cada una pensando en sus problemas y Catherine como quien no quiere la cosa, dijo:
-¿Sabes? Ahora que eres la señora JONAS podrías dar una fiesta por todo lo alto, sería la primera fiesta de sociedad que organizas ¿no sería espléndido?
-Primero tengo que consultarlo con mi esposo, no sé si querrá que organice una fiesta en su casa y menos sin su permiso.
-Venga ya, eres la señora JONAS, tienes tanto derecho a mandar como él y puedes dar todas las fiestas que quieras.
-Lo consulto con él primero y si me dice que sí pues te avisaré para que me ayudes.
Catherine sonrió alegremente.
-Me encantará ayudarte, amiga mía.
JOSEPH se pasó el resto del día en su despacho hasta que, empezando a anochecer, alguien tocó en la puerta.
-Adelante…- dijo mientras terminaba su copa de brandy.
La puerta se abrió y apareció “TN”.
-¿Te molesto?
-No, pasa…
La joven entró y cerró la puerta tras de sí. Dio un largo suspiro y se enfrentó a su esposo.
Lentamente, se acercó a la mesa y lo miró.
-Quiero dar una fiesta…
-¿Una fiesta? ¿Para qué?
-Quiero dar a conocer nuestro matrimonio ante la sociedad.
-Sabes que podría venir ese mercenario de nuevo.
-Habrá guardias por todas partes y no me separaré de ti, te lo prometo pero déjame organizar esa fiesta.
-¡Maldición, no!
“TN” se sobresaltó ante la dura respuesta de su esposo.
-¿Por qué?
-Porque no ¿es que quieres ponerte en peligro?
-Pero… te acabo de decir…
-Me da igual lo que acabas de decir, entiende que no podemos hacer esa fiesta, tu vida corre peligro.
“TN” no se pudo contener más y estalló.
-¡Maldita sea! JOSEPH, estoy aquí como una prisionera, no sé que es peor si arriesgarme o permanecer aquí recluida. ¿Es que temes que invite a tu amante? O al revés ¿quieres que la invite?
-Por Dios, “TN”, ¿qué estás diciendo?
-¡Lo que estás oyendo! ¿Crees que no sé que tienes una amante? Seguro que es mucho más guapa que yo ¿verdad? Venga, dímelo. ¿Es lady Patrice o acaso la señora Demari? He oído que es una mujer muy bella y muy apasionada. ¿Quizás es lady Isabella Greyson? Claro, debe de ser ella, siempre estaba pegada a ti. Vamos, dime quién es ella, dime contra quien compito- la joven se llevó las manos a la cabeza con las lágrimas pugnado por salir de sus ojos- dímelo… por favor, JOSEPH, no me tengas con esta agonía y dime quién es ella… dime quien es la que tiene tu corazón…
La joven se dejó caer en la silla frente a la mesa, tapándose la cara con ambas manos mientras sollozaba. JOSEPH se levantó y se acercó a ella para abrazarla pero ella se apartó.
-“TN”…
-Déjalo, JOSEPH … estoy harta de ocultar lo que siento por ti, te amo- dijo mirándolo a los ojos- te amé desde el primer momento en que te conocí y te sigo amando ahora. El corazón se me parte de saber que tienes una amante y que la quieres a ella y no a mí.
Él se quedó petrificado, le había dicho que lo amaba. Se atusó el pelo con una mano, no podía creerlo, estaba incrédulo. Ella no dejaba de sollozar amargamente, no sabía que hacer. De repente se le había secado la garganta y fue a por otra copa de brandy.
-No puede ser…- murmuró él aún sorprendido- esto no puede estar pasando…
-Lo siento, JOSEPH, nunca pensé que llegaríamos a esta punto, no tenía intención de decirte nada y menos aún sabiendo que nos separaremos en breve… pero es que no podía soportarlo más… espero que algún día perdones mi impertinencia…
“TN se levantó y salió corriendo de allí maldiciéndose a sí misma por haberle confesado sus sentimientos. Nunca debió haberle dicho nada. JOSEPH salió detrás de ella dispuesto a detenerla, con las prisas había tirado la copa de brandy al suelo, rompiéndola en mil pedazos.
Ella estaba subiendo las escaleras y tropezó con su vestido, quedando de rodillas en medio de las escaleras. Él corrió hacia ella y la cogió.
-“TN”, espera…
-¡No! Déjame sola… te lo ruego…
-No puedo dejarte sola, estás alterada y te has hecho daño.
-Quiero estar sola, JOSEPH …- dijo dándole golpes en el pecho a él con rabia y dolor- sola… como he estado siempre…
JOSEPH no le hizo caso y la abrazó con fuerza. Ella lloró amargamente.
-Ay “TN”… de acuerdo, haremos esa fiesta si quieres…
-Pero es que no es por la fiesta ¿es que no lo entiendes? Lo que quiero es tu amor.
Y lo tienes, pensó él, te amo más de lo que quisiera pero nuestro amor no puede ser, una vez que acabe el peligro tendré que separarte de mí. No puedo cambiar de opinión de hoy para mañana.
-Será mejor que vayas a descansar, te acompaño.
Ella lo apartó de sí.
-No… me iré a mi antigua habitación, necesito estar sola.
-“TN”, dormirás en nuestro cuarto ¿o quieres que los sirvientes hablen de nosotros?
-Me da igual… lo único que quiero es estar sola.
-No…
JOSEPH le dio un beso exigente que a ella la derritió por completo y a pesar del dolor que sentía y las lágrimas que le ardían en los ojos y mejillas, se dejó besar por él.
Era posible que no la amara pero podía notar el deseo palpitar en él y en como se oscurecían sus ojos cuando la miraba. “TN” dio un leve gemido mientras él la cogía en brazos para ir a su cuarto a pasar una nueva noche de ardiente pasión.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
JOSEPH confiesale que tambien la amas no seas estupido
Me provoca golpearlo
Y a la rayis tambien me provoca golpearla por pensar negativo su relacion con Joe
Siguelaaa
Me provoca golpearlo
Y a la rayis tambien me provoca golpearla por pensar negativo su relacion con Joe
Siguelaaa
JB&1D2
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 21
Pasaron varios días en los que “TN” y JOSEPH no comentaron sobre la noche en que ella le confesó todo su amor y devoción hacia él. Él siempre evitaba encontrarse con ella y por eso, cada amanecer, se levantaba temprano y se metía en su despacho hasta bien entrada la noche donde él volvía al lecho para hacer el amor con ella.
Así sucedía todos los días, en los cuales “TN” empezó a planear la fiesta que daría, su marido le había dado la confirmación a través de una breve nota que le había dejado sobre la almohada. Una nota que decía así:
“TN”:
He decidido dejarte hacer esa fiesta, hoy estaré fuera de casa así que no me esperes despierta. Un beso.
Edward.”
Gabriella se dio cuenta de la distancia que habían puesto su señora y su amado, cosa que la alegró bastante aunque a veces le remordía la conciencia al ver la cara afligida de “TN”, la que apenas probaba bocado.
-¿Se encuentra bien, señora?- le preguntó la mañana en que “TN” vio la nota y que aún contenía en su mano.
“TN” la miró y sonrió levemente pero su mirada estaba totalmente apagada y sin vida.
-Sí, tranquila…
-¿Seguro? No tiene muy buen aspecto.
“TN” giró la cara para que su doncella no viera las lágrimas que salían de sus ojos.
-Segura, es solo que llevo unos días sin dormir- se limpió las lágrimas y sonrió.
-Señora, soy su doncella, sabe que puede contarme lo que quiera.
-Gracias, Gabriella, ¿sabes? Pensé que no te gustaba ser mi doncella pero te he tomado cariño.
Gabriella se sorprendió ante las palabras de “TN”.
-Agradezco su aprecio, señora.
-No hay de qué, Gabriella.
“TN” se levantó y de repente sintió nauseas, se tapó la boca.
-¿Se encuentra bien?
Gabriella, rápidamente le alcanzó algo para que vomitara y le sujetó la frente. Cuando terminó, la joven le alcanzó una toalla para que se limpiara la boca. Se había puesto pálida de repente y la doncella la ayudó a recostarse para que se le pasara el mareo.
-Gracias…- susurró “TN” con los ojos cerrados.
-¿Se encuentra mejor, señora?
-Sí, ya se me ha pasado un poco- de repente, comenzó a llorar de nuevo y Gabriella la miró sin comprender- ¿sabes lo que se siente al no ser correspondida? ¿A no tener el amor de la persona a la que amas? Sentir que el corazón se te parte de dolor, sentir que no eres feliz con tu esposo a pesar de que lo ames con todo tu ser… Lo siento, te estoy aburriendo con mis comentarios.
“TN” se limpió las lágrimas de nuevo y se levantó para vestirse. Gabriella sintió pena de ella. Su amor por lord JOSEPH tampoco era correspondido, al igual que el de ella. Se acercó al armario y soltó un largo suspiro.
-¿Qué desea ponerse hoy, señora?
-Cualquier cosa, no tengo humor para nada.
-Pero debe preparar la fiesta.
-¿Me ayudas a prepararla?
-Estaré encantada de ayudarla.
-Gracias- dijo “TN”, la cual se puso un sencillo vestido celeste y el pelo se lo recogió en un ajustado moño en la nuca.
JOSEPH se encontraba en el club de caballeros con su hermano, el cual se había recuperado satisfactoriamente de la pierna.
-¿Puedo saber qué te tiene tan ausente?- le preguntó NICK a JOSEPH.
-¿Qué?- preguntó JOSEPH saliendo de su ensimismamiento.
-¿En qué piensas?
-En nada.
-¿Seguro? Yo creo que piensas en tu querida .
Y tenía razón, no podía quitársela de la cabeza, ni siquiera cuando se emborrachaba y eso lo frustraba.
-NICK, basta.
-Me he dado cuenta de la distancia que has puesto con ella. Te pasas el día metido en tu despacho, ella no parece ella, anda deambulando por la casa como una mujer sin vida.
-Debe estar organizando la fiesta.
-No, no hace nada, solo pasea por la casa y se pasa horas mirando la puerta de tu despacho. Está muy desmejorada, tiene ojeras y todo.
-¿Desde cuándo eres tan observador? Últimamente no se te escapa una.
-Desde que veo que ella apenas prueba bocado, deja el plato casi lleno, además es mi cuñada y me preocupo por ella, cosa que tú no haces.
JOSEPH se pasó una mano por el pelo, algo frustrado.
-No puedo estar con ella, es mejor que llegue a odiarme por no estar junto a ella.
-Pero ¿por qué?
-Porque me ama y no puedo dejar que me ame.
-¿Tú la amas?
JOSEPH no contestó y NICK lo miró, sorprendido.
Su hermano amaba a “TN” y aún así la alejaba de él pero ¿por qué? ¿Qué razón le lleva a alejarse de ese modo? No lo entendía.
JOSEPH se tomó su copa de brandy y se levantó.
-Voy a jugar unas partidas, vuelve a casa.
-Procura no perder mucho dinero.
JOSEPH no contestó, solamente desapareció de allí. NICK negó con la cabeza y siguió tomando su copa de brandy.
“TN” y Catherine organizaron las invitaciones para enviarlas a sus destinatarios. Catherine no paraba de hablar pero “TN” estaba como ausente, perdida en sus pensamientos, su amiga la miró de soslayo.
-“TN”… ¿te pasa algo?
-¿Eh?
-Que si te pasa algo.
-No, no, estoy bien.
-¿Seguro?
-Sí, de verdad.
-Ay, amiga, quedan apenas dos días para la fiesta… encargaré un vestido magnífico, tengo la sensación de que mi hombre aparecerá por la fiesta. ¿Ya has llamado a tu modista para que te haga un vestido especial?
-No, además, no me hace falta un vestido nuevo, tengo de sobra en el armario.
Catherine se sorprendió ante las palabras de su amiga.
-Pero ¿cómo puedes decir eso? ¿Es que quieres ser la comidilla de la fiesta? No, amiga, tú debes ser la anfitriona y que todos hablen de ti pero para que vean lo feliz que eres al lado de tu marido.
-Sinceramente, ahora no me apetece hacer ninguna fiesta…
-Ni te atrevas a decir algo así y menos estando a dos días de la fiesta, deberías estar radiante y quiero saber por qué…
-Estoy desganada, eso es todo.
-Es por JOSEPH, estoy segura que es por él.
-No es por él.
-Tiene que ser por él, desde que te casaste con él no eres la misma y eso me preocupa. Te veo muy apagada desde entonces y ya no sé qué pensar, de verdad, a veces creo que te maltrata o que no te atiende, no sé. Yo quiero ayudarte.
“TN” sonrió levemente y le cogió la mano a su amiga.
-Eres muy buena conmigo pero estoy bien de verdad. Es solo que llevo algunas noches sin dormir y no me encuentro muy bien.
-¡Pero es que estás así desde que te casaste! Por favor, cuéntame que te pasa, estoy realmente preocupada.
“TN” la miró sonriendo, pero a pesar de esto, su mirada era muy triste y ojerosa. No podía contarle que su marido solo la quería en el lecho y que durante el día apenas lo veía, por no decir nunca.
Sabía que si le contaba algo, iría a reclamarle a JOSEPH el mal trato que está recibiendo y no quiere armar un escándalo y menos en la casa de él que a pesar de vivir allí, ella pronto se despediría de todo eso porque nada le pertenecía, ni siquiera su esposo.
Sentía las lágrimas abordar sus ojos pero se decidió a no llorar, había tomado una decisión con respecto a JOSEPH, no volvería a llorar por su amor, debía asumir que nunca sería para ella.
No.
El corazón de JOSEPH lo tenía otra y estaba segura de que se trataba de Isabella Greyson. Una verdadera mujer, según la opinión de “TN”. Una mujer que sí haría feliz a JOSEPH y con la que viviría momentos que perdurarían en sus mentes.
“TN”, también había tomado otra decisión importante en su vida. Cuando se separara de JOSEPH, no volvería a casarse, se convertiría en institutriz o dama de compañía, vendería el collar para ganar algo de dinero y comprarse un modesto piso en el centro de Londres. No quería asistir a más fiestas sociales donde seguramente después del divorcio todos los hombres la mirarían como a una gata en celo y ellos se aprovecharían de su pena para consolarla e incluso comprometerla ante todos.
Estaba segura de que las mujeres la mirarían con desdén y la criticarían diciendo que como era posible que hubiese dejado escapar un partido como lord JOSEPH JONAS.
La joven se levantó de la silla pero rápidamente se agarró a la mesa porque se sintió desfallecer. Su amiga, rápidamente, se levantó y la sujetó, preocupada.
-Estoy bien, solo ha sido un simple mareo…- murmuró “TN” mirando a su amiga.
-No, no estás bien, “TN”, estamos a tiempo de cancelar la fiesta y es preciso que te vea un médico.
-¡No! Daré esa fiesta, ya lo tenemos todo organizado y toda la servidumbre está contenta porque hace años que no se celebraba una fiesta en la casa JONAS. La cocinera, según se lo comenté, empezó a pensar en los menús que se servirían.
-Pero mírate, amiga, no puedes sostenerte en pie.
-Un descanso me vendrá bien, de verdad, seguro que ha sido por algo que me sentó mal o algo, esta mañana tuve nauseas y lo vomité todo, eso explica que esté un poco débil y mareada.
-¿Nauseas? ¿Mareada?
-Sí pero ya se me está pasando, de verdad.
-Te acompañaré a tu cuarto, me quedaré más segura.
-Como quieras pero no hace falta.
Así, entonces, las dos mujeres fueron a la habitación donde “TN” se recostó a descansar.
?- preguntó el calvo nada más verlo entrar.
-No, la maldita es escurridiza, no la encontré por ningún lado y eso que miré en todos los rincones.
-¿Estás seguro?
-Claro que sí, a mí nunca se me olvida una cara.
Y menos la de esa joven, pensó mientras se quitaba la chaqueta y la camisa.
Esa joven se parecía a alguien a quien él había querido más que a su vida pero murió cuando él tan solo era un niño. Después de esa trágica muerte, él huyó lejos y se convirtió en un superviviente de los bosques hasta que pasó a ser un mercenario muy temido por todos.
Ahora era implacable, sus trabajos eran limpios pero esa mosca muerta se le escapaba de las manos como si fuera un jabón.
-¿Cómo piensas atraparla entonces? Ese lord no nos pagará más y tenemos que pagar la estancia aquí.
-Ese hombre pagará, te lo aseguro y en cuanto a esa mujer, he ideado un plan que dará resultado.
-Como sea como los anteriores planes, la llevas clara.
CAPITULO 22
Llegó el día de la fiesta, ya todo estaba listo para recibir a todos los invitados de los que habían recibido respuesta que iban a asistir. JOSEPH estaba en la habitación vistiéndose al igual que “TN” que ya estaba peinada y maquillada. Se había hecho un moño al estilo griego dejando caer algunos rizos.
Se estaba poniendo el vestido y no llegaba a los botones traseros pero no quería pedirle a JOSEPH que la ayudara. Así que siguió intentándolo. Él que la vio apurada, se acercó y le dijo:
-Deja que te ayude…
Ella lo miró y seguidamente se dio la vuelta para que él le abrochara los botones. “TN” se tensó al sentir las manos de él en su espalda y le vino a la mente, las noches de amor en el lecho que últimamente no habían sido muy placenteras.
Cuando él terminó, ella se dio la vuelta y se alejó rápidamente para buscar sus zapatos.
-Gracias- susurró ella.
-¿Se puede saber dónde está tu doncella?
-La mandé a ayudar en la cocina, Amanda y la cocinera necesitan bastantes manos y está con ellas.
-Primero tenía que haberte ayudado a ti.
-Bueno, la cuestión es que ya tengo el vestido puesto así que no creo que haya que llamarla…
Touché. Ahí le había dado. Ella tenía razón. Se había excedido al decirle que le abrochaba los botones. Sentir su cálida piel había sido un golpe certero en su entrepierna donde su miembro ejercía presión sobre sus pantalones.
-Yo ya estoy listo, te veo abajo- dijo él.
-De acuerdo, yo voy a arreglarme el maquillaje y enseguida bajo.
JOSEPH salió de la habitación mientras ella se sentaba frente al espejo y se miraba fijamente. Él no le había dicho nada de su vestido nuevo, ni siquiera algo de su peinado. Después de retocarse, bajó al salón para comenzar a saludar a los invitados de la fiesta.
Catherine ya la esperaba para saludarle y mostrarle su nuevo vestido. Un vestido de cinturilla alta de color celeste con un amplio escote, con lazos azules más oscuros. Llevaba la melena suelta con dos peinetas, una a cada lado de la cabeza, dejando su cara totalmente descubierta.
