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"La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
Quiero CAP! HAHAHAHA ESSSHO! la rayis ya iba a caer en la tentacion! :P
MaferCastilloJonas
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
por favor siguelaaa :D
amo esta noveee :love:
amo esta noveee :love:
Lolita_Jonatica
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
Awuaaaaaa teniaaa dias q o me passabaaa, mil disculpaa!!!!!
Es. No tniaa interr!!!!! :$
Siguelaaa me envataron llos capisss!!!!!
Siguelaaa!!!! Amee la novee!!!!
Alee no la dejes asii!
Siuelaa piedadd!!!
No no nos torturess mss!!!!!
#SIGUELA URGENTE MUERO DE ANGUSTIA
Siguelaaaaa
M fascinaa!!!
Siguelaa besosssss
Hehe y yo te amo mass :P
Att: tu iremprreee fiell y mega adicta lecToraa!!! :D
Es. No tniaa interr!!!!! :$
Siguelaaa me envataron llos capisss!!!!!
Siguelaaa!!!! Amee la novee!!!!
Alee no la dejes asii!
Siuelaa piedadd!!!
No no nos torturess mss!!!!!
#SIGUELA URGENTE MUERO DE ANGUSTIA
Siguelaaaaa
M fascinaa!!!
Siguelaa besosssss
Hehe y yo te amo mass :P
Att: tu iremprreee fiell y mega adicta lecToraa!!! :D
Yhosdaly
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
Siiiiiiiii! ><Love.Skyscraper♥ escribió:Aleejaandra!
I need Cap Right Now!!!
Feer :)x.
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
ok okkk PERDONN! esqe perdi amm una memoriaa rosa OTRA VEZZ ((Ahi tengo esta nove y taambien otra qe subiria hoy)) & esqe ya la habia perdido suelo ser muy descuidada jeje ammm pienso qe estara por algun lugar de mi cuarto..... amm pero TENNGO CAPITULOS GUARDADOS AQUI EN MI PC! :DD apenas me dicuenta buscando unas fotos y ENCONTRE LA CARPETA asii qee yo se los suboo! :DD
#Alejandra
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
—No me digas que te sabes las letras.
—Por supuesto —dijo tratando de no echarse a reír—. De hecho, durante un periodo de mi vida, formé parte de un grupo de música.
—ok —dijo mientras ponía un compacto de B.B. King.
—Era vocalista y guitarra rítmica.
—Tocas la guitarra.
—Sí, bueno, la tocaba. Estoy segura de que mi vieja Fender seguirá en casa de mis padres junto con los dibujos que hacía cuando quería ser diseñadora de moda y los libros de animales que estuve coleccionando hasta que me di cuenta de que si me hacía veterinaria, tendría que sacrificar a los animales además de jugar con ellos. Siempre estaba buscando.
Fascinante, pensó Joseph. Esa mujer era absolutamente fascinante.
—¿Buscando?
—No conseguía decidir qué quería ser. Todo lo que probaba me resultaba muy divertido al principio, pero después era sólo trabajo. ¿Sabes cortar un pimiento?
—No. ¿Y lo que haces ahora no te parece trabajo, en cierto modo?
_tn_ suspiró con resignación y comenzó a cortar el pimiento.
—Claro que lo es y no en cierto modo. Es mucho trabajo, pero sigue pareciéndome divertido. ¿Tú disfrutas escribiendo?
—Rara vez.
Eso hizo que levantara la mirada hacia él.
—¿Entonces por qué lo haces?
—No puedo hacer otra cosa. Es mi única búsqueda.
_tn_ asintió.
—A mi madre le ocurre lo mismo. Nunca quiso hacer otra cosa que no fuera pintar. A veces cuando la observo mientras trabajo, me doy cuenta de lo doloroso que es para ella trasladar al lienzo lo que ve en su cabeza, lo que quiere comunicar. Pero cuando termina y está satisfecha con el trabajo, resplandece de alegría y parece que incluso se sorprendiera de lo que es capaz de hacer. Supongo que debe de pasarte algo parecido, ¿no? —al volver a mirarlo lo encontró observándola con evidente curiosidad—. No comprendo por qué te extraña tanto que entienda cosas que están más allá de lo que se ve a simple vista. J
oseph la agarró de la mano.
—Si es así, es porque soy yo el que no te comprende a ti. Es probable que siga ofendiéndote hasta que lo consiga.
—Yo soy tremendamente fácil de comprender.
—No, eso era lo que yo creía, pero estaba equivocado. _tn_, tú eres un verdadero laberinto, con infinitos recovecos y ángulos inesperados.
Al oír aquello, ella sonrió de un modo que iluminó la habitación.
—Eso es lo más bonito que me has dicho nunca.
—No soy un hombre muy amable. Lo más inteligente sería que me dieras una patada en el tra*sero y me echaras de tu casa.
—Como soy muy inteligente, ya me había dado cuenta de que no eres muy amable. Sin embargo... —le puso la mano en la mejilla tiernamente—. Me parece que te has convertido en mi nueva búsqueda.
—¿Hasta que deje de ser divertido y se convierta en sólo trabajo?
La miró de un modo tan serio, que _tn_ se dio cuenta de que siempre se apresuraba a pensar lo peor.
—Jonas, ya eres trabajo y sin embargo sigues sentado en mi cocina —_tn_ volvió a sonreír—. ¿Sabes cortar la zanahoria en bastones?
—No tengo la menor idea.
—Entonces mira y aprende porque la próxima vez te tocará a ti —comenzó a cortar y entonces volvió a sentir sus ojos clavados en ella—. ¿Sigo desnuda?
—¿Quieres estarlo?
Se echó a reír y optó por tomar un trago de vino.
