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Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
CAPITULO 18
El chico del Distrito 1 muere antes de poder sacar la lanza. Mi flecha se le clava en el centro del cuello, y él cae de rodillas y reduce el poco tiempo que le queda de vida al sacarse la flecha y ahogarse en su propia sangre. Yo ya he recargado y muevo el arco de un lado a otro, mientras le grito a Rue:
--¿Hay más? ¿Hay más?
Tiene que repetirme varias veces que no antes de que la oiga.
Rue ha rodado por el suelo con el cuerpo acurrucado sobre la lanza. Aparto de un empujón el cadáver del chico y saco el cuchillo para liberarla de la red. Con sólo echarle un vistazo a la herida sé que está más allá de mis conocimientos de sanadora, y seguramente esté más allá de los conocimientos de cualquiera. La punta de la lanza se ha clavado hasta el fondo en su estómago. Me agacho a su lado y miro el arma con impotencia; no tiene sentido consolarla con palabras, decirle que se pondrá bien, porque no es idiota. Alarga una mano y me aferró a ella como
si fuese un salvavidas, como si fuese yo la que se muere, y no Rue.
--¿Volaste la comida en pedazos? --susurra.
--Hasta el último trocito.
--Vas a ganar.
--Lo haré. Ahora voy a ganar por las dos --le prometo. Oigo el cañon y levanto la vista; debe de ser por el chico del Distrito 1.
--No te vayas --me pide, apretándome la mano.
--Claro que no, me quedo donde estoy.
Me acerco más a ella y le apoyo la cabeza en mi regazo. Después le aparto unos tupidos mechones de pelo oscuro de la cara y se los recojo tras la oreja.
--Canta --dice, aunque apenas la oigo.
«¿Cantar? --pienso--. ¿Cantar el qué?»
Me sé unas cuantas canciones porque, aunque resulte difícil de creer, en mi hogar hubo música una vez, música que yo ayudé a crear. Mi padre siempre me animaba con esa voz tan maravillosa que tenía, pero no he cantado desde su muerte, salvo cuando Prim se pone muy enferma. Entonces canto las mismas canciones que le gustaban cuando era un bebé.
Cantar. Las lágrimas me han hecho un nudo en la garganta, y estoy ronca por el humo y la fatiga, pero si es la última voluntad de Prim, digo, de Rue, tengo que intentarlo, por lo menos. La canción que me viene a la cabeza es una nana muy sencilla, una que cantamos a los bebés nerviosos y hambrientos para que se duerman. Creo que es muy, muy antigua, alguien se la inventó hace muchos años, en nuestras colinas; es lo que mi profesor de música llama un aire de montaña. Sin embargo, las palabras son fáciles y tranquilizadoras, prometen un mañana más feliz que este horrible trozo de tiempo en el que nos encontramos.
Toso un poco, trago saliva y empiezo:
·
· En lo más profundo del prado, allí, bajo el sauce,
· hay un lecho de hierba, una almohada verde suave;
· recuéstate en ella, cierra los ojos sin miedo
· y, cuando los abras, el sol estará en el cielo.
·
· Este sol te protege y te da calor,
· las margaritas te cuidan y te dan amor,
· tus sueños son dulces y se harán realidad
· y mi amor por ti aquí perdurará.
·
Rue ha cerrado los ojos. Todavía se le mueve el pecho, pero cada vez con menos fuerza. Dejo que se me deshaga el nudo de la garganta y fluyan mis lágrimas, pero tengo que terminar la canción para ella.
·
· En lo más profundo del prado, bien oculta,
· hay una capa de hojas, un rayo de luna.
· Olvida tus penas y calma tu alma,
· pues por la mañana todo estará en calma.
·
· Este sol te protege y te da calor,
· las margaritas te cuidan y te dan amor.
·
Los últimos versos son apenas audibles:
·
· Tus sueños son dulces y se harán realidad
· y mi amor por ti aquí perdurará.
·
Todo queda en silencio; entonces, de una manera que resulta casi inquietante, los sinsajos repiten mi canción.
Me quedo sentada un momento, viendo cómo mis lágrimas caen sobre su cara. Suena el cañon de Rue, y yo me inclino sobre ella y le doy un beso en la sien. Despacio, como si no quisiera despertarla, dejo su cabeza en el suelo y le suelto la mano.
Seguro que quieren que me vaya para poder recoger los cadáveres, y ya no hay ninguna razón para que me quede. Pongo boca abajo el cadáver del chico del Distrito 1, le quito la mochila y le arranco la flecha que le ha quitado la vida. Después corto las correas de la mochila de Rue, porque sé que ella habría querido que me la llevase, pero no le saco la lanza del estómago. Las armas que estén dentro de los cadáveres se transportan con ellos al aerodeslizador; no necesito una lanza, así que, cuanto antes desaparezca del estadio, mejor.
No puedo dejar de mirar a Rue. Parece más pequeña que nunca, un cachorrito acurrucado en un nido de redes. Me resulta imposible abandonarla así; aunque ya no vaya a sufrir más daño, da la impresión de estar completamente indefensa. El chico del Distrito 1 también parece vulnerable, ahora que está muerto, así que me niego a odiarlo; a quien odio es al Capitolio por hacernos todo esto.
