✧ El asistente del vampiro ✧ | Larry Stylinson | Hot/Smut (Terminada)

Harry inclinó la cabeza a un lado, confundido. —¿El qué...?

—El reclamo, Rajaaka, te hice mío para toda la eternidad.

El corazón de Harry se aceleró. La repentina sensación de angustia era como un dolor físico en su pecho. Un loco acababa de sacudir totalmente su mundo. Triste, realmente. Louis Tomlinson era un hermoso hombre quien hacía el amor como un dios. Lástima que también estuviera más loco que una cabra.

—Necesito usar tu cuarto de baño —dijo Harry—cualquier cosa para permitirse algunos minutos para ordenar sus pensamientos… y entonces huir. Él gimió suavemente cuando Louis se salió de su cuerpo y se rodó a un lado, permitiendo a Harry levantarse.

—El cuarto de baño está a la derecha —dijo Louis, señalando la puerta del otro lado de la pared.

Harry asintió y se bajó de la cama. Se inclinó para tomar su ropa. Rápidamente cerró la puerta tras él, y se apoyó en ella, frotó sus manos por su cara mientras los eventos de la noche llenaban su mente.

Él había venido a una entrevista de trabajo y terminó jodiendo con el hombre con el que quería trabajar. ¿Qué lio era ese? Incluso si Louis no le hubiera dicho que él ya no podía tener ese trabajo, Harry no lo hubiera aceptado. No iba a conseguir trabajo durmiendo con el jefe.

Ahora Harry solo tenía que decidir lo que iba a hacer. Él aún necesitaba un trabajo y un nuevo lugar donde vivir. Él no podía seguir quedándose en la casa de su hermana. Pero primero tenía que ver cómo salir del penthouse de Louis sin hacer una escena.

Fue al lavabo y se lavó rápidamente. Tomó su ropa y se la puso y entonces apoyó sus manos en el lavabo y se vio al espejo. Entrecerró los ojos y vio el color dorado de sus ojos. Siempre habían sido verdes. Ahora no lo eran. ¿Qué infiernos?

¿Qué jodidos eran esos dos puntos rosas marcando su cuello, justo sobre la vena yugular? Frunció el ceño, recordando que Louis lo había mordido. No se había dado cuenta hasta ahora que había roto la piel.

Harry sonrió y se acercó. Realmente eran agujeros—o más bien eran dos heridas perfectamente redondas sanando. Pero ¿Cómo era eso posible? La mano de Harry comenzó a temblar cuando frotó las dos marcas.

No había manera de que esos extraños pensamientos que flotaban en su cabeza pudieran ser ciertos, porque eso significaba que él era el loco, no Louis. Harry trató de ordenar todas las piezas para juntarlas pero cuando lo hizo un frio estremecimiento por miedo se disparó por su espalda.

La entrevista de trabajo, el brillo rojo en los ojos, la marca de los dientes….todo eso formaba una conclusión en el cerebro de Harry que lo asustó más de lo que hubiera estado en toda su vida.

Louis Tomlinson era un vampiro.

El aire entraba y salía tan rápido que no podía respirar. Presionó una mano en su revuelto estómago y se dejó caer deslizándose por la pared. Con una sola idea en mente, había tenido sexo explosivo con un vampiro.

—¡Oh, mi dios! —Harry murmuró cuando se dio cuenta que él había sido mordido, ¿Podría convertirse en un vampiro?

¿Necesitaría chupar sangre por el resto de su vida y renunciar a los rayos del sol?

—¿Rajaaka?

Harry giró la vista hacia la voz. Empujó la puerta con el pie para mantener a Louis afuera, entonces se rio de sí mismo. Estaba tratando de mantener afuera a un vampiro deteniendo la puerta con el pie. ¿Qué estúpido era? Louis probablemente podía destruir la maldita cosa con su meñique.

—Salgo en un minuto. —Harry esperaba que su voz se oyera algo más normal en lugar de histérica que era como él se sentía. Le tomó varias respiraciones profundas lograr ponerse de pie. Regresó al lavabo y se echó agua en la cara.

