O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.

Unirse al foro, es rápido y fácil

O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.
O W N
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Conectarse

Recuperar mi contraseña

Últimos temas
» El comienzo (Damon Salvatore & tú)
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyMiér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22

» My dearest
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyLun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick

» Sayonara, friday night
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyLun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick

» in the heart of the circle
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyDom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.

» air nation
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyMiér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.

» life is a box of chocolates
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyMar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon

» —Hot clown shit
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyLun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw

» outoflove.
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyLun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.

» witches of own
Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 EmptyDom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.

novedades

00 . 01 Anuncios del mes febrero.
00 . 02 Actualización del PROTOCOLO, nueva medida obligatoria de avatares.
00 . 03 Remodelación del foro febrero del 2017.
00 . 00 Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit.
administradora
Rumplestiltskin. ϟ Jenn.
miembros del staff
Beta readers
ϟ hypatia.
aka Kate.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ dépayser
aka Lea.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae
aka .
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Stark.
aka Cande.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Baneo
ϟ Ariel.
aka Dani.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ ceonella.
aka Cami.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Ayuda
ϟ Ritza.
aka Ems.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Charlie.
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Limpieza
ϟ Legendary.
aka Steph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ chihiro
aka Zoe.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu
aka Teph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Calore
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Eventos
ϟ ego.
aka Kalgh/Charlie.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Asclepio.
aka Gina.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw
aka Alec.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Tutoriales
ϟ Kida.
aka Ally.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Spencer.
aka Angy.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Diseño
ϟ bxmbshell.
aka Mile.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ yoongi.
aka Valu.
MP ϟ Ver perfil.
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.

Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Página 10 de 18. Precedente  1 ... 6 ... 9, 10, 11 ... 14 ... 18  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Monse_Jonas Dom 13 Abr 2014, 8:53 pm