-¡Hola, amiga!- exclamó Catherine entusiasmada- ¡oh Dios mío, estás bellísima!
“TN” llevaba un vestido de escote cuadrado bastante amplio, dejando gran parte de sus senos al descubierto, de color granate, con cinturilla alta. Los lazos que tenía el vestido eran de color del oro, resaltando así su maravilloso pelo oscuro.
-No tanto como tú, Cathy.
-Gracias- dijo Catherine sonriendo- ¿te encuentras mejor de los mareos y las nauseas?
-Bueno… más o menos.
-¿Sigues vomitando?
-Sí pero no te preocupes, estoy mejor.
-Debería verte un médico.
-Que no, no hace falta, calla, que se acerca JOSEPH y no quiero que se entere.
JOSEPH se acercó a las dos y miró a “TN”. Realmente estaba bellísima y su deseo por ella era mucho mayor pero debía contenerse. Enseguida, notó la mirada de Catherine sobre él. Una mirada que delataba desprecio. Se lo merecía por separar a la mujer a la que amaba de su lado.
-“TN”, tenemos que saludar a los invitados.
-Sí, tienes razón- dijo ella.
Catherine se acercó a su amiga y le dijo al oído:
-Te veo después, no quisiera patearle a ese malnacido por estar haciéndote sufrir.
“TN” sonrió levemente y se alejó de su amiga junto a su esposo.
La pareja saludó a todos los invitados y luego fueron a cenar a la amplia mesa que había en el comedor. Gabriella y Amanda eran las encargadas de servir la comida. Después de comer, pasaron al gran salón donde la pequeña orquesta comenzó a tocar. Varias mujeres se acercaron a JOSEPH para sacarlo a bailar y él, como caballero que era, accedía. Sairin lo observaba, entristecida, hasta que se acercó Vardon.
-Mi pequeña “TN”, te veo entristecida ¿sucede algo?
“TN” sonrió al amigo de su difunto padre.
-Oh no, estoy bien, solo un poco cansada.
-¿No bailas con tu marido?
-No me apetece bailar, es más, creo que me retiraré pronto. Últimamente no como bien y me encuentro bastante débil.
-¿Algo malo?
-No, seguro que es algún desajuste en el estómago.
-Pues vete a descansar, querida mía, yo le diré a tu esposo que te encontrabas mal.
-Gracias, lord Vardon.
-Lo que sea por la hija de mi mejor amigo, que en paz descanse.
“TN” sonrió levemente y salió del salón.
Al subir las escaleras, se tuvo que agarrar a la barandilla al sentir un mareo que casi le hace caer. Lentamente subió las escaleras y fue a su habitación donde se quitó los incómodos zapatos. Se sentó ante el tocador y comenzó a quitarse las horquillas del pelo dejando caer la larga cabellera hacia abajo. Finalmente se quitó el maquillaje que llevaba.
Se acercaba a su armario cuando notó que alguien la cogía de la cintura con una mano y con la otra le ponía un pañuelo con un olor extraño en la cara. Forcejeó durante algunos segundos en vano porque se desmayó al instante. La persona que la sujetaba, la dejó sentada en una silla en lo que colocaba la cuerda para salir por la ventana.
La ató al dosel de la cama y la lanzó por la ventana. Cuando vio que era seguro, cogió a “TN” y se la colgó al hombro para bajar por la cuerda. Lentamente comenzó a bajar. A medio camino, vio una luz en una de las ventanas del piso inferior y se detuvo un momento, esperando a que se apagara esa luz. Cuando al fin se apagó, terminó de descender y tiró de la cuerda para que se soltara del dosel. Recogió la cuerda y se subió al caballo, colocando a “TN” delante de él.
Finalmente, salió al galope del jardín de la mansión.
JOSEPH estaba harto de bailar con tantas mujeres que se le insinuaban para ser sus amantes. Él solo quería a una y esa era a “TN”, así que mientras estuviera con ella no podría estar con otra, puesto que no se la sacaba de la cabeza. Cuando terminó de bailar con una de las damas, decidió buscarla pero no la halló a primera vista. Así que salió de la pista de baile y recorrió todo el salón en su busca.
Tendría que estar con su amiga Catherine, seguro. Entonces, se acercó al lugar donde estaba Catherine hablando con más personas.
-Catherine, ¿has visto a mi esposa?
Esta se giró y lo miró. Se despidió del grupo donde estaba y se pusieron a hablar los dos solos. Cuando estuvieron lo bastante alejados, ella puso los brazos en jarras, enfadada.
-Vaya, ¿ahora te preocupas por tu esposa? Muy bonito, eh… pero que muy bonito. Hacerle algo así a tu esposa. La has tenido abandonada todo este tiempo y ahora vienes a preguntarme si la he visto. ¿Acaso la ves tú? Parece ser que no…
-No es lo que piensas, Catherine…
-¡Que no es lo que pienso! ¿Acaso sabes lo que pienso? ¿Cuánto hace que no hablas con ella? Sólo la quieres en el lecho… y durante el día te metes en tu despacho… NICK me lo ha contado todo.
-Ese hermano mío es un chismoso.
-Por lo menos alguien que no sea yo ni Julie se preocupan por el estado de “TN”, hace varios días que no duerme. Incluso tiene nauseas y mareos constantemente. No está bien.
-¿Nauseas y mareos dices? ¿No son esos los síntomas de un embarazo?
Catherine lo miró, como si de repente cayera en la cuenta del estado de su amiga. Enfadada, le dio varios golpes con los puños en los hombros.
-¡Encima la dejas embarazada! ¿Cómo no me di cuenta antes?
-Debo encontrarla, a lo mejor, le ha dado algún mareo.
-Probablemente esté en la habitación, puesto que su esposo no le hace el más mínimo caso…
JOSEPH subió las escaleras y tocó en la puerta:
-“TN”… soy JOSEPH ¿estás ahí?
Pero nadie contestó. JOSEPH abrió la puerta lentamente, todo estaba a oscuras así que entró sin hacer mucho ruido. Cuando cerró la puerta, se fue a acercar al lecho pero tropezó con algo. Rápidamente buscó una lamparilla para iluminar con lo que había tropezado y se dio cuenta de que era un zapato de su esposa.
Se agachó y lo recogió. Era del mismo color del vestido que llevaba esa noche. Lo dejó a un lado y se acercó a la cama pero no había nadie en ella así que miró alrededor.
Miró hacia la ventana abierta, no recordaba haberla dejado abierta cuando salió de la habitación aunque claro, “TN” podía haberla abierto antes de salir. Extrañado se asomó a la ventana y no vio nada. ¿Dónde estaba su esposa?
Salió de la habitación, confuso. De repente, al bajar las escaleras, vio que la cocinera salía corriendo como alma que llevaba el diablo y gritando cosas sin sentido. Entonces la cocinera miró a las escaleras donde estaba su señor y dijo:
-¡Señor! ¡Ha sucedido algo terrible! ¡Oh, Dios mío, cuando lo vi, no lo pude creer!
-¿Qué pasa, Lora?
-Sentí ruidos fuera pero pensé que sería algún gato o algo pero no pensé que iba a ser lo que vi.
JOSEPH bajó las escaleras y sujetó a la mujer por los hombros. Esta temblaba mucho y no se atrevía a mirar a su señor.
-Dime ahora mismo qué viste, Lora.
-La señora…
-¿Le pasó algo a la señora? ¿Dónde está?
-Se la han llevado, un hombre se la llevó en su caballo. Yo quise salir a detenerlo pero era más rápido que yo.
De repente, la mujer comenzó a llorar, temiendo que su amo se enfadara con ella por no ayudar a la señora pero JOSEPH se había quedado paralizado. Alguien se había llevado a “TN” y probablemente para matarla.
-¿Llegaste a ver quién era la persona que se la llevó?
-No le vi la cara, pero pude ver que era alto y fuerte. Llevaba una capa y un sombrero, oscuros.
JOSEPH recordó la vestimenta de aquel mercenario que atacó a su esposa en la biblioteca. Estaba seguro que había sido él. El Depredador se había llevado a su mujer. Tenía que salir ahora mismo en su busca, no podía dejar que mataran a “TN”.
Entró en el salón y cogió a NICK del brazo para sacarlo fuera de allí.
-NICK, necesito tu ayuda.
-¿Qué pasa, hermano?
-Han secuestrado a “TN” y debo ir a buscarla.
-¿Cómo que la han secuestrado?
-Sí, Lora vio como se la llevaban. Voy a salir ya.
-Te acompaño.
-No, alguien debe quedarse con los invitados.
-De acuerdo, me quedo.
-No le digas nada a Catherine por ahora.
-Está bien.
JOSEPH, salió a las caballerizas para ensillar a su caballo y salió a buscar a su esposa, rogando a los cielos que no le pasara nada.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 23
“TN” abrió los ojos lentamente, todo le daba vueltas. Cuando logró enfocar la mirada, vio que estaba en una habitación amplia, donde había unos camastros, el resto de la habitación se componía de una pequeña cocina y una mesa con unas sillas.
La joven intentó moverse pero tenía las manos atadas a la espalda y los pies atados, tendida en el suelo sobre unas mantas.
-¿Dónde estoy?- preguntó la joven aún mareada.
Estaba amaneciendo, entonces vio entrar a un hombre. Este la miró fijamente.
-Al fin despiertas…
-¿Quién sois? ¿Qué hago aquí?- preguntó ella forcejeando para quitarse las ataduras.
-¿No me recuerdas? Soy el Depredador- dijo él.
-Oh Dios mío- se lamentó la joven- señor, no me haga daño, se lo ruego.
-Tranquila, no soy yo quien quiere matarte.
“TN” comenzó a llorar.
-Señor, se lo suplico, déjeme ir, por favor.
-Lo siento pero no puedo.
La joven lloró desconsoladamente.
JOSEPH llegó a la casa, enfadado consigo mismo. No había rastro de su esposa por ningún lado. Al entrar, su hermano lo esperaba en el salón y cuando lo oyó llegar, salió rápidamente.
-¿Y bien?- preguntó NICK.
-Nada, no la he encontrado.
-¿Y qué piensas hacer?
-Seguir buscándola, tendré que comunicárselo tanto a lady Julie como a Catherine.
-Catherine nos oyó anoche, se quedó aquí a dormir, está muy afligida.
-Lo entiendo perfectamente y entenderé que me odie.
Se pasó una mano por el pelo.
-Aún puedes seguir buscándola, estoy seguro de que la encontrarás.
-Voy a mi despacho.
-Como quieras…
JOSEPH se fue a su despacho a por un brandy y se quedó allí.
Catherine bajó las escaleras y miró a NICK, con las manos en el corazón, esperanzada. NICK negó con la cabeza y la joven se sentó en las escaleras, llorando de preocupación.
NICK subió y se sentó al lado de ella para consolarla.
-No te preocupes, seguro que aparece.
-Mi amiga está en peligro y no puedo hacer nada.
- JOSEPH la encontrará.
-No me pidas que confíe en ese hombre cuando mi amiga no ha hecho más que sufrir desde que está con él.
-Lo sé, Cathy, lo sé pero él también está preocupado.
-No se le veía muy preocupado cuando bailaba con todas esas damas.
-Él la ama, Catherine, aunque no sé qué le pasa que no quiere aceptarlo y por eso se aleja de “TN”.
-Si la amara, la hubiera protegido.
-Mira, Catherine, la mente de mi hermano es un misterio para mí, sus razones tendrá y sabrá qué hacer.
-Si no la encuentra, yo misma iré a las autoridades a denunciar el secuestro de mi amiga.
-De acuerdo pero esperemos un poco ¿te parece?
Catherine asintió y se abrazó a NICK.
Gabriella se hallaba en la cocina cuando apareció Amanda, sonriente. La noche pasada había estado con su amante y habían hecho el amor apasionadamente.
-Buenos días- dijo Amanda sonriendo ampliamente.
-Hola…- dijo Gabriella, parecía afligida y culpable.
-¿Sucede algo?- preguntó Amanda al ver la cara de Gabriella.
-Han secuestrado a lady “TN”.
-¿En serio? ¡Eso es fantástico!- exclamó Amanda contenta- al fin se hará justicia con esa perra.
-Amanda, creo que la señora no es tan mala como la pintas, no sé, se la veía muy triste últimamente.
-¿Que no es tan mala como la pinto? ¿Acaso ha logrado que estés de su lado?
-Lord JOSEPH no la ama y no sé si yo siento lo mismo que antes por él.
-Pues llegas un poco tarde, querida mía, ya han secuestrado a esa mujerzuela y pronto morirá.
-No podemos colaborar… me dijiste que no iban a matarla.
-Como digas algo, tú serás la próxima ¿entendido?
Gabriella la miró asustada y asintió, temerosa de que podía hacer Amanda.
-Muy bien, ahora a trabajar.
Las dos volvieron a sus quehaceres, una sonriente y la otra con más miedo del que ya tenía.
Algunos días después, “TN” seguía atrapada en las manos de aquel hombre. Se sentía muy debilitada, apenas comía nada, tenía bastante sueño y las nauseas eran constantes.
Se pasaba los días llorando pero aquel hombre no sentía compasión alguna.
-Señor… se lo ruego… déjeme ir, le entregaré lo que quiere.
-¡Cállate! Me tienes harto…
-Señor, si me deja, puedo asegurarle protección si no quiere la de mi esposo puede tener la de mi tía Julie, sí, ella lo protegerá de la justicia.
El mercenario, que afilaba un cuchillo, dejó de hacer lo que estaba haciendo y la miró.
-¿Cómo? ¿Qué has dicho?
-Que mi tía podría protegerlo de la justicia.
-¿Cómo dijiste que se llamaba?
-Julie.
-Julie ¿qué más? Dime que no se llama Julie Brockway…
“TN” lo miró, confusa. ¿De qué conocía él a su tía?
-Sí…- susurró ella, mirándolo con sorpresa y temor.
El hombre se pasó una mano por el pelo, sorprendido, mirándola fijamente. Sin más se agachó junto a ella para sentarla y mirarla a la cara.
-¿Eres hija de Jean y Lillian Lindsey?
-¿Cómo conoce usted a mi tía y a mis padres?- le preguntó ella, cada vez más asustada- yo no lo he visto nunca y usted parece conocer a casi toda mi familia…
-¿Eres o no hija de ellos?
-¡Sí!
El hombre se levantó, sorprendido. “TN” lo miró mientras él se llevaba las manos a la cabeza. Parecía frustrado y sorprendido a la vez.
-Dios, esto no puede ser…- murmuraba él- no, esto debe de ser un sueño… sí, seguro que es un sueño…- él se giró hacia ella y vio que lo miraba.
¿Cómo no se había dado cuenta de que tenía los ojos de su madre? Incluso la nariz era igual que la de ella. “TN”, se encogió ante la mirada escrutadora de él.
El hombre negaba con la cabeza, cada vez más frustrado. “TN”, entonces, no pudo evitar preguntar:
-¿Qué sucede, señor? ¿Por qué me mira así? ¿De qué conoce a mis padres y a mi tía?
Él no contestó, solamente se acercó y se agachó junto a ella para acariciarle la mejilla. Ella se apartó un poco por miedo.
-Eres igual que ella…
-¿Igual que quién?
-Igual que mamá…
-¿Cómo?- preguntó ella, sorprendida.
-Somos hermanos.
“TN” se quedó lívida, aquel hombre le acaba de decir que eran hermanos pero eso era imposible, ella nunca conoció a nadie más que a su padre y a su tía. Nunca supo de la existencia de un hermano.
Ella comenzó a negar con la cabeza.
-No… no puede ser… usted y yo no podemos ser hermanos… nadie me contó que yo tenía un hermano… no…
-Sí lo somos, aunque solo de madre…
-¡No! Eso es mentira, quiere que me confíe para que luego matarme…
-Sé que no me crees pero te demostraré que digo la verdad…- él le quitó la cuerda de los pies, luego le dio la vuelta y le quitó la de las manos.
La joven una vez libre, se frotó las muñecas y los tobillos doloridos
-¿Cómo piensa demostrar que somos hermanos?
-Te contaré la historia de mis años con mi madre y tu padre…
Él la ayudó a levantarse, lo que hizo que perdiera un poco el equilibrio, puesto que había pasado varios días tirada en el suelo sin poder apenas moverse. La ayudó a sentarse en una silla y él se sentó frente a ella en otra.
-¿Qué me quiere contar?- preguntó ella.
-Bueno, es un poco difícil de explicar, me costó asimilarlo cuando me lo contaron porque yo pensaba que Jean era realmente mi padre… Mamá y él siempre fueron amigos, por lo visto eran vecinos en el campo, las tierras de ambas familias colindaban unas con otras. Jean siempre estuvo enamorado de ella pero mamá en realidad estaba enamorada de otro hombre.
>>Al crecer, ella se convirtió en una hermosa mujer, según me han contado aunque lo que recuerdo de ella me hace pensar que tenían razón. El hombre al que amaba mamá, se dio cuenta de eso y se aprovechó de ella dejándola embarazada.
>>Cuando ella, entusiasmada, se lo contó, él le dijo que se iba a casar con otra mujer. Esto la destrozó mucho pero siempre tuvo a Jean a su lado para apoyarla y se casaron para que yo, su primer hijo, no quedara como un bastardo. Pasaron varios años antes de que mamá volviera a quedarse embarazada de nuevo, había tenido varios abortos, y siempre soñó con tener una niña para que jugara conmigo.
>>Fue un embarazo duro. Tuvo que permanecer en cama durante todo el periodo de gestación, en los que yo iba a contarte cuentos, ilusionado.
“TN” lo escuchaba poniendo mucha atención en las palabras de él.
-Entonces llegó el día del parto, donde te tuvo a ti y ella murió. Cuando Jean me dijo que estaba muerta, no le creí y fui a comprobarlo por mí mismo, verificando así que era cierto. Comencé a llorar como un niño pequeño y asustado y rápidamente me fui de la casa. No quería volver a ver el estado de mi madre. Huí lejos, sin darme cuenta me perdí hasta que me encontraron unos señores que me enseñaron a robar e incluso a matar a gente provocando así que me convirtiera en mercenario… en el mercenario más buscado de Inglaterra…
Él no la había mirado a ella hasta ese momento y vio que ella lloraba de pena.
-Entonces, sí que eres mi hermano…
-Sí…“TN” se levantó y le dio un mareo tan fuerte que se tambaleó. El mercenario la cogió en brazos.