Viéndose al espejo de nuevo, negó con la cabeza. Se veía bastante normal, aunque quizás un poco pálido. Mientras se dirigía a la puerta se preguntaba si estaba pálido a causa de la locura o porque Louis había bebido de su sangre.

Harry abrió la puerta, se estremeció un poco cuando él encontró a Louis directamente frente a la puerta. El hombre se veía preocupado, con las esquinas de sus labios hacia abajo y el ceño fruncido.

—Oh, Hey, solo estaba lavándome un poco —Harry dijo rápidamente.

Él se forzó a no apartarse cuando Louis acarició un lado de su cara. No quería hacer nada que enojara al hombre. Estaba seguro de que Louis podría arrancarle miembro por miembro. Si no, él podría definitivamente beber de él hasta secarlo, Harry pensó histéricamente. Él podía ver la parte de abajo de los colmillos de Louis rosando su labio inferior.

Pero en lugar del terror que esperaba sentir al verlo, Harry sintió un repentino deseo de inclinarse hacia la mano que acariciaba un lado de su cara. Él quería más que nada envolverse en los brazos de Louis, sentir el cuerpo del hombre presionarlo contra el colchón de nuevo.

—¿Estás bien?, Rajaaka

—Si, estoy bien —dijo Harry. Él se alejó y vio alrededor del cuarto, hacia la puerta, él necesitaba salir de ahí lo más rápido posible antes de volver a caer ante el encanto del hermoso cuerpo de
Louis.

El maldito hombre estaba caminando desnudo... y excitado.

Y estaría condendo si Harry se detenía dejandose llevar por la hermosura de Louis Tomlinson. El hombre estaba para morirse, era hermoso, el sueño húmedo de sus fantasías. Tenía anchos hombros, musculosos brazos, un abdomen firme de lavadero y un sexy pene que era suficiente para que se le hiciera agua la boca a Harry.
¡Maldición! Solo... ¡Maldición!

—Hey, esto fue muy divertido, pero necesito regresar a casa. — dijo Harry mientras se acercaba a la que esperaba fuera la puerta de salida.

—¿Vas a dejarme? Rajaaka.

Harry frunció el ceño ante la angustia que oía en la voz de Louis. En serio. ¿Qué jodidos? No era como si se hubieran declarado amor eterno. ¿Lo habían hecho? Harry exprimió su cerebro.

Él recordaba a Louis diciendo algunas palabras, pero él no recordaba cuales fueron… no exactamente. Él solo recordaba el profundo timbre de la voz de Louis cuando habló, pero no las palabras reales.

—Mi hermana va a estar preocupada si no regreso. Se supone que venía a una entrevista de trabajo y…

—Tú me necesitas tanto como yo te necesito, Rajaaka.

El corazón de Harry se hundió. Cerró los ojos contra la oleada de confusión. Louis lo habría convertido en vampiro, él solo quería saber eso. Nunca sentiría los rayos del sol en su cara de nuevo, nunca sentiría la primera luz de la mañana de nuevo. Tendría que beber sangre para sobrevivir.

Harry distraídamente se preguntaba si ahora tendría que matar por lo que necesitaba. ¿Podría lastimar a los que amaba? ¿Sería un irreflexivo monstruo? ¿Podría volver a comer pizzas de anchoas con ajo?

—Realmente necesito irme —murmuró, cerrando sus puños y dirigiéndose hacia la puerta.

—Estaré aquí cuando me necesites, Rajaaka.

Forzándose a ignorar la tristeza en la voz de Louis y el deseo de lanzarse a los brazos de ese hombre y no dejarlo nunca de nuevo, Harry siguió moviéndose. Pero cuando llegó a la puerta hizo una pausa y vio hacia atrás, requirió todo lo que tenía no olvidar su decisión y salir.

Harry ahogó un inexplicable sollozo. Dejar a Louis había sido lo más difícil que había hecho. Él sintió su corazón quebrarse en pequeños pedazos con cada paso que daba alejándose del hombre. Para cuando llegó al piso inferior, él apenas podía respirar. Lágrimas bajaban por su rostro.

Harry llamó a un taxi y entró en él, le dio la dirección del departamento de su hermana antes de hundirse en el asiento trasero, se secó las lágrimas pero más caían. Había un profundo y doloroso agujero en su corazón y Harry temía que la única manera de arreglarlo era regresar con Louis.