Capitulo Treintaisiete
El camino de regreso a Jerez es ameno y divertido. Escuchar a mi padre y a sus amigos contar chistes es para morirse de risa. ¡Qué gracia tienen los jodíos! Al llegar a Jerez, Fernando insiste en tomar algo con la excusa de que hay que celebrar el triunfo. Declino la invitación y, cuando llegamos a mi casa, sin cambiarme ni nada, bajo mi moto del remolque, agarro el trofeo y salgo disparada para la villa, donde me espera Joe.
Cuando llego a la puerta, llamo y, dos segundos después, la enorme cancela blanca se abre. Acelero mi moto y subo por el caminito rodeado
de pinos. A lo lejos, veo la casa y a Joe. Parece hablar por teléfono. Acelero, hago una derrapada, un trompo y cuando el polvo me rodea, paro la moto, lo miro y levanto mi trofeo, orgullosa.
—Te lo has perdido. Te has perdido mi triunfo.
Joe no sonríe, cierra el móvil, se da la vuelta y entra en el interior de la casa.
Sorprendida por su seca reacción, me bajo de la moto y lo sigo. Me enferma cuando se pone tan hermético. En mi camino me quito las gafas y el casco y lo dejo sobre una mesa. Joe está en la cocina bebiendo agua. Espero que regrese antes de atacar.
—¿Cómo puedes haberte ido sin decirme nada?
—Estabas muy ocupada.
—Pero, Joe… yo quería que estuvieras allí.
—Y yo quería que tú no hicieras esas locuras.
—Joe… escucha…
—No. Escucha tú. Si tienes que volver a ir a dar saltos con la moto a cualquier otro lugar, no cuentes conmigo, ¿entendido?
—Valeeeee… pero, venga, no te enfades. No seas un niño.
Mis palabras lo hieren y se enfurece aún más.
—Te dije que no quería que te pusieras en peligro y tú has continuado con tu jueguecito sin pensar en cómo me podía sentir. Te podías haber matado delante de mis ojos y yo no podría haber hecho nada para impedirlo. Por Dios, ¿cómo puedes ser tan inconsciente?
Se aparta de mi lado. Su reacción me parece excesiva.
—No soy una inconsciente. Sé muy bien lo que hago.
—Sí, claro… no me cabe la menor duda. Y, por si fuera poco, encima tengo que soportar a ese tal Fernando.
—Ah, no… eso sí que no, guapito —replico enfurecida—. No me parece bien que me reproches lo del motocross pero, fíjate, ¡hasta lo puedo entender! Pero que me reproches las palabras de Fernando, no, ¡eso sí que no!
—¡«Nuestra chica»!, dice el imbécil —farfulla furioso—. No ha parado de hacer comentarios incómodos todo el rato ante mí. Si no le he partido la cara ha sido por respeto a tu padre y al suyo, porque si por mí hubiera sido… —Y antes de que yo pueda replicar, me pregunta—: Dijiste que habías tenido algo con él, ¿seguís teniéndolo?
No respondo. No quiero revelarle lo que Fernando me dijo que sabía de él, ni lo que hubo entre nosotros, pero Joe insiste:
—Respóndeme, ¿qué ha habido entre ese tipo y tú?
—Algo. Pero fue sin importancia y…
—¿Algo? ¿Qué es ese algo? —exige con voz gélida.
—¿Acaso te he pedido yo a ti un listado de todas tus amiguitas de juegos? —le pregunto, sorprendida por el cariz que está tomando la conversación—. Si mal no recuerdo, tú fuiste el primero que quiso tener algo conmigo sin…
—Sé muy bien a lo que te refieres. Pero creo que eres lo suficientemente madura como para entender que eso entre nosotros ha cambiado.
—¿Ah, sí?
Sin cambiar su gesto, gruñe.
—Te acabo de hacer una pregunta. Yo siempre he sido sincero contigo. Cuando regresé en tu busca desde Asturias me preguntaste si había jugado con Amanda y yo fui sincero. ¿No puedes serlo tú ahora?
—De acuerdo. Entre Fernando y yo ha habido sexo.
—¿Y ahora? ¿En los días que has estado aquí antes de que yo llegara?
—Nada…
—No me lo creo.
—En Madrid me acosté con él, pero aquí no. —Eric maldice, y yo prosigo—: Aquí sólo ha habido un par de besos y…
—Ese tipo no es el típico que se conforma con besos. He visto cómo te miraba y, cuando ha dicho lo de compartir la cerveza, ¡Dios… lo hubiera machacado!
Enfadada por sus palabras y por cómo me grita, respondo:
—Quizá él no se conformara con besos, pero yo sí. Nunca me he comportado con él como me comporto contigo porque él no es como tú, maldita sea. Y, ¿sabes? Me voy. No quiero escuchar más tonterías por tu parte o te juro que no te lo voy a perdonar. Cuando te relajes me llamas por teléfono y quizá… sólo quizá yo te perdone el numerito que me acabas de montar.
Dicho esto me doy la vuelta, agarro el casco y las gafas de la moto y aún con el trofeo en las manos salgo de la casa, arranco mi moto y me marcho. El camino de pinos lo hago con la rabia instalada en mi rostro ¿Quién se ha creído Joe para hablarme así? ¿Por qué yo no le exijo nada y él a mí sí? Cuando llego a la cancela blanca veo que se abre para que salga. Acelero, pero antes de traspasarla, freno de nuevo y grito de frustración. Me bajo de la moto y doy un par de patadas en el aire. Mataría a Joe cuando se pone así.
La cancela blanca se cierra tras unos instantes y, durante unos minutos, cierro los ojos furiosa mientras me pongo de cuclillas en el suelo. Joe me agota y sus constantes cambios de humor me vuelven loca. Me desconcierta con sus palabras y sus hechos. No sé nunca lo que quiere y menos aún cómo proceder.
De pronto oigo un ruido ronco acercarse. Levanto la cabeza y veo a Joe que, con su moto, se dirige hacia mí. Cuando llega a mi altura, detiene la moto, pone la pata de cabra y se baja. Me mira.
—¿Cómo puedes ser tan frío?
—Con práctica.
Resoplo y, sin poder contener mi furia, me levanto del suelo.
—Me desesperas, Joe. No puedo con tu manera de ser. A veces te comería a besos, pero otras te mataría. Y ésta es una de esas veces. Siempre te crees el rey del mundo. El rey de la razón. El rey del universo. Eres un cabezón, un mandón, un intransigente y…
—Tienes razón.
Su respuesta me sorprende.
—¿Puedes repetir lo que has dicho?
Joe sonríe.
—Tienes razón, pequeña. Me he pasado. He pagado contigo mi nerviosismo al verte saltar con esa maldita moto y los comentarios nada acertados de tu amigo Fernando. —Cuando ve que voy a decir algo, me interrumpe—: No quiero volver a hablar de ese tipo. Aquí lo importante somos tú y yo. Y por eso iba a buscarte.
Su sonrisa. ¡Oh, Dios…! Su sonrisa. Qué guapo está cuando sonríe. Sin necesitar nada más, me acerco a él.
—¿Por qué tenemos que discutir por todo?
—No lo sé.
—Discutimos por todo menos por el sexo.
—Mmmm… buen comienzo, ¿no?
Ambos soltamos una risotada y Joe me coge. Me besa los nudillos.
—¿Sigues enfadado?
—Mucho.
—¿De verdad?
—Con lo que has hecho hoy, me has quitado diez años de vida.
—Exagerado. —Sonrío.
Joe asiente, se le oscurece la mirada y cierra los ojos.
—____, mi hermana Hannah se mató hace tres años practicando deportes de riesgo. Ella era como tú, una chica joven llena de energía y vitalidad. Un día me invitó a ir con ella y sus amigos a hacer puenting. Lo pasábamos bien hasta que su cuerda… y… yo… yo no pude hacer nada por salvar su vida.
Las carnes se me abren. Aquello es terrible. Vio morir a su hermana. Lo que me acaba de confesar me hace entender la angustia que ha vivido mientras yo disfrutaba dando saltos y derrapando con el motocross. Consciente de su dolor, quiero decirle algo, pero se me vuelve a adelantar:
—Ése es el motivo real por el que no pude seguir viendo lo que hacías.
—Lo siento… yo… yo no sabía.
—Lo sé, cariño. —Me abraza con desesperación y murmura—: Ahora sonríe, por favor. Necesito que sonrías y que no me preguntes por nada de lo que te he explicado. Duele. Duele demasiado y no quiero recordarlo, ¿de acuerdo?
Muevo la cabeza, en un gesto de comprensión y, sin hablar nada más, Joe me besa con auténtica pasión. Sonrío, intento no pensar en la tragedia que me acaba de explicar y me dejo llevar por mi amor. Minutos después, coge el trofeo que aún llevo entre mis manos y lo mira.
—Te voy a matar, morenita. Qué rato más malo me has hecho pasar.
—Joe… es motocross, ¿qué esperabas?
Sonríe, me suelta y se monta en su moto con el trofeo en las manos.

—Volvamos a casa, campeona. Vamos a celebrar como se merece tu triunfo.
Monse_Jonas
Monse_Jonas


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Monse_Jonas Dom 13 Abr 2014, 8:53 pm