Oigo la voz de Harry; sus desvaríos sobre el Capitolio ya no me
parecen inútiles, ya no puedo hacerles caso omiso. La muerte de Rue me ha obligado a enfrentarme a mi furia contra la crueldad, contra la injusticia a la que nos someten. Sin embargo, aquí me siento todavía más impotente que en casa, pues no hay forma de vengarme del Capitolio, ¿verdad?
Entonces recuerdo las palabras de Niall en el tejado: «Pero desearía poder encontrar una forma de... de demostrarle al Capitolio que no le pertenezco, que soy algo más que una pieza de sus juegos».
Por primera vez, entiendo lo que significa.
Quiero hacer algo ahora mismo, aquí mismo, algo que los avergüence, que los haga responsables, que les demuestre que da igual lo que hagan o lo que nos obliguen a hacer, porque siempre habrá una parte de cada uno de nosotros que no será suya. Tienen que saber que Rue era algo más que una pieza de sus juegos, igual que yo misma.
A pocos pasos de donde estamos hay un lecho de flores silvestres. En realidad, quizá sean malas hierbas, pero tienen flores con unos preciosos tonos de violeta, amarillo y blanco. Recojo un puñado y regreso con Rue; poco a poco, tallo a tallo, decoro su cuerpo con las flores: cubro la fea herida, le rodeo la cara, le trenzo el pelo de vivos colores.
Tendrán que emitirlo o, si deciden sacar otra cosa en este preciso momento, tendrán que volver aquí cuando recojan los cadáveres, y así todos la verán y sabrán que lo hice yo. Doy un paso atrás y miro a la niña por última vez; lo cierto es que podría estar dormida de verdad en ese prado.
--Adiós, Rue --susurro.
Me llevo los tres dedos centrales de la mano izquierda a los labios y después la apunto con ellos. Me alejo sin mirar atrás.
Los pájaros guardan silencio. En algún lugar, un sinsajo silba la advertencia que precede a un aerodeslizador; no sé cómo lo sabe, debe de oír cosas que los humanos no podemos. Me detengo y clavo la vista en lo que tengo delante, no en lo que sucede detrás de mí. No tardan mucho; después continúa el canto de siempre de los pájaros y sé que ella se ha ido.
Otro sinsajo, con aspecto de ser joven, aterriza en una rama delante de mí y entona la melodía de Rue. Mi canción y el deslizador eran demasiado extraños para que este novicio los repitiese, pero ha dominado el puñado de notas de la niña, las que significan que está a salvo.
--Sana y salva --digo al pasar bajo su rama--. Ya no tenemos que preocuparnos por ella.
Sana y salva.
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
Ya la segui ;)Anny Evans escribió:Hola siguela!!!!!!!!!!!!! Por favor!
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
SIIIIIIIIII cuando Harry cambia a Zayn es tan fgvhbjkchgvf hjbkamAnny Evans escribió:Has visto ya You And I?
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
¿A ti te gusta Zayn? ¿Cuale es tu favorito de 1D?vicj directioner escribió:SIIIIIIIIII cuando Harry cambia a Zayn es tan fgvhbjkchgvf hjbkamAnny Evans escribió:Has visto ya You And I?
Anny Evans
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
si :lovely: el y Harry son mi debilidad y creo que la tuya es NiallAnny Evans escribió:¿A ti te gusta Zayn? ¿Cuale es tu favorito de 1D?vicj directioner escribió:SIIIIIIIIII cuando Harry cambia a Zayn es tan fgvhbjkchgvf hjbkamAnny Evans escribió:Has visto ya You And I?
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
Si! ¿Como sabes?vicj directioner escribió:si :lovely: el y Harry son mi debilidad y creo que la tuya es NiallAnny Evans escribió:¿A ti te gusta Zayn? ¿Cuale es tu favorito de 1D?vicj directioner escribió:SIIIIIIIIII cuando Harry cambia a Zayn es tan fgvhbjkchgvf hjbkamAnny Evans escribió:Has visto ya You And I?
Anny Evans
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
CAPITULO 18 SENDA PARTE
No tengo ni idea de qué dirección tomar. Ya se ha desvanecido
aquella vaga sensación de estar en casa de la que disfruté la noche que pasé con Rue. Mis pies me llevan por donde quieren hasta que se pone el sol, y yo no tengo miedo, ni siquiera estoy alerta, lo que me convierte en una presa fácil, salvo por el detalle de que mataría a cualquiera que se me pusiera delante. Sin emoción y sin que me temblasen las manos. El odio que siento por el Capitolio no ha templado en absoluto el odio que siento por mis competidores, sobre todo por los profesionales. Al menos a ellos puedo hacérselas pagar por la muerte de mi amiga.
Sin embargo, nadie aparece. Ya no quedamos muchos en el estadio y, dentro de nada, se inventarán otro truco para juntarnos. No obstante, ya habrán tenido suficiente sangre por hoy, y quizá nos permitan dormir.
Cuando estoy a punto de subir mis mochilas a un árbol para acampar, un paracaídas plateado aterriza a mis pies. Un regalo de un patrocinador. ¿Por qué ahora? Me va bastante bien con mis suministros; quizá Zayn haya notado mi abatimiento e intente animarme un poco. ¿O será algo para mi oído?