Se tardaba mucho en cocinar hasta lo más sencillo con la distracción de la conversación, las miradas seductoras y las caricias.
Se tardaba mucho en comer una sencilla cena cuando una se estaba enamorando poco a poco del vecino de enfrente.
_tn_ reconocía perfectamente los síntomas... el latido irregular del corazón, el hormigueo en el estómago. Todo eso unido a sonrisas y suspiros de adolescente eran señal inequívoca de que el amor estaba a la vuelta de la esquina.
Se preguntaba qué pasaría cuando llegara allí.
Se tardaba mucho en despedirse de alguien entre interminables besos en el descansillo de la escalera. Y más aún en quedarse dormida cuando a una le dolía el cuerpo de deseo y tenía la mente llena de fantasías.
Cuando oyó la suave melodía del saxo, _tn_ sonrió y dejó que la música la trasportara suavemente hacia el sueño.
—Por supuesto —dijo tratando de no echarse a reír—. De hecho, durante un periodo de mi vida, formé parte de un grupo de música.
—ok —dijo mientras ponía un compacto de B.B. King.
—Era vocalista y guitarra rítmica.
—Tocas la guitarra.
—Sí, bueno, la tocaba. Estoy segura de que mi vieja Fender seguirá en casa de mis padres junto con los dibujos que hacía cuando quería ser diseñadora de moda y los libros de animales que estuve coleccionando hasta que me di cuenta de que si me hacía veterinaria, tendría que sacrificar a los animales además de jugar con ellos. Siempre estaba buscando.
Fascinante, pensó Joseph. Esa mujer era absolutamente fascinante.
—¿Buscando?
—No conseguía decidir qué quería ser. Todo lo que probaba me resultaba muy divertido al principio, pero después era sólo trabajo. ¿Sabes cortar un pimiento?
—No. ¿Y lo que haces ahora no te parece trabajo, en cierto modo?
_tn_ suspiró con resignación y comenzó a cortar el pimiento.
—Claro que lo es y no en cierto modo. Es mucho trabajo, pero sigue pareciéndome divertido. ¿Tú disfrutas escribiendo?
—Rara vez.
Eso hizo que levantara la mirada hacia él.
—¿Entonces por qué lo haces?
—No puedo hacer otra cosa. Es mi única búsqueda.
_tn_ asintió.
—A mi madre le ocurre lo mismo. Nunca quiso hacer otra cosa que no fuera pintar. A veces cuando la observo mientras trabajo, me doy cuenta de lo doloroso que es para ella trasladar al lienzo lo que ve en su cabeza, lo que quiere comunicar. Pero cuando termina y está satisfecha con el trabajo, resplandece de alegría y parece que incluso se sorprendiera de lo que es capaz de hacer. Supongo que debe de pasarte algo parecido, ¿no? —al volver a mirarlo lo encontró observándola con evidente curiosidad—. No comprendo por qué te extraña tanto que entienda cosas que están más allá de lo que se ve a simple vista. J
oseph la agarró de la mano.
—Si es así, es porque soy yo el que no te comprende a ti. Es probable que siga ofendiéndote hasta que lo consiga.
—Yo soy tremendamente fácil de comprender.
—No, eso era lo que yo creía, pero estaba equivocado. _tn_, tú eres un verdadero laberinto, con infinitos recovecos y ángulos inesperados.
Al oír aquello, ella sonrió de un modo que iluminó la habitación.
—Eso es lo más bonito que me has dicho nunca.
—No soy un hombre muy amable. Lo más inteligente sería que me dieras una patada en el tra*sero y me echaras de tu casa.
—Como soy muy inteligente, ya me había dado cuenta de que no eres muy amable. Sin embargo... —le puso la mano en la mejilla tiernamente—. Me parece que te has convertido en mi nueva búsqueda.
—¿Hasta que deje de ser divertido y se convierta en sólo trabajo?
La miró de un modo tan serio, que _tn_ se dio cuenta de que siempre se apresuraba a pensar lo peor.
—Jonas, ya eres trabajo y sin embargo sigues sentado en mi cocina —_tn_ volvió a sonreír—. ¿Sabes cortar la zanahoria en bastones?
—No tengo la menor idea.
—Entonces mira y aprende porque la próxima vez te tocará a ti —comenzó a cortar y entonces volvió a sentir sus ojos clavados en ella—. ¿Sigo desnuda?
—¿Quieres estarlo?
Se echó a reír y optó por tomar un trago de vino.
Se tardaba mucho en cocinar hasta lo más sencillo con la distracción de la conversación, las miradas seductoras y las caricias.
Se tardaba mucho en comer una sencilla cena cuando una se estaba enamorando poco a poco del vecino de enfrente.
_tn_ reconocía perfectamente los síntomas... el latido irregular del corazón, el hormigueo en el estómago. Todo eso unido a sonrisas y suspiros de adolescente eran señal inequívoca de que el amor estaba a la vuelta de la esquina.
Se preguntaba qué pasaría cuando llegara allí.
Se tardaba mucho en despedirse de alguien entre interminables besos en el descansillo de la escalera. Y más aún en quedarse dormida cuando a una le dolía el cuerpo de deseo y tenía la mente llena de fantasías.
Cuando oyó la suave melodía del saxo, _tn_ sonrió y dejó que la música la trasportara suavemente hacia el sueño.
#Alejandra
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
Capitulo 13
Con el pelo aún mojado después de la ducha, Joseph se sentó en la cocina en uno de los taburetes que _tn_ había insistido en dejarle. Echó un vistazo al periódico mientras degustaba unos cereales con leche que también le había dado _tn_ después de ver el estado de abandono de los armarios de su cocina. Según le había dicho, hasta un completo torpe de la cocina podía servir unos cereales y un poco de leche fría en un cuenco y cortar un plátano como acompañamiento.