-Hermana, ¿qué te pasa?
-No lo sé… todo me da vueltas.
-Tengo que sacarte de aquí, dime una cosa, no te desmayes aún. Tía Julie sigue viviendo cerca de los jardines de Vauxhall ¿verdad?
-Sí…- logró decir ella antes de desvanecerse.
El hombre, rápidamente, salió de la casa en la que estaban y se montó en su caballo con ella, rumbo a casa de Julie Brockway.
CAPITULO 24
Julie se encontraba en el saloncito, tomando un té cuando oyó que llamaban a la puerta.
En ese momento no había ningún sirviente en la casa así que ella misma salió a abrir. Cuando la abrió, se encontró a un hombre que portaba a su sobrina en brazos, inconsciente.
-¡Oh Dios mío!- exclamó la mujer- ¿qué le ha pasado a mi sobrina?
-Se ha desmayado…
-Pase, acompáñeme al salón- dijo Julie con preocupación y caminando hacia el salón.
-¿No me recuerdas, tía Julie?
La mujer de repente se detuvo. Luego se giró lentamente.
-¿Zachary?
Él sonrió.
-Sí tía, soy yo…
-¡Oh Dios mío! ¡Zachary has vuelto! Pero ¿cómo has encontrado a tu hermana?
-Es una historia muy larga, primero hay que atenderla.
-Sí, tienes razón, acompáñame, la llevaremos a su habitación.
Los dos subieron a la planta alta y Julie entró en la habitación de “TN” donde Zachary la dejó en la cama.
-Trae agua de rosas para despertarla…
-Pero ¿qué le pasó?
-No lo sé, lleva unos días un tanto rara, como si tuviese nauseas, mareos…
Julie lo miró y luego miró a su sobrina. Notó la ligera curva de su vientre y sonrió complacida.
-No te preocupes, Zachary, son síntomas de embarazo.
-¿Embarazo? ¿Mi hermana estaba embarazada y no me lo contó? ¿Por qué no me dijo nada?
-Quizás no lo sabía. Nunca le comenté los síntomas de embarazo, ni siquiera tuve tiempo desde que recibía las amenazas de muerte y todo lo demás.
Zachary se llevó las manos a la cabeza.
-Dios, he estado a punto de matar a mi hermana y a mi sobrino sin yo saberlo…
Julie lo miró, sorprendida.
-¿Qué has dicho?
-Tía Julie, no te alarmes pero lo que tengo que decirte es muy duro de asimilar.
-Dime lo que sea, ¿por qué has dicho que has estado a punto de matarlos?
-Yo he sido quien la ha atacado en todo este tiempo.
-No puede ser, la persona que la ataca es un mercenario llamado Depredador…- Julie se detuvo en su discurso y se llevó las manos a la boca para sofocar el grito que pugnaba por salir de su garganta- no…
-Sí, tía, yo soy el Depredador… me contrataron para secuestrar a mi hermana, me dijeron que su padre había robado algo que no le pertenecía y quería cobrársela con ella.
Julie estaba sorprendida. No se esperaba que su recién aparecido sobrino fuera un mercenario buscado por la ley para ejecutarlo.
-Pero… ¿por qué?
-Es muy largo de explicar, tía, primero hay que despertar a mi hermana.
-Sí, tienes razón, creo que por aquí hay una botellita de agua de rosas- dijo la mujer rebuscando en la habitación, cuando lo encontró se lo acercó a su sobrino.
Este abrió el botecito y lo pasó por delante de la nariz de su hermana. Esta ladeó la cabeza antes de abrir los ojos lentamente.
-Umm… ¿dónde estoy?
-Estás en casa de tía Julie- dijo Zachary.
“TN” ladeó la cabeza lentamente hasta ver a su hermano, luego sonrió.
-Pensé que había sido un sueño…
-No lo es, hermana mía, simplemente te has desmayado. ¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada?
-¿Qué?
-Estás embarazada, cariño- le dijo Julie con delicadeza.
-¿Embarazada?- preguntó mirando a su tía.
-Sí, las nauseas, los mareos… el vientre redondeado… son síntomas de embarazo.
-Pero…- dijo, luego calculó la última vez que había tenido el periodo y cerró los ojos- oh Dios… no puede ser… tía, dime que no es verdad, que no estoy embarazada.
-¿Por qué? ¿Acaso no deseas un hijo?
-Sí, lo deseo con todo mi corazón pero no puede ser, tía, dime que no estoy embarazada, te lo ruego.
-Lo siento, cariño, ojalá pudiera pero es que lo estás.
-Oh no…- dijo “TN” comenzando a llorar. Su hermano se sentó a su lado y la tomó entre sus brazos para consolarla.
-Quizás deba avisar a lord JOSEPH.
Zachary la miró y dijo rotundamente.
-No, ese hombre no pisará esta casa, no se merece estar casado con mi hermana, no ha sabido protegerla.
-Pero, Zachary, es su marido, debe haberse percatado de la desaparición de su esposa.
-Me da igual, no lo vas a avisar, mi hermana está muy afligida y estoy casi seguro que es por él.
-Hermano… deja que lo avise.
-No, estás llorando por ese bebé, porque él no lo quiere y tampoco te quiere a ti ¿verdad?
“TN” calló sin atreverse a mirarlo.
-Él no sabe que estoy embarazada, ni siquiera yo lo sabía…
-Eso no es excusa, nadie va a avisar a ese hombre bajo ninguna circunstancia, es más, le obligaré a darte el divorcio cuanto antes.
El llanto de “TN” se incrementó.
-Pero yo lo amo… no puedo vivir sin él…
-¿Quieres ser el hazmerreír de Londres cuando él se canse de ti y se busque una amante? Lo siento, hermana, de verdad que lo siento pero con el tiempo te darás cuenta de que es lo mejor… iré a prepararte algo de comer, estás débil…
Zachary se levantó y salió de la habitación. Julie, entonces, se sentó junto a su sobrina y la abrazó mientras esta lloraba.
-Tía, no le hagas caso, avisa a mi esposo, te lo ruego…
-Aún no puedo… tu hermano está muy enfadado, se le nota en la cara y si viene tu marido, podría producirse una pelea.
-Pero estará preocupado… o quizás no… quizás se alegra de que haya desaparecido…
-No digas eso, “TN”, tú eres una mujer muy dulce, cualquier hombre se fijaría en ti.
-Pero no JOSEPH, tía, él prefiere estar con lady Isabella Greyson…
-Eso es imposible, además, he oído que el señor Greyson ha comprometido a su hija con un horrible duque y estoy segura de que le enseñará modales a esa mujercita.
“TN” sonrió levemente a través de las lágrimas aunque luego volvió a entristecerse.
-Pero podrían verse a escondidas.
-No lo creo, la última mujer de ese duque, permaneció encerrada durante cerca de seis meses que duró el matrimonio porque ella pidió el divorcio.
-No me consuela, tía, Isabella no es como esa mujer, lo sé…
-Deja de llorar, cariño, deberías estar contenta, vas a tener un hijo.
-Ya pero no tengo el amor de su padre.
-Ya lo sé pero no te entristezcas, no me gusta verte así de afligida, piensa que has encontrado a tu hermano.
-Sí… tienes razón.
-Pues ya está, lo que debes hacer ahora es descansar y curarte esas heridas de las muñecas. También debes de cambiarte el vestido, ese está sucio.
-Pero no tengo ningún vestido aquí… me los llevé todos cuando me mudé a casa de JOSEPH …
-Creo que dejé algún vestido aquí…
Julie se acercó al ropero y encontró unos vestidos bastantes remendados. Sacó uno y se lo enseñó. En su tiempo había sido un hermoso vestido de color naranja con detalles en blanco.
-Puedes remediarte con este mientras…
-Sí.
“TN” se cambió y Zachary volvió con una bandeja en la que había un plato de caldo, el cual, la joven se tomó sin chistar. Después se quedó dormida y Zachary se sentó a su lado.
-Se parece mucho a mamá…
-Sí, tu madre era una mujer muy hermosa.
-Pero ¿por qué me mandaron a matarla? No lo entiendo.
-Tu hermana tiene algo que apostó Jean, no sé el qué pero lo tiene ella y es algo de mucho valor.
-Pero me dijeron que su padre, es decir, Jean, lo había robado.
-Jean nunca fue capaz de robar, nunca lo hizo, el podía ver mi dinero y no tocarlo… él no robó nada.
-Hay que protegerla, ese hombre que me contrató la busca y como sepa que soy su hermano, mandará a otro mercenario a matar tanto a ella como a mí.
-¿Tú sabes quién es ese hombre?
-No tengo la menor idea… no lo había visto en mi vida…
-Si al menos supiésemos quién es…
-Podría averiguarlo pero es peligroso… podría sospechar y no quiero exponer a mi hermana a más peligros.
-Por ahora quedaros los dos aquí, yo hablaré con mi abogado para ver qué se puede hacer para protegerte de la justicia.
-No te molestes, tía Julie.
-Debo hacerlo, eres mi sobrino.
-Gracias, tía.
Julie sonrió.
De repente sonó la puerta. Ambos se miraron durante unos instantes sin saber si ir a abrir o no. Julie, entonces, dijo:
-Voy a abrir, podría ser alguien con una nota para mí o algo. No te muevas de aquí por nada del mundo.
-Entendido.
La mujer bajó las escaleras y se acercó a la puerta cuando volvían a tocar. Suspiró y abrió la puerta, encontrándose con Catherine.
-Catherine ¿qué haces aquí?
-Quiero hablar con usted, ya que JOSEPH no lo ha hecho aún.
-¿Sucede algo?
-“TN”…- Catherine no pudo seguir porque de repente, se había puesto a llorar como una Magdalena.
-¿Qué pasa con “TN”? Ven, pasa.
Las dos mujeres entraron en la casa y cuando Catherine se serenó, miró a Julie y dijo:
-La han secuestrado… alguien secuestró a “TN” el día de la fiesta.
-Oh Catherine, me habías asustado, mi sobrina está aquí. Estuvo secuestrada pero su hermano la trajo de nuevo.
-¿Su hermano? ¿De qué habla?
-Ven, “TN” está en su habitación descansando con su hermano.
-Lady Julie, “TN” nunca ha tenido hermanos…
-Tú acompáñame y te lo explicaré todo.
Las dos mujeres subieron las escaleras y se acercaron a la puerta de la habitación de “TN”. Allí, Julie abrió la puerta y dejó paso a Catherine que al ver al hombre que estaba sentado junto a su amiga, se sintió desfallecer.
-¡Tú!- exclamó sorprendida.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 25
Zachary se giró bruscamente al oír aquella voz.
Era ella.
Él se levantó para mirarla, sorprendido. Julie los miró a ambos, sin entender nada.
Catherine se había quedado paralizada junto a la puerta. No podía moverse de la impresión. El hombre que había invadido sus sueños desde la primera vez que lo vio se encontraba frente a ella y era el hermano de su mejor amiga.
-¿Qué hace ella aquí, tía Julie?- preguntó Zachary mirando a su tía.
-Es la amiga de tu hermana.
Zachary la miró, ella parecía a punto de desmayarse. Intentó andar pero perdió el equilibrio así que él, rápidamente, la sujetó.
Ella lo miró a los ojos.
-Eres tú…- susurró ella.
Zachary la ayudó a sentarse en una silla en lo que Julie servía un vaso de agua para calmar a la joven. “TN”, entonces, abrió los ojos.
-¿Qué pasa?- preguntó incorporándose y vio a su amiga y a su hermano mirándose- ¿Catherine?
Catherine desvió la mirada hacia su amiga y rápidamente se levantó para acercarse a ella.
-“TN”…- dijo sentándose a su lado y mirando a Zachary- ¿cómo estás? ¿Te hicieron daño? Estábamos muy preocupados.
-Estoy bien, mi hermano no me hizo nada cuando descubrió quien era yo.
-¿Tu hermano? Amiga, no puede ser ese tu hermano…
-Lo es, somos hermanos por parte de madre solamente.
-Oh Dios mío, “TN”, él es el hombre del que te hablé. El que vi en la fiesta- le susurró para que solamente ella lo oyese.
“TN” la miró sorprendida.
-¿Es él?
-Sí…
Zachary se acercó a las dos jóvenes. Catherine lo miró, parecía más imponente que la última vez. El corazón le latía violentamente.
-Os dejo a solas- dijo Zachary y salió de la habitación.
Julie se acercó a su sobrina.
-¿Cómo te sientes?
-Mejor… aunque tengo un poco de hambre.
-Mandaré que te traigan algo, seguro que el servicio ha vuelto, así os dejo solas que seguro que tenéis cosas que hablar.
Julie salió dejando a las dos chicas solas.
-“TN”, es él… él es el hombre de mi vida.
-Entonces mi hermano es el famoso hombre.
-¿Ves? Te dije que se me parecía a ti… ¡es tu hermano! ¿Cómo descubristeis que sois hermanos?
-Él me secuestró y yo le dije que si me dejaba libre, mi tía le proporcionaría protección.
-¿Tu hermano te secuestró?
-Sí, mi hermano… es el mercenario más buscado de Inglaterra, el Depredador.
-¡¿El Depredador?!
-¡Calla! Te pueden oír…
Catherine se tapó la boca con una mano, luego apartó su mano para decir:
-Entonces ha sido él quien te ha atacado en todo este tiempo ¿no?
-Sí… pero eso no es lo peor, amiga- dijo “TN” bajando la mirada.
-¿Qué sucede?
-Estoy embarazada… JOSEPH va a ser padre y mi hermano no me deja volver con él.
-¿Cómo que no te deja volver con él?
-No quiere que vuelva con él, dice que no es capaz de cuidarme y le va a obligar a darme en divorcio.
-Pero entonces, ese bebé será…
-Un bastardo… Cathy, yo no quiero separarme de JOSEPH, él es el único capaz de darme la vida, por él es por el que late mi corazón y por él es que voy a tener este bebé…
“TN” no pudo contener las lágrimas y su amiga la abrazó al verla tan afligida.
-¿Quieres que hable con ellos? ¿Tanto con tu hermano como con tu esposo?
-Sí, necesito ayuda para convencerles, porque sé que cuando JOSEPH se entere de mi embarazo se enfadará…
-Eso no lo sabes, amiga, a lo mejor se alegra.
-Estoy segura de que no se alegrará.
-Tú tranquila, que yo me ocupo de esto.
-Gracias.
-De nada.
Al rato, apareció el mayordomo con una bandeja con comida. “TN” se lo comió todo y luego se quedó dormida.
Catherine, aprovechando, salió de la habitación, en busca del hermano de su amiga, así que comenzó a caminar por la casa, mirando en todas las habitaciones.
Bajó a la planta baja y se dirigió a la biblioteca, lentamente abrió la puerta y entró. Estaba algo oscuro. Escrutó en la oscuridad y se asustó al sentir un aliento cerca de su oreja.
-¿Qué haces aquí?
La joven se volvió y se encontró con la mirada del hombre de sus sueños. Llevándose una mano al corazón por la sorpresa, respiró hondo y dijo:
-Te estaba buscando.
-¿A mí? ¿Para qué?
-Tengo que hablar contigo sobre mi amiga.
-¿Qué pasa con ella? ¿Le ha pasado algo?
-Sí, está muy afligida… la quieres separar de la persona a la que ama con todo su corazón.
-Es lo mejor… no se merece a ese hombre que no es capaz de protegerla.
-Protegerla de ti, te lo recuerdo, de su propio hermano.
-Yo no sabía que era mi hermana… ese hombre no se la merece, mi hermana vale más que eso.
-Sí pero la vas a separar ahora que está embarazada. Será la comidilla de toda Inglaterra, ¿eso es lo que quieres para tu hermana? ¿Cómo te sentirías que te separaran de la persona a la que más amas en este mundo?
-No lo sé porque nunca he amado y tampoco quiero amar a nadie, no soy un hombre que se ata a una mujer.
Catherine lo miró fijamente, por dentro sintió que el corazón se le encogía. Aquel hombre era un alma libre, un hombre que solo pensaba en el día a día y no en un futuro próximo.
-Es más, es posible que pronto me vaya. Debo encontrar un marido adecuado para mi hermana.
-Nadie la querrá en su estado. Debe quedarse con su marido.
-¡No!
-¡Maldita sea! ¿Es que no piensas en los comentarios que hará la gente cuando se entere del escándalo de que “TN” y JOSEPH se divorciarán y estando ella encinta?
-Más vale eso, a que sufra una vida desdichada junto a él- dijo él agarrándola del brazo bruscamente.
Ambos respiraban agitadamente, estaban muy cerca el uno del otro y ella se quedó mirando el brazo que le sujetaba, sorprendida porque aquel hombre se atreviera a ponerle una mano encima.
Ella intentó soltarse pero él la sujetaba con fuerza.
-Me haces daño- dijo mirándole con cierto enojo- él la soltó con brusquedad y le dio la espalda- piensa o di lo que quieras, ella debe estar con su marido y más si es su deseo.
-Ella no saldrá de aquí hacia los brazos de ese hombre, es mi última palabra.
Catherine apretó los puños a sus costados.
-¿Por qué los hombres os empeñáis en hacer con las mujeres lo que os da la gana? ¡Tenemos sentimientos! Sentimientos que deben ser respetados.
-Las mujeres estáis para obedecer a los hombres y nada más…
-Eso no es así, déjalo, no quiero seguir discutiendo, la verdad que me has decepcionado para lo que había imaginado- dicho esto, ella se dio la vuelta y se dirigió a la puerta.
Zachary la detuvo agarrándola por un brazo, la giró y la acercó hacia sí. Sin esperar respuesta, él la besó.
Fue un beso rudo, violento pero que a Catherine derritió por completo. Nunca pensó que un hombre besara de esa forma tan descabellada y seductora. Él la atrajo más hacia sí, poniéndola entre sus muslos evidenciando el deseo que había avivado en él.
Catherine al notar que algo duro se frotaba contra su vientre, se sintió ardiente, como si un fuego interior la abrasara por completo. Todo ese calor se trasladó por todo su cuerpo hasta llegar a su bajo vientre. Notó como sus pechos se endurecían contra el torso de él y sus pezones se erguían hasta el punto de ser doloroso. Un dolor muy placentero pero debía parar ese momento o no respondería de sus actos.
Rápidamente se separó, con la respiración desbocada y sin pensárselo, le dio un fuerte bofetón.
-¡No lo vuelvas a hacer más!- gritó ella enfurecida tanto con él como consigo misma.
Salió de la habitación dejándolo a él en medio de la biblioteca con el miembro erecto por el deseo.