Capitulo Treintaiocho
Al día siguiente, en la maravillosa villa y tras una noche plagada de morbo y pasión entre nosotros, Joe y yo tomamos el sol desnudos mientras planeamos una escapada a Zahara de los Atunes. No hemos vuelto a mencionar a Fernando. Ninguno quiere hablar de él. Me besa el tatuaje. Le ha encantado. Cada vez que me hace el amor, me mira con lujuria y me dice: «¡Pídeme lo que quieras!». Me vuelve loca. Totalmente majareta.
Joe me ha propuesto ir a casa de unos amigos suyos en Zahara y a mí me parece bien. Podemos disfrutar de unos días con ellos y luego regresar a la villa, que, por cierto, me encanta. Es una preciosidad.
Por la noche, cuando me lleva de regreso a la casa de mi padre, me lo encuentro sentado en el patio trasero sobre el balancín y voy a saludarlo.
—Este hombre te conviene, morenita.
—¿Ah… sí? ¿Por qué? —pregunto divertida mientras me siento en el balancín con él.
—Es un hombre que se viste por los pies. ¿Cuántos años tiene?
—Treinta y uno.
—Buena edad en un hombre.
Eso me hace sonreír y continúa:
—Te mira de la misma forma que yo miraba a tu madre y eso me gusta. Y mira lo que te digo, hasta hace poco pensaba que Fernando era el hombre ideal para ti. Pero después de conocer a Joe, me retracto. Joe y tú estáis hechos el uno para el otro. Se le ve que es un hombre con principios y dignidad que te cuidará. No es un depravado como el mequetrefe que conocí en Madrid, lleno de agujeros y pendientes.
De nuevo vuelvo a reírme. Mi padre tiene razón, Joe tiene principios pero estoy segura de que si conociera su faceta en el sexo le daría un pasmo. Pero ésa es mi intimidad.
—Papá… Joe me gusta, pero no sé cuánto tiempo durará lo nuestro.
Sorprendido, me mira.
—¿Qué ocurre, morenita?
Las palabras bullen por salir. Quisiera explicarle a mi padre que es mi jefe, pero no puedo. Tengo miedo de su reacción. Cientos de dudas y miedos pugnan por salir de mí pero no se lo permito.
—No ocurre nada, papá —respondo, finalmente—. Sólo que es difícil mantener una relación a distancia. Ya sabes que él vive en Alemania y yo aquí. Y cuando acabe lo que ha venido a hacer a Madrid, ambos tendremos que regresar a nuestros trabajos y, bueno… ya me entiendes.
Veo que asiente y con la prudencia que lo caracteriza, añade:
—Mira, mi vida. Ya no eres una niña. Eres una mujer y como tal te tengo que tratar. Por eso, sólo te puedo decir que disfrutes el momento y seas feliz. De nada sirve pensar muchas veces en el «qué pasará», porque lo que tenga que pasar… ocurrirá. Si Joe y tú estáis predestinados a estar juntos, no habrá distancia que os separe. Eso sí, sé cautelosa y un poco egoísta y piensa en ti. No quiero verte sufrir innecesariamente cuando tú misma ya me estás diciendo que lo vuestro es complicado.
Las palabras de mi padre, como siempre, me reconfortan. No sé si será la edad, la experiencia de haber perdido a mi madre años atrás. Pero si hay algo que él siempre ha tenido claro y que nos ha transmitido a mi hermana y a mí es que la vida es para vivirla.
Al día siguiente, Joe me recoge muy temprano en su moto. Comienza nuestra pequeña y cercana aventura. Mi padre se despide de nosotros encantado y nos desea un feliz viaje. Visitamos Barbate y Conil. Allí comemos y nos bañamos en la playa y por la tarde, cuando llegamos a Zahara de los Atunes, su teléfono suena y él sonríe.
—Andrés nos espera.
Nos montamos en la moto y conduce hacia su casa. Por la seguridad con la que se mueve por las carreteras secundarias del lugar, imagino que ya ha estado allí en otras ocasiones. Los celos vuelven a mí, pero los expulso. Nada me va a impedir disfrutar de mi tiempo con Joe.
Tras desviarnos por un camino, paramos ante una valla de piedra. Joe toca un timbre y, segundos después, la enorme puerta de chapa negra se abre y yo me quedo sin habla. Ante mí se extiende un maravilloso jardín con cientos de flores de colores que enmarcan una preciosa casa minimalista.
Una vez llegamos hasta la puerta y Joe para la moto, me bajo y poco después Andrés y una mujer con un bebé en brazos salen a nuestro encuentro. Andrés es el médico que Joe llamó en Madrid y me curó el brazo, y eso me sorprende.
La mujer de Andrés se llama Frida y el niño, Glen. Frida es alemana como Joe, pero habla perfectamente español y en seguida hay buen rollo entre nosotras. Una mujer de mediana edad aparece y se lleva al pequeño, y, segundos después, los cuatro pasamos a un jardín trasero donde una asistenta nos lleva unas bebidas. Divertidos, los cuatro charlamos mientras escucho anécdotas divertidas de sus viajes. Pronto me doy cuenta de la estupenda amistad que los une desde hace años y eso me hace sonreír. Sobre las ocho, Frida nos conduce hasta nuestra habitación. Un lugar espacioso, decorado con un gusto exquisito y donde hay una enorme cama.
En cuanto nos quedamos solos, Joe me coge entre sus brazos y me besa mientras me desnuda. Me lleva en volandas hasta una enorme ducha donde abre el agua y los dos gritamos divertidos al sentir el agua fría caer sobre nosotros. Los besos de Joe se intensifican y mi ansiedad por él más. De pronto, me tumba en la ducha y se tumba sobre mí mientras el agua cae sobre nosotros. Su boca exigente me muerde los labios mientras siento sus manos recorrer mi cuerpo y éste vibrar por el contacto.
Cuando abandona mis labios, su boca baja hasta mi pecho. Mis pezones están duros y, al mordisquearlos, me hace gritar. Sigue su andadura por mi cuerpo y siento que su lengua baja por mi ombligo, se entretiene en él unos instantes hasta que continúa su camino y de pronto se detiene.
Al notar que él ha frenado su exploración incorporo mi cabeza para mirarlo y me doy cuenta de qué es lo que ha visto. Está mirando el tatuaje. Eso me excita y jadeo, mientras siento que me mira tras sus pestañas mojadas.
—¿En serio puedo pedir lo que aquí pone?
Asiento.
—¿Cualquier cosa?
El cosquilleo en mi vagina es impresionante. Creo que voy a tener un orgasmo con sólo escuchar su voz y ver el morbo de su mirada. Vuelvo a asentir ante lo que él me ha preguntado y curva la comisura de su boca.
Clava sus rodillas en el suelo de la ducha y, con urgencia, me coge de las caderas y me atrae hacia él. Coge la ducha con las manos me separa las piernas y me lava. Humedece cada centímetro de mi vagina y yo me dejo, encantada. Excitada, veo que cambia la intensidad de la ducha. Ahora son menos chorros pero el agua sale con más fuerza.
Imagino lo que va a hacer y no me muevo. Lo deseo.
Se agacha, mete su lengua en mi empapada vagina y me chupa. Busca mi clítoris, lo rodea con su lengua y juega con él. Lo mima. Lo estira. Lo devora. Me vuelve loca. Cuando lo tiene como él desea vuelve a coger la ducha, mientras con dos de sus dedos me separa los pliegues de mi sexo y siento que los chorros caen directamente sobre mi hinchado clítoris.
¡Me vuelvo loca!
Jadeo… me retuerzo y él me sujeta para que no me mueva mientras los chorros caen con fuerza sobre mi clítoris proporcionándome cientos de sensaciones. ¡Calor…! El calor sube por mi cuerpo y, cuando me contraigo por un maravilloso orgasmo, suelta la ducha, coloca su duro pene en mi abierta vagina. Entonces da un empellón y me la mete hasta el fondo.
—De acuerdo, pequeña… te tomo la palabra. Te pediré lo que yo quiera.
Tirada en el suelo de la ducha con Joe poseyéndome con fuerza, dejo que me mueva a su antojo.
Diez… once… doce, sigue su bombeo sobre mí, mientras mi vagina se contrae a cada embestida y mi clítoris con su roce me hace vibrar más y más. Vuelvo a tener otro maravilloso orgasmo esta vez al mismo tiempo que él.
Instantes después, rueda a mi lado y los dos quedamos en el suelo de la enorme ducha mirando hacia el techo mientras el agua corre a nuestro alrededor. Su mano busca la mía y cuando la encuentra la aprieta. Se la lleva a la boca. Me besa los nudillos y dice:

—____… ____… ¿Qué me estás haciendo? 
Monse_Jonas
Monse_Jonas


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Monse_Jonas Dom 13 Abr 2014, 8:54 pm

Chicas les dejo dos capis y bueno ahora ya sabemos porque Joe es tan miedoso, pobre Hannah U_U
Monse_Jonas
Monse_Jonas


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por aranzhitha Dom 13 Abr 2014, 9:25 pm

Awww pobre de Joe!!
Síguela!
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por chelis Lun 14 Abr 2014, 10:00 am

Es muy feo lo que le paso a joe!!!!
chelis
chelis


http://www.twitter.com/chelis960

Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Monse_Jonas Lun 14 Abr 2014, 11:42 pm

Capitulo Treintainueve
A las nueve de la noche, tras la estupenda ducha que nos hemos dado y de la que estoy convencida que se ha enterado todo el mundo, bajamos de la mano al salón. Allí, Frida y Andrés se están besando, pero dejan de hacerlo cuando nosotros aparecemos.
Pasamos al comedor y nos sentamos alrededor de una maravillosa mesa. Joe me retira la silla y se sienta a mi lado. Lo veo feliz. Ése es su ambiente y se le nota que está más cómodo. El servicio entra en la estancia y nos sirve un buen vino y después una maravillosa langosta. Joe me pide una Coca-Cola. Entre risas y confidencias acabamos con el primer plato y nos sirven el segundo, una exquisita carne. Cuando acabamos el rico helado que nos sirven de postre, Frida propone salir al jardín.
Joe, tras atender una llamada de teléfono, se sienta a mi lado. Siento sus continuas caricias en mi piel y lo noto más pensativo que minutos antes. Aun así, charlamos hasta bien entrada la madrugada, momento en que nos vamos a dormir.
Al día siguiente cuando me despierto, el sol entra por el gran ventanal. Estoy sola en la habitación y me estiro en la cama. Las sábanas huelen a Joe y eso me hace sonreír. Recordar cómo me hizo el amor la noche anterior me excita, me pone a cien, pero, convencida de que no es momento de fantasear, me levanto, voy al baño y me aseo.
Mientras me visto, un ruidito me hace mirar a mi alrededor. Es el móvil de Joe. Lo localizo sobre la mesilla y leo que pone el nombre de «Betta». De nuevo aquel nombre.
Cuando llego al salón, oigo las risas de Andrés, Frida y Joe y me sorprendo al ver a un señor y a una señora junto a ellos. Cuando me acerco, me presentan a los padres de Frida, que han venido para llevarse al pequeño Glen de vacaciones con ellos. Le entrego el móvil a Joe y le indico que ha recibido una llamada de una tal Betta. Él asiente, lo guarda en el bolsillo del pantalón y prosigue tan normal. Los padres de Frida y el pequeño Glen se van esa misma noche.
A la mañana siguiente, cuando me despierto, vuelvo a estar sola en la cama. Tras lavarme los dientes, me acerco hasta la piscina y rápidamente Andrés me coge y me tira al agua. Todos nos reímos y pasamos un rato divertido. Sobre las dos de la tarde, los cuatro nos vamos de compras a Cádiz en el coche de Andrés. Acabamos de recibir la invitación para una fiesta temática ambientada en los años veinte y hay que ir a comprarse algo.
Por la noche, tras una divertida tarde de compras, decidimos cenar en la playa. Acabada la cena en un precioso restaurante de Zahara, tomamos unas copas en un bar y sobre la una regresamos a la casa.
Al llegar salimos a la bonita terraza y nos sentamos. Me gusta sentir a Joe tan cercano, receptivo, tan pendiente de mí. Andrés va a la cocina y trae una botella de champán. Tras esa primera botella, llega una segunda de la que bebo más lentamente pero que disfruto de todos modos.
Frida y Andrés son unos anfitriones maravillosos. Intentan que nos sintamos como si estuviéramos en nuestra casa y lo consiguen con su actitud. Disfruto del momento sentada en aquel precioso lugar mientras mis ojos miran la piscina oval y el jacuzzi que hay al lado. Sobre las tres de la madrugada hace mucho calor y Frida propone darnos un chapuzón en la piscina.
Sin pensarlo un segundo, acepto y subo a mi habitación a ponerme el biquini. Cuando bajo, Frida ya está en el agua con Andrés y Joe me espera en el borde. En cuanto me acerco a él, me coge a traición y los dos caemos en el agua. Entre risas y cachondeo, nos bañamos un rato, hasta que, más adelante, Frida y yo nos sentamos en la ancha escalera de la piscina y Joe y Andrés se hacen unos largos.
Cuando los chicos llegan hasta nosotras, Andrés coge a su mujer de un pie y la arrastra hacia la piscina. Ella protesta pero, dos segundos después, ríe a carcajadas. Joe divertido se acerca a mí, me coge en brazos y me sienta a horcajadas sobre él.
El agua nos llega hasta la cintura y pronto sus manos se meten por debajo de la braga de mi biquini y me comienza a tocar. Asustada por aquello, lo miro con reproche y él ríe.
—¡Joe! —le regaño—. No hagas eso. Nos pueden ver.
Su contestación es un tórrido beso que rápidamente consigue calentarme el alma y la vida. Su boca y sus manos ya me tienen en el punto de partida que él siempre quiere y, cuando se separa de mí, murmura mientras señala con la vista:
—Tranquila, pequeña. Ni Andrés ni Frida van a asustarse.
Curiosa, miro hacia donde él señala y veo que la otra pareja se besa apasionadamente. Incluso veo que Andrés le desabrocha el biquini a Frida y éste queda flotando sobre la piscina. Rápidamente miro a Joe en busca de una contestación.
—Sí, morenita… a ellos también les gusta el morbo.
Comienzo a temblar, y no es de frío, cuando siento que los otros dos se acercan a nosotros. Frida está juguetona y sale de la piscina. Se sienta en el borde junto a nosotros con los pechos húmedos y resbaladizos mientras Andrés se pone detrás de mí y posa sus manos sobre mi cintura. Joe, al ver cómo lo miro, mueve la cabeza y Andrés me suelta en seguida, sale de la piscina y, tras besar a su mujer, ambos desaparecen en el interior del chalet.
Estoy nerviosa. ¡Histérica!
No sé dónde meterme, pero siento que mi vagina se lubrica y se deshace por dentro.
Joe, al notarme tensa, se levanta de la ancha escalera y, sin soltarme, se mete conmigo hacia el interior de la piscina. Me agarro a él con desesperación.
—Tranquila, pequeña. Conmigo nunca harás nada que tú no quieras.