Joseph había decidido no ofenderse, aunque no se consideraba tan torpe como _tn_ creía. Después de todo había preparado una ensalada él solo, ¿no? Mientras, ella había hecho algo delicioso con unas simples chuletas de cerdo. Era una cocinera increíble que en pocos días había conseguido que a Joseph dejaran de apetecerle los sándwiches de los que a menudo se alimentaba.
A _tn_ no parecía molestarle que no hubieran salido a cenar desde aquella primera cita, pero Joseph imaginaba que no tardaría en hartarse de cocinar y querría ir a algún restaurante.
Normalmente la gente empezaba a necesitar cambios cuando la novedad se convertía en rutina y Joseph suponía que ellos dos tenían ya una especie de rutina. Durante el día cada uno estaba en su respectivo lugar, excepto las veces que _tn_ había pasado a verlo y a convencerlo de que saliera un poco, al mercado, a comprar una lámpara o simplemente a dar un paseo.
Echó un vistazo a la rana de bronce que sostenía la tulipa triangular de la lámpara del salón. Aún no comprendía cómo se había dejado convencer para comprar aquella cosa, o para pagar a la señora Wolinsky por una butaca de la que quería deshacerse. Cosa comprensible porque, ¿quién querría tener en su salón una butaca reclinable amarilla y verde?
Pues parecía que él y, a pesar de su terrible estética, era sorprendentemente cómoda.
Y, por supuesto, si tenía una butaca y una lámpara, necesitaba una mesa. La que él tenía ahora era una sólida pieza de madera que necesitaba urgentemente una mano de pintura y que, según _tn_, había sido una verdadera ganga. Cómo no, _tn_ tenía un amigo que se dedicaba a restaurar muebles y con el que no había dudado en ponerlo en contacto.
También tenía una amiga florista, lo que explicaba que en la cocina de Joseph hubiera ahora un jarrón con margaritas amarillas.
Otra amiga pintaba escenas de Nueva York y las vendía en la calle, unos cuadros que, según _tn_ animarían un poco las paredes del apartamento. Joseph le había dicho una y mil veces que no quería animar nada, pero lo cierto era que ahora tenía dos acuarelas originales bastante buenas. Ya estaba empezando a hablar de alfombras.
Joseph no comprendía cómo lo hacía. Hablaba y hablaba hasta que de pronto él se descubría sacando la cartera.
También le había hecho ver que si iba a vivir en un lugar, al menos debía estar limpio. Así había sido como había acabado dedicando a limpiar toda una tarde lluviosa de domingo en la que debería haber estado escribiendo.
Aquel día había estado a punto de llevársela a la cama, pero se había quedado sin habla al ver el estado de su dormitorio y el deseo había dejado paso a un discurso. Según le había dicho, debía tener más respeto por el lugar en el que dormía y trabajaba. No entendía por qué tenía las cortinas cerradas, ¿acaso le gustaban las cuevas? También le había preguntado si tenía algún tipo de convicción religiosa que le impedía lavar la ropa.
Joseph la había agarrado desprevenida y la había hecho callar de la mejor de las maneras. Si no hubieran tropezado con una montaña de ropa sucia de camino a la cama, seguramente no habrían acabado la tarde en la lavandería.
Tenía que reconocer que todo aquello tenía sus ventajas. Le gustaba estar en un lugar limpio, a pesar de que normalmente no se fijaba en si estaba desordenado. Le gustaba acostarse en sábanas recién lavadas, aunque habría preferido que _tn_ hubiera estado también allí.
Hasta la frustración sexual estaba resultándole provechosa porque no paraba de escribir. Quizá la obra hubiera experimentado un giro, pues de algún modo había acabado centrándose más en el personaje femenino, una mujer ingenua y entusiasta, llena de vida y optimismo que se dejaría seducir y acabaría sufriendo por un hombre que no tenía ninguna de esas cualidades. Un hombre que no podría evitar arrebatarle todo eso para después dejarla destrozada.
Con el pelo aún mojado después de la ducha, Joseph se sentó en la cocina en uno de los taburetes que _tn_ había insistido en dejarle. Echó un vistazo al periódico mientras degustaba unos cereales con leche que también le había dado _tn_ después de ver el estado de abandono de los armarios de su cocina. Según le había dicho, hasta un completo torpe de la cocina podía servir unos cereales y un poco de leche fría en un cuenco y cortar un plátano como acompañamiento.
Joseph había decidido no ofenderse, aunque no se consideraba tan torpe como _tn_ creía. Después de todo había preparado una ensalada él solo, ¿no? Mientras, ella había hecho algo delicioso con unas simples chuletas de cerdo. Era una cocinera increíble que en pocos días había conseguido que a Joseph dejaran de apetecerle los sándwiches de los que a menudo se alimentaba.
A _tn_ no parecía molestarle que no hubieran salido a cenar desde aquella primera cita, pero Joseph imaginaba que no tardaría en hartarse de cocinar y querría ir a algún restaurante.
Normalmente la gente empezaba a necesitar cambios cuando la novedad se convertía en rutina y Joseph suponía que ellos dos tenían ya una especie de rutina. Durante el día cada uno estaba en su respectivo lugar, excepto las veces que _tn_ había pasado a verlo y a convencerlo de que saliera un poco, al mercado, a comprar una lámpara o simplemente a dar un paseo.
Echó un vistazo a la rana de bronce que sostenía la tulipa triangular de la lámpara del salón. Aún no comprendía cómo se había dejado convencer para comprar aquella cosa, o para pagar a la señora Wolinsky por una butaca de la que quería deshacerse. Cosa comprensible porque, ¿quién querría tener en su salón una butaca reclinable amarilla y verde?