Abro el paracaídas y encuentro una pequeña barra de pan, no del elegante pan blanco del Capitolio, sino hecho con las raciones de cereal oscuro, con forma de media luna y cubierto de semillas. Recuerdo la lección de Niall en el Centro de Entrenamiento sobre los distintos panes de los distritos: este pan es del Distrito 11. Lo sostengo con cuidado: todavía está caliente. ¿Cuánto debe de haberle costado a la gente del Distrito 11, que ni siquiera tiene con que alimentarse? ¿Cuántas personas tendrán que pasar hambre por haber dado una moneda para la colecta en la que se ha comprado este pan? Seguro que pensaban dárselo a Rue, pero, en vez de retirar el regalo con su muerte, le han dado autorización a Zayn para dármelo a mí. ¿A modo de agradecimiento? ¿O porque, como a mí, no les gusta dejar deudas sin saldar? Sea por lo que sea, es la primera vez que ocurre: nunca antes un distrito le ha dado un regalo a un tributo que no le pertenece.
Alzo la cabeza y procuro colocarme en un punto iluminado por los últimos rayos de sol.
--Mi agradecimiento a la gente del Distrito 11 --digo.
Quiero que sepan que soy consciente de quién me ha hecho el regalo, que he entendido todo lo que significa.
Me subo a un árbol y trepo a una altura peligrosa, aunque no por seguridad, sino para alejarme todo lo posible de este día. Mi saco de dormir está bien doblado dentro de la mochila de Rue. Mañana ordenaré las provisiones; mañana decidiré un nuevo plan. Sin embargo, esta noche sólo soy capaz de amarrarme con el cinturón y darle mordisquitos al pan.
Está bueno. Sabe a casa.
El sello no tarda en aparecer, seguido del himno, que sólo oigo con el oído derecho. Veo al chico del Distrito 1 y a Rue; nada más por hoy.
«Quedamos seis --pienso--. Sólo seis.»
Con el pan todavía entre las manos, me quedo dormida de inmediato.
·
A veces, cuando las cosas van especialmente mal, mi cerebro me regala un sueño feliz: una visita a mi padre en el bosque o una hora de sol y tarta con Prim. Esta noche me envía a Rue, todavía cubierta de flores, subida a un alto mar de árboles, intentando enseñarme a hablar con los sinsajos. No veo ni rastro de sus heridas, ni sangre; sólo una niña brillante y sonriente. Canta canciones que no he oído nunca con una voz clara y melódica, una y otra vez, durante toda la noche. Paso por un periodo intermedio de duermevela en el que oigo las últimas notas de su música, aunque ella ya se ha perdido entre las hojas. Cuando me despierto del todo, me siento reconfortada durante un momento; intento aferrarme a la sensación de tranquilidad del sueño, pero se va rápidamente, y me deja más triste y sola que nunca.
Me pesa todo el cuerpo, como si me corriese plomo líquido por las venas. He perdido la voluntad necesaria hasta para las tareas más sencillas. Me limito a quedarme donde estoy, contemplando sin parpadear el dosel de hojas. Me paso varias horas sin moverme y, como siempre, es la imagen de la cara de preocupación de Prim viéndome en pantalla lo que me saca de mi letargo.
Empiezo por una serie de órdenes fáciles, como: «Ahora tienes que sentarte, _____. Ahora tienes que beber agua, _____». Sigo las órdenes con lentos movimientos robóticos. «Ahora tienes que ordenar las provisiones, _____.»
En la mochila de Rue está mi saco de dormir, su bota de agua casi vacía, un puñado de nueces y raíces, un poco de conejo, sus calcetines de recambio y su honda. El chico del Distrito 1 tiene varios cuchillos, dos cabezas de lanza de repuesto, una linterna, un saquito de cuero, un botiquín de primeros auxilios, una botella llena de agua y una bolsa de fruta desecada. ¡Una bolsa de fruta desecada! De todas las cosas que podría haber cogido, se le ocurre llevarse esto. Para mí es una señal de extrema arrogancia: ¿por qué molestarse en llevar comida cuando tienes todo un botín en el campamento, cuando matas con tanta rapidez a tus enemigos que puedes estar de vuelta antes de que te entre hambre? Sólo espero que los demás profesionales viajasen igual de ligeros en lo tocante a la comida y ahora no tengan nada.
Hablando de lo cual, mis suministros también empiezan a menguar. Me acabo el pan del Distrito 11 y lo que queda del conejo. Hay que ver lo deprisa que desaparece la comida; sólo me quedan las raíces y nueces de Rue, la fruta desecada del chico y una tira de cecina.
«Ahora tienes que cazar, _____», me digo.
Obedezco y meto las provisiones que me interesan en mi mochila. Después, bajo del árbol, y escondo los cuchillos y las puntas de lanza del chico bajo una pila de rocas para que nadie más pueda usarlas. Me he desorientado con todas las vueltas que di ayer por la noche, pero intento volver en la dirección aproximada del arroyo. Sé que voy por buen camino cuando me encuentro con la tercera fogata de Rue, la que no llegó a encender. Poco después descubro una bandada de gransos en un árbol y derribo a tres antes de que puedan reaccionar. Vuelvo a la fogata de Rue y la enciendo, sin preocuparme por el exceso de humo.