Boqueo como un pez. Me falta el aire y consigo susurrar:
—Ellos… ¿juegan a los mismos juegos que tú?
—Sí.
—¿Y…?
—_____, te tiene que quedar claro lo que te dije hace poco. El sexo es sólo sexo. Frida y Andrés son una pareja muy sólida que tienen claro qué es lo que les gusta en el plano sexual. Hemos ido en varias ocasiones juntos a club de intercambio de parejas y allí han disfrutado de tríos y orgías y, cuando han regresado a su casa, han continuado siendo ellos mismos. Andrés y Frida. Una pareja.
—¿Tú has… has estado con ellos?
—Sí. Nosotros dos para ella. A mí los hombres no me van —bromea y sonrío—. Escucha, ____, debes entender que tanto Frida, como Andrés y como yo tenemos las ideas claras y sabemos diferenciar entre el sexo y los sentimientos. A los tres nos gusta disfrutar del morbo del juego pero, una vez acaba, nos respetamos como personas. Por cierto, la fiesta a la que estamos invitados mañana es…
—Una fiesta donde todo el mundo juega, ¿verdad?
Joe asiente.
—Si tú no quieres, no tenemos por qué ir.
Durante un rato, los dos permanecemos callados hasta que me lleva hasta la escalera, me toma de las manos y me dice:
—Ven. Entremos en el jacuzzi.
Lo sigo hasta allí.
—Qué calentita —murmuro al entrar en él.
—Demasiado caliente. —Joe aprieta unos botones y, segundos después, el agua se enfría.
Permanecemos callados mientras las burbujas explotan a nuestro alrededor, hasta que él me atrae de nuevo hacia sí y me sienta de nuevo a horcajadas sobre él.
—¿Ves cómo me tienes? —dice mientras aprieta mi vagina contra su pene.
—Sí. —Sonrío y, sin poder evitarlo, pregunto—: ¿Qué te hubiera gustado que hubiera pasado en la piscina?
Echa la cabeza hacia atrás.
—Ah… cariño. Me hubiera gustado que hubieran pasado muchas cosas.
—Cómo por ejemplo… —insisto.
Joe levanta el mentón y me mira.
—Aún recuerdo cómo te estremecías aquella tarde en mi hotel cuando Frida se metió entre tus piernas y te hizo todo lo que le pedí.
—¿Era Frida?
—Sí. —Darme cuenta de eso me deja asombrada—. Mmmmm… me gusta la delicadeza que mostráis las mujeres. Me excita miraros. ¡Sois exquisitas!
—¿Y los hombres?
Noto su mirada alerta y añade:
—Cielo, ya te he dicho que los hombres no me
van.
Eso me hace gracia.
—Me refería a que si en tus fantasías sólo incluyes a mujeres.
—No, mis fantasías son más amplias. Adoro ver a dos mujeres poseyéndose, aunque luego me gusta compartirlas con otros hombres.
—¿Y te ves compartiéndome a mí con otro hombre?
—Si tú quieres, sí —responde con una sonrisa.
Sólo decirlo me excita. Me excita mucho más que imaginarme con otra mujer. Joe clava su mirada en mí.
—Tu placer es mi placer y, si tú me lo pides, te compartiré. Pero, llegado el momento, seré yo quien mande en ese juego. Eres mía y quiero que quede claro.
Ardo. Me caliento. Voy a explotar. Me aviva ese comentario de posesión y murmuro inquieta:
—Has dicho que tú y Andrés habéis jugado con Frida.
—Sí. —Y acercando su boca a mi oído me pregunta—: ¿Quieres que te comparta con otro hombre?
Imaginarlo me excita, me inquieta, me estimula.
—Joe…
—Ah… morenita, creo que te voy a tener que atar en corto. Eres más curiosa de lo que yo imaginaba, pero me gusta tu curiosidad, me vuelve loco.
Eso me hace reír. Le ofrezco mi boca, que él toma con avidez.
—Si vamos mañana a esa fiesta, ¿qué ocurrirá?
—Lo que tú quieras.
—Pero… pero allí…
—Allí la gente va a lo que va, pequeña. Todos buscan lo mismo: sexo. Si tú quieres, lo tendrás. Puedes mirar o puedes participar, todo depende de ti.
—Y tú… ¿qué quieres tú?
Joe pasea su boca por mi cuello.
—Tras la conversación tan interesante que acabamos de tener y que me tiene duro como una piedra, lo que voy a querer es follarte y que te follen. Adoro ver tu gesto cuando te corres. Y como ahora sé qué es lo que te excita, quiero ofrecer tus pechos, tu vagina, y observar el momento. Eso me proporcionará un gran placer.
Todo lo que me dice consigue en mí el efecto deseado y siento que ahora soy yo la que quiere cumplir cualquiera de esas fantasías. Mi respiración se acelera, Joe sonríe.
—Tu cuerpo me dice que te pida lo que quiera. Y sé que ahora mismo cualquier cosa que te propusiera lo harías, porque estás tan excitada, tan caliente que lo deseas, ¿verdad?
—Sí —admito.
Joe se levanta y me da la mano.
—Ven, acompáñame.
No lo dudo. Le doy la mano y salimos del jacuzzi.
Coge una toalla y la pone alrededor de mi cuerpo. Me seca con mimo.
—____… te tiene que quedar claro que yo nunca haré nada sin tu consentimiento. No me perdonaría que me reprocharas nada. Eres demasiado importante para mí.
—No te voy a reprochar nada, Joe. Es sólo que me asusta lo desconocido, pero quiero experimentar a tu lado.
Mi respuesta parece agradarle y me besa. Me besa con pasión y juntos caminamos hacia el interior de la casa. Pero en vez de llevarme hacia la habitación me hace girarme en otro pasillo. De pronto escucho jadeos y, al llegar frente a una puerta que está entreabierta, me mira y dice:
—Andrés y Frida están dentro, ¿quieres que pasemos?
Asiento, pero susurro.
—Siempre y cuando no te alejes de mí.
—Eso no lo dudes nunca, cariño. Eres mía.
Su posesión me gusta y, cuando entramos en la habitación, mi respiración se vuelve irregular. Estoy nerviosa, excitada, pero tengo miedo. Veo una cama redonda en medio de una enorme sala azul. La música suena y Frida y Andrés hacen un sesenta y nueve. Al vernos, dejan de hacer lo que están haciendo y nos miran. Joe cierra la puerta y me quita la toalla. Tiemblo.
—Tú decides, ____.
Su voz me hace regresar a la realidad y, ante la atenta mirada de los otros dos, murmuro:
—Deseo jugar.
Joe me besa. Después mira a Andrés y éste se levanta de la cama desnudo. Nos rodea y se para en mi espalda. Miro a Joe y noto cómo su amigo me desabrocha la parte superior de mi biquini y, cuando lo consigue, lo saca por la cabeza.
Mis pechos rozan el pecho de Joe y mis pezones rápidamente se ponen duros ante aquella situación. Mi Dios… mi adonis no me quita ojo desde su altura. Está serio e imperturbable cuando se dirige a su amigo.
—Andrés, quítale la braga del biquini.