Pues parecía que él y, a pesar de su terrible estética, era sorprendentemente cómoda.
Y, por supuesto, si tenía una butaca y una lámpara, necesitaba una mesa. La que él tenía ahora era una sólida pieza de madera que necesitaba urgentemente una mano de pintura y que, según _tn_, había sido una verdadera ganga. Cómo no, _tn_ tenía un amigo que se dedicaba a restaurar muebles y con el que no había dudado en ponerlo en contacto.
También tenía una amiga florista, lo que explicaba que en la cocina de Joseph hubiera ahora un jarrón con margaritas amarillas.
Otra amiga pintaba escenas de Nueva York y las vendía en la calle, unos cuadros que, según _tn_ animarían un poco las paredes del apartamento. Joseph le había dicho una y mil veces que no quería animar nada, pero lo cierto era que ahora tenía dos acuarelas originales bastante buenas. Ya estaba empezando a hablar de alfombras.
Joseph no comprendía cómo lo hacía. Hablaba y hablaba hasta que de pronto él se descubría sacando la cartera.
También le había hecho ver que si iba a vivir en un lugar, al menos debía estar limpio. Así había sido como había acabado dedicando a limpiar toda una tarde lluviosa de domingo en la que debería haber estado escribiendo.
Aquel día había estado a punto de llevársela a la cama, pero se había quedado sin habla al ver el estado de su dormitorio y el deseo había dejado paso a un discurso. Según le había dicho, debía tener más respeto por el lugar en el que dormía y trabajaba. No entendía por qué tenía las cortinas cerradas, ¿acaso le gustaban las cuevas? También le había preguntado si tenía algún tipo de convicción religiosa que le impedía lavar la ropa.
Joseph la había agarrado desprevenida y la había hecho callar de la mejor de las maneras. Si no hubieran tropezado con una montaña de ropa sucia de camino a la cama, seguramente no habrían acabado la tarde en la lavandería.
Tenía que reconocer que todo aquello tenía sus ventajas. Le gustaba estar en un lugar limpio, a pesar de que normalmente no se fijaba en si estaba desordenado. Le gustaba acostarse en sábanas recién lavadas, aunque habría preferido que _tn_ hubiera estado también allí.
Hasta la frustración sexual estaba resultándole provechosa porque no paraba de escribir. Quizá la obra hubiera experimentado un giro, pues de algún modo había acabado centrándose más en el personaje femenino, una mujer ingenua y entusiasta, llena de vida y optimismo que se dejaría seducir y acabaría sufriendo por un hombre que no tenía ninguna de esas cualidades. Un hombre que no podría evitar arrebatarle todo eso para después dejarla destrozada.
#Alejandra
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
Los paralelismos entre lo que escribía y la realidad eran más que evidentes, pero Joseph se negaba a preocuparse por ello.
Tomó una cucharada más de cereales y fue a la página de la tira cómica a ver qué había inventado _tn_ esa vez. La miró, frunció el ceño y volvió a la primera viñeta para volver a leerla detenidamente.
_tn_ estaba ya inmersa en el trabajo, con la ventana abierta para que entrara la cálida brisa primaveral junto con el caos de la calle.
Observó el primer recuadro de la tira, todavía en blanco. Sólo tenía que comenzar a dibujar porque ya tenía la historia que arrancaría una sonrisa a los lectores mientras desayunaban.
El huidizo don Misterioso, conocido ya como Jonn, estaba encerrado en su cueva escribiendo La gran novela americana. El sexy y malhumorado autor no sospechaba que, agazapada en la escalera de incendios, Emily trataba de leer su trabajo a través de la pequeña rendija de las cortinas, siempre cerradas, y con la ayuda de unos prismáticos.
_tn_ sabía que ella misma estaba haciendo algo parecido, aunque más civilizado, con continuas preguntas con las que pretendía averiguar cómo iba la obra de Joseph. Como no había conseguido demasiado, se conformó con seguir retratando en sus dibujos a su vecino de enfrente.
Por supuesto en las tiras exageraba despiadadamente tanto sus cualidades positivas como las negativas. Su cuerpo alto y fuerte, los rasgos marcados de su rostro, los ojos fríos. Su grosería, su mal humor y la constante perplejidad que despertaba en él el mundo de Emily.
«Pobrecito», pensó _tn_, «no sabe qué hacer con ella».
Al oír el timbre de la puerta, se puso el lápiz detrás de la oreja y fue a abrir pensando que Miley habría olvidado la llave porque era su hora de bajar a tomar café con ella.
Pero tras la puerta encontró algo que la hizo derretir. Tenía el pelo mojado y no llevaba camiseta. La visión de aquellos pectorales hizo que _tn_ se humedeciera los labios con la lengua de manera inconsciente.
Llevaba unos vaqueros gastados, el pecho descubierto y en la cara un gesto maravillosamente serio.
—Hola —consiguió decir mientras se imaginaba a sí misma mordiéndolo suavemente—. ¿Te has quedado sin jabón en la ducha?
—¿Qué? No, no —había olvidado que ni siquiera había terminado de vestirse—. Quería hacerte un par de preguntas sobre esto —dijo levantando el periódico.
—Muy bien, pasa —afortunadamente, Miley no tardaría en llegar para impedir que _tn_ se lanzara a sus brazos—. ¿Por qué no te sirves un café y subes al estudio? Estoy trabajando.
—No pretendo distraerte, pero...
—No te preocupes, nada me distrae —aseguró con tono alegre, mientras comenzaba a subir las escaleras—. Hay bollos de canela si quieres uno.