Zachary maldijo a esa mujer por hacer tan evidente su deseo, nunca le había pasado algo así con una mujer y no le pasaría jamás. No volvería a acercarse a esa mujer.
Nunca.
Catherine salió de la biblioteca con la respiración agitada. El cabello estaba algo revuelto y sus labios doloridos e hinchados.
Odiaba a ese hombre por lo que estaba haciéndole a su amiga. No podía separarla de su esposo. “TN” estaba sufriendo porque JOSEPH no la amaba y su hermano ahora le impedía estar con él a pesar de eso.
¿Cómo podía un hombre que besaba de esa forma ser tan cruel con su propia hermana? No lo entendía.
-¡Aggg! ¡Cómo odio a ese hombre!- exclamó en medio del pasillo que iba de camino a la habitación de su amiga.
Entró en silencio pero bastante enfadada consigo misma por haberse dejado besar y sentir lo que sintió como con él por haberla arrastrado hacia ese mundo de pasiones.
A esa ardiente pasión que había sentido.
No, tenía que alejarse de ese hombre.
Cuanto más lejos mejor, así se olvidaría de su existencia.
CAPITULO 26
JOSEPH se encontraba en su despacho, tomando otro brandy. Estaba desesperado por encontrar a su esposa. Ahora más que nunca se daba cuenta de que no podía vivir sin ella y que la necesitaba a su lado, no solo para que le calentara el lecho sino para poder darle todo su amor.
Desde que la encontrara, le confesaría que la amaba con toda su alma y que si a ella le pasaba algo, él moriría.
Él iba a servirse otro brandy cuando alguien llamó a la puerta de su despacho.
-Adelante- dijo él.
La puerta se abrió y apareció Gabriella portando un sobre en una bandeja.
-Señor, han dejado este sobre para usted.
-Déjala sobre la mesa.
-El chico que la trajo dijo que era de vital importancia que la leyera. JOSEPH, fastidiado, se acercó al escritorio y cogió el sobre. Lo abrió y encontró una breve nota que decía:
Lord JOSEPH:
Soy Julie, deseo comunicarle que mi sobrina “TN” está en mi casa, en buen estado, pero por favor, no venga aún, su hermano acaba de aparecer y está muy enfadado con usted. Le envía un cordial saludo.
Julie Brockway.
JOSEPH releyó la nota bajo la atenta mirada de Gabriella.
-¿Sucede algo, señor?
-Gabriella, avisa al mozo de cuadras para que prepare mi caballo, rápido.
-Sí, señor.
Gabriella salió inmediatamente del despacho para avisar al mozo de cuadras cuando se topó con Amanda.
-Gabriella, ¿por qué corres de ese modo?
-El señor me mandó a avisar al mozo de cuadras.
-¿Y se puede saber por qué?
-No lo sé, recibió una nota y me dijo eso.
Amanda frunció el entrecejo pero luego dijo:
-De acuerdo, ve.
Gabriella se dirigió fuera de la casa para avisar al mozo de cuadras. Al momento salió JOSEPH y Amanda lo abordó en el pasillo.
-¿Va a alguna parte, señor?
-Sí, a casa de la señora Brockway.
-¿Ha pasado algo?
-Mi mujer está allí.
Amanda abrió los ojos sorprendida, esa mujer debería estar muerta a estas horas, no en casa de la tía. ¿Qué estaba pasando ahí? Debía comunicárselo a su amante cuanto antes.
-No sabe cuánto me alegro, señor.
-Gracias, Amanda, alcánzame mi chaqueta.
La mujer obedeció y le trajo la chaqueta, él se la puso y salió de la casa. Se montó en su caballo y puso rumbo a la casa de Julie Brockway.
“TN” estaba en la biblioteca leyendo un libro, tranquilamente cuando entró su hermano.
-¿Cómo te encuentras?
-Mejor, ya no me mareo tanto aunque las nauseas siguen. Pero…
-¿Qué pasa?
-Quiero ver a mi esposo.
-“TN”, ye te expliqué por qué no debes ver a tu esposo.
-Pero es que necesito verlo, al menos que sepa que estoy viva y bien.
-Lo siento, “TN”, es mejor dejar las cosas así.
De repente, alguien tocó en la puerta principal. “TN” se levantó para asomarse y ver quién era. Al asomarse vio que el mayordomo abría la puerta y dejaba paso a un hombre.
-¡ JOSEPH!- exclamó ella, contenta de volver a verlo.
Zachary la miró e intentó impedirle que saliera de allí.
-No salgas, “TN”- dijo su hermano agarrándola de un brazo.
-Suéltame, Zachary, por favor…- dijo la chica suplicante- te lo ruego… es lo único que te estoy pidiendo, déjame salir.
Su hermano la miró a los ojos y vio en ellos destellos de lágrimas a punto de salir, él no lo pudo resistir y la soltó. Ella sonriente lo abrazó y salió de la biblioteca.
-¡ JOSEPH!- exclamó ella, se veía tan hermoso como siempre aunque estaba un poco descuidado.
JOSEPH que no la vio salir, la miró y sonrió de felicidad. Rápidamente corrió a abrazarla.
-“TN”, estás viva, lo estás. No sabes cuánto he rezado para que llegara este día, amor mío- ella intentó hablar al oír esas palabras pero él la interrumpió- no, no digas nada, déjame terminar… estos días sin ti han sido un auténtico infierno y me he dado cuenta de que te amo… te amo con toda mi alma y mi corazón. Tanto uno como otro son tuyos, pertenecen por completo a ti…
“TN” lo miró con lágrimas corriendo por sus mejillas. Le había dicho que la amaba y que le entregaba su alma y su corazón.
- JOSEPH … ¿de… de verdad… me amas?
-Claro que sí, te amé desde aquel día en que te saludé en aquella fiesta. La de la señora Dianne. Te amaba y no sabía verlo, mi corazón quería seguir siendo un corazón solitario pero tú te abriste paso a él poco a poco y me enamoré de ti sin darme cuenta.
-Entonces… ¿por qué nunca me lo dijiste? ¿Por qué no me lo dijiste cuando yo te confesé mi amor?
-Por miedo. Tenía miedo de mis sentimientos, de lo que me pasaba, de si lo que estaba sucediendo era una fantasía de mi mente o era real y ahora más que nunca sé que mis sentimientos son reales y que no podría vivir sin ti.
-Oh, JOSEPH …- dijo la joven llorando de felicidad mientras él la abrazaba fuertemente.
-Escucha, “TN”, escucha como galopa mi corazón cuando te tengo cerca. Parece que se me va a salir.
La joven levantó la mirada sonriendo y él acercó su cara a la de ella para besarla pero fueron interrumpidos por Zachary.
-Déjala…- le dijo a JOSEPH.
La pareja lo miró. Entonces, JOSEPH, se separó un poco de “TN” y dijo:
-¿Quién eres tú?
-Soy Zachary, su hermano.
-Así que tú eres el famoso hermano que estaba enfadado conmigo… ¿puedo saber por qué?
-Porque no la protegiste…
-¿Qué? No sabes lo que dices, la metí en mi casa y me casé con ella, no le quitaba el ojo de encima.
-Si no le hubieras quitado el ojo de encima el día de la fiesta, no la hubieran secuestrado.
-¿Cómo sabes todo eso?
-Porque yo secuestré a mi hermana.
-Zachary, por favor, déjanos a solas, yo le explico lo que pasó.
-¡No! ¡Este hombre se va de la casa ahora mismo!
-Tendrás que matarme para conseguir separarme del lado de mi esposa.
-Estaré encantado- dijo Zachary sacando una daga que llevaba escondida.
-¡No, Zachary! ¡No lo hagas!- gritó “TN”.
-Este hombre no te merece, “TN”.
-Déjalo, “TN”, deja que intente matarme…- dijo JOSEPH.
-¡No!
“TN” se puso en medio de los dos hombres mirando desafiante a su hermano.
-“TN”, apártate.
-Para matarlo a él tendrás que matarme a mí primero.
-No digas sandeces, “TN”.
-Hablo muy en serio, ¿acaso quieres matar a tu hermana y a tu sobrino?
JOSEPH miró a “TN”, sorprendido de su valentía y a la vez de las palabras que acababa de decir.
-¿Estás embarazada?- preguntó JOSEPH anonadado.
En ese momento apareció Julie en las escaleras.
-¡Zachary! ¡Detente!- exigió la mujer.
Zachary miró a su tía.
-No voy a detenerme, este hombre ha hecho daño a mi hermana.
-Lord JOSEPH es un invitado mío, yo misma le envié una nota para que viniera, para que viera a su esposa y supiera que espera un hijo suyo. Como futuro padre de la criatura tiene derecho a saberlo.
-Tía… ¿qué pretendes?
-Pretendo volver a unir a esta hermosa pareja. No merecen estar alejados el uno del otro. Ellos dos forman parte de una misma cosa, una misma alma, no pienso permitir que sobreprotejas a tu hermana separándole del hombre al que ama.
-Tía, ella ha estado en peligro muchas veces y él no ha sabido protegerla.
-¿Acaso tú sí? Que yo sepa tu misión era matarla hasta que descubriste que era tu hermana, no sé cuál de los dos es más amenazante para ella.
La mujer bajó y abrazó a su sobrina. Ambos hombres se miraron fijamente.
-¿Tú querías matarla?
-No sabía que ella era mi hermana.
-Pero ibas a matarla…- dijo JOSEPH colérico.
- JOSEPH, por favor, déjalo tú también- le pidió “TN”.
-Esto no es bueno para el bebé…, lord JOSEPH, Zachary, dejad de pelear, mirad como tenéis a “TN”, está pálida y aún está algo débil.
JOSEPH, se acercó a su esposa y le pasó la mano por la cintura.
-Ven, te acompaño al salón para que te relajes un poco.
La pareja se fue hacia allí dejando a Julie y a su sobrino, solos en medio del recibidor.
-Zachary, tu hermana tarde o temprano hubiese ido a él. Seguro que cuando se hubiese recuperado del todo hubiera ido a verlo. No puedes impedir ese amor.
-Pero tía, tú misma has visto cómo sufría por culpa de él.
-Lo sé, Zachary, pero ya viste cuanto ama JOSEPH a tu hermana. Le entrega su alma y su corazón, déjalos que estén juntos y sean felices. Es hora de que “TN” pueda ser feliz. No sabes la vida que ha vivido. Nunca quiso que le comprara nada, era una niña orgullosa y no quería dar pena a nadie. Es más nunca ha tenido nada de valor, excepto unas alhajas baratas a las que tiene mucho cariño y el collar de esmeraldas de tu madre.
-¿Ella conserva el collar de mi madre?
-Sí, lo guarda como un auténtico tesoro. Es el único recuerdo que posee de tu madre y lo único que le dejó mi hermano.
Estas palabras hicieron meditar a Zachary. Recordaba que aquel noble le dijo que “TN” tenía algo que le pertenecía por derecho. Algo de mucho valor porque si no, no le hubiese contratado. En cambio, su tía le había dicho que “TN” lo único que poseía de valor era el collar de esmeraldas de su madre. ¿Sería acaso ese collar el motivo por el cual querían matar a “TN”? Tendría que averiguarlo.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
La chismosa de Amanda !!!!.... Hagarrenlaaaaa
chelis
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 27
JOSEPH y “TN” entraron en el salón y se sentaron en el sofá que estaba frente al hogar. Ella lo miró fijamente.
-¿Te sientes mejor?
-Estoy bien- dijo ella.
-¿Seguro?
-Sí.
-¿Por qué me ocultaste que esperabas un hijo mío?
-No lo supe hasta hace unos pocos días cuando me lo dijo mi tía al ver mis síntomas.
-No sabes lo desesperado que estaba al no encontrarte por ningún lado. Pensé que te había perdido para siempre.
-Pues aquí estoy y con nuestro hijo en mi seno- dijo ella llevándose las manos al vientre ligeramente redondeado sin dejar de sonreír.
Él también sonrió y unió sus manos con las de ella en el vientre.
-Ahora más que nunca no dejaré que te pase nada. Os protegeré con mi vida si hace falta.
Ella no pudo evitar abrazarse a él. Estaba tan contenta de que él le hubiera confesado su amor y que aceptara a su hijo. Él correspondió a su abrazo estrechándola contra sí, luego con una mano le elevó el mentón para besar aquellos hermosos labios que ella poseía y los que él no podía sacar de su cabeza.
-Te amo, JOSEPH.
-Yo también te amo, amor mío- dijo volviéndola a besar apasionadamente.
Él la despojó de la parte de arriba del vestido dejando sus senos al descubierto, entonces, con una mano comenzó a acariciar uno de ellos con inmensa suavidad provocando en ella que gimiera levemente.
La boca de él bajó lentamente por su garganta hasta llegar al valle que había entre sus senos, luego posó sus labios en unos de los pezones, ya erguidos y lo succionó. Ella se arqueó para darle mejor acceso a él a sus senos doloridos por la dulce tortura a la que él le sometía.
En lo que él succionaba los pezones con las manos le levantó la falda para tener un acceso directo a ese monte de Venus que lo volvía loco de lujuria.
- JOSEPH …- susurraba ella con voz ahogada por la pasión.
-Amor mío- dijo él con la voz ronca.
“TN” gimió muy fuerte al notar la mano de él en el centro de su placer aferrándose a los hombros de JOSEPH. Él la tocó suavemente sintiendo la humedad de ella y sin poder más se desabrochó el pantalón y la penetró.
Comenzó con acometidas lentas mientras la besaba en la boca, poco a poco fue aumentando la fuerza hasta que juntos llegaron al clímax.
Permanecieron unos segundos uno encima de la otra recuperando el control de sí mismos.
Después de recuperarse, volvieron a vestirse y se abrazaron con cariño.
-Volverás conmigo a casa ¿verdad?- le preguntó él.
-Por supuesto, amor mío- dijo ella.
JOSEPH sonrió feliz.
Luego, se levantaron y le dijeron a Julie que ella volvía con su marido a casa.
-Me alegro por los dos- dijo Julie sonriente- no me gustaba ver a mi sobrina en el estado en que se encontraba… la pena la estaba consumiendo y eso no es bueno para la criatura que viene en camino.
“TN” sonrió y luego abrazó a su tía.
-Gracias por haberme cuidado en todo este tiempo.
-De nada querida, para eso soy tu tía ¿no crees?
“TN” se separó de su tía y miró a su hermano que estaba apoyado en la pared con los brazos cruzados. Dejó a JOSEPH hablando con su tía y se acercó a él.
-Zachary…
Él no la miró, estaba enfadado.
-Vamos, Zach, no te comportes como un niño… él es mi marido y nos queremos. Por favor, no quisiera irme y que estés enfadado conmigo.
-Yo no estoy enfadado contigo.
-Sí lo estás, no me miras a la cara.
-No te mereces estar con ese hombre, solo conseguirá hacerte daño.
-Él me ama, Zach.
Zachary miró a “TN” por un momento.
-Te dejaré ir pero con una condición- dijo rindiéndose.
-Lo que sea.
-Sí te hace daño, avísame y no dudaré y clavarle un puñal en el corazón.
-¡Zachary! No digas esas cosas- lo reprendió su hermana.
-Me preocupo por ti, no he podido hacerlo en todo este tiempo y me siento mal.
-No te sientas mal por eso, además tú no sabías que yo estaba viva.
Hubo un momento de silencio entre ambos hasta que él finalmente preguntó:
-¿Lo que quiere ese hombre de ti es el collar de esmeraldas de mamá?
Ella lo miró, sorprendida.
-¿Cómo sabes que guardo el collar de esmeraldas de mamá?
-Me lo contó tía Julie pero dime, ¿es eso lo que quieren?
-No estoy segura, Zach, es posible que sea eso porque fue lo último que me dio mi padre para que lo guardara.
-Entonces no cabe duda de que es el collar lo que quieren. Dámelo y yo se lo daré a ese hombre.
-¡No! No quiero separarme del único recuerdo de mi madre, no me pidas que te entregue el collar.
-¿Entonces quieres que ese hombre te siga buscando para matarte y conseguir lo que quiere?
-Me da igual pero no pienso darle el collar. Lo siento, Zach, ese collar es un tesoro para mí y es lo único que tengo de mamá, tú pudiste conocerla pero yo no… déjame al menos conservar una parte de ella para mí.
-¿Y qué piensas hacer entonces?
-Averigua quién es ese hombre y una vez lo sepamos intentaré hablar con él.
-No irás sola a hablar con ese hombre.
-Está bien pero averigua quién es por favor.
-De acuerdo.
La joven abrazó a su hermano y luego volvió con su marido. Ambos salieron de la casa, montaron en el carruaje de Julie y amarraron el caballo de JOSEPH para que volviera con ellos.
En el carruaje, los dos iban abrazados mientras él le contaba todo lo que había sufrido desde que ella había desaparecido.
-Me pasaba el día fuera de casa, buscándote y volvía a casa derrotado. Me refugiaba en mi despacho bebiendo sin parar.
-Oh JOSEPH - dijo la joven emocionada al saber que él estaba tan preocupado- yo quise avisarte según recuperé la conciencia pero mi hermano no quería.
-Y créeme que lo odio nada más que por eso- dijo JOSEPH, enfadado.
-No digas eso, amor mío, lo hacía porque yo pensaba que no me querías…
-No tenía derecho a separaros a ti y al bebé de mí, cuando te perdí me di cuenta realmente de lo que sentía. Sin ti era como si me faltara el aire para respirar.
-Bueno, ahora volvemos a estar juntos y con un niño en camino.
-¿Y cómo sabes que será un niño? ¿Acaso no quieres una niña?
-Claro que quiero una niña pero quiero un niño que se parezca a ti.
-Vaya, pues yo quiero una niña que sea tan hermosa como su madre.
Ella se sonrojó y ambos sonrieron.
-No sabes cuánto tiempo llevo soñando con este día, JOSEPH. Soñaba que me decías que me amabas y que estábamos felices.
-Sí pero la amenaza aún no ha acabado, “TN”, ahora más que nunca debes dejar que te proteja. Si ese hombre se entera de que estás embarazada, la amenaza será mucho mayor.
-Lo sé y no quiero que le pase nada a mi bebé.
-Yo me encargaré de cuidaros a los dos.
-Sé que lo harás- dijo ella mirándolo a los ojos y acercando su rostro al de él para besarlo dulcemente.
Amanda, una vez que se hubo ido JOSEPH corrió hacia la casa de su amante para contarle las novedades. Este la esperaba en su espacioso despacho.
-Amanda, me sorprende verte a esta hora por aquí… ¿es que no puedes esperar hasta la noche para verme?