«¿Dónde estás, Cato? --pienso, mientras aso los pájaros y las raíces de Rue--. Te estoy esperando.»
¿Quién sabe dónde estarán los profesionales? Demasiado lejos para alcanzarme, demasiado seguros de que les he preparado una trampa o... ¿Será posible que les dé miedo? Saben que tengo el arco y las flechas, claro, porque Cato me vio quitárselas a Karen, pero ¿habrán sabido unir los puntos? ¿Sabrán que yo hice volar las provisiones y maté a su compañero? Seguramente creen que esto último lo hizo Thresh. ¿No sería más probable que él vengase la muerte de Rue, y no yo, ya que son del mismo distrito? Aunque tampoco parecía muy interesado en ella...
¿Y Britanny? ¿Se quedó para ver cómo estallaba el alijo? No, cuando la encontré riendo entre las cenizas, a la mañana siguiente, era como si alguien le hubiese dado una bonita sorpresa.
Dudo que crean que Niall encendió las hogueras, porque para Cato es como si estuviera muerto. De repente, se me ocurre que me gustaría poder contarle a Niall lo de las flores que coloqué sobre Rue, que ya entiendo lo que intentaba decirme en el tejado. Quizá si gana los juegos podrá verlo la noche de la victoria, cuando repongan los mejores momentos de la competición en una pantalla sobre el escenario en el que hicimos las entrevistas. El ganador se sienta en el lugar de honor de la plataforma, rodeado por su equipo de apoyo.
Pero le dije a Rue que yo ganaría por las dos y, por algún motivo, me parece más importante eso que la promesa que le hice a Prim.
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
CAPITULO 18 PARTE TRES
Ahora creo de corazón que tengo la oportunidad de lograrlo, de ganar. No es sólo por las flechas o por haber sido más lista que los profesionales unas cuantas veces, aunque eso ayuda, sino porque pasó algo cuandosostenía la mano de Rue, cuando veía cómo se le iba la vida. Estoy decidida a vengarla, a impedir que olviden su muerte, y sólo puedo conseguirlo si gano e impido que me olviden a mí.
Aso demasiado los pájaros, con la esperanza de que aparezca alguien a quien disparar, pero nada. Quizá los demás tributos estén demasiado ocupados matándose a palos, lo que no me iría mal. Desde el baño de sangre, he aparecido en pantalla más veces de las que me gustaría.
Al final envuelvo la comida y vuelvo al arroyo para recoger agua y algunas plantas, pero la pesadez de esta mañana me ataca de nuevo y, aunque no es más que última hora de la tarde, me subo a un árbol y me preparo para dormir. Mi cerebro empieza a revivir los acontecimientos de ayer: veo a Rue atravesada por la lanza, y mi flecha en el cuello del chico. No sé por qué debería preocuparme por lo que le hice al chico.
Entonces me doy cuenta de que es mi primer asesinato.
Junto con las otras estadísticas que se hacen públicas para ayudar a la gente con sus apuestas, cada tributo tiene una lista de asesinatos. Supongo que, técnicamente, me habrán apuntado el de Karen y el de la chica del Distrito 4, por haberles tirado el nido de avispas. Pero el chico del Distrito 1 ha sido la primera persona a la que he matado conscientemente. Numerosos animales han muerto a mis manos, pero sólo una persona. Oigo decir a Harry: «¿De verdad hay tanta diferencia?».
El acto en sí se parece tanto que resulta sorprendente: tensas el arco y disparas una flecha. Sin embargo, el resultado no tiene nada que ver; he matado a un chico que no sé ni cómo se llama. Sus amigos clamarán por mi sangre, quizá tuviese una novia que realmente creyera que volvería a verlo...
Pero cuando pienso en el cuerpo inmóvil de Rue, consigo apartar al chico de mi mente; al menos, por ahora.
Según el cielo, hoy no ha pasado nada importante, no ha habido muertes. Me pregunto cuánto tardarán en provocar la siguiente catástrofe para unirnos. Si va a ser esta noche, quiero dormir un poco primero, así que me tapo la oreja buena para no oír el sonido del himno, aunque después sí oigo las trompetas y me siento de golpe, a la espera.
Normalmente, la única información que reciben los tributos del exterior es el recuento diario de muertes. Sin embargo, de vez en cuando, tocan las trompetas para hacer un anuncio; lo más común es que se trata de una invitación a un banquete. Cuando la comida escasea, los Vigilantes llaman a los jugadores para que participen en una comilona celebrada en un lugar conocido por todos, como la Cornucopia, animándolos así a que se reúnan
y luchen. A veces es un banquete de verdad, mientras que otras se trata de una hogaza de pan rancio por la que competir. Yo no iría a por comida, pero podría ser el momento ideal para acabar con unos cuantos rivales.
La voz de Claudius Templesmith retumba en el cielo, felicitándonos a los seis que quedamos, pero no nos invita a un banquete, sino que dice algo muy extraño: han cambiado una regla de los juegos. ¡Han cambiado una regla! Por sí solo, eso ya es alucinante, porque no tenemos ninguna regla propiamente dicha, salvo que no podemos salir del círculo inicial hasta pasados sesenta segundos y la regla implícita de no comernos entre nosotros. Según la nueva regla, los dos tributos del mismo distrito se declararán vencedores si son los últimos supervivientes. Claudius hace una pausa, como si supiera que no lo estamos entendiendo, y repite la regla otra vez.