—No —«maldita sea», pensó Joseph, y acabó sirviéndose un café con un bollo.
Nunca antes había subido a su estudio porque no iba a verla cuando sabía que estaba trabajando.
Cometió el error de mirar al dormitorio y ver la enorme cama cubierta de cojines de colores. La imaginó agarrándose al cabecero de hierro blanco mientras él hacía por fin todo lo que deseaba hacer con ella.
En el aire había un seductor aroma de vainilla.
Tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para apartarse de aquellas fantasías y recordar por qué estaba allí.
—Escucha, _tn_ —dijo entrando al estudio—. Dios, ¿cómo puedes trabajar con tanto ruido? Ella apenas lo miró.
—¿Qué ruido? Ah, eso —siguió dibujando con otro lápiz, como si hubiera olvidado el que llevaba detrás de la oreja—. Es como música de fondo. La mayor parte del tiempo ni siquiera lo oigo.
El estudio tenía un agradable aire de profesionalidad, algo que no se podía decir de _tn_. Estaba sentada sobre una pierna y recostada en el tablero, los pies descalzos con las uñas pintadas de rosa, un lápiz detrás de una oreja y un arito dorado en la otra. No, más que profesional, tenía un aspecto terriblemente sexy.
Tomó una cucharada más de cereales y fue a la página de la tira cómica a ver qué había inventado _tn_ esa vez. La miró, frunció el ceño y volvió a la primera viñeta para volver a leerla detenidamente.
_tn_ estaba ya inmersa en el trabajo, con la ventana abierta para que entrara la cálida brisa primaveral junto con el caos de la calle.
Observó el primer recuadro de la tira, todavía en blanco. Sólo tenía que comenzar a dibujar porque ya tenía la historia que arrancaría una sonrisa a los lectores mientras desayunaban.
El huidizo don Misterioso, conocido ya como Jonn, estaba encerrado en su cueva escribiendo La gran novela americana. El sexy y malhumorado autor no sospechaba que, agazapada en la escalera de incendios, Emily trataba de leer su trabajo a través de la pequeña rendija de las cortinas, siempre cerradas, y con la ayuda de unos prismáticos.
_tn_ sabía que ella misma estaba haciendo algo parecido, aunque más civilizado, con continuas preguntas con las que pretendía averiguar cómo iba la obra de Joseph. Como no había conseguido demasiado, se conformó con seguir retratando en sus dibujos a su vecino de enfrente.
Por supuesto en las tiras exageraba despiadadamente tanto sus cualidades positivas como las negativas. Su cuerpo alto y fuerte, los rasgos marcados de su rostro, los ojos fríos. Su grosería, su mal humor y la constante perplejidad que despertaba en él el mundo de Emily.
«Pobrecito», pensó _tn_, «no sabe qué hacer con ella».
Al oír el timbre de la puerta, se puso el lápiz detrás de la oreja y fue a abrir pensando que Miley habría olvidado la llave porque era su hora de bajar a tomar café con ella.
Pero tras la puerta encontró algo que la hizo derretir. Tenía el pelo mojado y no llevaba camiseta. La visión de aquellos pectorales hizo que _tn_ se humedeciera los labios con la lengua de manera inconsciente.
Llevaba unos vaqueros gastados, el pecho descubierto y en la cara un gesto maravillosamente serio.
—Hola —consiguió decir mientras se imaginaba a sí misma mordiéndolo suavemente—. ¿Te has quedado sin jabón en la ducha?
—¿Qué? No, no —había olvidado que ni siquiera había terminado de vestirse—. Quería hacerte un par de preguntas sobre esto —dijo levantando el periódico.
—Muy bien, pasa —afortunadamente, Miley no tardaría en llegar para impedir que _tn_ se lanzara a sus brazos—. ¿Por qué no te sirves un café y subes al estudio? Estoy trabajando.
—No pretendo distraerte, pero...
—No te preocupes, nada me distrae —aseguró con tono alegre, mientras comenzaba a subir las escaleras—. Hay bollos de canela si quieres uno.
—No —«maldita sea», pensó Joseph, y acabó sirviéndose un café con un bollo.
Nunca antes había subido a su estudio porque no iba a verla cuando sabía que estaba trabajando.
Cometió el error de mirar al dormitorio y ver la enorme cama cubierta de cojines de colores. La imaginó agarrándose al cabecero de hierro blanco mientras él hacía por fin todo lo que deseaba hacer con ella.
En el aire había un seductor aroma de vainilla.
Tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para apartarse de aquellas fantasías y recordar por qué estaba allí.
—Escucha, _tn_ —dijo entrando al estudio—. Dios, ¿cómo puedes trabajar con tanto ruido? Ella apenas lo miró.
—¿Qué ruido? Ah, eso —siguió dibujando con otro lápiz, como si hubiera olvidado el que llevaba detrás de la oreja—. Es como música de fondo. La mayor parte del tiempo ni siquiera lo oigo.
El estudio tenía un agradable aire de profesionalidad, algo que no se podía decir de _tn_. Estaba sentada sobre una pierna y recostada en el tablero, los pies descalzos con las uñas pintadas de rosa, un lápiz detrás de una oreja y un arito dorado en la otra. No, más que profesional, tenía un aspecto terriblemente sexy.
#Alejandra
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
Se acercó a ella y miró por encima de su hombro con curiosidad. Enseguida se dio cuenta de que si alguien se hubiera atrevido a hacer algo así con él mientras trabajaba, le habría costado la vida, sin embargo a _tn_ no parecía molestarle.
—¿Qué son esas líneas azules?