Su voz me excita. Su posesión sobre mí. Y cuando siento los dedos de Andrés agarrar mis bragas y bajarlas, jadeo. En su camino siento su aliento en mi trasero y eso me pone la carne de gallina.
Una vez desnuda, mi excitación es tan grande que el miedo ha desaparecido para dar paso al morbo, y Joe sonríe. Sabe que estoy bien y dispuesta.
—¿Puedo tocarla? —pregunta Andrés a mis espaldas.
Joe sigue mirándome y yo asiento. Joe responde:
—Sí.
Instantes después, las manos de Andrés pasean por mi cuerpo. Toca mis pechos, mi cintura y, cuando sus dedos llegan a mi vagina e introduce uno de ellos, jadeo. Frida llega hasta nuestro lado y Joe se aparta. Se agacha, me hace abrir las piernas y su boca va directa hasta mi sexo.
Cierro los ojos. Las piernas me tiemblan mientras Andrés y Frida me tocan y disfrutan de mí. Joe, al ver aquello, acerca su boca a la mía y susurra:
—Sí… así… disfruta para mí.
Durante unos minutos me siento el caramelito de la habitación. Cuatro manos recorren mi cuerpo y dos bocas se esmeran en arrancarme jadeos, mientras Joe nos observa con los ojos brillantes por la lujuria. De pronto, Joe toca la cabeza de Frida y ella deja de acariciarme, se da la vuelta y veo que le acaricia el torso. Mete su mano en su bañador, le saca el pene y se lo acerca a la boca. Saca la lengua y comienza a lamerlo en toda su longitud.
Excitada, no puedo dejar de mirar, mientras Andrés me muerde los pezones. Frida disfruta con lo que hace y lame el pene como si se tratara de un helado. Se lo introduce totalmente en la boca y le acaricia los testículos. Yo miro… miro… y miro y siento que mi excitación se aviva más. Estoy tan caliente que me agacho un poco para facilitarle la tarea a Andrés con mis pechos y se los ofrezco para que se dé un festín.
Joe se estremece, yo jadeo y lo oigo murmurar:
—Vayamos a la cama.
Los cuatro, desnudos, nos dirigimos a ella. Joe se quita el bañador y su pene lujurioso está duro y deseoso de jugar y veo que Andrés se pone frente a su mujer. Joe se coloca finalmente frente a mí. Frida deposita entre nosotras una caja cuadrada y blanca y pregunta:
—¿A qué queréis jugar?
La saliva se me estrangula en la garganta. No sé qué decir cuando oigo a Joe decir:
—Algo suave.
Frida y Andrés hacen un gesto con la cabeza, y entonces ella mira en el interior de la caja, saca dos vibradores como el que me regaló Joe a mí y me mira.
—Está limpio, cariño. Ante todo, la higiene.
Asiento y lo cojo.
Joe me encoge las piernas y me abre las rodillas. Mi sexo está caliente, chorreante y late desbocado.
—Mastúrbate para mí, cariño —me dice Joe.
—Y tú para mí, Frida —pide Andrés.
Como una autómata, abierta de piernas junto a Frida y frente a Joe y Andrés, pongo el vibrador en mi mojada hendidura y lo pongo al uno. La vibración, la humedad y la excitación me piden más y lo subo al dos. Ardo. Tengo mucho calor y siento que voy a explotar cuando mi clítoris rápidamente reacciona y me comienza a dar descargas de placer.
Joe, entre mis piernas, me mira y se pone un preservativo mientras leo su necesidad en la cara de que me corra para él. Subo la intensidad del vibrador y su descarga hace que arquee la espalda y grite. Un jadeo a mi lado me hace recordar que Frida está en la misma tesitura y eso me estimula, y más cuando veo que Andrés le quita el vibrador y la penetra. Sus jadeos se convierten en gritos de placer y eso me azora todavía más. Ver a dos personas a mi lado hacer el amor es algo totalmente nuevo para mí y no puedo dejar de mirar hasta que ellos se dejan ir y sus gritos bajan de intensidad.
Joe no me quita ojo. Está tan excitado como yo.
—Andrés, ofréceme a ____ —dice, sorprendiéndome.
Rápidamente siento que Andrés se levanta, se sienta al borde de la cama y me dice:
—Ven aquí. Siéntate sobre mí.
Sin saber realmente a lo que se refiere, me levanto y cuando voy a sentarme mirándolo, me da la vuelta y me hace mirar a Joe. Después me sienta sobre sus piernas y me susurra al oído:
—Recuéstate sobre mí, sube tus pies a la cama y abre las piernas. Yo te sujetaré por los muslos para que Joe te penetre.
Completamente excitada por el momento, hago lo que me pide mientras siento su pene en mi trasero y me abre los muslos. Joe se acerca a mí, a nosotros, se mete entre mis piernas, me agarra del culo y me mete lentamente su duro pene mientras Andrés me sujeta las piernas y me abre para él. Joe, tras varias embestidas que me hacen gemir, se queda quieto y musita:
—Esto es ofrecerte a alguien. ¿Te gusta la sensación?
—Sí… sí…
—Pues así te ofreceré yo a otros hombres —susurra mientras me penetra—. Abriré tus muslos para darles acceso a tu interior siempre
que yo quiera, ¿te parece?
—Sí… sí… —jadeo enloquecida.
Me besa. Me devora los labios y ambos oímos que Andrés dice:
—Más tarde, quizá Joe te ofrezca y seremos Frida o yo quienes te follemos.
Las palabras de Andrés me incitan mientras siento el implacable pene de Joe tan duro como una piedra en mi interior. Joe mueve las caderas y eso me hace resoplar. Noto cómo me llena por completo y comienza a moverse adelante y atrás mientras Andrés murmura:
—¿Te gusta, _____?
—Sí… Oh… Dios mío.
La estimulación que siento en ese instante es profunda y maravillosa mientras Joe avanza y continúa su saqueo implacable sobre mí y Andrés me ofrece. Frida nos mira y veo que se masturba con un consolador. Me muerdo los labios, jadeo, me retuerzo.
—Vamos, nena… —dice Joe de repente—. Dime cómo quieres que te folle.
Al ver que no respondo, Joe me da un cachete en el culo que me introduce más en él y yo balbuceo como puedo:
—Rápido… fuerte.
—¿Así, pequeña? —acelera y profundiza más.
—Sí… sí…
Mueve las caderas con vigorosidad y grito. La intensidad en sus movimientos aumenta segundo a segundo, penetración a penetración, y mi placer con él. Ardo. Estoy fuera de control. Y cuando un calor embriagador me hace soltar un gemido de placer, Joe gira las caderas y me embiste por última vez y los dos nos corremos.
Tras aquel primer asalto, llegan dos más donde vuelvo a disfrutar como una loca y donde veo lo mucho que Joe goza ofreciéndome y follándome. Él me ha hecho descubrir un mundo hasta ahora desconocido para mí y sólo lo quiero disfrutar… disfrutar y disfrutar.