Asimilo la noticia: este año pueden ganar dos tributos, siempre que sean del mismo distrito. Los dos pueden vivir; los dos podemos vivir.
Antes de poder evitarlo, grito el nombre de Niall.
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
Aaaaa que fine que ayas estado enverma o todavia lo estas!??? La verdad no se que es falcemia que es???
Oii me disculpo la verdad es que estado llenaa de disertasiones y viajes de un lado a otro asi que no etenido mucho tiempo la verdad a parte ayer resien me e puesto al dia con algunas nove.
diablosss porque siempre me dejas con la intrigaaa ya me as matado saves jajajjaja.
Aaaa si me piyaron leyendo la profe me quito el selu y tuve que rogarle para que me lo devolviera jajajja pero lo bueno que me lo paso la cosa es que me fue vien en la prueba que iso ase poco asi que no me quejo ;)
Aaaaaa como que ahora son dos ayyy que emosion por favor niall aparese te necesitamosss jajajajaja ;) ooo y que fonebquebaya muerto rue eso es triste :( aaaa ya sigelaa pronto chauuuu
Saludos ;)
Oii me disculpo la verdad es que estado llenaa de disertasiones y viajes de un lado a otro asi que no etenido mucho tiempo la verdad a parte ayer resien me e puesto al dia con algunas nove.
diablosss porque siempre me dejas con la intrigaaa ya me as matado saves jajajjaja.
Aaaa si me piyaron leyendo la profe me quito el selu y tuve que rogarle para que me lo devolviera jajajja pero lo bueno que me lo paso la cosa es que me fue vien en la prueba que iso ase poco asi que no me quejo ;)
Aaaaaa como que ahora son dos ayyy que emosion por favor niall aparese te necesitamosss jajajajaja ;) ooo y que fonebquebaya muerto rue eso es triste :( aaaa ya sigelaa pronto chauuuu
Saludos ;)
happy*eva
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
Ya me siento mejor ¿La falcemia? Es una enfermedad hereditaria, es anemia permanente con dierentes crisis como de dolor(las odio ).Te entiendo por que estas dos semanas que vienen voy a estar asi.Porque soy mala ,na mentira soy un angelito de Dios :canto: jajajajaja.Uuuu te hallaron,pero te fue bien y eso es lo que importa,ya la sigo :muack: :bye:happy*eva escribió:Aaaaa que fine que ayas estado enverma o todavia lo estas!??? La verdad no se que es falcemia que es???
Oii me disculpo la verdad es que estado llenaa de disertasiones y viajes de un lado a otro asi que no etenido mucho tiempo la verdad a parte ayer resien me e puesto al dia con algunas nove.
diablosss porque siempre me dejas con la intrigaaa ya me as matado saves jajajjaja.
Aaaa si me piyaron leyendo la profe me quito el selu y tuve que rogarle para que me lo devolviera jajajja pero lo bueno que me lo paso la cosa es que me fue vien en la prueba que iso ase poco asi que no me quejo ;)
Aaaaaa como que ahora son dos ayyy que emosion por favor niall aparese te necesitamosss jajajajaja ;)ooo y que fonebquebaya muerto rue eso es triste :( aaaa ya sigelaa pronto chauuuu
Saludos ;)
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
CAPITULO 19
Me tapo la boca, pero ya se me ha escapado el grito. El cielo se oscurece y oigo un coro de ranas que empiezan a cantar.
«¡Estúpida! --me digo--. ¡Qué estupidez has hecho!»
Espero, paralizada, a que los bosques se llenen de atacantes, pero después recuerdo que no queda casi nadie.
Niall, que está herido, es ahora mi aliado. Todas las dudas que pudiera haber tenido sobre él se desvanecen, porque, si alguno de los dos hubiese matado al otro, seríamos parias a nuestro regreso al Distrito 12. De hecho, sé que, de estar viendo los juegos por la tele, habría odiado a cualquier tributo que no intentase de inmediato aliarse con su compañero de distrito. Además, tiene sentido que nos protejamos el uno al otro y, en mi caso (al ser los amantes trágicos del Distrito 12), es un requisito imprescindible si deseo recibir más ayuda de patrocinadores comprensivos.
Los amantes trágicos... Niall debe de haber estado jugándosela a esa carta desde el principio. ¿Por qué si no habrían decidido los Vigilantes este cambio sin precedentes en las reglas? Para que dos tributos tengan la oportunidad de ganar, nuestro «romance» debe de ser tan popular entre la audiencia que condenarlo al fracaso pondría en peligro el éxito de los juegos. Y no es gracias a mí, porque lo único que he hecho ha sido conseguir no matar a Niall. No sé qué habrá hecho él en el estadio, aunque me da la impresión de que ha convencido al público de que ha sido para mantenerme con vida. Sacudió la cabeza para evitar que yo me metiese en la Cornucopia; luchó contra Cato para permitirme escapar; incluso su unión con los profesionales tiene que haber sido una táctica para protegerme. Al final va a resultar que Niall nunca ha sido un peligro para mí.
La idea me hace sonreír. Dejo caer las manos y levanto el rostro hacia la luna, para que las cámaras puedan verlo bien.