—Es para la perspectiva. Hay bastante trabajo previo antes de comenzar a dibujar los personajes y a escribir el texto —le explicó con satisfacción—. Después hago una especie de boceto, para ver cómo queda, supongo que tú lo llamarías el borrador.
Joseph frunció el ceño al ver la primera viñeta.
—¿Se supone que ése soy yo?
—Sí. ¿Por qué no acercas un taburete? Me estás tapando la luz.
—¿Qué hace Emily ahí? —siguió preguntando, haciendo caso omiso a su sugerencia—. Me está espiando. ¿Me estás espiando, _tn_?
—No digas tonterías. La ventana de tu despacho no da a ninguna escalera de incendios —se miró al espejo, hizo algunas caras que Joseph observó atónito y siguió dibujando la tercera viñeta.
—¿Y qué me dices de esto? —le dio unos golpecitos en el hombro con el periódico.
—¿Qué pasa con eso? Dios, qué bien hueles — se volvió a olerlo con deleite—. ¿Qué jabón utilizas?
—¿Vas a hacer que tu personaje se dé una ducha en la cuarta viñeta? —al ver que _tn_ se paraba a considerar la idea, Joseph negó con la cabeza—. No, tiene que haber algún tipo de línea argumental. Al principio me hizo gracia que me metieras en la historia, pero...
Se calló al oír la puerta.
—¿Quién es?
—Deben de ser Miley y Frankie. ¿Entonces te gusta mi nuevo personaje? —dejó de dibujar y lo miró con una sonrisa—. La verdad es que no lo sabía, como no habías hecho ni el más mínimo comentario. Hay gente que ni siquiera se reconoce, pero estaba seguro de que tú sí lo harías en cuanto te vieras. Hola, Miley. Hola, Frankie.
—Hola —no era fácil, ni siquiera para una mujer felizmente casada, no quedarse boquiabierta al ver de repente a un hombre como aquél con el pecho descubierto—. Ah, hola. ¿Interrumpimos?
—No, Joseph sólo quería hacerme algunas preguntas sobre la tira.
—Me encanta el personaje nuevo. Está volviendo loca a Emily. Estoy deseando ver qué va a pasar —dijo riéndose al tiempo que Frankie le tendía los brazos a Joseph.
—Pa—pá.
—Llama papá a todos los hombres —explicó Miley—. A Nick no le hace mucha gracia, pero qué le vamos a hacer.
Con gesto ausente, Joseph le pasó la mano por la cabeza al pequeño.
—Sólo quiero saber cómo funciona esto —dijo dirigiéndose a _tn_.
—¡Pa—pá! —volvió a decir Frankie con una enorme sonrisa.
—¿Cómo son de reales tus historias? —siguió preguntando Joseph, al tiempo que tomaba en brazos al pequeño de manera automática.
_tn_ sintió que se le derretía el corazón.
—Te gustan los niños.
—No, normalmente los tiro por la ventana — respondió con cierta impaciencia y después negó con la cabeza al ver la cara de susto de Miley—. Relájate, es una broma. Lo que quiero es que me expliques esto de aquí —dijo señalando la tira que había aparecido en el periódico esa mañana.
—Ah, el beso que se sale de cualquier escala. En realidad es sólo la primera parte. Mañana aparecerá la segunda. Creo que funcionará bastante bien.
—Nick y yo casi nos morimos de la risa cuando lo hemos leído esta mañana —intervino Miley, relajada al ver cómo Joseph acunaba al pequeño Frankie en sus brazos.
—Estas dos mujeres de aquí...
—Emily y Cari.
—Ahora ya sé quiénes son —murmuró Joseph mirándolas a ambas—. Están poniendo nota al beso que Jonn le dio a Emily, por el amor de Dios.
—Así es. ¿Nick se rió con esto? —le preguntó a su amiga—. Tenía dudas de si los hombres lo entenderían o sólo les haría gracia a las mujeres.
—No, no, le ha hecho mucha gracia.
—Perdonen que las interrumpa —dijo Joseph con lo que él creía era todo un ejemplo de autocontrol—. Me gustaría saber si suelen sentarse a discutir nuestros encuentros sexuales antes de publicarlos con todo lujo de detalles para que el público se eche unas risas mientras desayuna.
—¿Qué son esas líneas azules?
—Es para la perspectiva. Hay bastante trabajo previo antes de comenzar a dibujar los personajes y a escribir el texto —le explicó con satisfacción—. Después hago una especie de boceto, para ver cómo queda, supongo que tú lo llamarías el borrador.
Joseph frunció el ceño al ver la primera viñeta.
—¿Se supone que ése soy yo?
—Sí. ¿Por qué no acercas un taburete? Me estás tapando la luz.
—¿Qué hace Emily ahí? —siguió preguntando, haciendo caso omiso a su sugerencia—. Me está espiando. ¿Me estás espiando, _tn_?
—No digas tonterías. La ventana de tu despacho no da a ninguna escalera de incendios —se miró al espejo, hizo algunas caras que Joseph observó atónito y siguió dibujando la tercera viñeta.
—¿Y qué me dices de esto? —le dio unos golpecitos en el hombro con el periódico.
—¿Qué pasa con eso? Dios, qué bien hueles — se volvió a olerlo con deleite—. ¿Qué jabón utilizas?
—¿Vas a hacer que tu personaje se dé una ducha en la cuarta viñeta? —al ver que _tn_ se paraba a considerar la idea, Joseph negó con la cabeza—. No, tiene que haber algún tipo de línea argumental. Al principio me hizo gracia que me metieras en la historia, pero...
Se calló al oír la puerta.
—¿Quién es?
