Hospital for souls || N.C AUDICIONES CERRADAS {Resultados

Desee fallecer en el instante en el que te vi con ella, porque, sin ti, todo retrocedía hasta la época en la que todo mi mundo estaba nublado. Aquella fue la gota que sobrepaso el límite del pequeño vaso de cristal que simbolizaba mi paciencia. Por no nombrar todas la esperanzas que había depositado en este año, en esta nueva etapa en la que pensé que habría algo en lo que había mejorado.
Pero, después de haber sido derrotada por las lágrimas, solo quedaba el recuerdo de permanecer dormida entre tus brazos, y contemplar la curva ascendente que formaban tus labios al verme enojada. Esas eran, definitivamente, todas las ideas que tenía sobre mi futuro; aunque desgraciadamente, te habías convertido en uno de ellos.
Y ya no apretó mis párpados en la espera de una mejora, ahora simplemente deseo acabar. ¿De qué me sirve la sonrisa de tu chica cuando me mira? ¿Qué debería responder a sus risas e insultos, cuando la mayoría son verdades rompedoras? Los muros se han caído, la mínima felicidad que aún conservaba de la infancia había finalizado su estancia. Estaba atrapada entre los comienzos de la ansiedad y la locura circunstancial de verte cada día con la mirada baja, limitándote a ignorarme, sin haberte disculpado de engañarme.
Quizás este era el infierno. Cuando mi hermano aún vivía encerrado en su cuarto, recuerdo que me permitía entrar y hablar con él. Aún tengo en mente el martes en el que, con una expresión llena de frialdad, me miró fijamente y comenzó a explicarme como la biblia describía el infierno y a Lucifer. Era aterrador pensar que, el ángel más bello del cielo, fuese el principio de una serie de pecados para los seres humanos que les conducirían hacia una tortura eterna. Porque, efectivamente, ese es el infierno: la peor tortura que pudiese ser para un ser humano; mientras para uno es que les arranquen las uñas todos los días, para mí sería volver a observar como tus larbios se movían contra los suyos en un bucle sin final. Simplemente me resulta repulsivo.
Desconozco la fecha en la que decidiste despedirte de mi, pero lo que más me duele es que tuve que guiarme por mi misma para conocer tu oscuro secreto. Nunca imaginaría que tu sonrisa escondiera al mismísimo demonio, que mostraba su belleza para hacerme pecar y fantasear con algo mejor de lo que lo que tengo.
Suplico a dios que sea capaz de perdonarme pero, eras tu el traidor, el que quería verme caer. Ni Lucifer sería tan cruel como para irse a hacer pecar a otro humano antes de terminar su último trabajo; podrías haber esperado pacientemente dos semanas más para hundirme hasta que tocara el fondo de este oscuro pozo en el que me encuentro.
Ella supondría que no soportarías la monotonía que implicaba soportarme hora tras hora, veinticuatro por cada día a mi lado, semana posterior a otra que llenaría de vacío tu negro corazón.
Porque, me he percatado de como la miras, y los brillos de tus ojos han abandonado su habitad. Tu iris prescinde de felicidad, tus labios nunca se han curvado de forma ascendente desde que has abandonado la labor de producirme felicidad.
Das pena, cariño, y no vas a poder arrebatarme nunca la manera en la que te aprecio.
Créeme cuando digo que, a pesar de todos los trozos en los que mi corazón esta roto, yo espero que esos dos faros vuelvan a tu mirada y decidan hacerme sonreír. Te sigo amando como el primer día de relación, y sigo esperando sentada en mi cama a que abras la puerta de mi habitación para que me beses.
Eres mi mayor tortura, fuiste mi mayor felicidad y siempre será un pasado que añorare cuando llegue al infierno.