Entonces, ¿a quién debo temer? ¿A Britanny? El chico de su distrito está muerto y ella trabaja sola, por la noche, y su estrategia ha consistido en evadirse, no en atacar. En realidad, aunque haya escuchado mi voz, no creo que haga nada, salvo esperar a que otro me mate.
También está Thresh. Si, él es una amenaza real, pero no lo he visto ni una vez desde que empezaron los juegos. Cuando Britanny se asustó con un ruido en el lugar de la explosión, no se volvió hacia el bosque, sino hacia lo que hay al otro lado de él, esa zona del estadio que se pierde de vista y llega a no sé dónde. Estoy casi segura de que la persona de la que huía era Thresh y que ése es su dominio. Desde allí no puede haberme escuchado y, aunque lo hiciera, estoy a demasiada altura para alguien de su tamaño.
Eso me deja con Cato y la chica del Distrito 2, que seguramente estarán celebrando la nueva regla. Es la única pareja que queda, salvo Niall y yo.
¿Debería huir, por si me han oído llamarlo?
«No --pienso--, que vengan.» Que vengan con sus gafas de visión nocturna y sus pesados cuerpos ruidosos, que se pongan a tiro de mis flechas. Sin embargo, sé que no lo harán; si no vinieron a la luz del día guiados por mi hoguera, no se arriesgarán a caer en una trampa nocturna. Cuando vengan, será imponiendo sus condiciones, no porque sepan dónde estoy.
«Quédate aquí y duerme un poco, _____ --me ordeno, a pesar de que desearía empezar a buscar a Niall de inmediato--. Mañana, mañana lo encontrarás.»
Consigo dormirme, pero, por la mañana, me comporto con un cuidado extremo, porque, aunque los profesionales podrían dudar en atacarme en un árbol, son muy capaces de montar una emboscada. Me aseguro de estar completamente preparada para superar el día (me tomo un buen desayuno, cierro bien la mochila, preparo las armas) antes de descender. Todo parece tranquilo y sin cambios cuando llego al suelo.
Hoy debo tomar todas las precauciones posibles. Los profesionales sabrán que estoy intentando localizar a Niall y puede que quieran esperar a que lo haga antes de actuar. Si está tan malherido como cree Cato, me veré en la obligación de defendernos a los dos sin ayuda. Sin embargo, si está tan incapacitado, ¿cómo ha conseguido seguir con vida? ¿Y cómo demonios voy a encontrarlo?
Intento pensar en algo que haya dicho Niall y que pueda servirme de pista para saber dónde se esconde, pero no se me ocurre nada, así que vuelvo al último momento en que lo vi brillando bajo la luz del sol, gritándome que corriera. Después apareció Cato con la espada en alto y, cuando me fui, hirió a Niall. Pero ¿cómo escapó? Quizá aguantó mejor que Cato el veneno de las rastrevíspulas. Quizá fuera ésa la variable que le permitió huir. Sin embargo, a él también le habían picado. ¿Cuánto pudo alejarse, estando herido y lleno de veneno? ¿Y cómo ha permanecido vivo todos estos días? Si la herida y las picaduras no lo han matado, la sed tendría que haberlo hecho.
Entonces se me ocurre la primera pista sobre su ubicación: no podría haber sobrevivido sin agua, lo sé por mis primeros días en el campo de batalla. Tiene que estar escondido en un sitio cerca de una fuente de agua. Está el lago, pero es una opción poco probable, teniendo en cuenta que se encuentra demasiado cerca del campamento base de los profesionales. Hay unos cuantos estanques alimentados por el arroyo, pero ahí sería presa fácil. Y está el arroyo, el que sale del campamento donde estuve con Rue, pasa cerca del lago y sigue adelante. Si se ha mantenido cerca del arroyo, habrá podido moverse y estar siempre cerca del agua; podría
caminar por la corriente y borrar sus huellas, e incluso pescar algo.
Bueno, en cualquier caso es un buen lugar por donde empezar.
Para confundir al enemigo, enciendo una fogata con mucha leña verde. Aunque piensen que es una artimaña, espero que supongan que estoy escondida por aquí, mientras que, en realidad, estaré buscando a Niall.
El sol quema la neblina de la mañana casi de inmediato, y me doy cuenta de que hoy va a hacer más calor de lo normal. El agua me resulta fresca y agradable cuando meto los pies descalzos dentro, arroyo abajo. Siento la tentación de llamar a Niall conforme avanzo, pero decido que no es buena idea. Tendré que encontrarlo usando los ojos y el oído que me queda, pero él sabrá que lo busco, ¿no? Espero que su opinión sobre mí no sea tan mala como para pensar que no haré caso de la nueva regla y me quedaré sola, ¿verdad? Es una persona difícil de predecir, lo que resultaría interesante en otras circunstancias; en este momento, sólo sirve para añadir otro obstáculo.