—Deben de ser Miley y Frankie. ¿Entonces te gusta mi nuevo personaje? —dejó de dibujar y lo miró con una sonrisa—. La verdad es que no lo sabía, como no habías hecho ni el más mínimo comentario. Hay gente que ni siquiera se reconoce, pero estaba seguro de que tú sí lo harías en cuanto te vieras. Hola, Miley. Hola, Frankie.
—Hola —no era fácil, ni siquiera para una mujer felizmente casada, no quedarse boquiabierta al ver de repente a un hombre como aquél con el pecho descubierto—. Ah, hola. ¿Interrumpimos?
—No, Joseph sólo quería hacerme algunas preguntas sobre la tira.
—Me encanta el personaje nuevo. Está volviendo loca a Emily. Estoy deseando ver qué va a pasar —dijo riéndose al tiempo que Frankie le tendía los brazos a Joseph.
—Pa—pá.
—Llama papá a todos los hombres —explicó Miley—. A Nick no le hace mucha gracia, pero qué le vamos a hacer.
Con gesto ausente, Joseph le pasó la mano por la cabeza al pequeño.
—Sólo quiero saber cómo funciona esto —dijo dirigiéndose a _tn_.
—¡Pa—pá! —volvió a decir Frankie con una enorme sonrisa.
—¿Cómo son de reales tus historias? —siguió preguntando Joseph, al tiempo que tomaba en brazos al pequeño de manera automática.
_tn_ sintió que se le derretía el corazón.
—Te gustan los niños.
—No, normalmente los tiro por la ventana — respondió con cierta impaciencia y después negó con la cabeza al ver la cara de susto de Miley—. Relájate, es una broma. Lo que quiero es que me expliques esto de aquí —dijo señalando la tira que había aparecido en el periódico esa mañana.
—Ah, el beso que se sale de cualquier escala. En realidad es sólo la primera parte. Mañana aparecerá la segunda. Creo que funcionará bastante bien.
—Nick y yo casi nos morimos de la risa cuando lo hemos leído esta mañana —intervino Miley, relajada al ver cómo Joseph acunaba al pequeño Frankie en sus brazos.
—Estas dos mujeres de aquí...
—Emily y Cari.
—Ahora ya sé quiénes son —murmuró Joseph mirándolas a ambas—. Están poniendo nota al beso que Jonn le dio a Emily, por el amor de Dios.
—Así es. ¿Nick se rió con esto? —le preguntó a su amiga—. Tenía dudas de si los hombres lo entenderían o sólo les haría gracia a las mujeres.
—No, no, le ha hecho mucha gracia.
—Perdonen que las interrumpa —dijo Joseph con lo que él creía era todo un ejemplo de autocontrol—. Me gustaría saber si suelen sentarse a discutir nuestros encuentros sexuales antes de publicarlos con todo lujo de detalles para que el público se eche unas risas mientras desayuna.
#Alejandra
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
_tn_ lo miró con los ojos muy abiertos y llenos de inocencia.
—De verdad, Jonas, te lo estás tomando demasiado en serio. Esto no es más que una tira cómica.
—¿Entonces eso del beso que se sale de cualquier escala es sólo una viñeta?
—Claro.
Joseph la observó detenidamente antes de volver a hablar.
—No me gusta la idea de que, cuando por fin consiga llevarte a la cama, voy a tener que leer el análisis de mi actuación en las cinco viñetas del día siguiente.
—Bueno, me parece que será mejor que me lleve a Frankie a acostar —dijo Miley quitándole el pequeño a Joseph para desaparecer de allí lo más rápido posible.
—Jonas —le dijo _tn_ una vez estuvieron a solas—, tengo la sensación de que cuando eso ocurra, merecerá aparecer en la tira doble de los domingos.
—¿Es una amenaza o una broma?
Al ver que ella respondía con una carcajada, Joseph se acercó a ella e hizo que dejara de reír con un apasionado beso que la dejó sin respiración.
—Dile a tu amiga que se vaya y podrás averiguarlo.
—No, prefiero que se quede. Si no llega a ser porque sabía que iba a venir, me habría lanzado a tu cuello nada más verte.
—¿Es que pretendes volverme loco?
—No, pero es un atractivo añadido —sentía el corazón golpeándole el pecho como si quisiera escapar—. Tienes que marcharte. Creo que acabo de encontrar algo que me distrae del trabajo... tú.
Como no quería ser el único que se volviera loco, Joseph la levantó del taburete y volvió a besarla como si le fuera la vida en ello.
—Cuando hables de esto, y no tengo la menor duda de que lo harás, procura ser fiel a la realidad —le dijo mientras le mordisqueaba el labio inferior. Fue hacia la puerta del estudio, pero antes de marcharse, se volvió a mirarla. —Así que mis besos se salen de cualquier escala, ¿no? —de pronto se dio cuenta de que no sólo le parecía divertido, sino también muy gratificante.
Bajó la escalera con una enorme sonrisa en los labios y _tn_ se quedó allí, completamente incapaz de seguir trabajando.
—¿Puedo entrar? —preguntó Miley.
—Dios mío, Miley, ¿qué voy a hacer? Pensé que lo tenía todo controlado; estaba segura de que no había nada de malo en tener un romance con un tipo increíblemente guapo e interesante.
—A ver, déjame pensar —Miley se sentó junto a ella y la miró—. No, no hay absolutamente nada de malo. Todo lo contrario.
—Y si estoy un poco enamorada de él, será aún mejor, ¿verdad?
—Claro. Sin amor también es divertido, pero es como comerse toda una tableta de chocolate de una sola vez; se disfruta en el momento, pero luego no te sientes del todo bien.
—Pero, ¿y si en lugar de estar un poco enamorada, estoy muy, muy enamorada?
—¿Es eso lo que ha pasado? —le preguntó dejando a un lado el café que se había servido.