Aquella noche, en la soledad de nuestra habitación, Joe me abraza. Las piernas aún me tiemblan y no puedo dejar de pensar en lo ocurrido. Recuerdo las palabras de Fernando: «Yo te quiero en exclusividad y él no». Eso me inquieta. Imágenes morbosas pasean por mi mente y noto de nuevo mi vagina estremecerse. De pronto siento su boca en mi frente y cómo me reparte pequeños besos que me saben de maravilla. Joe es dulce y posesivo, y eso me gusta. Me encanta en él. No hemos hablado de lo ocurrido. No es necesario. Nuestros ojos hablan por sí solos y no hacen falta ni preguntas ni explicaciones. Todo ha sido consentido y disfrutado. Agotada, finalmente, me duermo entre sus brazos.
Monse_Jonas
Monse_Jonas


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Monse_Jonas Lun 14 Abr 2014, 11:42 pm

Uffff  :calor:  :calor:  :calor:  :calor:  :calor:  :calor:  :calor:  :calor:
Monse_Jonas
Monse_Jonas


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por aranzhitha Mar 15 Abr 2014, 12:19 am

Oh que calor!!!!  Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 2257141722  Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 2257141722  Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 2257141722  Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 2257141722  Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 2257141722  Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 2257141722  Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 2257141722
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por chelis Mar 15 Abr 2014, 11:44 am

Esto es de locos!!#!!..... Jajajajajajaja  sigue porfiiisss
chelis
chelis


http://www.twitter.com/chelis960

Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Dasiel_launiica Miér 16 Abr 2014, 12:49 pm

Soy Nueva porfavor siiiiiiiguelaaaaa
Dasiel_launiica
Dasiel_launiica


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por aranzhitha Miér 16 Abr 2014, 2:08 pm

Síguela!
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Monse_Jonas Jue 17 Abr 2014, 12:04 am