No tardo mucho en llegar al sitio desde el que partí al campamento de los profesionales. No hay ni rastro de Niall, aunque no me sorprende, porque he recorrido este lugar tres veces desde el incidente de las avispas. De haber estado cerca, seguro que lo habría sospechado. El arroyo empieza a doblarse hacia la izquierda para introducirse en una parte del bosque que no conozco. Una orilla embarrada y cubierta de plantas acuáticas enredadas lleva a unas grandes rocas que aumentan en tamaño hasta que empiezo a sentirme algo atrapada. Ahora no sería nada fácil escapar del arroyo, ni luchar contra Cato o Thresh mientras subo por este terreno rocoso. De hecho, justo cuando acabo de decidir que voy por el camino equivocado, que un chico herido no podría entrar y salir de esta fuente de agua, veo el reguero de sangre que rodea una roca. Hace tiempo que se ha secado, pero las manchas que van de un lado al otro sugieren que alguien (alguien que, quizá, no estuviese en plena posesión de sus facultades mentales) intentó limpiarse la sangre.
Abrazada a las rocas, me muevo lentamente hacia la sangre, buscándolo. Encuentro más manchas, una con unos trozos de tela pegados, pero ni rastro de él. Me derrumbo y digo su nombre en voz baja:
--¡Niall, Niall!
Entonces, un sinsajo aterriza en un árbol raquítico y empieza a imitarme, así que lo dejo, me rindo y vuelvo al arroyo pensando: «Tiene que haberse ido más abajo».
Acabo de meter el pie en el agua cuando oigo una voz.
--¿Has venido a rematarme, preciosa?
vicj directioner
Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
IntuicionAnny Evans escribió:Si! ¿Como sabes?vicj directioner escribió:si :lovely: el y Harry son mi debilidad y creo que la tuya es NiallAnny Evans escribió:¿A ti te gusta Zayn? ¿Cuale es tu favorito de 1D?vicj directioner escribió:SIIIIIIIIII cuando Harry cambia a Zayn es tan fgvhbjkchgvf hjbkamAnny Evans escribió:Has visto ya You And I?
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Re: Los Juegos del Hambre(Niall,Harry y tu) AVISO
CAPITULO19 SEGUNDA PARTE
Me vuelvo de golpe; viene de mi izquierda, así que no lo oigo muy bien, y la voz es ronca y débil, aunque tiene que ser Niall. ¿Qué otra persona me llamaría preciosa en este lugar? Recorro la orilla con la mirada, pero nada, sólo barro, plantas y la base de las rocas.--¿Niall? --susurro--. ¿Dónde estás? --No me responde. ¿Me lo he imaginado? No, estoy segura de que era real y de que estaba cerca--. ¿Niall? --Me arrastro por la orilla.
--Bueno, no me pises.
Retrocedo de un salto, porque la voz viene del suelo, pero sigo sin verlo. Entonces abre los ojos, de un azul inconfundible entre el lodo marrón y las hojas verdes. Ahogo un grito y me recompensa con la fugaz visión de sus dientes blancos al reírse.
Es lo último en camuflaje; Niall tendría que haberse olvidado del lanzamiento de pesas y haberse dedicado a convertirse en árbol en plena sesión privada con los Vigilantes. O en canto rodado. O en una orilla embarrada llena de malas hierbas.
--Cierra otra vez los ojos --le ordeno. Lo hace, y también la boca, y desaparece por completo. La mayor parte de lo que creo que es su cuerpo está debajo de una capa de lodo y plantas. La cara y los brazos están tan bien disfrazados que resultan invisibles. Me arrodillo a su lado--. Supongo que todas esas horas decorando pasteles han dado por fin su fruto.
--Sí, el glaseado, la última defensa de los moribundos.
--No te vas a morir.
--¿Y quién lo dice? --Tiene la voz muy ronca.
--Yo. Ahora estamos en el mismo equipo, ya sabes.
--Eso he oído --responde, abriendo los ojos--. Muy amable por tu parte venir a buscar lo que queda de mí.
--¿Te cortó Cato? --le pregunto, sacando la botella para darle un poco de agua.
--Pierna izquierda, arriba.
--Vamos a meterte en el arroyo para que pueda lavarte y ver qué tipo de heridas tienes.
--Primero, acércate un momento, que tengo que decirte una cosa. --Me inclino sobre él y acerco el oído bueno a sus labios, que me hacen cosquillas cuando me susurra:-- Recuerda que estamos locamente enamorados, así que puedes besarme cuando quieras.
--Gracias --respondo, apartando la cabeza de golpe, pero sin poder evitar reírme--. Lo tendré en cuenta.
Al menos es capaz de bromear. Sin embargo, cuando empiezo a ayudarlo a llegar al arroyo, toda la ligereza desaparece. Está a poco más
de medio metro. ¿Tan difícil va a ser? Pues sí, porque me doy cuenta de que no puede moverse ni un centímetro él solo; está tan débil que su única ayuda consiste en dejarse llevar. Intento arrastrarlo, pero, a pesar de que sé que hace todo lo posible por estarse quieto, se le escapan algunos gritos de dolor. El lodo y las plantas parecen haberlo atrapado y, al final, tengo que dar un enorme tirón para arrancarlo de sus garras. Sigue a medio metro del agua, tumbado, con los dientes apretados y las lágrimas abriéndole surcos en la porquería de la cara.
--Mira, Niall, voy a hacerte rodar hasta el arroyo. Aquí es poco profundo, ¿Si?
--Fantástico --responde.
Me agacho a su lado. Pase lo que pase, me digo, no pararé hasta que esté en el agua.