Cuando el taxi llegó frente al departamento de su hermana, Harry gimió. Él pudo ver la luz en el interior de la pequeña casa y sabía que había alguien. Él esperaba tener unos momentos a solas para recuperarse antes de enfrentar a su hermana y a su cuñado. Infiernos, antes de enfrentar a alguien más. Sus pensamientos estaban desordenados, haciendo que su cabeza doliera cuando trataba de organizarlos. Él solo quería acurrucarse bajo las mantas y dormir, quizás soñar con Louis.

—¿Harry?

Él oyó la voz de su hermana en el momento que abrió la puerta. Un momento después la cara de Gemma aparecía por el marco de la puerta de la cocina.

—¿Bien? ¿Cómo te fue? ¿Conseguiste el trabajo?

Harry se abrazó y negó con la cabeza. —No, creo que contrataron a alguien más.

—Oh, Harry. —Los hombros de Gemma se hundieron y su sonrisa desapareció. Ella vio sobre su hombro hacia su recamara. Harry sabía que Ashton estaba ahí. Cuando Gemma lo volvió a mirar, Harry sabía que a él no le iba a gustar lo que ella le iba a decir.

—Harry, sabes que te amo y que haría todo por ti, pero…

Harry levantó su mano para detenerla. Él realmente no quería que Gemma dijera las palabras que iban a salir de su boca. —Lo sé. Tú y Ashton no han hecho nada más que ayudarme y yo nunca se los he agradecido lo suficiente.

—Harry…

—Solo dame hasta el fin de esta semana, ¿está bien? —le dijo. —Si yo no puedo encontrar algo para entonces me iré a la casa de un amigo.

—Sabes que yo no lo quiero de esta manera, Harry, pero…

De nuevo él la interrumpió. —Gemma, en serio, está bien. —Se acercó a ella y la abrazó. —Tú has hecho más por mí que cualquiera. Tienes tu propia familia por quien preocuparte. Además, soy un hombre adulto. Puedo cuidar de mí mismo.

—Es solo, bueno, él bebé viene y todo eso, yo…

—¿Bebé? —Harry se quedó con la boca abierta. —¿Qué bebé?

Gemma se ruborizó. Ambos vieron el plano abdomen. Gemma lo tocaba amorosamente. —Nosotros nos enteramos hoy. Tengo solo tres meses.

—¡Voy a ser tío! —Harry gritó. Tomó a Gemma de la cintura y la giró.

—Bájame. —Gemma se reía y palmeaba el hombro de él. —Voy a vomitar.

Suavemente la bajó. Le dio un beso en la frente. —Estoy emocionado por ti, hermana. Tú y Ashton merecen esto. —Le sonrió— Seré el mejor tío del mundo. —Pellizcó la nariz de Gemma. —No quiero que te preocupes por mí. Estaré bien.

—Yo desearía…

Harry presionó un dedo en los labios de Gemma. —Shh. Estoy bien. Tú y Ashton son maravillosos, no podría tener mejor hermana y cuñado. Encontrare algo. No te preocupes.

Gemma sonrió, pero Harry podía ver la preocupación en su mirada. Como su hermana mayor, ella siempre se preocupaba por él, desde que él estaba en pañales. Harry tenía serias dudas de que Gemma nunca dejaría de preocuparse por él. Ella iba a ser una gran madre.

—Conocí a alguien esta noche —él dijo cuando ella regresaba a la cocina. Gemma rápidamente se dio media vuelta. Él necesitaba darle algo más de qué preocuparse. Su vida amorosa siempre parecía estar en la cima de la lista de ella.

—¿En serio? —Gemma preguntó. Su voz se oía emocionada, justo como Harry sabía que sería. —Bueno, háblame de él. ¿Cómo se llama? ¿Qué le gusta? ¿Es lindo? ¿Qué hace?

Harry se rio. —Créelo o no, su nombre es Louis.

—¿Louis? —Gemma frunció el ceño. —¿Dónde he oído ese nombre antes?

Harry se apoyó contra el mostrador y cruzó sus brazos sobre su pecho. —Louis Tomlinson, el hombre que iba a entrevistarme —le dijo entonces esperó la lluvia radiactiva. Esa no tardó en llegar.