—Sí.
—Ay, cariño —Miley abrazó a su amiga con toda la comprensión del mundo—. No te preocupes. Tenía que ocurrir tarde o temprano.
—Lo sé, pero yo esperaba que fuera más tarde que temprano.
—Eso nos pasa a todos.
—Pero él no querrá que me enamore de él, no le va a gustar nada —apoyó el rostro en el hombro de Miley y respiró hondo—. A mí tampoco me hace mucha gracia, pero me acostumbraré.
—Claro que sí. Pobre Justin —murmuró acariciándole la cabeza—. Nunca tuvo mucho que hacer contigo, ¿verdad?
—Lo siento.
—Qué le vamos a hacer.
—Supongo que no puedo esconderme de él, ¿no?
—Eso es para cobardes.
—¿Y si finjo que tengo que salir de viaje?
—Eso es de tontos.
_tn_ respiró hondo de nuevo.
—¿Y qué hay de salir de compras?
—Ahora sí estás hablando con sensatez —enseguida se puso en pie y fue hacia la puerta—. Voy a ver si la señora Wolinsky puede quedarse un rato con Frankie
—De verdad, Jonas, te lo estás tomando demasiado en serio. Esto no es más que una tira cómica.
—¿Entonces eso del beso que se sale de cualquier escala es sólo una viñeta?
—Claro.
Joseph la observó detenidamente antes de volver a hablar.
—No me gusta la idea de que, cuando por fin consiga llevarte a la cama, voy a tener que leer el análisis de mi actuación en las cinco viñetas del día siguiente.
—Bueno, me parece que será mejor que me lleve a Frankie a acostar —dijo Miley quitándole el pequeño a Joseph para desaparecer de allí lo más rápido posible.
—Jonas —le dijo _tn_ una vez estuvieron a solas—, tengo la sensación de que cuando eso ocurra, merecerá aparecer en la tira doble de los domingos.
—¿Es una amenaza o una broma?
Al ver que ella respondía con una carcajada, Joseph se acercó a ella e hizo que dejara de reír con un apasionado beso que la dejó sin respiración.
—Dile a tu amiga que se vaya y podrás averiguarlo.
—No, prefiero que se quede. Si no llega a ser porque sabía que iba a venir, me habría lanzado a tu cuello nada más verte.
—¿Es que pretendes volverme loco?
—No, pero es un atractivo añadido —sentía el corazón golpeándole el pecho como si quisiera escapar—. Tienes que marcharte. Creo que acabo de encontrar algo que me distrae del trabajo... tú.
Como no quería ser el único que se volviera loco, Joseph la levantó del taburete y volvió a besarla como si le fuera la vida en ello.
—Cuando hables de esto, y no tengo la menor duda de que lo harás, procura ser fiel a la realidad —le dijo mientras le mordisqueaba el labio inferior. Fue hacia la puerta del estudio, pero antes de marcharse, se volvió a mirarla. —Así que mis besos se salen de cualquier escala, ¿no? —de pronto se dio cuenta de que no sólo le parecía divertido, sino también muy gratificante.
Bajó la escalera con una enorme sonrisa en los labios y _tn_ se quedó allí, completamente incapaz de seguir trabajando.
—¿Puedo entrar? —preguntó Miley.
—Dios mío, Miley, ¿qué voy a hacer? Pensé que lo tenía todo controlado; estaba segura de que no había nada de malo en tener un romance con un tipo increíblemente guapo e interesante.
—A ver, déjame pensar —Miley se sentó junto a ella y la miró—. No, no hay absolutamente nada de malo. Todo lo contrario.
—Y si estoy un poco enamorada de él, será aún mejor, ¿verdad?
—Claro. Sin amor también es divertido, pero es como comerse toda una tableta de chocolate de una sola vez; se disfruta en el momento, pero luego no te sientes del todo bien.
—Pero, ¿y si en lugar de estar un poco enamorada, estoy muy, muy enamorada?
—¿Es eso lo que ha pasado? —le preguntó dejando a un lado el café que se había servido.
—Sí.
—Ay, cariño —Miley abrazó a su amiga con toda la comprensión del mundo—. No te preocupes. Tenía que ocurrir tarde o temprano.
—Lo sé, pero yo esperaba que fuera más tarde que temprano.
—Eso nos pasa a todos.
—Pero él no querrá que me enamore de él, no le va a gustar nada —apoyó el rostro en el hombro de Miley y respiró hondo—. A mí tampoco me hace mucha gracia, pero me acostumbraré.
—Claro que sí. Pobre Justin —murmuró acariciándole la cabeza—. Nunca tuvo mucho que hacer contigo, ¿verdad?
—Lo siento.
—Qué le vamos a hacer.
—Supongo que no puedo esconderme de él, ¿no?
—Eso es para cobardes.
—¿Y si finjo que tengo que salir de viaje?
—Eso es de tontos.
_tn_ respiró hondo de nuevo.
—¿Y qué hay de salir de compras?
—Ahora sí estás hablando con sensatez —enseguida se puso en pie y fue hacia la puerta—. Voy a ver si la señora Wolinsky puede quedarse un rato con Frankie
#Alejandra
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
no no nooo
necesito maaaaaaaaaaas
amo amo amo tu nove!
necesito maaaaaaaaaaas
amo amo amo tu nove!
Lolita_Jonatica
Re: "La Vecina Perfecta" [Joe & Tu] TERMINADA
Aleee!!
¿Que tienes en tu mente?
¿Como se te ocurre dejarla asi?
SIGUELA!!!!!!
:)))))))
¿Que tienes en tu mente?
¿Como se te ocurre dejarla asi?
SIGUELA!!!!!!
:)))))))
-Lizz-
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