--A la de tres --le aviso--. ¡Una, dos y tres! --Sólo consigo que ruede una vuelta completa antes de pararme, por culpa de los horribles sonidos que está haciendo. Ahora está al borde del agua, quizá sea mejor así--. Cambio de planes: no voy a meterte dentro del todo --le digo. Además, si lo consigo, quién sabe si después podré sacarlo.
--¿Nada de rodar?
--Nada. Vamos a limpiarte. Vigila el bosque por mí, ¿Si?
No sé por dónde empezar: está tan cubierto de lodo y hojas apelmazadas que ni siquiera le veo la ropa..., si es que la lleva puesta. La idea me hace vacilar un momento, pero después me lanzo. Los cuerpos desnudos no importan mucho en el estadio, ¿verdad?
Tengo dos botellas de agua y la bota de Rue; las apoyo en las rocas del arroyo para que, mientras dos se llenan, pueda vaciar la tercera sobre Niall. Tardo un rato, pero al final quito el barro suficiente para encontrar su ropa. Le bajo la cremallera de la chaqueta con mucho cuidado, le desabrocho la camisa y le quito las dos cosas. La camiseta interior está tan pegada a las heridas que tengo que cortarla con mi cuchillo y volver a mojarlo para soltarla. Está muy lastimado, tiene una larga quemadura en el pecho y cuatro picaduras de rastrevíspula, contando con la de la oreja. Sin embargo, me siento un poco mejor, porque esas cosas puedo arreglarlas. Decido ocuparme primero de su torso, aliviar parte del dolor antes de encargarme de lo que le haya hecho Cato a su pierna.
Como tratarle las heridas no tiene mucho sentido si está tumbado en un charco de barro, lo apoyo como puedo en un canto rodado. Se queda ahí sentado, sin quejarse, mientras le lavo la tierra del pelo y la piel. Está muy pálido a la luz del sol y ya no parece fuerte y musculoso. Le saco los aguijones de las picaduras, lo que le arranca una mueca, pero, en cuanto
aplico las hojas, suspira de alivio. Mientras se seca al sol, lavo la camisa y la chaqueta, que están asquerosas, y las coloco sobre las piedras. Después le pongo la crema para las quemaduras en el pecho. Entonces me doy cuenta de lo caliente que tiene la piel. La capa de lodo y las botellas de agua habían ocultado el hecho de que está ardiendo de fiebre. Rebusco en el botiquín de primeros auxilios que le quité al chico del Distrito 1 y encuentro píldoras para reducir la temperatura. Mi madre a veces cede y las compra cuando fallan todos sus remedios caseros.
--Trágate esto --le digo, y él se toma la medicina como un chico obediente--. Debes de tener hambre.
--La verdad es que no. Qué raro, llevo días sin tener hambre --responde Niall.
De hecho, cuando le ofrezco granso, arruga la nariz y vuelve la cara. Entonces me doy cuenta de lo enfermo que está.
--Niall, tienes que comer algo --insisto.
--Sólo servirá para que lo devuelva. --Lo único que consigo es obligarlo a comer unos trocitos de manzana desecada--. Gracias. Estoy mucho mejor, de verdad. ¿Puedo dormir un poco, _____?
--Dentro de un momentito --le prometo--. Primero tengo que mirarte la pierna.
Con todo el cuidado del mundo, le quito las botas, los calcetines y después, centímetro a centímetro, los pantalones. Veo el corte que ha hecho la espada de Cato en la tela sobre el muslo, pero eso no me prepara de ninguna manera para lo que hay debajo. El profundo tajo inflamado supura sangre y pus, la pierna está hinchada y, lo peor de todo, huele a carne podrida.
Quiero huir, desaparecer en el bosque como hice el día en que trajeron al hombre quemado a nuestra casa, salir a cazar mientras mi madre y Prim se encargan de algo que yo no tengo ni el valor ni la habilidad de curar. Sin embargo, aquí no hay nadie más que yo; intento imitar el comportamiento tranquilo de mi madre cuando tiene un caso especialmente difícil.
--Bastante feo, ¿eh? --dice Niall, que me observa con atención.
--Regular --respondo, encogiéndome de hombros como si no fuese gran cosa--. Deberías ver a algunas de las personas que le llevan a mi madre de las minas. --Me contengo para no añadir que suelo huir de la casa siempre que trata algo más grave que un resfriado. Bien pensado, ni siquiera me gusta estar cerca de la gente que tose--. Lo primero es limpiarla bien.
Le he dejado puestos los calzoncillos porque no tienen mala pinta y no
quiero pasarlos por encima del muslo herido; bueno y también porque la idea de que esté desnudo me incomoda. Es otra de las habilidades de mi madre y Prim: la desnudez no tiene ningún efecto en ellas, no hace que se avergüencen. Lo más irónico es que, en este momento de los juegos, mi hermanita le sería más útil a Niall que yo. Coloco mi trozo de plástico debajo de él para poder lavarlo del todo. Con cada botella que le echo encima, peor aspecto tiene la herida. El resto de su mitad inferior está bastante bien, sólo una picadura de rastrevíspula y unas cuantas quemaduras pequeñas que le trato rápidamente. Por otro lado, el corte de la pierna..., ¿cómo demonios voy a curarlo?
vicj directioner
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