-Claro que no, señor, usted es muy especial para mí y mi cuerpo no se cansa de vos pero no quería hablarle de eso…
-¿Y de qué querías hablarme, Amanda?
-Se trata de la señora JONAS… ha aparecido y viva, está en la casa de su tía y el señor fue a buscarla para traerla de vuelta.
El hombre se levantó dándole un golpe a la mesa con su puño.
-¿Cómo has dicho?
Amanda se alejó un poco con cierto temor.
-Sí, señor, esa mujer ha aparecido viva…
-No puede ser, el mercenario que contraté me envió una nota diciéndome que la tenía en su poder, no es posible que se haya escapado.
-Pues el señor JONAS recibió una nota de la tía de esa mujer diciéndole que estaba viva.
-¡Maldita sea!- el hombre se giró y puso las manos a su espalda, pensativo- enviaré una nota a ese mercenario para ver qué sucedió.
-Ahora debo irme, señor, le veré esta noche…
-De acuerdo, querida.
Amanda salió de la casa y volvió a la de JOSEPH, justo en el momento en que un carruaje con el emblema Brockway, se detenía frente a la puerta principal.
De él bajaron el señor y la señora de la casa. A ambos se les veía felices. En la puerta ya los esperaba un lacayo listo para abrir. Una vez la puerta se abrió la pareja entró y los recibió Gabriella que se acercó a “TN”.
-Señora, me alegro de tenerla de vuelta en la casa.
“TN” sonrió agradecida por las palabras de la joven.
-Y yo me alegro de volver a verte, Gabriella.
-Gabriella, acompañe a la señora a sus aposentos, necesita descansar.
-Cariño, estoy bien- se quejó “TN”.
-Debes cuidarte y también debes cuidar de nuestro hijo.
Gabriella miró a su señora.
-¿De verdad está encinta, señora?
-Sí.
-Oh no sabe cuánto me alegro por usted- dijo la joven sonriendo.
-Yo también me alegro y espero que me puedas ayudar a coser la ropita para este bebé y a preparar un cuarto para él. Había pensado en ponerlo en la habitación contigua a la que duermo, se podría abrir una puerta allí por si el bebé llora, yo pueda ir a ver qué le pasa, ¿te parece bien, querido?
-Me parece perfecto- dijo JOSEPH más que feliz.
-Entonces comenzaré a coser ropita, ¿me enseñarás, Gabriella?
-Por supuesto, señora, será todo un honor enseñarle.
-Pues acompáñame, cuanto antes empecemos, antes podré empezar a coser ropa.
Ambas jóvenes subieron a la planta alta y JOSEPH, sonriente, entró en su despacho.
CAPITULO 28
Pasaban los días y el vientre de “TN” aumentaba poco a poco de volumen, ahora en vez de ser una ligera curvatura, ya comenzaba a notarse un vientre un poco más grande. Los vestidos comenzaban a quedarle estrechos y ya había aprendido a coser ropa para el bebé e incluso para ella porque verdaderamente necesitaba ropa qué ponerse, no podía pasarse todo el día en camisón.
Uno de esos días, Zachary fue a visitar a su hermana para ver cómo estaba su estado.
-Hermana, cada día estás más hermosa.
-Ya, eso lo dices porque soy tu hermana, mírame, estoy gorda y fea.
-No digas eso, ¿es que acaso tu marido te ha dicho algo por el estilo?
-¡No! Él me dice lo mismo que tú pero sé que los dos lo decís para que me sienta bien pero no es cierto que esté más hermosa cada día. Me alegro mucho de este embarazo pero no me veo hermosa.
-Confía en mí, yo siempre te digo la verdad pero cambiemos de tema… he recibido una nota de ese hombre.
-¿Y ya has ido a verle?
-No, le he estado dando excusas, sabe que estás viva y que escapaste de mí.
-Ve a verlo, Zachary, es lo mejor… no podrás ocultarte de él siempre…
-¿Y qué le digo? ¿Que te liberé porque eres mi hermana? Me matará, entonces.
-Invéntate cualquier excusa.
-De acuerdo, haré lo que esté en mi mano.
Mientras ellos hablaban, no se habían dado cuenta de que Amanda los escuchaba de cerca y sonrió con malicia al descubrir cómo fue que se salvó esa mujerzuela. Rápidamente, corrió hacia la casa de su señor para contárselo y así de paso poder acostarse con él como hacía cada noche.
Le encantaba que jugara con ella, sobre todo cuando él la inmovilizaba para que él pudiese disfrutar de ella con plenitud y que ella no pudiese hacer nada.
Al salir, esta se topó con la señorita Catherine la cual venía a visitar a la señora “TN”.
-Amanda, ¿a dónde vas con tanta prisa?- le preguntó la joven.
-Voy a… voy a visitar a una amiga que está enferma y es urgente que le compre unas medicinas.
-Espero que no sea nada.
-Yo también lo espero, señorita. La señora está en la biblioteca.
-Gracias.
Sin decir más, Amanda se alejó corriendo y Catherine entró en la casa. Se acercó a la biblioteca y abrió la puerta.
-Hola querida ¿cómo estás?- de repente se detuvo al ver a Zachary con “TN”, levantó la barbilla y dijo- ah, no sabía que tenías visita, volveré después.
-Espera, Cathy, no te vayas- dijo “TN”- ¿se puede saber qué os pasa? ¿Es que tanto os molesta la presencia del otro?
Catherine se cruzó de brazos.
-¿Tú qué crees? Un hombre que dice querer a su hermana y pretendía separarla de la persona a la que más amaba en este mundo.
Zachary la miró y sin expresión alguna dijo:
-No voy a entrar en ese juego de peleítas infantiles…
-Tampoco estaba interesada en pelear contigo- dijo Catherine.
-Cathy, Zach, por favor… ¿por qué no intentáis llevaros bien? Hacedlo por mí y por mi bebé. No me gusta veros así de enfadados…
-Hermanita, eso se llama chantaje.
“TN” puso cara inocente y dijo:
-¿Funciona?
Zachary suspiró y miró a Catherine.
-Yo estoy dispuesto a intentarlo si doña Me Enfado Por Todo también está dispuesta.
La joven fue a replicar por lo que acababa de llamarle pero se quedó callada al mirar a su amiga que le suplicaba con los ojos.
-De acuerdo, lo intentaré.
-Daros la mano, entonces- dijo “TN” sonriendo.
Ambos se miraron un momento y luego se dieron la mano como si cerraran un pacto con el diablo. Una vez se la dieron, se separaron rápidamente como si una descarga eléctrica se hubiese cernido sobre ellos.
“TN” sonrió, complacida y se levantó del diván donde estaba.
-Voy a ver a mi marido para comentarle una cosa, os dejo aquí para que habléis tranquilamente.
Su amiga la miró con los ojos abiertos y “TN” le guiñó un ojo. Luego salió de allí dejándolos solos. Una vez “TN” salió, Zachary se acercó a la ventana y le dio la espalda a ella.
-Quizás “TN” tenga razón y debamos hablar- dijo Catherine con prudencia.
-¿Acaso hay algo que hablar entre usted y yo, señorita?
-Yo creo que sí, creo que nuestro comienzo no ha sido el adecuado.
-Es posible…- dijo él sin mirarla.
-¿Es que no piensa mirarme a la cara al menos?
-¿Debería hacerlo?
-Oiga, estoy intentando que nos llevemos bien por el bien de mi mejor amiga, está muy susceptible con su embarazo, podría ayudarme al menos ¿no cree?
-Que yo sepa, fue usted quien se dirigió a mí de forma grosera, diciéndome no sé qué sobre el amor y otras cosas…
-Pero lo decía con razones, yo ante todo quiero que mi amiga sea feliz y lo es, estando al lado de su esposo como lo está ahora.
-Bueno, quizás.
-¿Quizás? ¿Es que no posee usted sentimientos? Ah claro que no, usted es el Depredador, cómo podía haberlo olvidado…- dijo la joven con ironía.
Zachary se giró y en un par de zancadas se quedó frente a ella
-Será mejor que no diga ese nombre por las inmediaciones.
La joven retrocedió ante la mirada de él.
-¿Por… por qué?
-Tengo la firme sospecha de que ese hombre tiene a un espía en esta casa.
-¿En esta casa? ¿Está queriendo decir que aquí hay alguien que le pasa información a ese hombre?
-Exacto, por eso no puede decir que soy quien soy.
-Entiendo… lo siento.
-No se preocupe, no sabía usted nada…
Ella lo miró a los ojos y sintió como el rubor cubría por completos sus mejillas lo que hizo que él se pusiera tenso. Rápidamente se apartó de ella y volvió a la ventana. ¿Por qué sentía esa fuerte atracción hacia esa desquiciada mujer? Había avivado un deseo que había permanecido mucho tiempo dormido. Nunca había sentido algo igual.
Se había vuelto hacia la ventana para ocultar su inmenso deseo de poseerla y que le tensaba los pantalones de manera muy notable.
Ella se acercó a él lentamente y quiso tocarle la firme espalda pero no se atrevía, su deseo era innegable, de todos los hombres con los que había estado flirteando, él era muy diferente, tan varonil que sólo de pensar en cómo podía hacer el amor, hacía que se derritiese de deseo y que quisiera perder su virginidad con él.
La joven se mordió el labio inferior y volvió junto al hogar para calentarse las manos que de repente se le habían quedado frías.
-Aún no sé cómo me pude fijar en un hombre como usted- dijo ella- cuando lo vi en la fiesta me pareció tan apuesto e interesante que pensé que quizás…- la joven no terminó la frase.
Zachary se giró y la miró.
-¿Quizás qué?
-Nada, no he dicho nada.
-No, ahora me dices lo que ibas a decir. Te lo exijo.
-Pensé que quizás podríamos estar juntos pero eres lo que eres y no renunciarás a ello por mí y menos si te atraigo.
-¿Y por qué piensas eso?
-Porque lo sé.
-¿Acaso eres adivina? ¿Puedes saber lo que pienso?
-Puedo verlo en tu cara… será mejor que me vaya.
Catherine se giró para marcharse pero él la sujetó del brazo y la atrajo hacia sí quedando los dos frente a frente.
-Nadie puede saber lo que pienso y mi cara tampoco revela nada.
Ella abrió los ojos, sorprendida. Su respiración se aceleró cuando los labios de él rozaron los suyos con tanta pasión que todo el calor de su cuerpo acabó palpitando en un solo punto. Sus manos tocaron el amplio torso de él y subieron lentamente hasta cruzarlos detrás del cuello de él.
En cambio, las manos de Zachary descendieron por toda la espalda de la joven hasta atrapar el trasero de ella con ambas manos atrayéndola hacia su deseo latente lo que a ella la hizo gemir de placer.
-Umm, Zachary…- logró decir ella entre gemidos.
Con destreza, Zachary le desabrochó los botones del delicado vestido de la joven y dejó al descubierto unos preciosos y redondeados senos que él comenzó a masajear y a succionarlos con dulzura. La joven se arqueó para dejarle un mejor acceso a él.
-No debo hacer esto- susurró con voz enronquecida de deseo- debes detenerme.
-No, no te detengas, por favor- le rogó ella.
Pero Zachary no le hizo caso y se apartó de ella, dejando que el frío de la instancia le calara en los huesos a la joven.
-Esto está mal, eres una mujer soltera, seguramente virgen y no puedo arrebatarte algo que le pertenecerá a tu futuro marido por derecho.
-Pero es que mi marido perfecto eres tú, no quiero que otro me arrebate la virginidad sino tú- dijo ella cubriéndose con el vestido.
-No, Catherine, yo no soy un hombre adecuado para ti.
-¿Por qué no?
-Porque soy un hombre buscado por la ley.
-Tu tía podría protegerte.
-No quiero arruinar a mi tía. Además, tengo una propiedad en el continente, un lugar donde nadie me encontrará. En pocos días me iré por eso vine hoy a ver a mi hermana. Le iba a contar que me voy después de descubrir quién es la persona que quiere matarla.
Catherine miró a otro lado, decepcionada.
-Entonces te vas…
-Sí, es lo mejor, te mereces a alguien mucho mejor que yo.
-Ya veo… ¿serías tan amable de volver a abrocharme el vestido? Ya que me lo desabrochaste para deleitarte con mis senos, ten la poca decencia de volver a abrochármelo- dijo Catherine con cierta altanería para ocultar su dolor.
Zachary se puso detrás de ella y le abrochó los botones, intentando tocarla lo menos posible pero era imposible no rozar esa suave piel. Una vez abrochados, Catherine se giró.
-Ha sido un placer volver a verlo, señor, ahora me gustaría despedirme de mi amiga.
La joven salió de allí con las lágrimas desbordando sus ojos.
Zachary la observó marchar y suspiró frustrado.
-Es lo mejor, Catherine, no puedo llevarte conmigo a una vida de huida de la ley. Lo siento- dijo él decaído.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 29
Catherine buscó a “TN” por todos lados hasta que la encontró en el pasillo que iba a las cocinas. La joven se acercaba a un gran charco de agua por lo tanto, su amiga corrió hacia ella para sujetarla.
-¡”TN”, espera!
“TN” se detuvo y se giró para mirar a su amiga.
-¿Qué pasa?
-Has estado a punto de resbalar en ese inmenso charco de agua- le contestó Catherine.
“TN” miró al suelo y luego sonrió.
-No me había dado cuenta. Tendré que estar más atenta la próxima vez- “TN” miró a su amiga y la vio afligida- ¿sucede algo? ¿Te enfadaste de nuevo con Zachary?
Catherine sin poderlo aguantar más, rompió en llanto y se abrazó a su amiga.
-Se va a ir… me dijo que se iba a ir una vez se descubriera quien quiere asesinarte… encima me lo dice después de besarme… no es justo…
“TN” abrazó como pudo a su amiga a causa del vientre hinchado.
-Cathy, amiga, lo siento…
-Yo quería ayudarlo para que no tenga que huir más de la ley pero no se deja y me voy a quedar sola porque yo no quiero a otro hombre conmigo sino a él.
-Pues entonces lucha por conseguirlo, ¿no era lo que tú me decías cuando yo quería estar con JOSEPH? ¿No me dijiste que luchara por conseguir su amor? Pues haz lo mismo, lucha por él, por su amor.
-No sé, amiga, se lo veía tan convencido y es tan duro que temo que no haga me caso.
-Mi hermano es un poco cabezota pero a ti no hay quien te gane o si no ¿dónde está la Catherine que conquistaba a todos los hombres en los bailes?- preguntó “TN” sonriendo.
Catherine sonrió a través de las lágrimas.
-Me he dado cuenta de que lo quiero demasiado como para dejarle marchar.
-Pues lucha por él, si no lo consigues antes de que se vaya, me encargaré de averiguar hacia donde se dirige para que lo sigas allá donde vaya.
-Gracias- dijo Catherine limpiándose las lágrimas de las mejillas con el dorso de la mano- eres la mejor amiga que pueda tener una mujer.
-Tú también eres la mejor amiga que una pueda tener.
Las jóvenes volvieron a abrazarse.
-Ahora ¿se puede saber a qué ibas a la cocina?
-Quería ver si había fresones en la cocina.
-¿Y por qué no se lo dijiste a Gabriella?
-Porque está ahora mismo aquí en la cocina y posiblemente esté haciendo algo.
-Ella es tu doncella, no tiene que hacer otra cosa que atenderte.
-Lo sé pero Amanda necesita ayuda con las cosas de la casa y todo el servicio nunca es suficiente para atender esta casa tan grande.
-Amanda… esa mujer no me gusta, “TN”, te mira de forma extraña.
-No digas tonterías, Cathy. Ella siempre ha sido muy amable conmigo.
-A veces esas son las peores.
-No sé, yo la veo una mujer muy gentil y trabajadora.
-Yo sólo te advierto que tengas cuidado con ella.
-De acuerdo.
-Pues volvamos a tu habitación y desde allí llamas a Gabriella, necesitas reposo.
-Pero si estoy bien.
-Aún así, anda, hazme caso.
-Está bien, vayamos arriba.
Las dos se alejaron del pasillo y subieron las escaleras.
Gabriella estaba en la cocina cuando vio que Amanda miraba por la puerta muy interesada en algo.
-¿Qué haces, Amanda? ¿Por qué miras a través de esa puerta?
-Quiero ver si esa maldita mujer se cae en el charco de agua que dejé en el pasillo.
Gabriella la miró, sorprendida.
-¡No puedes hacer eso! ¿Quieres matar a la señora y al bebé?
Amanda se giró y la miró con los ojos entrecerrados.
-¿Tú qué crees?
-Eres cruel con ella, la señora es buena y no creo que lo que dice ese hombre con el que te acuestas sea cierto o no.
-Me da igual lo que pienses mientras no digas nada porque no has dicho nada ¿verdad?
-Aunque quisiera no puedo porque sé que me acusarán de cómplice porque en principio también participé en esto.
-Veo que lo vas entendido, querida- dijo Amanda sonriendo con malicia.
-¿Y si me atreviera a decir algo?
-Pondría fin a tu miserable vida en menos de lo que piensas.
-¿Te convertirías en una asesina por ese hombre?
-Por él haría lo que fuera, lo amo y sé que él me ama, por eso, cuando matemos a esa mujer, me pedirá que me case con él.
-¿De verdad lo piensas?
-¡Será así!- espetó Amanda lo que hizo que Gabriella se encogiera de miedo ante la fría mirada del ama de llaves.
Gabriella no dijo nada más y siguió cortando la verdura. Al rato, salió de la cocina y cuando ya estaba en el pasillo oyó la campanita que tenía “TN” para llamarla. La joven, entonces, acudió a la habitación de su señora.
-¿Deseaba algo?- preguntó una vez entró en la habitación.
-Sí, me gustaría saber si hay fresones en la cocina- dijo “TN” sentándose en el sillón que había frente a la chimenea del cuarto.
-Creo que sí, señora.
-¿Me podrías traer algunos, por favor?
-Por supuesto.
La joven fue a salir pero antes se detuvo y la miró. “TN” que se dio cuenta, le dice.
-¿Sucede algo?
-Señora, si por casualidad usted viera robar a alguien y se lo calla por miedo a las amenazas del ladrón, ¿cree que estaría bien intentar contárselo a las autoridades?
“TN” enarcó las cejas.
-¿Por qué lo preguntas? ¿Es que has presenciado algún robo?
-¡No! Se trata de una amiga que vive amenazada por el ladrón.