Capitulo Cuarenta
A la mañana siguiente, cuando me despierto, vuelvo a estar sola en la habitación. Rápidamente, las imágenes de lo ocurrido la noche anterior regresan a mi mente y me pongo colorada. Pero también me excito.
El mundo de Joe me está abduciendo y siento que cada vez me gusta más. De pronto, la puerta se abre. Es él con una bandeja de desayuno.
—Buenos días, morenita.
Ese saludo, tan de mi padre, me hace sonreír y me siento en la cama. Joe llega hasta mi lado, suelta la bandeja y, tras darme un dulce beso en
los labios, se sienta a mi lado.
—He traído zumo de naranja, algo de embutido, tostadas, plumcake y dos cafés con leche, ¿te parece buen desayuno?
Encantada con aquello, sonrío y lo miro.
—El mejor.
Durante unos diez minutos desayunamos entre risas y, cuando acabamos con todo lo que había en la bandeja, la pone en el suelo y se sienta de nuevo junto a mí. Está guapísimo con esa camiseta blanca y las bermudas de camuflaje. Vestido así parece un jovenzuelo de mi pandilla, no el director de una gran multinacional.
—Vamos a ver, pequeña, ¿cómo estás? —pregunta mientras me acaricia el óvalo de la cara.
—Bien, ¿por qué? —Al ver su ceja levantada respondo—. Bien… Si me preguntas por lo que ocurrió ayer, tranquilo, estoy bien, lo disfruté y, sobre todo, tú no me obligaste, lo hice yo porque me apetecía.
Joe asiente. Por su gesto parecía necesitar escuchar aquello y veo que sonríe.
—Me encantó la experiencia contigo. Fue maravillosa.
—Para mí fue extraña. Diferente. Pero también morbosa… muy morbosa. Y ya vi cómo disfrutabas cuando Andrés y Frida me tocaban.
—Mmmm… me excita ver tu cara de perversión, pequeña. Abres la boca de tal manera y te arqueas tan deliciosamente… Me vuelve loco verte así.
Ambos reímos.
—En referencia a la fiesta de esta noche. Si tú no quieres, no…
—Sí, quiero. Quiero ir.
—¿Segura?
—Sí. Totalmente.
Mi decisión parece sorprenderlo.
—¿Tú no quieres ir?
—No… no es eso… pero…
—¿Acaso hay alguna mujer por la que me tenga que preocupar?
Joe suelta una risotada y aclara:
—Absolutamente por ninguna. Con ellas simplemente he jugado y…
—¿Has jugado mucho con ellas?
—Sí.
Eso me incomoda. Cualquiera de ellas me sacará ventaja.
—Pero ¿mucho… mucho?
—Mucho… mucho. A algunas las conozco desde hace más de diez años, pequeña. Pero no tienes de qué preocuparte. En cambio, yo sí que me tengo que preocupar. Tú serás nueva y estoy convencido de que muchos hombres te observarán deseosos de ser ellos los elegidos.
—¿Tú crees?
Joe responde que sí con su cabeza y siento que se le oscurecen los ojos. De pronto, lo siento algo escamado y eso me alerta. ¿Estará celoso?
—Sí, lo creo. Pero no olvides, cariño, que…
—… que sólo lo haremos con quien yo quiera, ¿me equivoco?
—No. —Sonríe, mientras me aparta un mechón de pelo de la cara.
Doy un trago a mi café.
—¿Me vas a ofrecer a otro hombre?
Mi pregunta vuelve a pillarlo por sorpresa. Como siempre, lo piensa… lo piensa y, al final, responde con otra pregunta:
—¿Te gustaría?
—Sí… me excita sentir que eres mi dueño. Anoche me excitó.
Se carcajea y, tras darme un beso en los labios, murmura:
—Señorita Flores, ¿habla de dueño? ¿No dijo que no le gustaba el sado?
—Y no me gusta —aclaro—. Pero me excita sentir tu posesión.
Joe asiente. Clava sus preciosos ojos en mí y murmura:
—No olvidaré eso cuando te ofrezca esta noche.
Asiento como siempre. Está claro que él sólo hará lo que yo quiera y, deseosa de que todo sea como siempre, me tumbo en la cama y tras hacerle una seña con el dedo para que se tumbe sobre mí le susurro:
—Tú eres el experto. Estoy en tus manos.
Joe sonríe y me besa.
—Cariño… cada día me sorprendes más.
Pongo los ojos en blanco y pestañeo.
—Me gustas mucho cuando me llamas cariño. ¿Todavía no te has dado cuenta del influjo que provocas en mí cuando me dices palabras cariñosas?
—Estás comenzando a asustarme.
Eso me hace reír.
—¿Que yo te asusto?
Joe asiente. Pone entonces sus manos en mi cintura y me hace cosquillas.
—Sí…, señorita Flores. Comienzo a temer tus juegos. Creo que vas a ser peligrosa.
Tras la comida, Frida y Andrés se retiran a descansar. Joe me propone lo mismo, pero me apetece leer en la sombrita. Joe me acompaña y, tirados en las cómodas hamacas de la piscina y bajo una maravillosa sombra, compartimos música en mi iPod y leemos.
Pero yo apenas leo. Mi mente no para de dar vueltas a todo lo que va a pasar, mientras disfruto de estar junto a Joe. Verlo a mi lado, tranquilo y relajado mientras lee el periódico me parece algo sublime, maravilloso. De pronto en mi iPod comienza a sonar una canción y oigo que Joe la tararea. Eso me deja sin habla.
Sé que faltaron razones, sé que sobraron motivos
Contigo porque me matas, y ahora sin ti ya no vivo
Tú dices blanco, yo digo negro
Tú dices voy, yo digo vengo
Miro la vida en colores y tú en blanco y negro.
Dicen que el amor es suficiente, pero no tengo el valor de hacerle frente
Tú eres quien me hace llorar, pero sólo tú me puedes consolar.
Te regalo mi amor, te regalo mi vida
A pesar del dolor eres tú quien me inspira.
No somos perfectos somos polos opuestos,
Te amo con fuerza te odio a momentos.
Está tarareando la canción Blanco y negro de Malú. ¡Y se la sabe entera!  Asombrada, no me muevo, mientras hago como si leyera mi libro. Escuchar a Joe cantar aquella canción que siempre me recuerda a él me pone la carne de gallina. Cuando la termina, me doy cuenta de que me mira.
—Aún recuerdo el día que te escuché cantarla.
—Sí… muy majo tú. Me dijiste que cantaba fatal, ¿lo recuerdas? —Joe sonríe y yo añado—: Oye… ¿cómo te sabes esta canción? Recuerdo que me preguntaste el título y quién la cantaba.
—La busqué.
—¿Y por qué la buscaste?
—Porque escuchar esta canción me recuerda a ti.

Aquella revelación me deja sin palabras. Joe continúa leyendo y yo lo imito. Estoy emocionada  porque, sin utilizar palabras cariñosas, sé que me ha dicho: «Te quiero».
Monse_Jonas
Monse_Jonas


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Monse_Jonas Jue 17 Abr 2014, 12:07 am

BIENVENIDA DASIEL ♥


ESPERO LES GUSTE EL CAPI CHICAS
GRACIAS POR SUS COMEN.  :enamorado:  :enamorado:  :enamorado:  :enamorado:  :omg:  :omg:  :omg: 
Monse_Jonas
Monse_Jonas


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por aranzhitha Jue 17 Abr 2014, 9:54 am

Awwww Joe ya la quiere!!
Síguela!
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por chelis Jue 17 Abr 2014, 11:51 am

Oooooohhh€!!!!.... Que sorpresas!!!!.... Joe eres raro!!!... Pero así te queremos!!!
chelis
chelis


http://www.twitter.com/chelis960

Volver arriba Ir abajo

Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN - Página 10 Empty Re: Pídeme lo que quieras (Joe y tú) ADAPTACIÓN

Mensaje por Contenido patrocinado

Contenido patrocinado



Volver arriba Ir abajo

Página 10 de 18. Precedente  1 ... 6 ... 9, 10, 11 ... 14 ... 18  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.