—Oh mi dios, Harry —Gemma murmuró. —¿Por eso no te dieron el trabajo? ¿Coqueteaste durante la entrevista de trabajo? Y ¿Con Louis Tomlinson?

Harry se rio. —No, no coquetee durante la entrevista. Realmente nunca tuve la entrevista. Fui al baño para cuando regresé todo el mundo se había ido inclusive la secretaria. Asumí que alguien había conseguido el puesto.

—Entonces, ¿cómo conociste al señor Tomlinson?

Harry se encogió de hombros. —Oí un ruido en la oficina y fui a investigar. Debí haberme tropezado y golpeado la cabeza o algo así, cuando desperté estaba acostado en una cama y Louis Tomlinson estaba sentado a mi lado.

Gemma se rio y se cubrió la boca. —¿Es lindo?

—Hermoso.

—¿Te besó?

Harry sintió su cara arder. Si tan solo pudieras leer mi mente, Gemma. Antes incluso de poderle contestar a Gemma, ella saltaba y gritaba.

—¡Lo hiciste! ¡Lo hiciste!

—Si, nos besamos. —Y un infierno más.

—¿Lo vas a ver de nuevo?

—No sé. —Harry estaba muy seguro que lo haría. Solo en pensar en el hombre lo hacía sufrir.

—¿Por qué no?

—Apenas conozco al hombre, Gemma.

—¿Entonces?

Harry rodó los ojos. Su hermana pensaba que él era el mejor prospecto gay de la ciudad. Ella pensaba que todos estarían encantados de recibir las atenciones de Harry. Harry no estaba tan seguro. Él era muy quisquilloso acerca de tener una cita con un hombre, por lo que no tenía muchas citas.

—Él me invitó para que volviera a visitarlo. —Harry al menos podría darle esa información a Gemma, incluso si él no estaba seguro de regresar, sin importar lo mucho que lo quería hacer.

—Eso es algo, ¿no es así? —Gemma preguntó. —Él quiere verte de nuevo.

O beber mi sangre, Harry pensó para sí mismo mientras asentía hacia su hermana. —Sí.

—Bueno, ¿Irás a verlo de nuevo?

Harry se encogió de hombros y se alejó del mostrador. —No sé. Él parece un buen tipo, pero nos conocimos hoy. Además, estamos hablando de Louis Tomlinson. Él es mega rico. No estoy seguro de que seamos del mismo planeta, mucho menos de la misma clase.

—¡Tonterías! —Gemma bufó. —Si él dice que está interesado, entonces está interesado. Deja de buscar excusas para no verlo de nuevo.

Harry levantó sus manos en señal de rendición. Se rió ante la ira de su hermana. —Está bien, está bien, creo que lo veré, lo prometo. Aunque, justo ahora, realmente me gustaría dormir un poco.

—Oh, lo siento, Harry —Gemma dijo. —No me di cuenta lo tarde que era. Solo quería oír cómo te había ido en la entrevista y entonces, bueno…

—Y en su lugar oíste de mi vida amorosa.

—Si, algo como eso. —Gemma se rio mientras ella salía de la cocina. Ella se detuvo en el pasillo y le besó la mejilla. —Te amo, hermanito, sabes eso, ¿verdad?

Harry sonrió. —Lo sé. Y también te amo. —Harry le dio un juguetón jalón a uno de sus largos risos. —Ahora, ve a jugar con tu marido y dile que lo felicito por su bebé. Ustedes dos serán unos maravillosos padres.

Harry se estremeció y jaló las mantas hasta su cuello, se giró sobre su espalda tratando de sentirse cómodo en el sofá de la sala. Esta era la tercera noche en la cual tenía problemas para dormir.

Y cuando dormía. Buen dios, ¡qué sueños! Cada uno de ellos giraba alrededor de Louis. Louis haciéndole el amor. Louis bebiendo de él. Harry nunca había sentido ese inusual anhelo—no se imaginaba aferrándose al cuello de nadie más, a pesar de sus temores iniciales. Él solo ansiaba que Louis bebiera de él. Lo anhelaba más que la siguiente respiración.