-Bueno, si lo cuenta a tiempo, es posible que quede libre de culpa porque ella no ha hecho nada malo ya que vivía bajo la amenaza de un ladrón. Dile que lo cuente cuanto antes y que no se preocupe que si necesita protección, los JONAS se la pueden dar.
-Sí, señora, gracias por escucharme.
-No, gracias a ti por confiar en mí, sé que podemos llegar a ser grandes amigas- dijo “TN” sonriendo.
Gabriella sonrió levemente y tras una leve reverencia salió de la habitación. Con las palabras de “TN” en su mente se dirigió a la cocina decidida a enfrentar a Amanda.
Cuando entró, vio al ama de llaves cortando un gran trozo de carne con un gran cuchillo.
-¿Para qué te quería esa mujer?
-Para pedirme que viniera a ver si había fresones.
-Pues es una lástima que no haya, tendrás que ir a comprarlas.
Hubo un momento de silencio entre las dos que pareció una eternidad hasta que Gabriella armándose de valor dijo:
-Voy a contarlo todo.
Amanda paró de cortar carne y sin mirarla dijo:
-¿Cómo has dicho?
-Que voy a contarlo todo, es hora de que tú veas las cosas como son, ese hombre es un asesino y te está utilizando.
Amanda se acercó muy lentamente a Gabriella y una vez que estuvieron frente a frente, el ama de llaves le puso el cuchillo en el cuello a la doncella mientras la miraba con odio. Sin pensárselo dos veces le hizo un pequeño corte del cual estaba manado un hilo de sangre que asustó a Gabriella.
-Di una sola palabra y esa pequeña herida que te acabo de hacer será mucho más grande y de la cual saldrá mucha más sangre, te lo aseguro.
Dicho esto, apartó el cuchillo y Gabriella se llevó una mano a la herida.
-Amanda, abre los ojos, te considero mi amiga y quiero lo mejor para ti, ese hombre te está utilizando.
-No me está utilizando, él me quiere.
-¿De verdad lo crees?
-Sí, lo creo- dijo con voz solemne- así que o te callas o me veré en la obligación de matarte para que no descubras a mi señor. Te estaré vigilando, no lo olvides.
Gabriella la miró con temor, esa no era la misma Amanda que conoció cuando llegó a la casa, ahora se había convertido en una mujer ambiciosa y sin sentimientos, sólo vivía para ese hombre que la utilizaba para obtener información de la señora de la casa.
La joven se fue de la cocina y salió a comprar los fresones para Sairin, cuando volvió, los lavó y se los llevó a la señora que aún estaba en el sillón de la habitación. Esta tenía las manos delante de la cara.
-¿Se encuentra bien, señora?
-Sí, sólo estoy un poco mareada.
-¿Necesita algo?
-No, ya se me está pasando.
-¿Seguro?
-Sí- dijo “TN” apoyando la cabeza en el cabezal del sillón con los ojos cerrados.
-¿Siente nauseas?
-No, no te preocupes- la joven abrió los ojos y miró a Gabriella- ¡Dios mío, Gabriella! ¿Qué te ha pasado en el cuello?
La joven se llevó una mano a la herida y miró hacia otro lado, entonces vio que la puerta de la habitación estaba entreabierta y se veía a Amanda vigilándola.
-Nada, ha sido un corte que me hice sin darme cuenta.
-¿Cómo que sin darte cuenta? Tienes que curarte la herida…
-Ya se curará, no se preocupe. Además, le he traído los fresones, como no habían en la cocina, me permití ir a comprárselos.
-Muchas gracias, Gabriella.
-De nada, señora, si no necesita más nada, me retiro.
-De acuerdo.
Gabriella salió de allí y Amanda que la esperaba fuera le dijo:
-Muy bien, así me gusta, que estés calladita porque si no ya sabes lo que hay.
La joven bajó la mirada, temerosa y se abrazó a sí misma. Tenía que hacer algo para salvar a Amanda de una futura desgracia.
Ambas bajaron a la cocina y se pusieron a hacer la cena.
CAPITULO 30
Unos días más tarde, JOSEPH estaba en su despacho cuando tocaron en la puerta.
-Adelante.
La puerta entonces se abrió y apareció Zachary. JOSEPH se levantó rápidamente.
-Tranquilo, vengo en son de paz.
-No me fío de ti- dijo JOSEPH mirándolo con desconfianza.
-Será mejor que te sientes.
-¿Sucede algo?
-No he recibido más notas de ese hombre, es probable que se haya enterado ya de que “TN” es mi hermana.
-¿Y qué vamos a hacer?
-Si no recibo una nota en dos días, me marcharé al continente, hay un barco que zarpa en unos días desde Escocia y si no sucede nada, me gustaría cogerlo.
-Yo no puedo contra ese hombre solo- dijo JOSEPH, sirviendo unas copas de brandy.
Le entregó una a Zachary que se lo bebió de un trago.
-Tienes a tu hermano.
-Mi hermano es cómo si no estuviera porque se pasa el día detrás de las mujeres.
-Yo no puedo quedarme mucho más tiempo, la ley me busca.
-Déjanos ayudarte y podrás quedarte.
-Tengo que marcharme, es lo mejor, no quiero perjudicar a nadie con todos los delitos que he cometido.
-Un mercenario cualquiera no hubiera dicho eso, lo que quiere decir que al encontrar a tu hermana ha vuelto a revivir tu corazón.
-Es posible pero aún así… no me merezco todo esto, lo mejor es que me vaya.
-¿Haces esto por lady Catherine?
Zachary levantó la vista y lo miró.
-¿Cómo sabes que es por ella?
-Entonces es por ella.
-Sí pero ¿cómo lo has adivinado?
-Lady Catherine se lo contó a “TN” y ella me lo contó a mí. Ella te quiere.
-Por eso mismo me tengo que ir.
-¿Porque te quiere? No lo entiendo.
-No quiero que ella siga sintiendo algo por mí, ella se merece algo mejor que yo.
-En algo estamos de acuerdo…- dijo JOSEPH lo que hizo que Zachary lo mirara con una ceja enarcada- lo siento pero aún no he perdonado que me hayas intentado separar de “TN”.
-¿No crees que ya he pedido disculpas por eso?
-Sí pero no se me olvida.
-No sé ni para qué vine a hablar contigo.
Zachary se levantó para marcharse.
-Espera…- el hombre se detuvo- ella te quiere demasiado y no te dejará ir así como así, piensa bien lo que quieres hacer, Zachary, en tu mano está que ella sea feliz.
-¿Y qué hago?
-No lo sé, yo no puedo aconsejarte en algo así porque tu corazón o tu mente son los que deciden qué camino tomar, huir o quedarte.
Zachary no dijo nada, solamente se levantó y lo miró.
-Odio tener que decir esto pero me alegro de hablar con alguien de esto.
-No me vengas con estos sentimentalismos que aún tengo ganas de matarte.
-Espero que puedas perdonarme algún día por lo que hice. Te avisaré si recibo una nota del verdugo de mi hermana.
Zachary se giró y se acercó a la puerta, cuando la abrió, JOSEPH le dijo antes de salir.
-Suerte…
-La necesitaré- contestó Zachary cerrando tras de sí.
Decidió subir a ver a su hermana para ver qué tal estaba así que subió las escaleras y fue a la habitación donde dormía esta. Tocó en la puerta y entró. La joven estaba recostada en la cama completamente tensa.
-Zachary…- susurró ella, con el temor pintado en su rostro- hay una… víbora a mi lado…
Su hermano miró a la cama y vio a una víbora de un tamaño colosal al lado de la cabeza de “TN”, la cual tenía el rostro cubierto de lágrimas de terror.
-No te muevas, “TN”, voy a avisar a JOSEPH.
-Rápido, por favor…
Zachary salió corriendo de la habitación para avisar a JOSEPH, abrió la puerta de golpe y buscó a su cuñado con la mirada.
-¡ JOSEPH ! ¡”TN” está en la habitación con una víbora a su lado en la cama!
JOSEPH que estaba de espaldas se giró rápidamente.
-¿Qué has dicho?
-Una víbora, está muy cerca y podría morderla.
JOSEPH, sin pensar muy bien lo que hacía, cogió su pistola del cajón de su escritorio y subió con Zachary a la habitación. Al entrar vieron a la víbora que se movía lentamente desde el hombro de la joven hasta el cuello. Una mordedura ahí y “TN” moriría al instante.
-Hay que matarla- dijo JOSEPH - pero si está sobre “TN” no puedo.
- JOSEPH …- dijo “TN”- no lo pienses… mátala, te lo ruego…
Su marido cerró los ojos, intentando conseguir fuerzas para poder matar a la víbora sin dañar a su esposa.
Zachary corrió hacia la chimenea y cogió el atizador.
-Lo mejor es golpearla.
-No, hay que matarla de un disparo- dijo JOSEPH.
-¿Es que quieres matar a mi hermana?
-¡Maldita sea, no, lo menos que quiero es matarla pero si la golpeamos es posible que acabe mordiendo a “TN”!
-No pienso dejar que dispares.
-Tengo que hacerlo…
-Zachary… déjalo…- dijo “TN”.
El hombre se calló y miró a su hermana con la preocupación pintada en su rostro. JOSEPH levantó la pistola y apuntó hacia la víbora. Inspiró hondo y disparó.
“TN” gritó al oír el disparo lo que hizo que su esposo corriera hacia ella apartando a la víbora y abrazándola.
-Lo siento, “TN”, lo siento… ¿estás bien? ¿Te he herido?
-Oh JOSEPH …- dijo al joven abrazándose a él llorando sin cesar- que miedo he pasado.
-Contéstame, ¿estás herida?
-Creo que no…
Zachary se acercó a la cama y con el atizador cogió a la víbora para acercarla a la chimenea y quemarla.
JOSEPH se separó de “TN” y comenzó a inspeccionarla para ver si tenía alguna herida, por suerte había salido ilesa, sólo había sufrido unos arañazos en el hombro pero por lo demás estaba perfectamente. La volvió a abrazar.
-Lo siento, lo siento, lo siento…- decía él una y otra vez- no debí disparar, tenía que haber hecho caso a Zachary, lo siento…
-No, hiciste bien, esa víbora iba a morderme, me has salvado la vida.
-Dios, no sabía lo que estaba haciendo, podría haber fallado, ¡maldita sea!
Zachary se acercó y le puso una mano en el hombro a él.
-La has salvado, esa víbora era muy venenosa y con un poco de su veneno habría bastado para matar a “TN” y al bebé, hiciste bien al dispararla.
Todo el servicio se acercó corriendo a la habitación al oír el disparo, Gabriella, al ver a su señora llorando se acercó.
-Señora ¿está bien?
“TN” asintió, apenas podía hablar, aún tenía el miedo metido en el cuerpo.
-Gabriella- dijo Edward- trae agua limpia y paños limpios para curar los arañazos del hombro de mi esposa.
-Enseguida, señor.
La joven salió corriendo a por lo que le habían pedido. Al momento volvió y dejó las cosas sobre la mesilla de noche. Edward mojó uno de los paños y le limpió los arañazos a su esposa, la pólvora había manchado su hermosa piel y su vestido de día de color amarillo claro.
La cabeza de ella estaba apoyada en el hombro de él mientras la curaba.
-Lo siento, “TN”… de verdad que lo siento. ¿El bebé está bien?
La joven se llevó las manos al vientre y notó a la criatura moverse mucho sin dejar de darle patadas.
-Sólo un poco asustado pero está bien.
-¿Quieres que avise a un médico para que lo revise?
-No hace falta… se nos pasará el susto.
-¿Cómo apareció esa víbora en la cama?
-No lo sé, yo estaba descansando un poco y al despertar la vi. No podía llamar a nadie porque sabía que si gritaba o me movía me mordería y tenía mucho miedo, menos mal que Zachary entró en la habitación porque si no, no sé qué hubiera pasado.
-Olvídate de eso, esa víbora ya está muerta. A partir de ahora tendrás a Gabriella pegada a ti, no pienso dejar que te pase nada ¿entendido?
-Pero Gabriella puede ayudar al servicio en la cocina, cariño.
-Me da igual, no quiero que estés sola en ningún momento ¿entendido?
-Pero…
-“TN”, por favor, hazme caso por una vez, tu seguridad y la del bebé está por encima de todo y yo no puedo estar siempre contigo, estoy tratando de averiguar quién quiere matarte y qué es lo que quiere de ti.
- JOSEPH, creo que sé lo que quieren pero no puedo entregarlo.
-¿Crees saber qué es lo que quiere ese malnacido con seguridad?
-Sí, ¿recuerdas el collar de esmeraldas de mi madre? El que viste una vez en mis manos y que escondo en mi pequeño baúl.
-Claro.
-Es eso lo que quieren pero es el único recuerdo que tengo de ella, yo no la conocí y no quiero separarme de ese collar.
-Entonces dámelo y lo guardaré en mi caja fuerte, ¿te parece? Una vez que todo esto acabe te lo devolveré.
“TN” se levantó lentamente y se acercó hasta su enorme armario donde cogió el baúl. Volvió junto a su marido y se sentó en la cama. Antes de abrirlo miró a su marido quien la instó a que lo abriera y así lo hizo. Una vez abierto, buscó entre las cosas que había y sacó una bolsita de terciopelo azul y cerró el baúl para dejarlo a un lado.
Después, aflojó el cordón que mantenía la bolsita cerrada y sacó el precioso collar de esmeraldas de su madre, el cual mostró a su marido.
-Es muy preciado para mí porque no la conocí. Cuídalo, por favor.
-Lo cuidaré con mi vida si hace falta.
“TN” abrazó a su esposo.
-Gracias…
-De nada, cariño.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
Zachary es mercenario el podría martqr a ese desgraciado!!!!!
chelis
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
Zachary es mercenario el podría martqr a ese desgraciado!!!!!
chelis
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 31
Amanda se encontraba en la cama de su señor, totalmente desnuda, con los ojos vendados y las manos atadas a los postes de la cama. Su señor besaba cada una de las partes expuestas de la joven mientras ella gemía de auténtico placer.
-Umm, mi señor…- decía ella entre gemidos.
-Querida, tienes un cuerpo exquisito…
-Y sólo para usted, señor…
-Así me gusta, que seas solo mía.
La joven se arqueó al notar la boca de él en uno de sus senos y justo después la penetraba con fuerza. Ella gritó más de placer que de dolor por la fuerza que ejerció él sobre ella. Muy pronto terminaron el acto y el hombre se acostó junto a Amanda y le quitó la venda de los ojos.
-Ha sido maravilloso, señor.
-Como siempre, querida.
El hombre la desató y ella se frotó las muñecas, luego se sentó y se cubrió con las sábanas.
-Ay señor- dijo ella suspirando- su deseo es insaciable.
-Ya pero dime una cosa, ¿ese mercenario ha vuelto por esa casa?
-Sí, hoy fue a la casa a hablar con el señor.
-¿Y sabes de qué hablaron?
-No lo sé, señor, estaba preparando algo para asustar a esa mujerzuela.
-¿Qué hiciste?
-Puse una víbora en la cama mientras descansaba, espero que la víbora la haya mordido.
-Eres perversa, querida mía.
-Lo hago por usted- dijo Amanda recostándose al lado de él para besarlo.
Se quedaron un rato así, acostados, después, el hombre se levantó y se vistió. Amanda lo observaba y se llevó una mano al vientre. No podía contarle que estaba embarazada, o lo guardaba en secreto o lo abortaba.
El hombre la miró con ceño y preguntó:
-¿Sucede algo?
La joven salió de su ensimismamiento.
-¿Eh? No, nada- dijo negando con la cabeza.
-¿Seguro? ¿No hay nada que contar?
-Estoy bien y solo tengo que contarle que hay que vigilar a Gabriella, la que me traía información para enviártela, se ha echado atrás y quiere contarlo todo. La he amenazado pero no sé cuánto tiempo podrá aguantar.
-Tú sigue amenazándola y asústala.
-Así lo haré.
-Bien, ahora vístete, debes regresar a la casa.
-Señor, ¿qué piensa hacer con el mercenario?
-Matarlo. Lo mataré y entonces “TN” me dará lo que me pertenece por derecho.
-Tengo entendido que se marchará hacia Escocia para coger un barco que lo lleve al continente.
-Perfecto, lo mataré cuando esté de camino a Escocia.
Después de la conversación, Amanda volvió a la mansión JONAS donde todos ya descansaban.
Zachary se encontraba en el cuarto de invitados de la casa de su tía, totalmente despierto. No conseguía conciliar el sueño y todo era por culpa de esa mujer. Catherine lo iba a volver loco.
Loco de deseo.
Odiaba reconocerlo pero la deseaba demasiado. Sólo imaginarla desnuda junto a él, hacía que su miembro cobrara vida de modo repentino.
Si poder soportar más estar acostado, se levantó y se asomó a la ventana. Deseaba verla, hablar con ella, besarla, tocarla por todas las partes de su delicioso cuerpo. Sin pensárselo más, cogió la camisa y se la puso sin abrochársela.
Salió de la habitación y bajó para dirigirse a las caballerizas. Preparó a Rayo, un semental de pura raza negro, y una vez listo, se montó y se dirigió a la casa de Catherine. Una vez allí, entró por la puerta de la cocina y salió rumbo al recibidor. Al llegar, buscó las escaleras y subió sin hacer el más mínimo ruido. Al no saber cuál era la habitación de la joven, se arriesgó a abrir todas y cada una de las puertas para descubrir cuál era hasta que la encontró.
Entró lentamente y cerró la puerta sin hacer ruido para no despertarla. Una vez cerrada la puerta, se acercó lentamente hasta la gran cama con dosel donde ella dormía plácidamente.
La observó detenidamente. Era tan hermosa… parecía un ángel caído del cielo.
En ese momento, Catherine se removió en la cama y abrió los ojos al notar una respiración junto a ella. Al ver una sombra delante, se asustó y quiso gritar pero la persona que estaba ahí le tapó la boca con la mano.
-No grites…- le susurró.
Ella abrió los ojos, sorprendida. Era él, había venido a su casa, a su habitación. Zachary apartó la mano de la boca de ella y se sentó en la cama.
-¿Qué haces aquí?- preguntó ella.
-La verdad, no lo sé… no sé qué has hecho que no puedo dejar de pensar en ti. Te deseo.
-¿Me… me deseas?
-Creo que quedó claro cuando te besé- objetó él.
-¿Y por qué me dices esto? ¿Para hacerme más daño? Te vas a ir y yo sólo quiero estar contigo, no puedes hacerme esto.
Catherine se recostó dándole la espalda a Zachary. Las lágrimas pugnaban por salir de sus ojos.
-Esto es por tu bien, Catherine, te mereces a alguien mejor que yo.
La joven se sentó bruscamente.
-¡Tú no sabes lo que es mejor para mí! Yo te quiero…
Las lágrimas surcaban sus mejillas y él se las limpió con los dedos.
-Entiéndeme, Catherine, mírame.
Ella negó con la cabeza.
-No, no te entiendo… no puedo entenderte.
-Mírame, Catherine, soy un mercenario, estas manos están manchadas de sangre, puede que incluso sangre inocente. Estas manos no merecen tocar tu hermosa piel o tu sedoso cabello, no, no merecen tal privilegio.
-Puedes renunciar a esa vida, te han ofrecido protección.
-Lo sé pero no quiero dañar la reputación de nadie, ni la de mi familia, ni la tuya. ¿Qué dirían los demás?
-Me da igual lo que piense la gente, yo solo te quiero a ti y ya está.
-Lo siento, Catherine, de verdad que lo siento pero lo mejor es despedirnos. Ahora te sentirás dolida pero con el tiempo lo superarás, ya lo verás.
-No- dijo la joven llorando de dolor al oírle- yo quiero estar contigo y con nadie más, no podré olvidarte.
-Tendrás que hacerlo, pronto me iré.
Ella le cogió las manos.
-No te vayas, por favor, no lo hagas.
-Debo hacerlo, quisiera quedarme pero no puedo.
-¡Pues vete! ¡Si quisieras quedarte, te quedarías!
La joven comenzó a golpearle en el torso con los puños mientras lloraba desconsolada.
-¡Te odio, Zachary Lindsey! ¡Te odio!
Zachary no dijo nada, solo la miraba. Cuando ella acabó de desahogarse apoyó la cabeza en el torso de él, llorando. Él sin poderlo evitar, la abrazó.
-Lo siento, princesa.
Ese apelativo hizo sonreír levemente a Catherine.
-Mi padre también me llama princesa.
-Sí pero tú eres la princesa de mi corazón, un corazón que creía muerto, sin sentimientos.
-No me quiero despedir de ti, Zachary.
-Piensa en otra cosa, princesa, intenta dormir.
-Quédate conmigo, sólo hasta que me duerma.
-De acuerdo, ahora cierra los ojos.
Catherine lo obedeció y cerró los ojos. Se sentía reconfortada por el calor que él le transmitió y poco a poco se fue quedando dormida.
Una vez estuvo profundamente dormida, Zachary la depositó sobre los almohadones y la tapó. Le dio un beso suave en los labios y se acercó a la ventana, la abrió y se asomó para ver la altura, entonces, salió y descendió por una enredaderas que había al lado de la ventana de la joven.
Cuando ya estuvo en tierra firme, corrió hacia su caballo y se alejó de la casa al galope.
Debía partir cuanto antes hacia Escocia, si permanecía unos días más, no sería capaz de dejarla y le haría aún más daño del que ya le hacía.
Partiría al día siguiente por la noche. Antes debía hablar con su hermana y comentarle que se iba a ir definitivamente y así lo hizo. Al día siguiente, cerca del mediodía, Zachary fue a visitar a su hermana.
Esta se encontraba en el salón principal tejiendo ropa para el bebé cuando él entró.
-Zachary- dijo ella sonriendo cuando lo vio- mira lo que estoy haciendo para el bebé… ¿a qué está quedando bien?
Él sonrió y se acercó a su hermana.
-Sí, está quedando muy bien- dijo él.
Hubo una larga pausa que ella aprovechó para mirarlo fijamente, lo notaba algo triste así que aprovechó ese silencio para preguntarle:
-¿Sucede algo?
-Me voy esta noche… parto hacia Escocia donde cogeré un barco hasta el continente.
-Entonces te vas definitivamente…- dijo ella algo entristecida- ¿no podrías quedarte unos días más?
-Ojalá pudiera pero es que el barco parte en unos días y no es sólo por eso…
-Es por Catherine ¿verdad?
Zachary suspiró resignado y se arrodilló frente a su hermana.
-Sí, está sufriendo mucho porque tiene que verme y sabe que me iré.
-Zach, no te vayas, ella te quiere y sé que tú también sientes algo especial por ella.
-“TN”, ella se merece a alguien que no tenga las manos manchadas de sangre. Las mías lo están y no la merezco después de todas las atrocidades que he hecho y que he visto.
-No estás haciendo lo correcto, Zachary, de verdad que no…
-Tienes que prometerme que cuidarás de Catherine cuando yo no esté y que le ayudes a buscar un buen marido… ¿lo harás?
-No puedo prometerte nada, ella es demasiado testaruda, no soportará perderte y querrá ir a buscarte.
-Buscará en vano, nadie sabe dónde voy a esconderme… el continente es muy grande y podría pasarse toda una vida buscándome. Prométeme que la cuidarás.
-Lo haré…- dijo “TN” bajando la mirada a su abultado vientre y lo acarició tiernamente- te echaremos de menos…
-Yo también os echaré de menos, no podré conocer a mi sobrino o sobrina pero sé que le hablarás bien de mí.
“TN” sonrió al igual que su hermano. Este le dio un beso en la frente y se levantó.
-Voy a preparar mis cosas y despedirme de tía Julie.
-Ten cuidado, por favor.
-Tú también.
Dicho esto, Zachary salió del salón y volvió a la mansión Brockway para preparar sus pocas pertenencias.
CAPITULO 32
“TN”, una vez su hermano salió del salón, llamó a su doncella que apareció al poco tiempo.
-¿Deseaba algo, señora?
-Sí, necesito que vayas a la casa de los Rowling para que le entregues una nota a Catherine, ¿podrás hacerlo?
-Por supuesto que sí, señora.
-Bien- dijo “TN” levantándose para ir a buscar un papel y algo para escribir.
Juntas fueron al despacho de Edward que en ese momento se hallaba vacío y cogió lo necesario para escribirle una nota a su amiga. Después de escribirla la cerró y la selló con un poco de cera caliente de una vela y se la entregó a Gabriella.
-Quiero que se la entregues en mano, que nadie más la lea ¿entendido?
-Sí, señora, ya mismo voy para allá.
-Gracias, Gabriella.
-De nada, señora.
La joven, entonces, salió apresuradamente del despacho de lord JOSEPH y se dirigió a la casa de la amiga de lady “TN”. Una vez allí, tocó en la puerta principal donde le abrió el mayordomo que la miró con aire de superioridad pensando que era una indigente.
-¿Qué desea?- preguntó el mayordomo.
-Vengo de parte de la señora JONAS, quiere que le entregue esta carta a su amiga, lady Catherine.
-Pues démela y yo se la haré llegar.
-La señora me dijo que se la entregara yo en mano, si no es molestia.
-Iré a avisar a la señorita, pase y espere aquí.
La joven entró y el mayordomo cerró la puerta para luego desaparecer por un amplio corredor. Gabriella miró a su alrededor, observando cada detalle de la lujosa mansión de los Rowling.
Todo el recibidor estaba decorado con inmensos jarrones llenos de flores blancas y rojas. En las paredes había cuadros de todos los tamaños e incluso el emblema de la familia grabado en un escudo con dos espadas de mango dorado y con piedras preciosas.
Tras unos minutos de espera, Catherine apareció, seguida del fiel mayordomo.
-Miles, puedes retirarte, conozco a la joven.
El mayordomo chocó los talones y tras hacer una reverencia se fue a la cocina.
-Lady Catherine…
-No hablemos aquí, vayamos a la biblioteca.
Dicho eso, Gabriella siguió a lady Catherine hasta la instancia. Una habitación de grandes dimensiones llenas de estanterías con libros de todos los tamaños y grosores.
Una vez dentro, Catherine cerró la puerta y miró a Gabriella.
-¿Sucede algo?
-La señora me envió para que le entregara esta nota a usted.
-¿Y sabes por casualidad de qué se trata?
-No estoy segura, milady, pero creo que es algo relacionado con el señor Lindsey.
Catherine miró a la doncella y rápidamente abrió la carta para leer las palabras de su amiga. Los ojos de la joven se abrieron desmesuradamente y miró a Gabriella.
-Se va esta noche… “TN” dice que vaya tras él.
-Pues hágalo, señorita, creo que usted ama al señor Lindsey y si de verdad lo ama iría con él hasta el fin del mundo.
-Tienes razón, Gabriella, debo seguirle, no seré feliz si no es con él. Iré ahora mismo a prepararlo todo, ¿me ayudas?
-Estaré encantada de ayudarla, lady Catherine- dijo la doncella sonriendo.
Ambas, entonces, subieron a la habitación de Catherine donde prepararon una bolsa de viaje con algunas de las pertenencias de la joven y le pidió a Gabriella que avisara a chico de las caballerizas para que preparara a su yegua.
La joven estuvo lista al anochecer y bajó hasta donde le esperaba el mozo con su yegua.
-¿A dónde va tan tarde, señorita?- preguntó el mozo mientras ella colocaba su bolsa de viaje en la silla.
-Voy a buscar a una persona y tardaré un tiempo, no le diga nada a mis padres ¿entendido?- dijo la joven sacando unas monedas de la bolsa y se las daba al mozo.
-Lo que usted mande, señorita- dijo el mozo y sonrió al tener las monedas en su mano.
Dicho eso, Catherine miró a Gabriella y le cogió las manos. Sonrió y le dijo:
-Gracias por ayudarme, dile a “TN” que le hago caso y que iré a por él, que mi corazón no puede vivir sin Zachary, ¿se lo dirás?
-Sí, milady, se lo haré saber a la señora.
-Debo irme, tendréis noticias mías pronto.
Dicho eso, la joven se subió en su yegua y se alejó al trote. Gabriella la vio marchar y cuando Catherine desapareció por la esquina de la calle, la joven corrió hasta la casa JONAS para darle la noticia a su señora.
Cuando estaba llegando a la casa vio salir a Amanda, la cual miró a todos los lados y camino en la dirección contraria a la que venía Gabriella. La joven volvió a la casa y entró por la puerta del servicio. Corrió a la habitación de “TN” y tocó en la puerta.
-Adelante- se oyó la voz de “TN”.
Gabriella entró y observó que la joven estaba recostada en la cama.
-¿Se encuentra bien, señora?
-Sí, sólo me duelen un poco los tobillos pero estoy bien, esté bebé pesa demasiado- dijo la joven sonriendo mientras se acariciaba el vientre- y parece que quiere seguir creciendo.
-Eso quiere decir que será un bebé que estará lleno de salud.
-Eso espero, Gabriella, pero dime… ¿qué hizo Catherine?
-Le hizo caso y me dijo que le dijera que le hacía caso y que su corazón no podría vivir sin el señor Lindsey.
-Me alegra saberlo. Ayúdame a levantarme.
Gabriella se acercó y ayudó a “TN” a levantarse.
-Estaba muy entusiasmada. Estoy segura de que le dará alcance y volverán los dos aquí juntos.
-No sabes cómo me gustaría que fuese así.
Después de levantarse, “TN” fue a peinarse la melena ya que estaba algo revuelta y Gabriella la ayudó. Entonces, la puerta se abrió y apareció JOSEPH. “TN” al verlo, se levantó a duras penas para ir a abrazarlo, él al ver los esfuerzos de su esposa, se acercó y la abrazó.
-¿Cómo está mi preciosa mujer y el bebé que lleva en su seno?
-El bebé perfectamente, lo que es la madre, muy mal, me duelen los tobillos y mira si es vientre este.
-Aún así estás más hermosa que nunca, amor mío.
-No- dijo “TN” frunciendo el ceño- estoy horrible, a este paso no podrás abrazarme mientras dormimos.
-Sí podré, no te preocupes. Por cierto ¿de qué hablabas con Gabriella? “TN” lo miró con la boca abierta y le dio un manotazo en el brazo.
-¿Te has vuelto un chismoso?
-Bueno, venía a verte y escuché algo.
-Hablábamos de Catherine, le envié una carta porque Zach se va esta noche y le dije que lo siguiera. Me hizo caso, me lo estaba contando Gabriella- dijo “TN” mirando a su doncella sonriendo.
Gabriella sonrió, hizo una leve reverencia y salió de la habitación. Cuando ya estuvo fuera la pareja se dio un beso en los labios. Un beso apasionante pero no podían besarse como Dios mandaba a causa del enorme vientre de la joven así que finalmente se separaron y se dieron la mano, entrelazando sus dedos.
-Entonces ¿interviniste entre tu hermano y tu mejor amiga?
-Si no lo hacía alguien, ahora mismo él estaría lejos y ella llorando por las esquinas y no quiero verlos sufrir.
-Siempre has tenido un buen corazón, mi preciosa señora JONAS.
“TN” sonrió, complacida, le encantaba que la llamara así y más después de que ambos se confesasen su amor. Sin decir nada, los dos se abrazaron con mucho amor cuando notaron que el bebé daba una patadita.
Edward sonrió a “TN” y puso su mano en el vientre de la joven notando cómo el bebé pegaba contra el vientre de su madre. Se sentía dichoso al saber que ya no estaba solo, sino que estaba con el amor de su vida y con un hijo en camino.
Zachary se asomó a la ventana de su habitación, comenzaba a oscurecer y sabía que sería una noche cerrada. Un momento perfecto para salir sin que nadie lo viese.
Ya se había despedido de su tía la cual quedó bastante afectada pero él le explicó sus razones y las entendió a la perfección. Incluso mandó a sus criados que le prepararan algo de comida para el viaje y le dio algunas libras para que se pagara un hostal en el camino.
Una vez se ciñó la noche sobre Londres, Zachary cogió las pocas pertenencias que tenía sobre la cama y salió de la habitación. Tras cerrar la puerta sin hacer el menor ruido, anduvo por los pasillos silenciosos y bajó las escaleras observándolo todo, sin olvidar ningún detalle de la casa de su tía, quería recordarlo todo para cuando estuviese en el continente le acompañasen los recuerdos de todos los momentos vividos en esa casa.
También quería guardar el recuerdo de todas las caras de las personas a las que más quería en este mundo, en especial el de ella.
El rostro de Catherine se quedaría grabado para siempre en su mente, ya había asimilado que no era para él y que debía retirarse para que ella fuera feliz. Le dolía mucho dejarla pero era la mejor solución para ellos. Un mercenario no merecía que una mujer como ella le amara de la forma en que lo hace.
Con todos estos pensamientos, él salió de la casa y se dirigió a las cuadras donde su caballo ya estaba listo.
-Bueno, Rayo, es el momento de marcharnos- el caballo relinchó y él le acarició el cuello- ya sé que vamos a echar de menos todo esto pero no podemos permanecer más tiempo aquí…
Dicho eso, él sacó al caballo de la cuadra hasta el exterior y una vez fuera, se subió en él para emprender la marcha hacia las afueras de Londres donde se dirigiría hacia Escocia.
Lo que él no sabía es que Catherine estaba más cerca de lo que él pensaba. La joven lo estaba observando desde algún punto de la calle en un lugar más o menos oscuro que pudiera ocultarla y que él no la viera.
Cuando la joven lo vio partir, salió de su escondite montada en su yegua y lo siguió a una distancia prudente. Ella sonrió mientras se cubría con la capucha de su capa ya que esa noche hacía mucho frío.
-No te me vas a escapar, Zachary…- susurró para sí la joven.
PEZA
Re: ATRAPAME EN TU PASIÓN "JOE JONAS Y TU" ADAPTADA Y TERMINADA
CAPITULO 33
Amaneció un día gris en el que probablemente llovería pero eso a Zachary no le importó, cuanto antes llegara a Escocia, antes partiría hacia el continente. Cerca de la media mañana, se detuvo para comer algo y luego volvió a retomar su camino sin percatarse de que alguien lo seguía muy de cerca.
Tras un largo día de galopar sin parar, Zachary decidió parar para que Rayo descansara puesto que ya comenzaba a salirle espuma por la boca del cansancio.
Pararon junto a un lago donde ambos bebieron agua hasta quedar saciados, luego, Zachary dejó al caballo que pastara por allí en lo que él se tumbaba para descansar un rato.
Tan cansado estaba que se quedó dormido, entonces, comenzó a soñar con ella. Soñaba que estaba allí con él y lo besaba con esa dulzura característica de ella. Parecían besos tan reales…
De repente, abrió los ojos y la encontró allí. Mirándolo con una encantadora sonrisa.
-Hola Zachary- le dijo ella acariciándole la mejilla.
Él se incorporó rápidamente, bastante sorprendido.
-¡Catherine!- exclamó él- ¿Qué haces aquí?
-Te he seguido, quiero estar contigo y no me lo vas a impedir.
-No, Catherine, ya te dije que no podíamos estar juntos, debes volver a tu casa ya.
-No pienso volver si no es contigo, lo siento mucho.
Zachary la cogió de los brazos y la zarandeó.
-Maldita sea, Catherine, quieres volverme loco ¿verdad?
-Tú sí que me quieres volver loca a mí, Zach, por favor, no te vayas, sin ti es como si no tuviese vida, todo me aburre, incluso las fiestas de sociedad me aburren, no sabes lo que es ver que todos los hombres pretenden cortejarte para conseguir tu fortuna y no tu corazón.
-¿Y crees que yo pretendo obtener tu corazón?- preguntó él intentando ser duro para que ella volviese a su casa.
-Sí, al menos, eso creo yo, eres diferente a todos esos hombres que acuden a las fiestas de sociedad. Me gustas mucho y sé que no podría vivir sin ti por eso no quiero que te vayas, quiero que estemos juntos.
-Tus padres no pensarán lo mismo.
-Me da igual lo que piensen ellos, Zach, en este momento sólo existimos tú y yo así que si de verdad me deseas y me quieres, bésame, te lo ruego.
Zachary la miró por unos instantes sin saber muy bien qué hacer hasta que finalmente la atrajo hacia sí hasta sentarla en su regazo y la besó con pasión. Con un deseo irrefrenable.
Ella respondió al beso casi al instante, pasando los brazos alrededor del cuello de él mientras él posaba sus manos en la cintura de ella. Una de ellas ascendió lentamente por toda la espalda hasta enredarse en los sedosos cabellos de la joven.
Las manos de ella pasaron por los hombros de él, luego la espada y después pasaron a tocar el duro torso de él. Sus terminaciones nerviosas respondían casi a la vez que él posaba las manos en algún punto de su cuerpo y todo ese calor se trasladaba a su bajo vientre.
Movida como por instinto, se removió sobre el enorme bulto que había en los pantalones de él avivando aún más el deseo de ambos. Zachary desabrochó los botoncitos del traje de montar de ella hasta dejarla sin la parte de arriba.
A través de la camisola pudo palpar los redondeados pechos de la joven coronados por unos pezones erectos los cuales, él atrapó entre sus pulgares y sus índices provocando un gemido de placer de la joven que se arqueaba pidiendo más. Los labios de Zachary pasaron desde la boca hasta el lóbulo de su oreja derecha para luego bajar por su garganta dejando un reguero de besos allá donde posaba sus labios, descendió hasta el valle que hay entre los pechos de la joven y finalmente tomó unos de los pezones en la boca.
-Hummm…- dijo ella agarrándose con fuerza a los hombros de él- te deseo, Zach, te deseo con toda mi alma, quiero ser tuya para siempre.
Zachary se apartó del primer pezón para luego mordisquear el otro de igual forma. Después de juguetear con ambos dijo con voz enronquecida por el deseo.
-Catherine, detenme o no responderé de mí, no quiero mancillar tu nombre.
-No lo harás, Zach, porque nos queremos y quiero ser tuya, quiero entregarme a ti…
Ambos se miraron a los ojos y rápidamente volvieron a besarse con pasión mientras ella le desabrochaba los botones de la camisa de él para poder tocarlo, para sentir el calor de su cuerpo en sus manos. Quería saber si él ardía tanto como ella en ese momento. Después de hacerlo, la joven lo tocó sensualmente, entonces, él sin previo aviso la tumbó sobre la manta donde él había estado durmiendo hacía un momento sin dejar de besarla.
Ella sonrió con sensualidad y él la despojó del resto del vestido, dejándola en ropa interior.
-Te quiero, Zach- susurró ella.
La mirada de él se oscureció más aún y volvió a besarla mientras sus manos se posaban en las medias de la joven para bajarlas lentamente. Se apartó de ella y le quitó toda la ropa interior.
Le hizo abrir las piernas y besó el interior de sus muslos, provocando un intenso gemido de placer hasta que posó sus labios en el dulce monte de Venus de la joven, la cual soltó una exclamación al notar la lengua de él jugando con su centro de placer.
Catherine se apoyó en los codos y lo miró sorprendida.
-¿Qué haces?- le preguntó.
-Dándote placer, ¿acaso nunca lo has hecho tú misma?
Catherine se sonrojó y apartó la vista.
-Sí… pero… esas cosas no se cuentan…
-Verás que te gusta cómo lo hago- susurró él y volvió a jugar con el centro de placer de la joven, provocando que esta se recostara de nuevo y se removiera.
-Zach, quiero tenerte dentro de mí, por favor, no me sigas torturando así.
Él no le hizo caso y finalmente la joven estalló llegando al clímax más profundo de su vida, dejándola saciada. Zachary, entonces, se puso encima de ella apoyado en sus codos y la volvió a besar, posesivo.
Al momento se apartó de ella y se quitó la camisa, luego se desabrochó los pantalones y se los quitó. La joven lo observó detenidamente. Los hombros eran anchos, al igual que su torso cubierto de pelo el cual descendía hasta llegar al miembro de él. Un poderoso miembro erecto y duro.
Ella se mordió el labio inferior al verlo, parecía un dios pagano. Él sonrió y volvió a ponerse encima de ella.
-Te deseo, Catherine, desde el primer momento te deseé y te desearé siempre, recuérdalo.
Ella asintió y él volvió a tomar uno de sus pechos con la mano mientras con su lengua jugaba con el otro. Luego, la mano que tenía libre descendió hasta tocarla íntimamente donde notó su humedad así que se colocó entre las piernas de ella, obligándola a abrirse un poco más.
Colocó la punta de su miembro frente a la estrecha entrada de ella y la miró a los ojos.
-Catherine, ¿estás segura de esto?
-Sí, Zach.
-Te va a doler.
-Sé que es sólo al principio, no me importa, sólo quiero ser tuya…
Zach inspiró hondo e introdujo la punta.
-Si quieres parar, dímelo ahora…
-No, Zach, no te detengas por favor, quiero ser tuya.
A Zachary no le hizo falta oír más, así que la metió hasta dentro. Ella gritó con dolor pero a la vez con placer. Él permaneció durante un rato dentro para que ella se acomodara a tenerlo dentro y él se movió en pequeños círculos, después de un rato, lo sacó dejándole a ella vulnerable pero luego volvió a arremeter comenzando con lentas acometidas que poco a poco fueron aumentando de intensidad hasta que ella llegó al clímax, aún mayor que el anterior y finalmente él también llegó al clímax, descargando dentro de ella todo su simiente.
Ella notó como el simiente de él se introducía en ella y sonrió complacida a pesar de la pequeña molestia que sentía ya que él le había arrebatado su virtud.
Zachary se recostó al lado de la joven y la abrazó fuertemente.
-Siento haberte hecho daño…- dijo él pero ella no dijo nada, estaba realmente feliz- ¿qué será de ti ahora, Cathy? Ahora no podrás casarte con un hombre de esos que abundan en las fiestas de Londres.
-No me importa, yo quiero estar contigo.
-Catherine, no puedo creer que estés dispuesta a renunciar a todo lo que has tenido siempre por mí.
-Pues créelo porque es verdad, no me importa lo que piense la gente, no me importa no casarme con un hombre rico, me da exactamente igual, yo sólo quiero estar contigo porque ahora soy tuya.
-Tus padres se enfadarán contigo.
-Me da igual si se enfadan o no, ya te lo he dicho, ahora mismo sólo existimos tú y yo y al resto de la gente que no esté de acuerdo, que les parta un rayo.
-Catherine, te quiero pero no podemos estar juntos, lo sabes.
-No hables ahora, Zachary, olvídate de todo lo demás, vive el presente.
La joven levantó la cabeza y lo besó con dulzura, entonces Zachary cogió la manta y se tapó al igual que tapó a la joven.
-Entonces, descansa, princesa- dijo él dándole un suave beso en la sien.
Ella asintió y cerró los ojos mientras aspiraba el aroma de su cuerpo. Se sentía feliz como muy pocas veces lo había estado hasta ese momento. Notaba como si su cuerpo flotase en el aire.
Estando con él era absolutamente feliz y deseaba con todas sus fuerzas que él le dejara acompañarla porque si no era así, su corazón se rompería en mil pedazos.
Zachary miraba a la joven mientras dormía, pensando en lo que podría hacer. Si la llevaba con ella y alguien descubría quién era él, posiblemente la colgarían por cómplice y si lograban huir hasta el continente podría verse en un terrible aprieto puesto que durante el trayecto la comida escasearía mucho y no habría suficiente para alimentarse los dos.
Cabalgaría con ella un día más y luego la dejaría en un buen hostal. Le escribiría a su hermana pidiéndole que la fuese a buscar y él se marcharía. Le dolería en lo más hondo del alma pero era la mejor solución, no podía arriesgarse a que la colgaran junto a él.
Pero ¿y si la hubiese dejado embarazada?
Si fuese así, su aprieto sería aún mayor, no podría abandonar a la madre de su hijo pero los riesgos son mucho mayores, en caso de que estuviese embarazada le pediría ayuda a JOSEPH a través de una carta.
Se sentía el mayor cobarde de la historia a pesar de haber matado a tanta gente en toda su vida de mercenario pero el miedo a perderla por su culpa le pesaría sobre la conciencia durante la eternidad así que ya estaba decidido, la dejaría en un hostal hasta que su hermana y su cuñado fuesen a buscarla.
CAPITULO 34
Al amanecer, Zachary despertó a Catherine para ponerse en marcha. Ambos se vistieron y montaron en sus caballos, casualmente, la yegua de Catherine estaba junto con Rayo.
Tras montarse en sus respectivos caballos, se pusieron en marcha. Pasaron el día cabalgando sin parar, parando solamente para almorzar algo y descansar un poco al igual que los caballos.
Por la noche llegaron a una hostal donde Zachary pidió una habitación para los dos. Durante la cena, Zachary le dio una carta al dueño del hostal para que la enviara por correo. La carta iba dirigida a su hermana para que viniese a buscar a Catherine, la iba a dejar allí hasta que ella y Edward fueran a recogerla ya que él no estaría allí, estaría más cerca de Escocia.
-Zachary, ¿estás bien?- le preguntó Catherine al verlo pensativo.
Él salió de su ensimismamiento y la miró.
-¿Decías?
-Que si estás bien.
-Sí, estoy bien, no me pasa nada…
-¿Seguro? Te noto un poco distraído.
-No te preocupes, es sólo que estaba contando cuanto nos falta para llegar a Escocia.
-Deseo tanto irme contigo, Zach- dijo la joven bastante ilusionada.
Cuando terminaron de cenar, subieron a la habitación dónde hicieron el amor apasionadamente, tan apasionado como la noche anterior. Catherine se durmió abrazada a Zachary pero este tenía otros planes así que sin despertarla, se levantó, se vistió y la miró. Con todo el dolor de su alma, le dio un beso en la sien.
Ella se removió un poco y tras suspirar siguió durmiendo. Zachary recogió sus cosas y salió del hostal. Se subió en su caballo y partió hacia Escocia sin mirar atrás.
A la mañana siguiente, Catherine se despertó y vio que la cama estaba vacía. Se levantó, se vistió y bajó a comer con la esperanza de encontrarse con Zachary, ya que la asaltó un mal presentimiento. Al llegar abajo, preguntó al dueño de la posada si había visto al hombre que la acompañaba el día anterior y él le comunicó que se había ido dejando una nota para ella.
El hostelero le dio la nota y ella la leyó. Cuando terminó, la joven lloraba desconsoladamente. Se había ido sin ella y todo porque no quería que huyera como si ella fuese cómplice de él.
-¿Se encuentra bien, señorita?- preguntó el dueño del hostal.
Ella no contestó sino que se dirigió al comedor para desayunar. Se sentó en una mesa y una mujer le sirvió el desayuno, ni se percató de que alguien se acercaba a ella y se sentaba justo enfrente.
-Lady Catherine, qué sorpresa encontrarla aquí.
La joven se limpió las lágrimas y miró a la persona que le había hablado.
-Oh, lord Vardon, no esperaba encontrarlo en este hostal.
-Siempre paro por aquí antes de llegar a Vardon Park. ¿Sucede algo? La noto triste.
-No se preocupe, estoy bien.
-No lo parece, querida. Ha estado llorando, vamos, puede confiar en mí.
-Vine con el hombre que amaba para irnos lejos y resulta que ahora se marchó sin mí…
-Oh, no sabe cuánto lo siento…
-Ahora debo volver a Londres pero ni siquiera sé por dónde he venido, sólo lo seguía a él y ni me percaté de mirar en qué dirección íbamos- dijo comenzando a llorar de nuevo.
Lord Vardon le dio unas ligeras palmaditas en la espalda y le dijo:
-Bueno, deje de llorar, tengo una idea, ¿qué le parece si se viene conmigo a mi mansión y de allí parte usted hacia Londres en uno de mis carruajes?
-No quisiera molestarlo, lord Vardon, lo mejor es que pregunte a esta gente si saben qué camino debo tomar para volver a Londres.
-No me molesta para nada, anda, recoja sus cosas y véngase conmigo.
-No me he traído muchas cosas, sólo una pequeña bolsa de viaje que no he deshecho.
-Pues vaya a recogerlo y véngase conmigo.
Catherine asintió y subió a la habitación donde cogió su bolsa de viaje y luego bajó hasta el rellano donde ya la esperaba lord Vardon. Él le hizo un gesto para que lo siguiera y ella lo obedeció casi al instante.
Su futuro se había hecho trizas a la vez que leía la nota que le había dejado Zachary. Todo lo que había planeado para hacer en el futuro con él se había muerto. Era como si se hubiese quedado sin vida, sin ganas de seguir adelante.
Ahora lo único que podía hacer era esperar a su desdichado futuro sin Zachary. Un futuro solitario y lleno de rumores de que era una ramera por haberse acostado con un hombre sin estar casada pero ya nada le importaba si no estaba con él.
Vardon abrió la puerta de su carruaje y ayudó a subir a Catherine. Luego se sentó y miró a través de la ventanilla hacia el paisaje. Ni siquiera se percató de la sonrisa del hombre cuando se subió y se sentó frente a ella.
El carruaje puso rumbo a la mansión de lord Vardon en un momento. Mientras, él trataba de entablar una conversación con pocos resultados.
-¿Y puedo saber quién era el hombre con el que se iba?
-No creo que lo conozca, no es de aquí.
-Al menos dígame cómo se llama, podría ayudarle a buscarlo.
-No se preocupe, ya no hay nada que buscar, él se va a marchar al continente.
-Con que al continente ¿eh?- murmuró el hombre.
Ella lo miró inquisitiva.
-¿Sucede algo?
-Ah, no, no, querida, usted relájese.
Catherine un poco desconfiada, se irguió un poco más en su asiento y le dijo:
-¿Sabe qué? Lo he pensado mejor y prefiero volver al hostal.
-Ya no hay vuelta atrás, querida- dijo Vardon con una sonrisa que a Catherine le puso los pelos de punta.
-Lord Vardon, me está asustando- dijo ella intentando alejarse lo máximo posible de él pero poco pudo hacer en un espacio tan reducido.
-Y más que te vas a asustar- dijo Vardon sacando un revolver de su chaqueta de viaje. Catherine, asustada, intentó gritar pero él le puso una mano en la boca impidiendo que saliera sonido alguno- no te atrevas a gritar o te mataré y no creo que eso le guste al Depredador.
Catherine abrió los ojos desmesuradamente. ¿Cómo sabía que ella se había ido con el Depredador? Sólo podía saberlo de una forma… ¡era el hombre que quería ver muerta a “TN”!
Él apartó la mano pero no dejó de apuntarla con la pistola, momento que aprovechó ella para hablar.
-Usted es quien quiere matar a “TN”.
-Un poco tarde lo has descubierto ¿no crees? Ahora, si no te importa, date la vuelta para atarte las manos, no me gustaría que escaparas cuando te he atrapado tan fácilmente.
-¡No! ¡No me someteré a usted, déjeme ir!- espetó la joven intentando huir pero el peso de Vardon cayó sobre ella y casi la deja sin respiración.
-¡Harás todo lo que yo te diga! ¿O acaso quieres que mate a todas las personas a las que quieres?
Catherine abrió los ojos, sorprendida ante las palabras del hombre y se mantuvo inmóvil, porque sabía que cualquier movimiento en falso podría significar la ruina para todas las personas a las que quería. A su mente vinieron las imágenes de todos sus seres queridos, entre ellos, sus padres y su mejor amiga.
Zachary. Sobre todo él era uno de los que más peligro corría porque a pesar de que ya estuviese cerca de Escocia, lo más probable es que Vardon no se cansaría de buscarlo y así matarlo.
Con esos horribles pensamientos en su mente, las lágrimas rodaron por su mejillas, dejándola muy vulnerable, momento que aprovechó Vardon para atarle las manos a ella a la espalda.
-Ahora ¿vas a permanecer calladita o tendré que amordazarte?- la joven no contestó, simplemente lloraba desconsolada- perfecto, veo que vas a estar calladita, mejor…
Y sin decir más siguieron hasta llegar a la mansión donde Vardon se bajó primero y luego bajó la joven. Este la empujó para que caminara hacia la mansión.
La joven al ir perdida en sus pensamientos, no vio la piedra que había levantada en el camino y tropezó, lo que provocó que Vardon se enfadara. La cogió con fuerza del brazo y la llevó arrastrando hasta la entrada de la mansión donde ya lo esperaba su fiel y discreto mayordomo.
-Simons, lleve a la mujerzuela esta a una habitación y procura que no pueda escapar.
-Como usted mande, señor- dijo el mayordomo y cogió a Catherine del brazo.
Ella miró al mayordomo y se percató de lo que sucedía, así que rápidamente intentó zafarse de su agarre pero el mayordomo, sorprendentemente, era más fuerte que ella y la arrastró hasta una habitación de la planta alta que había permanecido cerrada y el olor a cerrado era considerable.
El mayordomo la llevó hasta la silla que había allí y la sentó, luego cogió otra cuerda y le ató los pies, dejándola inmovilizada.
-Señor, se lo ruego, déjeme ir, por favor…
-Yo sólo cumplo órdenes del señor.
-Pero me va a matar, ¿quiere que caiga sobre su conciencia mi muerte?
-Yo no me meto en los asuntos del señor.
-Entonces alguien me ayudará, me pondré a gritar y nadie me impedirá escapar de aquí.
-En la mansión, sólo estamos, el señor, el cocinero y yo, nadie podrá ayudarla ya que el cocinero se pasará el día en las cocinas.
-Alguien me oirá desde fuera, se lo aseguro- dijo ella muy segura y comenzó a gritar muy alto.
El mayordomo no sabía qué hacer para callarla hasta que vino Vardon y le dio una bofetada a la joven, la cual se calló al instante.
-O te callas o te juro que acabaré contigo antes de lo que piensas.
-¡Suélteme!- gritó Catherine con fuerzas renovadas.
-Me vas a obligar a hacer algo que no quiero hacer…
Estas palabras hicieron que Catherine lo mirara con espanto y vio como sacaba un pañuelo de un bolsillo y se lo ponía a ella a modo de mordaza. La joven pataleó con los pies juntos e intentó soltarse pero poco pudo hacer, las ataduras eran muy fuertes, eran como si estuviesen realizadas por expertos.
Catherine de tanto patalear e intentar soltarse, cayó de la silla al suelo y allí quedó tendida sin poder hacer nada.
Estaba totalmente a merced de ese hombre y no podía hacer nada para advertir a su amiga del gran peligro que corría porque ya sabía quién era el que la quería muerta y recuperar lo que, supuestamente, el padre de “TN” había robado.
PEZA
Página 3 de 4. • 1, 2, 3, 4
Temas similares
» MI QUERIDA INSTITUTRIZ- KEVIN JONAS Y TU - ADAPTADA (TERMINADA)
» Aprendiendo a bailar vals. (Nick Jonas y tu) ADAPTADA. [TERMINADA]
» Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
» EL HIJO DE LA PASION(LIAM PAYNE & TU) Hot-Mantica. ADAPTADA
» ~~ Secretos de una Pasion ~~ (Liam Payne Y _____Thomas ) HOT!!!¡ADAPTADA!
» Aprendiendo a bailar vals. (Nick Jonas y tu) ADAPTADA. [TERMINADA]
» Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
» EL HIJO DE LA PASION(LIAM PAYNE & TU) Hot-Mantica. ADAPTADA
» ~~ Secretos de una Pasion ~~ (Liam Payne Y _____Thomas ) HOT!!!¡ADAPTADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 3 de 4.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.